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Pero el principal énfass se depositara aqul sobre pensamiento de Giddens. Giddens es uno de los tebricos sociales y po. tcos mas prominentes de nuestros dias y sus trabajos sobre las clases, ciudadanfa y otros fenémenos relacionados plantean cuestiones funds rmentales acerca de algunos de los rasgos clave de la sociedad moderna y de las contribuciones més importantes de las principales t la teorfa social y politica: sobre todo, las de liberalismo y el marxismo. Mi argumento es que en el corazén de las formulaciones giddensianas se alojan importantes ambigiedades y que, aunque constituye una contri bucién invalorable a la reconceptwalizacién de la eiudadania y de aspec tos fundamentales de la vida democritica, el trabajo de este autor con- tiene vatias dificultades irresueltas -difcultades que restan coherencia a los elementos centrales desu concep. Este ensayo se divide en varias secciones. En la primera ‘ino “Citizenship and Social Class” de Marshall. En la segunda, evalio |a critica giddensiana del trabajo de Marshall y muestro que muchas de sus afirmaciones son desatinadas. Luego de analizar el intento de Giddens de superar la concepcién de Marshall en la tercera seccibn, sos. tendré en la cuarta que todo el marco por medio del cual Marshall y En sus iltimos trabajos Marshall altera algunos de los énfasis de sus primenss cobras; véase, por ejemplo, Marshall, 1973), ‘gcc mann. 7/Iroirno de 1997, pe. 43-72, ged mim. 7/Inserno de 1997 dens estudian I relacin entre ado, clases y Ia ciudadanta es parci ios de referencia de ss andl f y de las‘op- taré que a centrales de la socieded con one ambivalencias decisivas. tan status que garantiza a los individuos hos y deberes, libertades y restricciones, poderes y respo: (Pig. 84), Aunque no existe un pi hos y deberes de un 8 una fuerza en desarrol sagen de la “ciudadanta ideal” y, por afac ‘spiraciones. Dentro nto de Ta materia gh lad de personas Ia ciudadania es un a La chse izacién opuestos: son bisiea El concepio y Ta realidad de sdadanta son, segiin Marshal de las fuerzas motrices de la era moderna. Se ha registrado una larga, gulas pero persistente tendencia hacia la expansién de los derechos ludadanfa, que alos fines analiticos se pueden dividie res “haces”: Desi Held 6 En esencia, siguiendo a Marshall, la reforma ios puede modificar los aspectos mis negatives de la desigualdad econémica y puede, por consiguient gue el sistema capitalista moderno sea mis ecuinime a Js accién revolucionaria, La dindmica de las rivadas del sistema de mercado capitalsta se puede moderar E fe Ts desigualartes econsrnicas se pueden contener ar” por medio del desarrollo exitoso de Ta ciudadania puede remod is de Marshall se concentra explicitamente en Gran Bre- tafia y, aunque en ocasiones generaliza mis alld de exte contexto, 20 cree que Su argumento pueda aplicarse con igual eficacia a otros palses (pig. Con respecto ala pr aia, su argumento es que los tres son con diferentes ritmos 2 lo scientos aos. Buscé mostrar que los derechos civiles fueron los primeros en desarrollarse y_ que fueron san- cionados de una forma parec al antes de Is gran re forma de 1832, Los derechos politicos se desarrollaron a continuacién, y su extensiéa fue uno de fos principales rasgos del siglo diecinueve, aun- que hubo que esperar hasta 1928 para que el principio de la ciudad politica universal fuera plenamente reconocido, Los derechos soci en cambio, casi se esfuraron en el sigo dieciocho y comienzos 4 cinueve, pero revivieron poco antes de acercarse el siglo veinte (pig. 83). Su renacimiento y expansién arrancé con el desarrollo de la educacion , ero no fue hasta bien entrado el sigho Fechos sociales en su forma moderna quedaron comp! dos. La principal evidencia de Marshall en este sentido es la historia del contratos y la igualdad 5° se refieren a esos derechos que en el ejercicio del poder pol tegrante de un cuerpo in- iad pablica