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LA PROSTITUCIÓN

Bianca Pérez Reyes


Universidad Nacional Autónoma de México
Facultad de Estudios Iztacala

me llaman calle, me subo a tu coche


me llaman calle de malegría, calle dolida
calle cansada de tanto amar
voy calle abajo, voy calle arriba
no me rebajo ni por la vida
me llaman calle y ése es mi orgullo
yo sé que un día llegará, yo sé que un día vendrá mi suerte
un día me vendrá a buscar, a la salida un hombre bueno
pa toa la vida y sin pagar, mi corazón no es de alquilar
Manu Chao

La
pros(tución
siempre
ha
exis(do
a
lo
largo
de
la
historia,
aunque
no
de
la
forma
que
la

conocemos
en
la
actualidad.
El
concepto
de
puta
ha
cambiado
a
través
de
los
diferentes

contextos,
pero
siempre
se
relaciona
con
una
prac(ca
sexual
realizada
por
mujeres.




La
 existencia
 de
 la
 pros(tución
 ha
 sido
 a
 causa
 de
 múl(ples
 razones:
 en
 ciertas

sociedades
primi(vas,
el
sexoservicio
era
una
especie
de
hospitalidad
sexual;
también
en

algunas
 civilizaciones
 an(guas,
 la
 pros(tución
 era
 considerada
 sagrada;
 posteriormente

fue
 considerada
 como
 una
 forma
 de
 evitar
 la
 infidelidad,
 o
 como
 un
 recurso
 para
 las

mujeres
que
habían
perdido
su
“valor”,
como
fue
el
caso
de
la
sociedad
francesa
del
siglo

XVI,
donde
si
una
mujer
era
violada,
al
perder
su
virginidad,
no
le
quedaba
más
que
ser

pros(tuta,
porque
ningún
hombre
querría
casarse
con
ella
y
su
familia
tenía
que
recuperar

el
honor,
esta
prac(ca
aún
prevalece

en
las
sociedades
musulmanas
del
norte
de
África

en
la
actualidad.
O
como
menciona
Vargas
Llosa
(1976)
en
Pantaleón
y
las
visitadoras,
las

pros(tutas
 eran
 reclutadas
 por
 el
 ejercito
 para
 aliviar
 la
 “soledad”
 de
 los
 militares

encuartelados
 en
 (erras
 remotas.
 También
 esta
 el
 caso
 de
 Cándida
 Eréndira,
 de
 García

Márquez
 (1972),
 quien
 para
 pagar
 una
 deuda
 causada
 por
 un
 descuido,
 era
 obligada
 a

pros(tuirse,
aunque
esta
deuda
nunca
se
terminaba.
Igualmente
se
encuentra
la
historia

de
 Bola
 de
 Sebo
 
 de
 Maupassant,
 narración
 de
 una
 mujer
 que
 fue
 vic(ma
 de
 la
 doble

moral
de
la
sociedad
del
siglo
XIX.
Es
posible
observar
a
través
de
la
historia
y
la
literatura


el
 concepto
 de
 pros(tución
 que
 ha
 exis(do
 a
 lo
 largo
 del
 (empo,
 además
 de
 sus

diferentes
funciones
en
los
múl(ples
contextos
en
los
que
ha
exis(do.


La
 pros(tución
 tal
 como
 existe
 en
 nuestros
 días
 surgió
 desde
 la
 revolución
 francesa,

por
 diversas
 causas,
 que
 van
 desde
 las
 económicas,
 sociales,
 familiares,
 culturales,
 etc.

(Marín,
1999).



La
 pros(tución
 ha
 sido
 regulada
 por
 el
 Estado
 desde
 el
 siglo
 XVIII
 a
 causa
 de
 la

propagación
de
la
sífilis,
pero
aún
así,
este
oficio
nunca
ha
dejado
de
ser
blanco
de
fuertes

crí(cas
 y
 censura
 por
 parte
 de
 la
 sociedad,
 para
 la
 cual,
 las
 mujeres
 sólo
 pueden
 ser

Marías
o
Evas,
es
decir
buenas
o
malas
y
perversas.


