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Redacción
CAROLINA MALDONADO LIZARAZO
Antropóloga, Investigadora
Grupo Medio Ambiente y Sociedad
Universidad de Antioquia
Abstract:
El texto recoge las disertaciones de la Mesa de Seguridad Alimentaria en torno
a la garantía efectiva del derecho a la alimentación como el primer paso para
construir una sociedad más equitativa y justa, y para acceder a un desarrollo
humano integral. Comienza con una conceptualización de la seguridad
alimentaria, para pasar a presentar datos sobre la situación de hambre en
nuestra ciudad; expone de manera crítica los programas y políticas en la
materia, y propone algunas salidas a las situaciones estructurales que impiden
que todos los ciudadanos y ciudadanas de Medellín accedamos de manera
igualitaria a los alimentos necesarios para desarrollar plenamente nuestras
potencialidades.
1
I. CONCEPTOS CLAVE PARA LA SEGURIDAD ALIMENTARIA:
1. ¿Qué es el hambre?
El hambre ha sido definida como la sensación que acompaña y traduce la
imperiosa necesidad orgánica de alimentarse que experimenta todo ser humano, y
al estado biológico de desequilibrio resultante de la no satisfacción, parcial o
integral, de esta necesidad (De Castro, 1969).
1
Oficina de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación.
2
3. ¿Qué entendemos por seguridad alimentaria y nutricional2?
Actualmente este concepto se refiere al pleno ejercicio del derecho de las
personas y grupos a una alimentación completa, inocua, nutritiva y culturalmente
apropiada, y a la capacidad para proveerse de ésta de manera suficiente y
permanente, y así llevar una vida sana y activa. Significa poder elegir estrategias
dignas de acceso a los alimentos, elegir el tipo de alimentos que se desea
consumir, su calidad y origen, mantener la cultura alimentaria y agraria, y el tejido
organizacional que gestiona la alimentación, todo ello en condiciones de equidad.
Implica la obligación del Estado de garantizar a todos y todas el pleno derecho a la
alimentación.
2
El concepto actual de seguridad alimentaria contempla, entre otras cosas, la necesidad de que los alimentos
sean suficientemente nutritivos, por lo que muchas personas se refieren a ésta como “seguridad alimentaria y
nutricional”; sin embargo, cuando hablamos de la alimentación como un hecho multidimensional e integral,
damos por sentado que se incluye el aspecto nutricional y prescindimos de la necesidad de nombrarlo. Es un
debate vigente entre ciencias biomédicas y sociales; para efectos de este texto, ambas acepciones son
igualmente válidas.
3
Retomado del estudio contratado por la Alcaldía de Medellín - Secretaría de Bienestar Social para el
programa Medellín Incluyente con la UT Corporación Penca de Sábila y Vamos Mujer, 2006.
4
Tomado y adaptado del texto de Prosalus, Cáritas española y Veterinarios sin Fronteras, 2007.
3
Alimentación suficiente: Aquella que aporta una combinación suficiente y
balanceada de productos nutritivos para satisfacer las necesidades fisiológicas
humanas (crecimiento físico y mental, desarrollo, mantenimiento, actividad física)
en todas las etapas del ciclo vital, y de acuerdo con las particularidades
individuales.
Inocuidad: Los alimentos deben carecer de sustancias nocivas, para lo cual debe
establecerse una gama de medidas de protección, tanto por medios públicos,
como privados, evitando la contaminación de los productos alimenticios por
adulteración, mala higiene ambiental o manipulación incorrecta en distintas etapas
de la cadena alimentaria.
Respeto a las culturas: Los alimentos deben ser aceptables para una cultura o
unos consumidores/as determinados/as, teniendo en cuenta los valores no
relacionados con la nutrición que se asocian a los alimentos y a su consumo, así
como las preocupaciones fundamentadas de los consumidores/as acerca de la
naturaleza de los alimentos disponibles.
Accesibilidad física: Implica que los alimentos adecuados deben ser accesibles a
todos y todas, en todo momento y circunstancia.
5
Adaptado del texto de Álvarez (2004).
