1 Historia de Verdecito
MOJADOS y con frio, Marcela y
su. pequefio hijo Martin Hegaron por
fin a su casa, En el momento de abrir
a puerta, vieron un pequeno bulto
‘oscuro que corrié delante de ellos y
se meti6 en el cuarto de guardar bajo
Ja escalera.
—jUn ratén! —exclamé Marcela.
—iUn hombrecito verde! —grité
Martin al mismo tiempo.
Marcela fue a buscar una escoba
a la cocina para matar al ratén. En
cambio, Martin corrié al cuarto de
guardar para ver de cerca Ja figura
del hombrecito, pero entre las maletas
y las sillas cojas nada pudo descubrir.Pronto legs Marcela con la escoba,
Pero por mds que sacé algunas cosas
acumuladas y revolvid los rincones, no
encontré ni ratén ni duende verde.
Después, no se sabe si por casua-
lidad, empezaron a suceder cosas
raras, como crujidos en el techo 0 en la
escala; aparecieron paquetes rotos en
la despensa, especialmente de cerea-
les y avena, lo mismo que manzanas
con pequerios mordiseos.
—Es un ratén det bosque que
se metié a la casa para escapar de la
Muvia —seftalé Marecla.
Por mas trampas y venenos que
puso, ningtin roedor cayé en. ellas:
los crujides y pequefios robos en la
despensa no terminaron; al contrario,
fueron en aumento.
—Es el duende, que tiene hambre
—explicaba Martin, dejando trocitos de
pan sin que st madre se diera cuenta,
‘miguitas que pronto desaparecian.
“Se los comié el Verdecito”, pen-
saba el nifio, poniéndole nombre al
pequefto bulto que entré a la casa.
Otro dia, Marcela encontré la
basura del jardin repartida por todas
partes: entre los rosales, en el peque-
fho prado de pasto e incluso colgando
de una rama del magnolio, el tinico
arbusto que daba sombra a la casa,
—No sé qué esté pasando, Pare-
ce como si un diablo se hubiera meti-
do a la casa —alege.
“Verdecito debe ser un duende
malo”, pens6 Martin,
Solo una vez el nifio Io divisé
tirdndose por la baranda de la escala
y desapareciendo répido en el cuarto
de guardar.
“Tal vez Verdecito vino del bos-
gue cercano”, reflexioné Martin, quien
solia hacer paseos con sus amigos por
enorme parque natural.
Si, Verdecito tenia su historia,
‘esas que suele contar el viento o
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