Traç

Màster de tipografia: disciplina i usos

Ignacio de la Concepción Sanz
Este trabajo es una síntesis de lo aprendido en la asignatura de Traç dentro del máster
Tipografia: disciplina i usos de la Universitat de Barcelona.
Es la plasmación de mi viaje a través del trazo, que parte del desconocimiento casi
absoluto, recorre varios puertos y llega a uno en el que me siento cómodo, pero del
que sin duda volveré a zarpar.
Quiero agradecer a Quim Cañellas y Roberto Massadi que hayan sido los capitanes
de este barco, y que me hayan descuierto un nuevo mundo.
Máster de tipografía: disciplina y usos
Los primeros intentos
La primera prueba consistió en intentar
reproducir la «a» de Juan de Yciar.
Basada en el modelo de la letra de libros
de 1550, esta letra contiene 4 trazos: uno
desde arriba hacia abajo, dos diagonales
de subida, uno de bajada y un fino trazo
curvo de inicio.
En los primeros intentos usamos la he-
rramienta más básica para comprender el
grosor de los trazos y su funcionamiento.
En realidad se trataba de dos herramien-
tas unidas con celo. Dos bolígrafos, dos
lápices o dos rotuladores, que sirvieron
para entender el funcionamineto de
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Trazo_2009
los trazos de Yciar y empezar a intuir la
descomposición de la letra.
En estos primeros ejemplos se puede
apreciar claramente que mi dominio de
la herramienta era muy escaso, nunca
había tratado de copiar letras caligráficas
y mi concimiento sobre el
funcionamiento del trazo era nulo.
Este ejercicio es un punto de partida
muy interesante porque me ha permitido
conocer lo más básico del trazo caligrá-
fico y de esta forma avanzar poco a poco
hasta alcanzar un nivel de trazo que en
los inicios no hubiese imaginado.
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Los trazos básicos
Los primeros trazos con la plumilla de
5 mm. fueron complicados. Se trataba
de colocar la plumilla en ángulo de 45º
y observar que ocurría en sus distintos
movimientos. Tras muchos intentos sin
conseguir un resultado que se asimilase
al modelo original, fue necesario cambiar
el planteamiento de trabajo.
Siguiendo el consejo que Quim y Ro-
berto me habían indicado, me dediqué a
repetir los trazos básicos una y otra vez.
Hojas enteras llenas de trazos fuera del
contexto de la letra. El trazo vertical
desde arriba hacia abajo, intentando
controlar la entrada y la salida de la
herramienta. Los trazos curvos, uno de
izquierda a derecha y otro de derecha
a izquierda, y los trazos diagonales
de subida y bajada. De esta forma
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Trazo_2009
aprendí a manejar con algo de destreza
la herramienta y comprendí que según
el movimiento que usase obtendría un
grueso del trazo distinto.
Aunque este fue el paso más laborioso de
todo mi proceso del taller de trazo, fue
imprescindible para poder avanzar. Con
este proceso la plumilla dejó de ser una
herramienta completamente extraña
-y casi podría decir hostil-,para mi
y comenzó a definirse como una
herramienta útil, bella y que me ofrecía
multitud de posibilidades.
En este punto seguíamos trabajando
en el plano de la mímesis de la letra y
conseguí acercarme más a los trazos de
Yciar.
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La de libros en sus inicios
Una vez controlados los trazos básicos
comencé a practicar La de libros de
forma casi obsesiva.
Repetí el abecedario completo de esta
caligrafía muchas veces corrigiendo los
errores que aparecían. A partir de este
punto pude generar palabras y frases.
Jugaba con palabras que tuviesen
ascendentes y descendentes para conocer
en profundidad la pauta que me daba la
herramienta.
La pauta se convierte en un elemento
imprescindible para poder mantener las
proporciones de la letra. Acostumbrado
a escribir en un tamaño menor en el que
la pauta está ya asumida, mi caligrafía
siguiendo el modelo de la Letra de libros
quedaba en un principio desproporcio-
nada. Marcar directamente la pauta ha
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sido el mismo proceso que cuando uno
es niño y le enseñan a escribir.
Una vez asumidas las dimensiones pude
desligarme de la pauta física y marcarla
mentalmente.
En estos ejemplos ya empiezan a verse
otros trazos distintos a los de Yciar y
no sólo con el cursus imaginario de
una letra, sino con formas más libres.
Pequeños dibujos, decoración de las
letras o algunos caracteres que ni siquiera
existían en el siglo XVI.
Cambiar la plumilla de 3 milímetros.
por la de 2, supuso una mejora. Los tra-
zos se hacen más pequeños y la caligrafía
se acerca más al modelo. Considero que
esto a la proximidad entre esta nueva
pauta y la pauta que estámos acostum-
brados a usar en nuestra escritura.
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Máster de tipografía: disciplina y usos
Jugando con los trazos
A medida que este viaje avanzaba, los
diversos trazos y el uso de la plumilla se
hacían cada vez más cercanos, podía ma-
nejar su recorrido y romper con la pauta
y la estructura formal de la letra.
Los primeros dibujos nacieron como
mero entretenimiento para descansar la
mente. Hasta este momento el proceso
de mímesis había sido largo y repetitivo.
Con el dibujo la pauta desaparece y
comienza un juego completamente
libre en el cual los trazos cumplen una
función estética fuera de la caligrafía. No
hay ningún tipo de estructura previa;
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el brazo, la muñeca y, por extensión, la
herramienta fluyen en un ejercicio de
relajación. Así aparecen nuevas formas
y combinaciones de trazos que generan
elementos decorativos muy cercanos al
mundo árabe.
