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La
pros(tución
siempre
ha
exis(do
a
lo
largo
de
la
historia,
aunque
no
de
la
forma
que
la
conocemos
en
la
actualidad.
El
concepto
de
puta
ha
cambiado
a
través
de
los
diferentes
contextos,
pero
siempre
se
relaciona
con
una
prac(ca
sexual
realizada
por
mujeres.
La
existencia
de
la
pros(tución
ha
sido
a
causa
de
múl(ples
razones:
en
ciertas
sociedades
primi(vas,
el
sexoservicio
era
una
especie
de
hospitalidad
sexual;
también
en
algunas
civilizaciones
an(guas,
la
pros(tución
era
considerada
sagrada;
posteriormente
fue
considerada
como
una
forma
de
evitar
la
infidelidad,
o
como
un
recurso
para
las
mujeres
que
habían
perdido
su
“valor”,
como
fue
el
caso
de
la
sociedad
francesa
del
siglo
XVI,
donde
si
una
mujer
era
violada,
al
perder
su
virginidad,
no
le
quedaba
más
que
ser
pros(tuta,
porque
ningún
hombre
querría
casarse
con
ella
y
su
familia
tenía
que
recuperar
el
honor,
esta
prac(ca
aún
prevalece
en
las
sociedades
musulmanas
del
norte
de
África
en
la
actualidad.
O
como
menciona
Vargas
Llosa
(1976)
en
Pantaleón
y
las
visitadoras,
las
pros(tutas
eran
reclutadas
por
el
ejercito
para
aliviar
la
“soledad”
de
los
militares
encuartelados
en
(erras
remotas.
También
esta
el
caso
de
Cándida
Eréndira,
de
García
Márquez
(1972),
quien
para
pagar
una
deuda
causada
por
un
descuido,
era
obligada
a
pros(tuirse,
aunque
esta
deuda
nunca
se
terminaba.
Igualmente
se
encuentra
la
historia
de
Bola
de
Sebo
de
Maupassant,
narración
de
una
mujer
que
fue
vic(ma
de
la
doble
moral
de
la
sociedad
del
siglo
XIX.
Es
posible
observar
a
través
de
la
historia
y
la
literatura
el
concepto
de
pros(tución
que
ha
exis(do
a
lo
largo
del
(empo,
además
de
sus
diferentes
funciones
en
los
múl(ples
contextos
en
los
que
ha
exis(do.
La
pros(tución
tal
como
existe
en
nuestros
días
surgió
desde
la
revolución
francesa,
por
diversas
causas,
que
van
desde
las
económicas,
sociales,
familiares,
culturales,
etc.
(Marín,
1999).
La
pros(tución
ha
sido
regulada
por
el
Estado
desde
el
siglo
XVIII
a
causa
de
la
propagación
de
la
sífilis,
pero
aún
así,
este
oficio
nunca
ha
dejado
de
ser
blanco
de
fuertes
crí(cas
y
censura
por
parte
de
la
sociedad,
para
la
cual,
las
mujeres
sólo
pueden
ser
Marías
o
Evas,
es
decir
buenas
o
malas
y
perversas.
Pero
la
reglamentación
de
pros(tución
no
sólo
fue
a
causa
de
la
sífilis,
Marín
(1999)
menciona
que
dicha
legislación
también
sirvió
para
proteger
los
patrimonios
financieros,
la
estabilidad
del
matrimonio,
las
redes
de
parentesco,
las
jerarquías,
los
roles
sociales,
entre
otros.
“La
clase
dominante
del
siglo
XIX
u(lizó
la
reglamentación
de
la
pros(tución
para
jus(ficar
las
adaptaciones
discursivas
y
norma(vas
de
los
conceptos
tradicionales
de
honor,
la
vergüenza
y
el
linaje,
entre
otros,
los
cuales
adquirían
nuevos
significados
sociales,
según
las
exigencias
del
contexto”
(p.
7).
Es
decir,
la
pros(tución,
siempre
ha
sido
una
forma
de
polarizar
la
imagen
de
la
mujer,
mediante
la
e(queta
de
puta,
la
sociedad
ob(ene
el
control
mediante
el
es(gma
y
la
marginación.
La
principal
función
de
dicha
es(gma(zación
es
controlar
a
las
mujeres
no
pros(tutas,
debido
a
que
con
él
se
rompe
la
solidaridad
de
género
y
se
aísla
a
las
trabajadoras
sexuales.
Además
la
es(gma(zación
sirve
tanto
para
que
las
mujeres
entren
al
oficio
como
para
mantenerlas
en
él.
