You are on page 1of 71
BIBLIOTECA CLASICA GREDOS, 120 BHT TEO-PRIRISTICR | ae BIED- GE P. OVIDIO NASON AMORES ARTE DE AMAR SOBRE LA COSMETICA DEL ROSTRO FEMENINO. REMEDIOS CONTRA EL AMOR "TRADUCCION, INTRODUGCION ¥ NOTAS FOR VICENTE CRISTOBAL LOPEZ —~ iA NIYERSIOAD CXTOLICA DE CHILE Pa aoe aUOTEOAS BIBUOTECA DE TEOLOGIA & EDITORIAL GREDOS 343070 206 ovni0 3) Cuestiones de ertica textual: YV. Custom, Dos notasertcas a Ovid erétco», Cuad. Fu (Ciés. XX (1986-7) (Homenaje a L. Rubio), 163-170. A.A. R, Hmoansox, «Notes on the text of Ovid's Remedia ‘amorisy, Class. Quart. XXX (1980), 159-173. J. Kmowry, «The Manuscript Tradition of Ovid's Amores, ‘ars Amatoria and Remedia Amores», Clase. Quart, N. So, 12 (1960, 1-31. —, rst Thoughts on the Hamiltonensis», The Class. Review 16 (1966), 267-271, =, «On the Somnium atrbuted to Ovido, Agon 3 (1969), 1-14 G. Lucx, Untersuchungen zur Textgeschichte Ovid, Heidelberg, 1969. G. Musas, «Nota a Ovidlo, Remadia amoris 7560, Maia XXXV (2983), 31-37. . W. Mosr, «Three textual notes on Ovid's Amoresy, Stud, Lat, Lit. 1 (1979), 386372. F, Moxans, 1! Codice Hamilton 471 di Ovid, Roma, 196. ‘A. Rosczaz os Veron, «The text of Ovid, Amores 2.13, 17-180, ‘Amer. Journ. of Phil. 109 (1988), 36-91. 1 cota sition & Ovidio (Am, 14, 1920)», Zmerita LVI (1985), 229.232, LL. D, Revwouns (cd), Texts ond transmission. A survey of the Latin Classics, Oxford, 1983. 1. Rum, Catélogo de los manuscrits cliscos latinos exstentes en Espata, Madrid, 1984. ‘A. Sknor, «A propos d'une correction de "Arte dimer d'Ovide , 733)», Hommages 2 Lucien Lesat, 1984, pgs. 735-741. '. Taruy, Die Uberligferungsgeschichte von Ovids Carmina ama- ‘orig, tesis, Munich, Tubingen, 1910. R. J. Tannane, «Ovid. Ars am. Il, 433-4429, Proc. of the Cam ‘ridge Phil. Soc. XXVI (1980), 85-8. W. S. Warr, «Ovidiana», Mus. Helv. XLII (1985), 56-60. J.C. Yanouty, «Four notes on Ovid, Amores, 1», L'Antiquté (Classique KLIK (1980), 265-268. AMORES EPIGRAMA. Los libros personificados se dtigen al lector explicando la an- tigua y nueva divisiin de la obra. Nosotros, libros de Nasén, que hasta hace poco éra- ‘mos cinco, somos ahora tres '. El autor ha preferido esta, divisién a aquélla. Si nuestra lectura no te ha reportado ningiin placer, Ia supresién de los otros dos te hard més Mevadero el fastidio * La Imovacin que el autor be lvoducdo en su bea conte en ue Jos Hos de primera ein se han eduldo a 3 en a sepnds. * Un cuiow ejemplo dl tpico de i fast modesia,tecvente eo tos procs 19,4 LIBRO I sta elegia es un desarrollo del t6pico de la recusatio, fr cuente en ia poesia augstea de tono menor, que arranca del pr6= ogo de los Aitia de Calimaco (el poeta rechaza la idea de cantar tema épics,alegando una orden divina, y proclama su vocacién para oto tipo de poesia). No creo que haya que ver en e dsico Inicial (donde se expresa el propdsito de esribir temas guerreros ex heximetrs) una alusin a a hipottiea Gigantomagula de Ovi- do: se trata, conformance el susodicho t6pico, de uns peifrasis para referrse meramente a la épca. El isueBio Cupido es el cau- sante de que nuestro poeta se enamorey etcibaeleia. El ton0 frivolo y burlén con que se nos pinta al dios es un indico del ‘capita animador dela obra entra, ditintvo frente a sus prede- cesores Tibulo y Properio. ‘Me disponia yo a escribir en el ritmo solemne * hechos de armas y guerras violentas, de modo que el temia se ajus- tara a dicho metro. El verso de abajo era igual que el de arriba, pero Cupido se eché a reir y le sustrajo un pie *, segiin cuentan. 1s dec, en heximatros que o el verso usual de Ia poe dic. * Conviridadose de eta manera cada Yes par de una sere hex. seca ee pentineto. 212 AwoRES 5 «¢Quién te ha dado, nifio crue, tal derecho sobre la poesia? Los poetas no somos seguidores tuyos, sino de las Pirides *, ,Qué ocurtria si Venus quitase a la rubia Mi- ‘erva sus armas, o si Minerva atizara las antorchas encen- ddidas? ,Quién admitirfa que Ceres fuera la reina de los to bosques escabrosos y que los campos se cultivasen por corden de la doncella que leva la aljaba? 6, gquién equipara- la a Febo, lustre por su melena, con una afilada lanza, | ‘mientras que Marte, a cambio, tafe la lita de Aonia "? Grande es, nino, tu soberanla, y poderosa en extremo: ;por vs qué, en tu ambicién, aspiras a una nueva empresa? ges -acaso tuyo el mundo entero?, son tuyos los valles del He- licén "2, gai siquiera Febo dispone ya de su lira con seguri dad? Cuando el verso primero de la recién estrenada ‘gina ha quedado escrito correctamente, he aqui que el siguiente hace flaquear mis fuerzas. ¥ para ritmos més li- ze geros me falta tema adecusdo: muchacho © muchacha que eine sus largos cabellos.» ‘No bien me habia quejado, cuando abrié él su aljaba inmediatamente y escogié una flecha destinada « mi perdi- ign. Curvé vigorosamente el sinuoso arco sobre la rodilla y dijo: «Toma, poeta, argumento para tus versos» '. * Sobrenombre de as Musas. Aunque, en pela, Ia ides ean las is el rey Pleo de Macedonia, quienes aaron compe en canto i on las Musas Una ver vend, fieron converae en ures cone ast, y su nombre lo adoptron las Musson reaerdo de eo visto, © Dina * oes en Aonia (oo nombre do Heol) viva Apolo y I Mos, ‘onereamenteen el monte Halles, cr, nota presente. ? Bio et un modo de dcr que por una inna especial s ve forado a esc en elton elt ‘© Tenindo ya el ritmo apropiado pars enti alesse Os estofa | isa, eos I propotclona ahora caster de donde act scpumentO mmo 1 213 sDesgraciado de mil Fue certera la flecha del famoso 25 nit. Me abraso, y el Amor es el rey de mi corazén solitario. Que mi obra se levante sobre seis pies y se apoye en. cinco"; jadiés con vuestro ritmo, férreos combates! Ch fete las rublas sienes con mirto de las riberas, Musa 20 Ja que he de cantar en grupos de once pies 2 [Bl poeta se slente herido por el Amor y se confiesa su eslavo. Describe a continuacién el Inmediato desfiletriunfal de Cupido, ‘que él imagina ala manera del ceremonial romano. La introspec- idn del poeta y su resignacién ante el dos, en une primera parte (rv. 1-22), contrastan con las brilantesimégenes del cuadro de ‘elunfo, {Cull diré que es la causa por la que mi lecho me pare- ce tan duro?, ;por qué mis mantas no se estén quietas sobre le cama?, ;por qué he pasado toda la noche, cuan larga era, sin poder dormir?, :por qué me duelen los huesos, ceansados de dar vueltas? Pues creo yo que si algin amor me aquejara, me darfa cuenta de elo. 40 es que viene en silencio y astuto me hiere con artimafia? As{ serd: se han clavado en mi coraz6n las agudas flechas, y el fiero Amor revuelve mi pecho una ver conquistado. oportuo al gts: hace que el poeta se eoamere, El sior ee ts por extend de leet romera *alusion de nuevo al dstico elec, "Pianta consgrada 2 Venus. "A saber: Mora del Eel, pues el dsc cegaco, exrofa propa el glnero, comtiene 11 pies mains: 6 de hexdmewo +S dal pectdmeo 214 ‘awonss {Me resigno a ello o areinto con mi resistencia ee ve fuego que ha surgi de repente? Resignémones:¢ faréo Gus tbe lear, eta rence pesado. east ce las Tlmas eumentancuandg se muce le anita y que $2 pagan onal las apa te aglonanoswuen or boe- 3s sun se resisten al jug, qu les opine por primers Yee, que aquellos que se complacen en levar e ara. 1s un balla indmito se Ye magulla i boca cont qo eno, per el que se aosturbra los combats sente tmetos el bocado {El Amor trata con ms asprezay ma yor froeldad a aquellos guste rdsten que alot qu s¢ Contesan esas sus [sl que yo lo recone: soy, Co- 2» pido, tu recente pres, Ofeaco mis anos vena 1 Sursdeion. No hay necetdad de guerra, te pido la paz y el perdén; no supondrd para ti gloria alguna, desarmado- Gorto ety, el bance vendo con ts anaes, Tntelza con miro tu cabeler; pon bajo el Yugo las palomas de tu madre "; tu padrastro '* en persona te dard 25 el carro que mds te convenga, ¢irds de pie sobre él, mien- tea la gente alam tu tnfory purds con buen no eit de aves. Irn tras de i, prsoneros, venesy mo ¥ Venus. Las palomas eran su ave comagrata "Una de as varias pensopts de Bros Cupido (Ct. A. Ruz: oe BL ‘ym, Mt. Cds, pgs. 998), que sto consta en tet latinos, fo hace jo de Venus y Vleao, aunque e mucho més frecwente la qe lo hace ij de Venus y Mare. el primer ao, el pdeazo sera Mate, aante e Venus ene segundo, Vulcan su expo. En el prsete to queda ‘ambigu a cull de los dos se efi, pots antouzo como otto podslan ‘proporsiona a Cupido un caro: Marte por set die de gure star ‘contumbrado a var en caro; Vultno, por sere io reso ¥ e- ero capa de fabricar, Aunque dich ambigiedad queda resets por ‘ural con Am. 9b, 47y Rem. 27, en que we Tefiee daramente 4 Marte como padrasz. uno 1 as chaghas, Tal desfile constituiré para ti un triunfo magnifi- mismo, tu dltima presa, mostraré la herida que me hiciste hace poco, y Hevaré cadenas recientes, cautiva mi 20 voluntad; la Sensiten ird tras de ti, con las manos atadas™ “eirealds, ye PudBr y todo Jo que supons _para Ia milicia del Amor.JSerés de todos temido: ia gente, “Yendiendo hacia tf sus brazos, cantard con voz fuerte: jHu- ra, victoria! Te acompafiarin las Caricias, el Extravio'y 35 Ja Locurg, cortejo que siempre te ha seguido. Ese es el ‘ejército con el que dominas a los hombres y a los dioses:) si te desprendes de tales ayudas, quedards inerme. Bn me- dio de tu triunfo, te aplaudiré tw desde la cima del Olimpo y arrojaré plialos de rosa de- «0 lante de ti, Tu, adorando tus alas con piedras preciosas y con piedras preciosas tus cabellos, irds sobre ruedas de r, vestido de oro también td, Incluso entonces abrasarés ano pocos, sies que no me engafio sobre ti; incluso enton- ces causards a tu paso heridas iniltiples. Porque no pueden 4s reposar tus flechas aunque ti mismo lo quieras. ‘Tu abra- sadora lama es perniciosa con la simple cereania de su calor. Asi se presentaba Baco tras la conquista de la tierra del Ganges: a ti unas aves te llevan, a él unos tigres. En conseeuencia, puesto que podria formar parte en la ceremonia de tu triunfo, abstente, vencedor ya, de mal- sgastar en mf tus recursos. Mira las armas victoriosas de so tu pariente Ciésar ": él protege a los vencidos con Ia mis- ma mano con que los vence. Venus. Alun aus victorias de Augusto, ques, sepa Je adn! ge ralopa que hala enroncar con Venus al fala de ul, sera be Fleate de Cupto, et hjo dein dios. 216 ‘AwoRES Oviio se ofrece « la mujer que ama en demand de amor. Le promete fidelidad y le asepura que, gracias asus versos, 2078. de igual eterno renombre que fo, Leda y Europa. Justo es fo que pldo: que me ame la joven que reciente- ‘mente me ha cautivado, 0 que me dé motivos para que yo la ame siempre, ;Al ihe pedido demasiadol: ;que tan sélo me permita amarla jOjald Citerea " haya escuchado s tantas plegarias mias! Agu! tienes a alguien que serd tu esclavo durante largos ailos; aqui tienes a alguien que sa- ‘rd amar con fe sincera, ‘Aunque no cuento con el apoyo de nombres famosos de antiguos antepasados y el fundador de mi estirpe no ra sino eaballero, aunque mis fincas no son labradas afto to tras ao por arados sin cuento y mis padres moderan ‘ambos sus gastos con parquedad, Febo, por lo menos, las rhueve hermanas, sus compatieras /y el inventor de la vid me ayudan en esta empresa, y el Amor que me en- trega a ti, y mi fidelidad, que no sucumbiré ante ninguna ‘tra mujer; y con ellos mis costumbres sin tacha, la desnu- da sencllez, y el ruboroso pudor. | 1s No me gustan mil mujeres,"no soy un tornadizo en el amor. Ti serés, eréeme, mi eterno desvelo. ;Ojald me to- ‘que en suerte vivir contigo todos los afios que me conce- "Venus, lamada as! por tena un fame satuario en cic ila, sluada al sr de Peopones. Las Mists » Paco, uBR0 1 207 dan los hllos de las hermanas , y morir a tu lado, mien- tras sufres por mil Ofrécete a mf como argumento fecundo para mis versos: surgirdn versos dignos de quien los inspira. A la poesia 20 debe su fama fo, la que se asust6 de sus euernos , y aque- lia a la que el adiltero engafé bajo apariencia de un ave ‘luvial *, y aquella que, sobre el mar, montada en un toro fingido, se agarré con su mano virginal a los retorcidos ceuernos *, También nosotros seremos cantados por el 25 mundo entero, juntos los dos, y mi nombre estard siempre uunido al tuyo, © I poeta express su conrariedad y sus celos porque el marido de la mujer aa que ama ha de acudir eon ellos a un mismo Danguete, Hace severas advertenclas a su amada sobre el com- ‘ortamiento que debe seguir y se queia de que, al final de la noche, una puerta cruel lo separe'de ella ‘Tu marido tiene que acudir con nosotros al mismo ban- quete: ;Ojalé esa comida sea para él la ultima! Tal es mi ruego. {De modo que tendré yo que contemplar a la mujer ‘que quiero tan s6lo como un invitado més?, iva a ser otro as Paras, blaoras det destino de los mora ® fo, hj del vo faaco, aman de Iipery madre po & de pao, * us trnsformada en vaca por iter para lrza de lo eos de Juno. Leda, mate de Helena, que foe ama por Jipter metamrfose. o en cma, % Europa, rapladn por Jie bajo forma de too, hobo de velar smontada sabre la tev del mar deede Tens 2 Crea 218 MORES sel que sienta el placer de tus caricias? ;Calentards el rega- zo de otro sometida a él en perfecta avenencia?, jserd él ‘quien eche In mano sobre tu cuello cuando quiera? 'No te admires de que la hermosa hija de Atrace incita- aa las armas alos hibridos varones después que hubieron bebido *. Pues aunque mi morada no es el bosque ni mis 1o miembros forman unidad con un caballo, sospecho que ‘a duras penas voy a poder mantener mis manos lejos de ti. 'No obstante, escucha lo que has de hacer y no entre~ ‘gues mis palabras a los Euros * ni a los templados No- tos” para que se las leven. Ven antes que tu marido; no veo qué podemos hacer aunque vengas antes, pero & 1s pesar de todo, ven antes. Cuando él se tienda sobre el Techo del trclino y ti también vayas siguiéndole, con ex rpresion de modestia, a tenderte a su lado, tocame el pie sin que nadie Io vea. Estate pendiente de mi, de los movi- mientos de mi cabeza y de la expresion habladora de mi cara: resibe esas sefiales furtivas y devuélvelas td también, me Te diré con mis cejas palabras que hablen sin voz; lee- rds ** palabras en mis dedos y palabras escritas con no, Cuando te acuerdes de nuestros juegos amorosos, t6- cate las rosadas mejillas con tu fino pulgar. Si tienes que ™ Se refi a Yala ene Lipsy Ceres hres raroes— ue tuvo lugar ene banqute de las bodas de Hipodamia (hia de Ata 9) con Pio, yea la que los Centaurs, bowachos, sero raptar {as mujeres de los Lapis. Viento del Ese Viento del Su. 2 Traducimos aga seg let genarameneaceptado: ee. Pezo es bastante convicetey ben argumentada Ia defensa de tee, iecure los manusetos mis antiguos, que hace A. Rares de Verer, «Nota ‘tien Ovido (Am. 14, 19-20), Emerte 6 (988), 29252, Sexe tm otra In tradi ere: tl clas palabras en 35 dos. mk 1 219 hhaverme algtin secreto reproche, cuelgue tu delicada mano de! ldbulo de tu oreja. Cuando te guste algo, lucero mio, 25 gue yo haga o diga, dé vucltas el anillo sin parar en tus eds. Toca Ia mesa con la mano, como To hacen los supli- cantes, cuando desees para tu marido las muchas desgra- cias que se mereee. El vino que haya mezclado para dérte- Jo a ti —no seas tonta— manda que se lo beba él. Ti pidele al sirviente, en voz baja, lo que por ti misma prefie- ras. La copa que tii hayas devuelto la cogeré yo antes que nadie y beberé por 1a misma parte por la que ti hayas Debido. Si te offece por casualidad algin manjar que él haya probado antes y mordido con su boca, rechézalo. No ‘permitas que oprima tu cuelo echéndote los brazos encima, ni pongas tu adorable cabeza sobre su duro pecho. No de- Jes que ponga su mano en tu regazo o en tus bien modela- ‘dos senos, y sobre todo no se te ocurra darle ningiin beso. Si le das un beso, me declararé im amante, diré: «mfo es « ‘ese beso» y echaré las manos sobre ellos. Todo eso, sin ‘embargo, lo veré, pero lo que el manto mantenga bien ocul- to serd para mi motivo de un temor ciego. No acerques ‘tu muslo al suyo, nf te enlaces com la plerna a él, ni juntes tu fino pie con el suyo basto. {Miserable de mil, temo mucho porque mucho hice en «s ri desvergiienza y el miedo a mi propio ejemplo me ator- ‘menta. Con frecuencia mi amada y yo hemos gozado de un placer apresurado que duleemente se consumé bajo las vestiduras con que nos cubriamos. Eso no lo hard ti: pe- ro ademés, para que no piense yo que lo has estado ha- ciendo, aparta de tu regazo el manto que pudiera ser tu s0 ‘cémplice. Pidele a tu marldo continuamente que beba, pe- +o no acompafies con besos tus siplicas, y mientras bebe, 44 escondidas, ariédele vino puro si puedes. Cuando, bien cargado de suefio y de alcohol, se quede dormido, el mo- 20 awonrs ss mento y el lugar nos dirén qué debemos hacer. Cuando ‘te levantes para marcharte a tu case y nos levantemos 1o- dos, no te olvides de meterte en medio del tropel. Alli me encontraris o te encontraré yo. Entonces técame cuanto puedas tocarme. ‘Miserable de mil, he dado advertencias que sirven pa- ra unas pocas horas, mas me veo separado de mi amada porque asi lo ordena la noche. Por la noche su marido la tendra encerrada, y yo, triste y cubierto de lagrimas, s6lo podsé seguirla hasta la puerta cruel. Entonces él recogerd los besos, y no s6lo los besos. Lo que a escondi- 6s das me das a mi, a Al se lo dards obligada por ley. Pero ddiselo a la fuerza —puedes hacerlo— y como site vieras coaccionada, Sean silenciosas tus caricias y mezquino tu amor. Si algun poder tienen mis deseos, me gustaria que tampoco él obtuviera ningin placer. Si no, que a ti, por Jo menos, nada de ello te resulte agradable. Pero sea cual vo sea la fortuna que vaya a seguir a la noche, niégame ma- flana una y otra vez haberle concedido algin favor. © Feliz siesta para el poeta en un mediodia de verano. Su ama- 4a Corina lega a ten la penumbra de la habitacén. Cuerpo hermoso, desnudes y conelusiinadivinabe. Es Is primera ella fen que aparece el nombre de Corina. Como la 11 12 es una de Jas pocas de las que estd ausente Ia querimonia, Ha gozado de especial fortuna en Iss letras, especialmente en Ia poesia glide. parece yu el motivo, tpicamente cela, dela puerta ceade © paralusihyron. umRo 1 2a ‘Hacla calor y la Jornada pasaba ya del mediodia. Tend ‘mi cuerpo en el centro del lecho para descansar. Una de las hojas de la ventana estaba abierta, la otra cerrada: ha- ‘bia una Iuz més o menos como la que suelen tener los ‘bosques, 0 como Ia del creptiseulo, cuando Febo se es- capa, 0 como Ia que hay al marcharse la noche y antes de amanecer el dia, Esa es la luz que se debe oftecer a las jvenes vergonzosas para que a su timido pudor le que- dde esperanza de encontrar dénde esconderse. He aguf que llega Corina, vestida con una tinica sin cefir, su cabellera peinada en dos mitades cubriéndole el 10 blanco cuello: tal y como se cuenta que la hermosa Semi ramis ® se encaminaba al tdlamo, y Lais *, ala que ama- ron muchos hombres. Le arranque la tinica, aunque por lo fina que era ape- nas suponia estorbo; ella sin embargo luchaba por taparse 1s con la tiniea; y luchando como sino quisiera vencer, fue vencida, mas sin dolerse de su rendicién. Cuando qued6 erguida sin vestiduras frente a mis ojos, en ninguna parte de todo su cuerpo encontré defecto alguno: ;qué hombros!, qué brazos tan hermosos vi y toqué!, jeun a propéaito 20 cra la forma de sus senos para apretarlos!, jqué liso su vientre bajo el terso pecho!, ;qué anchas y estupendas sus caderas!, iqué juvenil su muslot {Para qué contarlo todo minuciosaments?: nada vi que no fuera digno de elogio, y desnuda la estreché contra mi cuerpo. :Quiéa no adivina lo demés? Fatigados luego, 25 estuvimos descansando los dos. iOjald tenga yo muchos mediodias como éstel * or primera vez suem agul el nombre de Ia amas de Oviio, ata que van dedicadas la mayor de las sei de los Amore, ‘Reina de Ballons, efebepor sb herons, epoe del ey Nino Remora cortssnacorinia del sgl va. C, de renombrada beleza. Motiv del paraclausthyron ampliamente desarolado. Son Jas quejas nocturnes del enamorado ante 12 puerta cerrada de ‘su dams, y la peticin insstente (mareada con el procedimiento rfteo,Inséito en la elegia, del eb al portero para que ara la puerta y lo deje pasar. Llega et ay ef amante se marcha temblabas ante tu sefiora. ;De modo que el favor que en- toncss te hice, joh infamial, no puedes devolvérmelo aho- ra? Corresponde a la ayuda que te presté: ahora puedes mostrarte agradecido, como es tu deseo. Las horas de la noche avanzan. ;Descorte el cerojo a la puerta! Descdrrelo 25 ¥y que del mismo modo te veas tt alguna vez liberado de fsa larga cadena y no tengas que beber siempre el agua de la esclavitud. Inconmovible escuchas, portero, mis nas suplicas: la puerta, afianzada con vigas de duro roble, permanece inmévil. A las ciudades asediadas conviene pro- tegerlas cerrando la puerta, pero en medio de la paz, 50 qué armas temes? {Qué hards al enemigo si asi expulsas fl amante? Las horas de Ia noche avanzan. ;Descorre el cerrojo de tu puertal No vengo escoltado de soldados ni de armas. Estaria, solo si no me acompafara el eruel Amor. Pues a ése, 35 ‘aunque lo deseara, nunca podria alejarlo de mi; antes cluso me tendrian que arrancar los miembros. Asi que con- igo estin el Amor, un poco de vino déndome vueltas fn torno a las sienes y la guirnalda que se destiza de mis ccabelos perfumados. ;Quién teme tales armas?, quién no les sale al encuentro? Las horas de la noche avanzan. jDes- «0 corre el cerrojo de Ia puerta! ‘Tienes pereza?, 20 es que el sueBio (jque ofald te pier- dal) da mis palabras de amante a los vientos y las aleja de tu ofdo? Mas me acuerdo que al principio, cuando yo ‘queria ocultarme de ti, estabas despierto y mirabas a las estrellas en medio de la noche. Quiz duerme ahora con- 45 tigo también tu amiga: jay!, jeudnto mejor tu suerte que Ja mia! si es en esas condiciones, pasad a mi, pesadas ca- 26 ‘AuORES ddenas. Las horas dela noche avanzan. ;Descorre el cerrojo de Ia puertat {Me estoy engafiando?, 40 han sonado las jambes al s9 giro del gozne y han dado las puertas un ronco chirrido al moverse? Me estoy engaflando: ef soplo del viento ha cempujado la puerta. ;Ay de mil, jeudm lejos se ha Hlevado ‘mi esperanza la brisal Si te acuerdas bien, Béreas, de cuan- do raptaste a Oritia ®, ven hasta aqui y abate por tierra sscon tt soplo estas puertas sordas. Todo esta silencioso en la ciudad, y, empapadas de rocio crstalino, las horas de la noche avanzan. ;Descorre el cerrojo de la puertal © de to contrario yo, bien equipado con la espada y 1 fuego que arde en mi antorcha, atacaré esta soberbia mansién. La noche y el Amor con el vino n0 me aconsejan, co ninguna moderaci6n: aquélla esté libre de vergienza, Li- ber * y el Amor lo estin de miedo. He agotado todos mis, recursos, ¥ ni con plegarias ni amenazas te he conmovido ti, mas sordo incluso que las puertas que vigils. No te ccuadra viglar el umbral de una hermosa mujer: digno se- as de una clrcel rigurosa 6 Ya Lucifer ® pone en movimiento los ejes de su carro ceubiertos de escarcha, y el gallo llama a los pobres a su trabajo. ¥ ti, guimalda arrancada de mis eabellos tristes, quédate aqui cuanto dure ain la noche sobre este umbral vocruel. Tui serds la testigo ante mi amada, cuando a la mahana te vea arrojada aqul, del tiempo que tan mal he consumido, Sea como sea, adiés y recibe mi saludo al par- tir, tl, insensible y digno de infamia por no haber dejado 2 Bt Boreas, enamorado de Ora, Na del rey de Atenas, Erect, snaps y ln Bao mare de doe ioe, Calis 9 Zee, Uno de lor nombres de Bo. 2 toe dea matana, al que deta jo de Astro y la Arora. mo ¢ 2s pasar 2 un amante. Adiés. Vosotras también, crueles jam- bas y rigido dintel, y puertas compatieras de su esclavitud, duros maderos, adiés. ‘En un momento de arrebato Ovidlo ha pegado a su mucha- che. Pero, una vez que hn pasado ese momento y a la vista de as lgrimas de ela se arepiente, maldce sus manos y se enfada ‘consigo mismo. Si estés aguf como amigo, ahora que mi locura toda se ha desvanecido ya, étame las manos, pues se han hecho ‘merecedioras de cadenas. Si, ha sido la Tocura la que lanzé iis brazos insolentes contra mi amada. Y maltrecha por smi mano furiosa esté ela lorando ahora. En ese momento hhabria sido yo capaz de pegar incluso a mis padres queri- dos, y hasta de dar cruees azotes a los dioses sacrosantos. 