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TEMA 10

LA EVOLUCIÓN DE LA CIUDAD EN ESPAÑA: MORFOLOGÍA Y


ESTRUCTURA

El concepto de ciudad

Para definir qué es ciudad se utilizan una serie de criterios que a grandes rasgos
podemos dividir en dos tipos:
A) Cuantitativos o estadísticos, que en el caso de España se basan en considerar como
ciudad a toda aglomeración que supere los diez mil habitantes, y
B) Cualitativos, que se fundamentan en una serie de características morfológicas,
funcionales, sociológicas y espaciales.

El proceso de urbanización en España

A lo largo de la Historia, el proceso de urbanización se ha caracterizado en líneas


generales por el crecimiento sostenido de la población urbana. Bien es cierto que este
proceso no ha sido igual en todos los países, de esta forma, en los países que ya han
alcanzado un nivel de desarrollo post industrial se caracteriza por lo que se denomina un
urbanismo disperso o difuso. Mientras que en los países menos desarrollados (o “del
Sur”, como los denominan algunos autores) está produciéndose en la actualidad el
proceso de crecimiento de las megaciudades.

España se caracteriza por ser un país de ciudades antiguas, pero de urbanización


reciente. Ello ha conformado en la actualidad la aparición de grandes aglomeraciones
urbanas y también de áreas metropolitanas en algunas ciudades importantes, así como el
crecimiento de las ciudades intermedias durante las últimas décadas.

Para estudiar el origen y la evolución histórica de las ciudades españolas es conveniente


dividir el proceso en las siguientes tres grandes etapas:

A) La urbanización pre industrial, hasta comienzos del siglo XIX, que a su vez se
puede subdividir en una serie de períodos:

- La ciudad antigua: El origen de las primeras ciudades en la península se


remonta a la época de la colonización fenicia (la leyenda sitúa la fundación de
Gadir, la actual Cádiz, en el año 1104 a. C.) y griega, con ciudades como
Emporion (Ampurias), en la actual provincia de Girona.
- La ciudad romana: Caracterizada en su espacio interior por una serie de vías o
calzadas rectilíneas. A las dos más importantes se les denominaba el Cardo y el
Decumano. El lugar donde confluían era el Foro, o espacio abierto central que
era el punto más importante de la ciudad.
- La ciudad musulmana: Tras las invasiones de los pueblos bárbaros las
ciudades entraron en decadencia, pero a raíz de la llegada de los musulmanes en
el siglo VIII se produjo una reactivación de la vida urbana. Ello permitió el
crecimiento de grandes ciudades como las actuales Córdoba (una de las mayores
del mundo en el siglo X), Sevilla o Granada. Estaban rodeadas por murallas,

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aunque también eran frecuentes los arrabales extramuros. Su plano interior era
laberíntico. En Al Andalus llegó a existir una red urbana muy importante para
aquella época.
- La ciudad cristiana medieval: En un principio se trataba de pequeños núcleos
poco habitados con pobladores procedentes del proceso de la repoblación. A
partir de la Baja Edad Media (siglos XIV y XV) empezaron a crecer ligeramente
gracias a que en ellas se ubicaron los gremios artesanales y la burguesía
comercial. En estas ciudades era relativamente frecuente la existencia de un
espacio interno segregado del resto: las juderías.
- La urbanización durante la Edad Moderna: El proceso de centralización que
se llevó a cabo en el Estado Moderno provocó un crecimiento de las ciudades
entre los siglos XVI y XVIII, al verse favorecidas por la concentración del poder
político y económico en las mismas. Su espacio interior sufrió una considerable
transformación gracias a las aportaciones renacentistas, barrocas y neoclásicas.

B) La urbanización industrial, que cronológicamente abarca desde mediados del siglo


XIX hasta el primer tercio o mediados del XX. Se caracteriza por un crecimiento
generalizado de la mayor parte de las ciudades, en especial de las capitales de provincia,
sobre todo a partir de la creación de estas en 1833.

Este crecimiento trajo como consecuencia la necesidad de derribar las antiguas


murallas, lo que se inició a partir del segundo tercio del siglo XIX. De esta manera
aparecieron los ensanches de plano geométrico ortogonal, como el de Madrid realizado
por M. C. Castro (barrio de Salamanca) o el de Barcelona, realizado por I. Cerdá (La
Diagonal), aunque también se llevaron a cabo en menor medida algunos ensanches
siguiendo un plano radial.

Esta ampliación del espacio urbano implicó también la necesidad de mejorar los
transportes (tranvía, ferrocarril metropolitano) y las infraestructuras (red de
abastecimiento de aguas y de alcantarillado) y propició también la remodelación del
interior del centro urbano, apareciendo así nuevos espacios como la ciudad-jardín u
operaciones como la construcción de casas baratas a partir de la década de los años
veinte del siglo XX.

C) La urbanización post industrial en época contemporánea corresponde a la ciudad


metropolitana desde mediados del siglo XX hasta hoy día.

Después de la Guerra Civil, el crecimiento de las ciudades se vio beneficiado por un


nuevo desarrollo urbano, sobre todo en el cuadrante N. E. de la península, en el espacio
comprendido entre Madrid, Valencia, Barcelona y Bilbao. La expansión de la industria,
unida al desarrollo económico, favoreció durante la década de los años sesenta, tanto la
creación de polígonos residenciales en la periferia, como la terciarización de los centros
históricos de las ciudades, que empezaron a sufrir un proceso de abandono por sus
vecinos para que en ellos se fueran instalando comercios y oficinas.