Pero
 la
 reglamentación
 de
 pros(tución
 no
 sólo
 fue
 a
 causa
 de
 la
 sífilis,
 Marín
 (1999)

menciona
que
dicha
legislación
también
sirvió
para
proteger
los
patrimonios
financieros,

la
 estabilidad
 del
 matrimonio,
 las
 redes
 de
 parentesco,
 las
 jerarquías,
 los
 roles
 sociales,

entre
otros.

“La
clase
dominante
del
siglo
XIX

u(lizó
la
reglamentación
de
la

pros(tución

para
jus(ficar
las
adaptaciones
discursivas
y
norma(vas
de
los
conceptos
tradicionales
de

honor,
 la
 vergüenza
 y
 el
 linaje,
 entre
 otros,
 los
 cuales
 adquirían
 nuevos
 significados

sociales,
 según
 las
 exigencias
 del
 contexto”
 (p.
 7).

 Es
 decir,
 la
 pros(tución,
 siempre
 ha

sido
 una
 forma
 de
 polarizar
 la
 imagen
 de
 la
 mujer,
 mediante
 la
 e(queta
 de
 puta,
 la

sociedad
ob(ene
el
control
mediante
el
es(gma
y
la
marginación.




La
principal
función
de
dicha
es(gma(zación
es
controlar
a
las
mujeres
no
pros(tutas,

debido
 a
 que
 con
 él
 se
 rompe
 la
 solidaridad
 de
 género
 y
 se
 aísla
 a
 las
 trabajadoras

sexuales.
Además
la
es(gma(zación
sirve
tanto
para
que
las
mujeres
entren
al
oficio
como

para
mantenerlas
en
él.
También
sirve
para
incitar
a
las
mujeres
no
pros(tutas
a
aceptar

el
matrimonio
y
las
uniones
heterosexuales
estables
como
única
salvación
de
los
insultos

agresiones
 [sicas,
 rompiendo
 de
 este
 modo,
 la
 solidaridad
 de
 género
 en
 las
 mujeres
 y

dificultando
la
aparición
de
discursos
alterna(vos,
(Juliano,
2002).


La
 es(gma(zación
 de
 la
 pros(tución
 es,
 entonces,
 principalmente
 consecuencia
 de
 la

desvalorización
 ligada
 al
 género,
 las
 e(quetas
 nega(vas
 caen
 especialmente
 sobre
 las

putas
(a
causa
de
debilidad
emocional,
insuficiencia
cultural
y
falta
de
proyectos
propios).


La
 es(gma(zación
 
 provoca
 indefensión
 social
 y
 vulnerabilidad.
 No
 es
 un
 fenómeno

social
externo
a
la
pros(tución,
sino
que
forma
parte
de
la
interpretación
de
las
mismas

sexo
 servidoras
 y
 puede
 producir
 auto‐desvalorización,
 depresión
 y
 otros
 problemas

psicológicos.
En
la
sociedad
tradicional
se
es(gma(zaba
a
la
pros(tuta
por
su
inmoralidad,

crí(ca
 que
 no
 perjudicaba
 al
 cliente;
 en
 la
 actualidad,
 donde
 el
 trabajo
 es
 la
 base
 del

autoes(ma
y
de
la
consideración
social,
negarle
a
la
pros(tuta
su
condición
de
trabajadora

implica
 agruparla
 dentro
 de
 los
 “sectores
 disóciales
 del
 cuarto
 mundo”,
 es
 decir,
 la

conceptualizan
de
la
misma
forma
que
a
los
delincuentes,
mendigos
y
otros
inadaptados,

es
decir,
la
marginan.


Los
 límites
 de
 lo
 que
 se
 considera
 pros(tución
 siempre
 han
 sido
 ambiguos
 y
 puede

considerarse
puta
a
prác(camente
cualquier
mujer.
En
par(cular
a
aquellas
que
realizan

una
ac(vidad
económica
autónoma;
an(guamente
y
en
diversas
culturas
el
concepto
de

pros(tuta
 se
 ha
 extendido
 a
 las
 obreras,
 telefonistas,
 actrices
 de
 teatro
 y
 a
 las
 mujeres

que
regentaban
tabernas
y
hospedajes.



