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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO.

COLEGIO DE CIENCIAS Y HUMANIDADES VALLEJO.

GOMEZ MUÑOZ JOSEP LEVI

FISICA NUCLEAR Y EL NUCLEO.

INVIERNO DEL 2010.

GRUPO 669.

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INDICE.

FISICA NUCLEAR

Física Nuclear…………………………………………………….Pág. 3

Fuerza y energía de enlace nuclear ……………………………….Pág. 4

Estabilidad nuclear………………………………………………...Pág. 5

Reacciones nucleares………………………………………………Pág. 6

Radiactividad natural………………………………………………Pág. 7

Radiactividad artificial……………………………………………..Pág. 8

Velocidad de desintegración y constantes radiactivas……………...Pág. 9

Series radiactivas……………………………………………………Pág. 10

Reacciones de fisión y fusión……………………………………….Pág. 11

Bibliografía…………………………………………………………Pág. 12

~2~
FISICA NUCLEAR.

En este capítulo vamos a estudiar la rama de la física que se ocupa del estudio de
aquellos procesos en los que intervienen las fuerzas presentes en los núcleos de los
elementos, motivos por el que se denominan genéricamente reacciones nucleares.
La mayor parte de las reacciones nucleares se realizan de una forma artificial, para lo
que se sigue un procedimiento consistente en bombardear los núcleos de
determinados elementos con partículas dotadas de la suficiente aceleración. Como
resultado de la colisión, el núcleo bombardeado se transforma en otro núcleo al
tiempo que se produce una emisión de partículas, lo que se denomina radiactividad.
Sin embargo, en la naturaleza también existen núcleos cuya inestabilidad les conduce
a sufrir este proceso de forma espontánea; es el caso de la radiactividad natural.

~3~
FUERZA Y ENERGIA DE ENLACE NUCLEAR.

Como puede comprobarse al estudiar la estructura del átomo, núcleo de este se


encuentra formado por protones (partículas con carga + ) y neutrones ( partículas con
carga neutra) confinados en un espacio pequeño. La unión que establece entre
ambos tipos de partículas no pueden considerarse teniendo en cuenta simplemente las
fuerzas electrostáticas, ya que si estas fuesen las únicas fuerzas actuantes en el núcleo
la repulsión entre los protones provocarían que el núcleo no fuesen estables y que se
produjese su destrucción espontanea.

Por otra parte, sería de esperar que la masa de los núcleos fuese igual a la suma de
los protones y neutrones que los constituyen y , sin embargo, esto no es así, puesto
que la masa del núcleo es ligeramente inferior a la suma de la masa de sus partículas.

En efecto, en la formación de cualquier núcleo atómico a partir de sus


constituyentes se pierde una cierta cantidad de masa que se transforma en energía,
según la ecuación Einstein ( E = m · c2). Esta energía, corresponde a la necesaria
para la formación del núcleo se denomina energía de enlace nuclear. Cuanto mayor
sea el valor de la energía de enlace nuclear más estable será el núcleo atómico.
Habitualmente suele utilizar el valor de energía de enlace nuclear referida a un único
núcleo, que por ello se denomine energía media de enlace por el núcleo, y que resulta
del cociente entre la energía del enlace nuclear y el índice de masa. Los núcleos de
los elementos intermedios que presentan valores de índice de masa de tipo medio,
poseen unos valores de energía media de enlaces superiores a las de los elementos
ligeros y a la de los elementos pesados, que, respectivamente, muestran valores

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pequeños y grandes de índice de masa. Dicho de otra forma, los núcleos de los
elementos ligeros y pesados resultan menos estables que los intermedios.

ESTABILIDAD NUCLEAR.

