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¡Alégrate!

GLORIA OTERO GUTIERREZ

EDITORIAL ORION – MEXICO


1990
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PORTADA:

REALIZADA POR FIDEL RODRIGUEZ OTERO. SIMBOLIZA


LA ESTRUCTURA DEL SER, LA CUAL ESTA EN EL FONDO
DE TODO SER, LUCHANDO POR MANIFESTARSE EN EL.

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A MARIA
INMACULADA, mi Madre Celestial; a mi
querida hermana Azucena, quien tan bien
me la ha representado por tantos años sobre
la tierra; y a Ti, querido lector por dar tan
buena acogida a “El Mensaje” y “Fe”.

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Prólogo
Gloria Otero no nos habla de teorías, sino que se refiere a la alegría
que ella vive intensamente y de la que su vida es un ejemplo. Así con
sencillez y amenidad hace transparente lo que más deseamos saber todos
aquellos que hemos caído alguna vez en el desaliento: Cómo puedo
alegrarme. Este libro nos ofrece ese poder, para ser ejercitado por quien
decida aceptar la alegría en su vida.
Cada página de esta pequeña, pero grandiosa obra, está llena de
razones para sentirnos alegres. Cada párrafo es motivo de alegría y
transformación interna. Las consideraciones que se presentan son tan
bellas y profundas, y al mismo tiempo tan claras, que no se puede más que
sentir alegría de vivir, alegría por las posibilidades que se abren.
En mi caso personal, leí con lentitud, a mi propio ritmo, tomando
conciencia y sintiendo alegría, por ver la luz, por la libertad que
experimento de poder romper cadenas que me atrapan, por percatarme
que no es necesario seguir cargando tantas penas. No tengo que esperar a
que ocurra algo espectacular. Ya ocurrió con esta lectura.
No vaya a creerse que éste es un libro de magia, no lo es. Implica un
proceso de transformación, a través de tomar conciencia, de darnos cuenta
de ciertas realidades, de ponerlas en practica y de comprobar que
producen resultados mágicos.
Por lo anterior, éste es un libro de cabecera, para recurrir a el cada vez
que la tristeza llegue a nosotros. cuando se nos presente algún problema, o
cuando nos interese cambiar alguna situación de nuestra vida.
Estoy segura que esta obra dará paz y alegría a quienes la lean, porque
yo ya he empezado a sentirlas.
Gracias Gloria por este regalo.
Lic. María Trinidad Román Haza.

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¡Alégrate!
VENGAN A MI, TODOS USTEDES QUE ESTAN CANSADOS
DE SUS TRABAJOS Y DE SUS CARGAS, Y YO LES DARE
DESCANSO”.
-Dijo el Dulce Maestro Jesús, y añade: “VUESTRA TRISTEZA
SE CONVERTIRA EN GOZO”. “YO HE VENCIDO AL MUNDO.
. . YO ESTARE CON VOSOTROS HASTA LA CONSUMACION
DE LOS SIGLOS”. . . “Y SEPAN QUE YO ESTOY CON
USTEDES TODOS LOS DIAS, HASTA EL FIN DEL MUNDO”.
Hermosas promesas que sólo esperan ser aceptadas y creídas. Y
para que se vuelvan una realidad en tu vida, a ti, querido lector,
dedico este libro, a fin de que en tu corazón no quepa más la tristeza,
sino que esté lleno de alegría, del gozo que nos habló Jesús cuando
dijo: . . . “Y QUE VUESTRO GOZO SEA COMPLETO”...
Quiero estar contigo cuando me necesites, cuando te sientas triste
por las luchas del diario vivir. Cuando así suceda, abre este libro y
lee, para que encuentres consuelo en él, pues recuerda que no estás
solo, sabiendo que Jesús mismo está contigo.
El oró por ti en su última noche, cuando pidió al Padre diciendo:
"NO TE RUEGO PADRE, QUE LOS SAQUES DEL MUNDO,
SINO QUE LOS GUARDES DEL MAL".
El sabía que podemos ser felices en medio de este mundo, en
donde es inevitable encontrar problemas; pero piensa que estos
problemas no te pueden quitar tu felicidad, más bien, creo que son un
reto para incrementar tu alegría, ya que es grande el gozo que se
experimenta después de haber superado una pena, o dicho de otro
modo: cada situación difícil trae en sí, el gozo de poderla superar.
Dentro de cada problema hay un gozo escondido: la alegría que se
experimenta cuando se resuelve. Entre más grande se haya

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presentado, más grande es nuestra alegría cuando recordamos nuestra
victoria.
Tú pones tu propio límite de felicidad. Recuerda que el hombre es
lo que son sus pensamientos.
En Parasicología se comprueba que al pensar se libera energía y
sabemos que la energía no se pierde, se transforma; y como no existe
generación espontánea, se transforma justo en lo que se pensó.
Si yo pienso: ¡Qué feliz soy! estoy liberando energía de "qué feliz
soy", luego, para que esa energía no se pierda, mi mente, la
encargada de transformarla en felicidad, hace lo que sea necesario:
me relacionará con la persona adecuada, me hará tocar la puerta
precisa a fin de que la energía de "qué feliz soy" se transforme justo
en felicidad.
Como también si pienso ¡Qué infeliz soy!, la mente me hará tocar
la puerta inadecuada, me hará relacionarme con la persona
equivocada, a fin de que la energía de infelicidad, no se pierda; sino
que se materialice en mi vida en forma de sucesos desagradables o
desgraciados.
Hay muchas personas que dicen: "yo no le pido mucho a Dios ,
sólo lo necesario para irla pasando". . . pues si así lo crees, no es que
Dios no te dé la abundancia, sino que tú mismo estás liberando la
energía de "no mucho, sólo para irla pasando", y así será en tu vida.
Jesús nos enseñó a dar por recibido lo que pedimos: "POR ESO
LES DIGO QUE TODO LO QUE USTEDES PIDAN EN
ORACION, SI CREEN QUE YA LO HAN RECIBIDO, ASI
SERA". Fíjate que dice: "QUE YA LO HAN RECIBIDO", o que
"YA TIENES", no que "vas" a tener, porque si decretamos que
vamos (en futuro) a tener, entonces se materializará a futuro, como el
fuego fatuo, delante de ti, sin alcanzarlo. "Voy a tener" es como eso
de: "Hoy no fío, mañana si".
Determínate a decretar: ya soy feliz, a fin de que liberes la energía
de "ya soy feliz", y se consolide a su tiempo.

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Más adelante, vamos a ver cómo podemos hacer para incrementar
nuestra alegría.
Pero, después de todo, ¿qué es la alegría?, el diccionario nos dice
que alegría es: "contento de ánimo que suele manifestarse con signos
exteriores"; y define por contento: "alegre, satisfecho", luego alegría
es la satisfacción del alma. Se distingue del placer, en que éste puede
coexistir con la tristeza y la alegría la excluye por principio.
La alegría es como un movimiento total del alma que la
transforma completamente. En la alegría el alma llega a sorprenderse
de su propia existencia.
Como decía el Filósofo Bergson: "la alegría anuncia siempre que
la vida ha logrado su propósito, ha ganado terreno, ha alcanzado una
victoria: toda gran alegría tiene acento triunfal".
La alegría no es el ruido fatuo del exterior por la consecución de
algún bien deseado. Es la vibración del alma agradecida. Diría sobre
todo, que la alegría es silenciosa. Parte de adentro hacia afuera. Creo
que es el fruto de saberse amado, y que ese Amado está siempre en tu
corazón, como el Padre paciente que espera te comuniques con El.
La alegría en silencio es oración en alto grado. Es lo opuesto a la
soledad, la soledad es un estado mental en el que se pide que me
acompañen, que se fijen en mi; y la alegría es el poder dar, el gozo
de sabernos amados, por quien nunca jamás nos va a fallar: tu Padre
que te habla en lo secreto, y de quien son todas las cosas terrestres y
celestiales.
Sabemos que no hay persona que no tenga una pena, o un dolor
pero anímate, por triste que te parezca la situación que estás pasando
ahora no te desesperes, no se ha perdido todo; podemos volver a
empezar.
La alegría no es obtener lo que deseas, sino el poder seguir
luchando. Mientras hay vida hay esperanza. La esperanza de
encontrar en medio de tu corazón, como dádiva divina, la alegría que
te acompaña y que sólo espera ser descubierta para que la utilices.

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Tú sabes que en este mundo nada es estático, es decir: nada
permanece eternamente. Todo pasa.
Sea lo que sea que ahora te cause dolor, recuerda que PASARA.
La infelicidad no es eterna, pertenece a la categoría de las cosas
que pasan. Lo malo que aparece en nuestra vida como la enfermedad,
la carencia, el miedo, etc., no son más que carencia de lo que
verdaderamente hay, como es salud, abundancia, valor, etc. Recuerda
que nada es real, excepto lo eterno, lo que tiene su origen y
substancia en la substancia real de Dios, lo que aunque el cielo y la
tierra pasen, lo bueno permanecerá, porque lo bueno es Dios en su
presencia en la tierra, y Dios, lo bueno, lo perfecto, la inunda en
todas y cada una de sus partes, puesto que Dios es omnipresente. Lo
que vemos malo en realidad, no existe verdaderamente, aunque sí
aparece porque es fruto de la creación del hombre, pero terminará por
pasar, ya que es transitoria toda creación del ser humano.
Creo que hemos venido a este mundo para hacer aparecer en la
creación del hombre lo que realmente ES en la creación de Dios. Me
explicaré mejor: siendo Dios omnipresente, no hay un solo milímetro
cuadrado en donde no esté EL, y si EL está, hay ahí todo bien
material, moral y espiritual. No hay en Dios carencia ninguna. Luego
en ninguna parte del universo hay mal, ya que el mal es carencia de
bien, o falta de Dios, lo que no puede ser, ya que Dios todo lo
inunda, entonces, si Dios todo lo inunda y Dios es el supremo bien,
¿por qué veo mal en mi vida?
Te puedo contestar: porque el hombre tiene la facultad de crear,
pero su creación es temporal e imperfecta. Nuestra mente es la
encargada de crear todo lo que queramos hacer aparecer en este
mundo, tan es así; que nada puede existir si no fue pensado antes, es
decir, para que algo se materialice en tu vida tiene que pasar por tu
mente, ya que esa es la ley del libre albedrío: que tienes tú que
decidirlo, además, tú tienes que poner una causa para producir un
efecto, y no puedes tener en tu vida efectos si no has puesto la causa,
y como el pensamiento es la causa de todo lo que existe, no puede

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suceder nada en tu vida que no lo hayas pensado consciente o
inconscientemente con anterioridad. Así, tú eres el "encargado" de
hacer que en tu vida aparezca al mundo exterior o de la materia, el
mundo perfecto que ya hay en el mundo espiritual por la presencia de
Dios en tu propia vida. Si vemos mal o dolor en nuestra existencia, es
porque hemos creído que el mal y el dolor existen, y al creerlo, lo
materializamos al exterior; cuando en realidad hemos nacido para
manifestar en el mundo de la materia la perfección de Dios que ya
está creada, y a nosotros nos toca manifestarla con nuestra creación
temporal.
Nos toca manifestar el mundo invisible y real en el mundo de
apariencia de la materia, pero a veces nos dejamos engolosinar por
las apariencias, queremos como Adán conocer el árbol del bien y del
mal, y creamos el mal, y lo sufrimos, y terminamos por creer que es
real y se nos convierte en dolor y pena mientras sigamos creyendo en
él y por consiguiente creándolo, pero anímate, ya que por más sólido
que hayamos creado nuestro mal, por grande que hayamos hecho
nuestra pena: PASARA. Pasará porque toda creación del hombre es
perecedera como él, lo único que no pasa es lo creado a imagen y
semejanza de Dios que es el espíritu. Por eso Dios lo infundió vida al
hombre con su propio aliento, le infundió el soplo de vida, y sigue en
el hombre ese hálito divino, sosteniendo nuestra vida, sosteniendo la
parte divina que hay ya dentro de ti, por lo cual puedes manifestar
todo bien en tu existencia.
Que no haya pena o dolor que te aflija, recuerda: PASARA. Todo
lo malo pasará. Solo Dios es eterno. La esperanza nos hace saber que
las primeras leyes de este mundo son las de la contingencia y la
transitoriedad. Nada es estático, nada permanece, todo pasará.
Mañana vendrán tiempos mejores.
Por eso el Buen Jesús no pidió al Padre que nos sacara del mundo,
sino que nos guardara del mal como es el dejarnos llevar de las
apariencias de dolor y mal, o falta de Dios en algún lugar o situación
de nuestra vida.