2¥ qué? {No eché por tierra Ayax, duetio de un escudo de siete capas, a los ganados cogiéndolos por sorpresa en los extensos lanos? *, ¥ Ones aor desu pad en on de was, ‘vengador criminal, no se atrevié a pedir armas para Somat ala dost nites. % [Aya el de Team, enloutido espa del julio sobre ls ar nas de Agus, puesto que los aqueot se iat Rabin conedio a Uses 17 a0 eas ren matansa en unos rebabos de oveasconfndiéndo- Tou con le eject eriegos. Anteedente mitico deft aventura de los rebabos ea el Quite C18 “tras haber atado Ores as madke Citemnesra pare vengar cf aresinat de Agamenda, su adc, fue peseuldo por ls Fura, dio fa de lor remordinients. m0, -15 226 AwoRES que jhe podido yo arrancar sus bien peinados ca- bellos? Aun ast, los cabellos despeinados no han afeado ‘@ mi amada: también asi estaba hermosa *. Diria yo que asi era Ia hija del Esqueneo cuando perseguia con sui 1 arco a las fleras del Ménalo “; asi era la muchacha cre- tense cuando Hlorando se quejaba de que los répidos vien- tos se hubieran levado las promesas y las velas del perjuro ‘Teseo *; asi también era Casandra —a no ser porque tas {nfulas sujetaban sus cabellos— cuando cayé prosternada en tu templo, casta Minerva “. {2Quién no me Hamé «loco»? {Quién no me Iams «br 2 baro»? Ella nada dijo; su lengua estaba paralizada por un miedo pavoroso; y sin embargo, su silenciosa mirada me hhacia reproches: con sus ligrimas me hizo reo, sin decir nada. ;Ojald que antes se me hubieran caido los brazos de los hombros!, jhabrla sido una ventaja poder carecer 25 de esa parte de mi cuerpo! He derrochado una violencia loca para mi propia perdicién, he sido valiente y fuerte ppara mi propio castigo. {Qué tengo yo que ver con voso- tras, servidoras de la matanza y de los crimenes? Manos sacrilegas, soportad las cadenas que os habdis merecido. No es verdad que si hubiese tocado yo al més fnfimo ciu- % Gusta de resakar Ovdio Ia hermosura de sa emada, incluso en ‘as suciones mds ceftorables ai tami en Art 116, 21-235 15, 44 Atalanta, famosa comedora y caadors. Monte de Arcadia “La muchacha creense aque se alude es Avadea, ja de iioos, ue, enamorada de Test, fe ayudd a mata al Miotaro,proporconts” ole famoso ovo con ques del Laberinto. March luego eon Te- sco faci Ateas, pero foe abandonada por ex a ila de Naxos. Ee ‘za suacign nos i presenta Ovi, “Casandra, a szerdoisa de Apolo y profes, hija de Piano, scuis ‘a refgiarse drante el saqueo de Troya al wemplo de Minerva, agers: ote a su cfg, de donde la aren suciegamente Aya e de Oe. sumno 227 dadano de la plebe, hubiera recibido castigo?, gy tratdn- 29 ddose de mi amada voy a gozar de més derecho? Fatal re- cuerdo de sus crimenes dejé el hijo de Tideo *: é! fue el primero en pegar a una diosa, el segundo soy yo. Pero 41 fue menos culpable, puts yo he golpeado a la que confe- ssaba amar, mientras que el hijo de Tideo fue cruel con su enemiga, Ve ahora, procirate un triunfo magnifico por haber 35 veneido; eifiete la cabellera con laurel y cumple a Jipiter tus promesas; y que Ia muchedumbre de acompariantes que siga a tu carro exclame: «jHurral, una chiquilla ha sido vencida por un hombre corpulento». Que la cautiva vaya delante, triste, con el cabello despeinado, completamente +0 palida, si lo consintiran sus mejillas lastimadas. Habria sido mejor que estuvieran amoratadas de apretados besos ¥ que tuviera ella en su cuello la sefial de un caritioso mordiseo. En conclusién: si estaba yo excitado cual torrente que se desborda y sila ciega cdlera habla hecho de mi su presa, {no hubiera sido suficiente con reprender a la asustadiza 4s Joven y bastante con yociferarle severas amenazas 0 con desgarrarie para su vergilenza la tinica desde el borde su- perior hasta la cintura? (El cenidor habria sujetado la otra parte). Pero ahora, tras arrancarle dela frente sus cabellos he tenido la osadia, oh corazén de hierro, de seBialar con 20 ‘mis uilas sus deicadas mejillas. Ella se ha quedado frente a mi de pie, fuera de sf, con la cara pélida y exangie, ‘como los bloques de mérmol cuando se los arranca de las ceanteras de Paros. He contemplado su cuerpo exdnime y sus miembros que temblaban como el follaje de lo élamos * Diomedes, gue his x Venus comms laa en un els batalla ante Troya (LV 318 5), 28 ‘osoRs ss cuando la brisa lo mueve, como una cafla delgada cuando cl blando Zéfiro “Ia zarandea, o como la superficie de las aguas cuando el templado Noto la riza. Sus légrimas, retenidas durante largo rato, han corrido por su rostro de ‘gual forma que mana el agua de la nieve que cae al suelo. Entonces por vez primera he empezado a sentirme culpable. o La Mgrimas que ella vertia eran mi sangre. Al final, tres ‘veces he querido prosternarme a sus pies, suplicante tres veces ha rechazado ella mis manos que le daban miedo, Pero no dudes en lanzarte ahora mismo con tus ufias és contra mi cara: tu venganza disminuird mi dolor. No tengas piedad de mis ojos ni de mi pelo. Por débiles que sean tus manos, Ia célera les da fuerzas. Y para que no queden tan tristes huellas de mi delito, ordena otra vez tus eabellos y ponlos en su sitio resentacin de la vieja aleahuete Dipsas, dotada de exraor- inarios poderes brujeriles, El personae tene sus precedenes en la comedia nueva en a elepia romana anterior, manteniéndose ablame etrevido bien rcuerdo-— cantar las gue- srs del lo yal cetinano Gs tenn par elo talento Sutens,ctando la Tera le a eabo su tebe ven ganza “ y el elevado Osa, atrojado contra el Olimpo, arras- 18 6 consgo al Plio hacia abao; enia yo las nubes en mls manos y, con Sipter, el ayo gue 6! estaba dispuesto alanzar en defensa del cielo, que era suyo. Entonces mi amiga cerré sus puertas. Yo solté a Jipiter y su rayo; Ji- piter mismo desaparecié de mi mente. Jépiter, perdéname: 20 de nada me servian tus armas. Esta puerta cerrada * po- fee un rayo mds fuerte que el tye, Vola fomar las ex- presiones seductoras y las ligeras elegias, que son mis ar- ‘mas: las palabras suaves ablandaron la dureza de las pera. Los vert hacen slit los cuenos de It luna de color de sangre dare a vuea lor nivos cballos del sol sen su marcha; al conjro del verso allan en polos las serpents con sus Faces rtas yal agua, volviéndose até, Coe de miva au fried ao veo uta * Aude Ovido al mito dela Gigantomaqua (tA. Rowe Erwan, Mi, Cli, pg. 56). Los Gigante, insigados por la Thera que queca ast vengrse dein enter derota do lo Tans, se rebeln contra le Otimpios amontonando mentzta sobre mostata. No seve clr, sn embargo, por qué se mencion al Cetinano Ges, pus sepia a veri ‘al no participa ls Cetinanos en esa batalla. En ex et, oye do en parte por Amores I 1, 12, se bala hipéess de que Ovidlo ‘scribe una Giganfomeguia, Pero ms ben parece tratarseagul dela freeventeopodiéntépca eae temas Epicor y cleacos 0 Tos, xin ‘ae aya por eo gue pensar en un obra realmente era sobre ete ton. * I motivo de paracauscyron (ef. Am. I, nota 28) aparece sau ‘amo principio de todo coafco elepac: na puerta cevada oiine lamest del poeta summon 2s5 cedieron, y el cerrojo introducido en la jamba, aunque era de madera de roble, cayé vencido por el verso 6 {De qué me habria aprovechado cantar al veloz. Aqui- qué habrian hecho por mi el uno y el otro Atrida, y el que empleé tantos anos en sus correrias como en la guerra, y el digno de ser llorado, Héctor, arrastrado por los caballos emonios? *. Por el contrario, cuando el ros- tro de una amable joven ha sido repetidamente ensalzado, ella misma viene al poeta, como premio para sus versos. ‘Una gran recompensa se le concede. ‘Nombres exclarecidos de héroes, adiés: no es vuestro favor el que me conviene. Muchachas, poned vuestros ojos Inermosos en estos versos mfos que me dicta el purptireo Amor, Siplicas al esclavo vigilante de su amada para que no sea ‘an fel cumplidor de suofici. El poeta va hilando razones mil tiples para convencerl. ‘Ta que tienes ef encargo de vigilar a tu seftora, Ba- ‘200, descansa un momento, mientras trato contigo unos ‘Pocos asuntos, pero que hacen al caso. Ayer via la joven Se juga agul con ln dole sgifiacibn de carmen, versoconsr 7 Uses, que tard vest aos en regres a su pa, flea: de aos estvo en Troya y etree dix de viaje de regres, "De Aqui, queer natral de ia, efuad de Teal, eiéncono- ida tabla cou nombre de Hernia * Compodé anlar fv. 5, es tambiée me lo onde el Amocn "© Nombre de un eave unico, 256 Aon ppaseindose por el pértico aquel que esté adornado con el s batall6n de las hijas de Dénao "'. Como me gusté, ense- ‘uida se lo hice saber y solicit por escrito sus favores; pero ella, en respuesta, escribié con mano temblorosa: «no ¢s posible», y al preguntarle por qué no era posible, me volvid a decir que ef motivo era que tu visilancia sobre ella, tu duetta, es demasiado severa. Si eres razonable, oh guardin, atiéndeme, no hagas to méritos para ganarte odios: todos desean la muerte de quel a quien temen. Tampoco su marido es razonable: pues, zpor qué se esfuerza en vigilar algo de lo que nada se pierde, aunque nadie vele por ello? Pero que ese mani tico dé satisfaccién a su amor y piense que es casto lo 1 que a muchos agrada; a ésta, séale concedida gracias @ ti una [bertad clandestina, para que Ia que ti a ella le hhayas dado, te la devuelva ella. 2Querrés ser cémplice? La sefiora queda as{ en deuda con su esclavo. ;Temes ser ‘cémplice?, puedes hacerte el despistado. Si ella lee para sf un eserito, debes pensar que se lo ha enviado su madre; 2osi se ha acercado a ella un desconocido, después de un ‘poco tiempo ya te serd conocido; si va a ver a una amiga indispuesta, pero que en realidad no lo esté, que la visite Y¥ que, segin tu testimonio, ella esté enferma. Sise retrasa, ara que no te canse una tardanza prolongada, puedes ron- 2s car a tu gusto dejando caer la frente sobre el pecho. Y no Dreguntes ti qué puede estar ocurriendo en el templo de Isis, la vestida de lino, ni tengas miedo de los semicircula- res teatros. "Bel pto del temple de Apolo Palatino, obra de Augusto, na suredo en of 362. (€ re 173-14, nota 14), All efecvamets ete ban sald ls cocenta js de Dinu (x gran nmero hace a Ov. i Uaravlaswbatalon),quiess en le mista noche de boas mataron 4 su primos-maridos, los Egpids, por isigulée de spade, rmro 257 El cémplice de un secreto obtendré frecuentes ventajas, 4y qué menos trabajo hay que callarse?; el que asi obra « visto con agrado, va de un lado a otro de le casa ¥ no recibe azotes, goza de poder; en cambio otros, mu- 99 chedumbre despreciable, viven postergados. Es éste el que finge vanos motivos, para que los verdaderos permanezcan ‘cultos: y ambos sefiores aprueban lo que aprueba una s0- Ja, Aunque el marido haya fruncido mucho el entrecejo y haya forzado sus arrugas, hace lo que su mimosa mucha- ‘cha quiso que se hiciera. Pero no obstante, que de vez 3s fen cuando trabe también disputas contigo y finja ldgrimas ¥y te llame verdugo, Ti, por tu parte, le echards en cara reproches que pueda refutar sin riesgos, y con una falsa acusacién, quita todo erédito a las verdaderas. Ast siempre sgozaris de estima, as{ tus caudales irén aumentando hasta hacerse elevados. Haz esto y serds libre en poco tiempo *, 40 aVes a los delatores encadenados por el cuello? Un os- ccuro calabozo mantiene encerrados a los hombres en os ue no se puede confiar. Téntalo busca agua en el agua intenta alcanzar las frutas que se le escapan: esto le dio su lengua charlatana "?. EI guardién enviado por Juno 4s ‘murié antes de los afios fijados, cuando vigilaba a'fo con Porque con el dino atesorado pois comprar au liberia (ct Am. 1; ots 55), ' Tlnalo, uso de fos conderador en e aero, foe casigado a ‘star sumergido en una contest de agua sn poder sca su sed pees uando se inctinaba a bebe, el nivel dl agua descends y «pasar ham. ‘re, pear de tens cee ia rama de un manzano, carga de ros, oes cuando se alzab para cope las macarnas, tambien elevabe le ma, Motvo deal casio fue, eg algunas versiones deat gue aga se hace eo Onis a luc a au lengua caratans, haber divalgado ‘enue los hombres lot stretes de los dies, de los Que se ened por Taber astido a uno de sas banguees(f. Ars IL 605-609), 10,17 258 ss10RES cexcesivo colo; ella es ahora una diosa. He visto yo a uuno que arrastraba las piernas moradas por los grilletes, porque habia sido la causa de que un marido se hubiera tenido que enterar de su deshonra; su castigo fue menor ue el que se merecia; su maldita lengua a dos perjudics: so el marido se enoj6, Ia muchacha sufrié menoscabo en su. reputacién, Hazme caso, @ ningin marido le gustan tales acusaciones ni resultan placenteras a ninguno, aunque les preste oldos. Si es frfo en su amor, pierdes tu delacién en unos ofdos despreocupados; pero si realmente ama, por culpa tuya se convierte en un desgraciado. ss Y la falta, aunque sea patente, no se prueba con faci- lidad: ella viene segura de Ia benevolencia de su juez. Aun- {que él mismo lo hubiera visto, sin embargo le daré crédito 4 ella cuande se lo niegue, condenaré a sus propios ojos yy se engafiard a s{ mismo. Si mira las légrimas de su espo- @ 5a, lorard 6l también y dird: «este charlatén me las paga- ri.» jn que litigio tan desigual te estés metiendo? Una vez que hayas sido vencido, ati te esperan los azotes, mien- tras que ella se sienta en el regazo de su juez. No estamos planeando un erimen, no nos reunimos pa- ra hacer mezclas venenosas, no brilla nuestra mano con és una espada desnuda. Queremos poder amaros gracias a ti sin sobresalto: gqué puede haber mas inocente que nues- tras siplicas? se uta de Araor Ponte, al que Sano encargS de vila fo, iw amante de Sper, cuando t= tals conver en temera. Mercutio reciiédeJipiter i orden de bear ala teoera y para ello adormecis {Argos con a mien de su zampota y depts Lo mad. Jao calood Tos mips ojos de evar en ncaa del pv rel suave favorit ‘A foe a deren con i does In Ro 259 3 Renovada petcin, basada en nuevas razones, el eunuco, gust dlién de a amada para que sea complacientey iberal con su sera, iAy de mil, pues td, que no eres hombre ni mujer , ‘igilas a mi duetia y no puedes conocer las alegrias reefpro- cas de Venus. El primero que corté a los niftos los genita- les debi €1 mismo sufrir as mismas heridas que hizo. Serfas complaciente y accesible a los ruegos, si te hubieras s enardecido de amor por alguna mujer. No has nacido ti ‘para montar a caballo, ni eres bueno para empufar Ins ‘armas pesadas, ni atu diestra conviene una lanza guerrera. Que los machos se ocupen de esas cosas; tt, abandona fsperanzas vires: debes tener la misma bandera que 19 ‘tu sefiora. Compliceta con tus servicios y que su favor te resulte provechoso; sin ella, seuil seré tu utlidad? Posee ‘ademés hetmosura, posee una edad propia para los deva- ‘neos amorosos. No merece su belleza perderse en un aban- dono estéril. Te ha podido engafiar aunque seas tenido por 1s Aifieil de esquivar: Hegaré a cumplirse 1o que dos personas hhan deseado al mismo tiempo. Pero habria sido més con- vveniente haberio intentado con stiplicas: nosotros te implo- ramos, mientras ain tienes tempo de poner un buen pre- cio a tus servicios. 4 vidio coniesa sus dbilidades, pero se sienteincapaz de re- smediarlas. Los versos 3-5 expresan el conflcto y debate en el Cf, nota 10, Se tat del mismo personae, 260 awonss alma del posta entre el ma, percibido como ta, ye irremediable deseo de aquello que se entiende como malo. La debilidad a que i se refiere ol poeta es la de verse atraldo por muchos tipos de ‘mujeres y no por uno solo; a continuscién enumera los diversos tipos: la vergonzosa, la atzevida, la cult, Ia ud, la sensual I te ava ln cantante, la msica, fa ballarina, la alt, It bajs, et. No me atreveria yo a negar mis costumbres licenciosas ni a promover & causa de mis vicios una contienda basada en la mentira, Confieso mis faltas, si de algo sirve confe- sarlas, Ahora, después de haberlas confesado, vuelvo, loco de mf, a mis delitos ". Lo odio, pero no puedo dejar de desear lo que odio, Ay!, iqué pesado es soportar aquc- \ Ilo de lo que te esfuerzas por despojarte! Pues me faltan las fuerzas y la ley para gobernarme. Soy zarandeado co- mo una barea arrastrada por la répida corriente. [No es tn determinado tipo de belleza el que provoca mi to amor. Son cien los motives para que yo siempre esté enamorado. Si hay alguna que baja hacia si sus vergonzo- 508 ojos, me abraso por ella y ese su pudor es para mi i} tuna asechanzasfi hay alguna que sea atrevida, me veo cau- | tivado por ella, porque no es pueblerina y promete ser in- is quieta en el blando colchénj[si alguna me ha parecido desabrida, émula de las severas sabinas , pienso que me Gqulere pero que en el fondo lo disimulay si eres eulta, me agradas por poseer tan insélitas cualidades; si eres ruda, | ‘me resultas placentera por tu sencillez. Hay una que dice fC Se peo et ed || 3 ate once mls tarde partasaria en Fore, 17-1. ae umRo 261 que, al lado de los mios, Ios versos de Calimaco '* son rristcos: a la que le gusto, al momento ella también me 2 gusta a mi; hay también una que me censura como poeta Y¥ que critica mis versos: quisiera tener debajo de mi el ‘muslo de la que me critica. Es sensual en sus andares: me ccautiva con su movimiento; otra es altiva: pero podria ablandarse al contacto con un hombre. A ésta, poraue 2 ‘canta dulcemente y modula con faclidad su voz, quisiera darle besos furtivos mientras esté cantando. Esta pulsa con su habil pulgar las quejumbrosas cuerdas: zquién puede dejar de amar manos tan sabias? fsa me place por sus ademanes, mueve los brazos con ritmo y dobla su cadera 39 elicada de modo sensual. Para callar sobre mi, que por cualquier motivo me veo seducido, pon al lado de éa a Hipolito * y se convertird en Priapo ™. TW, como eres tan alta, te pareces a las antiguas heroinas " y puedes abarcar el lecho entero cuando yazcas sobre él. Esta es manejable 3s ppor lo pequefia que es; ambas me destrozan: se avienen con mi deseo tanto la alta como la baja. Si no se arregla, ‘me imagino cuanto podria aumentar sus encantos si se arre- lara. Va adornada: entonces es que exhibe sus propias ccualidades. Me ceutivari una muchacha de palida tez, me cautivard una rubia. También en la tez morena hay un « ct. Am 1, noc 98 ° Hilo de Teieo ye amazona Hip. Senos a a seduces eau madara Fara y mari a consessnin dela calumnin que fa le hizo. Agu se le nombra como Himbolo de sated ® Dios guard dels huerosy jardies, al que sl atbuia una asda nul, cepeentindotl, por end, dota de una gran er 1B Aqul como proceipo de las, opuato Hipaite, Se crea que ls amigos heroes habia sido de una esate supe. 262 MORES atractvo seductor, St unos cabells oscuroscuelgan sobre un cuello de color de nieve, Leda ™ fue digna de admira- clin por su cabelera negra, Si son bio, también Ia Atro- ‘ra estaba atractiva con sus cabellos azafranados *. A todas 4 las leyendas se adapta mi amor.