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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE AGUASCALIENTES

CENTRO DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES


DEPARTAMENTO DE SOCIOLOGÍA Y ANTROPOLOGÍA

PROYECTO DE TESINA

ARACELY FLORES CERVANTES


TALLER DE INVESTIGACIÓN VII
ASESOR: DR. JOSÉ DOMINGO CARRILLO
OCTAVO SEMESTRE
LICENCIATURA EN SOCIOLOGÍA

AGUASCALIENTES, AGS. 31/05/07

1
INDICE

INTRODUCCIÓN (incluye marco conceptual, estado de la cuestión,

hipótesis, metodología, objetivos y sus respectivos capítulos). ..............3-25

CAPÍTULO 1.- “MIRA: ASÍ ME PASÓ” ...............................................26-33

2.1. Y TODO SE VOLVIÓ SOMBRAS ..............................................33-45

2.2. ANÁLISIS DEL TESTIMONIO ...................................................45-52

CAPÍTULO 2.- “DEJAR HABLAR A QUIEN TAMBIÉN LO PADECIÓ52-60

3.1 SE HA ABIERTO UNA PUERTA ...............................................61-66

CONCLUSIONES ..............................................................................67-70

BIBLIOGRAFÍA ....................................................................................71-72

2
INTRODUCCIÓN

La presente investigación plantea un tema que se encuentra dictado por

una coyuntura actual que la sociedad experimenta: la enfermedad social de la

anorexia. La figura delgada se ha convertido para algunas mujeres y hombres

en una especie de culto del que no pueden desligarse hasta llegar al punto de

sacrificar varias horas dedicadas al ejercicio físico, además de someterse a

dietas difíciles de cumplir originando una obsesión por estar delgado(a).

Lo anterior da lugar a enfermedades como la anorexia cuyo punto

principal es: “la existencia social de un modelo estético corporal normativo más

o menos definido en las sociedades occidentales actuales existiendo como un

hecho aceptado por todos”1, pudiendo afirmar que en gran medida los patrones

estéticos occidentales, son difundidos principalmente por los medios de

comunicación masivos, así, se “dibuja colectivamente como una meta

socialmente propuesta”2 otorgando para quien consiga la belleza estereotipada

–estar delgado- la relevancia y reconocimiento de los demás, pues ha logrado

lo socialmente deseado y por ende una posición benéfica mediada por el éxito

que se refleja en una vida social grata y la facilidad para obtener los puestos

anhelados, sin prestar atención a las consecuencias para la salud física y

mental.

Ahora bien, con la inquietud de mostrar cómo es que esta enfermedad

social afecta a los individuos y principalmente a las mujeres, se ha tomado la

decisión de dar a conocer la experiencia de Daniela –una experiencia de vida-,

1
http://www.labdp.ua.es/aulab/aulab/docus/Anorexia-AL.htm
2
http://www.labdp.ua.es/aulab/aulab/docus/Anorexia-AL.htm

3
ya que ella padeció esta enfermedad y ahora se encuentra en proceso de

recuperación.

Con mayor lucidez Daniela se da cuenta que no es la única persona que

lo ha vivido –padecer anorexia- y nace la necesidad de exteriorizar esa etapa

de su vida pero a la vez explicarla bajo un conjunto de categorías analíticas

derivadas de la sociología como lo son: la cultura posmoderna, el consumismo,

el estereotipo de belleza dictado por la sociedad occidental actual, la imagen

corporal, la belleza innata y la belleza adquirida, entre otras.

La sociedad es uno de los factores responsables de provocar esta

enfermedad y a partir de una historia de vida –como ya se ha mencionado- se

mostrará cómo fue que se desarrolló en Daniela asimismo se dará a conocer

cuáles fueron las causas de que ella quedará presa de la enfermedad, con la

intención de que quienes tengan la oportunidad de leer este texto, reflexionen

sobre las consecuencias que provocan las estructuras sociales que irrumpen

en los cánones de belleza de los individuos y las presiones sociales que

definitivamente el mismo ser humano en un colectivo son quienes las

producen.

1. El estudio se ha propuesto tres objetivos el primero es: Describir y

explicar las causas que originaron la anorexia en Daniela. Este

pretende alcanzarse con los resultados que emanen del primer

capítulo que lleva por título “Mira: así me pasó” además encontrarán

dos subtítulos citados como: “Y todo se volvió sombras” y “Análisis

4
del testimonio”. En el primer subtítulo Daniela muestra lo más agudo

de su experiencia. Posteriormente se plasma el análisis del

testimonio.

2. El segundo objetivo es: Identificar las etapas de la anorexia en la

adolescente Daniela. Este objetivo va de la mano con el anterior y

se podrá efectuar de igual manera con el desarrollo del primer

capítulo.

3. El tercer y último objetivo es: Conocer e identificar las

consecuencias derivadas del padecimiento de la anorexia y su

impacto en las relaciones familiares de Daniela, este al igual que

los anteriores es relevante ya que aquí se incluirán las entrevistas

que se les harán a familiares de Daniela –su mamá y su hermana

menor- por ser ellas quienes la acompañaron en el proceso. El

segundo y último capítulo que será responsable de plasmar las

consecuencias lleva por nombre: “Dejar hablar a quien también lo

padeció” y dentro de este encontraremos un subtítulo en el cual

Daniela nos dirá que “Se ha abierto una puerta” para ella y sus

familiares con respecto al proceso de recuperación de su

enfermedad.

La hipótesis que enmarca este estudio y donde se conjugan los tres

objetivos es la siguiente: Los factores predisponentes con sus categorías de lo

5
familiar, individual y social cultural son los que originan la anorexia en el sujeto

–Daniela-.

Por otra parte, para la realización de esta investigación fue preciso

estructurar un estado de la cuestión el cual pretende mostrar al lector los

estudios que se han hecho en este rubro de manera cronológica. De la misma

manera se redacto un marco conceptual que realza cuales son los principales

conceptos a tratar en el transcurso del texto, pero también se dice cómo es que

otros autores los han retomado y los aplicaron.

Para tal efecto se retoman esos conceptos pues serán los que en el

desarrollo de los dos capítulos pondrán encontrar situados en el análisis de la

información que Daniela otorgue acerca de su experiencia.

ESTADO DE LA CUESTIÓN

“Es difícil saber donde debo empezar a contarles esto” (Hautzing, 2005:

7), tan difícil que no puedo describirlo en un abrir y cerrar de ojos. Un mundo

que se vuelve un cúmulo de sombras sin salida y queriendo complacer, ser

aceptada, amada, tener éxito, tener amigos, ser atractiva; y “estar delgada” o

mejor dicho como lo expresaba Daniela “estar flaca” la haría feliz,

inmensamente feliz porque así podría tener todo lo que deseara; pero no

puedo definir con exactitud –ella cuenta-: “cuándo llegó a mí ese cúmulo de

sentimientos: tristeza, soledad, angustia, desesperación, frustración, enojo,

desprecio, desprecio a mi propia persona”. Y no supo en qué momento quedó

atrapada. Esto despierta el interés por la búsqueda de todos aquellos relatos y

6
estudios que se han hecho acerca de esta enfermedad, con la intención de

conocer cómo apareció en la sociedad, a qué personas afectó antes que a

Daniela, así como a muchas otras actualmente; también saber el enfoque

teórico que le han dado a sus trabajos y así poder contribuir con este estudio

de una manera diferente y con un enfoque social, más que psicológico,

nutricional o médico, partiendo de mostrar una experiencia de vida.

Las primeras referencias provienen del siglo IV, en el año (1373) los

estudios que se realizaron fueron por parte de Toro quien nombra a la

enfermedad como “anorexia santa” ya que se ve relacionada con la eucaristía y

“las vocaciones religiosas de las jóvenes de la época”3, un ejemplo es la

leyenda de Santa Wilgefortis hija del rey de Portugal quien era muy bella y le

pedía a Dios que la hiciera fea para que los hombres no se le acercaran

después de algún tiempo de pedirle a Dios y hacer dieta se vio librada de las

miradas de los hombres. También sobresale el caso de la “Santa Liduina de

Shiedam, que proviene del siglo XIV ella sólo se alimentaba de trocitos de

manzana del tamaño de una hostia, hasta que falleció” (Herscovici,

Bay,2000:21-23).

Es hasta el siglo XVII que la anorexia aparece como entidad clínica con

R. Morton en (1694), este la describe como “consunción4 nerviosa” proveniente

de una descripción clínica5.

3
www.rieoei.org/deloslectores/343Zagalaz.pdf
4
def.: cansancio o delgadez extrema. http://www.wordreference.com/definicion/consunción
5
La primera descripción clínica de la anorexia nerviosa se le atribuye a R. Morton y data del
año 1694. describe a una joven de 18 años de la siguiente manera: “En el mes de julio cayó
víctima de la supresión total de sus Menstruaciones, a causa de una multiplicidad de
Inquietudes y Pasiones de su Mente.. A partir de los cual su apetito comenzó a mitigar y su
digestión pasó a ser mala; también sus carnes comenzaron a ponerse flácidas y su rostro
comenzó a palidecer… Incurrió en estudiar de noche, continuamente dedicada a los libros y a
exponerse tanto de día como de noche a las lesiones de l aire… En toda mi práctica no

7
Para (1874) William Gull y C. Laségue trataron la llamada “anorexia

histérica6” y “anorexia nerviosa”, relacionándolas con una perversión mental

aceptando así la entrada de esta a la psiquiatría, el mismo Gull médico de la

nobleza londinense para el año (1874) fue quién acuñó el nombre de anorexia

nerviosa7. Para él la anorexia era una enfermedad diferente a la inanición 8 o a

cualquier síntoma de las enfermedades orgánicas y afirmó que afectaba a

mujeres de la clase burguesa en un rango de edad de los dieciséis a los treinta

años.

Sigmond Freud en (1892) encuentra en el síntoma de la anorexia a una

paciente que se caracteriza por tenerle repugnancia a la comida y no retener

los alimentos ingeridos, diagnóstica el caso como una “histeria de ocasión” y su

estudio lo hace mediante un desarrollo diferencial con la neurastenia 9, al seguir

estudiando a la paciente en (1895), concluye que la neurosis alimentaria que se

acompaña con la melancolía es para él “la anorexia” a la que ya se le llamaba

“anorexia nerviosa” que se presenta en las jóvenes y adolescentes, con la

pérdida del apetito, de lo sexual y del libido. “Para el año de (1914) Simmonds,

patólogo alemán, describió a una paciente caquéctica – se refiere a un estado

de extrema desnutrición- a quien al hacerle la autopsia se le encontró una

recuerdo haber visto a alguien tan conservadora con los seres vivos a pesar de estar tan
dilapidada, al grado máximo de consunción (igualado a un esqueleto, cubierto sólo por piel), sin
embargo no tenia fiebre, sino una frialdad en todo el cuerpo… sólo su apetito había disminuido
y su digestión aviase intranquilizado con episódicos desmayos, que se le repetían con
frecuencia”. Herscovici Cecile, Bay Luisa. “Anorexia nerviosa y bulimia. Amenazas a la
autonomía, (terapia familiar)”. Edit. Paidos, Argentina 2000. Pág. 21.
6
Estado pasajero de excitación nerviosa. http://www.wordreference.com/definicion/histeria
7
Herscovici, Bay, 2000. Pág. 22.
8
(...) grave trastorno de la salud, consecuencia de la insuficiencia prolongada de alimentación.
Se caracteriza por pérdida extrema de peso, disminución de la tasa metabólica y debilidad
extrema. es.wikipedia.org/wiki/Inanición
9
Asociado también con debilitamiento, agotamiento corporal y físico tras esfuerzos mínimos.

8
desnutrición pituitaria, y durante los siguientes treinta años reinó la confusión

entre insuficiencia pituitaria (enfermedad de Simmonds) y anorexia nerviosa”.

(Herscovici, Bay, 2000: 23).

Por lo años (1900) y (1940) el rumbo de los estudios sobre la “anorexia

nerviosa” tomó dos caminos: el primero un aspecto psicológico y otro biológico,

es decir se han realizado estudios tanto en el ámbito de la psicología como en

lo biológico o biomédico. A continuación se presentan algunos casos:

 El trabajo realizado por Simmonds que describe la caquexia hipofisiaria

y aparecen las teorías del origen panhipopituitario de la anorexia, que se

puede ubicar en el espacio de lo biomédico o biológico10.

 Más adelante después de la investigación de Simmonds los estudios

toman específicamente el rumbo del área psicológica, a partir de (1940).

En los últimos cuarenta años los trabajos contemporáneos que se han

realizado están enfocados al análisis de la anorexia y bulimia, así como en

conjunto a los llamados “trastornos del comer o de la alimentación” pero

abordados desde los tres factores –predisponentes, precipitantes y

perpetuantes, cada uno con sus respectivas categorías- que influyen para el

desencadenamiento y desarrollo de cualquier trastorno del comer

específicamente de la anorexia y bulimia, en este plano están situados los

trabajos de Guelar y Crispo (2000), su trabajo es retomar la adolescencia y la

relación de esta con los trastornos del comer.

