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La forma y el concepto
El significante del mito se presenta en forma ambigua: es, a la vez, sentido y forma, lleno de un
lado, vacío del otro. Como sentido, el significante postula de inmediato una lectura, se lo capta
con los ojos, tiene realidad sensorial, tiene riqueza, postula un saber, un pasado, una memoria.
Al devenir forma, se vacía, se empobrece. La forma aleja esta riqueza: su pobreza actual
requiere de una significación que la remplace. Es necesaria una preparación para recibir el
significado. La forma no suprime el sentido sino que lo aleja, lo mantiene a su disposición.
Al pasar del sentido a la forma, la imagen pierde saber para recibir mejor una porción de
concepto. El saber contenido en el concepto mítico es un saber confuso, formado de
asociaciones débiles, ilimitadas. El carácter fundamental del concepto mítico es el de ser
apropiado. Esto justifica la desproporción existente entre significante y significado. Un libro,
por ejemplo, puede ser el significante de un solo concepto y a la inversa. Lo mismo ocurre en el
sistema semiológico Freudiano: el acto fallido es un significante de una pequeñez sin
proporción con el verdadero sentido que traiciona. Es importante aclarar que en la lengua esta
relación es proporcionada.
La significación
La asociación de los dos términos se denomina significación. En el mito, los dos primeros
términos (significante y significado) son perfectamente manifiestos, el mito no oculta nada: su
función es la de deformar, no la de hacer desaparecer. En efecto, el vínculo que une el concepto
al sentido es esencialmente una relación de deformación. Del mismo modo que para Freud el
sentido latente de la conducta deforma su sentido manifiesto, en el mito, el concepto deforma el
sentido, deforma aquello que tiene una historia y así el significante deviene forma, para ser
absorbido por el concepto.
En un sistema simple como la lengua, el significado no puede deformar nada en absoluto por
que el significante vacío, arbitrario, no le ofrece ninguna resistencia.
También se las puede entender como formas sociales establecidas, no son solo edificios o
construcciones acabadas, sino que hace referencia a los procesos por los cuales toda sociedad se
organiza a través de un movimiento continuo de construcción y desconstrucción.
Estas fuerzas conviven en permanente tensión e interacción. Ambas son necesarias para el
funcionamiento de la vida institucional.
*Algunos autores opinan que la institucionalización constitutiva del sujeto se efectúa a partir de
una prohibición.
*Otros afirman que la relación de los sujetos con la institución no es otra que la relación de los
sujetos con la ley.
*Integrando conceptos sociológicos y psicoanalíticos, la institución implica establecer
determinaciones y leyes diferentes, no solo leyes jurídicas, sino maneras obligatorias de percibir
y concebir el mundo social y físico y maneras obligatorias de actuar en él.
El autor sitúa su obra dentro de la polémica suscitada en torno a esa "... disciplina de los
lenguajes flotantes, de las obras informes, de los temas no ligados" (La arqueología..., p. 230),
la historia de las ideas, que no da cuenta de la historia de las ciencias, "... sino la de esos
conocimientos imperfectos, mal fundamentados, que jamás han podido alcanzar /.../ la forma
de cientificidad", pero que "... se atribuye la tarea de atravesar las disciplinas existentes, de
tratarlas y de reinterpretarlas."(La arqueología..., pp. 229-230)
Frente a esa historia de las ideas, sustentada en categorías provenientes de las ciencias
humanas que la conducen a una continuidad lineal, a una historia sin interrupciones,
Foucault postula una historia basada en una noción de discontinuidad, que es a la vez
instrumento y objeto de investigación. Tal categoría de discontinuidad es, al mismo
tiempo, una operación deliberada del historiador, un resultado de la descripción
histórica y un concepto metodológico, gracias al cual "... deja de ser el negativo de la
lectura histórica (su envés, su fracaso, el límite de su poder), para convertirse en el
elemento positivo que determina su objeto y la validez de su análisis." (La
arqueología..., pp. 13-15). La discontinuidad se despliega en un entramado de
transformaciones diferentes, ligadas entre sí según esquemas de dependencia. La
historia no es otra cosa que el análisis descriptivo y la teoría de estas dependencias.
Representación social”
Moscovici crea el concepto de representación social teniendo en cuenta los aportes de los
siguientes autores:
*Representación colectiva de Durkheim
*Representación mental de Piaget
*Pensamiento primitivo de Ley Bruht
La representación social tiene las siguientes características:
*Es dinámica
*Se modifica
*Tiene que ver con el aquí y el ahora
*Se nutre de otros tipos de lenguaje y discursos
*Posee un núcleo, o contenido central y una red, que posee derivaciones que son contenidos
periféricos.