En
 la
 actualidad
 el
 concepto
 de
 puta
 engloba
 los
 siguientes
 aspectos:
 persona
 que

cobra
dinero
por
sus
servicios
sexuales,
mujer
que
sirve
de
objeto
para
el
placer
de
otros,

mujer
 que
 va
 en
 contra
 de
 la
 moral
 violando
 las
 normas
 sociales
 (estableciendo
 una

ac(vidad
sexual
fuera
de
la
pareja,
abandonando
al
hombre,
siendo
lesbiana,
negándose
a

con(nuar
el
juego
sexual
una
vez
comenzado;
usando
ropa
ceñida,
maquillaje,
formas
o

modales
 “provoca(vos”;
 frecuentando
 lugares
 o
 realizando
 ac(vidades
 peligrosas
 como

transitar
 o
 permanecer
 en
 si(os
 oscuros
 y
 solitarios,
 asis(endo
 a
 bares,
 viajando
 solas,

etc.),
teniendo
conductas
de
cues(onamiento
(ser
feministas,
radicales
e
inconformistas).

De
 acuerdo
 a
 esta
 definición,
 prác(camente
 todas
 las
 mujeres
 serían
 pros(tutas,

debido
 a
 que
 en
 cuanto
 una
 mujer
 decide
 ejercer
 su
 libertad
 y
 ser
 independiente,
 es

considerada
pros(tuta.


Además
 de
 que
 a
 diferencia
 de
 lo
 que
 sucede
 en
 la
 mayoría
 de
 los
 trabajos,
 la

mo(vación
 económica
 es
 considerada
 en
 las
 pros(tutas
 una
 perversión,
 ya
 que
 se
 les

considera
enviciadas
de
dinero.


Las
 pros(tutas
 cues(onan
 con
 sus
 desordenes
 y
 rupturas,
 “el
 inamovible
 orden

canónico
 de
 los
 sexos”
 (Juliano,
 2002,
 p.
 33).
 La
 posibilidad
 cues(onadora
 de
 las

pros(tutas
 parece
 atemorizar
 al
 patriarcado
 que
 tanto
 las
 es(gma(za,
 debido
 a
 que
 las

sexoservidoras
son
tes(gos
constantes
de
las
debilidades
y
miserias
de
los
hombres.


Además
 las
 pros(tutas
 se
 han
 asociado
 históricamente
 con
 otros
 sectores

contestatarios,
siendo
parte
importante
de
las
revoluciones
sociales,
por
ejemplo,
en
las

primeras
 décadas
 del
 siglo
 XX,
 las
 pros(tutas
 mantenían
 alianzas
 con
 los
 anarquistas,

también
 existen
 tes(monios
 que
 muestran
 su
 par(cipación
 y
 apoyo
 en
 movimientos
 de

resistencia
 contra
 las
 dictaduras
 en
 La(noamérica,
 como
 con
 las
 “Abuelas
 de
 Plaza
 de

Mayo”
y
durante
la
represión
pinoche(sta
en
Chile,
(Juliano,
2004).


Es
 decir,
 las
 pros(tutas,
 al
 ser
 marginadas
 por
 la
 sociedad,
 se
 man(enen
 en
 una

constante
 lucha
 contra
 lo
 establecido
 socialmente
 (la
 moral,
 las
 buenas
 costumbres,
 las

leyes,
 etc.)
 por
 lo
 tanto
 se
 vuelven
 parte
 de
 movimientos
 contestatarios,
 que
 igual
 que

ellas
buscan
ser
escuchados
y
hacer
un
cambio
en
las
estructuras
sociales.


La
 situación
 actual
 para
 las
 mujeres
 no
 es
 nada
 fácil,
 debido
 a
 la
 feminización
 de
 la

pobreza
causada
principalmente
por
las
polí(cas
neoliberales
a
actuales
y
por
una
historia

en
la
que
el
patriarcado
ha
tenido
el
poder.



