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REDES, AUTORIDAD Y NEGOCIOS: RACIONALIDAD EMPRESARIA Y CONSENSO
COLONIAL EN BUENOS AIRES (SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XVIII) .

Zacharias Moutoukias

Las redes de relaciones personales constituyen un tema a la

vez trillado e inédito de la historiografia sobre Iberoamérica

colonial. Forman ~os aledafios de los estudios dedicados al papel

de la familia en la vida económica y política. Naturalmente, la

preocupación dominante ha sido la de establecer el abanico de

normas y estrategias de los grupos o categorías que servían de

base para la elaboración de una imagen de la estratificación

social: comerciantes, plutócratas, familias notables, etc ..

Dichas categorías aparecen pobladas por individuos o conjuntos

corporativas, al mismo tiempo agentes movidos por una

racionalidad de maximización de beneficios y actores enredados

en la lógica de los víncu' )s primarios. En ocasiones, esto ha

producido planos de explicaciones homogéneos, pero superpuestos

sin relación de unos con ot.ros+, Mi .intensión es tratar de

1 Ver Kusnesof, Elizabeth, "The history of family in Latin


Alnerica: a critique of recent work", L.A.R.R., vol. XXIV, # 2,
'. 1989; Bronner, Fred, "Urban Society in colonial Spanish America:
,. Research trends", in L.A.R.R., vol, 22, # 2, 1987; Y el número
especial dedicado al tema del Journal of Family History, vol. 10,
.,
,
,.
# 3, 1985 .
Me limito a citar algunos de los principales trabajos: Balmori,
Diana; stuart F. Voss; Miles Wortman; Notable family networks in
~..~. ~.
Latin America, chicago, Chicago University Press, 1984Brading,
.>.,~ " David, Miners and Merchants in Bourbon Mexico, 1763-1810,
.) :.;-
.~:
~ Cambridge, Cambridge University Press, 1971; Brading, David,
: .~-, :
"Governement and Elite in Bourbon Mexico", H.A.H.R., vol. 53, #
4; Kicsa, John, Colonial entreprenuers. Families and busines in
Bourbon Mexico city, Albuquerque, 1983; Ladd, Doris, The mexican
'nobility at independence, 1780-1826, Austin, University of Texas
Press, 1976; Lindley, Richard Haciendas and econornic
development. Guadalajara, Mexico, i. Independencer Aus t i n , The
University of Texas Press, 1983; S Jlow, Susan, The rnercha~t of
Buenos Aires. 1778-1810. Family and comrnerce, Carobridge,
Cambridge University Press, 1978; Socolow, Susan, The burocrats
oi Buenos Aires, 1769.-1810: Amor al Real Servicio, Durham, Duke
University Press, 1983.
invertir las herramientas de la geometria: tomar las redes de

relaciones personales - y su núcleo, la parentela - como objeto

desde donde observar tanto el comp'o~tamiento empresario de los

agentes, como el funcionami~o d~las instituciones, familia y

administración.
-
modelo de consenso
Para ello

colonial.
procuraré presentar y explicar un

Las redes de vinculos primarios cuyo núcleo eran las

parentelas, constituian para los miembros de los grupos

dominantes el principal recurso con el cual organizaban sus

~egoci~. O mejor dicho, la propia organización de sus empresas.

Paralelamente, esas mismas redes efectivamente conectadas eran

el instrumento con el que los representantes de la Corona

organizaban cadenas informales de mando politico y militar I

indispensables al funcionamiento de las instituciones imperiales.

El consenso colonial se alimenta t en la medida en que las

estructuras locales de poder imperial eran fuente de autoridad

y prestigio que ampliaba la capacidad de los miembros por

construir y movilizar redes y parentelas, las cuales eran

\
--
cooptadas

supuestos,
para la función imperial.

a los que solo me referiré brevemente


Este esquema contiene

en el texto: a)
tres

que el mercado únicamente proveia de una parte de los bienes y

factores2¡ b) que dichas redes integraban el sistema de

asignación de recursos¡ y c) que la estructura interna de dichas

redes afectaba a la racionalidad de los agentes.

2 Otro problema es saber si el mercado era un mercado, es


decir si suponia los mecanismos del e~~ilibrio general de
formación de precios y asignación de recursos como consecuéncia
de modificaciones en los precios relativos; ler el análisis sobre
el mercado de tierras de Levi, Giovanni, L'Eredita immateriale.
Carriera di un exorcista nel Piemonte del Seicento, Turin, 1985
(ed. en castellano, Madrid 1990).
Este equilibrio organizaba las reglas de juego, en relación

a las cuales los actores tomaban aquellas decisiones cuya cadena

contingente trazaba una linfa:- de movilidad intra e

intergeneracional. Precisamente el material del texto lo

constituye el recorrido durante dos y tres generaciones, de un

grupo interconectado de familias notables, reconstruido a partir

de banales disputas politicas. Obviamente, se trata de casos

singulares y por tanto antipodas de una muestra; lo que excluye

cualquier pregunta o pretensión de representati vidad. Aunque

miembros ordinarios del universo hispano criollo, su singular idad

e'stomada como absolutamente excepcional en mi argumentación. Aún

asi, los mecanismos que utilizaban develan lógicas sociales

comunes a todo el patriciado colonial. A su vez, el análisis de

dichas lógicas me dará una oportunidad para intentar confrontar

con algunos de los cuadros - en general i~Flicitos - y de los

conceptos que determinan la organización del material

cuanti tati vo más frecuente en la historia social o socioeconómica

de latinoamérica colonial.

Criados y Gobernadores

Al igual que en otros temas afines, las fuentes judiciales

y notariales conservan los accesos mejor documentados a la

intimidad de las redes de relaciones personales que organizaban

los negocios y la politica. Con las primeras se pL~de comenzar

tratando de seguir una madeja de acontecimientos, t--anscurridos

durante unos diez años desde finales de la década de 1750, y

1
contrabandista, amancebamiento y usurpación de bienes ajenos. La

primera parte del juicio, desencadenado por los Oficiales de la

Real Hacienda, culminó con la ejecución excepcionalmente rápida

de la sentencia gracias al eficiente empecinamiento del

gobernador Cevallos. La defensa de Pérez Saravia corrió a cargo

de su enérgica Y,legitima esposa. A esta le fue fácil probar que

la acusación de amancebamiento, adema s de no constituir delito,

era obviamente falsa. Al poco tiempo obtuvo un dictamen de la

Audiencia de Charcas que condenaba los vicios de forma

constatados en el proceso contra su marido. Más tarde, el sucesor

-de Cevallos, el Gobernador Bucareli se apoyó en esos antecedentes

para atender los ruegos de un grupo de notables en favor de Pérez

y decretó su libertad. Tras lo cual, este se convirtió en una

pieza clave de los esfuerzos que Bucareli desplegó con éxito a

fin de desplazar de sus cargos a Altolaguirre, MedrafiV· y

Bus t i naqa".

El otro instrumento de Bucareli en sus empeños fue la

reapertura de una antigua causa, como consecuencia de la súbita

reaparición de{ Domingo LagOs~ un marino Y' mercader gallego.

Arrestado en 1764 junto a otros contrabandistas, logró escapar

poco más tarde y hasta ese momento permanecida prófugo. Lagos se

acogió a la clemencia de la nueva autoridad apenas esta llegaba

al Rio de la Plata. A continuación presentó una serie de escritos

para solicitar la revisión de su anterior juicio. En estos

3 Archivo General de la Nación, Buenos Aires, (en adelante


AGN) , Sala IX, legs. 21-1-9 y 30-8-9; Archivo Histórico Nacional,
Madrid, (en adelante AHN), Consejos, 20.386, pza. 26, leg.12,
pleitos de La Plata # 1; Archivo General de Indias, Sevilla (en
adelante AGI) , Buenos Aires legs. 12-B, 178, 188 Y 211. Ver
tambien Socolow The Merchants ...", op. cit., pp. 98, 110, 124,
126, Y 131-132.
afirmaba haber trabajado desde fines de los años 1750 para los

mencionados oficiales, quienes habrian organizado toda suerte de

operaciones comerciales, clandestinas con Colonia do Sacramento

y legales con los mercados del interior. Lagos mencionaba a

Martin de Altolaguirre, como jefe de Medrano y Martin de


r~~~?
Sarratea, asi como a Joseph Andonaegui~o~ro conocido mercader.

Poco después, los tres oficiales fieles de Cevallos - y por lo

mismo adversarios de Bucareli habian sido mutados de sus

de s t i noa",

Esta cadena de sucesos fue un episodio más de la combinación

de conflictos en los que Cevallos estuvo envuelto o promovió

directamente, como centro de un denso cruce de tensiones. Jefe

militar y decidido aliado de los jesuitas, vivia enfrentado con

el obispo de Buenos Aires, Don Manuel Antonio de la Torre,

adversario igualmente decidido de los regulares. Aquellas

tensiones internas se amplificaban sobre el telón de fondo de las

negociaciones, demarcación de limites y operaciones militares que

marcaban, desde 1750, la contienda con Portugal por la expansiva

frontera de sus posesiones en Brasil. Como se sabe, una parte de

las misiones de la Compañia estaban en los territorios en

disputa. Por su parte, el nuevo gobernador Bucareli fue

simplemente el encargado de ejecutar la orden de expulsión de los

--
jesuitas
-
a partir de 1767.
- -- -
Tanto la corporación municipal, como las estructuras de

autoridad religiosa e imperial, desempeñaban un papel central en

estos~~~rentamientos como escenografia y tarima. El análisis de

4 AGN, Sala IX, 21-1-9, en particular ver R.C., San Lorenzo,


15-VIII-1770¡ AGN, Sala XIII, 42-2-23; AGI, Buenos Aires, legajos
52, 188, 209, 216 Y 591.
los mecanismos y la lógica con la cual daban forma al escenario

excede los objetivos del texto. Para mi argumentación importa

destacar que las redes de relaciones personales sobre las cuales

los actores presentados sostenian su acción politica, constituian


--- --
una trama que atravesaba las instituciones y orientaba su
----------------------
funcionamiento. La mayoria de los capitanes de las milicias,

organizadas por el Gobernador Cevallos en 1762, estaban

vinculados a el por una multitud de lazos de lealtad personal.

Lo mismo pude decirse del Cabildo, entre cuyos miembros había

oficiales de aquellos cuerpos militares. El obispo de la Torre

se opuso ruidosamente a la creación de las nuevas companias de

milicias. Mientras, el Cabildo politico se enfrentaba al

catedralicio y a la persona del obispo, con tediosa dureza, por

interminables disputas de preeminencia. Luego, recurriria a

similar conjunto de rituales como recurso contra Bucareli, apenas

este hubo sustituido al anterior gobernador.