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Por ahora es inevitable que encontremos dolor en el mundo, pero
algún día lo superaremos, liberándonos de darle forma con nuestra
creencia en él; y dando forma al bien al proclamarlo en nuestra vida
y al creerlo, lo creamos en la materia o le damos forma en ella.
A veces nos detenemos en dar forma a las cosas que deseamos y
es frecuente oír decir: "cuando tenga mi casa voy a ser feliz", sin
darnos cuenta que es más fácil tener la casa si primero somos felices;
ya que la casa es un efecto, y debemos poner primero la causa, como
lo es el pensamiento de ya tenerla.
¿Y cómo me voy a alegrar primero si no la tengo?
Pues te diré que ya la tienes en el mundo perfecto del pensamiento
y si lo sostienes con constancia y alegría, terminarás por ver
físicamente tu casa. Volvemos a lo mismo: puesto que la mente es la
ejecutora de nuestros pensamientos, nos hará tocar la puerta
adecuada, o relacionarnos con la persona idónea a fin de que la casa
entre a nuestra posesión. Y como digo de una casa, se puede decir de
todo lo que seas capaz de pensar y de creer que ya lo tienes, y así tu
alegría no tendrá fin.
Cesa de creer en la mentira, para que ceses de crearla.
La enfermedad es mentira, lo que hay en ese cuerpo que vemos
enfermo es Dios, o plenitud de armonía y salud, etc. No hay Dios y
enfermedad, hay sólo Dios, pero con el poder de crear en el mundo
temporal, creamos la enfermedad al creer en ella.
Cree que hay sólo Dios, deja de creer en la mentira, en la
enfermedad, para que dejes de crearla. No puede haber Dios y falta
de amor en ninguna situación, lo que realmente hay es amor, pero al
creer que no lo hay, creamos soledad. Deja de creer en la soledad.
Alégrate, no tienes que crear la alegría, ya está como substancia
de todo lo creado, recuerda que alegría es el contento de ánimo que
suele manifestarse con signos exteriores. Dios manifestó su alegría
exteriorizándola en la creación y después que creó todo, vio que era
bueno en gran manera, y esa alegría ya es tuya.

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La alegría es tu herencia: reclámala, créela, vívela y terminarás
manifestándola en la propia creación de tu vida plena, materializando
todo lo que deseas.

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Porque es la voluntad de Dios.
COMO EL PADRE ME HA AMADO, ASI TAMBIEN YO OS
HE AMADO; PERMANECED EN MI AMOR. SI GUARDAREIS
MIS MANDAMIENTOS PERMANECEREIS EN MI AMOR; ASI
COMO YO HE GUARDADO LOS MANDAMIENTOS DE MI
PADRE, Y PERMANEZCO EN SU AMOR. ESTAS COSAS OS
HE HABLADO, PARA QUE MI GOZO SEA EN VOSOTROS, Y
VUESTRO GOZO SEA CUMPLIDO. ESTE ES MI
MANDAMIENTO: QUE OS AMEIS COMO YO OS HE
AMADO". "ESTAS COSAS OS HE HABLADO PARA QUE MI
GOZO SEA EN VOSOTROS Y VUESTRO GOZO SEA
CUMPLIDO".
¿Te has puesto a pensar que debemos estar gozosos o alegres
porque es la voluntad de Dios? Lo gracioso es que la mayoría de
nosotros le pedimos a Dios que nos dé tal o cual cosa para poder ser
felices, sin caer en la cuenta, que es Dios mismo el que quiere
nuestra felicidad, nuestro gozo, nuestra alegría. Recuerda la
diferencia entre felicidad y alegría. Felicidad es: "estado de ánimo
que se complace en la posesión de un bien". Alegría es: "contento de
ánimo que se suele manifestar con signos exteriores".
Cuando queremos ser felices, queremos poseer algo, mientras que
la alegría es dar signos exteriores del contento de ánimo.
Jesús nos invita a guardar su mandamiento: "QUE OS AMEIS
COMO YO OS HE AMADO" para que nuestro gozo sea cumplido.
Fíjate que no dice que pidas a Dios tener gozo, o que ya lo tengas.
no, sino que des amor como El lo dio, porque cuando damos, es
cuando realmente tenemos alegría; pero lo importante es que El
mismo quiere tu alegría, desea que tu gozo sea cumplido.
También nos expresa Jesús el deseo de Dios de que seamos felices
y manifestemos su alegría cuando nos dice: "PEDID Y SE OS
DARA; BUSCAD Y HALLAREIS; LLAMAD Y SE OS ABRIRA.
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PORQUE TODO AQUEL QUE PIDE RECIBE; Y EL QUE
BUSCA, HALLA; Y AL QUE LLAMA SE LE ABRIRA. ¿QUE
HOMBRE HAY DE ENTRE VOSOTROS, QUE SI SU HIJO LE
PIDE PAN, LE DARA UNA PIEDRA? ¿O SI LE PIDE PESCADO,
LE DARA UNA SERPIENTE? PUES SI VOSOTROS, SIENDO
MALOS, SABEIS DAR BUENAS DADIVAS A VUESTROS
HIJOS, ¿CUANTO MAS VUESTRO PADRE QUE ESTA EN LOS
CIELOS DARA BUENAS COSAS A LOS QUE LE PIDAN?"
Y cuántas veces he oído decir: "ni modo. . . no puedo quitarme
este sufrimiento, que se haga la voluntad de Dios". . . con un aire de
víctima tan lastimero que dan ganas de ir a reclamarle a Dios por qué
quiere que esa persona no salga de su dolor; cuando es exactamente
al revés: si tengo el deseo de salir de ese estado molesto, es porque
Dios mismo desea mi bien.
Generalmente pensamos que la voluntad de Dios es la de un dios
sediento de sangre, o hambriento de dolor que no desea otra cosa que
ponernos pruebas (ni que fuera ignorante), o causarnos sufrimientos
a fin de saciarse con el dolor del ser humano.
No, Dios es el Madre-Padre más solícito y cariñoso que puedas
imaginarte. Es el amor mismo, y el amor no puede nunca dañar.
Nuestros males nos vienen de la falta de buena utilización de nuestra
fe, porque materializamos cosas indeseables para nosotros al pensar
que esa es la voluntad de Dios; pero no, la voluntad de Dios es que
tengamos todo lo que deseamos, que tengamos todo lo bueno, y que
nuestro gozo sea cumplido.
De ahora en adelante, cuando digas: "que se haga la voluntad de
Dios", dilo consciente de que dejas el timón de tu vida al capitán más
experimentado que haya habido jamás. El dirigirá tu embarcación de
la manera más diestra y armoniosa que pudieras imaginarte, por
tormentoso que se vea el mar del mundo en sus problemas aparentes.
Trata de adivinar el pensamiento de tu capitán a fin de que el
timón sea llevado en una sola dirección. Es decir que la voluntad de
Dios y la tuya sean una sola. Sé alegre porque Dios quiere que seas
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alegre. Sé sano, porque Dios mismo desea tu salud. Sé próspero
porque como decía Jesús: "TODO LO DEL PADRE ES MIO". Todo
es tuyo, porque es la voluntad del Padre que no carezcas de nada.
Jesús mismo nos dice en el evangelio de San Juan: "YO HARE
CUALQUIER COSA QUE USTEDES PIDAN EN MI NOMBRE".
¿Qué quiere decir "en mi nombre"?
No creo que sea agregar unas palabras, por mágicas que parezcan,
a nuestra petición. Cuando pedimos algo en el nombre de alguna
persona, lo estamos pidiendo como si ella misma lo deseara. Así,
cuando pedimos en el nombre de Jesús, pide lo que El desea para ti:
todo lo bueno, porque Jesús no puede desear nada malo para ti.
Estudia para conocer la voluntad de Dios hacia ti (que
seguramente es de paz, de amor, de salud y prosperidad) y únete a
ella. Vívela y la harás aparecer en el mundo de la materia.
"COMO MI PADRE ME HA AMADO, ASI YO OS HE
AMADO; PERMANECED EN MI AMOR".
¿Y qué será permanecer en su amor? Jesús nos dice: "SI
GUARDAREIS MIS MANDAMIENTOS, PERMANECEREIS EN
MI AMOR. . . ESTE ES MI MANDAMIENTO: QUE OS AMEIS
UNOS A OTROS COMO YO OS HE AMADO. . . VOSOTROS
SOIS MIS AMIGOS. . .".
El fruto del amor es la alegría, y recuerda que alegría "es el
contento de ánimo que se suele manifestar por signos exteriores".
Al saberte amado por el mejor "Amador", te llenas de alegría, y el
signo exterior es dar amor a tus semejantes.
Que nada en el mundo te quite la alegría inmensa de saberte
amigo de Jesús, y de saberte amado por El mismo.
Esta es la razón verdadera de nuestra alegría: el sabernos amados
con un amor verdadero y eterno. ¿Cómo puede ser que alguna cosa
pasajera de la creación del hombre, pueda ser más importante que el

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gozo de saberte amado por el mejor amigo que hayas tenido jamás:
como lo es Jesús?
Seguramente que cuando Jesús les advierte a sus apóstoles que va
a morir, y les dice: "VOSOTROS AHORA TENEIS TRISTEZA;
PERO OS VOLVERE A VER, Y SE GOZARA VUESTRO
CORAZON Y NADIE OS QUITARA VUESTRO GOZO" no se
refería solamente a aquel puñado de hombres que le escuchaban, sino
que también se dirigía a ti, cuando todo hace suponer que el Cristo
que está en tu interior se ha ido, pues las tristezas del mundo nos
invitan a dejarnos llevar de la pena de no ver salud o prosperidad en
nuestra vida.
Trata de volver a encontrar a ese Cristo que está amándote dentro
de tu corazón; y cuando lo vuelvas a ver, te llenarás de alegría en tal
forma que nadie te la puede quitar; y una vez que lo vuelves a
encontrar, tu tristeza se convertirá en gozo.
Asimismo en el evangelio de San Juan, nos dice Jesús: "ESTAS
COSAS OS HE HABLADO PARA QUE EN MI TENGAIS PAZ.
EN EL MUNDO TENDREIS AFLICCION; PERO CONFIAD, YO
HE VENCIDO AL MUNDO".
Aquí Jesús nos enseña la lección de lecciones: no estamos solos
en la lucha de este mundo: el Vencedor de él nos dice que tengamos
confianza. Tu Cristo interior, o la parte divina que hay dentro de ti te
está dando la victoria sobre cualquier tipo de aflicción que pueda
entristecerte.
Recuerda que cuando algún dolor te salga al paso, puedes ir a tu
interior aquietándote, a pedir la ayuda a tu Cristo interior, a fin de
que su victoria sea 1a. tuya, al recibir la fuerza necesaria para vencer
eso que te aflige.
Y no creas que esto es una idea humana, pues más adelante en el
Evangelio vemos cómo orando Jesús al Padre dice: "PADRE
SANTO, A LOS QUE ME HAS DADO, GUARDALOS EN TU
NOMBRE, PARA QUE SEAN UNO, ASI COMO NOSOTROS".

