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XXI encuentro académico de afacom

Nº 11
Especial 5ºa niversario
Julio-diciembre de 2003
ISSN 0123-6938
PRESENTACIÓN ... 3

e LOS EDITORES

NACIONALIDAD Y GLOBALIZACIÓN
Capitalismo, esfera pública global y la televisión digital terrestre ... 5
CÉSAR RICARDO SIQUEIRA BOLAÑO
VALERIO CRUZ BRITTOS

Globalización, multiculturalismo y comunicación ... 19


c
LUIS IGNACIO SIERRA GUTIÉRREZ

Medios de comunicación y nación:


apuntes para una lectura de fragmentos en la globalización ... 33
ALEXIS V. PINILLA DÍAZ
JOIMER EDGAR ROBAYO

DIVERSIDAD E IDENTIDAD NACIONAL


i

Formación ciudadana e identidades sociales en Colombia


Una mirada desde el campo de la educación-comunicación ... 43
RAÚL INFANTE ACEVEDO
MARTHA CECILIA HERRERA
ALEXIS PINILLA DÍAZ

Inmigración y educación multicultural


El caso de los inmigrantes calificados en los Estados Unidos ... 55
d

GUILLERMO ALEJANDRO D´ABRACCIO KREUTZER

Comunicación y salud. Instrumento y rutina ... 65


HÉCTOR HERNANDO QUINTERO GÓMEZ

POLÍTICAS DE COMUNICACIÓN Y CULTURA


La cultura suma
Las políticas culturales y economía de la cultura ... 73
n

CARLOS E. GUZMÁN CÁRDENAS

ESTÉTICAS Y CONSUMOS CULTURALES


Imaginarios sociales y estética ciudadana ... 97
ARMANDO SILVA

Usos sociales de la televisión en audiencias familiares ... 103


TOMÁS VÁSQUEZ ARRIETA
GUILLERMO CÁRDENAS P.
Í

ALEJANDRO MARTÍNEZ
escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

Culturas juveniles urbanas contemporáneas:

e una aproximación antropológica ... 111


ÁNGELA GARCÉS MONTOYA

El espectáculo futbolístico: «un carnaval cívico» ... 125


FEDERICO MEDINA CANO

Abstracts...132
c
Los autores...136
Pautas para publicar en Escribanía...140
Red iberoamericana de revistas de comunicación y cultura...142
i
d
n
Í

2
PRESENTACIÓN

CÉSAR AUGUSTO l presente número de Escribanía es especial, en

E
MONTES LOAIZA primer lugar, porque es el número del 5º aniversario
ANCÍZAR de la revista, cuya primera edición apareció justamente
NARVÁEZ MONTOYA en el segundo semestre de 1998 y desde entonces ha
aparecido rigurosamente cada semestre hasta ganarse
FACULTAD DE
COMUNICACIÓN SOCIAL
un lugar en el mundo de las publicaciones de
Y PERIODISMO comunicación en toda Iberoamérica. La importancia
de cumplir cinco años no es menor, si se considera la
AGOSTO DE 2003
duración promedio de las revistas académicas, especialmente cuando
dependen de instituciones privadas y realmente pequeñas, que tienen
que hacerlo no sólo con recursos propios sino sacrificando otras
actividades a las que a veces las universidades dan prioridad por encima
de lo académico, porque suelen ser más vistosas socialmente.

Es especial, en segundo lugar, porque coincide con el XXI Encuentro


Académico de la Asociación Colombiana de Facultades y Programas
Universitarios de Comunicación e Información (AFACOM), cuya
organización ha sido confiada en buena hora a la Universidad de
Manizales. Teniendo en cuenta las dificultades de edición que suelen
presentarse a la hora de recuperar las memorias de esta clase de
eventos, hemos decidido dedicar el presente número a una selección
de los trabajos más elaborados desde el punto de vista de la edición
académica. Así, los asistentes al XXI Encuentro contarán desde el
primer momento con una selección de la mayoría de las ponencias
presentadas, debidamente editadas, con lo que se les otorga una mayor
difusión y proyección a estas producciones.

Es necesario aclarar los procedimientos de selección tanto de las


ponencias leídas en el evento como de las que fueron editadas y
publicadas en forma de artículo. En total se presentaron 24 propuestas
de ponencia de todo el país, de las cuales siete fueron de profesores
de Manizales y, de ellas, cuatro de profesores de la Universidad de
Manizales. Para la revisión de las ponencias externas se conformó
un Comité Académico de profesores de la Universidad de Manizales,

3
escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

mientras que las ponencias de Manizales fueron sometidas a evaluación


externa, por el método «doble ciego». Los evaluadores externos
aceptaron cuatro de las siete propuestas. El Comité Académico del
Encuentro seleccionó ocho propuestas para ser leídas, con lo que se
suman 12 ponentes, aparte de cuatro invitados especiales para cada uno
de los subtemas del Encuentro.

Estos documentos constituyen el contenido básico de la presente edición,


obviamente después de ser sometidos a un proceso que los convirtiera
en documentos publicables en una revista que pretende conservar su
seriedad científica y tecnológica. Desde el punto de vista del control
académico, la única diferencia es que en vez de árbitros en sentido
estricto, los textos han sido seleccionados por dos comités. Obviamente,
no todas las ponencias presentadas (así sea de ponentes invitados), han
sido publicadas, pues las exigencias de elaboración de los documentos
son mayores en este caso que las normales de una presentación en público.
Así mismo, se ha dejado por fuera -a propósito- los trabajos de los
profesores de la Universidad de Manizales.

El tema del encuentro: «Comunicación, proyecto de nación y


globalización» es suficientemente amplio como para ser subdividido
en muchos campos de discusión. Sólo queremos señalar que es cuando
menos curioso, por no decir preocupante, que entre todos los trabajos
abundaran las propuestas de lecturas alternativas y preocupaciones
estéticas y narrativas, lo cual está muy bien, pero no se presentó sino una
reflexión en torno a las políticas de comunicación y cultura, lo cual no
suena tan bien, pues parece que les estamos dejando el campo de las
decisiones sólo a los políticos y a los empresarios.

Quienes no hayan asistido al Encuentro de Afacom, podrán hacerse una


idea, a través de la lectura de este número 11 de Escribanía, de lo que se
está pensando y escribiendo en buena parte de la Academia de la
comunicación en Colombia. Esperamos que esta selección de textos
sirva, como siempre, para contribuir al debate. El juicio sobre los trabajos
es de los lectores.

Los Editores. “La academia de la


comunicación en el
Eje Cafetero”
4
NACIONALIDAD Y GLOBALIZACIÓN

Capitalismo, esfera pública global y la


televisión digital terrestre
CÉSAR RICARDO SIQUIERA BOLAÑO
VALERIO CRUZ BRITTOS

Abstract
Se presentan algunos elementos teóricos generales sobre las
relaciones entre tecnología, capitalismo y esfera pública que se
consideran fundamentales para el buen juicio sobre el problema;
así mismo, se exponen las perspectivas de una política de
desarrollo alternativo para los países no hegemónicos, en el
interior de la cual se debería insertar una política industrial para
el audiovisual, coherente con las necesidades de inclusión social y
de universalización del acceso a los medios técnicos que
estructuran la esfera pública. La discusión se centra en si es más
conveniente adoptar uno de los sistemas de TDT ya existentes en los
países desarrollados, con la consiguiente entrega del mercado y las
posibilidades de desarrollo científico-técnico al capital
trasnacional, o si, por el contrario, se debe formar una alianza
China-India-Brasil-otros países de América latina para desarrollar
una plataforma propia, generar desarrollo científico-técnico
endógeno, fortalecer el mercado interno y democratizar la esfera
pública a través de la inclusión de los sectores sociales hoy
excluidos de la tecnología por falta de capacidad de pago.

escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003 - pp 5-18

5
escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

Introducción comunicaciones, donde el medio en general, -afec-


tado profundamente en su trabajo y en sus nego-
Desde las décadas finales del siglo XX, el mun- cios por la introducción del paradigma de la digi-
do está pasando por grandes transformaciones li- talización-, ejerce un importante papel, organiza-
gadas a la reordenación capitalista, las cuales, a do cada vez más por el principio económico de la
su vez, también provocan movimientos de los agen- exclusión por los precios.
tes no hegemónicos. Tales transformaciones se En la nueva esfera pública globalizada, la tec-
refieren al conjunto de la sociedad global y no se nología y los nuevos medios generan impactos,
limitan a la esfera económica y política. La esfera tanto económicos como políticos, en las formas
pública es directamente afectada, debido, en par- de sociabilidad, afectando el espacio público. En
te, a las deslocalizaciones de los medios de comu- la disputa por vencer los límites impuestos por el
nicación (nuevos y antiguos), sobre los cuales ella capital y por la expansión de la cultura ligada a
se estructura. Debido a eso, el espacio público los dictámenes del consumo, se propone la con-
contemporáneo requiere un estudio riguroso del formación de una comunicación popular libera-
papel de las tecnologías de la información y de la dora, articulando democracia y ciudadanía y pro-
comunicación. Tales dispositivos tecnológicos se bando y construyendo potencialidades, que inci-
insertan en la sociedad de un modo determinado den en el actual movimiento de digitalización ge-
históricamente, incorporando así las contradiccio- neral, fruto de la revolución electrónica y de la
nes características de todo tipo de esfera pública reestructuración del capitalismo. Si hoy las téc-
burguesa. Es en ese proceso contradictorio que nicas configuradas principalmente por la circula-
se sitúan las alternativas democráticas de una co- ción de las informaciones envuelven los intereses
municación popular organizada a partir de los mo- de los capitales, también son el canal principal
vimientos sociales. de interacción social; es por medio de ellas que
En esta nueva esfera pública que emerge en la las experiencias alternativas también deben ser
congruencia de la reorganización del capitalismo, diseminadas, fortalecidas, apropiadas y re-tra-
la aceleración de la innovación tecnológica y el bajadas.
dominio neoliberal, nuevos lugares son periférica- La implantación de la Televisión Digital Terres-
mente articulados, envolviendo y desarrollando tre (TDT), debe ser vista en esos términos. En
elementos importantes para un pleno ejercicio de verdad, como no se trata de un nuevo medio, o de
la ciudadanía, como el perfeccionamiento de los un medio híbrido como la Internet, sino de una
modelos de educación formal e informal, los siste- nueva plataforma de servicios hacia la cual pue-
mas de gobierno electrónico, ciertas tendencias de den migrar tanto la televisión de masas actual como
refuerzo de la diversidad cultural, de la pluralidad la televisión segmentada y la propia Internet, ade-
en el tratamiento de la información, de la disponi- más de otros servicios de telecomunicaciones, el
bilidad de contenidos locales, el rescate de tópi- debate en torno a la implantación de la TDT pue-
cos histórico-culturales, la divulgación de ideas no de ser entendido como una oportunidad funda-
hegemónicas y la articulación de los movimientos mental para la democratización de los medios de
sociales en redes virtuales; todo esto dependien- comunicación y la inclusión digital. En ese sentido,
do no sólo de la ampliación del número de canales antes de discutir el «modelo de negocio» más ade-
y medios de comunicación por fuerza del desa- cuado al medio, es preciso decidir el «modelo de
rrollo tecnológico simplemente, sino principalmente esfera pública» a implantar.
por la definición de las políticas nacionales de co- En este artículo presentaremos algunos elemen-
municación, más o menos permeables a los pre- tos teóricos generales sobre las relaciones entre
siones de grupos de intereses hegemónicos o con- tecnología, capitalismo y esfera pública que con-
tra-hegemónicos. Estos elementos de orden diver- sideramos fundamentales para el buen juicio so-
so de la lógica capitalista, que apuntan a las posi- bre el problema; así mismo, las perspectivas de
bilidades de prácticas de comunicación más de- una política de desarrollo alternativo para los paí-
mocráticas, son limitados por la fuerza y el control ses no hegemónicos, en el interior de la cual se
de los capitales, en especial en el campo de las debería insertar una política industrial para el au-

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Capitalismo, esfera pública global y la televisión... - Cesar R. Siquiera B. y Valerio Cruz B. - pp 5-18

diovisual, coherente con las necesidades de inclu- por suscripción, es la ampliación de los lugares
sión social y de universalización del acceso a los mercadológicos, justamente en un momento de ex-
medios técnicos que estructuran la esfera pública. pansión del carácter excluyente del capitalismo.
Chesnais aclara que el resultado de la combina-
Tecnología y sociedad ción «de las nuevas tecnologías y de las modifi-
caciones impuestas a la clase trabajadora, en
El avance tecnológico está en la base de la re- lo tocante a la intensidad del trabajo y la pre-
estructuración económica, marcada por la crecien- cariedad del empleo», permitió «a los grupos
te interdependencia de mercados permitida por la americanos y europeos la posibilidad de cons-
deslocalización instantánea de enormes cantidades tituir, con la ayuda de sus Estados, zonas de
de recursos financieros y de información, indispen- bajos salarios y de reducida protección social».1
sables para la realización de los negocios. Pero tam- La técnica puede ser refuncionalizada, como
bién el mundo de la producción de bienes y servi- en algunas experiencias alternativas, pero enton-
cios materiales se ve afectado por el desarrollo con- ces para su uso como instrumento de espacio pú-
junto de los sistemas de transporte y de los medios blico, requiere intervención estatal: no puede que-
de comunicación que impulsan una homogeneiza- dar a merced de voluntarismos. Economía y la
ción de los patrones de consumo y de los modos política se articulan así a través de las redes de
de vida, muchas veces imperceptibles a aquellos comunicación.
que excesivamente concentrados en el momento, Eso evidencia la contradicción inherente a
también característico de la situación actual de frag- aquello que Habermas llama la esfera pública bur-
mentación, no son capaces de percibir la dinámica, guesa, una organización política socio-económi-
másificación/diferenciación inherente al desarrollo de ca sin precedentes, forjada con el derrocamien-
la cultura de masas. to del poder feudal y el desarrollo del capitalis-
El hecho es que tanto en el sector financiero mo mercantil del siglo XVI. Su constitución re-
como en el productivo y, en la organización de los presenta para el autor un efectivo avance demo-
flujos de información, ocurre un movimiento de crático al reducir el poder del Estado sobre la
concentración oligopólica que aparta al sistema del sociedad: «La esfera pública burguesa se de-
ideal liberal de los primeros ideólogos. A lo largo sarrolla en el campo de las presiones entre el
del siglo XX, tecnologías como el cine, la radio y Estado y la sociedad, pero de tal modo que
la televisión -y la fotografía desde el siglo XIX, ella misma se torna parte del sector privado.
como impulsor de la venta de diarios-, incremen- La separación radical entre ambas esferas en
taron el consumo, pero tal papel es mucho mejor la cual se fundamenta la esfera pública bur-
desempeñado por Internet y sistemas audiovisua- guesa significa inicialmente sólo el desplaza-
les que incorporan aparatos que son capaces de miento de los momentos de producción social
captar imágenes y audio remotos a través de saté- y del poder político conjugados en tipología
lites, cables y conexiones de fibra óptica. Queda de las formas de dominación de la Edad Me-
claro que los recursos de la técnica han aproxima- dia avanzada. Con la expansión de las rela-
do compradores y vendedores, o inversionistas e ciones económicas de mercado surge la esfe-
instituciones financieras, reduciendo distancias por ra de lo «social» que impide las limitaciones
imposición de las reglas internas al proceso de de la dominación feudal y vuelve necesarias
acumulación de capital y sus diferentes fases de formas de autoridad administrativa».2
desarrollo. El marco tecnológico contemporáneo consti-
La cuestión tecnológica ,entre tanto, no es la tuye un enorme potencial que no puede ser des-
fundamental. Lo que importa es que a partir de los preciado por los sectores populares. Este embate
dispositivos técnicos se constituye una condición
de base para el surgimiento de la reestructuración 1 Chesnais, François. A mundialização do capital. São Pau-
de la esfera pública que garantiza la legitimidad lo: Xamã, 1996. p. 35.
del sistema de dominación. Lo que ocurre con In- 2 Habermas, Jürgen. Mudança estrutural da esfera pública.
ternet y la interactividad permitida por la televisión Rio de Janeiro: tempo brasileiro, 1984. p. 169.

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escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

mediático-virtual no anula las distancias, aunque Si la parcialidad de la esfera pública es inhe-


las reduce en gran escala, lo que remite a la nece- rente a la propia condición del capitalismo, no hay
sidad de emprender las acciones en dirección a la porqué imaginar que las simples innovaciones tec-
utilización y recreación de los media al lado de nológicas van a representar su ampliación. Se tor-
proposiciones y confrontaciones en las diversas na esencial resaltar que esa lógica contradictoria
arenas sociales. No se trata de una valorización general del capitalismo y de la esfera pública bur-
excesiva de los espacios comunicacionales, sino guesa se manifiesta también en la estructura de los
de un reconocimiento de que las instituciones le- medios de comunicación, replicando la contradic-
gales ligadas a la esfera pública, centradas en los toriedad intrínseca al desarrollo tecnológico, en ese
parlamentos hace mucho tiempo no protegen a los modo de producción, entre fuerzas productivas y
ciudadanos contra el Estado. Subyace una nece- relaciones de producción.
sidad de retorno a la distinción entre público y pri- En su clásico texto Teorías de la Radio, Bre-
vado, principio con larga tradición en el pensa- cht presenta la cuestión con toda claridad al de-
miento político y social occidental, desde los de- mostrar que la radio podría transformarse en un
bates filosóficos de la Grecia clásica sobre la vida medio de comunicación «fabuloso»:
de la polis y sus reuniones para proyectar un or- «La radio sería él más fabuloso aparato de
den social sustentado en el bien común. Espacios comunicación imaginable de la vida pública y
como el Foro Social Mundial denotan la posibili- un sistema de canalización fantástico, o sea,
dad de separación entre Estado y sociedad civil, lo sería si no solamente transmitiese sino que
como desvinculación de ésta de la racionalidad también recibiera, por tanto, sino permitiese
económica. solamente oír al radioescucha, sino también
La esfera pública habermasiana nunca incor- hacer hablar y no aislar, sino ponerse en co-
poró toda la sociedad, en la medida en que refle- municación con él. La radiodifusión debería
jaba las desigualdades del sistema en que estaba en consecuencia proveer a quien la provee y
inserta. Por eso, lo que la descaracterizó no fue su constituir a los oyentes en proveedores. Pero,
carácter parcial -en verdad, el proceso de masifi- es parte de las obligaciones de la autoridad
cación simbolizó nuevas dificultades para su per- suprema informar regularmente a la nación,
manencia, por traer demandas de otro orden, ac- mediante la radio, acerca de su actividad y la
tores con formaciones diversas y dificultades de legitimidad de sus actuaciones. La tarea de la
debate racional con públicos tan amplios-, sino su radiodifusión, como un todo, no se agota en
dominio por lo privado, identificable inmediata- transmitir estas informaciones. Además de
mente en las industrias culturales, no sólo defini- esto, tiene que organizar la manera de pedir
das empresarialmente sino como representantes la información, convertir los informes de los
de intereses de los capitales. gobernantes en respuestas a las preguntas de
De acuerdo con Habermas, hay una formaliza- los gobernados. La radiodifusión tiene que
ción de las discusiones tornándose «el consenso hacer posible el intercambio, sólo ella puede
sobre la cuestión» gradualmente superfluo debido organizar ampliamente las conversaciones
«al consenso en el procedimiento». Cuestiones entre las ramas del comercio y los consumido-
fundamentales son definidas como problemas res sobre la normalización de los artículos de
de etiqueta en cuanto los conflictos que resul- consumo, los debates sobre el aumento del
tan en «polémica pública son desviados hacia precio del pan, las disputas de las ciudades. Si
el nivel de los atributos personales».3 Eso de- consideran esto utópico les ruego reflexionar
grada el propósito original de un lugar de conver- sobre lo que es utópico».4
sación racional, dirigida a la formación de una opi-
nión pública libre, constituyéndose, al contrario,
un espacio público parcial presente en los bordes 4 Brecht, Berttold. «Teorias de la radio». Eptic On Line -
Revista de Economía Política de las Tecnologías de la Infor-
de las formas de la publicidad dominante. mación y Comunicación, Aracaju, vol. 5, n. 2, maio-ago.
2003. Disponible en: <www.eptic.com.br>. Acceso en: 22
3 Ibid., p. 194. mar. 2003.

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Capitalismo, esfera pública global y la televisión... - Cesar R. Siquiera B. y Valerio Cruz B. - pp 5-18

Para que la televisión digital, la Internet, la tele- sición de todos y dirigida a la participación multi-
visión abierta, la radio, el cine, o el periódico pue- cultural, continúa como una meta a ser alcanzada.
dan cumplir un papel de espacio público inclusivo, Esto porque la lógica subyacente al desarrollo de
tienen que convertir la lógica, que no está deter- Internet es la misma relativa a la implantación de la
minada tecnológicamente, sino construida en la televisión segmentada, por oposición en la televi-
relación de empresarios-Estados-usuarios. sión de masas: la de la exclusión por los precios,
Concebir otra televisión (o una Internet que desde el punto de vista de la economía, que se
remonte las utopías proyectadas hace 10 años) produce, en el campo de la política, en la privati-
implica dejar de encarar los medios como activos zación de la esfera pública.
inmateriales y materiales, y verlos como parte bas- Así, la esfera pública viabilizada por la tecno-
tante significativa de lo que puede llegar a ser un logía contemporánea, de forma semejante a lo
espacio público democrático. No son las indus- que ocurría con la esfera pública burguesa del
trias culturales simples mediadoras complementa- siglo XIX, sigue restricta a sectores cultos y re-
rias de un debate trabado externamente, son el lativamente ricos, permaneciendo para la inmen-
palco donde la realidad social es construida y pre- sa mayoría de la población mundial totalmente
sentada. Son también los orientadores de la so- válido el paradigma de la Cultura de las Masas.
ciedad que intenta adaptarse a sus dictámenes No obstante, son innegables las posibilidades de
(controlados por capitales privados esencialmen- efectivos avances democráticos que el nuevo
te), para poder publicitar sus propósitos, y el úni- medio ofrece, derivados de la interactividad y del
co camino para la mayor parte de los ciudadanos trabajo en red.6 Eso, entre tanto, pasa por una
orientarse e informarse sobre el mundo. Fuera de reorientación del modo de pensar la comunica-
los medios proliferan micro-lugares de disputa por ción proyectada como negocio en los discursos
el sentido de grupos de intereses, que no pueden postmodernos, que no sólo no responsabiliza a
ser confundidos con espacio público, función no los medios sino que llega a celebrar sus conteni-
verdaderamente desempeñada por la comunica- dos, mediante la elección de la producción de
ción industrial. sentido como factor único a ser tenido en cuenta
en el juego comunicacional, bajo «la égida del
Global y restringida principio de mercado que se muestra más he-
gemónico que nunca, en el sentido de pilar de
Con el desarrollo de las tecnologías mediáticas la regulación, dado que produce un exceso de
viabilizadoras de la interconexión mundial de am- sentido que invade el principio de Estado y el
plios segmentos, se retoma la idea de la constitu- principio de comunidad, tendiendo a dominar-
ción de una esfera pública global próxima a la con- lo de forma mucho más profunda que ante-
cepción original de Habermas, pero más directa- riormente».7 Queda clara así la inviabilidad de
mente vinculada a Marx y a la discusión sobre la construir una esfera pública popular y dialógica a
reestructuración capitalista.5 La idea de una con- lo largo del proceso de discusión acerca de las
tradicción inherente en la esfera pública en el ca- macro-transformaciones económico-sociales en
pitalismo es central en esta concepción, lo que que se forjan acciones sociales, posturas estata-
permite explicitar a un tiempo su evolución en el les y reacciones conservadoras, así como la im-
sentido de refinamiento de los instrumentos de posibilidad de hacerlo sin una acción estatal, in-
dominación y las posibilidades liberadoras que le virtiéndose el proceso original, donde el Estado
son propias. Dicho de otra forma, el espacio pú- era aquél ente que debería justamente ser con-
blico en cuanto dinámica incorporadora a dispo-
6 Sobre el tema, ver Bolaño, César et allii. Economia Política
5 Ver Bolaño, César. La génesis de la esfera pública global. da Internet. Aracaju: UFS, 2003. Mimeografado.
Nueva Sociedad, Caracas, N. 147, p. 88-95, jan./fev. 1997. 7 Santos, Boaventura de Sousa. A crítica da razão indolente:
Artículo incorporado en su totalidad a Bolaño, César. O contra o desperdício da experiência. Porto: Afrontamento,
império contra-ataca Aracaju: Eptic, 2002. Disponible en: 2000. v. 1: Para um novo censo comum: a ciência, o direito e
<www.eptic.com.br>. Acceso en: 21 mar. 2003. a política na transição paradigmática. p. 143.

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escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

trolado y sometido a las leyes de aquél foro de- ción estatal, pero eso no implica que el Estado sea
mocrático. un agente neutro. No se desconoce su origen de
Lo mismo en el plano ideal, el espacio público clase y su condición de instrumento de los secto-
hoy, conforme es abordado por las Ciencias So- res dominantes. En un caso específico, Eli Diniz,
ciales críticas, es un locus (a ser construido) que estudiando las relaciones entre Estado y empre-
va más allá de su prototipo del siglo XVIII, en la sarios en el periodo inicial de la industrialización
medida en que debe incorporar a todos los ciuda- nacional, observa que el ensanchamiento de la es-
danos, no sólo a los propietarios; lo que implica la fera de acción estatal y la consolidación del sector
superación de la idea original de lugar burgués, lo privado de la economía no fueron percibidos como
que ya estaba puesto en el momento de la trans- objetivos contradictorios, sino solidarios, en la
formación estructural de la esfera pública en el paso construcción de la sociedad industrial brasileña,
del capitalismo concurrencial al monopolista, cuan- convergiendo teóricos autoritarios y líderes em-
do surge la Industria Cultural y la Cultura de Ma- presariales.8 Mas ese mismo Estado, que es inter-
sas, que en la concepción de Habermás acaban ventor o ausentista conforme a los intereses del
por esterilizar el potencial político de la esfera pú- capital, a partir de la presión social puede des-
blica original. viarse y contribuir con medidas que, si son conti-
La situación actual puede ser identificada, por nuadas, a largo plazo pueden viabilizar un cuadro
tanto, en un aspecto fundamental como aquél mo- más próximo de espacio público. Para eso, los
mento de paso de la esfera pública clásica hacia el movimientos sociales deben identificar espacios de
sistema de manipulación de las conciencias que influencia usando el ínfimo espacio público exis-
prevalecerá, siguiendo al autor en su trabajo de tente, valiéndose de políticos electos con compro-
los años 60, durante el siglo XX. La reestructura- misos populares, presionando aquellos que, sien-
ción actual responde en gran medida al carácter do profesionales, en último caso prefieren entrar
crítico más restringido de la esfera pública origi- en choque con grupos económicos a desgastarse
nal, de modo que se impone de nuevo la lucha por frente a los electores.
la eliminación de las fronteras que excluyen a la La idea de una sociedad civil mundial es cues-
mayoría de la población mundial, lucha ahora por tionable, pues se trata básicamente de una ficción,
el acceso a los nuevos medios interactivos, lo que sin ninguna relación con los mecanismos institu-
exige no sólo la disponibilidad de la infraestructu- cionales que componen la espina dorsal del Impe-
ra sino toda un política de inclusión, incluyendo la rio, incluyendo sólo, y de modo informal, parcelas
socialización del capital cultural, sin el cual la de- ínfimas de ciudadanos de algunos países, en tanto
mocratización y el ideal de autonomía de los suje- que la inmensa mayoría de la población mundial
tos no se podrá realizar. permanece presa de los mecanismos cada vez más
Por eso, no es el Estado el único antagonista de inocuos de los Estados nacionales, sometidos
las disputas de la sociedad civil que busca un espa- muchas veces a gobiernos que, además, comba-
cio público para presentar sus demandas, generar ten cualquier remedo de sociedad civil en el ámbi-
debates y obtener posicionamiento. En el límite, las to de los países que controlan. La esfera pública
acciones que se transmiten en este lugar y son oriun- global es, por tanto, un fenómeno aun más exclu-
das de los movimientos sociales, ahora proponen yente de lo que son sus manifestaciones en el pla-
no sólo su autonomía con relación al Estado, como no nacional. Hecha esta reserva, se debe destacar
se observa, por ejemplo, en la organización del Foro que la participación de organizaciones no guber-
Social Mundial, sino también el control del propio namentales (ONG) en foros multilaterales es una
mercado dominado hoy sin duda por intereses oli- demostración de un nivel de articulación de secto-
gopólicos. El Estado mismo en esas condiciones res de la ciudadanía a nivel mundial. Se trata de
debe ser entendido como lugar de lucha de clases, una presencia que gana expresión y muchas veces
y en ese sentido, espacio también de acción dirigi- lugar en los medios, pero corre el riesgo de redu-
da hacia la transformación social.
Para que el mercado sea sometido a la lógica 8 Diniz, Eli. Empresário, Estado e capitalismo no Brasil:
social, es indispensable el poder de reglamenta- 1930/1945. Rio de Janeiro: Paz e Terra, 1978. p. 290-291.

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Capitalismo, esfera pública global y la televisión... - Cesar R. Siquiera B. Valerio Cruz B. - pp 5-18

cirse a la micropolítica, lo que remite a la idea de rrollo de la microelectrónica y del amplio pro-
que los espacios públicos existentes no consiguen ceso iniciado en los años 70’s de reestructura-
ser aglutinadores. ción productiva, alterando profundamente el
Siendo así, una esfera pública democrática y patrón de acumulación vigente en el período
popular, aun no puede ser plenamente constituida, expansivo de posguerra.
ni puede estar en dependencia únicamente de pro- Lo que nos interesa enfatizar aquí es que ese
cesos de digitalización, sea la digitalización de hoy movimiento de subsunción de trabajo intelectual,
u otro avance futuro. Pero esto no se debe a las una situación en que la innovación adquiere un papel
características específicas de la dinámica de la glo- central en la dinámica del sistema, de modo que la
balización. La «participación de agentes de lo- competitividad de las empresas y países, así como
calidades subalternas» existe, pero se sobrepo- las condiciones determinantes de la hegemonía
nen las diferencias «entre naciones dominantes económica y de las relaciones de dependencia,
y dominadas», o ricos y pobres.9 Es que el pro- estarán especialmente ligadas a aquello que los
blema de la exclusión no se circunscribe a fenó- economistas llaman «apropiabilidad», o sea, la
menos específicos como la globalización sino que capacidad de internalización del conocimiento para
es inherente al capitalismo. Así, para que los me- garantizar la producción autónoma de tecnología
dios pasen de la mera producción de mercancías -por oposición a la mera «accesibilidad», amplia-
y se aproximen al ideal de arena pública de publi- mente posible hoy, ya que las exportaciones de
cidad e intercambio de ideas consecuente, es pre- tecnología pasan a ser elemento básico de las es-
ciso un amplio movimiento que va más allá de los trategias empresariales de los más amplios secto-
medios y, superando las contradicciones entre el res -incluyendo el trabajo científico, lo que altera
mercado y lo público, construya nuevas formas de forma profunda las relaciones entre ciencia y
de organización de las entidades productoras, pro- tecnología e innovación.
gramadoras y distribuidoras de flujos comunica- El elemento clave de la dinámica económica
cionales. de la llamada «nueva economía» no es solamente
la información o el conocimiento codificado, sus-
Economía del conocimiento ceptible de ser transmitido sobre un soporte físi-
co cualquiera, independientemente de la figura del
y esfera pública productiva trabajador que lo produjo, sino aquel conoci-
miento tácito, que no se separa del sujeto y que
Con lo que ya se ha dicho podríamos entrar depende de un complejo proceso de aprendiza-
en el tema de la televisión digital, un eventual je, que envuelve la movilización, por ejemplo, en
instrumento de organización de esfera pública lo que se refiere al desarrollo de base local, de
en el capitalismo avanzado. Pero hay una nueva un conjunto de actores sociales, a partir de arre-
dimensión del problema, no directamente liga- glos institucionales, para los cuales es fundamen-
da a la TDT, que precisa ser aclarada para com- tal la acción de las autoridades públicas y de la
pletar el cuadro de las determinaciones genera- Universidad. La movilización del conocimiento
les del debate en torno a la esfera pública: se tácito exige el intercambio y el contacto directo
trata de aquello que viene siendo llamado la entre los trabajadores intelectuales y, por tanto,
Economía o Sociedad de la Información y del una concentración espacial de los recursos hu-
Conocimiento. No parece posible entrar aquí manos capaces de interactuar a través de redes
en detalle sobre el tema, cuyo aspecto funda- formales o informales, articulando conocimien-
mental, a nuestro modo de ver, es el de la sub- tos y unificando códigos, lo que, digamos de paso,
sunción del «trabajo intelectual»,10 ligada a la
expansión de las tecnologías de la información 10 Bolaño, César. «Trabajo Intelectual, Comunicación y Capi-
y de la comunicación ocurrida a partir del desa- talismo: la reconfiguración del factor subjetivo en la actual
reestrucutración productiva.» En: Quirós, Fernando y Sie-
rra, Francisco. Comunicación, Globalización y Democra-
9 Brittos, Valério. Recepção e TV a cabo: a força da cultura cia: crítica de la Economía Política de la Comunicación y la
local. 2. ed. São Leopoldo, 2001. p. 198. Cultura. Sevilla: CS Ediciones, 2001.

11
escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

tiende a aumentar las asimetrías y la exclusión intelectual y los relacionados con ellos, lo que, en
social y espacial.11 sí, ya apunta hacia una forma superior de organi-
Se conforma así una especie de esfera pública zación o, si se prefiere, hacia los límites de la for-
productiva, exigencia del propio proceso produc- ma mercancía.
tivo, en la medida en que las cadenas de valor, en
la Economía del Conocimiento, articulan diferen- TV digital y debate
tes niveles de producción de conocimiento, inclu-
sive la Ciencia certificada, cuya existencia, desde A lo largo de los ocho años de gobierno de
el siglo XVII, presupone la existencia de una co- Fernando Henrique Cardoso, el Brasil no contó
munidad científica que avale y valide el conoci- con una política nacional de comunicaciones, con-
miento, garantizando el reconocimiento de los pa- cebida como marco regulador coherente y am-
res que dominan un código común, más o menos plio, trazado a partir de metas previas y ligadas a
restringido, dependiendo del tipo particular de la un proceso de planeación. Hubo, sí, un conjunto
disciplina. En la economía del conocimiento en de textos legales desconectados, expedidos a par-
particular, hay una fuerte y creciente relación entre tir de intereses inmediatos y de lógicas del capital
la concurrencia que se ejerce en el interior del pro- internacional en articulación con el gran empresa-
pio campo científico, por el reconocimiento del riado de medios brasileño. El gobierno de Luiz
mérito académico, y aquella derivada de la utiliza- Inacio Lula Da Silva representa una posibilidad
ción eficiente del conocimiento científico en los de cambio, con la posible inclusión de espacios
procesos industriales. Ese paso de la ciencia a la para la expresión de la diversidad de pensamiento
tecnología, además, no es directo ni necesario y sobre los temas mediáticos. Este es el camino que
exige siempre la traducción y la socialización de se puede vislumbrar a partir de las indicaciones
códigos en el interior de aquella esfera pública pro- del ministro de Comunicaciones, Miro Texeira,
ductiva. especialmente en cuanto a su proyecto de cons-
Si hay, en ese sentido, una creciente penetra- trucción de un patrón brasileño de televisión digi-
ción de la lógica capitalista industrial en la produc- tal. Concretamente, sin embargo, no ha habido
ción académica, se puede observar también una ningún movimiento regulador en sentido contrario
influencia en el sentido opuesto, en la medida en a la tradición nacional de estímulo a la concentra-
que la cooperación inherente al modo de produc- ción de propiedad y poder en el sector.
ción capitalista, extrapola el momento de la pro- La reglamentación de la televisión en Brasil
ducción de las mercancías, para situarse en el pro- consiste en un conjunto de textos que pocas obli-
pio momento de la circulación. Eso se refleja, por gaciones impone a las corporaciones, denotando
ejemplo, en la generalización de las formas de re- relaciones político-institucionales marcadas por la
muneración basadas en derechos de propiedad larga influencia del poder económico. Falta a la
legislación nacional una verdadera pretensión re-
11 Esa tendencia del aumento de la exclusión y de las asimetrías guladora de establecer a lo privado imposiciones
se ve fuertemente reforzada por la globalización, que pro-
mueve una inserción diferenciada de los espacios regionales,
favorables a lo público, independientemente de lo
lo que torna crucial considerar la dimensión espacial/regio- estatal. En la arena reguladora el empresariado ha
nal en las políticas nacionales de Ciencia y Tecnología, bus- buscado obtener ganancias que beneficien sus ne-
cando la diferenciación y valorización de los saberes y de las gocios, lo que es facilitado porque los espacios de
características sociales, culturales y económicas de los dife- articulación de las reglas son poco pluralistas. No
rentes subespacios, buscando garantizar formas de inser-
ción menos excluyentes. Así, la distribución de inversiones
existe, por tanto, la supuesta neutralidad del Esta-
e iniciativas en Ciencia y Tecnología deben tomar en consi- do que sería delineada por los imperativos de la
deración la dimensión espacial del desarrollo, buscando ex- globalización capitalista. Hoy la máquina estatal
plícitamente reducir las desigualdades. Un elemento funda- deja de construir infraestructura física, pasando
mental para ello es la constitución de sistemas locales de muchas obligaciones al sector privado, bajo el ar-
innovación ligados al sistema nacional. Bolaño, César; Sic-
su, Abraham. Reflexões para uma política de C&T no Nor-
gumento de que el servicio será universalizado, al
deste Brasileiro: uma preocupação com as tecnologias da mismo tiempo que la legislación cada vez persigue
informação e comunicação. Aracaju: UFS, 2003. menos controlar el mercado.

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Capitalismo, esfera pública global y la televisión... - Cesar R. Siquiera B. y Valerio Cruz B. - pp 5-18

Prevalece entonces una lógica de desregula- de educación formal y miseria. 13Con todo, la ma-
ción, pues la idea es facilitar la actuación de los yor conquista en el area de las comunicaciones
particulares y no ejercer un real control de lo fue lograda por la Constitución Federal de 1988,
público sobre lo privado. Se multiplican los vín- la cual acabó con el libre arbitrio del Presidente
culos e interpenetraciones de intereses entre em- de la República en el otorgamiento de las conce-
presarios y Estado, que, dominado por las éli- siones de TV abierta, que desde entonces necesi-
tes, actúa precipitadamente en beneficio del tan pasar por el Congreso Nacional, determinó
poder económico. No obstante, se debe men- que los canales de radiodifusión sólo pueden ser
cionar que es posible alguna decisión reglamen- cesados mediante decisión judicial y acabó con la
taria que agregue aspiraciones democráticas, censura previa a los contenidos culturales.14
como ocurrió con la denominada Ley del Ca- La gama de las comunicaciones en Brasil es
ble, resultado del debate entre empresarios y grande y no necesariamente coincide con la agen-
entidades ligadas a la democratización de los da oficial, ya que no hay un interés oficial de las
medios. La misma ley está lejos de contemplar autoridades federales en alterar esta situación, vía
los intereses inicialmente propuestos por los dialogo público y expedición de textos legales. El
movimientos sociales y no impidió la permisivi- país necesita la desconcentración de la propiedad,
dad en cuanto a concentración de la propiedad. instrumentos de control público, acceso plural a la
Pero fue esa ley negociada durante años la que producción, revalorización de la cultura local y co-
creo los canales de acceso público o la obliga- bertura a la diversidad cultural, lo que podría estar
toriedad de que las operadoras transmitieran contenido en un único documento , algo como un
también contenidos de otros grupos económi- Código de Comunicación Social (lo que repre-
cos, por ejemplo. En todo caso, como aclara senta más que lo que anteriormente prometía la
Elvin Marciel, los empresarios consiguieron Ley de Comunicación de Masas o Ley de Radio-
imponer sus preferencias a los demás agentes, difusión), que reuniese la reglamentación de los pro-
manteniendo su posición de actor privilegiado cesos mediáticos como un todo, dando un sentido
en el juego de poder y, de esta forma, vencien- de unidad al conjunto de la reglamentación. La idea
do en las principales disputas, como la propie- es que un mismo documento revise cuestiones
dad de la red física, la ausencia de restricciones como la conformación del Consejo de Comuni-
a la concentración de la operaciones y la trans- cación Social y la participación del capital extran-
formación de autorizaciones precarias en con- jero en las empresas comunicacionales (ésta, de-
cesiones de TV por cable.12 cidida sin el indispensable debate público), impon-
Un instrumento importante de democratización ga obligaciones a los operadores de telecomuni-
fue paradójicamente instituido durante el gobierno caciones en general, prohíba la propiedad cruza-
de Fernando Collor (1990-1992), depuesto a da, repiense la relación entre medios y sociedad e
mitad de su mandato por denuncias de corrup- introduzca nuevas tecnologías conforme al interés
ción. Se trata de las consultas y audiencias públi-
cas, práctica de participación política que permite 13 Una interesante evaluación de los procesos de audiencia
el pronunciamiento de la sociedad sobre conteni- pública de la Agencia Nacional de Telecomunicaciones (ANA-
dos a ser reglamentados. La efectividad de ese TEL) se encuentra en Leal, Sayonara. Os mecanismos de
tipo de instrumento ha sido extremadamente limi- controle-público/social presentes no regulamento do setor
tada por la falta de publicidad de los temas me- de telecomunicações no Brasil: a Lei Geral de Telecomuni-
cações e o Regimento Interno da Agência Nacional de Tele-
diáticos y las dificultades de formulación de pro- comunicações. 2001. Disertación (Mestrado em Comuni-
puestas alternativas por parte de una sociedad cação) – Faculdade de Comunicação, Universidade de Brasí-
desorganizada y marcada por males como falta lia, Brasília.
14 Para un análisis histórico detallado sobre las políticas de co-
municación en el Brasil, ver Bolaño, César. Políticas de Co-
12 Maciel, Evelin. A globalização das comunicações e a Lei do municação e Economia Política das Telecomunicações no
Cabo no limiar de uma nova era. 1997. Dissertação (Mes- Brasil: convergência, regionalização e reforma. 2. ed. Ara-
trado em Ciência Política) – Departamento de Ciência Polí- caju: Eptic, 2003. Disponible en: www.eptic.com.br>. Dis-
tica, Universidade de Brasília, Brasília. ponível em: <www.eptic.com.br>. Acceso en: 12 jun. 2003.

13
escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

público. Este es el caso de la televisión digital te- patrón, siendo más racional que adoptáramos uno
rrestre, un innovación que puede representar una ya existente, inclusive con mercados ya constitui-
continuidad del proceso de exclusión típico del país dos. «Nuestro mercado consiste en Europa y
o la apertura para la inclusión digital. Estados Unidos, no China e India», justificó, por
El ministro de comunicaciones, Miro Teixeira, ejemplo, el presidente de la Asociación Brasileña
inició su mandato lanzando la propuesta de desa- de Telecomunicaciones (ABT) y representante del
rrollo de un sistema propio de TDT o, también, patrón europeo en el país.
establecer las alianzas con China e India para el Pero la cuestión no es tan simple. En primer
establecimiento de un patrón común. Un acuerdo lugar, nada indica que sea fácil disputar los merca-
con una economía tan importante como la china, dos de los países desarrollados, debido a que no
con la cual el Brasil ya ha cooperado en áreas im- tenemos la garantía de nacionalización de la pro-
portantes como la de los satélites de control re- ducción de los componentes –una vez escogido
moto, junto a una eventual incorporación de la In- un sistema dado- y mucho menos de ascender a la
dia y de parte significativa de América Latina, ade- categoría de proveedores de equipos, en disputa
más de otros aliados eventuales, sería una expe- justamente con las empresas nacionales que aque-
riencia inédita a ser estudiada con todo interés. llos países esperan beneficiar presionando a los
Ella apunta, sobre todo, hacia la posibilidad de un otros a adoptar su patrón particular, en una situa-
nuevo patrón de desarrollo, precisamente lo que ción de exacerbada competencia oligopólica in-
la sociedad brasileña espera del nuevo gobierno. ternacional en el sector. Justamente la opción de
La política brasileña hacia la TDT concebida la implantación de un paradigma de digitalización
durante el gobierno de Fernando Enrique Cardo- está ligada a las grandes transformaciones globa-
so fue en el sentido de dar toda la flexibilidad para les de los sectores de la comunicación, que lleva-
que las empresas utilizaran sus potencialidades con rán, entre otras cosas, a las reformas, inclusive a
objetivos meramente capitalistas, de acuerdo con la privatización de las telecomunicaciones en todo
un pragmatismo que descartó desde el inicio, por el mundo y hace parte de la reestructuración del
ejemplo, las propuestas de la Federación Nacio- modo de regulación del capitalismo iniciada con la
nal de Periodistas (FENAJ), tendientes a ampliar crisis del modelo de desarrollo de la posguerra en
hacia el nuevo medio los beneficios de la Ley de los años 70.
TV por cable y desestimó la oferta china de desa- En esa perspectiva, un patrón brasileño (o chi-
rrollo conjunto de un patrón alternativo a los de no-brasileño) podría ofrecer alguna garantía de
los Estados Unidos, Europa y Japón, hecha en producción nacional, sin afectar la capacidad de
mayo de 2002 por la delegación que visitó el país exportación del país, como fue el caso de la op-
a invitación de la Cámara de Comercio Brasil- ción por el patrón PAL-M- de TV a colores en el
China, a despecho del obvio interés de tener un área de la producción de equipos receptores aun-
socio comercial de ese corte, con sus 350 millo- que no en el área de medios de producción audio-
nes de televisores instalados. Una iniciativa de esa visual. En todo caso, si lo que se pretende es con-
proporción, ampliada a medida que otras alianzas quistar mercados en los países desarrollados, no
fueran establecidas, podría garantizar autonomía se puede desconocer que la competencia interna-
tecnológica al Brasil promoviendo el desarrollo de cional será mucho más dura en las condiciones
la industria nacional, la reducción del precio de los actuales y futuras que en aquellas vigentes en el
aparatos y la economía con el pago de regalías, momento de la opción por el sistema de colores
así como los avances científicos y tecnológicos de la televisión analógica. El argumento de la ex-
derivados de las investigaciones para el desarrollo portación continúa preso de una visión simplista e
de tal tecnología. ideológica que llevó al país a optar por la privati-
Entidades del sector de las telecomunicacio- zación, es más, por un determinado modelo de
nes, entre tanto, muchas de ellas relacionadas con privatización de las telecomunicaciones, el cual vie-
los detentadores de los principales sistemas, se ne redundando en mayor dependencia tecnológi-
posicionaron contra la idea, afirmando que deman- ca, dando fin al sueño de una empresa nacional
daría tiempo y dinero para desarrollar un nuevo (estatal o privada), o basada en el país, con capa-

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Capitalismo, esfera pública global y la televisión... - Cesar R. Siquiera B. y Valerio Cruz B. - pp 5-18

cidad de disputar el mercado internacional, en alian- mo de sectores técnicos del país, ansiosos en de-
za, de preferencia, con otros países de América mostrar, a pesar de todo, el potencial intelectual
Latina, en nombre de una competencia que nunca de Brasil en el área. La recuperación de la pro-
llegó a ser implantada. puesta ahora es señal clara de cambio en la políti-
Al contrario, se observa hoy aquello que se in- ca económica.
sinuaba desde el inicio, la reconcentración del sec- El día 20 de febrero, el ministro de Ciencia y
tor después de la fragmentación y la transregiona- Tecnología, Roberto Amaral, en visita a Buenos
lización de Telebras, con pérdida de autonomía Aires, propuso al presidente Eduardo Duhalde una
del Estado, en todos los niveles, frente al capital cooperación entre Brasil, Argentina y China para
privado, hegemónicamente extranjero. Si consi- el desarrollo del patrón común. Vale recordar que
deramos lo que ocurre con CPqD de Telebras y la Argentina, que optó prematuramente por el pa-
todas las conquistas que el país obtuvo en el pa- trón norteamericano, cambió su posición después,
sado en materia de conocimiento autónomo en el esperando la definición de Brasil. Un acuerdo de
área, queda claro lo inadecuado del modelo de ese tipo, siguiendo a Francelino Lamy Grando,
reforma adoptado en el gobierno anterior para un secretario de política de información y tecnología,
proyecto de desarrollo tecnológico relativamente crearía el mayor mercado mundial para la TV di-
autónomo, idea que meses atrás, digamos de paso, gital, con 200 millones de domicilios.
corría el riesgo de ser ridiculizada por la tecnocra- El Brasil presenta, por otro lado, todas las con-
cia oficial. diciones técnicas para participar de tal empresa.
El pragmatismo chino, entre tanto, es bien di- Hasta el final de 2002, por ejemplo, investiga-
ferente de aquel del gobierno anterior. China, con dores del Laboratorio de Sistemas Integrales de
sus 1.3 billones de habitantes, gobernados bajo el la Escuela Politécnica de la Universidad de Sao
lema «un país dos sistemas» tiene por objetivo ter- Paulo (LSI/USP), pretendían concluir un proto-
minar el siglo en la condición de segunda potencia tipo de recepción de señales digitales universal,
económica , así como militar y, por tanto, tecnoló- capaz de operar en cualquier sistema y modula-
gica, del mundo. Su actitud en relación con la TV ción. Siguiendo al profesor Marcelo Zuffo, inte-
digital es emblemática y representa un desafío a grante del equipo de investigadores, el aparato
las grandes potencias industriales en el campo de debería costar alrededor de R$ 30, contrastan-
la propia competencia capitalista internacional, cuya do con los costos presentados por las set-top-
dinámica pretende influenciar, contrariando aque- boxes en el exterior, en promedio U$ 400 cada
llo que se entendía hasta hace poco en Brasil como una. El afirma: «para el consumidor final, la di-
el único escenario posible de competencia entre gitalización propiciará el establecimiento de
los grandes capitales europeos, japoneses y nor- la mayor red de franja ancha, digital, popular
teamericanos, obligando a los países del llamado y gratuita con capacidad de recepción de in-
Tercer Mundo a adecuarse, abandonando cual- formación multimedia prácticamente compa-
quier veleidad de soberanía tecnológica. rable a Internet 2 y hasta mil veces más rápi-
La derrota del pensamiento keynesiano y de da que cualquier modem hoy utilizado». Para
las alternativas del desarrollo anteriores a la crisis que esto se traduzca en efectiva inclusión digital
de los años 70, con el consiguiente avance de la es preciso pensar antes del modelo de negocio
ortodoxia económica, llamada neoliberal, nubló en un nuevo patrón de desarrollo que tome la
completamente la vista de los planeadores brasi- inclusión digital como parte y como estrategia
leños, interesados esencialmente en garantizar una hacia la inclusión social en general.
supuesta «inserción competitiva» de tipo pragmá- La posibilidad de una alianza, digamos sur-sur
tico que consideraba como dada la actual situa- como esa, existe también en otros sectores, apun-
ción de dependencia. Una propuesta como la del tando a un nuevo patrón de desarrollo articulado
ministro Texeira no tenía la menor cabida en aquella en el nivel global, que el gobierno de Lula tiene la
perspectiva y es por eso que la oferta china no obligación, por lo que representa, de defender. En
llegó siquiera a ganar espacio en la prensa en el ese sentido es que se puede considerar la oferta
momento en que fue hecha, a pesar del entusias- venezolana de creación de una empresa petrolífe-

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escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

ra sudamericana a partir de una fusión de las em- Es que pese a todas las inmensas posibilidades
presas nacionales existentes; una solución de ese que la nueva economía del conocimiento abre para
tipo para el mercado de las telecomunicaciones el ser humano, su lógica concreta, en las condicio-
en el pasado, podría haber garantizado una inusi- nes sociales en que se desenvuelve actualmente,
tada competitividad al país (y al subcontinente) en es, pues, la del capital ficticio, que, de esa forma,
el área, preservando la capacidad de desarrollo no se limita a la órbita del mercado financiero, sino
propio de la tecnología. El caso de la TV digital que penetra profundamente en la esfera de la pro-
muestra que la batalla de las telecomunicaciones ducción de valor. Ese proceso de financierización,
no está del todo perdida, si pensamos en conjunto de raíces antiguas y conocidas, va del brazo con
los elementos que están envueltos en el debate la exclusión social. El cráter especulativo que ad-
sobre la llamada convergencia. El sector de bio- quirió la propia innovación tecnológica, rutinizada
tecnología muestra una tendencia semejante. Bas- y burocratizada, aparece transparente en el mo-
ta nombrar la lucha de Brasil, India y África del mento de la crisis del Internet, cuyos ápices des-
Sur, que protagonizó el ministro de salud, José puntan hoy con los graves problemas enfrentados
Serra, en la época de la reunión de Doha de la por la gigante AOL/Time Warner o con las actua-
Organización Mundial de Comercio, poco des- les dificultades por las que pasan las empresas de
pués de los atentados del 11 de septiembre de biotecnología. Ésta es la tendencia principal del
2001 en Washington y Nueva York, para imponer desarrollo capitalista siguiendo las líneas que nos
un modelo alternativo de explotación del progre- son propuestas por el proyecto global de las eco-
so técnico en el área médica y farmacéutica, que nomías desarrolladas, en especial los Estados
los EE UU pretenden someter a las reglas de los Unidos, principales interesados en la continuidad
acuerdos comerciales referentes a derechos de de la explotación rentista, de la especulación y de
propiedad. la exclusión, que les garantice la hegemonía eco-
El sector de las biotecnologías es paradigmá- nómica, política y militar en el mundo.
tico de aquello que viene siendo llamado Econo- El modelo alternativo, si no existe claramente
mía del Conocimiento, una expresión pomposa formulado, puede ser derivado de las iniciativas
para describir la actual reestructuración capita- citadas, proveniente de importantes países de fuera
lista, marcada por una generalizada subsunción de la órbita central del sistema, para que se pro-
del trabajo intelectual en el capital (o la aparición duzca deberá ser totalmente otro, partiendo, no
del «capital intelectual», como prefiere la litera- de los imperativos de la valorización y de la com-
tura económica convencional y, sobre todo, el petencia, sino de la necesidad de satisfacer las tan
managment y una amplia intelectualización de los amplias carencias de vastas poblaciones. Y, en este
procesos de trabajo y de consumo. ¿Nueva eco- caso, la agresividad comercial china nos sería mu-
nomía? Si, pero ¿en qué sentido? El trabajo de cho más útil que la aparente experticia, para vol-
los científicos que descubrieran una determinada ver a la televisión digital, de sectores empresaria-
secuencia genética de un determinado organis- les y técnicos del gobierno anterior, que aventura-
mo es altamente complejo y productivo, pero el ban la posibilidad, por ejemplo, de utilizar la deci-
valor que ello produce sólo se deberá materiali- sión sobre el patrón como moneda de cambio para
zar en un buen servicio negociable en el merca- conseguir otras ventajas como la eliminación de
do, después de un largo proceso de desarrollo barreras comerciales a productos brasileños en el
desvinculado del acto creador de aquella univer- exterior. Además de poco realista, una propuesta
sidad, laboratorio o centro de investigación. En de ese tipo acaba por validar la posición norte-
cuanto eso no ocurre, esos agentes, públicos o americana de tratar la cuestión cultural como cues-
privados, al obtener derechos de propiedad so- tión de comercio internacional, regulada, por tan-
bre la invención (o el descubrimiento), se estarán to, por la OMC, contra el resto del mundo, espe-
cualificando para beneficiarse de un derecho ren- cialmente Europa, que defiende la llamada «ex-
tista sobre el resultado de la venta de mercancías cepción cultural.»
(bienes o servicios), cuya propia producción es Sería el caso, en este punto, de discutir el con-
incierta. junto de las políticas culturales y de comunicación

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del país, en la perspectiva del nuevo modelo. Di- mercancía, pues hasta los sofistas cobraban por
gamos apenas que el final del gobierno de Fer- sus lecciones. Pero la cuestión, una vez más, no es
nando Enrique Cardoso, fue marcado por el aban- tan simple.
dono de la promesa de un amplio debate nacio- Lo que ocurre hoy en el sector de la formación
nal, en espera de la publicación del Libro Verde en general es un proceso acelerado de industriali-
de la Sociedad de la Información en Brasil, culmi- zación, que sigue caminos en algunos aspectos
nando con una serie de retrocesos en materia de semejantes y en otros bastante diferentes de aque-
políticas de comunicación. Así, sin el prometido llos seguidos por los modelos conocidos de in-
debate interno, sin una adecuada política indus- dustrialización de la cultura. Sin entrar en las suti-
trial y audiovisual, que privilegiara la desconcen- lezas del problema, vale registrar que la industria-
tración del sistema, el estímulo a la producción lización de la formación puede ser analizada a partir
regional e independiente, la diversidad cultural y, de dos modelos paradigmáticos: uno en el que la
con ella, la diseminación del conocimiento y, por introducción de innovaciones tecnológicas, se da
tanto, el incremento de la competitividad sistemá- en el sentido de reforzar, desde el punto de vista
tica en el área, sin pensar adecuadamente las po- de la organización de los procesos de trabajo y de
líticas de regulación de las comunicaciones, el Brasil la estructura de los sistemas de enseñanza, el pa-
concentró sus esfuerzos en el salvamento, vía pel mediador del educador; y otro conocido como
BNDES, de empresas oligopólicas en dificultades; educación self service que pretende eliminar la
y en el plano internacional propuso, el 9 de julio mediación humana del educador, sustituyéndola
de 2001, una comunicación sobre el audiovisual por un sistema ultraliberal y mercadológico de ac-
en la OMC que por sí sola, independientemente ceso al conocimiento, centrado, obviamente, en
del contenido, acabó generando especulaciones exclusión y en la segmentación por los precios. El
sobre los verdaderos intereses del país en el área, problema de ese segundo modelo es que presu-
en vista de que, de un total de 144 miembros de la pone, como el punto de partida, una gran autono-
organización, sólo otros dos (Suiza y, evidente- mía del sujeto, que debería ser justamente la meta,
mente, los Estados Unidos) propusieron una co- como lo es tradicionalmente, de la política educa-
municación sobre el tema. cional.
Una lógica semejante nos podría llevar a acep- Está en las manos del actual gobierno optar por
tar, en el campo de la educación, la propuesta de un nuevo modelo de desarrollo como el sugerido
la OMC de enmarcar la enseñanza superior en la o seguir en las líneas de acción del gobierno ante-
categoría de bienes comerciales y no de bienes rior, cediendo, por ejemplo, nuestro mercado in-
públicos. El mercado de e-learning fue calculado terno a la producción extranjera de bienes cultu-
por la Merril Lynch, en el año 2000, en 9,4 billo- rales y educacionales a cambio de más mercados
nes de dólares, con la expectativa de crecimiento para nuestras frutas. En este caso, nosotros po-
a 53 billones en el 2003, para citar apenas un dato. dríamos inundarlos de alimentos o beneficiar su
En la lógica del pragmatismo del PSDB, José Ar- industria armamentista; mientras, ellos nos expor-
thur Gianotti llegó a considerar ingenuas las reac- tan producción de sentido. Nosotros les llenamos
ciones de indignación a la propuesta de la OMC, sus barrigas y ellos, nuestras cabezas.
teniendo en cuenta que la enseñanza siempre fue
e

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escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

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Comunicación, Aracaju, vol. 5, n. 2, maio-ago. 2003. Dispo-
nible en: <www.eptic.com.br>. Acceso en: 22 mar. 2003.