Las peripecias del cpn Pérez Saravia y sus acusadores

indican, al mismo tiempo, que esos tejidos no formaban

necesariamente camarillas claramente delimitadas, sino cambiantes

conglomerados de fidelidades, por un lado, y por el otro, que las

victimas de los enfrentamientos solian recuperar su honra, o al

menos su aliento. Como veremos, originalmente mantenia buenas

relaciones con Cevallos, pero era también un protegido del obispo

de la Torre. En 1765, este fue acusado de instigar unos sobrios

tumultos de contenido anti jesuita que estallaron en Corrientes,



al norte de BUG: ~s Aires. Entonces las tensiones entre obispo y

gobernador a Lcc.nz arcn su climax, y el capitán Pérez Saravia

sufrió las consecuencias en manos de Al tolaguirre, Medrano y

1
Bustinaga. A su turno, Bucareli, encontró, como vimos, en las

acusaciones de Lagos contra los Oficiales de la Real Hacienda,

la ocasión para despejar fácilmente las jerarquias del aparato

administrativo bajo su mando, donde colocó a sus allegados;

mientras Pérez Saravia, ya libre, se encargaba de la defensa del

nuevo gobernador de las "graves" acusaciones que le dirigia una

movediza clique de antiguos partidarios y adversarios de

Cevallos. Pero algunos años mas tarde, los tres magistrados

recuperarian sus cargos5• Historia banal, como tantas en

hispanoamérica.

Aunque adversarios, las carreras del cpn. Don Francisco

Pérez de Saravia de Don Pedro Medrano tenian perfiles parecidos

y por momentos estuvieron muy próximas. Los dos iniciaron su

ascenso desde la posición que les otorgaba el hecho de ser


I
miembros del s uito de los representas locales de la Corona.

Ambas trayectorias personales revelan una consciente y activa

utilización de aquel para la construcción de cadenas informales

de mando e influencia politica por parte de los representantes

de la Corona. En el caso del Rio de la Plata, la importancia del

séqui to de gobernadores y virreyes ha sido estudiada por Socolow,

aunque sin detenerse en su papel politico. Estas funciones están

5 AGI, Buenos Aires Legs. 51 y 52; AHN, Consejos 20.402,


20.403 Y 20.410.; respecto de los conflictos del Cabildo con
Bucareli, el sucesor de Cevallos, como es habitual se mezclaban
problemas jurisdiccionales - derecho a imponer impuestos - con
querellas personales. Ver, por ejemplo, en AGI, Buenos Aires 203:
"Carta de Josph Moreno;:\rUfunto y apoderado de Don Miguel de la
Rocha, Don. Bernardo s--ncho Larrea, y Don Francisco Antonio
Escalada Albaceas e hiSt::de Don Manuel Escalada, y Don Manuel San
Ginés", contra cuyas acusaciones de estar Bucareli implicado en
el contrabando lo defendió Pérez Saravia¡ R.C. San Lorenzo, 19-X-
1769. Ver también notas 3 y 4.

-- --
documentadas para todo el siglo XVIII6•

Pérez Saravia llegó al Rlo de la Plata en 1745 acompañando

al gobernador José de Andonaegui, de quien fue secretario desde

que éste se desempeñaba como Inspector en las Islas Canarias. En

Buenos Aires conservó por un tiempo dicha función, abandonándola

al fracasar las gestiones con las que su protector procuraba

conseguir para aquel un estatuto oficialmente reconocido con

sueldo asignado. Entre 1750 y 1760 ejerció el cargo de Juez

Diputado de comercio, representando al Consulado de Lima7•

Posteriormente, entre 1760 y 1765, fue nombrado teniente de

infanterla de las fuerzas organizadas por el gobernador Cevallos,

de cuyo favor gozaba. Este le confió una serie de misiones

durante su participación en la ocupación de Colonia y más tarde,

en 1765, propuso su promoción al rango de capitán. Es muy

probable que dicha siTuación personal favorable con Cevallos

expliquen los lazos comerciales ilegales que Pérez Saravia

manten la con dos lntimos funcionarios del gobernador, el teniente

de gobernador y el teniente general de las fuerzas militares en

operación, a las cuales me referiré abajo.

Paralelamente, en 1752 su prestigio le habla permitido

casarsé con Sabina Sorarte. Viuda de un comerciante de ramos

legales y clandestinos, era también la hija de Diego Sorarte, un

antiguo oficial de la Real Hacienda que habla tenido brillante

actuación en el contrabando entre 1720 y 17408• Dueña de una

6 Socolow, Amor al Real ses.v cí,o.... , op. cit., P


í

7 ver nota 3 y AGI, Buen~, 'Aires 178, lego cit., Dictamen


del Fiscal, 9-X-1766.

8 AGI, Escribanla de Cámara 980A y 980B.


peculiar personalidad, ella misma era una importante empresaria.

De modo que este matrimonio significo para Pérez el comienzo de

una carrera que acabaria por colocar lo entre los principales

mercaderes-contrabandistas de la ciudad; gracias, entre otras

cosas a la red informal de vinculas primarios a la que lo

asociaba su esposa. Red que lograria movilizar para fines

politicos en distintas circunstancias.

Su par y contrincante, Don Pedro Medrano era uno de los

hombres más fieles con los que contaba Cevallos en Buenos aires.

Habia llegado hacia 1746, a la edad de 12 años y en 1756 se

convirtió en criado y secretario de este gobernador. Un poco más

tarde, en 1758, Cevallos logró imponer su nombramiento como

Of icial de la Real Hacienda, contraviniendo las normas habituales

de promoción. Por entonces tuvo un breve matrimonio con la hija

de un comerciante medianamente j ¿ortante, de quien no tuvo hijos

y enviudó al poco tiempo. El prestigio con que lo bañaba tanto

su condición de favorito del gobernador, como la magistratura

real, favorecian una buena alianza. En 1764 Medrano casó en

segundas nupcias con Victoria Cabrera, la hija de Francisco

Cabrera, uno de los comerciantes más ricos y poderosos de Buenos

Aires, y de Antonia Saavedra, quien se decia descendiente de los

primeros pobladores. Con la boda, Doña Victoria recibió de sus

padres la dote quizás más importantes que se haya documentado

para la época y que, obviamente, su marido administraria y

utilizaria en sus negocios. sin embargo, para Don Pedro, el

matrimonio significó un aporte aüi más importante: la

formalización de sus lazos con una vas~_ red de aliados, amigos

y clientes, a la cual más tarde movilizarla en favor de su

10

---------
protector Cevallos. Pasados los efectos de los incidentes que

vimos, hacia comienzos de la década de 1770, Medrano era un

destacado notable de la ciudad. En el censo de 1778 figura como

ti tular de una residencia en la que vi viá con 8 hijos Y 26

sirvientes y propietario de una explotación rural (chacra) en el

norte de la c udad". í

Esta encu~bramiento fue la culminación de una carrera

poblada a discreción de contingencias e incertidumbres. Su

protector contribuyó tanto al éxito como a los riesgos. Condenado

a una mutación de servicio tras el mencionado proceso de 1767,

Medrano volverla a Buenos Aires en 1770, desde donde recomenzarfa

a cooperar nuevamente con Cevallos, que se encontraba en Madrid.

Este intervino . hacia 1772, para lograr la suspensión de un

traslado de aquel a Santiago de Chile como parte de una promoción

al cargo de Contador de Real Hacienda, qJe.no obtendr fa en Buenos

Aires hasta finales de 1780. Entre tanto, habia comenzado a

debatirse la posibilidad de enviar una expedición al Rfo de la

Plata y Cevallos procuraba conseguir su nombramiento como coman-

dante, para lo cual no faltaban candidatos. Un juicio de

residencia de su anterior gestión que le fuera favorable

constituiria una considerable basa. Aunque tardia para ese fin,

la Real Orden del 5-6-1776 que mandaba su realización, también

nombraba a Don Pedro Medrano Juez de Residencia. Para la

ejecución del juicio, el tesorero movilizaria la red informal de

vinculos primarios articulada alrededor de su parentela, parte

9 AGN, Sala IX, 25-4-15, libro 69 # ~.J i sucesión de


Altolaguirre: AGN, Sucesiones 3.864 y 3.866; Socolow, The
Bureaucrats ...", op. cit., p. 40, 54-55-, 78, 92, 142, 196-199,
209, 274-276, 314, 318, Y 323. Ver también notas 3 a 5.

II
de la cual ya habla sido el apoyo de Cevallos, asi como de

Medrano mismo. Entre la lista de quienes favorecieron al antiguo

gobernador, figuraba un grupo de jefes de familia, anteriores

aliados de este, luego miembros del cabildo que entre 1767 y 1770

se habia enfrentado regularmente al gobernador Bucareli. En

total, éste logró movilizar unas 37 personas en favor de aquel.

Para la misma época la estructura administrativa local encuadraba

un total de 35 individuos, muchos de los cuales formaban parte

de dicha redlO•

La elección de este ejemplo no ha sido fortuita. En su

reseña al libro, nunca traducido, de Van Klaveren sobre el

sistema de la corrupción en el Imperio español, Konetzke destruia

el trabajo de su connacional afirmando que dicho fenómeno era la

excepción7y no la norma, como lo probaban ... los innumerables

juicios de residencia conservados en el Ar c' .v o General de

Indiasll• Los trabajos de Konetzke formaban el armazón del cuerpo

de ideas sobre el estado español en América y la relación entre

este y las oligarqulas indianas, más_g~almente admitido hasta

finales de la década ~e~9~.L!egÚn estas, la~o~a española


-- ---
habria logrado domesticar las oligarquias locales sULg~das de la
- -- - ---
--
Conquista, imponiendo
-
en América
-------
un aparato administrativo

io ver nota s , AHN, Consejos 20.410, Juicio -de Residencia del


Gobernador y Cpn General Don Pedro Cevallos; AGN, Sala IX, 27-9-
4, fol. 15 vta.¡ Socolow, The Bureaucrats ...", p. 28 Y 30; ver
también, Enrique Barba, Don Pedro de Cevallos, 2da ed. ampliada,
Buenos Aires, Ed. Platero, 1978.

11 Richard Konetzke, Moneda y Crédito, ; un punto de vista


opuesto en los excelentes articulos de Horst Pie~~chman,
"Burocracia y corrupción en hispanoamérica coloniá.1; Una
aproximación tentativa", Nova Americana, vol. 5 (198~~ ¡Jaime ·1

vicens Vives, "Estructura administrativa estatal en los siglos


XVI y XVII", XI Congres International des Sciences Historigues,
5 vols., Estocolmo 1960, t. IV ..
"centralizado" o "fuertemente centralizado". En suma, una

maquinaria moderna, más tarde gastada por el uso, el tiempo y la

debilidad de los Austria, cuyos efectos las Reformas de los

Sorbones buscarían y lograrían corregir durante la segunda mitad

del siglo XVIII. Hoy casi ningún historiador acepta esa visión

tan esquemática. sin embargo reaparece implícitamente cuando, por

caso, se destaca la importancia de las redes y estructuras

familiares en la élite colonial, por un lado y, por el otro, se

afirma que el papel central del parentesco y la familia en la

vida social y política latinoamericana es una de las


--------
consecuencias de la disolución del estado castellano en

Desde principios de los años '60, esas concepciones

tradicionales fueron modificadas por estudios donde varios

autores han procurado mostrar, desde distintas ópti ~s, la

influencia de las oligarquías indianas sobre el dicho aparato~


- -----
estatal. Según ellos, aquella resultaba de varios factores. La

'8 venta de oficios o/y ..2:0mbr~mientos,abría a poderosos criollos

no solo la posibilidad de controlar las corporaciones


------------- ----------
municipales, sino también su acceso a las más altas

magistraturas, incluso el cargo de oidor de Audiencia o, excep-


------ -- -- -
cionalmente, el d~ gobernador z. !Paralelamente, los altos fun-

cionarios de origen peninsular se incorporaban rápidamente, por

alianza o cooptaci6n a una red informal de lealtades personales,


-------
cuya coexistencia con las estructuras formales de poder imperial

12 Introducción de Salmori i Voss i y Wortman i Notable fami 1::.;,


networks .... ", op. cit. i ver las obvservaciones de Kusnesof, "The
history of family ..•", op.cit, p. 184-185.

