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Peter Burke Historia y teoria social Nan rr social Al A Frsrcoshenss3 Amorrortu/editores 1. Te6ricos ¢ historiadores Ete ibro es un intento de contestar dos preguntas en igaftosamente simples: ual e la utilidad de la tooria so tal para los historiadores y cud! la de la historia para los {ericos sociales? La clifie de -engafosamente simples» porque sw formulacién aculta eiertas distineiones impor tantes, Diferenteshistriadoresotipos de historiador han ‘considerado ities distntas teorias en diferontes aspectos flgunas como un mateo abareader y otras como un medio iver un problema especifico, Otros han mostrado y todavia muestran una fuerte resistencia ala tori. Tl vez tambien sea si distinguir ls teorias de los modelos y con ceptos, Relativamente pocoshistoriadores ulilizan Is teo ri en el sentido riguroso del término, pro son mis Tos que se valen de modelos, mientras que los conceptos son vir~ ‘malmente indispensables. La distincién entre préctca y teoria noes idéntica a la istincién entre bistoraysociologi,u otras disciplinas co ‘mo la antropologia social, Ia geografa, a politiao la eco rnotnia, Alguns investigadoros de esas diciplinas desarro Tan estudoe de casos en los que la teoria sélo cumple un papel menor, Por otra parte, alguncs historiadore, sobre todo los maraistas, diseuten con vehemencia los problemas tesriens, aun cuando se quejen, tal como lo izo Edward "Thompson en un famosa ypolémico ensayo,delo que 6a rm cla miseria de Ia toria» (B. P. Thompson, 1978). Des Puss de todo, dos conceptos queen los stimos aos han te pido suma influencia en la sosologa, la antropolgta y los estudios politicos fueron en su origen lanzados por histo adores marxistas britdnioos: la «economia morale, del ‘propio Edward Thompson, y la winveneiin de la tradicin e Erie Hobsbawm (2, P. Thompson, 1991, pags. 185-258 Ipublicade por primers vez en 1971]; Hobsbawm y Ranger 1983). En lineas generale, sin embargo, quienes trabajan en ‘esas otras disciplinas emplean los conceptosy la teoras con mayor frecuencia y demanera ms explicit, seria yor ‘ullosa que los historiadores. Eta diferencia en las actu, des hacia a teorin explica a mayoria dels confitos y ma Jentendidos entre los historiadoresyel resto, Un didlogo de sordos Ls hstriadoresy los sailogo (en partiesla) no siempre fueron los mejores veins, Son veins ntlecen les, sin duda, enol sentido de que ln prufaionaie de amas dsciplinaa se interesan come lv anroploys Giles) por la sociedad enw cnjunto, et om on od a sama de comportamintos humane. stn spect flere de los economists os gegrafe oles epesnints en eatin plitiom o align Lasociooga pute define como etude soi dad humana, con énfsisen ls generalizaions sob x estructura y desarallo, Lahistrn se deine mej conga esto de las soiedades cultures) humana on ray ! Galas se desplaza hacia ls diferencias entre lis también hacia las cambion ccuridos en eada uncon transcurse del tmpo, En onstnen ls den enfs se han jugado contraitoris, pero es mis rsaslos ono coplementaris Séomtdiantesucnmparsion oa otra podemosdessbrien qué aspects ina naccded a termina s nia. Beambin etd estructura asec ian, En rigor el proceso de seoleuctora enotninan algunos soclogoe, a lege ser un fio de tenon en als reciente Giddens Ios 1960 ven ina pig 2021 isteriadores ttre soils tenan la oportunidad de iberarse unos w tos do diferentes tips de pov alana Las historiadres caren elie dent ests un sentido cas itera de trmino. Daas que genera se eapcialzan en una regi n partial al es leguen 16 ‘garde considerarla una combinacin singular de elemen: tos, cada uno de los cuales tiene su paalelo en otros laa: ree, Los toricos sociales muestran su provincianismo en tun sentido més metaférico: ee trata de un provineianismo jas temporal que espacial, cuando hacen generalizaciones ‘cerca de la ssoredad sobre Ia base de la sola experiencia. fontemporines, o examinan el cambio socal sin tomar en ‘uenta procesos de larga duracion “Tanto ls socidlogos como los historiadores ven la paja en ol oo ajono, Por desdicha, eada grupo tiende a pereibir al otro en funeiin de un esteretipo bastante grosero. Aun en nuestros dias, algunos histoiadores siguen consideran do aos sociélogos como persons que enuncian Io abyio en una jerya bicbaray abstract carecen de todo sentido de Tugar,y de tiempo, eneasllan sin peda a los individansen categoriasrigias y, para colmo, dseriben estas activida es como seintificass. Lae socidlogs, por su parte, han vis to tradicionalmente a los historiadores eomo reoleetores aficionados y miopes de buchos in ningn sistema, método ‘teorfa,yestiman quela imprecsin de su -base de datos, slose compara con su incapacidad para analizarla, Ens ‘ma, pese ala existenca de una cantidad ereciente de perso ‘nas bilingties, cayo trabajo se examinard en las paginas ‘que siguen, sociloos e hstoriadores no hablan todavia el ‘mismo idioma. Su eonversacin, sein dijo una vere is toriador francés Fernand Braudel (1958), ha sido con fre feeneia un wdidlogo de sordos: Para entender esta situacion quiré sea stil visualizar Jas diferentes diseiplinas como profesiones y hasta subeul turas distintas,con sus propioslongusjes, valores y menta- lidades oestilos do ponsamiento,refrzados por sus proce $0 respectivos de eapacitacin o-socialzacin-. Los soci logos, por ejemplo secapacitan para sefislaroformular re: las generales y a menudo descartan las excepciones, en tanto que los historiadores aprenden a poner su ateneion ‘nel detalleconcreto a expensas dels patrones generales @, Col, 1962; T. Erikson, 1970). Desde un punto de vista histrico esté claro que amas partes son culpables de anaeronismo, Hasta hace relativa ‘mente poco, muchos teéricos soins consideraban que Ins historiadores tadavia se preocupaban por no mucho més aque el relat dels acontecimientos politicos, como sito ‘ia fuera dominant el enfoque asociado‘eon el gran histo ‘ador decimondnico Leopold von Ranke, De manera simi lar, algunos histoiadoressiguen hablando hoy de la soo Togia como si se hubiese quedado estancada en a época de ‘Auguste Comte, la etapa de grandiosas generalizaciones sin investigaciones enipircas sistemytieas de medindos del siglo XIX. Como y por qué se desarrollé la oposefon en tre la historia y Ia socologiao, en términos ms generals, centre la historia y la teorta? {Cémo, por qué y hasta qué ‘panto esa oposcin ha sido superada? Estas preguntas tie nen un enracterhistorco, ytrataré de darles respuestas histrieas en la préxima eosin, para lo cual me eocen fraréen tres momentos de la historia del pensamiento occ ental en materia de sociedad: moindos del siglo XVI, mmediados del siglo XIX y los fos en torno de la déeada de 1920) La diferenciacién entre historia y teoria Bn el siglo XVIII no habia disputas entre los socdlogos ylos historiadores por una razén senellay obvia: a socio Togia no existia como discipina independiente. Desde en tnnces,soidlogos y antropéloges han reivindicado para si al toro juridico franots Charles de Montesquieu efile ‘of ehistorindr esooés Adam Ferrson y el historiador y Abogado John Millar (Aron, 1965, pgs. 17-62; Hawthorn, 1976), En efecto, algunas vores califcaa estas hombres de spades fundadores- dela socologa. Sin embargo, e3@ retulo genera la engafosa impresin do que ellos tuvieron ¢l propésito de fundar una nueva disipina, intenciin que jams expresaron, Un planteo similar podria hacerse en ‘elacién eon el presunto fundador de la economia, Adam ‘Sith, que se movia en los mismos circus que Ferguson y Millar ‘Acaso seria major earaterizay a estas cuatro hombres como tedvicos sociales, que examinalan lo que se denom 18 rnabe entonces sociedad civil- do a manera sstemsética en Tn cval pensadores anteriores, de Platon a Locke, habian tnalizado el Estado, Del espiritu de las eyes (1748), de Mon teaguive; Un ensayo sobre la historia de la sociedad civit (116D, de Ferguson: The Origin ofthe Distintion of Rams (GBlorigen de fa distincién de los ranges, 1770), de