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Los

2010 robots aprenden a


CBTIS 11
CBTIS 11

mentir
JORGE LUIS REYES BRIONES
MONICA CELAYA MENDEZ
2010
Los robots aprenden a mentir

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2010
Los robots aprenden a mentir

El profesor Darío Floreano lleva diez años trabajando con

robots en su laboratorio de la Escuela Politécnica Federal

de Lausana, en Suiza. Su especialidad es la denominada

robótica evolutiva, una disciplina que consiste en recrear la

evolución de los seres vivos en sistemas de inteligencia

artificial y en la que ha conseguido avances significativos.

Mediante un sistema de complejos algoritmos, el profesor y su equipo diseñan

pequeños robots a los que someten a acciones semejantes a las que actúan en

la evolución y cuyas respuestas determinan qué individuos sobreviven y cuáles

se presencia de una serie de genes, o elementos de software, que condicionan

en qué medida perciben el entorno y responden a él.

Gracias a estos trabajos, el laboratorio de Floreano ha generado comunidades

de pequeños robots que no sólo son capaces de interactuar para su

supervivencia sino que han desarrollado la capacidad de comunicarse entre sí.

La comunicación entre estos robots se produce mediante un sencillo sistema de

luces, detectadas por sus sensores luminosos. Los pequeños autómatas

disponen de luces y ruedas y tienen libertad para aproximarse a una serie de

plataformas que contienen comida o veneno y que alimentan o descargan sus

baterías, respectivamente.

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Los robots aprenden a mentir

Al cabo de unas 50 generaciones, la

mayoría de los grupos de robots

comienzan a informarse unos a otros

mediante luces sobre dónde se

encuentra la comida y dónde el

veneno. Por norma general, algunas comunidades tienden a indicar la presencia

de comida mediante la luz azul mientras que otras optan por anunciar la

presencia de veneno con luces rojas.

Llegados a este punto, y para sorpresa de los científicos, los individuos de

algunos grupos comienzan a desarrollar conductas mentirosas más propias de

los seres humanos que de los robots. En concreto, algunos autómatas aprenden

a encender las luces para señalizar a los otros el veneno como comida y luego

se deslizan discretamente hasta la fuente de energía más próxima para recargar

sus baterías sin avisar a sus compañeros.

Al mismo tiempo, tal y como explicaba recientemente la revista Discover,

también aparecen robots que adoptan el papel de héroes: señalan el peligro y

mueren sólo para salvar al resto de individuos del grupo.

Aunque el propio Floreano manifiesta que nunca habría esperado ver este tipo

de conducta en robots, los resultados son demasiado aislados como para sacar

conclusiones precipitadas. Lo que parece claro es que su trabajo nos pone en la

pista sobre cómo surgió la comunicación entre las primeras criaturas vivas.

Revista muy interesante (2010)consultado el 1 de marzo del 2010 Los robots también aprenden
a mentir http://www.muyinteresante.es/los-robots-tambien-aprenden-a-mentir

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