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PAUTAS PARA EL SERVIDOR EN LAS CcD

1. VOCACIÓN DE MISTAGOGO

La principal función de los servidores de nuestra comunidad es dar las CcD.


Pero un colaborador puede ser invitado a ejercer dicho servicio.

Como ves, la palabra servidor tiene dos sentidos:


 Como forma de participación en la comunidad (CCcD).
 Como ministerio durante las convivencias (CcD)
En este folleto lo usaremos en el segundo sentido, que abarca también a
algún colaborador y excepcionalmente a un voluntario.

Su principal preparación es haber hecho la convivencia que va a dar. Y


mejor si la hizo dos veces. Un servidor no debe ser un profesor sino un testigo:
“Cuando hice mi convivencia esto me impactó y por eso ahora se lo cuento”.
Es bueno que haya hecho también la CcD siguiente, para que tenga una más
amplia visión de nuestro mensaje. Cuando le planteen alguna pregunta, podrá quizás
añadir: Esto se trata más a fondo en la próxima CcD.
Para prepararte podrás asistir a talleres, pero acá tenés estas Pautas, nacidas
de la experiencia. Podés ir estudiándolas por tu cuenta o en algún grupo informal,
con la ayuda de algún servidor.
Cuando vayas creciendo en tu ministerio, deberás ser un profeta: mensajero
de Dios. Irás cultivando la docilidad a las inspiraciones según la promesa de Jesús:
“No serán ustedes los que hablarán sino el Espíritu Santo” (Mc 13,11). Te irás
abriendo a los carismas de sabiduría y de ciencia (1Co 2, 4-16; 12,8; Ef 1,17s).
Con más exactitud, un servidor de CcD es un mistagogo: debe conducir
hacia el misterio de Dios. Deja que cada convivente lo contemple y experimente, no
para que después pueda repetir una argumentación, sino exclamar con admiración y
amor: “¡Es verdad! ¡Yo lo vi!”

2. CONTENIDO

La serie de las siete convivencias largas encierra un cuerpo de doctrina


teológica, bíblica, ascética, mística, litúrgica, histórica, bastante completo,
comparable con la que presentan ciertos seminarios catequísticos o profesorados de
ciencias religiosas de varios años.
Pautas para el 1 Servidor en las CcD
Cada CcD pretende presentar en sólo seis días toda la historia de la
salvación como una catequesis completa.
El folleto Vertientes de las CcD (que se reparte en la CcDA) muestra los
orígenes o influencias que han ido interviniendo en ese sistema doctrinal que hoy es
la Escuela de Convivencias.
El núcleo principal se refiere a los puntos sustanciales de la fe católica. En
las carpetas citamos los textos bíblicos y en las primeras también el Catecismo de la
Iglesia Católica. Esos temas deberán ser interpretados en la línea del magisterio
oficial. Si alguna palabra desentona de él, ya la retractamos, porque deseamos vivir
una filial adhesión a la Iglesia y a sus obispos.
Otros temas se refieren a la espiritualidad carismática. Para ampliar o
precisar conceptos, cada servidor podrá estudiar los autores reconocidos: Suenens,
Uribe, Forrest, Jaramillo, Aldunate, Carrillo Alday, etc.
Otros temas son lo característico de nuestra escuela. Pueden verse en
Mensaje de las CcD, Hacia la unión con Dios, etc. También en Rúaj Santa y los
cinco tomos de Lenguas. Cualquier punto que en alguna carpeta resulte dudoso,
deberá ser interpretado según la línea que se desarrolla en las demás CcD.
Procuramos irradiar este mensaje doctrinal por todos los medios. No es
doctrina secreta, que pretendamos guardar para “iniciados”, sino la revelación que
constituye nuestra misión profética, para bien de la Iglesia. Sólo nos quedará la
responsabilidad de no dar a un hermano cierto alimento para el que todavía no está
preparado.
A más de estos elementos doctrinales, en toda CcD existen los
estructurales, o recursos metodológicos. Aunque en sí tienen menos importancia
que los doctrinales, son medios eficacísimos para hacer vivir el impacto de la gracia
que santificó a los personajes bíblicos.
El principal recurso es la contemplación actuada. (Ver Contemplaciones
actuadas). Incluye cierta discreta escenificación o gesto sagrado que ayude a vivir
en presente el tema, pero es mucho más que eso.
Es una cruza de gracias contemplativas, para que cada uno reciba
santificación viviendo el misterio, con gracias carismáticas, para que irradie hacia
los demás lo que está recibiendo. Junta, por lo tanto, dos cosas que muchos no
carismáticos creen opuestas: contemplación y acción.
En nuestra escuela, distinguimos las contemplaciones bíblicas
(escenificadas o contemplaciones actuadas propiamente dichas) y las que llamamos
contemplaciones intelectivas, que aparecen en el capítulo 4.

