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En recuerdo del Cuco Juárez

EL PANTEON DE LOS SANJUANES


Gilberto Piñeda Bañuelos(*)

Los periódicos locales registraron en sus páginas hace algunas semanas que la falta de vigilancia
nocturna en el histórico panteón de los Sanjuanes había provocado destrucciones de tumbas y
capillas.

Por su parte, el tiempo se ha encargado de destruir poco a poco los inmuebles históricos del
panteón que datan de finales del siglo XIX pero sobre todo de principios del siglo XX. Ellos, los
monumentos, todavía permanecen ahí, y por eso la memoria histórica permanece, pero si no se
hace algo para conservarlos, la memoria histórica del panteón de los Sanjuanes se perderá, como
se perderá la memoria histórica lo que fue la “Paz de antes” en el lugar ahora conocido como “el
centro” o el “centro histórico”; también se perderán los paisajes históricos naturales de la ciudad,
si no hacemos algo.

En el Colectivo de Historia Urbana del CEDOHEP UABCS hemos sido muy insistentes en que la
memoria histórica de los paceños debe ser una prioridad de la administración pública y de los
ciudadanos; pero eso no depende de lo que haga o deje de hacer el colectivo, depende de las
autoridades de los tres niveles de gobierno y de los paceños que quieran en verdad conservar esa
memoria, pues existen muchos intereses privados que solamente buscan la rentabilidad y echan
en saco roto el interés público y colectivo. Lo veo difícil, pero, ojalá que logremos convencer a
los servidores públicos que toman decisiones y a quienes priorizan el interés privado, que el
patrimonio histórico y cultural, entre los que están los inmuebles y los paisajes, se conserven, se
rehabiliten se proteja como única manera de garantizar la permanencia de la memoria histórica
de los paceños como pueblo.

En el estudio de factibilidad y proyecto para una declaratoria presidencial del Centro Histórico de
la ciudad de La Paz, que realizó el Colectivo de Historia Urbana, consideró que el núcleo
fundacional del panteón de los Sanjuanes también se incluyera como zona de monumentos
históricos por ser una referencia del centro histórico incluido el cerro del mismo nombre por ser
un referente obligado del panteón, como paisaje histórico. Este cerro ya tiene poblada su falda,
pero eso no quiere decir que no se pueda mantener de manera natural lo que queda de la mitad del
cerro hacia arriba.

El panteón de los Sanjuanes debió haberse fundado a finales del siglo XIX pues en la mapoteca
del Archivo Histórico Pablo L.Martínez (AHPLM) existe un plano con planta de distribución y
fachadas que elaboró el Ayuntamiento de La Paz en 1892 para presupuestar dos capillas que al
parecer servirían de velatorios. Actualmente, esas capillas se conservan, se encuentran separadas
una de otra por un camino que inicia en la entrada principal del panteón ubicada a 75 metros de
las capillas, una de ellas utilizada actualmente como almacén y otra como oficina administrativa.

(*)
Egresado del Posgrado de Historia de la Universidad Autónoma de Baja California Sur y del Posdoctorado en Historia de la Facultad de
Historia y Filosofía de la Universidad de La Habana.
A su alrededor, existen además algunas tumbas pertenecientes a personas de familias paceñas
muy conocidas del siglo XIX, como las familias Vives, Ruffo, Von Borstel, Canseco, Arriola,
Hidalgo, Encinas, entre muchos otras.

Otra evidencia de que el panteón de los Sanjuanes procede del siglo XIX es un plano que se
encuentra en el AHPLM en el que se indica la existencia de un panteón al que se llega por un
camino que sale de lo que ahora es la calle Altamirano y H. Colegio Militar y que en esa época
se llamaban calle Séptima y calle Frontera, respectivamente, que era considerada hasta ese límite
una calzada arbolada de la ciudad, que al poniente llegaba hasta la playa y que al oriente seguía el
camino rodeando el cerro de la colonia ahora llamada de Colina de la Cruz, rodeando el panteón
y llegando a las faldas del cerro de los Sanjuanes, habiendo cruzado varios hornos donde se cocía
el barro para producir ladrillo y que, como sabemos, tales ladrilleras se mantuvieron
prácticamente hasta finalizar la década de 1970.

Otra evidencia es el material documental de archivo que si bien registran la existencia de otros
panteones en el siglo XIX, en 1882 hay disposiciones del Gobierno del Territorio para la
construcción de un nuevo panteón en la ciudad de La Paz; pues como se sabe, anteriormente el
panteón estaba ubicado en la manzana que en 1895 era la número 96 que actualmente
corresponde a la que está rodeada por las calles Serdán, Reforma, Guillermo Prieto e
Independencia, justo en la parte posterior del templo de Nuestra Señora de La Paz que en esa
época no tenía las torres, frente al templo masónico; en 1884 se remiten por el Ayuntamiento de
La Paz lo que se llamó “Reglamento del Panteón Municipal de los San Juanes” y en 1890 hay
varias comunicaciones hechas por el Ayuntamiento relativas a pavimentos para inhumaciones en
el panteón de los Sanjuanes.