{La edad juvenil me atrae 1y me seduce la edad ms maduraz una deitaca por su her- mosura exterior, la otra por su modo de ser. En resumen, ri amor est al acecho de todas esas mujeres que gozan de presigo en Roma enter. | Relato de un enfado y de una reconeliacién entre el poeta yy su amada, Motivo: una patente infidelidad de ela. Aun des- puts del areplo subsisten, sin embargo, los elo. La clea pone de rllove esa enerucljada Muctuante entre pasién y desconfianza, amor y odio, ya atisbada por Catulo, y explotada por Ovidio aqui ¥/en otros lugares. ‘Ningiin amor vale tanto (jaléjate, Cupido, y llévate tu aljabal) como para que yo sienta una y otra ver deseos tan intensos de morir. Pues morir es mi deseo cuando pienso en tu delito, mujer nacida, jay!, para mi eterna despraci. in mensaje sorprendido me revela tus actos, ni unos tm. 1, noe 25. Seguramente Ovi se hiner en sain cuaéro para decir que Lede foe moren, En Andh, Pal V 65, 2 em sin fenbarg, ria. Ba Homero (. el. VII 1) la Aurora ten azafrenado velo, peo no aafanados abel, umRo 263 regalos dados furtivamente te acusan. ;Ojald mis argumen- tos fueran tales, que no pudiera vencer!; desgraciado de mi, zpor qué mis razones son tan buenas? Feliz aquel que se atreve a defender tercamente aquello que ama, aquél a quien su amiga puede decir «no lo hice». Es de hierro y concede demasiada importancia a su dolor aquel que pre- tende una victoria sangrienta, tras haber dejado a su ama- da convicta de culpa. Yo mismo vi, despraciado, vuestra traicién,estando so- brio aun con el vino junto a mi, cuando creias que estaba dormido; 0s vi diciéndoos muchas palabras con movimiento de cejas; en vuestros movimientos de cabeza habia buena parte de voz. No se callaron tus ojos ni la mesa escrita con vino, y también en tus dedos hubo letras. Me di cuent aunque no lo pareciera, de la conversacién que manteniais y de las palabras a las que habiais acordado dar un cierto significado. Y ya muchos convidados se habfan retirado de la mesa; ambos amantes estaban el uno junto al otro: entonces os vi intercambiar lascivos besos (era evidente para mi que habian juntado sus lenguas) como una her- mana no se los da a su severo hermano, sino como una tierna amante se los da a su apasionado amigo; como no «8 erefble que Diana se los diera a Febo *, sino como Ve- ‘nus muchas veces se los dio a su querido Marte. “«qQué ests haciendo? —exclamo— jad6nde te llevas ahora goces que son mios? Mis manos caerdn sobre aque- lio que por derecho les pertenece. Esto lo tienes que hacer conmigo y yo contigo en comin: zpor qué un tercero viene fa tomar parte de nuestros bienes?» Eso dije y todo lo que el dolor dicté a mi lengua; a ella un vergonzoso rubor le Fa 264 awonss ss subié al rostro culpable; un rubor como aquél con que colorea el cielo Ia esposa de Titono *, 0 como el de una Joven cuando Ia mira su reciente prometido; como resplan- ddecen las rosas entre sus amigos los lrios, 0 como la Lu- za, cuando se eclipsa porque han encantado con ensalmos ‘sus caballos, o como el marfll asirio que, para evitar ‘a que se ponga amarillo con el transcurso del tiempo, lo tite la mujer de Meonia ”. Ese era el color que ellos tenian ‘o muy parecido a alguna de las cosas que he dicho, y ella ‘en ninguna otra ocasién estuvo més hermosa. Miraba al suelo, y mirar al suelo le sentaba bien; habia tristeza en 4 su expresién, y esa tristeza Ie sentaba bien ™, Tal y como extaban sus cabellos (y estaban bien peinades), me dieron ganas de arrancérselos, y de lanzarme contra sus delicadas mejillas. Mas cuando vi su rostro, cayeron mis brazos vi- gorosos: mi amada se defendié con sus armas, Yo, que poco antes me habla mostrado cruel, le pedia suplicante sey tomando la inielativa que no por eso me diera besos ‘menos sentidos. Sonrié ella y de todo corazén me los dio lo mejor que pudo, besos tales que podrian quitar a Jipi- ter encolerizado su arma de tres puntas ®. Pero, infeliz de mf, me atormenta el pensar que tal vez 41 otro los haya recibido tan buenos, y quisiera que no ss hubieran sido de igual calidad. Ademés los que ella me dio eran mucho mejores que los que yo le habia ensefiado, 'y-me parecié que afadia algo recientemente aprendido. Es una desgracia que me hayan resultado mas dulces que de La Aurora. Cf, Am. 1, nota 16 F Cf, Homer, I, IV 14 ss «Como wna mujer de Meonia 0 Cacia en prpara el marl qe adorn feno de uo clo.» Ct, dm. , ote 38) Are, ows 2; Tl, nota 82 2 al como wn hat formado por tes daros, representa el ray0 lat obrat 6 ate, sumo 265 costumbre, que tu lengua haya entrado por entero entre ris labios y la mia entre los tuyos. Ya pesar. de todo rno me aflige s6lo esto: no me quejo uinieamente de besos «0 apretados, aunque también me quejo de estos besos apre- tados: tales no se han podido aprender en nirigin otro sitio sino en la cama; no sé qué maestro ha conseguido la gran recompense. COvidio ddica esta pez de sus Amores a la muerte del papa- s2yo de Corin, sigulendo en intencionads variaclin 2 Catulo, ‘que habla lorado en endecasiabos falecos al gorién muerto de su amada Lesba, El poema es, pues, elegiaco en su mAs primiti va acepein, al igual que el escrito con ocasion de la muerte de “Tibulo (I$). Pero aqut es abvio el tono parddico. Comprende tuna exhortaion al dueo dlvgi a las aves, un efogio del pdjaro ruerto, una visiOn de su acogida en el Elsi y, finalmente, not cla de su epitafo, EL papagayo, ave imitadora de Ia vor procedente de Ja tierra oriental de los indios, ha muerto: aves, venid en ‘bandada a sus exequias. Venid, aves pladosas, golpeaos el pecho con las alas y araftaos las tiernas mejillas con las uflas o6reas; en lugar de los tristeseabellos, arrancaos las 5 erizadas plumas y esctichense vuestros trinos en vez de la larga trompeta En cuanto al crimen que lamentas, Filomela, del tirano del [smaro ®, ese lamento se ha completado ya a lo largo fmaro es un monte de Tract. H ano del fanaro ese ey traio Teo, eposo de atalense Proce; ese enor de et a Floss, la ils, le cori lengua para qbe no plea descabriclo 266 auonss de los atios que has vivido. Quéjate ahora por Iz muerte 10 desgraciada de este pajaro exstico: gran motivo de dolor es Itis", pero ya antiguo. ‘Todas cuantas sostentis vuestro rumbo en el are Limpi- do, pero tii antes que ninguna, t6rtola, laméntate, pues eras su amiga *. Total fue la concordia entre vosotros du- rante toda la vida y vuestra lealtad permaneci6 ininterrum- 1s pida y constante hasta el fin. Lo que el muchacho de Focea ” fue para Orestes de Argos, eso era para ti, papa- ayo, la t6rtola, mientras fue posible. zDe qué te ha servi- do esta lealtad, de qué la belleza de tu raro color, de qué tu habilidad para variar de sonidos con tu voz, de qué cl haber agradado a mi amiga, cuando le fuste regalado? 20 Lo cierto es que ahora yaces, gloria infeliz de las aves. Y Ik enced en unos esubles. Pero Flomala se lo hao saber todo {sa erana Proce por medio de una tela brdada, y juntas plaearon su vengaran. Maran a Its, hijo de Treo y Proce, sel sivieron al rey y desputs de banguete, le ensearon Bs cabeza desu hilo. Teco 868 perasdndlas, yal cabo los res fueron metamorforeador en sem fas ves: Teeo en abba, Proene y Flcmda en goloniina. As! en ‘ents glass fen ans, coservdndose a metamerfoss de Te eo en abubll, ude haber confuié 0 anbigiedad sobre as me‘amor- fosis de Prose y Flomela,prevaletiendo el risetor para Moma y Ja glondrna para Proce y wanceniéndose asf en In tracén clsica (Gon le mutacin del nomice de Flomes en Foon) Bn ol presente texto ovdiano, por ejemplo, parece que con el nombre de Blomala = sign al ustor, pero no queda claro ses la madre ola ta de Is (Otros textos ovis Sobre el tea Ars I 383 cf nota 6 Rom. 6-82, ef, not 9; 459460, ef, ota 88; Fat, 1 853836; Met. VI A9-614; Test. IIL 12, 9 6, Sobre dich leyenda, wae A. Ruz e Evins, Mi, Cle las. 359.36. "FEI hijo de Proce y Tere. Cf. nots precedent Sobre el amor etre itl y papagayos habla el mismo Ovo a Met. XV 31 y Piso el Viejo, Nat. Hist. X, 207 2 'Phades. Alsién su proverbial amistad con Orestes. Ro 1 267 Ti podias con las plumas de tus alas eclipsar a las fr alles esmeraldas y tu pico bermejo estaba tefido de rubio azafrin. No hubo en la tierra pijaro mejor imitador de Ja voz: jrepetias tan bien las palabras con tu sonido balbu- ciente! La envidia te nos ha artebatado; ti no provocabas 25 guerras violentas, eras parlanchin y amante de la paz tran- uila, Mira las codornices, e6mo viven en medio de bata- lias y seguramente casi todas legardn a viejas, Con muy poco quedabas saciado, y a causa de tu aficién por hablar no te era posible tener libre el pico para comer mucho. 20 ‘Una nuez era tu alimento, las adormideras te provocaban el suefio y el agua pura te calmaba Ia sed. Vive el buitre voraz y el milano, que da wueltas por el aire, y el grajo, que provoca la lluvia; vive también la 3s comeja, odiada por la beicosa Minerva ™, legando a du- rar més de nueve siglos. Pero muerto esté aquel retrato parlante dela voz humana, el papagayo, regalo que el con- fin del mundo nos envi6. Casi siempre las cosas mejores son Ias primeras en ser arrebatadas por manos avaras™, las peores llegan a ta edad que tenian fijada. Tersites * wo vio los triste funerales del Filicida *” y Héctor era ya ce- niza, cuando ain vivian sus hermanos. % ‘Minera od ala coven (que anes ea su pro favorito) por abel eveldo el incumpiminto por pare dels jas de Cérope de la protbiion que sels hizo de que abla i cesta que Minerale ‘enireg6y que conten a Econo. A put de entonces fe la chara aye preferién de Jn los. Cf. Mer IL S34S81 y 564632 De Is mers Ast se define a ete persone en 1216 y ss. Fue ef hombre mds fe qu rib «Troy, pues er biz y coje de ump sus bombs corcorados se conalan sobre l pec, y tena la caber punagua YY eabieta por ralaeabeiea.» 3” alsin a Protsia, el primer dels gregos que cay ante Tro- ym Ddmasele es por ser ociundo de Face, ex Teal, o por ser ale > Feo, 268 Auonss Para qué recordar los ruegos piadosos que mi amiga hizo, temerosa por ti, ruegos que el tempestuoso Noto se 4s llev6 por el mar? Llegé el dia séptimo, que no habia de ‘dar paso al siguiente, y 1a Parca estaba de pie con su rueca ya vacia ® para ti. ¥ a pesar de todo no se quedaron cla ‘vadas tus palabras en paladar perezoso; tu lengua exclaimé al morir: «iAdiés Corinal», ‘A los pies de la colina del Elisio ” erece un bosque so de encinas de oscuro follae y Ia tierra, humedecida, ver- dea siempre por el eésped. Si hay que dar crédito a cosas inciertas, aquél es ef lugar de las aves piadoses —segin se dice—, adonde les esti prohibido entrar a las aves sic niestras. Alli, en toda su extensién, picotean los cisnes ino- centes y el fénix imperecedero ", ave siempre solitai ss despliega sus alas también alf el ave de Juno, y la paloma carifiosa da beros al apasionado macho. Acosido cf papagayo en esta morada boscosa, atrae con su lenguaje Ja atencién de Jos péjaros.piadosos. Un montén de terra cubre sus huesos, montén de tie- fo rra en proporcién al tamafio de su cuerpo, y encima una piedra pequeta, igual que él, lleva inscritos estos versos: ‘MDE Mi SEPULTURA MISMA SE DEDUCE QUE HE stD0 GRATO ‘A MI DUERA, TUVE UN PICO QUE SAMA HANLAR MAS DE LO ‘QUE SUELE UN AVE.” Es dea, se baba consumigo ya el tempo de tu vid > Lugar do ukratumba etervado a oe pdovoe. Ausque le expe- lon comin es ede wCampor Bint 0 wLlanurs Hiseu, Ovilohe- ‘bla agu de wale isos, y en Am. 19, 6 de wCoina Elica, por tha de vara, “Ave inmortl dea que se dca ques incendaba as misma exan- ose sera aa, y de sus propos ceizssurin de nuevo renova. ‘Sobre su leyenda, ef Met. XV 392 y sty el poema que Lactanclo le ecco (De eve Phoenice) EL pavo re umRo 269 1 poeta se queia de los celos injustificados de su amada y nlega rotundamente haber tenidoreaciones con Cipasis, camare- ma de eli ‘eDe manera que voy a servir yo siempre de reo para ‘uevas acusaciones? Me fastdia tanta lucha para aleanzar Ia victoria, Si me vuelvo a mirar las alturas del marméreo teatro, cliges de entre la muchedumbre alguna de quien quejarte; si una mujer de radiante hermosura me ve y me mira sin decir nada, en esa mirada sospechas que hay sefiales secretas; si he elogiado a alguna, arrancas con tus ues ris pobres cabellos; sila recrimino, piensas que disimulo ‘mi falta; si tengo buen aspecto, dices incluso que soy insensi- bie para contigo y si lo tengo malo, que muero por amor a otra ero yo quisiera saberme culpable de alin delito, por- (que quienes se lo han merecido, sobrellevan el castigo con resignacién, Ahora me culpas sin razén y por creer cual- ‘uier cosa gratuitamente, impides ti misma que tenga pe- s0 tu e6lera. Mira cémo el orejudo asno, digno de léstima por su suerte, camina lentamente a pesar de los continuos golpes con que lo afligen, Hiete aqui la itima acusacién: se le echa en cara a su. experta en maquillae, Cipasis, haber mancilado conmigo el lecho de su sefiora. ;Concédanme los dioses algo mejor, cuando tenga deseos de ser inflel, que sentir placer con ‘una amiga innoble, de condicién humildet, ;qué hombre libre querria entablar relaciones amorosas con una sirvien- 210 Avon tay abrazar una espalda sefialada por los latigazos? Atade {que es muy mafiosa en peinar tus cabellos y eamarera gi 2 ta a ti por sus hibiles manos. zIba yo a hacer proposicio- nes a una criada, sabiendo que te era fiel?, iqué ganaria ella sino ser despedida al menor indicio? Juro por Venus y por el arco del nitlo volador “* que no soy reo de la acusacién que me haces. En tnicacontrastva con Ia anterior elegia, el poeta se diige «8 Cipass y se pregunta con asombro quién ha podido ser el dela- tor de sus mutuos amores. Si ants se denigrabs el amor sentido por una eselava, abora se pondera el mismo recusiendo ala auto- dad de clertos casos miticos (Aquils y Brscida, Agumenén y (Casandra): ingenioso ejercicio, en fa, tpieamente retrico. Chan- taje @ Cipasis para que le conceda muevamente sus favores. (Civass, i, que tan bien sabes dsponer los eabellos de il maneras, pero ign de peinartnicamente a ls dio- sas; ti, de quien he sabido por el placer del furtvo en cuentro que no eres tesa, idénca desde luego para tu due- ‘ha, pero mucho mds idénea, para mi, gquiéa ha sido el dciator de nuestras usiones? }Cémo se ha dado cuenta Co- tina de que te acuestas confitigo? Es que me he sonrojado yo? 4Es que me he delatado por alguna palabra y he dado pistas anf de nuestro amor furtivo? {Cémo puede ser eso, wos sostve que no estaba en su sano juicio aquel que pudiera delinguir con una scventa? * cpio, uo am El de Tesalia ® se abras6 de amor por el rostro de Bri- seida, una sierva; la sacerdotisa de Febo “, una esclava, enamord al rey de Micenas *: y yo no soy de més rango que el Tantélida *, ni de més rango que Aquiles; lo que convino a los reyes, zpor qué considerarlo vergonzoso pa- ra mi? Sin embargo, cuando fijé en ti sus ojos airados, vi is que se enrojecian por completo tus mejillas. En cambio yo, jcon cufnta entereza, si acaso lo recuer- das, hice juramento por la poderosa divinidad de Venus ‘Ti, diosa, manda que el perjurio de mi inocente cora- z6n Io leven Ios templados Notos a través del mar de 2 (Cérpatos. ‘Como dulce recompense por ese servicio, morena Cipa- sis, concédeme hoy tus favores. aPor qué rehisas y finges, desagradecida, temores nue- vos? Ya es bastante que hayas servido a uno de tus amos. Porque si te niegas, necia de ti, yo seré el delator que 2s cconfiese tus pasadas acciones, y vendré a revelar mi propi falta y diré, Cipasis, a tu duet en qué lugar estuve cont 120 y cudntas veces, con qué frecuencia Io hicimos y en ‘qué posturas. © Agus Cf. Am. 1, nots 62. Ceeandra, Ch Aim. I, nota 63 © Agamenso, “ Se ceflee asimlamo a Agamené, hijo de Auto, que a su ver lo de Paope, ye de Taal, Agamenén ea, as pus, bizico de ‘Tena. ‘Ct, patbras finales del anterior poema m swoRrs Séplica a Cupido para que, una vez que el poeta se le ha sometido, deje ya de asediare sin tregua. 10h Cupido, nunca satisfecho en tu ira contra mi, oh nino aposentado perezosamente en mi coraz6n! {Por qué ‘me molestas a mf que, soldado tuyo, munca he abandona- do tu bandera, y por qué me hieres en mi propio campa- s mento? “, Por qué tu antorcha abrasa a los amigos y tu arco los sactea? Mayor gloria seria para ti vencer a los ‘que se te oponen. :Qué? No ayudé el héroe de Hemonia con su clencia médica al herido, después de haberlo atrave- sado con su lanza? ®, El cazador persigue lo que huye tw pero deja lo que ha cazado y siempre busca algo que i afiadir a lo encontrado. Nosotros, pueblo rendido a tus pies, somos quienes experimentamos tus armas, mientras que tu mano perezosa se retira del enemigo que te hace frente, {Por qué disfrutas al embotar en huesos descarna- dos tus dardos ganchudos?, pues descarnados me dejé los, hhuesos el Amor. 1s GHlay tantos hombres sin amor, tantas mujeres sin amor, de ellos podtas obtener un triunfo con mucha glo- onea ez, como en Am. 1.9, el tem de It mie amor i “© EL hte de Hemonia es Aqui, natural de Fi, en Testa © He- sonia. Istrlde pore cetauro Qué, habia aprendido el are del unllo mldio. Aqu! se elude « Tefo, hijo de Hércls y de Auge, 1a saxin rey de Misia que fe hero por Aqui com sanz, exand Tos griegos en su vinje 8 Toya arbaron a ls cosas desu pas. De tal herd sbi san al cabo dl tempo (iuiendo fa indian de un ‘ordels) acudiendo al mismo Aqui, ques le alles en a Unga Ia be srumbre dela mise lanza con la que lo baba heio mou * 23 ria, Roma, si no hubiese desplegado sus fuerzas por el ‘mundo entero, ain ahora estara hecha de cabanas cublertas de paja. Después de haberse fatigado, el soldado marcha a los ‘campos que Je han concedido; al caballo se le deja ir 2 bre de ataduras a los pastizales; ampli astlleros prote- gen a la nave de pino sacada a terra; y se reclama la ino- fesava pada de madera unt ver usta a metic. Tan para mi, que tantas veces he servido en el amor de luna mujer, sera ya el tiempo de jubilarme y vivir tranqui- lamente, G) & a coast ot ver, cone poema precedent, detrolla sa ide completamente peste puth o ota vit sone sn lamor de une mujer, No rey tania, so bau ta. Y pd a Coplo ae ea sempre sobre dade (Gi um alos me era ete sa amor, yo le euplia ue aljra do ma tl crdens hasta ew po la mer et ‘un mal agradable *°. Cuando he llegado a un aburrimiento totaly a menguado en esprit el fcgo de la pai, te veo empulado por no sé qué torellng de mf men desgraciadaIComo un caballo demasiado duro de boca s arrastra al precipicio a su jinete que en vano sujeta el fre- Sep emit, Spite mand6 a Vlean que fabricar a a mis, one ana y cig par los hobs feo Heo, Thee 0, —18 28 awonss no leno de espuma, como un viento repentino arrastra @ alta mar a una barca, cuando casi ya tomando tierra tocaba puerto, asi me arrebata a m{ muchas veces la brisa incons- to tante de Cupido, y el Amor vestido de pérpura vuelve & tomar las armas conocidas. Dispara, nifto, contra mi! Desnudo y sin armas me lofrezco a ti; aqut tenes t fuerzas; aqui aciia tu diestra; ‘hacia aqui llegan ya espontineamente tus flechas,’ como ‘ise lo hubieras mandado. Apenas su aljaba les es més conocida que yo. 1 Infeliz aquel que consiente en estar descansando Ia noche entera y Tama al suelo su gran recompensa. Tonto, ‘qué es el suefio sino la imagen de la helada muerte? Ya te dard el destino tiempo ilimitado para que descanses. ‘A mi, que me engafien unas veces las palabras de mi ze tralcionera amiga (gozos grandes, en verdad, me propor- clonard la espera) y que otras me diga lindezas 0 me dir reproches. Disfrute yo a menudo de mi duet, a menudo retireme rechazado. Es por tu culpa, Cupido, por lo que tu padrastro Marte es ambiguo: mueve tu padrastro sus armas a ejemplo 2 tuyo. Ti eres ingrévido y mucho més obediente al viento ue tus alas; y das y niegas los goces con incierta constan- ia, Pero si, en compania de tu hermosa madre, escuchas mis ruegos, ejerce sobre mi corazén tu poder sin abando- no, Sométanse a tu poder las mujeres, muchedumbre de- so masiado veleidosa: habrés de ser venerado asi por ambas partes. Cf, Am. 1 eta 18. ako 2s 10 vidio ama a dos mujeres al mismo tiempo y anda confuso centre los dos amores. Sin embargo, piensa que eso es mejor que verse privado de amor. El desea vivir amando slempre,e incluso morir en medio del acto amoroso. Ti, Grecino , me decias —sf, ui, lo reeuerdo— que nadie era cepaz de amar a dos mujeres al mismo tiempo. Por tu culpa he eaido en la trampa, por tu culpa me he visto sorprendido sin armas, pues hete aqut que amo a dos al mismo tiempo, sinvergiienza de mi.{Las dos son her- 5 ‘mosas, preocupadas por su ornato ambas; en duda esté si ésta 0 aquella aventaja en dotes a la otra. Esta es més hhermosa que la otra, pero también la otra es més hermosa que ésta, Esta es la que més me gusta, pero también aqué- Ila es la que més me gusta. Confuso estoy, cual barqui- 10 chuela empujada por vientos opuestos, y dividido me tie- nen uno y otro amor, &Por qué, diosa def Erix *, duplicas sin fin mis doto- res? {No era suficiente una sola mujer para causarme preo- ‘cupaciones? ;Por qué afades hojas a los drboles, estrellas al cielo que esté repleto de ells, y raudales de agua a los ‘mares profundos? Pero esto es mejor, a pesar de todo, 1s ‘que estar acostado sin amor alguno. Caiga sobre mis ene- ‘migos la vida austera; caiga también sobre ellos el dormir ‘en lecho no compartido y el tender Jos miembros con hol- ‘gura en medio de la cama. En cambio a m{ el eruel amor ‘me interrampa los suefios ociosos y no sea yo solo el peso 29 * Amigo de Ovid, l qu tambien van Sigs Pont, 16,16 y1V9. Vents, que tenia un satualo en et monte fii, en Sia 276 AMORES de mi lesho. Que, sin que nade nos molest, mi amada tne dele eau, ses que una puede sr suerte, feo, don Yo me las ees sol; sn degndos mi mie- brow, pero no sla furs. Aunque tl cuerpo i fala ss po, moe fala nevor Ademds el placer dard italia Tk rtons, sobusecléndols- Ninguna murs ha vs ‘to defraudada por mis servicios “*. Muchas veces he pasa- do dsolutameste la noce entra todavia por la matana txghu dlpuet pra amor y con fora ne cuerpo. ‘Gate aul «gui eniquen Tos eipocos combate sede Venuslficonstdanne los doses que se In causa de mi must! Que el soldado recubra su pecho To pre seue los dads dl enemlgo,y compre con sv sangre tn renombre cero; que el avaro buss tesrotY Gus larag, beba con a boca perore las onda removides wy por su bss, Pero a ml tSqucne on bstelnguideset hel movimiento de Venus; cuando me moera, apdnuese tn vie en modo el cio amon: y que agen rend tiga en mi funeral: asta must ba sido acorde con ti vise cr El poeta maldice el mar y a navepaci6n porque su muchachs hha partido de viaje en barco, y anhela su répido rereso. Los ddenuests contra los viajes por mar son frecuentes en la cesia yy en general, en Ja poesle augistce. % De io eval dedicee que a ep im. I 7 (done a facanca sve echaa por tara) es mecetiamene posterior a eta, Suponiend, lao std, que Ovido manifeste coo toda verdad su propa historia, Jo cuales ya mucho pedir @ un poeta. ch. Am. M7, 23.26 umRo am Un pino * talado en la cumbre del monte Pelio *” fue cl primero que ensenté funestos caminos a las olss del mar, ‘asombradas a su paso: aquel que transporté el famoso car~ nero del vellocino de oro *, atrevigadose a pasar a través de las rocas que entrechocaban entre si. Ojalé que hubiera naufragado la Argo y hubiera be- Dido las aguas nefastas para que nadie en adelante remo- viera con el remo fos anchos mares! He aqut que Corina ‘abandona el conocido lecho y el hogar comin y se dispone ‘2 marchar por caminos engafiosos. GPor qué, despraciado de mi, tengo que temer por ti 2 los Zéfiros y a los Euros, al helado Béreas y al tem- plado Noto? ®. Por alli no pouirés admirar ciudades ni bosques: monétonamente azul es el aspecto que ofrece el peligroso mar. ¥ no hay en medio del ponto frigiles con- chas ni guijarzos de colores; en la himeda arena de la pla- ya es donde debes pararte a buscarlos '. Dejad, mucha- % Nieonimia por nave a materia de qu ett hecho e obeo, por objeto mismo, Se refi a la mave Argo, a primera que cruz 05 ‘mars, seg a an (cf. Careo, LXIV 1) aterigpadn en tex. La madera de pin com gue foe construda a nave fue tala en monte Pebo en Tele (f. Careno, LXIV 1). 