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REVISIÓN 289

R e v. Soc. Esp. Dolor


5: 289-298, 1998

Bloqueo epidural torácico


J.L. Aguilar*, M.A. Mendiola*, J.A. de Paz**, H. Ribera**, J. Valdivia**, S. Botella**

anesthesia. Epidural block.Thoracic epidural block. Thora-


Aguilar JL, Mendiola MA, Valdivia J, Botella S. Thora - cic epidural anesthesia.
cic epidural blockade. Rev Soc Esp 1998; 5: 289-298.

RESUMEN

El bloqueo epidural a nivel torácico es una técnica de


anestesia y analgesia metamérica de enorme utilidad clíni-
SUMMAR Y
ca. En esta revisión analizamos todos aquellos factores que
limitan su difusión en la práctica habitual, intentando bajo
Thoracic epidural blockade is an extremely useful meta-
un prisma de estricta responsabilidad profesional y desde
meric anesthetic and analgesic technique in clinical practi-
un conocimiento claro de los mecanismos fisiopatológicos,
ce. In this review we analyzed the factors that restrict its
ampliar su prevalencia en nuestros Servicios. Se hace hin-
use in routine practice and attempt, within the confínes of
capié en una visión histórica del bloqueo, sus bases anató-
strict professional responsibility and with a clear knowledge
micas, las consideraciones técnicas relativas al mismo. Así
of pathophysiological mechanisms, to expand its use in our
mismo exponemos consideraciones fisiológicas sobre di-
services. Emphasis is placed on the history of epidural
versos aparatos y sistemas del organismo en los que influye
blockade, its anatomic basis, and related technical conside-
su uso.
rations. Likewise, we describe its physiological effects on
Es importante conocer además aquellas indicaciones en
various organic systems.
las que su empleo puede jugar un papel capital. Las com-
It also is important to know the major indications. The
plicaciones derivadas de la técnica deben ser conocidas y
anesthesiologist should be aware of the complications of
más importante aún, prevenidas por el anestesiólogo. La
thoracic epidural blockade, and, more importantly, pre v e n t
responsabilidad en la docencia de esta técnica exige al que
them. The responsibility for teaching this technique re-
la aprende un suficiente grado de experiencia previa con el
q u i res that the apprentice have sufficient previous expe-
bloqueo epidural a nivel lumbar.
rience with lumbar epidural block.
Además de las ventajas que oferta en el acto quirúrg i c o
Aside from surgical advantages, this analgesic technique
también son de destacar las que pro p o rciona como técnica
has advantages in multiple chest injuries which should be
analgésica en politraumatismos torácicos evitando intuba-
highlighted, such as avoiding orotracheal intubation and fa-
ciones orotraqueales y favoreciendo la fisioterapia re s p i r a-
voring respiratory physiotherapy in postoperative pain and
toria, en dolor postoperatorio y en dolor crónico.
c h ronic pain.
El material de que disponemos hoy en día junto con la
Available material and resident training programs are
docencia MIR, han de facilitar que cada vez sea mayor el
enabling a growing number of anesthesiology services to
n ú m e ro de Servicios de Anestesiología que incorporen la
include the technique of thoracic epidural block in their
técnica de bloqueo epidural torácico dentro de sus pro t o c o-
p rotocols of action. © 1998 Sociedad Española del Dolor.
los de actuación. © 1998 Sociedad Española del Dolor.
Published by Arán Ediciones S.A.
Publicado por Arán Ediciones S.A.
Key words: Regional anesthesia. Anesthesia. Epidural
Palabras clave: Anestesia regional, anestesia, anestesia
epidural, bloqueo epidural, bloqueo epidural torácico,
anestesia epidural torácica.
*Jefe de Servicio Anestesia. Clínica Femenia. Universidad Islas Baleares.
Palma de Mallorca. España.
** Médico Adjunto Servicio Anestesia. Clínica Femenia. Universidad Islas
Baleares. Palma de Mallorca. España.

Recibido: 1 7-V I-9 7 .


Aceptado: 1 8-X - 9 7 .