Millar, J ba rigueza de las nacions (1776), de Smith, se ocupaban era teoria general, la flosofia de la sociedad, sean Tasasba Millar. “Las autores discutin sistemas econdmicos y sociles, como el sistema feudal enn Europa medioval (una elase {de gobierno» earacterizad por la destentralizacién) 0 et ‘sistema mereantilscontrastado con el sistema de sag Gulturar) en la obra de Smith. De ordinario,disting uatro pos principales de sociedad, de acuerdo cone er: terio de su modo primordial de subsistencia:caza,erianza Ge animales, agrcultura y comercio. El Ensayo sobre ef principio de ta poblacién (1798), de Thomas Malthus, con ‘famosa proposicién de que la poblacdn tend a creer hasta los limites de los medios de subsisteneia, se valin de ‘Uno podria, con igual propiedad, deseibir a estos ted ricos scales como historiadoresanalitios o, para usaf et término del siglo XVI, historiadoressfilosicos. El ter ‘cer libre de La rigueza do las naciones de Smith, que se oe ps del -progreso de la opulencia, es en sustancia una bre- te historia eeonGmia de Europa. Montesquieu eseribio ‘una monografia histéria sobre la grandera y decadencia {de Roma; Ferguson se refiri al progreso y la terminacion dd la Replica Romana, y Millar se oeup6 de la relacion tentre el gobierno y ln sociedad desde la epoca de ls ang Sajones hasta el reinado de Isabel Malthus, como antes lo hhabien hecho Montesquieu y el solo estocés David Hu ‘me, se interesaba en la bistoria dela poblaciin mundial ‘En aquellaépoea, los eruditos menos preoeupados por Ja tooria pasaban tarabién del tema tradicional de a histo fin Ia politica yl guerra al estudio de Ta historia social en ‘lsentido de las transformaciones eneleomercio, las artes, el derecho, las costumbresy las smaneras.Por ejemplo, et sayo sobre las costumbresy el esptritu de fas naciones 19 (1756), de Voltaire stxdiaba la vida social en Buropa des {dela época de Carlomago, Este ensayo no se basal dire tamenteen las fuentes, ero era una stesis audazy ori nal yun aport lo que el propio Voltaire fue el primero en lamar sfiloofa de a historia. Por su parte, la Osnabrie bische Geschichte (Historia de Osnabrtcl, 1768), de fan ‘ionario alemsin Justus Macer, era una historia local exer {asobrela basede os documentos originales, pero también ‘uno de os primeros ejemplos dea contribucion dela teria social al andlisis histric. Con seguridad, Maser habia le do a Montcequieu yu leetura lo alent a examiner la rele in entre las instituiones de Westfalia y su entorno (com rere con Knudsen, 1988, pags, 94-111). Pr otro lao, la famosa Historia dela decadencia yrui nna del Imperio Romano (1776-1788), de Gibbon, era una toria tanto socal como politica, Sus eapitulos sobre las Fhanos y otros invasores harbares, que pani el seento en rasgos gencrales do los habitos de las snaciones pastora les, revelan la deuda del autor con las ideas de Ferguson y h (Pocock, 1981). Para Gibbon, la eapacidad de ver lo al en lo particular era una caracterstiea del trabajo uien él llamabe el histoiadorsflossico Cienafios después, la rlacén entre a historia y Ia teo ria socal era bastante menos simétriea de loque habia sido ddarante la Mustracion. Los historiadores se apartaban no silo de la teria social, sino también de la historia social, En la ultima parte del siglo XIX, el historiador més reve renciado en Oteidente fue Leopold von Ranke, Hate no re chazaba lisa y lanamente Ia historia socal, pero en gene- ral sus libros se eoncentraban en el Estado, En su épocay Jade sus seguidores, que fueron més radicales que si lider como suelesuceder-—, la historia politica reeuperd su an tigua posicién dominante (Burkes, 1958) Esta retirada de lo social puede explicarse de diversas ‘maneras. Eo primer ga, en ese periodo los gobiernos eu ‘Topeos comenzaban aver la historia como un medio de pro ‘mover la unidad nacional, un instrumento de educacion para la cindadania o, emo podria haberlo expuesto un ob servador menos favorable, un medio de propaganda nacio nalista. En una époea en que los nuevos Estados de Alema- 2» sin ins ol igual gon Bata fa antignon oo Peep Gy Bap tii nn por sores Insy universdadesfmentaba la ntpracin politen, Co mote naturale ipo de historia que los gobiernos eran Gispocstonfiaancar rea isto el stad, Lo vines Ins entre os histoiadoes ye gobierno fern particular tment uertes en Alemania, Usa sequin ecgeasia del retrns a In elon so plantea en trminos intelectual, La evolu histéricn ret erases ate gree ranean fentes lon modes, vn ntact dl so de ato as anteriores, -rnica, en benefice dl reco alos Teistrosofcile de lon gobiernos. Las historiadores co Imenzarn a trabajar con rgularidad on archivos ye Ieraron un conju de nin cada ver ms sfticcas para evalua la coniabildad des documentos que enon {raban en elle, Por consguiente eestenan ques hi ‘tas ecninia Dyatvany Gertie gun endo rare Aeceores, La cifuni de lo nuevos ideals intlactolas fee ete racial aie aed lg XU tr stron ee ptmar eos O univeratarios (Higham, Kreger y Giibrt 1068, ge 320.55 Boor, 1098). Ta obra deo historiadores cial pari poco roe sional ando se la cmparaba con la de los histeriadres Tankanoos del Estas, Cinteria scien, en renlier, Unaexpresin demasiado precisa paradsinarla que aan setratab,en a pte, como na catggorn residual. La a caer tees pence a tase tn push oni por la polite, formula pr GM. Ea Sete es ea ear t ope ara une elaracin expla El famowo ctl abe avo dad do fines del XVII da Historia dela revolt de In loterra (848), do Thomas Macey, fo dascrpto por an Cro conlempordies de manera cra perone del doin just, como una cig nda de ctiosdader,porgue le diferentes icon —cantnos, narimonion,periicn, ae eter te eee Sea como fuer, la historia politiea so eansidraba (al, rmenos dentro de la profesén) mas real o mas seria que el ‘studio de a sociedad ola cultura, Segun ee dice, cuando R. Groen publics su Historia del pueblo inglés (1874) —an libro que se centrabe en la vida cotidiana a expensas de batallas y tratados—, su ex tutor B.A. Freeman sonalé ‘que, si hubiese exeluido toda exa cosa social, Green po dria haber eserito una buena historia de Inglaterra (et Burrow, 1981, pags. 179-60, et prjuicios no eran patrimonio exclusivo dels in ese. Bn el mundo germanopariante, el ensayo de Jacob Burekhardt, La cultura del Renacimiento en Italia (1860, Juego reeonocio como un elisieo, no fue un éxito en el mo ‘mento de su publieaion, probablemente porque te basaba fen fuentes iterariasy no en documentos oficiales. BU isto- riador francés Numa-Denis Fustel de Coulanges, euya ‘obra maestra La ciudad antigua (1860) se cupaba sobre todo de la familia en Ia Grecia y Ia Roma antiguas, fue un caso relativamente excepeional, porque goa6 del preci de sus colegas peofesionales a la vex que insistia en que Ia historia era la ciencia de ls hechos sociales sacioogia. En resumen la revoluciénhistrica de Ranke tuvo una. consecaenciaimpreviata pore de extrema importancia. Co ‘ma el nuevo enfogue -documentario:fansionabe mejor con Ta historia politiea tradicional, tu adopcign lev alos histo adores decimonénicos « ser ms limitados y, en cierto sentido, més antieuados en su elecein de tomas que sus predecesores del siglo XVII Algunoe de ellos rechazaban la historia social porque no era posible estudiarla cient camentes, Otros renegaban de la sociologia por la razén ‘puesta: era demasiado cientilia, esto es, abstracta y go ‘eral, y no admit el eardter nico deiividuos y acon tecimientas Este rechazo de la saciologia se articulé con la mayor claridad en Ia obra de algunoe fsofes de fines del siglo XIX, muy en particular Wilhelm Dilehe! Bate, que eserbia tanto historia cultural (Geistesgeschiete) como flosfi, sostenia que la sociologia de Auguste Comte y Herbert ‘Speneee (al igual que Ia peisologia experimental de Her Ta verdadera 22 mann Ebbinghaus) era peeudociontifca porque proponta ‘explicaciones causales, Dilthey traz6 una famosa distin ‘Gon entre las ciencias, cuya meta es expliar desde fuera Gritaren),y las humanidades,ineuida la historia, en Tas tales el objetivo consste en entender desde adentro (vers (then) Las estudioeos de las ciencias naturales (Naturvis: fenschafen) emplean el voabularo de la causalidad, pero foo eetudiosos de las humanidades(Geisteswissenschajten deen hablar el lenguale de la expe similar fue la adoptada por Benedetto Croce, que {que mis eonocide como fl6s0f, fue asimismo uno de los Historiadoresitalianos mis destacados de su tiempo. 