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Mas alld de temores apocalipticos, la sociedad europea del afio Mil, que se adentraba en el feudalismo, comenz6 un imparable despegue econdmico y social BaP Lm oslo) eee cece ~_-sonatormentades por los demonios. George Wicca he “Wa a (i SAN JUAWEVANGELISTA Pe ereraci lara Le eat sre NOE Seen is eee tence eee eee een bro biblico del Apocalipsis, que la tradi Piss eSe rac SECC uma Stele Letras ie aslcol pene eet enter eh ern Seen Biel cisehToe Sethe Mee ital less Es ule este Ne Repro erences ee V Coc Re Lo cre enn oa Leh ‘Magog, la resurreceién de los muertos y el Juicio Final pS ea net ee Care Rte ampliamente en la linea trazada tiempo atras por el monje Beato deLigbanaen sus Comentarios al Apocalipsis, que habia dadolugar Pree ee terriers ey sce nsec a oc Peas ear eee esate ace encateteol Pataca nel o ongeese eer faeces Fron estentsecer yore oa ewerrreriene tees tee neato bacadavezmas cercaatrapé por igual a principes con pocapreparacion | cbrinbesfnans flit Sine a recipiente parallevar, ‘agua bendta) se hhabria represertado la Jerusalén celestial, ‘conimégenes de Cristo, ten lly el apa Sivestre entre ‘tras. Hacia 1020, Catedral, Aquiseran. nerevcalr an neonate ey faa Enno, ae supe Sbllannasl eobeepuenene litirgica y a clérigos altamente cultivados, a guerreros sin miedo en los campos de batalla yacampesinos que vivian atenazados por las dificultades econémicas. Signos del fin del mundo ‘Ademas de ser un sentimiento colectivo, las creencias delfin lel mundo fueron canalizadas por lecturas polfticas de los textos sagrados, comolaquehizoen 954 elmonje Adso deMon- tier-en-Der en su polémico Libellus del Ante christo, a ruego de la rina Gerberga, esposa G)_ dclemperador huisde Ultramar; Adsoplan- | teaqueladecadencia dela dinastiacarolin- gia ladesuspatrocinadores,coincidiapun- tualmente con la legada del Milenio, Ei- beloprovocSreacciones criticas,como ladel _influyente abad Abbon de Fleury, que se HITOS DE UN FINAL alex) Labestia que surge del abismo, Miniatura de Beato de Gerona, terminado en 975 tenel monasterio de Tabara Zamora). Catedral de Gerona. Enel a0 97,61 efército andalusi deAlmanzor arras6 Santiago de ‘Compostela, hacho {que se considers tn presayo del fin delos tiempos, ors copusocon todassusfuerzasaélargumentando queno habia ningunarazcn para creer en tales patrafias; sin embargo, la suya fue una postura minoritaria, ya quela mayor parte de la gente estaba convencidade gue el fin del mundo lle- gariaenla fechaindicadayelmotivono eraotro que el dominio dela maldad entre el género hhumano. Unapsienlogiadelmiedo seextendio con facilidad porelesbecristiano:setemfapor igual la presenciadeSstands, que confundia al pueblo con sus usualesmentiras, yla legada del Hijo de Dios pararealizar el Juicio Final. ‘Cualquier indicio provocaba una reaccion social extrema afwordel Apocalipsis: desde unaepidemizounalambrma hasta a legada de jinetes magiaxes com su ritual de saqueo y destrucciénen dideasy cindades; algiin cro- nista ingemioso quiso ver en ellos a los jinetes ee eres nod frees tat a treasure) invasin de Ingle porlos Soran Ore ed emer ied Fr Scere apa, Convence a Oton Pueroreeecktd eee nen ieee orce tf i , Fe ai 1000 Escandinavia se convierte alristianismo. Enelafio eoaated uae er ECs Pees loys) Dewees 9 Pee epee ou Ec reucn ts Fle ence mace) entrelos afios 908 y 1018. ae gL 5 ip de de Aquino, un hereje milenarista: fraDalcino (ala derecha), querompe libro de a iglesia. Santa Mavia Novella, Florencia del Apocalipsis. Deigual modo, se seguian con {nquietud las noticias que legaban elas fron teras conel Islam. En a peninsula Ibérica, las campatias de Almanzor sobre Barcelonaen 985 sobre Santiagode Composteladoceafios des- pués eran uma confirmacién de que el fin del mundoestabaapuntodesuceder. EnPalestina, lsaqueo de asiglesias cristianas ylosataques alos peregrinos en