4
En el ámbito individual existe seguridad alimentaria y nutricional, cuando la
disponibilidad de alimento es mayor que las necesidades del individuo. Las
necesidades alimentarias y nutricionales de cada persona son diferentes de
acuerdo a su edad, género y actividad física. La seguridad alimentaria del hogar
no garantiza la seguridad alimentaria individual, pues existen factores asociados a
la convivencia que vulneran la seguridad alimentaria de algunos individuos al
interior del hogar.
6
Retomado del estudio contratado por la Alcaldía de Medellín - Secretaría de Bienestar Social para el
programa Medellín Incluyente con la UT Corporación Penca de Sábila y Vamos Mujer, 2006.
5
A nivel del hogar, la seguridad y soberanía alimentaria implica(n) estrategias como
el logro de una base de ingresos propia y suficiente, y de recursos para la
producción de alimentos; el mantenimiento de la cultura alimentaria; el
mejoramiento de las condiciones nutricionales; la distribución equitativa de los
alimentos; el acceso a agua potable y saneamiento básico; la reutilización de los
residuos sólidos orgánicos; la desactivación de la agresión física y emocional al
interior del hogar; la responsabilidad compartida entre hombres y mujeres en la
gestión del sistema alimentario; y el apoyo en redes y grupos sociales que
gestionan el alimento.
7
Prosalus, Cáritas española y Veterinarios sin Fronteras (2007).
8
Declaración final del Foro Mundial sobre soberanía alimentaria, La Habana, 2001.
6
contingentes que amenazan el derecho de todos y todas a alimentarnos
adecuadamente para tener vidas plenas y saludables, según nuestras
preferencias individuales y culturales, y en el contexto de medios dignos para
obtener la alimentación. En ese sentido, son cruciales temas como la generación
de empleo para una base propia de ingresos, la producción para el autoconsumo,
entre otros.
7
El 55% de los hogares con niños trabajadores están en inseguridad alimentaria,
mientras que los hogares con mujeres cabeza de familia tienen mayor prevalencia
de inseguridad alimentaria (de un 45.4%) respecto a los hogares encabezados por
el hombre. Como mecanismo de ajuste a la falta de dinero, la tercera parte de los
hogares encuestados declaró haber disminuido la cantidad de algún alimento en la
compra.
Entre los datos más preocupantes se encontró que más del 67% de estos hogares
rurales y 57% de los urbanos están en inseguridad alimentaria y nutricional. La
soberanía y seguridad alimentaria de todos ellos está vulnerada porque sus
ingresos son muy bajos y solo pueden destinar en promedio $192.570 a la compra
de alimentos, mientras que la canasta básica recomendada, estimada en el 2.006,
cuesta alrededor de $456,144.
El 7.9% de éstos hogares produce alimentos pero tiene muy bajo acceso a
recursos para producirlos; el 70.2% de ellos no puede consumir alimentos según
9
Fuente: Departamento Nacional de Planeación. http://www.dnp.gov.co/paginas_detalle.aspx?idp=636.
10
Uno de los compromisos internacionales más importantes del Estado colombiano es con los Objetivos del
Milenio, que fueron ratificados en Colombia en el 2005 a través del documento CONPES Social 91 y por tanto
el Gobierno Nacional darles efectivo cumplimiento.
11
Datos de la Encuesta de Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional en los hogares de Medellín
(2006), del estudio contratado por la Alcaldía de Medellín - Secretaría de Bienestar Social para el programa
Medellín Incluyente con la UT Corporación Penca de Sábila y Vamos Mujer, 2006.
8
su cultura y preferencias alimentarias. El 18.5% no tiene acceso intradomiciliario
al agua potable y el 21,9% no tiene servicio directo de eliminación de excretas. En
el 76.2% de éstos hogares la gestión del alimento es asignada a las mujeres y en
el 17.2% están solas haciendo esta gestión y respondiendo por el hogar. En el
4.6% de los hogares la agresión física o emocional ha afectado el consumo de
alimentos y el 96.0% de éstos últimos se percibe en inseguridad alimentaria.