Ser
mujer
actualmente
implica
ser
pobre
y
tener
pocas
oportunidades,
de
hecho
el
70%

de
 las
 personas
 en
 extrema
 pobreza
 en
 el
 mundo
 son
 mujeres,
 las
 cuales
 son

principalmente
 madres
 solteras,
 divorciadas
 o
 viudas;
 esto
 no
 quiere
 decir
 que
 por
 no

tener
 a
 un
 hombre
 a
 su
 lado
 no
 puedan
 sobrevivir
 por
 si
 mismas,
 sino
 que
 muestra
 la

es(gma(zación
 de
 la
 feminidad,
 debido
 a
 que
 al
 encontrarse
 en
 estas
 condiciones,
 las

mujeres
 (enen
 menor
 acceso
 a
 la
 protección
 social,
 menos
 recursos
 para
 encontrar

empleo
y
además
tener
un
buen
salario
o
al
menos
un
salario
equita(vo
al
que
tendría
un

varón
en
el
mismo
puesto.
También
es
importante
mencionar
que
las
mujeres
(enen
que

trabajar
más
para
obtener
recursos
y
a
pesar
de
ello
(enen
menor
responsabilidad
en
la

ges(ón
de

dichos
recursos.


Esta
 situación
 de
 pobreza
 extrema
 desde
 la
 infancia,
 igualmente
 es
 un
 factor

importante
en
la
decisión
de
una
mujer
para
conver(rse
en
pros(tuta.
Es
decir
si
una
niña

vive
en
un
ambiente
con
muy
pocos
recursos
económicos,
puede
que
crea
que
su
futuro

será
de
la
misma
forma
o
que
no
puede
hacer
mucho
para
lograr
un
vida
mejor.
Esta
es

una
de
las
principales
razones
por
las
que
una
mujer
se
vuelve
pros(tuta,
“escapar
de
la

pobreza”
debido
a
que
no
encuentran
otra
posibilidad
para
hacerlo.


La
vida
en
condiciones
económicas
desfavorables
trae
consigo
una
serie
de
problemas

familiares
 que
 se
 traducen
 en
 violencia
 y
 abuso
 hacia
 los
 niños.
 La
 mayoría
 de
 las

pros(tutas
decidieron
huir
de
su
casa
a
causa
de
este
abuso
y
al
no
encontrar
alterna(vas,

se
refugian
en
la
prostitución.


Estas
 condiciones,
 en
 las
 que
 se
 encuentran
 570
 millones
 de
 mujeres
 en
 el
 mundo

parece
 un
 buen
 mo(vo
 para
 entrar
 al
 negocio
 de
 la
 pros(tución,
 debido
 a
 que
 siendo

pros(tuta
existe
una
mejor
oportunidad
para
obtener
ingresos
y
una
mayor
libertad
para

administrar
 estos
 recursos.
 Aunque
 esto
 es
 sólo
 en
 las
 condiciones
 de
 pros(tución
 más

favorables,
ya
que
al
ser
pros(tutas
también
se
encuentran
con
los
proxenetas,
policías
y

chulos,
quienes
también
las
explotan.
Es
decir,
en
ocasiones
las
condiciones
de
la
mujer
no

cambian
mucho.
Debido
a
que
algunas
mujeres
aún
prefieren
vivir
con
un
hombre
que
las

maltrata
por
evitar
la
soledad
y
sen(rse
“protegidas”.


Esta
 situación
 (ene
 un
 origen
 en
 la
 historia
 de
 las
 mujeres,
 ¿cómo
 puede
 una
 mujer

rebelarse
 ante
 lo
 establecido,
 ser
 independiente,
 libre
 y
 tomar
 sus
 propias
 decisiones,

cuando
todo
el
contexto
histórico‐social
le
indica
que
es
el
sexo
débil,
que
necesita
de
la

fuerza
de
un
hombre
que
la
proteja
y
que
lo
mejor
que
pueda
hacer
es
casarse
para
que
la

“mantengan”?
parece
una
tarea
imposible,
pero
la
respuesta
esta
en
que
las
dificultades

de
la
vida
actual
son
tan
grandes
que
para
sobrevivir
hay
que
buscar
alterna(vas
y
parece

que
 el
 matrimonio
 ya
 no
 es
 una
 de
 ellas.
 Cifras
 de
 la
 ONU
 indican
 que
 el
 matrimonio

enriquece
 a
 los
 varones
 y
 empobrece
 a
 las
 mujeres,
 en
 términos
 económicos,
 debido
 a

que
ellas
trabajan
más,
porque
se
encargan
de
las
labores
del
hogar
y
además
trabajan,

mientras
que
ellos
ganan
explotándolas.