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290 J.L. AGUILAR ET A L R e v. Soc. Esp. del Dolor, Vol. 5, N.º 4, Julio-Agosto 1998

paramedial del espacio epidural e indicó su aplica-


ción particular en la región dorsal, donde la angula-
ÍNDICE ción de apófisis espinosas dificulta el abordaje me-
dial (4).
1. INTRODUCCIÓN
2. CONSIDERACIONES ANATÓMICAS
3. CONSIDERACIONES T É C N I C A S
3.1. Abordaje medial 2. CONSIDERACIONES ANATÓMICAS
3.2. Abordaje paramedial (lateral) (técnica de
Simpson)
El abdomen es inervado por los segmentos dorsales
3.3. Evaluación del bloqueo
4. CONSIDERACIONES FISIOLÓGICAS D6 a D12. Para hacer la punción en el centro de la me-
4.1. Cardiovasculares y hemodinámicas támera necesaria de analgesia, hay que abordar el ca-
4.2. Circulación coronaria nal medular a través de los espacios intervertebrales
4.3. Efectos respiratorios dorsales, D10-11 o D11-12 para las intervenciones en
4.4. Efectos gastrointestinales el abdomen inferior y D7-8 o D8-9 para las interven-
4.5. Efectos neurohumorales ciones en el abdomen superior (5). Los bloqueos más
5. INDICACIONES DEL BLOQUEO EPIDURAL proximales pueden ser utilizados en las intervenciones
TO R Á C I C O torácicas para proporcionar analgesia postoperatoria.
6. COMPLICACIONES Y PROBLEMAS RELA- En la región torácica media, D2-9, las apófisis espino-
CIONADOS
sas son más estrechas, más próximas y tienen una an-
7. T R A U M ATISMO DIRECTO A L A M É D U L A E S-
gulación aguda hacia abajo, que oculta el espacio in-
PINAL
8. IRRIGACIÓN A RT E R I A L DE LA M É D U L A E S- terlaminar y dificulta la localización de los
PINAL ligamentos interespinosos (5-7). Las apófisis espino-
9. DOSIS RECOMENDADAS sas de C1-D2 son casi horizontales, mientras que los
de D10-12 tienen una leve angulación hacia abajo. En
la región torácica media el reborde inferior de la apó-
fisis está justo por encima de la lámina del cuerpo ver-
tebral subyacente. En el mismo nivel, el espacio epi-
dural es 3-5 mm más estrecho en su parte media y
1. INTRODUCCIÓN lateral que en la zona lumbar (5-6 mm). La incidencia
de punción dural accidental es, sin embargo, menor en
El bloqueo epidural se utiliza ampliamente en la el abordaje dorsal ya que el ángulo de la aguja epidu-
práctica anestésica actual. El abordaje lumbar del ral con la piel es de 45º lo que supone que la aguja tie-
espacio epidural a menudo es el primero que se en- ne que atravesar una mayor distancia por el espacio
seña a los médicos residentes, aunque la introduc- epidural antes de alcanzar la dura (7). En una serie de
ción de catéteres en la región dorsal alta ha sido uti- 679 bloqueos epidurales realizados por Dawkins, la
lizada en cirugía torácica desde hace mucho tiempo incidencia de punción dural fue del 2,6% con el abor-
(1). Muchos anestesiólogos son reticentes a utilizar daje lumbar y sólo del 1,6% con el abordaje torácico
el abordaje torácico del espacio epidural y las prin- (8). El medio de contraste, anestésico local u otro
cipales dificultades encontradas son el desafío técni- agente inyectado en el espacio epidural medular (o
co de orientar y colocar el catéter, y el miedo a pro- caudal) puede potencialmente difundirse del modo si-
ducir lesiones medulares. Vasconcellos describió por guiente:
primera vez el uso de la anestesia epidural (presumi- —Difusión superior e inferior, sobre todo en la
blemente torácica) en cirugía torácica y, más adelan- parte posterior del espacio epidural entre la dura y el
te, en 1948, Fujikawa et al presentaron los resulta- ligamento amarillo.
dos de sus primeros 100 casos de anestesia epidural —Lateralmente, a través de los forámenes inter-
torácica (AET) en cirugía torácica (2,3). En 1951 vertebrales, al espacio paravertebral para producir
Crawford et al ampliaron el trabajo de Fujikawa con bloqueo neural paravertebral.
la aportación de más de 677 intervenciones de ciru- —Anteriormente, por el espacio epidural entre la
gía torácica y describieron su técnica para la aneste- dura y el ligamento longitudinal anterior.
sia epidural torácica alta en pacientes conscientes —La absorción vascular por las venas epidurales
con respiración (1). Bonica documentó más de 1000 puede llevar el fármaco al corazón y cerebro.
pacientes anestesiados utilizando un nuevo abordaje —La grasa epidural puede captar el fármaco.