1.1
... :.; ...
. ; .....
.: :". r;
, .

creabán lé,\~;'~.éc)nd.i.cionés.
·para. eü func~onainiento .de una lealtad

-~iVid.i.m~·ntre\~~.a~.tb3id~O~S inetibpO'lit'~n'as
y los ·intereses de

10sgru~ás1qdal'~s:'
." -_.' Dé' acue'rctoa
. ,este' a:náli~ís, esa red de
,
v ncu Lc s .personales
í era , evidentemente, fuente de influencia

.politica que flexibilizaba las estructuras imperiales, y al mismo

tiempo la base del fenómeno de la corrupcióni3•

A pesar de la importante renovación del tema que ha

impuesto, este análisis presenta una limitación~En otra ocasión

he subrayado que las autoridades de la corona - oficiales de la


- _._-
Real Hacienda, miembros de la guarnición y de la audiencia, e

incluso gobernadores - se dedicaban al comercio, invertian en

tierras,

estructura
y se vinc~labari~on

informal de
lu

relaciones
mi~mbr~s

personales
---
de la élite

basadas
en una

en la

alianza o la cooptación. Es decir que el movimiento era doble:

los miembros del aparato administrativo y militar local se,

dirigian hacia la élite, creaban lazos con ella, asociandola a

la función imperial, al punto de crear un único tej ido de

notables14• Los recorridos trazados por Pérez Saravia y Medrano

mostrarian que también este análisis contiene una importante

i3 Mark Bourkholder y D. S. Chandler, From Impotence to


Authority: The Spanish Crown and the American Audincias. 1687-
1808. , Mo & London, 1977; Leon Cambpell, "A Colonial
establishment: creole domination of the Audiencia of Lima during
the late eighteenth century",H.A.H.R., vol. 52, No 1, febo 1972;
Frank J. Moreno, "The Spanish colonial system: a functional
approach", Western Political Quaterly, No 20, junio 1967; John
Phelan, "Authority and Flexibility in the Spanish Imperial
Burocracy", Administrative Sciences Quaterly, No 5, junio 1960;
Idem.,The Kingdom of Quito in the seventeenth CenturYi Madison,
1967.

14 Zacarias Moutoukias, "Power, coruption and comroerce: the


making of the local administrative structure in seventeenth-
century Buenos Aires", H.A.H.R., vol. 68, I 4, nov. 1988.
limitación. En realidad los sucesos narrados revelan ~

consciente y activa utilización del séquito para la construcción

de cadenas informales de mando e influencia politica por parte

de los representantes de la corona. La integración de sus

miembros en la oligarquia local aparece como el pivote de estos

mecanismos. En otras palabras, las redes de relaciones personales

de base local eran uno de los principales recursos, sino el

principal, con los cuales los


---
re resentantes de la Corona

aseguraban el funcionamiento de las estructuras formales de

autoridad imperial. En este sentido, los procedimientos de

Bucareli no fueron distintos a los de Cevallos, y en ellos

aparece la misma combinación de lealtad personal y contrabando.

Cuando se instaló en Buenos Aires destinó como su representante

en Montevideo a un agregado de su familia, Juan de Arroyo, a

quien nombró Teniente Oficial Real. Alli, este ti ••• puso, una vez

que llegó, una pulperia en la que vende muchos géneros de

contrabando ...", en particular " ...de un gran contrabando que se

desembarcó de 2 fragatas francesas ...·1I 15.

El papel del séquito es más desnudamente evidentes cuanto,

'supuestamente, la influencia de los grupos locales debió haber


,
retrocedido ante los esfuerzos centralizadores de la Corona.
,------
7Sue!e _ aceptarsej que las Reformas de los Borbones procuraban

imponer criterios de racionalidad en la organización de la

administración y principios de promoción de los funcionarios que

15 AGI, Buenos Aires 46, 18-V-1768; Socolow,


bureaucrats .... ", op. cit., p. 15-19.

----
premiaran la eficiencia y acatamiento del poder cen t ra I!". Se

discuten los resultados realmente alcanzados en este programa.

Pero por lo común se acepta como de suyo evidente, que el mayor

o menor exi to en la imposición de dichas normas implicaba I

respectivamente, una mayor o menor autonomia de las estructuras

del estado castellano en américa respecto de las oligarquias

indianas; y que esa eventual autonomia del poder politico


------
respecto de los intereses locales expresaba la capacidad de la

~~rona por centralizar su aparato estatal. Sin embargo, aquellos

virreyes del Rio de la Plata que estuvieron más estrechamente

vinculados a los grupos dominantes locales, pues se habian casado

con miembros de las familias más poderosas, eran los mismos que

podian ostentar las carreras más próximas al "ideal" borb6nico,

aquellos en los que con mayor claridad el nombramiento como

virreyes premiaba su talento y conformidad a ese modelo de alto

funcionario: Olaguer Feliú, Joaquin del Pino, Rafael de

Sobremonte y aún el caso excepcional de Santiago de Liniersl7•

Las condiciones de su carrera exitosa y de su escasa autonomia

en relación a las máximas jerarquias metropolitanas, eran las

mismas circunstancias que favorecian esa clase de matrimonio.

En cambio, aquellos gobernadores y virreyes que mostraban

prácticas más "tradicionales", cuyo poder personal les facilitaba

16 Entre las excepciones ver: Linda Sal vuchi, "Costumbres


viejas, 'hombres nuevos': Jose de Gálvez y la burocracia fiscal
novohispana, 1754-1800", Revista de Historia Mexicana, # 33 ,
octubre-dic. 1983.

17 Casados mientras se desempeñaban en importantes funciones


en la región. Fueron los más exitosos entre los frecuentes caso
de funcionarios y militares de alto rango que se casaron con
herederas de poderosas familias locales, ver Socolow, The
Bureaucrats ...", op. cit., cap. 7.
enor dependencia respecto de las jerarquías centrales, también
--- ----
es permitía reclutar y mantener séquitos más importantes. Estos
- -- -
eran los instrumentos con los cuales podía construir - gracias

al nombramiento en el aparato político-militar o a las alianzas

atrimoniales de sus allegados - cadenas informales de mando

político para articular su autoridad. El séquito aparecía,

entonces, como una trama de mediaciones, de modo que las mismas

condiciones que favorecían su autonomía respecto del poder

central, les otorgaba mayor independencia de los grupos locales

al otorgar les los medios de una mayor capacidad de negociación

y manipulación.

El ejemplo de Medrano/Cevallos muestra también la ambigüedad

de las relaciones entre- los grupos de base local y las

estructuras administrativas, entre lo informal y lo

insti tucional. Es bien cierto que, por un lado, las redes de

vínculos primarios articuladas alrededor de las parentelas


---- --------------------------------------------------
constituían una de las principales fuentes de recursos para la

formación de cadenas de mando político. Pero por el otro, no es


---------------------- --- - -- ---------------
menos evidente que los escalones de la jerarquía político-
------- ------------ ------- -------
administrativa

imperial
-----_._-
imponían
y los
-- mecan.ismos de

el cuadro
-----
de una
legitimación

racionalidad en
del aparato

la acción

política. La importancia que Cevallos asignó a su propio juicio

de residencia y los medios con los cuales se lo ejecutó, ponían

en evidencia ese doble rostro de las prácticas que aseguraban el

funcionamiento local del poder y la autoridad imperiales. Ahora

.el argumento requiere volver al capo que ha quedado suelto: las

operaciones comerciales clandestinas denunciadas por Lagos y sus

adversarios.
...

,.
.1,,:

AllegadOs y asoci~doS

.
Con ·el mdteri~ide las denuncias de Lagos también podemos

comenzar a obsSrvaresas mism~~ redes inf6rmales personales como

organización empresaria. Seria redundante extenderse sobre la

ausencia de estructuras .contractuales que regularan la

cooperación a largo plazo para la organización de los negocios.

En ésta, como en todas las regiones de América hispana, las

compañias que se formaban reproducian las caracteristicas de la

compaña medieval, en el sentido de que solamente comprometla la

responsabilidad de los asociados durante la operación para la

cual se formabal8• Sin embargo, el más somero de los estudios

sobre la vida comercial revela la existencia de conglomerados de

empresarios que mantenian un abanico variado pero estable de

relaciones entre pares o subalternos.

El grupo formado por Al tolaguirre, Medrano, Sarratea y

Andonaegui, era un caso entre otros. Al denunciar los , Lagos

describió una desordenada trama de vinculas, dentro de la cual

es posible distinguir, con cierta claridad, tres niveles: a)

relaciones con "empresarios" subalternos - pulperos, patrones de

lancha, fleteros, capataces, etc. en el que aparecia un


------
conjunto abigarrado de lazos verticales - protegidos y amigos,

paisanos, clientes, criados, etc; b} relaciones entre pares -

otros comerciantes, funcionarios, etc. - entre los cuales se

destaca el espectro más estable vinculas aliados y

cosan~. 'neos (en particular colaterales), amigos y allegados,

18 Jorge Gelman, "Los mecanismos del capital comercial en el


Rio de la Plata Colonial Tardio", Mss., Buenos Aires, 1989/ p.
98 Y ss.
com adres -¡ c) el circulo más intimo de vinculos surgidos de la

familia y el matrimonio - padre/hijo, suegro/yerno, hermanos

En cuanto al primer conjunto, entre 1761 y 1762, antes que

lo apresaran, Domingo Lagos fue el encargado de organizar las

operaciones con la Colonia Sacramento de la tanda formada por

Altolaguirre, Bustinaga, Medrano y Sarratea. Aquel debla viajar

a Colonia, establecer los contactos con los comerciantes de la

plaza portuguesa, verificar la carga de las mercanclas y su

remisión y descarga en Buenos Aires. El trajin organizado por

Lagos, as1 como las restantes ac tí,vidades del grupo que

inclu1an importantes remesas al interior constitulan una

enmarañada superposición de transportes marltimos y terrestres.

En la correspondencia entre los distintos miembros, agentes y

allegados del grupo, se solicitaba el envio de "géneros" o

esclavos, se anunciaba la preparación de embarques de cueros, se

informaba el cobro de deudas de uno para saldar las de otro,

etc .. Aunque primitivos, los mecanismos de intercambio estaban

a tal punto enredados y superpuestos que su funcionamiento

suponia un ágil sistema de adelanto de mercancias, reconocimiento

de saldos pasivos y regular compensación de una parte de estos

en metálico u otras mercancias, por un lado; y por el otro, una

adecuada circulación de la información.