5° No propamente el camer del vellaciae de oro, qu sto que dice vidio, sno simplemente sa vellcin, pus el carer yu habia io st ertcado por Frixo a su Hlegeda alt Célquie. Tevemos, por tano, oa rmetninia (ef. nots 56. 7 Las Slnplgades,rocs sada en ls orlas del Béforo, por 3 pate mis esreca, de las que se deca —camo Ovido asigua— que fetreshocaban eat sl. Sa desing era queda’ Inmovluaias el de en ave foeran atravesads por un nav, fecvamenc as our cunndo Ta nave Argo pas por ene ell "Seta los canto vienos mds impatats:e ZA, viento de rst; et Euro, dl at; ef Bocas, dl Nowe: el Now, dt Sue erate: asa demote es popla dei asorbeste playa.» Ct 28 AwORES chas, sobre la playa la huella de vuestros pies blancos co- smo el mérmol: ahi termina la seguridad, Io dems es cami- no tenebroso. Que sean otros quienes os cuenten las bata- lias contra los vientos; qué aguas alborota Escila y cusles Caribais ©; en medio de qué escollos se alzan los temibles 20 montes Ceraunios ®; en qué golfo se ocultan las Sirtes “, Ja grande y 1a mas pequefia. Que esas noticias os las trai- aan otros; ereed lo que cualquiera os diga sobre todo esto: por creer en ella, ninguna tempestad os puede hacer datio, Pero tarde miras ya a la tierra, después que, suelta la amarra, corre la combada nave hacia lo inmenso del mar, asy el marinero, inquieto, siente pavor de los vientos cam- biantes, contemplando la muerte tan de cerca como cerca est el agua. Porque si Tritén encrespa las batients olas, ewan pronto se te esfumara el color de todo el semblante! como paralelo est asa googorno (Leila XID, con gual rechazo de ‘are igul imagen de que reoge coach et I arena dela aya: «Bas ‘ue muy en Bora Buena /e merader nuevos sles; / yo coacsy exe oles / ere in menade arena. © Mencin de Esa y Carib, monstruos tbls para ls nave ane, siuados ambos ea el eecho de Mein. Bela ra una macha- ha que, por obra de Circ, se conv en moastruo marino con cabeza de pero salénole de as ngs, que devoraban aos maineros Confun- idea veces co Dac, bi de Ni, ef. mI, note 105. Cabs sorbia el agus del mar, tragndoss Ios barcos, y vomitindolos mis tarde. Conoidos ambos monstruosespdaente por sa relacén con Al vine de Ulises (ase Od. XIU 73 58). ‘ ‘© Acanilados en la cosa el Eplio,temor de los marinero. Bajos plgross para ls nas. Habia dos, como aq se pecs: tos mayors, péximos a Libiay y los menocs, frente a Ties © Dios matin, hijo de Neptuno y Antic, con cuerpo humana. su parte perry soa de pz Se atibuto et un cracola, que al ocr Ja provocaba d movinleno de as aguas marinas (f. Met. 1335 ys) fez que tne su parangée con el que cosegfa I rade Orfeo, de ‘Aion, de fon, uno x 219 Llamards entonces a las estrellas ilustres de los hijos de Ja fecunda Leda ® y diris: «Feliz aquél a quien su tierra 99 lo retienel» Mas seguro es calentar un lecho, leer libros y pulsar con los dedos la lira de Tracia . Pero si las tempestades impetuosas se levan mis pala- bras y las hacen vans, sea por lo menos Galates ® pro- picia para tu nave. Si perece esta muchacha, vuestra seré 35, la culpa, Nereidas, y también tuya, padre de las Nerei- das ®. Ve, acuérdate de mf, para que regreses con viento favorable, y que la brisa, soplando con més fuerza, hinche tu velamen. Al mismo tiempo, que el gran Nereo haga ro- dar el mar hacia estas costas, que hacia aqui soplen los « vientos y hacia aquf la marea empuje las aguas. Ti, por tu parte, pide que sélo los Zéfiros ” vengan a inflar tus Jonas y maneja con tus propias manos las velas hinchadas. Yo seré el primero en distinguir y reconocer tu nave desde la playa, y diré: «esa nave trae consigo a mis dio- ses» 7!, Te Hlevaré sobre mis hombros y te daré besos mil- tiples sin cuento; inmolaré la vietima que promet{ por tu regreso. La blanda arena extendida bajo nosotros serd a ‘manera de lecho y una elevacién cualquiera del suelo pue- de servirnos de mesa. Alli, sin que nos falte el vino, me dards cuenta de tus muchas peripecias: eémo tu barca casi so se hundi6 en medio de las aguas, y c6mo mientraé te apre- daa, a constlain de los Ganeos, eatasteiano de los Dios caro, Cistory Patut, Invocados por ls navegantes en pel. "patria de Orfeo, weaor de i ra por antonomasa Una delat mat famosas Nereida. Nest, dios marin, hijo de Ponto y Ge. % cf nota 60 La vind otorgad a a amada por parte de peta ex oto de tos tploseleioos, que ha sido puesto de elev por G. Lissno, Pue- Se dvin, Arter, 1962. 280 swonss surabas por volver a mi, perdiste el miedo a las tempesta- des nocturnas y 2 los Notos huracanados. Daré crédito a todas tus palabras, aunque sean inventadas. ;Por qué voy sa rechazar las lisonjas que yo mismo deseo? Que ef Iucer0 ‘matutino, brillando con todo esplendor en lo alto del cie- Jo, me traiga cuanto antes este dia, dando rienda suelta ‘a su caballo. 2 I poeta canta victoria porque ha conqustado a Corina. El Tenguaje de la milla se apica a lo erético (mila amoris) ea virtud de una equivalencia ya establecida en 19 (lat omnis mans). Recueréa ejemplos miticos de mujeres que provocaron, squerras, compardndolos con su propia aventura. Bs un poema ‘que, como 15, muestra bien & ls claras emo la eles, aunque fuera fundamentalmente una expresién del lamento funerario © amoroso, srvié también como vebiculo para la manifestacin del deseo conseguido: todo ello para iustracién de la doctrina hora lana contenida en Are Poet, 75-16. Laurels tiunfales, veid a coronar mis senes! He ven~ ido: aqut, entre mis brazos, tengo a Corina, ella, a quien protegian un marido, un guardién y una puerta inquebran- table, jtantos enemigos!, para que por ninguna artimana s pudiera ser conquistada, Un triunfo por todo lo alto se ‘merece la victoria en la que el botin, cualquiera que’ sea, se ha conseguldo sin derramar sangre, No se trata de mu- 108 de poca altura, ni de fortalezas rodeadas por fos0s de poca profundidad, sino de mi amada que, gracias a mi cstrategia, ha sido conquistada ”, * Cf, note 48 uo 281 Cuando Peryamo cays vei, después de una guera ae dé dos lstzos, de etre antes guerreros, qué parte 0 de mrt correspond «los Aas? En cambio la gloria de ete hecho me pertenee mi solo sn compara con singin soldado, y nadie mi lene el honor dela victoria, He legado ala consecucon de mi deseo actuando la vez como general y como soldado, He sdo jin, soldado Ge infantry portaetandarte tambien yo mix. Ia is fortuna no ha mezelado el azar con mis efuerzos, Ven qu, trunfo coseptido oon ma perseverania! EI motivo de mi guerra no es nuevo: Europa y Asi babrian estado en pa, sl bles sido raptada Ia hija de Tinddreo ”; una mujer ™ fue la que hizo que los Lat tas salvaje y el publo de doble forma se lanaran alas 2 armas, tras haberve emborrachado vergonzosamente(una ‘mujer fue la que impulsé a tos troyanos para que empren- Gleran por segunda ve una nueva guerra ent fino, justo ‘Latino ; una mujer fue la que, cuando la ciudad estaba reviga funda, lanzS contra log fomanoe a sus stegron, Y promovié crueles combates fe visto incluso a los 25 foros luchar por una compafea Blanea como la nlve, y » Hea % Hipodamia. Cl Am. 1, note 25. Lavinia, ij del ey Latino, provocd Ia guerra entertuos¥ we- yanos, sei cua Ia Bid, Poet Latin se ln conoeli® a Enea como promeids, una ver que ya lo enaba a Taro. La poe de os comentarists aden que aa ee hae refe- rencia al apie de lar salou, entndendo enonces que fering es 30 ‘Sgular por plural. Como ta singular ve podia expla, is dda, como ‘exo porque a vendra a calminars rplemente Ia andfora de dha ‘alsbea enw. 1921 Bien paiera sera. Pero lor me parece pens ‘en una alsin Tepeya, la mujer que, abvendo las parts dea cada ‘or sabinos, lot atrlé con lo romain, qe & a sain yu ean sus yeras (Am. 1, nota 70). 282 ‘AwoRES Ja ternera misma, mirdndolos, les daba brios ”. También ‘a mf, como a tantos otros, pero sin que hays tenido yo ‘que matar a nadie, Cupido me ha ordenado empuar la bandera de su milicia B Corina yace enferma a conseeuencia de un aborto voluntario; por ello Ia recrimina el poeta, quien al mismo tiempo ruege & las diosas Isis ¢ Ia que la salven del peligro. Ambasplegarias presentan los mismos elementos: tulos de la divinidad, petcién conereta y recuerdo o promesa futura de compensacones por pate el suplicante, or ttvas et peso du vente inshdo, au ate vinfauo! Coin ac enferma 9 corre ple se Bense moe ue nena cone por haber ane pt cn ies ecco uneeane omen so cae te ede Ys co tad sr dem de un (oo Gacain okie as ror pone mr tengo por eve To gue sto © ra posed, Iino que haan Preon fosnlads capes de Canopo, Menfis y Faros "*, abundante en palmeras, y te reson por donde poor que Maye por anche vecnuce deeboen po ste boca oy aus la Spor ato te inplrey pore este de Ans 7 a brea wanllon de dmbito Hamano al anal tee vito de trois. gazes todos de Kent. spel de cantatas etiasemplendas ene ato def oss, © Diov exis con cabeza de perro, compatero de Iss y Oss. umzo x 283 ‘venerable (jojalé que el piadoso Osiris esté siempre con- tento con tus rcuales, que Ia serpiente se desice indolente alrededor de tus altares ", y que vaya acompafiéndote en la procesién el comigero Apis! "; mira hacia aqui y, salvando sélo a ella, sélvanos a los dos, pues ti dards la vida a mi dueta, y ella me Ia daré a mi. Muchas veces fen los dias fjados se sienta déndote culto al donde el ‘grupo de sacerdotes galos salpica con su sangre tus Iaureles ©, YY ti, que te compadeces de las mujeres embarazadas ‘cuya carga escondida les hincha el vientre y se lo hace pesado, s€ propicia y presta atencién 2 mis siplicas, Ii- ‘a: ella merece salvarse por tu intereesién; da la orden Come sano de que han sido bien acogidas las offends, puck la serene tania consarado Is, ue pasje es problendico por a iba realm que exablece cece le dios Ins y Tos sterdote dela doa Cites, ob gas, que Se emasculeban alent ye hein con cucllos ea un dali fen- 0. Céme expla? O bln dando pr sestado usa ailacén ene mbes dlsas (ef. Arouvo, Met. XI, 2 «os fiiios —dee la diss sie, abltantesprimeror del mundo, me Uaman Pesiumtin y Madre eos dost, aunque ete texto e posterior 2 Ovo en siglo y meio se vefle aa asic eligica mas qe tua; 0 bien entendien- o.que lo que el texto lees nkamente que et ulto ase reaizaba a los isms lngares que el de Clbeles, pero no que hblera asain toa etre fas dos doses; o bln (ef. A. Raadaaz os Vanors, «The text of Ovi, Amore I 1, 17-8», Arm. Zuma of Phi. 109 (8H), 1691 considwando cocrapto el texto y acuiendo a una conjera tal como candida tur. Nosotros segs aque exo tadiional (que tint. Galea urna, sega ae de Keney, aun reonocendo lo di il de su expla habria que opar por una de as os primera rzo- ‘es otros. Tambic e actptnble la propuesa de Rares de Vere, epi acl el. 18 de eta cgi iia a a dose que (au) ‘ute de blanca vestments fade ra) sane lanl sinus.» Dios de os slumbranints, hija de pier y Juso 284 aconss de que asi sea. Yo mismo, vestido de blanco, quemaré in- cienso en tus altares envueltos por el humo, yo mismo pon- as dré ante tus pies las oftendas prometidas; y afadiré este Tetrero: «XASON, POR HABERSE SALVADO CORINA.» Ti s6lO tlenes que darme motivos para escribir el letrero y hacerte las ofrendas. A pesar de todo, si es licto dar consejos en tan critica situaci6n, ten ya bastante ti con haber luchado en esta batalla, “ _Abundamiento en el tema del aborto provorado. El posta ae rula razones y ejemplos contra lo que considera una abomina- ‘én, La andstota concreta de Corina queda arrinconada por to- do un cimulo de consderaciones en abstracto, De qué les sirve a las mujeres su descanso por estar ispensadas de la milicia, y el no querer sumarse, provistas de escudo ligero "5, a los fieros escuadrones, si al margen de Ia guerra, con sus propios dardos, se infringen heridas Yy ponen en sus clegas manos armas que atentan contra ‘su vida? 5 La primera que tuvo Ta idea de desprenderse de sus fetos indefensos, habria merecido morir en esta su campa- fa guerrera. jAcaso para que tu vientre carezca del baldén de las estrfas, vas a extender la arena funesta de tu comba- te? ™, Si a las matronas de antato les hubiera caido en 1 gracia seguir la misma costumbre, habria perecido Ia raza ® Como era propio dels, Amazonas ™ Meforatomade de los juepos gladatros, uno 285 humana por su culpa, y hubiera sido preciso encontrar ‘otro que de nuevo arrojara piedras en la tierra vacia pa- +a dar origen a nuestro linaje ™. ¢Quién habria aniquilado l poder de Priamo, si Tetis, a dvinidad marina, se hubie- ra negado @ soportar como es debido su embarazo? Si Ilia en su abultado seno hubiese matado a los gemelos, 15 habria perecido el fundador de la ciudad imperial"; si Ve- ‘nus, cuando estaba encinta, hubiese atentado contra Eneas ‘en su vientre, se hubiera visto la tierra privada de los Césa- res, Ti también, aun pudiendo nacer hermosa, hubieras ‘muerto, situ madre hubieseintentado la misma aecin que 20 tui, Incluso yo, aunque me hayan dado como mejor desti- no el mori amando, no habria visto nunca la luz del dia, si mi madre me hubiese matado. ePor qué a una cepa Hlena de racimos le quitas uvas que no estén en sazén y arrancas con tu mano cruel los frutos agrios aiin? Déjalos que caigan por sf solos cuando 23 ‘estén maduros; deja desarrollarse 2 Jo que ya ha nacido, La vida es recompensa no pequetia para un breve plazo de espera. ;Por qué os pinchais el vientre con objetos pun- tiagudos que os introducis y dais venenos mortales a los que ain 20 han nacido? ‘A la de Colcos ” Ia acusan de haberse manchado con as cea, que replies i obea de Deveson y Pir Eos fron os snes superviintes del tro, y, en obedeaca a ere, repo- ‘baron fa tira rojendo pedras hacia att, 1 Pues Tes er la madre de Ages, y Agile fee principal azote eos woyanoe 1 Pesto que futron Rémulo y Remo, los gemdos Biot de Tis © Rea Sivia,qulens fundaon Roma. % Ya que la fila Julia, ln de Clary Octavio, decese deender 4 Ilo, hijo de Hosa. Madea. losin su famosa venganea sobre Jan, cuando dete | sbandoné por Ian de ey de Cort, Crest: mands Ia novia 286 cons sola sangre de sus hijo y se lamentan de que a 1s Jo hhaya degoliado su madre: ambas fueron madres erueles, pero ambas se vengaron de sus maridos por graves mot ‘vos con el exterminio de su comin descendencia. Decidme vosotras qué Tereo”* 0 qué Jasén ™ os incta a pinchar 3s yuestro cuerpo con mano temerosa. Eso no se atrevieron 1 hacerlo ni siquiera ls tiresas en las cavernas de Arme- nia, ni tampoco la leona se atrevi6 a matar a su crias. Pero si que lo hacen las dlicadas muchachas, jmas 30 Jmpunemente!: muchas veces la que da muerte os suyos dentro de su vente, peroe también ela. Peree también cllay se le evan @ la pra con la cabellera despeinada, Jey todos dicen nada mds veria: «se lo fa mereido.» Pero que esas palabras mias se desvanezcan en as eté- reas brsas y mis augurios no tengan peso alguno. Sed be- nevolentes, dioses, y acceded a que, sin graves consecuen- cias, haya dlinquido por exta ver; y ya es bastante, Que ‘eumpla su castigo si comete una segunda falta. 6 Se ditge al anillo que va a enviar como regelo a su amada Y desea convertrse en el objeto en cvestin para estar siempre asl en contacto con ells, Gaaito que has de cetir et dedo de una hermosa mucha- cha, en ti mada se debe valorar sino el amor de quien te tun manto qu, al poneseo, se incendi, y mata sus proplas bos Tor que bia teido con sb. GR notes 30 31 Expos de Proane. Cf. ota 20, % Espow de Medea. Cf. nots SI imo a 287 regala: vey resiltale un obsequio agradable; que te reciba con algria y que enseguida te ponga en r dedo; que tes ajustes a ella tan bien como ella se ajusta conmigo, y que rodees convenientemente su dedo con un circulo a su me- dda. Feliz 6, anillo, porque te va usar mi dueha: tengo nvidia ya de mi propio regal, pobre de mi, | 1Ojald que con la ayuda de la mujer de Bea 0 del wo viejo de Carpatos ** pudiese convertirme de repente en este obsequio mio! Si eso ocure, seri mi deseo que ti, mi due- fia, te toques los pechos y que te introduzcas entre la tiini- ca la mano izquierda, Aunque bien ajustado y pegado a tu dedo, me if desizando de ly caeré, ensanchado por arte de magia, sobre tu regazo. Del mismo modo, con 1 el fin de poder sellar los secretos mensajes escritos sobre tabillas y de que mi pledra seca y adberente no se lleve consgo Ia cera, tocar anes los labios himedos de mi her- mosa muchacha, ;Unicamente pediré no tener que sellar mensajes dolorosos para mi! Fin caso de que me vayas a dar para que me guarden en el joyero, me negaré a salir, constrifiendo tus dedos 20 ‘on un crclo més estrecho. No sea yo nunca para ti, vi tna, objeto de verglenza o una carga que tu delicado dedo rehise evar. Llevame puesto cuando bas tu cuerpo con ‘agua caliente y no te importe que mi engace se etropee al contacto con el agus. Pero —cteo yo— al verte desnuda 2 se erguicé de pasién mi miembro y cumpli, sindo anil, cf cometido de un hombre Cc, habitante de Ia ila de en cocci por sus poderes mets- rafrins, pustos a prea, por ello, con fos companeos de Ulises. Cam. I nota 4. Preto, os marino, olebre por su capaci de ransormacion; se le lcalizaba en ln ia'de Cirpatos, eae Redes y Crea. 288 awonss Mas, ipor qué deseo fantastas? Ve, diminuto regalo: ue ella se dé cuenta de que contigo le envio mi lealtad. 16 ‘Ovidio se encuentra en Suimona, su patria. Pero su smada ‘tf lejos y esd convierte en ingrata su estancia ali. Deseos de | que ella se acerque. ‘Me retiene Sulmona %, parte tercera del campo pelig: rio, comarca de reducida extensién pero saludable por las ‘aguas que la slegan. Aunque el sol agriete la terra al apro- ximarse sus rayos, y brile Ia ardiente estrella de la perra se Tcario ®, no obstante corrientes de agua siguen re- | corriendo los llanos pelignios y Ia hierba verdea abundante en al suelo mullido, Es terreno productor de trig, y mu- cho mis fecundo en uvas; crece también aqui con cierta, abundancia el acsitunifero olivo y, gracias a la hierba que 1o siempre renace al estar regada, un gramineo eésped rect- bre el hnimedo suelo *. % Patin de Ovid, Esa era Sr, ian brlnte de la contlaén de! Paro, 4 de todo al cll, cua apaisin coincice con la época de mis clot. Sepin una vein, cicbaconteann ex el xterm dea pera Mera el rey atenease Tero, que, habiendo elaborado vino y dla a pro- bara unos pastors, provoos su embriguer. Eso, creyéndoneenvenend- | os, lo maar. Su perca Mera srs de gia sa hi Ergon para | ecntrar ol adver qu baie sido arojado aun poz. Los ee fron nego eataserizas:Tensio en Boyero, Ergon en a Virgen, y lt pera cx Ia aludida constelacin que también se Tama Canela (pert), ‘corde con el sexo femeino del animal (vase A. Rot Dx Eva, Mi (Ce, pgs 44-75 9 48485) | ® Pasaje un tanto desesidado, prolijo y reincidente en las mismis imagenes: eagus quel regan, «corres deagut alexa egnda, RO It 289 Pero mi fuego estd lejos... Me he equivocado en una palabra: la que provoca mi fuego esté lejos, mas aquf que- dda la fogata. Sin ti, ni aunque me colocaran en medio de Cistor y Pélux ®, querria yo ocupar una parte del cielo. ‘Mueran tlenos de preocupaciones y caiga pesada la tierra 1s sobre aquellos que surcaron el orbe para hacer largos via- Jes", o que hublesen ordenado a las mujeres ir en com ppafia de sus enamorados siempre que les fuera preciso sur- ‘car el mundo para hacer largos viajes! Entonces, si aterido de frfo tuviera yo que pisar los Alpes ventosos, dulce me 2 seria el camino, con tal de hacerlo en compat de mi due- ‘ha. Yendo con ella me atreveria a atravesar las Sirtes WE cas y a entregar mis velas a los Notos intempestivos. [No temeria a los monstruos que ladran bajo las ingles vi Sinales '; ni tus bahias, curva Malea "ni a Caribdis 2s ‘ue, saciada de barcas hundidas, vomita las aguas y las reabsorbe tras haberlas vomitado ". Y si nos vence el po- der que Neptuno tiene sobre los vientos y el oleaje se lleva 2 los dioses que nos iban a prestar ayuda, cuelga de mi hhombros tus niveos brazos: seré fécil soportar sobre mi 30 ‘cuerpo tu dulce carga. ‘ebmedo sul; la Merb verdea abundant, wa her que sempre once», aun gramieo cspeds. Resa ell adele tavo siding acumuldo: rari (. 1), arve (3, ager (. 8) por wa part; tlirem . 3 soo (6), tera. 1), hrm (10), or ota. 5 Conti de lot Cemeon. Cf. ote 66. 