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Tras las Huellas de Jericó capitulo 2 B

Autor: Paulo Arieu


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Seguimos con las influencias filosóficas en la ciencia y los errores de los


científicos

"Los beduinos dicen: «Hemos llegado a creer» Diles, Oh Muhammad: «No habéis
llegado aún a creer; decid, más bien: ‘Nos hemos sometido externamente’ —pues
la verdadera fe no ha entrado aún en vuestros corazones. Pero si obedecéis
realmente a Dios y a Su Enviado, Él no dejará que se pierda nada de vuestras
obras: pues, ciertamente, Dios es indulgente, dispensador de gracia». Sabed que
los verdaderos creyentes son sólo aquellos que han llegado a creer en Dios y en Su
Enviado y han dejado atrás toda duda, y que se esfuerzan por la causa de Dios con
sus bienes y sus personas: ¡ésos, precisamente, son los veraces!", Surah 49:14-15

El hombre constantemente se enfrenta al sentido de la vida y al porque de la


muerte: el hombre es el único ser que piensa en la muerte, y que piensa su
muerte. Y para iluminar su camino a través de estas respuestas, por el momento
no se conocen más que dos opciones: las verdades que enseña la religión (la Biblia)
y la ciencia con sus avances.

¿Tiene entonces algún sentido reflexionar sobre el universo, la materia y la religión?


Claro que si. Y no fue acaso Santo Tomás de Aquino, quien se propuso conciliar la
fe cristiana con la filosofía racional de Aristóteles. El fue el primero en intentar
armonizar Dios y la ciencia.

La ciencia (del latín scientia 'conocimiento') es el conjunto de conocimientos


obtenidos mediante la observación y el razonamiento, sistemáticamente
estructurados y de los que se deducen principios y leyes generales [0]

Es el conocimiento sistematizado, elaborado a partir de observaciones y el


reconocimiento de patrones regulares, sobre los que se pueden aplicar
razonamientos, construir hipótesis y construir esquemas metódicamente
organizados. La ciencia utiliza diferentes métodos y técnicas para la adquisición y
organización de conocimientos sobre la estructura de un conjunto de
hechos objetivos y accesibles a varios observadores, además de estar basada en
un criterio de verdad y una corrección permanente. La aplicación de esos métodos
y conocimientos conduce a la generación de más conocimiento objetivo en forma de
predicciones concretas, cuantitativas y comprobables referidas a hechos
observables pasados, presentes y futuros. Con frecuencia esas predicciones pueden
formularse mediante razonamientos y estructurarse como reglas o leyes generales,
que dan cuenta del comportamiento de un sistema y predicen cómo actuará dicho
sistema en determinadas circunstancias. [1]

El verdadero cristiano, no se opone a los avances de la ciencia. Se opone a las


declaraciones necias de muchos científicos que construyen complejas teorías
científicas, sobre fundamentos erróneos, como la teoría de la evolución y la filosofía
naturalista.

F. Collins afirma que, “la creencia en Dios puede ser una elección puramente
racional, y que los principios de la fe son, de hecho, complementarios a la ciencia”,
pero no todos los ven así. [2]

Creen que cuando se es verdaderamente científico encuentras mas y mas evidencia


de que las deidades no existen. Religión y ciencia son dos cosas muy opuestas,
2

dicen algunos. Creen que la religión va opuesta al avance del hombre. La religión
no se opone al desarrollo científico y tecnológico y un ejemplo concreto es Israel.
“Israel, es un país pequeño en un mundo de gran ciencia y tecnología y, al igual
que muchos otros países pequeños, cuenta con políticas claramente definidas hacia
las actividades científicas y tecnológicas para mejorar así su capacidad competitiva.
En las ciencias, Israel pretende mantener un nivel internacional mínimo de calidad
en sus logros, en un amplio espectro de campos científicos, estimulando el
establecimiento de centros de primera categoría entorno a científicos destacados y
en áreas de interés vital para el desarrollo del sector industrial. La cooperación
internacional ha jugado un importante papel en este esfuerzo, ya que ha puesto a
disposición de Israel recursos científicos y el conocimiento de los expertos. En
tecnología, Israel lucha por mantener un alto nivel principalmente por medio de la
especialización, concentrando los esfuerzos nacionales en un número limitado de
áreas y organizaciones.El porcentaje de la población israelí que tiene que ver con la
investigación científica y la tecnológica, así como la cantidad de dinero que se gasta
en I+D, en relación con el Producto Nacional Bruto es de las más altas en el
mundo; y, en relación al tamaño de su fuerza laboral, Israel cuenta por lejos con el
mayor número de autores que publican sobre ciencias naturales, ingeniería,
agricultura y medicina.” [3]

Acaso no esto lo que dijo Pasteur, que "un poco de ciencia aleja
de Dios, pero mucha ciencia devuelve a Él." [4]

Que paradoja, no? Y nadie puede decir que Pasteur no fue un


notable científico. Luís Pasteur fue siempre un ferviente católico
practicante.

Yo estoy de acuerdo con lo que dice Louis Pasteur, ya que a medida que avanza el
conocimiento científico, mejor es la comprensión de Dios que se tiene. Pero, se que
no es fácil entender la existencia de Dios racionalmente, aunque los escépticos
insisten por la razón, pero es como si le pidiéramos a niños de jardín de infancia
para que nos expliquen, en su profundidad, la teoría de la relatividad de Einstein.
¿Podrán acaso hacerlo? No, y no es que no tengan inteligencia alguna. Ellos van a
decir que eso no existe porque no lo ven o no lo entienden. No obstante, sabemos
que la teoría existe, pero la incredulidad de los escépticos no les permite
entender.Ya hace rato que los filósofos han comprendido que no se puede probar
racionalmente ni la existencia ni la inexistencia de Dios. No, la ciencia no aleja de
Dios.Todo lo contrario.

Al descubrir la extraordinaria complejidad del mundo y de la vida, más bien nos


conduce al borde mismo de la fe. Ahí se detiene, honradamente, porque ésta no
pertenece a su dominio. A nosotros, como seres humanos, nos corresponde dar el
próximo paso.

Pero sin embargo, hay científicos, filósofos, políticos, que insisten que se puede
negar la existencia de Dios. Un caso serio, que no tiene ya solución humana alguna,
es la de Richard Dawkins, el científico británico.
3

"El 28 y 30 de Septiembre del año 2007, se llevó acabo en Crystal City, Virginia, la
conferencia ateísta titulada “Crystal Clear Atheism”, un evento auspiciado por la
Alianza Ateo Internacional, de los Estados Unidos.
La conferencia se realizó en el Crown Royal Hotel, en donde algunos de los autores,
científicos y periodistas ateos, declararon “que la ciencia debe destruir la religión
organizada. Según ellos, Dios es un mito, y por tanto los niños no deben ser
educados bajo ninguna doctrina religiosa.” [5]

Son declaraciones muy fuertes, muy frías, muy ambiciosas, sin escrúpulos, que nos
muestran lo que esta en la mente de muchos. Convertir la ciencia en una religión, y
destruir las religiones mediante esta. Y esto que los ateos siguen siendo una
minoría en los Estados Unidos. Que sería si fuesen mayoría.
“Aprox. el 91 por ciento de americanos creen en Dios y otra encuesta más reciente,
realizada por el Banco de encuesta y Centro de investigación, el 53 por ciento de
los americanos afirmaron que tenían una opinión desfavorable de los ateos, a
quienes catalogaron como las personas menos confiables.”" [6]
Si leemos acerca de la historia de la investigación científica en Israel, vemos que
esta es parte integral de la historia del retorno del pueblo judío a su patria.

Hay los que señalan como un motivo más bien político y sionista el regreso de los
judíos al Medio Oriente en esta generación. Se descarta la motivación religiosa en
las oleadas de inmigrantes al Estado de Israel en uno como esfuerzo de anular este
movimiento de toda conexión profética. Somos los primeros en admitir el fuerte
elemento sionista en el móvil que hizo regresar una buena parte de los judíos que
están ahora en Israel.

Con o sin motivación religiosa, el Soberano Motor que ha energizado al pueblo


apátrida es el Motor de la Providencia. Aun los más políticos y sionistas de los
regresados han seguido si bien inconscientes, el soberano designio de la
Providencia. Lo que se ha realizado ante nuestros azorados ojos en esta
generación, es sólo un punto de partida, un primer peldaño, una primera piedra a
una ‘aliyah’ o regreso más grande, más generalizado y más completo de los judíos
a la tierra que les fue prometida.[7]

Teodoro Herzl (1860-1904), quien fue el primero que promovió activamente la idea
de un Estado Judío en la Tierra de Israel, lo concibió no sólo como el hogar físico
del pueblo judío, sino también como un gran centro espiritual y científico. [8]

Así, de esta manera, los israelitas dieron cumplimiento literal a una de las mas
grandes profecías escatológicas, relacionadas con el tiempo del fin.[9]
4

El deseo de transformar la tierra, entonces una región estéril y plagada de


enfermedades, en un estado moderno, fue el factor clave en la subsecuente
investigación científica y en el desarrollo tecnológico."[10]

"El regreso de Israel a la tierra debe ocurrir antes que el regreso de Israel a su
Dios. La restauración física precede a la restauración espiritual. Israel está ahora
en proceso de lograr su restauración física. El inicio de esta ‘aliyah’ general o
regreso se lleva a cabo delante de nuestras narices. Luego vendrá la limpieza del
agua y del Espíritu, o sea su restauración espiritual. Los judíos regresados ya
forman sólo la zapata de un edificio en construcción. La mano maestra del
Arquitecto de Israel seguirá dándole forma y terminación a este edificio. " [11]
De esta manera, la política, la ciencia, la tecnología, unen sus propósitos e
intereses comunes a la escatología bíblica. [12]

Con insistencia Jesús recomendó a los suyos que “aprendieran la parábola” de la


higuera que reverdece. Acto seguido Jesús dijo que no pasaría de "esta
generación sin que estas cosas acontezcan". "Evidentemente no se refería a la
generación de la cual eran parte los discípulos originales... Queda claro que Jesús
se refería a la generación de judíos que formaría parte del “retoño”, del regreso, del
resurgimiento escatológico de la nación Israel... La higuera ha reverdecido!" [13]

Esto nos demuestra que no es verdad que la religión esta opuesta al avance
científico. Una anécdota ilustrativa que se cuenta de Pasteur, noble anciano, premio
Nobel, descubridor de la penicilina, es la siguiente:
Un señor de unos 70 años viajaba en el tren, teniendo a su lado a un joven
universitario que leía su libro de Ciencias. El caballero, a su vez, leía un libro
de portada negra. Fue cuando el joven percibió que se trataba de la Biblia y
que estaba abierta en el Evangelio de Marcos. Sin mucha ceremonia, el
muchacho interrumpió la lectura del viejo y le preguntó:
- Señor, ¿usted todavía cree en ese libro lleno de fábulas y cuentos
- Sí, mas no es un libro de cuentos, es la Palabra de Dios. ¿Estoy
equivocado?
- Pero claro que lo está. Creo que usted señor debería estudiar Historia
Universal. Vería que la Revolución Francesa, ocurrida hace más de 100 años,
mostró la miopía de la religión. Solamente personas sin cultura todavía
creen que Dios hizo el mundo en 6 días. Usted señor debería conocer un
poco más lo que nuestros Científicos dicen de todo eso.
- Y... ¿es eso mismo lo que nuestros científicos dicen sobre la Biblia?
- Bien, como voy a bajar en la próxima estación, no tengo tiempo de
explicarle, pero déjeme su tarjeta con su dirección para mandarle material
científico por correo con la máxima urgencia.
El anciano entonces, con mucha paciencia, abrió cuidadosamente el bolsillo
derecho de su bolso y le dio su tarjeta al muchacho. Cuando éste leyó lo que
allí decía, salió cabizbajo, sintiéndose peor que una ameba. En la tarjeta
decía: Profesor Doctor Louis Pasteur, Director General del Instituto de
Investigaciones Científicas, Universidad Nacional de Francia [14]

En verdad, los excesos no los provoca la ciencia, en todo caso los científicos. Como
no lo hace el cristianismo, sino los cristianos.
Por ejemplo, las manipulaciones genéticas aprobadas en algunos países como
Inglaterra, el armamentismo de Irán, que apunto sus misiles hacia Tel Aviv.