Hasta aqu1, la descripción de lo obvio. Para la

argumentación importa subrayar que en la medida en que, como

veremos, el crédito dependia del "crédito" de la persona, la

continuidad de- las operaciones se aseguraba gracias a las tensas

lealtades gen~~adas en el interior de la red de lazos personales

gobernada por los mencionados mercaderes-funcionarios. Una serie


._,
~, ,'"
: ~,.~~".,.
, ..... .... ..'.
:

'. ~ -. -¡.", "


de .. cartas enviadas' 'a Lagos por Al tolaguirre devela el

..funcionam'iento 'de' un conglomerado de 12 empresar ios : grandes

mercader
. . es , .pu
;. ..
Iperos r f Le t eros y patrones de lancha. Todos se

~oriocian Y todos tenlan acceso directo a los restantes miembros

del grupo: Sin embaigb todas las relaciones mantenidas en el


>---

intérlorde la.red no eran equivalentes. Una primera diferencia

.estaba dada superposición 'de tipo_s de ~i~ulos \ En un

extremo es~áel ejemplo de Jos~phLima Pereyra, un amigo intimo

de Lagos, de quien este recibió ayuda, protección y, sobre todo,


fianza durante el transcurso del juicio arriba mencionado. En el

otro extremo, junto a Lagos solla actuar Joseph de Gurruchaga,

"familiar y criado de la casa de Don Martin Altolaguirre".

Por otra parte, habla aspectos en relación a los cuales los

corresponsales eran intermediarios obligados: Lagos, en todo lo

relativo alcot lctoslcon comerciantes de Colonia corno Rivero de

los Santos, u otros aún más poderosos como Manuel Acuña Nieves -

quien a su vez consegula las\autorizaciones del gobernador de

Colonia, indispensables para los embarques si.muLado s" -;

Al tolaguirre, para las embarcaciones, entre otras razones, porque

su condición de Factor de las Reales Cajas le otorgaba potestad

sobre las lanchas corsarias qUel:eprim~ el contrabando.

Finalmente la interconección determinaba, al mismo tiempo, las

formas de circulaci6n de la información y un control diferenciado

de la misma. En las primeras cuatro cartas de la correspondencia

en cuestión, Altolaguirre comenzaba por informar a Lagos que un

'?; ..
ver nota. 4; en 1748 se firmaron acuerdos entre los
19

Gobernadores de Bueno~"(;ires y Colonia para resol ver, entre otros


asuntos, el modo como deblan enviarse los vlveres que por Real
Orden se mandaba suministrar; según los cuales se fijaban dos
puertos precisos, El Riachuelo y Montevideo. AGN, Sala IX, J-8-3.
comerciante con quien ambos trabajaban - llamado Agustin Ferreyra

- se habla ausentado de Buenos Aires y que las deudas que aquel

tenIa con este se las habla transferido al mismo Altolaguirre a

cambio de un adelanto de mercanclas. A continuación este

reclamaba y opinaba sobre operaciones pendientes entre Lagos, el

mercader ausentado y otros asociados, en particular un embarque

de cueros; al hacerlo, Altolaguirre ponla de manifiesto un

conocimiento preciso del estado en que se encontraban dichas

operaciones gracias sus contactos directos con los empresarios

con los que Lagos debla tratar en representación tanto de

Ferreyra, como de los restantes asociadosw.

En suma, el grado de interconección de este conglomerado de

empresarios era uno de los factores que determinaba las formas

de circulación de la información, las cuales a su vez afectaban

el modo como se cumplicl~ los contratos y la racionalidad de las

decisiones empresarias. Dicho con las palabras de Mitcell, cuando

un conjunto de individuos interactua uno con otro, los miembros

de la red tienden a establecer un concenso acerca de las normas

y a ejercer una consistente presión informal de uno sobre otro

para lograr la conformidad a dichas normas21• Por otra parte, la

red de agentes descrita aparece como un espacio de relaciones de

poder, donde el grado de dominación de cada uno de- sus miembros

estaba en función de su capacidad por controlar la incertidumbre,

20 ver nota 4; las cartas, cuentas y recibos en AGI, Buenos


Aires 52, Exte. 37, fols. 12 y ss.

21 Mitchell, Clyde, IIThe concept; and use of social networks",


in Mitchell (ed.), Social NetWof'ks in Urban situations. Analysis
of Personal Relationships in Central African Towns, Manchester
University Press, 1969, p. 36-37; Bott, Elizabeth, Family and
Social NetworK, London, 1957, p. 60.
o sea de su fuerza en las mutuas negociacionesn. Obviamente, la

¡informaCión era un recurso fundamental para conjurar la

~ncertidumbre, y por tanto de poder. A su vez, el control

diferenciado de la información entrevisto en el ejemplo de arriba

era, al mismo tiempo, causa y consecuencia de estratificación

interna de aquel conglomerado de empresarios. Causa, por lo dicho

anteriormente sobre la relación entre información, incertidumbre

y relaciones de fuerza. Consecuencia, por que el uso que

Altolaguirre hacia de sus contactos y de la información, asi como

la presencia de su "criado y pariente" junto a Lagos, eran

inseparables de los atributos de autoridad que le conferian su

cargo público. Sobre esto volveré más extensamente.

Por lo demás, estas cadenas estaban comprendidas por un

tejido intrincado, y en ocasiones confuso, donde era dificil

distinguir los alcances y contorhos de los grupos de lealtad. En

1761, mientras se encontraba destinado a las Misiones, Medrano

envió a Colonia Sacramento 14.000 ps. en plata para adquirir

mercancias que irian a las posesiones españolas a nombre de

Antonio Ri vero de los Santos, el mencionado comerciante portugués

vinculado a Lagos. La remesa fue transportada en tres viajes, uno

a cargo de Lagos, y dos de un tal Francisco Revero Lima. Este

compartia con Prudencio Rojas el alquiler de una habitación en

la casa de Don. Manuel Esteban de Castro, pariente (hermano?) de

Don Blas Alonso de Castro, compadre de Martin Al t.o Laqu rr-e?".


í

n Crozier, Michel y Erhard Fir~~berg, L'Acteur et le


systeme, Paris, Seuil, 1977, p. 28-31.
)';'.' "

n AGI, Buenos Aires 52, doc. cit., fols. 49 a 55 i AGI,


Buenos Aires 190; ver también Buenos Aires 57, Cevallos a Don
José de Galves, Montevideo 9-V-1777.
artesanos, etc.). En su análisis, las relaciones persona les

def inen un campo social especifico, la red. " ...La imagen es

(...) la de un abanico de puntos, algunos de los cuales están

unidos por llneas. Los puntos de la imagen son personas ( ) y

las l1neas indican cuales personas interactuan entre s1 ,,25.

Los ejemplos de redes observados nos alejan de la

~rep~esentac!ón habitu~:de los grupos de lealtad personal como

huestes civiles claramente delimitadas, articuladas alrededor de


- ----
un patriarca en base a relaciones exclusivamente verticales. En
----- ---
este contexto, la autoridad y la fidelidad personal, aunque muy

importantes, solo constitulan un aspecto del conjunto. En una

trama de indi viduos efecti vamente interconectados, cada

integrante conservaba un margen de acción variable, que dependla

de la importancia de sus propios recursos, medidos en relaciones

I personales movilizables¡ o sea, un margen de acctón que dependia

)( de la cambiante posición del individuo en la red. Asi lo


-- ----
evidenciaron Rojas y su prima. En cuanto a Lagos, si por un lado,

es evidente que la red de lealtades sobre la cual Altolaguirre,

Medrano, Bustinaga y Sarratea "gobernaban", garantizaba la

continuidad de los negocios. Por otra parte no es menos

obviamente cierto que la posición destacada de Lagos dentro de

ella resultaba de la importancia de sus propios recursos.

Entonces, actores individuales interconectados, con diferentes

(márgenes de negociación. Se trataba, al mismo tiempo, de la

contradictoria trama de la sociedad y de tejidos Eoncretos de

lazos personales, en cuyo seno el grado de control de los

recursos de poder, derivado de la posición en la red, de~'~~i~aba

~ Barnes/1954/P. 43
a capacidad de movilizaci6n de los factores necesarios a las

~presas econ6micas.

Dentro de estos tejido, es fácil de distinguir el segundo

circulo (b) de lazos personales. Eran los que predominaban en las

relaciones entre pares. Las operaciones comerciales del factor

de la Real Hacienda Martln de Altolaguirre se extendlan a varias

regiones del interior, en particular Paraguay y el Alto Perú. En

la segunda, sus actividades se sostenian en una red de correspon-

sales: comerciantes, funcionarios y corregidores. En relación

a estas, durante diez año delegó la atención de los negocios en

su compadre Blas Alonso de Castro, a quien nombró apoderado. Este

era el yerno de Francisco Almandós, otro comerciante con quien

operaba frecuentemente en Buenos Aires y el Alto Perú26• Un trl0

de pares, entonces, ligados entre si por el parentesco ritual y

la alianza, que cooperaron durante más de un decenio. ci- lquiera

de ellos podria ser, en relación a los otros dos, elTego\desde

donde podemos verificar la ramificación de relaciones personales.

El papel de los parientes en la estructuraci6n de las

empresas en ha sido abundantemente destacadov. Uno de los casos

mas frecuentemente citado en la historiografia es el de los

"sobrinos". Los ejemplos son innumerables. En 1762, Medrano

organiz6 una compania de varios comerciantes para importar 30.000

ps en mercancias y esclavos, cuyo envió hacia el interior y Chile

M AGN, Sucesiones # 3.866 Y 3.468, Altolaguirre Almandó"


respectivamente.

v ver nota nO 1, en particular Brading, Kicza, y Socolow.


estuvo a cargo de su sobrin02s• A finales del siglo XVIII, la red

comercial de Santa Coloma, otro comerc~nte de origen vasco, se


.11
~
confundia con una de sobrinos, que sostenian sus negocios

actuando como agentes: Prudencio en Potosi, Manuel en la Banda

Oriental, Rafael en Montevideo, Juan José en Lima, Gaspar y Luis

Francisco de Gardeazabal en Cádiz (también habla otros tres en

Buenos Aires)29. Sus clientes se encontraban en Salta, Tucumán,

La Plata, C6rdoba, Asunci6n, Jujuy, Potosi y Santiago de Chile.

Finalmente, la amistad era un cuadro de cooperación par-

ticularmente estable entre pares. Se trataba de relaciones de

muchos años, cuando no de una vida entera, que podia o no cris-

talizar en parentescos rituales. La frecuencia con que estos

amigos terminan siendo albaceas revela su grado de estabilidad,

como era el caso de Martin de Sarratea, albacea de Bustinaga y

los cuidados que aquel tuvo hacia la viuda de esteJo• Es

imposible presentar una adecuado imagen de la trama de relaciones

cruzadas verificados en este niveles: repetición de nombres entre

albaceas y apoderados, amistades entre individuos que prolongaban

los hijos ...etc. ¿C6mo clasificar el hecho que, Juan de

Gurruchaga - hermano de Joseph, aquel familiar y criado de

Al tolaguiguirre que intervenia en sus negocios clandestinos junto

a Lagos en Colonia - apareciera como testigo en el testamento de

Francisco Almand6s, socio del mismo Altolaguirre y suegro de su

compadre? Esta nebulosa de datos devela los hilos cotidianos de

u AGI, Exte. 37, fols. 49 a 55 y 64 Y ss.

~ Colecci6n Santa Coloma, AGN, Sala VII, lejs., 6-5-6, 6-5-


7, Y 6-5-8 (la colecci6n completa llega hasta el 6-5-20).

~ AGN, Sala IX, 25-4-15, lib. 69 # 85.


/

la vida social y, según veremos, desnudan lo esencial de su

lógica.