18
NACIONALIDAD Y GLOBALIZACIÓN

Globalización, multiculturalismo
y comunicación
LUIS IGNACIO SIERRA GUTIÉRREZ

Abstract
Más que conceptos intrincados y complejos,
globalización, multiculturalismo y comunicación, son
realidades vigentes, recíprocamente conectadas que
dibujan con particular nitidez la fisonomía de las
sociedades del nuevo milenio. En la equilibrada, crítica
y razonable interacción de reconocimiento dialógico de
esta trilogía, se juega la posibilidad de conformar una
nueva sociedad multicultural que favorezca la dignidad y
los intereses de los seres humanos.
Palabras clave: Globalización – Multiculturalismo –
Comunicación intercultural – Reconocimiento –
Diferencia - Diálogo.

escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003 - pp 19-31

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A medida que avanza el siglo XXI, se nos im- susceptible de realización en alguna medida: sólo
pone la evidencia de tres grandes realidades como en la equilibrada, crítica y razonable interacción
elementos constitutivos y claves de identidad de de reconocimiento dialógico de esta trilogía, se
las sociedades del nuevo milenio: la globalización, juega la posibilidad de conformar una nueva so-
el multiculturalismo y la comunicación. Resulta cu- ciedad multicultural que favorezca la dignidad y
rioso que hoy no haya autor, conferencia, panel, los intereses de los seres humanos. Hipótesis que
debate, opinión, rumor o publicación que no los se abre a múltiples debates desde diferentes enfo-
mencione o trabaje de alguna manera y desde di- ques. Desde ese punto de vista, la realidad de esos
ferentes perspectivas. conceptos nos plantea desafíos y contradicciones
Estas tres realidades, aparentemente intangibles internas que describiremos en cada caso y que fi-
pero igualmente densas, están ahí, estrechamente nalmente esperamos puedan resolverse en una al-
conectadas y tienen implicaciones recíprocas que ternativa razonable de solución: la del reconoci-
no son fáciles de discernir por las consecuencias y miento dialógico intercultural.
ambigüedades que encierran. Se trata de un dis-
curso lleno de paradójicos contrastes, cargado de Globalización: del discurso imperialista
ambigüedades y de altas dosis ideológicas.
Es un hecho evidente: ante nuestros ojos circulan neoliberal a la reconfiguración del
informaciones, bienes y servicios procedentes de las espacio-tiempo de la sociedad posmoderna
más diferentes y extrañas latitudes del mundo, con la
velocidad del satélite y la fibra óptica y llegan a co- El discurso sobre la globalización es polisémi-
munidades, grupos, colectivos, sociedades cada vez co, heterogéneo y con frecuencia plagado de ab-
más homogenizadas por el mercado, pero más seg- solutizaciones, ideologizaciones y fetichizaciones.
mentadas por las tradiciones culturales locales o re- Cada autor lo interpreta y maneja según sus inte-
gionales, con expresiones simbólicas propias, en bús- reses conceptuales o ideológicos. No obstante esa
queda apresurada de una identificación particular que limitación, aquí partimos del consenso generaliza-
les dé reconocimiento y visibilidad. do de una realidad mundial que va a identificar
Frente a ese escenario se plantean infinidad de con impronta imborrable el nuevo siglo: ¡un nuevo
preguntas que son objeto de toda suerte de deba- orden global. Esa realidad es insoslayable y aun-
tes, preguntas como: ¿Qué condicionamientos ejer- que no la veamos, ni la apreciemos, transcurre
ce la globalización sobre el multiculturalismo y la inexorablemente!
comunicación? ¿Qué implicaciones tiene para las Como sostiene Renato Ortiz: «Pensar la glo-
culturas locales, para las identidades regionales, el balización de las sociedades es afirmar la exis-
avasallador proceso de globalización?¿Qué signi- tencia de procesos que comprenden a los gru-
fica para ciudadanos con diferente identidad cul- pos, las clases sociales, las naciones y los indi-
tural, a menudo basada en la etnicidad, la raza, el viduos»1. Al decir de muchos especialistas, la glo-
sexo o la religión, reconocerse como iguales en balización no se inició hace veinte años, sino en
una sociedad llamada democrática? ¿Qué tienen 1492 cuando se empezó a imponer en el mundo la
que ver con esta problemática los fenómenos mi- visión occidental; sin embargo, sus raíces más cer-
gratorios, de desplazamientos masivos, los funda- canas se sitúan en la expansión del capitalismo en
mentalismos religiosos, las ideologías etnocentris- los siglos XV a XVIII, con la llegada de las socie-
tas, los fanatismos étnicos?¿Qué aporta una co- dades industriales, en la modernidad del siglo XIX.
municación intercultural al fenómeno globalizador Esos procesos se cristalizan en el siglo XX en un
y multicultural? ¿Qué significa reconocer y respe- conjunto de fenómenos económicos, políticos,
tar a todos como iguales?, ¿en qué radica el enig- culturales, que trascienden las naciones y los pue-
ma multicultural y cuáles son sus máscaras?, pre- blos, dándoles una nueva configuración2. Y en ese
guntas éstas por demás densas que no pretende-
mos resolver en este corto espacio; sólo intenta- 1 Ortiz, Renato. Otro Territorio. Ensayos sobre el mundo
mos reconfigurar a modo de esbozo de respuesta, contemporáneo. Bogotá: Convenio Andrés Bello, 1998. p.
a través de esta hipótesis un tanto utópica, pero [xvii].

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Globalización, multiculturalismo y comunicación - Luis I. Sierra Gutiérrez - pp 19-31

sentido, el fenómeno de la globalización puede ser toda posibilidad de crítica de la organización


Babel o Pentecostés, dependiendo de las aristas social y productiva.
que privilegiemos en su consideración. Desde esa cosmovisión, decir globalización es
Hoy se habla de un ‘nuevo orden social global’ decir occidentalización a la manera imperialista de
que pareciera dictaminar los contenidos y especi- los EE. UU; al fin y al cabo la economía mundial
ficaciones de un ‘pensamiento único’ para la hu- está cada vez más dominada por el poder econó-
manidad, teledirigidos desde centros de poder mico de los EE.UU. Se ha convertido en una más-
macroeconómico, intangibles físicamente pero es- cara ideológica que disfraza el poder de las cor-
tratégicamente ubicados en el espacio virtual. Vi- poraciones de EE.UU., que están emergiendo, ex-
vimos un cambio histórico radical, en el cual he- plotando a sus ejecutivos y enriqueciéndose ellas
mos pasado del intercambio de bienes y merca- mismas, dentro de la lógica de un imperialismo as-
dos a una etapa post-industrial de relaciones fun- cendente neoliberal. Informes especializados re-
dadas en el acceso a redes, donde la capacidad cientes sobre las compañías más importantes del
de utilizar la información se ha vuelto decisiva. mundo capitalista, muestran que entre las 500
Dada la multiplicidad de aproximaciones des- mayores compañías del mundo, los EEUU tienen
criptivas que se pueden hacerse del fenómeno de 244 empresas, Japón 45, Alemania 23. El total de
la globalización, nos limitaremos aquí solamente a compañías europeas es de 173, muy por debajo
contrastar la visión más generalizada, la que tien- de EEUU. Es el imperio económico americano.
de a identificar perversamente la globalización con Expertos de diferentes áreas coinciden en se-
la ideología neoliberal capitalista y que conjuga el ñalar tres causas fundamentales para la globaliza-
‘pensamiento único’ con la fusión global de los ción: a) la aceleración de los ritmos de apertura
mercados, con las apreciaciones críticas sobre la económica y de intercambios de mercancías y ser-
misma de dos investigadores latinoamericanos: vicios; b) la liberalización de los mercados de ca-
Néstor García Canclini y Renato Ortiz. pitales que conforman las bolsas de valores de todo
La visión más invocada es la neoliberal capi- el mundo; c) la revolución de las comunicaciones,
talista, según la cual la globalización es un pro- y de la informática, que han conectado el tiempo
ceso esencialmente económico que apunta a la real con el espacio. Por eso, la base tecnológica
liberalización de los mercados y a la integración de la globalización se asienta cada vez más en lo
de las economías nacionales en un nuevo orden inmaterial, en el desarrollo informático de los me-
global. Esa liberalización, según los especialis- dios de comunicación, en la transferencia de co-
tas, conlleva un libre flujo de bienes y servicios, nocimientos y de gestión en tiempo real de los flu-
libre comercio, libre flujo de capitales, sin un jos financieros, y en la estandarización como con-
epicentro materialmente identificable. Este pro- secuencia de lo anterior3.
ceso se inscribe dentro de la lógica de la eco- La lógica dominante en la globalización, según
nomía neoliberal, esencialmente individualista, Ignacio Ramonet4, es la gran mutación del capita-
de capitalización creciente, de rentabilidad ili- lismo no en buscar aliarse sino en asumir el control
mitada a través de mercados integrados y con- y la fusión absorbente de las economías, a través
trolados globalmente. Dentro de esa perspecti- del manejo de los grandes emporios de la comu-
va caben solamente las economías ‘duras’ que nicación: AOL, Viacom y el imperio montado por
están en condiciones de competir a alto nivel; Rupert Murdoch, entre otros. Cada uno de estos
las demás, especialmente las del tercero y cuarto «nuevos amos del mundo» quiere, a cualquier pre-
mundos, en consecuencia, se ven excluídas del cio, ser el único interlocutor del ciudadano, quiere
juego y deben aceptar someterse a políticas ma-
croeconómicas, impuestas política y estratégi- 2 Ibidem.
camente por los comodines del proceso: el FMI, 3 Chávez, Eda. «Los nuevos parámetros de la información
el BID, la Banca multilateral transnacional en global». En: Revista Mexicana de Comunicación. N° 65,
2000, p. 47
general. El libreto de sus políticas económicas 4 Ramonet, Ignacio. «Les nouveaux maîtres du monde». En:
sigue siendo de su uso exclusivo, anulando con Manière de voir – Le Monde Diplomatique. N° 63, Mai-
ello todas las iniciativas regionales o locales y Juin, 2002, p.6-7.

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escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

ser el único en proporcionarle todo tipo de inter- so a una era global»6, y que no existe un consen-
conectividad, quiere ser exclusivo en darle la fór- so internacional ni transdisciplinario sobre el pro-
mula del ‘pensamiento único’. Estos ‘nuevos de- ceso como tal. De las discrepancias respecto del
predadores’ insaciables están interesados solamen- significado y alcance de la globalización extrae dos
te en aumentar la cantidad de abonados a los me- conclusiones: «a) la globalización no es un pa-
dios. Para los ‘nuevos titanes’ de las industrias de radigma científico, ni económico, ni cultural en
la información, la comunicación es ante todo mer- el sentido de que no cuenta con un objeto de
cancía sujeta a las leyes del mercado impuestas y estudio claramente delimitado, ni ofrece un
controladas por ellos mismos. conjunto coherente y consistente de saberes
Desde la perspectiva neoliberal capitalista de la contrastables con referentes empíricos; b) tam-
globalización, el contraste entre premisas y prome- poco puede considerarse a la globalización
sas de los teóricos de la globalización y la realidad como un paradigma político, ni cultural por-
contemporánea no puede ser más desolador. En que no constituye el único modo posible de de-
lugar de naciones interdependientes tenemos dra- sarrollo. En tal sentido, según Canclini (SIC),
máticos contrastes entre naciones acreedoras y na- la globalización es resultado de múltiples mo-
ciones deudoras; corporaciones multinacionales de vimientos, en parte contradictorios, con resul-
raíz norteamericana con billones de dólares apro- tados abiertos, que implican diversas conexio-
piándose de empresas, intereses, privilegios y ex- nes ‘local-global y local-local’»7. Según este in-
cedentes de comercio, generando a diestra y si- vestigador, pensar la globalización o lo global im-
niestra exclusión social, económica y política, mien- plica trascender con sentido crítico dos posturas:
tras millones de trabajadores y campesinos cose- tanto la neoliberal que hace de la globalización un
chan pobreza y existencias miserables. paradigma de ‘pensamiento único’ e irreversible,
En ese sentido, la contradicción más sorpren- como la posmoderna que dice que no importa que
dente a nivel de teoría de la globalización está en no sea coherente y no integre a todos, lo que inte-
el contraste entre la relativa prosperidad del capi- resa es que se conjuguen múltiples narrativas so-
talismo en EEUU y Europa y el colapso o depre- bre el desarrollo del mundo8. En consecuencia,
sión de las economías del resto del mundo. Por trabaja sobre la hipótesis de que si no existe una
eso resulta tal vez más ajustado a la realidad ha- teoría unitaria de la globalización es básicamente
blar de ‘imperialismo’ puesto que se trata de la porque lo fragmentario es un rasgo estructural de
concentración general de riqueza y poder, la cen- los procesos globalizadores. Es, por tanto, un con-
tralización del capital. Todo esto ha causado es- junto de procesos de homogeneización como de
tragos en las prácticas democráticas del tercer fraccionamiento del mundo que reordenan las di-
mundo. En ese sentido, globalización con exclu- ferencias y las desigualdades sin suprimirlas9. Es
sión social es atentado de lesa humanidad. en ese sentido que la globalización se desarrolla
Contrastando con la visión hegemónica neoli- en pedazos, porque, por una parte tiene una agenda
beral, el investigador García Canclini, en uno de integradora y comunicadora, y a la vez una agen-
sus sugestivos artículos: «La globalización en da segregadora y dispersiva, y por otra, las asi-
pedazos...»5, plantea que no es completamente metrías y desórdenes de la globalización se verían
cierto todo lo que se dice acerca de la globaliza- contrarrestadas mediante las integraciones regio-
ción. Empezando porque ni siquiera ha consegui- nales. Concluye García C. diciendo que la historia
do que exista una sola definición de lo que signifi- de la globalización apenas comienza, y el relato de
ca globalizarse. Lo que sí es un hecho real es que la globalización se ve entrecortado por la incor-
«somos la primera generación que tiene acce- poración de intereses locales insatisfechos, los
excluidos se integran a redes globales de narco-
tráfico y crimen amparadas en burocracias nacio-
5 García Canclini, Néstor. «La globalización en pedazos:
integración y rupturas en la comunicación». En: Diálogos
de la Comunicación. N° 51, Mayo 1998, p. 9 – 23. Lima, 7 Ibid., p. 11.
FELAFACS, 1997. 8 Idem.
6 Ibid., p. 10. 9 Ibid. p. 12.

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Globalización, multiculturalismo y comunicación - Luis I. Sierra Gutiérrez - pp 19-31

nales premodernas. La xenofobia y el racismo tam- nalidad y estandarización, ni tampoco completa-


bién crecen con la globalización. De igual forma mente como de todo lo contrario, es decir, lo que
las comunicaciones globales trafican con las cultu- encontramos es: multiplicidad, multiculturalidad,
ras arcaicas y locales. En ese panorama García C. reivindicaciones locales, diversificación en las re-
finaliza por invocar una actitud crítica de discerni- laciones sociales; es decir, un mundo fragmentado
miento frente a esas narrativas globales, y de ima- en mosaico. Esa visión dicotómica, propone Or-
ginar programas comunicacionales con una visión tiz, hay que superarla con una visión de la moder-
de integración social y cultural latinoamericana, «la nidad-mundo que se realiza a través de la diver-
geopolítica de una comunicación en la que el sidad. «Una modernidad constitutída por un
reconocimiento de los otros no se convierta, por conjunto en el cual el todo se expresa en la in-
la homogénea espectacularización de lo exóti- dividualidad de las partes. Diversidad y seme-
co, en una abundancia monótona»10. janza caminan juntas»12. De ahí que Ortiz, pre-
Por otra parte, para el investigador brasileño fiera hablar de «globalización» para referirse a la
Renato Ortiz, en la discusión sobre la globaliza- economía y la tecnología y de «mundialización»
ción hay cada vez más la tendencia a pensarla como para referirse a la cultura, como concepción de
expresión de universalidad. Se trata de un argu- mundo que debe convivir, a menudo conflictiva-
mento que arroja dividendos para la economía y mente, necesariamente con otras formas de com-
la política. La globalización es un proceso que nos prensión (política o religiosa), con la diversidad y
involucra a todos sin lugar a escape; es inexora- la diferencia.
ble, todos estamos insertos en esta era global, pero También hay que evitar, nos dice Ortiz, la tram-
ello no quiere decir que tengamos que seguir ne- pa de carácter ideológico, según la cual todo trans-
cesariamente o identificarnos con las políticas neo- curre inexorablemente dependiendo de las leyes
liberales. Por eso, se trata de no ideologizar el impuestas por el mercado y la tecnología, como
debate con un sentido político, unidireccional, sino ideología que salvaguarda el statu quo y los inte-
reconocer que hay cambios radicales en el mundo reses de los grupos dominantes transnacionales.
contemporáneo de los cuales no podemos sus- Es decir, la perspectiva neoliberal capitalista que
traernos. mencionamos al comienzo.
Según Ortiz, la globalización no es un para- Se requiere por consiguiente evadir esos obs-
digma, sino una situación y un contexto histórico táculos, y entenderla en el contexto de moderni-
que necesitan ser redefinidos. La sociedad capi- dad-mundo, como proceso cultural, inherente a
talista moderna no es una sociedad estamental, las sociedades actuales, que redefine la vida de la
sino una sociedad fundada en la centralidad de la gente de manera diferente tanto en su espaciali-
comunicación. El contexto de la globalización dad-territorialidad como en su temporalidad. Glo-
redefine los grandes relatos: religión, mercado, balización que se transforma en cultura, objetos,
medio ambiente, política. En ese sentido, las cul- bienes culturales y simbólicos, no sólo en asunto
turas locales están inmersas en un contexto glo- de mercancías, y que ahora es referencia cultural
balizador de poder. y de identidad de la gente. La globalización per-
Se trata, según Ortiz, de sortear las trampas mite entender los procesos, y de hecho es un pro-
metodológica e ideológica de la globalización, y ceso de creación de nuevas fronteras, nuevas in-
verla por fuera de la ideologización y sus mitos de clusiones o exclusiones dentro de un nuevo con-
mercado y economía, verla como algo mucho más texto mundial. Es preciso entonces salir de las
complejo que se nos impone a todos de múltiples oposiciones dicotómicas: modernidad-posmoder-
formas. No se puede confundir el proceso ni con nidad, o cotidiano-presente, para establecer con-
sus mitos, ni con sus ideologías11. trastes con el pasado a través de la historia, y en-
En esa perspectiva, globalización no es total- tender que el ritmo de la globalización es distinto
mente sinónimo de homogenización, unidimensio- en la economía, en la cultura y en la política. En
ese sentido, la toma de distancia pone de mani-
10 Ibid. p.22.
11 Ortiz, R., Op. c., p. xxi-xxii. 12 Idem.

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escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

fiesto que los procesos de globalización no sólo lo que es por naturaleza. Y va evolucionando his-
producen desterritorialización sino también rete- tóricamente en las más variadas acepciones, alu-
rritorialización de la cultura. diendo a valores materiales, simbólicos, creación
De todo lo anterior, podemos concluir en esta de sentido, creencias religiosas, mitos y leyendas,
primera parte que, nos hace falta más reflexión códigos morales y costumbres, considerados sub-
crítica frente a la globalización y sus mecanismos jetiva u objetivamente, pero nunca exentos de con-
de infiltración. Pareciera como si nos contentára- tenido político13.
mos con sentirnos ‘ciudadanos del mundo’ y acep- Como concepto, el multiculturalismo apare-
táramos y nos acomodáramos con sufrida resig- ce en la segunda mitad del siglo XX en EE.UU.,
nación al empuje arrollador del capital transnacio- designando el fenómeno de la diversidad cultural,
nal. Si bien no podemos sustraernos a la globali- iluminando las diferencias culturales y resaltando
zación, no por ello podemos dejar de controver- la importancia de la afirmación de las creencias
tirla en sus mecanismos y efectos. No se trata de particulares y diferenciadas, pero olvidando las
seguir invocándola ingenuamente como factor de necesidades y conflictos reales que genera la con-
avance y desarrollo, también es nuestra responsa- vivencia ciudadana de la diversidad cultural en la
bilidad impugnar sus maquinaciones, sus reformu- política. Se convierte en síntoma e indicador -ob-
laciones alienantes y la degradación a la que lenta servatorio social- de lo que está ocurriendo en la
pero inexorablemente nos tiene abocados. La glo- sociedad actual.
balización es un proceso irreversible y ambivalen- La sociedad moderna está atravesada por un
te que conlleva peligros y posibilidades. Aunque proceso de diferenciación social que conduce ha-
cayó el Muro de Berlín, sin embargo sigue en pie cia el pluralismo cultural, generado, como suele se-
el muro infranqueable entre ricos y pobres, entre ñalarse, por cuatro elementos relevantes: el merca-
conectados y desconectados tecnológicamente, do, la ciudad, la democracia y los medios de comu-
entre ilustrados y analfabetas virtuales, entre los nicación14. Factores que conllevan una innegable
que tienen y no tienen acceso a oportunidades de función pluralizadora, pues ponen en contacto gru-
educación, salud, vivienda. Esos son reales muros pos sociales, culturas, pueblos y crean espacios de
que nos desafían a actuar global y localmente. encuentro y convivencia plural. Aunque conllevan
«Para avanzar en la globalidad del siglo XXI la ambivalencia del juego de las diferencias al igual
es necesario poner al ser humano en el centro que cierta tendencia a la uniformidad.
de nuestras políticas», dijo en alguna ocasión En la perspectiva de José Ma. Mardones15, la
Ricardo Lagos, presidente de Chile. sociedad multicultural está sometida a varios pro-
cesos de cambio sociocultural: a) la globalización
Multiculturalismo: del etnocentrismo intercultural como transformación de la vida coti-
diana por efecto de la cercanía intercultural del
fundamentalista a la política del resto del mundo; b) la des-tradicionalización, en
reconocimiento dialógico y la cuanto el individuo somete la tradición a revisión
posibilidad de una convivencia en el crítica, pero a su vez asiste a re-tradicionalizacio-
nes como los distintos fundamentalismos religio-
respeto de la diversidad sos, étnicos o de género; c) la génesis de incerti-
dumbre: la alteración, la incertidumbre y la dislo-
La noción de multiculturalismo surge de la con- cación se convierten en algo normal; d) la homo-
junción de dos términos: Lo múltiple y la cultura. geneización funcional, como predominio de lo
El primero evoca la tradición filosófica enraizada
en Parménides y en los sofistas. Pasa por Aristó- 13 Estrach, Nuria. «La máscara del multiculturalismo». Rev.
teles al afirmar que lo uno es inmanente a lo múl- Scripta Nova, N° 94 (101), U.Barcelona. Agosto, 2001.
tiple. Y llega hasta la modernidad con Kant, para 14 Mardones, J.M. «El multiculturalismo como factor de mo-
dernidad social». En: Colom González, F.(ed). El mosaico,
quien lo múltiple es uno de los caracteres de lo el espejo y el cristal – Modelos políticos para el multicultu-
dado frente a lo uno. El segundo término, revierte ralismo. Anthropos, Barcelona, 2001. P. 36.
también a los sofistas que distinguen la cultura de 15 Ibid., pp. 41–46.

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Globalización, multiculturalismo y comunicación - Luis I. Sierra Gutiérrez - pp 19-31

pragmático, utilitario, eficiente y rentable, con la gen para deliberar y compartir potencialmente otras
consecuente fragmentación de sentido, en detri- identidades distintas a la nuestra. «Una sociedad
mento de comunidades significativas; e) dos fuer- que reconozca la identidad individual será una
zas centrífugas: un movimiento de descentramien- sociedad deliberadora y democrática, porque la
to que apoya la diferenciación de grupos, razas, identidad individual se constituye parcialmente
sexos, religiones y tradiciones, y otro movimiento por el diálogo colectivo»18. Taylor muestra los
de creciente separación y aislamiento de indivi- orígenes de los cambios producidos durante los si-
duos desenraizados. glos XVIII y XIX en el pensamiento de la élite eu-
Si bien la historia occidental revela huellas pro- ropea que permitieron que la demanda de un «re-
fundas de etnocentrismo radical en el que se pen- conocimiento» de la «identidad cultural» de cada
saba que todas las culturas debían ser iguales y las uno se convirtiera en el asunto principal del multi-
que no, eran atrasadas, o incluso de depuración culturalismo del siglo XX19. Taylor aboga entonces
racial y exclusión xenofóbica, fenómenos que so- por una ‘política del reconocimiento’ como con-
breviven hoy en ‘limpiezas étnicas’, nuevos triba- dición de subsistencia e identidad del multicultura-
lismos, inmigrantes, exilados y refugiados, los últi- lismo. Parte de la tesis de que nuestra identidad se
mos sesenta años se han visto marcados por la moldea en parte por el reconocimiento o por la fal-
insistencia en la diferente identidad cultural, a me- ta de éste o por el falso reconocimiento de los otros.
nudo basada en la etnicidad, la raza, el sexo o la «Si queremos comprender la íntima conexión
religión, por un pluralismo y heterogeneidad cultu- que existe entre la identidad y el reconocimiento
ral en el que lo valioso, como dice J. Martín-Bar- tendremos que tomar en cuenta un rasgo decisi-
bero, radica en que la diferencia no significa ser vo de la condición humana que se ha vuelto casi
atrasado sino ser distinto. invisible por la tendencia abrumadoramente
En ese sentido el desafío de una ‘política de monológica de la corriente principal de la filo-
reconocimiento’ como iguales, se ha constituido sofía moderna. Este rasgo decisivo de la vida
en el foco de debates y desafíos con evidentes humana es su carácter fundamentalmente dia-
repercusiones políticas. «El reconocimiento po- lógico. Nos transformamos en agentes humanos
lítico de la particularidad cultural -que se ex- plenos, capaces de comprendernos a nosotros
tiende a todos- es compatible con una forma mismos y por tanto de definir nuestra identidad
de universalismo que considera entre sus inte- por medio de nuestra adquisición de enriquece-
reses básicos la cultura y el contexto cultural dores lenguajes humanos para expresarnos»20.
que valoran los individuos»16. Entendiendo lenguajes, no sólo como palabras que
Por tal motivo, resulta imprescindible referir- pronunciamos sino como otros modos de expre-
nos ahora a la perspectiva original del filósofo ca- sión con los cuales nos definimos: el arte, el gesto,
nadiense Charles Taylor17 sobre esos problemas el amor, etc. «La génesis de la mente humana no
y contrastarlo con planteamientos recientes que es monológica, sino dialógica». Porque sólo en
controvierten decididamente la existencia misma actitud de interacción dialógica aprendemos esos
del multiculturalismo y revelan sus conexiones con modos de comprensión necesarios para nuestra
la dinámica de globalización. autodefinición. Toda nuestra vida, no importa
Lo que Taylor pone de relieve es que más allá su condición de soledad o socialidad está dirigi-
de individuos atomistas o de individuos socialmente da a... De ahí que mi propia identidad dependa,
conformados, el reconocimiento público de nuestra en forma crucial, de mis relaciones dialógicas
identidad requiere de una ‘política de reconoci- con los demás. Y el reconocimiento de esa iden-
miento’, constituída dialógicamente, que dé mar- tidad debe ganarse por un intercambio dialógi-
co21. Esto, tanto en la esfera privada, donde com-
16 Gutmann, Amy. «Introducción». En: El multiculturalismo 18 Ibid., p. 19.
y la «política del reconocimiento», FCE, México, 2001. p.16. 19 Baumann, G. El enigma multicultural. Paidós, Barcelona,
17 Taylor, Ch. «La política del reconocimiento». En: El multi- 2001. p. 136.
culturalismo y la «política del reconocimiento». FCE, Méxi- 20 Taylor, Ch. Op. c., p. 52
co, 2001. pp. 43–107. 21 Ibid., p. 55.

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prendemos que la formación de la identidad y del que considera dignas de la presunción de valor
yo tienen lugar en el diálogo con otros significantes; igualitario se especifican como aquellas que «ha-
dice Taylor: mi propia identidad depende, en forma yan proporcionado el horizonte de significado
crucial, de mis relaciones dialógicas con los demás, para un gran número de seres humanos, de dis-
como en la esfera pública, donde la política del re- tintos caracteres y disposición, durante un lar-
conocimiento igualitario ocupa un papel central en go período de tiempo: en otras palabras, aque-
la actualidad. llas que hayan articulado su sentido del bien,
La política del reconocimiento igualitario, se- de lo sagrado, de lo admirable»26. Es decir, un
gún Taylor, ha llegado a significar: por una parte, estrecho y restringido concepto de cultura más
el universalismo que subraya la dignidad igual de problemático que su amplio concepto de recono-
todos los ciudadanos, igualados en derechos y tí- cimiento, tratando a algunas culturas como si no
tulos. Y por otra, el concepto moderno de identi- merecieran la presunción de igualdad. Según Bau-
dad que hizo surgir la política de la diferencia. Cada mann, apoyado en Anthony Appiah, el punto cie-
quien debe ser reconocido por su identidad úni- go del multiculturalismo es que «uno de los moti-
ca22. Para el multiculturalismo, es precisamente la vos de sospecha más razonables de gran parte
condición de ser distinto la que se ha pasado por del discurso contemporáneo multicultural es
alto, y ha sido asimilada por una identidad colecti- que presupone conceptos de identidad colecti-
va dominante. va que son notablemente toscos en su forma
Si bien la evidencia que hoy se manifiesta, sos- de ver los procesos por los que se desarrollan
tiene Taylor, es la de sociedades cada vez más las identidades, tanto las individuales como las
multiculturales y cada vez más abiertas a la migra- colectivas»27.
ción multinacional, la cuestión del multiculturalis- La crítica de Baumann a Taylor se resume en
mo como se debate hoy tiene que ver con la im- que éste trata el reconocimiento como algo com-
posición de unas culturas sobre otras, con formas plicado y de múltiples facetas, aunque trata la iden-
de colonialismo y nacionalismo. Por eso, la de- tidad cultural como algo simple y unidimensional.
manda de reconocimiento de la diferenciación hoy «El multiculturalismo debe ir más allá del he-
es explícita. cho de ‘reconocer’ una o diez culturas, y admi-
El planteamiento de Taylor lo polemiza y con- tir que lo primero que hay que hacer al recono-
trovierte abiertamente el sociólogo holandés Gerd cer una cultura es reconocerla por lo que es:
Baumann, cuando sostiene que Taylor complica el no una imposición de identidades fijas y nor-
problema del reconocimiento y simplifica el tema mativas sino un proceso de diálogo con senti-
de la cultura23. Taylor, según Baumann, ha ence- do para todos los demás»28. En ese sentido, con-
rrado el término de reconocimiento en una multi- cluye Baumann, la sociedad multicultural no es un
tud de palabras entremezcladas como: concien- mosaico de cinco o diez identidades culturales fi-
cia, respeto, admiración, aceptación, que han vuel- jas sino una red elástica de identificaciones entre-
to el problema multicultural un verdadero enigma, cruzadas y siempre mutuamente dialogantes y de-
que intenta fallidamente resolver en un problema pendientes de una situación determinada.
de moralidad24. Para Baumann, Taylor se enfras- Desde otra perspectiva, podemos considerar
ca en un dilema que va más allá del etnocentrismo igualmente como aguda crítica al multi- culturalis-
empecinado de un obsoleto imperialismo cultural mo, el planteamiento de Núria Estrach del Obser-
occidental que sostenía que «las otras culturas» vatorio de Etica Intercultural de la Universidad de
eran peores, y tiende a encerrarse en una especie Barcelona29, que devela cómo el multiculturalismo
de imperialismo cultural desde una perspectiva fi- es una máscara que bajo la pretensión de una so-
losófica25. Le critica además que las culturas a las ciedad universal transnacional desgrana el posible

22 Ibid., p. 60. 26 Ibid., p. 140.


23 Baumann, G. Op.c., p. 137. 27 Ibid., p. 143, citando a A. Appiah, 1994, p. 156.
24 Baumann, G., Op. c., p. 138. 28 Ibid., p. 146.
25 Ibid., p. 139. 29 Estrach, N., Op.cit.

26
Globalización, multiculturalismo y comunicación - Luis I. Sierra Gutiérrez - pp 19-31

poder estructural del pueblo en nombre de la tra- denuncia el multiculturalismo como la ideología lla-
dición cultural más folclórica y a beneficio del ca- mada a justificar en el plano teórico la perdura-
pitalismo multinacional. Según Estrach, hoy iróni- ción de divisiones entre seres humanos, de exclu-
camente la llamada globalización, y en nombre de siones más o menos voluntarias, y de la explota-
la universalidad, intenta promover la forma del ción derivada de la constitución de ghettos étni-
fragmento cultural, algo así como la convivencia cos. La política de rechazo explícito de la integra-
impermeable de la diversidad cultural: lo que en- ción de los inmigrantes en los países de acogida,
tendemos como multiculturalismo. Del Estado- es perpetuar la marginalidad, fomentar el ghetto,
nación moderno, con aspiraciones cosmopolitas, la endogamia. Ha servido para hacer olvidar el
se ha pasado hoy a la sociedad universal trans- derecho a la igualdad, en nombre del derecho a la
nacional, donde la escala de valores no está de- diferencia. El multiculturalismo es así, racismo
terminada por la identidad nacional cultural sino marginalizador, políticamente correcto en sus enun-
que, su identidad viene determinada por la parti- ciados y, en consecuencia, profundamente reac-
cularidad misma de ser precisamente indio, negro, cionario en su práctica.
judío, etc. El multiculturalismo señala las dife- En la misma línea de controversia se sitúa el
rencias culturales y pierde de vista el sistema como investigador brasileño Joanildo Burity31: el multi-
totalidad articulada, señala Estrach. En su opinión, culturalismo tiene un potencial polémico. Al igual
el capitalismo tardío multiculturalista tiene un sín- que el terreno de la globalización es un terreno de
toma, el racismo posmoderno contemporáneo, que disputas, también lo es el de las nuevas formas de
muestra la condición propia del proyecto ideoló- identidad colectiva -negros, mujeres, indígenas,
gico liberal-democrático. La diversidad cultural se ecología, pacifismo, movimientos religiosos- como
acepta cuando actúa en beneficio de una particu- uno de los ‘actores’ legítimos del multiculturalis-
laridad específica: la sociedad capitalista burgue- mo, que han cuestionado el etnocentrismo y el
sa. carácter excluyente del orden liberal vigente. En
En otras palabras, la forma de negación del in- ese sentido, al mismo tiempo que la globalización
dividuo viene dada por la forma ideal de la ideolo- representa una cierta forma de interconexión e in-
gía del capitalismo global, el multiculturalismo: terpenetración entre regiones, estados nacionales
una forma de racismo negada e invertida, que afir- y comunidades locales que está marcada por la
ma tolerar la identidad del otro, concibiéndolo hegemonía del capital y del mercado, ella también
como identidad cerrada, frente a la cual el multi- se hace acompañar de una potencialización de la
culturalista mantiene una posición de superioridad demanda por la singularidad y espacio para la di-
universal privilegiada. ferencia y el localismo. La globalización, según
La propuesta desafiante de Estrach consiste Burity, incorpora un tercero en la relación entre lo
en que frente al elitismo multiculturalista moderno local y lo nacional, o entre lo local y lo regional.
liberal o al fundamentalismo étnico hay que man- Este tercero introduce una lógica desterritoriali-
tener abierto el espacio de lo político. Es decir, la zante y desinstitucionalizante. Es un principio de
posibilidad de una convivencia en la diversidad antagonismo y diferenciación, algo que contesta
pasa por el compromiso ético-político que garan- los límites de pretensión de singularidad, de desa-
tice la protección social de los más desfavoreci- rrollo autónomo, de estabilidad de los órdenes
dos: los sin techo, los que viven en ghettos, los social o comunitaria vigentes. Es entonces en nom-
indocumentados, los desempleados permanentes, bre de las diferencias y las singularidades, no aco-
todos ellos síntoma del sistema universal globali- gidas, ni respetadas, ni percibidas por la sociedad
zante del capitalismo. o el Estado, como el tercero de la globalización
Coincide en esto Estrach con el planteamiento, interrumpe la reproducción de un statu quo. Por
igualmente polémico, de Vázquez-Rial30, quien
31 Burity, J. «Globalizacâo e identidade: Desafios do multicul-
30 Vázquez-Rial, H. «Lo multicultural como mitología y como turalismo». Fundacâo Joaquim Nabuco –Trabalhos para a
coartada del racismo». En Revista Scripta Nova, N° 94 (29), discussâo. N° 107 – Marzo 2001. En: http:// www.
U. de Barcelona, 2001. fundaj.gov.br/tpd/107.html

27
escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

eso, el tercero de la globalización es un principio Tal vez la manifestación más contundente de


de oposición, un generador de antagonismo. Y por la globalización consiste en lo que Ignacio Ra-
tal razón la afirmación, defensa o contestación de monet llama ‘el imperio de los medios 33, que
identidades son un componente integral de la lógi- de manera hegemónica y mercantilista pretenden
ca de la globalización contemporánea. Al mani- arrasar con la heterogeneidad humana y la reci-
festarse el conflicto de las identidades como una procidad cultural, en aras de una rentabilidad
manzana de la discordia, el tercero se constituye transnacional homogeneizadora. Por tanto, en
en el punto de convergencia y afirmación identita- tiempos de globalización de mercados, de finan-
ria. zas, de modas, de hegemonías políticas e inte-
Este antagonismo de posiciones nos pone de rrelaciones culturales, el quid de la cuestión co-
manifiesto entre otras cosas que globalización y municativa sigue siendo el respeto a la alteridad
multiculturalismo son multidimensionales y están y la interacción de reconocimiento. Lo que algu-
recíprocamente implicados; que ambos conllevan nos llaman la ‘optica de la otredad’, es decir, la
realidades ambivalentes y controvertidas que no búsqueda consciente y responsable que nos hace
se pueden asumir ingenuamente; que la pluralidad encontrarnos con la existencia de ese otro (al-
cultural, como dice J. Martín Barbero, la vivimos guien diferente e irreductible) que se nos hace
en América Latina desde las raíces mismas de presente, nos interpela y demanda nuestra co-
nuestro mestizaje indígena-popular y la posibili- responsabilidad y apertura34.
dad de pensar en el tiempo de los satélites y la La contracara de la globalización es la cotidia-
telemática, de la simulación generalizada, una di- nidad de la mayoría de la población mundial: las
ferencia que no se agote en el atraso. «El fin de migraciones de la población, los desplazamientos
siglo abre oportunidades sin precedente de co- forzados o no, la lucha por el reconocimiento cul-
municarnos con muchas otras culturas, cons- tural, los conflictos étnicos, religiosos, las fronte-
truir repertorios híbridos y reconocer lo que, ras políticas militarizadas, el reclamo por el dere-
siendo irreductiblemente distinto, no tiene por cho a la diferencia. Y allí la comunicación sigue
qué ser aislado en forma separatista»32. jugando el papel primordial de ‘poner en común’
de ‘producir y compartir sentidos’. Los procesos
Comunicación: del mediacentrismo socio- culturales cargados de densa complejidad
tienen como constitutivo esencial sus dinámicas
hegemónico al diálogo intercultural comunicativas. «El sentido de la interacción sim-
que asume la alteridad y la diferencia bólica y de las interpretaciones de mensajes
masivos surge, no del texto mismo, sino de la
En esta instancia se impone la evidencia de que sedimentación de la historia social y de las dis-
el motor que dinamiza todos estos fenómenos con- putas más amplias que se producen en un con-
temporáneos de globalización y multiculturalismo texto específico»35.
no es otro que la acelerada transformación vivida Por ello, más que un informacionalismo unívo-
en el mundo de las tecnologías de la información y co y vertical o un mediacentrismo sensacionalista,
las comunicaciones, representadas de manera glo- lo que se ha de privilegiar es una comunicación
bal en la sociedad de redes, basadas en Internet y intercultural intersubjetiva, en perspectiva dialógi-
en el protagonismo avasallador de los medios ca, de construcción recíproca de sentido, delibe-
masivos de comunicación y su capacidad de utili- rativa, tolerante y respetuosa de la diferencia, ba-
zar comercialmente la información, a costa incluso sada en el respeto íntegro a la dignidad humana,
de la riqueza de la alteridad cultural de los pue-
blos. 33 Ramonet, Ignacio. op. cit.
34 Inestrosa, Sergio. «Comunicación y otredad en tiempos de
globalización». En: Revista Mexicana de Comunicación. N°
52, Ene-Feb. 1998. p. 33-34.
32 García Canclini, N. «Culturas híbridas y estrategias comu- 35 Grimson, Alejandro. «Interculturalidad y comunicación».
nicacionales». En: Revista Estudios sobre las Culturas Con- En: Enciclopedia Latinoamericana de sociocultura y comu-
temporáneas. N° 5, junio, Colima, México, 1997. p. 126. nicación. Norma, Bogotá, 2001. p. 17.

28
Globalización, multiculturalismo y comunicación - Luis I. Sierra Gutiérrez - pp 19-31

cualquiera sea su condición. «Ningún grupo y nifica en América Latina el reto de asumir la
ninguna persona tienen una identidad, ningu- heterogeneidad como un valor articulable a la
no de ellos tiene alguna esencia. Las personas construcción de un nuevo tejido de lo colecti-
y los grupos se identifican de ciertas maneras vo» 38.
o de otras en contextos históricos específicos y El enfoque de Martín-Barbero nos permite en-
en el marco de relaciones sociales localizadas. tonces asumir que la globalización a la vez que
Por ello el primer elemento de toda identifica- desafío se convierte en oportunidad de encuentro
ción es su carácter relacional: al mismo tiem- y valoración de la diversidad, en los modos de
po que establece un ‘nosotros’ define un juntarse y entretejer lazos sociales, en las identi-
‘ellos’36. dades que plasman esos cambios y en los discur-
En ese contexto, lo que no podemos descono- sos que socialmente los expresan y legitiman. Es
cer son los fenómenos de mundialización comuni- así como la comunicación es percibida como el
cativa, que implican transformación en los mode- escenario cotidiano del reconocimiento social, de
los y modos de la comunicación. Transformacio- la constitución y expresión de los imaginarios des-
nes en las categorías de espacio (territorio) y tiem- de los cuales las gentes representan lo que temen
po (cotidianidad histórica), bases de la heteroge- o lo que tienen derecho a esperar, de sus miedos y
neidad humana y de la reciprocidad, rasgos fun- esperanzas. Esto ha permitido una valoración di-
dantes de la comunicación humana, pues como dice ferente de los medios, en cuanto en ellos no sólo
J. Martín Barbero, «aún atravesado por las re- se reproduce la ideología, sino también se hace y
des de lo global, el lugar sigue hecho del tejido rehace la cultura de las mayorías, no sólo se co-
de las vecindades y las solidaridades. En estas mercializan unos formatos sino que se recrean las
transformaciones está en juego un cambio pro- narrativas en las que se entrelaza el imaginario
fundo en el sentido de la diversidad cultural. mercantil con la memoria colectiva39.
De una heterogeneidad radical entre las cultu- Tenemos así que comunicación en el contexto
ras basada cada una en un territorio específi- de la globalización y el multiculturalismo contem-
co, se ha pasado a una exposición constante poráneos, significa básicamente puesta en común
de cada cultura a las otras, en un permanente de la experiencia creativa y simbólica, reconoci-
ejercicio de reconocimiento de la diferencia y a miento de las diferencias y apertura respetuosa y
una exigencia de respeto a lo que en el otro, en dialogal al otro. Teniendo en cuenta que todo su-
su diferencia, hay de intransferible, y no tran- jeto o actor social se construye en la relación que
sable, incluso de incomunicable»37. posibilita la reciprocidad: no hay afirmación dura-
En ese sentido el mismo Martín Barbero sos- dera de lo propio sin reconocimiento simultáneo
tiene que, en América Latina lo que pasa en y por de lo diferente40.
los medios de comunicación no puede ser com- En esa misma óptica se sitúa el planteamiento
prendido al margen de la heterogeneidad, los mes- del investigador Paulo Suess41, en su texto «Cul-
tizajes y las discontinuidades culturales que me- turas en diálogo», donde se refiere al diálogo
dian la significación de los discursos masivos. Por intercultural como un foro inter y transdisciplinar
ello la cuestión de la pluralidad se constituye en para la construcción de un nuevo instrumental teó-
enclave de paradojas y desafíos a la comunica- rico y práctico a favor de la paz de la humanidad.
ción. Y «frente al tramposo pluralismo de los
posmodernos, que confunden la diversidad con
la fragmentación, y al fundamentalismo de los 38 Martín Barbero, J., «La comunicación plural – Paradojas y
desafíos». En: Revista Nueva Sociedad, N° 140, nov-dic.,
nacionalistas étnicos que transforman la iden- 1995, p. 60- 69.
tidad en intolerancia, comunicación plural sig- 39 Martín Barbero, J., 1999. Comunicación y solidaridad en
tiempos de globalización. Medellín.1999. p. 4. En: http://
www.jmcommunications.com/spanish/barbero.html
36 Ibid., p. 29. 40 Ibid., p. 6.
37 Martín-Barbero, J. Comunicación y solidaridad en tiem- 41 Suess, Pablo. «Culturas em diálogo». En: Revista Eclesiás-
pos de globalización. Ponencia en el Primer Encuentro de tica Brasilera, Petrópolis, Brasil, N° 243, septembro, 2001.
Comunicadores Católicos. Medellín, 1999. pp. 602 – 621.

29
escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

Desarrolla allí una reflexión muy pertinente sobre • tercero, un conocimiento aproximativo de la
las condiciones fundamentales para ese diálogo historia y la lógica cultural del Otro, con sus
intercultural, como nuevo modo de actuar por na- despliegues en el campo político, económico e
turaleza antihegemónico y no elitista, basado en la ideológico;
comprensión, el respeto y el reconocimiento recí- • cuarto, el reconocimiento recíproco de la
procos. La construcción de ese diálogo inter e igualdad entre los interlocutores, indepen-
intracultural es una tarea permanente, orientada diente del valor que los participantes confieren
principalmente por dos finalidades: la compren- a sus tradiciones recíprocas;
sión y el respeto. La comprensión que apunta al • quinto, convicciones propias de cada partici-
compartir y a la comprensión recíproca de con- pante del diálogo;
tenidos entre diferentes proyectos de vida y, el • sexto, la disposición para un aprendizaje re-
respeto, aunque más pragmático, que apunta a la cíproco « a ser, a hacer, a vivir juntos, y a co-
convivencia en el reconocimiento recíproco de nocer»;
las tradiciones y orientaciones diferentes. Por eso • séptimo, un horizonte universal responsable
dentro de ese contexto, el diálogo intercultural, como instancia vigilante del diálogo intercultu-
es por su misma naturaleza anti-hegemónico y anti- ral para que el reconocimiento de la diferen-
elitista, es siempre una invitación a la participación cia no se vuelva práctica de indiferencia43.
cada vez de más culturas42. De esta forma, creemos que aunque la fuerza
Este diálogo que tiene por objeto la compren- impetuosa de la globalización es muy grande y el
sión recíproca de los contenidos y el respeto en multiculturalismo se presta para toda clase de abu-
el reconocimiento recíproco de la alteridad, exi- sivos excesos, sigue en pie la posibilidad esperan-
ge unas condiciones de cada una de las partes. zadora de una comunicación en perspectiva inter-
Esas condiciones parten del contexto sin presu- cultural que se abra respetuosamente al diálogo
poner condiciones objetivas para el diálogo, sólo con otras culturas y valore la diversidad en la dife-
exige perspectivas de relaciones simétricas entre rencia enriquecedora. Necesitamos instituciones
los interlocutores, de reconocimiento de la digni- deliberativas, dialógicas, no represivas, totalitarias
dad y de las diferencias, así como la voluntad de o discriminatorias. Por eso volvemos a nuestra utó-
aprender algo del otro. De ahí que comprensión pica pero no por ello irrealizable hipótesis inicial:
y reconocimiento presupongan interlocutores sólo en la equilibrada, crítica y razonable interac-
que esperan aprender recíprocamente unos de ción de reconocimiento dialógico de la trilogía, glo-
otros. balización, multiculturalismo y comunicación, se
Por eso, son condiciones básicas para su rea- juega la posibilidad de conformar una nueva so-
lización son: ciedad multicultural que favorezca la dignidad y
• Primero, un consenso sobre medios pacíficos los intereses de los seres humanos.
de comunicación; «Que ninguna cultura se arrogue tener la
• segundo, el reconocimiento de lógicas con- última palabra; que la comunicación haga par-
textuales y verdades históricas y geográfi- te de una responsabilidad amplia y, que todas
camente situadas, al interior de ‘diferentes ni- las culturas respeten recíprocamente sus silen-
veles de realidad’; cios y misterios»44.
e

43 Ibid., p. 611.
42 Ibid., p. 609. 44 Ibid., p. 621.

30
Globalización, multiculturalismo y comunicación - Luis I. Sierra Gutiérrez - pp 19-31

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31
escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

32
NACIONALIDAD Y GLOBALIZACIÓN

Medios de comunicación y nación:


apuntes para una lectura de
1
fragmentos en la globalización
ALEXIS V. PINILLA DÍAZ
JOIMER EDGAR ROBAYO

Abstract
El documento que se presenta a continuación hace referencia a las formas
como se han construido los referentes en torno a lo nacional en los contextos
de lo local y lo global, aludiendo a sus transformaciones, tensiones y puntos
de encuentro. Ocupa un lugar central el análisis histórico de la construcción
de lo nacional como un gran producto de la modernidad y de lo global, como
un derivado, entre otros, del papel jugado por los medios de comunicación
en la conformación de una interpretación sobre la cultura – mundo a la cual
asistimos en los inicios del siglo XXI. Estas lecturas se relacionan con las
dinámicas comunicativas y su interacción con los procesos de
construcción y difusión de lo nacional.

1 Este documento hace parte del proyecto de investigación La


televisión en la familia y la familia en la televisión, cofinan-
ciado por la Comisión Nacional de Televisión y desarrollado
en el Departamento de Investigaciones de la Fundación
Universitaria Los Libertadores, con la participación de las
Facultades de Ciencias de la Comunicación y Ciencias de la
Educación.

escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003 - pp 33-41

33
escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

Introducción A pesar de las diferencias en torno al proceso


de conformación de la nación en el contexto euro-
Con el advenimiento de los Estados nacionales peo y latinoamericano, podemos encontrar una
en los siglos XVIII y XIX se configuraron espa- similitud, cual es la existencia de espacios en los
cios sociales y políticos para narrar la nación e cuales se difundiera el imaginario nacionalista. En
igualmente con el fin de construir un imaginario este contexto estamos hablando, en primer lugar,
nacional a partir del cual se legitimara el proyecto de cómo, con la instauración de los Estados na-
de instauración del aparato estatal. Para el caso cionales modernos, se dio origen a los sistemas
de la Europa occidental, este proceso tenía que educativos entendiendo que la escuela debía jugar
ver, según lo argumenta Ernest Gellner2, con la un papel fundamental en la concreción del imagi-
consolidación del capitalismo, lo cual tuvo su lu- nario nacional.
gar de inicio en la revolución industrial y la exten- Este proceso ha sufrido fuertes cambios y frac-
sión del imperialismo económico a finales del siglo turas con el desarrollo del capitalismo global y,
XIX. En lo que tiene que ver con la cuestión na- particularmente, con la extensión del fenómeno de
cional en los espacios no desarrollados, Renato la globalización, el cual, dicho sea de paso, tiene
Ortiz anota lo siguiente: «En el Tercer Mundo la un carácter fragmentario en la medida en que es
nación es una utopía, una búsqueda situada en apropiado de manera disímil en los diversos esce-
el futuro. Los movimientos nacionalistas de narios nacionales y locales. Lo anterior nos per-
África a América Latina comparten esa pers- mite hablar, siguiendo a Boaventura de Sousa, de
pectiva. Por eso nuestros modernistas decían: la existencia de globalizaciones, en plural, en cam-
para ser modernos es necesario ser naciona- bio de una noción abarcante de la globalización5.
les. Mientras tanto, en ausencia de esa moder- El auge de los procesos de globalización ha con-
nidad, la nación sólo podría configurarse como llevado a un debilitamiento de la figura de los Es-
un proyecto, algo dislocado en el tiempo»3. Asi- tados nacionales y, consecuentemente, a un frac-
mismo, digamos que la idea de lo nacional se con- turamiento de los imaginarios nacionalistas. Podría-
figuró, en el caso de América Latina, como un pro- mos decir, que tanto el capitalismo como la globa-
yecto de las elites ilustradas que buscaban orien- lización han reducido cada vez más el papel del
tar los destinos de la nación siguiendo la pista de Estado en la regulación social y política, encar-
los Estados europeos. gando de esta misión al mercado, generando una
En este sentido, las propuestas de las elites bus- profunda fragmentación de las comunidades, par-
caban, «[...] fijar lo que es la historia común y ticularmente en los países de América Latina6.
atar la identidad nacional a la memoria de ese En este contexto, los medios de comunicación
pasado común. Se trata de una operación deli- han reemplazado la labor de espacios de sociali-
cada: nada menos que de rehacer la historia con zación como la escuela en la promoción del imagi-
miras a los retos del presente. Construir una his- nario nacional y, con el advenimiento de la globa-
toria nacional implica ‘limpiarla’ de toda encru- lización, se han constituido en canales privilegia-
cijada, eliminar las alternativas y las disconti- dos para la circulación de los bienes simbólicos
nuidades, retocar las pugnas y tensiones, redefi-
nir los adversarios y los aliados, de modo que la 4 Lechner, Norbert. «Orden y memoria», en G. Sánchez y
M. Wills (compiladores). Museo, memoria y nación. Bogo-
historia sea un avance fluido que, como imagen tá: Museo Nacional de Colombia, 1999, p. 70.
simétrica, anuncia el progreso infinito del futu- 5 Para este autor, existen cuatro facetas de la globalización, a
ro. La ‘historia oficial’ no se deja establecer por saber: globalismos localizados, localismos globalizados, cos-
decreto y así las disputas del pasado pueden per- mopolitismos y procesos de herencia común de la humanidad.
durar hasta el presente»4. Para profundizar en estas facetas ver: De Sousa Santos,
Boaventura. De la mano de Alicia: lo social y lo político en la
postmodernidad. Bogotá: Universidad de los Andes, 1998.
2 Gellner, Ernest. Naciones y nacionalismo. México: Alian- 6 Al respecto ver: Lechner, Norbert. «La búsqueda de la
za, 1988. comunidad perdida: los retos de la democracia en América
3 Ortiz, Renato. Otro territorio. Bogotá: Convenio Andrés Latina», en Revista Fin de Siglo, N° 5, Universidad del Valle,
Bello, 1998, p. 120. Cali, junio de 1993.

34
Medios de comunicación y nación: apuntes... - Alexis V. Pinilla Díaz y Joimer E. Robayo - pp 33-41

del capitalismo cultural. En esta perspectiva, los la década de los 80 (con la labor de algunas facul-
medios de comunicación han contribuido fuerte- tades de comunicación Social, el Cinep y la Fes-
mente con el fraccionamiento de proyectos colec- col) que se consolidan líneas de investigación, dan-
tivos y evidenciado la crisis de la nación como ente do paso a investigaciones empíricas a través de
aglutinador en el ámbito social, político y cultural. las cuales se evidencia la multiplicidad del fenó-
Para mostrar este fenómeno, a continuación hare- meno de la comunicación en nuestro contexto cul-
mos una breve referencia a los estudios sobre los tural.
medios de comunicación en Colombia y sus rela- Para la década del 90 el énfasis de las investi-
ciones con el ámbito político y público y, poste- gaciones se hizo en el proceso de industrialización
riormente, realizaremos algunos acercamientos de los medios de comunicación y en la reconfigu-
analíticos a las tensiones que se presentan entre el ración de las relaciones entre lo público y lo priva-
concepto de nación y los procesos de globaliza- do, a partir de los procesos de recepción y con-
ción. sumo. Así mismo, hubo un especial interés por
analizar el papel que cumplen los medios de co-
El análisis de los medios de municación en la resignificación de la esfera de lo
político y en la reconstrucción de nuevas formas
comunicación en Colombia de ciudadanía. En esta perspectiva, se empezó a
tomar a los medios no sólo como intermediarios
Según Jesús Martín – Barbero y Germán Rey7, en los procesos políticos, sino también como ac-
los estudios sobre comunicación en el país se ini- tores sociales que producen sentidos y significa-
cian a finales de la década de los 50, con los aná- dos sobre la realidad. De manera general pode-
lisis sobre la difusión e innovaciones educativas a mos anotar, siguiendo a Martín-Barbero y Rey,
través de los medios, desarrollados por entidades que las diferentes tendencias e investigaciones en
como el Instituto Colombiano Agropecuario, el nuestro país sobre el tema de la comunicación re-
Instituto Colombiano para la Reforma Agraria, la velan una fuerte paradoja: «Mientras existe un
Acción Cultural Popular y el Fondo de Capacita- indudable encuentro de las propuestas episte-
ción Popular, quienes recibieron el apoyo finan- mológicas y los debates metodológicos que se
ciero de los Estados Unidos y orientaron los aná- experimentan en las ciencias sociales con los
lisis hacia el tema de comunicación para el desa- que se plantean y trabajan en el campo de co-
rrollo. municación [...] en el terreno de los problemas
En los años 70, el eje transversal de los análisis y las demandas sociales el desencuentro es gran-
sobre comunicación fue la penetración del impe- de. Desde las ciencias sociales se desconoce la
rialismo cultural de los Estados Unidos, a través importancia política y cultural de los procesos
de la difusión y proliferación de programas de te- y medios de comunicación, mientras en el es-
levisión provenientes de la potencia norteameri- pacio académico de los estudios de comunica-
cana. Paralelamente a tales estudios se hicieron ción hay un generalizado desconocimiento del
análisis en torno a la trama económico – política espesor social y político de la comunicación.
que sustentaba la dominación cultural de este país La reticencia de la investigación social [...] a
sobre el continente latinoamericano. No obstante, valorar como problemas dignos de investiga-
las investigaciones de esta década tuvieron un ca- ción lo que pasa en los medios, pues allí sólo
rácter demasiado cerrado (estructuralista), que les habría una ‘subcultura’ del entretenimiento, se
impidió ver la variedad de significados y sentidos verá complementada por la miopía de los estu-
que tienen los medios de comunicación en la cons- dios del campo acerca de la relación de los
trucción cultural de nuestro país. Así, es sólo para medios con los conflictos sociales de este país
y con la incomunicación política que los me-
7 Martín–Barbero, Jesús y Rey, Germán. «La formación del dios catalizan»8.
campo de estudios de Comunicación en Colombia», en F.
Leal y G. Rey (editores). Discurso y Razón. Una historia
de las ciencias sociales en Colombia. Bogotá: Ediciones
Uniandes, Fundación Social, Tercer Mundo Editores, 2000. 8 Ibíd., p. 257.

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escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

Asimismo, los procesos de ‘virtualización’ de la Además del papel que cumplen los medios en
política, caracterizados por el ingreso no sólo de la construcción / difusión de imágenes sobre lo
discursos públicos a espacios privados por vía de político, es conveniente tener en cuenta que este
la televisión, sino además por la incursión de los proceso está en estrecha relación con las caracte-
políticos en la escena de los medios, ha mostrado la rísticas culturales de las poblaciones a las cuales
necesidad de profundizar en estudios en los que se se dirigen los medios. Digamos que en la actuali-
mire de manera articulada la organización de la po- dad estamos asistiendo a una construcción visual
lítica y los medios de comunicación y el papel que de lo social12. Las telenovelas, los reality show
cumple la publicidad mediática en la promoción de e, incluso, los mismos noticieros, han sido encar-
imágenes sobre lo político, atendiendo a que, según gados de construir otros horizontes de sentido para
Joan Ferrés, «el discurso político se parece cada nuestra experiencia social y política. Cabe aclarar
vez más al publicitario. Cada vez consiste más que este proceso no ocurre de manera unidirec-
en seducir que en convencer. Cada vez se mue- cional – de los medios a la gente – sino que de lo
ve menos por motivaciones de carácter funcio- que se trata es de un juego dinámico, un diálogo,
nal – es decir, ideológico, doctrinal – y más por en el cual desde los medios se recoge algo de las
motivaciones de carácter emotivo, sensitivo. expectativas y anhelos de la población y se cons-
Cada vez se apoya más en el pensamiento aso- truyen imágenes sobre la realidad, lo que conlleva
ciativo que en el racional. Cada vez valora más a un doble fenómeno: por un lado, tiene lugar una
la imagen que la realidad»9. «espectacularización» de la realidad, que la con-
Atendiendo a esta necesidad investigativa, du- funde incluso con la farándula, y, por otro, las imá-
rante los últimos años se han llevado a cabo algu- genes de los medios construyen visualmente lo
nos estudios relacionados con el papel que cum- social, dándole sentido, en parte, a la experiencia
plen los medios de comunicación en los procesos cotidiana de los sujetos.
de socialización política de los individuos y, en En lo concerniente a los desafíos y cruces en-
general, en la difusión y distribución de imagina- tre la política y los medios de comunicación, Fa-
rios políticos. Para Martín–Barbero, las transfor- bio López de la Roche sugiere que las caracterís-
maciones tecnológicas y comunicativas, propias de ticas del mercado cultural, de las industrias cultu-
las décadas de finales del siglo XX, han dado lu- rales, han cerrado progresivamente la posibilidad
gar a la emergencia de nuevas sensibilidades que de que desde los medios se construyan opiniones
inciden en los procesos de rompimiento de las iden- críticas en torno a lo político y lo social. El ingreso
tidades tradicionales10. Para este autor, el acerca- al mercado global del espectáculo por parte de
miento entre la comunicación y la política da lugar artistas, periodistas, personalidades políticas, etc.,
a dos opciones analíticas sobre los medios de co- impide que éstos asuman actitudes que no estén a
municación. Por un lado, existe una mirada susti- tono con las exigencias de los dueños, producto-
tutiva, en la cual se sugiere que los medios llenan res y directores de los medios de comunicación.
el espacio que dejan los gobernantes y las institu- En esta perspectiva, para López es necesario vol-
ciones democráticas en lo concerniente a la re- ver a mirar con detenimiento el poder político de
flexión y resolución de los conflictos; por otro lado, los medios y los procesos de dominación que se
se encuentra la mirada constitutiva, en la que los promueven y orientan desde los mismos, sin dejar
medios de comunicación son asumidos como de lado los análisis relacionados con la teoría de
«nuevos modos de representación de las identi- las mediaciones y los estudios de recepción. La
dades, de las expectativas, de los miedos, de idea es, entonces, redimensionar el papel que los
las esperanzas, de las ilusiones»11. medios de comunicación están cumpliendo a nivel

9 Ferrés, Joan. Televisión subliminal. Socialización mediante 11 Martín–Barbero, Jesús. «Culturas populares e identida-
comunicaciones inadvertidas. Barcelona: Paidós, 1996, p. des políticas», en Entre públicos y ciudadanos. Lima: Ca-
204. landria, 1994, p. 28.
10 Martín–Barbero, Jesús. «Retos culturales de la comunica- 12 Martín–Barbero, Jesús. «Política y comunicación. Desfi-
ción a la educación», en Gaceta, N° 44 – 45, Bogotá, enero – guraciones de la política y nuevas figuras de lo público», en
abril de 1999. Revista Foro, Nº 45, Bogotá, septiembre de 2002.

