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El marco
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l. Hans Magnus Enzensberger amplía estas consideraciones, re- 2. Theodore W. Adorno asume la posición contraria frente a
lacionándolas con el teatro y la novela contemporáneos ("Estruc- estos conceptos. Dice que "la fuerza de la obra maestra es tal que
turales topológicas", 3 Y ss). hace innecesario el marco" (Prisms, 175).
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42 Alvaro Pineda Botero Teoría de la novela 43
del pueblo; estructuras que simbolizaban el conjunto de espectáculo, dice a los espectadores: "esto no es realidad
valores compartidos por la comunidad, o sea, casi siem- sino arte" (o éxtasis).
pre, su religión. Cuando querían individualizar símbolos En efecto, en la obra de arte el marco abre un espacio
para ciertos valores, la forma arquitectónica se concen- para la aparición del espíritu: señala, exhibe; resalta la
traba en detalles particulares: pilares, obeliscos, formas representación. Una actividad no enmarcada no sería
de hombres o animales; es decir, figuras que trascienden artística sino natural.
la arquitectura hacia la escultura. La escultura no puede Lotman desarrolla la idea de que el arte, al crear un
librarse de la arquitectura, y la arquitectura adquiere, vínculo entre emisor y receptor, es una forma de comu-
más allá de su función intrínseca, un valor semántico. nicación y de lenguaje. Si la obra de arte comunica algo,
En la arquitectura egipcia, por ejemplo, el sentido del es porque posee un lenguaje, o sea, un sistema abstracto
templo está referido al cuerpo del individuo que habita común a emisor y receptor, un elemento que existe
su interior; así sirve a un propósito ajeno a ella misma, antes de la creación de la obra específica y que es
mientras la escultura asume el oficio de dar forma y sig- común a los polos de la comunicación (Strueture,
nificado desde dentro (69-71). En esta descripción ve- 7-14). En este proceso no se usa un código sino dos; uno
mos como la escultura y la arquitectura forman juegos para codificar el mensaje y otro para decodificarlo. Pero
ambos códigos deben coincidir por 10 menos parcialmen-
de encajes que tienen como centro el cuerpo humano, y
te; de 10 contrario, la comunicación sería imp9sible.
por 10tanto el espíritu. : .,
Wolfgang Iser 10 expresa en términos similares: "la
¿Qué papel desempeñaba el coro en la tragedia grie-' ,.J .,
,'. obra literaria tiene dos polos: el artístico y el estético.
ga? Compuesto de hombres, mujeres, doncellas'Dtn!.ry..os o El artístico es el polo del autor al construir el texto, el
ancianos, vestidos según las circunstancias, se disponía
en círculo entre los espectadores y el escenario y'era una estético el del lector, al recibirlo" (Ae t, 21)3 .
especie de personaje intermedio sin identidad propia. Se Estas ideas nos llevan al esquema ya clásico propuesto
ha discutido si su función era la de representar al pueblo por RQman Jakobson sobre las seis funciones del lengua-
o a un tipo de espectador ideal. Federico Nietzsche niega je: emotiva, conativa, referencial, poética, fática y
ambas posibilidades, argumentando que el coro era más metalingüística ("Closing Statement", 350 y ss.). De
bien una muralla viva que rodeaba la tragedia, a fin de
preservarla de toda mezcla, de separarla del mundo real
3. Félix Martínez Bonati está en desacuerdo con estos puntos
y de salvaguardar su libertad poética (El origen de la de vista. Distingue entre la "frase corriente", que denomina
tragedia, 49-51). La tarea principal del coro, según "real", y la "poética", que es imaginaria. La primera pertenece a
Nietzsche, era llevar a los oyentes a un estado de exalta- una situación concreta compartida por hablante y oyente. La
ción "dionisiaca" para que a la salida del héroe al imaginaria, en cambio, "significa inmanentemente (énfasis de
escenario no vieran un hombre cubierto de máscara sino Martínez Bonati) su propia situación comunicativa y ni autor ni
lector forman parte de ella" (Estructura, 133, 134). Al atacar la
"la visión misma de su propio éxtasis" (60). En este sen- tesis de Benedetto Croce de que poesía y habla corriente son
tido, el coro es pues un marco que intensifica la repre- esencialmente idénticas, Martínez Bonati afirma que "el autor
sentación, que aísla a los personajes en un mundo poéti- no se comunica con nosotros, sino que comunica su lenguaje
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co no contaminado por la realidad; que, señalando al i (énfasis de Martínez Bonati) (131).
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44 Alvaro Pineda Botero
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éstas, la que nos interesa ahora es la metalingüística: se Entonces la confusión el azoro el temor
practica cada vez que emisor o receptor necesitan Com- la búsqueda de aire y los gritos
probar si están usando el mismo código. Expresiones sobre todo los gritos
como" ¿entiendes 10que te digo?" o "¿qué entiendes tú la inútil pugna por alejarse de los sitios...
por belleza?" son usos de la función metalingüística (91).