El hecho de que la ciencia haya dado lugar a armas nucleares o armas biológicas no
quiere decir que la ciencia se haya excedido o que se haya independizado de Dios.
La ciencia es la que es y los problemas por el uso que hagan los seres humanos de
ella. La energía nuclear puede dar energía a un país entero a través de un central
nuclear, o devastar una ciudad entera a través de una bomba atómica. Igualmente,
5

la biología puede dar lugar a una vacuna contra la viruela o crear un virus mortal.
Un símil: con un cuchillo puedes cortar alimentos o asesinar a alguien. En cualquier
caso, depende del uso que se haga de la ciencia, es decir, depende de las personas.

“El conocimiento científico busca la mayor precisión posible. La ciencia trata


de precisar aquello que el conocimiento común sabe de manera confusa.
Para ello, busca formular sus problemas de manera clara e intenta precisar
el sentido de los términos que utiliza." [15]

Principales corrientes en la obtención del conocimiento científico [16]

Con el propósito de distinguir la orientación de las corrientes actuales en la


obtención del conocimiento, definiremos primero los tipos de éste, que se reducen
básicamente a dos: a) conocimiento empírico, y b) conocimiento científico. Se
explican a continuación.

a) Conocimiento empírico

Se desprende de la experiencia y a través de los sentidos. Es el conocimiento que le


permite al hombre interactuar con su ambiente; es generacional, sin un
razonamiento elaborado, ni una crítica al procedimiento de obtención ni a las
fuentes de información.
Los conceptos empíricos son imprecisos e inciertos, se producen por ideas
preconcebidas, tienden a aceptar explicaciones metafísicas y son dogmáticos. Sin
embargo, el conocimiento empírico sirve de base al conocimiento científico, al
extraerse con método de la realidad.

b) Conocimiento científico
El conocimiento empírico se convierte en científico al extraerlo de la realidad con
métodos y herramientas precisas. Se integra en un sistema de conceptos, teorías y
leyes. El conocimiento científico rebasa los hechos empíricos. Puede generalizarse.
Puede pronosticarse.
El conocimiento científico resiste la confrontación con la realidad, descarta
explicaciones metafísicas, y utiliza fuentes de primera mano. Por ejemplo, una
enfermera puede notar diferencias entre la profesional y la técnica. Sabe que
realizan aparentemente las mismas funciones (conocimiento empírico), y
aunque pudiera atribuir esto a los estereotipos, no acierta a explicarse las
determinantes de la práctica de enfermería, ni a definir las diferencias que percibe
entre una y otra. Sin embargo, al estudiar las determinantes históricas, políticas,
culturales, económicas, demográficas, ecológicas, educativas, etc., puede describir,
explicar, generalizar y predecir (conocimiento científico) las causas de una práctica
profesional en relación con una técnica.

La forma de interpretar las informaciones de la realidad en un contexto


científico, deriva de cuatro posturas al respecto:
• Positivismo y neopositivismo,
• Hermenéutica,
• Dialéctica, y
• Racionalismo crítico.

A. Positivismo y neopositivismo
Sus raíces se remontan al s. XIX, con autores relevantes como: Bacon, Locke,
Newton, Lavoisier, Saint-Simon, Compte, Russell y Nagel, entre otros.
El principio fundamental del positivismo y el neopositivismo es: no existe
conocimiento que no provenga de la percepción. La importancia se da al rigor en las
técnicas para obtener el conocimiento; se insiste en la cuantificación, y se afirma la
unidad de la ciencia, es decir, la semejanza de todas las ciencias del hombre.
6

El positivismo concibe al conocimiento como separado de la acción, a la ciencia


como "neutra". El científico debe desprenderse de sus conceptos e ideas, de la
influencia del ambiente; es decir, el científico no es un ser humano.

B. Hermenéutica
Surge en forma difusa con autores historicistas en Alemania, particularmente
Dilthey y Weber, con el desarrollo de la fenomenología.
El planteamiento fundamental de la hermenéutica es opuesto al positivismo. Afirma
que no existe un lenguaje observacional puro; todo lenguaje es interpretación, todo
conocimiento es interpretación.
Lo más importante, según esta corriente, es la teorización, el interés en datos
cualitativos, el rechazo a lo cuantitativo, el manejo crítico del lenguaje, y la
diferencia importante entre las ciencias naturales y las sociales.
La hermenéutica y la dialéctica coinciden en su oposición al positivismo clásico. En
el positivismo, los científicos hacen ciencia "neutra"; en la hermenéutica, la ciencia
se supedita a la práctica social, de acuerdo con las determinantes ambientales, En
una, es el conocimiento por el conocimiento; en otra, es el conocimiento para la
acción.

C. Dialéctica
Los representantes más relevantes de esta corriente son Marx, Engels, Lenin y
Stalin.
El énfasis está en la realidad como una "totalidad", de la que no puede aislarse
ningún elemento sin que deje de tener sentido. Se rechaza el análisis cuantitativo.
En la práctica, las actividades científicas no se disocian de las posiciones de los
científicos, las cuales influyen de manera decisiva en el conocimiento.
Supuestos de la dialéctica
• La realidad existe independientemente y con anterioridad al ser humano. No
ha sido creada por ningún espíritu universal.
• La realidad es cognoscible.
• Los procesos y los objetos están relacionados y son interdependientes.
• Todos los conocimientos son verdades relativas.
• La realidad está en continuo cambio, movimiento y transformación.
• La realidad se presenta a diversos grados y niveles.
• La práctica es el criterio de verdad del conocimiento.

D. Racionalismo crítico
El racionalismo crítico tiene su origen en el decenio de 1930. Su principal
exponente fue Karl L. Popper, Constituye una postura intermedia entre el
positivismo y la hermenéutica clásicos. En esta postura, el conocimiento es la
interpretación de las experiencias. Pone énfasis en lo cuali-cuantitativo, y subraya
la importancia de las técnicas para obtener datos. Describe una relación entre las
ciencias naturales y las sociales.
La corriente del racionalismo crítico pretende establecer un equilibrio entre el
conocimiento y la acción, y critica a la dialéctica por su "alto grado de confusión en
cuanto a la teoría para la acción". La ciencia tiene criterios propios diferentes e
independientes de las condicionantes ambientales. Se acepta el valor del
conocimiento empírico en la construcción del conocimiento científico.

El conflicto ciencia vs. Fe


¿Que es ciencia? [17]

"La ciencia es el quehacer humano que consiste en la actitud de observar y


experimentar dentro de un orden particular de conocimientos, los cuales se
organizan de manera sistemática mediante determinados métodos, partiendo de un
núcleo de conceptos o principios básicos, a fin de alcanzar un saber de validez
universal.
7

La ciencia es un conjunto de conocimientos en desarrollo, que se obtienen mediante


los métodos cognoscitivos, y que se reflejan en conceptos exactos cuya verdad se
comprueba y demuestra a través de la práctica social".

Puesto que la ciencia permite al hombre dominar la naturaleza, con todo lo que
esto implica, es necesario adoptar al menos un tipo de clasificación. Una de las más
fundamentales distingue entre: ciencias empíricas y ciencias formales."

Ciencias empíricas

Estas concentran su atención en la realidad material, objetiva, tangible. Son


ejemplos de ellas las ciencias naturales y las ciencias sociales. Principios
diferenciales entre la ciencia formal y la ciencia fractual

Ciencia formal Ciencia factual


Objeto de estudio: Ideas Objeto de estudio: Hechos
Representación: Símbolos, signos Representación: Palabras
Método de análisis: Inducción, deducción,
Método del análisis: Método científico
lógica
Comprobación: Razonamiento Comprobación: En la práctica
Tipos: Física, psicología, administración,
Tipos: Lógica, matemática
historia, etc.

Cada objeto del universo se convierte en objeto de alguna ciencia. En el caso de las
ciencias sociales cada objeto de estudio se relaciona con una actividad humana en
sociedad.

Ciencias formales

Las ciencias no empíricas, o formales, concentran su interés en aspectos


simbólicos, derivados del pensamiento del hombre. Son ejemplos las matemáticas y
la filosofía, entre muchas otras.

"La ciencia trata únicamente con problemas cuyo valor de verdad es posible
comprobar [...]. Además de ser un conjunto sistematizado de conocimientos, está
formada por una serie de métodos para comprobar el valor de verdad de las
afirmaciones hechas sobre la realidad concreta".

La teoría, el método y las técnicas forman la ciencia. Es posible resumir que la


ciencia permite conocer el mundo y colocar al hombre frente a la realidad.

Características de las ciencias puras y aplicadas

El sistema de conocimientos teóricos representado únicamente por ideas, es


conocido como ciencia formal o ciencia pura. El sistema de conocimientos teóricos
relativo a hechos de la práctica social es conocido como ciencia factual (fáctica) o
ciencia aplicada. Algunas de las características que diferencian a dichos sistemas se
resumen en el cuadro anterior.

Ciencia - Fe
Según el físico Eddington "para un científico razonable la ciencia moderna muestra
que la religión se ha vuelto posible en torno al año 1927". [18]

Ese año es uno de los más importantes en la historia del pensamiento


contemporáneo. Heisenberg expone su principio de incertidumbre, el canónigo
Lemaitre da a conocer su teoría sobre la expansión del universo. Einstein propone
8

su teoría del campo unitario, Teilhard de Chardin publica los primeros elementos de
su obra. Y es el año del congreso de Copenhague, que marca la fundación oficial de
la Teoría Cuántica.
Nuestras dificultades para comprender el universo proceden de que no sabemos
con qué compararlo.
Heinz Pagels señala:"Creo que el universo es un mensaje redactado en un código
secreto, un código cósmico, y que la tarea del científico consiste en descifrar ese
código".
A través de la vía conceptual abierta por la teoría cuántica, está emergiendo una
nueva representación del mundo más acá del espiritualismo, aunque mucho más
allá del materialismo, que borra las fronteras entre el espíritu y la materia: el
metarrealismo. [19]

Pero a pesar de todos estos cambios, no siempre existen limites bien delineados en
el terreno de las investigaciones. Y muchas veces los científicos se aferran a sus
teorías, como si fuesen creencias. Esto se ve mucho principalmente entre los
biólogos evolutivos y antes también se veía en los marxistas.