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Medios de comunicación y nación: apuntes... - Alexis V. Pinilla Díaz y Joimer E. Robayo - pp 33-41

político y hegemónico en el contexto de la globa- de la resignificación de la ciudadanía que caracte-


lización y, a su vez, la manera en que se ha venido riza el momento actual, hay un interés creciente
constituyendo un nuevo tipo de relaciones impe- por el derecho a la información y el acceso a los
riales a través de los medios. medios; éstos se constituyen en instancias del de-
En palabras de López, «[...] no se trata de bate político, en lugares donde se configuran cul-
volver al funcionalismo marxista en la mirada turas políticas y se producen conceptos, ideas y
sobre las relaciones entre los medios y la socie- representaciones de lo social16.
dad, a aquellas visiones mecanicistas y absolu- Teniendo en cuenta los referentes investigati-
tas donde la dominación mediática implicaba un vos mencionados hasta el momento, a continua-
cierre total donde la única alternativa que que- ción sugerimos algunos acercamientos en torno a
daba abierta era la de la subversión política y las relaciones existentes entre medios, nación y
militar del sistema y el reemplazo del subsiste- globalización.
ma mediático por uno totalmente nuevo y revo-
lucionario en manos del pueblo y de sus elites Los medios y las gramáticas
esclarecidas. Tampoco de retornar a la idea de
la alineación como falsa conciencia, sobre la base sobre lo social y lo nacional
de la suposición de que existe una conciencia
verdadera, asociada a una única ideología eman- Como sugerimos con anterioridad, el proyecto
cipadora. Creo que de lo que se trata es de vol- de la modernidad trajo consigo la consolidación
ver a pensar la dominación y el poder mediáti- de los Estados nacionales, inicialmente como una
cos, con todos los matices y problematizaciones forma de organización política y económica y pos-
aportados por la teoría de la recepción y de las teriormente como un referente social central, en
mediaciones sociales de la comunicación en correspondencia con las formas organizativas del
cuanto a la influencia social de los medios, pero trabajo, la naciente industrialización y su tránsito
también con todas las potencialidades en térmi- hacia la implantación de la técnica y del desarrollo
nos de alternatividad política y cultural, de plu- tecnológico. Estos fenómenos ocasionaron tensio-
ralismo de la representación y de alteridad que nes tanto en la forma como se ha ido configurando
esas mismas teorías entrañan».13 lo que en el presente conocemos como sujetos
Podemos ver que mientras la política pierde su sociales, como en el papel de estos últimos en la
carácter articulador de la vida social y en la pro- construcción de lo nacional.
posición de referentes para consolidar el imagina- La aparente hegemonía en la interpretación de
rio nacional, los medios están jugando un papel lo nacional, de lo local y lo mundial y, más recien-
cada vez más significativo en las decisiones políti- temente lo global, parecería clara, pero si se mira
cas y en la vida cotidiana de la gente14. En la ac- con detenimiento han sido más universalizadas las
tualidad hay una demanda de los ciudadanos rela- interpretaciones que el lugar que éstas han tenido
cionada con el acceso a la multiplicidad de escri- en las sociedades. El lenguaje en el cual se inscri-
turas, lenguajes y discursos que condicionan las ben las denominaciones y sus dinámicas comuni-
decisiones políticas que afectan al grueso de la cacionales son el objeto del saber contemporá-
población nacional15. En esta perspectiva, dentro neo, del vivir del hombre como ser social y de su
pertenencia al Estado, a la nación y ahora como
13 López de la Roche, Fabio. «Opinión, información y ficción un ciudadano del mundo en una gran aldea global,
en los medios colombianos», en Revista Foro, Nº 45, Bogo- inscrito en una globalización que nace en la pre-
tá, Fundación Foro, septiembre de 2002, p. 71. tensión económica de apertura de los mercados,
14 Rey, Germán. «Espacios abiertos y diversidad temporal: las
relaciones entre comunicación y política», en Lo político
pero que incide en la cotidianidad de los sujetos
desde la comunicación, Cuadernos Ocasionales No. 1, Bo- no solamente de países desarrollados, como ini-
gotá: Pontificia Universidad Javeriana, Maestría en Comu-
nicación, 1999.
15 Rey, Germán. Balsas y Medusas: visibilidad comunicativa y 16 Ospina, H., Alvarado, S. y Moreno, L. (compiladores).
narrativas políticas. Bogotá: Fescol, Fundación Social, Ce- Educación para la paz. Una pedagogía para consolidar la
rec, 1998, p. 184. democracia social y participativa. Bogotá: Magisterio, 1999.

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escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

cialmente se pensó, sino justamente en los llama- farándula, pues en la economía del tiempo de
dos países en vías de desarrollo. La decadencia la televisión ¡valen lo mismo!»18
de las imágenes de los héroes y los próceres con Esta velocidad de la información tiene que ver
las que crecieron muchas de nuestras generacio- con la valoración de los acontecimientos: ya no se
nes, al igual que la transformación forzada de las trata de la cantidad de información, sino de su
instituciones que detentaban el dominio de lo ideo- pertinencia. El sujeto que busca referentes los en-
lógico, son apenas una muestra de esta atomiza- cuentra en abundancia, pero en su mayoría inco-
ción de identidades y hegemonías. nexos con su realidad circundante, lo que ha con-
En este contexto es importante ver cómo des- ducido, entre otras cosas, a manifestaciones ple-
de comienzos del siglo XX han cobrado fuerza los namente modernas a nivel del dispositivo tecnoló-
medios de comunicación en la transformación de gico empleado, pero enraizadas en el mito y en
las nociones sobre lo social, lo económico, lo po- rituales cuyos símbolos dan cuenta de entremez-
lítico, lo ideológico, etc. Los medios han transfor- clados que en apariencia no son homólogos, pero
mado las prácticas cotidianas de los sujetos, in- que permiten conectar a los sujetos a puntos de
troduciédolos en nuevas formas de mirar el mun- encuentro donde incluso la identidad es totalmen-
do y mirarse a sí mismos y, además, han cambia- te relativizada. A este respecto Martín – Barbe-
do de manera determinante la forma de hacer po- ro19, rescata el matiz de la identidad en relación
lítica, convirtiéndose en espacios estratégicos para con los medios, aludiendo al chat como uno de
la construcción de referentes como la nacionali- los espacios donde se puede ser, por ejemplo, una
dad, la ciudadanía, el Estado y la sociedad civil, joven esbelta de 18 años, con diversas caracterís-
entre otros. ticas deseadas por hombres de distintas edades y
Para el caso de América Latina se ha propues- en realidad ser un hombre de provecta edad o un
to que la modernidad ingresó, justamente, vía los adolescente, porque a la luz de lo representado en
medios de comunicación. Para Martín–Barbero, el chat esto ya no es verificable y, en general, no
el presente relativizado, aquel que impide rescatar interesa como principio de interacción.
el pasado y desde allí construir formas de inter- El juego de recambio en estas nuevas formas
pretación de un acontecer cada vez más corto17, de lenguaje, que implícitamente comportan las gra-
marca el carácter constitutivo de lo histórico en máticas abundantes en referentes y difusas en su
los ciudadanos modernos; con ello hace referen- cadena de sentidos, permite la instantaneidad del
cia al papel de los medios en la construcción de la sujeto, asunto que no puede ya sostenerse bajo
memoria. De esta manera, «Resulta [...] bien sin- una gramática oficial del dominio de la ley y de las
tomático que lo que pasa en el plano tecnoló- leyes. El advenimiento de otras formas de enten-
gico de la información esté dando la pauta so- der y expresar las vinculaciones de los sujetos so-
bre los criterios con que ella es valorada. Lo ciales tiene una doble vía: por una parte, permitir
que vale como noticia es lo que nos conecta que los sujetos traseguen por estos espacios en-
con el presente de lo que está pasando – aten- tremezclados de oficialidad y anarquía, de cos-
ción a este verbo «pasar», pues en su equivoci- tumbres cortesanas y barbarismos urbanos; y, en
dad nos habla de un presente que no tiene re- segundo lugar, reducen el espacio – tiempo de los
poso sino que pasa y pasa a toda velocidad –, sujetos sociales a las preferencias de los medios,
que es lo que a su vez hace que el tiempo en la aun con la infinita variedad que en éstos se pueda
pantalla de cualquier acontecimiento deba ser mostrar. A este respecto el papel de quienes tra-
también instantáneo y equivalente: tanto dura bajan en el tema de la cultura debe estar ligado a
una masacre de campesinos como una nota de los medios de comunicación, ya que la crítica mar-
ginal, aun siendo erudita, no permite un desarrollo
17 Martín–Barbero, Jesús. «Cambios en la percepción de
temporalidad», en Sánchez Gómez, Gonzalo-Wills Obre- 18 Ibíd., p. 37
gón, Maria Emma (comp). Museo, memoria y nación. Mi- 19 Seminario Internacional: Subjetividades contemporáneas,
sión de los museos nacionales para los ciudadanos del futu- debates sobre el sujeto. Universidad Central, Bogotá, 21-25
ro. Bogotá: Ministerio de cultura, 1999. de abril de 2003.

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Medios de comunicación y nación: apuntes... - Alexis V. Pinilla Díaz y Joimer E. Robayo - pp 33-41

conectado al fenómeno cultura–mundo al que es- en gran medida, la creación y difusión de narrativas
tamos asistiendo y distancia a la academia de su sobre lo nacional a través de los medios de comu-
centro de estudio. nicación y de la escuela. Para este autor, así como
Estos retos que nos imponen los medios de en las décadas de los 60 y 70, tanto en la escuela
comunicación, no como un fenómeno tecnológi- como en los medios, era posible la reconstrucción
co, sino justamente en su carácter político, eco- de lo nacional a partir de la difusión de determina-
nómico, educativo, estético y cultural20, permiten das imágenes, en lo concerniente a las décadas de
que los estudios culturales se constituyan en uno los 80 y 90 esta posibilidad se ha vuelto difusa por
de los campos desde donde realizar un análisis más los efectos de la violencia. De hecho, la agudiza-
integral del papel de los medios como constructo- ción del conflicto colombiano ha fracturado los ima-
res y transformadores de la realidad y de la coti- ginarios sobre lo nacional y, a su vez, ha debilitado
dianidad de los sujetos sociales21. La televisión, la acción de escenarios como la escuela y los me-
como uno de los medios más representativos en la dios de comunicación en esta tarea de promoción
construcción de lo social y en la difusión de refe- de lo nacional22. Empero, es necesario considerar
rentes sobre la nacionalidad, la sociedad civil, la que el conflicto político y militar ha permitido visi-
ciudadanía, entre otros, debe ser objeto de revi- bilizar una parte del país, una parte del nosotros,
sión por parte de padres, educadores, académi- que no conocíamos o, por lo menos, nos era difícil
cos y otros actores sociales. reconocer. Las noticias sobre la situación política
Los actos sociales, a la manera como los cues- de diversos municipios y regiones ha mostrado una
tionara Durkheim, como todo aquello que pasa en realidad con la cual convivimos día a día los co-
la sociedad, transcurren hoy por la mediación, lombianos y que, en muchas ocasiones, no desea-
entendida ésta como el espacio de interacción en- mos aceptar.
tre los sujetos y los medios, atravesados por el En conclusión, una de las prioridades para
juego de intereses, en el cual se impone no sólo la acercarse a la relación que se teje entre medios,
conveniencia, sino también el gusto; tanto lo que globalización y construcción de nación, es anali-
se expresa como lo que se calla, como otra forma zar cuáles son los imaginarios y/o referentes de
de expresión mediática. En esta suerte de ideas, el país, de ciudad, de ciudadano, de sujeto, etc.,
papel del Estado debe estar sintonizado con el que están circulando por los medios; es decir, el
desarrollo de los ciudadanos en comunidad con análisis debe hacer énfasis en la forma como los
los medios, especialmente haciendo énfasis en medios de comunicación están narrando el país,
aquellos de mayor expansión como la televisión y aquel que está seriamente fragmentado por el
las redes de información, ya que además de su conflicto armado, la severa crisis económica, la
carácter económico, las formas de transmisión y corrupción política, entre otros aspectos. Así
de construcción que se imponen no están consul- mismo, se hace prioritario dotar a los ciudada-
tando al Estado, de allí que los ciudadanos le es- nos de capacidad de acción política respecto a
tén demandando a éste su participación y apro- la creación y circulación de sus propios mensa-
piación de un papel dinamizador y facilitador de jes, para que de este modo puedan ingresar a la
los procesos de participación, interacción y apren- agenda de la opinión pública temas de interés
dizaje en y con los medios. general y no sólo del interés particular de los
Empero, para analizar el papel de los medios en empresarios que controlan los medios de comu-
la construcción de lo social y lo nacional en nuestro nicación23. En esta dimensión se trata de recono-
contexto, es indispensable no perder de vista las
características del conflicto político colombiano. Para 22 Torres, William Fernando. «¿Generar competencias cultura-
William Fernando Torres, el conflicto ha impedido, les? Retos de la escuela y los medios para formar sujetos en
medio de la guerra colombiana y la globalización», en Herre-
ra, M. y Díaz, C. Educación y Cultura Política: una mirada
20 Orozco Gómez, Guillermo. Televisión, audiencias y Edu- multidisciplinaria. Bogotá: UPN, Plaza & Janés, 2001.
cación. Bogotá: Norma, 2001. 23 Santana, Pedro. «Opinión pública, culturas políticas y
21 Reynoso, Carlos. Apogeo y decadencia de los estudios cul- democracia», en Nómadas, N° 9, Universidad Central, sep-
turales. Barcelona: Gedisa, 2000. tiembre de 1998 – marzo de 1999.

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escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

cer las múltiples dimensiones de la categoría de repensar determinados aspectos de las ciencias
ciudadanía, pasando de considerarla como una sociales. En rigor, no se trata de un cambio
categoría dada por fuera de la experiencia de la paradigmático [...] sino de nuestra provisión
gente (ciudadanía virtuosa) y centrándola en las de conceptos que, debido a la propia historici-
ciudadanías realmente existentes. dad del objeto, fueron acuñados para dar inte-
Lo anterior nos permitiría ver, además, la crisis ligibilidad a otro concepto»25.
por la que están atravesando categorías concep- La pregunta debe centrarse, entonces, en el
tuales como nación, nacionalismo, ciudadanía, entre papel que cumplen los medios de comunicación
otras (algo que enuncia Boaventura de Sousa San- en el proceso de re – construcción política y con-
tos como una época de epistemicidio). En rela- ceptual de algunas categorías centrales para el
ción con conceptos como nación y nacionalidad, análisis social, es decir, en cómo desde los medios
la globalización, así sea de manera tangencial como se están dando nuevos contenidos y sentidos a
lo sugiere Nestor García Canclini24, ha puesto en nociones como ciudadanía y nación, teniendo en
evidencia la necesidad de re – pensar el contenido cuenta las dinámicas sociales y culturales de la vida
de los mismos, es decir, de darles a tales concep- cotidiana de la gente. En cuanto a la nación, po-
tos un contenido que tenga que ver más con las dríamos centrar los análisis en observar cómo los
características – políticas, culturales, sociales – del medios de comunicación han incidido en los refe-
momento actual que con los sustentos epistemo- rentes clásicos para definir lo nacional, cuales son
lógicos y políticos que les dieron su origen en el las fronteras, la soberanía, la identificación del ciu-
siglo XIX. Siguiendo a Renato Ortiz, podemos dadano con el Estado y la política interna de este
sugerir que «la globalización es una situación último26. ¿Hasta dónde le celeridad de la globali-
histórica en la cual las relaciones sociales son zación nos permitirá detenernos pausadamente a
redefinidas. Para aprehenderlas es necesario analizar tales elementos?
e

25 Ortiz, Renato. Op. cit, p. 179.


24 García Canclini, Nestor. La globalización imaginada. Bar- 26 Miller, David. Sobre la nacionalidad. Barcelona: Paidós,
celona: Paidós, 1999. 1997.

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Medios de comunicación y nación: apuntes... - Alexis V. Pinilla Díaz y Joimer E. Robayo - pp 33-41

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escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

42
DIVERSIDAD E IDENTIDAD NACIONAL

Formación ciudadana e identidades


sociales en Colombia.
Una mirada desde el campo de la
educación-comunicación*
RAÚL INFANTE A CEVEDO
MARTHA CECILIA HERRERA
ALEXIS PINILLA DÍAZ

Abstract
La escuela colombiana comparte hoy con otras instancias de socialización
política la formación ciudadana y la construcción de identidades sociales;
pero lejos de ostentar el clásico monopolio de la enseñanza que otrora
detentó, la institución educativa tiende a ser un espacio donde se ponen en
juego distintas lógicas discursivas y comunicacionales provenientes de los
medios masivos de comunicación, la calle, el grupo juvenil, la comunidad
religiosa, etc. Es en estos lugares, donde día a día se recrea el horizonte
social de los colombianos y se configuran los valores fundantes de distintas
cosmogonías presentes en el contexto nacional. En este sentido, la educación-
comunicación surge como campo educativo emergente para el análisis social
y cultural. Este campo permite reflexionar sobre el papel que juega la
escuela, entendida como escenario educativo y político en el cual confluyen y
compiten diferentes discursos y prácticas de dominación y resistencia, y en el
que el saber escolar es sólo uno más, entre muchos otros. Por estas razones,
nos proponemos desarrollar tres ideas básicas en este documento. Primero,
indicar las tensiones culturales que influyen en la constitución del sujeto
político en Colombia. Segundo, establecer la relación entre educación-
comunicación y formación ciudadana. Y, por último, detectar desde el campo
de la educación-comunicación las aproximaciones y los distanciamientos
existentes entre cultura escolar y cultura mediática.

* Este documento se inscribe dentro del proyecto de investiga-


ción denominado Estado del arte en Educación-comunica-
ción y formación ciudadana, 1980-2000, financiado por el
Centro de Investigaciones de la Universidad Pedagógica Na-
cional –CIUP-Colombia. Se relaciona de la misma manera
con el proyecto Memoria mediática en jóvenes universita-
rios. El caso de la Universidad Pedagógica Nacional, en
curso desde febrero de 2003, financiado también por CIUP.

escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003 - pp 43-53

43
escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

Metas y mitos en los procesos de damentales, respeto a la dignidad humana y a la


diversidad cultural. Así las cosas, la Carta Política
formación ciudadana en Colombia redactada por las viejas y curtidas clases dirigen-
Quiebres y fisuras en la construcción tes del país, acompañadas ahora, por primera vez
de identidades colectivas en la historia de las Constituciones de Colombia,
por sectores emergentes representados por lide-
res sindicales, profesores, exguerrilleros, pacifis-
La formación ciudadana tuvo como epicentro
tas, indígenas, negros, mujeres y, todos ellos, con
durante la última mitad de los años ochenta y prin-
el beneplácito de la opinión pública, se dieron a la
cipios de los noventa, un arraigado debate. Por un
tarea de señalar rutas conducentes hacia una so-
lado influían fenómenos como la caída del muro
ciedad más justa y solidaria.
de Berlín y, por tanto, la exaltación de la demo-
cracia como forma válida de gobierno. En Améri- Este principio constitucional a favor de la for-
ca Latina este debate no se hizo esperar. En Co- mación ciudadana, contrasta obviamente con la
lombia, por ejemplo, el punto más alto de repre- colonización sistemática de la violencia en casi to-
sentación de estas nuevas tendencias fue la Cons- dos los escenarios de la sociedad, ya que la polí-
titución Política de 1991; la proclamación de Co- tica, la vida cotidiana, la escuela y la familia, entre
lombia como un Estado Social de Derecho y en otros espacios sociales, no escapan a la lógica de
consecuencia, la convicción generalizada de que la confrontación cruda y descarnada. En la actua-
era posible alcanzar un proyecto colectivo a tra- lidad evidenciamos cómo la intimidación encami-
vés de los disensos y consensos políticos y, por nada al logro de imposiciones arbitrarias, ha con-
ende, la posibilidad firme de construir un proyecto vertido el miedo y el terror en mecanismos efica-
cultural de carácter democrático, con el concurso ces para establecer consensos sociales. Tal vez
de una ciudadanía activa y participativa. por estas razones, los colombianos depositaron
Sin embargo, los estragos de la violencia han inmensas ilusiones y esperanzas en un pacto polí-
puesto en evidencia el resquebrajamiento del teji- tico que redujera los altos índices de exclusión
do social en tal magnitud, que la participación po- política, económica, social y cultural. Precisamen-
lítica de los ciudadanos no puede depender sola- te este complejo espectro justificaba la necesidad
mente de los acuerdos pactados por los actores de difundir los contenidos constitucionales como
en contienda sino, en forma adicional, de la refun- requisito previo para materializar el proyecto so-
dación de los valores éticos que orientan la socie- cial consagrado en la carta. Como era de esperar,
dad. En este sentido, las instituciones educativas, se consideró a la educación como uno de los me-
y los profesores en ellas, cumplen un papel de tras- dios más expeditos para el logro de estos propó-
cendental importancia al ser consideradas como sitos. Se estableció entonces que «en todas las
instancias socioculturales en las cuales se ponen instituciones de educación, oficiales o privadas,
en juego procesos identitarios de socialización serían obligatorios el estudio de la Constitu-
política y formación ciudadana. No obstante, esta ción y la instrucción cívica». Este mandato des-
responsabilidad se ha diluido y se comparte en gran encadenó un fuerte proceso de formación de maes-
medida con otras opciones educativas como los tros en temáticas como educación para la demo-
medios masivos de comunicación, la calle, el ba- cracia, la paz, los valores y en general para la for-
rrio, el grupo de amigos, la pandilla, etc. Consti- mación ciudadana que subsisten en la actualidad.
tuir en consecuencia, identidades sociales de ca- «De allí que la cultura política y las pedago-
rácter democrático exigiría de la escuela y de los gías cívicas se convirtiesen en uno de los cam-
maestros una actitud comprensiva y propositiva pos de acción privilegiados por ONG y los in-
frente a nuevas sensibilidades comunicativas. telectuales, se multiplicaron los cursos, los se-
En efecto, la Constitución Política de 1991 minarios, los talleres de formación e informa-
consagró un verdadero catálogo de valores refe- ción política, de gestión y planeación del desa-
ridos a la formación ciudadana. Insertó en el len- rrollo, florecieron las cartillas, los juegos didác-
guaje común términos como Estado Social de ticos orientados a varios actores y sectores de
Derecho, democracia participativa, derechos fun- la sociedad»1.

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Formación ciudadana e identidades sociales en Colombia... Raúl Infante A., Martha C. Herrera y Alexis Pinilla D. - pp 43-53

En consecuencia, un reto claro desde la pro- violencia organizada constituye el contexto de


mulgación de la carta política de 1991 ha sido la violencia no organizada»3. En materia econó-
constituir identidades sociales en torno a la demo- mica y política, hizo carrera el empequeñecimien-
cracia. Este proceso de formación de sujetos de- to del Estado y la sustracción de las responsabili-
mocráticos supuso tres requisitos básicos. Prime- dades que demanda un Estado Social de Dere-
ro, la existencia de un discurso común, integrador cho. Por el contrario, se agenció de forma indis-
y aglutinante en torno a la democracia como op- criminada un proceso de neoliberalismo sin corta-
ción política. Segundo, que tal discurso estuviera pisas. Es decir que «los conocimientos recién
en capacidad de orientar las prácticas de los ac- adquiridos contrastaban dramáticamente con
tores sociales. Y tercero, que éstos actores se sin- las experiencias históricas y cotidianas en las
tieran identificados entre sí y lograran diferenciar- cuales se desenvolvía la vida de los receptores
se de otros sectores sociales (aquellos que usan la de estos cursos, sometidos a prácticas de te-
violencia como forma de regulación social, por rror, a violaciones sistemáticas de los derechos
ejemplo) y, por ende, construyeran un futuro polí- humanos y a los avatares de una guerra irre-
tico compartido. Las identidades sociales se en- gular y de un clientelismo político bastante des-
tienden de esta manera, como «el cúmulo de re- regulado»4
presentaciones compartidas que funciona como Como se deduce de lo anterior, las dificultades
matriz de significados, desde el cual se define y por establecer una cultura democrática en un con-
valora lo que somos y lo que no somos: el con- texto social cruzado por múltiples violencias, con
junto de semejanzas y diferencias que limita la alta inequidad social y, sobre todo, con un sustra-
construcción simbólica de un nosotros frente a to ético común derruido por el avance progresivo
un ellos».2 Así, la difusión del compendio norma- de un estatuto de valores signado por el conflicto,
tivo permitiría poner en circulación el discurso de- la corrupción, la desconfianza y la violación gene-
mocrático, éste, orientaría las prácticas sociales y ralizada de los derechos humanos, parece conce-
permitiría la constitución de movimientos ciuda- der la razón a quienes con escepticismo augura-
danos encargados de materializar los principios de ban un fin triste en el corto plazo, a las promesas
la carta y de esta manera, abandonar paulatina- de la Carta. Tal como afirma María Uribe: «Hace
mente la violencia, el autoritarismo y la exclusión más de diez años abrigábamos la esperanza de
como elementos consustanciales de la cultura po- que la democracia participativa fuese algo así
lítica colombiana. como la clave que abriría todas las puertas blo-
Sin embargo, 11 años después, podríamos de- queadas por siglos de exclusión y de abando-
cir que el proceso de construcción del sujeto po- no, terminando a su vez con las asimetrías lo-
lítico democrático en Colombia no se cristalizó cales y regionales y con los grandes abismos de
según lo previsto. Las violencias, por ejemplo, diferenciación social; pero no ocurrió así; hoy
aumentaron vertiginosamente hasta el punto de que tenemos un país más convulso, más violento y
«la violencia política lejos de ser una forma fragmentado, las ciudadanías virtuosas nunca
marginal de violencia entre otras, es reconoci- aparecieron para recuperar la dignidad del Es-
da como el contexto de reproducción de todas tado y la política, y en lugar de una moviliza-
las otras formas de violencia, es decir, que la ción permanente y organizada de la sociedad
civil, una mezcla de silencios, ausencias y te-
rrores ha venido a instalarse en casi todos los
1 Un balance detallado de los logros y limitaciones de la carta
espacios por donde transcurre la vida de los
del 91 se encuentra en Uribe, Maria Teresa. «Las promesas
incumplidas de la democracia participativa». En Seminario colombianos».5
de evaluación: diez años de la Constitución colombiana,
Universidad Nacional, 2001.
2 De La Peña, Guillermo. «Identidades urbanas al fin del 3 Sánchez, Gonzalo. «Guerra prolongada, negociaciones in-
milenio». En: Ciudades # 22. México Abril – junio de 1994. ciertas en Colombia». Boletín del Instituto Francés de Estu-
Citado por Torres, Alfonso y otros. Discursos, prácticas y dios Andinos. 2000. p. 284.
actores de la Educación Popular. Universidad pedagógica 4 Uribe, Maria Teresa Op. cit. p. 155
Nacional, 1998. p. 117. 5 Ibidem p. 143.

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Siguiendo este carril de interpretación, pode- Como se deduce de lo expuesto hasta aquí,
mos analizar el papel de la escuela colombiana. asistimos a la perdida de sentido del saber esco-
En este periodo hubo un intento deliberado por lar. Pero lejos de endilgar una responsabilidad
poner en marcha los principios de la democracia absoluta a la institución educativa, se debe obser-
participativa. Sin embargo, diversos estudios han var detenidamente el avance de otras instancias
señalado en los últimos años cómo la formación de socialización como los medios masivos de co-
democrática y cívica presenta serias falencias en municación. Se debe reconocer, en consecuencia,
jóvenes escolares. Contrastan, por ejemplo, acti- que la escuela no actúa como ente cultural hege-
tudes positivas frente a valores como la toleran- mónico y que, en forma paralela y aún en su con-
cia, el pluralismo y el respeto frente a un escaso tra, se han posicionado otras esferas públicas y
conocimiento sobre los derechos fundamentales, privadas que inciden en la formación del ciudada-
los mecanismos de participación y el funcionamien- no. En esta lógica es sano pensar que la escuela
to del sistema político6. El propio gobierno esco- hoy, no puede entrar a rivalizar ni pretender ex-
lar creado por la Ley General de Educación -115 cluir el papel formativo de los medios masivos de
de 1994-, no dejó de convertirse en la mayoría de comunicación y la calle, por ejemplo, sino que
los casos, en un simple rito que emuló las virtudes debe apuntar más bien a funcionar como centro
y/o los vicios generales de la política tradicional7. convergente de discursos y prácticas producidos
No basta entonces con decretar la existencia de por distintas manifestaciones de la cultura contem-
una cultura de paz. En la institución educativa la poránea. En este orden de ideas, la Educación-
disidencia entre postulados normativos, éticos y Comunicación se presenta como un campo de
políticos y su aplicación concreta en las comuni- análisis con inusitada relevancia en los procesos
dades educativas ha sido abismal. de formación de maestros y en la responsabilidad
De esta manera, la reflexión sobre constitución de éstos en la formación de ciudadanías políticas
de identidades colectivas de carácter democráti- capaces de intervenir en la construcción de pro-
co, debe explorar las mediaciones a través de las yectos de vida dignos tanto en el plano individual
cuales se constituyen los sujetos sociales, en el como en el colectivo.
entendido de que no pueden desligarse de las po-
siciones institucionales de carácter formal y tam- Formación ciudadana y
poco refugiarse en los espacios del mundo de lo
privado. Es indispensable observar cuáles son los educación-comunicación
sentidos que los sujetos le imprimen a estos dis-
cursos y que guían –éstos si- sus prácticas socio- En los últimos años uno de los elementos que
culturales. Lo anterior señala la necesidad de re- ha llamado la atención de los investigadores ha sido
conocer sin subterfugios ni lenguaje ambiguo que la relación entre educación-comunicación y la
«la noción de democracia no puede fundamen- construcción de ciudadanía. Se explora la capaci-
tarse en un concepto de verdad o autoridad dad de cuestionar el modelo hegemónico de la
ahistórica y trascendental. La democracia es escuela, apoyado en el saber ilustrado y en la cul-
un lugar de lucha y está informada por con- tura letrada9, reconociendo la existencia de un
cepciones ideológicas competitivas del poder, modelo descentrado de comunicación10, y con la
de la política y de la comunidad»8. posibilidad de formar audiencias críticas que es-
tén en capacidad de resignificar el mensaje de los
medios y dar sentido a su experiencia cotidiana de
6 Para ampliar información se pueden consultar las publicacio-
nes hechas recientemente sobre educación democrática y cívica
en Colombia, entre las que se destacan las siguientes: Forma- 8 Giroux, Henry y Mclaren, Peter. «La educación del profe-
ción democrática y educación Cívica en Colombia. Ministe- sor y la política de reforma democrática». En: Los profeso-
rio de Educación Nacional, 1998 e ICFES. Educación cívica res como intelectuales. Hacia una pedagogía crítica del
en Colombia, una comparación internacional. 2002. aprendizaje. Paidós. 1990. p. 222.
7 Un interesante abordaje al respecto lo realiza Cubides, Hum- 9 Martín-Barbero, Jesús. «Heredando el futuro: pensar la
berto. «Gobierno escolar: cultura y conflicto político en la educación desde la comunicación». En: Nómadas, N° 5, Uni-
escuela». En Revista Nómadas, N° 15, octubre de 2001. versidad Central, septiembre de 1996 – marzo de 1997. p. 8.

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acuerdo a sus condiciones reales de existencia y dad de acción para la creación y circulación de
no sólo a partir de los mensajes y las imágenes sus propios mensajes con el fin de que ingresen a
que se promocionan por los medios de comunica- la agenda de la opinión pública temas de interés
ción. general y no sólo del interés particular de los em-
Para Guillermo Orozco11, el papel que cum- presarios.
plen los medios de comunicación es construir de- Al señalar algunos puntos de acercamiento en-
terminada realidad y publicitarla entre la sociedad, tre la comunicación y la política, Jesús Martín Bar-
labor que se facilita gracias a las alianzas de los bero anota que en Colombia hay dos ópticas so-
medios con los sectores hegemónicos. En esta bre los medios de comunicación. Por un lado, una
perspectiva, los medios realizan una monopoliza- mirada sustitutiva, que analiza a los medios como
ción de la producción de sentidos y representa- instancias de socialización que suplen el espacio
ciones sobre lo social. Frente a este hecho, la es- que dejan los gobernantes; por otro lado, la mira-
cuela debe estar en capacidad de formar sujetos da constitutiva, en la cual los medios de comuni-
que deconstruyan estas representaciones, mejo- cación son asumidos como nuevos escenarios de
rando sus competencias analíticas y comunicati- constitución de representaciones e identidades
vas, es decir, la escuela debe facultar a los sujetos culturales14. Continuando con este cruce entre lo
para aprender y expresarse dentro de un entorno político y lo comunicativo, Álvaro Duque anota
multimedial. Este paso de un modelo comunicati- que las pautas de comunicación que se instauran
vo centrado en el eje emisor–receptor, a uno que en un momento dado entre gobernantes y gober-
da una mayor posibilidad de creación a las au- nados son un buen camino para examinar la forma
diencias (tomándolas como sujeto activo), permi- como se distribuye el poder en una sociedad. Para
te revalorar el potencial democrático de la escuela él, buena parte de las orientaciones sobre normas,
y, en general, de la educación, frente al papel que valores y pautas de comportamiento es transmiti-
cumplen los medios de comunicación en la crea- da a través de los medios de comunicación15.
ción y reproducción de lo social12. Para Germán Rey, por ejemplo, mientras la
Para Pedro Santana13 los medios de comuni- política pierde su carácter articulador de la vida
cación son los vehículos más importantes para social, la comunicación está jugando un papel cada
transmitir los contenidos que forman la opinión vez más significativo en las decisiones políticas y
pública y, además, juegan un papel importante en la vida cotidiana de la gente16. Este autor anota
como emisores de significados a través de la edi- que en la actualidad hay una demanda de los ciu-
ción, selección y contextualización de determina- dadanos relacionada con el acceso a la multiplici-
dos mensajes. En este contexto es prioritario, se- dad de escrituras, lenguajes y discursos que con-
gún Santana, dotar a los ciudadanos de capaci- dicionan las decisiones políticas que afectan a los
ciudadanos. Dentro de la resignificación de la ciu-
dadanía hay un interés creciente por el derecho a
10 Idem. Martín Barbero define el palimpsesto como ese la información y el acceso a los medios, ya que
texto en que el pasado borroso emerge en las entrelíneas que
escriben el presente y al hipertexto como la escritura no
éstos se han consolidado como instancias del de-
secuencial, sino el montaje de conexiones en red que al per-
mitir una multiplicidad infinita de recorridos transforma la 14 Martín-Barbero, Jesús. «Culturas populares e identidades
lectura en escritura. políticas». En: Entre públicos y ciudadanos. Lima, Calan-
11 Orozco, Guillermo. «Educación, medios de difusión y gene- dria, 1994.
ración de conocimiento: hacia una pedagogía crítica de la 15 Duque Soto, Álvaro. «Los puntos de encuentro entre lo
representación». En: Nómadas, N° 5, Universidad Central, comunicacional y lo político». En: Lo político desde la co-
septiembre de 1996 – marzo de 1997. municación. Bogotá, Pontificia Universidad Javeriana, Maes-
12 Cubides, Humberto y Valderrama, Carlos Eduardo. «Co- tría en Comunicación, 1999, Cuadernos Ocasionales No. 1,
municación–Educación: algunas propuestas investigativas». p. 14-15.
En: Nómadas, N° 5, Universidad Central, septiembre de 16 Rey, Germán. «Espacios abiertos y diversidad temporal: las
1996 – marzo de 1997. relaciones entre comunicación y política». En: Lo político
13 Santana, Pedro. «Opinión pública, culturas políticas y desde la comunicación, Bogotá, Pontificia Universidad Ja-
democracia». En: Nómadas, N° 9, Universidad Central, sep- veriana, Maestría en Comunicación, 1999, Cuadernos Oca-
tiembre de 1998 – marzo de 1999. sionales No. 1.

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escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

bate político y, por ende, cumplen una función es- que tienen en la actualidad los medios masivos de
tratégica en la construcción de modelos de cultura comunicación y las nuevas tecnologías»21. Lo an-
política17. De esta manera, los medios se han for- terior es lo que algunos han dado en llamar cultura
talecido, junto a los partidos, los movimientos po- mediática.
líticos y la escuela, como un escenario de discu- Esta aparente incongruencia entre escuela y
sión de lo político y de allí la importancia de anali- medios genera posiciones antagónicas. Predomina
zar su impacto en el campo político y social.18 en los espacios escolares una visión apocalíptica
frente al poder ejercido por los medios. Se consi-
Disidencias y convergencias entre dera que generan un efecto negativo en la constitu-
ción de sujetos políticos. Se argumenta, además,
cultura mediática y cultura escolar que los medios entretienen e informan pero no con-
Un debate necesario en los procesos tribuyen positivamente en la formación ciudadana.
de formación de identidades No deja de llamar la atención al respecto la posi-
ción adoptada por Vicenc Fisas cuando afirma que
colectivas «las formas de transmisión de esos valores que
configuran la cultura de la violencia son múlti-
La escuela ha cumplido históricamente un pa- ples, empezando por el mismo núcleo familiar,
pel de control social y ha sido por antonomasia la pero ninguno ha alcanzado el nivel de influencia
encargada de transmitir el conjunto de valores que como el que en las últimas décadas ha propor-
rigen al conjunto social. En Colombia, esta labor cionado la televisión, que ha multiplicado con
estuvo centrada por décadas en los manuales de creces el influjo que ya venían ejerciendo deter-
historia, geografía, cívica y naturalmente en los minado cine y determinada música»22. Para este
catecismos19. En este sentido, la cultura escolar autor, es claro que los medios aportan negativa-
puede ser definida como «el conjunto de prácti- mente a los procesos de formación de los niños y
cas, saberes y representaciones producidas a de los ciudadanos en general.
partir de la institución escolar... que tienden a Se parte entonces de una satanización previa,
la organización racional de la vida cotidiana»20. muy parecida a la que otros sectores sociales efec-
Sin embargo, los medios masivos de comunica- túan sobre la escuela, al considerarla responsable
ción han logrado desplazar la escuela de esta la- de los grandes males de la sociedad. Al respecto
bor formativa. De una manera casi imperceptible Fisas nos ilustra nuevamente con un magistral ejem-
se instalaron en el sitio ocupado durante largo tiem- plo al afirmar que «los niños matan, violan, ro-
po por la institución educativa, de tal suerte que ban, asaltan, se drogan a imagen y semejanza
hoy la construcción de imaginarios nacionales y de las imágenes que les suministran determina-
sentidos colectivos depende en gran medida de dos menús de pantalla... Mientras buenos pa-
«la capacidad modeladora del conjunto de las prác- dres dedican acaso treinta minutos diarios a
ticas, los saberes y las representaciones sociales hablar con sus hijos, la televisión les consagra
tres y cuatro horas... Podría la televisión mos-
17 Rey, Germán. Balsas y Medusas: visibilidad comunicativa y
trarles otras cosas mejores pero, de acuerdo con
narrativas políticas. Bogotá, Fescol, Fundación Social, Ce- las leyes del mercado, no lo hace y no lo hará
rec, 1998, p. 82. por voluntad propia... El gran maestro de nues-
18 Gómez Buendía, Hernando. «El uso social del conocimien- tro tiempo es la televisión»23. Esta disyuntiva, en
to y la defensa de lo público». En: Revista Universidad del apariencia trivial, inició en Colombia uno de los de-
Valle, N° 10, Cali, abril de 1995.
19 Para ampliar información ver la excelente compilación efec-
bates más interesantes en torno a la relación entre
tuada por Gabriela Ossenbach y Miguel Somoza. Los Ma- educación y comunicación en los últimos años, cuan-
nuales Escolares como fuente para la historia de la educa-
ción en América Latina. Universidad Nacional de Educación 21 Huergo, Jorge A. Op . cit.
a Distancia. Madrid. 2001. 22 Fisas, Vicenc. Cultura de paz y gestión de conflictos. Icaria,
20 Huergo, Jorge A. «Desbordes y conflictos entre la cultura UNESCO,1998. p. 361.
escolar y la cultura mediática». En: Nómadas, N° 15, Uni- 23 Verdú, Vicente. Niños criminales. El País, 22 de mayo de
versidad Central, octubre de 2001. 1997. Citado por Fisas, op. cit. p. 362. 362.

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do una madre de familia por intermedio de una ac- lado, una segunda perspectiva asume la educa-
ción de tutela exigió que se dejaran de emitir pro- ción-comunicación como paradigma naciente en
gramas como «los Ricos también lloran, Rubí, Ca- la ciencia social contemporánea y, por tanto, debe
rasucia, Mc Gyver, Pasión de Vivir y, todos aque- ser estudiado como campo unitario. «La comuni-
llos que atenten contra la educación, las buenas cación educativa existe para brindarle a la edu-
costumbres, la paz y el respeto humano de los cación métodos y procedimientos para crear la
menores de edad»24. En este sentido, el fenómeno competencia del educando. No se trata de edu-
que debe ser estudiado no es tanto el de los efectos car usando el instrumento de la comunicación,
negativos de la televisión sino por qué el ciudada- sino que ésta se convierta en la columna verte-
no, adulto o niño, establece lugares de encuentro bral de los procesos educativos»27.
alrededor de la pantalla; será tal vez, porque mien- Para los efectos de este ensayo nos orienta-
tras la televisión atrae la escuela expulsa25. En rela- mos por la segunda tendencia, es decir, la de que
ción con este tema varios analistas han denunciado la comunicación-educación es un campo emergen-
permanentemente el autismo pedagógico con el te, que hace visible y posible a la vez el estudio de
cual la escuela discrimina y evita incidir en aspectos la profunda escisión entre la escuela y otras lógi-
neurálgicos de la sociedad. Se ha llegado a hablar cas discursivas. No obstante, las disidencias y
incluso de un sutil darwinismo escolar; fenómenos convergencias entre educación y comunicación o
como la drogadicción, las menores embarazadas, entre cultura escolar y cultura mediática pueden
las expresiones estéticas evidenciadas en las for- ser abordadas desde el campo de la educación-
mas de vestir, hablar o comportarse son fuertemen- comunicación. Por tanto, este escenario propone
te censuradas mediante la disciplina escolar. múltiples desafíos a los procesos de formación de
Ahora bien, este panorama nos lleva inexora- maestros como «resignificar la escuela y el sen-
blemente a preguntarnos si es dado entender por tido de la educación, proponer posibilidades de
separado la educación de la comunicación. Fren- comunicación intergeneracional, poner en diá-
te a este debate existen dos tendencias fuertes. logo la escuela con los medios masivos de co-
Por un lado, se considera que la educación y la municación y las nuevas tecnologías de la in-
comunicación son disciplinas diferentes y que obe- formación»28. Estas nuevas tareas guardan rela-
decen a lógicas epistemológicas separadas; es la ción directa con los procesos de formación de
tesis de la interfaz que sostiene «la posibilidad maestros. En muchos casos – y tal vez en los más
de una cierta aproximación entre los dos cam- afortunados- la educación-comunicación ha logra-
pos (el uso de las tecnologías para tornar efi- do ser considerada como asignatura en los pro-
ciente la enseñanza o la distribución de pro- yectos curriculares y en algunos otros, es ofrecida
gramas educativos a través de los medios ma- como curso de contexto. Sin embargo, estos es-
sivos) desde que consideremos siempre cada fuerzos parecen insuficientes y se evidencia más
uno de los campos como autónomo»26. Por otro bien, la necesidad de formar especialistas en estos
nuevos saberes.
Deviene entonces sugestivo y pertinente res-
24 Apartes del fallo, citados por Germán Rey, La tutela de los
niños en Balsas y Medusas, visibilidad comunicativa y na- catar la duda planteada por Martín-Barbero fren-
rrativas políticas. Cerec, Fundación Social y Fescol. 1998. te a la Educación-Comunicación, al preguntar ¿qué
p. 289. saben nuestras escuelas y aún nuestras facultades
25 Hacemos este comentario en relación a la escuela siguiendo la de educación, sobre las hondas modificaciones en
idea original de Martín-Barbero que afirma que la calle pro- la percepción del espacio y el tiempo que viven
duce miedos y compele al ciudadano a refugiarse en el hogar
alrededor de la televisión. Ver: Martín-Barbero, Jesús. «Co- los adolescentes, insertos en procesos vertigino-
municación y ciudad: entre medios y miedos». En: Imágenes sos de desterritorialización de la experiencia y la
y reflexiones de la cultura en Colombia. Colcultura, 1991. identidad, y atrapados en una contemporaneidad
26 De Oliveira Soares, Ismar. «La comunicación/educación que confunde los tiempos, debilita el pasado y
como nuevo campo del conocimiento y el perfil de su profe-
sional». En: Comunicación-Educación. Coordenadas, abor-
dajes, travesías. Universidad Central, DIUC, Siglo del Hom- 27 Op.cit. p. 33.
bre editores, 2000. p. 32. 28 Op.cit.p. 55.

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exalta el no-futuro fabricando un presente con- jor manera de formar ciudadanos críticos, ca-
tinuo: hecho a la vez de las discontinuidades de paces de analizar y cuestionar la información
una actualidad cada día más instantánea, y del flu- que los medios transmiten y de interrogar a la
jo incesante y emborrachador de informaciones e realidad para contribuir en su formación como
imágenes?29. Y es que la institución educativa de- ciudadanos democráticos. En suma, una edu-
pende al máximo del libro como herramienta para cación en medios está directamente relaciona-
transmitir y recrear el saber de la humanidad, se da con la formación de los alumnos como ciu-
torna anquilosada frente a la velocidad de la co- dadanos. Un alumno mejor informado, que es
municación. Otras formas de lectura como la ima- receptor crítico de los mensajes que recibe y
gen, se imponen en silencio de manera contunden- sabe como utilizar esa información para parti-
te. Resulta así una verdad de perogrullo afirmar cipar en la toma de decisiones en su comuni-
que la escuela ha perdido terreno frente a otros dad, es sin duda más democrático y refleja un
espacios de socialización que cumplen o desem- mayor compromiso social»30
peñan funciones formativas. La Educación-Comu-
nicación es, pues, uno de los desafíos más com- Conclusiones
plejos que enfrenta la escuela contemporánea.
Como hemos visto hasta aquí, son múltiples los La formación ciudadana es uno de los grandes
desafíos que se le imponen a la escuela. Pero ella retos que afronta una sociedad como la nuestra.
no puede abordarlos con holgura si en los proce- Sin embargo, es común encontrar tratamientos
sos de formación ciudadana. Urge la elaboración maniqueos en esta materia. Se suele pensar que el
de un currículo problematizador tendiente a con- fin del conflicto armado y la posibilidad de elegir y
vertir fenómenos como la Educación-Comunica- ser elegido aseguraría tranquilidad y armonía.
ción, la cultura de paz, los jóvenes y la educación Muchos sectores hablan de la necesidad de aca-
desde la perspectiva de genero entre otras, en cri- bar el conflicto, pues su existencia impide el goce
terios centrales de los currículos destinados a la de derechos como la propiedad privada y la liber-
formación de futuros educadores. No podemos tad de empresa. No obstante, la grave crisis de
pretender en las circunstancias actuales de la na- orden público vivida en el país no puede opacar
ción colombiana, una educación para la democra- que «los derechos económicos, sociales y cultu-
cia en abstracto, cuando día a día el estudiante es rales no han recibido la debida atención por
saturado por múltiples medios que informan y con- parte del Estado para progresar en aspectos
figuran versiones específicas de lo que sucede en como la disminución de la brecha de inequi-
el país. Así, el narcotráfico, la corrupción, el con- dad».31 Así las cosas, el criterio mínimo para ha-
flicto armado, la inseguridad ciudadana, las ma- blar de formación ciudadana radicaría en el ca-
sacres, la impunidad y el secuestro son los refe- rácter integral e interdependiente de las tres gene-
rentes inmediatos de la realidad percibida por jó- raciones de derechos humanos en el entendido que
venes y niños a través de los medios. Será conve- ninguna puede ser excluida y el incumplimiento de
niente entonces, como muchos han anotado en cualquiera de ellas debe ser interpretado como una
estos casos, aplicar censura a los medios, prohibir vulneración general de los mismos. «En términos
escuchar cierta música o intentar refugiarnos en un radicales, la ciudadanía activa no reduciría los
mundo exento de los avances de la comunicación
moderna. No pretendemos dar respuestas abso-
30 Morduchowicz, Roxana. La escuela y los medios, un bino-
lutas frente a estos cuestionamientos pero sí es cla- mio necesario. Ed. Aique.2000. p.37.
ro que la «educación en medios de comunica- 31 Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas
ción es un contenido esencial hacia una verda- sobre la violación de los derechos humanos en Colombia.
dera educación para la democracia.... Posible- 2001. Citado por Infante Acevedo, Raúl. «Derechos Hu-
mente la alfabetización audiovisual sea la me- manos y Formación Ciudadana: entre el desorden societal
violento y la construcción de cultura política». En: Serie
Latinoamericana de Cuadernos de la Educación. Universi-
29 Martín-Barbero Jesús. Heredando el futuro. Pensar la dad San Luis de Argentina y Universidad Pedagógica Nacio-
educación desde la comunicación. Citado. p13. nal. 2002, en prensa.

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derechos democráticos a la mera participación gen pese al carácter hegemónico que adquiere en
en el proceso de la votación electoral, sino que la actualidad y se niega a su vez el consumo cultu-
extendería la noción de los derechos a la parti- ral docente. Es decir, que se reconoce cierto gus-
cipación en la economía, el Estado, y otras es- to y dedicación para ver programas culturales y
feras públicas»32. educativos pero se desdice de las telenovelas aun-
La ciudadanía a la que nos referimos es aque- que su consumo masivo resulte irrefutable. Este
lla que emana de la confrontación democrática y tipo de actitudes riñen con la obsesión por la cla-
si se quiere de la exacerbación de los conflictos ridad y la eficiencia del conocimiento que persigue
sociales. No es un estado romántico y dulce don- la cultura escolar y, por tanto, se rehuye de los
de todos los seres humanos somos libres e iguales conocimientos poco serios aunque sean estos últi-
y el ciudadano yace en el escenario social total- mos, los que circulan en el mundo juvenil de la
mente despolitizado. Generalmente la protección escuela34.
y el cumplimiento efectivo de los derechos huma- Reiteramos la necesidad de incluir y trabajar el
nos como expresión viva de la democracia signifi- campo de la Educación-Comunicación en los pro-
can lucha de intereses, representación de distintos cesos de formación de maestros. Consideramos
sectores y respeto a las minorías. «Educar para que es posible educar al receptor si nos prepara-
la democracia no consiste en enseñar a dibu- mos para ello. De ninguna forma la cultura mediá-
jar palomas o a ensalzar escenas bucólicas. Esto tica desplazará a la cultura escolar pero es nece-
equivaldría a educar para la ingenuidad»33. Por sario preguntarnos por qué esta última ha cedido
lo anterior la escuela debe educar para el conflic- tanto terreno frente a la cultura mediática, hasta el
to. La formación ciudadana, en consecuencia, es punto de considerar el saber producido en aquella
el resultado de una sociedad capaz de aceptar la como pesado y poco útil. Tenemos que diseñar
diferencia y descubrir al otro, en el ejercicio de la estrategias que hagan posible concretar en la prác-
ciudadanía y la política y no a través del acto co- tica docente las palabras de William Torres cuan-
barde, violento y permanente con el que se silen- do señala que «es urgente que lectores y espec-
cian las voces en nuestra sociedad. tadores exijamos a los medios información ca-
En este orden de ideas, la escuela no puede lificada, o en su defecto, creemos redes para
sustraerse de la responsabilidad de resolver el castigarlos con el rating. A la vez, requerimos
conflicto existente entre cultura escolar y mediáti- apoyar los periodistas con mayor capacidad de
ca. Entre otras cosas, porque a través de los me- narración y análisis y también participar en los
dios el ciudadano en general crea y recrea imáge- medios comunitarios para promover ese deba-
nes, percepciones e incluso posiciones frente al te racional y argumentado del que tanto preci-
conflicto que vivimos los colombianos hace más samos»35.
de cuatro décadas. Así, la Educación-Comunica- La tarea es complicada y no hay rutas demar-
ción es un campo poco explorado en las institu- cadas que nos conduzcan hacia una idílica meta
ciones educativas. No obstante, al decir de Huer- final. Hay que recuperar la política para la escuela
go, diferentes negaciones y obsesiones pedagógi- y ventilar cuales pueden ser los riesgos y bonda-
cas impiden comprender la cultura mediática y sus des de luchar por la democracia como orden po-
repercusiones en jóvenes escolares. Se niega, por sible. La práctica docente no es simplemente el
ejemplo a los propios medios y a las tecnologías lugar del desempeño profesional de los maestros,
de la información, por los efectos negativos pro- es una de las instancias culturales llamadas por
ducidos en la formación del sujeto, tal como indi-
camos anteriormente. Se niega la cultura de la ima- 34 Huergo, Jorge. Cultura Escolar, Cultura Mediática/Intersec-
ciones. Universidad Pedagógica Nacional. 1999. p.278 y ss.
35 Torres, William Fernando. «¿Generar competencias cultu-
32 Giroux y Mclaren. Op. Cit. p. 223. rales? Retos de la escuela y los medios para formar sujetos
33 Atehortúa, Adolfo León. «Apuntes acerca de la educación en medio de la guerra colombiana y la globalización». En:
y la investigación para la paz». En: Politeia N° 22, Facultad Educación y Cultura Política: Una mirada multidisciplina-
de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales. Universidad Na- ria. Herrera Martha y Díaz Carlos. (Compiladores). Uni-
cional de Colombia. 1998. p. 77. versidad Pedagógica Nacional, Plaza & Janés. 2001. P. 340.

51
escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

excelencia, a configurar los ideales posibles de fu- cación para los medios... debiera ser, una pers-
turo compartido. La formación ciudadana debe ser pectiva pedagógico-político integral que vin-
el producto de la intensificación de los conflictos cule a la educación con la comunicación y con
sociales sin recurrir al aniquilamiento individual y la sociedad. De manera similar, el trabajo es-
colectivo y, sobre todo, debe ser resultado de la pecífico con las audiencias... requiere estar sus-
conjugación de un discurso democrático con asi- tentado por un proyecto mediador como lo ha
dero en la práctica social y, en consecuencia, con llamado Martín Barbero... que a la vez es un
la debida potenciación de nuevas identidades ex- proyecto educativo y de intervención, es un
presadas mediante la emergencia de movimientos proyecto cultural y político, en el que tanto edu-
sociales. Pero la llamada formación ciudadana cadores o trabajadores culturales, como edu-
debe ir mucho más allá de los anhelos constitucio- candos, se reconocen políticamente como su-
nales a favor de la tranquilidad social. La Educa- jetos históricos en situaciones específicas, des-
ción-Comunicación en este sentido, es un campo de donde tienen que ejercer las transformacio-
novedoso en los procesos de formación de los nes de sus condiciones de existencia, de sus re-
maestros contemporáneos. Razón le asiste al res- laciones sociales y de su representación públi-
pecto a Guillermo Orozco al afirmar que «la edu- ca»36

36 Orozco, Guillermo. Op. Cit. 1996. p.30.

52
Formación ciudadana e identidades sociales en Colombia... Raúl Infante A., Martha C. Herrera y Alexis Pinilla D. - pp 43-53

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53
escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

54
DIVERSIDAD E IDENTIDAD NACIONAL

Inmigración y educación multicultural


El caso de los inmigrantes calificados en los Estados Unidos*
GUILLERMO ALEJANDRO D´ABRACCIO KREUTZER

Abstract
Se hace una reflexión acerca de los procesos de asimilación y de
reconocimiento de la diferencia que atraviesa al sistema educativo
universitario en Estados Unidos, como reflejo de su política
inmigratoria. Los Estados Unidos han ocupado un puesto de
vanguardia en las políticas de captación de estudiantes
extranjeros. La incorporación de estudiantes constituye una fuerte
estrategia de selección de futuros trabajadores calificados. Aunque
retornen a sus países, estos estudiantes se convierten en personas
fuertemente integradas al mundo académico de la nación donde se
formaron, colaboran en investigaciones a distancia, utilizan y
difunden tecnologías provenientes de ese país, consumen sus
productos y multiplican una imagen favorable a sus intereses. La
tesis central de la que parte el autor es que la inmigración de los
últimos treinta años en los Estados Unidos forma parte de un
proyecto homogeneizador que intenta concentrar la elite científica
mundial.

