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Capítulo 11

El marco

En Positions escribe Jacques Derrida:

Todos (mis) libros son, sin duda, un prefacio intermina-


'
~ I "
",-" ble a un libro que algún día quisiera tener el ánimo de es.
" ,
\ cribir. O tal vez, son el epitafio deun libro que nunca tendré
I .~.
la audacia de redactar. Son tan solo un comentario sobre
aquella frase acercadellab~rinto cifrado que sirvede epígrafe
a "la voix et le phénomene" (5).

El epígrafe, tomado de Ideas de Edmund Husserl,


dice: "Citar me recuerda nuestra última visita a la Gale-
ría de Dresden: caminamos por las salas hasta que encon-
tramos una pintura de Teniers que representaba el inte-
rior de una galería de arte, la que a su vez exhioía ins-
cripciones legibles, y así sucesivamente" (270).
Se trata, en ambos casos, del~~Ü.~.2_.m!~ es un fenó-
meno que puede ocurrir hacia adentro o hacia afuera.
JJna de sus manifestaciones más conocida es la caja china:
,J!!la c~ (o cualquier ob.Terorquecoñtiene:!>rra~y~estaa.._._-
I
---S..u
ve]: otras, en forma infinita."~ -
En Íiteratura, el encaje se presenta de múltiples mane-
\
ras. Puede 'ser conelusü-aecOfullIas';"'5"usan Stewart trae'-
¡ "~ieTI1e~ -eJemj51o:~~*ETIruna~nocne oscura y tormen-
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40 Alvaro Pineda Botero Teoría de la novela 41

tosa y el capitán le dijo a su tripulación, "cuéntenme ficciones: represen~1~_9~nt[Q_..Q~ otr,!s, re,p..resenÍlh


una historia", y el piloto dijo: "era una noche oscura y '--'éiones: cuentos en comillas, escenas den!ro _iliL~..Q..illHlli~
tormentosa yel capitán le dijo a su tripulación: "cuén- -Z~,ld1!..9ve1ase ha"ce~mavardefd1scurso";:O4).
tenme una historia..." (Nonsense, 124). Jorge Luis Borges, en tormamagistra1, expresó las
Otro ejemplo es la forma como los niños se refieren a posibilidades infinitas que este tipo de pensamiento ofre-
la localización de su casa: "calle 10, San Carlos, Antio- ce para el análisis literario. En "Magias parciales del Qui-
jote" describe la revisión que el barbero hace de la bi-
quia, Colombia, Suramérica, el mundo, el sistema solar, blioteca de don Quijote: "el barbero, sueño de Cervantes
la vía láctea, el universo...".
o forma de un sueño de Cervantes, juzga a Cervantes".
Estos t~j~JW..~.-J!!l~- repetición ~..Jiu-.Q.ue~~(l.",,~ En Hamlet, Hamlet es espectador de Hamlet; en Las mil
~la n~rr~cilin h~du-S!?EciQ.:LcLe..Qism1§..Ld~...gbstr.ac-
y una noches, el rey oye de boca de la reina su propia
ción o fk(jQll.:_En el ejemplo del cuento del capitán, la historia (noche DCII). El rey oirá para siempre la trunca
primera vez que aparece la palabra "capitán" alude a un historia de Las mil y una noches, "infinita y circular".
personaje cercano al lector. Cada repetición señala no
al mismo personaje sino a otros cada vez más distantes, La conclusión de Borges es sorprendente: "tales inver-.
porque cada uno crea un espacio diferente. ~!~!!.i!!,!!.!5? ..',. .~ones sugieren que si los caracteres de u1Ji~:IiIDQll~
den ser lectores o espectadores, nosotros, sus lectores o
~~E- formiUl.dla.bM.into. En el caso de los niños, '~espectadores podemos ser ficticioL (Prosa completa, V
la casa de la calle 10 es el espacio inmediato. Los si-"
guientes nombres trasladan la narración a niveles cada , (,; ""7;;
.
2, 172-175). De nuevo nos encontramos
de la cinta de M6bius.
ante el vértigo
vez más abstractos1 '4,','" .'
De otro lado, ..e,.nmarcar(o encajar), como procedi-
Q '- El eIlcaje e~ un .yro~edimiento inherente a todo ~A~: ñÜento de representación, -el;¡ lIn~ rn~nera.k..Q~!l.t?rM.::-..
¡..., , curso: cada texto lleva en stTas marc~1ñC0ñfáb1es
quía al discurM:>;de arreglar los mensajes; de producir
~ ~ tex!~ anteriores; cada t;;to puede~ repetido' inco~ta- contexto. El marco es un superávit informativo. Su sola
'~ b1es veces en elfuturo. Es la idea expresada por Derrida
presencia es una afirmación perentoria de que 10 que se
;S) respecto a sus libros: el 9Q!!1ruiiliuie cada te~Q.l!Q~ encuentra enmarcado es arte, no un hecho cotidian02 .
"i.., texto, o el resultado de uno anterior.
"" ,--~,,---,---,---- Estas ideas ya hab ían sido desarrolladas por Hegel:
l' Stewart afirma que cualquier obra literaria, en sí mis- "la primera tarea del arte es preparar un espacio apropia-
-- ma, está dividida en textos pequeños, cada uno señalado
do para la expresión del espíritu" (On the Arts, 68). Y
por marcas cambiantes, transformaciones de 10 interno a
10 externo o de 10 externo a 10 interno. Así, la creación
~~"""
explica: la rama del arte más apropiada para la aparición
'de ese espacio es la arquitectúra. Las primeras manifes-
}~J~obra q~!!d~- d~-~}.1_PXQ.ceso..d.eémnaxcauíien,tQ. y taciones de la arquitectura fueron los centros de reunión
agrega: "por esta razón tenemos la ~posibilidad de meta- ".,