En el tercer nivel de lazos personales, el ámbito de mayor

intimidad y densidad del tej ido que estamos examinando, en-

contramos a Don. Martin de Altolaguirre y Don. Martin de

Sarratea. Se conocieron hacia 1750, mientras actuaban como

funcionarios de Real Hacienda - Comisario de Guerra e Intendente

respectivamente - en la expedición de demarcación de limites del

gobernador Andonaegui, y continuaron trabajando juntos hasta

1783, año de la muerte del primero. La hija de éste, Da. Tomasa

Altolaguirre, se cas6 con Sarratea hacia finales de la década de

1760. Se trata de un mecanismo abundantemente estudiado para esta

y otras regiones de América latina en la literatura sobre élites

y familia. Mas abajo veremos que las relaciones yerno/suegro se

prolongaron en los vinculos entre cuñados y, en la generación

siguiente, entre sobrinos tios.


- ------
Al igual que con Medrano, el material judicial y notarial

ha permitido trazar una figura, algo parca, del funcionamiento

de una trama de relaciones personales articulada alrededor de la

relación yerno/suegro de Altolaguirre y Sarratea. De haber

procurado enfocar en cualquiera de los otros personajes citados,

el propio Medrano o Almandós, habria reconstruido un similar

entrecruzamiento de hilos. De hecho, se trataba de la misma red.

En cuanto al papel observado de las relaciones personales en la

organización de las empresas comerciales, cabe agregar que era

sino aspecto de sus funciones en la economia colonial, cuyo

análisis excede los limites del texto. Con todo, conviene

recordar los supuestos expresados al inicio: el mercado solo


proveia de una parte limitada de los factores de producción que

acian funcionar esta economia; para el resto, su acceso estaba

regulado por una diversidad de formas de control sobre los

hombres. Esto equivale a decir que las relaciones de poder

trabadas en el interior de las redes de vinculos personales

integraban los mecanismos de asignación de recursos de la

economia.
-----
Más cerca nuestro, como se sabe, el Rio de la Plata estaba

articulado con el resto del espacio peruano por los mecanismos

de una economia colonial de Antiguo Régimen, basada en la

exportación de metales preciosos. A pesar del peso del sector

externo, las unidades de producción producian principalmente para

los mercados interiores. En el caso de la mineria, esto

significaba que la mayor parte de la salida de metales preciosos

no se efectuaba por medio de operaciones directas entre l~ región

productora y el puerto, sino que era el resultado de un

movimiento de dispersión hacia las diferentes regiones proveedo-

ras, y de concentración en el Rio de la Plata para su exportación

(a excepción, claro esta, de las transferencias fiscales de

metalico)31. Buenos Aires solo ofrec1a la intermediación de sus

31 Carlos S. Assadourian, El sistema de la economia colonial,


Lima, IEP, 1982; Id, "La producción de la mercanc1a dinero en la
formación del mercado interno colonial" en E. Florescano (ed.),
Ensayos sobre el desarrollo económico de México y América Latina,
México, FCE, 1979; Ceferino Garzón Maceda, Economia del Tucumán.
Economia natural y economla monetaria. siglos XVI - XVII Y XVIII,
Córdoba, UNC, 1968; Jorge Gelman, "El gran comerciante y el
sentido de la circulación y monetaria en el Rlo de la Plata
colonial tardio" , Revista de Historia Económica, afio 5, # 3,
Madrid, 198,7; Id, "Un repartimiento de mercanclas en 1788: los
sueldos monetarios de las milicias de corrientes", Cuadernos de
Historia Regional, # 3, Luján, 1985; Zacarias Moutoukias,
Contrabando y control colonial. Buenos Aires entre el Atlántico
y el espacio peruano en el siglo XVII, Buenos Aires, CEAL, 1989.
Ruggiero Romano, "Mouvement des prix et developpment economique.
comerciantes. De modo que, las redes personales alrededor de las

cales se organizaban las empresas, constituian el esqueleto de

los intercambios interregionales que alimentaban en Buenos Aires

el stock de metales preciosos necesario al comercio atlántico.


----
Finalmente, si recordamos por un lado, la función de la

presión informal en el interior de un conglomerado de empresarios

interconectados, y por el otro el lugar que los principales )


personajes ocupaban en la estructura Politico-judiCiai\-local. Es
~ -~
entonces razonable inferir que las redes de relaciones

personales, como las "gobernadas" por notables de las

caracteristicas de Altolaguirre y Medrano, al mismo tiempo que


••
eran recursos para la organización de los negocios, constituian

una·~arte del marco institucional que aseguraba el cumplimiento

de los contratos.

Poder y negocios: entre el honor de los empleos y la autoridad


de la parentela.

La preeminencia social de los comerciantes como cuerpo, es

una de las afirmaciones más comúnmente aceptadas por la

historiografia citada al inicio. Se los señala - con razón -

L'Amerique du Sud au XVllle siecle", Annales ESC, 1, 1963, P 63-


74; Idem., "Algunas consideraciones sobre la historia de los
precios en América colonial (y una nota complementaria)", HISLA,
No 7, primer semestre 1986, Lima, p 65-103; Idem., Una economia
colonial: Chile en el siglo XVIII, Eude ba , BA, 1965; Enrique
Tándeter, Trabajo forzado y trabajo libre en el Potosi colonial
tardl0, BA, CEDES, 1980; Idem. y Nathan Wachtel, "Cojonctures
¡'-~~ inverses. Le mouvement des prix a potosi pendant le XVIIIe
siecle", Annales. E.S.C., 3, Mayo-junio, 1983; Idem. y otros,
"Mercado interno de Potosi a fines del siglo XVIII", en HARRIS,
LARSON, TANDETER (Ed.), La participación indigena en el mercado
surandino, La Paz, CERES, 1987.
como los principales beneficiarios locales del andamio económico

del Imperio en el Atlántico. Como tengo mencionado, buena parte

de esta literatura ha estudiado abundantemente el papel de la

familia y el parentesco como portadores de dicha preeminecia y

como estructura empresaria e instrumento de reproducción del

grupo. Por otra parte, son comunes los análisis sobre el "capital

comercial" o "predominio del capital comercial", a veces

vinculado a lo anterior32• Estas tendencias historiográficas han

delimitado una cadena de ideas referidas, al mismo tiempo, a la

estratificación social y al funcionamiento de la economla

colonial, en la cual se entrelazan: una categorla profesional

transformada en grupo social - los comerciantes -; un conjunto

de pautas de comportamiento y estrategias familiares propias del

grupo - que incluyen un modelo de empresa familiar -; un concepto

casi nunca definido, "capital mercantil"; y el funcionamiento

concreto de las empresas comerciales. En el interior de esta

serie se d~scuten interpretaciones divergentes, sin embargo la

pertinencia misma de dicha articulación ha recibido una atención


~---
a mi juicio insuficiente. Intentaré seguirla examinando la

relación entre la trayectoria socialmente ascendente de los

personajes presentados y la naturaleza de los activos de las

empresas que los enriqueclan - en decir, en que deblan invertir

para transformarse en mercaderes preeminentes.

En sus declaraciones, Lagos se referia a Altolaguire como


I

el :"jefe" de la compañ ía ]que el mismo formaba junto a los otros

menc íce "idos. Obviamente, al usar esa expresión no se estaba

refil::.:.;ndo
al gerente de alguna organización; pero tampoco al

32 CITAR
, .
cabecilla de una banda. En el momento del proceso Don Martin

Altolaguirre-)era el personaje de mayor prestigio entre los

cuatro, y uno de los grandes notables de la ciudad. Habia nacido

en 1708, en España (Albistur, vitoria), en 1766 estaba en la

cúspide de una carrera comenzada como capitán de forasteros a sus I

expensas, en la provincia del Paraguay, y para entonces era -

como vimos - el segundo o tercero en la jerarquia del aparato

imperial local, por el cargo de Factor de las Cajas Reales que

ocupaba desde 1752. En realidad habia comprado ese cargo para su

hijo Martin José, a quien se lo transferiria en 176733• Sin

destacarse por su riqueza - o más precisamente por el valor de

inventario de su patrimonio al morir la extensión de sus

operaciones comerciales con Chile, Perú y Paraguay lo colocaba

entre los más importantes mercaderes de Buenos Aires. Patriarca

de un extensa parentela, padre de 8 hijos - 7 varones además de

la mencionada Tomasa, 5 de los cuales hicieron brillantes

carreras en la iglesia y en los mas altos cargos de la

administración tanto en Buenos Aires, como otras ciudades de la

región - Altolaguirre estaba, por su rango, entre los principales

miembros de la élite colonial, a quienes aparecia regularmente

vinculado~. A este conjunto hacia referencia Lagos al tratarlo

de jefe del grupo. Era el más notable'de los cinco ...

~viejo y venerable.

Ahora bien, tanto la jerarquia de los grandes mercaderes,

como su misma actividad comercial era una función del grado de

control de trL~ factores: a) dominio de un saber; b) acceso al

D AGN, Sala. IX, 8-6-1, fol 246 Y ss.

~ ver nota
crédito; y c) capacidad por generar y controlar, a partir de la

familia y la parentela, redes de vinculos personales capases de

movilizar recursos. Obviamente los grandes comerciantes invertian

en capital fijo,\como lo atestiguan los inventarios de las

sucesiones: propiedades urbanas y rurales, primitivos

establecimientos de producción de carne salada y medios de

transporte, incluidos grandes navios35• Sin embargo, la propiedad

de estos bienes de capital no afectaba ni a la extensión, ni al

giro de las actividades que un comerciante podia controlar, como


--- -
si lo hacian los factores
I
1_----sefialados.
cuanto al primero, el aprendizaje implicaba un cuadro de

