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SINOPSIS
Mientras estaba la zona distensión y la situación no era muy buena en cuanto a orden
público, una misionera de la Consolata pensó en crear algo que alejara a los niños del
conflicto armado, en orientarlos hacia una buena calidad de vida, donde ese pudieran
expresar por medio de dibujos y cuentos. Y así se fue construyendo este proyecto,
con mucho amor y dedicación que inició con un desarme de los juguetes bélicos en
todos los colegios de este municipio caqueteño, entregando en reemplazo de estos
elementos, libros para su entretenimiento y educación.
Yo, Mónica Lorena Rosada Romero, al iniciar a mis 9 años en este lugar, he estado
en todo el proceso, participando activamente de cada evento y siendo representante de
su metodología, de esta forma San Vicente ya no es conocido solamente por ser
antigua zona de distensión sino porque su gente está luchando pero para un futuro
mejor.
Tanto que por los esfuerzos de la Hermana Reina, obtuvo y bien merecido el Premio
Nacional de paz en el 2007 y así como muchos reconocimientos a nivel nacional. Y
con buenas bases que me brindaron estoy en séptimo semestre de Comunicación
social, cuando hace aproximadamente 10 años me nació la vocación de ser periodista
al iniciar en la emisora comunitaria del pueblo.
FORMATO
PONENCIA
RESPONSABLE
VII SEMESTRE
UNIVERSIDAD DE BOYACÁ
TUNJA
CELULAR: 3114894543
OTROS DATOS:
En 1997 me integré al Círculo de Lectura Infantil y Juvenil, cuya finalidad fue que
los niños aprovecharan el tiempo libre leyendo cuentos e inventaran sus propias
historias.
Este proyecto me abrió muchas puertas, además influyó bastante para que decidiera
por la comunicación social.
Si se nombra a San Vicente del Caguán, ¿cuál es la primera imagen que piensa, qué
palabra utilizaría para definirlo?
Con los medios de comunicación encargados por ese tiempo de transmitir toda la
información y el proceso de los diálogos de paz, se remitieron a mostrar el lado
negativo del pueblo, las noticias que se acostumbraron a ver por la televisión fueron
de violencia y conflicto; un pueblo que permanecía en el anonimato, de pronto se dio
a conocer a través de una imagen cuyo aporte fue el desprestigio, tanto al municipio
como a sus habitantes. ¿Por qué? La respuesta es sencilla, se notó la discriminación
de los sanvicentunos, a quienes lo tildaban de guerrilleros y guerrilleras.
Cuando salí de San Vicente en el año 2006, aun la gente estaba prevenida con todo lo
que viniera de la “zona de distensión”, cuando entré a la Universidad en Tunja, los
estudiantes y profesores entre chistes y chanzas me trataban con ese infame título de
“guerrillerita” o de que mi educación era financiada por Tirofijo, pero era el
pensamiento se habían formado por mirar a una sola cara de la moneda, faltaba sacar
a relucir el otro lado y mostrarle al país y al mundo que en el Caquetá y en especial
San Vicente estaba trabajando por la paz, que sí existían personas que luchaban pero
por este anhelado sueño de conciliación, ya era hora de sacar noticias diferentes, que
hablaran del progreso y de la cara amable de sus habitantes y de la región.
Es así como una mujer, la Hna. Reina Amparo Restrepo, muy entregada a su labor de
Misionera de la Consolata, quien llegó a este municipio en el año 1996 y se encontró
de frente a este gran conflicto, con niños sumergidos en una situación de violencia a
la cual no pertenecían, con sueños truncados de superación y proyectados hacia un
mismo ideal, el de formar parte de las filas guerrilleras, y es por esta situación que
decide tomar cartas en el asunto y crear un proyecto en el cual los niños se
convirtieran en constructores de paz.
En este municipio donde los juegos bélicos eran los protagonistas y los niños se
imaginaban en un campo de guerra, donde se perdían los anhelos y los sueños de
superación, donde se divisaba como oficio raspar coca o el denominado “raspachín”
o las mujeres a ser simplemente amas de casa sin ninguna meta en especial, nace un
hermoso proyecto que ayudaría a la comunidad a involucrarse directamente con sus
necesidades e incentivar a sus hijos a un futuro mejor, cultivando la responsabilidad
ciudadana para la paz en un pueblo caqueteño que iniciaba un duro proceso.
Esa misma niña y todos los habitantes vivieron por los años de 1998 y 1999 en San
Vicente del Caguán, durante el gobierno del presidente Andrés Pastrana todo el
proceso de paz, cuando se decidió declarar a este municipio como zona de distensión
con tal de adelantar las mesas de negociaciones con las FARC y buscar una solución
con el diálogo a la violencia, pero la situación que se vivía era de miedo y de
incertidumbre, era similar a un pájaro enjaulado sin ningún tipo de opinión, sin poder
salir de ese lugar ni mucho menos alguien entrar a formar parte de esa nueva
comunidad.