Pautas para el 2 Servidor en las CcD


3. FUNCIONES

En las contemplaciones bíblicas se distingue la acción de diversos


servidores:

1. El Coordinador. (Ver folleto El Coordinador). Señala, antes de


comenzar la CcD, los Guías de cada contemplación.
En la reunión de cada medio día, el Coordinador -por sí mismo o por medio
del Guía- marca los objetivos de la contemplación, hace notar los diversos pasos y
los detalles difíciles, distribuye las tareas según cada servidor se siente capaz, y
orienta la elección de los personajes importantes. Los personajes secundarios son
elegidos en el momento por el Guía o el Padrino, sin perder tiempo en la reunión
de servidores.
Durante la contemplación el Coordinador está atento para subsanar
cualquier dificultad. Al finalizar da las indicaciones que hagan falta para la próxima
actividad.

2. El Guía (G): Es el que conduce una contemplación.


A veces podrá repartirse este cargo según las distintas partes que tiene una
misma contemplación, a fin de hacer más liviana la preparación o para ir fogueando
en este oficio a los que todavía no estarían capacitados para guiar una
contemplación entera. Ciertas frases que aparecen en estilo expositivo pueden ser
dichas en oración.
El Guía debe mantenerse humilde, para no centrar en sí la atención, y dócil
al Espíritu, pero también atento a todo, para adaptar u omitir cosas y dar la entrada a
los diversos interlocutores. Puede tener en las manos las hojas, no como un “lector”
sino como quien se sirve de sus propias notas para seguir la ilación del tema. Debe,
pues, haberlas preparado bien. En las carpetas ofrecemos más material del
necesario: será, pues, función del Guía omitir cantos u otros textos, para administrar
los tiempos.

3. El Narrador (N): Lee los textos bíblicos con unción, como


proclamación de la Palabra, pero también con amenidad e interés, pues le tocan las
narraciones o descripciones. Este oficio corresponde a un servidor, no a un
convivente. Cuando es poco texto, resulta más simple que lo absorba el mismo
Guía.

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4. El Comentarista (C): Introduce la oración de la gente con su propia
oración. Esos coloquios son comentarios del texto bíblico leído, para aclarar la
idea, incitar a profundizarla o saborearla en silencio, sugerir adaptaciones a
nuestra situación o incitar a determinados propósitos.
Estos coloquios corren a cargo de todos los servidores y deben ser
expresados con unción y espontaneidad. Nunca leídos. Los que presenta la carpeta
deberán ser meditados previamente, pero durante la contemplación el comentarista
se dejará impactar por lo que dice el personaje bíblico y resonar con docilidad al
Espíritu.
Las inspiraciones que reciben los comentaristas y las que provocan en los
conviventes constituyen los elementos neumáticos. Son lo más importante de una
contemplación actuada y lo que la distingue de una ceremonia paralitúrgica o
representación teatral.
A veces los comentarios exponen una interpretación del texto bíblico. (Ver
Hermenéutica bíblica de las Convivencias con Dios). Esos temas difíciles traen la
tentación de leerlos: por esto, no es conveniente confiarlos a principiantes. Sólo
cuando un servidor los ha comprendido a fondo, podrá decirlos con unción, como
mistagogo que hace vivir el misterio, no como maestro que explica un pasaje
complicado.

4. PANELES Y GRUPOS

A más de las contemplaciones bíblicas, que incluyen alguna escenificación,


están las contemplaciones intelectivas. No son clases o conferencias sino intuición
del misterio sagrado.
No son explicación de planteos difíciles sino revelación del misterio por
obra de la Neuma Santa (Jn 14,26; 16,7-15; Hech 1,8; Rm 8,16; 1Jn 2,20. 21.27)
Suponen en los servidores especial unción o espíritu de oración, que
provoque en los oyentes fe, admiración y amor.
Todo esto se explica con claridad en el folleto “Los paneles”.
En estos hay un trabajo para quien tenga linda letra de imprenta: escribir en
el pizarrón.
Se sienta cerca de éste, y va escribiendo la palabra correspondiente cuando
el orador la pronuncia, para que se grabe por la vista y el oído.
Procura preparar su cuadro, calculando el espacio en el pizarrón. Evita
borrar o retocar, para no distraer a los conviventes.