o como elector de los miembros de ese cuerpo" ‘una amplia gama de derechos “desde el deve ‘cho 4 un minimo de seguridad y bienestar econdmicos .. hasta el de evar a ‘cabo la vida de un ser civilizado conforme a ls normas prevalecientes en Ia so- ciedad” (pigs. ee ado de bienestar moderno, Las ado de bienestar de posguerra i servicios médicos, la seguridad social, 4s eal igualdad como pri mas’ zine de impedimentos p ‘ad para todas Iss personas vilnérables de la sociedad moderna, espe conociendo gradualmente como instancias indispensables para garanti- ate pari aquellos que quedan airapados en el “ciclo de a po- zat la libertad individual. Bn la medida en que no existe ninguna buena {Sex de Marshall es que los derechos sociales constituyes ut razon para creer que los goberaantes no actuarin de forma egofsta ( 0 vital de una sociedad que tod jerarquica, pero que ha como que tampoco lo harin los gobernados) el gobierno debe, para evi- ‘rigado las desigualdades -y aliviado las tensiones- derivadas del un electorado convocado clases. “Aunque Marshall interpretabs el desar adidania moderna como un proceso desparejo ¢ ddahaz de derechos como una suerte de peldatio 0 los otros (pigs. 71-83; 9596; ve ‘La consagracion de la dio del cual los derechos p general fue de la ciudadanta politica. ‘ Tegales, cuando Sila ciudadanfa es un derecho, debe ser el derecho de participar plena- ‘ante la ley. Los scents en I sete De te modo, el fom de Ta cuudadania Tlegd sera busqueda de las condiciones ba os indlviduos pudieran | imente valoradosy disfrutar dea iguildad de opertunids | a escena para que se desarcllara la cha BOF IS ome de Tos sociale. wipal_periodo formative d: daron consagradas la idual y jevas Tibertades -aunque sesto, fueron los varones propi tuewss libertades propiciaron paulatinamen ano vardn respecto del lugar de nacimiento y de la ocupaci6n que la Sstumbre le asignaba. Si bien amenazaban las formas tradicionales de oder y desigualdad imp des (y riqueca, ingceso 7 con ‘ociadas) no lesionaban las nuevas formas de desigualdad creadas tmereado sulrian hondas d edad de meread = por el contra Con el establecimiento del pudo asegura Si bien la ciudadanla y la lucha econémica como una unidad Iv dase estin “en estado de guerra” desde el siglo es iguales en satis” -un status miento obrero logr imponer varias modificaciones sobre el sistema de ‘moderno. Parad6jicamente, entonces, En el siglo veinte las demandas en favor de tl satus uniforme de la ciudadanfa*, en sus primeras formas, “provey6 social, en las palabras de Marshal base de igualdad sobre la cual edifcar ls estructura de desigualdad 111). La preservacién de las desi \ moderna)” (pag. 87). expansion o el enriquecimi | ‘La conquista, lenta pero progresiva, de los derechos civiles fue las distinciones de clase se | sn prerrequisito de la consagra Ta libernad del sujeto. Fue tam- ‘iy ua indispensable primera etapa en el Soliteos, pues, como Giddens caramente lo explica, “s6l0 stat indi ing e5 Fecomiocido como un agente autonomo llega a Ser razon ‘Sderarlo-un tadividuo’politcamente responsibte”-(1985, Dip consigracion de Tos derechos politicos pertenece, sobre todo, -onsagracion de Tos derechos politicos perienete, sobre pero hay menos espacio p lidad y cada ver pade- res presiones y desafios. Como expusiera con elocuencia, la cexpansin de los derechos sociales uicies obvios de la sta con eleva eg 2 geek nim. 7/ Inviemo de 1997 el piso del dejande intacta la supe ructura, Ha comen: El contrato ha sido desafiado por el satus y el impe eraas del mercado ha comenzado 2 subordinarse a (oi, 111). Las premoniciones de Marshall respecto del pro Bie de las reformas sociales democriticas (quied no sea sozprendente que smuchas de sus ideas hayan sido formuladas a fines de la década del cus renta) son inequivocamente of tas. Giddens versus Marshall ‘Aunque reconoce la importancia del andlisis de a ciudadania de Mar shall para la teoria social y politica