10
http://html.rincondelvago.com/anorexia.html

9
También se realizan trabajos con un enfoque terapéutico, estos estudios

publicados muestran testimonios pequeños de mujeres anoréxicas tal es el

caso de Palazzoli, Cirillo, Selvini y Sorrentino, (1999), donde se presentan

casos específicos así como la terapia familiar que se debe implementar. Otro

caso es el del Herscovici y Bay (2000) su enfoque es remitido a estudios de

casos psicológicos y cómo tratar dicho trastorno en terapia familiar.

Con Crispo, Figueroa y Guelar (2001) se ofrece una descripción de los

trastornos del comer, sus causas, diagnóstico y los daños que producen de

igual forma continúan por la línea de explicar los tres factores, aunque en

algunos casos los títulos son presentados de diferente manera-.

Aunque transcurran los tiempos los aspectos psicológicos no se dejarán

de estudiar, es por eso que tanto Baravalle, Jorge, Vaccarezza y Nasio, en

(1998), así como también la obra de Hekier y Millar (2001) se enfocan a

cuestiones del psicoanálisis y que se ilustran por medio de casos clínicos para

posteriormente pasar a la teoría.

Importante es resaltar que no sólo se realizan trabajos de textos

literarios, sino que también existen publicaciones de revistas tanto electrónicas

como físicas del ámbito científico como religioso, también se ha obtenido

información por vía internet de artículos y de trabajos que se han hecho en

México y en otros países –en su mayoría europeos como España- todos estos

trabajos con el perfil y corte de análisis psicológico y las repercusiones a nivel

personal es decir con respecto a las consecuencias físicas que acarrea el

10
padecer esta enfermedad sin dejar de lado que también se retoma a la bulimia,

como parte de los trastornos del comer.

Las áreas que se analizan en estos artículos son:

Dentro de los factores predisponentes, donde se ubica la categoría de lo

social, son:

 La anorexia y la bulimia nerviosa en el marco de la sociedad

contemporánea11.

 La influencia de la moda en el cambio social de los valores estéticos

y corporales12.

 Análisis sociológico de la juventud española actual 13.

 Una perspectiva sociológica de la anorexia y la bulimia14.

 Género, cuerpo y alimentación. La construcción social de la anorexia

nerviosa15.

Trabajos que retoman aspectos tanto culturales, sociales, individuales,

así como familiares:

 Trabajo de la ESCUELA PREPARATORIA OFICIAL ANEXA A LA NORMAL No. 1 DE

NEZAHUALCOYOTL, sobre anorexia16

 Recepción de información televisiva sobre bulimia y anorexia17 .

La revisión bibliográfica y documental, así como el recorrido a través de

Internet, ha ayudado a identificar los enfoques con los que han trabajado los

distintos autores que han abordado el tema de la anorexia. Existen

11
http://www.labdp.ua.es/aulab/aulab/docus/Anorexia-AL.hatm
12
http://public.centrodeestudiosandaluces.es/pdfs/cult_2.pdf
13
http://www.uclm.es/profesorado/ricardo/Docencia_e_Investigacion/4/Pilar_Cisneros.doc
14
http://www.uclm.es/profesorado/ricardo/Docencia_e_Investigacion/PilarCisneros.htm ).
15
(http://www.mtas.es/mujer/mujeres/eestud_inves/2001/564.pdf).
16
(http://html.rincondelvago.com/anorexia.html).
17
(http://www.unlz.edu.ar/biblioteca/PDF/lopez.PDF

11
publicaciones sobre testimonios de anoréxicas (os) y bulímicas (os), pero la

propuesta de este trabajo es plasmar y dar a conocer la experiencia de vida de

Daniela que se arriesga a superar esto que sufre llamado –anorexia- sin

olvidar las categorías analíticas derivadas de la sociología, que han hecho que

una mujer como ella haya quedado prisionera en las estructuras que

socialmente se construyen y de las cuales ella también forma parte y ha

contribuido a que se establezcan.

MARCO CONCEPTUAL

“Simplemente uno se detiene un día y mira alrededor y se encuentra en

medio del asunto” (Hautzing, 2005: 7). ¿Quiénes o quién es responsable?,

¿Cuándo?, ¿Cómo?, ¿Por qué? interrogantes que se construyen al observar el

horizonte de la enfermedad social –anorexia-.

Pero, ¿por qué o quién la provoca?, ¿qué factores desencadenan la

enfermedad? Así distintos autores tanto de revistas como de libros, además de

investigaciones de profesionistas y estudiantes que se han dedicado a indagar

sobre la anorexia la han retomado como un problema médico o de salud y

psicológico, pero como una enfermedad social no muchos se han dedicado a

estudiarla.

Probablemente sucede porque es un terreno difícil: “la anorexia nerviosa

no es un padecimiento de fácil manejo, pues además de poner en peligro la

vida de las pacientes, por la vía de la desnutrición y de sus complicaciones, se

vincula con complejas perturbaciones psicológicas y con distintas modalidades

12
enfermizas de la vida familiar, a esto se le suman complejos mecanismos

socioculturales, que con gran dificultad logran comprender las razones de la

caída al abismo de la inanición autoimpuesta” (Herscovici, Bay, 2000: 15).

Al revisar los antecedentes y lo que se ha hecho sobre el tema en

cuestión; se puede percibir que retoman como principales factores

desencadenantes de la enfermedad, el factor predisponente donde se sitúa lo

social, individual y lo que respecta a lo familiar, también se encuentra el factor

precipitante y por último el factor perpetuante.

Cada uno de los factores influyen para que se desarrolle la enfermedad

en la persona que sea más vulnerable al padecimiento, por lo tanto no se

puede deslindar un factor del otro y dentro de cada uno de estos intervienen

diferentes categorías que los integran –como se muestra en el factor

predisponente-.

El factor en el que se profundizará más será en el predisponente y de

este la categoría a analizar y a indagar con mayor propósito será la categoría

social cultural debido al enfoque de dicho trabajo.

Existe una categoría central que engloba a la anorexia nerviosa es

llamada “trastornos del comer” en esta se ubica tanto la bulimia como la

anorexia y algunos “otros trastornos del comer, que sin llegar a ser puramente

bulimia o anorexia están bastante cerca de serlo y que se conocen como

13
trastornos de alimentación no específicos o atípicos” (Crispo, Figueroa, Guelar,

2001: 33).

Se debe partir diciendo que la anorexia es llamada anorexia nerviosa

porque se acompaña de“estrés o conflicto emocional, como ansiedad, irritación,

miedo y temor, que puede conllevar una alteración importante de la vida de la

persona” (Kenneth. N. Anderson, 77) es por esto que en terreno de la medicina

o desde el enfoque biológico se le nombra así y desde esta perspectiva se

diagnóstica y se trata. Existen dos casos específicos en que se presenta la

anorexia18 y son:

 Anorexia restrictiva indica que: “durante el episodio de anorexia

nerviosa, la persona no se embarca regularmente en ciclos de atracones

y/o purgas”. (Crispo, Figueroa, Guelar, 2001: 35).

 Bulímica indica que: “durante el episodio de anorexia nerviosa, la

persona se embarca regularmente en ciclos de atracones y/o purgas”

(Crispo, Figueroa, Guelar, 2001: 35), es decir aquí si se presenta el uso

de laxantes y el que la persona se provoque vómito después de haber

ingerido los alimentos.

Después del contexto planteado, el panorama es aún más claro y facilita

el proceso del contenido. Ya que esta enfermedad es poseedora de ciertos

factores que conllevan a que las personas la padezcan -factores

desencadenantes- así llamados, son los posibles responsables de que emerja

la enfermedad en la persona “una combinación de factores, que adquiere

18
Es importante retomar este punto para el desarrollo del trabajo, es valioso no perderlo de
vista.

14
características particulares en cada caso (…)”. (Crispo, Figueroa, Guelar, 2001:

51).

La literatura muestra los nombres y la categorización de cada factor

aunque cada texto consultado le asigna un título similar pero teóricamente

hablando desemboca en el mismo contexto, esto es, se refieren a lo mismo-: a)

factor predisponerte: donde se sitúa lo familiar, lo individual y lo social cultural,

b) factor precipitante19: aquí las categorías de análisis son los estresores,

actitudes anormales con peso y figura, dietas extremas y perdida de peso y c)

factor perpetuante o “factor de mantenimiento”20 como lo maneja (Herscovici,

Bay, 2000: 31) en este factor se ubican categorías como, atracones y purgas,

secuelas fisiológicas y psicológicas, síndrome de inanición, vómitos, la

fisiología gastrointestinal y percepciones corporales-.

Recordando, el factor en el que se profundiza es en el predisponente

atendiendo también al resto de las categorías que lo integran. Se comienza con

la categoría de lo familiar después con lo individual y al final la categoría que

nos ocupa, la social cultural.

19
Está demostrado que no hay ningún precipitante único y también que en muchos casos
tampoco se puede identificar un precipante particular. Algunas veces es posible determinar
eventos externos gatillantes, pero éstos no difieren de otros descritos como significativos del
desencadenamiento de otras enfermedades psiquiátricas y, en muchos casos, los hechos
aludidos parecen banales. Herscovici, Bay, 2000. Pág. 30.
20
El curso de la anorexia nerviosa es muy variado. Aun no se comprende con precisión qué
factores contribuyen a que un paciente se recupere completamente y otro se convierta en
crónico, sin que esto vaya en desmedro de la consideración del impacto del tratamiento
adecuado. Sin embargo, sí se han podido aislar factores que perpetúan la enfermedad.
Herscovici, Bay, 2000. Pág. 31.

15
Factor predisponente21: “dicen que existen distintas corrientes que coinciden

en describir una patología interaccional típica” (Herscovici, Bay, 2000: 26),

retoman estos autores a H. Bruch y hablan sobre la existencia de “padres

sobreprotectores, muy ambiciosos, preocupados por el éxito y la apariencia

externa” (Herscovici, Bay, 2000: 26), lo anterior se origina gracias a que los

padres no cumplieron todas aquellas metas que se tenían propuestas o tal vez

porque no tuvieron las oportunidades para desarrollarse y conseguir lo que

deseaban por lo que una hipótesis más resumiría el supuesto de que “como

ahora ya no son los mismos tiempos” entonces los padres creen que

sobreprotegiendo a los hijos lograrán que su educación sea benéfica y esto

ayude a que los hijos obtengan todos los éxitos posibles. De gran importancia

también es lo que menciona el autor M. Selvini Palazzoli –retomado por

Herscovici, Bay- la falta de comunicación en la familia, por un lado la

comunicación de los padres hacia los hijos y por otro de los hijos para con los

padres quienes se unen a esta opinión son Crispo, Figueroa y Guelar ya que

afirman “las familias con poca comunicación entre sí, con una interrelación

pobre, son “causantes” del desarrollo de un trastorno del comer en uno de sus

miembros”, (Crispo, Figueroa, Guelar, 2001: 79); cuando se dan cuenta los

miembros de la familia que uno de sus integrantes padece un trastorno del

comer –en este caso anorexia- las relaciones se distorsionan aun más “el

trastorno termina generando una relación muy distorsionada en el seno de la

familia originando sentimientos de enojo, ansiedad y culpa, luchas por el poder

21
Significa: “preparar con anticipación una cosa o el ánimo para un fin”, es decir que cuando
hablamos de “factores predisponentes” estamos diciendo que hay elementos en el contexto
sociocultural en el que estamos inmersos y en las características individuales del sujeto o en
las de su familia que “preparan el animo” de esa persona –del mismo modo que un “campo
arado” está listo para ser sembrado-, de tal manera que puede prosperar más fácilmente la
idea de dedicarse al culto del la figura o control del peso corporal. Crispo, Figueroa, Guelar,
2001. Pág. 52.

16
y crecientes dificultades en la comunicación.” (Crispo, Figueroa, Guelar, 2001:

79-80); la categoría “sobreprotección” –de la cual ya se había hablando un

poco - es retomada por Minuchin22 es importante porque en esta “la

sobreprotección de los padres retarda el desarrollo de la autonomía y buen

desempeño de los hijos; esta invaginación de la familia lleva a que los hijos,

especialmente el paciente designado 23, también sienta gran responsabilidad

por proteger a la familia, lo cual con frecuencia se hace reforzando su

sintomatología”, (Herscovici, Bay, 2000: 27), de esta manera es palpable que la

hija o el hijo anoréxicos “cargue con problemas y responsabilidades que no le

corresponden” además de la sobreprotección y de la falta de comunicación en

la familia del anoréxico también se combina “la incapacidad para resolver

conflictos que se presentan en la familia, la rigidez y falta de flexibilidad para

afrontar los cambios24.