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El cuadro terminado debe quedar armonioso, con los colores adecuados
para que resalte la intuición fundamental de esa contemplación intelectiva. Por
ejemplo, en la CcC: la Cruz como explicación del dolor, pero que no es un bien
absoluto sino el estuche donde está Cristo; la trascendencia de Dios cuya gloria es la
causa última de todo; la Cruz gloriosa, como varita mágica que transforma en
triunfo la limitación natural, el accidente normal y la desgracia culpable, etc.
En un costado del pizarrón se van anotando las citas que todos podrán
copiar.
También es bueno que en otro costado, o en un afiche, vayan quedando
escritas las palabras de teología que conviene retener, para repasarlas en algún
momento.
Otro campo de trabajo son los grupos. Conviene estudiar el folleto “Los
grupos en las CcD” y examinar sobre la marcha cómo se va cumpliendo.
Los grupos sirven para diálogo, enseñanza, discernimiento de espíritus,
oración, trabajo y acompañamiento personal.
Todo servidor debe tener asumidas las pautas para las mesas redondas.
Deberá aplicarlas cuando participa en cualquier reunión, lo mismo que cuando
coordine un grupo de diálogo.

A. SI TU ESCUCHAS…
• Siéntate muy junto a los otros, para crear un clima de intimidad.
• Que los nuevos, los tímidos, las mujeres, los jóvenes, los que son amigos
entre sí, no se sienten juntos sino entremezclados con otros.
• Preséntate ante quienes no te conocen y apréndete el nombre de todos.
• Procura, desde el principio, crear un ambiente de confianza e interés entre
todos, sonriendo y mirando con afecto.
• Atiende con entusiasmo, asintiendo con la mirada y con el gesto.
• Siéntete unido con el que habla, deseando que su exposición tenga éxito.
• Asimila todo lo valioso que dicen los demás, como si a ti mismo se te
estuviera ocurriendo.
• No hagas “apartes”, comentando con tu vecino.
• Con un gesto pides la palabra al coordinador o al que en ese momento esté
hablando. Cuando quieres añadir una breve respuesta a la que se está diciendo,
puedes poner el índice derecho extendido sobre tu palma izquierda. En cambio, para
hablar sobre un nuevo tema, levantas la mano cuando corresponda.

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B. SI TU HABLAS…
• Que tu intervención sea oportuna. Si se pasó el momento, no intentes
volver sobre un tema anterior.
• No trates dos asuntos distintos sólo para aprovechar que tienes la palabra.
• Dirígete a todos, mirándolos personalmente y dejándote oír fácilmente.
• Si aludes a uno de los presentes, no digas “él”, sino menciona su nombre o
sobrenombre.
• No hables por hacerte oír, sino por sincero amor y espíritu de servicio.
• Aporta tus datos, en pro y en contra, como quien reflexiona en voz alta,
queriendo buscar la verdad en compañía de todos, no como quien pretende imponer
sus convicciones.
• Evita discursos teóricos o sermoncitos morales: entréganos tu vivencia.
• Sé breve: evita introducciones, repeticiones y frases de relleno.
• Si otro te pide la palabra o te interrumpe, cállate.
• Acepta las indicaciones del coordinador.

C. SI TU COORDINAS…
• Acostúmbrate a comenzar y terminar con una oración, que podrás
encomendar a otro.
• Experimenta la presencia de Dios y busca sus inspiraciones, que te
vendrán directamente o por la palabra de cualquiera.
• No permitas que se dirijan a ti, sino a todo el grupo.
• Corta ágilmente al que no sabe terminar.
• Si dos piden la palabra, siempre tiene prioridad el que ha hablado menos.
• Con preguntas oportunas estimula la participación de todos, pero sin
coaccionar a los tímidos.
• No digas tú lo que podrían decir otros.
• Cuando alguien plantea una pregunta, no la respondas; provoca la
respuesta de los demás.
• No digas con palabras lo que puedes expresar con gestos: dar la palabra,
estimular, apaciguar, pedir a uno que hable con voz más alta o dirigiéndose a todos,
que sintetice o termine, etc.
• Agiliza la primera parte de la reunión, planteando bien el tema o
proponiéndolo con anticipación.

