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1.INTRODUCCION:
2.METODOLOGIA:
Michel Foucault
de posición social, religión, color, etc (...) Los homosexuales, en tanto que
tales somos todos iguales. Tenemos un enemigo común; la sociedad de
opresión".
En este marco, y dada la creciente importancia que cada vez más y más
sectores de la población daban al tema de los derechos humanos, la CHA
decidió definirse como una organización de derechos humanos e intentar
aunar lazos con el resto de las organizaciones afines para luchar contra la
represión.
Estos tres pilares que se vinculaban entre sí, fueron la adscripción a los
derechos humanos; la interpelación a la noción de sujeto de derecho
mediante la noción reinventada de la ciudadanía, y el ejercicio de reclamar
ante las instituciones el respeto y la garantía de ciertos derechos.
Esta noción de los derechos humanos, que hace hincapié en que todas
las personas tienen atributos inherentes a su dignidad humana, que le
hacen titular de derechos fundamentales que no pueden ser desconocidos
ni vulnerados por los Estados10, es lo que constituye para la CHA su
herramienta jurídica primordial para legitimar sus reclamos frente a las
principales instituciones y a la sociedad civil. Así es que la CHA sale a
Los edictos policiales resultan ser dispositivos del poder del estado
encarnado en el poder ejecutivo mediante su fuerza policial, con la finalidad
de ejercer lo que en ciencia jurídica se denomina, paradójicamente, “poder
de policía”. Los edictos constituyen cuerpos normativos que dicen lo que la
autoridad, policial en este caso, quiere decir al momento de imputar una
contravención dentro del ámbito de su jurisdicción. Los edictos servían de
contralor social para la policía, quien la aplicaba según su propia
discrecionalidad, sin reparar en criterios de razonabilidad, mérito y
proporcionalidad. Cabría advertir que muchos edictos en la actualidad
subsisten como resabio de épocas represivas, aún en vigencia dentro del
sistema democrático.
Este hecho mereció una extensión poco usual en la columna legal del
Boletín de la organización, en la que se observan declaraciones que
permiten pensar lo trascendental que es el tema de los edictos policiales
para la CHA al interior de su propia organización (“Nos hemos visto
invadidos por un gran sentimiento de impotencia. J.R.C. esta allí encerrado
mientras nosotros no podemos hacer nada. La reflexión serena puede más
que el espíritu militante…”). A ello concluye que “No proceder como J.R.C.
es comenzar a ser dignos defendiendo nuestros derechos…Proceder como
J.R.C. es ser cómplice de la impunidad con que se manejan los servidores
del orden público, y ayudar así a que este estado de cosas no cambie para
él ni para nadie”
5.1 LA VISIBILIDAD
“La propuesta era un encuentro al aire libre donde cada uno de los
grupos que integran la CHA y los que adhirieran al acto pudieran expresarse
creativamente. Esto se dio a través de volantes, carteles, graffittis, y
fundamentalmente a través de la presencia al aire libre para lograr
Integración. Como respuesta se obtuvo el acercamiento de la gente que
circulaba por la plaza, con toda la heterogeneidad que ello implica. Familia
con niños, parejas de distintas edades, señoras que paseaban sus perros,
etc. Todos fueron informados. A todos se les repartieron volantes y de todos
se obtuvo la misma respetuosa respuesta. Teniendo en cuenta que es la
primera vez que esto ocurre, es decir que se realiza un acto de esta índole
en un lugar público, nos maravilló la reacción de los transeúntes por lo
inesperada, lo que nos indica con cuánta mayor frecuencia se deben realizar
estos eventos promotores de verdadera integración y que difunden una
imagen alejada del prejuicio17”.
Por eso, mucho peor aún que la gente que sabía que era gay pero que no
se animaba a darlo a conocer por temor, era que la mayor parte de los
sujetos que ejercían prácticas homosexuales, no se identificaban siquiera
como gays, sino que levitaba en su mayoría, como los antiguos chongos de
los setentas, en un espacio social en el cual sus prácticas sexuales,
generalmente insertivas, no ponía en jaque su heterosexualidad ni generaba
ningún tipo de identificación diferencial. La CHA entonces, se da a la difícil
tarea de fabricar homosexuales. Utilizamos el verbo fabricar, en el sentido
foucaultiano de producción de subjetividad, fue necesario que estos sujetos
que orbitaban por fuera de las identidades sexuales disidentes, empiecen a
ser producidos dentro de los relatos de lo gay, para engrosar las filas de los
militantes plausibles de ser visibilizados.