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Si el Padre Santo es el que nos guarda, ¿qué o quién nos puede
dañar? -sólo aquél a quien se lo permitamos pensando que nos puede
dañar- ya que al pensar que algo o alguien nos puede hacer daño,
estamos liberando la energía necesaria para que nos lo haga.
Alégrate con esta petición que Jesús hace en tu nombre, ya que
estás "guardado" por el mismo Padre Santo. Goza esta protección,
créela y compártela amando a tus semejantes, como Jesús nos ha
amado.
"Y HABLO ESTO EN EL MUNDO, PARA QUE TENGAN MI
GOZO CUMPLIDO EN SI MISMOS". Fíjate que dice: "hablo esto
en el mundo"; es decir, que aquí y ahora, en donde estás en este
momento, puedes tener el gozo cumplido dentro de ti mismo. No es
después de que te mueras, en el cielo; no, ahora, en el mundo, puedes
tener el gozo cumplido, pero date cuenta de que ya lo tienes, a fin de
que lo puedas disfrutar.
Dice también: "NO RUEGO QUE LOS QUITES DEL MUNDO,
SINO QUE LOS GUARDES DEL MAL". Tu gozo o alegría no debe
de proceder de no tener problemas que resolver, sino de saber la gran
verdad: que Dios mismo es tu aliado, que quiere que te regocijes por
saber que Dios mismo te ama; pues dice más adelante: "QUE EL
MUNDO CONOZCA QUE TU ME ENVIASTE, Y QUE LOS HAS
AMADO A ELLOS COMO TAMBIEN A MI ME HAS AMADO".
Jesús mismo dice que somos tan amados del Padre, como El mismo
lo fue. ¿No es esto motivo sobrado de gozo cumplido dentro de ti
mismo? Y termina su oración de la última cena exclamando:
"PADRE JUSTO, EL MUNDO NO TE HA CONOCIDO, PERO
YO TE HE CONOCIDO, Y ESTOS HAN CONOCIDO QUE TU
ME ENVIASTE. Y LES HE DADO A CONOCER TU NOMBRE,
Y LO DARE A CONOCER AUN, PARA QUE EL AMOR CON
QUE ME HAS AMADO, ESTE EN ELLOS Y YO EN ELLOS".
Fíjate que es la voluntad de Jesús que ese amor que nos tiene el
Padre sea disfrutado por nosotros y permanezcamos en su amor a
pesar de estar en este mundo; recuerda que el mundo es la creación
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del hombre, lo que parece lejos de Dios. En donde vivimos y en
donde ya tenemos el gozo de sabernos amados.
No necesitas cambiar de lugar, ni de situación para disfrutar ya de
tu gozo en ti mismo.
No son las cosas exteriores las que te dan la alegría. Es el gozo
interno, el saber que Dios mismo te quiere, y el saber que El mismo
desea que su gozo sea cumplido dentro de ti.
Que no haya situación ni problema capaz de quitarte la alegría de
saberte amado por quien no es voluble ni negligente en su amor.
Necesitas creer en su amor, pero déjalo actuar, y entonces será más
fácil que pase el cielo y la tierra a que puedas perder tu gozo interno.
Podrán las penas lastimarte por fuera, pero en tu interior nada
puede sobrepasar al gozo de ser amado por el Padre mismo.
En el Evangelio de San Lucas encontramos: "¿NO SE VENDEN
CINCO PAJARILLOS POR DOS CUARTOS? CON TODO ,
NINGUNO DE ELLOS ESTA OLVIDADO DELANTE DE
DIOS. PUES AUN LOS CABELLOS DE VUESTRA CABEZA
ESTAN TODOS CONTADOS. NO TEMAIS, PUES; MAS VALEIS
VOSOTROS QUE MUCHOS PAJARILLOS".
¿Pueden haber palabras más tiernas que éstas? Creo que ni el
padre más amoroso del mundo se entretendría en contar los cabellos
de tu cabeza, y Dios mismo sí lo hace.
No creas que la pena que ahora estás sufriendo pasa inadvertida
para tu Padre. El sabe muy bien de tu sufrimiento, y te invita a no
temerle.
Tienes al aliado más solícito y cuidadoso que puedas imaginar: a
Dios mismo.
Búscalo en tu interior y alégrate porque no descuida ni a un sólo
pajarillo, con cuanta más razón no se descuida de ti.
Es su voluntad que confíes en El. No temas.

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Nos dice que ni Salomón en los días de su gloria se vistió como
uno solo de los lirios del campo, "Y SI ASI VISTE DIOS A LA
HIERBA QUE HOY ESTA EN EL CAMPO, Y MAÑANA ES
ECHADA AL HORNO, ¿CUANTO MAS A VOSOTROS,
HOMBRES DE POCA FE?. . . MAS BUSCAD EL REINO DE
DIOS; Y TODAS LAS COSAS OS SERAN AÑADIDAS".
Más adelante nos dice San Lucas: "NO TEMAIS, REBAÑO
PEQUEÑO, PORQUE A VUESTRO PADRE LE HA PLACIDO
DAROS EL REINO. . . EN DONDE ESTA VUESTRO TESORO,
ALLI ESTARA TAMBIEN VUESTRO CORAZON".
Si tu alegría depende de que te sean complacientes las personas y
las cosas del mundo, déjame decirte que tu alegría será tan cambiante
y perecedera como las cosas del mundo. No pongas en ellas tu
corazón; ámalas, pero no te apoyes en ellas. Apóyate en quien no te
puede fallar nunca: en el Padre Celestial que desea tu bien, Quien
desea que esa alegría de tu interior, por el gozo de saberte amado por
El mismo, la manifiestes en el mundo, aquí y ahora para que tu vida
se convierta en un maravilloso himno de acción de gracias al Padre
de toda creación, cuando al crearte a ti también "VIO QUE TODO
LO CREADO ERA BUENO EN GRAN MANERA".

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En qué se basa nuestra esperanza
para alcanzar la alegría.
Después de haber visto que la voluntad de Dios es que seas feliz,
vamos a ver por qué lo podemos ser.
La primera y gran razón es porque tenemos todo lo necesario para
ser felices. Recuerda que Jesús nos dijo: "ALEGRATE, YO HE
VENCIDO AL MUNDO", yo te digo a ti, lector mío, sufriente
criatura fatigada, yo te lo digo: ¡Ten valor! ¡ten esperanza! ¡sé feliz!
¡alégrate! el mundo, lo mortal ha sido vencido ya.
Jesús en tu nombre dijo "YO HE VENCIDO AL MUNDO".
Cuando hablas de ti dices: "yo soy fulano", o cuando alguien dice tu
nombre y pregunta, ¿quién es?, tú le respondes: "yo soy", entonces di
tú también: yo he vencido al mundo.
Recuerda que mundo es lo que aparece como falta de Dios en
algún lugar, como es la carencia, dolor o desarmonía.
Cuando Jesús dijo "YO HE VENCIDO AL MUNDO", hablaba de
su parte crística. El mismo YO SOY, o SER de Jesús, es en ti. Tienes
toda la fuerza del SER para vencer todo aquello que es perecedero y
que nos hace sufrir.
Recuerda que Jesús mismo nos dijo "YO ESTARE CON
VOSOTROS HASTA LA CONSUMACION DE LOS SIGLOS". Tú
ya tienes al YO SOY en ti. Mejor dicho: tú eres YO SOY.
Dice Jesús: "CUALQUIER COSA QUE PIDIEREIS EN MI
NOMBRE, EL PADRE OS LA DARA".
Recuerda que cuando Moisés le pregunta a Dios cuál es su
nombre cuando Jehová se le aparece en la zarza ardiendo, El le dice:
"YO SOY EL QUE SOY". Entonces el nombre de Dios es YO SOY.
Por eso cada vez que decretas algo en el YO SOY tiene tanta fuerza.

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Cada vez que dices "yo soy tonto'', estás pidiendo en su nombre, y
adquieres lo que decretas, o sea torpeza. Así como también, si dices:
"yo soy sano", estás adquiriendo salud.
Recuerda, ya tienes la razón más fuerte de nuestra esperanza para
ser alegre: es el YO SOY.
Tú ya eres. Dios mismo está actuando dentro y a través de ti.
Utiliza esa inmensa fuerza de tu SER para quitar de tu existencia
todo lo indeseable, dándole vida a lo que desees en nombre de tu Yo
Soy.
Alégrate, traes algo muy valioso ya dentro de ti, expresándose en
ti: la vida. Es algo que hasta los animales luchan por alcanzar y no
perder.
Si alguna vez tienes la desgracia de sufrir una depresión,
combátela dándote cuenta del bien tan inmenso que traes ya dentro
de ti, o más bien dicho: que la vida misma ha formado un cuerpo que
es tu cuerpo, para manifestarse en él.
La vida, o el YO SOY se están manifestando prodigiosamente
ahora mismo a través de ti. Luego, todo te es posible. Alégrate de
que ya eres ese poder, contra el cual no prevalecerá dolor ninguno,
ninguna pena, ninguna carencia.
Pero cuida muy bien de no decretar con ese inmenso poder lo que
no quieras ver manifestarse en tu vida como es el dolor, la soledad, la
desarmonía, o la carencia.
Tú ya tienes todo lo que necesitas, puesto que ya eres YO SOY.
Fíjate que Jesús mismo nos dijo: "SED PERFECTOS COMO
NUESTRO PADRE QUE ESTA EN LOS CIELOS ES
PERFECTO". Mide el tamaño de la orden: "COMO NUESTRO
PADRE CELESTIAL ES PERFECTO". Luego, todo lo podemos
alcanzar.
Las limitaciones las ponemos nosotros, y nuestro trabajo debe
consistir en luchar por quitar esas limitaciones, puesto que nuestro
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SER ya es perfecto; pero tenemos que darnos cuenta de ellas para
materializar esa perfección.
Siempre hay una solución para cada problema. Búscala. Pero no la
busques solo. No estás solo. Dios mismo está contigo.
Recuerda que la alegría procede de saberse amado. Alégrate. Dios
te ama. Si tu alegría depende de que te quieran otras personas, no
tendrás alegría, sino terquedad.
Busca más el amar que el ser amado. Cuando buscamos que
alguien nos quiera estamos decretando que no tenemos amor; puesto
que no se busca lo que ya se posee. Recuerda que la felicidad es el
contento de ánimo por la posesión de un bien. Si puedes amar, ya
posees ese bien, entonces, regocíjate en el poder amar, y no te llenes
de carencia al andar buscando o pidiendo que te amen.
Y sucede entonces como por arte de magia, que cuando no esperas
que te amen, sino tu dar amor, es cuando más te aman. Los demás te
aman cuando encuentran tu amor.
Si en lugar de buscar ser amados nos ocupáramos de amar a los
demás, la creación entera llegaría a ser una melódica nota de amor, y
esto, tarde que temprano, va a suceder, ya que tenemos la hermosa
profecía del dulce Jesús que nos dijo: "LOS MANSOS,
GOBERNARAN LA TIERRA".
Alégrate, Dios te ama, es la razón primera por la que decimos ser
felices, porque El mismo te ama.
Aprende a tener gusto por Ser y no tanto por el tener; y sucede
que entre más te concientizas de tu ser, más puedes tener todo
aquello que desees.
Fíjate también que la felicidad viene del conocimiento; ya que si
posees algo, pero no lo sabes, no te alegra, te alegra cuando lo sabes.
No te da alegría la posesión, sino el conocimiento, o saber que lo
posees.

27
Tú puedes tener una moneda de oro en tu bolsa, pero si no sabes
que la tienes, no te alegrarás, ni la disfrutarás, sino hasta que te des
cuenta de que la posees.
Sabe ahora que Dios te ama y te ha dado el poder de producir por
medio del pensamiento todo lo que tú quieras crear, justo ahora o en
el momento en que tienes una pena, justo cuando te sientas triste.
Recuerda que pensar es liberar energía, y que la energía no se
pierde, sólo se transforma.
Cada vez que dices "qué triste estoy" estás liberando la energía de
"qué triste estoy", y para que esa energía no se pierda, tu mente te
hará tocar la puerta adecuada o la persona idónea, a fin de que tu
pensamiento se transforme en tristeza. Como también cuando dices
"yo soy próspero", estás liberando energía, y no se perderá. Tu mente
te hará tocar la puerta adecuada o relacionarte con la persona precisa
a fin de que esa energía se transforme en prosperidad.
Así que cuando alguna pena se presente en tu vida, no te
entristezcas, alégrate, ya que tus pensamientos los generas de adentro
hacia afuera. Luego, tú puedes hoy mismo generar pensamientos de
alegría, de prosperidad y de salud.
No busques el remedio de tu pena afuera. Es dentro de ti donde se
generan los pensamientos. Es dentro de ti donde ya hay toda la fuerza
de tu espíritu dispuesta a ser usada.
Esa es la verdadera razón de tu esperanza en poder lograr la
alegría: que nuestro espíritu fue hecho a imagen y semejanza de
Dios, y que El mismo te ama, te invade, te inunda, y se manifiesta a
través de ti.