* Este artículo recoge reflexiones acerca de una investigación


realizada durante el seminario Multiculturalidad e identidad
coordinado por el autor como director del Grupo académico
de estudios culturales (GAEC), adscrito al departamento de
Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Colombia,
sede Manizales. En ese curso se propuso la discusión acerca
de categorías como identidad, sistemas de representación,
etnicidad y construcción discursiva. En este sentido, el artí-
culo que aquí se presenta recoge diversos debates realizados
en el curso y levantamiento empírico de información perti-
nente a la reflexión.

escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003 - pp 55-64

55
escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

El flujo migratorio en sociedades tro lugar en el mundo social» 3. Cada sociedad


cuenta con un acervo cultural que se ha ido cons-
multiculturales tituyendo a través de un largo proceso histórico,
donde las formas de organización política, religio-
En una de sus más recientes investigaciones, sa y lingüística determinan sus prácticas culturales,
el profesor Leslie Laczko realizó una exhaustiva posibilitando su reproducción y permanencia. Las
aproximación a la diversidad cultural en el plane- prácticas educativas resultan de la acción ejercida
ta, llegando a la conclusión que «los 184 Esta- por una generación sobre la siguiente, a fin de adap-
dos independientes del mundo contienen más tarla al mundo social en que vive. A través del sis-
de 600 grupos de lenguas vivas y 5000 gru- tema educativo una sociedad establece, inculca,
pos étnicos»1. promueve y legitima un modelo de pensamiento,
Vivimos en una sociedad cada vez más plural y un concepto de ciencias, una concepción de apren-
diversa, hecho que se evidencia en las últimas dé- dizaje, una idea de hombre, de sociedad y de his-
cadas y que da lugar a una sociedad multicultural toria.
y desigual que exige replantearse los procesos La diversidad es un hecho innegable del desa-
políticos, económicos y culturales que se produ- rrollo histórico, político y social en Australia, Es-
cen en el mundo contemporáneo. Consiguiente- tados Unidos y Canadá, considerados los tres
mente, el panorama educativo, no ajeno a estos Estados Nacionales con mayor índice de inmigra-
fenómenos, está adquiriendo nuevas característi- ción per cápita del mundo. Según Kymlicka, «más
cas que se traducen en la presencia en los centros de la mitad de toda la inmigración legal mun-
educativos de grupos de alumnos provenientes de dial se produce en uno de estos tres países»4.
múltiples lugares del mundo. Según los datos pro- Durante más de un siglo, en los dos últimos países
porcionados por diversas investigaciones, la me- se han presentado fuertes oleadas inmigratorias,
dia de población extranjera en la Unión Europea procedentes inicialmente del norte de Europa,
se sitúa en el 6% de la misma, porcentaje que es posteriormente desde la Europa Oriental y meri-
superior en países como Alemania, Francia y Bél- dional y en la actualidad procedentes de Asia, Áfri-
gica y que llega al 28% en Bruselas.2 ca y América Latina (en el caso de esta última re-
El migrante lleva consigo un sistema de repre- gión, destacan especialmente mexicanos, cubanos,
sentación, como red de significados socialmente colombianos, venezolanos y argentinos).
compartidos. Para John Rawls, «abandonar el La tesis central del presente artículo es que la
territorio es dar un paso muy grande: significa inmigración de las últimas décadas en los Estados
dejar atrás la sociedad y la cultura en la que Unidos forma parte de un proyecto homogeneiza-
hemos crecido, la sociedad y cultura cuya len- dor que intenta concentrar la elite científica mun-
gua usamos al hablar y al pensar para expre- dial. Los Estados Unidos han ocupado un puesto
sarnos y entendernos a nosotros mismos, a de vanguardia en las políticas de captación de es-
nuestros objetivos, metas y valores; la socie- tudiantes extranjeros. La incorporación de estu-
dad y la cultura de cuya historia, costumbres y diantes no solamente constituye la mejor estrate-
convenciones dependemos para encontrar nues- gia de selección de futuros trabajadores califica-
dos sino que aún en el caso de que retornen a sus
1 Laczko, Leslie. «Canada’s pluralism in comparative pers- países se convierten en personas fuertemente in-
pective». Ethnic and racial studies nº 17. Montreal. 1996. tegradas al mundo académico de los países don-
p. 53 de se formaron, colaboran en investigaciones a
2 Un ejemplo interesante lo constituye España, pues ha pasa-
do de ser un país emisor a receptor de emigrantes. En 1955
distancia, utilizan y difunden tecnologías, consu-
residían en dicho país 66.000 extranjeros, pasando a 400.000 men productos de dichos países e integran las re-
en 1990 y, actualmente, se cifra en 600.000, más los inmi- des de intercambio internacional.
grantes indocumentados. De ellos, la mitad son de proce-
dencia árabe, africana, latinoamericana y algunos asiáticos.
En Jordán, José Antonio. La escuela multicultural. Un reto 3 Cfr Kymlicka, Will. Ciudadanía multicultural. Paidós. Bar-
para el profesorado. Paidós. Barcelona, 2000. Segunda edi- celona, 1996. p.34.
ción. P. 7-11 4 Ibidem. p. 29.

56
Inmigración y educación multicultural. El caso de los inmigrantes... - Guillermo Alejandro D´abraccio Kreutzer - pp 55-64

La política inmigratoria frontación bélica. Se introducen cambios en la le-


gislación sobre protección humanitaria y un mayor
estadounidense: vínculo entre política exterior norteamericana e in-
el nacimiento de una nación migración. El Acta de 1948, sobre las personas
desplazadas, fue la primera expresión legal de
La primera etapa de la política inmigratoria de política exterior orientada a admitir personas que
ese país, denominada asimilacionista, se ubica en- escapaban de la persecución. Más de 200,000
tre los años 1870 a 1960, es decir, la que com- personas llegaron a ser admitidas en un período
prende las oleadas inmigratorias más importantes de dos años, cifra que aumentó a 400,000 en
en el caso de los Estados Unidos. La segunda, es 1950.6 Hasta 1960, el 95% de las admisiones de
posible entenderla en el marco de los cuestiona- refugiados provinieron de Europa (damnificados
mientos y las rupturas que produce la influencia de de la Segunda Guerra Mundial y personas que
los movimientos sociales que emergen con inusi- escapaban de la Europa Oriental Socialista).
tada fuerza en los sesentas y setentas, tales como 456,000 refugiados europeos fueron admitidos en
el movimiento de los derechos civiles en Nortea- los Estados Unidos entre 1951 a 1960 7. Los paí-
mérica, las reivindicaciones de los afroamericanos, ses que originaron inmigración a los Estados Uni-
las feministas, el hippismo y el mayo francés de dos presentaban mayoritariamente un vínculo po-
1968. lítico de importancia para los Estados Unidos.
A manera de ubicación en los procesos históri- El período posterior a 1965 representa un corte
cos y políticos que han conformado este Estado importante dentro del contexto de la inmigración.
nacional, es pertinente recordar que Estados Uni- Cuatro paquetes legislativos sobre inmigración tu-
dos anexó por la fuerza los territorios de los ac- vieron enorme influencia en este período: el Acta
tuales estados de Texas, Nuevo México y Cali- de Inmigración de 1965, el Acta de Refugiados
fornia tras la guerra mexicana de 1846-1848. Tam- de 1980, el Acta de Inmigración de Control y
bién incorporó contra su voluntad a minorías na- Reforma, IRCA, de 1986 y el Acta de Inmigra-
cionales en los casos de Puerto Rico, Guam, Hawai ción de 1990. Según Sharon Russell, «estas leyes
y otras pequeñas islas del Pacífico y además hizo no sólo coinciden con los cambios políticos in-
«suelo raso» con la presencia de pueblos indíge- ternacionales y de participación norteamerica-
nas en la denominada «conquista del oeste ameri- na, sino que entrelazan con los que llegan a
cano». producir el crecimiento migratorio que se da a
Durante el Siglo XIX, la mayoría de los inmi- partir de los años ochenta, y que aumenta en
grantes eran de origen europeo (Italia y Europa los noventa. El acta de emigración de 1965
Oriental). Entre 1880 y 1924 ingresaron más de derogó la ley de 1952 (conocida como Acta
veinticinco millones. Inmigrantes de Asia, América McCarran. Walter), la cual había establecido
Latina y otras regiones, alcanzaron durante ese cuotas según la nacionalidad de cada inmigran-
mismo período sólo dos millones de personas5. A te, lo que reflejaba obvias connotaciones dis-
mediados de los años cuarenta se produjo un nuevo criminatorias, pues mientras favorecía a los
aumento migratorio, en gran parte fomentado por europeos, restringía a los de Asia en solo 2.000
modificaciones en la legislación existente, la cual de un total de más de 200.000»8.
discriminaba abiertamente contra los inmigrantes
asiáticos. Otra causa fue la necesidad de mano de 6 Yamorld, Bárbara. «Refugees without refuge: formation and
failed of U.S. Political Asylum». En Zolberg, Aristide: From
obra mexicana que substituyera a los hombres que invitation to interdiction: U.S. foreign policy and inmigra-
se encontraban en el frente europeo durante la tion since 1945. En New York: W.W. Norton & Company.
Segunda Guerra Mundial. La inmigración europea 1994. p. 124.
proviene hacia mediados de los cuarenta de gru- 7 Russel, Sharon. «Migration patterns on U.S. foreign policy
pos que escapan de la experiencia de esa con- interest». En Teitelbaum, Michael y Weiner, Myron (ed).
Threatened Peoples, threatened borders: world migration
and U.S. policy. New York: W.W. Norton & Company, 1994.
p. 47-48
5 Migration News Vol. 3, No. 10, october 1996. p. 4 8 Idem

57
escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

Otro fenómeno que ha producido un impacto poseen un grupo bastante grande de inmigrantes
fuerte en la inmigración, y luego repercute en el en su población, también es cierto que la apertura
efecto multiplicador, proveniente de ciudadanos o ha sido de carácter selectivo, basada en distincio-
residentes permanentes, es el de los refugiados y nes étnicas. Según Orozco, «El proceso de selec-
asilados políticos. Si bien es cierto que existía le- ción ha sido establecido a través de legislacio-
gislación específica para ciertos grupos de inmi- nes nacionales de migración, que han mante-
grantes (judíos de URSS, europeos, orientales, nido sistemas de preferencia hacia grupos es-
cubanos, indochinos, nicaragüenses e iraníes), el pecíficos. Así, uno puede observar que, a prin-
establecimiento de una tasa normal de inmigración cipios del siglo, inmigrantes chinos fueron ex-
para personas que vinieran escapando de perse- pulsados o se les negó el derecho de migrar a
cución política constituyó también un número que los Estados Unidos por más de cincuenta años.
ha venido creciendo poco a poco. A juicio de un En forma similar, inmigrantes mexicanos, por
conocido investigador sobre esta problemática, mucho tiempo sufrieron la imposibilidad de
«El acta representa también una concesión po- adquirir ciudadanía norteamericana dado que
lítica e ideológica que se utiliza para atraer a no eran blancos. En 1965, la legislación sobre
aquellos inmigrantes provenientes de países no la migración cambia, se democratiza y acepta
amigos» 9. la inmigración sin cuota nacional o discrimi-
Para entender el problema actual de la inmi- nación»10.
gración a los Estados Unidos, es importante estu- En 1993, tras el levantamiento popular de Los
diar históricamente los flujos de inmigración den- Angeles, surge un sentimiento anti-inmigración,
tro del contexto político norteamericano, que iden- en un contexto recesivo de la economía califor-
tifiquen la probable relación de la política exterior niana.11 Un resultado de este fenómeno es la Ley
de los Estados Unidos y la visión de identidad de Inmigración aprobada en septiembre de 1996,
norteamericana con la migración. Mientras el con- por el Congreso de los Estados Unidos. Siguien-
texto histórico- político muestra ciertas tendencias do a Orozco, cuatro modificaciones se observan
migratorias que responden principalmente a los en la legislación emergente, que ofrecen un pa-
actos de la política exterior y de identidad norte- norama regresivo y neoconservador al respecto:
americana, estos deben ponerse a prueba frente «1). La nueva ley establece un refuerzo a la
al debate actual, que intenta justificar el sentimien- patrulla fronteriza, la cual tendrá un aumen-
to anti-inmigratorio, especialmente tras los acon- to anual de 1,000 efectivos por un período de
tecimientos del 11 de septiembre de 2001. cinco años, hasta llegar a un total de 10,000
Desde 1990, arribaron a los Estados Unidos para el año 2,000. 2). La Ley introduce un
de Norteamérica más de cinco millones de inmi- proyecto piloto de verificación del empleado
grantes, acogidos por las diferentes reglamentacio- para determinar su estado legal migratorio.
nes de inmigración. Es importante observar que, en Este sistema de verificación se establece por
la década de los noventa, el número de inmigrantes primera vez y constituye un sustituto del re-
ha aumentado notablemente y merece ser analiza- gistro de identificación nacional contra ex-
do con mayor detenimiento, puesto que ahí se ubi- tranjeros. 3). La Ley Migratoria extiende las
can en mayor medida una migración de tipo califi- restricciones al acceso a servicios sociales, por
cada profesional y académicamente, lo que consti- parte de inmigrantes legales. A los inmigran-
tuye el punto neurálgico del presente artículo.
Históricamente, se ha reconocido a los Esta- 10 Idem.
dos Unidos como una nación de inmigrantes, en 11 Para Orozco, este sentimiento colectivo es visible a partir de
donde las culturas de todo el mundo se han esta- los ejercicios de la patrulla fronteriza migratoria conocidos
blecido. Si bien es cierto que los Estados Unidos como «Operación Sosteniendo la Línea» (Operación Hold
Line) y la propuesta 187. Ver Orozco, Manuel. «La política
inmigratoria de los Estados Unidos: implicaciones en las
9 Ver Orozco, Manuel. The Foreign Policy of Political Asylum relaciones internacionales y la soberanía». En Cuadernos de
Adjudication: the United States policy. 1984-1989. Austin: Ciencias Sociales nº 98. Flacso. San José, Costa Rica. 1997.
University of Texas, 1991. P. 23. p. 25.

58
Inmigración y educación multicultural. El caso de los inmigrantes... - Guillermo Alejandro D´abraccio Kreutzer - pp 55-64

tes establecidos legalmente en Estados Uni- esta forma, mientras ha existido un aumento mi-
dos, se les niega el acceso a beneficios públi- gratorio, éste ha resultado como parte de un pro-
cos, como Food Stamps (tarjetas de alimen- ceso de corregir la estabilización de indocumenta-
tación) y Suplemental Security Income (segu- dos, traer ciudadanos nacidos en países asiáticos
ro de ingreso suplementario). Además, se es- pero de descendencia americana, aumentar relati-
tablece en la nueva ley que aquellos inmigran- vamente la diversificación étnica de los inmigran-
tes que deseen solicitar el ingreso de familia- tes, y de mejorar la capacidad competitiva de la
res cercanos, deben demostrar que tienen un economía del país.
ingreso superior a un 125% de la línea de po- La movilidad del capital y la intervención eco-
breza (para una familia de cuatro personas el nómica en el exterior, han proporcionando la mo-
ingreso sería de $19,461). 4). Finalmente, sólo vilidad laboral. Según Saskia Sassen «Los esfuer-
a aquellas personas, que han permanecido en zos de los Estados Unidos por liberar la econo-
el país por no menos de siete años, se les per- mía mundial, y abrir las economías de otros
mite el derechos a solicitar ‘suspensión de de- países, ha creado las condiciones para la mo-
portación’, un reconocimiento del Gobierno vilización y los vínculos entre los Estados Uni-
al inmigrante indocumentado que ha estable- dos y otros países, lo que subsecuentemente ha
cido en los Estados Unidos. Esta cláusula fue servido de puente para la inmigración». 16
restringida al ser ofrecida solo a 4,000 perso- Este contexto de la inmigración internacional,
nas por año»12. Sin embargo, esta última modi- no sólo resulta del expansionismo económico, sino
ficación se ajusta a ciertas condiciones de con- también de la influencia política y cultural que los
trol social (por ejemplo, que el inmigrante no haya Estados Unidos ejercen sobre el resto del mundo,
cometido crimen en ese país y que demuestre un lo cual ha sido llamado «modo de vida
nivel ingreso estable). americano»(«american way of file)17.
Hasta abril de 1997, la estructura de la inmi- A principios de los años setenta, a grupos na-
gración respondió al Acta de Inmigración de 1990, cionales específicos se les negaba la entrada si se
que estipuló fuertes controles sobre los mecanis- les consideraba no asimilables o presentaban «pro-
mos de entrada. La distribución de las visas de blemas» de adaptación y asimilación (tal fue el caso
inmigración se estipuló a partir de un sistema de de los coreanos y vietnamitas). En el ámbito esco-
preferencia y cuotas que se distribuyeron para lar, las juntas gubernamentales elaboraron sendos
casos específicos (reunificación familiar, contratos documentos indicando la que según ellos era una
laborales pactados y asilo político). El tope anual «marcada resistencia» a integrarse al sistema re-
de inmigrantes acordado en 1990 fue de 700.000. ceptor, es decir, a la cosmovisión, normatividad y
Pese a ello, el número aumentó considerablemen- significados compartidos por la sociedad norte-
te a 800.000 en 1994 y 911.000 en 199613. La americana, caracterizada como blanca, anglosajo-
mayor parte de los inmigrantes eran de origen na y protestante18.
mexicano (13.4%) y chino (6.8%). Regionalmen- La problemática inmigratoria ha provocado enor-
te, Europa representó un 20% de todos los inmi- me interés y fuertes debates en la historia de ese
grantes, México 15%, Centro América 5%, Sur país. Los políticos, con interés nacional o estatal,
América 6%, el Caribe 13%, África 3% y Asia han tomado ventaja del tema de la inmigración con
37%.14
Desde 1989 a 1994 las legislaciones, IRCA y
Visas de Diversidad han contado con un aumento 16 Sassen, Saskia. «Why migration?» Report on the Americas:
26.1 (July 1992). p. 14.
de cerca de cinco millones de inmigrantes15. De 17 Ver al respecto: Teitelbaum, Michael S. y Weiner, Myron,
(editores). Threatened Peoples, threatened borders: world
migration and U.S. policy. New York: W.W. Norton & Com-
12 Idem. pany, 1995. p. 16.
13 INS. Satistical Yearbook, Washington: Dept. Of Justicie, 18 Ver Dabbraccio K, Guillermo. La educación multicultural
1995, p.7 en Estados Unidos y Canadá. Mimeo interno de cátedra.
14 Idem. Universidad Nacional de Colombia, sede Manizales. Marzo
15 Op. Cit. P. 11 Random House, 1991 de 2002. p. 24.

59
escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

el propósito de ganar votos y perpetuar los senti- da por Clarcke, «aprender la antigua lengua
mientos a favor o en contra de la inmigración 19. puede ser gratificante o incluso un hobby o
Actualmente, los inmigrantes (a excepción de como herramienta de negocios, pero para los
las personas mayores) deben aprender el inglés hijos de los inmigrantes, es la cultura anglófo-
para lograr la ciudadanía; además, el aprendizaje na la que define sus opciones, no la cultura de
de la lengua es una de las asignaturas obligatorias la que sus progenitores se desarraigaron «.22
en la escolarización infantil. Desde la perspectiva De esta manera, el lenguaje se convierte, en de-
de los funcionarios y políticos norteamericanos, los terminadas circunstancias, en un «logro técnico y
inmigrantes llegan a ese país por su propia volun- a veces el principal soporte de identidad cultu-
tad, individualmente o con su grupo familiar y se ral distinta»23
radican a lo largo y ancho de la nación, en vez de Las reivindicaciones levantadas alrededor de
fomentar «patrias» o «guetos». Es decir, de los in- la problemática escolar por las minorías étnicas
migrantes se espera que aprendan y comprendan y de los grupos nacionales en Estados Unidos
la lengua inglesa y la historia estadounidense y que se han convertido en fuertes banderas políticas
hablen la lengua en la esfera de la vida pública, es y caballitos de batalla para los sectores progre-
decir, en la calle, en la escuela, en el trabajo y en sistas en ambos países. Un destacado y reco-
su interlocución y demandas con el gobierno20. nocido intelectual de la izquierda norteamerica-
Es fundamental resaltar en este punto que las na, el teórico político Michel Walzer (editor de
«resistencias» a la política asimilacionista estado- la revista «Dissent»), entiende sin embargo que
unidense no han implicado de ninguna manera el si bien las reivindicaciones étnicas son legítimas,
establecimiento de culturas societales distintas ni no lo sería en cambio la demanda de conforma-
paralelas a la sociedad anglófona. Además, la len- ción de sistemas de auto-representación de gru-
gua materna de los inmigrantes se suele hablar en pos nacionales, puesto que los inmigrantes a
casa y se transmite a los hijos, pero al llegar a la Estados Unidos llegaron por su propia voluntad
tercera generación el inglés se ha convertido en y nadie los obliga a radicarse en ese país. Re-
lengua materna y la lengua original se pierde cada sulta entonces paradójico que Nathan Glazer,
vez más21. Ha llegado a tal punto esta situación, sociólogo estadounidense y editor de la revista
que gran parte de los descendientes de inmigran- de derecha «Public Interest» , reconocido por
tes, hoy norteamericanos, asumen el aprendizaje sus artículos y columnas de opinión acerca de
de la lengua materna de sus padres y abuelos como los inmigrantes, comparta opinión con Walzer y
el aprendizaje de cualquier lengua extranjera. Se- reafirme la completa invisibilidad que tienen los
gún los resultados de una investigación desarrolla- pueblos indígenas, los chicanos, los hawaianos
y los pobladores de Guam para los estudiosos
e investigadores de ese país. La concepción
19 Varios de los candidatos republicanos a la presidencia en las generalizada es que Estados Unidos conforma
elecciones de 1996 ubicaron la problemática de la inmigra- un Estado «Pluriétnico», pero en ninguna medi-
ción en su agenda política. Pat Buchanan y Lamar Alexan- da «Multinacional», es decir, que niega que
der, (congresistas republicanos de Texas), plantearon agen-
das radicales para controlar la inmigración y «convocaron»
anexó por vía de facto a minorías nacionales que
al público «afectado» por las políticas de protección social radicaban en su territorio antes de su confor-
al inmigrante. Buchanan sostuvo en ese entonces frenar por mación como Estado Nacional. Sin embargo,
cinco años la inmigración para mantener una cuota de 200,000 ese es una discusión que se escapa de las posi-
visas al año, donde solo cónyuges o hijos de ciudadanos bilidades de este artículo.
podrían inmigrar, e imponer el inglés como el idioma oficial
y la construcción de una fuerte muralla a lo largo de setenta
millas de la frontera con México. Ver Clarinet News. Presi-
dencial Candidates on Issues. Associated Press, February
17, 1996. p. 11.
20 D´Abbraccio K, Guillermo. Op. Cit. P. 45
21 Posición compartida tanto por Michel Walzer como por 22 Clarke, F. Quebec and South Africa: A Study in cultural
Edward Said y Will Kymlicka, a partir de los resultados de adjustmen. University Press. Oxford. 1965
algunas de sus investigaciones. 23 Idem

60
Inmigración y educación multicultural. El caso de los inmigrantes... - Guillermo Alejandro D´abraccio Kreutzer - pp 55-64

La migración calificada o la del 14% en el número total de empleos, las opor-


tunidades en ciencia y tecnología crecerían un
búsqueda de la meritocracia 51%, lo que equivale a cerca de 1.9 millones de
empleos. De este crecimiento, cuatro quintos
Una de las características del mundo contem- corresponden a empleos relacionados con la
poráneo es el papel que juega el conocimiento computación26.
en el desarrollo económico. Desde hace más de La competencia por la captación de este tipo
cuatro décadas, los países desarrollados han es- de inmigrantes constituirá uno de los fenóme-
timulado el desarrollo de la educación superior, nos relevantes del siglo que comienza. La dis-
a partir de la consolidación de la investigación en puta por los más «brillantes» es un hecho de la
los cursos de postgrado, especialmente en maes- fuerte competencia de los países desarrollados
trías y doctorados. La distancia existente en cien- entre sí (así como entre las corporaciones trans-
cia y tecnología entre los países centrales y los nacionales)27
periféricos se amplió, propiciando abismos so- La migración calificada es un reflejo de las ne-
ciales y mayor inequidad en la distribución de la cesidades de ampliación de los procesos de mo-
riqueza mundial. En los últimos años, el objetivo dernidad. Existen diversas definiciones de migra-
de consolidar fuertes masas críticas en áreas ción calificada. Algunas de ellas cubren un espec-
avanzadas, particularmente en las Tecnologías de tro amplio de calificaciones, que van desde las
la Información (IT), se ha convertido en una meta capacitaciones técnicas hasta las especializacio-
prioritaria para todos los países. De acuerdo a nes más sofisticadas. Sin embargo, pese a la im-
los resultados de un seminario sobre «Movilidad portancia de este fenómeno en la consolidación
Internacional de los altamente especializados» de las tendencias hegemónicas en la política inter-
realizado por la OECD en el año 2001, las polí- nacional, no se cuenta con suficientes investiga-
ticas orientadas a favorecer este tipo de inmigra- ciones que den cuenta rigurosamente de este pro-
ción respondieron a tres objetivos: «1) enfren- ceso.
tar las carencias cíclicas de los mercados de En el marco de la OECD y EUROSTAT se
trabajo, 2) aumentar el «stock» de capital han unificado criterios para definir recursos huma-
humano y 3) alentar la circulación del conoci- nos requeridos. Se incluyen profesionales que han
miento incorporado en los trabajadores alta- completado con éxito estudios de tercer nivel en
mente especializados y promover la innova- alguna de las áreas de ciencia y tecnología. Las
ción»24. definiciones que utiliza la National Science Foun-
En prácticamente todos los países industria- dation de los Estados Unidos asumen criterios re-
les se ha identificado escasez de oferta en ciertas lacionados con la ocupación, la formación educa-
especialidades de las ciencias básicas y de las tiva y el tipo de título obtenido. En el caso de los
ingenierías, pero muy particularmente en las Tec- inmigrantes calificados es importante tener en cuen-
nologías de la Información y las disciplinas rela- ta su inserción institucional ya que pueden trabajar
cionadas, así como también en las actividades vin- en compañías multinacionales, en empresas nacio-
culadas con la salud. La National Science Foun- nales del país de recepción, en organismos inter-
dation (NSF) de los Estados Unidos estimaba
que en el período 1998-2008 el empleo en ocu-
paciones para Científicos e Ingenieros crecería 26 Idem.
cerca de cuatro veces más que el crecimiento 27 Al estancamiento en el número de jóvenes, debido al enveje-
cimiento de la población, se agregan otros factores que tie-
promedio de todas las ocupaciones25. Según es- nen que ver tanto con aspectos económicos como culturales
tos indicadores, si se tiene en cuenta que en el e intervienen en la configuración de un déficit de jóvenes que
período mencionado, se espera un crecimiento ingresan al mercado de trabajo en los sectores de Ciencia y
tecnología. Cabe preguntarse-en el caso de los Estados Uni-
dos-, si la oferta creciente de estudiantes inmigrantes permi-
24 Cfr National Science Foundation (NSF). Indicators 2000. te mantener salarios competitivos o si, por el contrario,
United States Government. Washington. 2000. Cap 3. produce una reducción en la capacidad de ingresos en los
25 Idem sectores de Investigación y desarrollo.

61
escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

nacionales, o ser profesores y estudiantes de Uni- ción superior y de la investigación constituye un


versidades de otras naciones28. desafío para los países del denominado tercer
La apuesta a la captación de trabajadores al- mundo, pues el ámbito académico constituye un
tamente calificados de otros países así como la sector particularmente internacionalizado. Las ven-
competencia por reclutar estudiantes extranjeros tajas comparativas de la circulación e interacción
está directamente vinculada a esta escasez o falta con pares de diferentes regiones del mundo, así
de flexibilidad en la oferta de determinadas califi- como la participación de las actividades científi-
caciones. Estados Unidos ha sido el país donde cas de carácter internacional, se constituyen en
los beneficios de la incorporación de migrantes procesos deseados en los sectores académicos 29.
calificados son más notorios y donde la tendencia La realización de estudios de postgrado suele ser
a orientar las leyes migratorias en esa dirección el vínculo inicial que une a espacios de investiga-
tiene notables antecedentes. Un ejemplo de ello lo ción y desarrollo de universidades de países de-
constituye la Ley de 1952, en la que se introdujo sarrollados con los países de origen de los estu-
un primer sistema de preferencias hacia trabaja- diantes, generando una primera instancia que en
dores altamente calificados cuyas especialidades muchos casos culmina en la emigración. Por otra
fueran escasas en dicho país. Los objetivos de los parte, este proceso de formación constituye el
legisladores fueron aumentar la captación de pro- mejor mecanismo de selección de los estudiantes
fesionales altamente calificados para la consolida- más destacados. Los estudios en el exterior cons-
ción de los sistemas de investigación y desarrollo, tituyen una parte importante de la migración califi-
así como mejorar la calificación de la fuerza de cada y posteriormente, laboral. Las políticas de
trabajo. La legislación estableció sistemas de pre- becas y la competencia de las Universidades por
ferencia, para trabajadores con habilidades ex- captar estudiantes extranjeros se han convertido
traordinarias, profesores e investigadores (EB-1); en una fuente inicial de selección y captación de
otra (EB-2) destinada a profesionales con diplo- recursos altamente calificados.
mas avanzados; y una tercera destinada a profe- El número de estudiantes que realiza estudios
sionales con diploma equivalente a un bachellor’s fuera de su país de origen es creciente y en térmi-
y al menos dos años de entrenamiento. nos relativos los estudiantes extranjeros predomi-
En 1990, una reforma de la legislación migra- nan entre los que realizan estudios de doctorado.
toria estadounidense, tendió a fortalecer el criterio Según los indicadores de evaluación de la educa-
de inmigración selectiva, al tiempo que se aumen- ción realizada por la National Science Founda-
tó el número de visas anuales destinadas a traba- tion, «cinco países concentran más del 80% de
jadores temporarios con calificaciones especiales. los estudiantes extranjeros de todos los oríge-
La presión de los empresarios -especialmente de nes: Estados Unidos (34%), Reino Unidos
las industrias de computación y de tecnología de (16%). Alemania (13%), Francia (11%), Aus-
la información- obtuvo la ampliación del número tralia (8%), mientras el 18% restante se distri-
de visas HB1 destinadas a los inmigrantes califi- buye de manera más dispersa. Entre 1986 y
cados. 1996 el número de estudiantes realizando estu-
Un componente importante de este último im- dios de postgrado en ciencia y tecnología en
pulso de la globalización económica lo constituye universidades estadounidenses creció en un 8%,
la intensificación de la internacionalización de los mientras que el crecimiento de los estudiantes
sistemas de educación superior y más en general
del mundo académico. El desarrollo de la educa-
29 Los países periféricos se ven en la necesidad de enviar estu-
diantes a los países centrales donde los sistemas de educa-
28 La caracterización de la calificación de los migrantes, se ción superior alcanzan niveles de excelencia difícilmente al-
convierte en un aspecto de gran interés cuando de evaluar canzables en los países más pobres. Los estudios en el exte-
los impactos económicos sobre los países de origen y desti- rior pueden tener ventajas importantes para los países de
no se trata. Sin embargo, existen enormes dificultades en la origen en la medida que los estudiantes adquieren formacio-
obtención de datos sobre los migrantes calificados, con mi- nes no posibles de adquirir sin salir al exterior. Estas esta-
ras a conocer las dimensiones de dicho proceso, fomentando días tienen como contrapartida una alta probabilidad de bra-
barreras importantes para la evaluación de este fenómeno. in drain o no retorno de los estudiantes al país de origen.

62
Inmigración y educación multicultural. El caso de los inmigrantes... - Guillermo Alejandro D´abraccio Kreutzer - pp 55-64

de ciudadanía de los EEUU fue de apenas un miento de los estudios de sus alumnos. Según Pe-
2%. En 1997 la participación de los extranje- llegrino, «la atracción por los Estados Unidos
ros en los doctorados cayó un 15% en todas las se debe no solamente a la calidad de su educa-
disciplinas30. ción superior sino también a la evaluación de
En este panorama, es pertinente preguntarse las posibilidades de permanecer en el mercado
por los espacios de participación que en los pre- de trabajo de dicho país una vez terminados
supuestos de la educación superior pública y pri- los estudios»34. Estamos frente a una política que
vada de los Estados Unidos ocupan los progra- no sólo incluye a las Universidades públicas y pri-
mas de captación de estudiantes extranjeros. En vadas del país que posee la hegemonía política,
esa medida, el número de estudiantes extranjeros militar y económica del planeta, sino que además
en los Estados Unidos ha crecido considerable- es un proyecto homogeneizador que se dirige a
mente: de menos de 50 mil en el año escolar 1959 seducir, captar y retener a los más selectos cientí-
y 1960 pasó a más de 500 mil en el año 1999 y ficos provenientes de todas partes del mundo.
200031. Según una investigación realizada por
Adela Pellegrino, «los estudiantes extranjeros en A manera de conclusión
los Estados Unidos provienen en su gran ma-
yoría de Asia (58%), solamente un 11% son La inmigración es un fenómeno mundial, pues
originarios de América Latina. El número de constituye quizás la representación de una enorme
estudiantes latinoamericanos supera los 50 mil; experiencia de intercambio de los sistemas de re-
de ellos, la mitad son originarios de América presentación simbólica y cultural. Según Hal Kane,
del Sur, lo que indica una diferencia notoria con más de 125 millones de personas viven fuera de
respecto al conjunto de la inmigración, donde los países en donde ellos nacieron. Treinta y cinco
el predominio de los mexicanos y centroameri- millones migran cada año35. La nueva experiencia
canos es notable»32. Esto llama la atención, dada es la del «mundo interméstico», es decir, del sur-
la elevada presencia cultural de los Estados Uni- gimiento de un proceso social que ha desafiado
dos en los países latinoamericanos. las fronteras convencionales que separan el aden-
En lo que se refiere a estudios del tercer nivel- tro y el afuera. Esta resignificación de las fronteras
conocidos como postgrados- en el que se inclu- territoriales, ha producido efectos sobre la con-
yen las especializaciones, maestrías y doctorados, cepción de educación multicultural. Lo que se ob-
la investigación mencionada arrojó una interesan- serva entonces, no es la desaparición del Estado,
te tendencia: «De un total de 420.000 estudian- sino la redefinición de su carácter y la resignifica-
tes que en 1995 realizaban cursos de postgra- ción de las relaciones internacionales36. Para di-
do en los Estados Unidos, 100.000 eran extran- versos intelectuales, surgen entonces comunida-
jeros y constituyeron el 39% de los que obtu- des transnacionales, entendidas como entidades
vieron diplomas en ciencias naturales, el 50% que se movilizan y se establecen en diferentes pun-
en matemáticas y en ciencias de la computa- tos del globo, independientemente de las fronte-
ción y el 58% en las ingenierías. A su vez, de ras territoriales establecidas por los Estados. Es-
los 55.444 estudiantes extranjeros de doctora- tas comunidades viajan y coexisten a través de
do, el 63% tenían planes de permanecer en los fronteras y se movilizan con el propósito de au-
Estados Unidos, el 39,3% «planes firmes»33. La mentar o proteger su identidad o mejorar su cali-
atracción de los estudiantes inmigrantes y la posi- dad de vida.
bilidad de retenerlos se debía sobre todo a la ha-
bilidad de las instituciones de educación superior 33 Idem
de los Estados Unidos, que aseguran el financia- 34 Idem.
35 Kane, Hal. The Hour of Departure: Forces that Create
Refuges and Migrants. Washington; World Watch Institute,
30 National Science Foundation. Op. Cit. p. 19. 1995, p. 5.
31 Idem. 36 Enzensberger, Hans Magnus. Civil Wars: from L.A. to
32 Pellegrino, Adela. Estudios sobre inmigración calificada. Bosnia New York: The New Press. 1993, p. 104, y el capítu-
Tomado de http://sela2.sela.org lo «The Great Migration».

63
escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

Las políticas de captación de estudiantes ex- convierten en personas fuertemente integradas al


tranjeros, en las que los Estados Unidos han ocu- mundo académico de los países donde se forma-
pado un puesto de vanguardia han sido seguidas ron. En el mundo académico y en las Universida-
por otros países. La incorporación de estudiantes des y más en general en las instituciones de edu-
no solamente constituye la mejor estrategia de se- cación superior de los países periféricos, la emi-
lección de futuros trabajadores calificados sino que gración constituye un desafío particularmente difí-
aún en el caso de que retornen a sus países se cil de enfrentar.

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64
DIVERSIDAD E IDENTIDAD NACIONAL

Comunicación y salud
Instrumento y rutina
HÉCTOR HERNANDO QUINTERO GÓMEZ

Abstract
Los procesos de comunicación centrados en el poder tienen
connotaciones que se acercan a elementos estéticos y políticos que,
en la repetición del acto cotidiano van cobrando cuerpo hasta
conformar un modelo de relación, que transmite intereses
hegemónicos de orden y control corporal y social. En la institución
local de salud se produce y reproduce un acto cotidiano de
comunicación que termina consolidando una estética y una forma
de comunicación que es legitimada tanto por la institución como
por los usuarios, así sean evidentes las tendencias de falla que
hacen posible la hegemonía del modelo de control corporal y
social. La comunicación pasa así por los espacios arquitectónicos,
las relaciones en los diferentes servicios, los medios utilizados
para la transmisión de información clinicopatológica y las formas
de lectura utilizadas por el beneficiario y funcionario del sistema
de salud.

escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003 - pp 65-72

65
escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

Este texto pretende compartir con los lectores do de aceptación del riesgo ante la enfermedad y
los resultados de un proceso de búsqueda siste- la pérdida, implica comportamientos, decisiones y
mática donde se ha urgado el papel de la comuni- acciones que comprometen el actuar de la institu-
cación en las relaciones establecidas entre funcio- ción médica, ella se encuentra allí para los casos y
narios y población que accede a los servicios de las circunstancias en que el sujeto o el colectivo ya
la Red Pública Local de Prestación de Servicios no asumen, por inoperancia, presión o descono-
en Salud. Se llega así a las acciones de comunica- cimiento, el manejo de la enfermedad y de lo que
ción establecidas en escenarios como consulta ella significa como pérdida física, cultural, moral o
externa, urgencias y hospitalización. socioeconómica. La institución médica se convierte
de esta manera en un escenario concreto que existe
La comunicación se convierte en para el ciudadano con un referente específico, con
unas condiciones que ofrecen suplir los satisfacto-
instrumento res mínimos de supervivencia y protección. No
podemos dejar de comentar que la historia y la
La búsqueda teórica ha permitido reconocer heredad de esta institución se han consolidado a
los elementos que moviliza la comunicación en través de los juegos de poder y de control que
salud en los ámbitos institucionales (locales, na- han depositado en ella la responsabilidad de los
cionales e internacionales) y cómo a través de estigmas, los señalamientos, el carácter policivo,
ellos se produce y reproduce un discurso que le el mantenimiento del sujeto productivo y el poten-
permite a la institución médica perpetuarse en el cial higiénico de la corporalidad.1 De igual forma
liderazgo del manejo de la salud (como concep- este poder le ha brindado espacios para el ejerci-
to y como acción efectiva sobre la población). cio de un destacado papel en cuanto al descubri-
Se llega de esa forma a la descripción de los es- miento del cuerpo y de sus interacciones con el
pacios del poder y a las relaciones sociales me- ambiente, construyendo así su hacer sobre un
diadas por hechos tangibles, como son el mane- modelo clínico patológico, que a manera de cha-
jo de la enfermedad y el control de las acciones sis ha sido la base para la comprensión y trata-
particulares para promover la convivencia colec- miento de la enfermedad, las interacciones noso-
tiva, en beneficio de aparatos que son fácilmente lógicas y la visión morbicéntrica del devenir hu-
señalables. mano.2
Ésta es la contradicción y a la vez el deslinde La institución médica, inmersa en el conoci-
de esta búsqueda, una realidad que se impone miento y los procedimientos creados en otras lati-
sobre las ideologías y el ejercicio utópico. Ella in- tudes, replica su hacer desde una única - y par-
vita a reflexionar la comunicación como hacedora cialmente contextualizada - perspectiva, evitando
de cultura, pero igualmente como hacedora de asumir otro tipo de paradigmas y cuerpos de co-
procesos de falla que generan diferencias, inequi- nocimiento terapéutico, los cuales pululan en el
dades, marginalidades, invisibilización e imposicio- cotidiano vivir de los habitantes urbanos y rurales
nes históricas. de la región y el país. Si pensamos en el significa-
La institución médica existe, es palpable y con- do de la globalización y su alcance, es claro que
tiene elementos jerárquicos que la hacen funda- existe una negación institucional en cuanto a la
mental para la experiencia y vivencia de los habi- posibilidad de enriquecer su acervo teórico y prác-
tantes de la ciudad, para los componentes del te- tico con otros conocimientos que pululan en múlti-
rritorio. Valorada como uno de los sistemas don- ples latitudes y que tienen una relevante y efectiva
de la enfermedad es enfrentada, confrontada y construcción histórica.
muchas veces vencida se acude a ella cuando los
umbrales de seguridad biológica y sociocultural son
sobrepasados. Cada sujeto, grupo familiar y con-
texto, respectivamente ha construido y heredado 1 Focault, Michael. El sujeto y el poder. Material fotocopia-
do. 1982. pp. 68-72.
una serie de patrones que lo enmarcan en sus res- 2 Restrepo, Luis Carlos et al. Semiología de la salud. Univer-
puestas ante la enfermedad y la minusvalía. El gra- sidad Javariana. Bogotá, 1995. p. 94

66
Comunicación y salud. Instrumento y rutina - Héctor Hernando Quintero Gómez - pp 65-72

La visión morbicéntrica se erige como el eje OPS,1997. Álzate y castaño,1999. Renaud y


axiológico de la institución médica, donde un usua- Bouchard, 1999. OPS, 1992. Coe, 1998. Kucins-
rio y un terapeuta se encuentran para ejecutar un ki, 1998. Epstein, 1998. Vasquez-Solis, 1998. De
acto ritualístico en el que ambos sujetos interme- Andrade y Pedrosa, 1998. Garret y otros, 1998.
dian el objeto final del encuentro: el diagnóstico y Morales y Alvarez, 2001)
tratamiento de la enfermedad. En esta aproxima- Las acciones desarrolladas, tanto por presta-
ción estructural se evidencian tres grandes bloques: dores de los servicios como por los usuarios, co-
el primero es la acción instrumental, el segundo la bran un valor instrumental, especialmente cuando
lectura exenta de diálogo y narración y el tercero se da el intercambio de símbolos; en este inter-
la cotidianización de lo formal. cambio el usuario busca un ritual que le permita
Dicha visión morbicéntrica se ha perpetuado reducir y eliminar la enfermedad, ya sea a partir
en las acciones e intervenciones del sistema de de conocer el significado de sus signos y síntomas
salud. Ha cambiando la periferia del discurso, re- o de vivenciar los diferentes pasos ritualísticos que
formulándose en las últimas dos décadas el tipo implica la acción terapéutica. Dicho ritual se hace
de causa en la afectación a la salud, se ha pasado explícito en hechos prácticos, en pasos o en obje-
de comprensiones que intervenían elementos del tos tangibles. No es la propuesta teórica conven-
entorno físico afectador de los pobladores a otras cional de ritual4donde se estructura el encuentro
que tienen en cuenta factores psicosociales y am- de un sujeto portador del mito y un colectivo re-
bientales como importantes causas de patología.3 ceptor de los preceptos y las narraciones que allí
En los diferentes textos de comunicación para la se comparten (un ejemplo de ello es el ritual de la
salud escritos por organismos nacionales e interna- eucaristía católica); para el caso de la salud se
cionales que tienen su hacer específico en esta te- acude a una visión que asume lo ritualístico como
mática, se deja entrever la preponderancia de la una relación entre sujetos que comparten un mito
deficiencia, llámese patología, enfermedad o factor o una figura mítica; el ejemplo para esto es preci-
de riesgo, como eje central de las acciones comu- samente el encuentro de un enfermo con su tera-
nicativas a seguir. Como hecho innovador es pre- peuta: este último tiene una investidura que repre-
sentado el manejo y dimensionamiento dado a los senta a la institución médica pero igualmente al
factores de riesgo asociados a patología, especial- poder del sanador como representante de lo divi-
mente de tipo cardiovascular y endocrino; para ello no (mito), es frecuente en la consulta médica es-
se proponen campañas que promueven estilos de cuchar la frase: «primero Dios y después usted».
vida saludable a partir de un modelo que pertenece Para algunos autores: «el ritual es considerado
al conocimiento médico y a ítems estipulados por la como una festividad o una ceremonia especial,
ciencia, donde se delimitan las acciones que son en donde lo luminoso se limitaba a lo sagrado
favorecedoras y protectoras de los individuos y los y las relaciones políticas de las comunidades se
colectivos. Se ejerce, entonces, un papel de infor- centraron en los personajes religiosos como
mación que en la mayoría de los casos desconoce deidades, sacerdotes, brujos o ancianos (...) el
el contexto local y las características sociocultura- análisis antropológico modificó su eje concep-
les y comunicativas del grupo social objeto de la tual al ubicar los simbólico y lo ritual en una
intervención. Este papel se replica tanto en la utili- dimensión diferente: no se trataba de contra-
zación de medios no convencionales de comunica- poner lo sagrado a lo profano o lo simbólico a
ción, como de los medios masivos y se hace más lo material. Se buscaba comprender sus com-
evidente en los espacios institucionales donde los plejas relaciones».5
mensajes y modelos para transmitir dichos mensa-
jes acentúan el papel de la institución como dadora
de salud y, por ende, de bienestar (Olaya,1996. 4 Gadamer, Hans Georg. Mito y razón. Barcelona: Editorial
Paidós estudios, 1997. p. 9
5 Aguado, José y Portal, María. Identidad, ideología y ri-
3 OPS (Organización Panamericana de la Salud). “Munici- tual: un análisis antropológico en los campos de educación
pios Saludables”. En: Comunicación para la salud, número y salud. Universidad Autónoma Metropolitana. México,
11. Editorial Cargraphics, Washington D.C. 1997. p. 17. 1992. p. 75.

67
escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

La investidura del terapeuta y de la institución po y énfasis los datos que permitan satisfacer las
sobrepasa la esfera estética, para llenarse de se- necesidades de información de la institución. En
ñales que tocan las significaciones del poder, la fe, este caso lo instrumental se torna hegemónico fren-
la confianza y el conocimiento. te a los sujetos humanos que hacen parte de la
En este marco ritualístico la relación formal es- relación referenciada, y en consecuencia los intro-
tablecida por los haceres institucionales y por la duce en un espacio que es dominado por una for-
reglamentaciones, se fragmenta para dar paso a malidad tamizada por imaginarios que deslindan la
valoraciones que no son explicadas por el interés instrumentación misma dejando sentimientos y
racional que pretende interpretar en este tipo de percepciones disimiles y en muchos casos contra-
acciones, hechos lógicos, coherentes y de causa producentes. La temporalidad del prestador y del
efecto. La acción instrumental se carga de repeti- usuario no se sintonizan, dado que el espacio de
ciones funciones aprendidas y no reflexionadas, encuentro está previsto para cumplir con tiempos
investiduras prefijadas, formatos obligatorios, ges- institucionales que ponen por encima de la calidad
tos epidérmicos, reacciones situacionales, tradi- humana y sociocultural una serie de indicadores
ciones respetadas, suposiciones sobre el otro y de eficiencia y efectividad.
jerarquías impuestas, entre otros. En la sola definición dada para la comunica-
Al tornarse instrumental, la relación se carga ción en salud este interés de instrumentalización se
de visiones administrativas y operativas, reducién- hace evidente: «Es un proceso de presentar y
dose ostensiblemente el componente crítico y hu- evaluar información educativa persuasiva, in-
mano de los encuentros y las interacciones (no sólo teresante y atractiva que dé por resultado com-
entre sujetos, también entre sujetos y objetos). Se portamientos individuales y sociales sanos. Es
ingresa en el territorio de la institución total, donde la modificación del comportamiento humano y
las acciones están establecidas por protocolos y los factores ambientales relacionados con ese
procedimientos, por técnicas y herramientas de comportamiento que directa o indirectamente
trabajo, por normas institucionales y reglamenta- promueven la salud, previenen enfermedades
ciones asociadas con tareas y funciones preesta- o protegen a los individuos del daño».7
blecidas. En otras palabras, las acciones están Instrumentalizar se convierte así en la principal
marcadas permanentemente por la estructura y la apuesta de la institución médica, ya que el fin últi-
función institucional. A pesar de ello existen afir- mo es lograr el control social a través del manejo
maciones que dejan a la institución en entredicho: de la enfermedad. La comunicación como fenó-
«La amplificación, intensificación y dispersión meno sociocultural con sentido ontológico de la
de los servicios médicos, causada por efecto relación entre los actores de la salud es reducida
de la popularización, la asequibilidad y la es- por la institución para ser convertida en una herra-
peranza fincada en ellos, revisten a la salud, su mienta y en un proceso simplista que ve al usuario
conservación y a quienes poseen conocimien- como un receptor pasivo e inerme, que no está
tos médicos, de un valor que sobrepuja las fa- calificado para interpretar las representaciones y
cultades de la institución médico - sanitaria, significados culturales de su vivencia corporal y
otorgándole en últimas un valor simbólico que social ante un entorno. El agente de salud queda
no está capacitada para reciprocar».6 convertido en un emisor que objetualiza al otro y
En el caso de la institución médica las activida- le brinda una información que requiere para su bien-
des están regidas por un modelo de información estar (léase ausencia de enfermedad), para ello
epidemiológica, íntimamente asociado a los mo- utiliza su propio potencial y lo que él considera es
delos clínico-patológico y morbicéntrico (PAHO). un recurso didáctico apropiado. En este modelo
Es tan importante la información epidemiológica ambos actores quedan controlados por la institu-
de la enfermedad que el servidor privilegia en tiem- ción dado que al ser descontextualizados su rela-

6 Pedraza G., Zandra. En cuerpo y alma: visiones del pro- 7 Coe, Gloria. “Comunicación y promoción de la salud”. Re-
greso y de la felicidad. Universidad de los Andes, Santafé de vista Chasqui, No 63, sept 98. Quito (Ecuador). 1998. pp.
Bogotá, 1999. p. 152 84-88

68
Comunicación y salud. Instrumento y rutina - Héctor Hernando Quintero Gómez - pp 65-72

ción se torna netamente funcional y nunca crítica. defender sus derechos a la comunicación, aun-
Un ejemplo de lo acrítico de esta posición en am- que también capaces de enajenarse ante los
bos actores (funcionario y usuario) se refleja en el contenidos de los medios, de ser recipientes
siguiente fragmento: «La información en mate- pasivos de sus mensajes».10
ria de salud posee particular autoridad cuan- Lo que esta afirmación traduce es la necesidad
do la transmiten los médicos, enfermeras, co- de conocer y contextualizar más allá de los facto-
madronas y otros profesionales de la salud, di- res aparentes que se encuentran en los relatos de
rectamente responsables de proporcionar ser- los usuarios y los funcionarios; no basta con tener
vicios de salud. Con la difusión alcanzada por claridad frente a la mejor manera de entregar la
la atención primaria de salud durante la últi- información para que ésta sea fácilmente compren-
ma década, centenares de millones de familias dida, implica adentrarse en el territorio cognitivo,
anteriormente no cubiertas por el sistema de cultural, ético, estético, afectivo, político y tras-
salud tienen acceso en la actualidad a la infor- cendente de quien aparentemente es un receptor
mación, consejos y atención de un agente de pasivo de datos. En realidad, el usuario (tanto
salud capacitado (...) varios millones de agen- como el agente de salud) trasforma y recrea la in-
tes de salud, parteras tradicionales y volunta- formación, construyendo y destruyendo represen-
rios han recibido la información necesaria para taciones que en muchos casos están diametralmen-
poner los conocimientos y técnicas básicos de te opuestas a las percibidas y ofrecidas por la ins-
salud al alcance de la población de sus comu- titución médica. No significa esto desconocer la
nidades»8 existencia de tendencias cognitivas, las mismas se
encuentran y es posible utilizarlas para los ejerci-
La lectura, un ejercicio cios de información, pero lo ideal es modular las
tendencias de acuerdo con las particularidades del
desencontrado contexto.
Lo evidenciado en el terreno de observación
Para Gadamer la lectura sólo puede llegar a un marca un extremo de umbral dado que los hechos
plano de diálogo cuando las narraciones que per- deslindan el deber ser de la comunicación (bajo la
miten dicha lectura obedecen a la participación perspectiva de la lectura).
comprensiva de mínimo dos seres humanos.9 Las Los factores que favorecen o desfavorecen la
narraciones cobran fuerza cuando existe un acuer- lectura son los siguientes: interés temático del usua-
do mínimo que les permite ser escuchadas, si esto rio, tiempo invertido en la lectura, capacidad de
no se da dichas narraciones pierden valor como lectura del usuario, acervo cognitivo, percepción
parte de la acción colectiva. visual y auditiva, lenguaje nominal y simbólico, es-
Es posible decir que la recepción de las prácti- tética de los textos, experiencia ante la lectura, ni-
cas comunicativas (para este caso llamado lectu- vel de ruido y grado de cotidianización del mensa-
ra) requiere necesariamente de un proceso de ne- je.11 Estos factores no son tenidos en cuenta por
gociación que debe ser mediado por las repre- la institución para la elaboración de los mensajes,
sentaciones y el imaginario socio-individual de los la construcción de los medios y la potencialización
usuarios, aplicados en espacios concretos y tangi- de la lectura que ha de realizar el usuario. Esto
bles (Henríquez, 1999). Para Orozco «las audien- tiene una fuerte relación con los fallos en la comu-
cias también son sujetos situados, pertenecien- nicación, que comparados con las referencias de
tes a varias instituciones simultáneamente, de otras latitudes se repiten en la lectura de los usua-
donde adquieren sus identidades y producen
sentido a sus prácticas, capaces de organizar- 10 Orozco Gómez, Guillermo. La investigación de la comuni-
se, de sentir, de manifestarse públicamente, de cación dentro y fuera de América Latina. México: Confe-
rencia,1997. p. 3.
11 Quintero, Héctor Hernando. “La institución de salud: una
8 Williams, Glen. Todos por la salud: guía de comunicación realidad comunicativa”. En: Comunicación y salud en la re-
para la vida. UNICEF, New York. 1989. p. 31 construcción. Fundación Vida y Futuro. Serie salud, comu-
9 Gadamer, Hans Georg. Op. Cit. p. 27 nicación y riesgo. Edición JMCalle, Pereira, 2002. p. 103.

69
escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

rios del Sistema Local de Salud, algunos de los evidenciable por el método diagnóstico, sea clíni-
fallos reportados son los siguientes: el mensaje lle- co o paraclínico. El usuario es visto como enfer-
ga sólo a algunas personas del grupo de pobla- medad y como tal él y su enfermedad se convier-
ción destinataria, porque se utiliza uno o dos ca- ten en un producto de intercambio y de manejo
nales de comunicación; las personas reciben in- institucional. En el hacer institucional el usuario es
formación pero no la entienden, la entienden mal o descalificado frente a sus síntomas, miedos, co-
la aplican de manera incorrecta; las personas reci- nocimientos, ignorancias y sensaciones; con ello
ben la información, la comprenden y aprenden a se limita su acceso al autocuidado. Ambos, el diag-
aplicar correctamente una nueva medida para la nóstico y el tratamiento se enuncian pero no se
protección de la salud, pero los nuevos conoci- explican y es aquí cuando el usuario pierde.
mientos entran en conflicto con las actitudes y Existen algunas características relacionadas con
creencias existentes, de manera que dejan de apli- los entramados que tejen los funcionarios (depen-
carse o ponerse en práctica, la modificación de diendo del servicio o programa) y que son perci-
comportamiento es solamente transitoria o su po- bidos por los usuarios. Las mismas aparentemen-
breza y la carencia de servicios básicos les impi- te no son relevantes de manera aislada, pero al
den aplicarla en la práctica (Williams,1989). Es- conjugarse terminan delimitando comportamien-
tos fallos están mediados por una descontextuali- tos y funciones que separan o acercan.
zación del agente institucional, porque en sí la in- Los funcionarios constituyen, para el caso de
formación se brinda para el manejo de patologías la relación usuarios - institución médica, una di-
específicas que están definidas por los perfiles mensión de lo que Elías llama el grupo estableci-
epidemiológicos de la zona (Morales y Álvarez, do.12 Establecerse significa tener el control del te-
2001. OPS, 1992. Renaud y Caron-Bouchard, rritorio por un índice de mayor tiempo de perma-
1999), pero que desconocen el mundo simbólico nencia y de cubrimiento del espacio. En esta rela-
y de representaciones que maneja el sujeto o co- ción el grupo establecido, bajo parámetros subje-
lectivo a informar. tivos de comparación que son validados por el paso
del tiempo, ejerce un control a veces excesivo y
Rutinas que amarran verticalizado ante el o los sujetos que pertenecen
al grupo de los marginales (usuarios), quienes como
La institución médica ha conformado unas ruti- ya dijimos, no tienen una apropiación suficiente de
nas que se imponen, dichas rutinas son vividas por poder para reconocer y reclamar la institución
los usuarios y no son compartidas con los funcio- pública como un espacio de su pertenencia. Surge
narios, excepto cuando se genera un momento de en los marginados la anomia, y esto permite al gru-
choque y de inconformidad expresa, ya sea en el po establecido señalarlos como inseguros, indis-
momento del conflicto, o a corto plazo en las ofi- ciplinados y anárquicos. Es significativo, según el
cinas de quejas y reclamaciones. Las rutinas per- desarrollo teórico de Elías,13 que entre ambos gru-
cibidas son las siguientes: demora en la atención, pos se mantenga una tensión muda a base de con-
una acción terapéutica impuesta y con una única flictos y de desigualdades que son evidentes cuan-
visión aprobada, escaso recurso humano y logísti- do el marginal logra asumir posiciones de poder;
co, no cumplimiento de los compromisos en cuanto en esta situación el establecido, léase el funciona-
a tiempo, múltiples acciones para pocos terapeu- rio, activa y expone su mayor capacidad de apli-
tas, no concentración en el usuario y fortalecimien- car poder explícito y aplastante que cubre una se-
to de un sistema de atención en serie. rie de esferas que van desde las fantasías colecti-
Las rutinas institucionales no son compartidas vas a la radical diferenciación del nivel socioeco-
con los usuarios, esto implica que en la percep- nómico.
ción de ellos, la institución representada por sus
funcionarios sea injusta y tenga una actitud indife-
12 Elias, Norbert. “Ensayo teórico sobre las relaciones entre
rente ante la espera y el sufrimiento. establecido y marginados”. En: La civilización de los padres
No se tiene en cuenta el contexto del usuario y y otros ensayos. Norma. Santa Fe de Bogotá, 1998. p. 108.
su corporalidad está reducida a la sintomatología 13 Ibidem. Pp. 106-107

70
Comunicación y salud. Instrumento y rutina - Héctor Hernando Quintero Gómez - pp 65-72

Con el ánimo de la eficiencia administrativa y mo decenio al interior del sector salud se han he-
de la calidad del servicio a los funcionarios se les cho propuestas de comunicación que básicamen-
miden sus acciones mediante el uso de cuadros te le han apostado a las campañas de salud públi-
cuantitativos donde se suman y restan los diferen- ca y no a una evaluación del modelo mismo de
tes servicios que prestan (los mismos establecidos comunicación. Las publicaciones hechas por los
por el Ministerio Nacional de Salud); en ellos no organismos internacionales son decálogos de he-
se ingresan actividades que suplen las necesida- rramientas, metodologías, procedimientos y ejer-
des de información y orientación a enfermos y usua- cicios didácticos para tener efectividad en la trans-
rios. Dichas actividades quedan en la dimensión misión de información, pero no un ejercicio de
del trabajo invisible, de la minusvaloración admi- comprensión sobre las dinámicas, intercambios y
nistrativa y de la reducción del tiempo para la in- mediaciones que se dan en los espacios institucio-
formación. En este modelo de oferta y demanda nales y no institucionales donde se le está apos-
se asume la comunicación social como un elemen- tando a la atención de la enfermedad o a la educa-
to de un orden no significativo, no valorado y, por ción morbicéntrica de la salud.
lo tanto, no considerado como actividad que se
contabiliza en los formularios referidos. Lo comu- Las tendencias de falla en la relación
nicativo asume, entonces, un carácter invisible y
por ello no cobra valor como servicio; al no ser comunicación salud
servicio no amerita inversión y fortalecimiento. En
este modelo de prestación de servicios el funcio- Es importante reconocer que la reflexión de la
nario asume compromisos contractuales que invi- comunicación para la salud es un hecho reciente
sibilizan en el hacer todas las dificultades propias en el mundo, es una construcción que no ha cum-
de los ajustes institucionales muy de moda en los plido 25 años. Las universidades norteamericanas
años noventa y a la fecha. El funcionario pierde apenas empiezan a crear planes de estudio para la
porque el sistema de salud tiene intermediarios fi- especialización en el tema.14 Por lo tanto es com-
nancieros que son los que toman las decisiones y prensible encontrar muchos profesionales de la
son los que imponen las reglas de juego, pierde salud que tienen grandes conocimientos sobre pre-
porque siente disminuida su calidad de vida en vención de la enfermedad y promoción de la salud
comparación con otros momentos históricos (en pero que poseen poca información y escasa re-
comparación con la intensidad de trabajo), pierde flexión práctica al respecto de la comunicación y
porque la cotidinidad de la institución médica es el su impacto en las diferentes áreas de la salud. Pre-
déficit y la escasez de recursos, pierde porque el cisamente el resultado de este acercamiento mues-
objeto de la institución médica es el rendimiento tra las grandes falencias en la práctica por parte
económico y no la salud como capital social, pier- de los funcionarios de salud, en cuanto a un bajo
de porque su posibilidad diagnóstica y terapéutica desarrollo académico y práxico de sus capacida-
obedece a las restricciones impuestas por los agen- des, conocimientos y habilidades comunicativas.
tes financieros... pierde porque ya no puede ofer- No se reflexiona en el hacer institucional el impac-
tar servicios acorde con la necesidad del enfermo to y el alcance que tiene la comunicación vista más
sino con la necesidad económica institucional. allá del desarrollo de estrategias comunicativas para
Las escuelas de formación médica y paramé- llegar a la población con temas específicos.
dica no cuentan con planes de estudio que inclu- Esto significa para el personal de salud, para la
yan la comunicación como un tema fundamental salud, trabajar en siete campos básico que deben
para la formación del personal de salud. Por ello, ser suficientemente desarrollados para asegurar que
a comunicar se aprende en la práctica de todos la población está siendo impactada de forma efec-
los días, de acuerdo con los patrones comunicati- tiva por las propuestas del sector; dichos campos
vos que impone el espacio institucional. El funcio-
nario replica contenidos estructurales, funcionales
14 Alcalay, Rina. “La comunicación para la salud como discipli-
y jerárquicos que asumen al terapeuta y sus cola- na en las universidades estadounidenses”. En: Revista Pana-
boradores como los dueños del saber. En el últi- mericana de la salud. Vol. 5, # 3, Marzo de 1999. p. 192

71
escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

son: 1) la calidad de la comunicación interperso- terísticas comunicativas y culturales del contexto


nal en locales de salud; 2) la comunicación entre donde se encuentra ubicada especialmente la ins-
miembros de la organización; 3) el alcance de los titución médica y 7) los puntos nodales donde la
medios de comunicación masiva; 4) el diseño, la comunicación vulnera la salud de los pueblos.15
ejecución y evaluación de campañas de comuni-
cación (Alcalay, 1999); 5) la relación del lenguaje
con los ritos de curación y sanación; 6) las carac- 15 Quintero, Héctor Hernando. Op. Cit. pp. 104-116.