8 Bata foba por los viajes y mis concetament por fos ies mart. tims es geal en los eelacs romanos; la ausenia de wales de aveyacién ere también un pico lntegrado ex el mito dela Edad de Ore. Cf. Am IC "@ Cr. note 64 % De Biela Cf. nots @. Bl cabo Mae, sur del Pelopones,peligrono por lt bora. 9 cr, now 0, 19 290 ‘Awonss ‘Muchas veces, en pos de Hero, su amante habia atrave- sado las olas nadando; también entonces las hubiera atra- vesado, pero ninguna luz Jo alumbrd en su travesia '*, En cuanto a mi, si no estoy contigo, aunque el trabajo de los vitedos me entretenga, aunque arroyos inunden los 2 campos y el labrador haga venir a Ios canales agua cortien- ‘te, aunque la brisa fresca acarile el follaje de los érboles, no me parece estar visitando el campo saludable de los pelignios, tierra natal mia y fincas de mi padre, sino la Escitia !, el teritorio de ios elices ** salvaje, el verde ‘4 suelo de los britanos y los pedregales enrojecidos por Ia sangre de Prometeo '. EI olmo se complace com la vid y la vid no abandons al olmo "°, ;Por qué tengo yo que separarme de mi dueRia una y otra vez? Pero bi me habias Jurado por mf y por tus ojos, luceros mios, que ibas a 4s estar siempre a mi lado. Las palabras de las mujeres, mas livianas que las hojas caidas, el aire y el agua se las llevan por donde les parece, sin que se hayan cumplido. "= Leandro hala cada noche a nado a travea dee Abdo a Seto, cludades stuaas ea las ells el Helesport, para vishar au amada Hero, haa que sna noche de tormenta 2 Je spagd a Hero et fan ‘on que slombraba es amante, que muié abogado y perdido eae las ols. Cf. Horoidas XVI y XIX. "Regi cosera del Pooto usin, por encima de Trac, adonde is tarde Ovo seta desrrado. Curio tran al mlsmo temo rela el bacho de que precnmate el pals gue et poeta coctapone 4 ‘0 propia pati, como ef menos ecogedor, sea, a le pose, su gar de exllo y de muerte. "La Cia ea en a zon meron ei penirlade Ani, " EL Cacao, donde sta el mic repli de Promete, al aB¢ um agua deveraba constants et higado = puesto que las vides se plantaba Junto a Ios oles, pare que ss sarmietosencontraran a apoyo. Image wien fecoentemente ca omparacioner pars encomlar It unin de oe amanies. umRo 291 Sin embargo, s tenes alguna consideracién piacosa del Aabandono en que me has dejado, hora es ya de que empie- ‘es @ afiadir hechos a tus promesas y vengas cuanto antes en un carro pequetio tirado por caballos; i misma sacide- 50 les com Ias bridas en las crines ondulantes, y vosotros, mon- tes clevados por donde ella ha de ven, allanaos, y en los valles profundos sedle féclles, caminos. 0 EI poeta contrasta la altanera de Corina com la servi sumi- sé que siente por ella. Todo lo sobrellevaria con tal de conse ‘ir su amor. i ay alguien que piense que ser esclavo de una mujer 6 cosa vergonzosa, yo quedaré ante su juicio convicto de tal vergienza. Tenga yo mala fama, con tal de que me ‘abrase con més moderacién la que habita en Pafos y en itera ™, batida por las olas. YY ya que estaba predestinado a ser presa de una mujer s hhermosa, ojalé que también lo hubiera sido de una que fuera condescendiente, La hermosura engendra soberbia. ‘Corina es de una hermosura altanera. {Desgraciado de mil, ‘por qué ella se conoce tan bien? Sin duda es de la imeigen, del espejo de donde saca su altaneria, y hasta que no 10 std acicalada no se mira en él. Si tu hermosura te da un desmedido poder sobre todas Jas cosas —joh hermosura nacida para esclavizar a mis Venus, con sastusros en aba is. 22 poss ‘ojost—, no debes por eso, al compararme contigo, despre- clarme: las cosas inferiores pueden ajustarse con las gran- 1s des, Cuéntase que también la ninfa Calipso, enamorada de un mortal ", Jo retuvo contra su voluntad. Se da fe al hecho de que una Nereida del mar yacié con el rey de Fria ™, y Bgeria {con el justo Numa. Venus es la mujer de Vuleano, aunque éste al retirarse del yunque cojee tor- ao pemente porgue tiene un pie torcido ™¥. Este mismo tipo e versificacién es desigual, y sin embargo se conjuga per- fectamente el verso heroico con un metro mas corto "*, ‘Admiteme, td también, lucero mio, a tu lado con las ‘condiciones que quieras; consiento en que me impongas as leyes en medio del foro, No seré para ti ocasién de repro- che, ni alguien de cuya marcha te alegres; no seré el nues- fro un amor del que baya que renegar. En lugar de una gran fortuna, tengo mis divertidos ver- sos, y muchas quieren valerse de mi para tener renombre. Conazeo a una que va diclendo por ahi que es Corina ” so para que en realidad fuera asi, gqué no hubiera querido 7 le, "0 Lg Nari Tati cash con Pleo, rey de, de uyo matrimonio saceta Aqui. ‘Ninf conte y amaneo eps el rey Numa Pompe. Diss que l mote ey, © Tet los bosque de Aria yall Uorando se conven fuente (Mat. XV 482 yo). TO Dich coea es int, sega algunas fuentes, y,egin ors fue produsida ale rojado dese el lola rea por spare Jip ter (ode A. Ruz be Exvaa, Mi Cid, ple. 89. 1H lade a tio leas, etzofa en gue Se ese la ef, com puesta det bexkmatro (veo berico) ms un pentinero. Cf. Am, Tots 4,97 13. "Bata constatacdn pode ser una prusba parcial de qu el prtona- Je product de i fia. uno 293 dar ella? Pero dos rios distintos, el frio Eurotas y el Po '*, bordeado de dlamos blancos "%, no pueden diseurrir por tun mismo cauce. Y ninguna, sino ti, sera cantada en mis libros: ti sola dards inspiracién a mi talento. 8 e nuevo, como en I 1 y IL, se enfrena la inspiracion ele- siaca (casuntos doméstioos y queras propias») con la poesia ép- et, que cultva st amigo Macro, y con la tragedia, El Amor y Ja musa leis triunfan sobre Ovidio y le dctan sus versos. Com- posiclén anular por cuanto que comienza y acaba con alusiones Macro y a su obra theraria ‘Mientras ti, Macro ™®, alargas tu poema hasta llegar ala célera de Aquiles y vistes a los héroes conjurados con su primera armadura, yo descanso a la sombra indolente de Venus y el tierno Amor me doblega cuando me propon- 80 cantar temas clevados "". Muchas veces he dicho a + smi amada avete ya de una vez»: pero al punto ella se ha sentado en mi regazo. Muchas veces le he dicho «esto es luna vergilenza»: y conteniendo apenas sus lagrimas me ha 24 er Euouas eso de Espana, y ol Po, de Ita. 2 Deeia a leyenda que Faeté, al precipi fuimiméo desde et ito, vino a cer alo Exdan, idenieado por algunos con el Po, sus bernangs, las Hele, lo orron en sus onlls haste converte ‘n damoe blancos, 9 Hl mlamo a quien va dia Pow. I 10, pots amigo de Ovi, que escibla un poema tice contando ls uceas que precede a 1a Mada "Le oposede entre In Musa grave de i ica y lx Mus lea oa lola ep patete ex ets prierat verok. 294 auones dicho «desgraciada de mf, ya te avergienzas de querer- vw me», la rodeado mi cuelio con sus brazos y me ha dado mil de sus besos, que son mi perdicién. ‘Me doy por vencido; a mi espiritu se le recama lejos de las armas que ya habia empuiado y canto asuntos do- mésticos y guerras propias , ‘Sin embargo empufié el cetro, y una tragedia fue ere- ciendo gracias a mi constancia ™; yo estaba especialmente 1s dotado para ese género. Mas el Amor se rié de mi manto, de mis abigarrados cotumos y del cetro '™ que empuné tan pronto con mano ain profana en la materia. De ahi también me aparté la poderosa deidad de mi amada ene- miga, Y el Amor triunfa sobre mi, poeta calzado con el coturno. Ahora, o bien expongo —segiin Jo que me esté 10 permitido— las artes del tierno Amor ™ (ay de mi, yo mismo me veo abrumado por mis propios consejos!), 0 bien escribo las palabras que Penélope enivia a Ulises ¥ ‘tus Idgrimas, abandonada Fils; lo que leerén Paris y Ma careo y el desagradecido Jas6n; @l padre de Hipdlito e Hi- 2 pélito; y lo que cuenta la miserable Dido, mientras sos- tiene la espada desenvainada, y la muchacha de Lesbos que goza del favor de Ia lira aonia 7 CF, ote 48, Sin dua se refers su trageia Made, de I que slo we nos Ina conservado dos verios ¥ dela qu el mismo Ovo parce hablar sambigo en Trt. It $53 "Mano, ext, cturo: sinbolos todos de la rage. 2 Bs dec, me deco aa ein disc: alsin al Arve de amar 1 A saber, eo eisolas elepacas alsin alas Heo P= ‘llope sis, I sa Demofonte), V (Enone& Pari), XI (Chsace 4 Macareo), VI Hipstpla a Jase), X (Avadaa Tesco), IV (dra @ “HipSito), VI Dido a Enex) y XV (Sto a Fase), mo 295 iCon qué rapidez mi querido Sabino '*” ha vuelto de su viaje por el mundo entero y ha trafdo consigo sus escti= 10s desde distintos lugares! La blanca Penélope ha recono- cido la setal de Ulises; la madrasira lee lo que su querido 30 ‘Hip6lito le eseribe; ya el piadoso Eneas ha respondido por ‘escrito a la desgraciada Elisa; ¢ incluso hay algo que podré leer Filis, si vive todavia; una carta triste enviada por Ji sén le llega a Hipsipila; Ia amada muchacha de Lesbos oftece a Febo’su lira, segin le tiene prometido. ‘Tampoco tii, Macro, en Ia medida en que ello no es 35 arsiesgado para un poeta que canta hechos de armas, pa- sas por alto al dorado Amor en medio del combate. Tam- bign en tu obra esté presente Paris y su amante "™, adulte- rio famoso, y Laodamia haciendo compatia a su marido :uerto ™. Si te conozco bien, no disfrutas més contando ‘guerras que contando cosas de éstas, y de tu campamento 40 te pasas al mio ® Oo poeta amigo de Ovid, et que conta que esribé un poe sma pio, apart de a pistols, ea respasia de as ovdlanas, que ant ‘se mencionan: de Peniope a Ulses, de Hipotko a Fea, de Eneas @ ido (© His), de Demofente a Fils y de Jason a Hips. “Helen, 2 prota, el pimero de los regs que murs en Troy, esposo recite de Laodamia, Ct. Am, Th nota 37. "9 el ragto de Helena por Paris, la mur de Proto ye dale de Detar, son suas tdavos Ja Guerra de Troy y entree ler do Agus que eran en el argumento de In epopeya que fstab esribiendo Macro (Cf. vers ine). Como el amor es mis en tena para J legia que pare In ica, Ovo le ace ete pequeto reprocbe a 50 olga 296 Awonss 1» Ditigese al esposo de su amada, amonestindole para que Ja vigile mds estrechamente, porque el pocta no se gozacoa lo per- aitido y necesita de ciertot obstdculos para que su placer sea completo: «an amor tranquilo y demasiado fll —dice— se con- verte para mi en aburrimienton, asi quieres que sea tu rival probibemelo», Necio, siti no crees necesario vigilar a tu mujer, por o menos hazlo por mi: vigilala para que yo la quiera més, Lo permitido resulta aburrido; 1o no permitido abrasa con ‘mayor fuerza;,esté hecho de hierro todo aquel que ama 10 que otro le consiente, Esperemos al mismo tiempo y al mismo tiempo temamos, nosotros, los amantes; y deje lun lugar al deseo alguns que otra negativa. ‘Para qué quiero yo una suerte que jamés tenga inten- ciones de fallarme? No siento ningiin amor por aquello que nunca me fastidia. La astuta Corina se habia dado 10 cuenta de tal debilidad mfa y habia aprendido Ia taimada 1 medio para conquiitarme. jAh!, jcuéntas veces pretex- 16, sin sentirlos, dolores de cabeza y ordené que, sumido en la duda y retardando mis pasos, me marcharal (Abt, Teudntas veces fingié haberme sido infiel y en la medida fen que podia, siendo inocente, ofrecié Ia estampa de ser 1s culpable! Asi, tras haberme atormentado y encandilado la tibia hoguera, otra vez era afable y condescendiente a mis ‘deseos. {Qué caricias me prodigaba, qué palabras tan dul- ‘esl, feudintos besos me daba y de qué manera, oh dioses ssupremos! ‘Ti también, que has cautivado recientemente mis 20 ojos ™, teme com frecuencia asechanzas, con frecuencia SF Se uate, por tana, de ots mer distin de Corina RRO 297 nigate a mis peticiones y deja que soporte el frio durante toda la noche en medio de la escarcha, tendido en el um- bral ante tus puertas ™. As{ es como mi amor persevera 'y madura para muchos afios: esto es lo que me gusta, éste sel alimento de mi espiritu. Un amor melifluo y demasia- 25 do facil se convierte para mi en aburrimiento y me sienta ‘mal, como una comida dulce al estémago. Si Danae no hnubiera estado encerrada nunca en una torre de bronce, ‘Tpiter no Ik hubiera hecho madre", fo se hizo més » ‘grata alos ojos de Jépiter, cuando después de haberia me- tamorfoseado en vaca, Juno Ia estuvo vigilando ™, ‘Quien desea lo que es licto y fécil, arranque hojas de los Arboles y beba agua en un rio caudaloso. Si alguna 4uiere dominar sobre su amante por mucho tiempo, bitle- se de él (jay de mi, ojald no sea yo vctima de mis propios consejos!). En cualquier caso, no me gusta la condescendencias huyo 35 de Jo que me sigue y sigo a lo que me huye. Pero ya va siendo hora de que ti, demasiado despreo- ccupado de tu hermosa mujer, cierres la puerta al caer la tarde, ya va siendo hora de que te preguntes quiéa es el Paraleusyron (cf. Arm. , nota 28, My nota 5, Lar ape ialmese parlelo con agus veros de anocid sonetomisticn i= bid a Lope de Vest «ie 8m poeta, cuierto de rel, / pass las noches dal invero escarast» Compe con la sgt realli bree del miso motivo ene romance 18 de Gngora (Noble dese ‘atoy), v7. 5-60, que ambi garda ceo parallo con Ovi: «iQ Ae noche a / que me tvo ello / tl que por esgina/ me ued 1 pero..2» "9 Sipe, comertdo en Ila de oro, pened den de ia tore x que Dfoae se halla eocereda, se und ella y la de6 encia de Penseo Juno le puso porvglane al eeante Argos Panoptes. Ct ota 14. 298 aaionss 4 que tantas veces « hurtadilas golpea la puerta y por qué Jadran Jos perros en el silencio de la noche, qué tablillas son ésas que la astuta criada leva de acd para allé, por qué ella se acuesta tantas veces sola en un lecho aparte; gue la preocupacion por todo eso corroa alguna vez la mé- ula de tus buesos; proporcidname ocasin y materia para 4s que te engafie. Puede robar arena en una playa desierta quel que es capaz de amar a la mujer de un tonto. Ya te Io aviso: como no te apresures a vigilar a tu amada, me apresuraré yo a dejar de amarla. Mucho levo aguanta- do y por mucho tiempo. Con frecuencia he tenido la espe- so ranza de que algin dia podria engafiarte en toda regla, si es que la habias vigilado como es debido. Pero ti eres ‘un descuidado y aguantas Jo que ningiin marido aguanta- la; por mi parte, pondré fin a este amor que no se me prohibe. ;Acaso, infeliz de mi, no se me va a impedir mun- co Ia entrada? jEstard siempre para mi la noche libre del ss miedo de la amenaza? ;No voy a tener nada que temer? ¢Me dormiré sin lanzar suspiros? ;No vas a hacer nada ‘Mi, por lo que yo tenga que desearte una muerte merecida? 2Qué tengo que ver con un marido complaciente y alea- hhuete de su mujer? Echa a perder mis goces con su des- preocupacién. :Por qué no buscas a otro al que guste tan- to consentimiento por tu parte? Si quieres que yo sea tu rival, ;prohfbemelo! LIBRO III 1a tragedy la elegia, pesonifcadas, intentan ganarse al poeta, y expone cada una'sus argumentos. El poeta se decide or mantenerse ain durante un cero tiempo en el campo de Ja elepa,aplazando para otro momento el cutivo de la trageia. 1a competicidn entre las dos figuras femeninas reerda en algo los debates medieval. ‘Yérguese una selva antigua a la que no tocé el hacha ‘durante muchos afios; se creerfa que una divinidad habita alli, Una fuente sagrada hay en medio y una caverna enca- ramada en los tiscos, y por todas partes los pAjaros dejan ofr sus duloes quejas ". Mientras paseaba por aqui, bajo s la sombra de los drboles, buscaba yo la obra que mi Musa fanimaria; legése entonces a mi la Elegla, recogidos sus perfumados cabellos y —creo recordar— con un pie més, largo que otro *, Su aspecto era agradable, su vestido imuy * Comienz a ele con ia descrip den eeu amen oa 88 pigs elementos: oles, fuente, coevay canto de lot piero8 mages que quiere alu a disc eegiaco (cf. Am. 1, not 116) compuesto de dos e106 uno mas lego que or. 300 avons ligero, la expresi6n de su rostro, la de una enamorada; so incluso Ie sentaba bien ef defecto de sus pies. ‘Legé también impetuosa la Tragedia, avanzando a gran- des zancadia; los cabells le eafan sobre su frente altanera y el manto le arrastraba por el suelo. Su mano izquierda movia de un lado a otro el eetro real; el alto coturno de 1s Lidia calzaba sus pies *, Y ella fue la que empez6 dicién- dome: «{Cuindo pondrés fin a tu amor, oh td, poeta que ‘te demoras en tu propio argumento? En medio de los ban- quetes, entre l vino, cuentan tus amorios, los euentan en las encrucijadas de las calles. Muchas veces, poeta, hay 2e quien te seftala con ef dedo al pasar y dice: ‘Ese, ése es ‘a quien el fiero Amor abrasa.’ Eres, ¥ no te das cuenta, hhabladuria en toda la ciudad, en tanto que, sin ningiin pu- dor, relats tus Raza, Va slendo hora ya de que te mu vvas, empujado por un tirso * més solemne. Ya esta bien de holgazaneria: da principio a una obra de més altos vue- 2slos. Los temas que eliges coartan tu ingenio; canta las hhazafias de los héroes. “Fiste —dirds— es el campo apro- piado para mi inspiracién.’ Tu musa ha escrito versos para ue las muchachas delicadas los reciten; en tu juventud teas dedicado al ritmo que le era propio a tu edad. Aho- +a consiga yo, la Tragedia romana, renombre gracias a t: 20 tu inspiracion se ajustar a mis roplasy. Eso dijo y apoyén- dose en sus coloreados coturnos, movié tres y cuatro veces Ia cabeza cubierta por densa cabellera, ¥ Ct. Am. 1, non 124 “BI uso er una vara coronada de ydta 0 pémpano de vis, que ortaban las Ménaes en sus iios blgucos, Agu! es una metlfos para esigar In inpircin, y mds conrtameate i fepiracin dramdcs, or ser Baco dios del teatro favorendor de Jor pots umRo m 301 La otra, si no recuerdo mal, sonrié mirando de reojo; © estoy equivocado o sujetaba en su diestra una vara de mirto *: «Por qué, Tragedia orgullosa —dijo—, me hu- 3s rillas con palabras solemnes?, jes que no puedes dejar nunca tu solemnidad? A pesar de todo, has tenido a bien cexpresarte en el ritmo desigual 6; has combatido contra mi utiizando mis versos. No habria yo juntado tus sublimes acentos con los mios: tu realeza deja por terra las puertas «0 dde mi pobre casa. Soy ligera y, como yo, es ligero Cupido, prenda de mis desvelos ’: no soy mas fuerte que mis pro- pios argumentos. Grosera serfa sin mi la madre del lascivo Amor §: de esa diosa he legado a ser alcahueta y com- ppaflera. La puerta que ti no has podido abrir con tu seve- 4s ro coturno, cede ante mi dulzura. ¥ con todo he merecido tener més poder que tal sobrellevar muchas cosas que no hubiera soportado tu arrogancia. Gracias a mf apren- «di6 Corina, tras haber engafiado a su guardién, a superar 50 el obstéculo de una puerta bien cerrada, a escaparse del echo envuelta en una tinica descenida y a mover de noche Jos pies sin hacer ruido. Incluso, jeudntas veces, escrita en una tablilla, estuve colgada de las duras puertas sin te- ‘mor de que Ia gente al pasar me leyera! Y hasta me acuer- ss do de haber estado escondida entre los pliegues del vestido de la criada, donde me guardé en espera de que el feroz guardian se marchara. ;Y qué, cuando me envias como regalo de cumpleafios, pero ella me rompe, la muy inculta, xy me echa en el agua que hay junto a ella? Fui la primera 5 Simboizando la tends amoros qu le peop, posse mito s planta consagraa a Venus, diosa del amor. Cf. Am. moat 12107. "a saber, onal disco degiaco. 7 Hackndo hineapié de nuevo ens tema adecnds: el amor. * eau, 302 ‘swonss cen sacar a la luz con éxito las semillas de tu inteligencia® oLo que ésta reclama de ti, te 10 he regalado yo.» Dejé de hablar y comenct yo a decir: «Os suplico a ‘ambas por vosotras mismas que escuchéis con atencién las palabras de quien os teme. Ti, por una parte, me honras con el cetro y con el elevado coturno; ya desde ahora en. 6 mis labios inspirados habré grandiosas palabras. Ti, por otra, das a mi amor una fama perdurable: asf pues, quéda- te y alos versos largos afiideles los cortos. Concede, Tra- sedia, un breve plazo a tu poeta: ti eres trabajo eterno; Jo que ella me pide es cosa de poco tiempo.» Conmovida, dio su consentimiento. 7 Apresirense, pues, los delicados Amores, mientras tengo tiempo: una obra de mis altos vuelos me viene apre- ‘miando por I espalda. I poeta, sentado en el creo, se dirge a una muchacha que eth junto ay trata de seducila con su palabrera y obsequios!