l. Hans Magnus Enzensberger amplía estas consideraciones, re- 2. Theodore W. Adorno asume la posición contraria frente a
lacionándolas con el teatro y la novela contemporáneos ("Estruc- estos conceptos. Dice que "la fuerza de la obra maestra es tal que
turales topológicas", 3 Y ss). hace innecesario el marco" (Prisms, 175).
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42 Alvaro Pineda Botero Teoría de la novela 43

del pueblo; estructuras que simbolizaban el conjunto de espectáculo, dice a los espectadores: "esto no es realidad
valores compartidos por la comunidad, o sea, casi siem- sino arte" (o éxtasis).
pre, su religión. Cuando querían individualizar símbolos En efecto, en la obra de arte el marco abre un espacio
para ciertos valores, la forma arquitectónica se concen- para la aparición del espíritu: señala, exhibe; resalta la
traba en detalles particulares: pilares, obeliscos, formas representación. Una actividad no enmarcada no sería
de hombres o animales; es decir, figuras que trascienden artística sino natural.
la arquitectura hacia la escultura. La escultura no puede Lotman desarrolla la idea de que el arte, al crear un
librarse de la arquitectura, y la arquitectura adquiere, vínculo entre emisor y receptor, es una forma de comu-
más allá de su función intrínseca, un valor semántico. nicación y de lenguaje. Si la obra de arte comunica algo,
En la arquitectura egipcia, por ejemplo, el sentido del es porque posee un lenguaje, o sea, un sistema abstracto
templo está referido al cuerpo del individuo que habita común a emisor y receptor, un elemento que existe
su interior; así sirve a un propósito ajeno a ella misma, antes de la creación de la obra específica y que es
mientras la escultura asume el oficio de dar forma y sig- común a los polos de la comunicación (Strueture,
nificado desde dentro (69-71). En esta descripción ve- 7-14). En este proceso no se usa un código sino dos; uno
mos como la escultura y la arquitectura forman juegos para codificar el mensaje y otro para decodificarlo. Pero
ambos códigos deben coincidir por 10 menos parcialmen-
de encajes que tienen como centro el cuerpo humano, y
te; de 10 contrario, la comunicación sería imp9sible.
por 10tanto el espíritu. : .,
Wolfgang Iser 10 expresa en términos similares: "la
¿Qué papel desempeñaba el coro en la tragedia grie-' ,.J .,
,'. obra literaria tiene dos polos: el artístico y el estético.
ga? Compuesto de hombres, mujeres, doncellas'Dtn!.ry..os o El artístico es el polo del autor al construir el texto, el
ancianos, vestidos según las circunstancias, se disponía
en círculo entre los espectadores y el escenario y'era una estético el del lector, al recibirlo" (Ae t, 21)3 .
especie de personaje intermedio sin identidad propia. Se Estas ideas nos llevan al esquema ya clásico propuesto
ha discutido si su función era la de representar al pueblo por RQman Jakobson sobre las seis funciones del lengua-
o a un tipo de espectador ideal. Federico Nietzsche niega je: emotiva, conativa, referencial, poética, fática y
ambas posibilidades, argumentando que el coro era más metalingüística ("Closing Statement", 350 y ss.). De
bien una muralla viva que rodeaba la tragedia, a fin de
preservarla de toda mezcla, de separarla del mundo real
3. Félix Martínez Bonati está en desacuerdo con estos puntos
y de salvaguardar su libertad poética (El origen de la de vista. Distingue entre la "frase corriente", que denomina
tragedia, 49-51). La tarea principal del coro, según "real", y la "poética", que es imaginaria. La primera pertenece a
Nietzsche, era llevar a los oyentes a un estado de exalta- una situación concreta compartida por hablante y oyente. La
ción "dionisiaca" para que a la salida del héroe al imaginaria, en cambio, "significa inmanentemente (énfasis de
escenario no vieran un hombre cubierto de máscara sino Martínez Bonati) su propia situación comunicativa y ni autor ni
lector forman parte de ella" (Estructura, 133, 134). Al atacar la
"la visión misma de su propio éxtasis" (60). En este sen- tesis de Benedetto Croce de que poesía y habla corriente son
tido, el coro es pues un marco que intensifica la repre- esencialmente idénticas, Martínez Bonati afirma que "el autor
sentación, que aísla a los personajes en un mundo poéti- no se comunica con nosotros, sino que comunica su lenguaje
[,
co no contaminado por la realidad; que, señalando al i (énfasis de Martínez Bonati) (131).