Antonio Cruz, científico español, explica que la fe no sólo existe en la religión sino
también en el seno de la ciencia (por ej. el materialismo científico, que entiende la
materia y la energía como las únicas realidades del universo) [20]

En 1992, un científico especializado en física, Paúl, publicó un nuevo libro titulado


The Mind of God (La mente de Dios).Aunque este libro no es un modelo de
ortodoxia religiosa, la critica es bastante positiva dentro de todo, ya que muestra
cómo un científico actual, que no pertenece a ninguna religión y que hasta hace
pocos años encontraba muchas dificultades en la idea de un Dios personal, va
avanzando hacia Dios gracias a sus reflexiones sobre la ciencia. Davies afirma que
no pertenece a ninguna religión institucional y que nunca ha tenido una experiencia
mística. Pero también afirma que la ciencia no puede responder a los interrogantes
últimos, y añade que ese tipo de respuestas sólo pueden provenir de experiencias
místicas que trascienden el ámbito de la especulación científica. Además, defiende
la existencia de algún plan superior capaz de explicar la vida humana: según
Davies, nuestra existencia no puede ser casual ni el simple resultado de fuerzas
ciegas. Davies no defiende la existencia de un plan divino tal como lo afirma el
cristianismo. En muchos casos su pensamiento llega incluso a chocar con la
ortodoxia cristiana. Pero, por eso mismo, resulta significativa la evolución de su
pensamiento hacia posiciones cada vez más próximas al teísmo.

Todo esto quizá pueda parecer trivial, sobre todo a un creyente, pero no lo es
cuando se presenta como el resultado de un extenso análisis llevado a cabo por una
persona que, como Davies, no encuentra fácil afirmar la existencia de un Dios
personal creador. Davies es un científico que intenta llevar la ciencia hasta sus
límites, analizando en concreto las variadísimas respuestas que se proponen en la
actualidad acerca de las cuestiones últimas, y tomando parte en un verdadero
combate intelectual en el que se discuten detalladamente los argumentos en favor
y en contra de las distintas soluciones.

Los razonamientos de Davies incluyen las interpretaciones más insólitas. Se trata


de reflexiones en voz alta en las que Davies manifiesta sus perplejidades, que no
son pocas ni pequeñas. Su interés radica precisamente en que muestran que un
científico como Davies, nada comprometido con posiciones religiosas
convencionales y dispuestas a admitir la parte de verdad que se encuentra en
cualquier propuesta por extraña que parezca, afirma ahora con pleno
convencimiento que no resulta viable atribuir la existencia humana al simple juego
accidental de las fuerzas naturales. Así puede entenderse que se le haya concedido
el premio Templeton.
9

Resulta muy significativo que Davies reconozca expresamente que la ciencia no se


encuentra en condiciones de proporcionar respuestas a los problemas
fundamentales de la existencia humana. Es significativo porque Davies desearía
poder solucionar todos los problemas ciencia en mano.
Davies pertenece a un grupo de científicos que no suscriben ninguna religión
convencional y, sin embargo, niega que el universo sea un accidente sin significado.
Por medio de su trabajo científico pudo llegar a creer que el universo físico está
coordinado con una sencillez asombrosa que le da a pensar que realmente debe
existir una explicación más profunda.
Como escribe Davies:
“El Big Bang es el lugar en el universo donde hay espacio para que aún el
materialista más tenaz, admita a Dios”. [21]

Pero no sólo se cree que hubo un gran comienzo, sino que además la ciencia está
reconociendo últimamente, que la estructura física del universo ofrece asombrosa
evidencia de propósito y designio. Se ha propuesto el llamado principio antrópico,
que afirma que la estructura del cosmos es exactamente la que debe ser para que
haya vida y vida inteligente. La asombrosa cantidad de coincidencias cósmicas que
hacen posible la vida en la Tierra (como su órbita precisa, la temperatura
adecuada, su distancia al Sol, la estructura del átomo de hidrógeno, la forma
molecular del agua, etc.), ¿se deben al azar o a un designio inteligente? Esto
preocupa hoy a físicos y astrónomos porque comienza a parecer que las leyes de la
física fueron calibradas exquisitamente desde el comienzo para la creación de la
vida humana. La ciencia abre hoy la puerta a la fe en el Dios Creador.[22]

Dice el dr. Antonio Cruz, biólogo y pastor evangélico de


nacionalidad española:
"Dios continúa siendo la explicación final al
enigma del universo y la vida, como confirma la
ciencia actual libre de prejuicios. Dios no ha
muerto, el que murió fue Darwin y aunque sus
teorías han llegado hasta nuestros días, lo cierto
es que pronto asistiremos también al funeral de
las mismas."[23]

Davies luego escribe, que él:


« siempre he deseado creer que la ciencia puede
explicar todo, al menos en principio» [24]

Sin embargo, a continuación se ve obligado a añadir:


«pero incluso si se descartan los sucesos sobrenaturales, no está claro, a
pesar de todo, que la ciencia pueda explicar todo en el universo físico.
Permanece el viejo problema acerca del final de la cadena de explicaciones.
Por mucho éxito que puedan tener nuestras explicaciones científicas,
siempre incluyen algunos supuestos en su punto de partida... Por tanto, las
cuestiones 'últimas' siempre permanecerán más allá del alcance de la ciencia
empírica» [25]

En esta línea, Davies llega a señalar que más allá de la ciencia se encuentra la
metafísica, y que es en ese ámbito donde se plantean los interrogantes acerca de
los fundamentos mismos de las ciencias:
10

«La tarea del científico es descubrir las pautas en la naturaleza e intentar


ajustarlas a esquemas matemáticos simples. La cuestión de por qué hay
pautas, y por qué esos esquemas matemáticos son posibles, cae fuera del
alcance de la física, y pertenece al ámbito denominado metafísica»[26]

Uno de los aspectos que Davies subraya con mayor acierto es la racionalidad de la
naturaleza, indispensable para que la ciencia sea posible y progrese.

De acuerdo con una posición genuinamente filosófica, Davies se asombra ante el


éxito de la ciencia, al que podemos estar acostumbrados:
«El éxito del método científico para descubrir los secretos de la naturaleza es
tan sorprendente que puede impedirnos advertir el milagro mayor de todos:
que la ciencia funciona. Incluso los científicos normalmente dan por
supuesto que vivimos en un cosmos racional y ordenado, sujeto a leyes
precisas que pueden ser descubiertas por el razonamiento humano. Sin
embargo, por qué esto es así continúa siendo un asombroso misterio»[27]

En efecto, el hecho de que la ciencia funcione, y funcione tan bien, apunta a algo
profundamente significativo acerca de la organización del cosmos:
«El éxito de la empresa científica frecuentemente puede impedirnos ver el
hecho asombroso de que la ciencia funciona. Aunque la mayoría de la gente
lo da por supuesto, es a la vez increíblemente afortunado y misterioso que
seamos capaces de manejar las obras de la naturaleza usando el método
científico» [28]

Cuando se interpreta el éxito de la ciencia y de sus aplicaciones tecnológicas como


un progreso a costa de las explicaciones metafísicas y religiosas, se comete una
equivocación, porque el progreso científico más bien invita a plantear las cuestiones
más profundas acerca de sus condiciones de posibilidad, y esas condiciones se
encuentran más allá del dominio de la ciencia.

Por eso, Davies añade:


«Concedo que no se puede probar que el mundo es racional. Ciertamente es
posible que, en su nivel más profundo, sea absurdo... Sin embargo, el éxito
de la ciencia es al menos una fuerte evidencia circunstancial en favor de la
racionalidad de la naturaleza» [29]

Se ha repetido una vez y otra que hoy día ya no se puede probar la existencia de
Dios basándose en el orden de la naturaleza, porque ese orden puede explicarse
mediante las leyes naturales. Incluso en el mundo de los vivientes, donde existe
una aparente finalidad innegable, todo podría explicarse mediante las teorías de la
evolución, sin apelar a un plan divino.

Davies subraya que, en este ambiente, resulta significativo que un buen número de
científicos estén resucitando ahora la prueba de la existencia de Dios basada en el
orden:
«Los teólogos abandonaron más o menos completamente el argumento del
diseño, debido a las severas críticas de Hume, Darwin y otros. Es muy
curioso, por tanto, que haya sido resucitado recientemente por un número
de científicos. En su nueva forma el argumento no se dirige hacia los objetos
materiales del universo como tal, sino a las leyes subyacentes, donde es
inmune frente a los ataques darwinistas»[30]

Y sigue:
«En The Cosmic Blueprint, escribí que el universo aparece como si se
desarrollara de acuerdo con algún plan o bosquejo... Esas reglas parecen
como si fuesen el producto de un plan inteligente. No veo cómo puede
11

negarse esto. Que prefiramos creer que han sido planeadas realmente así, y
en ese caso por qué tipo de ser, debe permanecer una materia de gusto
personal... se podría concebir a Dios meramente como una personificación
mítica de esas cualidades creativas, más que como un agente
independiente. Por supuesto, esto difícilmente satisfaría a cualquiera que
siente que tiene una relación personal con Dios»[31]

¿Puede afirmarse todavía en la actualidad que el hombre ocupa un lugar


privilegiado en el plan divino?
Davies, con todas las limitaciones que ya he señalado, se inclina por la respuesta
afirmativa y, lo que es más, presenta sus ideas como el resultado de su reflexión
sobre la ciencia. Éstas son las palabras finales de su libro:
«No puedo creer que nuestra existencia en este universo es un mero
episodio del destino, un accidente de la historia, algo incidental en el gran
drama cósmico... A través de los seres conscientes, en el universo ha
aparecido la auto-conciencia. Esto no puede ser un detalle trivial, un
subproducto menor de fuerzas sin mente ni propósito. Realmente está
previsto que estemos aquí» [32]

Al comienzo del libro, Davies había escrito:


«La revolución comenzada con Copérnico y terminada con Darwin tuvo el
efecto de marginar e incluso trivializar a los seres humanos... En los
capítulos que siguen presentaré una visión de la ciencia completamente
diferente. Lejos de considerar a los seres humanos como productos
incidentales de fuerzas físicas ciegas, la ciencia sugiere que la existencia de
organismos conscientes es un rasgo fundamental del universo. Estamos
inscritos en las leyes de la naturaleza en un sentido profundo y, según me
parece, lleno de significado» [33]

En definitiva, las reflexiones de Davies le han llevado a una perspectiva que


reconoce un nivel de explicación más profundo que la ciencia. [34]

La interacción entre la ciencia y el entorno social en que germina fue muchas veces
conflictiva y devino en situaciones diversas que no siempre acabaron bien.

Quien se haya tomado algún interés por conocer el desarrollo de la ciencia en


nuestra cultura occidental podrá deducir, sin ningún problema, que difícilmente se
le podrían haber interpuesto más obstáculos y dificultades.