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• Concreta los sucesivos acuerdos a medida que el diálogo progresa.
Sintetizando lo dicho, por ejemplo cada cuarto de hora. Evitarás que algunos se
dispersen o vuelvan sobre lo tratado.
• En cierto tipo de reuniones es útil que el coordinador vaya tomando nota
para sintetizar luego las opiniones; en otras, es mejor que las tomen todos los
miembros del grupo.
• En otras, conviene ir anotando en el pizarrón las palabras clave o las
conclusiones.
5. LITURGIA

Otra tarea es guiar las misas. Conviene que sean repartidas desde el
principio, para que cada servidor revise el guión por anticipado, para que no
encuentre sorpresas a último momento. En particular, ciertas variantes que deba
hacer al texto por las circunstancias del grupo o del espacio físico.
Los expertos deben entrenar a cada nuevo. Para eso, pueden encargarle leer
algún párrafo fácil de la misa que se les había encargado a ellos. Después, cuando
guía el nuevo, tendrá a su lado un padrino que le indique cada intervención.
El Guía debe prever los detalles especiales de dicha misa: objetivos,
materiales, gestos. Conviene que se ponga en contacto con el sacerdote, que quizás
no ha leído previamente el guión, para que este advierta algún detalle marcado en él,
le dé tiempo para las intervenciones del Guía o aun lo mire para darle entrada, y
también le cuente con anticipación qué otros cambios piensa introducir.
Al Guía le toca elegir acólitos, varones o mujeres. Conviene que por lo
menos uno de los dos sea nuevo, los cuales podrán pedir al sacerdote que les vaya
indicando qué hacer.
También a los lectores, entregándoles los cartones, que llevarán dentro de
su Biblia, después dejarán en el ambón o el altar. Si puede, los prepara para que
quien hace de apóstol o profeta proclame la Palabra con unción y autoridad.
Si hay un salmista capaz de cantar el salmo, logre que todos entiendan y
resuenen con el texto. Si no, que lo rece con unción, como meditación y respuesta
de la primera lectura. El responsorio lo recitan todos o -mejor- lo cantan. También
cantan el aleluya.
“El Señor esté…”, “Evangelio…” “Palabra del Señor” son dichos por el
sacerdote concelebrante o el diácono -si hay-, quien también hace de Narrador.
Cuando no hay, este anuncio lo hace el único sacerdote, pero de Narrador hace el
mismo Guía.
Siempre el sacerdote que preside hace de Jesús.

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Conviene que haya pausas para meditar en silencio cada tema de la
narración. Cuando el texto alude a alguna actitud de los oyentes de Jesús, el Guía
fomenta en el público esas reacciones.
El Guía no lee el guión con ese tono aburrido e impersonal con que suele
hacerse en las parroquias. Se expresa como quien habla, sin estar “pegado” al papel.
Es un animador, que estimula el fervor y las actitudes de todos, según indica el
libro Cómo son las misas carismáticas. No dice las cosas que todos saben y prefiere
orientar con su ejemplo o con un gesto en lugar de intercalar una orden. No se
empeña en lograr uniformidad, como si fuera un desfile militar o un acto de
gimnasia.
Después que el sacerdote invita a la Oración de los fieles, el Guía indica la
respuesta y -si nadie comienza- después de un minuto, enuncia la primera petición,
dirigida a Dios y sin añadir “Roguemos al Señor”. Que sea breve, de tema
interesante, y sirva de modelo para los demás.

6. ORACIÓN, EJEMPLO, PALABRA, TRABAJO

Para sintetizar cuanto llevamos dicho, conviene recalcar que el servidor -a


más de orar por la CcD que le han encomendado- procure “hacerla” como un
convivente más, para apuntalarla con su oración e irradiar sus propias vivencias,
induciendo con su ejemplo las actitudes de todos.
También le toca conducir con su palabra, breve y estimulante, sin aires de
predicador, conferencista o maestro.
Por fin, ayudar con su trabajo, para facilitar el trabajo de los demás, pero
sin olvidar esta pauta:
- no haga el asesor lo que puede hacer el coordinador.
- no haga el coordinador lo que puede hacer el servidor.
- no haga el servidor lo que puede hacer el convivente.

