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EL SOPORTE ABSOLUTO……………..

Profano

Hay cosas que el hombre no puede hacer de suyo; no puede volar como cualquier
pájaro, que no necesita de ningún equipo de vuelo ajeno a su propio cuerpo; no puede
estar solo por mucho tiempo, por su fuerte y necesaria inclinación social. Entre muchas
otras cosas que no puede, sobre todo, no puede sostener su propia vida; en términos más
fríos, no puede vivir para siempre, como es su más íntimo deseo, aunque desconocido
para no pocos. En todo caso el hombre es el necesitado, por excelencia, de cosas locales
en el tiempo-espacio y de categorías superiores. No tiene capacidad para ejecutar todo
lo que quisiera. El ente humano está en mala condición, por naturaleza después del
fracaso del primero. De cualquier modo, aunque no fuera caído, no siendo la causa de sí
mismo, tampoco tiene la suficiente independencia como para no necesitar de nada ni de
nadie.
El hombre siempre necesitará de factores externos a su persona para asegurar su
subsistencia; en el primer jardín, el fruto del árbol de la vida constituía un elemento
importante de salud.
Que progresista, entonces, nos resulta la idea y la existencia real de los soportes
externos del ser humano, verbigracia, una sólida barra nos permite las piruetas; una
baranda nos preserva de las caídas; Un pasamanos nos promete seguridad sobre el
puente. Y así, necesitamos un soporte para cada cosa. Pero sobre todo, necesitamos un
soporte existencial para la vida en mejor y mayor sentido.
A estas instancias, dadas las cosas como están, vale la pena plantearnos una inquietud
legítima: ¿Cuál es el eje y el soporte de nuestra vida?
¿Los valores; como el servicio, que da mucho significado a la existencia?
¿El respeto que nos hace vivir en armonía?
¿La preparación que es el soporte y el fundamento del trabajo y del mismo servicio que
se hace, de tal modo, más efectivo y eficiente?
¿La honestidad y la verdad que nos hacen libres?
¿La fe y la confianza que negocian, a nuestro favor, tranquilidad y descanso al corazón?
¿El amor verdadero, que a la vuelta del tiempo nos procura, precisamente, amor para
nuestro propio beneficio; porque el amor es la respuesta al amor?
¿La paz que promueve nuestra propia integridad?
¿La paciencia y todos los frutos del Espíritu?
¿Cuál es el eje y el soporte de tu vida?
En fin, te propongo la religión; la religión de las cosas; la fracción religiosa de las cosas
de este mundo; la parte buena; la huella de Dios, que aún conservan los entes creados.
Pero debes saber que en el principio, todo lo que Dios hizo era “bueno en gran manera”.
Las cosas tenían más religión y la tenían al cien por ciento. Y sobre cualquiera de las
cosas y de las virtudes. Te propongo al Todopoderoso como el soporte infinito que
nos procura apoyo suficiente, abundante y eternamente trascendente. Siendo la causa
total, es también el soporte absoluto de todo lo creado.
2 S. 22:19

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