Si nos remontamos a los siglos XVI y XVII, la hoguera siempre estuvo presta para
atajar cualquier visión del mundo que se desviara de la tradición y los tribunales
eclesiásticos siempre fueron leales cancerberos de la más estricta ortodoxia. Unos
tuvieron que pagar con la vida (M. Servet, G. Bruno,…) y otros con su dignidad
(Galileo). Sin embargo, con el tiempo se fue horadando el muro de las costumbres.
La nueva interpretación del mundo y de las cosas se abrió camino y la emergente
ciencia comenzó a desplegar sus potencialidades. [35]

¿Es posible mantener un mínimo nivel científico, autónomo y creativo, en una


sociedad no laica? La experiencia occidental dice que no, pues la ciencia lleva
consigo la duda metódica, un escepticismo inquisidor, una crítica racional y
permanente a todo conocimiento establecido y no acepta la preeminencia ni la
validez del testimonio de autoridad, poco compatible todo ello con una visión
teocrática del mundo. Es por esta razón que la ciencia presiona tanto para
mantener la secularización de la sociedad. [36]

“Un pueblo que engendró antes de que amaneciera el siglo XX personajes centrales
como I. Newton, M. Faraday, J.C. Maxwell, entre otros excelentes físicos, y vivió
12

con Charles Darwin el apasionado debate que su figura y su obra desencadenó en la


sociedad británica, era muy difícil que en el siglo XX no hubiese integrado la ciencia
en su cultura. Recordemos una anécdota sobre esta cuestión.
Al comenzar la Segunda Guerra Mundial Gran Bretaña se encontraba en clara
inferioridad ante Alemania. La aviación alemana, la Luftwaffe, amenazaba destruir
desde el aire los centros vitales del país. No había tiempo para construir más
aviones ni más aeródromos. El general en jefe de la defensa tenía un difícil
problema. A éste no se le ocurrió reunir a generales u otros expertos militares, sino
a matemáticos y físicos teóricos.

Comprendió que la solución iba por la optimización de los recursos disponibles. Los
aviones tendrían que estar siempre volando. Aterrizar, aprovisionarse y despegar
de nuevo de aeródromos convenientemente distribuidos y con nuevos pilotos
descansados. Suponía un extraordinario estudio de movimientos y coordinación de
base matemática, que dio origen a una rama de las matemáticas denominada
Investigación Operativa, que después se aplicó en otros contextos de la actividad
productiva.

El general británico no era experto en matemáticas, pero era hijo de una cultura
que tenía a la ciencia incorporada y por ello tenía la suficiente cultura científica para
localizar los saberes que le permitieron plantear correctamente el problema. Algo
impensable, en aquel tiempo, en otros muchos lugares. “ [37]

Respecto al tema de Dios en la ciencia, y sus repercusiones en los que hacen


ciencia, es decir los científicos, hay un tema que es central: el carácter humano del
científico.

Parece que hacer una ciencia pura es imposible. Aún queriendo la autonomía del
saber, legítimo y definido claramente por el objeto material y formal de cada rama
del saber, el hombre científico debe reconocer que antes que científico es,
sobretodo, ser humano. Es imposible ser científico sin ser antes humano (y serlo
durante y después). Las consecuencias de esa "autonomía" de la ciencia estriban en
que existen muchas consecuencias de carácter tanto teórico como práctico
derivadas de una respuesta meramente científica a un problema primordialmente
humano.

Para la mayor parte de los espíritus ilustrados la ciencia y la religión se oponen


mutuamente. La ciencia parece refutar a la religión en cada uno de sus
descubrimientos; la religión por su parte, prohíbe a la ciencia ocuparse de la Causa
Primera o interpretar la palabra bíblica.

Veamos un ejemplo:
El tema tan debatido sobre las células madre embrionarias. Tratar el tema desde la
"autonomía" científica lleva a resolver el conflicto en la viabilidad instrumental del
proceso. Se responde no a si se debe hacer o no, sino solo a si se puede acceder
como posibilidad.

Si este debate se trasladase radicalmente hacia una respuesta sólo ética, no


faltarían quienes alegando el fin propio del problema, a saber, estudiar y conocer
mejor los mecanismos de multiplicación de las células madres embrionarias y su
pluri-potencialidad, "pusieran el grito en el cielo, ante la inmiscusión ilícita de un
saber moral o ético en una disciplina meramente científica.

Sin embargo, tanto una respuesta meramente moral como una respuesta
tecnificada son dos soluciones irreales, ya que es imposible separar lo científico de
lo moral, al darse inseparablemente en todo ser humano. Por eso la solución más
sensata es poner sobre la mesa todas las respuestas, y armonizarlas. ¿Es posible
13

responder a la pregunta científica de una manera ética, respetuosa con la dignidad


de la persona? Por eso se creó la disciplina que relaciona la ética con la biología,
llamada bioética.

La respuesta de algunas corrientes de pensamiento a este problema emerge de


tratar de resolver el problema haciendo un uso individual, que trata de llegar al
acuerdo e intercambio de intereses, algo así como, yo cedo en esto a cambio de
que tú cedas en esto otro, y por una forma u otra acabar por volver a la dual
respuesta, que no satisface por completo a todas las partes.

Respecto al tema del ejemplo, creo que se ha conseguido dar una respuesta
bastante serena y que apunta a la tercera manera de resolver el dilema. La ciencia
ha visto que el mismo problema puede ser resuelto sin atacar el primer principio de
la ética (la vida de la persona) y a la vez ofrecer una respuesta científica mucho
más amplia que la prevista por un uso exclusivamente científico del problema: las
células madre adultas.

Otro tema más difuso es que rodea algunos temas biomédicos, como las células
madre, la ingeniería genética, etc. que están más ligados a la ética que a la ciencia.

Algunos científicos opinan, por ej, que en el caso del creacionismo, los científicos
creacionistas reconocieran que su objeción a la TE está fundamentado en un
conflicto religioso. Para los científicos, el hecho de que se llenen miles de páginas
webs y se escriban libros “científicos” para refutar la TE científicamente, sin un sólo
experimento, es “un ataque a la ciencia”. Están llenando internet de información sin
ningún valor académico. Pero eso también sucede con la religión. O acaso las
sectas no publican sus creencias, o las webs con pornografía no han invadido el
ciberespacio?
Es parte de la democratización de las autopistas de la información.

Me pregunto si será un ataque a la ciencia o una defensa de la fe cristiana. ¿No


puede responder la teología a las ambiciones sin límites de la ciencia, que pretende
explicar el mundo y sus razones sin Dios?

Tanto la teoría de la evolución como las Sagradas Escrituras, comparten temas de


mutuo interés como el tema de los orígenes. Se crean áreas de interés analítico
superpuestos.

La Teoría de la evolución mas allá de ser la mejor explicación actual científica -


naturalista a la diversidad biológica, trae lamentablemente un fruto venenoso para
las creencias de los pueblos, porque aunque la ciencia se llama independiente,
vemos que no lo es, y también vemos que hay una brecha entre la definición y la
practica, o entre la teoría y la práctica. En la definición dice no meterse con las
ideas religiosas de las personas, no busca explicar los orígenes de la vida, sin
embargo, en la practica mata la fe de muchas de las personas que no son
científicas, y es por eso que hay reacciones de diversa índole y hay oposición por
parte del clero de las distintas religiones cristianas y no cristianas.

Quizás por eso encaja mejor el D.I. como hipótesis preliminar a la teoría de la
evolución, por su agnosticismo y por su flexibilidad para adaptarse a cualquier
religión, pero lamentablemente hasta ahora no han podido superar la etapa de
hipótesis, no pudiendo hacer ningún aporte a lo que llamamos ciencia moderna.
Lamentablemente nada es neutral en si mismo en cuanto a creencia religiosa.
Aunque las últimas noticias que uno tiene de los teóricos del D.I es que este aún no
ha sido falseado.
14

Cuando uno determina la neutralidad, en realidad esta declarando ser atea, en el


sentido de sin dioses.
Aunque la intención es buena, yo la entiendo, pero la necesidad de autonomía de
Dios, la transforma en un ente independiente de Dios, y sin pautas claras de lo que
esta bien y esta mal, y arrastra a muchos un endiosamiento inconsciente de la
ciencia, transformándola en cientificismo, o naturalismo.

Dentro de las ciencias, la ciencia experimental se ocupa solamente del estudio del
universo natural ya que, por definición, todo lo que puede ser detectado o medido
forma parte de él. En su investigación los científicos se ajustan a un cierto método,
el método científico, un proceso para la adquisición de conocimiento empírico. A su
vez, la ciencia puede diferenciarse en ciencia básica y aplicada, siendo esta última
la aplicación del conocimiento científico a las necesidades humanas y al
desarrollo tecnológico.

Algunos descubrimientos científicos pueden resultar contrarios al sentido común.


Ejemplos de esto son la teoría atómica o la mecánica cuántica, que desafían
nociones comunes sobre la materia. Muchas concepciones intuitivas de
la naturaleza han sido transformadas a partir de hallazgos científicos, como
el movimiento de traslación de la Tierra alrededor del Sol o la teoría
evolutiva de Charles Darwin. [38]

La teoría de la evolución ha dado muchos dolores de cabeza a los teólogos


cristianos. Como alguien dijo, comparando la teoría de la evolución con la
creación:

«La evolución se parece a la narración de un partido de fútbol. Dice cómo


suceden las cosas, cómo se mueve el balón de un lado a otro. Se parece a la
descripción física de las cosas. En realidad no pregunta por qué suceden las
cosas. La idea de la creación, de índole metafísica, es algo difícil de expresar
en términos evolutivos. Primeramente porque tal experiencia es irrepetible.
Y segundo, porque aún a sabiendas de que no es repetible, no podemos
tener la certeza empírica de que un ser divino (in-material) existiera antes
de la materia. Sencillamente, se nos escapa. Podemos deducir que algo o
alguien tuvo que existir antes que todo para que todo comenzase a
ser.» [39]
15

Como lograr que se respeten ambos y no se obligue a la teología a redefinir sus


doctrinas ante cada teoría que proponen los científicos?

Esta preocupación subyace en la mente de los teólogos, mas aun de los


conservadores. El pastor reformado de los Países Bajos J. C. Janse, afirma que "La
ciencia no ha de imponer su punto de vista, método, definiciones y terminología a
la Sagrada Escritura. Deberá tener en cuenta la información divina de la verdad de
las escrituras sin someterlas a la tiranía de una teoría." [40]

El propósito de la ciencia consiste en descubrir las leyes que rigen los fenómenos.
Las leyes de la física, de la astronomía, de la química y de otras disciplinas. ¿Pero
quién ha establecido dichas leyes? Expresan un orden que existe y que resulta
imposible atribuir a la casualidad o a la necesidad. Se sabe que el desorden puede
producirse como resultado del deterioro del orden, pero la ciencia ha demostrado
que esto no puede ocurrir a la inversa.

¿Cómo podría concebirse, por ejemplo, que el azar o la casualidad hayan podido
crear las condiciones necesarias para el mantenimiento de la vida, que son el
resultado de un equilibrio tan delicado? El hombre contemporáneo sabe
perfectamente que a pesar de todos sus conocimientos científicos se ve en grandes
dificultades para mantener el equilibrio del medio que sustenta la vida. Entonces,
cuán absurdo resulta pensar que ese medio tan complejo y delicado haya aparecido
sin que nadie lo creara.

¿No hace pensar esto en que un Dios creador resulta indispensable? Esta necesidad
se refuerza aún más al examinar la inmensa complejidad del mundo viviente, aun
en sus manifestaciones más simples. Se ha podido calcular, por ejemplo, que la
probabilidad de que la forma de vida más rudimentaria haya aparecido
espontáneamente es de 1 en 10 seguido de 585 ceros, es decir, es algo imposible.
Para ilustrar lo que esto significa, diremos que equivale a la probabilidad de que
una persona pudiera reproducir la obra literaria de Cervantes o de Rubén Darío
golpeando al azar las teclas de una máquina de escribir.