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44 Alvaro Pineda Botero
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éstas, la que nos interesa ahora es la metalingüística: se Entonces la confusión el azoro el temor
practica cada vez que emisor o receptor necesitan Com- la búsqueda de aire y los gritos
probar si están usando el mismo código. Expresiones sobre todo los gritos
como" ¿entiendes 10que te digo?" o "¿qué entiendes tú la inútil pugna por alejarse de los sitios...
por belleza?" son usos de la función metalingüística (91).
(356). Encontramos que coincide con la idea de marco
expresada antes: encaja, pone en cuestión el lenguaje en- Estos versos describen el horror de las cámaras de gas.
marcado, llama la atención, resalta, intensifica la repre- El discurso novelistico ha necesitado una forma diferen-
sentación4 . te de expresión. El poema se contextualiza en la novela
.En la novela, el eI).!DJ!r9_~JIlj~J:1!Q.J2q~4.~.S.~Ly}(tr~m,ada:_, y ésta le sirve de marco a aquél, estableciéndose un diá-
,.ment.~QQ.mplejQ.p.oJlos estilos, géneros, voces y lenguas logo, una tensión enriquecedora de la obra. Bakhtin ha
que participan. A modo de ejemplo veamos la,.clasif!~.a:-" subrayado que una de las formas básicas de organizar
ción ql!~J?[9.Q9l1e I2S!.Kh1ip'._g~-.I~s
voces Q.di§c~~~Qs~9ye.- -,