relaciones personales, heredadas o establecidas. La condición de

cajero o agente de un gran comerciante, por lo general pariente

o paisano, a veces simplemente allegado o amigo, era el camino

más frecuente ?or todas partes en Hispanoamérica colonia136• No

hay constancia de que Sarratea haya sido "cajero" de


••
Altolaguirre, pero es evidente en las fuente que su iniciación

fue hecha gracias a su amistad y colaboración con este. Respecto

del acceso al crédito;\adelanto de mercancias o de dinero, no


~
dependia tanto de las garantias inmobiliarias como dellcrédito

de la persona, que asignaba valor también a la eventual (y rara)


~~~------~~------~--------------------------------------~~----~
garantia37• Las fuentes de crédito, el primitivo enmarafiamiento

~ Socolow, The merchants .... , op. cit., cap. 3 y Apéndice,


cuadro B 8, p. 189; Galmarini: Tomas Antonio Romero

~ ver Brading, op. c. , Kicsa, op. cit., y Socolow, The


merchants .... ", op. Cc.·~ ••

TI Sobre las fueL' ~S y caracteristicas del crédito, su doble


carácter de adelanto de metálico y de mercancias (fiado), ver:
Gelman, "Los mecanismos del capital comerciaL ...", op. cit. I

cap. 2.4.
e las operaciones, la escasa especialización de los agentes

económicos y las caracteristicas de la estructura judicial hacian

e el sistema no pudiera reposar en la expectativa de sanciones

a quien violara principios impersonales. Se sostenia en las

ormas del honor o los imperativos del prestigio personal de

agentes que interactuaban en el interior de una red, como la

bservada en el conglomerado de empresarios arriba descrito. El

atido del sistema estaba en los meticulosos reconocimientos de

eudas que contienen los testamentos, y no en los juicios por

"cobro pesos". Finalmente, el honor y el rango, como la autoridad

que aquel asignaba, por un lado y por el otro, la capacidad por

generar y controlar redes informales de vinculas primarios,

estaban mutuamente determinados. Entonces, el principal activo

de las empresas, la principal inversión el "capital

comercial"? - era el ono r y la parentela de los que actuaban

-
como comerciantes.

Al respecto, para mi argumentación basta con retener los

aspectos más vulgarizados y comúnmente admitidos del tema: el

honor en el dominio público remite a la prioridad, o sea la

posición que la sociedad asigna a quien lo posee; deriva del

alcance del control sobre las personas, es decir que esta

asociado a la autoridad y dignidad; y supone la posesión de un

conjunto de virtudes personales públicamente expuestas. Como se

sabe, la fuente de honor por excelencia era el reconocimie~~

formal de una determinada posición de preeminencia en relación

al Rey; fuente, por lo mismo, ennoblecimiento. Ser


. miembro de

las estructuras pOlitico-judi ~ales y militares, al igual que un

titulo nobiliario, implicaba dicho reconocimiento formal, asi


como el de las cualidades personales que exigia el honor. En

realidad, el oficio público era, simultáneamente, tanto prioridad

como delegaci6n. Respecto de lo primero, las Leyes de Indias

establecian, para el conjunto de las magistraturas - incluidos

los cabildos civiles y eclesiásticos - un complejo sistema de

preeminencias en relación a la persona real, sus representantes

y sus simbolos, que variaba según la naturaleza de las

ceremonias. En las informaciones de "Hidalguia y nobleza de

sangre", invariablemente se subrayaba que los familiares y

antepasados" ... siempre han obtenido los más honorificos empleos

en lo militar y politico " Esto asignaba un rango en el

"cuerpo mistico de la monarquia", según la expresión bajo

medieval. Al mismo tiempo, cualquiera fuera su jerarquia, quien

poseia un oficio público y/o un grado militar, representaba al

Rey, participaba de su person~ ejercia alguna de sus funciones

o recibia parte de su mando; lo cual, obviamente, conferia

autoridad y legitimaba su usaD.

El comer'cí.o ilicito ofrece un terreno sin interferencias

para observar el papel de esos mecanismos en el funcionamiento

de los negocios. Al igual que personajes estudiados, la

generalidad de los contrabandistas más destacados eran


- -----------
magistrados u oficiales de alto rango, cuando no directamente

responsables de las estructuras dedicadas a reprimir el tráfico

38 Recopilaci6n de Leyes de Indias, Ed. de 1791, T. 111,


Titulo XV, "De la precedencias, ceremonias y cortesias" i AGN,
Sala IX, 40-2-5, falo 5 va. "InformaciÚ¡ de Nobleza Altolaguirre
/ Panda y Patiño". Era esta una formula ~onstantemente repetida;
José Maria Garcia Marin, La burocr..:.-..:iacastellana bajo los
Austrias, Madrid, INAP, 1986, p. 56-58; José Manuel Nieto Soria,
Poder Real. Fundamentos Ideol6gicos del Poder Real en castilla
(siglos XIII-XVI), Madrid, EUDEMA, 1988, p. 90-143.
iléga139• .. Los atributos de· aut.or dad >y
í poder socialmente
-----------------------
.'reconocidos que rr eves t fan dichos -carqo s eran los mismos que se
5',· _. _ __

nece s i taba· para el éx i.t o en los negocios semiclandestinos. En


--- --- -- - ------
este sentido, los casos de Pérez Saravia y Sarratea son elocuen-

tes. Ya hemos visto la trayectoria del primero. Cuando se

desempeñaba como Juez Diputado del Comercio durante la década de

1750, no s610 se ocupaba de los asuntos de comerciantes legales.

También recurrian a Pérez Saravia en casos de diferencias

suscitadas entre contrabandistas, incluso con escr~tos. Es decir

que su condición de juez le otorgaba autoridad par~:·itlesempeñarse

como árbitro semiclandestino de operaciones


. '.
co~erciales no

autorizadas. Simultáneamente, su participación ~n empresas

comerciales clandestinas esta documentada desde 1750: en 1758 se

lo acusó de integrar un grupo de 15 comerciantes, que desde hacia


.~

8 años inundaba de mercancias el Alto Perú, entre los cuales

estaban dos Sargento~ Mayores del fuerte, el teniente del

gobernador y el teniente general de las fuerzas militares en

operación. Asimismo intervino en el comercio autorizado de los

Navios de Registro y era apoderado de. Francisco Alzaibar, un

poderoso comerciante de Cádiz, con fuertes intereses en la

req í.órr'". Tanto en sus actividades legales como en las no

39 Moutoukias, Contrabando ", op. cit., caps. 4 Y 7;


"Power, corruption, and commerce ...", op , cit., p. 776-778 Y 792-
800; esta tendencia verificada para el siglo XVII, también pude
comprobar la para la segunda mitad del XVIII en otro trabaj o
inédito, "El comercio atlántico de Buenos Aires, 1760-1796:
crecimiento y continuidad", cap. 111; ver también, Carlos
Malamud, Cadiz y Saint Malo en el comercio '''::::--olonial peruano
(1698-1725), Cadiz 1986, p. 259 a 272; en particular el caso de
los parientes de Juan Andrés de Ustáriz en Ch~~e.

40 ver nota 3 y AGI, Buenos Aires 178, lego cit., Dictamen


del Fiscal, 9-X-1766.
autorizadas, se constata la diversificación común a sus pares:

comerciante mayorista por cuenta propia, actuaba regularmente

también como representante de mercaderes de Cádiz y Potosi y

tampoco desdeñaba mezclarse al ajetreo minorista - tenia una

pulperia concedida en explotación41• A~ igual que en su caso, el

resto de sus pares solian completar patrones similares de

di versif icación con el alquiler de propiedades urbanas y la

posesión de explotaciones rurales (chacras o estancias) .

si pensamos el universo del contrabando no como un mundo

delictivo, sino como una especie de frontera social en relación

a las representaciones juridicos, con reglas bien establecidas

y aceptadas - comunes por lo demás, a las del comercio "legal" -

. Entonces, las prácticas que estamos observando están revelando

una lógica social global, compartida por dos ámbitos que solo

~uestros ojos separan. Únicamente asl puede explicarse que Pérez

Saravia ejerciera, al mismo tiempo, como "juez" de

contrabandistas y Juez y Diputado del comercio, es decir uno de

los encargados de reprimirlos¡ y actuara, simultáneamente, corno

agente de mercaderes de Cadiz, por tanto, vinculado al régimen

del monopolio español, y contrabandista, es decir su supuesto

adversario. Una lógica social en la cual la acumulación de signos

públicos de autoridad personal y la diversificación socioeconó-

mica determinaba la racionalidad de los actores económicos.

El contrincante de Pérez Saravia, Don. Martin de Sarratea

tenia en 1767, cuando lo hallamos gracias a las denuncias de

Lagos, una carrera similar detrás suyo. A principio~. de 1750

41 AGI, Buenos Aires 211, lego cit., "Comiso de tabaco y


efectos en la pulperla de Fco. Burgos. 1772".
habla sido nombrado, por el gobernador Andonaegui, tesorero real

de las fuerzas militares que operaban, bajo su mando, en la

región de conflicto con las posesiones portuguesas. Años más

tarde, en 1762, el sucesor de aquel, Pedro de Cevallos, lo nombro

teniente de una de las companias que organizó para tomar

Colonia. Tras los conflictos desencadenados por Lagos, Bucareli -

el gobernador siguiente - firmó su separación del "servicio a

Su Magestad". A partir de entonces concentró su actividad en la

corporación municipal, integrando regularmente el cabildo durante

los años en que este se enfrentaba con Bucareli y hasta 1777. Es

decir que en el momento de su matrimonio con Da. Tomasa Sarratea,

no solo era el más estrecho colaborador en negocios de su suegro,

sino un joven que ya reunla importantes signos externos de

autoridad. Durante la década de 1780, mientras consolidaba su

situación económica, supo aprovechar las oportunidad; de ac-

tuación publica creadas con la fundación del nuevo virreinato con

sede en Buenos Aires, y en general con las Reformas borbónicas.

En 179 O se lo el ig ió representante de sus pares, a f in de

gestionar en Madrid la creación del Consulado y Tribunal de

Comercio, de cuya junta fue un destacado miembro. Paulatinamente

se iba ligando a la estructura mercantil "oficial" de España y

hacia la misma época fue representante de la Real Compañia de

Filipinas42•

El conjunto del material expuesto ilustra la relación entre

los aspectos que estoy intentando destacar: la autoridad y el

poder alcanzados; la capacidad de controlar hombres, de construi (

42 ver notas 3 y 4 Y AGI, Buenos Aires 585; AGN, Sucesiones


8150; AGN, Sala IX, 42-6-5, exp. 13.
redes personales para movilizar recursos y la posibilidad de

rganizar y destacarse en empresas semiclandestinas, informales

por naturaleza. En realidad, esto era la expresi6n más desnuda

de una 16gica social que impregnaba el conjunto de las prácticas

comerciales. Los casos de Sarratea y Pérez Saravia muestran hasta

que punto es un anacronismo la distinci6n de aquellas entre

egales y clandestinas. Por otra parte, la magistratura como

fuente de honor hacia que el acceso al crédito en función del

crédi to de la persona y la autoridad sobre las personas, se

confundieran en la tendencia generalizada de los grandes

comerciantes de Buenos Aires a ocupar "empleos honrosos en lo


- -- -- --------- ,.
politico y lo militar" (cabildo, milici~s administ~acjón) 43.

e manifiesto tanto esta tendencia como la falta de

especializaci6n de los agentes económicos, nos remite al problem

de los comerciantes como grupo social, arriba evocado, vinculado

a un modo de reconstrucci6n de la estratificación social. En

todas las fuentes Martin Altolag~-i~-;'~padre se autoidentificaba


~ _ .. - - - - - -~
;. - - - ---

o era mencionado como funcionario y solo Martin Sarratea aparecia

como comerciante o "del comercio" (excepto en las provanzas de

éritos y servicios o de pureza de sangre, en las que este último

bviamente menciona sus empleos honrosos). Esto a pesar de haber