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BLOQUEO EPIDURAL TO R Á C I C O 291

3. CONSIDERACIONES TÉCNICAS ligeramente y se vuelve a orientar 10º en sentido cefáli-


co y 10º en sentido medial antes de introducirse. Si la
Las preferencias personales y la experiencia previa aguja choca contra el hueso, se repite el proceso de an-
con la vía lumbar influyen en la selección de la técni- gulación hasta que se sienta que la aguja pase el rebor-
ca a utilizar para abordar el espacio epidural dorsal. de superior de la lámina y se introduce en el ligamento
El grupo del autor prefiere las agujas de Hustead o amarillo. Con ambos abordajes, el catéter se introduce
Tuohy de forma curva y punta roma para identificar fácilmente sin la resistencia inicial que puede encon-
el espacio epidural. La aguja con aletas laterales es trarse en la zona lumbar. La facilidad de la introducción
más apropiada para las técnicas de identificación por indica la colocación exitosa y exacta del catéter. Reco-
“gota colgante”, que se basa en la presencia de una mendamos comenzar el entrenamiento para el abordaje
presión negativa en el espacio epidural. En la zona to- epidural torácico utilizando la técnica de Simpson.
rácica el principal determinante de esta presión nega-
tiva es la transmisión de presiones respiratorias nega-
tivas de la caja torácica. La misma presión negativa 3.3. Evaluación del bloqueo ( 5 )
se encuentra en la zona cervical, pero aumenta ˘su va-
lor negativo en el paciente sentado. Una gota de suero Carece de sentido comprobar el bloqueo de D1-2
salino colocada en la aguja epidural después de intro- por encima de la línea de los pezones porque esta zo-
ducirla en el ligamento interespinoso, es succionada na tiene una inervación doble por D1-2 y C3-4, y se
una vez que se haya realizado la penetración exitosa conserva la sensibilidad normal incluso cuando está
del ligamento amarillo. Los pacientes que tienen neu- bloqueado D1-2. Por tanto, la actividad residual de
mopatía grave pueden tener esta presión negativa los importantes nervios simpáticos cardíacos D1 y D2
anulada. Durante la inyección, al paciente se le colo- se comprueba al verificar la sensación cutánea en la
ca en una posición sentado, con el cuello flexionado y parte interna del brazo por encima del codo (D2) y
los pies apoyados en una silla. Los hombros del pa- por debajo del codo (D1). En un paciente con aneste-
ciente deben ser sostenidos por un ayudante y sus sia ligera, los reflejos espinales pueden ser útiles para
brazos deben permanecer doblados (9). Lo idóneo es comprobar el nivel del bloqueo: epigástrico (D7-8);
que el interespacio elegido esté situado en el punto abdominal (D9, D12), cremastérico (L1, L2); plantar
medio de la banda metamérica a bloquear. (S1, S2); rotuliano (L2-4) y del tobillo (S1, S2).

3.1. Abordaje medial ( 8 ) 4. CONSIDERACIONES FISIOLÓGICAS

El espacio epidural se localiza a través de un espa- 4.1. Cardiovasculares y hemodinámicas


cio interespinoso por debajo del extremo caudal de una
apófisis espinosa. Si la aguja es colocada en ángulo Los efectos de la A E T en este campo son una con-
recto con respecto a la piel en este punto, contacta el secuencia del bloqueo inducido por la anestesia local
borde del próximo proceso espinoso situado a nivel en las fibras cardíacas simpáticas que emergen de las
más caudal. Esta apófisis se utiliza como guía y la pun- raíces ventrales de D1-5, además de la modificación
ta de la aguja se coloca para que se introduzca parale- potencial del sistema medular suprarrenal mediante
lamente con respecto a la apófisis inferior; si se intro- el bloqueo de su inervación por D6-L1. Estos efectos
duce la aguja se puede alcanzar el ligamento amarillo. también pueden variar a consecuencia de la utiliza-
ción concomitante de anestesia general, el grado de
actividad simpática preexistente, el volumen intra-
3.2. Abordaje paramedial (lateral) (técnica de v a s c u l a r, el tipo y cantidad de anestésico local utili-
Simpson) ( 1 0 ) zado y la extensión del bloqueo sensorial y nivel de
simpatectomía. Los hallazgos en seres humanos in-
Se utiliza el mismo punto de referencia óseo como cluyen la reducción en la frecuencia cardíaca (FC),
un marcador para encontrar el espacio interespinoso tensión arterial (TA) y gasto cardíaco (GC) (12-15)
que está por debajo. La punta de la aguja se introduce que se observa a pesar de mantener una presión cons-
en un ángulo recto en relación con la piel, hasta alcan- tante de oclusión de la arteria pulmonar por infusión
zar la lámina vertebral. Esta es un segundo punto de re- de coloides (16). También disminuye el índice de tra-
ferencia porque está en el mismo plano como el liga- bajo del ventrículo izquierdo (LVSWI) después de la
mento amarillo. A continuación la aguja se retira A E T (16). Todos estos cambios pueden ser más pro-

