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LA ESPAÑA DEL FRANQUISMO (1939-1975)

1 LAS BASES DEL NUEVO ESTADO

1.1 Introducción

Al finalizar la guerra, España era una nación arrasada, material, demográfica y


emocionalmente. Franco construye un nuevo Estado, caracterizado por:
• Centralización absoluta del poder en el general Franco.
• Persecución sistemática de cualquier oposición.
• Economía autárquica, de aislamiento, que prolongó las consecuencias
de la guerra durante veinte años.
La Dictadura se prolonga durante casi cuarenta años, marcando la vida de dos
generaciones y la posterior transición política de los años 70.
Dentro de inmovilismo del sistema, el Régimen fue adaptándose a los diferentes
acontecimientos internacionales:
– Alineamiento con el fascismo en los primeros años de la II Guerra
Mundial.
– Tibio neutralismo al final de la guerra.
– Aislamiento en la postguerra.
– Reconocimiento y apoyo, sobre todo de EEUU durante la guerra fría.
– Prosperidad económica por la expansión de los años 60.
– Penetración de los movimientos culturales e ideológicos europeos que
llevarán a una movilización creciente en los años finales del Régimen.

1.2 Caracterización del Régimen franquista

Los historiadores tiene opiniones diferentes. El Régimen fue una mezcla de dictadura
militar, Estado totalitario o fascista y monarquía absoluta sin rey. Ahora bien, no se le puede
considerar una dictadura militar porque, aunque en su origen lo es y el ejército fue siempre la
base del sistema y no discutió nunca el poder del Generalísimo, como institución no gobernó el
país.
Tampoco se le puede considerar un régimen totalitario, ya que no se basó en el poder de
un partido único. La Falange jugó un papel de complemento de la vida política y nunca llegó a
ser un partido de masas. Había diferentes “familias” sobre las que se apoyaba el Régimen, que
no presentaban una ideología cerrada: había monárquicos, católicos, falangistas, ... Tampoco se
tiene un control total sobre la vida no política, aunque algunas de estas parcelas estén en manos
de la Iglesia, no es el Estado el que controla la socialización. Antes de 1945, tenía más relación
con los totalitarismos europeos, después empieza a ser más un régimen autoritario.
El Régimen se caracterizó por la concentración de todos los poderes en la figura de
Franco. Todas las instituciones le estaban completamente subordinadas. Se accedía a ellas a
través de mecanismos que dependían de la voluntad de Franco. Para hacer carrera política había
que ser totalmente fiel al Caudillo. Los símbolos y los lemas estaban encaminados a resaltar el
liderazgo y el papel providencialista de Franco: “Francisco Franco, Caudillo por la gracia de
Dios"”–en las monedas–; "“El Jefe sólo responde ante Dios y ante la Historia” –nuevos estatutos
de Falange Española Tradicionalista y de las JONS–. Su retrato (con uniforme militar o de
Falange) presidía todas las dependencias de los edificios públicos. El grito “Franco, Franco,
Franco” estaba presente en todo acto público.

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La legitimación del Régimen vendrá en sentido tradicional y se lo va a dar la Iglesia –
Caudillo por la gracia de Dios–. Ésta, a cambio, recibirá el control de la vida privada y la
educación.

1.3 Fundamentos ideológicos del Franquismo

El Régimen se cimentó sobre los esquemas que ya se habían difundido durante la Guerra
civil:
1. El anticomunismo, entendido en términos amplios, ya que “los rojos”
abarcaban desde la extrema izquierda revolucionaria hasta la burguesía
democrática por moderada que fuese.
En los años 50, al ser admitida España en las organizaciones
internacionales, se centró la propaganda contra los comunistas,
moderando su ataque contra los estados parlamentarios, pero el
franquismo siempre presentó al sistema parlamentario como un régimen
débil, frente a su democracia orgánica.
2. Identificación con el catolicismo (nacionalcatolicismo). La jerarquía
eclesiástica se identificó con la sublevación; la llamó cruzada.
El dominio de la Iglesia sobre la vida socia española fue total: actos
religiosos públicos –misas y fiestas eclesiásticas– podían más que el
control del Régimen o de Falange, símbolos católicos por doquier,
influencia absoluta en la educación, plenas competencias en materia de
censura, que fue constante en los medios de comunicación. Se impuso una
estricta moral católica, cuyo incumplimiento llegó a castigarse en el
Código Penal.
3. Tradicionalismo; derivado en parte de ideas carlistas, pero sobre todo
arraigado en valores militares –la unidad de la patria–, que buscaban en el
pasado la justificación de esa unidad. Se harán referencias constantes al
Imperio, a la Reconquista, a los Reyes Católicos, a los conquistadores,
etc.
Los símbolos militares y la organización castrense impregnaron
muchas manifestaciones de la vida cotidiana: uniformes, desfiles,
emblemas, exaltación de la bandera, educación física como instrucción
militar, se recordaba por radio y prensa la guerra y la victoria, ... A partir
de los años 60 las ideas extranjeras hicieron pasar a segundo plano estos
valores. La propaganda del Régimen se basará, entonces, en la paz interior
conseguida.