Por otra parte, el Perfil Alimentario y Nutricional de los Hogares Urbanos del
Municipio de Medellín12 que evaluó la situación de los hogares entre los estratos 2
y 5, reveló que el 62% de estos se percibe inseguridad alimentaria: 73.9% en el
estrato dos, 60.5% en el estrato tres y 32.6% en estratos cuatro y cinco. La peor
situación estuvo en el estrato dos, donde el 9.8% de los hogares se encontró en
inseguridad alimentaria severa con hambre. Otra conclusión importante es que en
el 62.5% de los hogares de Medellín siempre hace falta dinero para comprar
alimentos.
1. En el ámbito Nacional13
12
Gobernación de Antioquia et. al, 2005.
13
La recopilación presentada en este capítulo fue elaborada por Mario Cadavid y parte del texto “Breve
resumen de las políticas y planes de alimentación y nutrición en el país” de Ana Mercedes Cepeda, preparado
para su cátedra en el diplomado en “Soberanía y Seguridad Alimentaria” de la Universidad Pontificia
Bolivariana de Medellín.
9
Las acciones de ayuda alimentaria a poblaciones vulnerables surgen desde la
caridad, mucho antes de formalizarse como propuesta del Estado y política
pública. Desde el siglo XIX existieron diversas formas de ayuda, principalmente
desde la iglesia católica, dirigidas a la atención de niños pequeños, preescolares,
escolares y mujeres gestantes y lactantes, dando origen a lo que se consolidó
como programas de asistencia alimentaria. Como responsabilidad estatal, la
atención nutricional a escolares se inicia en Colombia en 1941 a través del
Ministerio de Educación, con aportes de la nación para restaurantes escolares.
En la década de los 70, las agencias CARE, PMA y CARITAS proponen reducir la
ayuda alimentaria y en 1974 el gobierno acuerda un desmonte gradual, poniendo
en marcha una Política de Nutrición y Desarrollo Rural, bajo la orientación del
10
Departamento Nacional de Planeación. En 1975 se crea el Consejo Nacional de
Alimentación y Nutrición para fijar las políticas en ese campo; se define el Plan
Nacional de Alimentación y Nutrición (PAN) y el Programa de Desarrollo Rural
Integrado (DRI), buscando garantizar la disponibilidad y producción de alimentos
en el territorio nacional, inicialmente con recursos de la Banca Multilateral. El
ICBF cumple el desmonte de la ayuda externa, sustituyéndola con la producción
de Bienestarina. En 1982 se decide fusionar el DRI y el PAN, ampliando la
cobertura del DRI en departamentos con una economía campesina representativa.
En 1995 el IDEMA se constituyó en una instancia consultiva del Ministerio de
Agricultura, hasta su liquidación en 1997.
1. Seguridad alimentaria,
2. Protección al consumidor mediante la calidad y la inocuidad de los alimentos;
3. Prevención y control de las deficiencias de micronutrientes;
4. Prevención y tratamiento de enfermedades infecciosas y parasitarias;
5. Promoción, protección y apoyo a la lactancia materna;
6. Promoción de la salud, alimentación y estilos de vida saludable;
7. Investigación y evaluación en aspectos nutricionales y alimentarios; y
8. Formación del recurso humano en políticas de nutrición y alimentación.
14
Evaluación realizada entre 2002 y 2003, con participación de los Ministerios de Protección Social,
Educación, Agricultura y Desarrollo Rural y entidades como el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, el
Instituto Nacional de Salud, Instituto de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos, Red de Solidaridad Social y
Departamento Nacional de Planeación. Datos de la página web:
http://www.comminit.com/la/descripciones/lapdscolom/descripciones-2282.html
11
compatible con las políticas de los diferentes campos de acción estatal15; también
se sugiere fortalecer el proceso de descentralización y un mayor posicionamiento
de las distintas entidades que conforman el Comité Nacional de Nutrición y
Seguridad Alimentaria, CONSA.