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nunciados en pacientes que tienen un tono simpático abdominales se preserven del bloqueo. Los cambios
basal elevado (ansiedad o sin premedicación) o en observados después del bloqueo cervical (C4-7) fue-
pacientes quirúrgicos hipovolémicos. El tratamiento ron significativamente mayores que tras el bloqueo
de la hipotensión se fundamenta en el uso de expan- torácico (D5-L4) (26) debido al bloqueo frénico y de-
sores de volumen (excepto en pacientes sometidos a nervación diafragmática. Por estas razones el grupo
resección pulmonar) y en dosis fraccionadas de efe- del autor recomienda limitar la extensión del bloqueo
drina (incrementos de 5 mg.). a la parte media de la columna vertebral dorsal.
La cirugía del abdomen superior induce una disfun-
ción diafragmática que es responsable de la disminu-
4.2. Circulación coro n a r i a ción que se observa en los volúmenes pulmonares (29-
30). La AET parece prevenir esta alteración al ejercer
La A E T reduce los cambios isquémicos en el seg- un efecto beneficioso sobre la actividad diafragmática
mento ST y disminuye el consumo miocárdico y función respiratoria postoperatoria, efecto que es
( M V O2), sobre todo por reducción de la frecuencia distinto de sus efectos analgésicos. La AET parece re-
cardíaca, tensión arterial media y contractilidad mio- ducir la incidencia de broncoespasmo en pacientes as-
cárdica en modelos animales. En el mismo contexto, máticos que se someten a una intervención quirúrgica,
se ha observado un aumento de flujo sanguíneo en- aunque lo hace sobre todo por evitar la anestesia gene-
docárdico y una reducción del tamaño del infarto ral en lugar de por un efecto directo (la incidencia de
conjuntamente con una disminución en la frecuencia broncoespasmo después de anestesia epidural es del
de arritmias (18-21). Tras la A E T B l o m b e rg ha co- 2.9% frente a una incidencia observada después de
municado una mejoría del dolor torácico isquémico anestesia general del 5.6% (31).
en pacientes que tienen angina inestable, además de
una reducción en los cambios isquémicos en el seg-
mento ST inducidos por el ejercicio (22,23). El efec- 4.4. Efectos gastro i n t e s t i n a l e s
to antiisquémico beneficioso de la A E T se logra me-
diante la mejoría del cociente entre el aporte y la Los efectos de A E T que va de D1 a L1 incluyen:
demanda de oxígeno miocárdico y mediante sus bloqueo simpático de los nervios esplácnicos (D6-
efectos analgésicos (24). La vasodilatación coronaria L1) con acumulación de sangre en intestino; la re-
y el aumento del diámetro de segmentos estenosados ducción del flujo arterial mesentérico; la reducción
de arteria epicárdica también han sido observados del flujo sanguíneo en vena porta y del flujo hepático
por el grupo de Blomberg (25). total (15). También se observa contracción del intes-
En el contexto de la angina inestable, la reducción tino grueso por predominio vagal. La A E T con anes-
de la tensión arterial (y, por tanto, de la presión de tésicos locales (AL) no parece retrasar el vaciado
perfusión coronaria) después de A E T puede ser peli- gastrointestinal. El uso de morfina en lugar de A L
grosa. La presión de perfusión coronaria es más de- previene este efecto. Disminuye la incidencia global
pendiente de la presión arterial media en pacientes de íleo postoperatorio (32).
con coronariopatía (CP) que en pacientes sin CP. El
uso de heparina y fibrinolíticos en el tratamiento ac-
tual de los episodios isquémicos agudos puede con- 4.5. Efectos neuro h u m o r a l e s
traindicar el uso de A E T ( 7 ) .
La A E T que se extiende a L1 interfiere con la es-
timulación simpática eferente de la médula supra-
4.3. Efectos re s p i r a t o r i o s rrenal y también bloquea los impulsos aferentes
viscerales nocivos que pueden desencadenar la li-
Se produce una reducción modesta en la capacidad beración de catecolaminas por la médula suprarre-
vital (CV) y volumen espiratorio forzado durante el nal (7). La A E T bloquea la respuesta hiperg l u c é m i-
primer segundo (FEV 1) por el bloqueo epidural dorsal ca a la cirugía y reduce los niveles de cortisol,
de D1 a D6. También se ha comunicado la reducción dando lugar a una reducción en la respuesta al es-
de la capacidad pulmonar total (TLC) y flujo máximo trés. Sin embargo la analgesia epidural es menos
medio-espiratorio (MMF) (26-28). El flujo medio es- eficaz en reducir las respuestas fisiológicas de es-
piratorio máximo instantáneo (PEFR) de hecho puede trés inducidas por la cirugía del abdomen superior
estar aumentado en paciente sanos y en sujetos con y tórax (33) que cuando se trata de cirugía de ex-
neumopatía subyacente, siempre que los músculos tremidades.

