Otoño, estación de las setas

Amanita vaginata

Otoño, con sus días claroscuros, soleados y nubosos, fríos y calurosos; con brisas e
incluso fuertes vientos, donde lloviznas y aguaceros resultan frecuentes, donde la
estación cada nos deleita con distintos tonos y balances de colores invitándonos a
salir, a contactar con la madre naturaleza y a extraer de ella los frutos que, la
misma, desinteresadamente nos ofrece: frutas, nueces, setas… aquí nos paramos,
pues es justo de ello de lo que pretendemos hablar, de setas y de hongos, algo de
lo que mucha gente desconoce y que ciertamente está rodeado de mucho
misticismo.

Por lo general, los términos seta, hongo y fungi (singular fungus) se suele emplear
indistintamente, y se consideran sinónimos. Sin embargo este planteamiento puede
resultar confuso.

Los fungi son un grupo muy extenso de organismos, entres los que se encuentran
los mohos, las levaduras, las setas y los hongos.

El término seta suele designarse a la parte comestible de algunos fungi, a su vez

parte productora de esporas. Por el contrario, el término hongo se aplica, por lo
general, al cuerpo productor de esporas de aquéllos fungi que no sólo no son
comestibles, sino que pueden resultar muy peligrosos.

Desde siempre los seres humanos hemos sentido una especial predilección por
aquello desconocido, por todo lo que se escapa a nuestra comprensión, tratando de
asignar a las cosas un origen o una cualidad divina.

Algo de esto debió de ocurrir a nuestros antepasados con estos “seres extraños”,
relacionando algunos tipos de hongos, como por ejemplo los “hongos fálicos”, con
la propia fertilidad o infertilidad de los individuos, llegando a ser utilizados por
muchos pueblos como afrodisíacos para el amor.
Numerosas civilizaciones, a lo largo de
su historia, trataron de asignar al
mundo de las setas, con su extraño
origen, formas y colores, cuya vida
resulta efímera y fugaz en el tiempo,
un papel más allá de su propia
naturaleza; desde ser responsables o
estar en estrecha relación con la
muerte, hasta ser la causa directa de
desastrosos episodios acaecidos en la
tierra.
Pero el ser humano, a lo largo del
tiempo, también ha tratado de obtener
beneficio de estos seres, integrándolos
en numerosas pócimas con objeto de
tratar y curar ciertos males y
enfermedades.
El mundo de las setas y hongos
(conocido por el Reino Fungi) es algo
que resulta extremadamente complejo
de entender, incluso para los
científicos que se dedican a ello, pues
no en vano en la actualidad hay
descritas más de 100.000 especies.
Hoy día este mundo está muy
difundido en nuestra sociedad,
existiendo una gran atracción por su
uso y disfrute, y siendo cada vez más
los ciudadanos y ciudadanas de
nuestra tierra los que salen al campo a
observar, buscar y recoger con avidez
estas extraordinarias y exquisitas
bondades que nos brinda la tierra.
Aficionados a la micología
El hombre, que siempre ha pretendido
y obtenido beneficio directo del mundo
en el que habita, utilizando todos
aquéllos recursos que la naturaleza le
ha ofrecido como alimento y puesto a
su alcance, no ha dejado que las setas
sean una excepción, por lo que las ha
incluido en su régimen alimenticio y
culinario (verdaderamente llamativo y
placentero), pues no obstante resulta
obvio que algunos platos preparados
con setas constituyen un verdadero
manjar y un exquisito placer para el
mundo de los sentidos.
En el Municipio de Illora,
afortunadamente, podemos contar
con lugares en donde recolectar un
buen puñado de setas no se hace nada
imposible, eso sí, siempre que las
condiciones meteorológicas no sean
adversas y se cuente con unos
mínimos conocimientos para ello.
Paraje de Ramos (S. Parapanda)
Son muchos los tipos de setas las que
en nuestras salidas a lo largo de la
época otoñal encontraremos en el
marco de nuestros parajes agrarios,
aunque también durante las estaciones
de invierno y primavera podremos
difrutar de esta aficción, aunque
quizás en menor medida.
Será en las sierras de Parapanda,
Fuente Madrid y Pelada donde
localicemos el mayor número de ellas,
entre las que destacarán las famosas y
exquisitas setas de cardo (Pleorotus
eryngii) y la de cañaeja (Pleorotus
ostreatus); sin menospreciar el famoso
níscalo (Lactarius deliciosus), la
llanega o seta negra de pino
(Hygrophorus gliocyles) a la que
muchos la conocen por seta de los
caballeros (aunque esa es otra), la
Lepista nuda o pie azul, la Lepista
saeva o pie violeta, el champiñón de
campo (Agaricus campestres), la
negrilla, etc. por citar las más
buscadas entre los aficionados locales
en nuestra zona.
Hoya de los Endrinos (S. Parapanda)
Para salir a buscar setas no será
necesario ir provistos de un gran
equipo, será suficiente llevar ropa
apropiada y de abrigo, unas buenas
botas, una pequeña guía de campo,
una cesta ligera y una navaja afilada
apropiada con cepillo, para así poder
limpiar cualquier resto de tierra,
agujas de pino u hojarasca .
También, si se desea, podemos
hacernos de un buen palo, que podrá
ser utilizado para apartar la maleza en
busca de alguna seta escondida,
además de servir de apoyo en aquellos
pisos pedregosos y resbaladizos.
Cuando se encuentre una seta ésta no
debe ser arrancada, lo mejor es
cortarla, aunque bién es cierto que el
pie de algunas setas se puede
consumir, como es el caso del Boletus
edulis o del rebozuelo, aunque estas
no se dan en nuestra zona.
Pero hay que tener mucho cuidado,
también existe un gran abanico de
setas no comestibles o potencialmente
venenosas, entre las que se incluyen la
mayoría de las vistosas amanitas, por
lo que se recomienda, siempre que se
salga al campo o bosque, llevar
consigo alguna güía pequeña de setas
con objeto de identificar aquéllas que
se pretendan coger.
Pero esta temporada, los augurios no
están siendo nada buenos para los
aficionados al mundo de la micología,
pues las lluvias no hicieron acto de
presencia durante el verano ni
tampoco a principios de otoño, por lo
que la temporada no está dando los
resultados que todos ansiamos.
Hoya del
de Brezal (S. Parapanda)
Por otra parte, hay que añadir el gran
número de buscadores de setas que se
han lanzado en los últimos años a su
búsqueda, sin que exista por parte de
la administración un orden ni control
en cuanto a medidas, cantidad, o
jornadas para su recolección.
Desde Illora natural hacemos una
llamada de atención a los poderes
públicos locales, a fin de que instauren
una ordenanza municipal que regule
de forma adecuada la corta de setas
dentro de los espacios naturales de
nuestro municipio, pues de no ser así
también estos seres corren el riesgo
de extinguirse debido a tanta presión
humana como soportan.
 A CONTINUACIÓN, OFRECEMOS es el único truco que existe para
ALGUNAS RECOMENDACIONES identificar las tóxicas.

