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Los seres humanos, excepto unas cuantas raras excepciones, tienden a creer
en el concepto del bien. Por alguna razn, parecemos necesitar la certeza de
que existe un propsito para nuestra existencia: una justicia subyacente. Para
algunas personas esta necesidad es abrumadora, una especie de llamada
vocacional que les inspira una enorme simpata hacia los dems. Si nuestra f
es lo suficientemente fuerte, encontraremos indicios y manifestaciones
concretas del bien a nuestro alrededor todo el tiempo, incluso si no las hay en
realidad.
Si necesitas creer en el bien, y si precisas encontrar pruebas de su existencia,
simplemente mira a tu alrededor: estn en todas partes. Busca y encontrars,
pero jams olvides que al aceptar la existencia del bien inevitablemente te
predispones a encontrar al siams del cul es inseparable: el mal.
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Hay tantas alternativas en este mundo. Al fin y al cabo eso es lo que buscamos,
no? Sea poder, belleza, riquezas y as en ms lo que nos seduce es la
posibilidad de poder escoger verdad? Esa es la verdadera definicin de
Libertad.
Pero convengamos que el potencial de elegir no es la eleccin en si misma. De
hecho mientras ms opciones tenemos, ms difcil nos resulta decidirnos por
alguna de ellas. La ms difcil de todas es elegir solamente una. Y luego,
cualquier cosas que tomemos, cualquier cosa que nos brinden jams llega a
ser suficiente, no?. Siempre puede convertirse en algo un poco mejor y luego
en algo ms y entonces en otra cosa y as
Me pregunto quin, llegando a comprender todo lo anterior, puede llegar a
sorprenderse con el hecho de que son precisamente aquellos que
supuestamente mas alternativas de eleccin tienen en esta vida quienes ms
propensos estn a sumergirse en el ocanos de cualquier tipo de adiccin:
ms, ms, ms