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2. Seria también muy interesante caracterizar histérica-
race ala efeuela. Aunave ia tora epecfic de Ia escuela
Stgereate obra de C. Lozano’ Za escolarieactOn. Historia de fa
ensefianza, Barcelona, Montesinos Ed. 1980,
S “Auronso X Swn0, Las Siete Partidas, Partida segunda,
Titulo XXX, Ley L El ‘texto es el de fa edicién en tres volt
rmenes de 1a Real Academia de Ia Historia, Madrid, Imprenta
Real, 1807
Reatidad colectiva
Decia Comenio de Ja escuela que era un eeducatorio
comiin de Ia juventuds y la defendia como tal por la
ejemplaridad, Ta emulacién y la ayuda mutua que la sh
tuacién colectiva posibilita como recursos para la ense.
fanza.* Mucho aules que él, Quintiiano habta ya resaltado
Jas ventajas de la ensefianza en comuiné Pero aparte y por
Aebajo de las vite IVA que el hecho colectivo
fomporta, es también un principio de economia el que da
ugar a Ja escuela; a la escuela como mecanismo que per-
imlte ensefar a muchos a la vez, Para que «pueda insttuir
$e toda ta juventud (a no ser aquella a quien Dios negé el
entendimiento)»? es por lo que Comenio se propone resol
yer el problema de «cémo un solo preceptor puede. ser
suficiente para cualquier mimero de discipulos»? El mode-
Jo del preceptor, ayo 0 pedagogo doméstico no sirve cuan.
do dejan de ser muy pocos quienes han de instruirse.
La historia de la pedagogia escolar (a nivel técnico:
organizativo y didéctico) es la historia de cOmo se va of
ganizando el espacio, las relaciones, los roles, el materi
ara hacer eficaz la ensefianza colectiva. Aquellas cescus.
Jas» tipo corral, que muestran algunas pinturas de los si-
los xv y xvit, en las que el maestro s6lo ensefia a un
alumno a'la vez, mientras los demés vagan y alborotan por
el caula» sin rendimiento instructivo ninguno? serdn trans:
4. {COMM J, Au Diddctica Magna. Citamos cogs la ver:
sion ge: Lon Pir, Madi, Ed. Reus, 8°, Wl, Sa,
5, “e¥ aunque no faltarén padres que puedan dedica
plstamente' To enschanen de sus jon es mucha weer ge
fe eduque la juventud reamida, porque el frutoy la sutictacd
del trabajo e mayor cuando se toma el Cjempla'y chinese
ae os demés. ES natualisimo hacer To que, ots haceor se
fica le vemos #5, van los demas y seguir a los que van de-
inte, como adelantarse a los que n0s siguen'> ConmMIO' J.
8. Ibidem, pag. ¥74,
9. Por elempio, «El maestro de escuela,
state (iA, eet Masco del Louw y 829 Seer USE
1679) «Escuela para chicos y chicass, en
1679) «Escuela para chicos y chicas», en la
I Gallery of
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formadas por Ia técnica pedagdgicoescolar de Comenio,
Demid, Juan Bautista de la Salle y otros, en mecanismos
minuciosamente disefiados para hacer eficaz_Ia_ens
fianza_conjunta de muchos. Tales técnicas, a Ta par que
poriiftan Ta oficacia instructiva, permitiran, segin el
anilisis de M. Foucault, la_economia en cl cjercicio_del
poder disciplinario.” E] sistema de ensefianza mutua, idea-
Qo por Lancaster y Dell, que tavo una expancién notable
fen el siglo pasado, seria el ejemplo més idéneo de la
preocupacion para lograr la ensefianza eficaz de muchos
alumnos con el minimo de personal docente.
El hecho colectivo que implica la escuela
argo, una realidad que pucde ser asumida de muchas
‘maneras, Puede ser asumida simplemente como un impon-
derable: ya que no es econémicamente posible ef modelo
individualizado de Ja ensefianza preceptoral, habré que
colectivizar la situacién de aprendizaje. O bien, se puede
asumir aprovechando y potenciando las ventajas que en
Sf mismo tiene el hecho colectivo. Tal aprovechamlento se
ha orientado, a su vez, de miltiples maneras. Por ejemplo,
potenciando la emulacién y la competencia, o bien, la coo-
peracién y Ia ayuda mutua. Los sistemas de clasificacién
¥ jerarquizacién de Jos escolares, los castigos con funcio-
nalidad ejemplar, Ia emulacién en el régimen jesuistico,
Jos uniformes y distintivos, y, por otro lado, los sistemas
de trabajo en equipo, el autogobierno, las cooperativas
freinetianas, etc., son métodos, dispositivos y técnicas, que
rmuestran Ia asuneién consciente del hecho colectivo y las
formas pectliares de asumirlo. El modelo escolar de los
Tesuitas, el de Lancaster y Bell, el de Cousinet, el de Maka
rrenko, el de Neill... quizé tengan poco en comin, salvo que
todos ellos son formas de asumir Ja realidad colectiva que
constituye la escuela: todos son «educatorios» comunes
de Ia infancia y Ia juventud.
sin em-
Ubicacién de un espacio especifico
La escuela no queda suficientemente caracterizada al
decir de ella que ¢ un