1906, Croce rechazs Ia solicitud de apoyar In creacion de ‘una eétodra de sociclogia en In Universidad de Népoes, onveneido de que sil se trataba de una pseudorinci. ‘Por su parte, ls teens sociales asumieron wna postu ‘rm cada vex més critica con respect alos historiadores, bien continuaron estudiando el pasado. EI Antiguo Regi men y la Revolucn (2856), de Alexis de Tocqueville, fu tuna obra seminal de historia basada en documentos or sinsles, ai como un hito en materia de teoria socal y pol fica EV capital (1867), de Karl Marx —cono La riquez de Tas nacianes, de Smith, fue un aporte sero tanto a la historia como a la teoria econdmicas, en el que se analiza ban la legislacién labora, el paso de las artesanias alas ‘manufacturas, la expropiacign del eampesinado yotrs te tmas(G. Cohen, 1978), Aunque va su 6poca despert relat vvamente eseaso interés entre ls historiadores, In obra de ‘Marx leg a ejercer una vigorosainfluenci sobre la prée tica de a historia, en especial entre 1945 y 1969. En evanto ‘Gastay Schmoller, una figura importante en la lamada txcuelahistérea de ezonomnia politica, ex mas ennocido co ‘mo historiador que como economist. Tequevile, Marx y Schmoller adoptaban una postura ‘nodemasiado habitual al combina Ia teoria co un interés eft los pormenores de stuaciones histricas concretas. Af hes del siglo XIX, en una serie de dssiplinas aeadémicas temergentes, era mucho mis comin la preeupacion por las tendencias de larga duracién, yen particular por lo que is ‘ontemporineos denominaban -evolucidne social, Comte, 28 por ejemplo, crein que la historia soca, 0, segtin la lama bua, la shistoria sin nombres de individ y ni siquiera de pueblos, era indispensable par el desenvolvimiento dela ‘eorfa social, quel fue el primero en batizar-soialogin {La obra de su vida podria deseribirse como «flosofia de la historia, en cuanto se trataba en lo fundamental de una division del pasado en tres eras: aera de la eligi la era de a metafisia yl era dela cencia, Bl smétado compara tivor otra consigna de la epoca era historico en la me ida en que implicaba situa eada sociedad ( incluso ead costumbre o artefacto) en una escala evolutiva Aron, 1965, ‘igs. 69-110; Burrow, 1966; Nisbet, 1969, capitulo 6) Elmodelo de las leyes dela evolucign vineulabe las dis tintas disciplinas, Los ecanomictasdeseribianel desarrollo desde una seconomia natural» hasta una economfa moe taria. Las abogados exploraban la evolucién desl el -esta ‘us hasta el veontratos. Los etndlogos presentaban el eam bio social ¢omo una evolucién del «salvajsmor (que tam: bign se conocia por el nombre de estado silvestre 0 «nat ral» dela humanidad) a la - se acudé para hablar de una cl fe obrera- en tin momento en que sus miembros careefan el necesario sentido de slidardad. Deboconfesar que es taidea de una conciensia inconsclento no me parece de uti lidad. Bl lenguaje de los sintereses> de clase es, con se sguridad, ms explicitoy menos enganoco "En os ltimos veinte anes, poco mis omenos, sha pro dlucido un gran cambio en eso que ls istoriadores dan al termingcelase, Antes lo trataban como un hecho soca, pero ahora lo ven esencialo primordialmente eomo un fe ‘némeno linguistio. El eambio se adverte muy’ en particu lar en el eazo de los hitoriadores de Ia Gran Bretana del siglo XIX, Un estudio del -lenguaje de daso> so remonta a 1960, pero la importanci del lenguaje en el desarrollo de Ineoncienci,s, por tanto, en Ia eonstrucion de la clases sociales, slo comenzs a destacarse on las décadas de 1980 {¥ 1990 (Briggs, 1960; GS, Jones, 1985; Joyce, 1991; Feld ‘man, 2002, sobre todo pags. 201.8). Bste eambi fue, por supuesto, parte de un -gir lingstco» mais general en la historia y Ia teoria socal, centrado en la seonstruccién Aiseursiva- no so de las clases, sno también dels tribus, castas ynaciones (véase infra, pig. 249). Los métodos cuantitatives Coma vimos en la sec anterior, et controversia entre Vinogradoff y Maitland se zanjé, al menos hasta cierto unto, mediante un eflewlo del nimero de seflorios, Sin ‘embargo, ol uso de métodos cuantitativo en historia y so éologa, sobre todo, ha sido una cuestin bastante pom ex durantela tltima generacién. En las décadas de 1960 y 1970, los partidavios de esas meétodos eran seguro y gre sivos, rtieaban otras enfoques por ser smeramenteimpre- sionistas, usaban el lengunie de la ciencia (una habitacion ‘empleada para el andlsis de contenido de los texts podia Aeseribirse como un slaboratorio:)y afirmaban que los hhstoriadores no tenian otra opeién que aprender a progr ‘mar computadoras, En las dos décadas siguientes hubo una rence contra esa tendenca,vineulada al surgimien- tode la smicrohistoris (véase ina, nag. 65), Hoy puede ser un buen momento para un anaisis mas equlibrado, {Los métodos cuanttativos de investigacin tienen una Targa historia. Bn la antigua Roma se hactan periéica ‘mente censos del imperio, mientras queen la Francia del siglo XVIIL se publiaban los precios de los granos endif rentesciudades. Desle hace tiempo, los economistas basan ‘sus andlisis en estadisticas relacionadas con los precios, la produecion, ete lot historiadores econdmics ya seguian su ejemplo on el siglo XIX. Lo relativamente nuevo, y todavia controvertdo, es la dea de que lo meétodos euanttativos pueden ser tiles en el estudio de otras formas de eomportamiento y aun de ae titudes humanas. Las socdlogo, por ejemplo, evan a cabo Jo que denominan sandlisis por encuestas- mediante Ia presentaciin de euestionaries ola realzacion de entrevis- tas aun grupo de personas lo bastante grande para perm tir un andlisisestadistion de las respuesta, Tambien los Pricélogos recurren a euestionaris yentrevistas, Los pl tologasestudian Is estadisticn electorales —~peeflogia-, segin se ha dado en lamar este enfoque—y las eneuestas de opinign publica, que son una suerte de ivestigacin so cial, Los demégrafesanalizan la variacionesen los nies de nacimientos, matrimoniosy muertes en dstintas socie 68 dades, De modo més opinable, algunos investigadores dela ‘omunieacidn llevan aeabo lo que se denomina -andisis de femtenidos-, que a menudo se presenta hajo el aspeeto de tmestudio cuantitativo de diris,revistas libros progra- mas de televisin, en el que se examina el espacio asignado ‘0. un tépicoespeciio, a freevencia de apanicin de cietas palabras, etectera Buen nimera de historiadores han seguido estos cam nos. Para escribir su historia del Brasil de fines del siglo XIX, Gilberto Freyre (1959) envi un cuestionaro a varios tientos de sobrevivientes de esa época (ineluido el pres dente Getilio Vargns, que no respondid). Los métados del fanlisis de contenidos, 0 lexioometri, se han aplicado a oeumentoshistoricos, como las ists de reclamos eofec tonadas por ciudades yaldeas en los albores de Ia Revol cn Francesa. Los demégrafeshistérions han contado ns ‘dmientos, matrimonis y muertes en registro parroquin Tes y fuentes similares, El auge de la computadora perso nal alenté a los historiadore utilizar métodosCuantitat vos, ya que esa herrazienta Jos iberaba de la necesidad de perforar tarjetas, eonsultara programadores, te, aunque ‘més 0 menos en la misma época comenzé a desarrllarse ‘una reacein en contra de estos métodos, vistos como pseu docientifins(véase ina, pg. 6) Hay mas de un método cuantitativo, ampero, y algunos 8 ajustan mas que otros a los fines de los historiadores. A ‘medida de las necesidades de estos es el andlisis estat code una serie, que muestra, por ejemplo, los cambios pro- Aducidos a lo largo del tiempo en ol precio de los