(356). Encontramos que coincide con la idea de marco
expresada antes: encaja, pone en cuestión el lenguaje en- Estos versos describen el horror de las cámaras de gas.
marcado, llama la atención, resalta, intensifica la repre- El discurso novelistico ha necesitado una forma diferen-
sentación4 . te de expresión. El poema se contextualiza en la novela
.En la novela, el eI).!DJ!r9_~JIlj~J:1!Q.J2q~4.~.S.~Ly}(tr~m,ada:_, y ésta le sirve de marco a aquél, estableciéndose un diá-
,.ment.~QQ.mplejQ.p.oJlos estilos, géneros, voces y lenguas logo, una tensión enriquecedora de la obra. Bakhtin ha
que participan. A modo de ejemplo veamos la,.clasif!~.a:-" subrayado que una de las formas básicas de organizar
ción ql!~J?[9.Q9l1e I2S!.Kh1ip'._g~-.I~s
voces Q.di§c~~~Qs~9ye.- -,
los personajes se disuelve en contradicciones alrededor un emisor a un receptor, Pepe, invitándolo a regresar. El
de las siguientes inquietudes: ¿es eme un agente nazi en emisor puede tener dos roles: hermano(a) o hijo(a) de
el exilio? ¿existe eme o está muerto hace veinte años? Pepe. El destinatario, sin embargo, no tendrá esta dis-
¿es Alguien un obrero cesante? ¿un amante furtivo? ¿un yuntiva pues reconocerá claramente quién le habla.
ajusticiador judío?6 . El emisor y el destinatario del dis- La novela ocupa ciento treinta y siete páginas; la cláu-
curso son también indeterminados; hay una voluntad de sula sólo un renglón. Este mensaje de once palabras se
ponerlos en duda. Basta mencionar las preguntas de la plantea como antítesis de toda la novela, no únicamente
página 125: "Pero quién es eme/ quién soy yo/ quién por lo anotado, sino también porque conlleva las ideas
me habla"7, y ciertas alusiones irónicas al "narrador de regreso y reunión: la palabra "Mamá" indica que se
omnividente" (44). Estos elementos constituyen un me- trata de una familia, célula de vida, base y origen de la
talenguaje que pone-en cuestiOñTas existencias mismas sociedad; lo que se opone a morir lejos y a la disemina-
del emisor y el receptor. Señalan una voluntad de disol- ción y destrucción de un pueblo de que trata la obra
ver la fuente, el objeto,' 'el acto
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de la comunicáCTÓ~o~Asi
. '-""-'-.-.. (ver capítulo octavo). La novela como discurso enmar-
se mezclan los roles de acusado y acusador, perseguido y cador, toma la función metalingüística frente a la cláu-
perseguidor, emisor y receptor para producir una suerte sula. Esta, sin aquella, sería apenas un discurso diario,
de voz universal, un monstruoso "nosotros" que incor- una anécdota insignificante con interés tan sólo para los
pora todos los roles. protagonistas. La novela a su vez se enriquece con la
En la cláusula, por el contrario, los roles son defini- .., o" presencia de la cláusula.
dos, y el mensaje, expresado con puntuación clarificado.- En su aspecto general, el marco de toda novela corres-
ra (lo que no ocurre en muchos pasajes de la novef'a),no ponde a las cortinas y las luces del teatro o a los bordes
deja lugar a dudas. Se trata de una invitación que hace de la pantalla en el cine, que producen imágenes simétri-
cas. Inclusive, la obra de teatro escrita, o el guión de
cine, trae como escrituras al margen los títulos, el nom-
6. Al respecto dice Jaime Giordano: "eme y Alguien son una
bre del personaje que habla, las descripciones de la
suma de posibilidades, (...) suma actancial de nuestros conflictos,
(...) resumen la caída de Jerusalem, el holocausto en los campos escenografía; es decir, en el teatro escrito la tramoya se
de concentración, el fantasma del genocidio que acecha en nues- hace texto marginal.
tra América actual". Y concluye: "El sentido de la subjetividad, Afirma Lotman que en el cine existe el concepto de
en Morirás lejos, es más amplio, menos privativo de conciencias o profundidad: la pantalla muestra en un momento el
subconsciencias celosamente individualizadas, y, probablemente,
más compartible". ("Transformaciones narrativas actuales..." 132).
rostro de una persona, y a continuación, una multitud.