28
Cómo hago para vivir la alegría.
Jesús mismo nos dio la "fórmula mágica" cuando nos dijo:
VENID A MI TODOS LOS QUE ESTAIS CANSADOS Y
TRABAJADOS, Y YO OS HARE DESCANSAR".
Y yo también te invito, pobre alma atribulada con los dolores y
apresuramientos de este mundo: ve a tu interior, en donde está tu
parte crística. En donde está tu verdadero Ser. En donde está tu
Cristo.
Cuando tengas alguna tribulación, no busques el consuelo fuera de
ti.
Aprende a escuchar la voz de Dios en "tu secreto", como decía
Jesús: "CUANDO ORES, ENTRE EN TU APOSENTO, Y
CERRADA LA PUERTA, ORA A TU PADRE QUE ESTA EN LO
SECRETO; Y TU PADRE QUE VE EN LO SECRETO TE
RECOMPENSARA EN PUBLICO".
¿Y cómo hago para escuchar la voz de Dios dentro de mi?
Hay una manera muy sencilla: Siéntate en un lugar de preferencia
apartado, en donde puedas estar lo más cómodo posible. Aquiétate y
toma una profunda respiración. Cierra los ojos y toma otra profunda
respiración. Ahora, con los ojos cerrados, cállate por dentro y por
fuera, deja fuera de ti toda inquietud por unos momentos. No te
preocupes de que se te vaya a ir la pena que traes ahora, o que se te
vaya a olvidar el problema que te aflige. Despreocúpate. En este
momento no existe nada fuera de ti.
Solamente estás tú y. . . Dios. Ponte en actitud expectante, como si
Dios mismo te llamara por tu nombre, y aquiétate, escucha y sabe.
Es como cuando crees que has oído un ruido, y pides a las
personas que te rodean que guarden silencio, y tú aguzas tu oído para
percibir cualquier sonido. Así, tan sencillo, nada más di en tu
interior: ¿mande? ¿qué me quieres decir Señor'? y cállate, cállate

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sobre todo, pues las más de las veces nuestro continuo hablar
interiormente, sofoca la voz de Dios dentro de ti.
Guarda silencio exterior e interiormente y no tardarás en escuchar
la voz de Dios.
Primero, seguramente la interpretarás como un pensamiento que te
viene de tu mente, y no sabes si es en verdad la voz de Dios o tú
mismo, no importa, persiste en aquietarte y escuchar; y a medida que
adquieras más práctica, sentirás como una inspiración, luego oirás
como si fuera la voz de tu conciencia, y terminarás por oír
claramente con tu oído interno la voz de Dios, Quien no usa palabras
ni sonidos.
Esta práctica no es para grandes iniciados, es para ti. Practícala y
te maravillarás de los resultados. Recuerda que la práctica hace al
maestro.
Si Jesús nos invitó a que entráramos, cerráramos la puerta
(nuestros sentidos) y habláramos con el Padre, es que es posible.
Recuerda que la oración es un diálogo, no un monólogo.
Frecuentemente solemos hablar solamente nosotros diciéndole a Dios
lo que nos pasa, y sucede que Dios sabe mejor que nosotros mismos
lo que nos acontece. Somos nosotros los que debemos escuchar a
Dios cómo remediar nuestros problemas.
Ahí, en tu interior, en donde Jesús decía que estaba el reino de los
cielos, ahí está la fuerza para transformar tu vida en una melódica
nota de alegría en la obra de la creación de Dios.
En tu interior está tu parte crística o divina, y de ahí puedes sacar
todo lo que necesitas para vivir en plenitud y en armonía.
Del interior procede la alegría, no del exterior, y es más, si tu alma
está alegre, aunque pasen cosas desagradables en tu exterior no te
afectarán, y por el contrario: si tu alma está triste, aunque estés en
medio de la más grande diversión, no te regocijarás.

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Me apena ver como mucha gente busca alegrarse bebiendo algún
excitante. No, la alegría todavía no se ha podido vender en botellas.
La alegría es un contento de ánimo que se logra del interior al
exterior, y se comunica, se exterioriza, pero después de haber surgido
del gozo de saberte amado.
No viene de afuera hacia adentro sino del interior hacia la
comunicación con los demás seres humanos, o aún se comunica la
alegría a los animales, plantas y hasta a las cosas inanimadas.
No busques a Dios en el exterior, sale de ti a la vida.
Un pasaje del Evangelio de San Lucas nos relata que Jesús fue
llevado ante Herodes y nos dice: "Herodes, viendo a Jesús, se
ALEGRO mucho, porque hacía tiempo que deseaba verle; porque
había oído muchas cosas acerca de El, y esperaba verle HACER
ALGUNA SEÑAL. Y le hacía muchas preguntas; pero Jesús NADA
LE RESPONDIO".
"Nada le respondió". La alegría de Herodes no le duró ni siquiera
lo que dura un diálogo, ya que su gozo se convirtió en tristeza al
defraudarse de no ver a Jesús hacer un milagro, casi como nosotros,
que queremos poner a Dios como el cirquero que tiene que
alegrarnos la función de la vida, sin caer en la cuenta que El mismo,
así como estaba frente a Herodes, está ahora delante y dentro de ti,
para que no busques la "diversión" en el exterior; si realmente
quieres oírlo, óyelo en tu interior. No busques señales del cielo, o
milagros en tu vida para creer en Dios. Es al revés: si utilizas esa
parte divina que ya está en tu interior, te alegrarás, y como la alegría
se manifiesta en signos exteriores, exteriorizarás en tu vida la
creación de todo aquello que desees tener en tu existencia; desde una
moneda, a una mansión. Desde una enfermedad, a la salud integral.
Desde la imperfección a la perfección del Padre Celestial, ya que
recuerda lo que nos dijo Jesús: "SED PERFECTOS COMO
VUESTRO PADRE CELESTIAL ES PERFECTO".
Recuerda: Herodes se detuvo sólo en el exterior de Jesús, no lo
comprendió y se perdió de gran cosa. Tan no lo comprendió que nos
31
dice el Evangelio que "Herodes con sus soldados lo menospreció y
encarneció".
Así nos sucede algunas veces a nosotros, no comprendemos la
fuente de todo poder que ya habita en nuestro interior, la
menospreciamos y seguimos tratando de lograr las cosas externas sin
preocuparnos de darle forma primero dentro de nosotros.
Yo conozco a personas que creen y bendicen a Dios en tiempos de
bonanza, pero tan pronto sufren una pena o contrariedad, se "enojan"
con Dios reclamándole que El le mandó esa "prueba" o que no les
escucha sus demandas. Recuerda que Dios no te va a dar nada, ni
siquiera te va a dar una pluma, ya que siendo El el amor, no espera a
que se lo pidas para dártelo; ya te lo dio por anticipado. Ya todo es
tuyo. Tú puedes tener todo aquello que creas que puedes tener.
Si no has tenido lo que deseas, no culpes a Dios. Mejor ocúpate en
adquirir mayor destreza en creer que ya lo tienes, para que puedas
materializarlo en tu vida como tu posesión.
Vuelvo pues a repetirte: aquiétate y sabe: YO SOY. Ese YO SOY
es el nombre de Dios. Repite en el interior de tu ser: Yo soy salud; yo
soy abundancia; yo soy armonía; yo soy prosperidad; yo soy paz; yo
soy alegría.
Repítelo una y otra vez hasta que llegue a formar parte de tu ser, o
más bien dicho: de tu conciencia que es una manifestación del YO
SOY que ya de suyo es perfecto, y desea manifestar su plenitud.

32
Perdona
Otro paso muy necesario para alcanzar vivir la alegría es
perdonar. Perdona, no guardes rencor. El Buen Maestro Jesús nos
dijo: "BIENAVENTURADOS VOSOTROS LOS POBRES
PORQUE VUESTRO ES EL REINO DE LOS CIELOS". Pobre no
es el que carece de bienes materiales, sino el que no se apega a nada.
A veces me ha tocado ver personas tan grandemente confundidas
con este consejo evangélico, que creen que hay virtud en la carencia.
. . se vanaglorian en decir que son muy pobrecitos, y creen que como
pobrecitas que son, tú tienes la obligación de mantenerlas, y ellas
quieren vivir así, como los pájaros del campo que no siembran ni
hilan; pero yo les digo que esos pájaros que no siembran ni hilan,
tienen que tomarse la molestia de bajar del nido a buscar su sustento.
Que el Padre Santo que los alimenta no les lleva el grano al nido.
Creo que Dios ama la confianza que se le tiene, pero está muy lejos
de amar la pereza, o el dar lastima.
Creo que la pobreza no consiste en andar dando lástima. ni en
carecer de bienes materiales, creo que consiste en no tener apegos, ni
materiales, ni morales, ni afectivos, ni siquiera espirituales.
El maestro de la pobreza y desprendimiento: San Francisco de
Asís decía: "Si tengo una casa debo tener una espada para defenderla,
y si tengo una espada puedo herir a mi hermano".
Este gran maestro del desprendimiento nos enseña que sobre todas
las cosas está la caridad, o el amor a nuestro prójimo. Así él, se
despojó en santa pobreza por amor a Cristo y a sus hermanos.
En cambio las personas que se ufanan por no poseer bienes
terrenales, a veces están llenas de rencor a tal o cual persona, a tal o
cual situación, y muy seguido, muy llenas de soberbia.

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Dicen graciosamente: tú dirás lo que quieras, pero no puedo
quitarme ese rencor que siento por fulanito. . . ¿en donde está su
pobreza, o desprendimiento? -pregunto yo.
El saber perdonar es desposeernos de nuestras pasiones bajas que
tanto nos dañan y que nos impiden poseer el reino de los cielos.
Fíjate que entre las bienaventuranzas que dijo Jesús en el monte, sólo
dos dan de inmediato el reino de los cielos, y son las que dicen:
"BIENAVENTURADOS LOS POBRES DE ESPIRITU, PORQUE
DE ELLOS ES EL REINO DE LOS CIELOS" y la otra
"BIENAVENTURADOS LOS QUE PADECEN PERSECUCION
POR CAUSA DE LA JUSTICIA, PORQUE DE ELLOS ES EL
REINO DE LOS CIELOS". Las otras bienaventuranzas hablan de
serán consolados, serán hartos, pero de los pobres, y de los justos
dice: de ellos es el reino; o sea que es en presente, a medida que te
despojas de lo que te pueda impedir llegar a Dios como sería el
apego a bienes temporales, el apego a personas, pensamientos, o
rencores; como también te impide llegar al reino la injusticia.
La pobreza es un estar presto para escuchar la voz de Dios y al
oírla, ahí mismo entras al reino de la paz y del amor.
Deslígate de todo aquello que te detiene para gozar del reino
interior de donde procede la alegría.
He visto con frecuencia personas que pierden su alegría por verse
desdeñadas por el ser amado, ya sea el novio o novia, el esposo o
esposa, etc. Tienen tanto apego a tal o cual persona, que cuando esta
persona las desdeña, sienten que ya todo se ha acabado, pensando
que ya no gozarán más del amor, pero déjame decirte, que el amor
nunca lo perderás, quizá esté en otra manifestación, como el buen
vino puede cambiar de botella, pero no de calidad. El amor siempre
está presto para salirte al encuentro, nada más no te apegues a que
"tal persona es la que me debe querer". Si después de darle todo tu
amor, y de hacer lo que está en tu mano para merecer el suyo no te
corresponde, no te aflijas, en verdad te digo: "que hasta el polvo de