gran, 1a ‘edad promedio de las mujeres al catarse por primera ver, cl poreentaje de voto obtenide por et Partido Comunista en Ins eleecionesitalianas, la cantidad We libros latinos ‘Puestos en venta en la feria anual de libres do Leipzig o la ‘roporein de la poblacin de Burdeos que comulga el Do mingo de Pascua. Esto esl que os franceses describen co- ‘mo shistori serial (histir sre) (Con todo la shistoria cuanttativasowliometrias —dos de los varios nombres que se le han dado— ha adoptado luna serie de formas. En el caso dol andlisis por medio de encuestashistricas debe haceree una clara datinién en- 0 ‘ne las encuestas totals y los muestreus. Se han hecho e&- ‘udios del Senado romano y el Parlamentoingige sobre la ‘base de Ins biografias de tados sus miembros, un metodo emnocido como «prosopagrafias. En éstosetsoe se examina el grupo entero o, como dirian lo estadistico, la spoblacion total. Este método es apropiado para el eatudio de ites relativamente pequeas osociedades en las cuales la infor ‘macin esté dispersa, de modo que los historiadores que trabajan en estos eampos hacen bien en reeled datos que puedan encontrar Los hstoriadores de las sociedades industrials, por su Jado, suelen tener acoeso a més informacidn dela que pue den manejar, por lo cual tienen que proceder a efectuar ‘muestreos. La téeniea de los muestreos fue dessrvollada por Ios experts en estadistien dese el siglo XVII en ade Jante, afin de caleular, digamos, la poblacén de Londres 0 de Francia sn tener que padecer los trastonos los costos do una investgacién mds exhaustiva, El problema radica en excoger un pequefo grupo que sea srepresentatives de la poblacin total vos los por ejemplo, trat6 de encontrar @ mil brasiledos nacidos entre 1850 y 1900 que representaran a Jos principales grupos regions y sociale de la nacia, ‘aunque sin explicar de qué método se valia para selecco a. Paul Thompson seleciond, para entre ‘8 quinientos eduardianos sobrevivientes, sobre la base de un smuestreo de euotas- que presentaba un be lance equilirado entre hombres y mujeres, ciudad y cam, po, nortey'sur, et. similar als proporciones prevalesien ts en todo el pais en esa época (que podian ealoularse a partir de los datos del censo) Freyre, 1959, P. Thompson, 1975, pags. 6-8) (Otros miétodos euantitativos son més complejs. La la ‘mada snueva historia econémica’ de la déeade ce 1960, por ‘jemplo, dfiee dela antigua po su énfasis en la medicion del desemperio de economias enteras, el ceulo del produc to bruto interno en el pasado, especialmente para los pat 8 oecidentales desde 1800, cuando las estalisticas co ‘menzaron a ser rlativamente abundantes y més confi, bles que antes (Temin, 1972), Las conclusiones de estos hi. 60 Itpriadores se presentan con frecuencia en la forma de un fmodelo- de In economia, Para dar un ejemplo simple, podemos valver a Braue, FT goien coer del siguiente ma acon det edie. sien " Hoes defines del ilo XV, Pola een millones cin urbana sei illone, eo es, des por eto ects brute mil dossenton millones de cad ve vie dace por iit connus de cereale si Gento mllones deduces, la tad de produto brats | pobres (definidos como las personas euyo ingreso era ine fart yt ac or ao) ee vi vies pe elapse, epee cae cata Icon cao ceil i at al Gees pro eel 140, cgunda preci fain) eile greta rere fe core ions) raul no tna eaten pare eee rae eee eee eee eee sion cel emia, Lenser dase ‘ln induct, qo tabnjon con datos rates ea cin erences cn la Drea i etic fora tata parce aot er canoe praia eje tae ce cate pee ste eerie Le nahn oie eis ‘dio do nasa por puted una especie cies egress tab ha foc ereenaee fl ot tox conto era impel evar a txt certs tip do tn. Hrs en emer a fl esti davies prosn ya po Gin. El uso de ston moon en algunos sere de a ete tsceteeae new aee a pale ec ay ae eee {Scmmsatirancurntan cn elena do pruces cats Tun lpn koi acl reo aie ee oa ie ee ‘tre (digamos ol grado de rbanieacin y alfabetismo en pepo No baans bx ntio vaniatos tine lgnes liniecane Se, nts nor an pose Ota cown sin npr Nos fel mea es uncooperative yominnesy i teas dn ers, gow mind se capa es cave, cider, ea) por eler ek hayenais con momen sapectonesioe pene (Bure 197 page 2180, or Gung las cvs ipenuaslittetngs menmercne sae ‘Sonen mat que var one wre nesor es ‘nin grpm anos aa ion nee inferne10) Ta rn ied pra lar de dts ant tno tor lone eet de ns ‘Sando, que os so tana een Sree, Darbar ton, ss at alse an a entre dats lativamet cs dec tsiron ise Hlploma rete pratense lane arto ge ude crtase come ares eee Un adopt nr coma lg mearrel urs radon ovariajutoconalgoque nels ely hn demostrads ser extremadamente ingentns nn bieguod ones, Bal dad de 190, comin Sato norte Chapin afr gat ae Bis den sal det and aml tenon Se ons tn toa eas con ingen yl spain des tora, deo qe in nels oo ee ‘crest scl do so ila Ba ose e sare po Gas tna jt (sna qu el ule dea despeaae era muy bajo (-2), : Seite interrogate crn ds elisa pac nnd scat vnc aloes 2 Info, pag. 95). Por otra parte, puede suceder que lo que s Porrrseea vista parece un indice tenga sus popias relas de Peviacion. Durante alin tiempo, los hstoriadores del al pabetismo consideraron que la firma en un registro de ma- epeonioe, por ejemplo, era un buen fndice de la capacidad i ler, aunque no de la aptitod para escribir otra cosa fis recientemente se plantearon iertas dudas, Se pun- fast que algunas personas que sabian leer no sabian fir fir (porque certas excuelasensenaban a ler pero no aes Jebin incluso que algunas que sabian eseribir quiza pu fderan una eraz yno una firma en el registro matrimonial, pera no avergonaara wn ednyuge analfabeto. Estas abjeci ee no ton insuperables, pero ta vex mas, ponen de ms ‘nifento las difeultades del paso de los datos duos a los Gatos blandos(Téth, 1996, pgs. 61-2) {Los socidlogos dela religin tienen que enfrentar un problema atin mis agudo, el de encontrar indices para me- {rls intensidad ola ortodoxis de a ereencia religisa, En fel mundo cristiano se han inclinado por atenerse a las fras de concurrencia a iglesias ocapillas, yen paises catli- an como Francia e italia, a la eantidad de comulgantes pascuales, Un ingenioso historiador francés trats incluso fe calular Ia caida de la devocién en la Provenza del siglo XVII sobre la base de In reduceién dl poso de Ins velas ‘quemadas ante las imagenes de los santos Vovelle, 1973) 'No puede haber muchas dudas de que las estadisticas de este tipo tienen una historia quecontar, dado que varian ‘mucho entre regiones y eambian en extremo, a voces de ‘manera muy repentina, cone transeurso del tiempo. Que Jos bistoriadores sean capaces de destifrar esa historia es harina de otro costa Si vamos a utilizar las estadisticas acerca de las eomuniones para estudiar [2 intonsidad de la devoriin on una regién determinada, noeestamos eonocer (entre otras casas) qué significa la préctica de la comu: nién paseual para las personas en euestiin. Bs dif saber fen certeza silos campesinos de In regién de Orleans en el Siglo XIX, supongamos, compartian las eoncepciones cl rlealesortodoxas sobre In importancia de cumplir con sus ‘deberes pascuaese, Sino eompartian esas ideas, un esc ‘0 nimero de comuniones no puede tomarse como el ind 63 cio de una descristianizacién, Tomar Ia temperatura rei siosa de una comunidad, sea alta, baja o media, noes asun tosencllo, Los problemas dorivados de Ia inferencia de actitudes politicas a partir dels cifras electorales son del mismo or den, A doer verdad, la propia nocién de -serie» es probe ica, porque deponde del supuesto de que el objeto dees tudio (testamentos, precios de los grancs, asistencia la iglesia o lo que fuere) no cambia de forma, de significado, ft, con el ranscurso del tiempo. ;Cémo podran esos do ‘umentos o précticas dejar de cambiar a largo plazo? Pero, {c6mo podemos medi el cambio i el instrumento mismo de medicién también eambia’ reste tipo de razones, entre otras, ha habido ciertas eaceiones contra los métodes cuantitativo en el estudio el comportamiento