- Seta que no conozcas no la comas. - Las setas mortales pueden tener un

- Las setas venenosas o tóxicas
pueden estar solas o en grupos.
- El único modo válido para saber si
una seta es tóxica es el
reconocimiento.
sabor y el olor muy agradables.
- Si después de ingerir setas, sientes
alteraciones gástricas o malestar
general, acude rápido a un hospital; el
tiempo es primordial para poder salvar
la vida.

- Se recomienda no coger Amanitas ALGUNAS SETAS COMESTIBLES

(con anillo y volva) con la cabeza de
color blanco o verdoso.

- No recolectar ejemplares viejos o

pasados, las buenas setas se pueden
volver tóxicas con el envejecimiento.

- No comer en grandes cantidades,

pueden ser bastante indigestas.

- Se recomienda no comer setas por

la noche, la digestión es más lenta.
Pleorotus eryngii (seta de cardo)
- Llevarlas siempre en una cesta,
nada de bolsas de plástico, así se
esparcen las esporas mientras
caminamos.

- Ante la más mínima duda, desechar

y no tocarla o llevarlas a un
farmacéutico para que las dictamine.
Las setas cambian el color según el
hábitat y la humedad.

- En los troncos crecen setas

mortales Pleorotus ostreatus (seta de cañaeja)

- Cortarlas con navaja o cuchillo para

no romper el micelio (raíces).

- Los venenos pueden persistir tras la

cocción.

- Las setas tóxicas no cambian el

color de los ajos, monedas, la plata,
etc. y pueden ser comidas por las
babosas y caracoles. El reconocimiento

Llanega o seta negra de pino