“El que los padres tengan expectativas demasiado altas para sus hijos y

las historias familiares que incluyen depresión y alcoholismo” (Guelar, Crispo,

2000: 108-109), son líneas que también coadyuvan a que algún miembro de la

familia sea vulnerable a padecer anorexia a lo anterior se suma la categoría de

lo individual en donde intervienen dimensiones como: a) el abuso o el

maltrato sexual, b) déficit en la autoestima, c) camino a la perfección y el

autocontrol y d) miedo a madurar. Los autores Crispo, Figueroa y Guelar

afirman entonces que “no es fácil describir “el perfil” de una persona en riesgo

de desarrollar un trastorno de la alimentación, o de su familia, porque en

22
Médico recibido en Córdoba, terapeuta familiar muy reconocido en USA, publicó ocho libros,
formó parte de la Universidad de Pensilvania como psiquiatra infantil, fundó la Philadelphia
Child Guidance Clinic. Innovador, original. Profesor. (http://www.geniosargentinos.com.ar/).
23
Paciente designado: paciente anoréxico.
24
Estos cambios son los que se presentan en los hijos y que los padres no asimilan.

17
general uno comienza a observarlos a partir de que el trastorno del comer ya

se ha instalado”, esto no quiere decir que muchos de quienes padecen esta

enfermedad no muestren rasgos similares, por eso las dimensiones ayudan a

identificar el problema, a) el abuso o el maltrato sexual “el haber sufrido alguna

forma de abuso sexual, no nos referimos a violación exclusivamente” (Guelar,

Crispo, 2000: 140) genera una especie de culpa en la persona víctima.

Se menciona que no solamente se trata de violación porque puede ir

desde “caricias un tanto excesivas que provienen de un padre, padrastro,

hermano mayor, abuelo, primo, vecino o amigo de los padres; toqueteos de los

genitales en los pechos cuando se trata de púberes” (Guelar, Crispo, 2000:

140), así pues sucede que al chico (a) que es víctima de esta situación al

recordar esta experiencia que le ha generado culpa “trata de dejarla en el

olvido” pero queda activa en la persona hasta llegar al punto de que por medio

de controlar el peso de su cuerpo lo hace “indeseable” el joven “resuelve

inconscientemente “hacerlo poco deseable” para no quedar expuesta /o

nuevamente al peligro de un contacto físico, y entonces comienza a subir o

bajar de peso” (Guelar, Crispo, 2000: 141).

Otra dimensión es b) déficit en la autoestima “las personas desarrollan

imágenes sobre sí mismos y fabrican su propio concepto acerca de quiénes

son. El grado en que el individuo se acepta a sí mismo es conocido como

autoestima” (Crispo, Figueroa, Guelar, 2001: 74), es por esto que depende

mucho de cómo la persona se perciba y se quiera tal cual es, ya que “cuanto

menos parecido a lo que la persona considere como “ideal” es el concepto que

18
tiene de sí misma, más baja estará su autoestima” (Crispo, Figueroa, Guelar,

2001: 74) es decir que cuando la joven “lucha” por obtener un cuerpo ideal

“delgado o flaco” como muchos (as) lo llaman y no lo consigue aparece la

frustración y “la tragedia es que los esfuerzos puestos en hacer dieta nunca te

ayudarán a salir de los problemas. Es más, te sentirás más confusa acerca de

quién eres y de qué quieres a medida que avances en ese camino, porque un

trastorno del comer no te permite hacerte cargo de tu realidad interior donde te

sientes más temerosa e insegura”. (Crispo, Figueroa, Guelar, 2001: 75).

Ahora hablemos un poco sobre el c) camino a la perfección y el

autocontrol, es muy común en las jóvenes con algún trastorno del comer ya

que “el sufrimiento y la sensación de ineficacia las hace muy exigentes, a tal

punto que nunca sienten que lo que hacen es suficientemente bueno” (Crispo,

Figueroa, Guelar, 2001: 75), así la forma en la que implementan o ponen en

marcha su perfeccionismo o el autocontrol lo gestionan con su cuerpo pues se

busca el cuerpo “ideal” cueste lo que cueste. Las jóvenes creen que “(…) si

logran transformar su silueta, también lograrán transformarse a sí mismas. De

este modo, lograrán ser seguras y tenerse la confianza suficiente para

enfrentar los desafíos que se les presenten en la vida” (Crispo, Figueroa,

Guelar, 2001: 75) y finalmente la chica no se da cuenta de que ella no es quien

se esta controlando ni perfeccionando porque el “método” se le vuelve en

contra pues “los ciclos de ayuno y restricción son los que finalmente te están

controlando a ti, y dictaminan cuándo, qué y cómo comes” (Crispo, Figueroa,

Guelar, 2001: 75).

19
En definitiva se toca la dimensión el d) miedo a madurar, se dice que por

lo general estos trastornos se desarrollan en el período de la pubertad,

adolescencia hasta culminar en la juventud. Se presenta de esta manera

porque hay “numerosos cambios: a nivel físico, sexual, emocional y social”

(Crispo, Figueroa, Guelar, 2001: 77) y lo más común es que la enfermedad de

la anorexia se presente porque dentro de estos cambios en lo que respecta al

físico es cuando se gana peso y va tomando forma y puesto que existe “una

intolerancia a esa realidad, una dificultad para aceptar un cuerpo que

inevitablemente transmite el mensaje de que ya se ha dejado la infancia”

(Crispo, Figueroa, Guelar, 2001: 77) y definitivamente no aceptan estos

cambios y estas jóvenes por “lo general están estancadas en la niñez, y tienen

temor a crecer y a manejar la independencia que eso implica” (Crispo,

Figueroa, Guelar, 2001: 77) aunado a esto su pensamiento infantil que gira en

torno a extremos, es decir todo será bueno o malo, todo o nada y obeso o

delgado.

Con el contexto anterior es más evidente darnos cuenta de que cada

categoría va relacionada y caminan de la mano porque hasta ahora todo gira

en torno a una falta de independización del joven, en su gran mayoría, puesto

que también influyen cuestiones de abuso sexual. Ahora se tratará la categoría

de lo socialcultural y a partir de aquí se mostrarán los conceptos que se

manejarán con mayor frecuencia y desde qué fundamento se aterrizarán.

Dentro del factor predisponente se encuentra esta categoría y aquí se sitúa “la

presión social por ser delgada”, “desde su descripción en la Europa del siglo

XIX, se presenta como una patología de las cohortes de mujeres entre 15 y 24

20
años, con dos picos en los 15 y 18. La proporción de varones con este

diagnóstico sería del 10%. En cualquier caso es evidente que la anorexia

nerviosa femenina representa en la mayor parte de países occidentales un

motivo de alarma social en los últimos años”25, por esto la preocupación social

y de los investigadores sociales el tomar como objeto de estudio un trastorno

de la alimentación como lo es la anorexia nerviosa.

“En la actualidad sabemos que las jóvenes han endiosado a las modelos

que supuestamente tiene el cuerpo “que hay que tener”. El grave problema es

que este cuerpo que se impone a través de la publicidad y los medios es

extremadamente delgado, y que muy pocas mujeres pueden alcanzarlo una

vez que han superado la pubertad” (Guelar, Crispo, 2000: 163) lo que

anteriormente se describe es preocupante y sobre todo porque las jóvenes se

aferran a “esta presión social” por obtener el cuerpo “deseado o la figura

delgada” que tanto exige la sociedad como parámetro para ser “exitoso” en

todos los ángulos que esta nos presenta: amoroso, laboral y otras más.

Lo que se oferta por estos medios es porfiado y tiene mucho poderío

porque se impone “(…) a nivel socialcultural, generando desesperación en las

adolescentes por no poder ajustarse a ese arquetipo”.

En esta misma línea si nos remontamos un poco a la historia podemos

darnos cuenta de lo siguiente: según V. Nahoum “ha mostrado que el modelo

de la mujer delgada y erecta “primero fue un hecho de elites sociales […]”,

(Aries, Duby, 2001: 280). El sociólogo Pierre Bourdieu termina diciendo una

25
http://www.mtas.es/mujer/mujeres/estud_inves/2001/564.pdf

21
gran verdad que resume lo que anteriormente se plantea ya que la búsqueda

de esta perfección en base al cuerpo genera que “[…] el modelo de delgadez

se imponga de arriba abajo. El cuerpo se convierte en un campo de batalla de

una lucha cuya finalidad es la aceptación de la condición de dominado [quien

somete su cuerpo a la mirada del otro] y la integración en la sociedad”. (Aries,

Duby, 2001: 280). Existe un mayor número de mujeres anoréxicas, esto “en

relación con el género, las razones de por qué se dan más mujeres

ayunadoras26 que hombres se debe a dos cuestiones principales. En primer

lugar, tiene que ver con la posición diferencial que las mujeres han ocupado

respecto a los hombres en relación con la construcción de la identidad social,

sexual y el rol corporal y, en segundo lugar, con las responsabilidades y valores

asumidos respecto a la comida y al autoayuno”.27

Y para enriquecer el estudio es factible reconocer que exista alguna

relación entre la cultura posmoderna y la teoría de género para este manejo se

retoman sólo las respectivas categorías o conceptos. Algunos de estos se

mencionaron en la justificación ya planteada, como lo son: la cultura

posmoderna, el consumismo, el esteriotipo de belleza dictado por la sociedad

occidental actual, la imagen corporal, la belleza innata y la belleza adquirida,

entre otras, resultando muy interesante trabajar el problema en cuestión -

anorexia- sin perder de vista que todo gira en torno a la experiencia de vida de

Daniela. Por esto, la razón de elegir estos enfoques buscando apoyar la

experiencia y problematizarla. “El contexto socialcultural premia la delgadez y

tiene prejuicios contra la gordura. Si bien esto no es reciente, va en aumento en

26
Son las mujeres anoréxicas.
27
http://www.mtas.es/mujer/mujeres/estud_inves/2001/504.pdf

22
los últimos treinta años”. (Crispo, Figueroa, Guelar, 2000: 59) es por esto que

“el ideal de belleza ha ido cambiando según las épocas y es diferente en las

distintas sociedades”. (Crispo, Figueroa, Guelar, 2000: 59) siendo así que los

trastornos de alimentación como la anorexia son característicos de sociedades

más desarrolladas e industrializadas en su mayoría del mundo occidental, ya

que el problema comienza apenas en países orientales.

Entonces de ¿dónde viene el consumismo? básicamente de la cultural

posmoderna según Pilles Lipovetsky nuestro mundo actual vive una crisis y

esta genera y produce más de lo que necesita, generando así el

consumismo. Dentro de esta cultura se posiciona el narcisismo 28 y el

consumismo 29 ya vemos que conjugando estas dos categorías nos daría como

resultado una de las grandes causas generadoras de esta enfermedad social,

todo esto se suma a que ya no se toma a la belleza como algo que proviene del

interior o de lo espiritual sino que “[…] se relaciona con nada salvo consigo

misma, se concibe como una cualidad física pura que sólo posee un valor

estético y sexual”. (Lipovetsky, Pilles, 1999: 112).

Así pues como lo menciona Turner “en particular, los desórdenes de las

mujeres –histeria, anorexia y agorafobia- son considerados como desórdenes

28
Hoy el cuerpo ha cobrado gran importancia basta con encender la TV y ver un comercial:
debemos cuidar nuestro cuerpo con todo tipo de cremas, nuestro cabello necesita
determinados shampooes, debemos usar determinado tipo de pinturas. Esta imagen
estereotipada ha generado dos patologías bastante graves entre los adolescentes: la bulimia y
la anorexia. Tuyaret, Laura. “Violencia en los medios de comunicación”. Perú Ilustrados.com,
2005. Pág. 12. (biblioteca virtual UAA).
29
El consumismo es un proceso que funciona por la seducción, los individuos adoptan sin duda
los objetos, las modas, las fórmulas de ocio elaboradas por las organizaciones especializadas.
Somos disciplinados por medio de las redes de comunicación y la propaganda para consumir
cada vez más objetos, información, deportes, etc. Todo es regulado: consumo, información,
organización, educación. Tuyaret, Laura. “Violencia en los medios de comunicación”. Perú
Ilustrados.com, 2005. Pág. 12. (biblioteca virtual UAA).

23
de la sociedad”. (Turner, 1989:27) por lo tanto el estudio de este trastorno es

campo también de la sociología además de que “la fuerza de esta pretensión

es que cualquier sociología del cuerpo comprende una discusión del control

social, y que cualquier discusión sobre este último debe tomar en cuenta el

control de los cuerpos de las mujeres por los hombres en un sistema de

patriarcado” (Turner, 1989:27) ayudando a explicar el “por qué” de en su

mayoría sean mujeres quienes lo padecen.

Lo que se ha estudiando e investigado hasta este punto da cuenta de

que todo se enfoca hacia un control –control que Daniela también ejerció sobre

ella misma-, ya que como lo dice Foucault30 “esta historia de la dieta pretende

mostrar que el manejo dietético surgió de una teología de la carne, se

desarrolló por conducto de una medicina moralista y se estableció, por último,

como la ciencia del cuerpo eficiente” (Turner, 1989:27) y por qué se dice que

todo gira en torno al deseo: pues hasta ahora se puede decir que es porque “la

modificación principal es que la dieta se encontraba originalmente dirigida al

control del deseo, mientras que bajo las modernas formas del consumismo la

dieta existe para promoverlo y preservarlo” (Turner, 1989:27,28).

