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2 Autoridad y tirania Acto I Escena 2 A las diez de la maiiana en un café parisiense. TsABBL: |Llegas recién ahora, te esperaba u las nueve, para desayu- nar! Voy a llegar tarde al trabajo. {Crees que puedo llegar a cualquier hora? jLa publicidad no es algo tan relajado como piensa: SILVIA: Ya sé, Isabel, ya sé, perddi esta mahana, mi casa era un horror, Los gemelos no durmieron en toda la noche, Mariana se levanté lo- ca de rabia. Conoces su cardcter, atin no se ha levantado y ya se sabe de qué estado de dnimo estard todo el dia. Luego de haber hecho notar que no le gustaba que abrieran las cortinas muy de golpe, exigid que bused- ramos el tubo de dentifrico que habia quedado en la valija del fin de se- in Babar y la viejita, pero no ese en el que Babar conduce el coche. La crisis, que hasta entonces habja sido evitada, estallé verdaderamente cuando Pedro sacé para de- sayunar el bol que tiene rombes azules y no el de cuadros rosas. Aun- ame, pero cref que me moria mana guardada en el s6tano, ese en el que es que ayer cra imprescindible el azul, hoy necesitaba imperativamente el de cuadros rosas para comer los cereales. Muy molesto, Pedro le expli- 6 que el bol rosa habia quedado en el lavavajillas, Mariana grité, Pedro lavo el bol rosa y todo parecia por fin estar en orden cuando, en cl mo- mento de vestirse, decidié ponerse para ir al colegio su puléver de es- qui y sus botas. jExplicale que estamos en cl mes de junio! ISABEL: 7, Y cémeo termind? SiLvia: {Cémo crees? jSe fue al colegio con ropa de esqui! | Y el pronéstico anuncia 25° para esta tarde! jSeguro que voy a ser citada por la maestra, 0 incluso por la asistente social! ISABEL: {Por qué no el juez de menores? SILVIA: No bromees, podria suceder. Los vecinos nos miran con wna cara... con los gemelos que atillan toda la noche. estoy segura de que piensan que los martirizamos. Vas a ver que terminaran sefalindonos. {Te das cuenta de que desde hace mas de un afio Arturo y Adrian Neran toda la noche, juntos 0 alternindose, todo depende de la or- questacién que elijan antes de dormir? Estoy segura de que lo hacen a propésito. Lo tienen programado para perseguirnos, Pero {por qué? {Qué les hicimos a estos nifios? Desde su nacimiento estamos desbor- dados. Pedro estd agotado, dice que no puede trabajar mas. Ojo, no es fan grave porque no tiene demasiado trabajo... asistente de realiza- cidn... j¢se oficio es mas bien intermitente en el Ambito del especta- culo! De todas maneras, no estoy verdaderamente segura de que Pedro haga lo que hace falta para estar en una filmacién, Por suerte esta el diario. Desde que no soy mas periodista inde- pendiente es una tranquilidad. Sin embargo, s6lo pienso que eso le da mis seguridad a Pedro. Lo encuentro raro este dltimo tiempo. Hay que recordarle veinte veces lo mismo, no me escucha, Tampoco me mira como antes. Puedo cambiar de peinado, de color de pelo, vestir- me de monja o de astronauta, no nota nada. La otra noche estaba tan harta que me paseé por el departamento con el colador en la cabeza, como un sombrero, No sabes el tiempo que tardé en decirme: ¢ Qué haces con ese en la cabeza? Le respon- di: No encontré un embude, y como estoy volviéndeme loca buscaba una forma de hacértelo notar, Levanté los hombros, me dijo que no le hacfa gracia y que tenia demasiado que hacer para refrse de mis tonterias. AJ quedarme sola consideré Ii posibilidad de trarme por la venta- na, pero desde la planta baja no era muy serio. Entonces retomé el que- hacer habitual: los gritos de los nifios, los berrinches, los abusos de po- 44 der de los pequefios tiranos, los de mi directora de redaccisn, y la pre- sencia etérea de Pedro que esti ahi sin estar... En suma: la rutina. ISABEL: