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Este movimiento se suma a otros que, en los ltimos aos, se han dado no solo
en la esfera corporativa, sino tambin en la poltica o en la institucional, y que
podra suponer el primero de otros tantos en las grandes empresas espaolas.
No en vano, la mitad de los presidentes de las compaas del Ibex 35 superan
los 65 aos de edad, seis rebasan los 70 y dos los 80.
Dificultad
Este proceso no es sencillo, y que como coinciden los expertos consultados, las
empresas podran hacer mejor. Marcos Sanz recomienda identificar todos los
puestos crticos de la empresa, no solo los ejecutivos, y tener un banquillo
preparado, de entre cuatro o seis candidatos, dentro de un plan de sucesin
que debe renovarse cada ao. Es un proceso complejo, porque no puedes
prometerles a todos que van a llegar al puesto.
La transicin ideal
Cmo sera el proceso de sucesin soada para una gran compaa? Diego
Vicente, profesor de Comportamiento Organizacional de IE Business School, lo
tiene claro. Lo ideal sera que la sucesin se diese con una persona que haya
empezado por abajo, que conozca bien las tripas de la empresa y haya rotado
mucho. Quien ha llegado arriba desde la base tiene mucha ms legitimidad
para exigir a los dems, opina. Uno de los pecados ms recurrentes de las
empresas, explica, es fichar a alguien que pida imposibles sin saber que no
pueden hacerse, sin conocer propias limitaciones de la organizacin.
La peor de las situaciones para el devenir de la propia empresa es que el
cambio de liderazgo derive en una sucesin brusca. Si los trabajadores no
perciben que el cambio es necesario, este siempre ser accidentado. Es
importante tener en cuenta la motivacin ante el cambio, que la gente perciba
que va a ganar ms que perder en el nuevo escenario, apunta Vicente.
Tambin importa, y mucho, la legitimidad de la nueva figura. Una persona que
viene de la noche a la maana y empieza a cambiar cosas sin que la gente lo
entienda generar nerviosismo.
Mltiples factores
Cada vez con ms frecuencia, las grandes empresas apuestan por un modelo
en el que un presidente, normalmente experto y con un recorrido acreditado en
la compaa, convive con un consejero delegado ms joven, ms pendiente del
da a da y con ms responsabilidades ejecutivas. Este tndem es una buena
solucin, y vamos a ver con ms frecuencia situaciones de consejeros
delegados con poderes crecientes, y un presidente que acta como
contrapeso, opina el profesor del IESE Guido Stein.