Conviene examinar durante la CcD cómo cumplimos este programa:

A. APUNTALAR CON LA ORACIÓN


• Interceder siempre por la CCcD y por todos sus apostolados.
• Desde que somos convocados a una CcD, encomendar a los que acudirán
a ella.
• En las reuniones de servidores, generar koinonía mediante la oración
inicial, la cual no debe ser larga pero sí intensa y entusiasta, por estar fundada en
Dios.
Pautas para el 8 Servidor en las CcD
• Rogar por cada servidor, en especial cuando está actuando.
• Vivir cada oración, aun las bendiciones de la mesa, como encuentro
íntimo con Dios, no como tarea para atender a los conviventes o para cumplir con
la carpeta.
• Aprovechar los comentarios que figuran en la carpeta como luces para
penetrar y contemplar el texto bíblico, no como libreto para leer o repetir de
memoria.
• Encomendarnos al Espíritu Santo antes de cada intervención, rogándole
que sólo digamos lo que convenga. Conservarnos en sintonía con Él durante toda la
actuación, para cultivar “la unción del Santo” (1Jn 2,20.27).
• Agradecer todo pequeño éxito, para afianzarnos en nuestro ministerio
pero sin envanecernos.
• En el grupo, no hablar mucho pero irradiar un clima intenso de intimidad
con Dios, no permitiendo que todo quede en una amable charla ni en una rutinaria
oración.
• En el acompañamiento personal, abrirnos a las luces divinas para un
discernimiento acertado y rogar para que el acompañado aproveche nuestras
sugerencias.
• Después de las CcD, seguir apuntalando por toda la vida a cuantos un día
el Señor nos encomendó.

B. INDUCIR CON EL EJEMPLO


• Unión y fraternidad: La unión entre los servidores es la base para la unión
de todos.
• Piedad: Ir a la capilla al comienzo de los ratos libres. Orar y cantar con
unción.
• Silencio: No conversar donde otros están en silencio ni cuchichear durante
la mesa redonda. Mostrar gran respeto al silencio de la casa, como clima de
recogimiento.
• Puntualidad desde el primer día, para que los conviventes aprendan por
nuestro ejemplo a no demorar a los demás.
• Alegría en los momentos que corresponde. Sonreír siempre.
• Comentarios: Iniciar la oración grupal cuando convenga, pero no seguir
cuando los conviventes ya se han soltado.
• Actitudes: Pararse, elevar las manos o arrodillarse, cuando ellos no atinan
a hacerlo por sí solos.
Pautas para el 9 Servidor en las CcD
• Acciones: Beber en la peña de Horeb, tener en la mano o comer el maná
durante la peregrinación en el desierto, besar el pie de Jesús junto con la pecadora,
arremolinarse junto a Él en la entrada de Jerusalén, apiñarse en torno de Jesús
Sacramentado. En los desplazamientos, orientar cuándo y hacia dónde moverse, a
qué velocidad, con qué actitud.
• En los paneles: animar con el ejemplo para que la gente mantenga
comunicación con el orador, responda a sus preguntas, use la Biblia, etc.
• Cantos. Iniciarlos en el momento oportuno, y fomentar la participación de
todos.
• Apoyar la oración simultánea y el canto en espíritu, de modo que todos
aprendan a terminar también juntos.