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72
POLÍTICAS DE COMUNICACIÓN Y CULTURA

La cultura suma
Las políticas culturales y economía de la cultura
CARLOS E. GUZMÁN CÁRDENAS

Abstract
Se aborda de manera amplia y diversificada el campo de lo que se suelen llamar las políticas de
comunicación de cultura. Para ello se empieza por plantear el problema conceptual. acerca de las
políticas de comunicación y cultura, para luego centrarse en los modelos de política pública y la
crítica de los mismos, así como en las carencias de información que hacen difícil la formulación
de políticas públicas. Así mismo, plantea el problema política de la cultura como un componente
de la ciudadanía (o una ciudadanía cultural). Finalmente se ocupa de los aspectos económicos de
la cultura en sus dos facetas: por un lado, la cultura como satisfacción de necesidades simbólicas
de la sociedad, lo que sería el aspecto económico de la cultura; y por otro lado, la contribución
de la cultura como sector al los agregados económicos de las naciones, lo cual sería el aporte
cultural a la economía, terreno en el cual se revisan los más recientes estudios latinoamericanos.
Palabras clave: política cultural, política de comunicación, industria cultural, ciudadanía
cultural, economía cultural, economía de la cultura.

escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003 - pp 73-95

73
escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

¿El fin del paradigma cultural Hay demasiados vacíos a los que las políticas
públicas culturales y comunicacionales no contes-
dominante o una nueva pero agotada tan en el marco de la Sociedad de la Información
política pública cultural? como una de las expresiones, acaso la más pro-
minente junto con todas sus contradicciones, de la
En la dinámica actual de las discusiones, en- globalización contemporánea, que de manera más
cuentros y conferencias internacionales e intergu- general aún, está ejerciendo un fuerte impacto en
bernamentales sobre la exigencia de diseñar polí- los patrones de interacción social con el surgimiento
ticas públicas culturales1 y comunicacionales, de una nueva estructura social dominante, que los
que promuevan y regulen, tanto la producción y expertos dan en llamar la sociedad en red, auna-
comercialización de la cultura que se realiza en da a inéditas expresiones culturales y, que se de-
forma industrializada, como la distribución y cir- nominan habitualmente, como la cultura de la
culación de productos y servicios artísticos, cultu- virtualidad real. Por otra parte, los macro te-
rales y comunicativos nacionales, frente a los pro- mas se diluyen en otros identificando tópicos re-
cesos de mundialización cultural y globalización petidos en décadas pasadas; las discusiones, de
económica en la recomposición monopólica de los tipo declarativo, se orientan con mayor tendencia
mercados transnacionales2 -con una creciente des- a reflexiones teóricas y poca reflexión sobre ca-
regulación de la intervención gubernamental- se ha sos de gestión cultural o proyectos culturales3, y
hecho evidente en el contenido pragmático de los surgen numerosas interrogantes sin respuesta cla-
actores globales en compleja interacción con la ra. Urgen, en consecuencia, análisis rigurosos que
dinámica de las prácticas discursivas presentes en lleguen a alternativas de acción efectivamente ima-
los actores encargados de las políticas culturales a ginativas y creadoras.
nivel nacional y local, que los resultados limitados El análisis de los cambios y fenómenos que
de muchas de las políticas públicas aplicadas en caracterizan la cultura en la que vivimos, y la rela-
las dos últimas décadas nos están indicando, en ción de esta con los inéditos elementos que confi-
forma reiterativa, insuficiencias severas en los mar- guran la denominada «nueva economía» requie-
cos conceptuales en los que nos apoyamos. re ir más allá de las barreras disciplinarias tradi-
cionales, dado que, precisamente, uno de los ras-
gos fundamentales de la sociedad de la informa-
1 Aunque son múltiples los conceptos o aproximaciones a la ción y del conocimiento (en adelante, SIC), como
noción de Políticas Culturales, se puede aludir a tres de una sociedad global que no coincide con ninguna
ellas: Néstor García Canclini (1987) concibe la política
cultural como el conjunto de acciones que realizan diversos
agentes para orientar el desarrollo simbólico, satisfacer las 2 Es conveniente distinguir algunos conceptos básicos que
necesidades culturales y obtener consenso o disenso sobre están presentes en el análisis económico-político de las in-
un tipo de orden social. Nunca una Política Cultural puede dustrias culturales y comunicacionales. Por Nacional, nos
ser formulada por un solo agente, así este sea sólo el merca- referimos fundamentalmente al Estado-Nación y al conjun-
do o el Estado o la comunidad autogestionaria. José Joaquín to de relaciones sociales que se producen en su interior. Con
Brunner (1987), en forma resumida, considera que son las el concepto de Internacional, designamos las relaciones que
oportunidades para actuar en un circuito cultural (produc- se establecen entre dos o más Estados-nación (aunque con
ción, circulación y consumo de bienes culturales). Los com- propiedad, a estas relaciones entre más de dos Estados de-
ponentes de este circuito cultural son básicamente cinco: beríamos denominarlas plurinacionales o multinacionales).
agentes habituales, medios de producción, medios de circu- El concepto de Transnacional o Multinacional lo aplicamos
lación, públicos y organizaciones (Estado-Mercado- Aso- de forma específica para designar el espacio y las relaciones
ciaciones Voluntarias). Alfons Martinell establece la dis- a los que dan forma principalmente las acciones de las mo-
tinción entre finalidades sociales y políticas culturales. Las dernas empresas industriales, los bancos, las organizaciones
primeras son estables y accesibles por itinerarios o estrate- financieras y los medios de comunicación de masas.
gias que no son necesariamente coincidentes; las políticas, 3 Sánchez, Natalia y Bermúdez, Emilia. 2002 «Actores cul-
en cambio, son dinámicas y dependen de una realidad terri- turales globales y políticas culturales». En: Anuario ININ-
torial concreta. Por tanto, una finalidad social se puede orien- CO. Caracas, Venezuela. Universidad Central de Venezuela.
tar a partir de políticas diferentes. Al ser las políticas siem- Instituto de Investigaciones de la Comunicación. Facultad
pre expresión de un fenómeno de génesis y mediación so- de Humanidades y Educación. Volumen 2. N° 14, diciembre.
cial, las Políticas Culturales son siempre territoriales. p. 180.

74
La cultura suma. Las políticas culturales y economía de la cultura - Carlos E. Guzmán Cárdenas - pp 73-95

de las sociedades nacionales actualmente existen- privado económicamente rentable, así como en un
tes, es la interconexión entre los diversos sistemas instrumento catalizador de la identidad e integra-
sociales, económicos, políticos y culturales. En este dor de la sociedad en su conjunto y, en segundo
sentido, la cuestión cultural del siglo XXI exige a término, como producto de una democratización
los actores sociales, tanto públicos como priva- difusionista-extensionista con un fuerte desequili-
dos, inmiscuidos en el desarrollo de las políticas brio asimétrico del consumo cultural en el contex-
culturales y comunicacionales, el planteamiento de to latinoamericano de la pobreza con avances y
diferentes direcciones de carácter inclusivo, y no retrocesos de la descentralización. Además, ha
excluyentes, que vayan más allá de una simple operado igualmente, la falta de una mirada pros-
democratización. pectiva así como la desarticulación entre los pro-
Es precisamente este hecho el que le ha confe- blemas comunicacionales y culturales frente a los
rido su particular complejidad al caso latinoameri- cambios que sería preciso operar en su seno como
cano. Los problemas culturales más agudos en- en el contenido de su acción. De esta suerte, en el
marcados en el desarrollo asimétrico de la ur- caso de Venezuela, el Estado mantiene una visión
dimbre cultural se han puesto en evidencia para avejentada sobre los sub-dominios del campo cul-
enfrentar los retos del siglo XXI, debido entre tural industrial-masivo que suman la inmensa ma-
muchos aspectos, al agotamiento del modelo cul- yoría del peso económico de la cultura, sin políti-
tural «civilizatorio»: «más cultura para to- cas, planes y proyectos para incorporarnos a una
dos», que trascendió a los ámbitos políticos, so- nueva estructura de producción, circulación y con-
ciales y la comunidad cultural en su sentido más sumo cultural en el contexto de la denominada
amplio, sin haberse generado oportunamente la sociedad de la información y del conocimiento, sin
búsqueda del consenso socio-cultural entre parti- afectar nuestras identidades, diversidades y plu-
cipación ciudadana y construcción de lo público, ralidades culturales.
necesario para reorientar el rumbo social de nues- Adicionalmente, nos encontramos con que no
tros países, donde la cultura por la que vivimos existen datos desagregados relativos a las carac-
forme parte de un verdadero proyecto de desa- terísticas generales de la extensión así como el
rrollo de la Democracia. volumen de las actividades económicas relaciona-
Por otra parte, la actuación de los agentes cul- das con el sector cultural; sobre el empleo cultural
turales públicos y privados, en términos genera- en general y de las industrias culturales y comuni-
les, sigue obedeciendo al paradigma político- cacionales en particular, desconocidos e infraex-
plotados por los poderes públicos; las actividades
cultural de carácter difusionista y extensio-
relacionadas con la pequeña y mediana empresa
nista. Prevalece como cualidad central de las po-
(PyMEs), las empresas artesanales, nuevas tec-
líticas culturales latinoamericanas, el «desarrollis-
nologías, el audiovisual y la sociedad de la infor-
mo-incrementalista», fundamentado en la tesis que
mación, lo cual dificulta la puesta en práctica de
interpreta al desarrollo cultural como un proceso sistemas estadísticos culturales, nacionales y re-
de crecimiento institucional y programático, des- gionales, capaces de suministrar información so-
provisto de referencias de políticas, estrategias y bre aquellos aspectos culturales susceptibles de
planes en disonancia con la evolución del consu- ser cuantificados periódicamente y de apoyar el
mo cultural (los hábitos, prácticas y gustos) de correspondiente proceso de elaboración y gestión
las grandes mayorías. de políticas culturales.
Así, tenemos que el balance de las políticas
públicas en materia cultural, en los inicios del siglo
XXI latinoamericano, nos indica que no se ha ¿… Más de lo mismo o innovación?
modificado el escenario dominante de la década
de los 90 como consecuencia, en primer lugar, de Y en ese sentido, mientras el eje actual de las
una concepción del desarrollo cultural sustancia- discusiones sobre las características de las políti-
lista, tradicional y patrimonialista en contraposi- cas públicas permanezca girando en torno a ten-
ción a un marco conceptual que valora que la vida dencias fundamentalistas, sin retomar en los pun-
cultural puede convertirse en un servicio público y tos de la agenda cultural la formulación de una vi-

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escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

sión de transformación a largo plazo de la vida rales en su sentido más amplio, se retoma la dis-
pública, así como el reconocimiento social de la cusión transitando de lo táctico a lo estratégico.
función económica de la cultura como un im-
portante campo de inversión, circulación de capi- Cultura y ciudadanía: una nueva
tal y generación de empleos, la verdad es que se-
guiremos con «más de lo mismo». textura política
A esta situación se nos unen dos afirmaciones
entusiastas que encierran la historia de varias ge- Esto significa que es imprescindible reconside-
neraciones de académicos, intelectuales, promo- rar en sus propósitos y ampliar en sus contenidos
tores, administradores y gerentes de los procesos el vínculo entre políticas y prioridades cultura-
culturales con sus respectivos corolarios políticos les para contribuir a la determinación de cursos
públicos: la primera, nos apunta que «vivimos en estratégicos de acción y, así, poder determinar la
una época de cambios rápidos y masivos, ésta actualidad y eficiencia de las políticas públicas cul-
es sólo una fase acelerada de la modernidad, turales existentes. Hay que tener en cuenta que la
¡bienvenidos al cyberespacio!» y la segunda, nos política cultural es una estrategia estructural
advierte que «necesitamos rescatar la identidad en la urdimbre misma y que el efecto positivo
y la cultura popular del capitalismo salvaje de de tal estrategia debe situarse en una concepción
la transnacionalización tecnológica y las redes del Desarrollo Humano. El inicio del siglo XXI ha
globalizadas de producción /circulación simbó- demostrado para Venezuela y América Latina, la
lica». impostergable necesidad de profundizar en los
Generaciones o tendencias interpretativas, que campos de la urdimbre cultural, a partir de nuevas
han transitado desde el imaginario de la moderni- teorizaciones y enfoques, cuya gestión plantea re-
zación desarrollista pasando por los aportes del querimientos, oposiciones, desafíos y encuentros
pensamiento marxista y la ortodoxia economicista de diversa índole. En consecuencia, se requiere
del materialismo histórico hasta la preocupación para alcanzar un desarrollo humano cualitativamen-
metafísica-fundamentalista del romanticismo cien- te distinto como sostén del sistema democrático,
tífico como fuente del apócrifo nacionalista de los una concepción política sustentada en una plurali-
referentes tradicionales de identidad, definiendo un dad de intereses que acentúen la interacción entre
determinado tipo de prácticas y productos cultu- cultura y ciudadanía, al igual que reconocer la
rales apreciados ante todo por su tradicionalidad, heterogeneidad dinámica de los diversos contex-
autenticidad y origen, irreconciliables con la trans- tos socioculturales regionales y locales que carac-
formación histórica de la modernidad. terizan el lugar de la memoria y de la diversidad
No obstante, estas afirmaciones tienen parti- colectiva. Uno de los temas principales del debate
cularidades en común: continuidad en la forma, en la formulación de las políticas públicas, será la
perspectivas maniqueas y apocalípticas, un exce- lucha entre las exhortaciones de una ciudadanía
sivo pragmatismo, la nostalgia ideológica y una cultural liberal versus una ciudadanía cultural
suerte de relativismo o reduccionismo cultural, que pluralística.
en combinación tienen un efecto letal sobre las Este «déficit» político cultural de nuestras de-
nuevas síntesis posibles de las identidades locales mocracias puede atribuirse a la concepción clási-
o nacionales en transformación. De igual modo, el ca de ciudadanía de carácter liberal, una visión muy
debate necesario, posible y deseable, sobre las restringida que deja de lado la multiplicidad de iden-
prioridades culturales de los países latinoamerica- tidades políticas y culturales, sobre todo cuando
nos, que pasa por explorar sistemáticamente las es evidente que los ciudadanos no comparten una
vinculaciones entre vida pública /respuestas misma identidad y que en vez de uniformidad en-
políticas posibles /marcos culturales se nos ha contramos una pluralidad de identidades. Así mis-
ido desdibujando en un contexto nacional de gran mo, la sensibilización política, en gran parte de las
incertidumbre social, económica y política y, a ra- sociedades latinoamericanas, hacia la necesidad
tos, más por la voluntad de los artistas y creado- de una democracia integral, que permita suprimir
res, investigadores, gerentes y trabajadores cultu- las relaciones de apropiación diferencial y exclu-

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La cultura suma. Las políticas culturales y economía de la cultura - Carlos E. Guzmán Cárdenas - pp 73-95

yente, hace pensar que en los próximos años la bién, y cada vez con más intensidad, viene a for-
participación de lo cultural como actor social y mar parte de la economía privada, donde dispone
económico, así como el diseño de políticas públi- de un fuerte potencial de crecimiento portador de
cas culturales acordes con los códigos y relatos elementos de creatividad, innovación y produc-
muy diversos de la población, serán tareas pri- ción dentro del ámbito nacional, regional y local.
mordiales para la puesta en marcha de una nueva Al respecto, de manera tradicional, la cultura ha
«textura política». La gestión, planificación y sido percibida no como una oportunidad sino como
administración de la acción cultural en unidades un gasto. No obstante, las tendencias actuales
de servicios municipales, tomando en considera- apuntan hacia la comprensión de la cultura como
ción las funciones culturales, tales como: promo- una parte central del capital social (Kliksberg,
ción y animación socio-cultural, difusión, protec- Bernardo y Luciano Tomassini. 2000). De hecho,
ción-conservación, investigación, formación de se evidencia que los países que han sabido apo-
recursos humanos, apoyo a la creación, produc- yarse en ella y potenciarla, han generado a partir
ción y divulgación cultural, entre otras, serán cen- de la misma modelos organizacionales inéditos,
tros de intervención en los que se ensayen los be- conocimientos nuevos, redes de cooperación in-
neficios del proceso de descentralización, su terri- terna, creación de fuentes directas de empleo y
torialidad histórica-cultural y el grado de partici- numerosas industrias, entre otros beneficios.
pación ciudadana. Todo ello ha enriquecido su perfil como socie-
De ahí que la atención y el esfuerzo en la ges- dades y simultáneamente ha mejorado su «calidad
tión de los procesos culturales deben estar dirigi- de país» y su competitividad. Para un país, la com-
dos a proyectar una mirada prospectiva. Se trata petitividad se traduce en la posibilidad que tienen
de plantear, ¿cuál sujeto histórico será incorpora- sus ciudadanos para alcanzar un nivel de vida ele-
do en las políticas públicas culturales futuras?; lan- vado y creciente.4 De modo que, frente a la agen-
zando hipótesis nuevas, permitiendo cuestionamien- da de problemas sociales y económicos que pre-
tos totales, compensando lagunas. Por supuesto, sentamos como países, la cultura no sólo no es un
también debemos encontrar puntos de anclaje, de obstáculo, sino que puede ser un aliado formida-
articulación, sobre los que se puedan construir ble para el diseño de políticas públicas que pro-
políticas de las que esta predefinición estaría des- muevan las condiciones favorables para el desa-
tinada a la vez a la opinión pública y a los respon- rrollo sustentable de la competitividad que hoy
sables de la gestión. se requiere.
A su vez, el sector cultural se caracteriza por
La ecuación economía-cultura para el las cada vez más estrechas interrelaciones entre la
vida cultural (instituciones culturales y sociocultu-
análisis político cultural rales públicas, teatros, museos, centros de arte,
enclaves artísticos urbanos o rurales, escuelas de
De manera que, nuevos enfoques de compa- arte, conservatorios, etc.) y la economía cultural
ración deberán buscarse en la formulación de las (mercado musical, artístico, literario y editorial;
políticas públicas, con la finalidad de mejorar la producción audiovisual multimedia -cine, vídeo,
capacidad comprensiva de los procesos, prácti- CD; fotografía, diseño, artes plásticas y espectá-
cas y sistemas vinculados a la cultura en cualquie- culos, arquitectura, oficios relacionados con el arte,
ra de sus dimensiones o aspectos. Pero también, protección y restauración de monumentos históri-
la cultura, aparece como un apreciable terreno de cos y turismo). Por ejemplo, la cultura contribuye
innovación y competitividad. Las industrias de ampliamente al desarrollo de contenido y de apli-
la nueva economía –que incluyen a las industrias caciones, lo que representa uno de los elementos
culturales y comunicacionales- son obligada refe-
rencia a la hora de medir el grado de avance de
cualquier país. 4 Enright, Michael; Francés, Antonio y Scott, Saavedra Edith.
Es decir, la cultura ya no se entiende sólo como 1994 Venezuela: El reto de la competitividad. Caracas, Ve-
nezuela. Fondo Editorial FINTEC/ Ediciones IESA. 1ra.
una ocupación pública generadora de gastos, tam- Edición. P.67.

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escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

clave de la competitividad en la sociedad de la En general, la nueva economía se refiere a suce-


información. En afinidad, la importancia creciente sos que van desde la irrupción de las TIC hasta la
de la cultura está estrechamente vinculada a la re- intangibilidad de los bienes producidos. Sin em-
ciente evolución del desarrollo económico. bargo, desde otras perspectivas, se circunscribe a
En los últimos años, diversos autores5 argumen- un fenómeno macroeconómico con incrementos
tan que los países occidentales más desarrollados continuos de la productividad en las sociedades
se encuentran en un proceso de gestación de una occidentales (especialmente en la economía Nor-
nueva economía, que se caracterizaría por la apli- teamericana), crecimientos del Producto Interno
cación generalizada de la información y el conoci- Bruto7 a tasas que superan las de los años sesenta
miento, tanto en los procesos productivos como y, una reducción considerable de los niveles de
en las transacciones comerciales, designando a un desempleo así como una importante reestructura-
conjunto difuso de elementos que tratan de reco- ción de los mercados de trabajo.
ger las características del nuevo entorno en el que Paralelamente, tiene lugar un fenómeno de cre-
se mueven los procesos económicos generadores ciente digitalización8 en aquellos productos y servi-
de valor añadido. cios que se prestan a ello. Sería el caso de las in-
El avance de esta reciente economía sería pro- dustrias de contenidos9 (content industries); cine-
ducto de la difusión masiva de las tecnologías de matográfica y audiovisual; fonográfica; empresas
la información y la comunicación (en adelante, TIC) productoras de software (programas de ordena-
en general, y el uso extensivo de la red Internet, en dor) y servicios financieros por la red, entre otros.
particular. En lugar de los esquemas tradicionales Por otra parte, los avances tecnológicos hicieron
de conexión de «uno a muchos», la red permite, irrumpir en el mercado nuevos medios de repro-
por primera vez, interconectar «todos con todos».6
produce al interior de los límites del país, incluyendo los
5 Castells, Manuel (1998); Tapscott Don, David Ticoll y agentes externos que producen al interior del país. Este Pro-
Lowy, Alex (2002); Shapiro, Carl y Hal R, Varian (2000), ducto Interno Bruto cubre no solo lo que es consumido e
entre otros. invertido en el interior, también se incluyen las exportacio-
6 Estas Redes o «b-web» están integradas por proveedores, nes. Las importaciones al ser producidas dentro de otros
distribuidores, proveedores de servicios, proveedores de límites, no hacen parte del producto interno bruto.
infraestructura y clientes que utilizan Internet para transac- 8 En efecto, gracias a este factor tecnológico, actualmente se
ciones y comunicaciones de negocios. Véase Tapscott Don, está produciendo un progresivo solapamiento de activida-
David Ticoll y Lowy, Alex. 2001 Capital Digital. El poder des entre sectores que tradicionalmente se dedicaban a la
de las redes de negocios. Madrid, España. Grupo Santillana generación, proceso y distribución de diferentes tipos de
de Ediciones. Colección taurusesdigital. 343p. Título origi- informaciones y, por consiguiente, a negocios completamente
nal: Digital Capital, Harnessing the Power of Business Webs. diferenciados. Hoy esta situación está cambiando rápida-
USA, 2001. Trad. María Cóndor. mente, sobre todo a raíz de la difusión de las aplicaciones
7 La importancia económica de cualquier sector, puede ser multimedia, por lo que la incursión de unas empresas en el
medida a través de agregados macroeconómicos usualmente terreno propio de otras se percibe como una tendencia im-
utilizados como indicadores globales de todo el sistema eco- parable que no ha hecho más que empezar. Este hecho está
nómico: el Producto Interno Bruto (PBI), el PIB per cápita, dando lugar a frecuentes operaciones de alianzas, compras o
población ocupada, gastos realizados por el sector público, fusiones entre empresas pertenecientes al macrosector de
demanda agregada interna, etc. Entre los indicadores dispo- las tecnologías de la información y la comunicación (TIC).
nibles se destaca el PIB, por ser el que mejor representa la 9 Se entiende por industrias de contenidos digitales, a todas
actividad económica desde un punto de vista colectivo y el aquellas actividades productivas relacionadas con la genera-
que se utiliza para medir el crecimiento de un país. Definido ción, proceso y distribución de contenidos en formato digi-
éste como «el valor monetario de todos los bienes y servi- tal. Tipos de empresas que integran el sector de las indus-
cios finales producidos por los factores de producción resi- trias de contenidos digitales: empresas editoriales (libros,
dentes en el territorio de una economía a lo largo de un publicaciones); medios de comunicación (prensa, radio, TV);
período de tiempo determinado« (García Gracia, María Isa- empresas que ofrecen servicios de internet (conexión, hos-
bel; Yolanda Fernández Fernández y José Luis Zofío Prieto. pedaje, desarrollo de webs, marketing, publicidad); empre-
2000: p. 35). Dentro de este indicador se incluyó, en nuestra sas de servicios de información profesionales (brokers de
investigación, todo el sector cultural. El valor agregado total información, productores de bases de datos); empresas del
de un país es el Producto Interno Bruto. Es el valor total sector informático (editores de software, desarrolladores de
generado durante un periodo de tiempo. En este se incluye aplicaciones multimedia); operadores de telecomunicacio-
lo producido por los residentes del país; todo lo que se nes (fijas, móviles, cable, satélite).

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La cultura suma. Las políticas culturales y economía de la cultura - Carlos E. Guzmán Cárdenas - pp 73-95

ducción, difusión y explotación de los productos Asimismo, por lo que respecta al volumen de
culturales y consiguientemente implican una expan- negocio que mueve a las industrias cuyos conteni-
sión extraordinaria de las industrias culturales: edi- dos son de naturaleza digital, pone de manifiesto
toriales, del entretenimiento, del espectáculo, de los su impacto sobre la economía para ser bautizada
medios de comunicación. Vale destacar, a manera con el adjetivo de digital12. La economía digital
de ejemplo, que el impacto de la tecnología ha sido constituye un acontecimiento emergente, que está
más profundo en la industria del disco que en la del teniendo un impacto creciente sobre las activida-
libro debido a la amplia difusión de aparatos para des productivas de los países, igualmente sobre la
realizar copias para uso privado a muy bajo costo manera como se interrelacionan los diferentes
–desde los aparatos grabadores y reproductores agentes públicos y privados en el mercado.13
de sonido hasta las computadoras personales– y a Pero además, el surgimiento de esta econo-
la utilización de Internet para acceder a música gra- mía, que puede que sea el rasgo más característi-
bada en formato digital. co del capitalismo informacional (Castells,
En estos casos, o bien el producto permite ser Manuel. 1998), y la creciente complejización de
digitalizado y distribuido a gran escala en este for- la producción con base en el dominio tecnológi-
mato, o bien, se trata de bienes tangibles, cuya co (Buckley, John V. 2000), es causa y conse-
venta y distribución va acompañada de un amplio cuencia a la vez de la búsqueda de un ámbito com-
abanico de servicios de valor agregado (informa- petitivo mucho más amplio en el curso de una eco-
ción, asesoramiento, soporte técnico, pago, etc.) nomía mundial cada vez más globalizada.
suministrados a través de la red. Además, el dile- Sea la sociedad de la información, el digitalis-
ma acerca de la expansión del mercado es más mo (Terceiro B., José y Gustavo Matías. 2001),
importante en la producción y distribución de ex- capital digital (Tapscott Don, David Ticoll y Alex
presiones intangibles fijadas en soportes tangibles10 Lowy. 2002), la infonomía (Cornella, Alfons.
como CD, libros o vídeos que en el caso de ser 2000), o cualquier otro término que se acuñe, el
acercadas al público a través de un servicio como, hecho cierto es que la generación, producción,
por ejemplo, una obra de teatro en vivo. transmisión, conservación y reciclaje de la infor-
«En este último caso, el problema de exclu-
sión es más fácil de manejar debido a que el 12 «Una primera generación de modelos de negocios fue el uso
consumo de estos bienes se da en presencia de de Internet como herramienta de mercadeo y canal de distri-
los creadores –o parte de ellos. Pero el problema bución. En la segunda generación, los modelos de negocio
es distinto cuando el consumo se produce fuera integraron el sitio en Internet con la cadena de valor de la
empresa. Luego ocurrió la transformación del negocio o la
del alcance de los autores o dueños de la obra – creación de uno nuevo, en el que se concibe por entero una
cuyos derechos pudieron haber sido adquiridos nueva cadena de valor de la empresa y se crean nuevos
por un tercero para su explotación económica. modelos de negocios. Es entonces cuando aparecen las em-
En este caso, los productores pierden el control presas puntocom: las empresas exclusivamente digitales y
en el mundo de los incontables consumidores los productos sólo para la web». Viana, Horacio. 2002 «El
camino es Internet: Lecciones de negocios en el mundo digi-
diseminados por todo el mundo».11 tal». En: Revista Debates IESA. Caracas, Venezuela. Edicio-
nes IESA. Volumen VII. N° 4, abril-junio. p. 43.
10 Los soportes materiales en que fijan y comercializan las 13 Así, por ejemplo, según datos del Ministerio de Ciencia y
obras incluyen los cassettes sonoros y visuales, los discos Tecnología (2001b: pp. 17), las TIC concentraron el 3,4%
compactos, las películas, etc. Los medios de fijación y re- del PIB de Venezuela en 1999 (US$ 4.568 millones), de los
producción comprenden los equipos de grabación y repro- cuales US$ 2.563 millones corresponden a telecomunicacio-
ducción de vídeo, cine y audio, etc. Los medios de utiliza- nes. En el año 2000 el mercado de hardware en Venezuela
ción de obras incluyen la transmisión de programas vía saté- totalizó alrededor de US$ 850 millones, 25% de crecimiento
lite, por cable, por fibra óptica, vídeo, etc. respecto a 1999. Se estimaba que para el año 2001 el creci-
11 Organización Mundial de la Propiedad Intelectual miento fuera de 30%. Para el año 2000 el mercado local de
(OMPI). 2002 Estudio sobre la importancia económica de software alcanzó los US$ 244 millones. Sus ventas han cre-
las industrias y actividades protegidas por el derecho de au- cido un promedio de 27%, cada año desde 1997 hasta el
tor y los derechos conexos en los países de MERCOSUR y 2000. Un gran porcentaje de las empresas exportan, en pro-
Chile. Coordinación del Prof. Antônio Márcio Buainain. OMPI medio, 19% de sus ventas totales. La industria proporciona
y Universidade Estadual de Campinas (UNICAMP). p. 15. empleo a más de 4.500 personas.

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escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

mación, el conocimiento, las experiencias y la cul- entre los conceptos de ventaja competitiva y ven-
tura van a determinar no sólo la configuración de taja comparativa. El concepto de ventaja compe-
los espacios sino las bases de su competitividad a titiva, es totalmente opuesto a la teoría de la ven-
medio y largo plazo (Rausell Köster, P. 1999). taja comparativa que sostenía que los determinan-
La experiencia histórica registra que en cada tes de la competitividad eran los recursos natura-
una de las distintas etapas de los procesos de de- les, los costos de mano de obra, los tipos de inte-
sarrollo económico de los países prevalecen dis- rés, los tipos de cambio y las economías de esca-
tintas estrategias14 para generar progreso econó- la. La competitividad considera como factores
mico. Así, tenemos que en las economías de productivos el conocimiento, la productividad
menor desarrollo, se depende en buena medida total, la innovación y la estrategia. Las venta-
del aumento de las cantidades de factores para jas competitivas son creadas por el hombre y, de-
generar nueva riqueza y, los aumentos en produc- rivan del conocimiento aplicado a todos los pro-
tividad que prevalecen, suelen consistir en mejo- cesos de la organización y la sociedad.
ras parciales en procesos productivos existentes,
que no implican incrementos sustanciales en la in- El impacto económico de la cultura
tensidad del capital. Por su parte, en las econo-
mías emergentes, cobran mucha importancia los Del mismo modo, es claro que las industrias de
aumentos acelerados en los niveles de inversión, la sociedad de la información, que incluye a las
que conducen a elevar rápidamente la productivi- industrias culturales –de contenidos-, los medios
dad del capital. Y, en las economías desarrolla- de comunicación, las telecomunicaciones (exten-
das, la productividad de los factores está cada sión telemática, redes) y tecnologías de informa-
vez más determinada por procesos de innovación ción, se han convertido en uno de los sectores más
sistemáticos y extendidos –tales como, innovacio- importantes y de más rápido crecimiento en la eco-
nes de producto, de proceso, de organización y nomía mundial. Es un hecho que la sociedad de la
de mercado-, que son capaces de provocar sal- información ha surgido y crecido con extraordina-
tos frecuentes y acumulativos en los niveles de pro- ria rapidez en las economías de mercado. El sec-
ductividad general. tor privado ha generado gran parte de las tecno-
El rasgo característico de esta fase es que las logías que han hecho posible la rápida implanta-
industrias, sectores y actividades que dinamizan la ción de la sociedad de la información y, en un pro-
economía de la nación no sólo asimilan y mejoran ceso de continua innovación, sigue aportando nue-
tecnología de otras naciones, sino que la crean, y vos desarrollos, nuevas aplicaciones y añadiendo
llegan a tomar la delantera en el avance del «esta- nuevos mercados. Las industrias de la sociedad
do del arte» en tecnologías de producto, de pro- de la información (productores de hardware y soft-
ceso, de mercadeo y de otras dimensiones de la ware, de equipos y servicios de comunicaciones,
competencia. De esta forma, la capacidad de instrumentos, contenidos, etc.) constituyen un ele-
innovación se convierte en la fuente principal mento crucial del crecimiento económico. Así, en
de ventaja competitiva. Aquí, distinguiremos Estados Unidos, se estimó que entre 1995 y 1998
estas industrias aportaron el 8% del PIB y contri-
14 «Los dilemas que deben enfrentar los estrategas en las orga- buyeron en promedio a más de un tercio del cre-
nizaciones se derivan de los cuatro elementos básicos de una cimiento económico ocurrido en el periodo (U.S.
estrategia de negocio: (1) posicionamiento competitivo, (2)
modelo de negocios, (3) organización y (4) competencias
Department of Commerce, The Emerging Digi-
modulares. Las iniciativas estratégicas que agregan valor al tal Economy, Junio 1999). En la U.E. se estima
cliente tienden a elevar los costos; las que buscan eficiencia que el sector de las industrias de la sociedad de la
tienden a sacrificar valor agregado en los productos y servi- información es el más dinámico de su economía, y
cios. Las TI permiten redefinir este dilema mediante la cons- justifica más del 5% de su PIB (Oportunidades
trucción de palancas duales de costos y valor en el modelo
de negocios». González, Gastón T. 2002 «Tecnología de
de empleo en la Sociedad de la Información,
información: ¿inversión productiva o recurso estratégico?». Comisión Europea, 1998). En España, en 1998 la
En: Revista Debates IESA. Caracas, Venezuela. Ediciones facturación total del denominado «hipersector» de
IESA. Volumen VII. N° 4, abril - junio. p. 9. las tecnologías de la información y de las comuni-

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caciones (que incluye los operadores de teleco- cias laborales, que hagan posible sacarles el me-
municaciones) creció un 18%, con respecto al año jor partido posible en términos de productos y
anterior (Info XXI La Sociedad de la informa- servicios nuevos. Las nuevas teorías del crecimien-
ción para todos. DOC.CISI/99/4FIN. Enero to insisten sobre el hecho de que el motor de un
2000). «crecimiento duradero» es el incremento de los
Además, están creando nuevos empleos15 y conocimientos y los cambios tecnológicos, y no la
oportunidades; recientes productos y servicios fi- acumulación pura y simple de capitales (Doryan,
nales, impulsando la adición económica y, mejo- Eduardo y otros. 1999).
rando la competitividad de los países en el comer- En lo particular, las industrias culturales y de la
cio exterior. Pero también es importante señalar comunicación -denominadas en los Estados Uni-
que, si bien es cierto que el concepto de competi- dos como industrias del entretenimiento y, en
tividad engloba los de productividad, eficacia y Europa, como industrias culturales y dirigidas so-
rentabilidad, también lo es que la competitividad bre todo al sector del ocio- están inmersas den-
de un país, una región o una empresa depende tro de esta sociedad de la información, principal-
hoy de forma determinante de su capacidad de mente porque el impacto que han tenido las TIC
invertir en investigación, conocimientos y tec- en relación con el sistema de producción cultural17
nología16, así como en la creación de competen- industrial-masivo, implica un aumento de la pro-
ductividad y, esto se traduce, en aspectos ligados
al trabajo cultural en términos de empleo así como
15 La Sociedad de la Información es la principal creadora de establecer las importantes consecuencias que tie-
empleo en la UE. Actualmente da ya trabajo a más de 4 ne para la elaboración de políticas culturales, tan-
millones de personas. Entre 1995 y 1997 se crearon 300.000 to en el ámbito público como en el privado.
nuevos puestos de trabajo relacionados con la SI (Oportuni-
dades de empleo en la Sociedad de la información. Explotar Las industrias culturales18 y comunicacionales
el potencial de la revolución de la información. Informe diri- (en adelante, IC), protagonizan una importante
gido al Consejo Europeo. COM.1998. 590 final-Es.). Así reorganización tecnológica, económica y nor-
pues, uno de cada cuatro nuevos puestos de trabajo netos es mativa en un contexto mundial, caracterizada por
resultado de la SI y la demanda en la misma supera con
mucho la oferta (se calcula que actualmente hay 500.000
puestos de trabajo no cubiertos solamente en el ámbito de 17 «Se entiende por producción cultural, (…) no sólo la pro-
los profesionales informáticos). El empleo generado por las ducción artística tradicional –literatura, pintura, música, tea-
actividades protegidas por el derecho de autor es relevante tro y equivalentes- sino el conjunto de bienes y servicios
en todos los países del MERCOSUR, variando entre el 5% relacionados tanto con lo que se ha llamado ‘alta cultura’
y 3%. En Argentina, en el año 1993, aproximadamente me- como con lo que resulta de las ‘industrias culturales’ o ‘cul-
dio millón de personas estaba empleado en alguna actividad tura masiva’ –radio, televisión, revistas, discos, conciertos,
directa o indirectamente vinculada al derecho de autor. En recitales, videos, cable, etc.-, de la ‘cultura popular’ o ‘cul-
Brasil ese número era superior a 1,3 millones en 1998. En tura folclórica’ –artesanías, eventos populares, por ejemplo
Chile, en ese mismo año, el sector absorbía 150 mil personas ferias, ‘fiestas folclóricas’, etc.- y de las diversas institucio-
y en Uruguay al menos 60 mil en 1997. nes ‘culturales’ –casas de cultura, museos, galerías, etc.-, sin
16 Los recursos financieros destinados a Ciencia y Tecnología tener en cuenta, por otra parte, todo lo relacionado con el
(como porcentaje del PIB) pasaron de 0,33% en 1999 a un ámbito de la educación». Achugar, Hugo. 2000 Desafíos
estimado de 0,78% en el 2001, para el caso de Venezuela. económico-culturales de América Latina (cultura «tradicio-
«(…) Adicionalmente, el Gobierno Nacional a través del nal» e industrias culturales). En: Kliksberg, Bernardo y
MCT, está desarrollando una Zona Especial de Inversión Tomassini Luciano (compiladores) Capital Social y Cultu-
y Desarrollo en Tecnología de Información, Telecomunica- ra: claves estratégicas para el desarrollo. Argentina. Banco
ciones y Electrónica, la cual ofrecerá condiciones especia- Interamericano de Desarrollo. Fondo de Cultura Económica
les de infraestructura, regímenes legales y vinculación con de Argentina S.A. Primera Edición, septiembre. p. 277.
centros de investigación e innovación, con el fin de crear un 18 La UNESCO define a las industrias culturales «...como
polo empresarial en sectores de alta innovación y maximi- aquéllas que combinan la creación, producción y comerciali-
zar el uso de tecnología en el tejido empresarial del país». zación de contenidos que son intangibles y culturales en su
Ministerio de Ciencia y Tecnología de Venezuela. naturaleza. Estos contenidos están protegidos por el dere-
2001b Inversiones en el sector Tecnología en Venezuela. cho de autor y pueden tomar la forma de bien o servicio. Son
Caracas, Venezuela. Ministerio de Ciencia y Tecnología. industrias trabajo y conocimiento-intensivas y nutren la crea-
Consejo Nacional de Promoción de Inversiones, CONA- tividad a la vez que incentivan la innovación en los procesos
PRI, diciembre. p. 22. de producción y de comercialización». (UNESCO, 2000).

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escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

una visible transformación de las estrategias de los de presupuestos teóricos y disciplinarios antro-
agentes culturales19 y económicos, de su organi- pológicos o sociológicos, como una parte me-
zación y de las relaciones de poder entre ellos. nor de investigaciones cuyos intereses no esta-
Los agentes culturales se diferencian no sólo por ban centrados en la elaboración de políticas
las diferentes funciones que cumplen en el proce- públicas de la cultura. Esto se debe a varias
so de producción, difusión, comercialización y razones, pero entre las fundamentales es posi-
consumo de los bienes y servicios culturales. Se ble enumerar: 1) la persistencia en la sociedad
distinguen también por la posición económica que latinoamericana de una concepción acerca de
ocupan en dicho proceso o, en otros términos, por la cultura que entiende que el ‘valor‘ cultural
las relaciones sociales bajo las que se inscriben en es simbólico y, por lo mismo, redituable sólo a
la economía cultural. nivel espiritual, así como la de una concepción
Sin embargo, a propósito de la producción ‘demonizada’ de la ‘cultura masiva’ y de las lla-
cultural en América Latina, Hugo Achugar20 afir- madas ‘industrias culturales’, 2) la ausencia de
ma que: interés por la ‘economía de la cultura’ tanto en
«La investigación y el análisis de la relación los encargados de elaborar y administrar polí-
entre cultura, valor y trabajo en América Lati- ticas culturales como entre los economistas la-
na han sido, si no nulos, bastante escasos y, en tinoamericanos, y la consecuente ausencia de
el mejor de los casos, han sido realizados, des- dicha problemática en los planes de estudio de
las universidades de la región; y en parte, en
función de lo anterior: 3) la ausencia de datos
19 En el proceso de producción, difusión, comercialización y desagregados relativos a los bienes y servicios
consumo de los bienes y servicios culturales, interviene una culturales en los informes y estadísticas sumi-
multiplicidad de agentes, que cumplen diversas funciones.
Esta diversificación de agentes es la expresión de una división nistrados por las reparticiones estatales…»
social del trabajo en la producción cultural. Los principales Pero también es cierto que las tendencias in-
agentes, según la función que desempeñan, son: el autor (crea- ternacionales de recomposición de los mercados
dor, escritor, guionista, «letrista», compositor, etc.); el intér- culturales respecto a los sistemas de producción,
prete (músico, cantante, actor, bailarín, etc.); el representante
distribución y comercialización, que vienen desa-
artístico; el productor (editor de libros, periódicos, fonogra-
mas, videogramas, películas, etc.); el gestor cultural, público o rrollándose en las últimas décadas, confirman que
privado; el industrial (fabricante de discos, duplicador de co- las industrias culturales y de la comunicación lati-
pias, procesador e impresor de textos, laboratorios de pelícu- noamericana se hallan rezagadas. En el período
las, estudios de sonido, multicopiador de videos, productor de los últimos quince años, se devela, en los paí-
de insumos básicos, etc.); el propietario de medios (propieta-
ses latinoamericanos, un desarrollo bastante dis-
rio de periódicos, concesionario de ondas radiales o televisi-
vas); el editor-productor (compañías independientes de radio torsionado entre producción y consumo cultu-
y televisión, por ejemplo); el distribuidor mayorista (distri- ral21; tanto en comparación con los movimientos
buidor cinematográfico, videográfico, televisivo, editorial, etc.);
el comerciante minorista (salas de cine, comercio de vídeo pre
pago, librerías, discotiendas, kioscos, etc.); las instituciones 21 La primera dificultad para abordar el tema del consumo
culturales (bibliotecas públicas, museos, sociedades litera- cultural ha sido la discusión sobre lo que en definitiva se
rias, asociaciones culturales, etc.); el consumidor (lector, ra- podrá entender como «consumo» y, por supuesto, por «con-
dioescucha, televidente, espectador, etc.); el anunciante (em- sumo cultural». En general, siempre ha estado asociado a
presas, instituciones, Estado); la agencia de publicidad; las gastos suntuarios, escenario del control económico y políti-
fundaciones; las instituciones educativas, públicas y priva- co o consumismo. Los economistas, de manera bastante
das, que forman a los propios agentes culturales (artistas, compleja, lo explican por relaciones entre precios y salarios,
periodistas, comunicadores, bibliotecólogos, gestores cultu- inflación e índices de precios al consumidor, leyes de expan-
rales, etc.); etc. sión y contracción de los mercados; por su parte, las cien-
20 Achugar, Hugo. 2000 «Desafíos económico-culturales de cias sociales han apostado por los factores cualitativos de-
América Latina (cultura «tradicional» e industrias cultura- terminados por las interacciones sociales. Lo cierto del caso,
les)». En: Kliksberg, Bernardo y Tomassini Luciano (com- es que acercándonos a una noción proveniente de distintas
piladores) Capital Social y Cultura: claves estratégicas para disciplinas podríamos definirlo como: «un acto donde las
el desarrollo. Argentina. Banco Interamericano de Desarro- clases y grupos compiten por la apropiación del producto
llo. Fondo de Cultura Económica de Argentina S.A. Primera social, que distingue simbólicamente, integra y comunica,
Edición, septiembre. Pp. 277-278. objetiva los deseos y ritualiza su satisfacción».

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La cultura suma. Las políticas culturales y economía de la cultura - Carlos E. Guzmán Cárdenas - pp 73-95

a escala mundial como por los desniveles internos Y, si no queremos renunciar a las zonas cla-
en nuestra región, y dentro de cada país. Progre- ves del Desarrollo Cultural, tanto tradicionales
sivamente se acentúa su lugar periférico en la co- como modernas, desistir de la producción elec-
mercialización de productos culturales. «El comer- trónica y audiovisual de los circuitos culturales -
cio mundial de bienes y servicios culturales ha en los que se registra la mayor transnacionaliza-
crecido exponencialmente a lo largo de las dos ción y desterritorialización de las culturas nacio-
últimas décadas. Entre 1980 y 1998 los inter- nales y locales-, en un tiempo de globalización e
cambios comerciales de libros, revistas, músi- interculturalidad, de coproducciones e hibrida-
ca, artes visuales, cine y fotografía, radio, te- ciones multinacionales (García Canclini, 1995),
levisión, juegos y artículos de deportes han es indudable que se hace imprescindible realizar
pasado de 95.340 a 387.927 millones de dóla- un esfuerzo conjunto por parte del Estado -como
res de los EEUU. Sin embargo, el grueso de lugar del interés público- y de las empresas pri-
estos intercambios se realiza entre un reducido vadas nacionales, que conduzca a fortalecer los
número de países. Así, por ejemplo en 1990 mecanismos en la producción, financiamiento y,
Japón, EEUU, Alemania y el Reino Unido con- difusión de los bienes y servicios culturales, como
centran el 55,4% del total de las exportaciones estrategia de una política pública innovadora,
de productos culturales, mientras que EEUU, dirigida a reducir la creciente dependencia con
Alemania, Reino Unido y Francia concentra- los conglomerados comunicacionales y multime-
ban el 47% de las importaciones. Estos altos dia transnacionales.
niveles de concentración de exportación e im- En tal sentido, con este ensayo pretendemos
portación de bienes culturales no parecen cam- contribuir al reconocimiento de la importancia que
biar radicalmente a lo largo de los años 90, el conocimiento del volumen económico de las in-
aunque sí se atenúan y surgen nuevos actores: dustrias y actividades relacionadas con la cultura,
en 1998, China pasa a ser el tercer exportador tiene respecto de las políticas públicas, y hacien-
mundial, y los nuevos ‘cinco grandes’ originan do énfasis en la situación de las industrias cultura-
el 53% de las exportaciones y el 57% de las les y comunicacionales. El primer nivel de análisis,
importaciones culturales».22 registra el reconocimiento social de la función eco-
De modo que la pregunta sería: ¿Cuáles son nómica de la cultura como un importante campo
las posibilidades de los países latinoamerica- de inversión, circulación de capital y generación
nos, de hacer parte efectiva de un mercado de de empleos; que pueda reconocer las perspecti-
bienes y servicios culturales en el contexto de vas de lo que significa el sector cultural de la
la denominada Sociedad de la información?23 economía24.

22 CERLALC. Centro Regional para el Fomento del Libro en representa ni siquiera un 2% (un PC por cada 13 mil estu-
América Latina y el Caribe. 2000 Cultura, Comercio y Glo- diantes). El sector privado tiene una situación más favorable
balización. Preguntas y respuestas. Colombia. Ediciones con una base instalada en 1999 de 3.210 PC, en los colegios
UNESCO / CERLALC. Pp.11-12. Título Original: Culture, que indican que un PC por cada 328 estudiantes inscritos.
Trade and Globalization. París, Francia. UNESCO 2000. Existe un desbalance enorme entre la educación superior y el
Traducción: Centro Regional para el Fomento del Libro en resto del sector educativo, en el sector de educación supe-
América Latina y el Caribe, CERLALC. rior el uso y enseñanza de las TIC está concentrado en las
23 Venezuela pasó de ocupar la posición número 44 en agosto principales universidades (a lo sumo 5 de los 133 institutos)
de 2000 a la número 37 en julio de 2001 del Índice Mundial y escuelas de postgrado» Lara, Lorenzo; Clemente Lino y
de la Sociedad de Información, con todo, «(…) La situación Serrano Claudia. 2000 Tecnologías de la Información y
de las escuelas públicas de educación pre-escolar, básica y Comunicación (TIC) en Venezuela: diagnóstico, problemas
media, en el proceso de incorporación de las TIC, es preca- y propuestas en relación al grado de preparación de Vene-
ria. De todas las instituciones educativas de nivel pre-esco- zuela para el mundo en red. Caracas, Venezuela. CAF. Ve-
lar, básico y primaria sólo el 28,46% tienen teléfono, y nezuela Competitiva. Proyecto Andino de Competitividad.
están concentrados en las instituciones privadas en un Documentos de trabajo, diciembre. Mimeografiado. p.i.
80,69%. En cuánto a la dotación de PC en las escuelas públi- 24 «Se pueden definir asimismo otras características relevantes
cas, se registra en 1998-1999 que la base instalada de PC es de este tipo de industrias, como las economías de escala, la
de 325 equipos, para las 18.125 escuelas activas, lo que no difícil cuantificación del valor agregado que se genera en la

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escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

«…los estudios y análisis que han intenta- tos culturales a un heterogéneo mercado de con-
do dar cuenta de dicho sistema cultural no han sumidores.26
considerado la variable económica y, de modo Hugo Achugar27 sostiene que: «La diversidad
particular, no han considerado las implicacio- de opiniones refleja el estadio de transición en
nes laborales y económicas de dicha produc- que se encuentra el debate latinoamericano
ción tanto en el ámbito nacional como en el respecto de la ecuación economía-cultura –en
continental; salvo, claro está, la atención que especial, la problemática del ‘valor y la cultu-
se le ha prestado al ‘consumo cultural’. Por otra ra’- y asimismo respecto de la relación entre
parte, del lado de los economistas apenas co- cultura e industrias culturales. (…) El tema es
mienza a ser tomado en cuenta como un obje- particularmente relevante pues supone no sólo
to legítimo de estudio e investigación».25 una diferencia entre valor económico y valor
La segunda dimensión de análisis, se refiere a cultural o simbólico, sino también una clara
las fuentes de competencias estratégicas y or- diferencia en el funcionamiento de ambos va-
ganizativas de las industrias culturales y comuni- lores; más aún, cabría en el caso de la cultura
cacionales. Y, como tercera dimensión de análisis, diferenciar entre bienes (mercaderías) y servi-
la capacidad de innovación aparece como una con- cios. Ahora bien, si es cierto que una de las di-
dición esencial para la expansión de una socie- ferencias más evidentes entre un ‘producto cul-
dad de la información y del conocimiento en tural’ y otro cualquiera radica en el hecho de
Latinoamérica. que ambos mantienen relaciones no homólo-
gas entre inversión, trabajo y rentabilidad, tam-
El análisis económico de la cultura: bién es cierto que esto no funciona de manera
universal para todo tipo de producto cultural.
la satisfacción de necesidades (…)No hay duda de que esta suerte de ‘especi-
individuales y el valor simbólico ficidad’ económica del producto cultural ha
planteado desafíos a la teoría económica ge-
Pero, aún así, es evidente que nos encontra- neral. En especial, uno de los factores más pro-
mos en presencia de un nuevo marco teórico que blemáticos tiene que ver con el comportamien-
exige otras visiones desde las Ciencias Sociales y to de ciertos ‘productos culturales’ en términos
Económicas. No podemos olvidar que la cultura de durabilidad. La caducidad o la permanen-
es, además de un concepto impreciso con múlti- cia del producto cultural no es determinable de
ples connotaciones, un bien económico singu- antemano como ocurre con otros tipos de pro-
lar, producto de un proceso en el que participan ductos ni tampoco depende de la inversión, de
creadores y distribuidores, organizados más o los materiales o del trabajo involucrados en su
menos formalmente para hacer llegar los produc- producción».
Por supuesto, la irrupción de la economía en el
campo de la cultura nos obliga a una revisión epis-
actividad creativa, la intensidad en la utilización de recursos
temológica. Sin embargo, no es la intención de este
humanos, los riesgos e incertidumbre que implican lanzar un ensayo, ahondar en la variedad de connotaciones
producto al mercado debido a la necesidad de invertir en académicas del término, sino más bien aproximar-
activos altamente específicos, por el lado de la oferta, y la nos a una definición operacional desde el campo
esencia errática e impredecible de la demanda y el ciclo de económico. Para ello, utilizaremos el marco con-
vida corto de los productos. En este contexto, los producto-
res cumplen un rol muy importante a la hora de asumir los
ceptual crítico de John B. Thompson (1990); una
riesgos que implica lanzar un producto al mercado. La de- concepción estructural de la cultura que enfa-
manda de este tipo de productos es, en su mayoría, altamen-
te dependiente del ingreso –libros, discos, conciertos, tele- 26 Dávalos Tamayo, Lorenzo. 1990 «Cultura y Filantropía
visión cerrada, etc.– como así también de los gustos, prefe- Empresarial. Posibilidades de participación no lucrativa del
rencias y modas de cada mercado, los cuales suelen ser cam- sector privado en la actividad cultural». Caracas, Venezuela.
biantes. En general, un autor no puede asumir este tipo de Seminario sobre Cultura e Imagen Corporativa. 23 y 24 de
riesgos por sí mismo». OMPI. Op. Cit. p. 16. Mayo. P. 6.
25 Achugar, Hugo. Op. Cit. p.279. 27 Achugar, Hugo. Op. Cit. p. 286.

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La cultura suma. Las políticas culturales y economía de la cultura - Carlos E. Guzmán Cárdenas - pp 73-95

tiza tanto el carácter simbólico del fenómeno cul- nes culturales. Consideramos que la cultura es
tural como el hecho de que dicho fenómeno esta un bien privado con un importante componen-
siempre imbuido en contextos sociales estructura- te colectivo porque i) no sólo el consumidor pri-
dos28. vado, sino además la sociedad en su conjunto,
«Según dicho autor, el ‘análisis cultural’ debe deriva beneficios de su consumo de los que no
ser visto como el estudio de las formas simbó- puede ser excluida, y ii) porque la cultura, además
licas, esto es, acciones con significado, objetos de ser un bien de consumo individual, es a menu-
y expresiones de distintos tipos, en relación con do un bien que puede ser consumido por muchos
los contextos históricos específicos y socialmen- sin sufrir mayor merma en calidad o cantidad (v.g.
te estructurados, dentro de los cuales y por un concierto). La no rivalidad en el consumo
medio de los cuales, estas formas simbólicas consiste en que el consumo de un bien por un indi-
son producidas, transmitidas y recibidas. Si bien viduo no priva a otro del consumo del mismo bien.
para Thompson el concepto incorpora su ma- La no exclusión consiste en la imposibilidad de,
yor valor añadido por su esencia estructurada, una vez que el bien es producido, impedir que al-
para el lenguaje económico, la importancia de gunos consumidores lo consuman.
esta definición reside en la incidencia en los Además de poseer un importante componen-
aspectos de producción, transmisión y recep- te público, los bienes culturales tienen otras ca-
ción, que en un paralelismo más útil a nuestros racterísticas que los distinguen del común de los
propósitos podríamos traducir como produc- bienes de mercado. Su distinción no reside, rigu-
ción, distribución y consumo».29 rosamente hablando, solamente en característi-
Las formas simbólicas son, por tanto, los pro- cas de la naturaleza de la cultura considerada
ductos y el análisis cultural el estudio de cómo es- como bien económico, se asienta también en ras-
tos bienes se producen, distribuyen y consumen. gos propios del proceso productivo en el sector
Pero, ¿cuál es la particularidad de los bienes y cultural.
servicios culturales? Asumiendo que el sector cul- El segundo rasgo, básico para los analistas cul-
tural y aquellas actividades económicas vincula- turales, es que estamos hablando de bienes y ser-
das a la producción cultural están conformado por vicios que intentan satisfacer un tipo de necesi-
una serie de bienes y servicios de distinto tipo, el dad específica: la cultural. Ésta es la única ca-
valor simbólico, es decir, la manifestación sim- racterística excluyente de los bienes y servicios
bólica de una «función cultural» asociado a culturales, con respecto a otro tipo de bienes y
éstos (valores, creencias, normas, símbolos expre- servicios, que tiene la particularidad de ser defini-
sivos) es determinante para el desarrollo de la eco- da por la interacción de la demanda y la oferta,
nomía de la cultura. Dentro del marco de la pro- contribuyendo a determinar la originalidad de los
ducción simbólica, un elemento importante lo cons- bienes culturales.30
tituye la producción cultural. Esto implica que nos «Lo anterior muestra que la producción de
interesan los productos culturales que sean valores simbólicos y económicos plantea una
símbolos expresivos con características comu- serie de desafíos para la concepción tradicio-
nes en sus procesos de producción. nal de la cultura, cuya resolución incide de
Otras características de su demanda y oferta manera fundamental para la elaboración de
contribuyen a determinar la singularidad de los bie- políticas públicas. Más aún, muestra que la
determinación del valor económico de la cul-
28 Citado en Rausell Köster, Pau. 1999 Política y sectores tura no significa desconocer su valor simbóli-
culturales en la comunidad valenciana. Cap. 2. Valencia, co y a la vez que es más que posible que el va-
España. Editorial Tirant lo Blanch. P.4. En (URL): http:// lor simbólico implique un valor económico no
www.uv.es/~cursegsm/MaterialCurso/CAP2Pau.pdf
29 Carrasco Arroyo, Salvador 1999. «Indicadores Culturales:
una reflexión». Universidad de Valencia. Economía de la 30 Gobierno de Chile. 2001 Impacto de la Cultura en la Econo-
Cultura y la Comunicación. III. Los Sectores culturales y los mía Chilena. Santiago de Chile, Chile. Gobierno de Chile,
sistemas de información: una aproximación. Pp. 2-3. En Ministerio de Educación, División de Cultura, enero. Mi-
(URL): http://www.uv.es/~cursegsm/IIIbloque/ meografiado. p.23.