Por lo anterior es que la anorexia presenta bastantes rasgos que son

contradictorios “la anorexia nerviosa en una sociedad donde la delgadez es una

norma de valor estético (…)”, (Turner, 1989:28) conlleva a que desemboque en

una cuestión socialcultural, y en este estudio específicamente se habla de una

sociedad occidental tomando en cuenta que esta es generadora de su propia

30
Retomado por Turner en su libro el cuerpo y la sociedad.

24
cultura, costumbres, identidad y tradiciones. Lo que sucede es que las

sociedades occidentales han sido las generadoras de estos trastornos del

comer ellas mismas han establecido sus cánones de belleza y han decido lo

que se obtendrá si se llega a cumplir con el estereotipo que se han forjado. Lo

anterior es lo que ha sucedido también con Daniela pues ella como parte

integradora de esta sociedad, perteneciente al occidente también ha

contribuido a la formación de esta presiones sociales y que sin darse cuenta

ella ha caído presa en estas redes sociales pues “nuestros cuerpos son un

entorno natural, no obstante está a su vez socialmente constituido (…), pues es

el cuerpo la característica más próxima e inmediata de mi yo social, un rasgo

necesario de mi situación social y de mi identidad personal, y a la vez un

aspecto de mi alineación personal en el ambiente natural” (Turner, 1989:32-33).

Después de haber expuesto el estado de la cuestión y el marco

conceptual, se da a conocer la estrategia metodológica que se empleará. Se

hará uso de la fenomenología ya que el objetivo es tener una profunda

descripción reflexiva de la experiencia de “cómo se siente padecer la anorexia”

y de cómo Daniela construyó su propio mundo para vivir, utilizando también

entrevistas. Las fuentes que se manejarán son: el diario de Daniela, el

expediente que se elaboró a raíz de las terapias de Daniela y las entrevistas de

la madre y hermana menor de Daniela.

25
CAPÍTULO 1.- “MIRA: ASÍ ME PASÓ”

“Es difícil saber dónde debo empezar a contarles esto.

Me pregunto inclusive si existe algo como un principio,

pero nunca pude fijarle un tiempo o un lugar”

(Hautzing, 2005: 7)

Para qué recorrer tanto tiempo de mi vida, llegar al meollo del asunto y

comenzarles a contar. A fin de cuentas, lo haré porque yo lo he decidido.

Soy Daniela, tengo 21 años, y soy anoréxica. Se podrán estar

preguntando ¿cómo?, ¿por qué? y muchas más interrogantes que aparecen en

su mente, pero esta es la realidad –mi realidad- “las cosas no pasan como en

las películas, con razones bien delineadas” (Hautzing, 2005:7), así que no fue

“algo” que yo planeara: simplemente pasó.

Veamos el quinto semestre de preparatoria. Ya estaba dentro del

problema y ni siquiera lo sabía. Mi preparatoria era una de ésas en las que van

los hijos de las personas más populares y adineradas de mi pueblo y ya se

podrán imaginar que la gran mayoría de las “chavas” son guapas, delgadas y

muy lindas, además se ven muy contentas por todo y nada les preocupa.

¡Qué bien! sigo adelante con mis estudios. Como todos los días voy a la

escuela; mi horario es por la tarde y a diario camino aproximadamente

26
veintidós cuadras, cierto, me canso mucho pero me gusta ir a estudiar. En casa

las cosas no están bien, mi hermano mayor no quiere concluir sus estudios, mi

otro hermano tiene graves problemas de alcohol al igual que mi papá y, aunque

les puede parecer exagerado, todos los días en casa hay problemas que no

desearía que otros vivieran.

Tuve que pasar pruebas difíciles durante el transcurso de los semestres

anteriores, de entrada yo no quería estudiar en esa preparatoria –ni modo, tuve

que aceptar, sabía que tenía que hacer lo que papá dijera- además, siempre le

he tenido miedo y prefiero obedecerle para que se sienta orgulloso de mí y no

defraudarlo.

¡Por fin!, el tiempo ha transcurrido y ya estoy en el sexto semestre.

Ahora debemos organizar uno de los eventos más “cotizados” en mi pueblo, la

graduación de la preparatoria “Ángel Anguiano”. ¿Saben?, para mí también era

una ilusión muy grande ese momento, después de todo lo que había vivido,

llegaba la conclusión de esa etapa tenía méritos válidos para festejar.

Así eran mis clases: iba a la escuela de lunes a viernes, pero los

sábados tenía que cubrir educación física y artística, me encantaba cumplir con

este día porque practicaba el deporte que me gusta –fútbol- y además

realizaba algo de arte que yo tenía oportunidad de elegir.

Todos los sábados me iba temprano a mis clases, mi mamá como

siempre, se levantaba y me ofrecía que comer a lo que yo respondía:

27
-¡No, mamá!, no tengo hambre, además ¿qué no ves que voy a ir

a hacer deporte? Ya sabes que no me siento a gusto si como.

Pues así eran las cosas, me iba sin desayunar y en la escuela tampoco

probaba bocado alguno. Me gustaba mucho cómo se veían las otras “chavas”,

eran guapas, lindas, con cuerpos muy estéticos, pero yo no lo era yo no tenía

nada eso. ¡Qué frustración!, voltear a verme y darme cuenta que estaba hecha

una “cerda”.

Siempre pensaba: ¿qué pasaría si estuviera flaca?, lo curioso es que

cuando lo pensaba era en el momento en que estaba comiendo algo o que ya

había terminado de comer y de “repente me llenaba de culpa y nunca podía

entender por qué” (Hautzing, 2005:11).

Una de las niñas de mi clase, era muy gordita y de repente comenzó a

bajar de peso, a mí me llenaba de enojo y envidia porque yo quería que pasará

lo mismo conmigo, pero ¿saben?, lo peor era que NO HACÍA NADA PARA

CAMBIAR LAS COSAS.

Cuando tuve tiempo para hablar con mi compañera, le pregunte sobre lo

que estaba haciendo para adelgazar, ella me dijo:

-Pues nada, bueno, en realidad sí, antes me comía cuatro tortillas

y ahora me como dos y ya, ¡ah! y tomo mucha agua.

28
A partir de esa plática, llegué a casa y escribí mi plan de alimentación –

claro sin supervisión de nadie- y según yo lo comenzaría a poner en práctica al

siguiente día, lo debería cumplir a costa de cualquier cosa.

Ya estaba harta de verme al espejo odiaba lo que veía, me detestaba y

me sentía la más fea de la mujeres. En cambio, si llevaba mi plan dietético

ahora sí muchos “chavos” se fijarían en mí, sería guapa, feliz, cabría en

cualquier lugar, nadie se burlaría jamás de mí y sería tomada en cuenta para

todo. Entre más flaca estuviera más feliz sería.

Lo único que tenía que dejar de comer, eran los dulces, tortillas, toda

clase de comida chatarra y por supuesto tomar mucha agua, al menos dos

litros al día. Esa noche parecía que todo iba a ser fácil, pero al día siguiente

comenzaría la verdad. Y yo insistía dentro de mi pensamiento: el cambio se

tiene que notar y pronto.

Estaba cansada de decir frente a los demás:

-Si no estuviera gorda, pero...

y recibir como respuesta:

-No estás gorda. Estas bien así.

Darme cuenta de mi realidad, verme todos los días al espejo, vivir con

este cuerpo que no quería, que estaba horrible. Me observaba desnuda y no

encontraba el cuerpo perfecto, éste me daba vergüenza y asco. De verdad que

ya no quería seguir así.

29
Pero ¡ya! Las cosas cambiarían porque si no tenía control sobre otros

aspectos de mi vida, al menos ahora sí lo lograría con mi cuerpo y lo iba a

demostrar. Desperté después de haber hecho mi nuevo propósito –que por

cierto ahora si cumpliría-. Por la mañana sólo debía comer una tortilla y no

tomar refresco, en la escuela no tenía permiso de comer nada, sólo llevar mi

botella con agua y por la noche cenaría sólo una tortilla y debía ingerir dos litros

de agua.

Recuerdo que no me gustaba tomar agua natural pero ahora tenía que

hacerlo. Tenía una sensación pronunciada de vomitar porque me daba asco

tomarla, pero ni modo lo necesitaba.

El primer día fue prueba superada. Recuerdo que desde que me lo

propuse no quebrante mi compromiso, al contrario me estaba dando resultados

inesperados, pero ¡no!, no estaba conforme yo quería más kilos abajo. Lo que

no lograba entender era ¿por qué no estaba feliz?, si yo sabía y aseguraba que

si estaba delgada estaría muy contenta todos los días. Luego me decía:

-Lo que pasa es que todavía no estás flaca, ¿quién te dijo?

Es cierto, ¿por qué pienso eso?, aún no estás bien te falta mucho por

recorrer; así que puse una meta más: tengo que llegar a los 45 kilogramos,

cuando alcance ese peso, ya estaré flaca.

Lo que sucedió a partir de esto, fue que a las personas les causaba

admiración y me llenaban de preguntas. Así transcurrió el tiempo y me

graduaría el 29 de junio del 2003. Entonces tenía que lucir muy bien el vestido

30
que llevaría ese día. Mientras tanto en la escuela mis maestros y compañeros

me decían que me veía muy bien. A mí me encantaba escuchar eso, para mí

era un halago, pero al mismo tiempo implicaba cierta responsabilidad porque

no tenía que descuidar mi alimentación, al contrario debía reducirla más, por

que tampoco quería que en casa se desilusionaran de mí, mis hermanos

dejarían de quererme y otra vez me harían burla delante de todos.

Tuve que comprarme ropa nueva, porque la que tenía ya no me

quedaba, ¡se me caía! Y mente me recompensaba con palabras como: ¡qué

bueno, por fin podré usar ropa como la que usan las muchachas que están

flacas, más pegada al cuerpo! Compre dos pantalones que eran talla siete, y

parecía que ahora si atraería las miradas de muchos.

En cuanto los compre corrí a medírmelos y a verme en el espejo, -y

pensaba...- pero no, no, aún no me veo como esas muchachas o como las que

salen en la televisión, todavía me falta mucho por bajar de peso.

Tenía mucha hambre y a consecuencia de esto me daba mucha

desesperación y ansias. Luego me preguntaba: ¿y si te comes algo?, ¿aunque

sea una naranja?, pero...

-¡No!, no, debes comer Daniela, alguien me lo decía a diario,

como si estuviera dentro de mi cabeza.

-¡No!, no, debes comer Daniela, por que no tienes que descuidar

la forma en que te alimentas, por que sino estarás muy gorda y no querrás eso

otra vez ¿verdad?

31
Me daba mucho miedo y al ver que lo que estaba haciendo me daba

resultado, llegó un momento en que me dije: Daniela dejarás por completo de

comer tortilla y todo lo que tenga que ver con harinas, así no arriesgarás lo que

hasta ahora has logrado.

Así fue, cada vez bajaba más de peso. En casa mi mamá también se

ponía feliz por que veía que estaba logrando lo que yo quería, aunque ella

siempre me decía que estaba bien, que no estaba gorda –pero siempre era lo

mismo- y yo sabía que no era cierto, pues como ella me veía con amor, por eso

me decía eso.

Llegó el día de salir de la preparatoria. Que ilusión usaría mi vestido y

me vería como lo había planeado, todos verían que lo que me proponía lo

cumplía. Ese día fue increíble, muchos me miraban y les atraía, pero dentro de

mí pensaba: Daniela no des por hecho que tienes que llegar hasta aquí,

recuerda que tu meta son los 45 kilos, aún no eres flaca, estás gorda.

Termine el bachillerato y ahora ¿qué?, pues yo quería seguir estudiando,

se los dije a mis papas desde siempre. Mi única opción era ir a estudiar a otro

estado, cerca de mí ciudad, pero me daba miedo porque no conocía nada y

tendría que aprender un sin fin de cosas. No me importaba. Algo dentro de mí

me decía que podría hacerlo.

Mientras tanto mi dieta seguía dando resultado y lo de la universidad iba

muy bien. Lo que era diferente era mi apariencia y mi carácter, ya no era la

32
misma de antes, recuerdo que casi todo el día estaba molesta por todo y no

sabía cuáles eran los motivos.

Me duele recordar y estoy a punto de llorar. Soy sincera es difícil, pero

seguiré adelante.

1.1. Y TODO SE VOLVIÓ SOMBRAS

“Por primera vez en mi vida, sentí que controlaba la situación. Sabía que

no abandonaría la dieta”(Hautizing, 2005:54). Todo iba muy bien, aparecí en

listas de aceptados para entrar a la universidad, y me dio mucha alegría, pero

sólo eso “alegría”. No importaba nada más, sólo seguir con lo que me había

propuesto.

26 de Agosto de 2003 cumplía años, mi madre haría de comer pozole,

por que había que festejar el día, vendrían mis amigos y familiares. Pero todo

era como cualquier otro día –al menos para mí-. No me ilusiona nada, contrario

a lo que si sucedía en otros años, no sé qué me pasaba, pero todo era aburrido

y sin sentido, sólo quería dormir y no hablar con nadie.

