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LA DEMOCRACIA EN LAS ORGANIZACIONES

Por Juan Fernando Perdomo*


POLÍTICA ANALÍTICA
Uno de los grandes retos de México es que la Democracia sea parte de la
cultura de los Mexicanos y que permee en todas las organizaciones de la
sociedad civil.

De hecho, la falla consiste en creer que el VOTAR es la única etapa en la que


los ciudadanos ejercemos la Democracia, pero realmente es el inicio.

Durante muchos años, por las razones que sean, pero también por la falta de
interés de muchos mexicanos, las autoridades tomaban, de manera unilateral y
autoritaria, las decisiones del rumbo del país, de las obras de infraestructura,
de los proyectos prioritarios, de los programas,…

¡No puedo decir que no siga sucediendo! Pero creo que desde la época de
Salinas hemos tenido mucha más conciencia y participación. Se han creado
planes de desarrollo, que se pueden obtener por escrito o en una página de
Internet, y que son resultado de las consultas hechas a la sociedad. Así
podemos revisar si se está cumpliendo la decisión del Pueblo.

Bueno, es tanto lo que hemos crecido de manera relativa en ese tema que hay
quienes se empiezan a desesperar de los magros logros de la transición
Democrática en nuestro país. Las aspiraciones aún son mayores.

Pero la Democracia en un país pasa por sus instituciones, por sus


organizaciones, por sus asociaciones y por su gente.

Recordemos cuando al sector empresarial se le obligaba a formar parte de una


cámara que, por ley, representaba al sector. Habría que cubrir una cuota y,
generalmente, poco o nada se recibía de información o de servicios. Las
decisiones del rumbo de la organización eran de las cúpulas y, hasta la
sumisión a un régimen o partido político eran común denominador, SIN TENER
ALTERNATIVAS.

Hoy, aunque algunos dirigentes de las cámaras siguen con las viejas prácticas,
si se puede decir que es porque los asociados lo permiten ya que, de no
sentirse satisfechos pueden optar por dejar el organismo y registrarse en otro,
o bien, desempeñarse independientemente.

Además un asociado espera recibir a cambio de su cuota un beneficio, revisar


en que se gastaron las cuotas, opinar del mensaje del presidente de ese
organismo ante las autoridades, exigir que se realicen o participen en tales o
cuales programas, así que si no es escuchado o si no recibe beneficios, tiene
toda la libertad de dejar la asociación.
Las organizaciones campesinas y los sindicatos están, cada día más, pasando
por la presión de sus agremiados para lograrlo. De hecho ya empiezan a pelear
por las cuotas.

Los miembros de esas organizaciones desean la transparencia en el uso de los


recursos, la movilidad de los cargos, la retribución de beneficios, la calidad de
vida… y hasta el momento no les ha llegado la oportunidad del gran salto a la
Democracia, pero ya existe la conciencia de parte de los afiliados.

En las organizaciones cañeras, por ejemplo, la nueva ley de desarrollo


sustentable de la Caña de Azúcar tiene, dentro de sus objetivos, la creación de
organizaciones democráticas del sector productor y la libertad de afiliarse a la
que más le convenga a dicho productor. Y aunque esta ley no es la panacea, si
contribuye a avanzar en la materia de democratización, ya no se diga en la
certidumbre de los propios productores de la gramínea.

Pero no queda ahí todo. Para cerrar el círculo, en la legislatura anterior,


mediante un punto de acuerdo, que ya fue recibido por las diferentes
dependencias del ejecutivo, los diputados, a través de la comisión permanente,
aprobaron el 21 de Junio del 2006 que:
“PRIMERO.-… Las cuotas destinadas para las organizaciones locales y
nacionales de productores de caña de azúcar, no serán retenidas por los
Ingenios.

SEGUNDO.- Los productores deberán entregar voluntariamente sus cuotas a


las organizaciones a las que se afiliaron, de acuerdo a la ley vigente.

TERCERO.- La retención sólo podrá realizarse a petición expresa del productor


de caña, siempre y cuando conste por escrito su voluntad.”

Este punto de acuerdo expresa la voluntad de miles de productores que sienten


que en su comité local o a nivel regional o nacional no se les da el trato y los
beneficios que desean. ¡Ahí es en donde entra la posibilidad de la democracia!
Libertad de expresión y de elegir su organización, transparencia en la ejecución
y el gasto, participación de los productores.

Esto se irá dando en un futuro próximo en muchos renglones de nuestra


sociedad. Y las organizaciones y, en su caso, el propio gobierno, se vuelvan
más eficientes y eficaces.

Será extraño, al principio, y dudaremos, pero al final del día, estaremos


viviendo un México con más libertad y más oportunidad. ¡Más democrático!
Para quienes si desean servir a los demás desde un cargo titular de cualquier
organización o gobierno, y para quienes realmente quieren hacer algo para
transformar nuestro país y pero que se les tome en cuenta.

Si, así es. En Democracias… ¡Votar es sólo el principio!

*Juan Fernando Perdomo es egresado del TEC DE MONTERREY.


Servidor público, empresario y Político ( jperdomo@infosel.net.mx )

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