15
Política no se ha definido todavía, a pesar de que se viene trabajando en su formulación. (Información
personal de la Dra. Dora Nicolasa Gómez, directora de la Escuela de Nutrición y Dietética, Universidad de
Antioquia, septiembre de 2007)
16
En el año 2000, la FAO evaluó el impacto de la liberalización del comercio agrario y del acuerdo agrícola de
la OMC sobre la seguridad alimentaria en 14 países. Las consecuencias son negativas para los países en
desarrollo: aumento del volumen de los alimentos importados, deterioro del nivel de vida del campesinado y
concentración de la tenencia de la tierra, mientras que los países desarrollados siguen protegiendo
enormemente sus agriculturas (Prosalus et. al. 2007).
17
Red de Seguridad Alimentaria
12
riesgo de desplazamiento y permitiendo el retorno a sus tierras de la población
desplazada. Al propender por “un cambio de actitud en torno al tema de
producción y consumo de alimentos”, está más en la línea de los programas que
promueven la creación de capacidades y generación de ingresos; no abandona la
asistencia pero “la orienta a la dotación de insumos necesarios para incentivar la
producción de alimentos para el consumo de las familias campesinas” (Ribero,
2006: 76). También apoya proyectos de Agricultura Urbana en diferentes
municipios, incluyendo a 4000 familias de Medellín, por medio de Medellín
Incluyente18.
2. En Medellín y la región
18
Intervención de la Dra. Ana Catalina Suárez, Gerente de Medellín Incluyente, en Sesión Ordinaria del
Concejo de Medellín del 18 de Abril de 2007(acta 876).
19
Gobernación de Antioquia, et. al. 2005.
13
El programa MANA se inicia en el año 2000 en el marco del Plan de Desarrollo
“Una Antioquia Nueva”, con el fin de contribuir a mejorar la situación alimentaria y
nutricional de la población antioqueña. Su diseño contempla 6 ejes de acción
estratégica, dirigidos a la población más vulnerable (niveles I y II de Sisbén) de los
125 municipios del departamento:
A nivel nacional, este programa se perfila como una de las estrategias más
completas e integrales para acabar con el hambre y la desnutrición de los niños y
niñas del Departamento, y así lo demuestran las recientes evaluaciones del estado
nutricional de los beneficiarios. Aunque la complementación alimentaria es el eje
que mayor fuerza tiene, es evidente que los demás ejes van posicionándose cada
vez más y generan cambios profundos en la población en torno a la preocupación
por el propio bienestar en relación con la seguridad alimentaria y nutricional
(Gobernación de Antioquia et. al, 2007). También es gracias a MANA y a la
voluntad que desde allí se moviliza, que el Departamento define una política
pública en seguridad alimentaria y se instaura el tema en la agenda política local y
nacional, con hechos concretos como la Ordenanza Nº 017 de Noviembre de
2003, la cual señala en su artículo sexto que los municipios propenderán por la
implementación del Plan Municipal de Seguridad Alimentaria y Nutricional
(Gobernación de Antioquia, 2003)
1. Complementación alimentaria
2. Desarrollo rural sostenible
3. Agricultura urbana
4. Comercialización y transformación de alimentos
5. Mejoramiento de ingresos para las familias
6. Educación e investigación
20
Fuente: http://mana.antioquia.gov.co/
14
7. Salud.
Este programa se crea a partir del acuerdo 038, con el objetivo de impulsar el
mejoramiento de la calidad de vida de los hogares mas vulnerables de Medellín,
mediante el acceso integral y sostenible a los diferentes programas municipales,
permitiendo la inclusión en los procesos de desarrollo social y económico y
fortaleciendo la convivencia y autonomía grupal, bajo el principio de la
corresponsabilidad. Su unidad de intervención es el hogar: en cuanto éste acceda
efectivamente al mayor número de programas sociales, tendrá un apoyo más
integral para superar la inseguridad alimentaria. Busca vincular la seguridad
alimentaria y nutricional con el Desarrollo Humano Integral, gracias al
cumplimiento de logros contemplados en seis dimensiones, para una intervención
más integral y sinérgica:
1. Educación
2. Fortalecimiento de la cultura y la convivencia ciudadana
3. Generación de ingresos
4. Complementación alimentaria para grupos de extrema vulnerabilidad
5. Salud con énfasis en la infancia y la juventud
6. Promoción del desarrollo urbano y rural sostenible
21
Instrumento que permite orientar la toma de decisiones y hacer seguimiento a las políticas públicas.