Recuerdo que regresaba de la escuela y comenzaron a llegar los

invitados, mi mamá empezó a servir la comida y al llegar a mí, pregunta:

-Hija ¿quieres que te sirva tu pozole con muchos granitos?

Y yo, al instante respondí con enojo y desesperación:

-¡No mamá!, ya sabes que yo no como eso, lo que pasa es

que tú quieres que engorde, pues ¿qué no ves como estoy?, soy una gorda,

33
fíjate mamá, ¿qué no te acuerdas que yo sólo como verduras? Por favor ya no

me ofrezcas nada ¡no quiero!

Esto empezaba a pasar todos los días. Cuando me daban el abrazo de

cumpleaños me decían:

-¡ay! Daniela, estas muy flaca, hasta me da miedo tocarte por que

parece que te vas desbaratar.

Lo primero que venía a mi mente era: sí como no, lo que pasa es que

me dicen esto porque ustedes son gordas y les da envidia verme así, pero no

les voy a dar gusto de ponerme como estaba, aunque aún me falte.

Cada día que pasaba, iba reduciendo más los alimentos que ingería,

hasta que llegó el momento en que solamente desayunaba una manzana con

un vaso de leche –así pasaba toda la mañana- al llegar de la escuela comía un

poco de verduras con mucho chile –porque me dijeron que el comer chile en

exceso te hacía bajar de peso- entonces yo tenía que implementar todo lo que

fuera posible para seguir con mi cometido, pero ya no me tenía permitido

cenar, así que mi última comida eran las verduras. Y nunca faltaba el tomar

agua, bebía más de dos litros al día.

“Me entrené para que me gustará sentir hambre. Si mi estómago se

contrae, si me despierto con náuseas, si me siento mareada o si me da dolor

de cabeza o, mejor aún, si me dan todas estas cosas al mismo tiempo, significa

que estoy adelgazando. Por lo tanto, es placentero. Me siento fuerte, dueña de

34
mí. En control”. (Hautzing, 2005:55). Sí, precisamente esto me pasaba y no

tenía derecho a comer nada, a menos que hiciera actividades que desquitarán

lo que fuera a comer.

Simplemente dentro de mi mente había alguien que me ayudaba con

esta tarea y que siempre me recordaba cuánto tenía que comer, qué tenía que

comer y a qué hora. Sin embargo si no lo merecía no tenía por qué premiarme

comiendo lo que tenía derecho a consumir.

Es cierto, tenía el control de la situación pero siempre existía un miedo a

caer en la tentación y que ingiriera alguna comida. Y que no pudiera parar,

entonces sí eso me hacía sentir muy culpable y me castigaba. “Inclusive el

sólo pensar en comer los alimentos prohibidos era motivo de castigo”

(Hautzing, 2005:56).

Pensaba, el tener hambre, es un costo muy pequeño que tengo que

pagar, así que no te quejes. ¿Saben lo qué pasaba, cuándo la gente me

celebraba mi fuerza de voluntad?, sentía que los engañaba porque no les

decía que había alguien dentro de mí, que me ayudaba con esto y que

ordenaba las cosas. El solo hecho de pensar decirles la verdad podía detener

lo que llevaba logrado. Así que me mandaba y me decía:

-Cállate Daniela y sólo limítate a obedecer las reglas.

Cuando mi fuerza de voluntad era débil y comía un poco más de lo que

me tenía permitido, quien me ordenaba me decía: ¡arruinaste todo!, ya no

35
tienes poder y control sobre ti, ahora sí que nunca podrás parar de comer, esto

esta dentro de ti y no podrás sacártelo con nada.

Entonces en ese momento iba con mi mamá y la convencía de que me

diera un laxante de los que el médico le había recetado a papá. Mis

argumentos eran: mamá, lo que pasa es que estoy mal del estómago y no

puedo hacer del baño, no me siento muy bien. Al fin mi madre aceptaba, pero

ella no se percataba de la gravedad del asunto.

Mis papas, me decían que me veían muy delgada y con un color

amarillo en la piel, que debía comer mejor y yo siempre los dejaba hablar, claro

que no haría lo que ellos me pedían.

En casa la situación comenzó a ir de mal en peor. Y ahora cada vez que

acababa de comer mis verduras buscaba el momento idóneo para hurtar un

laxante, tomarlo y así cuanto antes se fuera de mí lo que había comido. Llegó

el momento en el cual mi amo -tal vez así le puedo llamar a la voz que me

ordenaba a diario sobre lo que tenía permitido – me dijo:

-Daniela ¿por qué siempre estas pensando lo que

vas a comer?, esta bien que cumplas las reglas, pero ¡no!, ya ¡no!, no tienes

derecho a comer nada más y si lo haces tendrás que hacer dos horas diarias

de ejercicio. Eso sí, ahora podrás desayunar un yogurt light y barras integrales

y si te portas bien comerás tus verduras, pero recuerda que sigues sin probar

bocado por la noche.

36
Y así era, día con día mi rutina de ejercicios eran de dos horas, tenía

que cumplirlas porque si no lo hacía por la tarde, en la noche tenía que

terminar todos los ejercicios.

Era mi segundo semestre de universidad y yo pesaba 50 kilogramos,

estoy segura que en menos de tres meses tenía aproximadamente 20

kilogramos abajo. Todo era oscuridad, para mí nada tenía sentido, para qué ir a

la escuela si siempre era lo mismo, no había nada nuevo. Además que

cansado levantarme temprano, que frío tener que desvestirme para cambiarme.

Mejor era dormir todo el día y no hablar con nadie y además ¡ya!, no tenía

derecho a alimentarme, porque si estaba todo el día dormida no lo merecía.

Lloraba todos los días y todas las noches y no sabía por qué,

simplemente me sentía muy triste, vacía, sola, a pesar de saberme rodeada de

muchas personas era como si yo estuviera sola en un mundo que yo había

creado y del cual no había salida, en donde nadie más me hablaba,

únicamente existíamos mi amo y yo.

Después los laxantes ya no eran efectivos y lo poco que llegaba a comer

tenía que salir de mi cuerpo, así que intenté provocarme el vómito, lo hice por

lo menos dos veces, me llene de pánico y no lo conseguí, entonces mi amo me

dijo: si esto no te funciona sigamos con la misma disciplina.

Sinceramente yo ya no podía, no sabía ni que estaba haciendo aquí, no

sabía para qué, la razón de vivir. Así que lo primero que vino a mi mente fue

37
desaparecer y ¿como lo haría?, pues aún no lo sabía pero yo tenía que dejar

de vivir.

En enero de 2004, recuerdo era sábado, una amiga habló a casa y me

invitó a salir, además había venido un amigo y quería verme. Acepté, sólo que

le pedí tiempo para bañarme y estar lista dentro de una hora, así podría pasar

a recogerme. Así fue, me levanté y entré al baño, entré a la regadera y

recuerdo que sólo pude lavar mi pelo y mi cara. Toqué mis piernas, sólo sabía

que me sentía mal y que ya no podía seguir lavándome. Levanté mi cara y en

un instante deje de oír, de ver y... no recuerdo muy bien, porque en realidad

creo que estaba a punto de morir.

Pero parecía que esto no había tenido mayor relevancia porque después

de haber estado inconsciente por lo menos un minuto, la escena era: Daniela

en la recámara de su hermano mayor, este tratando de solucionar el problema

–él me ponía un suero con vitaminas- , mi madre no se encontraba en casa y

yo temblaba, aún no podía ver bien. Cuando llegó mi mamá a casa se le

informó de lo ocurrido ella se acercó y me ofreció algo de comer, tan sólo

puede mover la cabeza y decir ¡no!

¿Cómo podía aún rehusarme a comer “algo”? si acababa de pasar por

una situación delicada a causa de no comer. Es difícil saberlo pero mi amo no

me lo permitía, sino, estaría gorda. Pero sí me estaba pasando todo esto,

¿hasta cuándo estaría flaca? se supone que ya había alcanzado mi meta.

38
¡Pero no!, sabía que todavía me faltaba, porque me veía al espejo y no estaba

conforme con lo que se reflejaba. Así que, ni pensarlo aún no llegaba a la meta.

Lo que no había contado era, que no pasaba día que no me pesara y si

subía de peso, así fuese un gramo, tal vez sería por que había aceptado

comer una naranja o porque el “otro día” había pensado en comida y con tan

sólo pensarlo era motivo para subir de peso.

Vino un segundo desmayo, pero este tuvo una duración más larga –

ahora sí sentía que no viviría más- quien estuvo a mi lado fue mi madre,

recuerdo que al estar consciente ella me gritaba de una manera que me

sorprendió, ella me decía:

-Lo que pasa es que tú te quieres morir, ¿qué no ves

lo que estas haciendo?, por favor hija ya no, no más por favor, no quiero que te

mueras.

Después de esos momentos, que habían sido difíciles, YO MISMA PEDÍ

AYUDA: en realidad yo no sabía qué era lo que me pasaba, simplemente me

sentía muy mal y ya no podía con eso. Mi mamá con lágrimas en los ojos, en el

momento en que pedí la ayuda dijo:

-Y ahora ¿qué hago hija?, a ¿dónde te llevo o con

quién te llevo?, no sé lo que tienes, sólo sé que estas muy mal y no quiero que

te me mueras.

39
En ese momento yo tampoco sabía qué hacer o hacia quién recurrir,

pero me dolía lo que estaba pasando. Un buen día mi hermano mayor consultó

con mi mamá la posibilidad de que yo acudiera con una psicóloga –que por

cierto era su amiga- valoraron la idea y decidieron que primero lo hablarían

conmigo para saber si aceptaba e iba por decisión propia, no que fuera a la

fuerza.

Así fue, mi madre me lo comunicó y acepté. Recuerdo exactamente el

día en que fui por primera vez al psicólogo, fue un 13 de marzo de 2004, el día

en que mi padre cumple años. Ese día tenía la cita hecha para las 7:00 p.m –

claro, estaba muy nerviosa- no sabía qué pasaría ahí. Llegó el momento de ir –

mi papá había organizado una fiesta- así que al regresar de la terapia nos

iríamos al lugar donde iba a hacer el festejo.

Iba sola: de verdad que me moría de miedo. No sabía a lo que me

enfrentaba, aunque les confieso que hasta el salir a la calle me daba miedo, no

quería ver a nadie, ni hablar con nadie, llegué donde al lugar donde la

psicóloga me esperaba, toqué y pregunté por Nancy, precisamente era quien

había abierto la puerta. Me presente y le dije que era la hermana de Victor, ella

me dijo:

-Sí, ya lo sé, pásate ve para arriba, ahora voy,

Ahí esperé, no por mucho tiempo. Ella comenzó a hacerme algunas

preguntas, pero juro que no podía empezar a hablar cuando en mi garganta se

hacían una maraña de nudos que no me dejaban hablar, por todo quería llorar.

40
Nancy me preguntaba acerca de lo que comía y de mi estado de ánimo. El

punto clave estuvo cuando hizo preguntas como:

-¿Por qué estás amarilla?, ¿estas teniendo tu regla como

de costumbre?, ¿a menudo tienes frío?, ¿te sientes débil y sin ganas de hacer

nada?, ¿todo te parece que no tiene sentido?

Para todo esto yo tuve una respuesta, primero ya no estaba reglando y

sí el frío era terrible, siempre me estaba congelando y las personas me decían

¿pero cómo, si esta haciendo mucho calor? y por supuesto no podía hacer

nada porque todo me cansaba. Sinceramente no sé cómo hice para cursar los

primeros semestres de la universidad.

Nancy no tuvo que hacer más preguntas, cuando de repente escuche:

-Daniela tú tienes anorexia, anorexia nerviosa

Yo no sabía qué era eso, pero presentía que era algo complicado en lo

que me había metido y que no tenía solución. Si la tenía sabía que iba a ser

muy difícil encontrarla. Esa tarde lloré mucho, tal vez ha sido uno de los días

que más he derramado lágrimas. Regresé a casa –pero antes ya tenía

programada la siguiente terapia, porque a partir de ahí las cosas serían

diferentes-.

De regreso a casa –como ya se había hecho costumbre- veía a la gente

a mi lado, en la calle y donde quiera que llegaba me sentía en otro planeta,

cerca de los demás pero al mismo tiempo demasiado lejos. Llegué a casa, ahí

41
me esperaba mi mamá y Luis –mi otro hermano- lo primero que hice fue correr

y abrazar a mi mamá y decirle llorando:

-¡Esto es muy difícil y no puedo sola! Ayúdenme por favor,

mi hermano se acercó y nos abrazó y, él sólo me dijo, ¡no hermana! Saldremos

adelante.

Tuve muchos altibajos durante el tiempo que estuve en terapia con la

psicóloga Nancy. El tratamiento con ella duró aproximadamente ocho meses,

reconozco que hubo una recuperación notable en mí, pero mi pensamiento aún

tenía a su amo, y no me dejaba tranquila. Deje las sesiones con Nancy porque

quede estancada, pues la relación que teníamos ya no era de paciente-

psicóloga sino que se había formado una amistad y ya no podía avanzar.