Los núcleos de los elementos ligeros se encuentran formados aproximadamente por


el mismo número de protones (lo que en cada elemento viene determinado por su
número atómico, Z) y de neutrones (N); sin embargo, al aumentar el número atómico,
es decir el número de protones, la cantidad de neutrones no aumenta de forma
proporcional, sino que lo hace más rápidamente. La razón de este mayor aumento en
el número de neutrones con respecto al de protones se incrementa, por lo que resulta
necesario un mayor número de neutrones y protones (N/Z) hace que los núcleos sean
estables. Todos aquellos núcleos en los que no se siga esta proporción son inestables
y, en consecuencia, van a buscar la estabilidad mediante la emisión de partículas que
modifican el número de protones, de neutrones o ambos, hasta que la relación entre
los mismos sea estable. No obstante, en la naturaleza podemos encontrar ciertos
núcleos de elementos que son inestables, independientemente de la relación que
presenten entre el número de neutrones y de protones, simplemente por el hecho de
presentar una gran cantidad de nucleones. Estos núcleos se denominan núcleos
radioactivos naturales. Por otra parte, existen también núcleos inestables con un
pequeño número de nucleones que se obtienen de forma artificial y que, por ello,
reciben el nombre de núcleos radiactivos artificiales.

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REACCIONES NUCLEARES.

Como ocurre en muchas otras disciplinas científicas, el campo de estudio de la


física se solapa en gran medida con el de la química, especialmente en el área que nos
concierne referente a la actividad de los núcleos atómicos.

Las reacciones químicas se definen como aquellos procesos de interacción entre los
átomos o moléculas de determinados reactivos que conducen a la formación de unos
determinados productos. Pues bien, la interacción entre dos o más átomos o
partículas en la que intervienen las fuerzas nucleares es lo que se denomina una
reacción nuclear.

Las transformaciones nucleares artificiales se suelen llevar a cabo mediante el


bombardeo de un núcleo con una partícula, lo que conduce a la formación de un
núcleo y otra partícula diferente. Por lo general, las partículas utilizadas son
partículas alfa ( He), neutrones (n), protones (H) y electrones (e).

El bombardeo de un núcleo con una partícula se encuentra obstaculizado por la


barrera de potencial que crea la carga nuclear y que tiende a rechazar la acción de la
partícula. Dado que los núcleos tienen carga positiva, la barrera de potencial será
especialmente intensa ante partículas que también poseen carga positiva, como es el
caso de los protones y las partículas alfa. Sin embargo, en el caso de partículas
carentes de carga, como es el caso de los neutrones, la barrera de potencial creada por
el núcleo es nula, por lo que dicha partículas son utilizadas frecuentemente en las
reacciones nucleares cuando se emplean partículas cargadas positivamente como
proyectiles es necesario aumentar previamente su energía; para conseguirlo se
utilizan los aceleradores de partículas. Este tipo de procedimientos ha permitido
obtener elementos no conocidos anteriormente y, por lo tanto, inexistentes en la
naturaleza, tal es el caso de los transuránidos, como son el neptunio (Ne) y el
plutonio (Pu).
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RADIACTIVIDAD NATURAL.

En la naturaleza, los núcleos con valor de Z igual o superior a noventa son


inestables, independientemente del valor que tenga la relación entre su número de
neutrones y protones (N/Z), lo que es debido al elevado número de cargas que
contienen sus núcleos. La transformación de estos núcleos conlleva la emisión de
partículas mayores que los neutrones o los electrones; habitualmente la partícula
emitida es un núcleo de helio (He). La radiactividad natural fue descubierta por el
físico francés Becquerel, cuyos trabajos fueron posteriormente desarrollados por los
esposos Curie, Rutherford, por su parte, estudió la naturaleza de las radiaciones
emitidas por los elementos radiactivos naturales, sometiendo dichas radiaciones a la
acción de campo eléctricos y magnéticos. De esta forma estableció los tres tipos de
radiaciones que son emitidas por los átomos pesados inestables.

a) Radiaciones α (alfa), formadas por núcleos de helio(He)


b) Radiaciones β (beta), formada por electrones (e)
c) Radiaciones γ (gamma), que consisten en una radiación electromagnética
formada por fotones, con un gran poder de penetración.
Fue Rutherford, junto con Russell, Fajans y Soddy, quien estableció en 1902 las
leyes de desplazamiento radiactivo, que establecen que la emisión de radiaciones alfa
o beta por parte de los elementos radiactivos conducen a la formación de un nuevo
elemento. Estas leyes se fundamentan en los puntos siguientes:
1.- Cuando un núcleo radiactivo emite una partícula beta, se transforma en un nuevo
núcleo con un índice de masa igual y un índice de carga aumentado en una unidad.
2.-Cuando un núcleo radiactivo emite una partícula alfa, se transforma en un nuevo
núcleo cuyo índice de masa está disminuido en cuatro unidades y su índice de carga
lo está en dos.
3.- Cuando un núcleo radiactivo emite un fotón se obtiene el mismo núcleo en un
estado de energía diferentes, sin que varíen el número de protones ni el de neutrones.