"'::.m-tlcos:a) narración directa d-ei autor con intención la hetero~osia


OfrQ.S en principio,
ept:\erás::En la nov~.!.'!.._~__~g,j.Q.f.Q:rporación
cualquier género puede serde
artística; b) narración directa del autor no artística, sino incluido. Cada uno posee un lenguaje y una forma se-
moral, filosófica, científica, etc. c) escritura de lo coti- mántica propia para asimilar y expresar la realidad. La
novela utiliza los otros géneros precisamente por esta ca-
diano, como diarios, cartas, etc. d) discurso diario repre- .
sentado en formas o estilos varios, e) habla de personajes , "
.'
.,
,,"pacidad (Dialogic, 320,321).
En Morirás encuentro otro caso de enmarcamiento
con estilos específicos (Dialogic, 261, 262).,
", Encuentro en Morirás lejos varios ejemJ2J9§J.k.~ese., que vale la pena resaltar. Se trata de una clá.usula que
erecto intensifirJiQ.Q[Cfevoces y géneros enmar~.~g9.s.De aparece un poco como al azar entre avisos clasificados
hecho, esta novela es "un modelo para armar" compues- en un periódico:
to de materiales históricos y ficcionales que se mezclan, Pepe: vuelve.Mamámuy enferma
destruyen y construyen en una estructura abierta: de ausencia tuya. Te ha perdonado todo.
repente, el texto novelístico se abre para dar cabida a (11)
otro tipo de texto, en el que la grafía y el discurso asu-
men la fonna poética: El fragmento está encajado entre los avisos, éstos en
la novela. Veamos las tensiones que se establecen:
En Morirds, el discurso histórico (que narra las perse-
4. Martínez Bonati tampoco está de acuerdo con la posición cuciones que han sufrido los judíos) y el ficcional (que
de Jakobson. Critica su modelo sobre la base de que el concepto se refiere a un protagonista -eme- que mira hacia un
"mensaje" es apropiado para el habla corriente pero no para el
parque en donde está Alguien -otro personaje- leyendo
discurso artístico ("Algunos tópicos estructuralistas", 196), No
, me parece oportuno discutir aquí si estas glosas están fundamen- un periódico) se fusionan5 al paso que la identidad de
tadas o no, porque de, todas maneras, los modelos de Jakobson y
Lotman tienen validez para ilustrar el proceso de enmarcamiento
., L'_-
5. Ver Yvette Jiménez de Báez et alia, La narrativa, (207).
11'

46 Alvaro Pineda Botero Teoría de la novela 47

los personajes se disuelve en contradicciones alrededor un emisor a un receptor, Pepe, invitándolo a regresar. El
de las siguientes inquietudes: ¿es eme un agente nazi en emisor puede tener dos roles: hermano(a) o hijo(a) de
el exilio? ¿existe eme o está muerto hace veinte años? Pepe. El destinatario, sin embargo, no tendrá esta dis-
¿es Alguien un obrero cesante? ¿un amante furtivo? ¿un yuntiva pues reconocerá claramente quién le habla.
ajusticiador judío?6 . El emisor y el destinatario del dis- La novela ocupa ciento treinta y siete páginas; la cláu-
curso son también indeterminados; hay una voluntad de sula sólo un renglón. Este mensaje de once palabras se
ponerlos en duda. Basta mencionar las preguntas de la plantea como antítesis de toda la novela, no únicamente
página 125: "Pero quién es eme/ quién soy yo/ quién por lo anotado, sino también porque conlleva las ideas
me habla"7, y ciertas alusiones irónicas al "narrador de regreso y reunión: la palabra "Mamá" indica que se
omnividente" (44). Estos elementos constituyen un me- trata de una familia, célula de vida, base y origen de la
talenguaje que pone-en cuestiOñTas existencias mismas sociedad; lo que se opone a morir lejos y a la disemina-
del emisor y el receptor. Señalan una voluntad de disol- ción y destrucción de un pueblo de que trata la obra
ver la fuente, el objeto,' 'el acto
'-'--' '~
de la comunicáCTÓ~o~Asi
. '-""-'-.-.. (ver capítulo octavo). La novela como discurso enmar-
se mezclan los roles de acusado y acusador, perseguido y cador, toma la función metalingüística frente a la cláu-
perseguidor, emisor y receptor para producir una suerte sula. Esta, sin aquella, sería apenas un discurso diario,
de voz universal, un monstruoso "nosotros" que incor- una anécdota insignificante con interés tan sólo para los
pora todos los roles. protagonistas. La novela a su vez se enriquece con la
En la cláusula, por el contrario, los roles son defini- .., o" presencia de la cláusula.
dos, y el mensaje, expresado con puntuación clarificado.- En su aspecto general, el marco de toda novela corres-
ra (lo que no ocurre en muchos pasajes de la novef'a),no ponde a las cortinas y las luces del teatro o a los bordes
deja lugar a dudas. Se trata de una invitación que hace de la pantalla en el cine, que producen imágenes simétri-
cas. Inclusive, la obra de teatro escrita, o el guión de
cine, trae como escrituras al margen los títulos, el nom-
6. Al respecto dice Jaime Giordano: "eme y Alguien son una
bre del personaje que habla, las descripciones de la
suma de posibilidades, (...) suma actancial de nuestros conflictos,
(...) resumen la caída de Jerusalem, el holocausto en los campos escenografía; es decir, en el teatro escrito la tramoya se
de concentración, el fantasma del genocidio que acecha en nues- hace texto marginal.
tra América actual". Y concluye: "El sentido de la subjetividad, Afirma Lotman que en el cine existe el concepto de
en Morirás lejos, es más amplio, menos privativo de conciencias o profundidad: la pantalla muestra en un momento el
subconsciencias celosamente individualizadas, y, probablemente,
más compartible". ("Transformaciones narrativas actuales..." 132).
rostro de una persona, y a continuación, una multitud.
7. En la edición de 1977 aparecen dos preguntas más: "quién Aquí ha habido un cambio de profundidad pero el mar-
me cuenta esta historia / a quién se la cuento" (147). Al respecto co no ha variado. En una novela, un.EJ?i1.ul~ puede cO_fl..:-_.
comenta Raúl Dorra que las preguntas agregadas son "la emergen- tener informacióñ"genéiíaCq:uéCubra muchos años o
cia de una interrogación que está latente a lo largo del discurso y
que, al menos para cierta lectura, puede ser la interrogación cen- -Iñ.!!éas personas. 'i erSIguiente, Ía-'cí"escripcfói1'de-un-a
tral no sólo de este libro sino de lo que llamamos la literatura persoña enliñ momento específicÓ:'Tá"""'j)fQ11iñCIfifadlf~.~.
contemporánea: la interrogación por el sujeto" ("El tema del -cambiado; el marCO11ó-rS"rucluFe,~-2'61, 262).
sujeto", 112). Las consecuenciasde esto son de radical importancia
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Teoría de la novela 49