contemporines, Anthony Giddens ha elaborado ui jeas en su contra (véanse 1981, pigs. 226-229; 1982, pags. 171 igs. 201-209). En primer lugar, critica lo que considera elementos teleologicos y evolucionistas entro del andlisis de Marshall (véase especialmente 1982, pig, 171). Cri- a Maral por watar-at desarolo-de-trciadsdanfz en al mundo ‘como-si fuera algo que se desplegara a través de fases y de conformidad gica_inmanente. Segin Giddens, es exagerado el tnfisis que Marshall coloca sobre la posibilidad de entender a fos derechos ciudada- ‘nos como ua proceso subdivido en tres etapas. Por afiadidura, Giddens ve-en la explicacién de Marshall una sobresimpli tica y el Estado; desde este punto de vista, Marshall enten - sue de los derechos ciudadanos entre los siglos dieciocho y diecinueve como tun proceso apoyado y fomentado por la “mano benéfica del Es- tndo”, En el andlisis de Giddens, Marshall subestimé el hecho de que derechos ciudedanos fueron en gran medida conquistados por me- (1982, pig. 171). Mas atin, Giddens argumenta que Mar- shall subestimé el hecho de que la balanza del poder se inclin6 en favor de las clases subordinadas s6lo en épocas de guerra, en especial durante as guerras mut Creo que estas criticas son incorrectas en varios sentidos’. Lejos, de sugerir un marco general evolucionista para la expl lo de los derechos ciudadanos, segin entiendo, Mars ? De ninguna manera soy el prim ‘Turner, 1986, pigs. 4546, para un an 6& David Held lo de los derechos de ninguna manera siguié un e2- Mis ain, el de los dere- factor cardinal que para chos era, de hecho, la Tucha g Tacks contra I jerarqula en su forma feudal trac Ta lucha contra la rcado y kk neo. En estudios posteriores a *Chizenship and Social Class", Marsh es todavia més exp! del papel formativo, del’ conf ¥ social (vésse, por ejemplo, 1981, en particular pigs. 104-136). Un segundo foco de las eriticas giddensianas es el tratamiento de ‘Marshall de la expansién de los derechos ciudadanos como un fendmeno “puramente unidireccional” (1982, pag. 173). A Marshall se lo critica por sonsiderar al desarrollo de I ciudadania como un “proceso irreversible”. Tertas afirmaciones de Marshall justifican estas objeciones. Pero las cl. teas se debilitan cuando a esos pasaies se el contexto geveral-de Ta obra marshalliana, Por ejemplo, Marshall documenté la saparecieron a comienzos del diecinueve. Sostuvo que su reemergencia fue de la mano con el desarrollo de la educacién publica bisica, pero que de ningiin modo este proceso de reemergencia tuvo una sino que dependié de la fuerza espectfica de los dist “No es éte l énfatis que normalmente se coloca sobre el trabsjo de Marshall, een el med como el pens ieuenta y sesenta -representado por Seymour ipeet, Reinhard Bendix y David Bell-incorporé y divulg6 las ideas de Marshall. Desde Sn distorsioné la recepcién de ls rno puede decinse a la Tigera que oftecen una concepcién “evolucionista" de la ciudadanta, cociales que promovian Ia reforma (19732, pigs. 79-83, 95 y sigs Marshall sefalé a ta emergencia del nacion como To defini6- c que todos guales de no profundizd esta ie un afdlisis detallado del context al en que se dest las demandas en favor de los derechos ciudadanos. Sin em aba este contexto y en varios ensayos recono smo y las guerras denteo de la historia de los de- ar de los derechos sociales (véase Marsh: peialmente la primera pa jexiones sobre a ciudadania y la clase argumentando que el equilibrio cenute esas dos grandes fuerzas en el siglo veiate no prometia en absoluto fa sumamente dificil pre- algunos de los conflictos de nuestro sistema se estén echa contra los derechos Ta observaci6n era sin duda perceptiva. 