Ahora al verme frente a un espejo logro distinguir en esa imagen que se refleja a esa
niña que sonríe agradecida, que después de diez años, me veo como estudiante de
comunicación social pero todo debido al impulso y apoyo de esa gran persona, esa
mujer, que fue como una madre que aunque dedicada al servicio de Dios, ha tenido
muchos hijos prestados y se ha preocupado por su bienestar y formación, ella es la
Hermana Reina Amparo Restrepo, una de las personas más importantes en mi vida,
me abrió sus puertas, me ayudó a construir mis alas y poco a poco me brindó las
herramientas para aprender a usarlas y emprender el vuelo hacia un nuevo mundo de
imaginación, a un mar de sueños.
Es así y por la problemática social vivida que inicia el proyecto llamado Círculo de
Lectores Infantil y Juvenil, una posibilidad al cambio, una luz en medio de tanta
penumbra y expectativa, donde no se pudo dar un voto de aceptación sino solamente
acoplarse a un nuevo estilo de vida. El Círculo de Lectores Infantil y Juvenil para la
educación a la paz y a la convivencia es un proyecto lúdico que, mejorando el empleo
del tiempo libre, mediante la literatura infantil y juvenil beneficia el desarrollo
integral de los niños y niñas en las comunidades de San Vicente del Caguán y otros
sitios de Colombia.
Cuenta la Hermana Amparo que una tarde llegó a la casa un niño a leer un cuento y
esto fue suficiente para empezar a gestionar las reuniones, la primera etapa ocurrió de
octubre a diciembre del 97 con un desarme infantil, al ver que el propio comercio
estaba inundando el pueblo con juguetes de guerra, como armas, pistolas, soldados,
entre otros, y los niños estaban desaprovechando su tiempo libre en jugar a los
pistoleros, a policías y bandidos o simplemente a quedarse en sus hogares. El lema
que se utilizó fue “Para un mañana mejor, desarma al niño de hoy”, consistió en que
estas personitas entregaban sus juguetes bélicos y a cambio obtenían un libro.
Además añadió “El reto era no dejar a los pequeños con sus manos vacías, así es que
me di a la tarea de realizar el sueño de ver niños, niñas y jóvenes aficionados a la
lectura que les ayudara a superar las lagunas en su aprendizaje, utilizando una linda
colección de literatura infantil que aportaron algunas entidades y familias y
aprovechando las fiestas de NAVIDAD, fui haciendo la invitación a los que
quisieran pasar unas horas leyendo cuentos... en la casa de las HERMANAS
MISIONERAS DE LA CONSOLATA.”
Recuerdo muy bien ese momento, los medios de comunicación se enteraron del
suceso y se acercaron a grabar para ser testigos de algo que apenas iniciaba, donde se
estaban sembrando las semillas que irían creciendo poco a poco hasta dar jugosos
frutos y convertir a un pueblo que era sinónimo de violencia en un símbolo de paz.
Los niños que participaron en el evento estaban muy contentos, era muy satisfactorio
ver la energía como destruían esos juguetes, fabricados de diferentes materiales, los
de madera se incineraban en una fogata, era un símbolo de cómo al menos en ese
instante reinaba la paz, y la violencia era vencida. Lo mejor es que esos mismos niños
fueron los primeros en formar los círculos de lectura; como yo veía tantos libros de
una vez quede prendada de colores, de magia y de mil historias y de igual forma quise
formar parte de ese grupo, que tanto me aportaría.
Ya en su evolución el lema cambió para ser más contundente quedando así “PARA
UN MAÑANA MEJOR, ARMA LA MENTE Y EL CORAZÓN DEL NIÑO DE HOY
CON SABIDURÍA Y AMOR”, y así fue llegando una persona, después cuatro, seis,
hasta formar un grupo considerable de personitas interesadas en jugar un rato, de
encontrarse con nuevos amigos y de entretenerse con un buen cuento, para dibujarlo y
colear apenas lo hubiera terminado.
Para una mayor instrucción y enseñanza a los niños también los guías debían
aprender, es así como se obtiene la colaboración del Colegio Dante con un grupo de
28 jóvenes del grado 11 que prestó (y siguen prestando hoy con los estudiantes de
grados 10º y 11º) su servicio de trabajo social, llevando por los barrios una biblioteca
ambulante, recreando unas horas en cada barrio a grupos deseosos de leer.
