especialista e investigador del Instituto Tecnológico de México (ITAM) Reportera: Sandra Rodríguez Nieto El Diario | 30-04-2010 | 23:53 | Nacional La guerra lanzada por el presidente Felipe Calderón contra el narcotráfico es una farsa debido a que, si bien ha desplegado miles de elementos, también ha dejado intactas las estructuras económicas del crimen organizado –como propiedades y empresas– tanto en Chihuahua como en el resto del país, dijo Edgardo Buscaglia, investigador del Instituto Tecnológico de México (ITAM). Entrevistado con respecto a los resultados del combate al crimen organizado en Juárez, donde en casi dos años y medio han muerto más de cinco mil personas y, en contraste, el Gobierno federal ha asegurado sólo una propiedad, el investigador explicó que es precisamente ese enfoque el que ha dejado intacto el motor de la violencia que padece esta frontera y todo México: el dinero ilícito. “Desde 2006 estamos anunciando al presidente de la República que este asunto iba a explotar, y lamentablemente, las experiencias internacionales nuevamente nos indican que si el presidente continúa con esta estrategia represiva y no ataca la motivación principal por lo cual estos grupos criminales florecen en México, que es la motivación económica, no vamos a llegar a ninguna consecuencia”, advirtió Buscaglia. “Eso (intervenir empresas) es algo común en la Unión Europea, en Japón, en Canadá, en los países que toman el combate de la delincuencia organizada en serio, no como la administración actual de México”, dijo. “Hay 17 países que se toman esta prevención en serio, y los que no lo hacen, simplemente envían soldados como técnicas mediáticas, dan discursos todo el día, hacen foritos cuando explotan situaciones de inseguridad, como hacen en Juárez ahora, donde la técnica del presidente es sólo reactiva: va porque explotó una situación, pero no porque hayan estado previendo la situación”, mencionó el investigador. Maestro en Derecho y Doctor en Economía, consejero de diversas organizaciones internacionales como las Naciones Unidas y el Banco Mundial, y autor de diversos artículos sobre combate al crimen organizado, Buscaglia fue también uno de los primeros investigadores en detectar que, aun cuando el Cártel de Sinaloa es considerado el más poderoso de México, apenas una minoría de los detenidos en la guerra de Calderón pertenecen a esa organización. En marzo pasado, Buscaglia también aportó en una entrevista hecha en un medio nacional los nombres de más de 20 empresas mexicanas cuyos activos estaban congelados en Estados Unidos sin que aquí se les sujetara a investigación alguna. Entre esas empresas, la información de Buscaglia incluyó a varias ubicadas en Chihuahua, como Gasolineras San Fernando, Inmobiliarias El Presón, Indio Vitorio, Del Norte Carnes Finas, San Ignacio e Inmobiliaria El Escorpión del Norte, propiedades todas de los hermanos Arriola Márquez y las cuales fueron boletinadas por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos por probables vínculos con el crimen organizado. Buscaglia agregó que, así como se ha enviado un ejército de elementos armados a diversos puntos del país, el Gobierno de Calderón debería enviar un ejército de auditores para investigar el origen de los recursos de cientos de empresas y, a partir de ello, desmantelar la infraestructura criminal y menguar a los grupos. Alerta lo político y electoral, ‘pacto de impunidad’ “¿Y cómo se comienza a atacar esta motivación económica? Bueno, en el caso de estas 3 mil 500 propiedades ligadas a la Federación de Sinaloa, estas cuarenta y tantas de Tijuana, o estas empresas o propiedades ligadas a los Arellano y otras a los Carrillo Fuentes, por ejemplo, se les tiene que enviar inmediatamente auditoría del Servicio de Administración Tributaria, y a través de auditores se determina el origen lícito o no de los recursos que se invirtieron en esas propiedades”, agregó. Buscaglia aseguró que el Estado mexicano no requiere siquiera iniciar procesos penales para intervenir empresas. Pero esto no se hace, explicó, porque la experiencia internacional muestra también que las compañías que pertenecen o apoyan a los cárteles, para obtener protección, regularmente pagan campañas electorales, por lo que investigarlas, dijo, conduce casi siempre a personajes políticos. “Y eso es lo que no hacen, ni quieren hacer, porque en la mayoría de los países donde eso se hace bien, como Italia, donde se tomaron en serio el combate y la prevención de la delincuencia organizada, se han encontrado que estas empresas legales financian precampañas y campañas”, dijo. “Y ese es el pacto de impunidad que hoy impide desmantelar a las empresas criminales de todos los grupos, las de Sinaloa, del Golfo, de Juárez, y sacarles la motivación económica que está detrás de los asesinatos y de los secuestros y de la corrupción. Si les quitas la motivación económica en México, la delincuencia organizada se desploma”, insistió. Por tanto, agregó, mientras eso no se haga, la guerra de Calderón no será más que una farsa.