2 ;cer_conjunto de erflcas se refiere 2 Ia clasifcacién rmogénea, Enfatiza que Tos derechos eiviles como Ta Nbertad individual y Ir igualdad ante Ia ley fueron reivindicados y conquistados en buena medida por una burguesia en emergencia, Estos derechos contribuyeron jidar el capitalismo industrial y el Estado representative mo- derno. Como rales, deben que Giddens denomina como propu- to de las ‘derecho de Este segundo grupo de derechos debi pugnas de la clase erabajadora y los actvistas sin formar sindicatos no fue un don conquistado y preservado por me puede decine de la extensién de las actividades de las organizaciones obreras que buscaron regularizar las n el derecho la huelga. Todo lo cual agrupamos esos fendmenos con los derechos civiles en coe de los grupos supraordinados y, a la vez, un ee alrededor los grupos subordinados pueden reclamar ua mayor cor bre sus vidas (véase 1985, pigs. 250 y sigs). Por ejemplo, afirma, Los derechos civiles estén i control implicados en las actividades poiciales del Estado. La vigilancia en este contexto consiste en un aparato de organizaciones judiciales y p vas en términos de las cuales se controlan las conduct ‘gual que los dems los derechos ci cus. Bs deci, o jonalizado en el cual es posible hacer wi es. EL tribunal es la corte de apelacién protot le defender y ‘promaver el conjunto de libertades reunidas bajo la categoria de “derechos gs. 205-208) Los textos de Giddens sugieren el siguiente esquema clasifiato- rio de derechos y los modos de poder y las esferas cuales estin relacionados: “Tipor de derecho cul ‘vil econdmico = Tipo de poder —polida ‘onal del gar regulatorio © de trbsjo Vigilancia Centro insta tibunales —lngardesrbsio_parlamento cio oeera ocdmaras de evince legilaivs ‘iba y de les ——— * Now: Ea aga cd parelarmcne nioearrllade en wis de Gilden goed ie. 77 tier de 1997 Devi eld 8 idad pal fa el-nievo ordenamiento fadministrativo) del pode one actividades cotidianas que le sigui * Profundizaté este vema mis eneral de la sociedad civil, de la interfe- fue un impulso. paracion” del Estado de la eco- de la ciudads condujo a la apar lucha por los derechos y ls remodelacibn to del poder adminisirativo del Estado fovasaspiationes y demandas yal desarrollo atendieran con efi fueron grandes Giddens, puede 0 econbmicas prevenie u erosién en di | Nunca dejan de ser conquisas frig i Hay buenas razones para | dlbnfasis de Giddens en el modo condujo 2 Ta prowe in del Estado a nuevas relaciones con ‘sus dominados -relaciones basadas en el consenso, mis que en Ta fuerza- ‘muy convincente como base para explicar par qué apaieciaron nie tes que pueden afectardirecamente la distcbuciba dl poder (1985, pgs Sas formas de relacién politica en la era moderna, Del 207-208), Sqhasis on te mavuratece- comtingente de estos desai especialmente cuando lo que se pretende es © gobierno de los muchos, o la cid en Occidente) se lo puede cap todo, creo que [a importancia dela rmengwada por varias dificultades, as de ls posiion de Gi inos de referenci i bhrerciges por sci et ibn. acy de sserar ue of gebeene responder das gelerencias de s udadanos,considerados, iddens, 1985, pigs. 198-201)". Las esferas i hala aria o anlada ens conce ants decade on del sufragio universal } dano. Unas pocas reflexior acerca de Ja naturaleza de la ciudadania, ne cor atisie dein cass tubsaderisen si hicks en vor de —_ofrecen un punto de partda th desde donde poner de relieve esas defi delo que Giddens 2 veces prelere Ta Sema se segundo conjunto de luchas dio origen ado Mewesconis moderne Lor de Sociales o-ezonbmicos Ro pueden Ser considerados wna mera extens de los derechos icos, pues en parte son producto del in tento de aliviar las peores consecuencias de que los ciudadanos dores carezcan de control sobre sus actividades en, sobre todo, el lugar | Ciudadanos, derechos bligaciones Desde el mundo ant oe nia exhibieron cier le trabajo. nificado una ciesta rec En suma, desde el punto de vista de Giddens, el conflicto de comunidad (vase Brinkman, rnencia, pertenencia ala com clase ha sido y sigue siendo el medio de la ampliacién de los derechos ciudadanos y la base de la creacién de una eet fos de restringir Ia exten: 1 | ge. dania a ciertos grupos: entre otros, los varones