humano, y atin més contra Ine amp loss alegaciones que solian hacerse en su defensa. La in tensidad de esas reaciones, on todo, no deberia exagerar se. Bl uso dela prosopografia por parte de los historiadores es hoy, tal ver, mas amplio que nunca. Es dffell negar el valor de la reconstitueién familar oe intento de compara el producto bruto interno en diferentes periodos del pass do. De todos modos, Ia busqueda de enfaques alternativos ‘std en marcha, Yen parte por esa razin, la etnografla, en Jaque el uso de métodos euanttativos siempre fue miaizno, seha convertido en un modelo que algunos soeilogos ei foriadores aspiran a seguir. Este enfoque etnogratico se ‘soci con el estudio en profandidad yen pequedaescala El mieroseopio social Al igual que los socéloges, lo hstoriadores sociales de las déeadas de 1950 y 1960 emplearon por lo comin meto dos cuantitatives, se interesaron en la Vda de millones de personas y seconcentraron en el andlsis de tendencias ge nerales: Vefan la vida social «dade el duodécimo piso, tl ‘como lo expresé el socidlogo Kai Erikson. En la década de 1970, sin embargo, algunos de ellos pasaron del Veleseopio ot lg nieesorio.Ainitacin de lo antroplge ils, oe Patigos prestaron mayor atencn al nds micro iy hsoriders alo qu eoballegada conser po nirchstri je clebres exis contibueron en mucho a poner Jasicroistra sobre el tapete. El primero fun ensayo fare dens isd alls en Bali, exerts poral antrpo Hop morteamerizane Ciford Geert: Madan lo del cepa de ogo profunde- de Jeremy Behar (enotras fulnbrs, cliche dehacerapucsas cloves), Geert por isquets ina ce galls ra, ono fundamen] una da fpatccin de las ingictudes relacionadas con ol eat Decste modo pasé dele qellamaba un jmp meron fico cn intrprelacién de toda una cltura (C. Geert, OTB, pig. £1254 coro to pgs. 22 457. Las isto fladores nan cto muchas veces ene enaayo, delve in comprenoién del movintont dela icrobistorn Poe otros do estas se ccupan del pasado: Monta Aoualdercctan de 2940 12, del isrinor race Einmanuel Le Rey Ladurie (1976) El queso 9 lr gus pos, de hstoraor alan Carle Gnabarg G76) Aios tetinbsatoseenilmente en arta dela inguin que Feproducen el interrogator de sopechosos de here, fhcumentas que Cinsvrg compar con estas de vide et Fastin del gran cuidado poeta para rgiatrar nos las Palabras exact del acuedo, sino tain sun gusto ¥ Bsa us gugits ba la tora, Em casinos, tambien pelbacomparado al antroplgs con cl nguadar: ambos fen pereonajesfarnos de eevad estat que hacen ala fente comin progunascuye sent econ foeuenc, il decaptar parm lla Ronald, 1986) Eire de Ginsburg podria amare bo un cso ex treme dt moo retary, dado gos enw fonstruir as easy la vison del coos de wn slo nl ‘oon molines del sigo XVI dl nordete de ali co acido como sAenochiw. Pr pate, Le Roy Ladurie Aeseribié una ale del midst de Prac a comlenane Ah eg XIV. Trae adverti gu o menos de eine owpecoons deren cavecnor tela oq pro- codian dol ald de Moniio, de ular st 6 smonis para hacer un etude Ia ropa aldo y exam a ln eeonomin pastoral dare la etre a fala la psi de ies mijereny ln eoncepesona To cale del temp, l espa, la religion, eccere {uso de eos mono extdos de Le Rey Ladure y Ginsburg, as microhistoias han lend anaquels, lg ‘as de as mas interesante se cncentran enn incident dramtc: un ji oun acto de viclencia, Por ejemplo la historadora estadoanidense Natale Davia seb ecepade de una case elébre en la Francia del siglo XVI, n la que umncampesin fue acusado de apropiarve da identidad de stro hombre. Otro historiadornorteamercano, Berra ‘Wyatt-Brown, inapirado por Geert, describe inchs saiento en Nalcen, Missi ocurridaen 183, y define este ato de justca popular cntra un hombre que haa asesinado as eon oma rama moral en qelaa Aecioneshablaban un lenguaj qe reveab pasions in temas y valores sociales intensamentevividos, sabre ao el sentido lea del honor (Wyatt Brown, 1882p 402 56; lait nde a pig 463 ‘Otro conocido elemplo de este enfoque es un estudio de lapequena ciudad piamontesa do Santa a fine del aig XVI, realizado or Giovani Levi, Levi 1985) anal o jc sustanciado al sacerdote deta parroqia del logan, Giovan Battista Chiesa (acusado de uit métedos de cxorismo poo ortodote), como un drama socal que sca Alas cofictn que dvidian ala comunidad, en expe Cilla cha entre dos familias y sus seguidores,Destaca asimiamo la importancia de logue ama serena ima terial, eosteniendo que el poder espiiual de Chiesa era una forma ms dela dominacin gjreda por fami Eire los historiadores, el wacko hacia la crohstaria In estado estrechamentessoindo cons eseabrimiento del trabajo de los antropslogs socials, Le Ray Laure, Ginzburg, Davis y Lev son versados en antropologta, Ei modo micrhistirin tiene mucho en eo le et dios de comunidades emprendos por antroplogs a co. tienzns del silo XX. o con el -etuti de cao extend. desarolado por el antropdogo Max Ghia y otros en Jn déenda de 1940, El primer esto histrin de una oo 66 muni dl tip de Monts els por un aus Bae Hanae, en aden de 190, uae a i ila de Octal minno Nowtallow ve utenti de cms isc Proves y as nga amen, 1952 ret ‘su obra se ocup6 principalmente de tendencias doses el crn scal Mil Foat let rnc on sani dl poder 0 nen nivel ‘arte sinc tanblendelfitec ncxcila aa iRise del pole como avs a tk Senge doen tics rn vay Pe dea sf sno define xplae orem HiSan pr canuco elas caneel pode legal gana indents nro curpon enero Patan cites, so dura, proce de aprendia fey id cotianesFoucal 196, pg 8c Foul $275 po) Eestsioda Lev anew tencnad ee onl rents da ta en pus deletion de gran cla be de pone esctaplanten cron problemas fundamentals que c= tone dar al, Piramos mean cna nex nde que ln micwhitoriatore vale histori Seto i bografa de pernnn poe ipartante la SEtelades do equees comunidad Algon aero ora enfin hecho pce md que entero qo es Feros aman shiners deintereshumanos veel Panna Sin ember, la mota de ln microisridares Puce sr de mayor nln ltl. Coma Sherlock FHlmes clo arpuestan qv la onervain de re as pn levora cosines iportantn Ory Rag no 1901, pag i Sena aspran a mostra ‘undo enn grande aren, ees hsriadoes preen: Son xrcr nclnoes anal Ge dao aan epi GSsinrgenleroMencthioes un eto dla cata trapper adinamietran ue Ley Lari pe cenine mundo dela len meter! ord dens mane {alse Monti, que ama una oan ore. nan pretenses on prbimieas De gu gre ands plo ene qu ser iin el exo de ab? aud Fendinentos epalan la pretensié? Es Monta el a 6 | | an, el que inspiré a mierohistoriadores ome Maurizio Gribaudi y Simone Ceruti, Insatisfeehes eon categoria omo egremie de artesanoy, vlase socal y cultura pop Jar, porque no expienban el modo de actuar deindividuos expects, estos historiadores procuraron reconstruir re (dee de relaciones sociales centradas en la persona, con af pnalidad de deseubrir cimo ge defina la gente y dar rand. Ge sus -estratogins sociales (Gribaui, 2008) 1No todos los mnierohistoriadores se ocupan de lo tipo. Al contrario, un caso particular puede seleccionarse pat txtudiarlo precisamente porque es exeepcianal y muestra Ta falta de funcionamiento de ciertos mecanismos sociales. ‘Afin de examinar esta situacidn, el historador italiano Baoardo Grendi acu la expresin lo excepeional no mals El destino trgio del locuaz Menocchi, que fae eje tutado por heria, nos die ago sobre la mayoria silencio fade sus contempordneos, Conllictos abiertos, como os tu {multos, pueden revelartensiones sociales que-estan pre ‘sentes todo el tiempo pero s6lose hacen vsibles de manera ‘easional ‘En forma alternativa, los microhistoriadores pueden eancentrarse, como lo hace Giovanni Lavi, en un ineidente 0 una pequedia comunidad on cuanto lugar privilegiado para cbservar las inecherenciaa de grandes sistemas soci des yculturales, ls falas, las grietas en la estructura que permiten aun individu disfrutar de un pequeto espacio e libertad, como una planta que erece entre dos piedras evi, 1985, 1992) Deberia seBialarse, no obstante, que las Inconsistencias entre normas sociales tal vez no siempre