El panteón de los sanjuanes tiene tres momentos históricos de crecimiento:

1)El momento actual, el de finales del siglo XX y lo que va del siglo XXI que abarca
prácticamente toda la superficie que fue destinada para esa función, sin posibilidades de
crecimiento horizontal pues la mancha urbana (Colonias Marcelo Rubio y Agustín Olachea) ya
rodeó al panteón. Ahora, en su lugar se ha creado un panteón hacia el sur de la ciudad, conocido
como Jardines del Recuerdo que tiene otra concepción urbana-arquitectónica.

2)El momento de prácticamente todo el siglo XX que es el panteón original que cubre
aproximadamente 8 hectáreas, delimitada por un muro de piedra braza dominando el color
grisáceo oscuro sobre el rosado; que todavía existe: si usted entra por la puerta principal a la
izquierda rumbo norte empieza el rodapié de piedra, 100 metros; da vuelta rumbo al oriente, 475
metros; sigue rumbo al sur, 165 metros aproximadamente, hasta llegar a una esquina formada por
la piedra que indica su continuidad hacia el poniente; justo a un costado del camino frente a la
fosa común de lo fallecidos por el tristemente célebre ciclón “Lisa”; ya sin rodapié de piedra, sin
límite físico alguno, se caminan otros 475 metros hacia el poniente; y de nuevo rumbo al norte,
hasta la puerta de entrada, 45 metros aproximadamente.

3)El momento que corresponde al núcleo fundacional del panteón que empieza aproximadamente
a 75 metros de la entrada principal: ahí estan las dos capillas que mencionamos, la de la izquierda
actualmente es un almacén, que en su momento fue el velatorio del panteón, y a la derecha otra
capilla semejante (iguales a las del plano de 1892) donde está instalada la administración del
panteón. A partir de este punto hacia el oriente sigue el camino, que divide una superficie de una
hectárea, donde se encuentran la mayor parte de las tumbas y capillas del siglo XIX y principios
del siglo XX, pero también se encuentra a 75 metros rumbo oriente y a 10 metros del camino
rumbo norte, la estructura del tradicional pozo de agua ademado con ladrillos de donde todavía se
extrae el agua; y la estructura de fierro galvanizado de un molino de viento con una pila a un
costado, que recuerda mucho a la ciudad de los molinos, como se le conoce a “La Paz de antes”.

Desde entonces, este ha sido nuestro panteón de los Sanjuanes donde los paceños tenemos a
nuestros seres queridos reposando para siempre, nuestros padres, Chayito Bañuelos y Raul
Piñeda, nuestros abuelos Nachito Bañuelos y Toñita Isais, y Filemón C. Piñeda y Victoria
Chacon; nuestros tíos por parte materna Nachito y Tilde; por parte paterna Guillermina, Rosalba,
Estela, Roberto, Cecilia y el querido tío Nando Piñeda, porque el tio León reposa en el panteón
de Mexicali; y así cada familia paceña tiene su propia lista de seres queridos que ha llevado a sus
muertos al panteón de los Sanjuanes recorriendo las calles de la ciudad histórica. Las familias
paceñas y las calles de la parte antigua de la ciudad han sido testigo de los cortejos fúnebres de
las familias pudientes, de las familias pobres y de las familias clase mediaras, las del siglo XIX,
las del siglo XX y las de esta primera década del siglo XXI.

A lo largo del siglo XX, por lo general los cortejos pasaban casi obligadamente por la catedral de
nuestra señora de La Paz que era y sigue siendo, en muchos casos, la tradición, estos cortejos
tuvieron dos rutas: una, la ruta que seguían a finales del siglo XIX y principios del siglo XX,
saliendo de la catedral a la calle Tercera (antes llamada calle Parroquia y ahora calle Revolución)
en dirección norte hasta la calle Frontera (actualmente H. Colegio Militar), y a la derecha hacia el
oriente hasta el camino del panteón; otra ruta que posteriormente se convirtió igualmente en
tradición, saliendo de la catedral a la calle Revolución, dando vuelta a la derecha por la calle 5 de
mayo hacia el oriente hasta la calle Altamirano, luego hacia la izquierda, rumbo norte hasta llegar
a la calle Colegio Militar, y hacía el oriente de nuevo está el camino hacia el panteón de los
Sanjuanes..Ese ha sido el camino de nuestros muertos.