El acto de representación es un acto de pensamiento por medio del cual un sujeto se relaciona
con un objeto. Representar es sustituir a, estar en lugar de. La representación es el representante
mental de algo: objeto, persona, acontecimiento, etc. Por esto la representación esta
emparentada con el símbolo, con el signo, ya que el remite a otra cosa. No existe ninguna
representación social que no sea la de un objeto, aunque este sea mítico o imaginario.
La representación es la reproducción mental de otra cosa. En la representación tenemos el
contenido mental concreto de un acto de pensamiento que restituye simbólicamente algo
ausente, que aproxima algo lejano, pero también puede sustituir algo presente. No es simple
reproducción, sino construcción y conlleva en la comunicación una parte de autonomía y de
creación individual o colectiva.
Del hecho de representar se desprenden 5 características fundamentales de representación:
*Siempre es la representación de un objeto
*Tiene un carácter de imagen y la propiedad de poder intercambiar lo sensible y la idea, la
percepción y el concepto
*Tiene un carácter simbólico y significante
*Tiene un carácter constructivo
*Tiene un carácter autónomo y creativo
Las representaciones sociales se presentan bajo formas variadas, más o menos complejas
(imágenes que condensan un conjunto de significados; sistemas de referencia que nos permiten
interpretar lo que nos sucede; categorías que sirven para clasificar la circunstancia; los
individuos con quienes tenemos algo que ver). Es decir, se trata de una manera de interpretar y
pensar la realidad cotidiana, una forma de conocimiento social, y la actividad mental desplegada
por individuos y grupos a fin de fijar su posición en relación con situaciones, acontecimientos,
objetos y comunicaciones que les conciernen. Lo social interviene ahí de varias maneras: a
través del contexto concreto en que se sitúan los individuos y los grupos, a través de la
comunicación que se establece entre ellos, de los códigos, valores e ideologías relacionadas con
las posiciones y pertenencias sociales específicas.
La noción de representación social concierne a la manera como nosotros (sujetos sociales)
aprendemos los acontecimientos de la vida diaria, las características de nuestro medio ambiente,
las informaciones que en el circulan, a las personas de nuestro entorno próximo o lejano, es
decir el conocimiento espontáneo e ingenuo. Este conocimiento se constituye a partir de
nuestras experiencias, pero también de las informaciones, conocimientos y modelos de
pensamiento que recibimos y transmitimos a través de la tradición, la educación y la
comunicación social (conocimiento socialmente elaborado y compartido). Intenta dominar
nuestro entorno, comprender y explicar los hechos que rodean nuestro universo de vida o que
surgen en el, actuar sobre y con personas, responder con preguntas que nos plantea el mundo,
etc. En otras palabras, se trata de un conocimiento práctico que forja las evidencias de nuestra
realidad consensual, participa en la construcción social de nuestra realidad.
En conclusión el concepto de representación social designa una forma de conocimiento
específico, el saber de sentido común, cuyos contenidos manifiesta la operación de procesos
generativos y funcionales socialmente caracterizados. En sentido más amplio, designa una
forma de pensamiento social. Las representaciones sociales constituyen modalidades de
pensamiento practico orientados hacia la comunicación, la comprensión y el dominio de entorno
social, material e ideal.
Moscovici puso de manifiesto dos procesos principales que explican como lo social transforma
un conocimiento en representación, y como esta representación transforma lo social. Estos dos
procesos, la objetivización y el anclaje, se refieren a la elaboración y al funcionamiento de una
representación social.
*Objetivización: La representación permite intercambiar percepción y concepto. Al poner en
imágenes las nociones abstractas, da textura material a las ideas, hace corresponder cosas con
palabras. Objetivizar es reabsorber un exceso de significados materializándolos.
*Anclaje: Este proceso se refiere al enraizamiento social de la representación y de su objeto. En
este caso la intervención de lo social se traduce en el significado y la utilidad. Este aspecto se
refiere a la integración cognitiva del objeto representado dentro del sistema de pensamiento
preexistente y a las transformaciones derivadas de este sistema. Ya no se trata, como en el caso
de la objetivización, de la constitución formal de un conocimiento, sino de su inserción orgánica
dentro de un pensamiento constituido.