A consecuencia de esto callé muchas cosas, que además de que no

sabía como externarlas me daba vergüenza y dolor hablar de ello. Deje las

terapias y quede sin apoyo psicológico, únicamente estaba siendo atendida por

un endocrinólogo que se encargaba de revisar mí presión arterial, mí

alimentación, el nivel de azúcar en la sangre, entre otras cosas.

Este mismo especialista me canalizó para visitar un psiquiatra, mi madre

como siempre –quién estuvo al pendiente de mí a cada instante- me

acompaño. Me arrepiento de haberle visitado, se porto lo más frío posible y me

disgusto, no volví a él.

42
El endocrinólogo me receto antidepresivos, yo creía que esta medicina

quitaría todo mal de mí y que me pondría alegría, que me darían fuerzas para

despertar cada mañana e ir a la escuela con ánimo. Pero no fue así, tome las

pastillas y lo único que hacían en mí, era tenerme “soñando despierta”, me

sentía en las nubes y fuera de “orbita”.

No me despertaba a tiempo para ir a la escuela, perdí muchos amigos y

me aparte de todos y ahora tampoco contaba con la ayuda de la psicóloga. Mi

mamá me decía:

-Hija: quiero que estés contenta.

Y yo pensaba: sí, quieres que este contenta, pues para estar así debo

dejar de comer. Seguía tomando los antidepresivos y cada visita al médico me

aumentaba la dosis. Él dijo que, lo que sucedía era que mi cerebro no esta

produciendo una sustancia llamada cerotonina y que por esto hacía me sintiera

así y la enfermedad se agravará más.

Cuando iba a revisión con el doctor me sentía mal no me gustaba que

me oscultará, porque veía mi cuerpo. Sabes, mis huesos se saltaban y mi

cadera parecía estar deformándose, al igual que el resto de mi cuerpo, tenía un

color que hasta me provocaba nauseas.

Me canse de doctores y más doctores y fui con mamá y le dije: mamá ya

no necesito de doctores, ¡yo puedo sola!, tampoco necesito de seguir tomando

43
pastillas –esto lo hice porque leí un libro de nutrición que el ingerir

antidepresivos hacían subir de peso-. Así que deje todo y creí poder sola.

Lo poco que había superado en un abrir y cerrar de ojos se convirtió en

nada. Y tuve recaídas que me costaron mucho sufrimiento. Después de un

tiempo una de mis maestras de la universidad me consiguió que pudiera ser

atendida en los servicios que mi escuela ofrece. La maestra me tenía ya la cita,

ella lo consultó conmigo y yo acepté.

Acudí a la cita y fue comenzar otra vez, porque yo iba mal y mi amo

seguía en mi cabeza. Todo este tiempo fue de principios de 2005 a 2006 y

parte del 2007. Estuve en tratamiento con la psicóloga Carolina y en este caso

fue donde obtuve una mayor recuperación, pues las terapias fueron más duras

y profundas, en estas hice revelaciones que habían estado en mí desde hace

trece años. De antemano sabía que necesitaba saber “esto” mi terapeuta,

porque esa situación vivida contribuyó para que padeciera la enfermedad. Sólo

puedo compartirte que fue algo relacionado con acoso sexual –me duele

hablarlo por lo cuál he decidido no platicar sobre esto-.

Quise esculpir una escultura con mi cuerpo y lo único que logré: fue

deformarlo y poco a poco ir acabando con él. “Logré mi meta, esos 45

kilogramos fueron la figura que mostré durante un largo tiempo”.

Y aún, no estuve satisfecha busque mucho más, pero... –más adelante,

te contaré el desenlace-.

44
Lo narrado es parte de lo que deseaba externar. Gracias por atenderme

y comprenderme.

1.2. ANÁLISIS DEL TESTIMONIO

Partiendo de la estrategia metodológica que se ha propuesto emplear en

dicho trabajo –fenomenología-, este subtítulo enmarcará el análisis del

testimonio que Daniela ha revelado. De aquí que se desprenda la pregunta

foco para tal análisis:

¿Qué sentido tiene ser anoréxica?

Antes de comenzar a dar respuesta a la pregunta foco, es necesario

partir de resolver la siguiente cuestión ¿Qué llevo a Daniela a padecer

anorexia?

Recordemos que Daniela comienza a compartir su experiencia partiendo

de que estudiaba el quinto semestre de preparatoria, por lo que debía tener

aproximadamente 17 años de edad.

Ahora bien, antes de continuar es necesario que en este momento se

centre este estudio sobre los factores predisponentes –que son quienes

marcan la pauta principalmente para esta investigación-. Recordando que

dentro de estos se encuentran categorías: familiar, individual y social cultural.

Se hablaba entonces de que Daniela, como ella ha contado, pues aún

era una adolescente, al parecer vivía dentro de una familia, en la cual se

45
presentaban problemas de alcoholismo de su padre y sus hermanos –mayores

que ella-, además del marcado abuso de autoridad por parte del padre.

Ocasionando que Daniela le guardará un intenso miedo a su papá.

Con lo anterior se muestra también una madre pasiva y más

comprensiva que el otro cónyuge, siendo la mamá el principal apoyo para

Daniela. Se muestra como fue que sólo la madre le brindo el apoyo y le

acompañaba en todo momento.

Daniela se veía –de alguna manera- presionada a realizar “todo” lo que

su padre le pidiera, le obedecía, no por respeto sino por medio y se percibe que

diariamente trataba de agradarle al padre, para que este se sintiera orgullo de

ella.

Claramente existe un falta de comunicación entre la familia, pues sólo

sabían del problema la mamá, el hermano mayor, el hermano siguiente y su

hermana menor, pero quien estaba al lado de Daniela de manera directa era su

mamá. Se identifica una profunda lucha por el poder, dando como resultado

una familia disfuncional. Es decir viven en la misma casa, pero cada miembro

se “gobierna”, aunque exista quien –en este caso el papá- desee imponer su

autoridad.

Lo anterior muestra rasgos de la categoría familiar.

Ahora entraremos a la categoría de lo individual. Siguiendo con el

testimonio de Daniela, importante resaltar el constante énfasis que hace a

46
frases como: “me veía como cerdo”, “no me gusta lo que veo”, entre otras;

muestran que en ella existía una profunda tristeza31, depresión32 y baja

autoestima 33.

Al parecer Daniela se exigía demasiado en sus estudios y dentro de la

familia. Se mostraba responsable en el estudio y en casa, pero no habla de

amigos, de tener mucha convivencia con sus compañeros de clase o fuera de

clase.

Hablaba como si estuviera fuera de este “mundo”, como si se “perdiera

en su mundo” y sólo existiera el que ella se había creado. Pero comentaba

sobre como fue que tuvo que superar situaciones difíciles dentro de la

preparatoria, comenzando por el hecho de no querer estudiar en la institución

que su padre había elegido.

Lo anterior da muestra de que Daniela tiene una gran fuerza de

voluntad, de que es decidida y que lo que se propone lo cumple. Tal es el caso

de haber cumplido la dieta auto impuesta. Pero también deja a la luz, el que

31
Estado afectivo provocado por un decaimiento de la moral. Es la expresión del dolor afectivo
mediante el llanto, el rostro abatido, la falta de apetito, etc... A menudo nos sentimos tristes
cuando nuestras expectativas no se ven cumplidas, cuando las circunstancias de la vida son
más dolorosas que alegres. La alegría sería la emoción contraria.
http://www.google.com.mx/search?hl=es&defl=es&q=define:TRISTEZA&sa=X&oi=glossary_defi
nition&ct=title
32
Es un estado de abatimiento e infelicidad, que puede ser transitorio o permanente. En la
mayoría de los casos, el paciente describe su estado, y así lo ven los demás, como derribado,
socavado en su potencialidad, debilitada su base de sustentación afectiva, desplazado su eje
de acción usual, desganado, hipoérgico. http://es.wikipedia.org/wiki/Depresi%C3%B3n
33
Tiene dos componentes: un sentido de capacidad personal y un sentimiento de valor
personal. Así la autoestima es: la suma de la confianza y el respeto por sí mimos. Tener una
autoestima baja significa: sentirse inepto para la vida: desacertado, no con respecto a
esto o aquello, sino desacertado como persona. Wolfson, Leandro. “How to Raise Your
Self-Esteem”. Edit. Paidós, Ibérica, S.A. México 2005. Pág. 159.

47
toda su vida –en ese momento de adolescente- lo único que le ocupaba se

mente, era solamente el poder bajar de peso.

Lo que contempla a lo social cultural y que claramente se plasma

por Daniela en su testimonio es:

1. el recurrente llamado a pertenecer a un círculo donde se muestra una

clase social alta –dentro de su escuela-, y si esto es así, ella convive la

mitad de su tiempo –a diario- con sus compañeros de escuela. Existe un

constante bombardeo a cerca de la figura “perfecta”, de la belleza y del

ser aceptado por los demás. Se puede retomar: de la compañera a la

cuál cuestiona Daniela acerca de lo que estaba haciendo para bajar de

peso.

2. Daniela se relaciona con personas a las cuales les interesa la figura, lo

cual influye en su entorno social, en el que intervienen los medios de

comunicación pues ella menciona que deseaba verse como las “chavas”

que salen en televisión.

Entonces la pregunta sigue latente: ¿Qué o quién la orilló para que

llegará a ser vulnerable y padecer la enfermedad? Destacar que dentro de los

factores predisponentes existe la categoría de lo social cultural esclarece el

¿por qué?, al conjugar los motivos familiares, individuales con lo social cultural

se puede resolver la interrogante. Y después de haber descrito parte del

análisis, el cometido de este apartado completará con el siguiente esquema.

Este ayudará a la comprensión del análisis. Es así:

48
NIÑEZ
Padre alcohólico, estricto y
sobreprotector
emocionalmente, ausente -Lucha de Daniela por ganarse el amor y ADOLESCENCIA
aceptación de su padre. En donde se
Ambiente familiar de “dolor” -Daniela aprendió a seguir el modelo de su conforma la
mamá identidad de
Madre con actitud sumisa y -Daniela tenía una dosis de confusión con Daniela
pasiva respecto a su propia familia.

Autoconcepto de Daniela,
basado en cumplir lo exigido
por papá en todas las áreas
de su vida.

PERFECCIÓN

Perfección Perfección Perfección


En la escuela en su cuerpo en casa
(encierra las (encierra la (encierra
relaciones sociales parte individual la parte
de Daniela) de Daniela) familiar
de Daniela)

Daniela manifiesta una falta de control en cada área de


su vida lo que la lleva a: ANOREXIA NERVIOSA

49
Con el esquema anterior ayuda a esclarecer el análisis del testimonio. La

solución es la siguiente: Daniela siempre estuvo luchando –inconscientemente-

por buscar la perfección, en todas las áreas de su vida por consiguiente

buscar la aceptación de los “demás” incluso de su propio padre.

Daniela buscó la perfección en materia social: al luchar por la aceptación

de sus compañeros, para poder “encajar” entre las personas con la cuales

convivía a diario, el desear parecerse a “otras”, siempre con el fin de ser

aceptada e incluida en el “grupo”.

En lo que respecta a lo familiar buscó la aceptación de su padre,

siempre haciendo lo que él le pedía para complacerle y dejar una buena

imagen ante él.

Del lado individual fue donde se concentró el problema, pues al

percatarse Daniela de que no tenía el control de “nada” ni de “nadie”, se dio

cuenta de que lo que sí podía controlar era su cuerpo. Y así fue Daniela

consiguió lo que se propuso: “bajar de peso”, y con esto mostrarle a los

“demás” que ella era funcional y para ella: un logro el perder peso y ganarlo de

nuevo representaba un fracaso inaceptable de autocontrol.

Después de haber tratado analizado el testimonio y de encontrar

“causas”, se retoma la pregunta foco: ¿qué sentido tiene ser anoréxica?, pero

en este caso, ¿qué sentido tuvo para Daniela ser anoréxica?

50
La respuesta más asertiva a esta interrogante es la siguiente:

Por una parte, las anoréxicas expresan un intenso miedo a ganar peso,

lo único que ocupa su mente, son temas relacionados con la comida. Daniela

decía que hubo un momento en cual, desde que se despertaba sus

pensamientos eran: ¿cuánto me voy a comer?, ¿qué me voy a comer?, ¿a qué

hora lo voy a comer? Haciendo que existiera una especie de preocupación por

subir de peso y por su figura. Existiendo esta preocupación también se

enlazaba la preocupación por agradar a sus compañeros y como ella lo

expresaba a los “chavos”. Deseaba ser atractiva y “bonita”. Así pues el sentido

que tenía para Daniela era de autocontrol, de autovalía, demostrar a la

sociedad que le rodeaba que ella también podía ser como “las chavas” guapas,

y que tenían cuerpos estéticos y esbeltos.