Silvia, no entiendo. Eres la que en el diario se ocupa de la seccién «psi». Entrevistaste a centenares de especialistas, unos mis fa- mosos que otros. jDeberfas tener respuesta a unas cuantas preguntas! SWLvIA: {Qué quieres que te diga? Es verdad, tengo gran cantidad de material, todo esta en fichas. Esta organizado por orden alfabético en mi computadora. Basta con cliquear sobre «berrinches» o «autori- dad» o incluso «padre deprimido», y las paginas de recomendaciones desfilan, pero es como si las soluciones propuestas nunca funciona- ran para mf. Pero, Isabel, pasaste tu vida con los manuales de psicologia, te apasionaste segiin las diferentes modas por las terapias breves, la hip- nosis, el behaviorismo, el conductismo, el cognitivismo y seguramen- te otros métodos mas, jte las arreglas mejor que yo! ISABEL: Te parece, jmi vida es una catdstrofe! Intenté todo salvo los guriies, porque siempre tuve la necesidad de que sea rigurosamente cientifico. Tampoco tuve entrevistas con vi- dentes 0 astrélogos. De todas maneras, ya conozco el signo astral de Jonés, es «tirano con ascendente en perseguidor». Era para hablarte de él que queria desayunar contigo esta mafia- na. Tienes que ayudarme, Supuse que con tu experiencia como perio- dista seguramente recordarfas algtin consejo o un par de estrategias en el transcurso de tus investigaciones Jonas me vuelve loca, ya va a peor. ,Qué puedo hacer? cumplir 7 afios, y esta cada vez Sitvia: Bueno, pero sin embargo tu hijo es encantador, con un po- co de caricter, pero encantador. IsABEL: {Un poco! Demasiado querris decir. Es terrible. En casa quiere mandar, dar érdenes, decidir todo. Si no lo escucho, me hace la Vida imposible. Puede arruinar wna cena entre amigos porque no eligié los invitados él. También puede hacer huir a ese sefer encanta- dor que viene a tomar algo a casa, con tres acotaciones desatentas y algunas patadas. Jonds hace lo necesario para que yo siga sola. Mis padres permanentemente me hacen reproches porque, desde luego, cuando Jonds se pone odioso a quien critican es a mi. En la escuela, pasa todo el tiempo en el escritorio del director porque la maestra no lo soporta. Seguramente va a repetir a causa de su conducta, Ayer nomas, dictaba un articulo por teléfono; siempre lleva algo de tiempo. De golpe me preocups no off ningtin ruido en la casa. Abandoné mi trabajo para buscar a Jonas. ;Habia decidido pintar la cocina! La pared de enfrente de la puerta ya estaba cubierta de pintu- ras de colores brillantes. Jonds, con el pincel en Ja mano, me miré sonriendo cuando entré en la cocina. ;Parecia atin mds espafiol que Picasso el dia de su primer vernissage! Me puse a gritar. Entonces gri- (6 mds fuerte que yo: Nunca estds contenta, una vez que queria ale- grarte... Es muchisima mes divertide que tus desagradables paredes Blancas. Entiendo que papé se haya ido a vivir con Maria, es mucho mas buena que ti. ¥ ademds yo también me quiero ir a vivir con Lea, mi amiga de la escuela. ¥ ti te quedards sola y es lo que te mereces. SILVIA: {Qué le dijiste? ISABEL: Nada, me senté en el piso y lloré. Telon, 46 2. Notas a los padres apasionados por el psicoandlisis Estadisticamente, la mayoria de las consultas «psi» de este principio de siglo tienen como objeto lo que se convino en llamar entre espe- clalistas «los trastornos de la conducta». De hecho, se trata de nifios desobedientes y testarudos, que no quieren someterse a ninguna regla, que no escuchan nada y no respetan las consignas recibidas. Hoy Ila- mamos a estos nifios «revoltosos», «con cardcter». A los que no se quedan quietos y no podemos tranquilizar, los clasificames con la ca- tegorfa de chiperquinéticos», Con el tiempo hemos pasado de Ja etiqueta del «

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