También
sirve
para
incitar
a
las
mujeres
no
pros(tutas
a
aceptar
el
matrimonio
y
las
uniones
heterosexuales
estables
como
única
salvación
de
los
insultos
agresiones
[sicas,
rompiendo
de
este
modo,
la
solidaridad
de
género
en
las
mujeres
y
dificultando
la
aparición
de
discursos
alterna(vos,
(Juliano,
2002).
La
es(gma(zación
de
la
pros(tución
es,
entonces,
principalmente
consecuencia
de
la
desvalorización
ligada
al
género,
las
e(quetas
nega(vas
caen
especialmente
sobre
las
putas
(a
causa
de
debilidad
emocional,
insuficiencia
cultural
y
falta
de
proyectos
propios).
La
es(gma(zación
provoca
indefensión
social
y
vulnerabilidad.
No
es
un
fenómeno
social
externo
a
la
pros(tución,
sino
que
forma
parte
de
la
interpretación
de
las
mismas
sexo
servidoras
y
puede
producir
auto‐desvalorización,
depresión
y
otros
problemas
psicológicos.
En
la
sociedad
tradicional
se
es(gma(zaba
a
la
pros(tuta
por
su
inmoralidad,
crí(ca
que
no
perjudicaba
al
cliente;
en
la
actualidad,
donde
el
trabajo
es
la
base
del
autoes(ma
y
de
la
consideración
social,
negarle
a
la
pros(tuta
su
condición
de
trabajadora
implica
agruparla
dentro
de
los
“sectores
disóciales
del
cuarto
mundo”,
es
decir,
la
conceptualizan
de
la
misma
forma
que
a
los
delincuentes,
mendigos
y
otros
inadaptados,
es
decir,
la
marginan.
Los
límites
de
lo
que
se
considera
pros(tución
siempre
han
sido
ambiguos
y
puede
considerarse
puta
a
prác(camente
cualquier
mujer.
En
par(cular
a
aquellas
que
realizan
una
ac(vidad
económica
autónoma;
an(guamente
y
en
diversas
culturas
el
concepto
de
pros(tuta
se
ha
extendido
a
las
obreras,
telefonistas,
actrices
de
teatro
y
a
las
mujeres
que
regentaban
tabernas
y
hospedajes.
En
la
actualidad
el
concepto
de
puta
engloba
los
siguientes
aspectos:
persona
que
cobra
dinero
por
sus
servicios
sexuales,
mujer
que
sirve
de
objeto
para
el
placer
de
otros,
mujer
que
va
en
contra
de
la
moral
violando
las
normas
sociales
(estableciendo
una
ac(vidad
sexual
fuera
de
la
pareja,
abandonando
al
hombre,
siendo
lesbiana,
negándose
a
con(nuar
el
juego
sexual
una
vez
comenzado;
usando
ropa
ceñida,
maquillaje,
formas
o
modales
“provoca(vos”;
frecuentando
lugares
o
realizando
ac(vidades
peligrosas
como
transitar
o
permanecer
en
si(os
oscuros
y
solitarios,
asis(endo
a
bares,
viajando
solas,
etc.),
teniendo
conductas
de
cues(onamiento
(ser
feministas,
radicales
e
inconformistas).
De
acuerdo
a
esta
definición,
prác(camente
todas
las
mujeres
serían
pros(tutas,
debido
a
que
en
cuanto
una
mujer
decide
ejercer
su
libertad
y
ser
independiente,
es
considerada
pros(tuta.
Además
de
que
a
diferencia
de
lo
que
sucede
en
la
mayoría
de
los
trabajos,
la
mo(vación
económica
es
considerada
en
las
pros(tutas
una
perversión,
ya
que
se
les
considera
enviciadas
de
dinero.
Las
pros(tutas
cues(onan
con
sus
desordenes
y
rupturas,
“el
inamovible
orden
canónico
de
los
sexos”
(Juliano,
2002,
p.
33).
La
posibilidad
cues(onadora
de
las
pros(tutas
parece
atemorizar
al
patriarcado
que
tanto
las
es(gma(za,
debido
a
que
las
sexoservidoras
son
tes(gos
constantes
de
las
debilidades
y
miserias
de
los
hombres.
Además
las
pros(tutas
se
han
asociado
históricamente
con
otros
sectores
contestatarios,
siendo
parte
importante
de
las
revoluciones
sociales,
por
ejemplo,
en
las
primeras
décadas
del
siglo
XX,
las
pros(tutas
mantenían
alianzas
con
los
anarquistas,
también
existen
tes(monios
que
muestran
su
par(cipación
y
apoyo
en
movimientos
de
resistencia
contra
las
dictaduras
en
La(noamérica,
como
con
las
“Abuelas
de
Plaza
de
Mayo”
y
durante
la
represión
pinoche(sta
en
Chile,
(Juliano,
2004).