- dad, Versién terica del mismo tema en Ars, 1, 137-170. «No estoy aqut sentado por afin de ver unos caballos que gozan de fama. Pero deseo que'venza tu favorito. He venido para hablar contigo y sentarme a tu lado, con el fin de que no ignores el amor que me inspiras. Ti mi las carreras, yo a ti; miremos ambos lo que nos agrada y dé cada uno pébulo a sus ojos. ;Oh afortunado, quien- * Becivamente, a primera obra de Ovidio 16s propios Amores— on poesia seis. ‘apRo mt 303 quiera que sea, tu autiga favorito! Ast pues, zha tenido Ia suerte de que tte intereses por é1? ;Ojalé tuviera yo Ja misma suerte! Una vez lanzados fuera de Ia sagrada i- rhea de salida, yo me esforzaria por permanecer firme 10 ‘mientras me dejaba llevar por los caballos, y unas veces aflojaria las riendas, otras veces sefalaria sus lomos con l létigo, o bien me apegaria a las metas con la rueda inte- si en medio de la carrera te viera, me pararia yy las riendas caerian de mis manos al soltarlas. jAL!, iqué 15 «8 punto estuvo Pélope de caer abatido por la lanza de Pi sa, mientras contemplaba tu rostro, Hipodamia! ', Lo cier- to es que aquél vencié gracias al favor de su amada: jven- zamos cada uno con el favor de su dueba respectival ‘GPor qué te apartas de m{? En vano lo haces, porque l limite de los asientos nos obliga a estar juntos. El Circo 2 tlene estas ventajas porque el lugar asi lo impone. A. pesar de todo, ti, el que estés a su derecha, quienquiera que seas, no te acerques a esta joven: la molestas al rozarla con tu hombro; y ti también, el que mira detras de noso- tos, recoge tus piernas, si es que tlenes vergtienza y no aprietes sus espaldas con tu dura rodilla, Pero el manto te cuelga demasiado y te arrastra por 25 el suelo, recdgetelo; 0 mejor yo mismo te lo levanto con ‘mj mano. ;Envidioso eras, vestido, pues ocultabas unas Bs dect, con aruda lgulra, pues 1s cartos lebanon senda conraio 8s aguas det reo) "" Hipodamis, his de Erm, de Ps, ern ide, Dicko rey habia ‘eipuldo que los que aspvaran « care con su hija debian compet ‘on den una carrera deers, y soe que 1 vencera podria colmar ‘st pri, A low vencidos los mata, Pope conga Ia victors, ‘aunque slo auras peasy vléndose de una trampe, pues Haba afl. J le sae que ujetaben as redae det arto Ge Endo, atcia ‘ge le cxaionS te un acente moral 308 anonss lernas tan hermosas para micarlas ti mejor; enviioso eras vestido! Ast eran las plernas de la veloz Atalanta", so as que Milanién " dese tener entre sus manos; as pintan Jas piernas de Diana cuando va vestida con tiniea corta ¥ persigue & las fieras, més vigorosa ella misma que las fieras, Sin vrls ardia yo de amor, qué sucederd después de haberas visto? Echas fuego sobre fuego, derramas agua sen el mar. A la vista de ella sospecho que también lo demés, que bien oculto se esconde bajo la ropa ligera, ha de agradarme, Pero enretanto, quieres reftescarte féciimente con el aire que te daré moviendo con la mano esta tablila? {0 ciuird ete sofoco es més de mi espiritu que dela tempera- 40 ura, y esl amor por una mujer lo que abrasa mi corazin ‘autivo? Mientras hablaba, tu vstido blanco se ha man- chado con un poco de polvo: jFuera de ete cuerpo niveo, polvo sucio! ero ya viene la procesin: estad sllenciosos y aentos; 46 ahora toca aplauir:brilante viene la procesin. Delante de todos levan ala Victoria on alas desplepadas: ven aqut yy haz, diosa, que este mi amor logre Ia victoria. Aplaudid ‘2 Neptuno foros los que poneis en demasia vuestra con- flanza en las aguas: yo nada tengo que ver con el mar; fmf la tierra es la que me atrae *, Aplaude, soldado, a ‘9 Marte, tu sefior: yo odio las armas; me agrada Ta paz y clamor que en medio de a paz he encontrado. Assta Fe- ‘boa los augures y Febe alos cazadores;atrae, Minerva, * Owe also eso, como Am. 19, 12. Ct nota 60a co ibe, "La corredora, ijt del Esqueneo (ef. Am. 1, nota 38). “i amante de Atalanta, Unmado Hipémenes ca ots fuentes. Ct fl mismo Owi0, Me. X, 55 y 8 "Ck, Am My ste 08 Diana uRo m 305 hhacia ti las manos artesanas, Habitantes del campo, levan- taos ante Ceres y ante el muelle Baco "”. A Pélux le com placen los luchadores, a Céstor los jinetes "*, Yo te aplau- ss do a ti, sensual Venus, y a los nifos poderosos por st arco ®: diosa, sé favorable a mis proyectos e insprale en 1 corazén a mi reciente duefa que consienta en set amada (mostrése favorable y al moverse dio la sefial de su asenti- ‘miento). Lo que la diosa me ha prometido, te pido que ‘me lo prometas ti también; con la venia de Venus hablaré: td serds para mi diosa mayor que ella ®, Por tantos test- 05 como ahora tenenios y por Ia procesién de los dioses ‘te juro que mi pretension es que seas para siempre mi due- ‘ha, Pero te cuelgan las piernas: si quieres, puedes meter Jas puntas de los pies en Ia barandilla*, Ya el pretor en el Circo vacio ha dado suelta desde es ‘gual punto de partida a las cuadrigas de caballos, espectd- culo este el més importante. Ya veo al que tl apoyas; el favorito tayo venceré, quienquiera que sea: parece que hasta los caballos saben lo que deseas. jAy, pobre de mil, ha dado la vuelta al poste con un giro demasiado amplio; pero iqué haces? el siguiente te adelanta, conduciendo 7 cerca de ti su carro. ¢Qué haces, infeliz? échas a perder Jos buenos deseos de mi amada; tira fuerte de la rienda igquierda con la mano, hazme caso. Estamos apoyando un desmanado, Pero volvedios a lamar, Quirites, y dad * Paces de clivo cerealitay de a vid Pues Pi era famoso boxesdor, ¥ Clear, fv fine, ° Los Amoreilos de fs representacons ein, plaraacia de cio. % Sacral de Be mada ot vez (f. Am. Uy note 7), 2 Que prsumibiemente paras cade fa de eto . Daxian ‘Saco, Dicionnaite des antique voce acu), 12 pare es. 9e.199, * ara acereare mis al gpa con le radar ef, nota 1, 120, —20 306 avons 1s por doquier Ja sefial agitando vuestra toga. Ya los vuel- ven a llamar; y para que no te despeinen al mover las to- 25, puedes resguardarte todo el tiempo que quieras en mi reqazo. ‘Ya se abren de nuevo las puertas de las cuadras y sale disparada la tropa multicolor ®, lanziindose los caballos a la carrera; al menos ahora trata de conseguir la victoria say linzate sobre el espacio libre. Haz que se camplan mis ‘deseos y Jos de mi duefia. Los deseos de mi duetia se han ccumplido, quedan por cumplirse los mios. Aquél tiene su ‘palma; yo be de conseguir Ia mia.» Se ha redo y con sus ‘ojos chispeantes me ha prometido algo: «aqui basta con La amada ha Jurado en falso, engeando al poeta y burlén- dose de os doses; sin embargo no ha suftido el castigo que se mereia. Sin dda las hermosas —piensa Ovidio— gozan del favor y del perdén de los dioses. (Aynda, cree en la existencia de los dioses: ella se ha bur- lado de mf, después de haberme jurado fidelidad, y el ros- ‘tro que antes tenia, Io sigue teniendo ahor cabellos Los aug de los earos thn vests de un color deteinado, sri ipo ue prensa as ‘Ymosaicos. Er un pico no exstan ms que dos equips o fac {eos rolory a eos Bos (ef. Duamamo-Saa, op, mad Yooe acre, y A. Canon, Crews Fatons, Oxford, 1976, ps. 4-73). umko m 307 tan largos que ten‘a. cuando todavia no era perjura, igual de largos los sigue teniendo después de haber ofendido a Jos dioses. Antes era de tez blanca y un rosado rubor mati- s zaba su blancura: el mismo rubor brilla ahora en su rostro de nieve. Sus pies eran pequetios: reducidisima es ahora Ja forma de sus pies. Era alta y hermosa: alta y hermosa sigue siendo, Tenia unos ojos chispeantes: y ahora emiten ddstellos igual que una estrella; muchas veves me mintié 10 Ja pérfida poniéndometos por testigos. ‘Sin duda los dioses eternos permiten también alas mu- {eves jurar en falso, y su hermosura les subyuga, Recuerdo ‘que ella me habia jurado por sus ojos y los mios: y a mi Jos mios me dolieron. Decidme, dioses, si os habia en- is ‘gatiado ella impunemente, :por qué sufri yo los dafios que ‘otro se merecfa? (pero tampoco la doncella hija de Ce- feo ™ era para vorotros motivo de odio, ella a quien se ‘ordend que muriera por culpa de su madre, hermose en ‘mala hora). gNo es suficente que os haya tenido yo como testigos sin peso, y que libre de castigo ella se ria de los 2» dioses de quienes se burlé al mismo tiempo que de mi?, ‘para que pague ella su perjurio mediante mi castigo, voy 2 ser yo, engatiado, la victima que ofrezca la que me enga- ‘Aa? © la divinidad es un nombre vacfo de realidad, siendo ‘en vano temido y moviendo a las gentes con necia ereduli- dad, o bien, si es que existe algin dios, ése ama a las 25 elicadas muchachas y les concede sin duda a ellas solas que todo lo puedan. Contra nosotros Marte se cifie con su espada portadora dol destino, a nosotros nos atace la lanza empuftada por % A aba, Andrei, condenada por el ordelo ser devorada por un monsruo en expan dela falta de su madre Copa: se habla Jcado de ser mds bella que las Nevis, 308 awonss la invicta mano de Palas, contra nosotros se curva el arco 2o flexible de Apolo, para nuestra perdicién Ia diestra clevada de Japiter sujeta el rayo; pero los dioses de arriba temen hacer dafto a las que son hermosas, aun habiendo sido por clas ofendidos, y se adelantan a temer a aquellas que no les temieron. ;¥ atin sigue preocupdndose alguno de es- parcir piadoso incienso sobre el fuego del altar? En verdad ss que los hombres debieran tener mAs orgullo. Japiter dis- ppara los dardos de su fuego contra los bosques sagrados y los alcézares, y sin embargo prohibe que los dardos que arroja hieran a las perjuras. ;Fueron tantos los que mere- cieron que é los atacarat Sémele ard, digna de ldstima *: ‘encontré el castigo como pago a sus favores. En cambio, ise hubiese puesto a salvo del amante que le iba a legar, ‘nel padre de Baco no habria tenide que cumplir con él funciones de made, ‘Mas, gpor qué me quejo y hago reproches al cielo ente- 10? Los dioses también tienen ojos, los dioses tambien tie ‘snen corazén. Incluso si yo fuera un dios, estarfa permi- tido y no seria castigado que una mujer engafara mi divinidad con palabras mentirosas. ¥ hasta jurarfa que ta- les mujeres habfan jurado con verdad, y no seria conside- rado dios severo. ‘A pesar de todo, usa con moderacién del prvilegio que aquellos te concedieron, mujer, © por lo menos deja de jurar por mis ojos. 3 A insigacign de Juno, Stele pla «Jupiter, su amante, que se Ye mostrar con odo por, os, qe le habla prometidoconcdet- le eualguer cos qu pda, no tuvo mis remedio que hacerlo asl Se me mur abrasada por lot ryos de Spe, y te tavo que aeancar lito Baco del sno desu madre para que no mura también, ence- ‘rindoselo en un muslo hasta que se campers w tempo de geacin, Increpaciéa a un marido demasiado preocupado por vielar 1a virtud de su esposs-para que cejeen su intransigenia: 10 pro- hibido resulta siempre atractivo, el vetoes acicate para el delito. Mejor es dare via libre y, si lega el cas, eulivar el trato de Jos nuevos amigos que la esposs tralga ‘Marido intransigente, nada consigues con haber puesto tun guardién a tu joven compafera: cada una ha de prote- sgerse con su talento, Si hay alguna que, libre de miedo, 6 casta, ésa es casta verdaderamente; pero la que no es infiel porque no le es posible, ésa es infiel. Por muy ‘bien que guardes su cuerpo, su mente es adiltera y de nin- ‘guna manera puede viglirsela, si ella no quiere. Pero ni siquiera puedes guardar su cuerpo, aunque cierres puertas Y¥ Ventanas: con puertas y ventanas cerradas ef adiltero ‘se meterd dentro. La que tiene posiblidades de ser infil, 1o es menos: Ja misma libertad de accién hace que languidezcan los gér- ‘menes de la pasiéa. Deja, hazme eago, de provocar el vicio con prohibiciones; con tu condescendencia lo vencerds més adecuadamente. He visto hace poco un caballo que, rebel- de a las bridas y negindose a morder el freno, corria ‘como un rayo. Pardse tan pronto como sintié flojas las, ccorreas y que las riendas cafan sin sujetdrselas sobre su ‘elena suelta, Nos esforzamios siempre por alcanzar lo 10 ppermitido y deseamos las cosas que se nos han negado: ‘como un enfermo que ansia el agua que tiene prohibida. ‘Argos posela cien ojos en la frente; cien en la nuca *, 2, % Cf. Am. I, nota 14. Hay varnes sobre ef nimero de ojos él lgsate (ase A. Rum Dw Bivins, Mit Cle, ps. 128, 310 awoRES ¥ muchas veces el Amor, que era uno solo, los engaié, Danae, que habia sido encerrada para siempre en una cd- ‘mara hecha de hierro y de piedra cuando ain era virgen, fue madre *”. Penélope permanecié impoluta entre tantos 2s pretendientes, aunque no tenia quien la vigilara ™. Lo que se guarda, Io deseamos mas vivamente y la misma inquie- tud llama al ladrén; pocos aman lo que otro les permit. ‘Una mujer no atrae a sf Ia atencién por su bonito rostro, sino por el amor que su marido le tiene: piensan que es tun no sé qué fo que te ha enamorado de ella. La que el ‘marido vigila no gana en honradez, sino que se Ia busca 20 como amante. Fl miedo mismo se paga mejor que el pro- pio cuerpo. Indignate si quieres, pero el placer prohibido ‘el que gusta. Unicamente me enamoro de la que puede decir «tengo miedo». ‘Con todo no es justo poner vigilancia a una mujer li ‘bre, Amenace este miedo a las gentes de naciones extranje- ssras, jAcaso va a ser ella casta para que su guardidn pueda decir «a mi se me debe» y para que tu esclavo sea clogiado? Demasiado ingenuo es el que se ofende por la infldelidad de su mujer; y no esta bastante enterado de las costumbres de la Urbe, en la que los engendrados por 4 Marte no acieron sino como fruto de un delito : Rémulo, hijo de lia, y el hijo de Ilia, Remo. ‘¢Para qué querias una mujer hermosa si no te gustaba ‘a menos que fuera casta? Ambas cosas no pueden darse Juntas de ninguna manera. Si tienes juicio, sé més indulgente con tu mujer, aban- dona la severidad de tu mirada, no seas defensor de los * ct. am Hi, now 133, 2% La sora de Ulits,simbolo de Adetdad conjugal. Pues su mace era Veal y tela, en comevence, compomiso de cand ‘amo 3 derechos que corresponden a un matido esricto y cultiva « 1 trato de los amigos que te dé tu companera —y te dard ‘muchos—. Asi, con muy poco trabajo por tu parte, mu ‘chos te estardn agradecidos; asi podrds siempre tener parte ‘en los banquetes de los jOvenes y ver en tu casa cantidad de objetos, que ti no habrés traido. 5 ia tenido un suetio en el que ha visto eémo wna vaca blanca, piceda por una corneja, abandonaba a su toro, Acude al itér- rete de suetos y ste le predice que su amada, tras la interven- cin de una alcahueta,vaa sere infil. Elgin de dudosa auteni- cldad y de tansmisién textual independiente. «Bra de noche y el suefio me hizo cerrar los ojos cansa- dos. Entonces aterrorizaron mi espiritu las visiones que di- ré a continuacién. AI pie de un eerr0 soleado se erguia tun bosque sagrado pobladisimo de encinas y muchos paja- ros se ocultaban entre sus ramas. Debajo habla una muy s verde extension cubierta por una pradera de césped, hiime- dda del rocfo del agua que resonaba suavemente *. Yo mis- ‘mo esquivaba ef calor bajo las ramas de los érboles, pero incluso bajo el ramaje hacia calor. Veo venir, en pos de las hierbas salpicadas de flores variadas, una vaca blanca ‘que se paré ante mis ojos: més blanca que la nieve cuando 10 hha caldo y esté reciente, y todavia no ha tenido tiempo de convertirse en liquida agua; més blanca que la leche ‘que aiin blanquea con borbolleante espuma y acaba de de- jar enjuta a la oveja. Un toro la acompatiaba, su feliz pa- 1s > co locus amos, con gules menos tls que en Am. 1, 14, CF no 312 ‘Awonus reja, y se ech6 sobre el blando suelo junto con su compa- ‘era. Mientras estaba tumbado y rumiaba parsimoniosamente las hierbas volvigndolas a mascar y comiendo por segunda 20 vez el alimento que habia comido antes, me parecié que hhabia apoyado en el suelo su cornigera cabeza, porque el suelo le habla privado de fuerzas para sostenerla. ‘A ese lugar Ilegé volando por los aires con alas ligeras ‘una corneja y se pos6 parloteando en el verde suelo. Por tres veces escarbé con su pico audaz en el pecho de la vaca color de nieve y le arraneé mechones de pelo blanco. 25 Ella, después de algin tiempo de duda, dejé aquel lugar y al toro, pero ya tenia una obscura mancha en el pecho. ¥ cuando vio desde lejos toros pastando (pues unos foros pastaban a lo lejos en Ia herbosa dehesa), mar- so chése répida hacia ellos, se jumté a Ia manada y bused un suelo de hierba més abundante, Dime, ea, quienquiera que seas, intérprete de los sue- fos, qué quieren decir estas visiones, si es que tienen algo de verdatt». Asi dije yo, y asi dio el intérprete de los sue ‘Ros, sopesando en su espiritu cada una de las palabras ss que decia: «El calor del que querias lbrarte a la sombra del follae que mueve la brisa, pero del que no te librabas, cera el del amor. La vaca es tu amada y el color de Ia vaca 8 apropiado también para ella. Ti eres el amante y, tra- tindose de una vaca, eras el toro. Puesto que la cornea ss escarbaba con su agudo pico en su pecho, una vieja al- cahueta hard cambiar los sentimientos de tu duetia; puesto que al toro lo abandoné Ia vaca, su companera, después de algtin tiempo de duda te vers abandonado ti, aterido en un lecho solitario. La livider y las manchas negruzeas ue le aparecieron en el pecho indican que su corazén no estd libre del delito de ingidelidad». upRo 313 Esas fueron las palabras del adivino. La sangre des-«s aparecié de mi rostro helado, y una profunda noche se me puso delante de los ojos. 6 Un so torrencial en crecida es el obstéculo que le separa de su dueta. Siplcas al ro para que meng su caudal le permit cl paso. La degia se conforma as! como un paraclausithyron ea, el que Ia puerta ha sido substiuida por el torrente en cuestin. Los rios deberan ayudar a los amantes —argumenta el posta— porgue también de ellos se cuentan amorios; y a continuacién se citan abundantes ejemplos de rios enamorados: el [naco, el Janto, el Alfeo, el Peneo.. hasta egar al Anio, afuente del ‘Tiber, del que se dice que se enamoré de Tia Qa que, amada por Marte tabia sido madre de Rémulo y Remo), episodio en ¢l que Ovidio se extiende y que constituye el centro dela lez. ‘A pesar de las sipicas y razones, el torrente no decrece, y el poeta pasa ya a las injurias e improperis. Rio de cenagosas margenes cubiertas de cas, voy apre- surado a visitar a mi duefa: detén por un momento tus aguas. No tienes puentes ni hueca barquichuela que me transporte, no con ayuda de remero, sino agarréndome a un ‘able tendido desde una orila a la otra. Recuerdo que antes s ras insignificante y no rehuf atravesarte: tu corriente por Jo mas hondo me Hlegaba apenas a los tobillos; pero ahora ‘marchas répido por haberse derretido las nieves del monte vecino y arrastras en sucio torbellino un erecido caudal. ‘ade qué me sitve haberme apresurado, de qué haber centregado escasas horas al suefio, de qué haber juntado 10 el dia a la noche, si, a pesar de todo ello, me he tenido 34 ‘swonss que parar aqui y no tengo medios de que valerme para poner el pic en la olla opuesta? 1s Ahora quisiera yo tener las alas que tenia el héroe hijo de Dénae *, cuando levé aquella cabeza totalmente cubierta de tribes serpentes ®; ahora quisiera yo el ca- 10 desde donde se arrojaron y cayeron al suelo sin cultivo or vex primera las semillas de Ceres ¥. Pero estoy ba blando de hechos prodigiosos, fccionesinventadas por los poctas antguos, que ni en el pasado han ocurrido munca 1 ocurrrénningin dia ™. ¥ lo mejores que tro desbor- 2» dado de las riberas que te contienen, transcurras dentro de tus limites. Si es asl, jalé que tu curso sea perenne! Si acaso se llega a decir que yo, enamorado, me he visto retenido por culpa tuys, créeme, no serés capex de soportar, torrente, la inguina que atraerds sobre ti. Los ros deberian prestar ayuda 2 los jovenes en sus amores: pues tambiéa hubo rf que experimentaron lo que as era el amor. Cuéntase que el {naco discutia palido por amor a Mela de Btinia y que se inflamé por ella en mi de su corriente elada *. Todavia Troya no habla sido ase- diada durante los dos hstros, cuando ya Neera habia cau 7 Peme La de Meds, e mis famoss de la Gérgona, ce Kore oe two tena el poder de patilcar a todo que lo mkaba de frst. Bs el caro gue Cares enrega Tiglemo para que proporione os humanos el don de! igo, desde el cal tirado por dragnes lado, Toa Triptlemo sembrindely. > Con ets palabras de Ovidio se niegan dos de fos arbors que fon inherent al mio: Ia tadicionalidad (pesto que s dce que son Tictone)y Ia prensién de verde (vase A. Ruz be Buna, Af ts, ps. 74). ° Dichos amores no constan en ningun otra fuente, El faaco ee Ho de Argo. umRo ur ais tivado tu mirada, Janto *. z¥ qué?, Zno le obligé al Al- feo a transcurtir por tierras Iejanas su amor firme por 2 una doncella de Arcadia? *”. También cuentan de ti, Pe- neo, que ocultaste en la tierra de Fila a Cresa, a pesar dde que ya estaba prometida a Xuto "*. gPara qué recordar al Asopo cautivado por Tebe, hija de Marte, Tebe, que hhabla de ser madre de cinco hijas? ". Y si ahora te pre- 3s guntara, Aqueloo, dénde estén tus cuernos, dirlas entre lamentos que la mano airada de Hercules te los arrancé. Y¥ no fue Calidén ni Btolia entera motivo de tan gran e6le~ ra, sino tinicamente Deyanira ®, El lejano Nilo que opt- lento desemboca por siete brazos y tan celosamente oculta 4 cl lugar donde nace su caudalosa corriente, dicese que no pudo apagar en sus remolinos la lama que concibié por Evante, hija del Asopo “Para poder abrazar estando se- 0 a la hija de Salmoneo, el Enipeo mandé retirarse all agua, y a su orden el agua se retié % dem dela nota antr, Bt Jnto eno de oe sot de Trop At Alfo, fo de Arcadia, sgié la ninfa retusa basa Sacusa 1 ally conven eo forse, mex sus aguas con la deel > ta Cees, hia de Free, casa co Xu, et madre de Agu, epdnimo de Aeay Hs también, por Apolo, madre de Ide, el esnime Tos Jonas spn el én de Furies. 2°71 Asopo, lode Tebar. Sus mores con Teb no coastan tmpoco ( ninguna oer foete. ' ‘Ates de easree con Deyanra, Hele lene que char con el “Aguelo, eo mis eaudsloro de Gres io de oe petendints, ‘lado en Ia hucka y rompiadole en elt uno dels exeraos (put & Jos tos sels imaginaba con dot cueros en a frente 3, et Jo dems, ‘gua umang). * Dal ro Atopoy de Metpe, his del sfo Lad, conta que nacie: ron muchas his; una de els ser eta Eva, Sin embare, nada conta en oras fortes mitogriieas sobre exos amore de rio Ni. * Consta en I mitogrtia el amor que Tuo, la hie de Seimoneo, sent pore fo peo, Peo a versa conoaida cuenta que no corres: 316 AMORES 45 ¥ no te paso por alto a ti, que rodando a través de hhoradados petascos riegas las vegas de Ia argiva Tibur ® y haces crecer los frutales, t, a quien Mia agrad6, a pesar de mostrarse desalfiada en su atavio y haberse arran- cado el pelo con las uflas y con las unas arafado las mej Mas. Ella, deplorando entre sollozos Ia injustcia de su tio ** soy el delito de Marte “, vagaba con los pies descalzos por parajes solitaros. La vio el Anio *” desde sus répidas on- das de las que-estaba orgulloso y del medio de la corriente levant6 su voz ronca y dijo asi: «;Por qué pisas angustia- dda mis riberas, lia, Tinaje de Laomedonte del Ida? “*, 45 4a dénde se esfumé tu atavio?, spor qué deambulas solita- nia, sin que una cinta blanca te sujete los cabellos recogién- dolos?, gpor qué lloras, afeando con légrimas tus ojos hil- -medos, y te golpeas furiosa el pecho con la mano abierta? o Tene silex y hierro puro en el corazén aquel que sin inmu- tarse contempla légrimas en un rostro deicado. Ilia, aban- dona tus temores: para ti se abriré mi palacio y los rios ondiendo el foal eaininto dei joven, Neptuno tom a ura ds Hoy se unlé a ela, hacdndla made de lor gemelos Neleo 3 Pel, ‘Agu, sn embargo, y slo aul se ateigua que eo correrpondi a smnor de Tio. Como se va viendo, eta ela sun compendo de Iejer- as raza eltivar aloe ro. La antigua Thur es In atl Tivol se Je Uama arta. porque fue fundads, sgn ia leyenda, por los nieos de Ania, rey ev. Hl rio al que se alade er et Aso, auere del Tiber. “'Tlamada tambifn Rea Siva, la made de Rémelo y Rem. “ Amuio que habia usurpado el poder asx hermano Nimior, padre de Ml, y a ela i habia obtigado & consagrarse Vestal. 