para comprender la naturaleza del discurso novelístico. tomar la responsabilidad del texto y ofrecer una explica-
El marco
..-~"--,-, peTIlJitLqJle_eLtexto-~~_9_onstituya
,,', ",,' - ---- en modelo
ción: una voz anÓnima que asumimos como la de Rivera
--':f.fi1if<)~lSU:!.n
ulliv~§9 in fini.to Lo episÓdico"trasciende su transcribe en el epílogo, sin ofrecer mayor explicación,
limitaciÓn para hacerse general. El mensaje del aviso "el último cable de nuestro Cónsul (...) relacionado con
clasificado dirigido a Pepe adquiriÓ una importancia la suerte de Arturo Cova y sus compañeros (oo.):los de-
metafísica frente a la historia de los judíos y de la hu- voró la selva" (203). El primer prÓlogo, firmado por
manidad, simplemente por estar encajado en la novela: José Eustasio Rivera, cierra el marco: "...he arreglado
la totalidad se ha reflejado en lo episÓdico. Es interesan- para la publicidad los manuscritos de Arturo Cova, remi-
te esbozar la argumentaciÓn de Lotman a este respecto: tidos por el CÓnsul de Colombia en Manaos". El autor se
la obra sustituye su propio espacio no sÓlo por una ha hecho un simple intermediario, lector, como noso-
porción de la realidad sino por la totalidad de esa reali- tros, del manuscrito de Cova, y el libro se ha convertido
dad; cada texto individual simultáneamente modela en una suerte de juego de pelota entre múltiples narra-
tanto el detalle como el objeto universal. La trama de dores.
Ana Karenina refleja, por un lado, el detalle de la vida de Aquí el marco acentúa la sensaciÓn de verdad o vero-
la heroína y por otro, cierto número de vidas, en un pro- similitud en formas diversas. Al entregar al lector un
ceso que tiende a expandirse hasta lo infinito: las muje- epígrafe, un prÓlogo y un epílogo de narradores supues-
res de una época y una clase, las mujeres en general, la '.
tamente diferentes, está aportando testimonios para
humanidad toda. Son las dos caras de la moneda; lo , ~.; ""¡'fabricar una tradición. El efecto acumulativo tiende a
mitológico cuando el texto refleja un universo, lo histÓ,-.. convencer: al interponer nuevas voces entre un primer
rico, cuando refleja un episodio. Y concluye: "el a~pec- narrador que narra hechos increíbles, y el lector, confi-
to mitológico está relacionado con el marco mientras el gura una parodia de la tradiciÓn, que lleva los hechos
histÓrico trata de destruido. En la actualidad los textos narrados a la categoría del mito. En otras palabras, en
se construyen sobre el conflicto entre estas dos tenden- La vorágine, el manuscrito de Cova pasó --supuestamen-
cias, o sobre la tensión estructural entre ellas" (Structu- te- por varias manos antes de llegar al lector. Este solo
re, 209-217)8.
En La >-------
vorágine encontramos un intento de llevar lo
hecho, que ya sería de excepciÓn (la supervivencia de un
manuscrito en la selva), equivale a un discurso oral que'
\
episÓdico a la categoría de mito con el uso de las tecni- hubiese pasado de generación en generación, y que en
cas de encaje: la voz narrativa -Arturo Cova- se ha vez de desaparecer se hiciese cada vez más verosímil
expresado en primera persona. Al final de la novela, el (porque tiende a hacerse mito). En estos casos, el discur-
discurso se llena de espacios en blanco. El lector intuye so ha tenido circulación. El hecho de haber sido acepta-
la cercanía del final. Pero esta voz narrativa es incapaz do previamente por otros, como si fuese una moneda,
de narrar su propia muerte. Otros narradores deben testifica su valor.
Este tipo de recursos son frecuentes en la novela pica-
8. Carlos Fuentes elabora una línea paralela de pensamiento: resca. En primer lugar, la confusiÓn entre "el que es-
"la novela se sitúa en donde el destino personal y la experiencia cribe" y "el que vive". Por ser novelas auto biográficas,
histórica se cruzan" ("The Novel Always Says..." 22). con narradores en primera persona, obviamente no pue-
I
'~