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RADIACTIVIDAD ARTIFICIAL.

Al bombardear núcleos estables con partículas dotadas de la suficiente energía, se


van a formar núcleos inestables que se descomponen de diversas maneras, según la
relación entre el número de neutrones y el de protones que poseen.
Cuando esta relación (N/Z) es mayor que la estable, la única manera que tienen tales
núcleos de conseguir la estabilidad es mediante una disminución en el número de
neutrones, lo cual se puede conseguir a través de la emisión de los mismos o
mediante la formación y expulsión de partículas β (electrones), von lo que se
eliminan del núcleo unidades de carga negativa, efecto que equivale a un aumento en
las unidades de carga positiva.

La inferior a la estable, la transformación en un núcleo estable se conseguirá


mediante el aumento en el número de neutrones, la disminución en el de protones o
ambos procesos a la vez. Esto se puede conseguir mediante la emisión de positrones
(electrones positivos e) o mediante de electrones de la corteza electrónica, proceso
que se denomina captura K, por ser los electrones de esta capa (la capa K, la más
cercana al núcleo de la corteza electrónica) los que se capturan.

VELOCIDAD DE DESINTEGRACION Y CONSTANTES RADIACTIVAS

Las transformaciones radiactivas pueden considerarse como un tipo especial de


reacciones irreversibles. Las reacciones irreversibles son aquellas que solo se

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verifican en una reacción, por ejemplo, la formación de un producto a partir de la
combinación de los reactivos; una vez formado dicho producto la reacción no puede
transcurrir en sentido contrario. En este tipo de reacciones la cantidad de una
sustancia transformada en un determinado intervalo de tiempo es proporcional a la
cantidad de sustancia inicial. Cuando se dispone un determinado intervalo de tiempo
es proporcional a la cantidad de sustancia inicial. Cuando se dispone un determinado
elemento radiactivo con un número inicial de átomos, no todos se van a transformar a
la vez, sino que la transformación va a afectar a un número determinado de átomos
por unidad de tiempo es lo que se conoce como velocidad de desintegración, que
viene determinada por la siguiente expresión;

V=dN= KN
dt

donde V: velocidad de desintegración; N:número de átomos sin desintegrar; t:


tiempo; K: constante de desintegración.

Una constante que se suele utilizar con mucha frecuencia en los procesos de
transformación radiactiva es el llamado período de semidesintegración, que se define
como el tiempo necesario para que se desintegre la mitad de una cantidad
determinada de sustancia radiactiva.

Otra constante también muy utilizada es la llamada vida media, que se define como
la inversa de la constante de desintegración.

Tanto los valores de velocidad de desintegración, como de período de semi-


desintegración y vida media, se reúnen bajo la denominación genérica de constantes
radiactivas.

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SERIES RADIACTIVAS.

Cuando un núcleo radiactivo, ya sea natural o artificial, se transforma en un nuevo


núcleo mediante la emisión de radiación, puede suceder que el nuevo núcleo así
formado sea estable y, por lo tanto, cese el proceso radiactivo, o bien puede ocurrir
que sea inestable y necesite estabilizarse a su vez emitiendo algún tipo de radiación.

Este proceso puede ocurrir en varios pasos, cuya etapa final consiste en la
formación de un núcleo estable, que por lo general suele ser un núcleo de plomo. El
conjunto de todos estos núcleos recibe el nombre de serie radiactiva. En la
naturaleza se conocen tres series radiactivas, la del torio, la del actino y la del urano
que terminan todas ellas en un núcleo estable de plomo. En estas series, la
transformación de un núcleo en otro puede producirse mediante la emisión de una
partícula α o bien emitiendo una partícula β. En el primer caso, la masa del nuevo
núcleo va a verse disimulada en cuatro unidades mientras que en el segundo la masa
del núcleo resultante sigue siendo la misma. Por eso, la masa de los núcleos de una
seria puede definirse mediante la expresión (4n + q), donde n es un número entero
variable y q es una variable que toma el valor de 0 en la serie del torio, 3 en la del
actinio y 2 en la del urano.