Para demostrar el esfuerzo durante el año de tanto guías como integrantes se organiza
un centro literario, en este se recopila fotos, videos y todos los trabajos realizados por
los niños y jóvenes, generalmente se lleva a cabo en noviembre. Aquí participa
activamente los padres de familia, ya que están pendientes de hacer los trajes de las
dramatizaciones y lo mejor es que se une la familia con tal de apreciar su
presentación, los niños se transportan a otro mundo, se pintan, se disfrazan y ese día
son felices.
Otra de las herramientas utilizadas son los talleres de literatura, no se pretende que se
queden en la lectura sino que inicien a crear sus propios cuentos, para publicar sus
mensajes, dibujos, sueños, entre otras, con tal de darlos a conocer a todos, aparte de
esto es un incentivo para ellos, viendo algo que otras personas lo están leyendo, en
especial, es un orgullo muy grande. Como experiencia lo digo, porque al ver mis
cuentos y mis muñecos publicados fue una alegría gigante para mí y se lo mostraba a
todo el mundo.
Además el espacio que se abrió en la emisora “Ecos del Caguán” todos los sábados de
9 y media a diez de la mañana, brindó la oportunidad de que los niños junto con sus
guías compartieran con sus habitantes todas sus creaciones y sus experiencias, no
sólo leían cuentos de otros sino que iniciaron a leer los propios, historias llenas de
esperanza, de amor y de un nuevo mundo donde reinaba la paz.
En esta sociedad que cada día se encuentra más perdida e indiferente ante el dolor de
un pueblo, lo único que nos queda es seguir luchando por conseguir la paz, por medio
de enseñanzas desde lo más pequeños. De igual forma desde nuestro diario vivir, con
pequeñas acciones se pueden lograr muchas cosas positivas y se puede dar el cambio
tan anhelado.
Metodología Del Círculo De Lectura Infantil Y Juvenil
Me gané varios regaños de parte de la Hermana, no malos, más bien consejos para
mejorar porque sabía que quería que saliera adelante y continuara activa con el
Círculo de Lectores y no me fuera apartar porque yo fui una de las pioneras en la
emisora comunitaria de San Vicente, Ecos del Caguán”.
Otra experiencia muy bonita que se agregó a mi vida fue cuando a mis nueve años,
por primera vez volé en avión a Bogotá para representar al Caquetá, iba con la frase
somos Constructores de paz, además de mostrar las tradiciones caqueteñas, a partir de
este suceso vinieron nuevos eventos, factor que me hacía sentir que de verdad estaba
cumpliendo con la tarea que me había propuesto, divulgar y hablar sobre este
proyecto que estaba beneficiando tanto a san Vicente.
Nos reunimos muchos niños de todas partes del país donde compartimos diferentes
proyectos, se organizaron actividades y conocimos más de nuestra hermosa
Colombia, a pesar de mi corta edad, sabía que cargaba con una responsabilidad muy
importante, en mis manos estaba dejar en alto el nombre del departamento. Otro
evento importante fue el I Encuentro de Gobernadores por la infancia y la
adolescencia, cuya sede se estableció en Bogotá, en este se debatió aspectos como las
problemáticas que agobian a este grupo poblacional, donde los gobernadores se
comprometían ante el procurador implementar programas donde se tuvieran en
cuentan los niños, niñas y adolescentes.
Ha sido un gran apoyo para determinar mi profesión porque el contacto directo con
la radio y con el programa que estuve dirigiendo por casi dos años, logré decidirme
por estudiar Comunicación social, una hermosa carrera que implica conocer todo lo
social y así ayudar a una comunidad, más en conflictos armados para que una nueva
forma de comunicación solucionen las dificultades. Llegar a la radio fue lo más
importante en mi vida, amo la radio porque se puede llegar al lugar más apartado con
un mensaje de paz y es un buen canal para darle la oportunidad a los niños y a los
grandes de poder expresarse.
El Círculo de Lectura ha sido una gran estrategia para el desarrollo de San Vicente
del Caguán, en ningún momento se ha decaído, por el contrario, cada día crece con
más fuerza y con más reconocimiento, para resaltar esa labor tan bella que se realiza
fue merecedora del Premio Nacional de Paz en el año 2007, recursos que sirvieron
para financiar nuevos proyectos y para sacar las nuevas cartillas. Gracias, mil gracias
a la Hermana Reina Amparo, a la profesora Beatriz Loaiza, coordinadora del
proyecto y que fue mi profesora de español y a todas las personas y organizaciones
que nos han colaborado en el transcurrir del tiempo. Seguiremos siendo
“Constructores de Paz”
Estos diez años de labor social han sido los más gratificantes para todos los habitantes
de San Vicente del Caguán, ya que por fin se logró un objetivo claro, lograr que
salieran noticias positivas de este municipio caqueteño en los medios nacionales, y
dar a conocer el proyecto en todo el país para que llegue a cada rinconcito para ser
ejemplo y modelo a seguir por otras comunidades.