Pero este breve recuento histórico del panteón estaría incompleto, sin la referencia obligada de
sus cuidadores, escribanos, sepultureros y administradores. Digamos algo de ellos, aunque sea
muy poco, para recordarlos con mucho cariño:

Por la información proporcionada por Guillermo y Teófilo, uno de los hijos del Cuco Juárez y por
la querida Lola Juárez, amiga de Chayito y Raúl, jubilada del sector salud, y hermana del Cuco,
deducimos que concluida la etapa revolucionara, probablemente en la década de 1930, su padre,
Don Refugio Juárez Calderón se convierte en el cuidador del panteón de los Sanjuanes, a quienes
su esposa e hijos acompañaban; cargo que heredó a su hijo Refugio Juárez Hirales, conocido en
los barrios del Esterito y de la Ladrillera como el Cuco Juárez; que recibe de manos del General
Francisco J. Mújica, Gobernador del Territorio, un nombramiento que dice: “En uso de la
facultad que me concede la Ley Orgánica respectiva, con esta fecha he tenido a bien nombrar a
usted: ENCARGADO DEL PANTEÓN CIVIL DE ESTA CIUDAD”, fechado el 25 de marzo de
1945. En algunas de las entrevistas de Raul Zavala en el 2000, que le hicieron al Cuco siempre
mencionaba que Alberto Alvarado, Alfonso González Ojeda y Jorge Santa Ana eran sus amigos,
y cuando le preguntó si el nombre del panteón de los Sanjuanes era porque las primeras dos
tumbas fueron precisamente de dos personas de nombre Juan y Juana, el Cuco se concretó a
decir que Victoriano Sosa y Silva que trabajaba en la Casa Ruffo le había contado precisamente
esa historia, así que no esta claro todavía lo del origen del nombre del panteón: Sanjuanes; por su
parte, Victor Villavicencio en otro reportaje recuerda que en todo el tiempo que trabajó en el
panteón, el Cuco siempre ”llegó a su trabajo a las 6 de la mañana, que se tomó un breve tiempo
para comer, regresó al panteón y ahí permaneció hasta después de las 8 de la noche”, aunque se
cerraba a las 6 de la tarde.

El Cuco Juarez permaneció al mando del panteón por casi 40 años, pues se vio en la necesidad de
jubilarse, hasta que falleció hace algunos años; se sabe que mientras el Cuco permaneció al
mando del panteón, por varios años lo hizo junto con su escribano y también cuidador del
panteón, Don Antonio Juárez, mejor conocido como el “Toño” Juárez. Uno de los hijos del Cuco
pudo haber seguido con la plaza en el panteón, pero por azares del destino no fue así. Más
recientemente han estado al mando del panteón, al parecer Don Juan Hernández, Don Juan
Manuel de la Peña y el señor Albañez quien es el que actualmente lo adminsitra; y no podían
faltar los sepultureros y ayudantes de sepultureros, algunos de los hijos del Cuco Juárez; Don
Rubén Lucero que desde 1970 está trabajando en el panteón, y Vicente Hernández que ahora es
marmolero, pero fue durante algún tiempo, sepulturero; y así debe haber un considerable número
de personas que han trabajado en el panteón, a quienes homenajeamos en este escrito,
especialmente al Cuco Juárez (q.e.p.d.) quien debe merecer un homenaje póstumo en algún
momento (cada 25 de marzo, fecha de su primer nombramiento, bien podría ser memoriado);
aunque estoy seguro de que el Cuco se sentiría homenajeado, si el panteón de mantiene limpio,
rehabilitado y cuidado…. Y probablemente estaría hasta contento de que que el núcleo
fundacional del panteón de los Sanjuanes, la parte más antigua, se incluya en una declaratoria
presidencial, estatal y municipal, como zona de monumentos históricos, incluyendo su cerro, el
de los Sanjuantes, que es su referente histórico, pues ha sido su principal escenarios desde que se
fundó el panteón a finales del siglo XIX…. aunque todo parece indicar que hay poco interés en
ello.

Don Cuco Juárez en una entrevista publicada por El Sudcaliforniano el miércoles 25 de octubre de 2000.
Planos de dos piezas de descanso o velatorios que se encuentran en el Archivo Pablo L. Martínez, fechado en el año de 1892
siendo secretario del Ayuntamiento de La Paz Don Adríán Valadés como apoyo para un informe de gastos que se hicieron en su
construcción (Son semejantes a las que se encuentran actualmente en el panteón de los Sanjuanes).

Aquí inicia la parte antigua del panteón de los Sanjuanes que es el límite de su núcleo fundacional, donde se
encuentran precisamente los antiguos velatorios que ahora funciona como almacén y administración.
Estos son los vestigios de la barda de piedra del los límites del antiguo panteón de los Sanjuanes.
Estructura de fierro galvanizado del antiguo Molino de Viento sobre un pozo ademado de ladrillo y una pila, que se
encuentra actualmente en el núcleo fundacional del panteón de los Sanjuanes.

Así lucía hace algunos años la deteriorada pero hermosa tumba de madera de la familia Vives. Desafortunadamente,
para la memoria histórico resulta un peligro su extinción, pues actualmente se encuentra en un grado de deterioro
muy grande. A juicio del Colectivo de Historia Urbana del Cedohep UABCS, habrá medio centenar de tumbas que
pueden ser consideradas como inmuebles históricos en el núcleo fundacional del panteón de los Sanjuanes.
Fierro forjado en una hermosa cruz de una tumba como las que se encuentran en el núcleo fundacional del panteón
de los Sanjuanes

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