C. CONDUCIR CON LA PALABRA


• Dar charlas en equipo: “Panel”.
• Hacer unidad cuando habla otro servidor.
• Al comienzo de cada contemplación, infundir Espíritu poniendo a todos
en clima de canto, oración y expectación de lo que viene.
• Coloquios en la oración grupal.
• Intercalar alguna frase en la enseñanza de otro, para aclarar o confirmar
algún detalle e infundir entusiasmo o unción.
• Repetir una plática o aviso, a quien no asistió o no recuerda.
• Coordinar los grupos de diálogo. Dar explicaciones y entregar los
impresos. Excitar la comunicación, guardando las normas de “En las mesas
redondas”.
• Presidir la oración grupal en las reuniones de grupo.
• Coordinar los trabajos de su grupo en el comedor, o señalar un encargado.
• Leer cada día la carta a Jesús. Estimular a los remolones y felicitar a los
que escriben bien.
• Pastorear a los de su grupo y ayudarles en la elaboración de propósitos.
• Orar en espíritu e imponer las manos para el bautismo en el Espíritu.
• Tener dos veces por día reunión entre los servidores, para orar juntos,
para hacer evaluación sobre el proceso de los actos, la intervención de cada servidor
y las necesidades de cada convivente. Ir anotando durante el día lo que habrán de
proponer en la evaluación.
• Auscultar las necesidades y la evolución espiritual de cada convivente.
• Aconsejar a los que acuden con problemas, aunque no sean de su grupo.
Pautas para el 10 Servidor en las CcD
• Cantos: Explicarlos, cuando tienen alusiones bíblicas o expresiones
oscuras; ensayarlos con unción en clima de oración y alabanza.
• Motivar los cantos, intercalando un comentario o coloquio antes de
repetirlos. Indicar la página, cuando sea necesario. Dejar participar a algunos en la
elección de los cantos de la Misa.
• En las comidas, orientar las conversaciones con preguntas oportunas,
que lleven a comentar el tema contemplado y a evitar conversaciones profanas.
Cada cual se sirve, para no interrumpir el tema pasando platos o preguntando:
¿querés más?, ¿te gusta pata o pechuga? Para mantener ese clima, los servidores se
distribuyen en las distintas mesas.
• Señalar a los que bendecirán la mesa, sugiriéndoles que hagan alusión
al tema que se está viviendo.
• Avisar oportunamente: “Traigan el N. Testamento, o el libro de cantos, o
papel para tomar notas; la próxima reunión será en el patio,” etc… Esa función,
por lo común, toca al Coordinador.
• Cuando son pocos los que necesitan una recomendación, darla
personalmente, en lugar de distraer a todos con la misma.
• A quien no lleva la tarjeta con su nombre, decirle: ¿Se te estropeó la
tarjeta? ¿necesitás otra?
• Atender a los que vienen a la culminación, para ponerlos en clima de
fraternidad y unción, antes de empalmarlos con los otros; luego fomentar la alegría
y la intercomunicación. Esta función conviene que la realicen otros colaboradores.

D. AYUDAR CON EL TRABAJO


• Tocar la campanilla. Toques bien definidos.
• Despertar a cada uno de los que necesiten. Saludo que ponga en clima.
• Resolver las necesidades de cada convivente: régimen de comidas, salud,
objetos de la pieza, etc.
• Procurar que todos tengan cancionero, N. Testamento, hojas que se
distribuyen.
• Controlar el primer día la ficha de inscripción. Que no figuren los
nombres que no se usan. Que no falten los datos para la lista (aun el correo
electrónico, si tienen). Que no haya letras o números confusos, que indujeran a error
en el listado.
• Lista de conviventes bien corregida.
• Proyector, cable extensor, linternas.
Pautas para el 11 Servidor en las CcD
• Cartelera: Colocar y quitar en el momento oportuno los avisos y
cuadros. Guardarlos en orden.
• Pizarrón provisto de tiza blanca, amarilla y verde; borrador. Podrán
usarse otras tecnologías. Borrar lo que ya no se necesita.
• Cuidar la escenografía de las contemplaciones. Prever con anticipación
los objetos que se necesitarán, pero no mostrarlos hasta el momento oportuno.
Ordenar cuanto antes lo que fue quitado del sitio habitual.
• Preparar a los personajes principales, no sólo revistiéndolos con sus
ropas o ensayando la lectura, sino ungiéndolos con el Espíritu mediante una breve
oración.
• Liturgia. Preparar el altar y los cánticos o ceremonias, cuidar el orden de
la sacristía. Señalar dos acólitos, aunque no tengan experiencia: pueden ser mujeres.
• Lecturas: Elegir a los lectores y ensayarlos. Recoger, ordenar y
controlar los cartones, cuidando que no se estropeen ni pierdan.
• CD, cassettes: Elegirlos, controlar el volumen, guardarlos.
• Recoger las cartas de su respectivo grupo y devolverlas al día siguiente.
• Marcar en cada carta lo que sea de interés: Problema que el servidor
debe tener en cuenta cuanto antes; detalles que revelan el proceso espiritual de cada
uno; párrafos que merecen publicarse; equivocaciones en el modo de encarar la
carta u otros errores que merezcan ser advertidos al autor.
• Entregar al Coordinador las sugerencias que sirvan para nuevas ediciones
de la carpeta o los testimonios que merezcan publicarse, con nombre del autor y de
la CcD.
• Comedor: Vigilar que no falte nada, dar indicaciones a la cocina; señalar
a los que deban ayudar, servir o limpiar. Procurar que en las comidas todo se realice
en silencio y en la forma más simple, para no perturbar las lecturas o los temas.
• Cobranza y pagos: a la Casa de Ejercicios, a la librería, etc. Pueden
ayudar colaboradores de fuera.
• Cuidar las instalaciones de la Casa de Ejercicios, como -por ejemplo-
apagar las luces que no se necesitan, estufas, etc.
• Amontonar a la gente invitándola con un gesto o empujándola
cariñosamente, de modo que no queden lugares libres, y cuando estamos de pie, los
más bajos queden delante.
• En las procesiones mantener a todos bien juntos, deteniendo a los que
han transpuesto una puerta, para que no se debilite el canto.