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tus sandalias te sacudas" a fin de no estar apegado ni a un falso amor,
ni a un verdadero rencor
Deslígate de todo aquello que te lastime sin objeto alguno. No te
apegues a las alegrías que proceden del exterior, son transitorias,
asimismo despégate de la falsa idea que tienes de tal o cual individuo
que te haya lastimado, ya que ninguna persona nos hace sufrir, lo que
realmente nos lastima es el falso patrón mental que tenemos de ella,
porque choca con la realidad de su comportamiento. Lo que pasa es
que yo quiero que tal o cual creatura sea o se comporte como yo
quiero que se comporte, y cuando ella, usando su libre albedrío,
actúa no de acuerdo a lo que yo creo de ella, me lastimo; pero el que
se lastima es uno mismo.
Libérate de todo recuerdo que te hace tener rencor; lo que pasó,
pasó, que eso ya no tenga más fuerza de volverte a lastimar,
recuerda: "Hasta el polvo de tus sandalias sacude". No lo recuerdes
más, y si te viene de por sí solo a la memoria, entonces no olvides lo
que dice la Sagrada Escritura: "Nada verdaderamente malo puede
suceder a los que aman a Dios, aunque aparentemente sea malo,
siempre será para su propio beneficio".
Si hubo alguna situación en tu pasado que te hizo sufrir, ten por
seguro que no se te presento para que perdieras tu alegría, por el
contrario, fue para que alcanzaras el gozo de poderla superar.
Mucha gente de buena fe se confunde grandemente cuando se le
recomienda que perdone. dice: "no puedo olvidar". Yo no te pido que
olvides, sino que no te vuelvas a apegar a aquella mala situación.
También objeta "si perdono a fulano tengo que volver a juntarme
con él", yo te aconsejo que si el reunirte con quien te lastima te
vuelve a hacer perder la armonía, también sacude el polvo de tus
sandalias y busca nuevas compañías, siguiendo el consejo evangélico
que reza; ". . . Y SI ALGUNO NO OS RECIBIERE, NI OYE
VESTRAS PALABRAS, SALID DE AQUELLA CASA O
CIUDAD, Y SACUDID EL POLVO DE VESTRAS SANDALIAS".
Y no sigas terqueando con quien no armonizas engañándote a ti
35
mismo pensando que es amor lo que quieres practicar, sin caer en la
cuenta de que en realidad sólo es terquedad.
Me puedes replicar: pero es que debemos de amar a todo el
mundo.
Si, sí creo que debemos de amar a todos, pero no creo que
debemos convivir con todos. A mí en lo particular me gustan mucho
y también amo a los leones, pero no me meto a la jaula con ellos.
Recuerda que el amor es dar y no quitar. -Es que yo le di mucho
amor, y en cambio no recibía más que majaderías de parte de mi
pareja- me dicen, y yo te digo que eso no era amor, era quitarle a esa
persona la oportunidad de ser justa; es como aquella madre que me
contaba: "Yo amé mucho a mi hijo, hasta le di de comer en la boca
todavía pasados los veinte años. . ."
Seguramente tú al oír esto te reirás, pero fíjate que es el mismo
caso de la esposa o esposo, novia o novio, o amante sufrida quien
alega que todo le aguantaba a su pareja por amor.
No, déjame decirte que eso no es amor, es terquedad en querer
que me quiera, aunque para tratar de lograrlo rompa las más
elementales leyes de justicia y equidad.
Una vez le comentaba a una amiga que no es bueno dar limosna a
niños mendigos y ella me dijo: "En la Escritura dice que hagas el
bien sin mirar a quien", y que ella por eso les daba dinero a los niños
que piden en las calles; a lo que le repliqué que estoy de acuerdo en
hacer el bien sin mirar a quien, pero en hacer el bien, no en quitarles
nada a esos niños, a lo que ella me preguntó asombrada:
"Y yo, ¿qué les quito?" -mucho- le repliqué; les quitas la
oportunidad de ser niños libres y adultos responsables.
Si la persona que obliga a mendigar a esos niños, ve que resulta
exitoso el "negocio", no dejará que ese niño tenga una infancia
adecuada, pues no querrá que deje de pedir limosna para el provecho
del estafador.

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Es más, muchos casos se han visto de gente que secuestra niños
ajenos para deformarlos y obligarlos a la mendicidad, y lo que es
peor: entre peor condición de salud tenga el niño, más lástima
provocará, por lo que tratan de maltratarlo y a veces hasta lo dejan
lisiado provocándole la muerte, con tal de ocasionar mayor lástima, y
por consiguiente obtener mayor dinero del pequeño.
Yo creo que fomentar esto no es amor. Creo que frecuentemente
deformamos la caridad cristiana. Nos engañamos pensando que es
amor, pero en realidad es egoísmo.
Si le doy una limosna a un niño callejero, creo que hice una buena
obra, y me siento bien. Luego, lo que busqué fue el sentirme yo bien.
Si le aguanto, sobre toda justicia el lépero comportamiento a mi
pareja, o a mi hijo, me creo una "mártir", y me siento con un grado
menor que santa, pero no, lo que pasa es que me da miedo luchar por
la justicia, aunque para hacerlo tenga que desarrollar arrobas de
verdadero amor.
Recuerda: el amor es DAR; no RECIBIR muestras que me hagan
sentir buena o mártir.
Puede ser que en mi afán de reconvenir a mi hermano para que no
me utilice como instrumento de injusticia, aparezca yo como una
persona desagradable y termine por sentirme mal al ver que no me
hagan caso, pero recuerda: ". . . Y SI ALGUNO NO OS
RECIBIERE, NI OYERE VUESTRAS PALABRAS, SALID DE
AQUELLA CASA O CIUDAD, Y SACUDID EL POLVO DE
VUESTRAS SANDALIAS".
Te has puesto a pensar ¿por qué vemos "gente mala" que lastima
tanto? Si como dice la escritura: "Y vio Dios todo lo que había
hecho, y he aquí que era bueno en gran manera", ¿quién hizo a los
traficantes de drogas, a los asesinos, a los ladrones, en fin, a tantas
personas que andan haciendo estropicios a diestra y siniestra?
Ten por seguro que a ellos, y a quien te lastima, los hizo Dios y
son buenos en gran manera. Entonces, ¿por qué hacen tanto daño?

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Imagínate que ahí donde estás sentado se apaga la luz, o se cierran
las puertas y ventanas a fin de que quede la habitación
completamente a obscuras, y si tú te quieres parar y caminar ¿qué
pasaría? Seguramente irías tirando objetos con los cuales te
tropezarías. Y si yo ya no quiero que sigas tirando lo que te
encuentres a tu paso, y que ya no hagas tanto trastorno, ¿qué debo
hacer'? -pues, alumbrar de nuevo- me responderías.
Y yo te digo que así es como actúa esa gente que llamamos mala.
No es mala en realidad, puesto que Dios la hizo buena en sumo
grado, lo que pasa es que "trae la luz apagada".
Préndesela con tu perdón; cada vez que puedas, mándale decretos
de: "yo te doy la paz, a fin de que la ilumines, porque creo que la paz
es la luz por excelencia que tanto nos recomendó Jesús que diéramos
cuando nos dice: "EN CUALQUIER CASA DONDE ENTRAREIS
PRIMERAMENTE DECID: PAZ SEA A ESTA CASA. Y SI
HUBIERA ALLI ALGUN HIJO DE LA PAZ, VUESTRA PAZ
REPOSARA SOBRE EL: SI NO, SE VOLVERA A VOSOTROS".
Si la persona a quien tu tratas de iluminar con la luz de tu paz no
quiere (porque existe el libre albedrío) dejar de hacer estropicios, o
cambiar su conducta, no la cambiará, seguirá en las tinieblas de su
comportamiento; pero esa luz de paz que le enviaste no se pierde, te
regresa, iluminándote, porque dice Jesús que si no hay alguien que la
acepte "VOLVERA A VOSOTROS", y entonces te verá a ti y no te
dañará más.
Por eso está comprobado que enviando pensamientos de paz,
hasta los animales no te atacan.
Volviendo al perdón: perdona a quien te ataca enviándole
pensamientos de paz, pero no estás obligado a sufrir injusticias
regresando a convivir con él. Despréndete hasta de la terquedad de
hacerlo cambiar, y cuando te desprendas de todo apego, serás
bienaventurado en tu pobreza y no sólo verás a Dios, sino que entras
en ese mismo instante a disfrutar la alegría del reino de los cielos, y
habrás cumplido con aquel mandato que nos dio Jesús: "PERO YO
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OS DIGO: NO RESISTAIS AL QUE ES MALO; ANTES, A
CUALQUIERA QUE TE HIERA EN LA MEJILLA DERECHA,
VUELVELE TAMBIEN LA OTRA".
Poner la otra mejilla cuando alguien te lastima o te hace
"estropicios", es bendecidlo, es darle la paz, en lugar de maldecirlo.
Con esto no creo en manera alguna que debamos de ser unos
"dejados", injustos que nos prestemos a ser instrumentos de injusticia
favoreciendo al ladrón o al que nos lastima.
No, no aceptes su conducta, y para remediar su injusticia hay mil
maneras dentro de la justicia misma, porque justicia no sólo es no
lastimar al otro, sino también no dejarnos lastimar. Pero a él, al malo,
dale la paz, a fin de que alumbres su camino y pueda obrar en
equidad.
Recuerda que cuando decretas o piensas algo, estás liberando la
energía necesaria para que ese algo se consolide, de tal forma que
cuando dices, aunque sea mentalmente: yo te doy la paz, estás
liberando energía de paz, y se la estás mandando, y al darle una cosa
tan preciada como la paz, le estás dando algo más valioso que la otra
mejilla. Además, el bendecir a quien nos lastima duele más que la
cachetada más sonora que él pudiera darnos en la otra mejilla.
En la vida gloriosa de San Francisco de Asís, se relata la
enseñanza que hizo el santo a Fray León respecto a la perfecta
alegría: Yendo una vez desde Perusa a Santa María de los Ángeles,
lo dijo: "Fray León, aunque los frailes Menores diesen en toda la
tierra grande ejemplo de santidad, escribe y advierte claramente que
no está en eso la perfecta alegría".
Y más adelante le vuelve a decir:
"¡Oh Fray León! Aunque el fraile Menor dé vista a los ciegos, y
sane a los tullidos y arroje a los demonios y haga oír a los sordos,
andar a los cojos, hablar a los mudos, y lo que es más, resucite a los
muertos de cuatro días, escribe que no está en esto la perfecta
alegría".

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Y entre más caminaba, más bellos ejemplos le ponía en donde
claramente le hacia ver que en ningún prodigio se encontraba la
perfecta alegría, hasta que Fray León le dice:
"-Padre, te ruego en nombre de Dios, me digas en qué consiste la
perfecta alegría", a lo que San Francisco le responde que si cuando
lleguen al convento de Santa María de los Ángeles, sale el portero y
después de maltratarlos y de no dejarlos entrar, si ellos no pierden la
paciencia sabiendo sobrellevar esas cosas pensando en las penas de
Cristo Bendito, y sufren eso por su amor, "escribe Oh Fray León, que
en esto está la perfecta alegría", y continúa: "sobre todos los bienes,
gracias y dones del Espíritu Santo que Cristo concede a sus amigos,
está el vencerse a si mismos y sufrir voluntariamente por amor de
Cristo, penas, injurias y molestias..."
Todos en la vida sufrimos penas y molestias, el chiste está en
superarlas, ofreciéndolas voluntariamente a Dios, por medio del
propio vencimiento, o dominio de si, y no ahogándonos en nuestros
defectos, o en los de los demás; o en las tribulaciones que por nuestra
falta de destreza en adquirir la alegría, no podemos cambiar.
Hay un pensamiento muy antiguo que dice: "Dame Señor, la
fortaleza para soportar lo que debo soportar, para cambiar lo que
debo de cambiar, y sabiduría para distinguir la diferencia".
Yo creo que, soportar, lo que se llama soportar, no creo que
debemos de hacerlo. Creo que todo se puede transformar; pero si
hasta ahora no he adquirido la sabiduría para no producir en mi
existencia sucesos desagradables, por lo menos puede transformarlos
con el propio vencimiento.
Se cuenta de la vida de Santa Teresita del Niño Jesús, que le
molestaba tanto el ruido que con el rosario hacía una de sus
hermanas en religión durante la meditación, que le causaba gran
sufrimiento y la distraía grandemente. Sentía el deseo de pedirle a la
religiosa que cesara de hacerlo, pero la Santa encontró en esta
dificultad la oportunidad del vencimiento de uno mismo, y se esforzó
no en no oír el ruido, sino en transformarlo, imaginándose que ese
40
molesto ruido era una hermosa sinfonía que la elevaba al Señor, y lo
logró; como tú puedes también lograr transformar eso qué te molesta
y no está en tu mano cambiarlo en el exterior, pero sí en tu interior.
Si tu no puedes cambiar la conducta de una persona que te
molesta, recuerda que sí puedes cambiar su apreciación en tu propia
conducta.
Recuerda que estamos en este mundo para hacer surgir las
excelencias del mundo perfecto espiritual e invisible, al mundo
tangible de la materia; pero no en el mundo de los demás, sino en tu
propia vida. Y lo más gracioso es que, una vez que cambias la tuya,
aunque sea sin proponértelo, influyes maravillosamente en el mundo
de los demás.