fctien en beneficio del individuo. Las piedras pueden aplastar Ia planta, s Como ejemplo de este problema podrf i acudirse aun ef lebre incidente en la historia japonesa, un drama social que involueré apenas a unas pocss personas en su momen to, pera a mantenidovigencia desde entonces y fue repre sentado muchas veoes en abras y filmes, en razin desu va Tor eemplaro simbilic, Se tata de la historia de los cus renta y siete ronins,A prinepios de sigloXVIL, dos nobles, tuvieron un alterendo en la corte del chagun, ol verdadero ‘gohernante del Japin. El primero, Asano, so considers in sultado, pro cusl desenvain6 Ia expada ehirié al otro, Ki +a. Como castigo por haber blandido un arma en presencia el shogun, s le ordené suicidarse sein el ritual, A raz de ello, los samurdis que estaban asu servicio se convirtie. ron en hombres sin ano, 0 rnin, Estos ex servidores deck dieron vengar a Aseno. Tras dejar pasar el tiempo sufcen tea finde aquietarias sospechas, una noche atacaron a Ki ten sueasa yledieron muerte, Hecho esto, se entregaron al gobierno. ste, po su parte, debiéenfrentar un dilema, [Era evidente que ls sorvidores habian violado la ley. Por ‘otro lado, abtan hecho justamentel exgido por el eign ‘informal de honor de los samurds, segsn el cual la lealtad al sefior era una dela virtudes mas elevadas; el gobierno del shagun, ademas, respaldaba ese eédigo, Para’ salir del dilema, las autoridedes ordenaran alos samursissicdar se ritualmente, como habia hecho su amo, pero también ‘ispusieron quo se respetara su memoria Ikegami, 1998, pgs, 223-40), Para ls japaneses, en su momento y desde entonces, atractivo de esta historia, junto con las debates que suscité, ‘est sequramente relacionado ean su manera de poner de ‘manifesto (y con dramatismo, por afadidura) un eonfict latente entre normas soeiales fundamentals, En otras pa Taras, la historia nos cuenta algo importante sobre Ia el: tura Tokugawa. Si el movimiento mierohistricoaspira a ‘ludir la ley de los rtornos deerecientes, quienes lo repre: sentan necesitarén demostrar los vinculos entre las peque- fas comunidades y las tendencies macrohistéicas. En una {poca en la cual se oye hablar tanto dela interaccion entre To local y lo global (réase infra, pag. 264), historiadoresy ‘erieos por igual son eada vez més conscientes de esa ne- cesidad (Hannerz, 1986; M. Sehlins, 1988) 70 ii 3. Conceptos }Conceptual creado por los tedricos sociales 0, al menos —ya |G ee caramente imposible revsa a ttle en unas |) Saebelee teeter erospeers So TE eer Tenguaje corriente, y de esa manera permiten establecer [Las ideas de Goffman también atrajeron a historiado ts interesados en el sindividvalismo tradicionalmente ‘asociado al hombre renacentsta ola representasin dela Peraona en el retrato del Renadimiento, Los retratee, por ‘jemplo,revelan lo que el artista consideraba —olo que, a su uicio, consideraba su cliente— como la paso los yosten Ja expresin y las - tas y métodos compartides por indviduos que acaso dis Frepen en muchas otras creas. Existe un paralelo evident MEP estos rasgos de Ia historia de ls mentalidadesy ol SPfiue expuesto por Michel Foucault en Las palabras y fas cosas (1965) con respecto alo que Te gustaba lamar sar Japa» de loe sistemas de pensamientoo -epsteme “Gergjemplo dal tipo de problemas que el enfoque de las spentalidades contribuye a resolver esa ordalia medieval Pinecho de que acomienzos de la Baad Media la.culpa ola Jhocencia se detcrminaran a veces por medio de una orda fo tal como ade tomar un hierro al rojo sumetgir I me | po'del sospechoso en agua hirviente se consideré durante Prucho tiempo un obstéculo para la comprensién del pero fo. Como senalaba William Robertson, un hstoriador esc oes del silo XVI: «Entre todas Ins instituciones antojadi- ney abyurdas que deben su existenca an dbilidad dela Tirda humana, esta(...) parece ser la més extravagante y Gescabeliada» “Bn a altima parte del siglo XX, sn embargo, se publica ‘ron una serie de estos que examinaban con detenizien toa costumbre dela ordaliay trataban de indagar en 10s ‘tupuentos de los partiipantes para hacerla mas inteligh Ble El historiador de la AntigUedad Peter Brown (1975), por ejemplo, sugiré que la ordalia actuaba como un instr Mounts de consenso, Otros historiadores rechazan esta con tdosién expectica, pero comparten el interés de Brows por eubicar la prueba ordlica en su contexto cultural, Puede fancluirse, en verdad, qu la historia de las mentaidades hha sobrevivido a su propio juicio por ordali (ef, Morris, 1975; Bartlett, 1986) ‘Un problema similar dio Tugar a un estudio pionero de Mare Bloc, Las reyes tamaturgos (1924), Bloch, cuya ad ul miracion por Durkheim ya sea seitalado, eoeribi la his twin de la ereencia de quelos reves de Francia ¢ Inglaterra tenian el poder milagraso de eurar a la victimas de una ‘enfermedad de la pel, las esersfulas, con su mero tact, Este poder era un signo de su earisma, un concepto que ‘Weber habfa planteado poco tiempo airs, pero que Bloch probablemente desemocia. La ereencia en la imposicin ‘eal de manos persisté durante muchos sgls. En Inglate- ra, la practi duré hasta Ia 6poca de la rena Ana (entre Jos enfermosa quienes esta tod habia un nit llamado Sa- ‘uel Johnson). En Francia perduré hasta la Revoluién,y Carlos X la reinstaurs en 1825, Bloch partié del supuesto de que los reyes las reinas de Inglaterra y Francia no tenian realmente ol poder de eu ar esa enfermedad dela piel, y sobre esa base se propuso estudiar por qué sa silusin eoletiva-, como la ealfcabe, habia poido perdurar tanto tiempo. Destacs entonces el Ihecho de que la gente esperaba un milagro. Por ene, las ‘sintomas dela enfermedad dosaparecian, oorgabat el er Alito al rey. Por otro lado, sino desapareian, exo able moe. taba que era necesario volver aimponerle las manosal en ferme, Bloch también advirtié que la propensién a crer en algo que la experiencia desmentia es wun rasgo esencal de la llamada mentaldad “primitiva"sanalizada por Lévy Bruhl (Bloch, 1924, pig. 421, nota), En Franca, la historia de las mentalidades pas6 a for ‘ar parte de laprcticahistrica desde la década de 1960 ‘nadelante, En cambio, damoré cierto tiempo en atraer la atencién de los britanicos, y cuando finalmente ello acon {eid ue por un eamino en alguna medida toreuoso. Insp ado en Durkheim y Lévy-Brul, el antropelogo britanico Baward Bvane-Pritchard se dedics a estudiar el sistema de «reencias de los azandes (un pueblo de Africa central), En ‘su trabajo, hizo hincapié en el earécter autoconfirmatorio e los ardculos del veneno de ese pueblo, ce una manera ‘que reeordaba la obra de Bloch —a quien habia lida cua: do estudiabs historia medieval respecto del taeto real (Bvans-Pritchard, 1997, pig. 190. Gracias a Evans Pri chard y otros antrop6logos, los modos de pensamiento yas sistemas de ereencas despertaron el interés de los histo 142 rcs rit, sbre e Keith Tomas en 5a Re inate Dn of Magi 7. a torn de as mentale ha demostrado er un Geir dl psd sua ida, bode Bloc x Sarna dolusbrasmanra del geo Detodos mado, ~ pientras se intentaba resolver interrogantes tradiciona- blemas, El ms serio de ellos fue Jes, surgieron nuevos pro flque podemos designar problema de la , Yano limitada alas formas de Toque Marx liamaba -falsa conciencias, la ieologia ha le igudo a ser virtualmente indistinguble dela imaginacion eaectiva Tia relacién entre mentaldades e ideologias quiré nece sito un poco de elaiicacion (Vavele, 1982, en especial ps 412), Con este objeto, acaso sea provechoso volver ala Sosiciin real de manos, EI clisico estudio de Mare Bloch fonsideraha «inocente» Ia creencia en esa cualdad de los eyes. Un andlisis desde el punto de vista de Ia ideologia, for su parte, destacara el hecho de quecl interés del poder Teal era que la gente comin y corriente creyera que el ey tenia la facltad de hacer milagros. El carisma no era una ‘Propiedad natural de los monareas do Francia e Inglaterra a cierto sentido, se trataba de una fabricaciin producida