85
escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

siempre visible.»31Pero, paralelamente, es nece- la oferta (tecnología, productividad, costos) como


sario considerar que, ni en un mercado perfecta- las de la demanda (precios, audiencia, elasticidad
mente eficiente, podrán ser óptimamente satisfe- o sensibilidad de la demanda al aumento de los
chas las necesidades culturales, entendidas como precios) en las artes escénicas. El argumento cen-
necesidades de producción, consumo y distribu- tral contenido en la famosa enfermedad «mal de
ción equitativa de bienes culturales en el sentido costos», es que las organizaciones de artes escé-
amplio. De manera que, el sector cultural se ca- nicas comparten con la mayoría de las organiza-
racteriza cada vez más por las interrelaciones es- ciones de servicios, una restricción en sus posibi-
trechas y variadas entre la vida cultural y la eco- lidades de incrementar la productividad, con im-
nomía de la cultura (todas las artes creativas y re- plicaciones negativas en el aumento de sus ingre-
presentativas, el patrimonio y las industrias cultu- sos.
rales, sean éstas públicas o privadas). Pero ade- Este estudio va a marcar dos características que
más, la incorporación del concepto de industrias influyen en los temas relevantes para la economía
culturales deja una puerta abierta a la co- de la cultura: en primer lugar, la vinculación de las
nexión con la economía del ocio. investigaciones a las disputas sobre el papel del
En consecuencia, ¿qué interés puede tener ana- sector público en la subvención de la cultura,
lizar las relaciones entre economía y cultura?. Des- dados los efectos externos positivos sobre el con-
de el punto de vista de los economistas la res- junto de la sociedad, denominados también «ven-
puesta es barroca: la cultura, como cualquiera de tajas para el no-usuario», porque reciben be-
los bienes y servicios que se transan en una socie- neficios las personas que no consumen un servicio
dad monetarizada, tiene costos, productores y cultural dado; y en segundo lugar, la concepción
consumidores y, debe medirse y cuantificarse a de la cultura dentro del enfoque económico
través de metodologías estadísticas y econométri- de las ciencias sociales, en particular como ob-
cas aplicadas a los procesos culturales. Con todo, jeto de análisis económico contenido en el para-
el estudio de la dinámica económica de la cultura digma de la «elección racional en un marco institu-
y el arte es relativamente reciente y su contenido cional».
conceptual ha variado a lo largo de estos últimos Así, desde mediados de los años sesenta se
treinta años. La publicación del trabajo sobre la fue consolidado la economía de la cultura,32
economía de las artes escénicas en vivo de William
Baumol y William Bowen (1966), titulado: Per-
forming Arts: the Economic Dilema. A study 32 «No cabe ninguna reserva en afirmar que el ‘invento’ de la
of problems common to theatre, opera, music economía de la cultura es un invento americano y exportado
a Europa a través de Gran Bretaña, algunos años después.
and dance, aunque existe un anticipo en la Ameri- Los trabajos de Baumol y Bowen tuvieron un gran impacto
can Economic Review (1965: vol.5, n° 2) con el en el desarrollo de la economía de la cultura a finales de los
título de On the Perfoming Arts: the anatomy años 60 y principios de los 70. El siguiente paso notable
of their economics problems, fue el punto de ini- fueron las aproximaciones de Blaug y Scitovsky, ambas en
cio de un creciente número de documentos y li- 1976. Blaug edita un libro, Economics of Art, que recoge las
aportaciones de los principales autores (americanos) que
bros sobre el tema. investigan sobre el tema. El resultado es un verdadero com-
El análisis de estos autores, economistas de la pendio que recopila las líneas más interesante y sitúa ‘el
Universidad de Princeton, nos indica que la bre- estado de la cuestión’. Por el contrario, Scitovsky con su
cha presupuestaria que afecta a las organizacio- Joyless Economy se interna en la discusión sobre la natura-
nes artísticas no es producto de una mala geren- leza de los valores culturales y realiza un brillante análisis de
las pautas del consumo cultural en los Estados Unidos. Dos
cia, sino que es inherente a las características de años después Dick Netzer publica The subsidized Muse:
producción y consumo de estas artes representa- Public Support for the Arts in the United States, que se va a
tivas, y sugieren que estos resultados pueden ser convertir en una referencia obligada en los trabajos posterio-
extendidos a otras expresiones culturales. Baumol res. Desde 1973, funciona con mayor o menor impulso la
ACE (Association for Cultural Economics) que fue consti-
y Bowen examinaron, tanto las características de
tuida por 12 economistas, y que ha vertebrado desde enton-
ces a los grupos de principales investigadores. A nivel insti-
31 Achugar, Hugo. Op. Cit. p. 288. tucional se puede decir que es el National Endowment for

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La cultura suma. Las políticas culturales y economía de la cultura - Carlos E. Guzmán Cárdenas - pp 73-95

como una subdisciplina dentro de la economía, que • la relación de las actividades culturales como
trata de aproximarse a los fenómenos de la crea- actividades económicas con otras áreas de la
ción, producción, distribución y, consumo de los economía nacional
bienes y servicios culturales (Frey, B. 2000). Las En 1993, el término de Economía de la Cultura
áreas de análisis más frecuentes en Economía de aparece por primera vez en la clasificación taxo-
la Cultura serán:33 nómica de la publicación American Economic
• el gasto tanto de los hogares como unidad final Literature, y en marzo de 1994 aparece un sur-
de consumo, del Estado en sus distintos nive- vey completo, a cargo del D. Throsby, donde rea-
les de ingerencia y del sector privado; liza un repaso completo del estado de la cuestión.34
• el empleo directo e indirecto que genera la ac- El desarrollo de dicho campo de estudio se ha
tividad cultural en las fases de producción o producido principalmente en Norte América, Eu-
creación, distribución, difusión o comercializa- ropa y Oceanía.
ción, consumo y preservación en el mercado Frente al relativo problema que supone con-
nacional e internacional de productos, bienes y cretar y acotar cuales son los límites del objeto de
servicios culturales; conocimiento, de acuerdo al Informe publicado por
• el aporte al producto interno bruto de las acti- la Organización Mundial de la Propiedad Intelec-
vidades culturales; tual35 sobre la importancia económica de las in-
dustrias y actividades protegidas por el derecho
the Arts el impulsor de la demanda de investigaciones refe- de autor y los derechos conexos, en términos de
ridas a la cultura. Esta demanda consolida a dos institucio- su incidencia sobre el Producto Interno Bruto
nes académicas como pioneras en la investigación: la Uni- (PIB) en los países miembros del MERCOSUR y
versidad de Akron, mediante su Centro de Estudios Urba- Chile, la economía de la cultura, comprende:
nos y la Universidad John Hopkins a través de su Centro de
Planificación e Investigación Metropolitano, dirigido por
«…actividades y procesos diversos, con ló-
David Cwi. Desde la Universidad de Akron y en 1977 se gicas sociales y económicas diferentes. Incluye
edita el Journal of Cultural Economics que se convierte en la el arte, en sus diversas manifestaciones (músi-
publicación de referencia para la disciplina. En 1979 se orga- ca, teatro, plástica, artesanía, etc.), incluyen-
niza la primera Conferencia Internacional en Economía de la do el espectáculo artístico en vivo, el patrimo-
Cultura que significa el salto definitivo de la disciplina a la
otra parte del Atlántico, de la mano de Alan Peacock, enton- nio cultural y su conservación (museos, etc.);
ces ligado al Scottish Arts Council. Aunque la mayoría de las «bellas artes» y otras artes –excluidas de
los participantes fueron americanos y británicos, por pri- los conceptos restrictivos de cultura. En parti-
mera vez suena en Europa la cuestión. En el caso británico cular, se destacan los productos de representa-
se trata de seguir los planteamientos americanos. Los fran- ción, como la puesta en escena de obras de tea-
ceses (X. Dupuis, Rouet, Moulin) se hallan estimulados
por varias razones: en primer lugar, la tradición de la Socio- tro o los recitales de música, o en forma más
logía se ha internado ya en los vericuetos de la producción amplia comprendiendo a los espectáculos o fies-
artística (Bourdieu) y se sienten impulsados a cuestionar tas de todo tipo en que se ejecuten obras de
(dada la crisis económica) el ambicioso y tradicional progra- algún autor. El producto de estas industrias es
ma cultural Francés; en segundo lugar, influye su declive
un servicio que es consumido en el mismo acto
como cultura de referencia frente al empuje anglosajón. El
Ministerio de cultura francés es el primer demandante de de su producción. Esta cualidad de dichos pro-
investigación aplicada a la cultura. En el caso del área de ductos artísticos les imprime un carácter único
influencia del alemán (Alemania, Suiza y Austria), Bruno e irrepetible. Incluye, aún, las denominadas in-
Frey destaca una importante tradición investigadora en el dustrias culturales (cine, libros, discos, etc.),
primer tercio del siglo XX, liderada por reputados hacendis-
actividades que producen en escala masiva y
tas. Sin embargo, la explosión de la producción se muestra
también a partir de los años setenta, con la peculiaridad de mediante métodos industriales, bienes materia-
que el teatro se convierte en el principal protagonista de la les que reproducen las creaciones culturales (li-
investigación. La densa red de teatros instalada en las nume- terarias, musicales, dramáticas, etc.); y las in-
rosas poblaciones de tamaño medio explica éste interés sin- dustrias cuyo producto es un soporte físico de
gular. Finalmente, los italianos se han centrado, por razones
obvias, en el análisis de la naturaleza y gestión de los bienes
patrimoniales». Rausell Köster, Pau. Op. Cit. 34 Rausell Köster, Pau. Op. Cit. p. 15.
33 Gobierno de Chile. Op. Cit. p.16. 35 OMPI. Op. Cit. p.13.

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escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

la obra, como es el caso de la industria edito- ta; determinó que la contribución de la Industria
rial o de la discográfica, cuyo producto es un de la Cultura y el Ocio a la economía española, en
objeto que es consumido por el público a lo largo términos de valor añadido, se ubicaba en torno al
de toda su vida útil, siendo posible que se reali- 3% del PIB.37
cen múltiples lecturas o audiciones. La existen- En América Latina, entre tanto, recién se co-
cia de dichos productos está unida al desarro- mienzan a esbozar las primeras aproximaciones a
llo de la tecnología de reproducción, desde esta área. Un estudio, realizado por Octavio Geti-
Gutenberg al DVD, e implica que cada produc- no (1995) en Argentina38, trató el tema de la inci-
to que incluye una obra es reproducido múlti- dencia de las políticas públicas en la balanza co-
ples veces.» mercial de bienes culturales y en las industrias de
los sectores cultura y comunicación, como parte
Los estudios de impacto económico de un proyecto que se orientaría a evaluar en una
segunda etapa las relaciones de intercambio de
aplicados a la cultura en América dichos sectores entre los países del MERCOSUR,
Latina para contribuir al proceso de integración regional.
Por otra parte, se procuraba coadyuvar a la supe-
Una de las corrientes más apasionante y polé- ración de la carencia de información relacionada
mica de la economía de la cultura ha sido la que se con las industrias de los sectores cultura y comu-
denomina genéricamente «economía de las indus- nicación en Argentina, tendiendo a establecer una
trias culturales»36 integrada por aquel conjunto de primera situación de las IC, con la convicción de
autores que han tratado de definir los sistemas que su adecuado esclarecimiento y análisis contri-
comunicativos e informativos como «sistemas eco- buiría al futuro de un área estratégica para el de-
nómicos de producción industrial de la cultura»; sarrollo nacional.
consecuentemente hablarán de una economía crí- Luis Stolovich, Graciela Lescano y José Mau-
tica de la información y la cultura. relle en 1997 exploran acerca de las peculiarida-
En el caso de Iberoamérica, los más recientes des que la cultura de Uruguay39; tienen en cuanto
estudios relacionados con el tema de economía al sector económico específico así como las ca-
de la cultura, retomando la lógica de los enfoques racterísticas que el mismo adquiere en dicho país;
sectoriales, han buscado concretar la relación exis- en una primera parte, desde una perspectiva teó-
tente entre el desarrollo de las industrias culturales rica, para luego realizar un ensayo de aplicación al
y comunicacionales con la economía de estos paí- estudio de las dimensiones económicas y ocupa-
ses. El estudio desarrollado por Ma. Isabel Gar- cionales del complejo cultural en Uruguay y su fun-
cía Gracia, Ma. Encinar del Pozo y Félix-Fernan- cionamiento económico. Reciéntemente, otro pro-
do Muñoz Pérez en el año 1995, después de con- yecto de investigación económica elaborado por
siderar los tipos de actividades culturales y de ocio
en España; los escenarios para determinar el valor
37 Véase de los autores, García Gracia, María Isabel; Fernán-
añadido que genera la industria de la cultura y el dez Fernández, Yolanda y Zofío Prieto, José Luis. 2001
ocio, y las variables económicas que reflejan prin- «The Economic Dimension of the Culture and Leisure Indus-
cipalmente valoraciones de la producción y el try in Spain: National, Sectoral and Regional Analysis». En:
empleo en cada uno de los escenarios presenta- Journal of Cultural Economics. Netherlands. Kluwer Acade-
mic Publishers. Association of Cultural Economics Interna-
dos, -volumen de ventas; valor añadido de cada tional. Volume 27. N° 1. February. Pp. 9-30; 2000. La indus-
una de las actividades, número de empresas de tria de la cultura y el ocio en España. Su aportación al PIB
cada subsector; número de asalariados- así como, (1993-1997). Madrid, España. Fundación Autor. 139p.
los enfoques para medir la importancia económi- 38 Véase, Getino, Octavio. 1995 Las industrias culturales en la
ca: enfoque de producción y enfoque de la ren- Argentina. Dimensión económica y políticas públicas. Bue-
nos Aires, Argentina. Ediciones COLIHUE S.R.L. 384 p.
39 Stolovich, Luis; Lescano, Graciela y Mourelle, José.
36 Millán Pereira, Juan Luis. 1993 La economía de la Infor- 1997 La Cultura da Trabajo. Entre la creación y el negocio:
mación. Análisis Teóricos. (Colección Estructura y Proce- economía y cultura en el Uruguay. Uruguay. Editorial Fin de
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La cultura suma. Las políticas culturales y economía de la cultura - Carlos E. Guzmán Cárdenas - pp 73-95

Graciela Lescano y Rita Alonso (2002) bajo la del Convenio Andrés Bello (CAB), con el propó-
asesoría de Luis Stolovich, se planteó servir de sito de evaluar el impacto de los productos y ser-
elemental base de información para el diseño de vicios culturales en las economías de Colombia,
políticas de los sectores público y privado, en fa- Bolivia, Ecuador, Perú y Venezuela.
vor de las PYMES40 del cine y el audiovisual en Al respecto, el Informe sobre el Impacto de la
Uruguay. Cultura en la Economía Chilena, realizado por el
Nestor García Canclini41 y Carlos Juan Mo- Ministerio de Educación, División de Cultura, para
neta como coordinadores del libro: Las Indus- el Convenio Andrés Bello, nos dilucida que,
trias Culturales en la Integración Latinoame- «A través de los estudios e investigaciones
ricana, buscaron con éste ofrecer una informa- realizados en las últimas décadas -principal-
ción actualizada y una problematización de luga- mente en Europa y Norte América-, observa-
res comunes en las políticas culturales y de inte- mos que la relación entre economía y cultura
gración, así como opciones políticas representa- ha sido establecida desde al menos dos pers-
tivas de las diversas posiciones que estuvieron pectivas: Economía Cultural y Economía de
presentes en el debate de un grupo de renom- la Cultura. La primera, intenta conocer las in-
brados especialistas convocados a mediados de fluencias que la cultura genera en la economía
1998 por iniciativa del SELA, en el Seminario: en una sociedad determinada, de modo de re-
«Integración Económica e Industrias Culturales visar el pensamiento económico a la luz de las
en América Latina y el Caribe», de manera de dinámicas y particularidades de las organiza-
ayudar a entender mejor las dimensiones econó- ciones y relaciones humanas asociadas a la pro-
micas, sociales y estéticas de la producción, la ducción y consumo de productos simbólicos.
circulación y el consumo de la cultura. Entre tanto, los análisis realizados desde la se-
Por otra parte, a finales del año 1999 e inicios gunda perspectiva, se han abocado a entregar
del 2000, se realizó el estudio sobre el aporte de información sobre la esfera cultural a partir del
las industrias culturales y del entretenimiento al saber económico. En particular, la Economía
desempeño económico en los países de la Comu- de la Cultura se interesa por la aplicación de la
nidad Andina42, como parte integral del Proyecto teoría y análisis económico sobre los proble-
Economía y Cultura, desarrollado bajo el auspicio mas del arte y las prácticas culturales.
La aplicación mecánica o arbitraria de las
teorías, perspectivas e instrumentos de una dis-
40 Lescano, Graciela y Alonso, Rita. 2002 «Introducción al ciplina por sobre la otra, hacen imposible una
Espacio Audiovisual Uruguayo». En: INFODAC. Directo-
res Argentinos Cinematográficos. Argentina. Suplemento
enriquecimiento y fortalecimiento del desafío
Especial. N° 21, mayo. 7p. para instalar en la investigación conjunta, un
41 Garcia Canclini, Néstor y Moneta, Carlos Juan (coordi- escenario favorable a la necesaria medición del
nadores). 1999. Las Industrias culturales en la integración sector de la cultura en nuestros países. En defi-
latinoamericana. México, Editorial Grijalbo y SELA, octu- nitiva, mientras en la Economía Cultural, son
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Cultura (OEI). En (URL): http://www.campus-oei.org/ mía de la Cultura es el lenguaje económico el
tres_espacios/icoloquio11.htm que se aplica a los productos culturales. Pare-
42 Véase, Convenio Andrés Bello (2001) Economía y cultu- ciera ser que una y otra perspectiva se deben
ra: la tercera cara de la moneda. Memorias. Colombia,
Bogotá. Convenio Andrés Bello, julio. 328p.; (2001a). El
nutrir recíprocamente; de la misma forma en
aporte a la economía de las industrias culturales en los que a partir del propio pensamiento económi-
países andinos y Chile: realidad y políticas. Informe Ejecu- co se deslindan herramientas y conceptos ope-
tivo del proyecto Economía & Cultura del Convenio Andrés racionales para el análisis, los cuales a su vez,
Bello. Colombia, Bogotá. Convenio Andrés Bello, julio. 36p.; comprueban o refutan el pensamiento que los
(2000) Economía y cultura, estudio sobre el impacto econó-
mico del sector cultural en la comunidad Andina, Informe de
generó, a su turno se reafirma o impele a la
Avance. Resumen ejecutivo. Nueva Orleáns. Marzo. 23p. corrección de las herramientas de investigación
Mimeografiado. económicas».43

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escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

En el caso de los países miembros del MER- autor, así como la legislación pertinente a los
COSUR, realizaron un estudio para la Organiza- países objeto del estudio.»44
ción Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), Por supuesto, en los aspectos iniciales del de-
en cooperación con el Ministerio de Industria, Co- bate sobre la economía de la cultura, «es claro
mercio y Turismo de Brasil, basado en las investi- que todavía es necesaria una mayor definición
gaciones realizadas por un equipo de economistas conceptual sobre categorías básicas como: pro-
bajo la coordinación del Profesor Antônio Márcio ducción cultural, uso y consumo culturales,
Buainain, cuyo objetivo principal fue, «…el mapea- comercio cultural, valor simbólico, oferta y
miento y medición económica de los principales demanda de bienes y servicios culturales, de-
sectores y actividades económicas relacionados preciación, etcétera. Además de teorización,
con el derecho de autor y los derechos conexos estudios de tendencias, análisis comparados y
en los países del MERCOSUR (Argentina, Bra- series históricas», nos anota Santiago Niño Mo-
sil, Paraguay y Uruguay) y Chile. Están igual- rales,45 y en particular sus relaciones con las in-
mente identificados los sectores, subsectores y dustrias culturales y comunicacionales, fundamen-
segmentos involucrados en las actividades rela- talmente aquellas cuyas actividades dependen de
cionadas a la protección del derecho de autor y los derechos intelectuales.46
los derechos conexos. Está estimada la partici- Pero también, habitualmente, las investigacio-
pación de esas actividades en el PIB de los paí- nes sobre determinados aspectos de estas indus-
ses, a partir de la estimativa del valor agregado trias y actividades han enfatizado su incidencia en
a la actividad económica de algunas industrias la vida cultural de la sociedad, y en menor medi-
seleccionadas, así como del número de perso- da, en la economía nacional, en un entorno carac-
nas involucradas (empleo generado), y del co- terizado por la mundialización económica, la aper-
mercio exterior de esas industrias seleccionadas. tura de mercados y la continua innovación. Esto
Están también contemplados aspectos relativos implica, un decidido esfuerzo y apoyo económi-
a la estructura de mercado en el cual se desen- co, por parte de todas las autoridades públicas,
vuelven las industrias consideradas claves en el para acelerar la utilización de las industrias de la
MERCOSUR y Chile. Del punto de vista institu- sociedad de la información en sus relaciones coti-
cional, fueron identificadas las principales insti- dianas con los ciudadanos-consumidores y las
tuciones que son responsables por la garantía y empresas, aumentando así la eficacia y calidad de
gestión de las normas relativas al derecho de sus servicios.
e

43 Gobierno de Chile. Op. Cit. p. 83. por el derecho de autor y/o los derechos conexos –como,
44 OMPI. Op. Cit. p. 3. por ejemplo, la creación de programas de computación, de
45 Niño Morales, Santiago. 2000 «El sector cultural y del es- obras audiovisuales o la edición de libros– y su distribución.
parcimiento en Colombia. Actividades de la industria cultural Además abarcan algunas actividades cuyos trabajos resul-
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versidad del Rosario. Marzo. Reporte N° 19. Pp. 1-41. p. 4. empresas–, como así también las industrias que producen y
46 «Todavía, el conjunto de actividades económicas que se distribuyen bienes utilizados, en su mayoría, en conjunto
relacionan con el derecho de autor y los derechos conexos, con material protegido por el derecho de autor y/o los dere-
son más abarcadoras que lo que se conoce por industrias chos conexos –aparatos de televisión y radio o computado-
culturales. (…) dichas industrias incluyen todas aquellas ras son ejemplos de los productos producidos por este sub-
actividades que crean principalmente trabajos protegidos sector». OMPI.Op. Cit. p. 13.

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escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

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ESTÉTICAS Y CONSUMOS CULTURALES

Imaginarios sociales
y estética ciudadana
ARMANDO SILVA

Abstract
Se plantea, entre otras cosas, discusión sobre la relación entre lo real, lo
imaginario y, ahora, lo virtual. Se sostiene que ni lo imaginario y es irreal ni lo
virtual es sólo potencial, sino, al contrario, diversas formas de vivir lo real. Es
decir, la realidad, desde el punto de vista de la estética ciudadana, no es sólo
matérica sino especialmente simbólica. La ciudad es cada vez menos matérica
debido al efecto de extrañamiento que produce tanto a los que la visitan desde
fuera como a quienes viven en ella.
Palabras clave: Imaginarios sociales, estética ciudadana, ciudad virtual.

escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003 - pp 97-102

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escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

El tiempo imaginado aparecen como una estrategia (más de naturaleza


temporal, precisamente, que espacial) para dar
«Le dije a un amigo que yo podía concebir cuenta de procesos urbanizadores que no son sólo
el universo sin espacio pero que no podía ha- manifestaciones de una ciudad, cuanto también del
cerlo sin tiempo, sin sucesión». Así comienza el mundo que se urbaniza. Mientras la urbe concentra
poeta Jorge Luis Borges1una discusión sobre un multitudes de ciudadanos dentro de límites geográ-
mundo humano puesto en una geografía donde se ficos más o menos precisos y territoriales, lo urba-
ha instalado la cultura. Lo fundamental será el tiem- no viene desde afuera para romper las fronteras fí-
po. No sería imaginable un mundo donde al pen- sicas de la ciudad y ,de cierta manera, desterrito-
sar en la tierra lo estuviésemos haciendo de modo rializarla. Lo urbano, así entendido, corresponde a
simultáneo en otras galaxias, en los astros, donde un efecto imaginario sobre todo eso que nos afecta
no hubiese tiempo. Sería un error porque nuestro y nos hace ser ciudadanos del mundo: la radio, la
concepto del espacio depende de nuestros senti- televisión, el Internet, los sistemas viales, la ciencias
dos. Si hay una naturaleza humana, como ya lo o el arte; en fin, las tecnologías. Los estudios sobre
señalo Spinoza y lo escribieron tantos psicoana- imaginarios se dedicarán a entender cómo cons-
listas, es el deseo. Y éste depende de los otros y truimos, desde nuestros deseos y sensibilidades, mo-
de cómo podamos imaginarlos. Imaginar se da en dos grupales de ver, de vivir, de habitar y deshabi-
el tiempo. ¿Acaso la imaginación no apunta por tar nuestras ciudades y el mundo.
naturaleza al futuro? Y entonces ¿ el mundo imagi- Entonces se puede revelar cuán poco afortuna-
nado no es tiempo sin realizar en un espacio inexis- do ha sido el modo tradicional de enseñar el arte
tente? Pero también ¿la ciudad imaginada no es el como si fuese una ilusión diferente de la realidad.
sustento de esa real de los espacios ciertos o cons- Esa ilusión también es realidad4; es más, la constru-
tatables?2. ye y la constituye. Si el mundo del arte es creado
El parentesco entre los imaginarios y las estruc- por los seres humanos y corresponde a un universo
turas profundas de la mente es apenas natural, lo dentro del cual vivimos, lo mismo puede decirse de
mismo que entre lenguaje (que mediatiza todo) y los imaginarios, según los modos predeterminados
sociedad, entre libertades individuales y expresio- por el uso o la evocación de una ciudad. El miedo
nes colectivas o entre medios modernos de comu- al asalto callejero, digamos, es verdadero; pero las
nicación y gustos personales. Puesto que todas esas conductas y mapas sociales para evitarlo están en
instancias tocan las fronteras entre psiquis indivi- la mente de quien sufre sus previos efectos, lo cual
dual y estados colectivos, podemos decir que son condiciona que se elija una ruta sobre otra o un
constructos imaginarios3, quizá uno de los términos horario diurno sobre el nocturno. Los imaginarios
más reveladores para señalar hoy en día el encuen- serían pues una manera subjetiva, grupal y proyec-
tro de los fantasmas colectivos con los sentidos y tual de llamar a las culturas, pues la reiteración del
los saberes sociales. Y si hoy estamos al frente de solo deseo individual como imaginario colectivo, no
un fenómeno novísimo como es la no correspon- pasaría acaso de ser una conducta delirante.
dencia entre ciudad y urbanismo, pues el urbanis-
mo excede los cascos citadinos, los imaginarios Los imaginarios y lo público
1 «Borges en la Escuela Freudiana de Buenos Aires». Buenos
Los imaginarios así entendidos, no son arte en
Aires: Agalma, 1993. p. 65. sí mismos; no obstante, ambos hechos participan
2 Aspectos más amplios de estas consideraciones sobre el de la naturaleza estética. Mientras el arte obedece
tiempo imaginado las desarrollé para la revista española
Centro de Arte No 5, editada por Esther Regueira en Sevilla,
de donde tomo parte de las consideraciones que desarrollo 4 Ernst Gombrich se arrepintió de titular su clásico libro Arte
en la primera parte de este escrito para la Universidad de e ilusión, como lo dice en entrevista concedida a Didier Eri-
Manizales bon. En: Conversaciones sobre el arte y la ciencia, editado
3 Retomo esta discusión de mi libro: Silva, Armando. Urban por Didier Eribon, Trad Rubén Sierra, Bogotá, Norma, 1993
imaginaries fron Latin America Kassel, Alemania: Docu- p. 73. Ver: Ernst Gombrich, Arte e ilusión ( 1959) Barcelo-
menta 11, 2003 na, Gustavo Gili, 1979.

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Imaginarios sociales y estética ciudadana - Armando Silva - pp 97-102

a una actividad creativa, a veces especializada su formación participan ciertos grupos privilegia-
(pero en todo caso necesaria en todos los seres dos. Aparecen supuestos cognitivos, como la de-
humanos como expresión), los imaginarios apun- liberación pública; otros éticos, en tanto los ges-
tan más bien a una categoría cognitiva para refe- tores actúan en términos de valores y no de inte-
rirnos a la experiencia humana de revelar percep- reses, revelándose lo público como la instancia
ciones en calidad de seres sociales, no sólo por para arrojar proyectos colectivos.
conveniencias, sino por deseos, anhelos o frustra- La idea de que lo público tiende hoy a la auto-
ciones. Ahora bien, si los imaginarios no son el protección significa que si bien antes estaba dado
arte (aunque deviene lo uno en lo otro), tampoco y reconocido por naturaleza el espacio público de
corresponden al espacio público; pero cada vez un parque, un bosque, las calles y aceras de una
entendemos más una inevitable imbricación entre ciudad o sus servicios más necesarios, hoy debe-
lo uno y lo otro, puestos en un horizonte estético. mos ganarlo, construirlo y sostenerlo. Los modos
La noción de lo público enmarcado en las «so- de operar varían y van desde la presión de la so-
ciedades urbanas de comunicación»5 van a re- ciedad civil o de distintos movimientos sociales,
unir no sólo las nuevas tecnologías generadas a de género o de profesionales, hasta lo que al res-
partir del computador, el televisor y el teléfono, pecto pueden hacer actividades de orden inmate-
sino originales maneras de operar las sociedades rial y más bien de naturaleza simbólica como el
reunidas en interacciones comunicativas bajo me- arte urbano de los últimos años, o bien la certeza
táforas como redes, flujos de variables y pautas de que los medios son acontecimientos públicos y
de conexión y dentro de criterios como interac- hasta la conciencia social de que hay una ciudad
ción a distancia y posibilidad de convivir en simul- imaginada colectivamente que debe afectar la los
taneidad de acontecimientos. Asiste el mundo a espacios ‘reales’ de las ciudades como lo recono-
una nueva geografía de sus culturas bajo presu- cimos en la Documenta 11 7. En esa medida, la
puestos comunicacionales que han puesto a pen- realidad prevé un soporte imaginario que será parte
sar de nuevo qué significa lo público hoy, como de su estrategia hacia el futuro.
algún hito garante desde donde todavía, a pesar No obstante hay una contradicción entre lo
del lento retiro del Estado de varias de sus misio- público como construcción social frente a la uto-
nes sociales, es posible pensar en un espacio co- pía ciudadana del nuevo de siglo de ampliar o sos-
lectivo no valorado por intereses personales eco- tenerse en la ‘vida propia’. Algunos estudiosos8
nómicos o de otra índole y donde la sociedad pue- han observado que la «vida propia» se asume como
de descansar y proyectarse como ente, resguar- el gran paradigma de la sociedad tecnocrática
dado éticamente y valorado estéticamente. posindustrial. La lucha cotidiana por la vida pro-
Crecen a la par hoy dos «situaciones urbanani- pia se ha convertido en una experiencia colectiva.
zantes» contrapuestas, sobre las cuales se ubican Ella emerge de una sociedad altamente diferen-
las tensiones de lo público en cuanto a construc- ciada que tiene por fin principal (y a veces exclu-
ción imaginaria contemporánea: lo público en el yente) el rendimiento. En nuevas ciudades al sur
sentido de autoproyección social, frente a lo pú- de California de los Estados Unidos, planificadas
blico dentro de las utopías de bienestar exaltadas por corporaciones privadas que mantienen el con-
por un individualismo desafiante de valores comu- trol de la tierra donde están construidas las casas
nitarios. Se dice que hemos llegado al punto en el y hasta ordenan las escalas de colores de sus fa-
cual lo público tiende a la autoconstrucción6 y en chadas, en el caso especifico de Irvine, se podrá
ver cuán perfecta es su organización y cuán lasti-
5 En: J. Martín-Barbero y Armando Silva (compiladores).
Proyectar la comunicación. Bogotá Tercer Mundo, 1997. Ver
los escritos de Gianni Vatimo, Dean MacCannell y otros. 7 Silva, Armando. Urban Imaginaries from Latin America,
6 Quizá el más sobresaliente exponente de esta tendencia es citado anteriormente.
Jürgen Habermas en Historia y crítica de la opinión públi- 8 En: Ulrick Beck,.Vida Propia: esbozo para un análisis bio-
ca. Barcelona, Gustavo Gili, 1981. En España, el libro de gráfico social, Bogotá, Traducción del Instituto Goethe,
José Luis Brea: Un ruido secreto: el arte en la era póstuma 1998. También en España, en los estudios de Victoria Camps,
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escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

mosas sus emociones vitales. Esta tendencia de no», pues salvadoreños, mexicanos, guatelmate-
sobre valoración de los imaginarios higiénicos de cos, argentinos, brasileños, venezolanos, cubanos
la urbe va a la par con una descentración de sus y colombianos, distribuidos por zonas geográficas
ciudades, como puede verse en el ‘desocupamien- donde en algún lugar son mayoría extranjera, se
to’ de las urbes tradicionales en Estados Unidos, unen en una sola palabra que los indica y cubre: su
donde una gran mayoría de población vive en su- latinidad. Tan cierta es esa transnacionalidad que
burbios, creándose un fenómeno de ciudades lar- cada uno vive las fiestas patrias de su nación de
gueros alrededor de las autopistas. origen y, además, celebra el 4 de julio la fiesta de
En los Estados Unidos esa descentración co- la tierra que lo recibió en la América del norte,
rre a la par con nuevos habitantes que llegan a los donde crecen sus hijos hablando inglés y otra es-
centros, pues mientras se van los anglos ( es decir pecie de «spanishingles» con el que se comuni-
europeos blancos), llegan minorías asiáticas, afri- can en sus casas maternas. Pero también, en fin,
canas y en especial latinas ( o sea los no blancos, viven sus cocinas, sus religiones, sus hábitos amo-
al menos culturalmente) en los últimos años, a ‘ocu- rosos desde su latinidad. El espacio de sus migra-
par’ los centros de varias ciudades. El Centro Ins- ciones se hace tiempo de sus nuevas culturas.
titucional Brokings de Política Urbana y Me-
tropolitana, asegura que entre 1990 y 2000, las La ciudad expelida pero imaginada
100 principales ciudades de los Estados Unidos
recibieron 3.8 millones de nuevos residentes lati- Habría pues una especie de extrañamiento que
nos, lo que representa un crecimiento del 42%, viene ocurriendo en las mentalidades urbanas en
mientras la población anglo sólo aumentó en un sus dos vías: desde adentro, en los ciudadanos que
5%9. Hoy en Estados Unidos se encuentran, si lo moran sus propias ciudades, y desde afuera, esos
tomamos desde una evocación imaginaria, las se- que emigran por distintas razones y viven otra como
gundas ciudades en extensión de países como la suya. Quizá se puedan mencionar, a manera de
México o Cuba, pues sus inmigrantes superan en presentación de un panorama general, tres temas
extensión a los nativos de sus naciones; de la mis- ejemplares por donde se hace más patente ese
ma manera que en España se encuentra la segun- extrañamiento, como lo indico en libro próximo a
da ciudad de Ecuador o que en Argentina la se- aparecer11: la ciudad como desplazamiento, la ciu-
gunda de Bolivia10 o en Nueva York la sexta más dad como marketing y la ciudad como hecho vir-
grande de Colombia. Esta nueva geografía impli- tual. Veamos.
ca llevar la patria en sus cuerpos y fantasías ciuda- El turismo como evocación temática se revela
danas, pues nada más ecuatoriano que un ecuato- como tema determinante de las ciudades de hoy
riano en Madrid o que un colombiano en Nueva en día. Es decir, el individuo que visita otra ciudad
York. Y al mismo tiempo, los nuevos fenómenos y aquel ciudadano local cada vez más exigidos a
mundiales que presenciamos en el siglo presente y visitar su propia ciudad como si fuera su visitante.
que emergen por conflictos internos, guerras, te- Y por extensión a la idea del visitante todos las
rrorismo o hambrunas, conllevan desplazamientos movilizaciones urbanas de nuestra época: despla-
o reubicaciones temporales de grandes poblacio- zamientos forzados, guerras, viajes de trabajo,
nes que reorganizan las geografías ciudadanas. Esto estadías temporales, etcétera..
es, hablamos de la pérdida de un espacio concre- Ese vivir en «otro» sitio, sea de modo casi per-
to llamado región o país para unas también con- manente u ocasional, y donde se toma asiento para
cretas formaciones culturales de tipo transnacio- habitarlo sintiendo la sensación de que se «está de
nal. Quizá en los mismos Estados Unidos crece un visita», debe destacarse como un nuevo signo de
nuevo país imaginado que puede llamarse «lati- la urbanidad actual, pues cada día más ciudada-
nos participan de esta situación de vivir en una ciu-
9 Informe de Ana Jaramillo del reporte de Doug Peterson,
en The New York Times, New York, mayo 13 de 2001.
10 N. García Canclini. Globalización Imaginada. Buenos 11 Silva, Armando. La ciudad extrañada. Caracas: Fundación
Aires, Piados, 2000. p. 52 Cultura Urbana, 2003.

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Imaginarios sociales y estética ciudadana - Armando Silva - pp 97-102

dad como si fuese de paso, así se constituya en su ja a un efecto de extrañamiento, de distanciamien-


hogar muchas veces definitivo, incluso donde se to, sobre la misma ciudad? La llamada por algu-
va a morir. La gran mayoría de emigrantes latinos nos investigadores como Manuel Castells y Javier
en Europa o en los Estados Unidos, por ejemplo, Echavarría «teleciudad», la ciudad de lejos que
esperan con ilusión un día regresar a sus ciudades, crece por los aires y no tanto por la tierra, la ciu-
así tengan una o dos generaciones que les siguen, dad de los satélites y de los computadores, de In-
quienes ya han nacido en esas «tierras extrañas». ternet, del chateo, de las redes de usuarios, no
Lo mismo pasa a los desplazados por la violencia significa que sean las primeras virtualidades, pues
o por aquellas guerras dentro países limítrofes. esta condición nace con en el mismo lenguaje. Pero
El segundo tema es la ciudad como marke- sí vivimos un momento en el que se amplía esa
ting, es decir, la ciudad puesta para la venta. Cada condición de vivir en las relaciones sociales a dis-
vez las ciudades se ofrecen más, es decir, las ciu- tancia, hasta hacerse una calidad estructural del
dades están para ser compradas y vendidas, re- nuevo milenio. Los mismos medios son el mejor
velándose una relación entre economía y cultura, ejemplo de participar en el presente de hechos le-
por supuesto, y las culturas mismas como merca- janos o de participar en el presente de hechos que
do que produce dinero, como industrias de las no han pasado, experimentándolos como si estu-
culturas, que por supuesto expresan mucho de lo viesen ocurriendo en simultánea.
que hoy son las culturas urbanas del mundo. Com- Lo virtual en estas circunstancias no puede ser
prar y vender constituye la base de la sociedad de el entendido filosófico de «aquello que está en
consumo y del simbolismo que le es propio, como acto para un día hacerse real». Lo virtual de las
el hecho de afectar ese sentido de consumo a bie- sociedades posindustriales y de comunicación di-
nes de mayor calidad espiritual como el arte, la gital corresponde cada vez más al modo de hacer
música o la literatura. certeza en nuestras s vidas de trabajo, de viajes o
Han de ser los medios, pero en especial la te- de afectos. Incluso el arte. El arte virtual compite
levisión, los que más enfocan esa capacidad mer- hoy con el arte matérico, no sólo por usar tecno-
cantil. Si hay una cualidad de la televisión en la logía electrónica, sino por los temas que le son
vida social es que sirve para vender. Las relacio- más inherentes, como el mismo tiempo y su expe-
nes entre individuo y ciudad pasan por la televi- riencia vital, lo que bien pueden registrar con gran
sión, en especial cuando se trata de las imágenes propiedad los montajes multimedia de artistas bien
del los productos de consumo físico o de la pro- conocidos como Billi Viola, pues se trata de au-
moción de las mismas industrias culturales. El de- sencia de espacios reales reconstruidos desde la
porte y los deportistas, la farándula y sus actores, ilusión de paso del tiempo.
la moda o el prestigio social y las distintas marcas Son entonces tres elementos o temas que pue-
de reconocimiento tienen en los medios su afirma- den circular muy cercanos el uno al otro. Si plan-
ción y sus cotizaciones. ¿Qué se excluye de ellos? teo la ciudad como turismo, digo la ciudad en cuan-
¿Dónde ubicar el saber y la ciencia, por ejemplo? to que es caminada, que es visitada; en cuanto que
¿Qué papel cumple la academia frente a ellos? Son es objeto de asombro para mí o por ser expropia-
preguntas que crecen, relacionadas íntimamente da en otras circunstancias. Si planteo la ciudad
con el sentido de lo publico dicho antes ¿Es la como marketing la pienso en cuanto consumo, en
ciencia publica? ¿Cómo se da lo público de los cuanto que soy ciudadano comprador y en la me-
medios? dida que soy consumidor también me puedo cons-
Y un tercer tema, dedicado a la ciudad virtual, tituir, desde el otro lado, en sujeto invisible, des-
para tratar de responder a la pregunta sobre qué plazado y echado hacia fuera, expropiado, por
construye realidad, cómo se interrelacionan la ciu- carecer de la posibilidad de darme un precio. Y si
dad física con lo virtual. Es decir, cuando habla- uno asume la ciudad como compra, va a encon-
mos de la ciudad virtual nos referimos a una ciu- trarse con un aparato, el televisor, consolidándose
dad que no existe o, precisamente, el mundo de en la relación profunda del marketing de la ciu-
hoy en día va avanzando hacia una mayor virtuali- dad. Hoy se hace inseparable el televisor de la
dad y, por tanto, entonces, ¿eso mismo no empu- ciudad. La ciudad es mostrada y construida e en

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escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

una pantalla para muchos efectos, como, por ejem- que dio lugar a urbanidad, civilidad, buena educa-
plo, los imaginarios de violencia asociados a una ción, comportamiento moral ciudadano, para que
determinada ciudad. ¿la violencia se fragua en la hoy sea más bien urbis, ciudad física y su evolu-
ciudad o en las noticias de una ciudad? ¿cómo ción en los ultimo años a «mentalidad urbana», pues
interactúan? no se requiere vivir en la urbis para ser urbano. O
Y esto último nos abre a la ciudad a distancia, sea que virtual y urbano se reencuentran para in-
esa virtual que cada día distintos sectores viven dicar ahora, digamos, mentalidades. Se puede de-
más como su verdadera realidad. Lo virtual, que cir que los ciudadanos, entonces, son compelidos
viene del latín virtus, valor y potencia para ser y cada vez con mayor fuerza a construir una ciudad
que suele oponerse como antónimo a lo real, se imaginada desde donde habitan no sólo sus ofi-
va revelando como poder para construir la reali- cios y desplazamientos, sino también sus emocio-
dad física y socialmente, interactuando claramen- nes. De ahí la fuerte conexión entre imaginarios y
te con las dos circunstancias anteriores. Evolución estética ciudadana.
etimológica similar a la de Urbano, del latín urbs,

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Editado por Didier Eribon, Trad Rubén Sierra, Bogotá,
Norma, 1993.

102
ESTÉTICAS Y CONSUMOS CULTURALES

Usos sociales de la televisión


en audiencias familiares1
TOMÁS VÁSQUEZ ARRIETA
GUILLERMO CÁRDENAS P.
ALEJANDRO MARTÍNEZ

Abstract
Este trabajo pretende trazar un horizonte conceptual y ubicar
algunos problemas claves alrededor de la relación entre las
audiencias familiares y la televisión. En esta perspectiva se destaca
el papel de la televisión en las reconfiguraciones del espacio y del
tiempo entorno a las actividades cotidianas de las audiencias
familiares. Aquí se despliegan una serie de problemas
comunicativo-culturales que giran alrededor del uso familiar de la
televisión y que contribuyen a afirman la cotidianidad de los
sujetos. Esta problemática se aborda desde una mirada que
privilegia los contextos culturales del hogar en los que se realiza
el consumo de la televisión puesto que es sólo desde allí desde
donde es posible indagar acerca de lo que hacen las familias con
lo que la televisión les ofrece.

1 Este texto ha sido elaborado en el marco del proyecto


de investigación La televisión en la familia y la familia
en la televisión, desarrollado conjuntamente por el De-
partamento de Investigaciones y las facultades de Co-
municación y Educación de la Universidad Los Liber-
tadores, cofinanciado por la Comisión Nacional de
Televisión y con el apoyo de COLCIENCIAS y AS-
CUN.

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Presentación cambio y tradición, novedad y hábito, estrate-


gia y norma. Tal tensión, siempre histórica, no
El presente texto corresponde, en parte, al ho- sólo ha alterado la textura de los roles intrafa-
rizonte conceptual de una investigación en curso miliares sino también la funcionalidad de las
en la que se indaga por los usos sociales que las relaciones entre la organización interna fami-
audiencias familiares hacen de la televisión desde liar y las necesidades estructurales del cambio
los contextos culturales de hogares ubicados en la social».2 Por todo ello, surge la importancia de
localidad de Barrios Unidos de la ciudad de Bo- estudiar las familias como audiencias para com-
gotá. Específicamente, el trabajo indaga por la ar- prender lo que hacen con lo que les ofrece la tele-
ticulación de la televisión con los ritmos de la vida visión como medio de información y de entreteni-
cotidiana de las familias expresados en sus activi- miento, como compañía cotidiana que alterna con
dades hogareñas y, en esta misma perspectiva, se las actividades del hogar, en fin, como un elemen-
investiga cómo las audiencias familiares re-orga- to que favorece la producción de ritos y como una
nizan sus tiempos y sus espacios cotidianos y las posibilidad de relación de los sujetos familiares
relaciones intersubjetivas que aquí se producen. entre sí y entre ellos y la dinámica del mundo exte-
Preguntarse hoy por las audiencias televisivas en rior.
las organizaciones familiares significa, de algún
modo, interrogar por lo que ocurre en el lugar Los medios y la configuración de las
«natural»de la televisión, es decir, en el hogar. Pero, audiencias
¿qué es lo que allí ocurre?
Si algo ha cambiado de modo profundo y ace-
lerado desde la segunda mitad del siglo XX, ha Ver, mirar, escuchar, reconocerse como parti-
sido la manera de vivir cotidiana de la gente. Las cipe de las cosas a partir de la información que
transformaciones ocurridas en este terreno, mu- recibimos de ellas, es parte de nuestro dilema
chas de ellas lentas e imperceptibles, tienen que moderno, mientras que hasta en las sociedades
ver con la presencia cada vez más hegemónica de medievales el conocimiento se regía por la per-
los medios de comunicación y de las tecnologías cepción real que se tenía de las cosas y el mundo
en general. Ellos han provocado una revolución era el mundo de las cosas vistas. La entrada de la
silenciosa, unas transformaciones sociales, entre imprenta y los mecanismos de información gene-
las que se pueden señalar unas nuevas percepcio- ran la revolución de las cosas oídas, nuestro co-
nes espacio-temporales que se expresan en los nocimiento hoy depende, o más bien pende, de un
modos de vivir y de relacionarse los sujetos fami- cúmulo de saberes de los cuales no tenemos una
liares. visión real sino a duras penas virtual y, en la mayo-
La sala, el comedor, la sala-comedor, la coci- ría de los casos, su realidad se asienta en la tradi-
na, la alcoba, el estudio, no son sólo eso. Ahora ción.
también son espacios conectados e interconecta- Inscribirse hoy en el mundo es conmocionarse
dos, desde los cuales se puede acceder «espon- con las noticias, pero la noticia no es el hecho,
táneamente» a la información y a la cultura en to- sino la dimensión de tal suceso atravesado por un
dos los ámbitos. Pero no es sólo en esto en lo que medio que permite su conocimiento y por tanto su
se expresan los cambios. También se manifiestan interpretación. Conocemos el mundo, en parte,
en lo referente a la articulación de los fenómenos gracias a la función vicaria de los medios. Cami-
tecno-comunicativos con las actividades hogare- namos por las calles y observamos titulares de
ñas y este hecho es lo que más llama la atención prensa, y a partir de ellos nos formamos una idea
en cuanto a que incide fuertemente en la transfor- de la realidad, muchas veces deformada por nues-
mación cultural de los hogares contemporáneos. tra interpretación.
Las familias constituyen grupos socialmente
heterogéneos en cuanto a edades, géneros, gus- 2 Cicerchia, Ricardo. «Alianzas, redes y estrategias. El en-
tos, expectativas y tensiones que hacen de ellas canto y la crisis de las familias». En: revista Nómadas No.
organizaciones «que contienen intrínsicamente 11. Universidad Central, Bogotá, p. 47

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Usos sociales de la televisión...- Tomás Vásquez A., Guillermo Cárdenas P. y Alejandro Martínez - pp 103-110

Aún reconociendo la reciente acogida de los mación (léase Gossain, Arizmendi, Amat, Sánchez
periódicos regionales en nuestro país, el papel de Cristo, etc.).
la prensa escrita en Colombia ha sido elitista e «in- En el año de 1954 la vida cotidiana inicia una
telectual». El Tiempo, que es el único diario de revolución sin precedentes: la televisión se inserta
circulación nacional en el país, no pasa de un tiraje en el alma y el cuerpo de los colombianos, la en-
de 250.000 ejemplares en una población de más trega de las armas por parte de Guadalupe Salce-
de 40 millones de habitantes. La lectura de salón, do es seguida por miles de personas en aparatos
de oficina, de casa para el descanso y el ocio, para estratégicamente situados en las parroquias de los
una gran cantidad de habitantes, queda atrapada pueblos y en los barrios de las ciudades. La forma
en los titulares que son parte del dominio público de construcción de los imaginarios cambia y lo que
y de miradas subrepticias, que roban la noticia en se ve comienza a ser sinónimo de verdadero, «lo
la velocidad de la observación y que generan ima- vi en la televisión», es una sentencia frente a la cual
ginarios sobre nuestra compleja realidad social. no existe argumento contradictor porque nuestra
Fenómeno bien diferente lo encontramos en la cultura es una cultura de lo visual y ello se convier-
aparición de la radio, imagen reconstituyente del te en paradigma del discurso de la verdad. Una
pasado que se repite sin fin en el presente. El con- sentencia popular como la de «lo vi con estos ojos
tacto instantáneo de un campesino con el mundo a que se han de tragar la tierra», confirma el éxito
través de su radio transistor «terciado», compa- de la cultura televisiva.
ñero de faenas y punto de contacto entre sus sue- Pero esta realidad visual está mediada por una
ños y el mundo, un mundo construido, en buena serie de filtros que hacen que tanto productor como
parte, de improntas radiales que se repite en el consumidor sean bombardeados por toda una
ejecutivo citadino, apoltronado dentro de su auto polisemia de discursos que afectan el tratamiento
afirmando su propia manera de construir la reali- de la «realidad»; la pretendida objetividad de los
dad. Mediaciones, campos de interpretación, medios, y en especial de la televisión, se ve cues-
constructoras de realidades, esas son las audien- tionada por la misma difracción temática que ac-
cias que se repiten en el imperio de los medios: la túa frente a cualquier dinámica de información, el
radio, revolución invisible, crea y recrea imagi- medio informa, forma o deforma, es una discusión
narios. Orson Wells creo la realidad y transformó al alcance de la mano, pero en el mismo nivel el
en pánico una apacible ciudad, de la misma forma usuario se recrea, crea o procrea interpretaciones
(acudimos a los recuerdos), en nuestra generación a partir de su observación, ya que no existe una
sufrimos en torno al aparato radial con las peleas sola mirada, existen múltiples miradas, el espejo
de Bernardo Caraballo (hoy, tal vez no lo recono- trizado es la plataforma de la modernidad que nos
cemos por el paso efímero de la historia) o con las acerca a la televisión con una serie interminable de
primeras vueltas a Colombia en bicicleta, o con saberes y los ponemos en práctica en nuestra mi-
las radionovelas que hicieron llorar a toda una ge- rada sobre la pantalla.
neración sin importar condición social, política, Este fraccionamiento de la realidad interpreta
religiosa o de raza. la multiplicidad de sentidos y reconforma un mapa
La radio era el medio y como tal se comportó. sobre la misma, que no necesariamente es falso,
Es más, se comporta aún como arbitro de las opi- es simplemente un espacio ideológico de nuestros
niones, contamos con una radio que opera con sueños y angustias, nos reflejamos en las teleno-
tecnología de punta y su nivel de aceptación es velas, hijas históricas de las radionovelas y por eso
casi total al igual que su nivel de disuasión de la encontramos identificaciones culturales en ellas. El
realidad. La radio crea audiencias, crea no sólo éxito de series como Café o Betty la Fea, nos
receptores sino emisores críticos de cafetería o de hacen pensar la forma en que nos recreamos con
club, pero que nos dan a pensar que a las 10:00 la televisión, ante ella se dislocan las relaciones
a.m., millones de colombianos hablan con propie- personales, y las familias se reconfiguran de for-
dad pasmosa sobre la realidad nacional e interna- mas diferentes.
cional y discuten posiciones políticas que previa- Es en este nuevo contexto mediático en el que
mente les han sido oídas a los gurus de la infor- se configuran las audiencias televisivas y los estu-

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dios de comunicación empiezan a experimentar Los espacios y los tiempos de las


ciertos giros paradigmáticos poniendo ahora la
atención, antes que en el medio, en los contextos audiencias familiares
en los que éste es usado y en los modos de su
apropiación, es decir, en la recepción. Ahora la Desde la década de 1960, los hogares colom-
preocupación central son las audiencias, pues de bianos empiezan a amoblarse con la televisión. El
lo que se trata es de indagar qué hace la gente con mundo moderno hace su entrada hasta el enton-
lo que la televisión les ofrece. Guillermo Orozco ces lugar íntimo del hogar y desde allí las familias
llama audiencia al «conjunto segmentado a par- empiezan a reacomodar sus espacios y sus tiem-
tir de sus interacciones mediáticas de sujetos pos y a convivir con el bullicio de la televisión.
sociales, activos e interactivos, que no dejan Con ella llenaron las mayorías de nuestro país gran-
de ser lo que son mientras entablan alguna re- des vacíos sociales, culturales y educativos encon-
lación siempre situada con el referente mediá- trando información y diversión sin salir de las ca-
tico, sea ésta directa, indirecta o diferida».3 Este sas. El mundo moderno, con su velocidad y abun-
mismo autor ha acuñado el concepto de televi- dancia de acontecimientos y ofertas de todo tipo,
dencias, refiriéndose con ello a una forma especí- hizo su entrada de forma abrupta a los hogares,
fica de audiencia que muestra las prácticas de los desorganizando y reorganizando la arquitectura y
sujetos frente a la pantalla en las que no son iner- los espacios de las viviendas hasta ahora larga-
tes frente a las imágenes sino que, por el contra- mente quietos en el tiempo.
rio, son muchos los aprendizajes que derivan de En busca de propuestas orientadoras para
sus relaciones con este medio. Los estudios de abordar este campo de problemas encontramos
audiencias, que en esta perspectiva no tienen nada los trabajos de David Morley y Roger Silversto-
que ver con el marketing, así lo han demostrado. ne. El primero ha señalado que uno de los logros
Hoy las audiencias televisivas cada día com- más importantes alcanzado por trabajos recientes
parten su tiempo con otros medios. El mundo con- sobre las audiencias ha sido el creciente reconoci-
temporáneo, cada vez más interconectado, ha miento de la importancia del contexto en el que se
ampliado y complicado la noción de audiencia. Si consume el producto. En el caso de la televisión
antes las audiencias se concebían más bien estáti- este reconocimiento se centra en el ámbito de lo
cas, receptoras de mensajes y con pocas posibili- doméstico. Es en este espacio en el que podemos
dades e interactuar con los medios, hoy la dinámi- encontrar lo que ocurre alrededor de las relacio-
ca de los nuevos medios interactivos ha alcanzado nes entre las familias y las ofertas televisivas.
y penetrado a la televisión, la que, con su amplitud En esta perspectiva comunicativa-cultural se
de ofertas, nuevos formatos y estilos, que no siem- asumen las audiencias, como se ha dicho, no re-
pre vienen del mercado, está construyendo unas ducidas a una suma de televidentes, como de or-
audiencias mucho más activas y con muchas más dinario ocurre en los estudios de telemercadeo y
exigencias al mundo televisivo. Estas son las au- en los sondeos de opinión, sino como los sujetos
diencias de un mundo de culturas globalizadas, in- sociales comprometidos con la práctica de ver te-
terconectadas, en las que se entrecruzan, a veces levisión, en sus modos particulares de redistribu-
de modo paradójico, las expresiones, algunas so- ción espacio-temporal de la vida domestica, pues,
bredimensionadas, de la vida moderna que pre- como afirma Morley, la práctica corriente de ver
senta la televisión con los escenarios sociales des- televisión no es un pasatiempo desestructurado de
de los cuales las audiencias se apropian a su ma- las demás prácticas.4 Así, la práctica de ver televi-
nera y construyen los sentidos de sus mundos. sión en familia no es más casual ni espontánea,
por ejemplo, que la práctica de cenar en familia.
Esto nos encamina a mirar los ritmos de los acto-
res familiares en relación con los ritmos de la tele-

3 Orozco, Guillermo. Televisión, audiencias y educación. Nor- 4 Ver Morley, David. Televisión, audiencias y estudios cultu-
ma: Bogotá, 2001. p. 23. rales. Amorrortu, Buenos Aires, 1996

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visión y nos pone ante la presencia de unos muy cios de vida cotidiana, particularmente en el ho-
distintos modos de apropiación televisiva. gar, para estudiar las condiciones en las que la te-
La vida cotidiana se desarrolla y se sostiene gra- levisión es usada y cómo, a partir de este uso, ella
cias a las secuencias de las rutinas, las ritualidades y promueve una cultura particular, la cultura del ho-
demás acciones tradicionales que damos por sen- gar, de trascendental importancia para el hombre
tadas, es decir, que no discutimos y que con todas moderno ya que es allí en donde, fundamental-
sus contradicciones soportan los fundamentos de mente, se constituyen los sujetos. «La televisión
nuestra seguridad. Es aquí donde es posible com- se ha insertado en las complejas culturas de
prender, con más agudeza, el papel de la televisión, nuestra propia domesticidad. Ya no podemos
antes que como perturbadora de la realidad fami- concebir la televisión si no es como un compo-
liar y social, más bien como soporte de ella. nente necesario de esa domesticidad, y tampo-
Los cambios en la vida cotidiana de los hoga- co podemos concebir nuestra domesticidad sin
res, introducidos lentamente por la televisión, se ver, tanto en el aparato mismo como en la pan-
observan en los nuevos sentidos de los que se car- talla, un reflejo y una expresión de esa vida
gan los espacios y las actividades que allí se reali- doméstica».6 Los aportes de Silverstone al cam-
zan cotidianamente. El preparar la comida y el po de los estudios de televisión nos proporcionan
comer, el realizar las tareas escolares y otras con elementos tendientes a la comprensión de aspec-
fines laborales y de diversa naturaleza, al igual que tos centrales de la relación familia-televisión y lo
el descansar, están atravesadas hoy por la televi- relacionado con la inserción de la televisión en los
sión. Los horarios cotidianos de estas actividades ritmos cotidianos de la vida doméstica de las fa-
en el seno del hogar, antes establecidos de modo milias. Su concepto de hogar como un espacio
rígido por la autoridad parental, ahora se han tor- construido a través de relaciones sociales, tanto
nado flexibles, puesto que casi siempre está ahí internas como externas, y permanentemente cam-
presente el pretexto del programa favorito que hace biantes, es de gran utilidad en los estudios sobre
que las actividades se puedan adelantar o correr y televisión y familia.
de esta manera reorganizar el tiempo alrededor
de la televisión. Dependiendo del tipo de familia, Usos familiares de la televisión.
este hecho puede provocar en algunas un adelga-
zamiento de la autoridad familiar en cuanto al es- Una perspectiva desde las
tablecimiento de los horarios que rigen las activi- mediaciones culturales
dades hogareñas, pero también puede exacerbar
el poder y el autoritarismo de otras. En fin, la tele- Históricamente es la familia el grupo social en
visión es un fenómeno cultural que se ha insertado el que, principalmente, se adquieren y estructuran
en las pautas de vida cotidiana sacando a flote los los habitus,7 es decir, los esquemas de percep-
conflictos y tensiones entre los sujetos, pero tam- ción del mundo que permiten a los sujetos socia-
bién otorgando identidad y seguridad a quienes les participar en el marco de las relaciones inter-
habitan el íntimo espacio del hogar. subjetivas. Al igual que las familias, también la es-
Silverstone, por su parte, ha observado que cuela participa activamente en la construcción de
«mirar televisión, como las demás actividades hábitus y de igual modo participan hoy los mo-
familiares, es algo que no escapa al poder de la dernos medios de comunicación, particularmente
organización familiar del tiempo (…) Los rit- la televisión. De esta manera, hoy más que nunca,
mos repetidos con que se ve televisión, su lu- se tornan más complejos los procesos de sociali-
gar en el conjunto de la actividades familiares, zación, ya que son muchos, y a veces contradic-
refleja una elección, una organización, un pro- torios, los agentes, los tiempos y los espacios que
ceso de negociación del cual se sabe muy entran en juego en tales procesos. Pero más allá
poco»5. Este mismo autor se adentra en los espa-
6 Ibid. p. 51.
5 Silverstone, Roger. Televisión y vida cotidiana. Amorror- 7 El concepto es de Pierre Bourdieu. Ver El sentido práctico.
tu, Buenos Aires, 1995. p, 74. Madrid: Taurus, 1991.