Según esto, sería lógico pensar que ciertos elementos radiactivos existentes en la
naturaleza fuesen agotándose progresivamente hasta terminar por desaparecer. Es el
caso del núcleo del torio, cuyo periodo de desintegración es de tan solo 578hrs; sin
embargo, no terminan por desaparecer completamente, ya que esta regenerado de una
forma continua a partir de la desintegración del uranio. El caso del torio, es
aplicable en todos los elementos que constituyen en una serie radiactiva, puesto que
su velocidad de formación a partir del elemento que les precede es la misma que la

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velocidad con la que se desintegra en el elemento siguiente, es decir, se encuentra en
un estado de equilibrio radiactivo.

REACCIONES DE FISIÓN Y FUSIÓN

Como ya vimos al principio del presente capitulo, los núcleos intermedios poseen
unas energías medias de enlace por núcleo superiores a las que presentan los núcleos
pesados y ligeros. De esta forma, sería de esperar que se produjera espontáneamente
la desintegración de un núcleo más pesado en dos núcleos intermedios, como la unión
de dos núcleos ligeros para dar lugar a un núcleo intermedio. Tanto en uno como en
el otro caso, tiene lugar a una liberación de energía; el primero de estos procesos se
denomina fisión y el segundo fusión nuclear. Aunque la descomposición de
elementos pesados en otros más ligeros se energéticamente favorable debido a la
mayor estabilidad de los núcleos obtenidos, el proceso se ve cinéticamente impedido
a una elevada energía de activación que requiere. Por eso, el proceso de fusión
nuclear no ocurre de forma espontanea y es necesario suministrar una cantidad de
energía inicial que normalmente se consigue mediante el bombardeo del núcleo
pesado con una partícula acelerada. El elemento más utilizado en los procesos de
fisión es el uranio 235, que al ser bombardeado con neutrones se fisiona originando a
su vez dos neutrones que pueden servir para bombardear a otros dos núcleos de
uranio, y así sucesivamente.
De esta manera, una vez que se ha iniciado el proceso, los neutrones originados en
el mismo resulta suficientes para mantenerlo, de tal forma que, a medida que avanza,
el número de los mismos aumenta, razón por la que se denomina reacción en cadena.

La cantidad de energía liberada en la fisión de un solo núcleo es muy elevada. Esta


cantidad se ve además incrementada en gran medida al producirse la desintegración
de un gran número de núcleos en un corto espacio de tiempo, motivo por el que ha
sido utilizada en la elaboración de energía en los reactores nucleares y es, así mismo,
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el fundamento de la bomba atómica. En el caso de los reactores nucleares, se
utilizan materiales como agua pesada o grafito que, mediantes choques elásticos con
los neutrones, disminuyen sus valores de energía. Por otra parte, se utilizan barras
de boro cuya misión consiste en absorber el exceso de neutrones, con lo que puede
mantenerse la reacción bajo control.

Mucho más energético que la fisión es el proceso de la fusión nuclear y aunque


también está energéticamente favorecido, necesita asi mismo valores de energía de
activación mucho mayores que los requeridos en un proceso de fisión, del orden de
millones de grados. La energía liberada en el proceso de fusión tiene un carácter
explosivo, por lo que ha sido utilizada para la fabricación de las bombas de hidrogeno
o termonucleares. En la actualidad, el objetivo de la física nuclear es controlar el
proceso de fusión par que pueda ser utilizado como fuente de energía.

BIBLIOGRAFIA.

• Enciclopedia Interactiva Milenio


“FISICA Y QUIMICA “
~ 12 ~
Pág. 129 - 136
Autor: María Luisa Méndez (Lic. en biología)
Editorial Cultural Monitor
Edición 2002

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