22
Estudio contratado por la Alcaldía de Medellín, Secretaría de Bienestar Social con las Corporaciones Penca
de Sábila y Vamos Mujer, 2006.
15
información de los diferentes programas sociales de los que es partícipe cada
hogar, para lograr esa articulación integral de la intervención y facilitar la medición
del impacto.
Otro gran avance del programa frente a la seguridad alimentaria, y a la vez, uno
de sus grandes retos, es la atención puesta en el sistema de gestión alimentaria,
cuyo estudio permitirá diseñar y construir, un plan que para mejorar el acceso a
los alimentos de todos los ciudadanos, de forma justa, equitativa y sana. Éste
plan, con enfoque regional y de manera concertada, reflejará los intereses
colectivos de los actores que conforman los procesos de producción,
transformación, distribución, consumo, transporte y equipamientos de alimentos.
Ya hay varias propuestas en curso o cuya viabilidad se contempla, como los
distritos agrarios y los centros de gestión agroempresarial, y se cuenta con las
directrices conceptuales y metodológicas para desarrollar el “Plan de
Abastecimiento Alimentario de la Región Metropolitana del Valle de Aburrá”, en
equipo con la Gobernación de Antioquia y el Área Metropolitana del Valle de
Aburrá, en la Comisión Tripartita23.
Tradicionalmente nuestra cultura patriarcal señala que los hombres son los
principales proveedores económicos del hogar, pero casi siempre está en manos
de las mujeres el uso que se da a los alimentos y su optimización, en la labor de
conservarlos, hacerlos rendir, prepararlos de la mejor manera, hacerlos
agradables al gusto y repartirlos en raciones adecuadas para cada uno. Este rol
de la mujer como dadora de alimentos se hace aún más pesado de llevar en una
sociedad con una creciente proporción de mujeres cabeza de familia, que deben
velar solas por la alimentación de sus hijos y por todo el sostenimiento económico
y afectivo del hogar.
Además, casi siempre recae en las mujeres la fuerte carga emocional que genera
la falta de alimentos en casa, y son ellas quienes se las ingenian para
conseguirlos y proveerlos a sus familiares, recurriendo a soluciones que algunas
veces pueden ir en contra de su propia alimentación y hasta de sus dignidad,
como cuando recurren al préstamo, la limosna y soluciones similares24. Para el
caso de Medellín, en el 76.2% de los hogares más vulnerables25, la gestión del
sistema alimentario es asignada a las mujeres y el 17.2% de ellas están solas,
23
Doctora Ana Catalina Suárez, Gerente del Programa Medellín Incluyente, acta 876 del Concejo de Medellín,
18 de Abril de 2007.
24
En nuestra ciudad se vienen tejiendo estrategias colectivas para conseguir alimento por parte de mujeres
muy pobres que realizan “recorridos” por los barrios de estratos más altos, para pedir alimentos, y “mercadas”
en las centrales de abasto y los mataderos, donde recogen los desechos que están destinados a la basura.
Aunque son estrategias poco dignas, en ellas y en los lazos de solidaridad que allí se construyen, reside un
potencial que no podemos desconocer.
25
Niveles 1 y 2 del Sisbén
16
haciendo esta gestión y respondiendo por el hogar26. Por si esto fuera poco, las
mujeres deben lidiar con la presión de una sociedad que las excluye, les brinda
pocas oportunidades laborales y generalmente les da salarios más bajos que los
que reciben los hombres. De allí que el papel de la mujer en la seguridad
alimentaria sea primordial, y que para construir la ciudad que queremos, sea
necesario tener en cuenta las experiencias de las mujeres, no sólo a nivel de cada
hogar sino a nivel de la gestión que ellas, como colectivo, implementan día a día
para mantener su alimentación y la de los suyos.
26
Según estudio contratado por la Alcaldía de Medellín - Secretaría de Bienestar Social para el programa
Medellín Incluyente con la UT Corporación Penca de Sábila y Vamos Mujer, 2.006.