1.4 Bases sociales del Régimen

La Dictadura franquista devolvió a la oligarquía terrateniente y financiera la hegemonía


social y económica: recuperaron sus negocios y propiedades, y su dominio de la vida social;
fueron los principales beneficiarios de la economía intervencionista de las primeras décadas del
franquismo.
Además, el régimen franquista contó con el apoyo de las clases medias rurales –sobre
todo en el norte y ambas Castillas–, y de grupos urbanos beneficiados por las depuraciones
masivas de profesionales allegados a la República.
Por el contrario, su respaldo fue escaso entre jornaleros y entre el proletariado industrial.
También ocurrió así entre las clases medias urbanas, que habían apoyado en gran parte a la
República.

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1.5 La organización del nuevo Estado

El Régimen se basará el la promulgación de una serie de Leyes Fundamentales, que


fueron apareciendo durante bastante tiempo:
– Fuero del Trabajo (1938)
– Ley Constitutiva de las Cortes (1942)
– Fuero de los Españoles (1945)
– Ley del Referéndum Nacional (1945)
– Ley de Sucesión (1947)
– Ley de Principios del Movimiento Nacional (1958)
– Ley Orgánica del Estado (1967)
Así se organizó el nuevo Estado, cuyas bases políticas y doctrinales fueron denominadas
Movimiento Nacional.
Desde su primer gobierno en 1938, Franco ostenta todos los poderes. En este gobierno ya
participan distintos grupos: monárquicos, falangistas, militares, técnicos, ...
Las relaciones laborales fueron controladas por la Organización Sindical, sistema de
sindicatos verticales que tuvieron gran importancia en el poder del Estado. Su secretario general
tenía el rango de ministro y establecía, basándose en la doctrina falangista, qué empleados y
trabajadores se integrarían en un mismo sindicato, creados por ramas de producción (sindicato
vertical). El Estado los controlaba y la afiliación era obligatoria.
Las Cortes, definidas como “Órgano Superior de participación del pueblo español en las
tareas del Estado”, no tenía nada que ver con una representación democrática. Todos los
representantes, llamados procuradores, eran designados por el poder. Había representantes del
gobierno, de la Organización Sindical, de FET y de las JONS, también había procuradores natos:
Alcaldes, rectores de Universidades, jerarquía eclesiástica. A este sistema se le denominó
Democracia orgánica.
En la administración territorial se preservó la figura del Gobernador Civil, jefe provincial
del Movimiento, y la estructura militar de las Capitanías Generales.

2 LAS ETAPAS DE LA ESPAÑA FRANQUISTA

2.1 De la autarquía a la apertura económica (1939-1959)


SITUACIÓN ECONÓMICA AL FINALIZAR LA GUERRA CIVIL

– Descenso importante de la población activa


– Economía profundamente desarticulada:
– Producción agraria e industrial inferior a 1935
– Desaparición de las reservas de oro y divisas
– Red de transportes deteriorada
– Destrucción moderada de fábricas e instalaciones
– Escasez energética

Entre 1939 y 1951 se toman una serie de medidas económicas cuyo objetivo era la
autosuficiencia económica, lo que se denomina autarquía, basadas en el aislamiento exterior y
en la intervención generalizada de la Administración en la economía.
Los dos grandes ejes de la autarquía fueron:

Reglamentación de las relaciones económicas con el exterior.