Los que invocan la intervención de una evolución lenta originada hace muchos
millones de años para explicar la aparición del ser humano y de otros seres sobre la
superficie de la tierra, lo único que hacen es retroceder el problema, sin resolverlo.

¿Podríamos admitir que con el tiempo las grandes computadoras aparecieran en


forma espontánea' por supuesto que no. El cerebro humano es infinitamente más
complejo que las más modernas computadoras. La computadora pudo ser
concebida únicamente por un órgano más perfeccionado que ella: el cerebro
humano. Según esto, podemos formular esta pregunta: ¿Qué ser más perfecto que
el hombre pudo concebir el cerebro humano? La respuesta es: únicamente Dios.

Pero no todos los científicos aceptan esta lógica. Aún a pesar de ser sencillo, no
todos lo aceptan.

Creo que les vendría muy bien reflexionar sobre las palabras que para mi siguen
teniendo indiscutible vigencia, la reflexión de Emmanuel KANT (1724-1804) —
ejemplo admirable de la abrumadora capacidad racional de la mente y de la
conducta moral insobornable del corazón— en su Crítica de la razón
práctica (1781):
«Dos cosas llenan mi espíritu con un sentimiento siempre creciente y nuevo de
admiración y temor, en tanto la más seria reflexión se concentra en ellos: el cielo
estrellado sobre mi cabeza y la ley moral en mi conciencia» ¡Qué clarividencia para
poder resumir en una frase su poderosa filosofía sobre el Universo y el hombre,
sobre la mente y el corazón! [41]
16

Francis Collins se pregunta,


"¿Será la afirmación de Kant la reflexión sentimental de un filósofo que no tuvo el
beneficio de los descubrimientos de la ciencia moderna, o existe una armonía
alcanzable entre la ciencia y la fe en la cuestión vital de los orígenes del
universo?" [42]

Pero no es esto lo mismo que decía el rey David se hacia preguntas existenciales,
cuando expresó en el salmo 8, que al mirar los cielos se hacia preguntas como por
ej. que era el hombre para que Dios se acordara de este.[43]

También el físico y químico británico Michael FARADAY (1791-1867), una de las


figuras estelares de la ciencia, defendió con firme convicción que todas las fuerzas
de la naturaleza tienen un mismo origen, aunque se manifiesten de distinta forma.
El hecho de que la electricidad, el magnetismo y la luz pudieran interactuar hacía
muy plausible esta interpretación.

Para FARADAY, así como para otros muchos científicos, entre ellos el gran biólogo
francés Louis PASTEUR (1822-1895), ir en pos de la Ciencia es esencialmente ir en
pos de la Verdad. FARADAY vivió toda su vida en la creencia profunda de que en el
Universo y en las leyes de la Ciencia subyace una unidad que tiene a Dios por
causa: «The physical laws are the glimmerings we have of the second causes by
which the One Great Cause works His wonders and governs the Earth». [44]

También para el físico alemán Max PLANCK (1858-1947), el padre de la teoría


cuántica, la búsqueda de las leyes del Universo constituyen el más sublime
propósito de la vida del científico, concluyendo con énfasis: «Al científico creyente,
Dios no le estorba en su trabajo sino que le ilumina en la oscuridad. Necesitamos
tener fe. Es algo de lo que los científicos no podemos prescindir».

Uno de los más grandes sabios y que mejor conoció las leyes que gobiernan el
Universo, el físico germano-americano Albert EINSTEIN (1879-1955) hizo el
siguiente comentario filosófico-teológico sobre estos temas: «Aunque es cierto que
los resultados científicos son enteramente independientes de cualquier tipo de
consideraciones morales y religiosas, también es cierto que justamente aquellos
hombres a quienes la ciencia debe sus logros más significativamente creativos
fueron individuos impregnados de la convicción auténticamente religiosa de que
este Universo es algo perfecto y susceptible de ser conocido por medio del esfuerzo
humano de comprensión racional».[45]

Collins afirma que “Un esfuerzo por entender los orígenes y funcionamiento del
cosmos ha caracterizado a casi todas las religiones a lo largo de la historia, ya sea
como una abierta adoración al sol, la adscripción de importancia espiritual a
fenómenos tales como los eclipses, o sencillamente una sensación de
sobrecogimiento ante las maravillas del cielo.” [46]

En una entrevista que le hicieron al astrofísico malagueño Alberto Castro-Tirado ,


este afirmo que “muy pocos de los grandes científicos se declaran ateos”
Para el astrofísico, “fe y ciencia no tienen por qué ser incompatibles. Aunque no lo
manifestemos, muy pocos de los grandes científicos son declaradamente ateos y
muchos de ellos tienen un sentido de la religiosidad que se basa en el orden
grandioso que percibimos en el universo cuando lo estudiamos. En algunos campos
científicos vemos que la ciencia no puede dar una respuesta satisfactoria. En mi
caso concreto, por ejemplo, en cuanto al origen del universo. Ahí, muchos de
nosotros, vemos la existencia de un creador, en mi caso de Dios, porque no
podemos explicar lo que ocurrió más allá del primer instante de la formación del
17

universo. A partir de ahí la ciencia puede explicar el devenir y la evolución de todo


el cosmos pero antes no”.
“Ningún científico puede presumir de estar en la posesión absoluta de la verdad. La
teoría de la gran explosión del Big bang no es un dogma, es la mejor teoría que
tenemos ahora para explicar la formación del universo. Al igual que hace un siglo
creíamos que el universo estaba constituido sólo por materia luminosa, estando
integrada por las diferentes clases de átomos que conocemos de la tabla periódica,
hoy sabemos que no es así. Abunda en mucha mayor medida otra clase de materia
que no se ve (la llamada materia oscura) y una energía (también denominada
oscura), responsable de la aceleración de las galaxias entre sí. Esto quiere decir
que dentro de cien años la concepción puede ser muy distinta”.
Pero la fe, al igual que la ciencia, no es una teoría, tiene una dimensión práctica:
“La fe me hace buscar la justicia, la humildad, me hace afrontar el trabajo con
profesionalidad e intentar hacer el bien al prójimo en la medida de mis
limitaciones. [47]

El portal de teologia de la ciencia, tendencias21.net, publico un trabajo de David


Masci, investigador del Pew Forum on Religion and Public Life de Estados Unidos,
quien analizó en un reciente artículo el grado de religiosidad de los científicos
estadounidenses.
Masci señaló que éste es similar al de hace 100 años. Masci revisa las últimas
encuestas al respecto del Pew Forum y concluye que, dada la parte sustancial de
científicos creyentes en la comunidad científica general y la aceptación casi total de
la teoría de la evolución en dicha comunidad, no debería existir conflicto alguno
entre evolución y fe. Hoy día, más de la mitad de los científicos norteamericanos
cree en Dios, mientras que la otra mitad se declara no creyente.
David Masci, investigador del Pew Forum on Religion and Public Life de Estados
Unidos, afirma en un artículo reciente que más de la mitad de los científicos
estadounidenses cree en Dios o en un poder superior.
Masci señala que, un siglo y medio después de la publicación de “El origen de las
especies” de Charles Darwin, la inmensa mayoría de los científicos ha aceptado la
teoría de la evolución darwiniana como base esencial para la comprensión del
desarrollo de la vida en la Tierra.
Sin embargo, y a pesar de que a menudo es presentada como contraria a la
religión, esta teoría no ha acabado con la fe religiosa en la comunidad científica.
Según una encuesta realizada para la American Association for the Advancement of
Science (AAAS) por el Pew Research Center en mayo y junio de 2009,
concretamente un 51% de los científicos norteamericanos afirmó creer en Dios o en
un poder superior, mientras que el 41% restante se declaró ateo.
Masci afirma que, por tanto, los científicos no tienden en la actualidad a creer
menos en Dios que hace cien años, momento en que se realizó la primera encuesta
sobre el tema en la comunidad científica estadounidense.
En 1914, cuatro décadas antes de que se descubriera la estructura del ADN, un
psicólogo llamado James Leuba preguntó a 1.000 científicos norteamericanos lo que
pensaban de Dios.
Las respuestas demostraron que la comunidad científica se encontraba ya entonces
dividida a este respecto: el 42% de los encuestados respondió que creía en un Dios
personal, y el mismo porcentaje afirmó que no creía.
Desde entonces, la ciencia ha avanzado en muchos sentidos, pero el porcentaje de
científicos creyentes ha aumentado, según los resultados actuales del Pew Forum.
Según el investigador, la respuesta podría estar en el hecho de que científicos de
fama mundial, como el biólogo Stephen Jay Gould o el físico británico Stephen
Hawking, hayan sido reconocidos ateos o agnósticos. En la posición contraria, sin
embargo, Francis Collins, antiguo director del Proyecto Genoma Humano, es un
cristiano evangelista que habla públicamente de su fe.
Trasladándose al pasado para tratar de entender esta discordia, Masci hace
referencia al propio Darwin, cuyas cartas indican que, probablemente, fuera
18

agnóstico. Pero Darwin no perdió su fe a raíz de sus descubrimientos científicos,


señala Masci, sino por el dolor que le ocasionó la pérdida de su hija predilecta, de
diez años de edad, en 1851. A pesar de los resultados de la encuesta del Pew
Forum, por tanto, la pregunta queda sin resolverse.
Hace poco, Michael Shermer, editor de Skeptic magazine y escritor, propuso seis
razones por las que, a su juicio, evolución y fe parecen irreconciliables: el conflicto
existente entre religión y ciencia; la creencia en que la evolución es una amenaza
para las doctrinas religiosas; la existencia de una mala interpretación de la teoría
de la evolución; el temor a que la evolución degrade a la humanidad; la relación
entre la teoría de la evolución y el nihilismo ético y, por último, el miedo a que la
teoría evolutiva extendida en el pensamiento humano implique el fallo de las
doctrinas políticas y económicas, dado que la constitución de la humanidad es más
fuerte que la constitución de los Estados. [48]

Para el gigante y sublime poeta de La Divina Comedia Dante ALIGHIERI (1265-


1321), el orden que reina en el Universo habla de su Creador. De otro genio
italiano, Leonardo Da VINCI (1452-1518), artista, científico y tecnólogo adelantado
del Renacimiento, es la observación excelsa:
«No existe diferencia esencial entre la ciencia y el arte; una y otro son los medios
para descubrir el Universo creado por Dios».[49]

La Creación se inició según el Génesis de manera fulgurante cuando dijo Elohim:


«¡Haya luz!, y hubo luz». Después de crear las plantas verdes, peces, anfibios,
reptiles, aves y mamíferos, Dios creó finalmente al
hombre a su imagen y semejanza para que millones y millones de pequeños dioses
pudieran descubrir su obra, recrearse en ella y proseguir ellos mismos creando
libremente y glorificándole y santificándole por los siglos de los siglos. ¡Qué poder
divino el de la mente humana, que no sólo es capaz de desvelar y venerar los
misterios del Universo, para así alabar a su Supremo Hacedor y cantar su grandeza,
sino que ella misma es creadora, imaginativa y exploradora de horizontes nuevos!
Hoy podemos preguntarnos y responder, aunque sea sólo a medias ¿quién gobierna
científicamente el Universo y la vida, sino las constantes de Newton, Coulomb,
Faraday, las de carga y masa del electrón, protón y neutrón, la de Planck, la
velocidad de la luz y unas cuantas constantes más que se pueden contar con los
dedos de las manos? Y lo que es lógicamente de más importancia y trascendencia
todavía ¿quién las ideó e implantó al principio y con qué propósito y qué hay detrás
de este insondable poder y de tan inigualable gloria? [50]

En 1857, PASTEUR, en la cumbre de su fama, había aparentemente terminado de


manera definitiva con la falacia de la generación espontánea y acababa de ganar
otra nueva batalla al demostrar inequívocamente que las fermentaciones son
procesos biológicos que resultan de la actividad de microorganismos vivos. Esto
ocurría antes de que BUCHNER demostrara en 1897 que los extractos acelulares de
levadura fermentan el azúcar, es decir, que ciertas actividades vitales pueden tener
lugar fuera de la célula viva. De hecho, el descubrimiento de BUCHNER habría de
ser de enorme trascendencia, pues aparte de dar nacimiento a la Enzimología (del
griego «enzima», en la levadura), derribaba de nuevo uno de los dogmas vitalistas
más firmes de la Biología en aquel periodo, fundado nada menos que en la
autoridad de PASTEUR, de que la actividad vital es inseparable de la integridad
estructural de la célula viva.