propicta is grup P: god nn. 7 viene de 1997 2. qué signifi pacién en la comunidad (para ‘a clase o hs ada con alrededor de ana, A Ta Tez 70a ls cudadanta inicado por Marshal e mente ser un importante medio pa danos pero de iudadas Ta lucha por la pertenencia a, y 5a isan enone Su ails bara el nario de Tos modos en que 5 diferentes grapos, clases ron sdyores grades de autonomla ori por conquistar le2) y quienes han abogado por los derechos de Turner, 1986, pigs. 852). Diferentes movimientos so¢ jones acerca de la natu - En palabras de un ana el resultado de los movimientos s fender iensiones de la judadania son ss determinados a expandir 0 de- social... Las fronteras que definen ja la pertenencia a un grupo . 92, 85). La lucha alrede ta ciudadania fue ea sf misma un, si el medio a través del cual las dor de la maturaleza y el aleance no el, medio central de 7 Ese arguments es peefetamenteplanteado en Tus caps. 1,24 r 1986, especialmente, 2 Ahora bien, sucede que Giddens efectivamente reconoce tn com a configuracién de la ido de que nos deja la impr 10 momento en un marco ienen esta impresion. Prime conflicto de gs. 227-228; Giddens de suministrar un “mapa con- sas fuentes de protesta social con los conjun: jones y las formas particulares de derechos no Tmportantes movimien pasan por conesiones entre los que son de derechos. Por ejemplo, siguiendo el planteo de Giddens, muchos sos tendrian que los derechos sociales” son el principal objetivo del movi- miento obrero, los derechos politicos son Ts consigna mis importante del “movimiento de la libertad de palabra” (en si misma una dudosa cx tegorla abarcalotodo), que los derechos civles son el principal foco de stencién de los movimientos pacifistas y que los “imperatives morales” tados y las luchas p: chas por los derechos rep "Giddens responde ibertad nota anterior en relacibn con el gel i. 7/ Dreier de 1997 or lo tanto, asegurar una condicibn erucial para que las ma cu a ser miembros “libres e iguales” de Ta socie atencibm que Giddens prestaa los derechos reproduc de su descuido de la cuestidn global de la organizacién social de la re- produccién y de ls rlaciones de género (véase Murgatroyd, de proxima aparicio), No ha hecho de esta cuesti6n tna parte integral de su trabajo y-cl resultado inevitable, creo, es una laguna importante en su concep- cign de ls condiciones de pariipacion de Ia mujer (yal varén) en ba “Las explicac parte, dena nueva fi ibn del eiudadano con el Estado “Tablenieme importante, toda Ta rel nacién se compleja y problemitica a 10 Pues se ha abierto una importante brecha, vincu- ertenencla a una co- ia cfutadant,y ef desarrollo del de- subernamentales y los gobiernos a nuevos sistemas de regulacion (véase Vincent, ie trastienden a jurisdicci6n d= Tos dan carecer de poderes coarciivos ‘asto-aleanee Por ejemplo, al (DRY emabIeT, por primera ver e internacionales que pr conflicco con las lyes del Estad Estado (excepto cuando no haya espacio para la “elec al del Tribunal de Nuremberg marcd un ca stadosnacl6n y que, aunque pue- ecuenclas de ™ Para una excelente di sibn de estos temas, véase Cassese, 1988. David Held o Una concepeién nificado y la naturaleza de la ciudadanfa debe trascende inos de referencia que establecieron Marshall y Giddens. EI dela ciudadania debe ocuparse de todas das dimensiones que favorecen o restringen la participacién de las perso- nas en la comunidad en que viven y pprocesos nacion: ernacionales que las atraviesan. Ni Giddens ofrecen una base adecuada para esta empress. Derechos, Estados y sociedatdes ideolbgica de los derechos, ls dimensiones ertica del Bsado, la tura social después de la guerra y las orientaciones politicas Contempo Derechos: farsa 0 realidad? a y luego usa a Bite oon ios derechos un engafio ideo arabajos recientes, Giddeas ha sostenido que el capi far plan- 26, una sociedad de clases. Neurilgico en el andlisis de Giddens es ef conte ajo capitalists, segin suplere, el contepto