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Presencia de Dios
Artísticamente se ha representado a Dios como un venerable
anciano lleno de bondad, y a veces también de ira. . .
¿no será eso la manifestación de un humano y no de Dios?
Yo creo que Dios es algo tan bello, tan sublime, tan infinito que se
le puede llamar el indescriptible; pero para darnos una idea de El, lo
podemos comparar con lo que nos produce la grata sensación de lo
bello, de lo agradable, de lo bueno, como la alegría al oír el trino del
pájaro; es como la deliciosa caricia de la brisa; es como la sensación
de descansar después de una larga jornada; es tan dulce sentirlo como
cuando experimentas el gozo de estar junto al ser amado. Es tan
reconfortante como la sensación de saciedad después de padecer
hambre, es en fin tan extraordinario como el éxtasis que
experimentas ante una hermosa puesta de sol, pensando: si así es la
creatura, ¿cómo será su "Hacedor"? Es el Amor, es la plenitud
misma. Y esa plenitud lo invade todo, no hay en el universo entero
un sólo milímetro en donde no esté, y por consiguiente no hay lugar
ni momento alguno que no esté lleno de su plenitud: de paz, de amor,
de salud, de armonía, de prosperidad, en fin, de todo aquello que
puedas desear, y más todavía: de lo que ni aún siquiera te puedes
imaginar.
Pero sucede que tenemos MIEDO de saberlo, y mas: de vivirlo.
Nos pasa como aquellos pastorcitos a quienes les dijo el ángel: "No
temáis porque he aquí que os doy nuevas de gran GOZO, que será
para todo el pueblo: que os ha nacido hoy en la ciudad de David, un
Salvador que es Cristo, el Señor. . ." Parece mentira, pero a veces nos
da miedo el gozo, por eso el Ángel les advierte a los pastorcillos que
no teman, que no tengan miedo por tener una visión celestial como
tampoco por las buenas nuevas: que ha nacido el Cristo, el Salvador.
Cuando oímos este relato esbozamos una sonrisa de compasión
por los "pobrecillos pastores", sin caer en la cuenta que es más

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grande el miedo que experimentamos nosotros, aunque no sea a nivel
consciente, de descubrir el Cristo o parte divina que ya mora en
nosotros; de encontrar que en realidad el Cristo ya nació en la ciudad
de tu interior, y que está animando todo lo que existe. Todo lo que es.
Dios es tu verdadero ser. Es el hálito divino que infundió Dios al
hombre y por el cual existe, es decir, el hombre sale al exterior o
fuera del Ser para manifestarse, pero sin desprenderse del Ser, quien
es el Cristo, o parte divina que lo anima.
Atrévete a descubrirlo dentro de ti. Atrévete a descubrir esa
presencia divina. Cuando se vive intensamente la presencia de Dios,
no se sufre el miedo a nada, suceda lo que suceda, se vive en una
gran paz interior inquebrantable.
Cuando vivimos sólo en el mundo exterior o superficial, sufrimos
infelicidad, porque el hombre tiene sed de inmensidad, y las cosas
finitas o limitadas no la pueden saciar; sólo lo infinito sacia lo
infinito, tenemos que satisfacer nuestra sed en nuestro interior, en el
Padre que mora dentro de nosotros.
¿Por qué se está triste? -Porque se piensa una cosa, se desea otra y
se tiene otra.
Vivimos en el mundo de los efectos o formas, y decimos: "Yo soy
realista, sólo creo en lo que veo, en lo que toco, como esta mesa que
está frente a mí; pero no caemos en la cuenta que esa mesa es
exactamente el efecto o producto de la idea de la mesa cuando se
mandó hacer; y si aún permanece, es porque aún persiste la idea.
Cuando cambie la idea, dejará de estar ahí, o de permanecer así,
ya que cuando se piense en cambiarla de forma, se mandará a cortar
o mutar.
Esto nos da pie a pensar que si algo está apareciendo en nuestra
vida, es porque sigue apareciendo la idea en nuestra mente.
Por lo general tratamos de cambiar el mundo de los efectos, y lo
que debemos hacer, es cambiar la idea.

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Debemos trabajar en saber poner o quitar ideas en nuestra mente
según deseemos; para eso es muy conveniente practicar los sencillos
ejercicios que hacíamos cuando cometíamos un error en ortografía.
Por ejemplo: para fijar la idea en nuestra mente de que la palabra
hacer se escribe con h, nos hacían escribir diez o más veces la
palabra hacer con h, a fin de que esa idea se grabara en la mente. Lo
mismo se hace cuando un niño cierra bruscamente una puerta; para
corregirlo serían inútiles los regaños, lo mejor es que abra y cierre
correctamente la puerta diez veces seguidas. Cuando se hace una
dieta para adelgazar, lo que debemos de tratar de fijar es la idea de
ser delgado, o de estar en el peso deseado, aunque para ello tengamos
que hacer una dieta. Fíjate que la mayoría de las personas delgadas
creen que hagan lo que hagan no engordan, y no pueden engordar;
como también las personas con exceso de peso, tienen tan bien fijada
la idea de que con una sola galleta engordan, que logran con una sola
galleta subir de peso. Tienen la idea de que es difícil adelgazar, y
para esas personas lo es; porque para que algo exista debe de haber
una idea que lo sostenga, ya que nada procede de la nada. Y si hay
gordura, es porque se está creyendo en la gordura, y al creerla, se
crea por medio de la idea.
Tan pronto desaparezca la idea, la energía que la está formando se
desconcentra y deja de aparecer en el exterior o lo que llamamos real.
Si hay en tu vida algo que te lastima, es que estás creyendo en la
mentira.
Cuando un pintor realiza un cuadro, lo va haciendo conforme a la
idea que tiene de él; ya sea que esté preconcebido o se vaya ideando
en el momento, ya que para hacer cualquier trazo, tiene primero que
tener la idea de mover el brazo, porque aunque vaya improvisando,
no se están moviendo los brazos solos, fuera de su mandato. Pero
sucede que como toda creación del hombre es perecedera, aún antes
de que termine de pintarlo, ya muchas moléculas se han desprendido,
y empieza a desbaratarse de por sí solo, porque este mundo
transitorio está continuamente cambiando; aún las montañas que las

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vemos tan permanentes, aunque sea el cambio imperceptible, están
cambiando.
Luego, para que el cuadro no se deshaga por sí solo, tiene que
tener atrás de su existencia una idea que lo sostenga, y si no la hay,
su deterioro será más veloz; hasta que aparezca otra mente con la
idea de restaurarlo o conservarlo, el cuadro vuelve a mantenerse en el
mundo de las formas.
Me imagino que el mundo de las formas es como un gran espejo
que proyecta ideas.
Si tú te colocas enfrente de un espejo y sostienes con tu mano una
manzana, la imagen que proyectará el espejo será tu imagen con una
manzana en la mano. Pero si tú no quieres que aparezca esa manzana
en el espejo, por más esfuerzos que hagas por desaparecerla del
espejo, no lo lograrás si no la quitas primero de tu mano.
Lo que pasa en el mundo de las ideas, se verá reflejado en ese
espejo de tu vida. Por eso Sócrates dijo: "Dime como vives, y te digo
cómo piensas".
Deja de creer en la mentira de que hay falta real de bien en algún
lugar, ni en ninguna situación. En toda situación y en todo lugar, no
hay real más que Dios. Y Dios es abundancia de todo bien.
Deja de creer en la mentira de que hay falta de algo bueno en
algún lugar o situación. Cesa de creerlo para que dejes de crearlo, o
de reflejarlo en el espejo de tu vida.
Jesús nos contó la siguiente parábola: "HE AQUI, EL
SEMBRADOR SALIO A SEMBRAR, Y MIENTRAS
SEMBRABA, PARTE DE LA SEMILLA CAYO JUNTO AL
CAMINO Y VINIERON LAS AVES Y LA COMIERON. PARTE
CAYO EN PEDREGALES, DONDE NO HABIA MUCHA
TIERRA; Y BROTO PRONTO, PORQUE NO TENIA
PROFUNDIDAD LA TIERRA; PERO SALIDO EL SOL, SE
QUEMO; Y PORQUE NO TENIA RAIZ SE SECO. . ."

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Y cuando los discípulos le piden que la explique, les enseña:
"CUANDO ALGUNO OYE LA PALABRA DEL REINO, Y NO
LA ENTIENDE, VIENE EL MALO, Y ARREBATA LO QUE FUE
SEMBRADO EN SU CORAZON. ESTE ES EL QUE FUE
SEMBRADO JUNTO AL CAMINO. Y EL QUE FUE SEMBRADO
EN PEDREGALES, ESTE ES EL QUE OYE LA PALABRA, AL
MOMENTO LA RECIBE CON GOZO; PERO NO TIENE RAIZ
EN SI, SINO QUE ES DE CORTA DURACION, PUES AL VENIR
LA AFLICCION O LA PERSECUCION POR CAUSA DE LA
PALABRA, LUEGO TROPIEZA".
Fíjate que dice que la recibe con gozo, pero lo pierde como
nosotros perdemos el gozo de sabernos amados ante dificultades
aparentes en nuestra vida.
Tu gozo será real si echas raíces profundas, cuando ya has hecho y
sostienes la idea en tu mente; cuando no se funda en las apariencias.
Para ayudarte a establecer y sostener la idea, recuerda que todo es
bueno. Que no hay en realidad más que bien.
Lo que realmente hay en todo momento y en toda situación es
Dios, o sea todo lo bueno y perfecto.
Creemos en la mentira de que hay enfermedad; creemos en la
mentira de que hay carencia; pero Dios es omnipresente, luego si
Dios está en ese cuerpo que vemos o aparece enfermo, o en esa
situación que vemos desagradable, no puede haber ni enfermedad, ni
desagrado, lo que realmente hay es la salud y todo bien; pero si
creemos en la enfermedad, si vemos que nuestra cartera está vacía, lo
que estamos viendo es el exterior, lo que aparece, lo que no es, como
lo que se refleja en el espejo; la verdad es que Dios mismo está
dentro de mi cartera, y ahí hay abundancia, puesto que donde está
Dios hay plenitud de todo bien y prosperidad.
Al principio esto parece una idea loca, trata de practicarla, no
importa que los resultados a veces no sean los deseados.