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BLOQUEO EPIDURAL TO R Á C I C O 293

5. INDICACIONES DEL BLOQUEO EPIDURAL en técnicas a demanda y de analgesia controlada por


TORÁCICO el paciente (PCA), con regímenes de administración
de opiáceos por vía epidural. El fentanil (44) y su-
La A E T se utiliza sobre todo como un adyuvante a fentanil (45) por vía epidural han demostrado su su-
la anestesia general (anestesia combinada) o como perioridad para analgesia postoperatoria, aunque to-
una técnica analgésica postoperatoria. Otras indica- davía se debate si este mejor resultado se deriva más
ciones incluyen el alivio del dolor crónico y su utili- de un efecto sistémico que de un efecto epidural (46-
zación como técnica anestésica aislada en algunos 50).
procedimientos quirúrgicos específicos (por ej., la Con respecto a la controversia sobre la situación
cirugía de reconstrucción de la mama (37). Los fár- de la punta del catéter en el espacio epidural, no hay
macos utilizados son anestésicos locales en concen- ninguna recomendación clara. Se ha sugerido que,
traciones diferentes, opiáceos, combinaciones de α2 - debido a la gran lipofilia de fentanil, su administra-
agonistas y NMDA antagonistas (ketamina)). ción por la vía epidural lumbar puede producir una
La utilización del bloqueo epidural torácico como difusión cefálica mínima por el espacio epidural y,
una técnica analgésica "preventiva" en la cirugía to- por tanto, una migración insuficiente a nivel dorsal
rácica aún es controvertida (34-35). La A E T p u e d e (7). Se ha demostrado una reducción significativa de
ser empleada en varios procedimientos quirúrg i c o s las estancias hospitalarias y mejores pruebas de fun-
en el tórax (Tabla I). La utilización de una mezcla di- ción pulmonar en los pacientes que reciben fentanil
luida de anestésico-opiáceo parece producir una hi- por vía epidural torácica en lugar de lumbar, a pesar
potensión intraoperatoria menos pronunciada que vo- de que ambos producen una analgesia similar (50).
lúmenes similares de lidocaína al 2% o de Algunos estudios demuestran una analgesia supe-
bupivacaína al 0.5% (7). Esto es especialmente im- rior y menos necesidad de administración epidural de
portante en el caso de la resección pulmonar, en que fentanil en pacientes que reciben PCA torácica frente
la administración de fluidos a menudo debe ser res- a fentanil por vía epidural lumbar (51-52), pero otros
tringida. El dolor postoracotomía es intenso y origi- en cirugía torácica no han encontrado diferencia en-
na una afectación significativa de la función pulmo- tre ambos niveles de abordaje (54). El uso de agentes
n a r. La administración de opiáceos por vía epidural hidrofílicos, hidromorfona o morfina favorece una
lumbar y torácica ha sido utilizada para aliviar este difusión cefálica y aumenta el riesgo de depresión
efecto indeseable (39-43). Sin embargo, a pesar de respiratoria tardía cefálica en LCR (55). En contras-
que la A E T produce una analgesia excelente a nivel te, la utilización de estos agentes permite una analge-
de la incisión, muchos pacientes toracotomizados ex- sia máxima (equivalente a la producida por la admi-
perimentan molestias en el hombro ipsilateral que se nistración torácica) cuando son administrados por
atribuyen a dolor visceral (38) y/o a la retracción es- vía epidural lumbar (56).
capular intraoperatoria prolongada. Se han encontrado mejores resultados en las prue-
En trabajos recientes se ha comparado la eficacia bas de función pulmonar en pacientes que reciben
en analgesia postoperatoria de las infusiones intrave- fentanil por vía epidural torácica frente a los que la
nosas (iv) continuas de opiáceos, administradas tanto reciben por vía epidural lumbar o endovenosa (50).
Otro tema sin resolver es el relacionado con la uti-
lidad de combinar anestésicos locales a concentra-
TA B L A I .—USOS PRINCIPALES DE LA A E T E N ciones diluidas con opiáceos por vía epidural. La bu-
P R O C E D I M I E N TOS QUIRÚRGICOS TO R Á C I C O S pivacaína es el agente preferido porque tiene una
prolongada duración y produce una buena analgesia
* resección pulmonar sensorial. Las concentraciones elevadas producen
* resección de vías aéreas una hipotensión inaceptable y bloqueo motor. Las
* trasplante pulmonar concentraciones más diluidas, al 0,125% o menos, a
* pleurectomía y gran reconstrucción de la pared to- menudo producen una analgesia inadecuada después
rácica de la toracotomía y sólo pueden mantener el bloqueo
* cirugía toracoabdominal del esófago sensorial; no pudiendo restaurar un bloqueo que ha
* resección aneurisma en la aorta torácica descen- desaparecido (57). Las ventajas de combinar opiáce-
dente os con anestésicos locales incluyen su efecto aditivo,
* inserción de un desfibrilador cardíaco interno au- el retraso de la tolerancia a cada fármaco por separa-
tomático do cuando se administran en infusión continua (7,58)
y la reducción de los efectos secundarios de cada fár-