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de la multiplicidad de agencias de socialización lo Ahora bien, es importante destacar la idea de


que estos procesos de producción de sujetos guar- domesticidad en tanto cultura cambiante que se
dan en común es que todos ellos se llevan a cabo mueve entre la tensión de lo público y lo privado,
en las rutinas de la vida cotidiana. que por lo tanto remite más allá del espacio físico
La vida contemporánea, particularmente la ex- del hogar y de las relaciones familiares y penetra
periencia urbana de nuestro país, en donde buena el mundo de las transformaciones sociales y políti-
parte de la población que vive en los estrechos cas que son dinamizadas, precisamente, por la te-
espacios de apartamentos encuentra en la televi- levisión. Aquí es importante el reconocimiento que
sión su casi único espacio de entretenimiento, nos hace Silverstone de la familia, del hogar y de la
ha mostrado cómo este medio entró en los hoga- casa, ya que es en estos espacios en los que se
res invadiendo el espacio privado y cotidiano de produce y reproduce la cultura televisiva. De esta
las familias, des-organizando y re-organizando las manera, pensar y estudiar la relación televisión y
relaciones hogareñas, los saberes y la cultura, con- familia implica empezar por estudiar esos lugares
virtiéndose, en pocas décadas, en un «imprescin- que hasta hace poco nada tenían que ver con los
dible y activo miembro» de las familias. En esta estudios de los medios de comunicación.
compulsiva acogida de la televisión por parte de Una revisión de la más reciente investigación
las familias colombianas, incide la coyuntura his- en medios deja ver una preocupación por la fami-
tórica de violencia e inseguridad que vive el país, lia. Esta emerge como tema propicio para el estu-
ya no sólo en las grandes ciudades sino también dio de la televisión, ya sea que se centre en los
en los pueblos y zonas rurales. Con razón y con niños, en los jóvenes, en los géneros, en las rela-
mucha agudeza en su análisis ha observado Jesús ciones de poder o en los procesos de socializa-
Martín-Barbero que «si la televisión atrae es por ción que se tejen en el hogar. De todos modos se
que la calle expulsa» queriendo con ello quitarle pretende ir mucho más allá de la simple observa-
peso esencialista e introducirle sentido histórico ción del consumo televisivo sin más, puesto que lo
y social al medio. Y es este sentido social el que que se busca es el análisis de las condiciones cul-
lleva al mismo autor a afirmar que «si la televi- turales y de las dinámicas de este consumo para
sión en América Latina tiene aún a la familia observar cómo la televisión se inserta en las es-
como una unidad básica de audiencia es por tructuras de las familias. Cuando el consumo de
que ella representa para las mayorías la situa- medios se realiza en la familia, advierte Silversto-
ción primordial de reconocimiento».8 ne, ello ocurre en una situación social compleja
Asumimos la televisión como un fenómeno cul- donde se expresan (a través de los variados sub-
tural, como un espacio de interpelación de las te- sistemas de relaciones conyugales, parentales o
leaudiencias, antes que como un simple canal que fraternales y a través de las relaciones que los
cumple la función de transmitir mensajes o comuni- miembros de la familia mantienen entre sí y con el
car ideas. Sólo de este modo, tal como lo propo- mundo exterior) diferentes pautas de cohesión y
nen varios autores, entre ellos Joshua Meyrowitz, disgregación, de autoridad y sumisión, de libertad
puede explicarse el sentido de la orgánica articula- y constreñimiento, resaltando que las pautas de
ción de la televisión al espacio del hogar. Este in- consumo televisivo se generan y se mantienen den-
vestigador sostiene que la televisión antes que trans- tro de estas relaciones sociales, espaciales y tem-
mitir ideas conforma ambientes mediante sus mul- porales.
tiusos, ya que la mayoría de las personas ven televi- Para nuestro análisis, la noción de uso, propues-
sión mientras realizan otras múltiples actividades, ta por Michael De Certeau, tiene gran relevancia en
tales como comer, jugar, lavar platos, hablar por la medida en que permite reconocer una posición
teléfono, leer, discutir o incluso hacer el amor.9 activa y dinámica de los actores sociales, los cuales
eran considerados exclusivamente como recepto-
res pasivos en los análisis de hace algunos años so-
8 Martín-Barbero, Jesús. De los medios a la mediaciones.
Gustavo Gili, México, 1987. p. 234. bre medios de comunicación. Esta noción de uso
9 Mayrowitz, J. «El desafío oculto de la televisión». En: Fa- puede contribuir a realizar un acercamiento a los
cetas, Washington, No. 82, octubre-diciembre, 1988 significados que los mismos actores sociales le otor-

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gan a su vida cotidiana, a su experiencia como gru- Teniendo en cuenta lo anterior, podríamos de-
po social y como colectivo cultural. En esta pers- cir que el uso de la televisión en las familias genera
pectiva, resulta interesante interrogar cómo las fa- un espacio abstracto, un escenario cultural intan-
milias de un sector de la ciudad de Bogotá usan, no gible, en el cual se fraguan relaciones de poder,
sólo la televisión como medio de entretenimiento e sentidos sobre las jerarquías familiares y, en fin,
información sino, además, las imágenes que ella pro- todas aquellas representaciones que llenan de sig-
mueve sobre la familia. Es posible, afirma De Cer- nificado la vida cotidiana de las familias. La televi-
teau, interesarse por lo que el practicante, es de- sión, entonces, entra a compartir un papel impor-
cir, el sujeto social, «fabrica durante las horas tante con la familia y la escuela, en los procesos
empleadas en mirar televisión o en una película de socialización y de producción cultural.
en el cine y con las imágenes que se ofrecen to- En este sentido, nuestro interés está puesto, no
talmente hechas... e indaga por el uso que los en el medio o en las audiencias exclusivamente,
practicantes hacen del espacio edificado, de los sino en las mediaciones que realizan las audiencias
sistemas de productos organizados en los super- con la televisión y los contextos familiares especí-
mercados o en los relatos y leyendas distribui- ficos. Utilizamos aquí el concepto de mediación
das por su periódico habitual».10Se trata, pues, perfilado por Jesús Martín–Barbero, para quien
de una creatividad dispersa, de una producción de el análisis de los medios debe descentrarse de la
segundo orden que se esconde en el consumo, en lógica de la producción, de la mirada de la mani-
nuestro caso, en los distintos modos de habitar el pulación, hacia la lógica de la compleja y desigual
hogar y de ver televisión. apropiación de los medios en determinados con-
En cuanto a los usos que los practicantes ha- textos socio – culturales. Para este autor, «[...] en
cen de la televisión, De Certau señala que, a dife- lugar de hacer partir la investigación del aná-
rencia de los que tienen lugar sobre un texto, un lisis de las lógicas de la producción y la recep-
espacio urbano, etc., sus huellas se diluyen, son ción, para buscar después sus relaciones de
más difícilmente aprehensibles, ya que correspon- imbricación o enfrentamiento, proponemos
den a una producción más disimulada, pero así partir de las mediaciones, esto es, de los luga-
mismo, más «astuta, dispersa, silenciosa y ocul- res de los que provienen las constricciones que
ta». Aquí cabe ubicar la noción de táctica que delimitan y configuran la materialidad social y
este autor otorga a los practicantes cuando hacen la expresividad cultural de la televisión»12.
uso a su manera de los productos elaborados por Con el fin de obtener análisis más densos so-
otros para un fin específico y que, sin embargo, bre las relaciones existentes entre los dos contex-
ellos modifican. Esto se podría ilustrar con la ex- tos, esto es, de las mediaciones que ocurren entre
presión nunca contradictoria de «oir televisión». televisión y familia, es necesario, por un lado, iden-
Es la observación de las prácticas las que dan tificar las imágenes y modelos de familia y de ac-
cuenta de las diferentes atenciones que las audien- tores sociales que se promueven en la televisión y,
cias le prestan a la televisión. Varlerio Fuenzalida por otro lado, analizar los usos y relaciones que
señala la atención del monitoreo que es la más ha- establecen con la televisión las familias, entendien-
bitual en el hogar. Se trata de aquella práctica en la do que, según J. B. Thompson, «el uso de los
que una persona desarrolla primariamente una acti- medios de comunicación implica la creación de
vidad extratelevisiva-como tareas escolares en el nuevas formas de acción e interacción en el
hogar o quehaceres de casa- y sólo atiende de vez mundo social, de nuevas formas de relacionar-
en cuando a la pantalla. «La televisión encendida se con los otros, y con uno mismo»13. Lo ante-
aparece más como fondo visual y auditivo sobre rior nos lleva a pensar que las familias no están al
el cual se desarrolla otra actividad primaria.»11
12 Martín–Barbero, Jesús. De los medios a las mediaciones.
10 De Certeau, Michael. La invención de lo cotidiano. Sao Comunicación, cultura y hegemonía. Barcelona: Gustavo
Paulo: Petrópolis, 1994, p. 39 Gili, 1987, p. 233.
11 Fuenzalida, Valerio. Televisión abierta y audiencia en Amé- 13 Thompson, John B. Los media y la modernidad, Barcelona,
rica Latina. Bogotá: Norma, 2002. Piados, 1998, p. 37.

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margen de los cambios sociales, al contrario, son municativas, que hacen posible la mundialización
muy sensibles a ellos. Las familias son espacios de de la cultura, afecta los modos de vida familiares.
procreación y de socialización de nuevas genera- Esta proliferación de las comunicaciones y pro-
ciones. Espacios en los que se reproducen y pro- ductos culturales, no sólo afecta las relaciones in-
ducen prácticas, valores y patrones de vida, pero ternas entre los integrantes de los grupos familia-
también espacio de lucha y de resistencia, de per- res, sino también las relaciones de éstos con el
manencia y de cambios silenciosos. Los grupos entorno social, cultural, económico y político. En
familiares como espacios estratégicos de comuni- este sentido, las familias pueden entenderse como
cación son dinámicos y diversos; de allí que sea espacios transicionales entre lo privado y lo públi-
imposible encasillarlos con categorías homogéneas co, en lugar de ser concebidas sólo como espa-
y rígidas. cios privados y aislados de lo público. En fin, de
Pensar la familia desde la comunicación es asu- lo que se trata es de comprender las dinámicas
mirla como un proceso permanente y complejo comunicativas de una de las instituciones más tra-
de prácticas culturales y, como tal, de producción dicionales pero a la vez la que ha experimentado
de subjetividades sociales determinadas histórica- los más profundos cambios en ritmos de vida co-
mente. Esto nos permite pensar, y a la vez reco- tidiana. Y precisamente uno de los elementos que
nocer, cómo la sociedad de hoy, caracterizada más ha contribuido con esos cambios ha sido, sin
como sociedad de la comunicación y la informa- lugar a dudas, la televisión.
ción debido al gran despliegue de estrategias co-
e

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110
ESTÉTICAS Y CONSUMOS CULTURALES

Culturas juveniles urbanas


contemporáneas:
una aproximación antropológica*
ÁNGELA GARCÉS MONTOYA

Abstract
Se intenta reconocer la naturaleza de las culturas juveniles
urbanas actuales, tanto desde la antropología como desde la
* El artículo hace parte d la investigación sobre «Culturas
estética. Se sostiene que lo juvenil es una categoría socialmente Juveniles Urbanas Contemporáneas: Una Aproximación An-
construida que depende de condicionantes como la edad, el género tropológica», que se desarrolla con un grupo de docentes y
y la clase social. Se hace una revisión de los estudios sobre estudiantes de la Facultad de Comunicación y Relaciones
culturas juveniles como punto de partida para el abordaje de los Corporativas de la Universidad de Medellín, con el apoyo
jóvenes no institucionalizados. de la Dirección de Investigaciones.

escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003 - pp 111-123

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escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

La exploración en Culturas Juveniles Urbanas tas, gay…) que, a pesar de compartir una cultura
Contemporáneas intenta reconocer el mundo de dominante, logran una resignificación de sí mismos
los jóvenes no institucionalizados, es decir, aque- y su grupo afín, diferenciándose por la edad, el
llos que se resisten a vincularse a los procesos sexo, el grupo, e.o. Las culturas juveniles resigni-
«normales» de identificación y socialización de los fican la otredad, al presentarse como sujetos por-
sujetos, pues si bien en la universidad encontra- tadores y productores de cultura.
mos una amplia población juvenil, ella se encuen- La alteridad situada en la ciudad ocasiona una
tra vinculada a propuestas propiamente adultas, renovación del mapa cultural urbano, pues la urbe
como son la esperanza de profesionalización y vin- contiene culturas heterogéneas e incluso enfrenta-
culación laboral. En la calle encontramos jóvenes das; se trata de un espacio donde habitan diver-
que se resisten al mundo institucionalizado; allí, ellos sos estilos de vida y de configuración territorial.
y ellas crean nuevos mundos. Se entiende entonces, que el mundo juvenil «de-
Los acercamientos a las culturas juveniles nos safía las nociones de cultura y de ciudad, al
demuestran que la construcción cultural de la ca- confrontar la base de identidades nítidas, arrai-
tegoría de ‘joven’, al igual que otras calificaciones gos fuertes y deslindes claros. Las ciudades son
sociales (mujer, indígena, negro...) se encuentra en algo no representable ni desde la diferencia
permanente reconfiguración, pues son categorías excluyente y excluida de lo autóctono, ni desde
que no permanecen estáticas, al estar inscritas en la inclusión uniformante de lo moderno».1
la dinámica de las culturas, y en la actualidad po- En este sentido, la cultura juvenil puede enten-
nen en evidencia la pluralidad y la diversidad de derse como una alteridad cercana enfrentada a la
expresiones. Por eso, la presente investigación cultura adulta; ambas culturas conviven en la ciu-
busca establecer la relación de dos categorías que dad, reconocen su alteridad, comparten espacios,
han marcado serias mutaciones sociales y cultura- valores, expectativas, y al mismo tiempo, existen
les en el siglo XX. Se trata de los jóvenes y las como mundos enfrentados. En el dominio de la
mujeres, actores sociales que han revolucionado alteridad cercana, reconocemos la constitución de
las concepciones culturales, ‘connaturales’ y los la ‘cultura juvenil’, en oposición a ‘la cultura adul-
imaginarios simbólicos que configuran el «ser jo- ta’, como lo denomina Francisco Cajiao Restre-
ven» y el «ser mujer». po.2 Oposición que se hace más evidente al pre-
sentarse la falta de intercambio significativo entre
Conceptos rectores ambas culturas.
Lugar: es un espacio cargado de sentido, se
Dimensión antropológica constituye a partir de ser habitado, vivido. Guar-
da las memorias, los afectos y las liturgias. Se
Cultura: es el espacio simbólico relevante trata de un espacio que ha sido habitado y con-
donde los y las jóvenes construyen nuevos signifi- tiene un grado pleno de significación. Habitar sig-
cados, lenguajes, códigos estéticos, formas de nifica demorarse en un lugar y cuidarlo. (Mario
comunicación y relación afectiva, de jóvenes para Margullis).
jóvenes, alejándose del mundo adulto y constitu- Territorios juveniles: Es un amplio espacio,
yendo su identidad, entendiendo que la identidad contiene varios lugares, en él se constituye el en-
es diferencial y se construye en una relación basa- cuentro cotidiano entre grupos y personas, don-
da en la alteridad. de establecen una identidad compartida a partir
Alteridad cercana: La antropología en sus del sentido que le es conferido por las interac-
orígenes se ocupo del estudio y reconocimiento
del «otro lejano», relacionado con los grupos y las
etnias tradicionales (americanas, asiáticas, africa- 1 Martín-Barbero. Jesús. “Comunicación y ciudad: sensibi-
nas, e.o) que ofrecían una amplia diferencia con la lidades, paradigmas, escenarios”. En: Giraldo, Fabio. (Com-
cultura propia. En la actualidad la alteridad se en- pilador) Pensar la ciudad. Bogotá: TM, 1996. Pág. 45.
2 Cfr. Cajiao Restrepo, Francisco. “Atlántida: una aproxi-
cuentra en la propia región, en la ciudad, en la fa- mación al adolescente escolar colombiano”. En: Nómadas.
milia, se trata de otros grupos (juveniles, feminis- No. 4. Universidad Central de Bogotá, 1996. P.53-64.

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ciones físicas, afectivas y simbólicas de quienes porales que borran la tradicional noción de lugar
lo frecuentan cotidianamente. El concepto de per- (fijo, localizado, reconocido) y de tiempo (cro-
tenencia es central para la comprensión del terri- nológico, sucesivo); aparecen el «espacio deste-
torio, allí reposa el arraigo y el morar. La calle, la rritorializado» y el «tiempo simultáneo» asocia-
esquina, el parque se convierten en territorios dos a la movilidad permanente y la ubicuidad que
donde el joven encuentra un refugio que le per- generan medios de transporte y medios de co-
mite estar al margen del mundo institucionaliza- municación. Ese «tiempo / espacio efímero» de-
do. termina nuevas formas de relación entre los gru-
Se entiende por qué el arraigo es una necesi- pos y su identidad (personal y territorial), confi-
dad fundamental del ser humano: sin él la vida hu- gurando nuevas formas de socialización juvenil
mana se agotaría en la errancia y la inestabilidad. determinadas por la velocidad, el nomadismo, la
«Las culturas juveniles realizan construcción y errancia, lo efímero.
apropiación de nuevos espacios a los que do- Socio-estética: La identidad del «ser» signa-
tan de sentidos diversos al trastocar o invertir da primero por la personalidad y el comporta-
los usos definidos desde los poderes (…) Los miento del sujeto comienza a devenir «superfi-
jóvenes reconfiguran lo local en sus relaciones cie», se confía la «forma de ser» a la «forma de
complejas de resistencia, negociación y conflic- aparecer», buen despliegue de la imagen marca-
to con lo global».3 da por el vestuario, los accesorios y las marcas
Territorio nocturno: La noche aparece para corporales. La elección de la apariencia pasa por
los jóvenes como ilusión liberadora, ella procura la individualidad, y luego por la adscripción a un
el máximo distanciamiento con el tiempo diurno, grupo que determina la identidad de la cultura
con el tiempo de todos, de los adultos, del tiempo juvenil. Este proceso se ha denominado socio-
reglamentado. Se trata de una oposición marcada estética, entendida como: «posibilidad de nom-
entre la luz y la oscuridad, entre los horarios de brar la relación entre los componentes estéti-
trabajo y los de descanso. «Las normas que re- cos y el proceso de simbolización de éstos a
gulan la vida urbana varían del día a la noche. partir de la adscripción a los distintos grupos
Hay un empleo del tiempo para conquistar el identitarios que los jóvenes conforman» 4. Así,
espacio» (Mario Margullis, 1994) el «look» que exhibe una cultura juvenil, com-
Ciudadanía cultural: alude al derecho a la puesto por vestuario, accesorios y tatuajes, apa-
ciudadanía desde la diferencia. Es en el espacio rece como emblemas que operan la identifica-
público donde hombres y mujeres jóvenes se visi- ción entre los iguales y la diferenciación frente a
bilizan, e inauguran nuevos lugares de participa- los otros.
ción pública, lugares de enunciación, lugares de A continuación presentamos dos temas:
comunicación, espacios de socialización, nuevas La «Juventud una Construcción Cultural», con-
nociones de identidad. El postulado de ciudada- sidera los múltiples elementos que constituyen el
nía cultural invita a respetar y garantizar la diferen- «ser joven», como la edad, el cuerpo, el género,
cia, y con respeto a los jóvenes, implica recono- la clase social y la generación, que nos permite
cer los tiempos de formación de sus identidades y entender cómo las juventudes son múltiples, di-
los espacios de creación de sus significaciones vi- versas y plurales.
tales. (Rosaldo, 1992) Los «Estudios sobre Culturas Juveniles», para
recoger los aportes realizados específicamente
Dimensión de la estética urbana por antropólogos, como el caso de México, Ca-
taluña y Ecuador en contraste con los aportes
Tiempo/espacio efímero: Las grandes ciu- realizados por la línea de investigación en Cultu-
dades generan nuevas experiencias espacio/tem- ras Juveniles que adelanta la Universidad Cen-
tral de Bogotá.

3 Reguillo Cruz, Rosana. Emergencia de culturas juveniles.


Estrategias del desencanto. Bogotá: Norma, 2000. p. 145. 4 Ibidem. P. 97.

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La juventud: adolescentes un amplio mercado, que parece in-


agotable.
una construcción cultural Entonces quizás encontremos algunas culturas
juveniles que aunque pretendan estar supuestamen-
En general, podemos afirmar que, en la so- te en la periferia del sistema, pueden «estar insta-
ciedad actual, la juventud indica una manera par- ladas como firmamentos especulares en donde
ticular de estar en la vida regida por potenciali- los valores de la sociedad capitalista –hedonis-
dades, aspiraciones, modalidades éticas y es- mo, egolatría, culto a lo superficial, consumis-
téticas. Se trata de elementos que perfilan la ima- mo, vanidad narcisista – se reproducirían en
gen de la juventud. Pero al tratar de definirla es clave de caricatura».6 Y entonces, reconocemos
necesario nombrarla en plural. A medida que unas culturas juveniles que pretendiendo confron-
avancemos en el reconocimiento de la juventud tar el mundo adulto, se convierten en «culturas
y sus formas de adscripción en culturas juveni- paródicas», denominadas por el antropólogo Ma-
les, descubriremos que NO existe una juven- nuel Delgado como «configuraciones simbólicas
tud, pues la hallaremos determinada por varias que imitan, involuntaria e inconscientemente,
dimensiones, como son: edad, cuerpo, género, los lenguajes y paralenguajes en activo en la
clase social, lugar donde se vive y la genera- sociedad general, deformándolos y llevando su
ción. En este sentido Rosanna Reguillo Cruz nos lógica a una irrisión por desmesura».7
recuerda: El mismo Manuel Delgado, presenta dos ejem-
«Los jóvenes no pueden ser ‘etiquetables’ plos palpables de culturas urbanas paródicas con-
simplistamente como un todo homogéneo, se temporáneas.
trata de una heterogeneidad de actores que se Uno: los jóvenes consumidores de heroína, los
constituyen en el curso de su propia acción y yonquis, que se comportan justamente como eso,
de prácticas que se agrupan y desagrupan en es decir, como consumidores, que obedecen a los
microdisidencias comunitarias: la ecología, la principios racionalizadores que orientan la conducta
libertad sexual, la paz, los derechos humanos. consumista en la sociedad contemporánea. La
Otros jóvenes transitan en el anonimato, el película Requiem por un sueño nos presenta, en-
pragmatismo individualista, el hedonismo mer- tre otros personajes, a una joven pareja, un hom-
cantil, el gozo del consumo».5 bre y una mujer que consumen su vida por la he-
Se reconoce la complejidad para abordar la roína, y allí consumir no es precisamente gozar,
juventud, en primera instancia porque unos jó- sino morir lenta pero inexorablemente, pues su-
venes, que pretenden estar al margen de la so- mergidos en la heroína no encuentran camino de
ciedad institucionalizada, es decir, la escuela, el retorno, incluso, ni siquiera el amor de pareja pue-
trabajo, la religión, no dejan de estar inscriptos de salvarlos.
en la sociedad de consumo y su identidad, indi- Otro: los homosexuales varones norteamerica-
vidual o colectiva, es definida por la lógica capi- nos, que se presentan como una sociedad hiper-
talista. Son jóvenes que participan y se adscri- machista, basada en la exaltación de la virilidad y
ben a la sociedad a través de los diversos olea- un estado permanente e insaciable de agitación
jes que ofrece la moda, y, por tanto, consumen erótica, que puede ser inmediata aunque nunca
vestuario, accesorios, música, automóviles, diver- totalmente satisfecha. Aquí la película de Almodó-
sión, erotismo, look e.o. Se trata entonces de var, Todo sobre mi madre, personifica muy bien
jóvenes regidos por la fuerza de la moda, que se el goce hipermachista, pues el hombre quiere ha-
hace visible bajo la modalidad de estilos de con-
sumo, seriamente regulados por la industria, que
encuentra en los jóvenes y principalmente en los 6 Delgado Ruíz, Manuel. “Culturas paródicas”. En: Ciudad
líquida, ciudad interrumpida. Serie Estética Expandida. Edi-
5 Reguillo Cruz, Rossana. “Culturas juveniles. Producir la torial Universidad de Antioquia y Facultad de Ciencias Hu-
identidad: una mapa de interacciones”. En: Revista JOVE- manas y Económicas de la Universidad Nacional. Medellín,
Nes. Revista de Estudios sobre Juventud. No.5. (Jul– dic. marzo de 1999. p. 119.
1988), p. 15. 7 Ibid. P. 120.

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cer de su vida un goce y, por tanto, transforma su juvenil diferente, que no quiere adscribirse a las
cuerpo, manteniendo la ambigüedad hombre y formas de ser previamente establecidas.
mujer en un mismo cuerpo. En ese intento de des- Vamos entendiendo que la Juventud Plural pre-
vanecer los límites sexuales, va disolviendo su vida senta diversas posibilidades que no pueden ser
en una insaciable agitación erótica que no se de- ‘etiquetables’; por eso nos resistimos a resaltar las
tiene. denominaciones que ya parecen oficiales en algu-
Otros jóvenes se encuentran agrupados y dife- nos estudios, como modernos, punkeros, meta-
renciados por mecanismos de identidad, que lo- leros, raperos, alternativos..., que tratan de pre-
gra ser colectiva, y quizás alcance una participa- sentar cada mundo juvenil como un todo cohe-
ción política y social, dependiendo de su nivel de rente y uniforme, olvidando las amplias variacio-
organización, su fortalecimiento grupal y la pro- nes que pueden sucederse en cada agrupación,
yección de sus propuestas. Estos jóvenes también dependiendo de variables sociales, económicas,
tienen un estilo de vida, pero a diferencia de los urbanas, generacionales, estéticas, músicales e in-
jóvenes articulados a los mercados de consumo, cluso sexuales; variaciones que además son móvi-
su estilo es propio, es decir, es elaborado por el les y cambiantes, en tanto los jóvenes se agrupan
grupo, así «el vestuario, la música, el acceso a y desagrupan fácilmente, sin encontrar en esa mo-
ciertos objetos emblemáticos, constituyen una vilidad una crisis identitaria.
de las importantes mediaciones para la cons- En este sentido, Manuel Delgado denuncia
trucción identitaria de los jóvenes, que ofertan cómo la prensa y las autoridades policiales divi-
‘marcas visibles’ o lo que los publicistas llaman den a los jóvenes en grupos bien jerarquizados, es
un ‘concepto’»8. decir ‘etiquetados’, y con esa marca supuestamen-
Unos y otros, es decir, las culturas paródicas y te pueden precisar su nivel de peligrosidad ciuda-
las culturas juveniles son construcciones sociales dana. Por eso hay que reconocer que «en las in-
y culturales, pues son el producto de las aspira- vestigaciones periodístico – policiales los jó-
ciones y las situaciones de cada sociedad y de cada venes son clasificados como motoras, skin-
grupo. Es necesario entender que entre jóvenes heads, siniestros, psichobillys, punkis, heavies,
homogéneos o jóvenes fuertemente diferenciados, rockers, mods, hooligans, maquineros, b-boys,
existe una compleja red identitaria que agrupa y hardcores y ocupas, con una ficha que recoge
desagrupa a los jóvenes que van construyendo sus rasgos distintivos: edad, actividades –ocio
cada estilo para identificarse y diferenciarse. Por y nomadismo, música, conciertos, ropa, baile,
ello, la identidad juvenil se entiende como un com- pintadas, marginalidad, normales- niveles de
plejo efecto simbólico de «identificarse con los conflictividad, ideología, etc, que terminan por
iguales y diferenciarse de los otros, especial- asignarles responsabilidades tribales a todo tipo
mente del mundo adulto».9 de crímenes, agresiones, peleas multitudinarias,
Al tratar de reconocer la Juventud Plural, va- saqueos o destrucciones».10
mos descubriendo unos jóvenes adscritos a la so- Para contribuir a la complejidad de la Juventud
ciedad de consumo, y consumo no será sólo ca- Plural, a continuación se presenta una revisión de
pacidad de gasto, es también capacidad de goce las dimensiones que perfilan la identidad juvenil,
e incluso de agotamiento; otros jóvenes buscan pero debe entenderse esta diferenciación sólo
diferenciarse por su capacidad de confrontación como una aproximación metodológica que trata
al mundo establecido y en esa medida construyen cada aspecto en su particularidad, y no puede ol-
nuevas formas de agruparse y diferenciarse, e in- vidarse que cada elemento guarda estrechas rela-
cluso de resignificar el mundo. En ese sentido, ve- ciones interdependientes entre sí.
remos que entre el mundo establecido, ya sea por La edad de la juventud implica un paso entre
el mercado o por los adultos, aparece un mundo la adolescencia y la adultez; se trata de un tránsito
entre dos momentos de la vida, pero es muy difícil
establecer una edad precisa para cada momento,
8 Reguillo Cruz, Rossana. Emergencia de culturas Juveni-
les. Bogotá: Norma, 2000. Pág. 27.
9 Ibid. P. 28. 10 Delgado. Op. cit. p. 122.

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pues estará en relación con las otras variables el cuerpo se volvía deseable y hermoso. Sólo
mencionadas. Puede que una clase social extien- aquel instante justificaba y redimía el cuerpo;
da el tiempo de la juventud para mantener a los cuando aquella iluminación artificial se aca-
jóvenes en estado de irresponsabilidad y así con- baba, el cuerpo volvía a convertirse en mero
trolar sus patrimonios; en cambio, otra clase so- mecanismo sucio al que estaba obligada a man-
cial se ve obligada a acortar tanto el tiempo de la tener».11
juventud, que el joven o la joven rápidamente co- El erotismo es una dimensión que se descubre
mienzan a asumir las responsabilidades laborales y se construye en el encuentro sexual de los cuer-
y familiares. En este sentido, la edad es apenas un pos, y como proceso de descubrimiento se suce-
vago indicio del tiempo de la juventud, pues no se de principalmente durante la juventud. Podemos
trata de un estado natural (físico y biológico) sino afirmar que los jóvenes quieren alcanzar en el ero-
de un tiempo social y cultural. tismo una dimensión que se encuentra al margen
El cuerpo se ha convertido en el gran para- de la vida cotidiana, y se teje con sensaciones in-
digma de la juventud, pues se ha desplegado en la confundibles, todas corpóreas y al mismo tiempo
publicidad un «cuerpo – signo», cuerpo joven que simbólicas. Y si bien el erotismo en nuestra cultura
se exhibe y se consume. El cuerpo joven pone en se construye entre dos, también la sociedad de
evidencia que es posible vivir bajo los parámetros consumo, especialmente la publicidad, sabe apor-
del presente, pero el cuerpo también deja ver el tar y explotar elementos eróticos corpóreos juve-
paso irreversible del tiempo, pues si bien sobre él niles.
opera una ley social, parece más determinante el Por eso la publicidad despliega el «cuerpo –
peso biológico que indica «el cuerpo envejece», y signo» hecho a la medida del consumo, que ex-
éste acto irreversible no lo perdona nuestra actual plota la juventud erótica. Parodiando a Jean Bau-
sociedad de consumo. drillard, es posible afirmar que nunca consumimos
Entiéndase bien, el cuerpo es el portador silen- un cuerpo por sí mismo o por su valor de uso, sino
cioso del paso del tiempo, y aunque queramos en razón de su «valor de cambio», es decir, en
entenderlo en un sentido amplio, con sus disposi- razón del prestigio, del estatus y del rango social
ciones habituales, sus posturas y gestos, su volu- que confiere. Por encima de la satisfacción espon-
men y forma, tono y tensión, sus relaciones es- tánea de las necesidades, hay que reconocer en el
pontáneas, o la indumentaria con la que se lo in- consumo un instrumento de la jerarquía social. Y
viste, es su evidente juventud o vejez el primer pla- es en la publicidad donde encontramos la rigurosa
no de interacción social. El tiempo del cuerpo ha- clasificación de cuerpos bellos, sexuales, atracti-
bla involuntariamente, él es un mensaje mudo que vos, de cuerpos eróticos construidos por la socie-
fatalmente nos delata. dad consumo; ellos no satisfacen ninguna necesi-
Así, en la relación juventud - cuerpo – tiem- dad básica, y en cambio, nutren la ideología he-
po se reconoce un signo en el que se muestran las donista sustentada en la economía de consumo. El
huellas de algo que ha huido, evidente bajo la si- tema «cuerpo – signo» será tratado con amplitud
guiente disyuntiva, del cuerpo joven se espera que más adelante en el numeral: la juventud signo.
cumpla con algunos atributos: flexible, ágil, bello, Más allá de la publicidad, hay que reconocer
y estos atributos son los que primero se pierden al cuerpo como un espacio de enunciación per-
con el paso del tiempo. Quizás por eso pesan tan- manente, pues no sólo es portador de signos de
to las canciones: «El tiempo pasa, nos vamos vol- consumo, sino también de signos culturales, en tanto
viendo viejos…» o «Yo también tuve 20 años, 20 los signos corporales también dan cuenta de «los
años que ya se fueron y no volvieron». sentires, saberes, éticas y estéticas juveniles. El
El cuerpo también contiene otros importantes cuerpo puede entenderse como un mapa de ins-
elementos simbólicos relacionados con la sexuali- cripciones y adscripciones indentitarias, ima-
dad, y especialmente con el erotismo; según Ag-
nes, mujer que aparece en la obra La Inmortali-
dad de Milán Kundera, «el cuerpo erótico se li- 11 Kundera, Milán. La inmortalidad. España: Tusquets Edi-
mita al instante de excitación durante el cual tores, 1994. Pág. 187.

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ginarias y simbólicas.»12 temporales (día / noche), e incluso, por fractu-


El género: La juventud tendrá matices distin- ras eróticas: amor / pasión».15
tos para el hombre y la mujer: en primer lugar, el En ese sentido, podemos pensar en la cultura
cuerpo biológico no madura al mismo tiempo para occidental y reconocer un patrón cultural bajo la
una y otro; aquí, la biología determina tiempos y norma que ordena la reclusión femenina en el es-
ritmos que inciden de forma distinta en cada géne- pacio doméstico, y vemos cómo la mujer debe
ro. Además, el cuerpo procesado por la sociedad alejarse de la calle o de los lugares de ocio, es-
y la cultura plantea temporalidades diferentes para pacio privilegiado para los hombres. Por ejem-
hombres y mujeres, por eso hay que resaltar las plo, a principios del siglo XX, la moral sexual de
diferencias en la valoración con respecto a la ma- la sociedad medellinense marca y defiende la
duración sexual y a la maternidad en cada cultura. dualidad de las vidas femeninas / masculinas, que
Reconocemos en la cultura occidental cómo esas se corresponde con la oposición de espacios bien
experiencias marcan el cuerpo joven de forma más delimitados y diferenciados por el adentro (el
determinante para ella que para él. hogar, la iglesia, el costurero) y el afuera (la ca-
Se entiende que la juventud no se vive de igual lle, el café, la cantina, el taller); el primero asig-
forma para hombres y para mujeres, pues la «so- nado a la mujer, el segundo al hombre. Así, cada
ciedad determina trayectos y expectativas vi- espacio modela un hombre y una mujer particu-
tales distintos, y por tanto, las valoraciones lar, y si ellas traspasan las puertas del hogar para
asignadas, los espacios de socialización permi- dirigirse a la calle, se entiende que abandonan la
tidos, el desarrollo de las relaciones de poder condición ideal de la mujer y su vida corre un
entre sí, la formación de la familia, el momen- incierto destino de perdición y pecado. Y si el
to de asumir la maternidad y la paternidad, son hombre permanece en el hogar, también será
factores que alteran las formas de vivir la ju- objeto de crítica y observación permanente, aun-
ventud.»13 que no tan severo. Adentro / afuera, espacio do-
La cultura procesa metódicamente las formas méstico / espacio de ocio, iglesia / cantina, «son
identitarias femeninas y masculinas. En este senti- polos donde se anudan las redes de sociabili-
do se ha enunciado en otras investigaciones cómo dad e identidad de género».16
hombres y mujeres viven su cuerpo y su vida afec- Si revisamos la presencia de las mujeres en las
tiva escindida por la dualidad de lo santificado / lo culturas juveniles, se confirma su ausencia, pues
prohibido.14 Y regidos por esa separación espa- ellas cumplen su reclusión femenina en el espacio
cial y simbólica es «posible descubrir que la iden- doméstico, y por tanto, están alejadas de la calle,
tidad de género (femenina / masculina) no es espacios privilegiados de las culturas juveniles.
algo dado, inherente o inamovible al ser hu- Además, hay que reconocer otro elemento que
mano. La identidad de género es algo que se caracteriza algunas culturas juveniles y es la estéti-
construye en la interacción cotidiana y va sien- ca y el comportamiento duro que se expresa en
do reforzada por las dualidades espaciales actividades violentas o en el vestuario y el lengua-
(adentro / afuera); por la asignación de roles je agresivos. Allí «las mujeres parecen haber sido
(doméstico / productivo); por diferenciaciones ‘invisibles’,‘marginales’ o ‘pasivas’, sobre todo
si se revisan las imágenes difundidas en el rock
y la sexualidad».17 Es necesario resaltar este ele-
12 Cerbino, Mauro. “De malestares en la cultura, adicciones y mento para confrontarlo en las diferentes culturas
jóvenes”. En: Culturas juveniles en Guayaquil. Cuerpo, la
música, el género y las sensibilidades juveniles.
juveniles que serán estudiadas y poder confirmar
Ecuador:Abya, 2000. Pág. 19-20. (Convenio Andrés Bello). o mostrar los matices de esta afirmación.
13 Serrano Amaya, José Fernando. “La investigación sobre La clase social. Se advierte en la separación
jóvenes estudios de (y desde) las culturas”. En: Cultura,
medios y sociedad. Martín-Barbero, Jesús. (Ed.) Univer- 15 Ibidem. P. 142.
sidad Nacional de Bogotá, septiembre de 1998. Pág. 280. 16 Ibid. P 143.
14 Cfr: Garcés Montoya, Ángela. “Ser hombre/ser mujer: vi- 17 Feixa Pompols, Carles. “De las culturas juveniles al estilo”.
das separadas en Medellín”. 1900–1940. Revista Universi- En: El reloj de arena. Culturas juveniles en México. Causa
dad de Medellín. No. 74. (Oct., 2002), p. 142 – 166. Joven. México, 1998. Pág. 64.

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social, marcada por estratos económicos, que el elemento que ha determinado el estudio de cultu-
tiempo de la juventud es diferente para sectores ras juveniles populares es su carácter espectacu-
altos, medios y populares. Si reconocemos los lar, mientras sus contemporáneos de clase media
extremos económicos, podemos afirmar que hom- están inscritos en la moda, ya sea a través de mú-
bres y mujeres experimentan la juventud según el sicas, espacios de ocio, objetos de consumo in-
sector social al que pertenecen. Así, los estratos corporados como ‘prácticas juveniles’ que se tra-
pudientes, gracias a sus condiciones económicas ducen en etiquetas de interacción social.
favorables, pueden alargar la juventud, es decir, En el caso de Medellín en la década de los 90´s
hombres y mujeres pueden demorarse en la ju- se reconoce la presencia de new age, gomelos,
ventud, atrasando su responsabilidad familiar y grunge, skate... Estas agregaciones juveniles com-
profesional. Mientras en los estratos menos favo- partían prácticas asociadas al tiempo libre y al
recidos, los jóvenes sienten la necesidad de ocu- consumo, y no necesariamente alcanzaban a de-
parse laboralmente e incluso de asumir respon- terminar la identidad o adscripción a una cultura
sabilidades familiares prontamente. juvenil, en tanto se caracterizaban por la movili-
En este sentido, sólo podrían ser jóvenes aque- dad y fragilidad identitaria. Además, hay que re-
llos que pertenecen a sectores sociales relativa- conocer en cada estrato social la existencia de
mente acomodados. Los otros carecerían de ju- múltiples formas de agrupación juvenil; se trata de
ventud, si entendemos la juventud determinada por jóvenes reunidos e identificados por ciertos gus-
la dimensión económica, como un período sin res- tos que admiten la movilidad e incluso la simulta-
ponsabilidades, legitimado para el uso del tiempo neidad identitaria.
libre, durante el cual la sociedad no exige com- Presentamos unas aproximaciones a las ante-
promisos serios. riores agregaciones juveniles referidas a estratos
La dinámica de la juventud determinada por medios de la ciudad de Medellín. Los elementos
la clase social fue denominada por Mario Mar- que se exponen a continuación son enunciados
gullis como ‘moratoria social’, privilegio reser- por los mismos jóvenes, que manifiestan una di-
vado principalmente para los sectores altos, quie- ficultad para aclarar los límites, los contenidos,
nes gozan de la ‘juventud paradigmática’, que no los contornos y los sentidos de cada agrupación,
es otra que aquella que se «presenta con abun- según lo expone el sociólogo Edgar Arias20, y se
dancia de símbolos en el plano mass mediáti- presentan algunas ampliaciones de la presente in-
co: deportiva, alegre, despreocupada, bella, vestigación.
la que viste las ropas de moda, vive romances - New Age. Ingresó a la ciudad como fenómeno
y sufre decepciones amorosas, pero se man- relacionado con la ‘nueva era’. Vinculó a los
tiene ajena, hasta su pleno ingreso a las res- jóvenes a productos y experiencias de ese tipo;
ponsabilidades de la vida, a las exigencias, se puso de moda el uso de las velas, de los
creencias y conflictos relativos a la economía, inciensos, aromas y se consumen textos y es-
el trabajo y la familia».18 critores que tratan el tema.
Al revisar los estudios realizados en la línea de - Gomelos. En ellos y ellas se destaca la imagen
culturas juveniles se reconoce que «la mayoría se o apariencia que proyectan en su modo de ves-
han centrado en los jóvenes de clase obrera, tir. Se trata de un figura muy cuidada, que re-
los de clase media sólo han sido considerados salta en el joven su cabello engominado y en
cuando han participado en movimientos disi- ella su traje negro con poco maquillaje. Ade-
dentes o contraculturales, es decir cuando han más, el lenguaje se acentúa con cierto ‘amane-
provocado problemas a sus mayores».19Otro ramiento’ y reiteradas muletillas como ‘osea’,
‘me entiendes’, ‘que oso’.
18 Margullis, Mario. “La construcción social de la condición
de la juventud”. En: Viviendo a toda: jóvenes, territorios
culturales y nuevas sensibilidades. Universidad Central de
Bogotá: Siglo del Hombre Editores, 1998. Pág. 5. 20 Cfr. Arias Orozco, Edgar. Pasajeros del silencio y voluntad
19 Feixa. Op. Cit. p. 65. de saber. Medellín: Úrico, 1998.

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Culturas juveniles urbanas contemporáneas:... - Ángela Garcés Montoya - pp 111-123

- Los Grunge. Su nombre responde a una pre- zado; así, los jóvenes pasaron a configurar cada
ferencia musical rock, resultante de la fusión vez más el ambiente que respiraban hombres y
entre rock & roll del setenta, rock, metal y mujeres urbanos». (Hobsbawn. 1995).
punk. Las letras tienen un sentido nihilista que Las culturas juveniles urbanas se van configu-
caracteriza una generación incrédula. La refe- rando como espacios de identidad y socialización
rencia grupal es Nirvana con su vocalista Kurt de jóvenes para jóvenes, se fortalecen con el de-
Cobain, que crea su propio estilo, y convierte bilitamiento de los mecanismos de integración tra-
su sonido en sinónimo del estado nortamerica- dicional (escuela, familia, trabajo, religión) y el
no de Seattle. Alcanza su trascendencia inter- descrédito de las instituciones políticas. En este
nacional en la década de los noventa ante la contexto, adquieren relevancia los estudios cultu-
difusión masiva que realiza MTV, así el estilo rales urbanos, donde los jóvenes aparecen como
se posiciona mundialmente gracias a las emi- sujetos y grupos productores de cultura, por sus
soras radiales. La figura visible Grunge resalta maneras de entender y asumir el mundo. Así, las
la camisa leñadora, blue jean roto y delibera- culturas juveniles urbanas operan como espacio
das huellas de descuido. de pertenencia y adscripción identitaria. «La anar-
Esta clasificación no puede interpretarse como quía, los graffitis urbanos, los ritmos tribales,
las agregaciones juveniles del estrato medio de la los consumos culturales, la búsqueda de alter-
ciudad de Medellín, pues estas agregaciones a su nativas y los nomadismos urbanos, deben ser
vez serán retomadas por los estratos populares y leídos como formas de producción cultural no
resignificadas en su contexto. Y para corroborar institucionalizada […] conformados por una
esta afirmación, también se reconocen expresio- multiplicidad de colectivos que están dinami-
nes juveniles que surgen en los estratos populares zando día a día la sociedad y requieren ser es-
como el punk, rap, chirrete, parlache, e.o., que tudiados ‘desde abajo’, aunque plantean for-
son retomados y transformados por los estratos mas de organización y propuestas de gestión
medios y altos. que escapan a las formas tradicionales de con-
Para concluir este aparte, se resalta la impor- cebir los procesos de identidad y socialización
tancia que tiene este entramado de dimensiones. entre jóvenes.»22
Se trata de una compleja red que determina el tiem- En este sentido, la presente investigación se
po de la juventud, y nos permite entender cómo propone observar Las Culturas Juveniles Urba-
las juventudes son múltiples, diversas y plurales. nas en Medellín, existentes en los espacios no ins-
Justo es decir que la juventud es un significado titucionalizados. Por tanto, se consideran los di-
complejo que obliga a la desnaturalización del versos colectivos juveniles que tienen como esce-
concepto, pues la juventud no existe por sí misma, narios el espacio público (calle, esquina, par-
por atributos físicos o biológicos, sino por otros que…), al configurarse en espacios de socializa-
que nos remiten al complejo panorama del ser ción e identidad de jóvenes y para jóvenes.
joven. 21 En términos de la vinculación o no de los jóve-
nes con los procesos institucionalizados (escuela,
Estudios en culturas juveniles familia, trabajo, religión), se pueden reconocer dos
tipos de actores juveniles: los «incorporados» y
Los jóvenes no institucionalizados los «alternativos» o «disidentes», analizados des-
de su no incorporación a los esquemas de la cul-
«La cultura juvenil se convirtió en la matriz tura dominante (Reguillo, 2000). En éste sentido,
de la revolución cultural del siglo XX, visible cobra importancia el estudio de las Culturas Juve-
en los comportamientos y las costumbres, pero niles Urbanas, que se declaran «alternativas» al
sobre todo en los modos de disponer del ocio, ofrecer una producción cultural propia, diferente
del tiempo libre, del espacio no institucionali- y creativa, en tanto se aleja de la cultura dominan-
te y de los procesos de homogenización del mun-
21 Cfr. Serrano, José Fernando. La investigación sobre jóve-
nes: estudios de (y desde) las culturas. Op. Cit. 22 Reguillo, R. Op. Cit. 2000. p. 14.

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escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

do adulto, es decir, institucionalizado. Es necesa- configurados por la palabra y regulados por la


rio reiterar que mientras el mundo adulto tiende a plática cotidiana.
la homogenización de la cultura, las culturas juve- - En los setentas, surgen otros espacios desliga-
niles urbanas sientan la posibilidad de diferenciar- dos del diálogo verbal y vinculados a la audi-
se, y sobre todo, instauran alternativas de perte- ción musical: se trata de discotecas, heladerías
nencia y de identificación que transcienden la cul- y posteriormente tabernas; estos lugares nacen
tura oficial. en el barrio y, por tanto, evidencian un primer
El espacio público cobra importancia en el pro- descentramiento en la ciudad, donde el barrio
ceso de socialización juvenil, pues él le permite al adquiere un significado especial en los proce-
joven alejarse de los espacios familiares, escola- sos de socialización juvenil, tanto para ellos
res y laborares, para construir otro espacio, no como para ellas.
institucionalizado. Así, la calle, la esquina, el par- - Los ochentas, presentan el surgimiento de los
que, cobran nuevos significados: son lugar de en- parches, espacios de encuentro de los jóvenes
cuentro de los jóvenes, se trata de un lugar creado de los barrios populares, donde la esquina co-
por ellos y regido por sus propias normas, allí la bra un sentido especial, allí los jóvenes hablan
mirada del adulto no llega, y por tanto, tampoco con sus parceros y generan un nuevo dialecto
alcanza su poder de dominio. social, denominado parlache. El parche tiene
Además, las Culturas Juveniles Urbanas se ha- una marca masculina y se acompaña de músi-
cen visibles en los espacios públicos y es allí don- ca, tiempo libre y droga.
de se reconocen sus propuestas de gestión y de - En los noventas, los barrios sufren una gran
acción. La visibilización juvenil existente en el es- oleada de violencia, condicionada por el fenó-
pacio público nos confirma la posibilidad que tie- meno del narcotráfico, que involucra principal-
nen los jóvenes de establecer los territorios juve- mente a los jóvenes y, con ellos, los espacios
niles, y allí hay que darse a la tarea de intentar públicos barriales tendrán una marca de peli-
reconocer cuáles son las características y las es- gro. Por eso los jóvenes viven un nomadismo
pecificidades del sujeto juvenil urbano que actúa urbano y comienzan a desplazarse al centro de
en el espacio público. la ciudad, buscando un poco de anonimato y
Se trata de una perspectiva de investigación espacio abierto. El centro se convierte en el
interactiva y relacional, pues se realiza desde la espacio público por excelencia.
universidad (espacio institucionalizado) y se dirige - La nueva era, el año 2000, se caracteriza por
a la cultura urbana en el espacio público (espacio los espacio periféricos, donde aparece una es-
no institucionalizado), intentando conciliar la opo- pacialidad regida por el circuito automovilís-
sición exterior / interior, como parte de la tensión tico alrededor de grandes discotecas, ubica-
indisoluble en el proceso de entender la expresión das en los sectores altos de la ciudad, y visi-
juvenil contemporánea. tados principalmente por los estratos cinco y
Veamos una revisión que presenta el sociólogo seis.
Omar Urán23 sobre los espacios de socialización El autor reitera que los jóvenes son desplaza-
y el significado del espacio público en los jóvenes dos de los espacios públicos, primero en los ba-
de la ciudad de Medellín: rrios, luego en el centro de la ciudad; se trata de
- Durante la década del cincuenta, los nadaistas espacios sometidos a fuertes vigilancias por gru-
precisan de lugares de encuentro en espacios pos armados al margen de la ley o por la policía
públicos, y su territorio más reconocido es el oficial; ambos estigmatizan y persiguen los momen-
centro de la ciudad, allí se encuentran en cafés, tos de encuentro de los jóvenes y las jóvenes,
cafeterías y reposterías; se trata de espacios obligándolos(as) a replegarse en los espacios de
consumo: bar, licorera, discoteca.
En el mapa cultural urbano se evidencia la ne-
23 Urán, Omar Alonso. Panel: Cultura y juventud: identidad y cesidad de revisar la negociación cultural, cada
nuevas territorialidades. Medellín: Universidad de Antio- vez que la alteridad cercana es puesta en evi-
quia. Octubre 8 de 2002. dencia; este concepto empleado por Marc Gui-

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Culturas juveniles urbanas contemporáneas:... - Ángela Garcés Montoya - pp 111-123

llaume, hay que precisarlo y diferenciarlo de la al- La ausencia de una negociación cultural en-
teridad radical, esa que se consagra al otro, ya tre los jóvenes y los adultos, confirma la falta de
sea extranjero, inmigrado o incluso marginal, y reconocimiento del otro presente en la cultura ur-
donde «el pensamiento occidental no deja de bana, situación que entorpece las relaciones so-
tomar al otro por el extraño, de reducir al otro ciales y el intercambio simbólico, mecanismo in-
al extraño».24 dispensable para la dinámica cultural, cifrada en la
La alteridad cercana la encontramos en la ciu- confrontación Unos – Otros, como expresión fun-
dad, un espacio estructurado mediante dispositi- damental de resignificación de las mediaciones
vos de conmutación (de transporte, de comercio, sociales, que pueden encontrarse atrofiadas cada
de telecomunicaciones) a fin de que sus habitantes vez que el mundo adulto pretende la homogeniza-
se eviten, se codeen bajo el imperio de las funcio- ción cultural. Máxime si consideramos la cultura
nes utilitarias. Entendiendo que la ciudad es una como «una solicitud permanente a entrar en
red de comunicaciones, que ofrece múltiples po- relación, interesada y apreciativa, con lo que
sibilidades de nexos (teléfono, internet, televisión) es distinto e inusual, es mantener la apertura
y también admite la indiferencia, pues sus habitan- hacia lo desconocido, lo extraño, al otro».28
tes «pueden evitar la identidad definida o defi- Un ejemplo claro y doloroso del imperio del
nible en la comunicación tradicional, median- mundo adulto que opaca y persigue la cultura ju-
te el nombre, el reconocimiento previo, la pre- venil y por tanto impide la negociación cultural, se
sencia corporal».25 sucede en el espacio público de Medellín. Si bien
En la relación entre jóvenes y adultos recono- la tradición urbanística concibe el espacio público
cemos un enfrentamiento cultural y generacional, como lugar de encuentro y socialización abierta,
donde la alteridad cercana es puesta en entredi- vemos cómo en Medellín, especialmente en el cen-
cho. En éste sentido, la investigación ATLÁNTI- tro de la ciudad, los parques, las calles y las esqui-
DA, plantea como objetivo principal «la necesi- nas dejan de ser un lugar privilegiado para la ex-
dad urgente de que la escuela asuma una fun- presión de la diferencia, en tanto, los usos del es-
ción de negociación cultural que implica un pacio público son normados e incluso estigmati-
aprendizaje mutuo y un intento de reconstruc- zados. Así, en los espacios públicos se prohíbe
ción conjunta de significados entre maestros y reunirse alrededor de la música o el alcohol, y re-
jóvenes»26, situación que valida la investigación uniones que giren bajo estos elementos serán dis-
sobre Culturas Juveniles, al buscar comprender ese persadas.
«otro», es decir, un joven definido como alteridad El espacio público sujeto a múltiples vigilan-
cercana, que convive con nosotros y aún así no lo cias, deja de ser espacio de encuentro juvenil y se
comprendemos. convierte en el espacio de la persecución al joven,
Además, la intención de comunicar la cultura más aún del joven que confronta fuertemente la
adulta y la cultura juvenil, se plantea ante la confir- alteridad cercana. Por eso, punkeros, gays, hip-
mación de una fuerte ruptura entre el adulto y el pies, grillas, chirretes..., son selectivamente dis-
joven. Ruptura que confirma «la existencia de dos persados, cada vez que tratan de territorializar un
culturas bien delimitadas, en situación de en- espacio público.
frentamiento, que adelgaza la relación entre Esta situación encuentra una primera explica-
adultos y jóvenes, llevando a su mínima expre- ción: al revisar las diferentes estigmatizaciones ela-
sión la capacidad socializadora de los adul- boradas por el adulto sobre el joven, encontra-
tos»27. mos una visión sesgada, que no alcanza a situar-
se en el mundo juvenil, y por el contrario, confir-
24 Guillaume, Marc. “El otro y el extraño”. En: Revista de ma su incomprensión e incapacidad de situarse
Occidente. Barcelona, Pág. 44.
25 Ibid. p. 53.
26 Cajiao Restrepo, Francisco. “Atlántida: una aproximación 28 Cerbino, Mauro. “De malestares en la cultura, adicciones y
al adolescente escolar colombiano”. En: Nómadas. No. 4. p. jóvenes”. En: Culturas juveniles en Guayaquil: cuerpo, la
53 – 64. Universidad Central de Bogotá, 1996. p. 60. música, el género y las sensibilidades juveniles. Ecuador:
27 Ibid.p. 57. Abya, 2000. Pág. 40. (Convenio Andrés Bello).

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escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

en el «mundo del otro», ese mundo que no le vivimos con multitud de culturas, sistemas de sig-
pertenece, pero merece ser identificado en su nificación estructurados en el encuentro cotidiano,
diferencia. Para ilustrar mejor ésta afirmación, compartidos por grupos que alcanzan una cohe-
miremos las definiciones más comunes: «El jo- sión importante, al re-significar sus elementos cons-
ven es un desviado de las normas del buen titutivos, como son: territorio, vestuario, lenguaje,
convivir, es un sujeto inestable, precario y, música, gestualidad corporal. En el encuentro, que
como tal, tiene que ser curado y reconducido más parece un des-encuentro entre las diferentes
a la recta vía para que pueda insertarse en el culturas urbanas, reconocemos expresiones de
mundo adulto [...]. Se confirma que los sabe- otredad cercana, al tratarse de «una alteridad
res en torno a los jóvenes están sesgados por familiar, otro cercano que plantea desafíos a
visiones adultas, que definen al joven como nuestra comprensión, emplea signos y signifi-
potencialmente delincuente, o como el futuro cados que no compartimos, y que pueden re-
de la patria bajo una figura idealizante, y por sultarnos poco sensatos, incomprensibles y has-
tanto, inexistente».29 ta absurdos».32
En Mario Marguillis30 también encontramos un Se reitera la importancia de los encuentros y
estudio sobre el encuentro / enfrentamiento entre reconocimientos entre las diferentes identidades
el mundo adulto y el mundo juvenil; relación de- culturales, en tanto «las identidades sólo existen
nominada por el autor otredad cercana, entendi- en la medida en que se construyen diferencia-
da como ese proceso de extrañamiento entre adul- ciones subjetivas con otros grupos o individuos,
tos y jóvenes, que si bien comparten lenguaje, es- de las cuales se deriva la importancia de las
pacios urbanos, condiciones sociales y económi- otredades o alteridades como referentes claros
cas, e incluso hasta los mismos mensajes mass- para la identificación».33 De ahí la relevancia de
mediáticos, no dejan de sentirse entre extraños. las Culturas Juveniles Urbanas presentes y visi-
Así, la otredad cercana se sucede cada vez que bles en el espacio público, pues su presencia nos
«jóvenes/adultos viven el encuentro con otro, reitera el encuentro con la alteridad, como buena
con alguna alteridad sustancial, que se mani- expresión de una cultura que se constituye en la
fiesta en dificultad de comunicación y, tal vez, diferencia, y que gracias a esa confrontación per-
en la conciencia de estar excluido de otros uni- manente posibilita la acción de sentido, y con ello
versos significativos, de códigos y saberes que las identidades se reconstruyen y recrean. La alte-
son extraños al adulto.»31 ridad es el mejor mecanismo de producción sim-
La otredad cercana se evidencia en la urbe, bólica, se da siempre frente a otro. Un otro reco-
entendida como el espacio - tiempo donde con- nocido como diverso.
e

29 Ibidem. Pp. 11-12.


30 Margullis, Mario et.al. La cultura de la noche: la vida 32 Idem.
nocturna de los jóvenes en Buenos Aires. Argentina: Espasa 33 Valenzuela Arce, José Manuel. El color de las sombras.
Hoy, 1994. Chicanos, identidad y racismo. México: Colegio de la Fron-
31 Ibidem. P. 14. tera, 1998. Pág. 32.

122
Culturas juveniles urbanas contemporáneas:... - Ángela Garcés Montoya - pp 111-123

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123
escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

124
ESTÉTICAS Y CONSUMOS CULTURALES

El espectáculo futbolístico:
«un carnaval cívico»
FEDERICO MEDINA CANO

Abstract
“Culturalmente despreciado, políticamente utilizado y socialmente reducido a una expresión popular
de menor cuantía, el fútbol sigue atrapando la emoción dominguera de aficionados de todo el
mundo, convertido en un cautivante fenómeno de movilización masiva que debe ser merecedor de
una atención más respetuosa” (Jorge Valdano).