Basico pars analiaar 1a ewerucrura © clase del capitalisma desde el siglo dieciocho fasael presente. oe into para la fuerza de trabajo como it los fandamentales. Fl primero fue Ti oltico. ya Teh ‘se consumd ino reemplazo progresista en tades recientemé @& wniversales en das. Pues aungy 5 favorecieron a las elases dominantes en la préc- El derecho de los extendié a la mas de pol nuevos derechos para todo os ludsdanos i ™ El testo de Giddens padece una ambigiedad fundamental, fa deriva de sus inteatos de reco nes diferentes, Primero, jer argumentat que Marx estaba en los derechos ciudadanos mucho de idzolog 8g. 228). Giddens iene Ta idea de q fueron por largo | 90 teritorio de amente considerase | | Segundo, soatlene que Mars | ia ran respecto del | mar y eimen ambién se equlvocb, dos fils". Tercera, | se perdié y tuvo que volver a ser conquistado. La Babee, lar, creé una base partidos | democr pesar de implicar que el pro: ccarece de sentido. Para reforear esta ca y economfa esté funda aleza de Iz dominaciOn moderna, el ns correctamente Sub : ida dela economia y lp Ia expansién del capital - garantiza los no llega a explorar de forma si crea un importante espacio para libertades y los derechos politicos. La separacién re- re un reing en que los erecios que no evn dsponiblesen as de no 5 consumé semejante separaciOn. Lo que esto im. | plea, entee otras c 0 Tox derechos de cada “Usae_a Marshall en conura lens, seconocer que él marxismo 10 ha podido en- wy diferente de “ oe mm. 7/ Tncierno de 197 de una cos ién que contribuya a. de-una diversdad de centros de poder dent mecanismos de promocién de la competen eh Una conse: es que la eco- oma spur reproduce asim iddens c les y complejamente super rones alrededor del alcance ita; las rebeliones campesinas contra la carga exce- las obl uestos. Los combates entre monarcas y_ de la autoridad Le eas pol tado griega y el derecho roman sen Europa (Inglaterra, $38 y el desaflo de ls pretensiones un entre la iglesia ye ‘a idea moderna del Estado, el adividuo como ciudadano es, més ain, usa idea profundame ‘ada con Ta doctrina de fa lit ina doctrina que plantea lo, fe economita y Tos asunitos politicos (vEase Macpherson, 1965). $i la idea moderna del Estado se eristaliao-en Ta iatersecciOn de una varledad ‘de dispuras lo hizo en el contesto de as Tuchas en favor de los derechos fundamentales para Ia mayorla de lor aspectos de Ta ecco ety vida cotidiana. La iniportancia de estos derechos es mucho mayor de [a que juede derivarse de un anilise que coloque-tiecinicamiente a fr clase en él primer plano. Rastrea laimponanca de ests temas en Held, 1987, caps. 2,3,8,y 9 Véanse, por ejemplo, Benn y Peters, 1959; Tilly, 1975; Poggi, 1978; Skoepol, ndix, 1980; Keane, 1984; Held, 1987, emerge con) de desarr legir la unién mates ro del marco Sugieren, atencién a toda derno, requ Marx, Marshall y Giddens para ha 6 dde Giddens en separar fos derechos formales de ls ca- ‘on que cuenta la g Pero esta observacién mo es inos de referencia tan estrechos que impiden una efectivos sus der: inal su exposicibn de la a liversa gama de derechos que Gi que supere cos Estado: gcapitalisa 0 moderno? ido por la pregunta a. diversidad de temas y condiciones qué exige un wucho més cuidadoso que el >. También reclaman un esquema clasificatorio mucho més so ido para que buena parte del no pueden ei “derechos: iden: 1 ofrecido ha que preste isticos del mundo mo- 1 creces los oftecidos por gobernado, dotada de i) idea de un orden pol estructura de poder legalmentecircunse representativa) los esta i la intelectual medieval. Estas nociones muchas veces son consideradas rasgos const vos del concepto mismo del Estado moderno. Varios pasajes en 1 un impulso cr Desde esta perspec tes (“separacién’ ‘aparato de gobierno” moderno (v6 nnocién halla sus primeras 6 a convertese en objeto de in- 978, vol. 2, pigs. 249. impersonal y soberano, es decir, una rey el 888 y al sistema feudal de idea de que los