constituido suegro y yerno el núcleo de la empresa comercial que

lenó buena parte de sus vidas y de que ambos ocuparon cargos

públicos. Las caracteristicas de los cargos que uno y otro

~ Socolow, The merchants ...", op. cit., cap. 2. No solo los


e Buenos Aires, y en realidad tampoco era un fen6meno exclusivo
de América latina colonial, como es inexplicablemente presentado
e algunos trabajos.
desempeñaron no alcanza para explicar esta distinción que asumian

en documentos públicos y privados; menos aún lo hace la

naturaleza "profesional" de sus actividades. Era también el

resul tado de la distinta posición que ocupaban en la red de

relaciones personales que ellos mismos habian construido.

Recogidas en las fuentes mas frecuentemente utilizadas en

particular los censos y padrones -, estas tensas identidades se

convirtieron en categorias primero y en grupos sociales a

continuación, al que implici tamente se le asignaba un cuerpo

coherente normas y estrategias.

Las mas estudiadas de estas se refieren a las pautas de

comportamiento que vinculaban prácticas empresarias, estrategias

atrimoniales, y mecanismos tanto de trasmisión de la riqueza y

la posición, como de reclutamiento de miembros al grupo:

prioridad dada al yerno en la sucesión de los negocios, del

iderazgo y en la herencia; exogamia en la primera generación y

---
matrimonio

procedimiento
entre parientes

podriamos
en

interpretar
la segunda,

el
etc~.

matrimonio
Por

entre
este

Da.

Tomasa Altolaguirre y Don Martin Sarratea como la traducción de

n modelo de alianza entre comerciantes y funcionarios,

las implicaciones puestas en evidencia al observar lo

en el contexto de un tejido de relaciones personales. Más aún,

de este modo se escapa la dinámica de las prácticas analizadas,

pues la diversificación y el modo de construir y utilizar redes

de vinculos primarios era un mecanismo real de mo ._ad social

" Alida Metcalf, "Fathers and sons: The politics of


í.nner t ance in a colonial brazilian township", H.A.H.R., vol. 63,
í

3, 1986; Kuznezof, "The history of the family ...", op. cit.,


p. 178 Y ss.
'1 y, por tanto, criterio de estratificación.

En relación a la primera de aquellas pautas, la trayectoria

de los Altolaguirre-Sarratea podria presentarse al mismo tiempo

como una confirmación o una excepción a la regla de prioridad al

yerno. Del matrimonio en 1730, de Maria Josefa Panda y Patiño con

Martin Altolaguirre, nacieron 8 hijos, 7 varones y una mujer. De

los 7 sobrevivientes, cuatro desarrollaron sus carreras fuera de

Buenos Aires: Bernardino (1731-1798), el mayor, después de

estudiar en Madrid, fue nombrado corregidor en el Perú en 1763,

Contador de la Casa de la Moneda en Chile en 1772, y más tarde

Juez Superintendente de la misma; Juan Bautista (1739-1815), el

tercero, tras desempeñarse como contador de fragata y una

estancia en España, en 1805 fue comandante del fuerte de La

Carlota, en Córdoba, luego obtuvo un nombramiento como

subdelegado, para terminar, finalmente, des ignado como gobernador

de Chiquitos por Liniers, su sobrino politico (marido de una de

las hijas de Sarratea); Fray Francisco (1741-?), el cuarto, entró

en la orden de San Francisco; Pedro Mariano (1745-?), el quinto,

también estudió en España, tras lo cual se trasladó a Chile, para

uego pasar a Potosi, donde obtuvo, en 1778, el cargo de contador

de la Casa de la Moneda; Jacinto (1747-?), el sexto, inicio su

carrera como oficial de la armada española, pero murió joven en

España45•

De los que permanecieron en Buenos Aires, Tomasa (1749-?)

se casó con Martin de Sarratea como vimos, y los otros dos se

estacaron tanto en la administración como en el comercio. El

enor, León (1752-1823), comenzó como teniente de infanteria en

~ AGN, Sucesiones 3.866


el Paraguay, al igual que su padre, y culminó como comandante de

resguardo de Montevideo. Como tal, se lo menciona por su enérgica

lucha contra el contrabando, pero estuvo lIasociadollal marido de

una de sus sobrinas - también hija de Sarratea - Agustin de la

Rosa, en diferentes negocios ilegales, mientras este era coman-

dante de la campaña de la Banda Oriental~. Finalmente, Martín

José, el segundo de los hijos, en 1767 ocupó el cargo de Factor

de las Cajas de Real Hacienda, que su padre había comprado y en

cual se había desempeñado interinamente hasta entonces. Antes,

él también había estudiado en España¡ luego sería comisario de

guerra de las Reales Cajas. Paralelamente se dedicó al comercio

e invirtió en tierras, sobre las cuales trató de experimentar con

diferentes técnicas de construcción. En realidad no se lo conocía

por ninguna de las ocupaciones mencionadas, sino como agrónomo.

A primera vista, Martín José fue el heredero de la autoridad

familiar y de la posición de su padre, quien le había comprado

el cargo tras la negativa del primogénito a convertirse en

religioso. A la muerte de aquel, fue Martín José quien se ocupó

de la ejecución del testamento, y nadie contestaba su autoridad,

que por lo demás aplicaba con moderación patriarcal. Sin embargo,

si lo observamos como comerciante, la relación de Altolaguirre

padre con Martín Sarratea aparentemente se correspondería con el

modelo bien estudiado de sucesión del yerno, en este caso el

mercader más destacado. Este, a su turno, no fue sucedido por

ninguno de sus tres brillantes yernos - militares y funcionarios

sino por su primogénito Manuel, quien a su vez permaneció

~ AGN, Sala IX, 24-5-7, R.C. San Lorenzo 6 XII-1798; AGN,


Sala IX, 34-9-2, Bs. As. 6-VIII-1821¡AGN, Sala IX~ 8-7-12, libro
60; AGN, Sala IX, 24-8-3, fol. 190.
soltero y fue, junto a su hermana Melchora - igualmente soltera -

, uno de los núcleos en que se agruparon los negocios familiares

en esta qe ne rac i.ón?".

En realidad, la trasmisión y el reconocimiento de una

I autoridad estaba vinculado

gran diferencia
al ciclo familiar. Con frecuencia,

de edad al matrimonio hacia que, a la muerte del


la

suegro, el yerno debiera encargarse de criar a sus cuñados y

preparar sus matrimonios. Posteriormente esto era fuente de

tensiones internas y la conformación de la autoridad cambiaba

según la posición social que iban alcanzando dichos cuñados:".

En nuestro caso, Sarratea tenía casi la misma edad del segundo

de los hijos de su suegro, y en efecto ambos actuaron en casi

todos los actos familiares como dos cabezas de la parentela.

Los patrones de estrategias matrimoniales correspondientes

a las diferentes generaciones, arriba mencionados, presentan

ambigüedades similares cuando tratamos de aplicarlas para seguir

el proceso de construcción de la parentela, y la relación de

aquel proceso con el papel de esta en la organización de los

negocios así como en la articulación de cadenas de mando

político En primer lugar está la evidente dificultad de

establecer el punto de partida para contarlas. Dada la

bilateralidad, los nietos de Altolaguirre hijos de Sarratea eran

la tercera generación de una parentela que mantenía efectivos

lazos de solidaridad. En cambio, en una óptica basada en las

47 AGN, Sucesiones 3.864 y 3866 (Altolaguirre) y 3.815


(Sarl:":
~.ea).

~. ver por caso los conflictos entre Gaspar de Santa Coloma


y su joven cuñado, hermano menor de su esposa diez años menor que
el, Miguel de Azcuenaga, Socolow, The merchants ....", op. cit.,
cap. V.
categorias socio profesionales aún si se reconoce la

bilateralidad -, y puesto que Sarratea era el "comerciantell, sus

hi jos ser ian la segunda generación del fundador, excepcionalmente

exogámica. Por otra parte, aún aceptando el razonamiento en

términos de una categoria socio profesional dada, al tratar de

establecer las funciones de las distintas estrategias

matr imoniales reclutamiento de un inmigrante sin fami 1ia,

alianza entre familias pertencientes a distintas categorias,

matrimonio entre parientes para consolidar la posición, etc.

es necesario tomar en cuenta los recursos concretos con los que

cuenta una pareja de partida para establecer su politica de

alianzas. Estos dependen, claro está, tanto de las prácticas que

afectan la natalidad como del azar demográfico. A similar número

total de hijos, la descendencia de Altolaguirre y Sarratea

ofreC' an posibidades bien diferentes: el primero tuvo, como

vimos, 1 hija y 7 hijos; el segundo un total de 9, de los cuales

3 varones y 6 mujeres.

El azar y los recursos concretos también afectan las

relaciones con los colaterales. León, el menor de los

Altolaguirre, mantuvo largos y equivocos negocios con el marido

de su sobrina, Don Agustln de la Rosa, - a quien llegó a defender

ante la corte en Madrid -, por un lado. Lo cual contrasta con el

caso de los hijos, de su misma generación, del poderoso

comerciante Juan José Lezica, Manuel Isidoro y José Faustino que

se casaron con sus sobrinas, hijas del matrimonio de sus hermanas

con otros de& ~cados comerciantes. Esta diferencia no solo hay

que analizar: en relación a la desviación o la conformidad a la

norma, mas sobre todo como la utilización estratégica - para


central del proceso, a la vez deliberado y contingente, de

construcción de su parentela. Como se sabe, el sistema castellano

de herencia disponía tanto la distribución igualitaria de los

bienes entre los herederos, como la libre disposición del quinto

del total del patrimonio, la utilización de un tercio de la

legítima para la metor~de uno cualquiera de ellos o la creación

de mayorazgos - y este ültimo caso la cantidad de bienes vin-

culadas tampoco podía superar el tercio de la Leq t í.ma'",


í Al-

tolaguirre recurrió a casi todas las alternativas del sistema,

cuyo resultado fue un complicado cruce de mejoras destinado a

asegurar la igualdad de los herederos. Un reclamo del

primogénito, Bernardino, dio lugar a un examen de los gastos

efectuados en favor de los diferentes hijos. Descontados aquellos

que resultaban de los "naturales obligaciones de crianza"

incluidos los viajes :ectuados durante la infancia -, todos los

demás fueron tomados en cuenta: naturalmente la dote, educación

y viajes de estudio, compra de cargos, etc.¡ así como, en el

sentido inverso, los bienes empleados en el cuidado y ayuda a sus

padres durante su vejez. Durante su vida, Don Martín había

efectuado una política de inversiones para ayudar a sus hijos,

que se caracterizaba por tratar de equilibrar las diferencias

~ Enrique Gacto, "El grupo familiar en la Edad Moderna en


os territorios del mediterráneo hispánico: una visión jurídico",
en Casey, Chacón, Gacto y otros, La familia en la España
editerránea, Barcelona, Crítica, 1987; Victor Tau Anzoátegui,
Esquema histórico del Derecho sucesorio. Del medioevo castellano
al siglo XIX, Buenos Aires, Macchi, 1982, Pedro Somellera,
Principios del Derecho Civil. (Curso dictado en la Universidad
de Buenos Aires en el año 1824~L' Buenos Aires, Fac. de Derecho
y Cs. Sociales, 1939, cps.,.YI y VII; José María Alvarez,
Instituiciones de Deresho de~~astilla y de Indias, México, Univ.
A tónoma, 1982 (lra ed. 1818-1820), T. 11, tito X a XV (vol. 1
de la ed. cit.).
creadas por las distintas oportunidades que el mismo les creaba,

pero cuyo resultado fue sensiblemente dispareja en cuanto a los

montos asignados a cada uno. Esta voluntad estaba explicitamente

expuesta en una serie de cláusulas coactivas que imponian el

respeto a su estrategia. Las mejoras del tercio y del quinto

mantenian ese equilibrio, que se hubiese roto de aplicarse un

criterio de distribución estrictamente igualitaria, pues habria

implicado el reintegro de las diferencias de los adelantos hechos