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No importa que aparentemente ganemos poco, sigue intentando
hasta que tu Señor te diga: "BIEN, BUEN SIERVO Y FIEL: SOBRE
POCO HAS SIDO FIEL, SOBRE MUCHO TE PONDRE; ENTRA
EN EL GOZO DE TU SEÑOR". Al final aprenderemos a administrar
los bienes de Dios en nuestra existencia y entraremos en el gozo del
Señor aún en esta vida.
Recuerda: hay sólo Dios, todo lo aparente otro es mentira, no hay
tal cosa como mal real; y si todo es bien, ¿por qué traes la mano
vendada?
Porque aunque sé que sólo hay Dios (bien), mi mente tiene el
poder, por medio de la idea, de hacer aparecer lo que no es, como
espejismos.
Como en el caso de una torcedura, tengo que luchar con el
razonamiento y la verdad (con medidas físicas y mentales) para
quitar la idea de torcedura. Una vez que quite la idea, la torcedura
desaparecerá de por sí sola.
¿Cómo entonces suceden cosas que "ni idea tenía"?
Como no hay efecto sin causa, tuvo que haber la idea, aunque no
fuera a nivel consciente, así como cuando una mujer se embaraza, no
tiene "ni idea" de cómo se hace un pequeño corazón, o un par de ojos
(por decir un ejemplo) sin embargo, habiendo puesto las causas para
embarazarse, su mente lo hace todo a la perfección, como también
hace la mente a la "perfección" un tumor o una enfermedad.
Luego, si logro hacer clara la idea de lo REAL: que todo es bueno,
o que siendo Dios omnipresente no hay ausencia de bien en ninguna
parte, ni en ninguna situación (pobreza, enfermedad, etc.) mi mente
se encargará de hacer la creación física de lo que realmente hay: todo
bien. Si logramos ver que sólo hay Dios (bien), todo lo malo
desaparecerá.
Los sentidos, de los que tanto nos fiamos, nos engañan o nos
hacen equivocar. Frecuentemente oímos una cosa por otra; o el
sentido de la vista nos hace ver a distancia un toro tan pequeño que

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nos parece poder meterlo en una bolsa de mano. Cuando una persona
que vive en el ecuador, tiene frío, un esquimal tiene calor. Para
alguien un alimento puede estar salado, mientras que para otra
persona parece insípido; y sin embargo frecuentemente oigo decir:
"yo no me fío más que de lo que veo, o toco. . ."
Aprende que lo que verdaderamente hay es perfección,
abundancia, amor, todo bien, ya que lo que realmente hay en todo
momento y en toda situación es el Sumo Bien, o Dios. Luego, en
todas partes hay abundancia de bien en espera de ser usado, aunque
nuestros sentidos nos digan que hay enfermedad, o mal.
Antepón el conocimiento de que la enfermedad no es, sólo
aparece, y con determinación decreta por medio de tu mente, que
tiene el poder de producir lo exterior, que lo que realmente hay es
salud, puesto que ahí, en donde vemos el miembro dolorido, también
está Dios.
Si logras hacer esto, verás prodigios tan grandes, como ya los han
hecho los santos.
Procuremos que en adelante nuestra oración no sea: "dame la
salud", sino: "hágase tu voluntad, que se manifieste al exterior tu
presencia".
Fíjate cómo el Buen Jesús nos enseñó a DECRETAR. El decía:
"hágase", y no: "ojalá y que se haga tu voluntad".
Creo que la oración perfecta es "Hágase tu voluntad",
decretándola con la idea de que sabemos que el pensamiento del
Padre Santo es manifestar su perfecto Ser por medio de nosotros.
Por lo general creemos que cuando decimos: "Hágase tu
voluntad", es como someternos a un cruel verdugo, y hasta a veces
decimos con gran tristeza, y medio resignados: "ni modo, que se haga
la voluntad de Dios", sin caer en la cuenta que la voluntad de Dios
para nosotros significa más amor, más alegría, más salud, más
abundancia de todo lo bueno que nosotros pudiéramos desear, o la
mente más ambiciosa pudiera imaginar, porque es el buen placer del

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Padre, que el Cristo que vive en cada uno de nosotros, se muestre en
toda su plenitud; porque la creatura que manifiesta el bien, manifiesta
mejor al Padre de toda dádiva, que la que aparece carente de lo
bueno.
Intenta aprender una y otra vez, hasta que domines, el ver que
debajo de toda forma, de toda creatura, de toda situación está Dios: el
sumo bien, y ya es tuyo, con tal de que lo aceptes, tómalo en tu vida
por medio de la idea y del decreto.
Ya tienes el conocimiento de la presencia de Dios en todo, quita la
idea equivocada de que las formas son, ve que sólo aparecen, y haz
la idea de lo que realmente hay: todo bien en todo y siempre, y
cuando logres esto, la vida en la tierra terminará siendo un himno de
amor, de plenitud y de alegría.

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Ahora. . . practica.
Dice el Génesis: "Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí
que era bueno en gran manera. . . y acabo Dios en el séptimo día la
obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. . . y
bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó porque en él reposó de
toda la obra que había hecho de la creación".
Ya Dios hizo todo lo "que le tocaba hacer", ahora haz tú tu parte.
Fíjate qué dice la Sagrada Escritura: "y bendijo Dios al día séptimo, y
lo santificó. . ." cuentas con la bendición del Creador para que puedas
llevar al mundo de las formas, o tu mundo, la creación ya perfecta de
Dios. Animo, Dios mismo te santifica.
No es el deseo lo que hace el milagro, sino el decreto.
Cuando se pide algo se está decretando que no se tiene, ya que no
se pide lo que se tiene. El decreto echa a andar la maravillosa
máquina de la creación humana.
Es lo que decretamos en nuestra vida lo que aparece en ella; ya
sea que lo decretemos consciente o inconscientemente.
Tal vez tenemos mucho trabajo en remodelar nuestro
subconsciente, ya que decretamos la mayoría de las veces sin darnos
cuenta. Por ejemplo: cuando decimos con un gran aire de ser una
persona positiva: "Sí, yo no soy negativa, yo le pido a Dios que me
alivie. . ." y no caemos en la cuenta que si pedimos alivio es porque
estamos decretando enfermedad, y además, queremos que "Dios siga
trabajando", cuando El ya "descansó"; no, al que ahora le toca
trabajar es a ti, depurando tus decretos.
No decretes que "vas a aliviarte", decreta que ya te aliviaste; pues
si dices que vas a aliviarte, es porque en este momento te consideras
enfermo, y recuerda que nos dijo Jesús: "AQUEL QUE NO DUDE
EN SU CORAZON QUE YA TIENE LO QUE DICE, OBTENDRA

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LO QUE PIDE". ¿Crees que ya tienes enfermedad?, pues la tendrás.
¿Crees que ya tienes salud?, pues la manifestarás.
Me dirás: -¿pero cómo voy a decir que ya tengo salud cuando en
verdad estoy enfermo?- Yo te pregunto: ¿en "verdad", o es en
apariencia? Recuerda que lo que verdaderamente hay es salud (o
Dios en todo lugar) y cada vez que lo decretas, dejas escapar energía
de salud que tu mente se encargará de que esa energía no se pierda,
transformándola en salud.
En el momento mismo en que estás decretando salud, estás
liberando energía de salud, que no se puede perder, sino sólo
transformar exactamente en salud.
En lo particular me ha dado muy buen resultado cuando veo una
enfermedad, decir: tú en realidad no existes, vete fuera de aquí, eres
un espejismo, desaparece para dar paso a lo que verdaderamente hay:
Dios o la salud.
Repítelo cuantas veces necesites para sentirlo: Esto no existe, es
sólo un espejismo.
No quiere decir que esa enfermedad o esa pena que ahora me
aflige no esté ahí. Si está, pero está sobrepuesta a lo que en realidad
es.
Es como decir que la enfermedad está por fuera, como fruto de la
creación del hombre, y adentro está Dios (o salud) inundando
centímetro a centímetro ese órgano o miembro enfermo, esperando
que tú le des forma al exterior para irrumpir la salud en el mundo de
las formas, exteriorizándola por medio de tu libre albedrío.
No te dejes llevar de la apariencia. Ya Jesús nos había advertido:
"NO JUZGUEIS SEGUN LAS APARIENCIAS, SINO JUZGAD
CON JUSTO JUICIO".
No te dejes llevar por las apariencias, o lo que aparece como fruto
de lo pensado anteriormente. Personalmente sé que eso no es fácil, y
he tenido muy amargas derrotas; pero sé que se logra, y que si tú te

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empeñas en dar forma por medio de tu mente, al mundo real y bueno
que ya existe dentro de cada dolor, o pena, lo conseguirás.
A veces alguien me dice: "mira, yo cuando me levanto repito diez
veces: ya soy sana, ya soy sana, y. . . pues mira. . . todavía estoy
enferma. . . no funciona eso de los decretos".
No, yo creo que sí funciona, lo que pasa es que si en verdad
repetimos diez veces "estoy sana", ¿cuántas en ese mismo día
dijimos "estoy enferma"?
Nos levantamos con el ánimo grande de repetirnos a nosotros y
decretar "soy próspero", y lo decimos con gozo. . . pero ¿cuántas
veces dijimos ese mismo día: "no sé qué voy a hacer porque ya el
dinero no me alcanza para nada, todo está muy caro, no sé a dónde
vamos a parar" o con la mejor de las intenciones: "yo sé que voy a
salir de pobre", o "yo sé que voy a ser rico", sin darnos cuenta de que
lo que estamos haciendo son decretos de carencia junto con el deseo
de abundancia.
Para mejor entender esto, te voy a contar una historia que se dice
sucedió en un reino muy lejano, donde había un rey injusto quien se
enteró de que uno de sus súbditos había logrado encontrar la tan
buscada fórmula para convertir cualquier cosa en oro.
Ambicioso como era el rey, ordenó apresar y traer a su presencia
al sabio descubridor de la mágica fórmula, con el fin de obligarlo a
que se la diera, amenazándolo de muerte si no lo hacía.
El sabio lo increpó diciéndole: Eres injusto Oh soberano, pues
mandas privarme de mi libertad sin haber yo cometido delito alguno;
además, abusando de tu poder, quieres despojarme del logro de mi
trabajo al quitarme la fórmula para convertir cualquier cosa en oro.
-Sea lo que fuere -le dijo el rey- si tú no me das la fórmula te
mando matar.
A lo que el sabio le respondió -Es muy fácil, ¡oh soberano!,
primero sabe que las mejores y más bellas cosas de la vida son gratis

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y fáciles de alcanzar si te lo propones. Basta con que pongas tu mano
en lo que sea que tú quieras convertir en oro, y pronuncies la
fórmula: "cosa, cosita, yo te lo ordeno, conviértete en oro", que en
oro se convertirá.
El rey entusiasmado, tomó en sus manos una copa que tenía cerca
y dijo: "cosa, cosita, yo te lo ordeno: conviértete en oro", y cuál no
fue su sorpresa al ver que la copa se convirtió en oro. Tomó un plato,
y volvió a repetir la orden, y oh maravilla, el plato se convirtió en
oro, y así, repitió la fórmula sobre una silla, una mesa, y estaba tan
maravillado que no se percató de que el sabio se quería vengar de su
injusticia, y ordenó a sus soldados que lo pusieran en libertad.
Cuando el sabio ya tenía en sus manos el salvoconducto para salir
del reino, siguiendo su oculto plan de venganza, se vuelve al rey y le
dijo: -Ah, Majestad, se me olvidó decirte que si a la hora de decir el
conjuro, te viene a la memoria la palabra "abracadabra", el conjuro
pierde su poder. Así que no la recuerdes más.
Y cuenta la historia que el mal rey murió enloquecido sin haber
vuelto a poder convertir nada en oro, pues cada vez que iba a decir el
conjuro, se decía para sus adentros: "no tengo que acordarme más de
la palabra "abracadabra".
Así nos traiciona nuestro pensamiento humano cuando no
queremos que dude nuestro corazón siguiendo las enseñanzas de
Jesús: "QUE NO DUDE TU CORAZON QUE YA TIENES LO
QUE DICES, OBTENDRAS LO QUE PIDES".
Pero, ¿cómo le hago para que no dude mi corazón? ¿cómo le haría
el rey para no acordarse de la palabra abracadabra?
Si el sabio no hubiera querido vengarse del rey tirano, le hubiera
dado el "antídoto", le hubiera dicho: "Y si acaso te llegara a venir al
pensamiento la palabra abracadabra, para neutralizarla, repite cinco
veces la fórmula de: "Cosa, cosita, yo te lo ordeno; conviértete en
oro".