Además el juego con los trazos permite
crear otros signos que no están plan-
teados en los tratados estudiados. Los
números siguiendo el modelo de La
de libros de Yciar o la «@», en un caso
basada en los trazos del propio Yciar y en
otro basada en Palomares.
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Máster de tipografía: disciplina y usos
Otros modelos
Con los trazos de La de libros ya asimi-
lados, pude explorar otros modelos más
complejos.
De Yciar utilicé los modelos de la
Cancilleresca, la Cancilleresca gruesa y la
Cancilleresca Bastarda. Se trata de mode-
los que sirvieron para introducir la letra
Cancilleresca en España y para que Yciar
crease la llamada Bastarda española.
Se puede observar como las letras
comienzan a unirse mediante trazos
finos y diagonales demostrando el gran
dominio de Yciar en la escritura.
Los ejemplos de Palomares siguen esa
misma idea de unión entre letras y
además aporta en 1976 un pequeño
catálogo de trazos en lo que el denomina
Demostración de los trazos, ò rayas que
puede hacer la pluma, de que se componen
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todo genero de letras. Este catálogo
también fue muy útil en el proceso de
descomposición de los trazos básicos de
la letra. Con Palomares también comen-
cé a usar mayúsculas y a combinar estas
con las minúsculas.
En este proceso también utilicé modelos
de Palatino o Torío. El cambio de mode-
lo supone el cambio de pauta principal-
mente en lo que se refiere a ascendentes
y descendentes. Los intentos de cursar
la letra siguiendo el modelo de Torío
han sido poco fructíferos, e incluso la
reinterpretación del resto de modelos
para ser cursados tampoco han obtenido
el resultado deseado. En este sentido
creo que todavía me queda camino por
recorrer.
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Máster de tipografía: disciplina y usos
Experimentación
Una de las fases más divertidas de todo
el proceso fue la de experimentación.
Cambiar de herramienta y de soporte
amplia mucho el campo de acción. A
lo largo de todo el trabajo he probado
distintos papeles con distintos gramajes
y texturas. El papel usado para bocetos
servía para las primeras pruebas con la
herramienta doble, pero con la plumilla
o el pincel la tinta se expandía demasia-
do, deformando el trazo. El papel satina-
do se comía la tinta y tampoco resultaba
efectivo. El que mejor se adaptaba a la
herramienta, la tinta y mis necesidades
-tanto en la experimentación como en el
resto de procesos-, fue sin duda el papel
de 70-80 gramos; un cuaderno especial
de Letraset para rotulador y los clásicos
DIN A-4.
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Las distintas herramientas que usé me
permitieron comprobar los cambios
de pautas y como los modelos pueden
adaptarse a esos cambios. Sin embargo,
en algunas herramientas, los trazos
cambian y la descomposición que había
realizado anteriormente ya no sirve.
Los ejemplos más claros en este sentido
son los realizados con pinceles y con
unos rotuladores caligráficos. En ambos
casos el trazo puede ser continuo,
escribiendo palabras enteras sin que la
herramienta se separe del soporte. La
entrada y salida de la herramienta y la
presión ejercida se convierten el factor
más importante.
Otro ejemplo interesante fue el cambio
de alfabeto, usando grafismos chinos.
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Máster de tipografía: disciplina y usos
Trazos de luz
Una segunda fase de la experimentación
consistió en llevar a cabo el ejercicio
propuesto de realizar trazos con una
herramienta lumínica.
Un nuevo cambio de soporte -el aire-,
y de herramienta -brazo, luz y cámara
de fotos-.
Realicé varias pruebas. Algunas hechas
con una pauta que marcaban dos cuer-
das y otras sin ella. Utilicé un puntero
de luz y un iPod que producían distintos
efectos en el trazo.
Los resultados tienen sus aciertos y sus
fallos, pero como experimento fue muy
interesante. Por un lado comprobé que
las letras ligadas eran más sencillas ya
que la herramienta podía mantenerse
encendida de forma continua y no se
perdían las referencias entre cada letra.
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Aún así en ocasiones era necesario apagar
la luz para llevar a cabo determinados
trazos como el punto de la «i» o el asta
horizontal de la «t». Por otro lado pude
observar como el trazo se relaciona entre
sí, entrando y saliendo por delante o por
detrás.
Con el iPod busqué los distintos trazos
que componen la Letra de libros de
Yciar con la idea de poder conbinarlos
hasta encontrar sus letras. La pantalla de
la herramienta podía funcionar como
una plumilla biselada pero el efecto no
se aprecia mucho.
Saqué cuatro trazos básicos pero en la
descomposición que he realizado en
el trabajo final he descubierto que hay
alguno más y sería necesario dibujarlos
con luz para poder terminar el proyecto.
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Máster de tipografía: disciplina y usos
El esqueleto de la de libros
El estudio final es la descomposición del
modelo de Yciar en sus distintos trazos.
La herramienta es la plumilla de 3
milímetros con tinta caligráfica negra
y naranja. Los soportes son papel sobre
cartón pluma y acetato.
Esta secuencia parte de todas las letras
del modelo con el número de trazos y
la dirección de los mismos indicada en
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cada una de ellas. Después va sumando
uno a uno los acetatos con los distintos
trazos. Yo encontré seis trazos diferentes
y añadí otro acetato con lo que conside-
ro elementos decorativos.
En parte baja de cada acetato marco los
diferentes modelos que existen dentro de
un mismo trazo.
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