en vida. De hecho, el patrimonio trasmitido en el momento de su

muerte sumaba una cantidad infima, 76 ps, - ni con que comprar

un esclavo -. Pero la herencia no estaba en la devolución de

bienes, sino en el éxito global de su estrategia: como vimos, al

menos cuatro de sus hijos varones asi corno su hija y yerno,

heredaron lo esencial de su posición social.

La herencia de Martin S :ratea presenta el caso inverso.

Muerto en 1813, dejó un patrimonio considerable - unos 280.000

ps. - pero ninguna disposición precisa. En realidad, aquel fue

distribuido entre sus herederos, 10 años más tarde, en partes

iguales, como lo preveia el derecho castellano. Entre tanto,

desde fines de la década de 1790, Manuel, el primogénito, se

venia desempeñando corno sucesor de sus negocios. "Heredó" de su

padre, al igual que este de su yerno, prestigio, crédito y redes

de relaciones personales. A pesar de las dotes que, corno premio

a la calidad de sus matrimonio, recibieron tres de las herederas,

aqui la prioridad dada al primogénito parece evidente. sin

embargo fue el resultado final de corrtvnqenc í.as, como la muerte

temprana de dos de sus hijas. En -(:.


do caso, la utilización

estratégica de la misma norma dio resultados inversos. En ambos


casos, la devolución de bienes fue la parte menos importante de

a trasmisión de la posición social, resultado de una estrategia

e yo recorrido final era impredecible.

Las mecanismos analizadas del honor, la parentela y las

redes informales de vinculos primarios, obviamente imponian a los

actores coacciones que señalaban reglas de juego. Pero ni el

reconocimiento de sus funciones - con frecuencia concientemente

expresado en la correspondencia personal y comercial - ni la

aceptación social de un ideal de notabilidad basado en el honor

y la parentela permitian prever las estructuras que estas ad-

quiririan o la trayectoria de una carrera de empleos honrosos.

Ambas eran consecuencia de una acumulación de decisiones y la

solución contingente de conflictos, de cuyo encadenamiento

resultaban estrategias desarrolladas en condiciones de racionali-

dad limitada, por actores qu~ .. reaccionaban frente a

oportunidades, en medio de las incertidumbres que generaba el

sistema. Las vidas de Pérez Saravia y Sarratea estuvieron muy

lejos de recorrer 11neas armónicamente ascendentes. La misma

sinuosidad presentaban la trasmisión intergeneracional de la

posición social.

*****

El proceso de formación de la parentela analizada fue el

producto del manejo estratégico de un amplio y flexible abanico

de alternativas, en el interior de una lógico. y unas reglas de

juego que las articulaban y le daban coherc· .ia y sentido. La

estrecha relación entre Mart1n Altolaguirre y Martin Sarratea,


así.como los mecanismos de reproducción intergeneracional puestos

en marcha por el primero orientaron su suerte inmediata. A la

uerte de aquel en 1783, varios hilos cruzaban las cambiantes

redes familiares: los lazos entre yerno, suegro, hermanos y

cuñado perduraron en solidaridades efectivamente mantenidas -

aunque en diferente grado - a pesar de las dispersión geográfica,

y serian la base de las futuras relaciones entre tios y sobrinos.

En Buenos Aires, a lo largo de la década de 1790, Martin Al-

tolaguirre hijo y Martin Sarratea eran dos destacados notables

de la ciudad, que mantenian estrechos vinculos de amistad y

egocios. El primero participaba activamente en los circulos

. ustrados locales y era amigo de varios de los futuros

irigentes revolucionarios 51. El segundo, jefe de una numerosa

familia, con la cual vivIa en una casa patriarcal junto a su

esposa, sus nueve hijos y nueve esclavos sirvientes, se

desempeñaba en las actividades arriba descritas. Hacia finales

e esa misma década, León, el hermano menor de los Altolaguirre,

era apoderado de su cuñado Martin Sarratea en Madrid y mantenia

as mencionadas relaciones con el marido de su sobrina. Trabajaba

también con otro sobrino, el hijo mayor de aquel, Manuel

Sarratea, quien ya habia comenzado a suceder a su padre con

otable éxito.

Sarratea padre y MartIn Josph Altolaguirre murieron en 1812

1813 respectivamente. Por entonces, la parentela habia sufrido

51 También aqui los vInculas de amistad reapariclon en actos


familiares efectuados ante notario y en toda suerte l,~laciones
e negocios. Por caso, Don. Domingo Belgrano Pérez fue vna de las
ersonas de confianza designadas para avaluar los :: ..:enesdel
·f nto Don MartIn en 1783, y vicente Echevarria fue socio y
estigo albacea de las disposiciones testamentarias comunicadas
or Sarratea padre poco antes de su muerte.
a serie de rupturas y desplazamientos producto de los albures

e la descendencia y la muerte y de las contingencias politicas.

os de las hijas de aquel - Mercedes y Martina Sarratea- ya

abian fallecido. Mas tarde, el viudo de aquella, Don Santiago

de Liniers, pasó de virrey interino a reo fusilado por las tropas

del gobierno de Buenos aires en 1810. Durante su mandato habia,

como vimos, sacado de cierta obscuridad a otro tio de su esposa,

Juan Bautista de Altolaguirre, nombrándolo gobernador de Chi-

quitos. Posteriormente, este se enrolaria en el bando realista

durante la guerra civil de independencia, y moriria combatiendo

en 1815.

Entre tanto, Manuel Sarratea estaba en España. Asistió al I

derrumbe de la monarquia y a los levantamientos del 2 de mayo

1808 y, luego, descendió hacia Cádiz con lo que quedaba de

autoridad opuesta a la invasión francesa, a las cua~ r(esentaba

regularmente reclamos relativos a unos navios secuestrados a su

padre diez años atrás. De regreso a Buenos Aires en 1811, las

redes personales de su tio y su padre, que eran las suyas

propias, lo condujeron a puestos dirigentes de la enredada

revolución. Miembro del Triunvirato que gobernaba Buenos Aires,

dirigió las fuerzas que sitiaron Montevideo, donde vivia y a cuya

estructura de gobierno pertenecia su tio y ex-asociado. León

Altolaguirre. Desde Cevallos hasta el Triunvirato, estas redes

de relaciones personales fueron el cuadro en el cual explayaron

su primacia social, organizaron sus negocios y su vida cotidiana.

Las mismas que articularon las estructuras politicas.

La trayectoria de los Altolaguirre-Sarratea era excepcioL~

en algunos aspectos y en otros similar a la de muchas familias


notables. Pero analizada como caso singular, su

"representati vidad" no incumbe a mi argumentación. Aunque únicos,

el éxito de los mecanismos utilizados en la articulación de su

red familiar y de relaciones personales y en conseguir y mantener

una posición social, asi como de responder a las contingencias,

ponian de manifiesto una lógica social común a toda la ~lite

colonial. Según vimos, la autoridad que otorgaba el reconoci-

iento del honor personal se traducian en la capacidad por

construir redes de vinculos primarios, y estas representaban el

estrado del poder y el honor. De modo que el prestigio, la

parentela y las redes personales constituian la racionalidad y

-
el recurso

cosanguinidad,
de los actores.

la lealtad
Las

y reciprocidad
normas de

personal
la alianza,

y el honor,
la

como racionalidad, remitian a las coacciones de los actores y

fijaba las reglas de juego. En tanto que recurso para la acci(

social, remi tian a la flexibilidad y libertad de los actores

frente al abanico de estrategias posibles. Pero corno realidad

empirica, las redes de vinculos primarios eran una construcción

de los actores.

Puestos en el lugar del funcionamiento del conglomerado de

empresar ios, la autor idad que expresaban los cargos públ icos

tenian un doble efect~or un lado legitimaba una posición y


---------------------
otorgaba capacidad de arbitraje en el interior de una red,

reduciendo los costos de transacción Z or el otro traducla

preeminencia :!,_po~ tanto, mejor acceso~ a _información 'i mayor

control de la incertidumbre inherente al funcionamiento de la red


-------- ------------
de relaciones personales como conglomerado de empresarios.

Ubicados en la trayectoria personal de los empresarios, el


es de construcción de una 'parentela concreta era un elemento

erto.' Al ~ual se,agrega}:)anias eventualidades propias de la

ltica y económica ,- con un sector externo caracterizado

altas tasas de ganancia y de riesgo -. Para~raseando a

puede afirmar que si las diferentes capacidades de

s actores por' controlar las incertidumbres de un sistema,

e inaban los desniveles y asimetrias de las relaciones de

er i entonces las estrategias que hemos observado buscaban


-------
r ar la incertidumbre acumulando recursos que fueran fuente

e~2. A su vez, la importancia de aquellos recursos

depend a de í su pertinencia para responder a la mayor variedad

e de situaciones, es decir de su mayor o menor capacidad

responder a las contingencias. Lo cual alimentaba la

• ersificación económica y la acumulación de cargos y honores,

acteristica de estos, como de otros, plutócratas colonia les53•

Como hemos visto al comienzo, esta lógica articulaba una

de consenso cOlonial~para los representantes de la corona

as redes de vinculos primarios eran indispensables ~ Wvfl' 1)


cturas informales de mando e influencia politica, pues rJ~ (I
taban sectores de la elite local para la función imperial. ' ~vl

n Michel Crozier y Erhard Friedberg, L'acteur et le systAme,


s, Seuil, 1977.

n Obviamente las formas de la diversificación dependian, en


sentido más estrecho y mecánico, de las estructuras y grado
'versificación económicas: nivel tecnológico, extensión de
ercados, redes financieras, etc. Ver al respecto el ensayo
rge Sábato sobre los sectores dominantes argentinos, durante
siglo XIX y XX, como un grupo polivalente, apoyado
táneamente sobre las finanzas, el comercio, la tierra y el
a o, La clase dominante en la Argentina moderna. Formación y
acteristicas, Buenos Aires, CISEA, 1988.
Para las familias notables, los empleos politicos y militares asi

como las relaciones con los representantes de la Corona, eran

fuente de influencia politica, prestigio y recursos de autoridad

y poder ...

Finalmente, parte de lo expuesto esta libremente inspirado

en algunos aspectos del análisis de Romano sobre el feudalismo

americano, en particular su modo de insistir sobre la importancia

de los mecanismos politicos de asignación de recursos. En este

sentido me parece apropiado rescatar y completar la definición

de S. Blank sobre ~ oligarquia de caraca3 entre fines del siglo

XVI y principios del XVII: un grupo único y monolitico de hombres

que monopolizaba las funciones econ6micas politicas 54. La


-------- ----~~~----- ---..---
lógica de los mecanismos analizados se explican por las,

-
caracteristicas

---
internamente
de un
._--patriciado
en base_ a~lazos comunitarios
indiano
..., ------
estructurado

y entrelazado con las

jerarquias formales de la autoridad imperial y la administración

colonial. Esto otorgaba el poder y domino necesarios para

apropiarse de los excedentes bajo forma de renta, gracias al

control de un abanico diversificado de actividades económicas.

Poder y redes personales eran la tarima de la movilidad y daban

acceso a la renta que cubria los costos del encumbramiento

social.

54 Ruggiero Romano, "El feudalismo Americano", Anuario! IEHS,


Tandil, 1987; Blank, Stefani, "Patrons, brokers and clients ",
The Americas, vol. XXXVI, # 1, julio 1979, p. 90-91.. Y su
excelente ensayo "Patrons, clients and kin in seventeenth
Caracas: a methodolog ical essay in colonial spnish Amer ican
Social History", in H.A.H.R, Vol., 54, # 2, 1974.

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