17
complementación alimentaria que proporcionan los programas de asistencia, se
desechan, se venden o se utilizan para la alimentación de animales,
convirtiéndose en medios para adquirir otros bienes, servicios o alimentos; es un
problema serio que debe conducir a la búsqueda de formas más adecuadas de
mejorar la nutrición de nuestros niños y niñas.
El Valle de Aburrá tiene 1.152 Km2: 340 son área urbana y 812 son área rural27.
Sin embargo, la población se concentra en la ciudad: Según la Encuesta de
Calidad de Vida 2006, en el Valle de Aburrá viven 3’361.907 personas, mientras
que Medellín, con 2’350.227, acapara un 42,14% de la población total de
Antioquia. El modelo industrial entró en crisis desde hace más de veinte años y
aún afrontamos problemáticas derivadas de épocas de narcotráfico y violencia, lo
que aumenta el empobrecimiento de la población rural y urbana. El 57% de
habitantes de la región metropolitana del Valle de Aburrá afrontan condiciones de
pobreza, el desempleo supera el 20% y el 60% de los que trabajan tienen empleos
informales o están subempleados.
27
Área Metropolitana del Valle de Aburrá, 2006.
28
Agudelo, L. C, 2002, citado por Álvarez, D., 2006.
18
esencialmente externa y la región no tiene control sobre ella, lo que la hace
vulnerable ante fallas de producción y manejo por fuera de su territorio. En el
sistema actual de abastecimiento se producen altos sobrecostos por
intermediación, segundas y terceras calidades, pérdidas de cosecha, el transporte
regional y urbano, y en general, por la falta de planificación.
Hoy debemos darle continuidad a ese trabajo que lleva más de 10 años y uno de
los grandes retos es, entonces, la consolidación del plan de gestión alimentaria de
la ciudad y la región. Estamos de acuerdo con nuestros compañeros y
compañeras de la Mesa de Intervención Integral del Territorio en que, si la
estrategia define el territorio, un escenario de participación e inclusión para
29
Esto, según estudio contratado por la Alcaldía de Medellín - Secretaría de Bienestar Social para el programa
Medellín Incluyente con la UT Corporación Penca de Sábila y Vamos Mujer, 2.006.
30
Rendón, Blanca Nubia. 2007.
19
superar la inequidad sólo será posible desde el diseño de estrategias para la
gestión regional integrada.
20
humano desnutrido o subalimentado, aunque no todos los problemas alimentarios
y nutricionales de nuestra sociedad actual tienen que ver con la falta de alimentos:
también con su exceso o desbalance, lo que se demuestra con la prevalencia de
problemas nutricionales que no se focalizan en los estratos más bajos, pero que
también deberían contemplarse dentro de las políticas alimentarias y nutricionales.
En ese orden de ideas, también es crucial una legislación coherente y clara que
proteja al consumidor frente a la publicidad de productos y hábitos que pueden
32
Esto puede ser una estrategia para combatir las deficiencias de disponibilidad de micronutrientes, que en
los hogares de Medellín son principalmente el calcio, el magnesio, el ácido fólico y la tiamina (Gobernación de
Antioquia et. al, 2005).
21
afectar la salud, como sucede por ejemplo con las gaseosas, cuando dirigen sus
estrategias publicitarias más agresivas a un público vulnerable como el infantil,
pues el consumo desproporcionado de éstas bebidas, así como el de la comida
denominada “chatarra”, se relaciona con el aumento de problemas como la
obesidad y la diabetes, y resta posibilidades a la ingesta de nutrientes
provenientes de los tradicionales jugos de fruta y la comida sana y balanceada.