Pautas para el 12 Servidor en las CcD


El primer capítulo del folleto “Los carismas de la CCcD” servirá para
que cada uno los pida y se abra a ellos, comprendiendo que lo importante no son las
técnicas aprendidas ni la letra que mata, sino la Neuma que da vida y fecunda esa
oración, ese ejemplo, esa palabra y ese trabajo de cada servidor.

7. REUNIÓN DE SERVIDORES

A más de su actividad con los conviventes, el servidor tiene una especial


relación con el coordinador y con los demás servidores. Deberá cultivar espíritu de
equipo, aunque quizás con algunos se encuentre por primera vez. La Neuma
derrama en nuestros corazones un desbordante amor que nos hace “un solo corazón
y una sola alma”, permitiéndonos desde el principio vivir la transparencia y el gozo
de que los otros progresen, sin celos o rivalidades.
Antes de comenzar la CcD se reúne el equipo y se distribuyen las tareas
habituales y las contemplaciones que le toque guiar a cada uno.
Cada día se reúnen después de la oración matinal, que hacen todos juntos, y
después del almuerzo. Es importante la puntualidad, y no atender en ese momento a
los conviventes.
Mientras llegan los demás, cada servidor puede hacer alguna de estas
cosas:
• Ordenar la sala de servidores.
• Examinar la propia actuación y preparar la evaluación.
• Leer cartas a Jesús y marcarlas.
• Estudiar la carpeta.
• Consultar asuntos que no requieren la presencia de todos.

El secreto para el triunfo del equipo está en la trilogía: oración - unidad


-discernimiento. Las tres cosas crecen juntas y son inseparables.
Después de una breve oración, se planifica el medio día siguiente y luego se
hace evaluación del medio día anterior.
Cada cual empieza reconociendo lo que hizo mal y recién después corrige a
otros.
Se da importancia a lo positivo: ¿qué merece especial elogio en la actuación
de cada servidor?
He aquí algunos puntos que el Coordinador puede plantear, pero que antes
pudo examinar cada uno:

En general:
Pautas para el 13 Servidor en las CcD
• ¿Cómo estamos dando ejemplo de puntualidad y de cumplimiento de los
demás avisos (sentarse al llegar al comedor, no charlar cuando o donde no
corresponde, ubicarse sin dejar ningún lugar libre)?
• ¿Cómo cumplimos las “Actividades de los servidores” (oración, ejemplo,
palabra, trabajo)?
• ¿Cómo se mantiene el orden en la Sala de Servidores?
• ¿Se van guardando ordenadamente cada día los materiales y folletos que
ya no son necesarios?
• ¿La cartelera está actualizada y donde puede ser bien vista?
• ¿Me es útil anotar lo que me gustaría mencionar en la evaluación?
• ¿Hubo algún “hallazgo”, detalle que merecería ser propuesto para una
nueva edición de la carpeta? (escribirlo para la Comisión Revisora)

Contemplaciones:
• ¿Se hizo adecuada introducción para ambientar a la gente y mostrar la
ilación con el conjunto? ¿Hubo oración inicial?
• ¿Se hizo vivir la escena?
• ¿Los cantos fueron adecuados?
• ¿Los comentarios fueron espontáneos o parecían leídos? ¿Fomentaron la
participación de otros?
• ¿Hubo un breve silencio antes de empezar éstos, que interpelara a cada
uno?
• ¿Los cartones de papeles secundarios fueron entregados por el Padrino, no
al principio sino en el canto o la pausa anterior, para que los conviventes fueran
viviendo los pasos previos de la contemplación sin estar pendientes de cuando les
tocaría intervenir? ¿Cómo actuaron los Padrinos?
• ¿Se cumplieron los objetivos de la contemplación?
• ¿Hubo manifestaciones carismáticas especiales?
• ¿Actuamos adecuadamente?