Esta es la propuesta del autor al reivindicar el fútbol, no sólo como una acto irracional y
evasivo, sino como uno de los escenarios en los que se construyen las identidades
latinoamericanas, además de tener un potencial democratizador en la medida en que a través de él
se horizontalizan la relaciones de poder.
Palabras clave: racionalidad, placer, identidad, masificación, pasión, tribu.

escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003 - pp 125-131

125
escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

¿Panem et circensis? comercializa y es un medio para hacer publicidad


o promocionar la imagen de algunos productos o
Para explicar la razón de ser de los aconteci- marcas. Los eventos deportivos son auspiciados
mientos deportivos muchos sociólogos acuden a por empresas comerciales que cubren su transmi-
la teoría de la alienación: el fútbol es un falso con- sión o por cadenas de televisión que cobran por
flicto que confunde al pueblo y lo desvía de los los derechos. La publicidad que se pasa en los
asuntos fundamentales. En su poco sentido histó- espectáculos deportivos y que acompaña a los
rico el pueblo sólo quiere «pan y circo». El fútbol jugadores en todas sus actividades sociales les
no es un juego limpio, como espectáculo puede proporciona grandes beneficios económicos a los
ser manipulado por los grupos económicos como dueños de los equipos o del pase de los jugadores
un medio ideológico de dominio y de control. «Ino- y salarios millonarios a los jugadores profesiona-
cula» en el gran público sueños de irrealidad y les les (los jugadores se cotizan como cualquier pro-
hace olvidar sus desdichas, sus circunstancias y ducto y su pase sube o baja de precio). Es un
contradicciones a cambio de la emoción que se renglón importante de la industria, en el mercado
genera en el campo de juego. Le ofrece al aficio- del trabajo del deporte (la docencia, entrenamiento,
nado una excitación temporal que no le ayuda en animación y dirección de actividades deportivas y
nada a superar sus problemas reales. La econo- de recreación) y la producción de artículos de-
mía y la política son la base real de la sociedad y portivos y de tecnología.
las actividades principales de la vida ciudadana,
cualquier otro tipo de actividades, y principalmente Fútbol y sociedad
las relacionadas con la recreación, carecen de va-
lor. La adhesión al fútbol es una forma de evasión El fútbol es un acontecimiento múltiple que pue-
que atenta contra el acatamiento de la realidad y de explicarse desde varios puntos de vista, desde
aleja al hincha del interés por las urgencias políti- varias lógicas: una lógica económica, una lógica
cas y económicas que su realidad le reclama. Las política y una lógica simbólica. Pero cuando el
actividades lúdicas desvían la atención de los asun- análisis de la actividad deportiva se esquematiza y
tos fundamentales: del trabajo y el debate político. se reduce a una de estas dos lógicas se pierde su
Para esta propuesta de análisis el fútbol en el dimensión cultural y la multiplicidad de usos y las
plano político es un medio de control, es un instru- diferentes formas de apropiación que llevan a cabo
mento de subyugación y de dominación cultural. las masas. En los análisis tradicionales se resalta-
Su acción es doble. De un lado, instaura como ban como factores únicos de explicación la lógica
moral dominante en la sociedad la competencia y política y la económica. Esta hegemonía dio ori-
la superioridad. De otro, le permite a los estados gen a un tipo de discursos de corte dogmático y
controlar las emociones colectivas y proyectar la racionalista.1 Se olvidó que la persona que fre-
actividad de las masas hacia un simulacro de con-
flicto. Es utilizado por el poder para crear una cor-
tina de humo, para distraer al pueblo de sus pro- 1 «Desde hace años, corrientes críticas de diverso origen des-
blemas más importantes. Es el resultado de una criben un mundo occidental que va sumiéndose en la aliena-
acción voluntaria de los poderosos para mantener ción a medida que progresa material y tecnológicamente. En
el equilibrio social y llenar sus inquietudes con una general, basta con pronunciar las palabras ‘comercial’, ‘mer-
cantil’ o ‘consumo’ para desencadenar una letanía de adjeti-
acción sustitutiva. Las masas desconocen esta fi- vos descalificantes, para precipitar imágenes despectivas o
nalidad y lo único que reflejan en su pasión es su en todo caso para sembrar la duda sobre la autenticidad de la
ignorancia y su poco sentido histórico. práctica... Todos estos análisis condenan a las masas, defini-
En el plano económico al deporte se le han asig- das como el mundo del no valor, de la sumisión y de la
nado otras funciones. Es fundamentalmente un fe- uniformidad. Les reprochan a las masas su falta de persona-
lidad y su desinterés por los asuntos políticos. Los agentes
nómeno de mercado: es un acontecimiento que sociales, atomizados y dispersos, están sumidos en el ano-
reactiva la economía en varios sentidos. Forma nimato y no forman un bloque político sólido». Yonnet,
parte de la industria del entretenimiento y del em- Paul. Juegos, modas y masas. Barcelona: Gedisa, 1988. P.
pleo del tiempo de ocio. Como espectáculo se 292.

126
El espectáculo futbolístico: «un carnaval cívico» - Federico Medina - pp 127-131

cuentaba los estadios era algo más que un sujeto hay que hacerlo en el proceso de difusión, en la
que representa una clase social o a un consumi- diversidad de usos y la creatividad, y no en las
dor, y que podía asumir otros roles con otro espe- formas que asume la manipulación.4
sor cultural. El primer presupuesto que hay que revisar es
Para entender la dimensión cultural del depor- la relación entre el fútbol y sociedad. El deporte
te, y del fútbol en particular, es necesario superar no está separado, no funciona en contra de la
el esquematismo de este enfoque «pragmático-fun- sociedad, entre ellos existen interconexiones.
cional», sin desconocer el aporte de algunos de «El deporte forma parte de la sociedad, al igual
estos factores, y cambiar de perspectiva. No se que la sociedad tiene que ver con el deporte».5
pueden reducir sólo a una estrategia política de No es una actividad superflua inventada después
los grupos económicos o políticos cercanos al sino que es inherente a la sociedad y a la cultura.
poder o al Estado, o minimizar su espesor cultural Está es su lógica simbólica. El asunto fundamen-
por el uso que de él hacen los grupos económi- tal no es descubrir la utilidad del deporte en un
cos. Caracterizar el deporte como una forma de determinado sistema social, como ideología, como
dominación y situarlo como un apéndice de los forma de evasión, como un instrumento de domi-
aparatos ideológicos del Estado, como un instru- nio, sino descubrir cómo el deporte, como medio
mento de control de las masas y una forma de eva- permite la expresión de algunos valores de la so-
sión, es desconocer la función social que cumple y ciedad.6 La pregunta cambia: si el deporte tiene
negar su valor cultural. El fútbol a espaldas de los sentido ¿qué es lo que la sociedad proporciona a
poderosos o de las estrategias del mercado per- sus miembros en la acción deportiva?, ¿cuáles son
mite otros usos que no forman parte del mismo las relaciones que el aficionado puede disfrutar,
circuito político o económico. «Buena parte de renovar o establecer por medio del deporte?, ¿qué
la existencia social escapa al orden de la racio- sentimientos y emociones lo acompañan?, ¿qué di-
nalidad instrumental, no se deja finalizar ni mensiones de caos o de orden se expresan por
puede reducirse a una simple lógica de domi- medio del deporte? ¿Qué aspecto de la sociedad
nio. La duplicidad, la astucia, el querer-vivir..., se manifiesta en al actividad deportiva?.7
se expresan a través de una multiplicidad de El pensamiento crítico de izquierda se ha ce-
rituales, de situaciones, de gestualidad y de rrado en su mirada sobre el fútbol. Al resaltar en el
experiencias que delimitan un espacio de liber- análisis la función del hombre histórico y colectivo
tad. A fuerza de querer ver a toda costa una ha menospreciado el contexto del hombre indivi-
vida alienada, o una existencia perfecta y au- dual, sus expectativas, sus contradicciones, sus
téntica, olvida a menudo, con la tenacidad que ansiedades y sus afectos. Ha descuidado los pro-
le es propia, que la cotidianidad se funda en blemas del hombre en tanto individuo y las emo-
una serie de libertades intersticiales y relati- ciones del mundo de la cotidianidad que no se
vas».2 podían evaluar desde la transformación de la his-
El deporte no es simplemente el resultado de toria o de la sociedad. Para un pensamiento polí-
una estrategia para manipular o desviar a las ma- tico de avanzada es necesario abordar sus reali-
sas de la cosa pública, es un «producto electivo» dades, sus aspiraciones, los aspectos de la coti-
de primera línea libremente engendrado por sus dianidad en los que el individuo ve realizada su
autores.3En la apropiación que realiza el aficiona- existencia, en los que se siente participar y con los
do se producen procesos de resignificación, de cuales compromete sus afectos e intereses. A este
desplazamiento, de hibridación e intercambio de grupo de prácticas pertenece el fútbol. No es sólo
sentidos que están muy al margen de la visión ho-
mogénea y estática que lo reduce a ser solamente
un fenómeno ideológico. El énfasis en el análisis 4 Sarlo, Beatriz. “Notas sobre política y cultura”. En: Cuader-
nos hispanoamericanos. # Julio-Sep. 517 – 519, 1993. p. 53.
5 Damatta, Roberto. “El ‘futebol’ como drama nacional”. En:
2 Maffesoli, Michel. El tiempo de las tribus. Barcelona: Ica- Concilium. # 225, Septiembre 1989. p. 222.
ria, 1990. p. 293. 6 Idem.
3 Yonnet, Paul. Op. Cit. p. 293. 7 Ibidem. p. 223.

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escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

una maniobra de evasión, es un espacio en el cual sada por la ilusión y el deseo, por la emotividad y la
el hombre concreto busca placer y del cual deriva pasión. Es una relación festiva de ruptura y crea-
felicidad o gratificaciones.8 ción de un nuevo orden. Como en el carnaval, pue-
de crear un mundo al margen de las presiones so-
La razón vs. el placer ciales. Con la posibilidad de desarrollar una exis-
tencia paralela, complementaria y compensatoria,
Esta visión crítica de fútbol no está al margen el hombre que vive la pasión por el fútbol amplía y
del pensamiento racionalista occidental que ha profundiza la vida, la enriquece positivamente.
despreciado, como inoperante, el papel formador
de los medios semióticos que afectan fundamen- Hay que ponerse la camiseta
talmente la afectividad.. «La izquierda ha defen-
dido la lucidez a través de la razón, ha defendi- El fútbol incomoda porque su estructura com-
do la racionalización de todas las cosas, y el pite con las estructuras políticas. El fútbol no sólo
fútbol formaba parte de una especie de dejar- embrutece o aliena como piensan algunos apoca-
se llevar, y era por tanto condenable».9 El de- lípticos (Baudrillard, 1978). Al margen de esta
porte, los espectáculos musicales, los aconteci- concepción el espectáculo deportivo cumple dos
mientos políticos masivos, los fiestas no cumplen funciones en la comunidad: de un lado, en una so-
por su contenido emotivo funciones formativas; no ciedad jerarquizada y vertical donde las masas
pertenecen al orden de la instrucción sino al orden populares sólo tienen voz a través de sus repre-
de la entretención intrascendente. El deporte sólo sentantes, el fútbol es un medio que permite la «ho-
entretiene, divierte, no forma el criterio, alimenta rizontalización del poder». El triunfo o la derrota
la emoción con contenidos banales, con produc- del equipo nacional le permite al aficionado hablar
tos de escasa calidad. Para esta concepción lo y evaluar la «cosa pública», da origen a un debate
único digno de guardar es el sistema escolar insti- público similar a la polémica o a la controversia
tucional de corte racionalista e instrumental cen- propia de la actividad política. Al rededor del des-
trado en la reproducción de conocimientos y con- empeño de la selección se pone a prueba su ca-
ductas; lo demás debe ser suprimido de todo pro- pacidad de juicio, su agresividad verbal y su ca-
ceso formativo. En nuestra cultura siempre ha es- pacidad de crítica. De otro lado, gracias al fútbol
tado separada la razón de la fantasía. Desde sus las masas pueden entrar en contacto con lo nacio-
orígenes «la cultura occidental hegemónica ha nal. Cuando las masas no tienen voz, el poder no
exaltado una idea de razón antagónica a aque- tiene audiencia y sus organismos no ofrecen me-
llas facultades y actitudes humanas más recep- canismos de representación, el fútbol llena estos
tivas que productivas; esas facultades que tien- vacíos, es generador de identidad colectiva. A tra-
den más a la gratificación que a la transfor- vés del fútbol se puede experimentar el país, la
mación aparecen como los elementos irracio- nación o la idea de una comunidad como algo vi-
nales que deben ser domesticados y restringi- sible, físico y distinto.11
dos paras servir al progreso de la razón».10 En la sociedad existe una «socialidad sumergi-
Desde la racionalidad asociada a la productivi- da»12 (no formalizada por el Estado) que puede
dad el hombre occidental ha negado las posibilida- asumir distintas y minúsculas manifestaciones, y que
des de la fantasía y el sentido social y el valor del en sus diversas formas cumple una función similar:
placer. La relación con el deporte no es racional. permite que un conjunto social o un grupo huma-
La relación del aficionado y el espectáculo es bási- no se reconozca por lo que es. El fútbol es un ve-
camente emocional, no es mesurada, está atrave- hículo de socialización, un sistema que con sus sím-
bolos permite la comunicación y la vivencia de
8 Gil, Miguel. “El fútbol, sus oficiantes y sus estrategias” valores colectivos. El deporte es una de las nue-
(entrevista con Vicente Verdú). En: El viejo topo # 50. p. 19.
9 Idem. 11 DaMatta, Roberto. Op. Cit. p. 228.
10 Fuenzalida, Valerio. Televisión-padres-hijos. Chile: Pauli- 12 Maffesoli, Michel. El tiempo de las tribus. Barcelona: Ica-
nas, 1984. p. 60. ria, 1990. p. 54.

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El espectáculo futbolístico: «un carnaval cívico» - Federico Medina - pp 127-131

vas formas de socialidad en las ciudades actuales. rioso» que crea vínculos entre desconocidos y for-
Ante la crisis de las instituciones que configuraron talece los nexos entre personas conocidas. Es una
la ligazón de la sociedad, el fútbol es una actividad estructura de lealtad humana desde el nivel más
que convoca y aglutina a los diferentes sectores local hasta los niveles internacionales.
que habitan una ciudad. En una ciudad descentra- El individuo al pertenecer a un mismo grupo de
da y estallada, habitada por diversidad de grupos seguidores renueva su condición de ser social y
y sectores sociales que sienten la ciudad desde asimila su individualidad al ser colectivo. El triunfo
referentes materiales y simbólicos diferentes, que de la selección del país, por ejemplo, es una oca-
suministra modos de arraigo y pertenencia preca- sión para afirmar públicamente los sentimientos de
rios, el fútbol es una práctica lúdica que suministra pertenencia al territorio y el orgullo nacional (el
una forma colectiva de identidad o de identifica- orgullo de ser colombianos, de ser brasileños, o
ción de sus habitantes con la ciudad o la región en de ser argentinos, por ejemplo.). De otro, es un
la que viven. «Las adhesiones más vigorosas a medio de expresión dramática de las tensiones entre
la ciudad en el sentido más amplio de la expre- grupos y regiones, de las divisiones sociales más
sión (pues los hinchas pertenecen a la región y significativas, de los diferentes tipos de antagonis-
no solamente a la ciudad stricto sensu) son de mos. Permite expresar lealtades particulares y las
tipo deportivo y los simbolismos más elemen- divisiones sociales y culturales. El campeonato
tales encuentran aquí (dos o tres letras, uno o nacional es un duelo entre regiones, entre ciuda-
dos colores) una vitalidad y una eficacia nue- des, colores y estilos de juego que confirma la di-
vas».13 El fútbol es un referente que aglutina, es versidad y la pluralidad cultural de un país. En una
una imaginario común que convoca hoy a las gen- sociedad no homogénea el fútbol como un con-
tes a juntarse, a reunirse y reconocerse.14 A través flicto ritualizado puede reducir las hostilidades exis-
del fútbol la relación con la ciudad o con la región tentes entre dos grupos, expresarlas o estimular-
se establece con una referencia abstracta y arbi- las. No es una guerra o un enfrentamiento real, en
traria; los clubes deportivos o la selección nacio- el fútbol las rivalidades no son definitivas, son amis-
nal son el mejor ejemplo de estos referentes abs- tosas.
tractos. A diferencia de ciertos países de Europa y
El espectáculo futbolístico cumple un doble Norteamérica en los cuales la constitución, el con-
papel: paradójicamente integra y divide. De un greso, el orden jurídico, la economía, etc. son ins-
lado, vincula, con un renovado sentido de perte- tituciones que representan la nación, el fútbol en
nencia, personas de la más diferente condición América Latina es una de las fuentes de la identi-
(económica, cultural, social, intelectual, racial), dad nacional, es una actividad generadora de la-
grupos, regiones o ciudades alrededor de un mis- zos de solidaridad y de vínculos de identidad so-
mo fervor, de un común entusiasmo o una misma cial.15 En nuestros países, mientras los gobiernos
celebración, y crea en los aficionados «un pro- institucionales proponen un «sentimiento de nación»
fundo gozo de proximidad.» Es un «lazo miste- que unifica políticamente al país y presenta un pan-
teón de héroes y tradiciones consolidadas, y le rin-
13 Augé, Marc. Hacia una antropología de los mundos con- den pleitesía a la cultura nacional en festejos y con-
temporáneos. Barcelona: Gedisa, 1995. p. 160. memoraciones, en la vida cotidiana el espectáculo
14 En las nuevas culturas urbanas están cambiando los modos deportivo revitaliza el amor por lo propio y le ofre-
de estar juntos. En este contexto «el fútbol o la telenovela ce al ciudadano común una imagen de la nación
pueden llegar a ser una de las pocas maneras como los co-
lombianos nos sentimos juntos ! Aunque sea sufriendo con
que asume colectivamente y en la intimidad de su
el equipo nacional en el campeonato mundial, el fútbol nos mundo doméstico y familiar.16
posibilita estar juntos; del mismo modo que aun melodra-
matizando la vida y la historia, las diferencias regionales y 15 DaMatta, Roberto. Op. Cit. pp. 233- 234.
los procesos de industrialización, la telenovela Café convo- 16 (4). «En este país (Uruguay), el discurso futbolístico es tan
có a los colombianos de un extremo geográfico y social al central que envuelve los político y lo cultural. A falta de una
otro». Martín-Barbero, Jesús. “Un nuevo mapa, debate al referencia nacional racial, de una identidad sólida, el país
periodismo cultural en Colombia”. En: Número. # 19, Sep- entero es hacia afuera un club, La Celeste, y hacia adentro
tiembre - octubre 1998. p. 59. del Nacional y del Peñarol. La unicidad de La Celeste, y sus

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escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

En los encuentros internacionales el espectá- el objeto lejano, aislado en mástiles de reve-


culo futbolístico permite trasponer ritualmente los rencia, y para millones de personas se torna
conflictos políticos entre estados y revivir los sen- algo íntimo, el rebozo o la cobija, el paño com-
timientos patrióticos. En él las mayorías reencuen- partible, la manta bajo la cual transitan los
tran sus vínculos y sus afectos por la nación. El grupos».19
fútbol es un «carnaval cívico», en que los hinchas El fútbol permite vivir una experiencia de la
vestidos con la bandera nacional experimentan la nación diferente a la que ofrece el Estado. No se
unidad afectiva de la nación. En él reafirman la niega la capitalización de este sentimiento por lo
comprensión diaria de la nación, el fervor patrióti- gobiernos, pero es un sentimiento de gozo que no
co, el valor de la tradición y «lo propio». El fútbol es compatible con los proyectos del Estado. El
alimenta la lealtad del ciudadano a su país como entusiasmo nacionalista se caracteriza por el uso
una forma de devoción y entrega; hace coincidir de la primera persona plural y por su carácter ne-
los intereses vitales de los ciudadanos con los in- cesariamente apolítico. Es una experiencia de la
tereses de la patria.17 Cuando juega la selección nación que no expresa los ideales del Estado, ni
nacional «sentimos» que nuestro país lo hace: «son se resume en un acto legislativo. Es una vivencia
horas en que la patria nos entra por los ojos y colectiva que permite expresar más allá de las di-
los oídos y se nos sale por la garganta».18 ferencias de clase un entusiasmo común. Con el
El sabor de triunfo revive en el público el res- triunfo de la selección «la felicidad se vuelve rau-
peto y la admiración por los símbolos patrios (la dales», y «la alegría es programa y proyecto de
bandera, el escudo y el himno nacional) y el cariño multitudes».20
por el suelo. «La bandera nacional deja de ser
e

aguerridos charrúas (recuperación de la memoria de los indí- medios de comunicación, que tienden a constituirla». Bea-
genas exterminados hasta el último), y el dualismo de los triz Sarlo. “Notas sobre política y cultura”. En: Cuadernos
dos clubes grandes -repetidos en dos partidos políticos tra- hispanoamericanos # 517-519, Julio-Sep 1993.p. 52. En la
dicionales, blancos y colorados-, describe el tejido de toda la actualidad la muchedumbre deportiva no es sólo la que está
sociedad. Ahora bien, esa entidad futbolera ha producido en agrupada en los estadios. La televisión y la radio extienden
lo esencial un país de larga tradición democrática, tolerante el recinto del estadio hasta las fronteras de cada nación. El
y razonablemente próspero, pero más importante aún: dos fenómeno se masifica y cada vez es más difícil escapar a la
títulos mundiales, catorce títulos continentales, dos olímpi- creciente fuerza de sus llamamientos. Un partido de fútbol
cos... y artistas como Nasazzi, Piendibene, Schiadino, Ghi- es una movilización general de la nación, una festividad na-
ggia, Rocha, Cococho, Alvarez, Roberto Matosas. Mazur- cional y una ceremonia patriótica a la que todos se ven
kiewicz, Maneiro, Morena, De León, Francescolí...». Blatt, convocados.
Roberto. “Dios existe...” En: Letra internacional. # 44. p. 18 Monsiváis, Carlos. Los rituales del caos. México: Grijal-
50-51. bo,1991. p. 31.
17 En la definición de la identidad nacional participan activa- 19 Monsiváis, Carlos. Entrada libre. México: Era, 1987. p.
mente los medios de masas. En la actualidad «sería imposi- 219.
ble la existencia de una comunidad nacional fuera de los 20 Ibidem. p. 217.

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El espectáculo futbolístico: «un carnaval cívico» - Federico Medina - pp 127-131

Bibliografía
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poráneos. Barcelona: Gedisa, 1995 mo cultural en Colombia. En : Número. # 19, Septiembre -
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Damatta, Roberto. El ‘futebol’ como drama nacional. En: Monsiváis, Carlos. Entrada libre. México: Era, 1987.
Concilium. # 225, Septiembre 1989. Monsiváis, Carlos. Días de guardar. México: Era, 1988.
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correo de la Unesco. # 12/1992. bo,1991.
Fuenzalida, Valerio. Televisión-padres-hijos. Chile: Paulinas, Sarlo, Beatriz. Escenas de la vida posmoderna. Buenos Aires,
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Gil, Miguel. El fútbol, sus oficiantes y sus estrategias (entre- Sarlo, Beatriz. Notas sobre política y cultura. En: Cuadernos
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Maffesoli, Michel. El tiempo de las tribus. Barcelona: Icaria, Yonnet, Paul. Juegos, modas y masas. Barcelona: Gedisa,1988.
1990.

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escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

Capitalism, Global Public Sphere


A b s t r a c t s and the Terrestrial Digital Television
CESAR RICARDO SIQUEIRA BOLAÑO - VALERIO CRUZ BITTOS

Some general theoretical elements are presented concerning the relationship


among technology, capitalism and public sphere considered fundamental for a good
vision on the problem. Likewise, the perspectives of an alternative policy of tech-
nological development for the non-hegemonic countries, within which an industrial
policy for the audiovisual should be added, coherent with the needs for social
inclusion and universal access to technical means that comply with public sphere.
The discussion centers on the convenience of adopting one of the systems of
TDT that already exist in the developed countries, whit the handing over of the
market and the technical and scientific development to the multinational capital; or
if on the contrary, an alliance must be formed among China, India, Brazil, and
other countries of Latin America, in order to develop an autonomous platform, to
generate scientific and technical development, to strengthen the domestic market
and to democratize the public sphere by including social sectors today excluded
from technology because of their lack of payment.
Key Words: Capitalism, information, public sphere, business model, global.

Globalization, Multiculturalism and Communication


LUIS IGNACIO SIERRA GUTIÉRREZ

It is affirmed that, more than intricate and complex concepts, globalization,


multiculturalism and communication are applicable realities. They are reciprocally
connected because they draw with particular clarity the physiognomy of the socie-
ties of the new millennium. In the balanced, critic and reasonable interaction of the
dialogic recognition of this trilogy, it is played the possibility of conforming a new
multicultural society that favors dignity and the interests of human beings.
Key Words: Globalization, multiculturalism, intercultural communication, re-
cognition, difference, dialogue.

Mass Media and Nation:


Notes for a Reading About Fragments within Globalization
ALEXIS V. PINILLA DÍAZ - JOIMER EDGAR ROBAYO

A description of the ways referents about national events in the local and global
contexts have been constructed, referring to its transformations, tensions and ga-
thering places is presented. The historical analysis of the construction of national
events as product of modernity and globality -a derivate, among others, of the role
played by the mass media in the construction of an interpretation of world culture-
to which we assist at the beginnings of the 21st century occupies a central place.
These readings are related to the communicative dynamics and their interaction
with the process of construction and diffusion of the national.
Key Words: Globalization, nation, communication, mass media.

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escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

Immigration and Multicultural Education


A b s t r a c t s The case of the qualified immigrants in The United States
GUILLERMO ALEJANDRO D’ABRACCIO KREUTZER

Some ideas about the assimilation and difference recognition processes that the
University Education system in the United States is going through, as an effect of the
immigration policies are expressed here. The United States have been in a vanguard
place regarding the policies to attract foreign students. The inclusion of foreign stu-
dents is a strong strategy to chose to future qualified workers. Even though they go
back to their countries, these students become people strongly integrated into the
academic world of the nation they studied at. They help in research from the distan-
ce, use and spread technologies coming from that country, consume its products and
multiply an image that favors its interests. The main thesis of the author is that the
immigration of the last thirty years in the United States is a part of an homogenization
project that tries to concentrate the world’s scientific elite.
Key Words: Immigration, multiculturality, qualified migration, meritocracy (tho-
se who perform better)

Communication and Health .Instrument And Routine


HÉCTOR HERNANDO QUINTERO GÓMEZ

The communication processes that center in power have connotations that get clo-
se to aesthetical and political elements which, in the everyday act, become relevant until
they form a model of relation that transmits hegemonic interests of order and social and
corporal control. An everyday act of communication takes place in the health local
place that -at the end- consolidates an aesthetic and a form of communication that is
ligitimized by the institution and the users. No matter if the tendencies of failure that
make possible the hegemony of the corporal and social control model are evident. So
communication walks by the architectonic spaces, the relationships at the different
services, the means used to transmit clinic and pathological information, and the ways
of reading used both by the user and the worker of the health system.
Key Words: Hegemony, power, control, health, pathology, instrument.

Citizenship Formation and Social Identities in Colombia


A View From the Field of Education-Communication
RAUL INFANTE ACEVEDO - MARTHA CECILIA HERRERA
ALEXIS PINILLA DÍAZ

It is affirmed that the Colombian school shares, with other institutions of politi-
cal socialization, the citizenship formation and the construction of social identities.
But far from having the monopoly of teaching, the educational institution tends to
be a place where different speech and communication logics interact. Logics co-
ming from mass media, the street, youth groups, religious groups, etc. It is at these

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escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

places where the social horizon of Colombian people is re-crated, goes by and

A b s t r a c t s where are configured the different cosmogonies that are present in the national
context. Education-communication appears as an emerging educational field for
the cultural and social analysis that allows us to reflect about the role that school
plays, understood as an educational and political setting in which different spee-
ches and domination and resistance practices meet and compete. And in which the
school knowledge is just another one among many others. Three basic ideas are
developed: 1) The cultural tensions that influence the constitution of the political
subject in Colombia are indicated. 2) The relationship between education-com-
munication and citizenship formation is established. And 3) The existing approxi-
mations and differences between the school culture and the mass media culture
are depicted.
Key Words: Social identities, citizenship, education-communication, political
subject.

Culture adds Value


The Cultural Policies and the Economy of Culture
CARLOS E. GUZMÁN CÁRDENAS

In a diversified and wide way, it is discussed the field of the so called commu-
nication and culture policies. In order to do that, the conceptual problem of poli-
cies of communication and culture are presented. Then the article concentrates on
the models of public policy and critiques. Also, the lack of information that make
difficult the formulation of such policies. In the same way, it presents the political
problem of culture as a component of citizenship (or a cultural citizenship). Finally,
it deals whit the economic characteristics of culture in its two dimensions: on the
one side, culture as the satisfaction of symbolic needs of society, which would be
the economic face of culture. And on the other side, the contribution of culture as
a sector to the aggregates of the nation; that is, the cultural contribution to the
economy. Within this particular field, most recent Latin American studies are revi-
sed.
Key Words: Cultural policy, communication policy, cultural industry, cultural
citizenship, cultural economy, culture economics.

Social Imaginaries and Citizenship Aesthetics


ARMANDO SILVA

Among other things, the discussion about the relationship among what is real,
what is imaginary and, nowadays, what is virtual, is presented. It is said, that
neither imaginary is non real, nor virtual is just potential, but on the contrary, there
are different ways of living what is real. That is to say, reality, from the point of
view of citizenship aesthetics, is not only material but specially symbolic. The city
is every time less material due to the effect of feeling as strangers that it produces
both on those who visit coming from outside, as on those who inhabit it.
Key Words: Social imaginaries, citizenship aesthetics, virtual city.

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escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

Social Uses of Television in Family Audiences


A b s t r a c t s TOMÁS VÁSQUEZ ARRIETA - GUILLERMO CÁRDENAS P.
ALEJANDRO MARTÍNEZ

It is intended to form a conceptual horizon and locate some key problems


around the relationship between family audiences and television. In this perspecti-
ve, the role of television in the reconfigurations of space and time around the
everyday activities of family audiences is emphasized. A lot of communicative and
cultural problems are presented here, which move around the family use of televi-
sion and which influence the everyday life of people. This problem is viewed from
a point of view that privileges the cultural contexts of the home at which television
consumption is made, since it is only from there from where it is possible to ask
about what families do with what T.V. offers to them.
Key Words: Family audience, reception, social uses.

Contemporary Urban Youth Cultures:


An Anthropological Approximation
ÁNGELA GARCÉS MONTOYA.

It is intended to recognize the nature of the current urban youth cultures, not
only from anthropology but also from aesthetics. It is supported that youth is a
category which is socially built that depends on conditionings such as age, gender
and social class. A review of studies on youth culture is made, as the basis for
approaching studies on non-institutionalized youngsters.
Key Words: Youth culture, urban culture, urban aesthetics.

The soccer show: “A civic carnival.”


FEDERICO MEDINA CANO

“Culturally out of prestige, politically used, and socially reduced to a po-


pular low status expression, football soccer continues capturing the Sunday’s
emotion of fans all over the world; this captivating phenomenon of massive
mobilization deserves a more respectful attention”. (Jorge Valdano). This is
the writer’s proposal, by favoring football soccer, not only as an irrational and
evasive act, but as one of the settings in which the Latin-American identities are
built. Besides, it has a democratizing potential, since through soccer power rela-
tionships get on horizontal level.
Key Words: Rationality, pleasure, identity, massification, passion, tribe.

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escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

César Ricardo Siqueira Bolaño


L o s a u t o r e s Profesor de la Universidad Federal de Sergipe (UFS), donde coordina el
Observatorio de Comunicación (Obscom). Doctor en Economía de la Univer-
sidad Estatal de Campiñas (Unicamp). Periodista graduado por la Escuela de
Comunicaciones y Artes (ECA) de la Universidad de São Paulo (USP). Autor,
entre otras publicaciones, en el Brasil y en el exterior, de Indústria cultural,
informação e capitalismo (São Paulo: Hucitec, 2000), Mercado brasileiro de
televisão (Aracaju: PEUFS, 1988, atualizado en 2003, aún no disponible), Po-
líticas de Comunicación e Economia Política das Telecomunicações no Bra-
sil: convergência, regionalização e reforma (Aracaju, Eptic, 2002. Disponible
en: <www.eptic.com.br>.). Coordina el Grupo de Trabajo de Economía Política
de la Asociación Latinoamericana de Investigadores de la Comunicación (ALAIC).
Es diretor de la revista académica Eptic On line-Revista Electrónica Interna-
cional de Economía de las Tecnologías de la Información y de la Comunica-
ción (www.eptic.com.br).
E-mail: bolano@ufs.br

Valerio Cruz Brittos


Profesor en el Programa de Posgrado en Ciencias de la Comunicación de la
Universidad del Vale del Rio de los Sinos (UNISINOS) y Doctor en Comunica-
ción y Culturas Contemporáneas de la Facultad de Comunicación (FACOM) de
la Universidad Federal de Bahia (UFBA). Graduado en Comunicación Social –
Periodismo y Derecho, con especialización en Ciencia Política, desarrolla estu-
dios en el área de la Economía Política de la Comunicación. Autor de numerosos
artículos publicados, en revistas nacionales e internacionales, como História,
Economia Política e tendências da TV brasileira (Conexão-Comunicación e
Cultura, Caxias do Sul, v. 1, n. 1, p. 19-42, jun. 2002). Es autor de la obra
Recepção e TV a cabo: a força da cultura local (2. ed. São Leopoldo: Ed.
Unisinos, 2001), e organizador de Comunicación, informação e espaço públi-
co: exclusão no mundo globalizado (Rio de Janeiro: Papel & Virtual, 2002). Es
editor de la revista académica Eptic On line-Revista Electrónica Internacional
de Economía de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación
(www.eptic.com.br).

Guillermo Hernán Cárdenas P.


Filósofo de la Universidad Nacional de Colombia. Especialista en Derechos
Humanos. Profesor Facultad de Comunicación Social-Periodismo Universidad
Los Libertadores. Director del Observatorio de Derechos Humanos en publici-
dad de la misma Facultad.
E-mail: yoguillermo56@hotmail.com

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escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

Guillermo Alejandro D´abraccio Kreutzer


L o s a u t o r e s Licenciado en Comunicación y Ciencia Política. Magíster en Comunicación
Educativa. Especialista en Antropología Jurídica. Profesor Asistente de la Univer-
sidad Nacional de Colombia. Sede Manizales.

Ángela Garcés Montoya


Historiadora. Magister estética y culturas urbanas contemporáneas. Profesora
de la Facultad de Comunicación y Relaciones Corporativas de la Universidad de
Medellín.
E-mail: agarces@guayacan.udem.edu.co

Carlos Enrique Guzmán Cárdenas


Sociólogo (Universidad Central de Venezuela. UCV). Magíster en Ciencias
Administrativas (UCV). Especialista en Gerencia de Proyectos de Investigación
& Desarrollo (UCV). Presidente de INNOVATEC-INNOVARIUM INTELI-
GENCIA DEL ENTORNO C.A. Observatorio Cultural y Comunicacional de
Venezuela. http://www.innovarium.com Profesor-Investigador del Instituto de In-
vestigaciones de la Comunicación del ININCO-UCV. Profesor de la Escuela de
Comunicación Social de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB). Coordi-
nador General Asesor del Observatorio de Políticas Culturales del CONAC. Miem-
bro de la International Sociological Association (ISA). Miembro de la Asociación
Latinoamericana de Sociología (ALAS). Miembro de la Association for Cultural
Economics International (ACEI). Miembro del Consejo de Redacción de la Re-
vista Comunicación Estudios Venezolanos de la Comunicación. Autor de varios
libros de los cuales se destaca: «Políticas y Economía de la cultura en Venezue-
la. Una estimación del comportamiento productivo de las industrias y activi-
dades relacionadas con el sector cultural venezolano». (Cuadernos Ininco 2.
UCV. 2003) y co-autor de varios otros, como: «El Estado de la Publicidad y el
Corporate en España y Latinoamérica 2003» (Editado por el departamento de
Comunicación Audiovisual y Publicidad 1 de la Universidad Complutense. 2003).
E-mail: carlosgu@telcel.net.ve carlosguzman@innovarium.com

Martha Cecilia Herrera


Doctora en Filosofía e Historia de la Educación. Profesora-Investigadora Uni-
versidad Pedagógica Nacional de Colombia. Coordinadora Grupo de investiga-
ción en Educación y Cultura política.
E-mail: acuaria2001@hotmail.com

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escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

Raúl Infante Acevedo


L o s a u t o r e s Magíster en Educación Comunitaria. Profesor del Departamento de Ciencias
Sociales de la Universidad Pedagógica Nacional y de la de la Facultad de Educa-
ción la Fundación Universitaria los Libertadores. Miembro Grupo de Investiga-
ción en educación y Cultura Política.
E-mail: rainfa@hotmail.com

Luis Alejandro Martínez Rodríguez.


Sociólogo de la Universidad Cooperativa de Colombia. Diplomado en Cien-
cias de la Educación. Actualmente cursa la Especialización de Informática y Mul-
timedios en la Fundación Universitaria los Libertadores. Profesor Facultad de
Educación Universidad Los Libertadores.

Federico Medina Cano


Licenciado en Filosofía y letras, Facultad de Filosofía y letras, Universidad
Pontificia. Bolivariana, Medellín. Magister en Literatura Latinoamericana, Was-
hington University, St. Louis Missouri. Profesor titular en la Facultad de Comuni-
cación Social, Universidad Pontificia Bolivariana.
E-mail: juanita@epm.net.co

Alexis V. Pinilla Díaz


Licenciado en Ciencias Sociales y Magíster en Historia de la Educación y la
Pedagogía de la Universidad Pedagógica Nacional. Investigador Fundación Uni-
versitaria Los Libertadores. Bogotá. Miembro Grupo de Investigación en Educa-
ción y Cultura Política. Universidad Pedagógica Nacional.
E-mail: alepinilla@hotmail.com, lamart2000@hotmail.com

Héctor Hernando Quintero Gómez


Médico, Neuralterapeuta. Magister en Educación y Desarrollo Comunitario
CINDE, Especialista en Evaluación del Riesgo y Prevención de Desastres. Do-
cente Universidad Tecnológica de Pereira.
E-mail: comunicasalud@andromeda.utp.edu.co

Joimer Edgar Robayo


Psicólogo de la Universidad Nacional de Colombia. Especialización en Do-
cencia Universitaria, Universidad Externado de Colombia. Docente e Investiga-
dor, de Fundación Universitaria Los Libertadores, Universidad Externado de
Colombia, Universidad del Tolima. Consultor de Naciones Unidas para el Desa-
rrollo.
E-mail: lamart2000@hotmail.com

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escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

Luis Ignacio Sierra Gutiérrez


L o s a u t o r e s Magister en Comunicación Social de la Universidad Católica de Lovaina la
Nueva (Bélgica). Licenciado en Filosofía por la Pontificia Universidad Javeriana,
Bogotá, (Colombia). Doctor en Teología y Ciencias Religiosas de la Universidad
Católica de Lovaina la Nueva (Bélgica). Profesor Asociado del Departamento de
Comunicación, de la Facultad de Comunicación y Lenguaje, de la Pontificia Uni-
versidad Javeriana, en Bogotá (Colombia). Fue Director de la Maestría en Co-
municación y en la actualidad es Profesor de la misma. Coordinador de Trabajos
de Grado de la Carrera de Comunicación Social. Ha participado en investigacio-
nes colectivas publicadas, al igual que con ponencias en congresos internacionales
y con la publicación de artículos en diferentes revistas especializadas.
E-mail: lisierra@javeriana.edu.co

Armando Silva
Sociólogo. PhD en Filosofía y Literatura Comparada de la Universidad de
California y un Master en Semiótica y Psicoanálisis de la Ecole Des Hautes Etu-
des en Sciences Sociales de París. Además, dirige el proyecto «Culturas urba-
nas en América y España desde sus imaginarios sociales», que incluye trece
ciudades en el estudio. Autor de doce libros –referencias obligatorias en este
continente- su trabajo ha sido distinguido por entidades mundiales como Docu-
menta11 de Alemania, The British Council en Inglaterra, y la revista Les Inroc-
kuotibles de Francia, entre otros.
E-mail: armandosilva@cable.net.co

Tomás Vásquez Arrieta


Filósofo. Filósofo de la Universidad Nacional de Colombia. Maestría en So-
ciología de la Educación de la Universidad Pedagógica Nacional. Aspirante al
Doctorado en Educación y Comunicación de la Universidad Nacional de Colom-
bia. ( En proceso).Director Departamento de Investigaciones Universidad Los
Libertadores.

139
escribanía número 11, Universidad de Manizales, julio - diciembre / 2003

Pautas para publicar en Escribanía


La revista Escribanía mantiene abierto el pe- Procedimiento:
ríodo de recepción de trabajos para ser someti- Autor: se escribe en forma invertida en el si-
dos a evaluación. Les rogamos observar las si- guiente orden: apellido(s) con letras minúsculas en
guientes pautas a fin de agilizar la edición e identi- negrilla, separado de nombre(s) por una coma,
ficar la publicación. seguido de punto.
1. Los trabajos (ensayos académicos o resulta- Autor Corporativo
dos de investigaciones) deben ser preferible- Colombia. Ministerio de Educacion Nacio-
mente inéditos, con una extensión entre 15.000 nal. La Identidad. Santafé de Bogotá: Ministe-
y 25.000 caracteres (aproximadamente 20 rio, 1995. 75p
páginas, tamaño carta, a doble espacio). Se
aceptan trabajos en Inglés y Portugués, ade-
Entidades Subordinadas
más del Español. Si los trabajos no son inédi-
tos, indicar con exactitud la ficha bibliográfica Colombia. Dirección General de Impues-
de la publicación, así como la autorización res- tos Nacionales. Manual Básico de impuestos.
pectiva. Las tablas, cuadros y gráficos deben Santafé de Bogotá : Imprenta Departamental,
enviarse en archivo aparte, debidamente nu- 1995.102p.
merados y nombrados en el texto del artículo
(ej. ver cuadro 3). Entidades gubernamentales o privadas de ca-
rácter autónomo.
2. Los textos deben entregarse en disquete y co- Empresas de Teléfonos de Bogota. Direc-
pia impresa, en procesador de palabras en torio de Cundinamarca. Santafé de Bogotá : Edi-
Word 6.5 o posterior, en edición corregida y lco, 1999. 1600p.
definitiva. También se aceptan a través del co-
rreo electrónico de la Revista. Tesis
Esquema: Autor. Título : subtítulo. Ciudad, año.
3. Para la organización interna de los textos se
Paginación : il. + material acompañante. Tesis (tí-
deben cumplir las siguientes normas:
3.1. Los títulos en negrillas, altas y bajas. tulo académico). Institución. Facultad, Departa-
3.2. Las citas textuales, las palabras o frases mento, División o Sección.
en otros idiomas, en cursiva o itálica simple.
3.3. Notas al pie de la página y referencias bi- Eventos
bliográficas en números arábigos, en el siguiente Congresos, Seminarios, Conferencias. Autor
orden: (número ordinal : año : ciudad). Título. Lugar de
Apellido del autor en negrillas altas y bajas, se- publicación : editorial, año. Páginas.
guido del nombre en altas y bajas. Título y sub-
título de la Obra en cursiva o itálica simple, en Artículo de revista
altas y bajas en el orden que se indica a conti-
Autor del artículo. Título del artículo : subtítulo
nuación:
del artículo. En: título de la publicación : subtítulo
de la publicación. Entidad responsable de la pu-
Libros blicación. Número del volumen, número de la en-
Autor, título, subtítulo, mención de edición, pie trega (mes, año); paginación.
de imprenta: ciudad, editorial, fecha, paginación.

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ción, lugar de publicación, editorial, año de edi- de la carátula de la publicación reseñada.
ción, fecha de actualización/revisión, fecha de la 5. Los trabajos deben incluir un Abstract de máxi-
cita, serie, notas, disponibilidad y acceso, número mo 10 renglones, en español y en inglés, ade-
normalizado. Autor y título: sigue igual procedi- más de los datos académicos y profesionales
miento que el citado para libros, folletos y revis- del autor.
tas. Tipo de soporte: se coloca después del título, 7. Los editores agradecen su participación, pero la
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riada en línea]. Los trabajos deben entregarse a la Secretaría
de la Facultad de Comunicación Social y Perio-
dismo de la Universidad de Manizales, dirigidos a:
Artículo de revista
Autor. Título. Título de la revista. [tipo de so- Comité Editorial
porte]. Edición. Número de la revista. Fecha de Revista ESCRIBANÍA
actualización/revisión. Fecha de la cita. Localiza- Carrera 9 # 19-03
ción dentro del documento base. Disponibilidad y Fax (57) (68) 841443
acceso. Número normalizado. Teléfono (57) (68) 841450
Manizales-Colombia
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quete e impresas, con una extensión aproxi-
e

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Red iberoamericana de revistas


de comunicación y cultura
ACERVO MÌDIA REGIONAL BIBLIOTECONOMIA E CUMUNICACAO
Universidade de Taubaté, Sâo Paulo, Brasil. Facultade de Biblioteconomia e Comunicacao
Teléfono: (12) 225 4289 Universidade Federal do Río Grande do Sul
Email: eliane@comunic.unitab.br Rua Ramiro Barcelos, 2705-
90035-007- Porto Alegre, RS, Brasil
ANALISI Fax: (951)3306635
Universitat Autonoma de Barcelona E-mail: bibfbc@vortex.ufrgs.br
Facultad de Ciencias de la Informació
Departamento de Teoría de la Comunicación CABILDO INDEPENDIENTE
089193 Bellaterra, Barcelona, España
Parlameto Joven
Fax: (3) 5812000
Vicepresidente Sánchez 612 c/Azara, Asunción
Teléfono: (595-012) 220602 Fax (595-021) 220302
ANUARIO ININCO
Instituto de Investigaciones de la Comunicación Email: cabildoindependiente@latinmail.com
Facultad de Humanidades y Educación
Universidad Central de Venezuela CANDELA
Av. Neverí, Centro Comercial Los Santiago de Chile 1180.esc.301.
Chaguaramos, piso 13, Los Chaguaramos. 11200 Montevideo, Uruguay
Apartado de correos 47.339, Caracas 1041, Venezuela Fax: (05982) 901 1406
Fax: 6622761 Email: ininco@ conicit.ve
C+I COMUNICACIÓN E INFORMACIÓN
ANUARIO UNESCO/UMESP Centro de Investigación de la Comunicación
DE COMUNICÂO REGIONAL e Información de la Universidad del Zulia
Universidad Metodista de Sâo Paulo Edificio Mareluz, sede del Doctorado de Humanidades,
Rua do Sacramento 230, Rudge Ramos. Maracaibo, Venezuela.
Sâo Bernardo do Campo, Brasil Telefax (58-61) 598085
Teléfono: (5511) 43665819 Email: cmasi@latinmail.com
Email: unesco@metodista.br
COMUNICACIÓN U.P.B
APORTES DE LA COMUNICACIÓN Y LA CULTURA Facultad de Comunicaión Social
Facultad de Comunicación Social y Humanidades. Universidad Pontificia Bolivariana
Universidad Privada de Santa Cruz de la Sierra
Apartado aéreo56006- Medellín, Colombia.
Av. Paraguá 4º anillo. Teléfono: (591-3) 464000 y 465757
Fax: 4118656
Castilla 2944 Santa Cruz, Bolivia.
Email: istein@upsaint.upsa.edu.bo
COMUNICACIÓN
ARANDU ESTUDIOS VENEZOLANOS DE
Organizaciones Católicas de Comunicación COMUNICACIÓN
(OCIC-AL, UCLAP Y Unda- AL) Centro Gumilla Edificio Centro de Valores, local 2, Esquina
Alpallana 581 y Whimper, Luneta, Altagracia
Apartado aéreo 17-21-178 Quito, Ecuador Apartado 4838, Caracas 1010- A- Venezuela
Fax: (593-2) 501658 Fax: (02) 5647557
E-mail: scc@UIO. satnet.net E-mail: cengumi@conicit.ve

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COMUNICACIÓN Y MEDIOS CONSTELACIONES DE LA COMUNICACIÓN


Universidad de Chile Fundación Walter Benjamin
Tapia N. 10, Santiago- Centro Chile Mansilla 2686 1º 4 (1425) Buenos Aires, Argentina
Teléfono: 2222604 Fax: 2229616 Teléfono 5411 49613764 Fax 5411 48655773
Email: periodismo@uchile.cl Email aentel@ciudad.com.ar

COMUNICACIÓN Y SOCIEDAD CONTRATEXTO


Departamento de Estudios de la Comunicación Social Facultad de Ciencias de la Comunicación
Universidad de Guadalajara Universidad de Lima
Paseo Poniente 2093, Jardines del Country, Apartado 852, Lima 100, Perú
Guadalajara, Jalisco, México CP 44210 Fax 4378066. Email fondo-ed@ulima.edu.pe
Teléfono (3) 8237505 Fax: (3) 8237631
Email comysoc@fuentes.csh.udg.mx CONVERGENCIA
http:// fuentes.csh.udg.mx/comysoc/comysoc.htm Centro de Investigación y Estudios Avanzados en Ciencias
Políticas y Administración Pública
COMUNICACIÓN Y SOCIEDAD Universidad Autónoma del estado de México,
Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra Facultad de Ciencias Políticas y Administración Pública
Ed. Ciencias Sociales, Universidad de Navarra Centro de Coatepec s/n Ciudad Universitaria, toluca,
31080 Pamplona, España Fax: (34) 948 425664 México, C.P. 50000 Telefax (52-72) 159280
E-mail: cys@unav.es Email: convergencia@coatepec.uaemex.mx http://
Página web: www.unav.es/ cys/ www.uaemex.mx/publica/convergencia/

COMUNICAR CUMUNICACAO E SOCIEDADE


REVISTADE EDUCACIÓN Universidad Metodista de Sao Paulo
EN MEDIOS DE COMUNICACIÓN Facultad de Ciencias de la Comunicacao e da Cultura
Grupo Comunicar, Apartado 527.21080 Huelva, España Curso de Pos-graduacao Social
Fax: (00-34) 959248380260757 Rua de Sacramento 230 - Rudge Ramos
Email: info@grupocomunicar.com 09735-460 Sao Bernardo do Campo, SP, Brasil
http/www.grupo-comunicar.com Teléfono (5511) 43665550 Fax 5511 4366 5728
E-mail: publicom@metodista.br & poscom@metodista.br
COMUNICACOES & ARTES
Universidade da Sâo Paulo CHASQUI
Av Lucio Martins Rodrigues, 340, Sâo Paulo, Brasil CIESPAL Centro Internacional de Estudios Superiores de
Teléfono: 3818 4059 Fax 3814 1234 Comunicación para América Latina
Email: proenjl@usp.br Av. Diego deAlmagro 2155 y Andrade Marín.
Casilla 17-01-584, Quito, Ecuador Fax: 502487
COMUNICACAO & EDUCACAO E-mail: chasqui@ciespal.eog.ec
Departamento de Comunicacoes e Artes ECA/USP
Av. Prof. Lúcio Martins Rodrigues, 443 DIÁ-LOGOS DE LA COMUNICACIÓN
Predio Central, 2º andar, sala B-17 FELAFACS
Cidade Universitaria 05508-900 FederaciónLatinoamericanadeFacultadesdeComunicaciónSocial
Sao Paulo, SP, Brasil Fax: (5511) 38184063 Calle Bernstein No 261,San Borja, Lima 41
E-mail: comueduc@usp.br Apartado postal 180097, Lima 18 - Perú
Telefax: 4754487 E-mail: dialogos@felefacs.org
COMUNICACÂO PRO
Dirección: http://www.comunicacao.pro.br Río de Janeiro, Brasil
Teléfono: 21 2648661
Email: acabral@ax.apc.org

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ESCRIBANÍA INTERSECCIONES/Comunicación
Centro de Investigaciones de la Comunicación Facultad de Ciencias Sociales. Universidad Nacional del
Facultad de Comunicación Social y Periodismo Centro de la Provincia de Buenos Aires
Universidad de Manizales Av. del valle 5737. (7400) Olavarría.
Tel. 57 68 841450 Ext. 322-292 Telefax: 57-68-841443 Prov. de Buenos Aires, Argentina.
E-mail: escriba@um.umanizales.edu.co Teléfono (54-2284) 450104 Fax 0054 2284 451197
http:// www.soc.unicen.edu.ar Email
ESTUDIOS SOBRE LAS CULTURAS cbaccin@soc.unicen.edu.ar
CONTEMPORÁNEAS
Programa Cultura, Universidad de Colima JORNAL BRASILEIRO DE
Apartado Postal 294, 28000 Colima, Col. México. Fax 27581 FOLKCOMUNICÂO
Email: pcultura@volcan.ucol.mx Jornal Cultural on line
pcultura@cgic.ucol.mx Rua Faria Lobato 169/205 Pampulha, Santa Améline, Belo
Horizonte, Brasil
IN- MEDIACIONES DE LA COMUNICACIÓN Teléfono 31 349112390 Fax 31 34917345
Universidad ORT Uruguay Email: breguez@uai.com.br
Facultad de Comunicación y Diseño
Uruguay 1185 Montevideo, Uruguay LÍBERO
Teléfono (5982) 9080677 Fax: (5982) 9080680 Falculdade de Comunicacâo Social Cásper Líbero
Http: //www.ort.edu.uy E-mail silva-v@ort.ort.edu.uy Av.Paulista9005ºandar01310-940SâoPaulo,Brasil
Teléfono: 31705875-8078 Fax 2538078
INTERCÂO Email: Libero@facasper.com.br
Universidade Estadual de Minas Gerais
Fepesmig, UEMG, Varginha, Brasil LUMINA
Teléfono: (35) 32195000 Fax (35) 32195251 Facultad de Comunicacâo, Universidade Federal, Juiz de Fora
Email: comunicacao@fepesmig.br Campus Universitario, Cidade Universitaria CEP 36036330,
Juiz de Fora, Minas de Gerais, Brasil
INTERCOM Teléfono: (32) 32293601 Fax (32) 32293600
Email: lumina.facom.ufjf.br
REVISTABRASILERADE COMUNICACAO
Sociedade Brasileira de Estudos Interdisciplinares
da Comunicacao NEXOS DE LA CULTURA BAHIENSE
Av. Prof. Lúcio Martins Rodrigues, 443; Bloco 9, Don Bosco 1051 (8000) Bahía Blanca, Provincia de Buenos
Cidade universitaria Aires, Argentina
05508-900 Sao pablo, SP - Brasil Fax: (5511) 8184088 Telefax: (540291) 45400271
E-mail: intercom@usp.org
NUEVAS TECNOLOGÍAS
Facultad de Comunicación y Lenguaje,
INTERLENGUAJES
Pontificia Universidad Javeriana
Facultad de Comunicación y Lenguaje,
Dir.: Trans. 4º 42-00 Edificio 67 piso 6, Bogotá D.C. Colombia
Pontificia Universidad Javeriana
Teléfono (571) 3208230 ext. 4587 Fax (571) 3208320 ext 4576
Trans.4º42-00Edificio67piso6,BogotáD.C.Colombia
Email. signoyp@javeriana.edu.co
Teléfono (571) 3208230 ext. 4587 Fax (571) 3208320 ext 4576
Email. signoyp@javeriana.edu.co
OFICIOS TERRESTRES
Facultad de Periodismo y Comunicación Social
Universidad Nacional de La Plata
Av. 44 No 676e 8 y 9. La Plata, C. postal 1900
Telefax: (54221) 4224015
Email perio-01@isis.unlp.edu.ar

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OJO DE BUEY REVISTA DE LITERATURA


ARCOS. Instituto Profesional de Arte y Comunicación HISPANOAMERICANA
Campo de Deportes 121 Ñuñoa, Santiago, Chile Universidad del Zulia
Teléfono: 2044985 Fax: 2252540 Facultad de Humanidades y Educación
Instituto de Investigaciones Linguísticas y Literarias
PCLA- REVISTA CIENTÍFICA DIGITAL Bloque Q 204. Apartado 1490 Maracaibo,
DO PENSAMIENTO COMUNICACIONAL Estado Zulia, Venzuela.
LATINO- AMERICANO
Universidad Metodista de Sâo Paulo. REVISTA IMES COMUNICACÂO
Rua do Sacramento 230, Rudge Ramos. Centro Universitario Municapal Sâo Caetano do Sul
Sâo Bernardo do Campo, Brasil Av Goias 3.400 Sâo Caetano do Sul- SP Brasil
Teléfono: (5511) 43665819 Fax: (5511) 43665817 CEP 09550-051Teléfono 4239-3200
Email: megobbi@metodista.br http://www.metodista.br/ http://www.imescom.br Email: comunic@imes.com.br
unesco/pcla/index.htm
REVISTA MEXICANA DE COMUNICACIÓN
PERSPECTIVAS DE LA COMUNICACIÓN Fundación Manuel Buendía, AC
Carrera del Periodismo, Universidad de la Frontera Guaymas 8-408, Col. Roma
Av. Francisco Salazar 01145, Temuco, Chile 06700 México D.F., México
Teléfono: 5645 325393 Fax 5645 325379 Fax: 2084261 Email: fbuendia@campus.cem.itesm.mx
Email: delvalle@ufro.cl
REVISTA PREDIOS
PUNTO CERO Fondo Editorial Predios
Departamento de Comunicación Social. Valencia, Edo. Carabobo, Venezuela
Universidad Católica Bolivariana. Cochabamba Teléfono: 5441-423469 Fax: 5841 431891
Av. General Galindo/ av.América, Cochabamba, Bolivia. Email predios@ven.net
Teléfono: 293100 Fax: 291145
Email: guardia@ucbcba.edu.bo SIGNO Y PENSAMIENTO
Facultad de Comunicación y Lenguaje
PUZZLE Pontificia Universidad Javeriana
Universidad Nacional de Cuyo Transversal 4º N. 42-00 Edificio José Rafael Arboleda S.J. piso 6
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales Bogotá D.C., Colombia.
Carrera de Caomunicación Social Teléfono (571) 3208320. Ext. 4587/ 4563 Fax (571) 2878974
Mendoza, Argentina Email signoyp@javeriana.edu.co

REVISTA BRASILEIRA DE CIÊNCIAS DA SINERGIA


COMUNICACÂO Colegio de Periodistas de Costa Rica
Rua Almirante Alexandrino 1862/5201 (220241-261) Río de Apartado postal: 5416-1000 San José de Costa Rica,
Janeiro, RJ, Brasil, Telefax: 5521 5075791 Centroamérica Teléfono: (506) 2215119
Email: soniavm@gbl.com.br Email: Medios@sol.racsa.co.cr

REVISTA DE LA FACULTAD DE DERECHO Y TECNOLOGÍA Y COMUNICACIÓN


CIENCIAS SOCIALES EDUCATIVAS
Universidad Nacional de Comahue Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa
Mendoza 2151. 8832 General Roca (RN) Argentina Calle del Puente No. 45, Col.
Teléfono 50 02951 426961 Ejidos de Huipulco, Deleg- Tlalpan
Email: nbsosa@infovia.com.ar C.P. 14380, México D.F. Fax: 7286554

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TEMAS DE COMUNICACIÓN TRAMA


Escuela de Comunicación Social, Universidade Estáio de Sá
Universidad Catótica Andrés Bello. Av. Sernambetiba 3646/503 Barra de Tijuca,
Montalbán apartado postal 20332, Caracas (1020) Venezuela Río de Janeiro, Brasil. Telefax: 55021 3855389
Teléfono: 4074228 Fax 4074265 Email: felipepena@openlink.com.br
Email: mromer@ucab.edu.ve
VERSIÓN
TEMAS Y PROBLEMAS ESTUDIOS DE COMUNICACIÓN Y
DE COMUNICACIÓN POLÍTICA
Departamento de Ciencias de la Comunicación Departamento de Educación y Comunicación
Facultad de Ciencias humanas División de Ciencias Sociales y Humanidades
Universidad Nacional de Río Cuarto Universidad Autónoma Metropolitana - Xochimilco
Agencia Postal No 3 5800 Río Cuarto - Argentina Calzada del hueso 1100. Col. Villa Quietud. Código postal 04960
Teléfono 54 0358 4676181 México D.F., México
E-mail: temasyproblemas@hum.unrc.edu.ar

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