Jerusalén respondian, por supuesto,alapresencia del Maligno—ynoaun desajusteen el sisterapoliticode las comuni- dades beduinas de laregion. Estas reacciones emotivas afectaron a unas multitudes convencidas de que esa situacion erala «seitaly masevidente delfin del mundo, ‘que llegaria en la fecha sefialada. Tales ideas fueron estimuladas por algunosnobles, como elconde de Sens, quenodud6enbacer respon- sable al Apocalipsis de las malas cosechas en Iglesia y nobleza feudal protagonizaronel cambio de Europa delafio Mil hao urbe NED NORD OEHAAINC Riera emcts en ee Perel inode Cris eae sus tierrasy delhambreentresuscampesinos. Asi, desde mediados del siglo X, entre ment ras deunos, medias verdades de otros, convic cionesintensasde profetasy algunas observa- clones de bienintencionados, a creenciaenel fin del mundo subi6 comounamareaamedida ‘queel siglo iba acercandose al afio Mil. Unaaurorabrillante Lostemores ~como sifueran una pantalla de sentimientos enardecidos— ocultaban un cambio decisivo en la historia de Europa. El cronista Thietmar de Merseburganuncié que enelafio Mil «cesplandeceria sobre el mundo: una aurora brillantey. En realidad, hablaba de los efectos de una revoluci6n politica que cuestionabael suefiode unimperio territorial, dando paso aunosprincipados dondeloscon- des se convirtieron en reyes. Asi ocurri6, por ejemplo, con Hugo Capeto, conde de Paris, que se convirti6 enrey de Francia trasun golpede Estado auspiciado por el obispo Adalberon deLaon.En otrosterritorios, simplemente se consolidaron dinastias que contaron con la fidelidad de noblesy caballerosarmados, alos que se entregaron trozos de tierra llamados feuddos; de ahi que pronto se conociera seme~ jante sociedad.como «feudaly.Estarevolucion fue contestada por la Iglesia, que advirti6 el La prematura muerte lecié enelanio ‘que Cerlornag m trono dorado. PERSECUCION DELOS CRISTIANOS Entre 1004 y 1014, el sextocalfa fet deEgipto,al-Hakim, saqued y destruys Centos deglesias cistianas en sus dominios. Mas tarde ‘amain6 sufanatismo, pero su actuacién llevé el temnor alos cristanos de Oriente, Abajo, suerreros conlanzas en una miniatura fat fechada hacia 1050. riesgo de que la sociedad se rigiera por el sis~ tema de valores de los nobles, para quienes la guerra era un estilo de vida. Los obispos re~ unieron al pueblo en asambleas donde se ges~ +t0elmovimiento de paz y treguade Dios, que limitaba los lugares y momentos en que los feudales podian actuar militarmente. Elconflicto entrelos obispos ylosnobles se 1ii16 de milenarismo, ya que los primeros no dudaronen sefialar quelos guerrerosacaballo sostenidos porlos nobles, los representantes delamilitia —estoes, delacaballeria—,eranen realidad los representantes de la malitia ~es decir, de la maldad—. Con ese juego de palabras, malitia por militia, se condenabauna conducta social y unordenpolitico, 3} el feudal, y se exaltaba otro, el dela pazy tregua de Dios. Latensién fue enaumento, incluso cuandointer- vvinieron los monies de Cluny, que miraban a los nobles feudales con tanta preocupacién como a los obispos asamblearios, a los que consideraban unos demagogos. Contemplando este complejo de- bate politico se encontraban los 3, emperadoresdel SacroImperioRo- mano Germénico, débiles pesea su esplendoroso titulo, que terminaron frentarse conlaautoridad del obispo de ™ elpapa,enel que vieronal agente deun del mundo bajo la Iglesia. la tension utilizaba lasimagenes del Apocalipsis, era posible que aquellos guerreros que ‘rufantorres enppiedra para controlar alos blosnémadas, pero también laproducc® Jos campesinos, fuesen enviados del Ant: ‘to. Las herejias, imbuidas demilenarisme mabana ladesobediencia social y predic el fin del mundo como liberacién. ‘Los temores quedan atras Pasaron el ato Mily las otras fechas que: dieran justificar el milenarismo, es dec Tlegada del Hijo de Dios para juzgar alos yalos muertos. La sociedad