La célula seguía, sin embargo, siendo, y lo sigue y seguirá siendo mientras haya
vida, la unidad morfológica y fisiológica de los seres vivos.
El descubrimiento de BUCHNER no pudo ser más simple, pero supuso un golpe aún
más duro para el vitalismo que el que le había asestado el químico alemán Friedrich
WÖHLER (1800-1882) en 1828 al sintetizar la urea —el principal producto de la
excreción nitrogenada de los mamíferos— por calentamiento de una sal amónica.
19

Este inesperado éxito, debido al simple cambio estructural de una molécula por
reorganización mediante el calor de la disposición espacial de sus átomos, hizo
proclamar con jubilo a WÖHLER en una carta dirigida a su maestro BERZELIUS:
«Tengo que decirle que puedo preparar la urea sin necesidad de un riñón o de un
animal, sea hombre o perro».

Las dudas respecto a la necesidad de una «fuerza vital» para la síntesis de los
compuestos orgánicos y de la imposibilidad de fabricarlos por vías puramente
químicas habrían de quedar pronto disipadas con la síntesis en 1845 por Adolf
KOLBE (1818-1884), discípulo de WÖHLER, del ácido acético, y sobre todo con las
proezas del químico francés Pierre BERTHELOT (1827-1907) en la década de 1850
al conseguir la síntesis de una variedad de hidrocarburos acíclicos y cíclicos,
alcoholes y grasas.

Los químicos, bioquímicos y biólogos moleculares y celulares sintetizan ya hoy todo


tipo de sillares moleculares y macromoléculas y tal vez puedan emular la capacidad
biosintética de la naturaleza hasta el nivel de orgánulos e incluso de células. A la
pregunta de si podrá el propio hombre fabricar algún día una célula, e incluso una
célula humana, hay que responder que no lo sabemos, pero lo que si podemos
afirmar es que nunca podrá crearla de nuevo; siempre tendrá que partir de algo ya
creado, aunque sea sólo de «luz». [51]

La Revolución científica

Para los no muy introducidos en el mundo de la


alfabetización científica, habrá que precisar algunos conceptos. Muchas veces se
dan por sabidos, pero en estos últimos años han cobrado significados diferentes a
los de hace 20 o 30 años. Tales son los conceptos de “qué son las ciencias” y “qué
es saber ciencias”. La respuesta a estas preguntas está ligada a la cuestión previa
de gran importancia: ¿Qué características deben tener estos contenidos para lograr
una educación para la ciudadanía?

Los filósofos de la ciencia tienen muy claro que hay dos posturas ante lo que es la
ciencia. La postura tradicional (la tradición heredada) procedente de los
movimientos positivistas y neopositivistas, es que la verdadera ciencia es la que se
refiere exclusivamente al conocimiento de la realidad natural. Frente a esta
postura, sin caer en los nihilismos de los llamados epistemólogos posmodernos,
20

encontramos la postura sociocientífica: la de aquellos que opinan que las ciencias


de la naturaleza tienen un hondo contenido humanizador porque al plantearse las
consecuencias sociales del quehacer científico, establecen puentes sólidos con la
educación para la ciudadanía, como veremos.

La Revolución científica de los siglos XVI y XVII deslindó del campo uniforme del
“saber medieval” (la filosofía) un conjunto de conocimientos a los que se accede
por un método nuevo, propuesto en 1620 por Francis Bacon en una parte de su
gran Instauratio Magna, a la que se suele denominar provocadoramente el Novum
Organon, ofrecido como alternativo al Organon aristotélico dominante durante 20
siglos.

Debemos a Galileo Galilei la puesta en práctica de este nuevo método de acceso al


conocimiento natural que no se basa en la especulación sino en la observación,
cuantificación y experimentación. Las obras de Galileo, a partir de sus
observaciones del cielo nocturno y diurno con el perspicillum en 1609 (y que dio
lugar al nacimiento de la astronomía), se inician con el sorprendente ensayo
Sidereus Nuntius publicado en 1610 y que abre el debate sobre la corruptibilidad de
los cielos y la matematización de los fenómenos celestes. “La naturaleza está
escrita en el lenguaje de las matemáticas”, escribió Galileo. Esta afirmación no era
en absoluto novedosa por cuanto ya Pitágoras y los pitagóricos especularon sobre la
magia de los números y la armonía musical y aritmética del cosmos (el orden
natural).

La ciencia, pues, nace como una hija de la filosofía que debe crecer y ganar
credibilidad con nuevos “filósofos naturales” como se hacían llamar. Pero los
resultados de las observaciones, en algunos casos, se enfrentaban con doctrinas
tradicionales tanto filosóficas como teológicas. Por ello, este nuevo saber, esta
nueva ciencia creció entre la polémica con otros saberes que se creían disminuidos.
El conflicto entre las nuevas ciencias y algunas ideas teológicas surgidas de la
lectura literal de la Biblia apareció ya en las primeras décadas del siglo XVII.

Galileo era muy consciente de lo peligroso de estos conocimientos nuevos. Esto


justifica la famosa carta a Cristina de Lorena de 1615, en la que Galileo tranquiliza
a esta mujer intelectual. Para Galileo, la nueva ciencia no se presenta como una
alternativa amenazante para los conocimientos tradicionales (como había predicado
desde el púlpito Foscarini), sino un núcleo de saberes sobre la realidad que en nada
tenían que ser motivo de temor. Galileo reproduce esta descripción lapidaria que no
era suya, sino de otro autor anterior: “Señora, la ciencia nos enseña cómo es el
cielo; mientras la teología nos enseña cómo se va al cielo”. Frase muy gráfica
aunque, tal vez, sibilina y sofista. Pero convincente para aquella época. Aunque no
fue convincente para todos porque ya sabemos que Galileo fue sometido a dos
juicios eclesiásticos, obligado a abjurar de sus presuntos errores y finalmente
confinado en su casa, sin poder salir y cuidado por su hija religiosa.

Desde la época de la Revolución Científica, el concepto de ciencia” ha dado muchos


tumbos. Entre la postura de los que defienden que es el método supremo (si no el
único) para acceder a un conocimiento objetivo de la realidad natural; y la postura
de los posmodernos que defienden que es un método agotado dada la
incognoscibilidad de la realidad, existen posiciones intermedias.

La diversidad de definiciones de lo que es la ciencia y las ciencias, obliga hoy a


tomar una opción previa, una opción que lleva el pretencioso nombre de
“epistemológica”: dependiendo de determinados presupuestos psicológicos,
filosóficos y sociales previos, se define la ciencia de una manera o de otra.
21

Siendo profesor de una Universidad andaluza, un Decano de Facultad dijo en la


Junta muy ufano: “Nosotros, los de Ciencias, investigamos; los de Letras, leen”.
Todo un programa de investigación epistemológica.

Y en otra ocasión, en la barra del bar de la Facultad, cuando un profesor empezó a


comentar a sus compañeros de Departamento que había leído que la ciencia no da
verdades absolutas, alguien comentó con desprecio: “Eso es filosofía…”. Toda una
cosmovisión.

Posiblemente, algunos hayan notado que en los últimos años hay una tendencia en
las Universidades a designar con la palabra “ciencias” a los centros universitarios:
Facultad de “Ciencias” de la Educación, Facultad de “Ciencias” de la Información,
Facultad de “Ciencias” Jurídicas, Facultad de “Ciencias” Humanas, Facultad de
Sociología y Ciencias Políticas, Instituto de Ciencias Religiosas, Campus de Ciencias
de la Salud…
En la Universidad española va penetrando poco a poco la concepción postpositivista
de que las “ciencias” no son sólo las de la naturaleza (Física, Química, Biología,
Geología) o las formales (como las Matemáticas). Sino que hay una tendencia
creciente a considerar “ciencias” a otros ámbitos del saber.

Sin entrar en debates sobre Filosofía de las Ciencias, actualmente se suele aceptar
por gran parte de la comunidad científica (nunca hay unanimidades clamorosas)
que no hay una ”ciencia”, sino que hay muchas ciencias, porque hay muchos
métodos científicos. Aunque algunos seguidores de Karl Popper hablan todavía de la
unidad del método científico, es necesario reconocer que hay muchos caminos
diferentes, muchos métodos (meta-odos, caminos) para llegar al conocimiento de
la realidad.

Pero no es esto solamente. Existe un consenso dentro de un amplio espectro de la


comunidad científica para afirmar que las ciencias (tanto naturales, como sociales,
como de la salud, etc) son procesos de construcción social. Es decir, las ciencias
son instituciones humanas, actividades organizadas por comunidades humanas, en
las que hay un proceso de construcción social del conocimiento. En este proceso de
creación del saber hay una evolución que está sujeta a los intereses políticos,
económicos y sociales de cada momento y que, simultáneamente, tiene una clara
incidencia sobre la configuración de las sociedades y los grandes cambios sociales.

Como indica Cutcliffe, “la ciencia y la tecnología son grandes empresas que tienen
lugar en contextos específicos configurados por, y a su vez configuradores de,
valores humanos que se reflejan y refractan en las instituciones culturales, políticas
y económicas”.