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294 J.L. AGUILAR ET A L R e v. Soc. Esp. del Dolor, Vol. 5, N.º 4, Julio-Agosto 1998

maco por separado a consecuencia de las menores


dosis totales empleadas. La morfina/bupivacaína por
vía epidural torácica ha demostrado ser más efectiva
en pacientes con toracotomía que cualquiera de estos
fármacos por separado (42), mientras que la compa-
ración entre las infusiones por vía epidural torácica
de bupivacaína al 0.125%, sufentanil (4-8 µg/h), y la
combinación de ambos ha demostrado las mejores
escalas de dolor en el último grupo, y una analgesia
inadecuada con bupivacaína aislada (59).
Estos beneficios se observan en otros tipos de ciru-
gía, tales como la cirugía cardiaca. La AET con morfi-
na ha sido empleada en infusión continua en pacientes
que se someten a una intervención para la derivación
coronaria con injerto (DCI) y se ha observado una me-
jor analgesia y una extubacion más temprana en este
grupo comparado con un grupo control que recibió
morfina iv intermitente (60). La utilización de una
combinación de bupivacaína/sufentanil para suple-
mentar la anestesia general ha demostrado mejorar la
estabilidad hemodinámica intra y postoperatoria y re-
ducir el tiempo transcurido hasta que el paciente se Fig. 1.—Vías principales del dolor torácico.
despierta, el tiempo requerido para la extubación y la
frecuencia de isquemia miocárdica (61-63).
A pesar de la utilización de heparina y de la dis- tecal. Por lo general, cuanto más central es el intento
función plaquetaria de los pacientes sometidos a in- del bloqueo, más amplia y efectiva es la analgesia,
tervenciones cardiacas, no se ha comunicado ningu- mayor el número de efectos secundarios y potencial-
na evidencia de hematoma epidural. En todos los mente más dañinas las complicaciones. Las indica-
pacientes, los catéteres epidurales se colocaban antes ciones incluyen la pancreatitis, el herpes zoster agu-
de establecer una descoagulación completa y se reti- do y neuralgia postherpética, el síndrome de dolor
raban varios días después de reducir la dosis de he- postorocotomía y las fracturas de costilla. En este úl-
parina. La retirada de un catéter cuando el paciente timo caso, la colocación de férulas y las dificultades
recibe anticoagulantes puede aumentar el riesgo de para toser pueden producir atelectasia, hipoxemia y
producir hematoma epidural (61-65). neumonía intercurrente. El control efectivo del dolor
El uso de la A E T proporciona una buena analgesia es un aspecto crítico del tratamiento de los pacientes
y mejora la función pulmonar postoperatoria durante que tienen fracturas costales múltiples e inestabili-
y después de cirugía de abdomen superior, incluyen- dad de la pared torácica, y puede evitar la necesidad
do la cirugía de la aorta abdominal (66). La timecto- de intubación (7). Para tratar a estos pacientes, han
mía transesternal (síndrome miasténico) y el feocro- sido utilizados con éxito la bupivacaína (67), 2 mg
mocitoma (7) son procedimientos quirúrg i c o s de morfina por vía epidural torácica alta (68), infu-
especiales en que la A E T ha sido utilizada a veces. siones de morfina-bupivacaína (69), fentanil conti-
nuo por vía epidural (70) y morfina epidural frente a
Bloqueo epidural torácico y analgesia morfina iv (71). La adición de antiinflamatorios no
Hay cuatro vías bien conocidas del dolor torácico esteroideos a infusiones de morfina/bupivacaína a
(5) (Figura 1). bajas dosis no parece mejorar la analgesia en los pa-
En la práctica de la analgesia torácica, las únicas cientes con dolor postoracotomía (72).
vías aferentes de conducción en la cuales se puede
intentar utilizar técnicas para alivar el dolor son las
vías incluidas en los nervios intercostales. Estas vías 6. COMPLICACIONES Y PROBLEMAS
pueden ser interrumpidas periféricamente por blo- RELACIONADOS
queo de los nervios intercostales, más proximalmen-
te por bloqueo paraverteveral y en su origen o más En relación con la depresión respiratoria, hay va-
arriba en el neuroeje por bloqueo extradural o intra- rios factores de riesgo que pueden aumentar su inci-