europea se contré en medio de uma situaci6n parads tras unas décadas de miedo por el fin del: doy lallegada del Apocalipsis se pas6 a afiosenlosquelos indicios deestas cre eran paliadoscon larealidad de un crecim todelavidaecondmica. Eldramatismo de algunos autores contemplaban un meteoritoo una imun¢ secontrarrestabaconlasensacién de quel torianoacabarfa, sino todolocontrario, de surgia una nueva oportunidad. En la décad 1030, cuando ya no existian motivos para ‘enelfindelmundo, sebusc6lamanerade les aunacuerdo entre los diferentes sectore=4 conflicto, Atnsetardé afiosen conseguirlo.2 romientras tanto creci6 la poblacion y mesa elaultivo de cereales. Las hambrumas com=t zaronadesaparecer ylaprimaverade lahisto= se ech6 encima del invierno del milenarism™ ‘Habiaunanueva oportunidad, y era press hacerse con ella. Al final, el affo Mil, mas o hacer realidad una psicologia del miedo i= pulsada porlacreencia en elfin del mundo. convirtié enelpunto de partidade una glo-™ sa aurora, como habia sefialado Thietmar: ‘Merseburg; en el comienzo de un s6lido c= pleno poder y los hombres le finden | calto: ese faso profeta. La ayuda una ‘segunda bestia legada dela tera, * ‘VIII. El dngel vendimia (a vifia de fa tierta Ties Angeles anuncian el Juicio Final y €_lcastign a los adoradores de la bes- tia. Estos son arrojados como uva ma- dura al gran lagar de la ira de Dios, conde la uvaes pisada yla sangre lle- sz2hasta los frenos de los caballos. Juan ve a Dios en un trono, en tor no al cual hay un arcotis esmeralda Y veinticuatro ancianos con ropejes blancos a su alrededor. Delante del solo, en un mar como de cristal, hay ‘cuatro animales llenos de ojos. & THT. Uta cabalio bapo, capa ‘Tinete tenia por nombre fuerte En su diestra, Dios lleva un libro sella~ cdo con siete sells. El cordero dego- lado, simbolo de Jestis, abre los cua~ tro primeros y aparecen cuatro jnetes con poder de dar muerte por la gue- 7, el hambre y la enfermedad. * * TV. Wi las almas d¢ los que TX. Derramad fas siete ‘mucteron pot ta palabea de Bios topas de fa tra ‘Al abrirse el quinto sello, Juan ve las, almas de los mérties y oye sus ple _gatias para que se haga justici. Con la ruptura del sexto sello aparece la muttitud de los elegidos, primero ju- dlos y después de todas las naciones. % ‘Aparecen siete angeles con siete co as. Cuando las vierten, siete pla 4828 se abaien sobre los malvacos: las ‘aguas se convierten en sangre y el sol los abrasa. Con la titima copa, un te- rremoto destruye Babilonia, + DEL FIN DEL MUNDO X. Babilomia, madre de fas fornicariones Juan es levado a desiorto y ve, sobre Is bestia de siete cabezas y diez cue nos, a a gran remera Es la Gudad de Babilonia (éRoma?), que serd arrasa- day cuyo final lamentarén quienes se ceviquecierontraficando con ela XI, S06 éttites del tito le ‘seguitan Destives de lino ‘Aparece un jinele montado sobre un caballo blanco, vestide con un manto tefido en sangre y llamado Verbo de Dios. Al frente de os ejércitos de cielo vyence a a bestia yl flso pofeta, que ‘son arrojados a un estanque de fuego. Es XII. Wt bajar del tielo un angel con fa Have def abisma Eljinete acaba con los adoradores de la bestia. Un éngel encierra en el abis~ mo al dragén, Satan, por mil afos, durante los cuales los mértires y los. ‘que no habian dado culto ala bestia reinarén con Cristo. % XIII. Al tabo de mil anos, ‘Satands 6 libetado Pasados mil afios, el dragén es bere do. Engaa a las naciones de los con- fines del mundo, Gog y Magog, pa- ra que den batalla, pero son vencides; ‘¢s precipitado en el estanque de fue- _go, junto con la bestia y el falso profeta Gg XTV. Via fos muertos grandes p pequeitas, Juan ve 2 Dios en su trono y a los muertos, que resucitan y son juzga- cor segrinsus obras, Los réprobos son arrojadosalinfiemo y los puros vvirén etemamente en la Jerusalén celeste,

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