El espacio interior metropolitano contempló durante este período un crecimiento de las


áreas industriales, mientras que aumentaban los servicios y los equipamientos colectivos
para las áreas residenciales de la clase media y alta, y en mucha menor medida, para la
clase obrera.

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Las redes urbanas experimentaron un crecimiento anárquico similar al de la periferia de
las grandes ciudades.

A partir de mediados de la década de los años setenta, se inició una crisis urbana debida
a varias causas, en especial a que la industria perdió protagonismo como factor de
urbanización, mientras que por el contrario, el sector servicios fue ganando
paulatinamente mayor importancia.

Como consecuencia de este hecho, durante las últimas décadas se ha producido el


descenso en el ritmo del crecimiento urbano durante una primera etapa y a continuación
la ralentización del proceso de crecimiento de las mismas.

El sistema urbano actual se caracteriza por una urbanización difusa o dispersa que posee
unas características muy particulares entre las que destaca el elevado nivel de consumo
energético, lo que provoca una mayor emisión de contaminantes y de residuos, así como
una menor densidad en la ocupación del espacio.

La morfología urbana

Las distintas formas que presentan las ciudades están influidas por una serie de
características como:

- El emplazamiento de la ciudad, el medio físico que la rodea (ríos, costas, etc.) y


la topografía (cerros, valles, etc.) sobre la que se asienta.
- La situación, es decir, el entorno geográfico en general (redes de comunicación y
de transportes, territorio en el que se inscribe, etc.).

La morfología es el resultado de la combinación de diversos tipos de planos: irregulares


o laberínticos, radiocéntricos o circulares, ortogonales o en damero. También la
construcción influye sobre la morfología, dando lugar a una trama urbana diferenciada y
a distintos tipos de espacio edificado.

Finalmente, la morfología depende de los usos a los que se destine el suelo urbano, ya
sea a los servicios, a las zonas residenciales o a las áreas industriales.

La estructura del plano urbano

Puede dividirse desde un punto de vista histórico y morfogenético en tres grandes


unidades:

A) El Casco Antiguo o Centro Histórico, que es la herencia de la ciudad pre


industrial. Posee un plano irregular con trama cerrada y diversos usos. Se trata de la
zona de la ciudad que en la época antigua estaba rodeada de murallas. Es característico
de aquellas ciudades que se desarrollaron durante la romanización, el medievo (tanto
para las ciudades musulmanas, como para las cristianas), así como en las épocas del
Renacimiento y del Barroco, hasta el siglo XVIII inclusive.

Durante la época de la industrialización, el Casco Antiguo se fue densificando,


creciendo las edificaciones en sentido vertical y apareciendo las grandes vías en su
interior. La zona se fue segmentando en barrios para la burguesía, mientras que también

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aparecieron otros de mucha menor calidad para la clase obrera. El auge industrial trajo
consigo tanto su deterioro como la renovación del mismo, sobre todo a partir de
mediados del siglo XX.

En la década de los años sesenta se llevó a cabo una considerable destrucción de buena
parte de la trama urbana, sustituyéndose edificios antiguos y renovándose algunas zonas
mediante su uso para actividades terciarias. Ello provocó tanto la saturación de
edificaciones como la del tráfico de vehículos, y también tuvo como consecuencia el
que se produjera una excesiva segregación interna del espacio.

Desde mediados de la década de los años setenta se han seguido políticas de


rehabilitación integradas gracias a la concesión de ayudas institucionales para la defensa
de los usos tradicionales y para la peatonalización de numerosas calles.

B) El ensanche urbano u orla pericentral apareció tras el derribo de las murallas


hacia mediados del siglo XIX. El crecimiento de la ciudad se realizó por regla general
siguiendo un plano regular en cuadrícula, caracterizado en un principio por la baja
densidad en la edificación por la presencia de las residencias burguesas, aunque
posteriormente se fue densificando debido, sobre todo, al crecimiento vertical o en
altura para satisfacer determinadas funciones terciarias.

Alrededor del Ensanche, en su extrarradio, comenzaron a surgir zonas industriales y


barrios marginales en la periferia urbana, caracterizados en un primer momento de su
creación, por un plano diverso con trama cerrada y densa y por viviendas de escasa
calidad.

También en esta época de finales del siglo XIX aparecieron los primeros barrios
ajardinados, la denominada Ciudad – Jardín, construida principalmente a base de
viviendas unifamiliares. De este mismo período es otro de los grandes proyectos
urbanos, la Ciudad Lineal de Madrid, que Arturo Soria diseñó a partir de 1882.

En la actualidad se está produciendo un proceso de transformación de las antiguas


instalaciones industriales y la sustitución de las antiguas barriadas proletarias por
barrios destinados a la clase media y a la clase media – alta.

C) La periferia urbana o la expansión exterior de la ciudad actual, que forma una


gran franja de carácter periurbano o suburbano que rodea a la ciudad y a su ensanche.
En ella cabe distinguir tres zonas principales:

- Los grandes polígonos industriales, que buscan un suelo muy barato.


- Los grandes equipamientos: Hipermercados, zonas de ocio o deportivas, etc. y
- Los barrios residenciales, que son básicamente de cuatro tipos:
o Barrios marginales de infraviviendas o chabolas.
o Barrios de viviendas de promoción privada: bloques o torres de pisos.
o Barrios de viviendas unifamiliares de protección oficial.
o Áreas de segunda residencia con viviendas unifamiliares exentas o
adosadas.

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