7. En la edición de 1977 aparecen dos preguntas más: "quién Aquí ha habido un cambio de profundidad pero el mar-
me cuenta esta historia / a quién se la cuento" (147). Al respecto co no ha variado. En una novela, un.EJ?i1.ul~ puede cO_fl..:-_.
comenta Raúl Dorra que las preguntas agregadas son "la emergen- tener informacióñ"genéiíaCq:uéCubra muchos años o
cia de una interrogación que está latente a lo largo del discurso y
que, al menos para cierta lectura, puede ser la interrogación cen- -Iñ.!!éas personas. 'i erSIguiente, Ía-'cí"escripcfói1'de-un-a
tral no sólo de este libro sino de lo que llamamos la literatura persoña enliñ momento específicÓ:'Tá"""'j)fQ11iñCIfifadlf~.~.
contemporánea: la interrogación por el sujeto" ("El tema del -cambiado; el marCO11ó-rS"rucluFe,~-2'61, 262).
sujeto", 112). Las consecuenciasde esto son de radical importancia
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para comprender la naturaleza del discurso novelístico. tomar la responsabilidad del texto y ofrecer una explica-
El marco
..-~"--,-, peTIlJitLqJle_eLtexto-~~_9_onstituya
,,', ",,' - ---- en modelo
ción: una voz anÓnima que asumimos como la de Rivera
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ulliv~§9 in fini.to Lo episÓdico"trasciende su transcribe en el epílogo, sin ofrecer mayor explicación,
limitaciÓn para hacerse general. El mensaje del aviso "el último cable de nuestro Cónsul (...) relacionado con
clasificado dirigido a Pepe adquiriÓ una importancia la suerte de Arturo Cova y sus compañeros (oo.):los de-
metafísica frente a la historia de los judíos y de la hu- voró la selva" (203). El primer prÓlogo, firmado por
manidad, simplemente por estar encajado en la novela: José Eustasio Rivera, cierra el marco: "...he arreglado
la totalidad se ha reflejado en lo episÓdico. Es interesan- para la publicidad los manuscritos de Arturo Cova, remi-
te esbozar la argumentaciÓn de Lotman a este respecto: tidos por el CÓnsul de Colombia en Manaos". El autor se
la obra sustituye su propio espacio no sÓlo por una ha hecho un simple intermediario, lector, como noso-
porción de la realidad sino por la totalidad de esa reali- tros, del manuscrito de Cova, y el libro se ha convertido
dad; cada texto individual simultáneamente modela en una suerte de juego de pelota entre múltiples narra-
tanto el detalle como el objeto universal. La trama de dores.
Ana Karenina refleja, por un lado, el detalle de la vida de Aquí el marco acentúa la sensaciÓn de verdad o vero-
la heroína y por otro, cierto número de vidas, en un pro- similitud en formas diversas. Al entregar al lector un
ceso que tiende a expandirse hasta lo infinito: las muje- epígrafe, un prÓlogo y un epílogo de narradores supues-
res de una época y una clase, las mujeres en general, la '.
tamente diferentes, está aportando testimonios para
humanidad toda. Son las dos caras de la moneda; lo , ~.; ""¡'fabricar una tradición. El efecto acumulativo tiende a
mitológico cuando el texto refleja un universo, lo histÓ,-.. convencer: al interponer nuevas voces entre un primer
rico, cuando refleja un episodio. Y concluye: "el a~pec- narrador que narra hechos increíbles, y el lector, confi-
to mitológico está relacionado con el marco mientras el gura una parodia de la tradiciÓn, que lleva los hechos
histÓrico trata de destruido. En la actualidad los textos narrados a la categoría del mito. En otras palabras, en
se construyen sobre el conflicto entre estas dos tenden- La vorágine, el manuscrito de Cova pasó --supuestamen-
cias, o sobre la tensión estructural entre ellas" (Structu- te- por varias manos antes de llegar al lector. Este solo
re, 209-217)8.
En La >-------
vorágine encontramos un intento de llevar lo
hecho, que ya sería de excepciÓn (la supervivencia de un
manuscrito en la selva), equivale a un discurso oral que'
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episÓdico a la categoría de mito con el uso de las tecni- hubiese pasado de generación en generación, y que en
cas de encaje: la voz narrativa -Arturo Cova- se ha vez de desaparecer se hiciese cada vez más verosímil
expresado en primera persona. Al final de la novela, el (porque tiende a hacerse mito). En estos casos, el discur-
discurso se llena de espacios en blanco. El lector intuye so ha tenido circulación. El hecho de haber sido acepta-
la cercanía del final. Pero esta voz narrativa es incapaz do previamente por otros, como si fuese una moneda,
de narrar su propia muerte. Otros narradores deben testifica su valor.
Este tipo de recursos son frecuentes en la novela pica-
8. Carlos Fuentes elabora una línea paralela de pensamiento: resca. En primer lugar, la confusiÓn entre "el que es-
"la novela se sitúa en donde el destino personal y la experiencia cribe" y "el que vive". Por ser novelas auto biográficas,
histórica se cruzan" ("The Novel Always Says..." 22). con narradores en primera persona, obviamente no pue-
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