Es
decir,
las
pros(tutas,
al
ser
marginadas
por
la
sociedad,
se
man(enen
en
una
constante
lucha
contra
lo
establecido
socialmente
(la
moral,
las
buenas
costumbres,
las
leyes,
etc.)
por
lo
tanto
se
vuelven
parte
de
movimientos
contestatarios,
que
igual
que
ellas
buscan
ser
escuchados
y
hacer
un
cambio
en
las
estructuras
sociales.
La
situación
actual
para
las
mujeres
no
es
nada
fácil,
debido
a
la
feminización
de
la
pobreza
causada
principalmente
por
las
polí(cas
neoliberales
a
actuales
y
por
una
historia
en
la
que
el
patriarcado
ha
tenido
el
poder.
Ser
mujer
actualmente
implica
ser
pobre
y
tener
pocas
oportunidades,
de
hecho
el
70%
de
las
personas
en
extrema
pobreza
en
el
mundo
son
mujeres,
las
cuales
son
principalmente
madres
solteras,
divorciadas
o
viudas;
esto
no
quiere
decir
que
por
no
tener
a
un
hombre
a
su
lado
no
puedan
sobrevivir
por
si
mismas,
sino
que
muestra
la
es(gma(zación
de
la
feminidad,
debido
a
que
al
encontrarse
en
estas
condiciones,
las
mujeres
(enen
menor
acceso
a
la
protección
social,
menos
recursos
para
encontrar
empleo
y
además
tener
un
buen
salario
o
al
menos
un
salario
equita(vo
al
que
tendría
un
varón
en
el
mismo
puesto.
También
es
importante
mencionar
que
las
mujeres
(enen
que
trabajar
más
para
obtener
recursos
y
a
pesar
de
ello
(enen
menor
responsabilidad
en
la
ges(ón
de
dichos
recursos.
Esta
situación
de
pobreza
extrema
desde
la
infancia,
igualmente
es
un
factor
importante
en
la
decisión
de
una
mujer
para
conver(rse
en
pros(tuta.
Es
decir
si
una
niña
vive
en
un
ambiente
con
muy
pocos
recursos
económicos,
puede
que
crea
que
su
futuro
será
de
la
misma
forma
o
que
no
puede
hacer
mucho
para
lograr
un
vida
mejor.
Esta
es
una
de
las
principales
razones
por
las
que
una
mujer
se
vuelve
pros(tuta,
“escapar
de
la
pobreza”
debido
a
que
no
encuentran
otra
posibilidad
para
hacerlo.
La
vida
en
condiciones
económicas
desfavorables
trae
consigo
una
serie
de
problemas
familiares
que
se
traducen
en
violencia
y
abuso
hacia
los
niños.
La
mayoría
de
las
pros(tutas
decidieron
huir
de
su
casa
a
causa
de
este
abuso
y
al
no
encontrar
alterna(vas,
se
refugian
en
la
prostitución.
Estas
condiciones,
en
las
que
se
encuentran
570
millones
de
mujeres
en
el
mundo
parece
un
buen
mo(vo
para
entrar
al
negocio
de
la
pros(tución,
debido
a
que
siendo
pros(tuta
existe
una
mejor
oportunidad
para
obtener
ingresos
y
una
mayor
libertad
para
administrar
estos
recursos.
Aunque
esto
es
sólo
en
las
condiciones
de
pros(tución
más
favorables,
ya
que
al
ser
pros(tutas
también
se
encuentran
con
los
proxenetas,
policías
y
chulos,
quienes
también
las
explotan.
Es
decir,
en
ocasiones
las
condiciones
de
la
mujer
no
cambian
mucho.
Debido
a
que
algunas
mujeres
aún
prefieren
vivir
con
un
hombre
que
las
maltrata
por
evitar
la
soledad
y
sen(rse
“protegidas”.
Esta
situación
(ene
un
origen
en
la
historia
de
las
mujeres,
¿cómo
puede
una
mujer
rebelarse
ante
lo
establecido,
ser
independiente,
libre
y
tomar
sus
propias
decisiones,
cuando
todo
el
contexto
histórico‐social
le
indica
que
es
el
sexo
débil,
que
necesita
de
la
fuerza
de
un
hombre
que
la
proteja
y
que
lo
mejor
que
pueda
hacer
es
casarse
para
que
la
“mantengan”?
parece
una
tarea
imposible,
pero
la
respuesta
esta
en
que
las
dificultades
de
la
vida
actual
son
tan
grandes
que
para
sobrevivir
hay
que
buscar
alterna(vas
y
parece
que
el
matrimonio
ya
no
es
una
de
ellas.