50 Alvaro Pineda Botero

den terminar con la muerte del protagonista sin acudir a


expedientes especiales. "¿Cómo puede estar terminado
(el libro) si aún no está terminada mi vida?", exclama
Ginés de Pasamonte (El Quijote, capítulo 22, primera
parte). La
,.,~ P~I~.Qgj~está en que no .~~posible escribiry.
,,- ..-..----------

. morir al~~_- ti~E1I?-~..QQ!ql!~--t?1!!<?Jay'!~a.c..?mo l~-


muerte- ~~mueven má~ rápi~.9.~l!e}a ~scritu~?. La obra
~s quedará trunca; el texto del pícaro será siem-
pre un texto incompleto. Por eso, El Periquillo Sarnien-
fo, de Joaquín Fernández de Lizardi, que narra la muer-
te del protagonista, debió acudir a la ayuda del marco:
nuevas voces se oyen desde el margen para cerrar el
libro: los amigos de Periquillo, ante su lecho de muerte,
le cantan décimas, sonetos? octavas (422 y ss.). Además,
el manuscrito inconcluso (como el de Arturo Cava), ha
pasado a un "segundo autor" para ser completado y
publicado (424).
Las letras están encajadas en la palabra. Esta en la -
puntuación y la frase. Luego vienen el diálogo de voce.s
y géneros, el párrafo y la página; las notas y los thúl'os;
el capítulo y los silencios; el libro, la biblioteca..: la cul-
tura toda. Como dije al comienzo de este capítulo, el
encaje es un procedimiento inherente a todo discurso, y
puede hacerse en forma infinita. Debemos pues selec-
cionar un territorio asequible a nuestro análisis. Por eso,
en los próximos capítulos me limitaré a algunos elemen-
tos importantes del marco en la obra literaria: título,
autor, menciones de fecha y lugar, dedicatoria, prólogo,
epígrafes, las notas de pie de página y las glosas, los si-
lencios.

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