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Capítulo 10

LA AUTO-ESTIMA

¿Qué es la auto-estima? Es un sentimiento de


confianza que usted experimenta acerca de sí
mismo. Podría decirse que la estimación es el ego,
esa parte de sí mismo que evalúa quien es usted
realmente.
¿Qué piensa de sí mismo? ¿Tiene una elevada
opinión de usted, una consideración positiva
hacia su persona? Entonces posee un buen ego,
un ego poderoso. Si tiene una mala opinión de sí
mismo y muy poca consideración hacia su
persona, entonces posee un ego débil.
Por supuesto, es posible albergar diferentes
opiniones de sí mismo en diferentes áreas de su
vida. Puede tener una buena opinión de sí mismo
en un área y pensar muy mal de su persona en
otra. Desafortunadamente, por lo general se
concentra en la mala opinión; el viejo sermón de
que la rueda que rechina es la que recibe la
grasa. Entonces, ¿qué debemos hacer para
superar esto?
El primer paso es comprender que la auto-estima
es la opinión que usted tiene de sí mismo. Una vez
que comprenda esto, habrá avanzado en el
camino para reforzar esa propia estimación.
Después, pregúntese a sí mismo, ¿por qué debería
tener una mala opinión de su propia persona en
cualquier área de su vida? Una de las razones
podría ser que se ha comparado con otras
personas. Si no está a la altura de los demás en
esa comparación, su opinión de sí mismo
disminuye y entonces surgen los problemas.
Lo que debe hacer es mejorar la opinión que
tiene de sí mismo, pero, ¿cómo hacerlo? Cuando
se compare a sí mismo con otra persona, ya sea
que esa persona sea un artista, un abogado, un
plomero, una secretaria, un senador, un físico
nuclear, un músico, un deportista o cualquier
otra cosa; si cree que él o ella son mejores que
usted en cualquier área particular, su opinión
general acerca de sí mismo se verá disminuida.
La única forma segura en la cual puede
considerar a otras personas de manera que tenga
una opinión precisa acerca de sí mismo es
considerar a esas personas en forma muy
generalizada, de manera que coloque a todos en
un mismo rango de igualdad.
Considere que todos y cada uno de nosotros
contamos con diferentes recursos. No todos
somos hombres, ni todos somos mujeres; no todos
somos de elevada estatura o de poca estatura; no
todos tenemos exceso de peso o falta de peso, ni
todos somos normales. Pero todos somos seres
humanos, y a ese respecto usted es igual a
cualquier otro ser humano.

Usted no es igual a un caballo; un caballo es


mucho más fuerte que usted, pero usted no se
siente disminuido cuando reconoce la fuerza
superior de un caballo. Un perro es más rápido
que usted, pero usted no se siente disminuido
porque el animal le lleva la delantera. Un elefante
es más grande que usted, pero ese hecho no lo
disminuye a usted. El caballo, el perro y el
elefante están fuera del domino de la
generalización de lo que es usted: un ser humano.
Algunas personas consideran que otras poseen
ciertos atributos de los cuales ellas carecen y se
sienten mal. Esa sensación de deficiencia, aun
cuando sólo sea en un área, aparece en su ego
total, en la opinión general que tiene de sí mismo.
Cuando consideramos a todos como seres
humanos, entonces todos somos iguales. Altos,
bajitos, ricos, pobres, inteligentes, ignorantes, con
exceso de peso, faltos de peso o promedio, estas
características son improcedentes. Todos somos
seres humanos y vistos bajo esa luz es imposible
que exista la competencia, ya que no puede haber
competencia. Usted no puede mejorar su posición
como ser humano y tampoco puede disminuirla.
Ha sido, es y siempre será un ser humano y sabe
que eso es un hecho.
Cuando ve a otras personas como seres humanos,
empieza a darse cuenta de que todos y cada uno
de los seres humanos que existen sobre la faz de
la tierra pueden hacer ciertas cosas que usted no
puede hacer. Pero usted puede hacer ciertas cosas
que ningún otro ser humano puede hacer. Eso no
hace que otras personas sean más o menos que
usted; simplemente las hace diferentes en ciertos
en ciertos aspectos particulares de sus vidas.
¿Acaso son mejores por ello? Quizá desde el
punto de vista de ellas, lo son; pero desde el
punto de vista de usted no son mejores,
simplemente son diferentes.
Veamos ahora dos árboles. Digamos que uno de
ellos es una secoya de mil años de edad, un árbol
majestuoso. Usted la contempla y después ve un
pequeño pino enano que trata de crecer en una
hendidura de una montaña rocosa. ¿Considera
que la secoya es mejor que el pino? Por supuesto
que no. Todo lo que ve son dos árboles y eso es
todo lo que debería ver, puesto que eso es lo que
son. Uno de ellos es más grande y el otro más
pequeño, pero el calificativo de mejor no tiene
absolutamente nada qué ver aquí. Cuando ve a
dos personas, ya sea que una de ellas posea o no
un talento sobresaliente, todo lo que ve y lo que
debería ver es simplemente a dos personas.
Cuando realmente puede ver a dos personas y no
hay ningún impulso competitivo para ser mejor
que cualquiera de ellas, entonces eso significa que
ha llegado a un alto nivel de autoestima y que es
capaz de verse a sí mismo tal y como es
realmente: un ser humano igual a todos los
demás.

Todos tenemos algo. ¿Qué tiene usted, que no


tengan los demás? Piense en ello. ¿Hay algo que
usted puede hacer y que nadie que usted conoce
puede hacer? ¿Hace eso mejor, o simplemente
significa que usted puede hacer algo mejor que
ninguna otra persona? ¿Hay alguien en su vida a
quien usted tenga en alta estima, alguien de quien
cree que es mejor que usted? Entonces debe
esforzarse en incrementar su propia estimación
¿Hay alguien en su vida a quien usted
menosprecia, alguien de quien piensa que es
menos que usted? Pues si es así, una vez más
necesita reforzar su propia estimación. Cuando
ve a todos los demás, desde aquellos a quienes
antes consideraba como los más bajos de lo más
bajo, hasta aquellos a quienes consideraba como
los más altos de lo más alto) como seres iguales a
usted — quizá haciendo las cosas en una forma
diferente, pero todos iguales como seres humanos
— entonces eso significa que el nivel de su propia
estimación es saludable. Cuando posee un
elevado nivel de auto-estima está en constante
competencia con la única persona con la cual
tiene sentido competir: consigo mismo. Entonces
la vida se convierte en un juego y todas las cosas
en la vida que antes le resultaban fastidiosas se
convierten en un desafío y son parte del juego.
La historia de Charle E. sirve como ejemplo de
los beneficios de competir con uno mismo.
Charle, un colocador de alfombras que asistió a
una clase de Dinámica Mental Silva,
constantemente trataba de desempeñarse mejor y
de ser más rápido en su trabajo que cualquier
otra persona, pero sin el menor éxito. Después del
seminario de la Dinámica Mental Silva decidió
competir consigo mismo. Por vez primera en su
vida empezó a llevar consigo un cronómetro.
Tomaba el tiempo que le llevaba instalar una
alfombra en cada habitación. La recámara le
llevaba una hora, el vestíbulo dos horas, el área
de sala y comedor una hora y

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