por los mantos ros, lo rituals, etotera "Aunque el contrast entre mentalidade’ eideologias ex ‘tills intents de analizarel papel de las ideas como sos In de los sistemas politicos han sacado ala hz ciertas dif bultades, no diferente de las asociadas al concepto de she sonia: (véase supra, pig. 130). Con frecuencia, la ideo Agia ha sido examinada como wna especie de ecemento fS0cial- que mantiene unida la sociedad. Sin embango, una Serie de estudios que crtican tanto a marxistas como a urkdieimianos han puesto en tela deuicio su importancia ‘en exe aspect. Hans estudios senalan, por ejemplo, que la cohesién social dela demoeracia liberal es negativay no po- sitiva; en otras palabras, que no depend de tn cosenco en tomo alls valores fundamentales encarnados enol ‘men, sino, antes bien, de una falta de consenso con respec. ‘twa las eriticas formuladas al gobierno (Abercrombie, Hi ‘y Turner, 1980; J.B. Thompson, 1990, pag, 3) ‘Un tere concept, que ocupa parte del espacio intelee. tual de las mentalidades y las ideologtas y ha sido de uso bhabitual en los tims veinte aos, pocomés o menos, esl ‘de adiscurso, que traslada a atencion de las pensamiontos 8 los medios en los que estas se expresan: habla, imagenes ‘textos Los lingistas ya hablaban de vandlisis del diseur so» en In década de 1950, para alu al estudio de unide des més entensas que la racién se tratara de fragmentos 4d una conversaciéno de parrafos de un libro, Sin embar 9, eltérmino recién se difundi através de las diseplinas ¢uando Foucault eomenzs a utlzaro, En su Arpuevlogia del saber (1969), Foucault introdujo Ia palabra discurso dscours) come parted si dole tien de lo que consideraba las iusiones de la verdad y el «individuos. Un discurso, sefalaba, soonstruyer el topiea del eual se ceupa, de modo que hay diferentes segimenes «de verdad expresados en diferentes diseursos, 9 no des cripcionesobjetivas de Ia realidad. Este problema se anali- ard unos pérrafoe més adelante (pég. 14, Otro motivo para introduc el término wdiseurso- rad ‘aeen el deseo de Foucault de eriticar la nocién de sentido ‘cumin de un texto eserto por un individu determinedo ‘que expresa sus ideas. A.sujuicio, por el contraro, un dis: ‘curso es una construccién coletiva. Un texto debe verse ‘cumo parte de un sistema orepertorio més ampli de textos ‘los que remite de manera eansciente inconsciente, El texto sigue sun conjunto de reglas que caracterizan una préctia discursiva, a partir de In seleccién hecha en un fondo o repertorio comin Fouesult, 1969, eapitule 2; en Fairclough, 1995, se encontrard una sitesi de los discur 0s do los linghistas y de Foucault) Sin utilizar el término «diseurs-, el tedricoliterario ru ‘so Mijail Bajtn (1981) habia plantendo antes un argumen 146 sin sre out gad incon com aldady al suger que deberon each os exon ee ccciraneanversano entre sy rnpodlendone rosa dn forma arte de wa teria mis Iferl del -ldlgo Moron Broercn, 1000, ps Holgi, 2500) Fr cancpto de Font fe trad por Edvard Sid fre Crinttime (1976) defini tema mo wn caro qo creaba el Orient, et como oa inst (feplende por el Ocidote ain de deriar ol Creano ‘rlonte Celio lteraco de formci, Said propnia un tei nnn Go una sede exo odes eda fos a Oren ya ucran de vars como Richard Burton, Go novlses como Gustave Paubert» de erat cme rnc nan Su ands sera sobrelo qo arab Seoqoratzacin de Orete pr parts de sn ator rvs de esters comola ti asia Tndegeneraci, De eta manera, lo tits legimaban la thence odes ado qu istabas tl oats Tes camu inepos para gbernae fen con chit de jstifcar a ntervencin de imperialist de una fevenivided maorlina (Si, 178, ccd en Macken 2, 1098) ‘Una generacion ante, Seid podra har eerie mis ta lr, pro lo haba desert de era manera, Lob tier contderado enone vex un eto dea et ‘en delerintliem efnelan de da mentalidd oriental, {iter etas formulations nolebubieen prides carel lugar des texto como apoyo dn prin Ta en potrn haber race rental como ina tidedeges yo cm unease “Discurso coun trina tan iprein cmo-mental deci. La impreisién puede sr en sab enn are del ttrectv avid tro tanto con el nmin Gelert pnt lose iat ent pr sear eaten al Erhterce de Dern on endl sropement> qv alt se aalgpyo uplana (Dard, 1967, py Bey 1072 cf Non 18 Cul 195) ro venouaron ls isteriadee ot a pl “ofan downetcin el ponsutorala arao cones do ner ed, extreme J Sevamente ow eemple dev nfenenAsnqwe Talarsvdeznnroesne en elven de lemon vend cada vee nts domoda, tl egos Wtradres {feta norcnmercnne,rvelan nips e Der Gren lomstandn dems br. Joan Seat, por emis, ha nina rela ne Iara dln mare aes n goer dene pot devia pad upleneni ary fot ropa ua mv ora ts inden lJopn de pede Toega,iliands ano tin de aguas crcpels cto ores ga Sod do anne conta I oocopelon rion el [dolota en cuanto refs dea scedad. El etc de Sua Clark dade an iad jes hacen. dos edo hincpicen langue yeah de ni Ss pron ear tla oe 00 crepeds ins ve combsaron para tempo sur os oropeonte tor elon XVTy UIT inane antidements tn eas de ei pen estate Alogi ely rca enc W St 160, in 49.50; Harootunian, 1988, sobre todo pags. 1-22; S. Clark, 7p) po ea pare eet de Timi Mic sobre el apo decmeniea vo asa evel cnc dean de diiron pada do tise nerve tien sam cn us inion tempo ertaeo Hen adentro-~ and opens a cncepons ac {eden dla cud cola Mitel poamn la pereje Sogo para reproventare ome odors, ia cd de hp bas a at 1988, pags. 145 y 149), are Seas ao ea a to al posmodernismo, como se demostré en 199 a Lawrence Stone eseribié. una ¢¢ canes utand Preset en wires at tis por ine afiman que sn hag soa Fines ato 040 -oreal estan imaginado coms ginario. Js Tespuestas a ose mensaje se pubictronen ‘numero ulterior de la revista. Es si lficativo que ambes Frovineran de miembrs do na gesorscn eset ‘qitoradores, cungue tambien es probable nn rela maya Preaittegrantes de ea genera, porlo hemes eet 161901 dsc, 190; C. Kal, 100% vn adernidad, como els deseiSaten neta ine oe & Sbropiado, por su mayor vaguedad, para caracterizar ria Aroold Hauser en bene de lo qua ol ent din de Georges Duby (1978) sobre laden dee sn rec2SS Iden, 1960), Por lo deme, cating ce a cin social come Ia tribus ola sas {ar antalio consideradas shochos sociales, son hoy vine como representacionescolectivas. Por gjemplo, opue at 252 lantropélogo francés Jean-Loup Amsell, tribuso grupos seas como los bambaras o los fulanis de Africa occidental fueron una invoncin lisa y Hana de administradores colo miales y antropélogos, aunque més adelante los propios fafricanos hicieron suyes etostérminos algunos histriado- es tienen una opinin similar oo respect alas castas de Ja India). El propio Amselle (1990) estima que términos ‘como sbambaras» son descripeiones, no de identidades ‘—una des que critica por su caricter esencalistn 0 vrus tancialista»—, sino de sistemas de transformacién cul tural. Su angummento es dual y se refer tanto al espacio co ‘mo al tiempo. En términos espaciales, no hay limites elaros entre los grupos, mientras que ean el paso del tiempo ex posible observar un proceso de «reclasfiecin incesante GGobre las cast, véave Dirks, 2001) Ni siquiera la ciudad de iadrillos y argamasa, una enti dad material si las ay, e vista ya como una entidad socal La han disuelto tedrieos urbanos eomo Manuel Castells, ‘quien hace notar la dispersién de las relaciones sociales y laimportancia de los ujos: yj de personas, de mercan fas, de informacién, En el sistema mundial de nuestros dias, la ciudad esta en todas partes y en todor,y obliga a sgedgrafos, socilogos e historiadores a reimaginar lo ur- ‘Dano, Mas alld de la ciudad, Castells ba sostenido que, en nora de Internet, sas redes constituyen la nueva morflo ia social de nuestra sociedad, Si tiene razin, el andisie de redes antes mencionado es, entre otras cosas, un sinto- ‘ma de la posmodemnidad y posiblemente una proyectién de ‘rdenamientos modernos ~ya no podemos llamarios se ‘tructuras.