Capilla:
• ¿Cada servidor ha ido a la capilla durante algún tiempo libre?
• ¿Ha tenido oración personal diaria?
• ¿La capilla está ordenada y silenciosa? (Conviene tener una mesita a la
entrada donde dejar los cuadernos o bolsos que no deban usar, para que no ocupen
sillas ni tengan en la faldas o en el suelo la Biblia que no necesitarán).
Pautas para el 14 Servidor en las CcD
• El que guió la misa, ¿revisó con tiempo el guión, previendo todos los
detalles? ¿Consultó o coordinó con el sacerdote lo que hiciera falta? ¿repartió
adecuadamente los cartones? ¿señaló los lectores y acólitos?) ¿guió la misa con
naturalidad, como quien habla y no como leyendo?
• ¿Los lectores usaron una Biblia o leccionario con el cartón adentro?

Comedor:
• ¿Nos ubicamos uno por mesa, pero sin que se notara que elegíamos el
lugar?
• ¿Nos sentamos al llegar?
• ¿Supimos guardar silencio cuando era el momento oportuno?
• ¿Condujimos el diálogo sobre los temas correspondientes?
• ¿Nos ocupamos de puertas, ventanas, ventiladores, luces, platos sucios,
comida para el que no le alcanzó, etc?
• Cada uno ¿presentó las normas como fruto de la experiencia para sacar
más fruto, y urgió con su ejemplo para que se cumplieran?
• ¿Procuramos interrumpir el diálogo en las mesas la menor cantidad de
veces posible? (Los avisos se dan al principio o al final).

Paneles:
• ¿Cada uno logró transmitir testimonio y provocar vivencias o se conformó
con leer y explicar el texto?
• ¿Fuimos claros en los ejemplos y doctrina?
• ¿Irradiamos simpatía y humor?
• ¿Fuimos a lo esencial o nos perdimos por las ramas?
• ¿Alguno se alargó más de lo necesario?

Cartas:
• ¿Fuimos puntuales al desayuno, para recibir las cartas?
• ¿Quién pudo leerlas por la mañana?
• ¿Quién marcó los detalles significativos?
• ¿Las hemos guardado adecuadamente o alguno las dejó olvidadas?
• ¿Las hemos devuelto a las 24 horas?
• ¿Algún convivente refleja tener problemas o no entrega su carta?
• ¿Otro propone sugerencias de interés para el equipo?

Pautas para el 15 Servidor en las CcD


Acompañamiento:
• ¿Hemos aprovechado para entrevistas los tiempos libres? (entre la 1º y 2º
contemplación, entre el té y la 4º, entre la 4º y la misa; después de la cena).
(Después del desayuno es preferible leer las cartas).
• ¿Quién pudo aprovechar los ratos del comedor para pastoreo en grupo?
(“¿Qué cosa te ha llegado más?”, “¿Lo que contemplamos te recuerda algo de tu
vida?”).
• ¿Quién comentó con el interesado sus cartas a Jesús? (“Me gustó tal cosa
que escribiste”, “¿Se te pasó la desolación?”, “¿Cómo fue eso que insinuabas en
la carta?”).
• ¿Estamos quedándonos en la sala durante los tiempos libres, en lugar de
atender a los conviventes?

8. UN BIEN DE FAMILIA

El derecho de propiedad intelectual de las carpetas y folletos pertenece a la


CCcD, que cuidará este bien de familia y formará a quienes después habrán de
ejercitarlo. Sólo a las autoridades de ella corresponde sancionar cambios en el texto,
para adaptarlo a los diversos lugares y tiempos, pero todos están invitados a
proponer retoques que sirvan para mejorarla.
Dichos materiales conservan el valor de un manuscrito privado. Nadie, pues,
tiene derecho a sacar nuevas copias de las carpetas sin permiso del Enlace de
fraternidad, quien mantendrá el registro de los ejemplares.
Cada servidor se compromete a respetar tales condiciones y a devolver las
carpetas y los folletos propios de los cecistas, si por cualquier motivo deja de
pertenecer a dicha Comunidad.
Pueden hacer uso de ciertos temas cuando ejercitan otros ministerios, o
permitir que algún convivente los use, pero advirtiendo: “Este tema pertenece a tal
convivencia, donde podrán comprenderlo mejor”. Dicha advertencia es más
necesaria cuando se publica algún texto.

Este folleto pertenece a:

Comunidad de Convivencias con Dios


Pasteur 765 4º “A” - Capital Federal Tel: (011) 4952-0966
Pautas para el 16 Servidor en las CcD
Bs. As – Argentina
Email: CDCONVI@INFOVIA.COM.AR

Mayo 2007

Pautas para el 17 Servidor en las CcD

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