Esta idea de las ciencias es, también, la que aparece presente en la corriente
denominada socioconstructivismo, uno de cuyos representantes es el jesuita y
filósofo de las ciencias, Gerard Fourez. Y es también la idea de las ciencias que
aparece ligada a los movimientos de ciencia, tecnología y sociedad (CTS), que
como bien todos sabemos tienen su origen en la contestación social, de las décadas
de los 60 y de los 70, a problemas como el deterioro del medio ambiente, la carrera
armamentística, el desarrollo de la energía nuclear y de las armas nucleares, la
guerra del Vietnam, con lo que conlleva principalmente de guerra química, etc. En
estos movimientos se cuestiona la idea de progreso como sinónimo de desarrollo
científico y tecnológico. Es muy interesante la pregunta que se hace el citado
Fourez al respecto: ¿Cómo contribuyen las ciencias a la opresión o la liberación de
los seres humanos? [52]

Carl Sagan escribió acerca de este tiempo de revolución y avances en el


conocimiento de la ciencia, diciendo que
22

“Vivimos en una época extraordinaria. Son tiempos de cambios pasmosos en


la organización social, el bienestar económico, los preceptos morales y
éticos, las perspectivas filosóficas y religiosas y el conocimiento que tiene el
hombre de sí mismo, así como en nuestra comprensión de este inmenso
universo que nos acoge como grano de arena dentro de un océano
cósmico.”[53]

De todas las ciencias, ha sido la física la que ha


experimentado una transformación más profunda
hasta el punto de adquirir una cierta hegemonía en el
campo del conocimiento y de proporcionar las figuras
más gloriosas de la ciencia del siglo XX. Las
investigaciones se orientaron hacia el conocimiento del
espacio y del átomo; lo inmenso y lo minúsculo
parecen haber sido los dos polos de atención a los que
los sabios pudieron acercarse gracias al progreso de
los instrumentos de análisis. Pero no fue la
observación sino la construcción teórica el primer
paso.

A diferencia de la Revolución Científica del siglo


XVII, con Galileo y Newton como figuras
relevantes, que postulaba una actitud empírica de
observación de los fenómenos, la del siglo XX
encuentra en la teoría, formulada a partir de
postulados matemáticos y metafísicos, el punto de
partida, la base que posteriormente permitirá la
interpretación de los fenómenos observables. Así,
sin estar precedida por una comprobación
empírica, se formuló la teoría de la Relatividad; la
física del siglo XX no construye sus estructuras
sobre leyes sino sobre teorías, con lo que incluso
desde el punto de vista gnoseológico su posición es
revolucionaria. La teoría de la Relatividad de
Einstein y la teoría cuántica de Planck constituyen
los dos capítulos fundamentales y al mismo tiempo
el punto de partida para dos concepciones de la
ciencia física.

Algunos científicos piensan que es indispensable que el trabajo científico sea


completamente autónomo de cualquier ideología, religión o incluso, posibles
consecuencias éticas de la investigación. No creo que pueda hacerse verdadera
ciencia si partimos bien de unas preconcepciones (por ejemplo religiosas) o bien de
unas limitaciones (por ejemplo, las consecuencias de la investigación).

Ahora bien, también creo que no podemos obviar la influencia de los


descubrimientos científicos en la sociedad, ni sus posibles aplicaciones en contra de
lo que consideramos ético. Por eso también pienso que es importante el desarrollo
de lo que ha venido a llamarse Bioética, como disciplina también autónoma, aunque
íntimamente relacionada con la biología en cuanto a que se ocupa de las
consecuencias sociales de los avances científicos.

De la relación, sin injerencias mutuas, entre ambas, creo que puede surgir un
protocolo de funcionamiento muy interesante, donde la ciencia trabaje sin
23

limitaciones ni prejuicios, pero las aplicaciones a la sociedad sean discutidas y


consensuadas.

Pero aunque la ciencia progrese, no por eso la teología debe permitir que las
ciencias naturales la acorralen; debe resistir a la presión de la ciencia, ya que luego
que esta le cambie la interpretación a las doctrinas y enseñanzas de las sagradas
escrituras, entonces ya no comunican verdad alguna de parte de Dios. Esto es un
desafío importante para una nueva generación de teólogos y maestros bíblicos.

Es muy importante considerar que la verdadera Ciencia tiene todo el apoyo de la


Biblia, y que ella, a pesar de no ser un Texto Científico, está en perfecta armonía
con la VERDADERA CIENCIA y la razón es muy sencilla: Ambas son de ORIGEN
DIVINO y por lo tanto NO deberían contradecirse.

En la actualidad se hacen grandes esfuerzos para desprestigiar a Las Sagradas


Escrituras, tratándolas como si fueran un conjunto de Fábulas y haciendo
prevalecer los dictados de la Pseudo Ciencia, que busca separarse del Creador y
establecer sus propios postulados y aun incursionando, por no decir,
entrometiéndose en el terreno Espiritual .Las recientes declaraciones del Científico
que nos visitó en Chile muestran cuan poco sabe de la revelación Divina y que nada
sabe de la obra de Dios y de la Obra de Cristo. Esta tiene repercusiones que
traspasan la barrera de lo material y producen consecuencias para toda la
Eternidad. Un concepto que no conocen la mayoría de los Científicos del tiempo
presente.

Por que motivo es esto? Pues porque


"la técnica y la ciencia son los nuevos "dioses" para muchos (aparte de que
mamón no ha dejado de ser un "dios" también). El pensamiento científico y
la técnica dominan al mundo. [54]

J. C. Janse dice que


"Incluso las antiguas religiones mundiales se ven influenciadas por
ellos." [55]

Esta es la ambivalencia de la vida moderna del hombre, “la esquizofrenia de la


secularización." [56]

El trabajo de los científicos aunque fallido muchas veces, sirve de base para futuras
investigaciones. A pesar de los excesos de la técnica de Broca, Sagan comenta la
utilidad de sus aportes desde la óptica científica:

• Broca fue un extraordinario anatomista cerebral y efectuó importantes


investigaciones sobre la región límbica, conocida inicialmente con el nombre de
rinencéfalo (el «cerebro olfativo»), zona que como sabemos hoy en día se halla
estrechamente vinculada a las emociones humanas.

• Su trabajo mas destacado quizás fue el descubrimiento de una pequeña región


del lóbulo frontal izquierdo de la corteza cerebral (área de Broca) Sus
experimentos fue uno de los primeros descubrimientos que puso de manifiesto
la separación de funciones existentes entre ambos hemisferios cerebrales.

• También fue una de las primeras pruebas sólidas de la existencia de funciones


cerebrales específicas localizadas en zonas muy precisas del cerebro, de que
existe una conexión entre la anatomía cerebral y sus diferentes actividades
concretas, actividades que a veces suelen calificarse como «mentales».
24

• Las investigaciones contemporáneas sobre la actividad cerebral proporcionan


pruebas convincentes de que un cierto tipo de memoria queda
redundantemente almacenada en numerosos y diferentes lugares de nuestro
cerebro. Es indudable que la mente constituye algo así como la esencia de su
entidad física y psíquica.

Sagan tuvo la oportunidad de contemplar personalmente el cerebro de Broca y no


pudo evitar como les sucede a muchos, el hacerse preguntas de tipo bioético y
también existenciales. Incluso hasta pudo soñar despierto, con un futuro en el que
los avances científicos permitan comprender mejor las relaciones neurofisiológicas.

Yo registré varias expresiones y emociones, como:


(“¿Adónde vamos a parar después de morir?”,” ¿Acaso Paúl Broca estaba todavía
ahí, en un frasco lleno de formalina?”, “Tal vez hubiese desaparecido todo rastro de
memoria…”, “en un futuro cuando se produzcan avances substanciales en el terreno
de la neurofisiología, ¿podremos, tal vez, reconstruir las memorias o intuiciones de
alguien fallecido tiempo ha?”, “¿Será deseable tal perspectiva?”, “¡Anhelos de
inmortalidad!” ) [57]

Sagan también reflexionó sobre las creencias filosóficas de su extinto colega, sin
llegar a pensar en las implicaciones éticas y filosóficas de estas creencias desde la
óptica religiosa, ya que Sagan era ateo y naturalista

Expresiones fuertes describen el poco carácter ético de las creencias de este


científico francés: “un humanista del siglo xix”, “enfermo social, victima del espíritu
de su siglo”,” “racista”, “machista”, “naturalista”, “darwinista” [58]

Acaso no influyeron todas estas lamentables características en este científico


francés, y en el desarrollo de sus teorías científicas.

No debería sorprendernos leer las características éticas y filosóficas paganas de


este científico.

Desde hace ya unos 150 años, impulsadas por teorías de hombres los naturalistas
se las fueron ingeniando para explicar la creación sin necesidad de un Creador y así
es como muchas personas empezaron a dudar de la autoridad y la inspiración de la
Biblia.

Fueron debilitando la fe en las doctrinas biblicas, ridiculizándolas, diciendo que


"la existencia del mundo espiritual, algo que por siglos había sido aceptado
sin discusión por quienes creían en la Biblia, era tan sólo mito y
superstición." [59]

Como consecuencia de esto, aun en universidades de renombre mundial, los


escépticos pusieron en duda la validez y la confiabilidad de la Biblia, y el
razonamiento científico—basado en gran parte en el rechazo de todo aquello que no
pueda ser captado por los sentidos físicos—se convirtió en la doctrina más popular.
Aun a varias generaciones de líderes cristianos se les enseñó "que debían desechar
todo aquello que no pudiera ser comprobado por métodos científicos" [60]

Como consecuencia de esto, al desechar la revelación de la Palabra de Dios, las


personas desecharon el conocimiento que permite entender el estado trágico de
nuestro mundo. Esto les obliga si o si, entonces, a buscar refugio intelectual y
existencial o en la ciencia, o en la filosofía, o en la pseudociencia (astrología, nueva
era, esoterismo, etc.)
25

F. Schafer muestra en un libro escrito por el, titulado “Retorno a la libertad y a la


dignidad”, que lamentablemente, no podemos creerles a ciegas a los científicos en
todas sus elucubraciones filosóficas que ellos plantean. Lamentablemente, no son
neutrales para nada. Son tan humanos como el resto de los mortales. Y procura en
su libro llamarnos la atención sobre el espíritu de este siglo y atacar el pesimismo
naturalista que lo domina.

La verdad se halla en otra parte: en el punto de vista cristiano sobre el


hombre. [61]

Es que el cristianismo se basa en una revelación histórica. Y mantiene intactas sus


convicciones de ser religio vera.

Como quiera que Dios asumió en Cristo, de forma absoluta y definitiva, una
concreta naturaleza humana Por consiguiente, el mensaje del evangelio más que
como exigencia ha de ser anunciado como buena nueva, en la cual se proclama que
Dios ama al mundo [62]

Así es entonces, ahora que la ciencia ha derrocado a la religión cristiana como


"religio vera" (¡?), aparece una nueva Verdad Única: la Ciencia. En la mente
subyace esta idea, la Ciencia es la única que puede describir la Verdad. La única
que da certificados de veracidad. Pues la verdad que se mató a un Rey para poner
a otro. De nuevo estamos confundiendo la descripción de la verdad con la Verdad
misma. El mapa con la carretera.