56
BLOQUEO EPIDURAL TO R Á C I C O 295

dencia como son: la administración de fármacos hi- sente (5), las concentraciones bajas disponibles
drofílicos, dosis grandes o repetidas de opiáceos por comercialmente, tales como la lidocaína al 1% o bupi-
vía epidural, la administración torácica, el uso conco- vacaína al 0,25%, han demostrado ser adecuadas aun-
mitante de opiáceos por vía parenteral, la edad o debi- que otros autores han utilizado bupivacaína en infu-
litación del paciente y la neumopatía coexistente (55). sión extradural continua porque había una frecuencia
de somnolencia del 80% en los pacientes que recibie-
ron este fármaco al 0,25%. Cualquier bloqueo muscu-
7. TRAUMATISMO DIRECTO A LA MÉDULA lar producido probablemente será mínimo y sufi-
ESPINAL cientemente caudal en el neuroeje para alivar los
espasmos de la musculatura abdominal sin ejercer un
Su verdadera frecuencia se desconoce, pero, en efecto de supresión excesiva de la tos del paciente. La
una amplia revisión de la literatura hecha por Daw- infusión continua de una solución anestésica débil
kins (74) para el seguimiento de 32.718 bloqueos también puede reducir la presencia de hipotensión (5).
epidurales, se encontraron dos casos de parálisis Para la inyección extradural intermitente, una pau-
transitoria después del bloqueo epidural torácico. La ta clínica general que funciona de manera satisfacto-
frecuencia en la literatura parece ser muy baja en lo ria es intentar lograr un volumen de 1 ml de anestési-
que el grupo del autor llama "manos experimentadas co local por dermatoma que uno se propone bloquear
en la vía lumbar". Bromage advierte del peligro de (5). No obstante, la toxicidad es un efecto adverso
realizar una punción epidural torácica cuando el pa- que debe ser conocido por los profesionales. Los ni-
ciente está anestesiado (75). El dolor lancinante que veles sanguíneos del anestésico local indican si pue-
acompaña el traumatismo a la médula espinal sería den presentarse efectos tóxicos, tales como convul-
imposible de detectar si la punción se realizara en un siones o depresión miocárdica, y se conoce desde
paciente anestesiado. hace tiempo que algunas de las elevaciones mayores
y más rápidas de nivel sanguíneo de anestésico local
se producen después de inyección intercostal. Esto se
8. IRRIGACIÓN ARTERIAL DE LA MÉDULA debe en parte a la vascularidad del tejido y en parte a
ESPINAL la necesidad de hacer inyecciones frecuentes y repeti-
das para lograr una analgesia constante y duradera
Sólo hay una arteria espinal anterior. Este es el (5).
territorio más vulnerable. En la región toracolum- * Anestésicos locales: 5-8 ml para lograr el blo-
b a r, la arteria espinal anterior recibe sangre princi- queo epidural torácico de D2-1 (punta del catéter a
palmente de la arteria radicular magna, que suele nivel torácico medio D4-7). Dosis mayores produci-
entrar por un foramen intervertebral en el lado iz- rían una mayor difusión caudal y bloqueo de los seg-
quierdo a nivel D11-12 (aunque puede entrar por mentos lumbares bajos y sacros.
los interespacios D8-L3). La irrigación arterial de * Opiáceos epidurales: debido a su lipofilia, el
la médula espinal toracolumbar anterior no es cons- fentanil y sufentanil deben ser administrados en un
tante a niveles más altos (5). El riesgo de hemorra- mayor volumen de inyección (20 ml) cuando se ad-
gia o trombosis de la arteria espinal anterior debe ministra la dosis por catéter lumbar para proporcio-
tenerse en cuenta siempre. En aproximandamente nar una analgesia adecuada para los procedimientos
uno de cada diez intentos hechos por manos experi- torácicos y del abdomen superior.
mentadas se fracasa en canalizar el espacio extra- * C o m b i n a c i o n e s : recomendamos el uso de una
dural (11 ) . solución PCA epidural que contenga 0,125% bupiva-
caína-fentanil 12 µg/ml a una velocidad de infusión
de 2 ml/h más dos dosis optativas de 0,5 ml (a un in-
tervalo mínimo de 20 minutos). Evidentemente, es
9. DOSIS RECOMENDADAS necesaria una dosis de carga previa de 5-8 ml de bu-
pivacaína al 0,25-0,375% + 50 µg de fentanil (76-
En el paciente de cirugía torácica, cuanto más baja 77). La morfina epidural a bajas dosis (0,2 mg/h)-bu-
la concentración, mejor. ¿Cuánto es la más baja? Esto pivacaína (10 mg/h) ha demostrado no evitar la
también se debate. Los clínicos han mostrado interés deambulación por bloqueo simpático o por adapta-
en utilizar soluciones muy diluidas en infusiones del ción cardiovascular deficiente (78). Los niños tam-
espacio extradural, pero hasta ahora este trabajo no ha bién pueden beneficiarse de la anestesia y analgesia
sido extrapolado a la práctica torácica. Hasta el pre- por vía epidural torácica (79).