— sobre el pasado (Castells, 1968, 1996, pag 460; cf Abrams, 1978; Amin y Thrift, 2002), En lestudio de Schama sobre los holandeses ene siglo XVTT enoontraremos una rea desripeiin hstoica del pro ‘eto de construccién cultural, El autor se interesa partie. Jarmente en Ia manera como los holandeses, por entonoes Una nueva nacién, se forjaron unaidentidad. Examine una Aiversidad de tpicos, desde le limpieza hasta el habito de famary desde el cultodelos antiguos bétavoe hasta cl mito de la Repsblica Holandesa como el nuevo leecl, los ve en funcidn de la eonstruceiénidentitara, Por ejemplo, bre talento (arago, 1995; Bark, 20040) El relate de ‘aca clentifca del siglo XVIi ha sido recrrite do cee Por paradjico que pare Aico que parezca, dl auge del srevolucién cientificar debié mucho a Herbert Baer is mucho a Herbert Ba Sl espedilt ee por ou ets de eee ‘he —0preveupaa poral presente—dela hea ee reescrito de manera Surginintodelanjtcady'aibetoa a Aunseph Neda, grr hiro se 5 cela que lacinca moderna acoeg Se Estoy y corbin ita delncone ‘en China para explicar por qué, mm # comce in nachos lo En contrast Tamas Rate el término «revoluciine a Pensamien, a ciencia chi ropa ssoen acivlzacion Y¥po tnicamente para dar 105 en ese terreno, como hemos visto, utilize en plural y destacé la sustitucon lista, ysostienen que tre otras de conocer, nea voc unto de pensanento que ane a apenas intelectual, pero sélo. ae Ia ares y rte momentos Buterld nF ete +1963; Cunningham y Williams, 1993). eee éMés alld del eurocentrismo? gure. No hace lta dren no a lismo véase supra, pg. 192), eta hist é ‘owo( vane esta historia es cada vex nds abn W¢ thimoscien afos, tos espcialistas ocdentales hecho una serie de intentos de lberarse del euracen 58 trismo y doptar un perspectiva comparstiva, cone inico sultado deser crticados, a su ver, porla misma falta que frataban de evitar:datar el acenso de Occidente en fecha emasiado temprans, suponer la superioridad de la eul- fura occidental, ver al resto del mundo através de tascos {stereotios (del tipo analizado por Edward Said) otratar Yn historia de Occidente como Ia norma con respecta a la nal las demés clturas divergen y preguntarse, pr elem- flo, por qué razén China no tuvo una revoluci centifie 0 industrial Consideremos el ejemplo de Max Weber, que fue sin dud tno de los eruditos menos euroséntrios de su tiem: po. Weber, en efecto, dedicd gran parte desu vida profesio- pal al intent de define los caraetersteas distintivas de a tdviizacin occidental (obre todo lo que denominaba su ‘racionalidad institucionalizada), por medio de compara- jones sistematicas entre Europa y Asia en los ambitos ‘econmico, plitioy religioso,e incluso en el terreno dela sisica, Pesto particular atencin al surgimiento del pro- ‘testantiamo, el capitalism y la burocracia en Occidente, “argumentando que los tres fendmenos eran similares y al mismo tiempo estaban conectados, y contrasténdolos con fendienos oeurridos en otros lugares, sono impidé quese lo aeusara de eurocentrismo, Des: pus de todo, sceptaba la teoria occidental tradicional del ‘despotismo oriental. Creia en una jerarquia de razas en tabezada por los enucésicos, Daba por deseontada la supe loridad dela cultura cecidental. En estos axpectos, la cn. ‘cepcin de Weber se asemejaba a lade la mayoria de losin tloetuales cenidentales desu poca, Lo inusual en era el {ntentasistematico y iguroso de explcar el lidorazgo oe ental desde el punto de vista de formas racionales (respe- ‘moss de reglas) de organizacién como el derecho, la buro- ‘cracia yl eapitalismo. Su famosa ensayo sobre Ia tea pro testantey el espirits del captalisme fue un aporte a esa ‘magna empresa (Blaut, 2000, pags. 19-30) ‘Uno de los pos hstoriadores a quien se ley con gual ‘amplitud en Ia historia mundial fue Arnold Toynbee, euyo Estudio dela historia ya hemos examinado, Coalesquiera ‘que fuesen aus fallas —y los erticos han seftalado mu 259 miento (Farag Tui cients similar “ror tt Baraca que parezea, el age de ia én chntifiea bie mucho a Herbert ego t Sl sect clabre por eu etn cee eared nite hig receupade ore preset U2 Phe 160, De toa manera Baseemn eee 6, 196; Burk, 2004) rl del ilo Via arene mane surinientndelaabje An Joseph Needham, el gran itorinn ‘a, crefa que sla ciencia moderna nacisen Europa yeurbisu israeli China para exper por go, tvidad ya libertad. Bay atom 17n0tnicaete parade En ntraste, Thomas Kuba, cme hemes too ug alter no eeolucioren plural y dene le Tega de unos pardigmas por en, Eamon toi oc tiene alin’ un egenie te fare dri ne fl 1 1963; Cunningham y ‘Williams, 1993),' peas Pensamiento que a ves al, pero slo en cert a 4Més alté del eurocentrismo? Uno de los més 4s por os histor dentes. El desata ends nro grandes ts con aden ein hist asceae cissecnxarnoscaci tea s¥pen. No hac fla de que ene cotrvetgg,P12 na line a ay, easier sere de intento do liberase del cores era del poscolonia esta historia es cada vez més 258 1 adoptar una perapesiva eomparativa, com el nico tad de ser critcados, asuver,porlamiama falta que an de evtar:datar el ascenso de Occidenteen fecha siado temprana, suponer la superioridad de In eu! ‘occidental, yer al resto del mundo a través de tosens poe (de tipo analizado por Edward Said) o tratar fhistoria de Oceidente como Ia norma con respecto a la aa demas eulturas diverge y preguntarse, por eem por qué razén China:n tavo una evelucién centifieao stra. ‘Consideremos el ejemplo de Max Weber, que fue sin oda uno de los eruditas menos eurootntries desu tem fo. Weber, en efecto dedies gran parte de su vida profesio pal alintento de define ls caractersticas dstintivas dela tvilizacién occidental (sobre todo lo que denominaba su fracinalidad: instituconalizada), por medio de eompara- tones sistematicas entre Europa y Asia en los émbitos fesomico, politico y relgioso, e incluso en el terreno de la ‘isica, rest particular atencién al surgimiento del pro festantismo, el eapitalismo y Ia burveracia en Occidente, tangumentando que ls tes fendavenos eran similares y al mismo tiempo estaban conectados, yeontrasténdolos con fenémenos ocurrides en otros lgares "Bao no impidis que se lo acusara de euroeentrismo. Des ‘pués de todo, aceptaba la tooriaorcdental tradicional del ‘despotismo oriental. Crefaen una erarquia de razas en- ‘abezada por los eauedsicos, Daba por deseontada la supe Florida dela cultura oseidental, En estos aspects, I con- ‘epciin ce Weber se ssemejaba ala dela mayorta de lesin- telectales cccidentales desu epoca. Lo inusual en él era el {ntentosistemstico y Figuraso de explicar el iderazgo cci- dental desde el panto de vista de formas racionales (resp tuosas de reglas) de organizacién como el derecho, la buro- crac yl captalism, Su famoeo ensayo sobrela tica pro testante y el espirtu del eapitalismo fue un aporte a esa magna empreca (Slaut, 2000, pgs. 19.80) ‘Uno de los poeos histriadores quien se ey6 con gual mplitud en la historia mundial fe mold Toynbee, cuyo studio dela historia ya hemos examinado, Cualesquiera ‘que fuesen sus fallas —y los erticos han seftalado mu- 259 los especialistas menos eurocéntricos de au generacién, a. {cntre 500 a.C. y 1500 d.C.) hubo un sequilibrio. de cuatee grandes civilizaciones en Eurasia: la china, la india, a Aloorientaly Ia occidental. Las occidental esta ferstunbeado a pone propane primer pt ‘er agin de historia romana yeropa ate ee slos IV y Il a.C.», Recién alrededor de 1800, Burupa cent ‘Sets acharne oe embinacin de razones que van desde la teenelogia naval maaan he ii memeim ce comes ns carl alla doo eos Bounce tar eriticas (ef, Feierman, 1995, pags. 41-2). me {a historia econémica del mundo escrita por tesrios mar. 260 nal del trabajo quo provocd In perifrizacén y el subdesa- rile del resto del planeta Frank, 1967; Wallerstein, 1974 Franky Gills, 1993), Poreeta y otras zones, también solos Jha tachado de eurocéntricos Dentro de esta tradcién, la historia més descentrada es, sin lugar a dudas, la contada por Janet Abu-Lughod fcerca del sistema mundial entre 1250 y 160, en la que ‘Medio Oriente es el

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