Exportaciones e importaciones totalmente intervenidas. Se regula el
cambio de la peseta, estableciéndose por encima de su valor en el
mercado, con lo cual se encarecen los productos importados y hay
escasez.
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Intervencionismo en el interior. Sustitución del mercado (oferta y
demanda) por la fijación arbitraria de los precios. Obligación de
solicitar autorización para iniciar una actividad económica. Fomento
industrial:
– Actividades de interés militar: se impulsan las industrias de
bienes de equipo, con un gran gasto público.
– Creación de un organismo para el desarrollo industrial:
Instituto Nacional de Industria (INI). Se crean las principales
empresas nacionales: Iberia, Endesa, Seat.
– Nacionalización de la red de ferrocarriles en 1941: RENFE

Las consecuencias de la política económica fueron:

a) A corto plazo:
– Hambre y miseria para muchos españoles.
– Desabastecimiento de alimentos, al fijarse precios por debajo de la
oferta y la demanda.
– Racionamiento; la Administración compra y vende los productos.
– Mercado negro.

b) A largo plazo:
– Bloqueo del crecimiento económico.
– Economía muy poco competitiva.
– Se desaprovecha la bonanza económica europea.
– Tardía incorporación al cambio tecnológico.

2.1.1. La política internacional (1939-1947)

Pocos meses después de acabar la Guerra Civil estalla la II Guerra Mundial (sept., 1939),
que determinará totalmente las relaciones del Régimen en su primera etapa.
En 1939, Franco sabía que el país no estaba en condiciones de participar en una nueva
guerra, por lo que se adopta la neutralidad ante el conflicto europeo.
Hasta 1941, las potencias del Eje sondean las posibilidades de que España entre en la
guerra. Franco se entrevista con Hitler (Hendaya) en 1940 y con Mussolini (Bordiguera) en
1941. El ministro de Asuntos Exteriores, Serrano Suñer, era partidario de la entrada en la guerra,
pero Franco exige grandes compensaciones (económicas, de apoyo a la expansión territorial y de
armamento) que parecen excesivas a Hitler. España se declara no beligerante, estableciendo una
alianza con las potencias de Eje pero sin compromiso efectivo de entrada en la guerra. España
ocupa la ciudad de Tánger y envía un cuerpo de voluntarios al frente de Rusia, la División Azul.
En 1943, la guerra empieza a volverse desfavorable para el Eje, por lo que España vuelve
a la neutralidad, con un progresivo alejamiento del Alemania y la retirada de la División Azul.
El final de la guerra (1945) señala los peores momentos para el Régimen de Franco, el
aislamiento del exterior. España no será admitida en la ONU, y en la Conferencia de Postdam
(EEUU, Gran Bretaña, URSS) se propone el derribo del régimen español por medios pacíficos.
Asimismo, hay un aumento de la oposición al Régimen en el exterior –Manifiesto de
Lausana de don Juan de Borbón defendiendo una restauración monárquica– y un aumento de la
guerrilla en el interior. En este momento se produce la retirada de los embajadores extranjeros.
La respuesta del franquismo será el rechazo de Europa y la movilización de los
ciudadanos contra “la conspiración judeo–masónico–marxista”, que se convirtió en un eslogan
constante.

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Finalmente, en 1947, se produce el fin del aislamiento como consecuencia del
enfrentamiento entre las democracias occidentales y la URSS –Guerra fría–. España y su
régimen, manifiestamente opuesto al marxismo, interesan a EEUU y a Gran Bretaña, a pesar de
que no entra en la OTAN ni recibe ayudas del Plan Marshall.

2.1.2. Los primeros intentos de apertura

A comienzos de la década de los 50 nos encontramos con dos realizades:

1. Estrangulamiento económico y agotamiento del sistema autárquico.


2. Relaciones internacionales más favorables para el franquismo.

1. Estrangulamiento económico y agotamientos del sistema autárquico: fracasa


el objetivo de conseguir la autosuficiencia frente al exterior, cuyas
consecuencias principales fueron:

– Peor nivel de vida de la población.


– Aumento de la desigualdad en la distribución de la renta.
– Pérdida de capacidad adquisitiva por los altos precios.
– Poco desarrollo de bienes de consumo (en especial en la industria
textil por la poca demanda interior y por la restricción en la
importación de materias primas por la escasez de divisas).
– Hambre. Malas cosechas. Lo que obliga a la importación de
alimentos, posible gracias a la colaboración de la Argentina de Perón.
– Fuerte devaluación de la peseta en el mercado internacional.

2. Relaciones internacionales más favorables para el franquismo: Desde 1947,


EEUU, en su política de contención de la URSS, se acerca al régimen de
Franco. España se convierte en un aliado occidental en la lucha contra el
comunismo. Empieza a ser admitida en organismos internacionales (FAO,
UNESCO); es el fin del aislamiento. Vuelven los embajadores, y, en 1955
España ingresa en la ONU.
Dos años antes, en 1953, se firman dos acuerdos destacados. En primer
lugar, el Concordato con la Santa Sede que afianzaba más la alianza con la
Iglesia. Y en segundo lugar, los tratados militares con EEUU, por los que
España cedía bases en su territorio a cambio de ayuda económica y militar,
y, sobre todo, de apoyo político.