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Así yo también te digo, querido lector: cada vez que te sorprendas
liberando una energía indeseada, como "quiera Dios que me sane",
repite: "yo sé que Dios quiere mi salud, porque El no puede desear
nada malo, sino por el contrario: El quiere que se haga la voluntad de
Dios en la tierra como en el cielo. Yo soy sano". Y por una duda,
repite cinco veces lo contrario de lo que dudaste; así contrarrestas la
energía negativa liberada, con cinco energías positivas decretadas en
tu vida; y los resultados serán cinco veces más positivos por uno
negativo.
Cada vez que te sorprendas diciendo: "qué tonto soy", di cinco
decretos: "soy listo". Por un "no puedo", repite cinco: "Yo todo lo
puedo en Aquel que me conforta". Por un: "no sé qué hacer", cinco:
"Cristo es mi sabiduría". Por un "me encuentro triste", cinco: "yo sé
que Dios me ama y cuida de mí". Por un "no hay", o "no alcanza", di
cinco: "Dios es mi provisión, y toda abundancia es mía ahora".
"Que no dude tu corazón" no quiere decir que en caso de
encontrarme enferma, si utilizo una medicina inventada por el
hombre ya estoy dudando de mi curación. No. Lo importante es que
no dude que me voy a aliviar aunque para ello sea necesario utilizar
una medicina o someterme a una operación.
Claro está que si mi destreza en consolidar la energía por medio
de mi mente ya ha llegado a la fe de Jesucristo, o de los santos, no
necesitaría ningún remedio exterior, solamente bastaría con mi
pensamiento como medio para lograr el alivio; pero de ningún modo
creo que debamos renunciar como principio a las medidas exteriores,
pues Jesús mismo, quizá para apoyar la fe del ciego, utilizó tierra y
saliva cuando "Al pasar Jesús, vio a un ciego de nacimiento...
escupió en tierra, e hizo lodo con la saliva, y unto con el lodo los ojos
del ciego, y le dijo: VE A LAVARTE EN EL ESTANQUE DE
SILOE (que traducido es, Enviado). Fue entonces, y se lavó, y
regresó viendo", esto nos cuenta el evangelista San Juan.

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No quiere decir que la tierra y saliva devuelvan la vista a los
ciegos, sino que fue esto un punto de apoyo para ayudar a que no
dudara su corazón del gran milagro de fe de su curación.
Si tú crees que tal o cual medicina te va a curar, pues en buena
hora tómala, que así será: te curará. Lo importante está que no dude
tu corazón de que la salud ya es tuya desde ahora, y que si por alguna
cosa o suceso la pierdes, la puedes recuperar.
Cuando oramos queremos convencer a Dios de que nos dé las
cosas buenas de la vida, cuando es a nosotros mismos los que
debemos convencer de que ya las tenemos, por eso repetimos tantas
veces nuestra petición, para que llegue a grabarse en nuestro
subconsciente, y así lograr que la mente se dispare en conseguir lo
que quiere alcanzar; pero recuerda que es ahora a ti a quien le toca
trabajar en la gran obra de la creación del hombre, o sea de
manifestar en el mundo de la materia, y particularmente en tu vida, la
creación que ya hizo Dios y permanece como substancia invisible en
todas las cosas creadas, y recuerda que "era bueno en gran manera".
A manera de ejemplo podemos tomar un cuento que Anthony de
Mello nos relata en su libro Auto liberación Interior:
"Se cuenta que un árabe fue a visitar a un gran maestro y le dijo: -
Tan grande es la confianza que tengo en Alá que, al venir aquí, no he
atado el camello.
Y el gran maestro le contestó:
- ¡Ve a atar el camello, idiota, que Dios no se ocupa de lo que tú
puedes hacer!"
Recuerda que el gozo no se alcanza sólo con el conocimiento, sino
el poner en acción lo que sabemos.
Alégrate en toda situación, aún cuando veas que todo se
derrumba, alégrate, justamente para que no te lastime lo que se
derrumba. No se trata de tener sentimientos de alegría, sino de tener

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pensamientos de alegría. No es el sentir, sino el pensar y decretar lo
que hace que se maneje la energía.
No te desanimes, pues las derrotas a veces nos ponen tristes.
Cuando tratamos de no ver la pobreza que aparece en nuestra vida y
deseamos ver la abundancia que en realidad hay; cuando luchamos
por no terminar creyendo que hay enfermedad en ese miembro
adolorido sino lo que realmente hay es la presencia de Dios dentro y
fuera de él, y no lo logras, nos sentimos mal; pero alégrate, ya el
mismo Jesús te consuela cuando dijo: "VOSOTROS AHORA
TENEIS TRISTEZA, PERO OS VOLVERE A VER Y SE
GOZARA VUESTRO CORAZON". No te desanimes, sigue
intentando el practicar el conocimiento de la presencia real de Dios
en toda situación y en todo lugar.
A veces parece que no vamos a volver a ver la paz o la armonía
que andamos buscando, como cuando Jesús les decía a sus
discípulos: "AHORA TENEIS TRISTEZA", pero recuerda que esa
misma tristeza la puedes convertir en gozo si te esfuerzas por ver
más adentro de ese miembro adolorido; más profundo de esa
situación de carencia; más profundo de esa soledad que te hace
llorar.
No estás solo, Jesús mismo está contigo para ayudarte a que tú
veas y decretes la verdad de las verdades: "no hay más que Dios",
luego no hay más que bien, infinito bien, en todo lugar y situación. Y
a medida que logremos sacar al exterior esta gran verdad, iremos
resolviendo los problemas de la vida y mitigando los dolores de este
mundo.
No te desanimes, lo lograrás, y si parece que nunca sucederá eso,
por lo pronto sí lograrás mitigar gran parte de tus penas; pero si
persistes en no ver más que lo que realmente hay (Dios, o todo bien)
ya nada ni nadie te quitará tu gozo; y entonces verás prodigios
grandes en tu vida, a tal grado que exclamarás asustado, pero lleno
de gozo: verdaderamente yo soy hijo de Dios.

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Nunca como ahora ha habido tantos cambios en el planeta. La
tecnología nos impulsa cada día a vivir más y más de prisa, corriendo
el riesgo de deshumanizarnos.
Nos asustamos cuando oímos las noticias: la mayoría de las veces
pregonan actos de violencia y robos, y junto con nuestro susto,
lanzamos al aire decretos tan terribles como: "Ya no está uno seguro
en ningún lugar. . ." ¡cuidado! recuerda que somos fábricas de
pensamientos, y esto es manejar la energía, ¿cómo quieres tener un
mundo de paz y de amor, si por cada noticia que te impresiona lanzas
un "no se a dónde vamos a parar"? No, por cada noticia, tú encárgate
de contrarrestarla con un decreto que nos dejó el dulce Jesús en la
promesa de "LOS MANSOS GOBERNARAN LA TIERRA".
No quiere decir que vendrá un cataclismo que destruya las
ciudades y poblaciones, y que los buenos se quedarán y los malos se
morirán, no, todos nos vamos a morir, y. . . ¿quién gana más, el que
se queda o el que se muere?
Habrá el prodigioso cataclismo mental que sacudirá las
conciencias al darse cuenta de que cada uno es el arquitecto de su
propio destino, y que por medio del conocimiento, la fe, y el manejo
de la energía por sus decretos, cambiará el mundo y a su propia vida.
Volviéndose los que aparecían como malos, a su maravillosa realidad
de buenos, puesto que todos fuimos hechos por el gran "Hacedor", el
gran Artista que no deja perder ni una sola de sus ovejas.
Lo hecho por Dios está bien hecho, y Dios nos hizo a todos.
Entonces querido lector, no te dejes llevar por las apariencias, por las
cosas adversas que pasan en el mundo.
Te invito a que te integres a una cruzada que estamos haciendo.
Consiste en decretar las más veces que te sea posible esta afirmación:
"Las calles de mi ciudad están llenas de paz, de amor, de salud, y de
prosperidad; y como cuando liberamos energía para nosotros, como
decretar: "mi vida está llena de amor", inmediatamente pensamos:
"¿cuál amor?, si me siento muy solo", y nos pasa como al rey injusto,
que nos viene a la mente lo que no queremos decretar, como él se
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acordaba de la palabra abracadabra. Entonces, vamos a matar dos
pájaros con el mismo tiro. Cada vez que liberes la energía de "Las
calles de mi ciudad están llenas de paz, de amor, de salud y de
prosperidad", decreta también: "Y mi vida también". Porque cuando
hacemos el decreto para la ciudad lo hacemos libremente, no así
cuando decretamos algo para nuestra vida, y si metemos el decreto "y
mi vida también" inmediatamente, estamos liberando sin estorbos la
energía para nuestro provecho.
¿Cuántas veces lo vamos a repetir? -todas las que puedas. Ten en
cuenta que vamos a contrarrestar todo lo que ahora parece negativo.
¿Hasta cuándo?- hasta que lo logremos.
¿Cómo va a ser?- quién sabe. A ti te toca poner la causa y a tu
mente el realizarla.
No digas: "se necesita una revolución. . .", fíjate en el hecho tan
grandioso que estamos viviendo en este tiempo, cuando hemos visto
cómo el tan odiado muro que dividía a la ciudad de Berlín, se
derrumba y es trepado por niños y ancianos ante la mirada gozosa del
mundo.
Surgirá en tu nación o en tu ciudad lo inesperado, aparecerá un
cambio en la persona que ya gobierna; vendrá un redentor; no sé
cómo sucederá, pero sí sé que lo lograremos.
Tenemos que quitar ese humo mental negativo que flota en el
ambiente, mil veces peor que el emitido por vehículos y fábricas.
Es como si cada pensamiento positivo tuyo dejara escapar oxígeno
que contrarresta el ambiente viciado que hemos creado con
anterioridad.
Invita a tres personas, y que cada una de éstas, invite a su vez a
otras tres personas más a esta cruzada para mejorar el mundo,
empezando por hacer de tu propia ciudad, o en el lugar en donde
habites un sitio placentero y seguro para vivir.

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Deja que Dios mire a través de tus ojos. Ve como Dios ve, y
recuerda: "Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era
bueno en gran manera. . ."
Hay una frase maravillosa que siempre me conmueve
profundamente, que es: "Y Dios se miró a si mismo y se amó". Por
eso te ama tanto el Padre, pues eres El mismo en manifestación. No
estás ni lejos ni separado de Dios; eres uno con El, acuérdate: "QUE
SEAMOS UNO, COMO TU Y YO SOMOS UNO" pedía Jesús al
Padre en la última cena.
Por eso amamos al ser amado, porque el amor busca al amor. Por
eso podemos entender ese amor inmenso que Dios nos tiene, por eso
nos llama hijos, y por eso llegaremos a "SER UNO, COMO TU Y
YO SOMOS UNO" como lo pedía Jesús, y si Jesús lo pidió al Padre,
Este no pudo negárselo, porque nada le puede negar el Padre a Jesús;
luego si pidió que seamos uno con El, es porque ya lo somos, pero
tenemos que darnos cuenta de ello para poderlo vivir.
Adelante, ánima atribulada, alégrate con esta magna verdad: eres
uno con el Padre, porque "Dios se miró a sí mismo y se amó". Es
decir: El se mira a Sí mismo cuando te mira a ti. Sí, a ti, lector
querido.
No hay distancia entre Dios y tú.
Tu Cristo, o parte divina que ya hay en ti, contempla al Padre, y el
Padre al contemplarte a ti, se contempla a Sí mismo con infinito
amor.
La llave de toda la sabiduría consiste en que te des un tiempo
diariamente para hablar con tu Creador a solas, a dejar, por así
decirlo: que Dios se contemple a Sí mismo y se ame, para que tu
alegría sea manifiesta en el mundo.
Recuerda: la alegría anuncia que la vida ha logrado su propósito.
Alégrate porque es la voluntad de Dios; no olvides que la esperanza
de alcanzar la alegría se debe a que no estás solo, Jesús mismo está
contigo hasta la consumación de los siglos; para lograrla practica la

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presencia de Dios aquietándote y escuchándolo, tratando de
descubrirlo en cada momento, en cada centímetro cuadrado de su
creación, en fin, dejando que Aquel que te ama como se ama a Sí
mismo, vea a través de tus ojos, y ame a través de tu corazón.
Cuando hayas logrado esto, tendrás para siempre la alegría que
jamás te será arrebatada, y tu gozo será cumplido. Entonces, en una
divina unidad, el Padre, Jesús, y tú harán la luz sobre las tinieblas de
cualquier tristeza que trate de atacarte. Entonces tu vida será una
vibrante nota de alegría salida del corazón amoroso de Dios en la
prodigiosa sinfonía de la creación.
Que Dios te dé la paz y la alegría.

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I N D I C E

Pág.

Dedicatoria 5
Prólogo 7
¡Alégrate! 9
Porque es la voluntad de Dios 17
En qué se basa nuestra esperanza
para alcanzar la alegría 25
Cómo hago para vivir la alegría 29
Perdona 33
Presencia de Dios 43
Ahora. . . practica 51

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