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KairosACN/Staff
Una es dominicana, otra mexicana. Una empieza a disfrutar su vida matrimonial, otra es
estudiante de mercadotecnia. Una es muy muy bajita, otra es muy… muy alta.
Sin embargo ambas comparte muchas cosas en común, una voz privilegiada, un carisma
muy particular, una misma casa disquera, pero sobre todo una anhelo ferviente por hacer
la voluntad de Dios.
Lilly Goodman y Marcela Gándara, actualmente se han convertido en las voces
femeninas más escuchadas de la música cristiana en español. En un medio donde la
mayoría de las propuestas musicales de éxito han sido acaparadas por el género
masculino, Lilly y Marcela han levantado el estandarte, abriéndose camino en favor de
las mujeres.
Ambas son portadoras de voces privilegiadas, además de un carisma y un estilo de
interpretación único. Este par de jóvenes realidades en el ministerio musical, comparten
un poco de su vida con nosotros
Lilly. Goodman
¿Qué cambios has visto en la música cristiana en los últimos años?
L: Hemos crecido mucho, la música cristiana ha logrado una posición de respeto, y me
gozo por ello, debido a la oportunidad que nos brinda de tocar más vidas alrededor del
mundo.
¿Cómo describirías a un verdadero adorador?
Todos fuimos creados para adorar al creador del universo; no hay una forma o métodos
que yo pueda decirte, es una experiencia individual y que cada quien debe descubrir en su
caminar en la vida cristiana. Un adorador es todo aquel que rinde su vida por completo al
Señor, entregándole todo y permitiéndole a Dios pasarlo por el altar y fuente de bronce
cada día para ser lavado y quebrantado, hasta ser transformado en un reflejo de su luz.
En cuestión de ministerio, ¿cuál crees que es la condición actual de los líderes de
alabanza?
No podría apreciarlo por unos cuantos que conozco; como alguien por ahí diría tenemos
de todo en la viña. Creo que se está haciendo más conciencia acerca del verdadero
sentido de la alabanza y la adoración, pero no dejan de existir los que están en esto sin
saber siquiera de qué se trata. Gracias a Dios por los institutos y escuelas que ahora están
aportando para que cada día se levanten verdaderos ministros que sepan alabar con
sentido.
Marcela Gándara
En lo personal, ¿cómo te sientes de trabajar con personas como Jesús Adrián y Lilly
Goodman?
Es un privilegio trabajar al lado de personas como ellos porque he aprendido muchas
cosas no sólo en el aspecto musical, sino también en el espiritual. El convivir todos los
días con ellos y ver el tipo de vida que llevan, el ver que realmente reflejan a Jesús, para
mí eso ha sido de mucha bendición.
¿De qué manera mantienes los pies en la tierra sabiendo que la fama está tocando a la
puerta?
Hay quienes después de años en el ministerio, han sido llamados a pastorear, ¿crees que
esto pueda pasar con Marcela?
Pues la verdad me gusta mucho, yo quiero servirle a Dios en lo que Él quiera, ahora estoy
en la música y me encanta, pero no me cierro, estoy lista para lo que Dios quiera que
haga. Por el momento no siento eso, pero si en algún momento Dios me lo pidiera sé que
prepararía mi corazón para hacerlo.
¿Qué cambios y ajustes has tenido que hacer para llevar a cabo este ministerio?
Esto no nada más es cantar canciones por cantar, es una responsabilidad, pero a la vez es
un privilegio y una bendición. Sí he tenido que hacer muchos cambios pero todo ha
obrado para bien, algunos de ellos han sido cambios de horario, es una aventura estar
entre semana en la escuela y los fines de semana salir de viaje, pero ha sido de mucha
bendición.
¿Cuál es el precio que has tenido que pagar para cumplir este llamado?
Como en cualquier otro ministerio Dios pide todo de ti, te pide tu corazón y tus
emociones. Ahora, más específicamente he sacrificado algunos exámenes, las bodas de
los amigos y diferentes eventos, pero vale la pena porque estás haciendo lo que Dios
quiere que hagas.