Otro punto que llama la atención con respecto al consumismo –que se

mencionó en el marco conceptual- pues como vivimos dentro de una sociedad

occidental la cual toma a la belleza como “algo exterior” las personas luchan

por alcanzar ese esteriotipo que exige la sociedad. Así lo hizo Daniela también

luchó por obtener ese “cuerpo”, conseguir verse como quién aparece en la

televisión, usar la ropa que las personas “flacas” como ella lo decía, se ponían,

entre otras cosas.

Para Daniela ese era el sentido de ser anoréxica, pero poco fue el

tiempo que tuvo sentido el estado de la enfermedad en ella, porque también se

51
terminó, pues el único pensamiento que llegó a consumirla fue el de quitarse la

vida.

CAPÍTULO 2.- “DEJAR HABLAR A QUIEN TAMBIÉN LO PADECIÓ”

Ahora te presentaré a dos personas que quiero mucho, la primera de

ellas es el ser que más amo de esta tierra: mi madre, la otra persona es mi

hermana menor a quien también quiero mucho.

Yo ya he externado lo suficiente, acerca de esta “amarga” experiencia,

considero que también tiene derecho a hablar quien estuvo a mi lado en este

proceso. Elegí a mi madre y a mi hermana menor porque ellas fueron quienes

estuvieron conmigo en cada instante. También lo sufrieron, también lo vivieron,

es importante para mí conocer lo que sintieron, lo que deseaban decirme pero

por “alguna” razón no lo hacían.

Una vez que se detecta el trastorno y que la familia lo conoce, que el

paciente acepta la ayuda, entonces viene el proceso de recuperación. Pero

antes se ha vivido una situación difícil y es lo que paso en el caso de Daniela

dice su mamá:

“Yo no me enteraba que ella no comía cuando nosotros lo hacíamos, pues yo

creía que luego tuviera hambre ella buscaría que comer por sí sola”.

Al menos así, era el comportamiento que comenzaba a mostrar Daniela

en casa por que su mamá:

52
“Creía que el comportamiento que comenzaba a tener pudiera ser por el estudio,

nunca llegué a pensar que fuera un comportamiento por motivos de comida”.

La hermana comenta que:

“Comencé a notar que pasaba “algo” raro en mi hermana porque su piel

empezó a cambiar de color, se le empezó a caer el cabello, este... se empezó a poner

más flaca (...)”

Es decir, por un lado la mamá sólo se mostraba preocupada por ver que

Daniela estaba teniendo un comportamiento diferente y su hermana, en

cambio, notaba los cambios físicos, tal vez esto ocurrió porque pasaban más

tiempo juntas. Su hermana dice que:

“(...) la relación que tenía con ella tomaba aspectos diferentes, cambió porque

era más seria, estaba más triste, enojada, todo el tiempo estaba así. Por lo tanto

pensaba que eso era una señal de que estaba mal”.

Lo anterior concuerda con lo que su mamá comparte, pero además ya

comenzaba a haber cambios más drásticos en Daniela:

“Cuando dejó de ser la Daniela que era antes de tener anorexia, se convirtió en

una persona callada, se encerraba, la pasaba el mayor del tiempo dormida, muy

llorona, corajuda y lo importante: dejo de comer”

53
Todo esto, síntoma de que a Daniela le estaba sucediendo algo grave. A

consecuencia de lo que estaba aconteciendo su hermana se mostraba

confundida porque no sabía lo que ocurría en Daniela, ella misma lo dice:

“Estaba confundida porque no sabía que le sucedía, sólo le hacía preguntas:

que por qué era así, que por qué no quería salir o no quería hablar o siempre quería

estar dormida y por qué dejó de comer y por qué estaba tan flaca”.

Lógicamente Daniela no tenía palabras para expresar el por qué de lo

que estaba experimentando y ella sólo se limitaba a seguir con la vida, que

hasta ese momento se había construido. Tanta es la frustración de su hermana

que dice haberse sentido en esos momentos, con mucho enojo:

“En esos momentos la situación me hacía sentir coraje hacia ella porque no era

la misma de antes y tristeza porque la veía que estaba mala y preocupada también a

la vez porque se podía morir “.

También su mamá comenzaba a entrar en estado de infortunio porque

veía como era qué su hija no era la misma, pero que estaba mal, cada día la

notaba peor:

“Veía a Daniela cada día más triste, sin ánimo de nada, sin ilusiones, la veía

muy deprimida hasta llegar el momento de decir que mejor se muriera porque ella

sólo era un problema”.

54
Y lógicamente también la relación entre madre e hija tomo otra dirección,

ya convivían como lo hacían antes:

“A raíz de esto, yo como mamá, no alcanzaba a comprenderla, sólo Dios y yo

supimos como lograba entender la situación (...), la relación con mi hija era distante –

de su parte- pero yo, a menudo le preguntaba que cómo se sentía, porque me

preocupaba su situación pero al mismo tiempo no quería que se sintiera el que le

ponía mucha atención porque no se concibiera peor.”

A pesar de que todo se había complicado porque Daniela se había

“aferrado” a conseguir su meta, dice su mamá que nunca perdió la fe y la

confianza en Dios:

“Me sentía impotente ante ese panorama pero nunca perdí la fe y confianza en

Dios el fue y a sido hasta ahora mi fuerza. Daniela se aferraba a una idea que la llevó

a todo esto, decía que era gorda, que se burlaban de ella y esto le fue creando un

complejo desde niña.”

Cuentan tanto su hermana como la mamá de Daniela como es que la

vida anterior tenía alegrías, sonrisas y sobre todo dicen que Daniela comía más

y mejor:

“Todo lo que veía era muy diferente porque mi hermana era alegre, le gustaba

hablar más con nosotros, le gustaba comer más siempre comía de todo, le gustaba

mucho el pan, las tortillas (...)”

55
Los comentarios de la hermana coinciden con los de la mamá, pues nos

dice que:

“Antes de que dejará de comer era muy alegre, platicadora, condescendiente

en muchas cosas salíamos de acuerdo, y después no toleraba el que le ofreciéramos

alguna golosina”.

A tal extremo llegaba Daniela, pues no soportaba que le fuese invitado

un dulce o alguna comida, porque desde ese instante para ella ya era motivo

de subir de peso.

¿Cuál fue la razón que ella daba para todo esto? y ¿cómo fue que

acepto la ayuda que le han brindado?, tanto su hermana como su mamá

expresan que:

(mamá)...

“Me di cuenta del motivo por el cual ella dejaba de comer, hasta que ella mima

me lo dijo. Decía que no comía por que sentía que no era aceptada, que no la querían

como a las demás personas. Daniela dejó de comer todo tipo de sopas, dulces,

refrescos, chocolates, comida grasosa, sólo comía a veces alguna manzana y eso, no

toda”.

Su hermana dice que:

“Mi hermana me contaba que lo que la orilló a padecer la enfermedad fue que:

como mis hermanos le decían que estaba gorda cuando estaba chiquita (...)”

Daniela también hizo uso de pastillas, de laxantes, pues, ella misma en

su testimonio comenta que: “si querían que comiera, y yo no quería, lo poco

56
que llegará a mi estómago tenía que salir de la manera que fuera”. Y así fue,

dice su hermana:

“Pero de repente dejo de comer de todo la razón que ella daba al hacer esto

era que: según ella se sentía más contenta con ella misma porque dejaba de comer y

creía que con eso iba a enflacar, empezó a hacer dietas hacer ejercicio, pero así

mucho ejercicio, tomaba pastillas para que si comía desecharlo luego, luego para que

no le engordara y tomaba mucho agua”.

Todo este problema que afecto en general a la familia de Daniela

deterioro las relaciones, la comunicación, los lazos de unión se fueron

desintegrando porque la situación que se vivía era tensa y de temor a que a

Daniela le ocurriese algo mucho más grave, es decir que llegará a morir.

Por que Daniela seguía enferma y cada vez avanzaba más:

“(...) y mi hermana así siguió y su carácter se transformó y esto me llevó a que

la relación con ella fuera diferente. Yo era distante porque no sabía cómo tratarla

porque si decía quieres comer esto, se enojaba o vamos acá, no o siempre estaba

llorando y no le podía platicar nada porque no me daba ningún consejo siempre estaba

encerrada ella con sus ideas”.

Es relevante dar conocer lo siguiente, ya que muestra como es que el

aspecto social también influyó para que Daniela desarrollara esta enfermedad,

y su propia hermana lo dice:

“(...) yo pienso que más bien era cuando entró a la prepa, ella veía que las

muchachas estaban flacas y así, que los muchachos las querían así flacas y yo pienso

57
que fue eso lo que la hizo que fuera anoréxica porque creía que así ella pensaba que

así la iban a aceptar pero no”.

El entorno en el cual Daniela convivía era en relación con una fuerte

carga de esteriotipos con respeto a la aceptación ligado a la figura. Hablando

de las presiones sociales: del deber hacer, porque sino no poder ser dentro de

esta sociedad. De aquí que incluso las relaciones de amistad que tenía se

terminarán:

“Al final las relaciones de amistad que tenía, ella misma se apartó de ellas y

pues la fueron dejando; como vieron que era diferente pues no sabían así bien qué

tenía porqué se comportaba así y pues sí también se alejaron algunas amistades de

ella como fue cambiando, su forma de tratarlos era diferente o hablaban nada más de

las dietas (...)”

Se muestra una situación difícil, porque por un lado se busca ser

aceptado y cuando logras estar dentro de los “rasgos” permitidos y exigidos por

la sociedad, esta misma te excluye porque dejas de serle interesante,

simplemente la sociedad es “dura”, juzga y exige sin percatarse de que todo lo

que hace traerá consecuencias.

A raíz de haber padecido la enfermedad, Daniela lógicamente sufrió

dificultades en su salud, su hermana comparte que:

“Cuando se agravó más su enfermedad sufrió dos desmayos muy fuertes. en la

casa se desmayó dos veces, la primera vez yo no estaba aquí en la casa, estaba mi

hermano, ella se estaba bañando y se estaba tallando el pelo, sintió así como

58
mareada y se salió porque ya no podía ver, se salió y se sentó en la tasa del baño y le

empezó a hablar a mi hermano para que fuera porque dice que sentía como que se

estaba muriendo que no oía, no veía, no sentía nada y fue mi hermano y ya la agarró y

la acostó y le puso un suero, ya hasta que le puso el suero ya le empezó como a

entrar vida ya sea que fue cuando sintió que ella no sentía; ella sentía que ya se

estaba muriendo o sea se moría por un momento y el segundo desmayo sí estaba

aquí en la casa pero mi mamá fue la que estuvo con ella estaba almorzando no iba a

empezar a almorzar y le dijo a mi mamá que se sentía mal que se sentía mareada y le

dijo mi mamá siéntate y este y no se alcanzó a sentar y se cayó al suelo y ya mi mamá

le puso alcohol y ya fue como otra vez reaccionó”.

Fueron momentos de dificultad pero tanto su hermana como su mamá

dicen que a consecuencia de esta amarga experiencia, si ha cambiado su vida,

porque en el caso de su hermana, ella dice que:

“(...) cuando estaba en la secundaria empecé que ya no quiero comer o quiero

enflacar, pero ya viéndola como estaba, pues sí le pensé porque dije eso no te da la

felicidad de estar flaca mejor así como estoy así como me cambió su enfermedad

hasta horita me he acercado más a ella también porque así como estaba enferma sí le

hacía caso pero no o sea pues ella sabrá y ya ahorita ya, ya, ya como se podría decir,

la entiendo más porque antes no, no la entendía y ahora ya la entiendo más por qué lo

hizo y ahora sí le puedo dar consejos porque ella está conciente de lo que hizo”.

59
Y su mamá muestra la fortaleza que ha adquirido a razón de esta etapa

que vivió al lado de su hija:

“Después de haber vivido esta desafortunada experiencia mi vida a cambiado

porque a modificado mi forma de vivir, de pensar y sobrellevar las adversidades”.

Al final la mamá de Daniela quisiera expresarle a su hija que:

“(...) se acepte a sí misma y se quiera mucho como yo la quiero y no me

resignaría a perderla en esa situación de buscar la muerte”.

Se han plasmado las experiencias de la mamá de Daniela y de su

hermana, para mostrarle al lector la descripción del proceso de la enfermedad y

cuál fue el sentir de los familiares de Daniela, qué repercusiones hubo. La

madre deja ver dentro de lo que comparte que: al haber creado Daniela su

propio mundo, no dejaba entrar a nadie más y su sentir era de preocupación,

de angustia, mientras que la hermana se muestra también preocupada pero al

mismo tiempo sale a relucir el “coraje” que le provoca lo que la misma Daniela

se estaba ocasionando. Lo que ocurre ante todo esto, es que Daniela lo hacía

de manera inconsciente, no fue “algo” que ella escogió vivir.

Por eso, después de esos años, de sombras de estar dentro de una

pesadilla y de sentirse inmersa en un laberinto sin salida, Daniela dice:

60
3.1.SE HA ABIERTO UNA PUERTA

Las consecuencias derivadas de padecer anorexia, son peligrosos, tristes y

muchas de las veces ocasiona daños irreversibles y en otro nivel: la muerte.