Los principales retos globales del siglo XXI tienen que ver con el cambio climático,
la pérdida de biodiversidad, la degradación y pérdida de suelo fértil, y el riesgo de
desertificación33. Esta última es causada en parte por el calentamiento global, y
también por factores como la deforestación de 13 millones de hectáreas por año
en el mundo, de las que se extrae madera y se siembran cultivos agroindustriales
y transgénicos de crecimiento rápido, que empobrecen el suelo. Se configura un
escenario mundial donde es común la implementación arbitraria de políticas
neoliberales regidas por el mercado, la migración campesina hacia la ciudad y la
ausencia de políticas públicas para esta población, la concentración creciente de
la tierra en pocas manos, y la pérdida de los saberes ancestrales de los
campesinos y los grupos étnicos tradicionales, vitales en la conservación de la
biodiversidad y del relativo equilibrio de los ecosistemas. Todo esto genera
inseguridad alimentaria a nivel global.
33
Según la Premio Nobel keniana, Wangari Maathai, citada en EP Social, 2007.
22
muy pocos pasos. El creciente auge de los alimentos transgénicos amenaza la
disponibilidad de alimentos al favorecer la selección de semillas y razas
genéticamente modificadas que pueden llevar a una contaminación y reducción de
la diversidad; también conlleva el monopolio de las empresas transnacionales
dueñas de sus patentes, por lo que las ONG/OSC (2002) recomiendan proteger
las semillas, base de la alimentación y de la vida misma, garantizando su
disponibilidad para el libre intercambio y uso de los campesinos/as. Es decir: no
patentar la vida.
34
Conservación Internacional Colombia (2007).
35
Rojas, 2005.
23
manera justa, todos los bienes que aporta a la vida urbana, haciendo que ambas
esferas se integren de manera sostenible.
36
Conclusión de varias discusiones de la mesa temática, que coincide con planteamientos de Medellín
Incluyente.
24
Enfoque sistémico integrador: Para las futuras políticas alimentarias es esencial
profundizar en la relación ciudad – región y en las múltiples dinámicas que están
implícitas en el sistema de gestión alimentaria, y que comprenden la planificación,
producción y transformación de alimentos, su consumo y su aprovechamiento.
Esto también implica comprender y replantear nuestra relación individual y
colectiva, no sólo con la región sino con el planeta mismo y con el medio que
habitamos. Se requiere trabajar hacia un modelo sistémico, basado ya no en lo
que nos separa, como cuando pensamos en términos de oposiciones duales
(campo y ciudad, público y privado, centro y periferia, mujeres y hombres, pobres
y ricos, etc.) sino en las múltiples relaciones e interdependencias que permiten
nuestra existencia conjunta y sostenida en un territorio determinado: nuestra
cuidad-región. No es posible seguir pensando la ciudad sino como parte integral
de la región y de sistemas regionales cada vez más abarcadores de los cuales
depende; con eso en mente, la gestión pública y privada deben trabajar
conjuntamente teniendo en cuenta las consecuencias de nuestro actuar sobre el
mundo y sobre nosotros mismos. Sólo el entendimiento de ese entramado
complejo puede darnos las bases para una planificación más coherente e integral,
que dé cabida a una sociedad mucho más justa y también sostenible. En últimas,
requerimos un cambio de paradigma, en el que la prioridad no sea lo económico
sino la vida misma, en toda su plenitud.
37
Desde espacios como las asociaciones de consumidores podemos exigir el derecho a elegir el tipo de
alimentos que queremos consumir, y también a que se nos informe sobre la procedencia, preparación y
calidad de los mismos, de manera que conozcamos claramente los efectos sobre la salud y sobre el medio
ambiente que pueden tener ciertos procesos de producción y transformación (alimentos transgénicos,
componentes químicos agregados, etc.).
25
gratuito a un mínimo vital para los hogares más vulnerados, pero también nos
obliga a asumir deberes para la conservación de este recurso buscando un uso
sostenible, lo que implica pensar acciones concretas como el manejo integrado de
cuencas, la optimización de su uso doméstico, industrial y agrícola, incentivos al
riego sostenible, protección concertada de bosques y páramos, entre otros.
26
- Pactar subsidios a la economía campesina y a las iniciativas comunitarias.
- El Estado y las ONG deben propiciar e incentivar proyectos de agricultura
urbana en lotes baldíos, patios, parques y donde sea posible, para el
autoconsumo y para la venta.
- El plan debe contemplar la situación de los barrios subnormales donde no
hay capacidad adquisitiva y también la desprotección que tienen predios
privados en zonas de riesgo (natural, geológico, etc.).