Somos una minúscula mota de polvo en el inmenso Universo. Universo que vemos
desde aquí, desde la Tierra. Es nuestro punto de vista. Solo podemos describir lo
que podemos ver desde aquí. No podemos describir el Universo entero. Y si vamos
de lo macrocósmico, a lo microcósmico, sucede igual. Somos enormes seres
intentando describir lo más pequeño que logramos contemplar, pero hay una parte
desconocida, demasiado pequeña para ser observable que se nos escapa. Y como
enseña la Piedra con la parte superior sin tallar, lo desconocido forma parte de la
Verdad. Y esta Verdad es Cristo. [63]

Un " Misterio" es algo que uno por su propia ciencia no puede entender. Tiene que
ser revelado y explicado. Ahora en el evangelio este misterio ha sido
completamente revelado para que TODOS lo entiendan perfectamente. Este
misterio estuvo escondido, estuvo oculto por los siglos para nosotros, pero fue
manifestado a los santos de Dios, no a grandes intelectos y filósofos (como los
gnósticos), porque Dios así lo quiso y así lo decidió, este misterio muestra las
riquezas de la gloria de Dios que están disponibles a todos nosotros. [64]
26

Sagan escribe en su libro el cerebro de Broca que


“Desde que el hombre es hombre se ha venido interrogando acerca de una
serie de cuestiones profundas y fundamentales, que nos evocan maravillas
y, cuando menos, estimulan un conocimiento provisional y dubitativo.
Son preguntas sobre los orígenes de la conciencia, la vida sobre nuestro
planeta, los primeros tiempos de la Tierra, la formación del Sol, la
posibilidad de que existan seres inteligentes en alguna otra parte de la
inmensidad celeste. Y la más ambiciosa e inquietante de todas, ¿cual es el
origen, naturaleza y destino último del universo? ” [65]

Creo que todas estas respuestas no están en la ciencia, sino esta en Dios.
Desconozco el día de mañana, quizás Dios nos permita conocer mejor los misterios
de su creación. O quizás no. No lo se. Pero si se que Dios tiene respuestas para
nuestros interrogantes, a fin de que no nos pongamos ansiosos ante la necesidad y
el deseo de conocer mas profundamente la creación. Como dijo San Agustín "Nos
has creado para Ti, y nuestro corazón no descansará hasta que descanse en Ti"
[66]

Y es por eso que me atrevo a citar al profeta Amos, quien escribió palabras que no
pasan ni pasaran con el tiempo, porque son eternas.

• Buscad al que hace las Pléyades y el Orión y vuelve las tinieblas en


mañana, y hace oscurecer el día como noche; el que llama a las
aguas del mar, y las derrama sobre la faz de la tierra; Jehová es su
nombre. Amos 5:8 RV 1960

Muchos siglos después, vendrá Galileo, quien fue uno de los artífices de la
matematización de la Naturaleza y dirá que:

“La Filosofía está escrita en ese gran libro del Universo, que está
continuamente abierto ante nosotros para que lo observemos. Pero el libro
no puede comprenderse sin que antes aprendamos el lenguaje y el alfabeto
en que está compuesto. Está escrito en el lenguaje de las Matemáticas y sus
caracteres son triángulos, círculos y otras figuras geométricas, sin las cuales
es humanamente imposible entender una sola de sus palabras. Sin ese
lenguaje, navegamos en un oscuro laberinto.” [67]

Notas

[0] Real Academia Española: "Diccionario de la lengua española - Vigésima


segunda edición", cit en http://es.wikipedia.org/wiki/Ciencia#cite_note-0
[1] http://es.wikipedia.org/wiki/Ciencia
[2] Francis Collins, Como habla Dios, Pág. 11, ed. temas de Hoy
[3] http://shalom-mission.com.ar/ciencia.htm
[4] http://www.mscperu.org/archives/2005/03/un-poco-de-ciencia-aleja-de-
dios.html
[5] Fayra Castro, http://www.noticiascristianas.org/noticia/sociedad/951.html
[6] Ibíd.
[7] cf. Am. 9:14-15 NVI, Is. 11:11
[8] cf. http://shalom-mission.com.ar/ciencia.htm
[9] cf. Ez. 36:24-27 NVI
[10] cf. http://shalom-mission.com.ar/ciencia.htm
[11] http://www.audiolit.net/espanol/articulos/profecias/judiosdeestetiempo.htm
[12] cf. Jn. 5:28-29 NVI, Mat 24:32 NVI
[13] http://www.audiolit.net/espanol/articulos/profecias/judiosdeestetiempo.htm
[14] http://micatapulta.blogspot.com/2009/04/un-poco-de-ciencia-nos-aparta-de-
dios.html
27

[15] http://icrancagua.com.ar/nuke/Descargas/TPReceso/2E-Filosofia.pdf
[16] http://www.aibarra.org/investig/tema0.htm
[17] http://www.aibarra.org/investig/tema0.htm
[18] http://www.alcione.cl/nuevo/index.php?object_id=146
[19] http://www.alcione.cl/nuevo/index.php?object_id=146
[20] En última instancia “todo se reduciría a ellas. La conciencia humana, las
relaciones sociales, el comportamiento moral, los sentimientos, el gusto por la
estética, la espiritualidad o la religiosidad, no serían más que interacciones
materiales de los átomos. Por tanto, la existencia de Dios o la experiencia religiosa
constituirían conceptos carentes de sentido al no poder ser verificados por la
ciencia.” Antonio Cruz, La ciencia encuentra a Dios, Pág. 32, ed. Clie
[21] http://www.creacionismo.net/inicio/index.php?option=com_content&view=art
icle&id=121:ide-donde-venimos-azar-o-creacion-&catid=43:biogenesis&Itemid=59
[22] http://www.creacionismo.net/inicio/index.php?option=com_content&view=ar
ticle&id=121:ide-donde-venimos-azar-o-creacion-&catid=43:biogenesis&Itemid=59
[23] Antonio Cruz, La ciencia encuentra a Dios, ed. Clie
[24] Paul Davies. The Mind of God. Simon & Schuster, Londres 1992. pág.
14. http://www.unav.es/cryf/comohacersemillonariohablandodedios.html
[25] Paul Davies. The Mind of God. Simon & Schuster, Londres 1992. pág.
15. http://www.unav.es/cryf/comohacersemillonariohablandodedios.html
[26] Paul Davies. The Mind of God. Simon & Schuster, Londres 1992. pág.
31. http://www.unav.es/cryf/comohacersemillonariohablandodedios.html
[27] Paul Davies. The Mind of God. Simon & Schuster, Londres 1992. pág.
20. http://www.unav.es/cryf/comohacersemillonariohablandodedios.html
[28] Paul Davies. The Mind of God. Simon & Schuster, Londres 1992. pág. 24,
148 http://www.unav.es/cryf/comohacersemillonariohablandodedios.html
[29] Paul Davies. The Mind of God. pág.
191, http://www.unav.es/cryf/comohacersemillonariohablandodedios.html
[30] http://www.unav.es/cryf/comohacersemillonariohablandodedios.html
[31] Paul Davies. The Mind of God. pág.
203. http://www.unav.es/cryf/comohacersemillonariohablandodedios.html
[32] Paul Davies. The Mind of God. págs. 123-
125. http://www.unav.es/cryf/comohacersemillonariohablandodedios.html
[33] Paul Davies. The Mind of God. pág.
232 http://www.unav.es/cryf/comohacersemillonariohablandodedios.html
[34] Paul Davies. The Mind of God. págs. 20-21 cit
en http://www.unav.es/cryf/comohacersemillonariohablandodedios.html
[35] http://www.unav.es/cryf/comohacersemillonariohablandodedios.html
[36] http://personales.ya.com/casanchi/ref/fundaciencia02.htm
[37] Jueves 26 Febrero 2009, Yaiza Martínez,
tendencias21.net http://www.tendencias21.net/La-ciencia-y-el-Islam-mas-
inversiones-en-I-D-y-mas-represion-religiosa_a3010.html
[38] http://es.wikipedia.org/wiki/Ciencia
[39] http://pedaleosymas.wordpress.com/2008/05/19/evolucionismo-creacion...
[40] J.C.Janse, la Tiranía de la teoría de la evolucion,pag. 25,ed. Felire, disp.
en www.felire.com
[41] http://www.analesranf.com/index.php/lectur/article/view/29/67
[42] Francis Collins, Como habla Dios, Pág. 67, ed. temas de Hoy
[43] cf. Sal. 8:3 RV 1960; Salmos 136:9 RV 1960
[44] http://www.analesranf.com/index.php/lectur/article/view/29/67
[45] http://www.analesranf.com/index.php/lectur/article/view/29/67
[46] Francis Collins, Como habla Dios, Pág. 67, ed. temas de Hoy
[47] 3-1-2010, www.diocesismalaga.es/modulos/prensa/diocesis/640.pdf
[48] http://www.tendencias21.net/La-mitad-de-los-cientificos-es-creyente-y-casi-
todos-aceptan-la-teoria-de-la-evolucion_a4037.html
[49] http://www.analesranf.com/index.php/lectur/article/view/29/67
[50] http://www.analesranf.com/index.php/lectur/article/view/29/67
28

[51] http://www.analesranf.com/index.php/lectur/article/view/29/67
[52] http://www.tendencias21.net/La-alfabetizacion-cientifica-es-necesaria-en-la-
formacion-teologica_a4032.html
[53] Sagan, Carl, El cerebro de Broca. Reflexiones sobre el apasionante mundo de
la ciencia, Barcelona, Grijalbo, 1981
[54] J.C.Janse, la Tiranía de la teoría de la evolucion,pag. 16,ed. Felire, disp.
en www.felire.com
[55] J.C.Janse continua diciendo que "Las jóvenes generaciones musulmanas
descubren muy poco o nada en las tradiciones antiguas a causa del desarrollo del
poder que se desenvuelve ante sus ojos, y para la mayoría de los cristianos —por
desgracia— la Biblia es, a lo sumo, un libro para la religión, para el alma y para los
domingos, como satisfacción de una cierta necesidad espiritual, pero en el terreno
de la ciencia: dos y dos son cuatro, toda vez que ya ño se puede contar con la
Biblia. En esta esquizofrenia ya no se alcanza a ver al Señor de cielos y tierra, el
cual sustenta todas las cosas con Su palabra poderosa (Heb.1:2-3). Hay realmente
religiosidad, pero ésta consiste esencialmente en una ocupación que está orientada
al hombre. Ese hombre tiene necesidades espirituales y busca satisfacerlas, pero el
resto lo ha abandonado a la ciencia y a la técnica, y en éstas no es que se pueda
hacer mucho con la fe." J.C.Janse, la Tiranía de la teoría de la evolución, Pág.
16,ed. Felire, disp. en www.felire.com
[56] J.C.Janse, la Tiranía de la teoría de la evolucion,pag. 16-17,ed. Felire, disp. en
www.felire.org
[57] Sagan, Carl, El cerebro de Broca. Reflexiones sobre el apasionante mundo de
la ciencia, Barcelona, Grijalbo, 1981
[58] Ibid
[59] http://www.lasbuenasnoticias.org/literatura/folletos/SDB/todoelmundo.htm
[60] http://www.lasbuenasnoticias.org/literatura/folletos/SDB/todoelmundo.htm
[61] cf. Col. 2:8-10 NVI
[62] cf. Jn 3:16 NVI
[63] http://aixi.wordpress.com/tag/mente/ cf. Col. 1:26-27 NVI
[64] http://www.editoriallapaz.org/Colosenses_Mir_parte_3.htm cf. Col. 1:27;
Salmo 40:1-3 NVI; Col 1:15-20 NVI ; Mar. 12:10 NVI , Luc. 20:17, 18 NVI ; 1 Pe.
2: 4-8 NVI
[65] Sagan, Carl, El cerebro de Broca. Reflexiones sobre el apasionante mundo de
la ciencia, Barcelona, Grijalbo, 1981
[66] http://www.aciprensa.com/Oracion/oraciones.htm
[67] http://www.luventicus.org/articulos/03C001/galileo.html

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