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CURSO HUMANIDADES
CINE Y FILOSOFÍA: LA FIGURA DEL PADRE
Y SUS CONFLICTOS
Padre padrone es una historia real que describe la vida de Gavino Ledda, un hombre
oprimido que eligió, como instrumento para su liberación, la palabra y la comunicación.
Se dedicó al estudio de las lenguas clásicas realizó su doctorado sobre los estudios de
lingüística, especializado en la estructura e historia de las lenguas y en el dialecto sardo.
Escribió Padre Padrone. L'educazione di un pastore en 1974.
Partiendo, una vez más, de esta primera escena, debemos señalar que si la
familia y la escuela constituyen instituciones claves en la producción de subjetividad
infantil; al separarlo de ambas el padre borra la diferencia entre su mundo adulto y el
mundo de su hijo. Al obligarlo a compartir con él la lucha por la supervivencia, lo
destituye de su lugar de niño y por consiguiente, le impone una inmediata adultización.
La película narra unos acontecimientos, pero también deja una puerta abierta a la
reflexión. Sirve de base para realizar un repaso reflexivo sobre la amistad, el espíritu de
superación, el conocimiento y su aprendizaje, el rechazo de la injusticia, el derecho a la
educación y los factores que lo entorpecen. El film pues, es un pretexto que introduce
otros temas más amplios como el silencio, la falta de educación o la dependencia, unas
cuestiones que emanan de la relación padre-maestro/hijo-esclavo.
Padre-Padrone-Patrono-Padre nostro-Patriarca-Padrino
(Padre-Patrón-Patrono-Padre nuestro-Patriarca-Padrino)
Resulta interesante analizar el personaje del padre pues es, quizá, uno de los
aspectos que dan grandeza al film. El rol que toma bien podría ser comparable a la
figura del oikos despot (padre déspota) de la antigüedad griega, un padre consciente de
que privar a su hijo de la educación para enviarlo a cuidar ovejas no es lo más adecuado
ni conveniente para él pero que, sin embargo lo hace, pues “quieren que entreguemos a
nuestros hijos a la escuela obligatoria cuando la pobreza es la obligatoria”.2
La figura del padre encierra una autoridad rígida que oprime al niño hasta el
punto de reducirlo a una condición salvaje, casi animal. Algunas escenas del film como
en las que se nos muestra la vida solitaria de Gavino en el monte, la comparación que él
mismo hace entre ser “pastor-campesino” y “siervo de la gleba”, el hecho de "no tener
nombre", sino ser siempre "el siervo de..." remiten a este tipo de vida en la que el
muchacho se encuentra atravesado por la cultura y el lenguaje desde el limitado marco
que impone su Padre, y que no es otro que el del trabajo.
Gavino recorre un largo camino en el que logra, en parte, liberarse de los reductos de la
ignorancia en la que su posición le había situado. Un camino representado por el
acercamiento entusiasta y casi ingenuo hacia un viejo diccionario que le presta un
compañero y cuyas enseñanzas sobre literatura representan una verdadero acorde
ascendente que le acerca a su meta final: la conciencia de sí mismo y la decisión de no
ser por más tiempo siervo de nadie, sino de perseguir sus propios intereses: los estudios
literarios en la universidad y la profunda búsqueda en los meandros de la lengua italiana
y de sus matices.
La chispa que da paso a este camino está bien representada por la cómica escena
de los músicos de acordeón que tanto le llaman la atención al protagonista y que, hasta
ese momento, siempre había permanecido inerte y espectante ante las elecciones del
padre. Gavino se fascina por la música y quiere acercarse a ella, quiere “aprender”, un
verbo que ganará importancia a la vez que se convertirá en una constante a partir de este
instante.
Esta lucha contra la figura del padre, ya nombrada anteriormente, es una lucha por el
poder del lenguaje (que se inicia con la música). Algo que se refleja muy bien en la
pelea del protagonista con el lenguaje y en la que tiene con su padre (por culpa del
poder de la palabra) con ello, se deduce que no es una lucha de clases sino la capacidad
de tomar el lenguaje.
Por otro lado, no es casual que sea el encuentro con el acordeón y, en general,
con la música (con la cultura) lo que le lleve a hacer preguntas, a querer saber, a querer
ser otra cosa de lo que es. Según el sociólogo Norbert Elías, la institución de humanidad
es un proceso que se vincula con el acceso al conocimiento, con lo que él denomina "ese
conjunto de símbolos construidos por los hombres que tienen la capacidad de
proporcionarnos a los humanos medios de orientación". Los seres humanos, dice Elías,
tienen que adquirir de sus mayores y por medio del aprendizaje estos conjuntos de
símbolos sociales con sus correspondientes significados. Elías aclara: "específicos
conjuntos de símbolos sociales significativos tienen a la vez la función de medios de
comunicación y de medios de orientación y sin el aprendizaje de los símbolos sociales
dotados de esta doble función, no podemos convertirnos en humanos”. 4 Las imágenes
de la película muestran con mucha fuerza el acceso a ese "fondo social de
conocimientos" aquello que, en definitiva, le abre la entrada a la humanidad.
En palabras de Kafka: “el mundo se dividía en tres partes: una, en la que vivía
yo, el esclavo, sometido a las leyes inventadas solo para mí, y que, sin saber por qué,
nunca conseguía cumplir a satisfacción; luego, una segunda, infinitamente lejana, en la
que vivías tú, ocupado en gobernar, dictar decretos y enfadarte ante su incumplimiento
(…)”.6 este mundo que describe el autor bien podría compararse con el que se
representa en la película a través de la mirada del joven Gavino. Un universo limitado a
la relación esclavo/amo impuesta por el padre hacia el hijo en donde frente a la palabra
del patrón no “había defensa posible”.
Pero hay que señalar que esta lucha contra el patriarcado no es sólo física.
También es una lucha contra la religión, pues se identifica al padre con dios, con la
emancipación de la voluntad. Esto es, precisamente, lo que da el tono a la película, un
film que procede del neorrealismo italiano donde se produce una mirada antropológica,
social e histórica así como la destrucción del patriarcado clásico.
Algunos analistas han opinado que la película es una fuerte crítica a la sociedad
patriarcal de la Cerdeña de los años 50 (recordemos que el niño sólo conocía el dialecto
local, el sardo). Es en el servicio militar donde aprende la lengua de su país, podríamos
decir que allí se pone en juego algo de la identidad nacional, pues en ese lugar
aprenderá, por ejemplo, el sentido de la Bandera
Hoy en día, las generaciones más jóvenes no abrazan la palabra escrita para
reevaluar su origen ni su realidad, sino que ceden ante otros valores y formas de
hegemonía. Éstas ya no están relacionadas con el silencio y la soledad rural sino con la
estridencia del capitalismo, que va en paralelo con una progresiva desvalorización de la
palabra escrita. Se advierte en los suspensos en los exámenes, en el progresivo descenso
del nivel en la televisión, así como en el debate público y político. Ver esta película con
esta realidad de fondo hace pensar que nosotros también podríamos estar, en cierto
modo, volviendo al principio, pero a un principio arcaico que nos impide el progreso.
Bibliografía
• Apuntes del curso de humanidades Cine y filosofía: la figura del padre y sus
conflictos. Profesor Carlos Thiebaut, 2007-2008. Universidad Carlos III de
Madrid (Getafe)