- Como los pequeños productores urbanos y rurales no tienen cómo
publicitar sus productos, se requiere que el estado y sus instituciones
faciliten los medios para poder competir con las grandes cadenas de
mercado.
27
generando espacios de debate público, velando porque los programas del
Municipio y la región se articulen en clave de seguridad y soberanía alimentaria, y
diseñando estrategias y proyectos que garanticen un enfoque de política desde los
derechos, integral, universal y diferenciada. Deben propiciar y apoyar las
propuestas que surgen desde las mismas comunidades, más que imponer su
visión unilateral de los problemas y soluciones; institucionalizar programas en
torno a propuestas cuya naturaleza tiene que ver más con la espontaneidad y
recursividad, propias de las comunidades, debe hacerse con la precaución
necesaria para no frenar procesos endógenos, generando márgenes de libertad y
participación voluntaria38.
28
estado dispone para darle cumplimiento. Desde el único aporte hecho por un
representante del sector industrial en el Congreso, se recomendó la generación de
reglamentación técnica en cuanto a inocuidad y bioseguridad en la transformación
de alimentos, especialmente en cadenas de restaurantes y pequeñas empresas.
REFLEXIONES FINALES:
Como balance general, podríamos decir que, a pesar de las preocupantes cifras
de desnutrición y hambre que se reportan para la ciudad, el área metropolitana y
el resto del departamento, Medellín hoy cuenta con la información y sobre todo
con la voluntad política necesaria para trabajar hacia el logro de una seguridad
alimentaria y nutricional que nos permita acceder a mejores condiciones de vida y
mayores niveles de desarrollo humano. Aunque es incipiente, de cara a su
trascendencia para nuestras vidas, el progresivo posicionamiento de esta temática
en la agenda política local y regional, y en los ámbitos de discusión pública, hace
pensar en escenarios futuros en los que todos y todas estemos mucho más
capacitados para hablar de nuestro derecho fundamental a la alimentación, para
ejercerlo y potenciarlo, y para exigir de los diferentes sectores involucrados que no
se sigan vulnerando los derechos de los que aún no tienen voz.
Las políticas alimentarias más recientes a nivel local y departamental, así como la
legislación que las sustenta, muestran en sus planteamientos la comprensión de la
29
alimentación como un hecho complejo y multidimensional, abordando aspectos
interrelacionados como lo biológico-nutricional y lo social-cultural; lo rural y lo
urbano; lo micro y lo macro; lo local, lo regional y lo global; todos ellos atravesados
por elementos cruciales en nuestra época, como la perspectiva de género y la
dimensión ambiental.
Hoy también contamos con enfoques más participativos, que valoran el potencial
de las personas para decidir su futuro y su capacidad para participar activamente
en la toma de decisiones. Esto implica que ya no somos más beneficiarios pasivos
de programas, sino sujetos colectivos e individuales de derecho. Podemos decir
que contamos con la riqueza humana de un grupo cada vez más grande de
ciudadanos y ciudadanas con un sentido firme de la corresponsabilidad, que se la
juegan para lograr cambios positivos hacia una sociedad más justa. La articulación
estratégica entre diferentes sectores y temáticas para la búsqueda de soluciones
integrales y con instancias cada vez más amplias de gestión, representa uno de
los grandes logros de las actuales políticas alimentarias, y a la vez su gran reto.
Bibliografía
30
Conservación Internacional Colombia .2007. Visitada en febrero de 2007. http://
www.conservation.org.co/ktml2/files/uploads/Noticias/INFO%20WEB%20INAP.doc
De Castro, Josué. 1969. Geopolítica del hambre. 2ª ed. México: Fondo de Cultura
Económica.
31
Machado C., Absalón, 2004. “Seguridad Alimentaria y Sistema Agroalimentario”
En: Territorios y Sistemas agroalimentarios locales. Universidad Nacional de
Colombia. Red de Desarrollo Rural y Seguridad Alimentaria. Autores Varios.
Editorial Unibiblos, Universidad Nacional de Colombia. Bogotá.
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