Las consecuencias de las que habló, yo Daniela, son desde lo físico,

psicológico y social. Habló en este momento, desde mi presente. Recuerdan

como comencé a hablarles de mi experiencia: así me pasó, y así como pasó y

como sigo encontrando día a día la respuesta y la mejor solución, para no

volver atrás, así les puedo decir: que para mí se ha abierto una puerta,

después de haber estado en ese laberinto del cuál creí nunca encontraría una

salida.

Les voy a contar. Anorexia, una palabra que me atrevo a decir con más

confianza, me dejó enseñanzas y una nueva filosofía de vida. También cambio

la vida a mi familia. Si les cuento a acerca del impacto a nivel fisiológico –ahora

que lo reflexiono, hasta yo misma me asombró con lo que estaba haciendo-.

Desde este punto, en primera instancia mi cuerpo, mi apariencia no era nada

agradable, “qué contradicciones y antes pensaba que era lo mejor”. Mis huesos

parecían que se iban a salir, mis pómulos estaban sumidos, mi cabello se caía

a diario, parecía que se acabaría. El color de mi piel era amarillo, siempre tenía

frío, mi menstruación no venía como la de cualquier jovencita –deje de

menstruar por completo-.

Sufrí dos hipoglucemias –estos, son desmayos porque el nivel de azúcar

con el trabaja el cerebro no es el adecuado para que funcione- la razón: no me

61
alimentaba y tomaba demasiada agua, así que si durante el día ingería algo de

alimentos los pocos nutrientes que entraban en mi cuerpo, los desechaba

debido a la cantidad de agua que bebía. Por lo tanto mi cerebro no podía

trabajar más, a consecuencia de estos desmayos mi raciocinio ya no era igual,

se hicieron dos lesiones en el cerebro, la coordinación de mis movimientos

eran “torpes” al igual que mi lenguaje.

El médico me informó que al sufrir un desmayó más, era muy probable

que entrará en una especie de “coma diabético” y quedará como un “vegetal”,

creo que eso fue parte de lo que me ayudó a reaccionar. También se me

informó que sí en un futuro desearía ser madre, no lo podría hacer, ya que no

menstruaba y mi cuerpo se estaba imposibilitando para la procreación, esta

parte hizo que cimbrará todo mi ser, pero seguía en pensamiento: “quiero ser

feliz, entonces... para ser feliz necesito estar flaca”.

Mi situación era como:

-¿qué te estas haciendo Daniela?, no puedo dejar de hacerlo.

Por más que deseba dejarlo, no podía. Sólo trataba de hacerme feliz y

siempre decía:

-tengo que ser feliz aunque tenga que morirme de hambre para

lograrlo.

Hablaré ahora de las secuelas psicológicas que desde mi vivencia me ha

dejado esta enfermedad. Después del proceso que llevé, sesiones

terapéuticas, con dos psicólogas, me di cuenta del poder que tiene la mente

para manejarme, controlarme. Esto que comenzó como una simple dieta, se

62
apoderó de mí mente, de mis actos, de mis pensamientos, de mis reacciones y

principalmente el que me sucediera esto me condujo a seguir con mi propósito

y dañarme más.

Mis pensamientos eran sólo “comida”, pero NO COMERLA, sino cómo

hacer para deshacerme de ella y que no entrará en mi cuerpo. El resultado de

toda esta vivencia causó impacto no sólo a nivel personal sino también dentro

de la familia a la que pertenezco.

La vida que llevábamos dio un giro por completo, probablemente la

tranquilidad en casa no era completa, pero no había mayores preocupaciones,

hasta que llegó esta mala racha y cada nuevo día era eterno y que decir de mí,

si el tiempo parecía perder todo sentido y diez minutos me parecían una

semana y después pasaban los días sin que me diera cuenta, pues sólo

deseaba dormir y apartarme del mundo.

Fue un duró impacto para mis padres el que su primera hija, mujer,

estuviera sufriendo dicha enfermedad, porque hasta entonces no había dado

problemas y de un día a otro todo tomó otro rumbo, su hija se estaba muriendo.

Pero también tuve problemas en mi entorno. En un principio el sentirme

rechazada después buscar la solución, conseguirlo y en este camino poco a

poco alejarme de esa sociedad que ha sido cómplice de la formación de

estructuras de presión que lleven a la persona más vulnerable a caer sin

remedio en su trampa.

63
Estar acompañada y rodeada de gente, pero sentirme completamente

sola, sin posibilidad de entrar de nuevo en los “círculos” sociales a los que

estaba –por lo menos- acostumbrada. En un abrir y cerrar de ojos, fui señalada

pareciese como si lo que tuviera fuera alguna enfermedad contagiosa, toda esa

gente que esta cargada de prejuicios y que también les toca la responsabilidad

creadora de trampas. Si era “gorda” porque era “gorda” y ahora porque cumplía

con los requisitos que la sociedad “me pedía”, el punto esta que nunca agrade.

Pero no era cuestión de agradar a los demás, que equivocada estaba, lo

importante era sentirme bien conmigo misma, con mi cuerpo, con mis

cualidades, trabajar en mis defectos. Poner atención en Daniela, no en lo que

los “demás” pedían. No tengo porque satisfacer a alguien más, sí primero no

estoy satisfecha conmigo misma.

Una sociedad que te excluye pero que cuando necesita de ti, entonces sí

eres importante, personas que sólo buscan la decadencia del otro. Y después

de estar inmersa en el problema, quede fuera de todo lugar, ¡claro! ¿Cómo

pensar, siquiera que podía tener una vida fructífera como la tenía antes? Si mi

ánimo estaba por los “suelos”, las ganas de vivir se habían “ido”, mis ilusiones

ya no existían, mejor era desaparecer. Así que... ya no importaba nada, pero

una madre incansable, valiente y tenaz no permitió que el anhelo de su hija se

cumpliera –morir-.

64
Después de un largo proceso de curación, aproximadamente dos años,

fui comprendiendo el sentido que tuvo para mí ser anoréxica. ¿Saben? Estoy

segura que esta enfermedad es como el alcoholismo, no se “cura” sino que se

controla. Muchas veces le hice la pregunta a mi psicóloga: ¿me voy a curar?,

¿de verdad, me voy a curar? Y su respuesta era un: SI, creo que esa respuesta

ayudaba a que yo siguiera adelante.

De antemano sé, que seré anoréxica para toda mí vida pero... en la

medida en que tenga las herramientas necesarias y adecuadas para continuar

viviendo, sabré controlarla.

¿Por qué digo esto?, pues porque aún albergan en mi pensamiento la

necesidad de estar controlando cada paso que doy, con respecto a lo que

como, a mi manera de actuar y mucho más. Pero lo que también es una

realidad y que es palpable, es que todo lo que tenía detrás de mí y que me hizo

ser una persona vulnerable a padecer anorexia, se ha quedado atrás.

Pero he sido consciente, lo he hecho consciente, porque he trabajado en

mi interior, me estoy conociendo, me pregunto qué es lo que quiero en la vida,

para mí vida, he vuelto a recobrar mis ilusiones y las ganas de vivir.

Todo lo que he podido lograr ha sido a base de QUERER SANARME.

Muchas veces, en mi recuperación di pasos hacia tras, tuve crisis que me

hacían caer y que lo que había avanzado se terminará en un instante. Pero de

eso se trata sino hubieran crisis, no habría crecimiento.

65
La lucha es constante no se abrirá la puerta de un día para otro. Y lo que

es una verdad es que: si tú al igual que yo sufres anorexia y no pones de tu

parte, aunque tengas las posibilidades de acudir con los mejores especialistas,

aún con esa oportunidad, la única persona que tiene en sus manos el rumbo de

su vida y el deseo de estar bien, de reintegrante a tu “mundo”, de buscar la

felicidad eres y serás TÚ MISMO.

Es verdad, HOY PUEDO DECIR QUE PARA MI SE HA ABIERTO UNA

PUERTA, no ha sido fácil. Mucho tiempo estuve encasillada en buscar el

sentido de mi vida y mi felicidad, en crear el cuerpo perfecto y poder ser

querida y aceptada por todos. Pero lástima, porque esa no era la solución.

Probablemente quienes tengan la oportunidad de leer este texto y que tengan

el problema, se pregunten:

-¡sí!, pero ¿cómo le hago?:

yo no te puedo dar la solución, la respuesta esta en ti y en las ganas que

tengas de vivir, sólo te digo que no busques tu felicidad, complaciendo a “otros”

o dejándote llevar por tu entorno. No juegues con tu vida. Y si tienes este

problema lo primero que debes hacer es aceptar que lo tienes y posteriormente

permitir que te ayuden, deben ser personas especializadas.

66
CONCLUSIONES

Los valores estéticos de hoy en día están configurados para que exista

una desvalorización de la belleza innata, es decir la belleza “natural” y se lucha

por conseguir la belleza adquirida, la que se obtiene por medio de operaciones,

productos cosméticos y falsos procedimientos para convertir tu figura en “una

escultura”.

Resultado de imitar desde modelos, artistas, deportista hasta

probablemente “el vecino o el amigo” que tiene “el cuerpo perfecto”. Estudios

dicen que, cuando la persona que padece anorexia expresa estar gordo, al

mismo tiempo esta diciendo que no es lo suficientemente bueno para hacer

determinada cosa, que no es aceptado, que no es competente.

Cuando se habla a nivel social, se culpa principalmente a los medios

masivos de comunicación así como al mundo de la moda. El incremento de la

enfermedad ha llegado a grados impactantes por lo que pone en alerta a la

sociedad y las autoridades para crear políticas sociales que ayuden a

contrarrestar la situación.

Al abordar pues el problema de la anorexia como un estudio social y es

hacerlo a conciencia de que es un proceso sistemático, de tomar a la sociedad

como un asunto patógeno –enfermo- para que así se vaya en busca de las

variables sociales.

“La acción social, es el marco, es el referente de valores unas veces

coincidentes y otras en contradicción con el sentido de la cultura en el que está

67
inmerso o interpreta”34, por medio esta acción social se buscan las variables

sociales que sean representativas, como muestra son: el sexo, la clase social a

la que pertenece el individuo, la edad, pero vale la pena decir que las que nos

darían mejor panorama serían el profundizar en la construcción de la

personalidad y de la identidad, para comprender el significado de su mundo,

para darnos cuenta y extraer la raíz del por qué del mundo simbólico que estos

enfermos se construyen, además de saber qué valor tiene para ellos el estar

delgado, qué significado tiene y cómo definen belleza.

Es por esto que dicha investigación también plasma cuestiones

históricas del surgimiento de la enfermedad, porque desde entonces se

observa cuales variables se encuentran relacionadas con el padecimiento y

ayudan a ir construyendo conocimiento, respuestas y posibles soluciones al

problema, esto porque se esta tratando desde la raíz.

Se observa una relación continua con la clase social a la que se

pertenece y al género desde la historia. Son notables los cambios, hoy en día

sinónimo de belleza es cirugía pero esta “cuesta” y mucho, por lo que indica

que sólo las clases altas puede lograr este fin y por otro lado en la clase media

y media baja se observa un nivel de ingresos mucho menor y un mayor índice

de obesidad.

Procede que la variable clase social y nivel ingresos son significativas ya

que entre menor el ingreso es mayor la probabilidad de que dichas familias

34
http://www.uclm.es/profesorado/ricardo/Docencia_e_Investigacion/PilarCisneros.htm

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consuman alimentos de mayor contenido energético y quienes tiene

oportunidad de adquirir alimentos proteínicos y de mejor calidad son las

familias adineradas. Y a partir de que existe un mayor número de obesidad es

que se va manifestando el problema de anorexia.

Ya que uno de los factores predisponentes también es haber sido gordo

en la infancia, haber sufrido desprecios y rechazos es ocasión para hacer

vulnerable a la persona.

Por lo que se necesitan de manera urgente se trabaje en materia social

de políticas sociales, se lleven a cabo estudios, tanto a nivel municipal, estatal

y federal para obtener la información congruente y al menos cercana a la

realidad. Y de esta manera comenzar a combatir el problema.

Después de realizar dichos proyectos es preciso se den posibles

soluciones, probablemente que se comiencen a dar más y mejores clases de

educación física en las escuelas, que se haga obligatoria esta asignatura, que

se les den desayunos nutritivos en escuelas y que se eduque desde casa.

Que a cada miembro de familia se le den las herramientas necesarias de

autoestima, auto respeto, auto confianza, seguridad en sí mismo y en la

medida de lo posible y disolviendo las creencias de belleza iguala éxito,

conforme se valore las capacidades y habilidades de cada individuo y no su

apariencia física.

69
La palabra clave como sociedad es: ser consciente del mundo en que

vivimos y conforme la sociedad se vaya desligando de sus propias presiones

ataduras, el colectivo podrá dar pasos agigantados para un mejor desarrollo y

no para ir deteriorando a sus integrantes.

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