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castidad conjugal [...] como lo dice San Pablo: la mujer casada ha de preocuparse de las
cosas del mundo, cmo agradar a su marido. (1 Cor. 7, 34). P. 638
En el Sermn en la Fiesta de los Apstoles San Simn y San Judas, dice sobre los
afeites:
Hoy se hacen en el mundo muchas obras diablicas, y hay algunos que no quieren
creerlo. Es cierto que el Seor nos ha creado, y no nosotros. Es obra diablica el querer
deformar lo que Dios ha hecho, como hacen las mujeres cuando se pintan. Sabis qu
injuria se hace a Dios con esto? La misma que haras t, que no sabes pintar, si quisieras
copiar la imagen que el mejor pintor del mundo pintara. Piensa que Dios sabe pintar; y
t, que no sabes, por qu quieres ser de otro modo? A vosotras, mujeres, os ha dado
Dios unos pechos grandes, por qu os los apretis? Os dio ojos pequeos, por qu
queris hacerlos grandes? Si os dio cabellos negros, queris tenerlos rubios, como la
cola de un toro, etc. Por eso cuando rezis Cristo esconde su cara, porque tenis la cara
del diablo y no la de Cristo. Y si le decs: Seor, soy criatura vuestra! l os responder:
Mientes! p. 661-662
La mujer casada ha de lavarse y adornarse para no desagradar a su marido. Los
maridos no deben permitir a sus esposas que se pinten. Han de decirles: Os pintis por
m o por otro? Si os pintis por m, no lo hacis cuando estis en casa, sino cuando sals,
etc. La sagrada Escritura amonesta a los esposos y a los padres: No comulguis con las
obras vanas de las tinieblas; antes bien, estigmatizadlas. (Eph. 5, 11). P.662
En el Sermn de la Fiesta de San Matas Apstol, dice sobre los esposos:
El segundo enemigo es la carne, cuya mano caza muchas almas: a todas las que desean
deleites fuera del matrimonio. Dios no permite el placer carnal sino entre el esposo y la
esposa y en la debida forma. Si alguien de vosotros se queja de que su mujer es vieja o
est enferma o le ha abandonado, le dir que viva castamente, porque esta es una carga
del matrimonio. P. 667
En el Sermn de la Fiesta de San Juan Apstol y Evangelista:
El Seor no manda abandonar a las esposas, sino preservarse de las inmundicias, y que
os conformis con vuestras esposas, blanca o negra, joven o vieja, sana o enferma; es
una carga del matrimonio. P 626