seres huma- lerecho de ser ciudadanos de 0 al 7, podria decirse que foqu ‘Aunque Giddens 2 veces parece re otros passjes de si tra san I idea misma de Estado moderno con la ides de “Estado ca Con “Estado cay iddens se refier Offe, a un Estado “sumergido” en relaciones de clase (eanse especial mente Giddens, 1981, pigs. 210214, 219.226 Offe, 1984). Los siguientes enunclados componen el nicleo de Su posiciéns ~ 1, EL Estado en el capitalismo “es un Estado de una sociedad de clases" uuna sociedad en que las elaciones de clase (por medio del control so- bre los recursos de di ruyen el propio proceso de produccién; la go crdnico de la vida c es ¢5 el “principal medio” de la trans acid interna de la sociedad (Giddens, 1981, pigs. 214, 220221). A diferencia de lo que ocurre en otros periodos de Ia historia, en el lace dominante no gobierna”; es decir que la “clase no forma parte .. del personal del Estado” Con todo, “el Estado, como modo de ido por sus - ivada y Ja ‘economia’ auténoma” empleadores capi opera en el contexto de 81, pig. 211). Tiene, por irectamente inmerso en las contradicciones del capi- no es “meramente un defensor del seus quo” sumergido en las contradiccio- i6n, puede en parte ser vi ‘apaz de dar forma a la naturaleza misma de los in- — tereses y la polltcas. “claseEstado™ un rol central, rectamente, ¥ el poder de clase es considerado Esta posicidn garantiza la primacla de Ta naturaleza capi ciedides ylos Fsados modernos. So spaco en ee marco para comprender stratégica que el gobierno y las agencias es suelen desplegar, el énfasis general niega la dimensi del Estado modemno, a saber, que el mi suficiente primacla sobre las col para que Is naturaleza cionales, la no puedan clase. La concep con su reconoci de la necesidad de ccupadas de la orgenizaci (Giddens, 19 lente porgue separar los ele ionales de la politica moderna de la pauta global de rels. dens, 1985, pags. 141,160) Los equivocos a hs dimensiones del Estado moderno estan rela su confusién en mi a derechos. Unia cosa es argument 9 mod cumple (tanto comio los derechos politicos y ci produccién del capital -un argimento que jones” centrales para la ve. sae ado modos reclama una Y¥ otra cost muy distinta es remarear el avicrey det Estado «tl punto que la importancia de las inniovaciones legales del Estado moderio quede idea de derechos, y de Tas suas ibertades que formalmente propicia, y un andlisis exhaustive de la rele, sién entre los derechos forarales y’ las posibilidades reales con que cuenta su realizacién, requieven una concepcién del Estado. modemo is rica que la que oftece el trabajo de Giddens. Sélo esa com podria hacer justica al hecho de que el Estado moderno se des. las demandas de articulaci6n se5 que no pueden reducirse a las iones de clases. wa Sociedad: pluralist o clasita? En A Contemporary Coitigue of Historical Materialism, Giddens arg menta que el capitilismo es una sociedad classta. De hecho, esti Yencido de que el capitalismo es la Gnica formacion social a | En sus “quisiera sostener que el caplalismo es la primera y tinica forma de ‘Ago min 7 Iciero de 1997, com ape {propio Graders est05 movi Como fe setialado un orice" pretende af de la clase sin resignar las consderaciones préxima aparic (MeLen: ). Los puntos oscuros y las ambigtiedades sc reflejan wR Dovid Held s parece defender la jo de fo g quedado indemne (198 sdades en el nicleo de su ertica y reconstruccidn de politica, Por otro lado, si Giddens fracas, casi con se guridadperderemus todos pues son posos Tos analsas tn agudos y abarcadores. 7 fm. 7/ tain de 1997 Bibliogeatia ress, 1950, in R, Kings or People, Berkeley, University of California Ly RS. Peters, Social Princ len & Unwin, 1959, Brinckmann, C., *Citizenship*, Nueva York, Mami Cassese, A., Violence lem Age, Carn Dahl, R A., Polyarchy, New Haven, Yale ridge, P Dunn, Jy “Response Incohereace ofthe Modern Conce ada a las, Evans, P,, D. 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