4 Puasto que i habit onda, © Tampoco son conosior ete smarts del Ho Ani con “+ Proplamante la 20 ea de! nae de Laomedont, puto aus xt descendent de Boas, y Enea ea del lnaje de Astro, no dl de ‘Laomedonte, hermano, ambos jos de Tres. Pero agu lio se quire osgnar st Enajetryano, al parecer. nko mt 317 te honrarin; Mia, abandona tus temores “®, Ti serds sobe- ana en medio de cien o mis ninfas, pues cien o més ni fas habitan en mi corriente. No me desprecies, sélo eso 6s te pido, véstago de Troya. Tendrés regalos ain més abun- dantes que mis promesas.» Tales habian sido sus palabras, pero ella inclinando los fos hacia el suelo, en ademdn de modestia, dejaba caer, lorando, una tibia lluvia sobre su seno; tres veces pens6 en Ta huida y tres veces permanccié junto a las aguas pro- fundas porque el miedo le quitaba fuerzas para correr; 7 sin embargo, finalmente, en tanto que se arrancaba los c2- bellos con mano despiadada, pronuncié entre temblores de vor. estas palabras impropias de ella: «jOjalé mis fuesos hhubieran sido recogidos y depositados en el sepulcro de mi padre, cuando fue posible recogerios siendo todavia los de una virgen! ;Cémo es que a mf, que hasta hace poco 75 cera una Vestal, deshonrada y renegando de mi los hogares ilfacos, se me proponen unas antorchas matrimoniales?, apor qué me retardo y la gente me sefiala con el dedo co- ‘mo a violadora de la castidad?, faltele rostro que aratar 1 esta vergilenza que siento ante la infamia.» Eso dijo; plisose el vestido por delante de los ojos inflamados y en v0 tal actitud se arroj6 a las répidas aguas, desesperada; pero se cuenta que el rfo huidizo la sostuvo poniéndole sus ma- nos bajo el pecho y se uni a ella compartiendo el mismo lecho. Podrd pensarse que también tte has encendido de amor por alguna mujer, pero Jos bosques y las selvas esconden vyuestros delitos, Mientras hablo, 6 ha crecido dilatindose en amplio ss caudal y su profundo cauce no puede contener la avalan- Otro dlsico exo. Cf. not 12 318 avons cha de agua. ;Qué tienes contra mi, insensato?, zpor qué ime aplazas Jos reciprocos goces con mi amada?, ;por qué, bruto, interrumpes el eamino que levaba?, zqué ocurriria so si fluyeras con normalidad, si fueras un rfo famoso, si ‘tuvieras gran renomire por toda Ia tierra2, pero no tienes nombre, ti, que te has formado de arroyos repentinos, ynni tienes fuentes ni cauce fijo. Te sirve de fuente la lluvia ¥ las nieves derretidas, riquezas que el lénguido invierno 9 te ofrece; o eres un torrente lleno de barro en época inver- nal, 0, polvoriento, endureces el suelo seco. {Qué cam nante sediento ha podido entonces calmar en ti su sed? ‘2Quién te dijo con agradecimiento: «jOjalé fluyas siem- pret»? Tu corriente es perjudicial para el ganado y atin 10 més para los campos: quizd eso les importe a otros, a mi ‘me importa el perjuicio que me causas. Ay loco de mil, ja éste le contaba yo los amores de los riost Me avergienzo de haberme referido inadecuada- mente a nombres tan importantes. {No sé cémo, viendo fa éste, he podido mencionar al rfo Aqueloo, al Inaco y decir, Nilo, tu nombret 4s Pero a ti, torrente turbulento, te deseo, segin tienes rmerecido, que sean calurosos los veranos y seco siempre el invierno. (Cuenta Ovidio una desagradable experiencia amorosa: Ia im- potencia momentanea de que se vio sorprendido en su encuentro con una bella mujer. No puede explcarse cémo ocurri. Quizd fuera cosa de magia —piensa él—. Injures contra su miembro, ‘que le puso ental vergtenza, El tema pervive en It elegia V de Maximiano, ‘umno 319 ‘Acaso noes hermosa esta muchacha, acaso no se vste con elegancia y ha sido —ereo recordar— objeto de mis deseos reitradas veces? Sin embargo, lénguido en mala hora, la tave entre mis brazos y no me servi de ella sino ue estuve tedido, siendo oprobio y carga para un lecho inmév, y no pude disfrutar del placer de quedarme sin + fuerza én las ingles, a pesar de que yo lo deseaba y lo deseaba al mismo tiempo la muchacha, Y eso que ella echd a mi cuello sus brazos de marfl, is biancos que la nieve sitonia, me dio besos provocado- res con apasionada lengua, y puso su lascivo muslo debajo 10 el mio, diciéndome ternezas, laméndome su sefior y ata- diendo las palabras comunes que en estos casos nos gusta cir. Pero mi miembro perezos0, como infccionado por la fia cicuta, no correspondié. a mis intenciones. Estuve 3 fendido como un tronco inerte, apariencia y peso initil, Y¥ no se sabia si yo era un cuerpo o una sombra, 1Cémo va a ser mi vejez cuando me legue —si es que me ha de legar— si mi juventud falta ya sus deberes? IAN! me evergienzo de mis afos: ide qué me val sent me joven y varén si mi amiga no ha comprobado mi ju- 0 ventud y mi virlidad? En tales condiciones se levanta la piadosa sacerdotis ® para acercarse al fuego que siempre arde y del lecho de su hermano querido la hermana respe- tuosa, Y sin embargo hace poco dos veces Ia rubia Clide, tes veces la palida Pio y tres veces Libas distrutaron ud tras otra de mis favre. Me acuerdo: que en el como espacio 23 La Vesal,encargada de mantener encenio sempre et fego de Ves y obligada a guardar cased. Litalmente die ea certain tera para sowcase a fuego pitdoron, pero tales adetioe no conve: estes nombres, sno que ha hablo un ce en fas junnrassitetl- cas: es la fig Uamada bidlage. 320 avonss de una noche Corina me pidié que nos améramos y yo ‘aguante nueve veces. ‘No seré que mi cuerpo languidece embrujado por al- ‘gin veneno de Tesalia?; jno serd que ensalmos y hierbas, idesgraciado de mil, me estén haciendo daflo, o que una so hechicera ha grabado mi nombre en amarillenta cera y una afllada aguja ha penetrado en medio de mi higado? *!. Ce- res %, dafiada por ensalmos, queda reducida a hierba sin fruto; sécanse las aguas de la fuente dafiada por ensalmos; al ritmo de ensalmos caen las bellotas de las encinas y Ia tuva de las parras, y vienen al suelo los frutos sin que nadie as mueva el arbol. {Qué es lo que prohibe que también los nervios se emboten mediante artes mégicas? Quiz4 proven- ga de agui mi impotenci A todo lo cual se afiadié la vergtienza por lo que estaba pasando: también la vergienza era para mi un obstéculo; Ge fue el otro motivo de mi debilidad. Pero jqué hermosa era aquella mujer ala que tan s6lo wovl y toquél Mas como yo la toqué, la toca también su ttinica. Al contacto con ella podrfa rejuvenecerse el ar 10 de Pilos ®, y Titono recobrar una fortaleza superior ‘ala de su edad. Yo tuve la suerte de encontraria, pero lla no tuvo la suerte de encontrar a un hombre. Qué splicas inventaré ahora en el caso de que nuevamente Ia dese? 4 1Creo incluso que los dioses poderosos se han avergon- zado de haberme concedido un don del que tan mal uso * Opeacén mégialamad defo; a un matzo de cr le vaba una ago ene gad, porque és econsderaba ence ls ant 104 Ia wade de lor sentimientor smoroio. qu metninia por eels. Néstor, el brillant oraor, rey de Jos pllos, que aparece en os poems boméeos. Bl espovo de lk Aurore, pottio de veer. Cf. Am 1, nota 16 umro m2 321 hice. Anhelaba desde luego que me recibiera, y en efecto ime reeibi6; darle besos, y se los di; estar junto a ella, y lo estuve. Mas para qué la Fortuna me concedié tantos ‘rivlegios?, de qué sirve la realeza sino se ejerce?, ade qué ‘me valieron los tesoros, stan slo los posel como un ava- 30 ro opulento? De igual manera padece sed en medio de la corriente aquel que divulgé los arcanos, y como yo, él po- See unas frutas que nunca puede tocar *, ;Ah! 2Hubo al- ‘guien alguna vez que se levantara al amanecer del lecho dde una mujer hermosa en condiciones tales que pudiera de inmediato presentarse ante los dioses santos? Pero, bien me acuerdo, ino me acaricié y desperdicis ‘en mi, sus mejores besos y no traté de estimularme con todos los medias que tuvo a su alcance? Ella habria podi- do entusiasmar con sus caricias a las robustas encinas, al dduro diamante y alas insensibles rocas. Habria sido eapaz desde luego de entusiasmar a cualquiera que estuviera vivo © fuera varén, pero yo entonces ni estuve vivo ni fui 60 vvarén, como 10 habia sido antes. zQué placer producird Femio ”, si canta para ofdos sordos?, zqué placer le pro- duce al desgraciado Témiras * una pintura? En cuanto a ri, Zqué goces no me representé en lo secreto de mi pense 2, qué posturas no tenfa yo imaginadas y planea- das? Sin embargo mi miembro se qued6 tan abatide como ss si hubiera muerto antes de tiempo, mas linguido, para ver- silenza mfa, que una rosa cortada del dia anterior. Téa. Cf. Am, Tl not 13, 1% Asces d hace ur scifi, habia que observa continna sexta 2 Yamoto ctaredo que apace en ln Oa, * Yamoto misco que, tras aber competido ena arte con las Mu ss y hublndo sido venid, fue eegado por elias. Agi sibolo de 19, 21 322 avons Pero hete aqui que ahora cobra fuerza y se robustece cuando ya ha pasado su ocasién, ahora reclama su accién y su guerra. ;Por qué no persistes avergonzada en tu aba- vo timiento, parte la més despreciable de mi cuerpo? Ast también me atrapaste antes con tus promesas, Tl engafias ‘atu duefio, por culpa tuya me han sorprendido sin armas y he sufrido lamentables pérdidas seguidas de gran ver- senza. Ineluso mi amiga no tuvo ningén inconveniente en acer- 1 car suavemente su mano a ella para estimularla; pero al ver que no podia enderezarse por ningtin medio y que, sin acordarse de si misma, colgaba lénguida, me dijo: «por qué te burlas de mi?, zquién te mandaba, loco, acostarte en mi lecho contra tu voluntad? © una envenenadora de ea ® te tiene embrujado con hillos de lana que te traspa- vosan, 0 vienes aquf cansado de otro amor.» E inmediata- ‘mente, salt6 fuera del lecho cubierta con una tinica desce- ‘ida (y estaba hermosa al salir con los pies descalzos), y para que no pudieran saber sus criadas que continuaba in- tacta, disimulé esta ignominia lavindose. ‘Una anésdots personal del poeta (se ha visto postergado ante st amada por un nuevo rico) da ocastin a maldciones contra Ja sed de riquezas, tan arraigada en la naturaleza humana, 2Hlay alguien, todavia hoy, que sienta admiracién por Jas artes liberales o crea digna de algin valor una composi- Pes ou ra pata de Circe, la lependaria bra de i Oden, Cf. dim 1 nota 47, ¥ IL, nota 95 upRo ar 323 cién amorosa? En épocas anteriores el talento era algo més preciado que el oro, pero hoy es signo de gran barbarie no tener ni siquiera un minimo. Aunque mis libros gusta- + ron mucho a mi duefia, con todo, no me esti permitido ltegar adonde ellos tienen permitide; aunque me alabé pré- 4igamente, su puerta permanece cerrada ® para mi a pesar de tales alabanzas: con todo mi talento voy de acd para alld cubierto de oprobio. Hete agui que un nuevo rico que ha comprado su fortuna con heridas, un caballero borracho de sangre, 10 os preferido antes que yo. ites capaz de estrechar a éste, vida mia, entre tus brazos hermosos?, ceres capaz de acos. tarte, vida mia, abrazada a 61? Por si no lo sabes, esa ca- ‘beza soliacubrirse con el casco, ese costado que esté some- tido a ti, se cefia con la espada; su mano izquierda, ais Ja que tan mal sienta ahora ese anillo de oro conseguido com retraso, sujet6 el escudo; toca su diestra, estuvo man- chada de sangre. {Eres capaz de tocar esa diestra que dio ‘muerte @ més de uno?, jay de mil, ,dénde exté Ia ternura aquella de tu corazén? Mira esas cicatrices, huellas de una antigua batalla: todo lo que posee lo ha conseguido a 2 cambio de su cuerpo. Quiz también te contard cudntas veces degollé # un hombre: iy oyendo tal confesiéa, te atreves a tocar sus manos, oh avariciosa? ‘Aquel inocente sacerdote de Jas Musas y de Febo que {yo era, canto ahora initiles versos ante unas puertas in- sensibles. Vosotros, los sensatos, no aprendiis la ciencia 2s de quienes vivimos ociosamente; aprended a sobrellevar las inguietudes de la milicia y la dureza de vida en el campa- ‘mento; en lugar de un verso bien hecho, poneos al frente de la primera compafia: con tal de que hagas la guerra, Homero, se te podré conceder una noche de amor. Paraiewsithyron. CL. Am. I, 30 28, ¥ Am I, nota S. 324 sasonss ‘piter, advertido de que no habla nada mas poderoso ve que el oro, fue él mismo el dinero que pagé la corrapcién cde una doncella , Mientras no hubo recompensa a Ia vis- ta, ef pate se mantuvo obstinado, ella altiva, las puertas ‘eran de bronce y la torre de hierro; pero cuando el amante Jadino Hleg6 convertido en obsequio, ella espontineamente le ofrecié su regazo y le dio Io que &l mandé que le diera ®. ss Por el contrario, cuando el anciano Saturno tenia el Jmperio del cielo ©, la tierra ocultaba en sus tenebrosas profundidades cualquier tipo de riquezas: el bronce y la plata, el hierro pesado junto con el oro, los habia puesto junto con los Manes, y no existio ningiin metal. Pero pro- lucia cosas mejores: mieses y frutas, sin que hubiera que “a hacer uso de la curva reja del arado, y miel que se hallaba cen Jos huecos de las encinas. Y nadie roturaba la terra con ef robusto arado, ni el agrimensor sefialaba el suelo con linea ninguna. Ni con el remo que habjan talado ba- rian fos mares revolvigndolos: las playas eran entonces el 4s fin del camino para los mortales “, jOh naturaleza de Jos hombres! te hiciste experimentada contra ti misma y fuiste para tu mal demasiado ingeniosa: ;qué necesidad tenfas de circundar las ciudades con murals y torreones?, ‘qué necesidad de dar armas a manos en discordia?, qué tenias ti que ver con el piélago? Debieras haberte conten- © Se refire @ Ddsus. Cf. Am. if, nota 133, © Se ns ofrecs aga ue interpreta concertos so Siudore lonaistas de mito de Dinas, puesto que se sues que hubo corp ‘bn por dinero en ver de livin de oo. ‘Bs dei, en I Edad de Oro, época pimtva en qu los humanos convvian on los oes, ean feces yf trae le sastentba: tema ‘ate fecunte de In poesia tina yen especial de In de pce aupisten (ma. Bel IV; Georg. Sy a8; Aen VIL 319'y su: Tm. 13,35, y3 ee). © Che am. I, not 101. sumo m ws tado con la tierra. ;Por qué no.haces también del cielo s0 tw tercer imperio? (aunque en la medida de tus posibilida- des, también ambicionas el cielo: Quirino, Liber, el Alcida y recientemente César tlenen sus respectivos templos) ©, Desenterramos de la tierra, en lugar de mieses, el macizo oro} el soldado posee riquezas que ha conseguido a cambio dde su sangre; la curia esté cerrada para los pobres, la ss fortuna es la que proporciona cargos: por ella existe el hu raflo juez; por ella, el riguroso caballero. Poséanlo todo: que cl Campo de Marte y el Foro les esté también someti- do, hagan ellos la paz y las guerras sanguinarias, con tal e que en su ambicién no compren con su dinero la prenda de mis amores y permitan que el pobre posea so alguna cosa. Con eso me basta, Sin embargo ahora, aunque una mujer iguale en severi= ad a las sabinas “, aquel que puede pagar mucho dinero, ‘manda sobre ella como si fuera un botin de guerra. A mi ssu guardién me mantiene alejado, ella tiene miedo de su ‘marido cuando esté conmigo; pero si les he pagado antes, Jos dos se marcharén fuera de la casa. {Ojald que algtin «s dios vengador del amante desdefiado convierta en polvo unas riquezas tan mal adquiridas! 9 leg ale muere del poeta Tibulo, su predecesor en el eéne- ro elegiaco, Es esta pieza, por tanto, una de las que ms se aper- * Peronaes todos que fueron dvseados yen conseeuns 5 onia que vivian en el clo: Quin tena a expo en Quis Bac © Lier, en el Palatino; de Hercules habia varios 9 el de Clr, mo 2 las Rosie Los sbins tenn fam exteorinaa de ssteridad. 326 avons tan de la tematea amoross,propiamentedicha, que es Ia mayor- ‘aria en los Amores y Ia que da titulo ala colecién, Pero, por otra parte, dado su carder funeralo, etd més oerea que las otras del concepto moderno de elega. Es un tstimonio palmario de Ta admiracién de Ovidlo por su antecesor, de cuya amistad Inubiera quero gozar sis Io hubiera permit el destino (Trist. TV 10, 51-52) ¥ también, uno de los pocos poemas de la obra ‘que pueden feckarse con fundameato: hubo de esrbirse a fina- les del ato 19 a. C. 0 pinepios det 18, fecha en la que murié ‘Tbulo, sein se desprende de epigrama de Domicio Marso que cencabera los manusertos Ubulanos. Sia Memnén lo lloré su madre ®, y Ia suya a Aqui- les, y los tristes hados alcanzan también a las grandes diosas, desata tus cabellos y ponlos en desorden, lorosa Elegia, ;Ah! demasiado ficl a la verdad seré tu nombre s ahora ®. Aquel poeta que te cultiv6, gloria tuya, Tibulo, arde en Io alto de la hoguera, cuerpo sin vida ya. Mira como el hijo de Venus ” leva la aljaba boca abajo, el arco roto y Ia antorcha sin luz; fijate cémo va, digno de 1» compasién, abatidas sus alas, y cémo se golpea el pecho descubierto con mano castigadora. Los cabellos esparcidos por el cuello se le humedecen de Idgrimas, y su boca deja fr sonidos convulsionados entre sollozos. As cuentan que en el funeral de su hermano Eneas 'salié de tu casa, her- 1s moso Julo”. Y Venus no esti menos compungida por © La Aurora, Ct. Am I, nota 7 © Tat © Una vei etimoloiasupona qe la puabra clei drivabu ei siege © Réyen, a saber ede tay» (Cf. Suis, sud woe). * cxpido. Pues sos era los de Venus. 7 hijo de Eneasy de Lavinia al que algunos confunden con Asi so, el hijo de Eneas 7 Crise, ‘umRo mi 307 Ja muerte de Tibulo que cuando un jabalf salvaje hiri6 en Ja ingle a su joven amante "Sin embargo, a los poctas se nos llama sagrados y favorecidos por la divinidad; hay {incluso quien considera que tenemos algo de divino. Pero Ja muerte inoportuna profana todo lo sagrado; sobre 2 todos lanza ella sus manos tenebrosas, :Qué le aprovechd 4 Orfeo, el del {smaro, su padre? ™, {Qué su madre? ". ‘iQue el dejar embelesadas a las fieras, hechizadas por su ‘miisica? ", Se cuesta también que en Ia espesura de los bosques ese mismo padre canté en honor de Lino”, su hijo, «jay Lino», al ritmo de una lira que no queria sonar. “Attade con éstos al poeta de Meonia ”, de quien, como 25 de perenne manantial, surten las aguas Pierias con que rie- ‘gan sus labios los poetas. A él también el dia supremo To sumergié en las tinleblés del Averno ™5; vinicamente los Adoni 7% Eagro 0 Apolo, sep las danas versions. Por al v.28 vemos sue Ovidio lo considers jo de Apolo, come tambidn Jo era Lin. Cf. ota 7. * Calope, waa de las Mans 7% Proverb) era el poder que Orfeo conseguis on su muses: 20 s6lo deja estupefacas ls Hers, come aga inde, ino gue tan ‘dn mca que os dboles yas piedras lo siguevan y qu los os canble- "7 Famovo canor mic, hijo de Apolo y de Pima, Inia de ‘croton, ry de Argos. Foe mueto por amet geroy, poseiormente se insti we eo 9 38 honor, cantindosele et alnon, cand de dueo, a Ia que se alude en el texto * Homer, Lago stuado en la comarca de Cunas, sobre! que n0 pola so revolt ning pao sin que msiera a casa de fos vapors venentos ue extalaba, Como en ts mediacones we enconraba una etrada al Infermo, se ba desigado también con su nombre a nfroo mismo, en tun traslado de igalicacidn por conigtidad pareio al qu ocr con Thao (ef. Are, nota 58), que sn sr proplamene el Hades, sino ‘un repén mis inferior todavia, se ha esimado con €. 