Esta nueva situación provoca una reorientación política y económica del Régimen. En
1951 hay cambios en el gobierno. Los falangistas pierden peso a favor de los católicos. Entra,
además, el almirante Carrero Blanco, hombre clave en la continuidad del Régimen. Esto le da
cierta homologación en el exterior.
La situación económica sigue siendo negativa a pesar de las ayudas. Surgen los primeros
conflictos: huelgas, disturbios en medios laborales y en la Universidad. En 1957 entran
miembros del Opus Dei en el gobierno, lo que supone un giro importante en el Régimen, que sin
abandonar sus bases dictatoriales, cambia su política económica abandonado la autarquía.

2.1.3. Las fuerzas de oposición

La oposición al Régimen en sus primeras etapas es poco importante, sólo tiene relevancia
la guerrilla –maquis–, localizada fundamentalmente en el norte peninsular. La represión. el

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miedo a la delación, la miseria, el hambre y el hundimiento moral de la derrota impiden
cualquier reacción; es lo que se ha dado en llamar exilio interior.
Después, la propaganda, el bienestar que aumentó a partir de los 50 y el relevo
generacional hicieron que los sectores obreros y campesinos adoptaran una actitud de
acomodamiento y de apoliticismo.

A. La represión: Acabada la guerra, la represión contra los enemigos del Régimen fue
absoluta: varias decenas de miles ejecutados, casi trescientos mil encarcelados. A
partir de junio de 1940, los penados con menos de seis años fueron indultados, pero
muchos de ellos en lugar de salir a la calle, fueron a redimir su pena a la Colonias
Penitenciarias Militarizadas, donde se encargaron de trabajos como los del Canal del
Bajo Guadalquivir o los de la construcción del Valle de los Caídos. Los jóvenes de las
quintas de 1936 al 39 declarados prófugos fueron a para a los Batallones
Disciplinarios de Trabajo. Todos fueron juzgados por tribunales militares hasta 1963.
Además, se llevó a cabo una depuración, para eliminar cualquier rastro de la
República. Se controlaron todos los archivos de los sindicatos, casas del pueblo y
partidos políticos, y, sobre todo, se controló al personal de la Administración, al que
se le exigía una adhesión inquebrantable al Régimen. Fueron expedientados y
sancionados con la pérdida de puesto miles de maestros y profesores. A los que
pudieron escapar hacia el exilio se les destituyó sin más de sus puestos; así perdieron
sus cátedras universitarias más de un centenar de profesores.

B. El exilio y la oposición: Parte de los vencidos buscaron la salvación en el exilio. Algo


más de cuatrocientas mil personal abandonaron España. La mayoría huyó a Francia, y
más tarde, con el inicio de la II Guerra Mundial, se dispersaron hacia América latina,
principalmente a México. Muchos regresaron a España cuando el Régimen prometió
no actuar contra los que no hubieran cometido delitos. Otros acabaron en los campos
de concentración nazis o fueron repatriados por los alemanes. También fue
importante la participación de los exiliados en la guerra europea, bien en la resistencia
francesa o, en el caso de los comunistas, en el Ejército Rojo. En Francia murieron
Manuel Azaña, Largo Caballero, Antonio Machado.
Con el exilio España perdió un capital humano inmenso: cuadros políticos,
obreros profesionales, intelectuales, científicos, etc. Esto repercutirá en el retraso
económico y cultural del país. Paralelamente, los exiliados harán una gran aportación
intelectual y científica a los países que les acogieron.
La República en el exilio se caracterizó por las divisiones entre los partidos y
dentro de los partidos, como durante la guerra. Los sucesivos gobiernos fueron
debilitándose y alejándose de los militantes clandestinos en el interior del país.
En un primer momento todos pusieron las esperanzas en la victoria aliada en la II
Guerra Mundial, confiando que las democracias vencedoras acabarían con la
dictadura. Se empezaron a recomponer algunos partidos políticos. El PCE intentó
reconstruir su militancia clandestina en el interior e inició la táctica de guerrillas o
maquis. Pero con el fin del aislamiento del régimen y la entrada en la ONU, acabaron
las esperanzas de la oposición desde el exterior. A partir de 1956 se hizo evidente que
la oposición se iba a basar en la lucha interna y que sólo el PCE conservaba conexión
y autoridad desde el exterior para influir en la lucha clandestina en el interior del país.

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