Lo
 anterior
 confirma
 la
 idea
 de
 que
 una
 mujer
 se
 encuentra
 frecuentemente
 con
 el

dilema
de
“ganar
dinero
o
perder
pres(gio”.
Es
decir,
salir
de
la
pobreza
y
luchar
contra

todos
 los
 prejuicios,
 vivir
 en
 la
 exclusión
 y
 ser
 mal
 vista
 por
 la
 sociedad
 o
 seguir

muriéndose
de
hambre.


Desde
este
punto
de
vista,
la
pros(tución
es
una
buena
oferta.
Aunque
existen
muchos

(pos
de
pros(tución
y
diversas
situaciones
en
las
que
se
inicia
en
este
fenómeno,
todas

coinciden
en
que
son
mujeres
y
como
tales,
siempre
tendrán
que
luchar
contra
el
es(gma,

simplemente
por
ser
mujeres,
porque
en
la
actualidad
ser
mujer
significa
ser
pobre
y
ser

puta.


Esto
 quiere
 decir
 que
 toda
 mujer,
 aún
 sin
 ejercer
 propiamente
 el
 sexoservicio,
 se

encuentra
es(gma(zada,
ya
sea
por
ser
sumisas,
por
ser
rebeldes,
por
ser
libres,
por
ser

putas,
 por
 luchar
 contra
 lo
 establecido,
 por
 ser
 pobres,
 etc.
 Siempre
 se
 les
 señala,

mientras
 que
 a
 los
 hombres
 no.
 Ser
 pros(tuta
 es
 incluso
 un
 insulto
 bien
 definido
 desde

hace
siglos,
pero
a
los
hombres
que
van
con
pros(tutas,
¿quién
lo
crí(ca?
¿por
qué
no
son

juzgados,
 excluidos
 y
 marginados,
 como
 se
 hace
 con
 las
 pros(tutas?
 Porque
 es
 una

prac(ca
 de
 dos,
 y
 ¿por
 qué
 nadie
 ve
 con
 malos
 ojos
 a
 los
 pros(tuyentes?
 
 Por
 ser

hombres,
 tal
 vez,
 o
 porque
 seguramente
 fueron
 provocados
 y
 seducidos
 por
 esa
 malas

mujeres.


Esta
 situación
 confirma
 que
 el
 problema
 no
 esta
 en
 la
 pros(tución,
 esta
 en
 la
 doble

moral
y
el
machismo
que
aún
prevalece
en
la
sociedad.


Aunque
también
es
interesante
mencionar
que
algunas
pros(tutas
han
encontrado
la

forma
de
rebelarse
ante
el
machismo.
En
inves(gaciones
anteriores
se
ha
observado
que

el
 discurso
 de
 las
 pros(tutas
 hacia
 su
 historia
 de
 vida,
 (ende
 a
 tomar
 dos
 caminos,
 el

reivindicatorio,
en
el
que
se
hacen
responsables
de
sus
decisiones
y
el
vic(mista,
en
el
que

consideran
que
son
pros(tutas
por
circunstancias
ajenas
a
ellas,
(Juliano,
2002).



Las
 pros(tutas
 al
 vic(mizarse
 pierden
 la
 libertad,
 libertad
 que
 pese
 a
 las
 condiciones

existe;
 es
 imposible
 negar
 que
 las
 circunstancias
 actuales
 son
 la
 principal
 causa
 de
 la

pros(tución,
 pero
 tales
 condiciones
 existen
 para
 la
 mayoría
 de
 las
 mujeres,
 por
 ello
 es

importante
 mencionar
 que
 la
 libertad
 y
 la
 voluntad
 existen
 en
 la
 pros(tución,
 y
 no
 sólo

eso,
 también
 dignifican
 lo
 que
 significa
 el
 sexo‐servicio,
 esto
 se
 debe
 a
 que
 cuando
 las

pros(tutas
de
apropian
de
sus
opciones
y
decisiones
subrayan
el
desa[o
a
las
normas,
lo

cual
permite
la
dignidad.


Referencias


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