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Salmo responsorial: 86
R/ Alaben al Seor, todas las naciones.
Reflexin
Primera lectura: Como en otro texto que compartimos das pasados, nos
encontramos de nuevo con la dispersin, motivada por la muerte de Esteban (8,1.4).
Un gran problema, muy doloroso que implica incomodidad, dolor, salida, xodo
Pero esa situacin se convierte en oportunidad para conocer otras personas, para
nuevos aprendizajes y compartir la Buena Noticia del Reino.
No se mencionan los nombres de los misioneros; se dice en general que
haba algunos chipriotas y cirenenses, es decir que eran parte del grupo de
cristianos helenistas. Llegaron hasta la ciudad de Antioqua, hablaban a los griegos
y les anunciaban la Buena Nueva de Jess y un crecido nmero recibi la fe y se
convirti al Seor (vv. 20-21). En todo este proceso el Espritu del Seor los
acompaaba y haca posible que la vida abundante comunicada por Jess llegara a
otras personas.
Como ocurri cuando la Buena Nuevo lleg a Samara (8,14) tambin ahora
la noticia lleg a la Iglesia de Jerusaln y enviaron a Bernab. ste confirm la fe
de la comunidad de los discpulos, y en vez de volver a Jerusaln, fue a Tarso a
buscar a Saulo. Junto con Saulo Bernab acompa la vida de esas nuevas
comunidades. Buscar la unidad de la Iglesia es muy importante, buscar el equilibrio
entre el centro y la periferia, la autoridad y la autonoma. Un tema muy complejo y
no est exento de errores, pero muy necesario enfrentarlo.