328 ‘sons vversos escapan de la avarienta hoguera. Permanece, obra sn de los poetas, la leyenda de le guerra de Troya y la tela inacabable destejida por la noche con fin engatioso °°. Asi [Némesis tendré fama duradera, asf Della: una, el desvelo de los sltimos dias; la otra, su primer amor , {De qué (0s sirven los sacrficlos?, :para qué os son iitiles los sis- tros ® egipcios?, gpara qué dormir aparte en un lecho no 38 compartido? ©. Cuando los-crueles hados se llevan’ a los ‘buenos (perdonad mi confesién), estoy tentado de creer que no existen los dioses. Vive piadoso: morirds pesar de tu piedad; venera lo sagrado: en medio de tu veneracién Ja rigida muerte te arrastraré del templo al agujero de la tumba. Fiate de tus bien escritos versos: Tibulo, helo aqui, so yace sin vida y apenas queda de su cuerpo lo que una ‘pequefia urna puede contener. A ti, sagrado poeta, te han ‘rrebatado las Hamas de la pira y no han tenido miedo de alimentarse en tu pecho? Habrian podido abrasar los dorados templos de los dioses santos, puesto que comet ‘6 ron un sacrilegio tan horrible. Hacia otra parte vuelve su ‘mirada la duefia de los aleézares del Brix"; hay incluso quienes dicen que no ha podido contener las Iigrimas. Pe- 19, con todo, mejor es esto que si se lo hubiera enterrado ‘Alun por su tents a Tas dor obras inmorales de Homer 1a Mada (wGuea de Troyan, sngve proplameate uta eso una parte bien pequta de eta gue), y Ilsa (la tela iacabeben fue Pertlope tay desea ara engatar alos pretender, ps lee Inbiaprometidoescoger esos ente ellos, cuando aabara de tj a ho enzo, fingido sadaro para Lares, su se) Las dos amadas de Tcl, cansadas eo sus vee. © ct. Am Il, not 78 8 ch. Am. toa $6. % Venus, con un sanualo en ese monte de Si BRO a 329 en terras de Feacia bajo un suelo despreciable, sin que nadie lo conociera. Aquf por lo menos su madre le ha ce- rrado los ojos Inimedos cuando escapaba de Ia vida y ha 's0 Ievado a sus cenizas las ofrendas supremas. Aqui su her- ‘mana, con la cabellera mesada y sin adomos, ha venido 1 tomar parte en el dolor con su apenada madre. Y con los de los tuyos han juntado sus besos Némesis y tu ante- rior amada *, y no han dejado solitaria tu pita. Delia dijo ss al bajar de alli: «Ms suerte tuviste cuando a mi me ama- bas, pues durante el tiempo en que yo fui tu pasion, gozas- te de vida.» A lo cual respondié Némesis: «Por qué te ‘quejas ti de la que es pérdida mia? Era a mi a quien suje- taba con su mano trémula cuando estaba muriéndose.» No obstante, si queda algo de nosotros ademés del re- nombre y de la sombra, Tibulo estard en el valle del Eli- sio ™. Ti, docto Catulo ®, coronadas de hiedra tus sienes juveniles, vendrés a su encuentro junto con tu querido Cal- vo ®. ¥ sies falsa la acusacién de que ofendiste a tu ami- 30°, también tl, Galo, que has hecho entrega de tu san- ae y de tu vida. Tu sombra es gompatiera de la de todos 6s cellos, si es verdad que existe una sombra del cuerpo; tt, © Pues Tule abla exado enfrmo en Cori Ia gue deen isla eos fecios, sein Se tesimonia en #0 lea I 3. © al © Ct. Amt, nota 38 El liebe poeta, cabeza dl moviméesto nesta, cator de Let ‘ia presente de lon eleeos de fpocn aunt. Otro miembro de ceeulo de los postr nov, amigo de Caio, Octavio, Pes Gao (ef Am, ota 100, que era goberaador de Eeoto, parece que comets certos abuos de poder que moletaron ‘Octavio, cayendo en devgracia a conscuencia de ello, onlmete fied. Ovo presenta a Cal ene Hin, lo «condi de que ‘ora fla la ecuscin que se ca, pac ene agar de Beavent> rarassélo podian moar lov piadovee, 320 ‘AwoRES caulto Tibulo, has aumentado el nimero de los bienaventu- rados. Huesos, descansad en paz en esa sélida uma —tal es ‘mi muego—, y que la tierra no sea pesada sobre tu ceniza ". Como ta anterior, esta elepia ofrece una temétiea poco comin ‘en la colecién, pues en su mayor parte esté dedicada ala narra- fan de un mito. La vineulacién con los arhores personales del poets se halla, no obstante, al principio y al final, enmarcando cl relato y formando una estructura anular, El poeta seve priva- do de la relacién carnal con su amada, porque durante Ia fiesta de Ceres se exige continencia. Pero sila misma diosa supo lo due era el amor —y aguf se inseta el relato mitleo—, spor qué no serd mis comprensiva con los amantes y permis unin también en los dias de festa? Es lo que argumeata Ovid. LLleg6, como cada afto, el tiempo de la sagrada fiesta Rubia Ceres, la de los finos cabellos coronados de espi- 225, gpor qué impides nuestros goces en tus fiestas? A ti, diosa, los pueblos de todo el mundo te llaman dadora de bienes y ninguna divinidad mira con mejores ojos la felici- dad de los hombres. Antafo los salvajes labradores no sa- ban cocer el pan; ni en la tierra se conocfa el nombre de la era, sino que las encinas —oréculos primeros °— Modine dea dead fru st i travis: lenge odio feiye lo tv, o 1 uti de manera no tal. "Pues en Dodona, ene pir, habla un encina que daba orgeulos con el movimento de su False uno ut 3a producian Ia bellota, y éte era el sustento, junto con la 1 bilerba del blando eésped ®. Fue Ceres la primera que mos- ‘tr6 cémo la simiente crecia en los campos, y seg6 después Jas mieses con Ia hoz una vez que llegaron a su sazén. Fue la primera que obligé a los toros a poner su cuello ‘bajo el yugo y removi6 el suelo antiguo con la curva reja. 2Quién ha podido creer que esta diosa se alegre 1s con las lagrimas de los amantes, y que guste de ser venera- da con tormentos y continencias? Y sin embargo, aunque ‘guste de los fértles campos, no es ristica ni tiene el ‘corazén libre de amor. Las cretenses serén mis tetigos; ‘Pues no todo es invencién entre los eretenses ®. La tierra 20 de Creta se enorgullece de haber sido nodriza de Jipiter. Alf bebi6 leche con sus tiernos labios, cuando era un nino ppequetlo, aquel que gobierna el alcdzar estrllado del fir ‘mamento **. Confianza grande merece el testgo: exe testi- 120 ¢ elogiado por el que alli se crié *. Estoy seguro de que Ceres reconoceria esta fama que se le atribuye. La diosa habia visto al pie del monte Ida en Creta 225 Tasio™, cuando disparaba flechas con mano segura apun- tando al lomo de las fleras; lo vio y, tan pronto como tude alos tempos de la Edad de Oro. % Sobre a faa de metros que tenia los cretenes habla mis- ‘mo Ovidio en Ars | 297-298, San Pablo en eu cata a To, 112, repte un deo det ésofocretense Epindsdes, que se bio proverbial eLat ‘retnss, sempre embustres, malas bess, venres pereso. pe. spose que nos hallesos ante ura gloss incorporada al text, que debumosimerpreca con sentido idnco de exe mod «Vainte fe abré qu orga al texigo, precise ee tentigo rea enate ldo por stations!» "sobre los amore de Deméter con Iso 0 las. Ct. 04. V 125, yy ss De su unién nacerfa Pt, 332 avons Ja médula de sus huesos absorbié la ama, el pudor por una parte y por otra el amor la hacian dudar. El amor 20 veneig,al pudor: verias entonces secarse los surcos y tornar Ja siembra con un incremento minimo; aunque la tierra se habia removido con el manejo constante del azadén, el curvado arado habia desmenuzado los terrones del suelo y las semillas se habian sembrado con justa proporcién en los campos extensos, las esperanzas del labrador queda- ss ron defraudadss. La diosa patrona de las mieses perma necfa ociosa en Io profundo de los bosques, la corona de cespigas habfa caido de su larga cabellera. Unicamente Cre- ta fue fértil con una fecunda cosecha: por donde habia pasado la diosa, todo era mies. Incluso los selvéticos Iuga- ‘eres del monte Ida amarilleaban con espigas y el salvaje jabali cosechaba trigo en el bosque. Minos, el Iegisiador *, ddese6 que fueran para él todos los afios como aquél. Ha- bria deseado que el amor de Ceres fuera duradero. se triste apartamiento que ti experimentaste,rubia dio sa, me veo yo obligado a soportarlo ahora por culpa de ss tus fiestas. :Por qué he de estar triste si ti has en- contrado a tu hija, y es reina de un imperio sélo aven- tajado por el de Juno? Los dias de fiesta llaman a Venus, al canto y al vino: estas son las ofrendas que conviene pre- sentar a los dioses, nuestros amos. % Rey de ° Cam Ia enc de Is fests se enlza con ls pines ver hy, pues, una comporicign alr 'eProsrpaa, que abla sido rapada por Pluén. So mae la and- vo buscando hasta que la encom en los inferno, sale eoncedido or pare de Jpter que pasra anita de ato coo ea ya otra itd on su esposo Pata, rey del mundo subterine. upRo mt 333 u EI poeta est ya cansado de las traiciones de su amada y pone fin @ su relcidn: «Tus viclos han acabado con mi paciencia, Discate & otro... ya no soy el necio que antes fu.» Mucho llevo aguantado y ya desde hace tempo; tus felts han acabado con mi pacienca;eléjate de mi cansa- do corazén, torpe amor. Si, ya me he liberado y excapado de las cadenss, y lo que n0 me avergoncé de soportar en su momento, me avergenza ahora haberlo soportad. He vencido y pisotado el Amor domefado: tarde hans -venido los cuernos a mi cabeza '*', Persiste y sé tenaz: este dolor sera il un dia: muchas veces un jarabe amargo trae remedio a ls enfermos. TAS pues, rechazado tantas veces de tus pueras ‘*, ‘me he tenido que resignar a extender mi cuerpo de per- 10 sons libre sobre el dur suelo?, ast que, por culpa de Bo 6 quién, a quien ti tenis entre tus brazos, he montado yo suardia como un eiclavo ante tu casa cerada? Vi a twamante cuando, agotado, salia de tus puerta, sin fuer zas en su cosado, que ya habla cumplido su servicio; sto es0 me impori6 menos que el haber sido visto por 1s jeiga esa vergienza sobre mis enemigos! {Cuno no he estado yo junto ati, arvimado filmen- te 8 cosado, siendo,at mismo tempo fu guard, tu amante, tu compatero? Bi, ‘y cuando ibas conmigo gusta- 2 pein proverbial (f, Hor, Carm. I 21, 18 y Ov. Ars 235) gue significa: «Por fl he resobrado a dandy ot orgllon. Cr. nots 6. 334 scons 20 bas a Ia gente: nuestro amor ha sido causa de amor para muchos. ‘Para qué voy a recordar las mentiras torpes de tu len- ‘gua falaz, y los perjurios contra los dioses que has pronun- ciado para mi perdiciOn? ;Para qué recordar las sefas de asentimiento que en secreto te hacian los jvenes en medio de los banquetes y las palabras disimuladas con signos ya convenidos? 2s Me dijeron-que estaba enferma, y yo precipitadamente yy fuera de mi sali corriendo: legué y vi que para mi rival no estaba enferma. He perseverado soportando a menudo estas afrentas y otras que callo: pero ahora, biscate a otro que quiera sufririas en mi lugar. sa Yami barea, adornada con una corona votiva, oye sin inguietarse el rumor de las olas hinchadas en el mar '°, ‘Abandona las lisonjas y las palabras que en otro tiempo tuvieron fuerza para perderme: ya no soy el necio que an- tes ful. ub Glosa del odi et amo eatliano, La belleza de su amadsy rae én para el amor; su frvoldad, razén para el odio: y el poeta en la encruijada no sabiendo si optar por Io uno 0 por lo oro. Parece una replica de la anterior eleia: a la seguridad con que hhablaba antes acerca del fin de sus amores, se opone ahora Ta inseguridad y ef replanteamiento del dilema (Por una parte el amor y el odio por otra Iuchan entre sf ¥rorientan mi débil corazén en direcciones contrarias; °° Maiiorandtca, que rence ca aden de que el poeta ha con- seguido Ia cama y voeko ala razén. Cf. Prorsnc, Il 24, 1818. ‘umno 335 pero cen que ves el amor]! me es poubl, ears 2, tmarécoota ml volta tampoco el toro gusta del yu go. ya pera de oda ova, ayo de tu frvllad, pseu bemeura me elena co hyo; reining 6 fata de moral, ero amo tu cuerpo. De manera gue no puedo vir cael eouio,y me purest no tent cro tual es mi dese. Quisiera que fueras menos hermosa o menos frivola: una hermorura tan marelon 2 concer so i arr ter deprevado, Tus esonc morn edo, pero tu cara revlama amor: ay demi, depacado, que fa tee mis faern gue tis vis {Ok perdmme! Por el drecho que me da el haber conmpaido contigo el echo, por todos los does que tan- tas yess se te ofrecen par que fs eng, otf ca, igual para mf que la de una excelsa divinidad , y por tus ojos que conquistaron a los mios! Cualquier cosa que tex, sere slerpre mae lo elie qulees qu o tam bite te quire con toda mi vlusiad 9 que te ame forada. Yo desplegara de bueos gana mis velasy me dearia evar por los vientos: lo preferirla a verme obligado a amar 20 oo conta de mi volntad. 2 I cantar a su amada y hacerla centro de sus poemas ha cau- sado perjuicio al poeta, puesto que ha servido para hacrle publi cided y para que otros, enamoréndose de ella, la pesigan. Ya tarde, se offece la disculpa de que los poetas no tenen coseumbre Cf, ota 2 336 ‘MORES de decir In verdad, no son hstoriadores, sino que gustan de 1a Ficcin y de la hipérbole, por lo tanto no tenfan que haber pres- tado tanto crédito, Como ejemplo de las dsparatadas ocurren- clas de los fantasososvates se ctan una larga serie de suoeios| sobrenaturales de a mitologa, especialmente metemorfoss (Es tia, Niobe, Calisto, Proene, Proteo, los Espartos de Tebss, tas Helades, las naves de Eneas). En todos es0s casos de cambios de forma, apenas enunciado, se nos revea ya el. que seria poeta de Ins Metamorfosis. {2Qué dia fue aque en el que cantastis, aves siniestras, augurios triste para este enamorado eterno?, 40 qué estre- Tia pensaré yo que se opuso a mi destino?, 40 de qué dio- ses me quejaré como promotores de guerra contra mi? 4s La que hasta hace poco fue llamada mia, la que empecé amando yo solo, temo ahora tenerla que compartir con ‘muchos. zMe engafo, o ella se ha hecho famosa gracias a ris libros? Asi ha sido seguramente: se ha puesto a la vis- ta de todos gracias « mi talento. 1Y con toda razén!, por- vo que gpara qué pregoné su belleza? Por culpa mia mi amada se ba puesto precio. Ella tiene éxito, siendo yo su aleahuete, y su enamorado entra en casa siendo yo su guia: ‘mis manos han abierto la puerta, Dudoso es si Ios versos aprovechan algo; al menos am me han perjudicado: fue- ron motivo de que mis bienes causaran envidia. is A pesar de que estaba a mi alcance Tebas, Troya y as hazaftas de César, Corina es dnicamente la que ha ins- pirado mi talento. ;Ojald hubiese yo puesto mis manos so- bre la poesia con Musas contraras y Febo hubiese abando- nado mi obra en sus comienzos! De todas formas, no es costumbre ofr a los poctas 2 como si fueran testigos ': hubiera preferido que no se % Quiere dei, como mis expicamente leeos en yeot 4142, que el porn no ene por ofco der la verdad como ef hitorador, Ro mt 337 Ihubieran tenido en cuenta mis palabras. Por nosotros Es- cila robé a su pare el valioso cabello y ahora constrifte con sus caderas e ingles perros rabiosos "; nosotros mos alas 1 los ples y serpientes a los cabellos #"; vencedor el des- cendiente de Abante cabalga sobre tn caballo con alas "*, ‘ino ques obras refee a In rit de lo posible, reordando as wn ase dea Poi de Asses ©, 1451 a) que ding os objets ‘ela posi (alo que pudo, pode ocr Jo que puee estar ccutien- op) ¥ de Ie historia (ocean). "se confundenaqu ds personajes homénimos y paises de sen ds metamorfoss: una es Ia Eel que se metamocfosea ea cere, de pals de gue, enmorada de Minor que sab wu ciudad, Migr, can ob au padre, Ni, eeateo de pirpura det que depend fa sere ela cudad (tena exe del porn Ci you, Ie muchacha ue, por obra de Circe, se converte en monstruo marino con cabeas de FeO saléaole dels ingles. Ambas metamorfssaprecea ene compendio| ‘vio: In peer eo VHT, 15-1, y fa segunda e9 XML, 130737 Teaal confoién ain ya en Vii, ‘el. VI 7475 "= Alas ens ple, o sandals aad, « Mercurio, «Perso; spin: tes or cabelera alas Girgonss, a as Furs. "Et desceadience de Abate es Peso, net por Dinae de Acro, aque a su ver ea jo de Abante, el ey de Argos. Perso es, por tao, ane de Abate, Ahora bien, tees et dnico pase de los textos cldsiooy que de una manera expista dice que Perso cable sobre Pes $o (caballo onal). Lr precedente, no cao, de eta novia tenet tn Helo, Bcwdo, 26, dome a Peco se lama wlicete, para pasar 8 contnvacién 2 esr provto de sus sandals aldas. Seta, probablemente, mr que de ura veri aleratv, de ina conf, es el sit jiaete de Pdgao ex Beeofonee no Pers, spi a mito. ‘alla. A Perso por lo general ee figura con ss sandal sad como Tesrumento de veo: a sini nds los en Ls poples Amore de vidio OI 6,1). Peto, ya que Plgao nace dela cabeza de a Gérgona, al ser decaptada por Perse, es fil sone fa reli ene ambos 9 Tei a confi etre Peso y Belerofones (ef. A. Rozz mi ERA, ‘Mi. Cs, pig. 159). En dpoce medioal y moderns se peel, et as les y las aes, la apolar ete Perea y el cba lado, nfs- yendo en ls varias razones ds, como ee ange dele cababeresc, 120, —22 338 suoREs as también extendimos a Titio a lo largo de un espacio menso **e inventamos las tres cabezas del perro con rabo de serpiente "*; inventamos a Encélado arrojando lanzas con sus mil brazos "#, y que la voz de una doncelia de doble forma seducia a Jos hombres"; metimos a los Euros sede Eolo en los odres del de ftaca™; el traidor Téntalo pasa sed en medio de un rio "; convertimos @ Niobe en piedra ™ y a una muchacha en osa "; el pajaro de Cé- rope canta al odrisio Its ""; Jépter se transforma en ave "© gignteco Tio eta tendo eel Hades, uendo eer. no eatigo, yccupaba unt exensin de 9 yugadt, cop ve deen Ia Oats x 576 s8.. "Cancer, cl guard del Hades. 'S Botado es uno defo Gigates que parting en la igantoma- ‘gia lucha de lor Gigantes contra Jpitery le Olimszoe. "ata ta Siena, sree Mido de mujer y de ave; 20 de mujer y de pez como se dvulp apart dl Medio, sn dud por ‘orieisn con el mer, y por dsilacién con ls Harps. Se sitta ‘ia traiconalmente frente at cons del ur Fa. Deve al ‘on admirable canto y su maison arian aos naveganis, Concias sobre todo # parr de ne aparision en in Oaea(XIl 39 9 #2). Bolo, roy eos wenog, le do a Ulises lot vento encerrado en un ode (Od. X 19 y MCh am. nota 1. Niobe, ana vex que le fueron moeros sus jos, sami en ws Jactimoto duo, foe converte en pide (Ov., Met. VI 146s). De ‘iotlo saa a porta 2 Niobe pot Una asocaciéa de ideas basa eo el pares, punto que Niobe «je de Tinao, ‘Clit, hij de Lied, rey de Arcadia, amads de Site, tans formada suceivameate en ofa conselacén (La Osa Mayo). "ge hijo de Tero y Prose, mueto por su mace y su ta ‘lomela en venganea del criminal aul de su pve (ef Am. Tl, nota 30) ee lama eosin po racio, pues los oisos eran un pue- bo de Traci. Nuevarente aul, evando I oafsin gue se aba entre rosney Fllomel (f. Am. I, nota 30), sacude a abigua expen spiiao de Céropen: puede referise tanto al rusetor come & la solndena, sumo mi 339 © en oro, o siendo toro cruz las aguas montado por una doncella "5 apara qué recordar a Proteo ** y los dientes 33 ‘que fueron semilla de Tebas #; que hubo unos toros que arrojaban fuego por la boca "!; que tus hermanas, auriga, Uoraban dmbar por sus mejillas "2; que las que fueron na- ves son ahora diosas del mar "; que el dia volvié hacia ‘tras ante las mesas espantosas de Atreo ™; y que las du- «0 ras piedras fueron detrds de una lira cuando la tocaban? ™, La fecunda libertad de los poetas lega a ser infiita y no esclaviza sus palabras a una fidelidad propia del historia- dor ®, y mi alabanza a esta mujer debla de haberos pare- ido falsa; ahora esa credulidad vuestra me perjudica. [En ave, mis conretameste en dps 0 en cine, o transforms aa ptr y sedate espucvameate x Ganmede y Leda; enor, pata Tega asta dra; en tor para rptar a Europe 1 Dios marino que grab del dn dela profeiay de una capac dd gxirordnarla para It propa metameefos. Cf. Am. I, nts 96. ' Son fos dletes del dagén matado por Cadmo, sembado por spin consjo de Miners y de os qu acer los Eprom, guereros ‘que, ads mis nase, se puseron a plear ent a, sobreviindo slo ‘inca, que fueron admtdes por Cam como habitats de Tebus. "8 Los que por mandato de Eee, como concn pars entepie levgocino de oro, mobo de uni a yugo Json, ° Son as Hellads,hermanas de Fat, que, Horse por la muerte 4s su hermano, feren wansformadas en dance blanos (ef Am. Il not 115) y aus gras en soar de dnb. ' alusén a las naves de Eneas, converte fuego ea Ninfes por ‘bcs para sais det foego que queria prenderles Tsao (Via, den erry a, 2 Se refer l trcleto banquet que Atco prepara au hermano Tiegss, mando a su jos y dindosdos « comer 5 Tras dela li de Anion, que de ee modo consry6 las mart las de Tees cf, nota. as. 340 “AMORES B legia totalmente al margen del tema emoroso. Se trata de Ja desrieidn de una procesin habida en Faleios con ocasi6n de Ia fiesta de Juno. Recuérdese que ya Calimaco habia usado 2 los Alta el distico elegaco para hablar de festa, ritos y mi- fos etiol6yicos, relasionades con dichas fiestas. Como también Propereio, en st timo Hbro, y el mismo Ovidio haria luego cn los Fostos. Puesto que mi esposa nacié en el pals de los faliscos, tierra de frutales, nos hemos acereado hasta las murallas que ti, Camilo, venciste ”. Las sacerdotisas preparaban la fiesta santa de Juno, sus frecuentados juegos y el saci- 4 fleio de una vaca del pals. Valia en verdad la pena de- tenerse para conocer estos ritos, aunque para llegar hasta gut el camino es difiel por las cuestas. ‘Yérguese un bosque sagrado, antiguo y tenebroso por lo espeso de la arboleda; légate‘a verlo y estarés de acuer- ddo en que ésta es la sede de la divinidad. El altar recibe 10 las siplicas y el incienso oftecido por los devotos, un altar hecho rudamente por manos antiguas. ‘Cuando la flauta ha dado la seal con su solemne soni- do, avanza hasta aqui la procesién anual a través de calles engalanadas, Ante los aplausos de la multtud llevan terne- ras blancas como la nieve, a las que la hierba falisca.alt- 1s ment6 en sus prados, y terneros que ain no amenazan con temible testuz y, sacado de su humilde pocilga, ta vietima mds pequefia el cerdo, as{ como el gufa de la manada con Patios, conquisiada por Camb en el 294 a. C. sumo mr 3a sus cuernos retorcidos sobre las duras sienes "; dnicamente la cabra os odiosa a la soberana deidad. Por indicacién 29 de aquella dicese que fue descubierta en la espesura de las selvas y tuvo que abandonar su huida ", Todavia abora corren Jos muchachos con Jabalinas detrds de Ia delatora, {que como recompensa es concedida al primero que la hiere. Por donde ha de pasar Ia diosa, jOvenes y timidas mu- chachas barren las amplias calles con las vestiduras que les arrastran. Los cabellos de las virgenes estén adornados 2s con oro y piedras preciosas y un manto espléndido recubre sus pies ealzados con sandalias doradas; segin la costum- bre griega de sus antepasados ™, cubiertas con vestiduras blancas, llevan en lo alto de la cabeza los objetos sagrados confiados a elas. La gente permanece silenciosa cuando Uega la brillante procesién y cuando a sus sacerdotisas 20 sigue la diosa misma, Estampa argiva ofrece la procesién: después del asesinato de Agamenén, Haleso sali huyendo ‘de aquel crimen y de las riquezas paternas, y luego de re- correr tierra y mar desterrado, fund6 con fausta mano es- tas altas murallas "EI fue quien enseté a sus compa- 35 triotas faliscos los cultos de Juno. ;Séanme a mi y a su ‘gente siempre favorables! I camaro, 2% No cousta en alagum otra fuente xe episod ° pugs foe fundada por el argo Haleo, como mls adelante se le, ‘Bate hijo o compatero de Agamen, fundador de altos uno de los enemigos de Ens, que Se pone al lado de Tuo ea la aera ‘que ambos sosienen, Muris mance de Plane. Cf, Vinon, Aen. 723, Ys; X382 al) ys, La referencia als cudad, con la nfedogue ‘sural ato al principio como al nl, eres ura eomposn aul, 3 ‘suoRES 14 ‘Sabe Ovidio que su amada lees infil y no le pide ya que zo lo Sc, sino, al menos, que no slo diga nis lo dé a entender 4; que se lo nicgue siempre. «Deja que vaya yo ignorante, Y permiteme gozar de esa nedia credulidad.» {kote pido ya que no me seas nel, puso que ers heros, sino que no me vea obliga a sabet, desere- lado de mt, ml censura no te ordena que te vusvas cast, «pero te ruego que al menos procures disimularlo. No es fnfelaquella que puede near sus falas, y Uniamente la cxlpa resoocida ex ln que da maa fama. Qué locura es tea de confear ala uz del da lo queen la noche we oct ta, ye narra pibicamente los actos que haces a econd- asta meretre que tene que uni su cuerpo con un ei ve dadano desconoldo, se apara del vuleo, 88 echar los cerrojos, iy i vas a poner ts debtor a meroed de las mallcioes habladrias'y vas a dar prucbas de tu fale? ‘Ten mis cordura;o imla alas east, cuando menct, y 1s plese yo que teres honesta aunque nb Io sea. Lo Ue haces, siglo hacendo: Uicamente ngardsbaberlo he- cho, y no te dé vergbenza promuncar palabras modesias en publico, Hay un lugar apropiado para el placer: lnalo de todas las voluptuondades que el pudor se mantenga lejon de all, Peto tan pronto como salgas de 4, aljese de al 2» mlsmo tempo toda lasvia'y ebenona en th echo Ia fata cometida, All no tengn vergienza de quitarte la ie loa y de tener tu mislo debajo de tro must, al inro-

You might also like