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REFERATAS

MORFINA INTRAESPINAL EN EL DOLOR CRÓNI- de intervalo). La media de alivio del dolor en todos los pa-
CO: UN ESTUDIO RETROSPECTIVO, MULTICÉN- cientes fue del 61,0% ± 1,35%. Los pacientes con dolor so-
TRICO mático tuvieron un mayor alivio del dolor, medido en la es-
cala global del dolor, que en los enfermos con otros tipos
Judith A. Paice, PhD, Richard D. Penn, MD, and Susan de dolor (Mann-Whitney test, P = 0.0003). Tras determinar
Shott, PhD Department of Neurosurgery, Rush Medical Cen- la dosis en los primeros 3 meses, la dosis de morfina intra-
ter, Chicago, lllinois. tecal solo se aumentó dos veces de 6.8 ± 0,65 mg/día a los
J. Pain Symptom Manage 1996; 1I: 71-80 tres meses a 13,19 ± 1,76 mg/día a los 24 meses. El dolor
canceroso precisó de una dosis inicial mayor en compara-
Los opiáceos intraespinales frecuentemente son emplea- ción con el dolor no maligno. La dosis media empleada por
dos en el tratamiento del dolor canceroso y no canceroso, a los enfermos cancerosos aumentó rápidamente y después
pesar de los pocos estudios que han evaluado la eficacia de se estabilizó, sin embargo la dosis media empleada en el
esta técnica. Este estudio retrospectivo, Multicéntrico estu- dolor no canceroso presentó un aumento mas gradual, y un
dió los protocolos de los médicos en Estados Unidos cuan- aumento lineal de la dosis. Los efe»ctos secundarios per-
do administran opiáceos por vía intraespinal mediante al- manentes fueron raros, pero en el 21 % de los casos se des-
gún dispositivo implantable. Respondieron treinta y cinco cribieron problemas en el funcionamiento del sistema, nor-
médicos (50%), aportando 429 formularios de pacientes malmente referidos al catéter. Se aconseja realizar estudios
válidos (52,4%), en los que se buscó información a cerca de control clínico prospectivos de la eficacia a largo plazo
de la selección, resultados, dosis y efectos adversos. Los y de los efectos secundarios.
pacientes con dolo¢r canceroso (32%) y no maligno
(67,3%), cuando se rellenó el formulario, habían sido trata-
dos durante una media de 14.6 ± 0,57 meses (8-94 meses J. R. Ferri

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