Cifras
de
la
ONU
indican
que
el
matrimonio
enriquece
a
los
varones
y
empobrece
a
las
mujeres,
en
términos
económicos,
debido
a
que
ellas
trabajan
más,
porque
se
encargan
de
las
labores
del
hogar
y
además
trabajan,
mientras
que
ellos
ganan
explotándolas.
Lo
anterior
confirma
la
idea
de
que
una
mujer
se
encuentra
frecuentemente
con
el
dilema
de
“ganar
dinero
o
perder
pres(gio”.
Es
decir,
salir
de
la
pobreza
y
luchar
contra
todos
los
prejuicios,
vivir
en
la
exclusión
y
ser
mal
vista
por
la
sociedad
o
seguir
muriéndose
de
hambre.
Desde
este
punto
de
vista,
la
pros(tución
es
una
buena
oferta.
Aunque
existen
muchos
(pos
de
pros(tución
y
diversas
situaciones
en
las
que
se
inicia
en
este
fenómeno,
todas
coinciden
en
que
son
mujeres
y
como
tales,
siempre
tendrán
que
luchar
contra
el
es(gma,
simplemente
por
ser
mujeres,
porque
en
la
actualidad
ser
mujer
significa
ser
pobre
y
ser
puta.
Esto
quiere
decir
que
toda
mujer,
aún
sin
ejercer
propiamente
el
sexoservicio,
se
encuentra
es(gma(zada,
ya
sea
por
ser
sumisas,
por
ser
rebeldes,
por
ser
libres,
por
ser
putas,
por
luchar
contra
lo
establecido,
por
ser
pobres,
etc.
Siempre
se
les
señala,
mientras
que
a
los
hombres
no.
Ser
pros(tuta
es
incluso
un
insulto
bien
definido
desde
hace
siglos,
pero
a
los
hombres
que
van
con
pros(tutas,
¿quién
lo
crí(ca?
¿por
qué
no
son
juzgados,
excluidos
y
marginados,
como
se
hace
con
las
pros(tutas?
Porque
es
una
prac(ca
de
dos,
y
¿por
qué
nadie
ve
con
malos
ojos
a
los
pros(tuyentes?
Por
ser
hombres,
tal
vez,
o
porque
seguramente
fueron
provocados
y
seducidos
por
esa
malas
mujeres.
Esta
situación
confirma
que
el
problema
no
esta
en
la
pros(tución,
esta
en
la
doble
moral
y
el
machismo
que
aún
prevalece
en
la
sociedad.
Aunque
también
es
interesante
mencionar
que
algunas
pros(tutas
han
encontrado
la
forma
de
rebelarse
ante
el
machismo.
En
inves(gaciones
anteriores
se
ha
observado
que
el
discurso
de
las
pros(tutas
hacia
su
historia
de
vida,
(ende
a
tomar
dos
caminos,
el
reivindicatorio,
en
el
que
se
hacen
responsables
de
sus
decisiones
y
el
vic(mista,
en
el
que
consideran
que
son
pros(tutas
por
circunstancias
ajenas
a
ellas,
(Juliano,
2002).
Las
pros(tutas
al
vic(mizarse
pierden
la
libertad,
libertad
que
pese
a
las
condiciones
existe;
es
imposible
negar
que
las
circunstancias
actuales
son
la
principal
causa
de
la
pros(tución,
pero
tales
condiciones
existen
para
la
mayoría
de
las
mujeres,
por
ello
es
importante
mencionar
que
la
libertad
y
la
voluntad
existen
en
la
pros(tución,
y
no
sólo
eso,
también
dignifican
lo
que
significa
el
sexo‐servicio,
esto
se
debe
a
que
cuando
las
pros(tutas
de
apropian
de
sus
opciones
y
decisiones
subrayan
el
desa[o
a
las
normas,
lo
cual
permite
la
dignidad.
Referencias
García
Márquez,
G,
(1972).
La
Increíble
Y
Triste
Historia
De
La
Cándida
Eréndira
Y
De
Su
abuela
desalmada.
México:
Diana.
Juliano, D. (2004). Excluidas y marginadas. Madrid: Editorial Cátedra.
Juliano, D. (2002). La pros(tución. El espejo oscuro. Barcelona: Icana.
Marín,
J.
(1999).
El
proyecto
Liberal
Costarricense
y
la
Difusión
de
la
Ideología
TerapéuBca.
Una
aproximación
al
Discurso
del
Género
y
de
la
ProsBtución
en
la
ciudad
de
San
José,
1864‐1949.
Universidad
de
Costa
Rica,
Tesis
de
maestría
no
publicada.
Vargas Llosa, M. (1976). Pantaleón y las Visitadoras. Barcelona: Editorial Seix Barral.