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Me había portado bien demasiado tiempo, no se es padre, por primera vez, todos los días;
así que había saciado hasta el hastío, la sed de alcohol que venía acumulando hacía casi un
año.
columna, con una botellita completica para mí, escondidita en mi maleta; la última gota la
La entrada de emergencia de un hospital, nunca está vacía del todo, casi siempre hay
policías cerca y siempre hay alguien preocupado esperando algo; así que a nadie le
importa que alguien se dedique a beber discretamente, sentado en un muro, con cara de
Había estado esperando a mi hijo recién nacido y a mi mujer. Estaba muy preocupado
porque no tenía trabajo, pero de todos modos había celebrado y aun tenía dinero
Desayuné con una empanada y café, en el baño de emergencia del hospital me encontré
un jabón, tenía cepillo y crema de dientes en mi maleta. A las ocho ya estaba listo para
caerle a batazos a lo que fuera que la vida me lanzara, siempre que pasara a menos de un
Nunca olvido que me impresionó la cantidad de mariposas amarillas que había volando
por los jardines del hospital ese día, siempre he pensado que vaticinan alegrías.
mostrándole mis dientes limpios a la encargada de la puerta, con una nerviosa sonrisa de
primerizo.
Jesusito nació a las cinco y cincuenta P.M. Pesó 3 kilos y medio, ya no me acuerdo cuanto
midió; había palmeado los hombros del cansado médico que había atendido a mi mujer y
que me había dado esos datos asegurándome que todo había salido bien, así que no
Efectivamente todo salió bien, así que en menos de media hora, estaba en el autobús
rumbo a la ciudad donde vivían mis suegros, me estaba durmiendo, pero estaba
una media en mi maleta. Lo que tenía en mi billetera alcanzaba hasta el almuerzo, pero
no la había querido bajar para no incomodar al resto de mi familia, así que estaba
tanteando a ciegas adentro de ella, buscando el bultico de dinero en una media, cuando
mi lado, en su maleta.
Me miraba como dudando, creí que el tipo estaba pensando que yo le había sacado algo
Así que cuando vi que sacaba una pistola de la maleta, mi golpe fue automático, sentí sus
dientes delanteros clavándose en mis nudillos, le pegué varias patadas cuando cayó al piso
del autobús. La pistola le había caído en las rodillas a una muchacha que la estaba
mirando sin saber qué hacer con ella, así que le grité que la botara por la ventana, todo el
mundo comenzó a gritar para que el chofer se detuviera, el ayudante vino a donde
estábamos y me pidió que dejara la pelea, levantó del piso al tipo y lo sentó.
Es muy difícil de explicar que fue lo que me pasó, creo que el tipo pagó por mis
La muchacha que tenía la pistola me miraba dudando de entregármela, las ventanas del
autobús no se podían abrir, vi cuando se la entregó al ayudante del chofer; este se fue a
hablar con el chofer, que al parecer decidió por fin detener el autobús.
Mi mujer me preguntó que si estaba bien y que había pasado, le contesté lo que pude y
El dueño de la pistola mi miró asustado cuando pasé a su lado, todos los pasajeros que vi
acerqué. Ellos se habían bajado y estaban hablando adelante al frente del autobús.
El chofer me dijo cuando me acerqué: No le puedo devolver la pistola, está prohibido subir
El me dijo que había hablado con su empresa y que ellos se iban a encargar de eso.
El ayudante me indicó que debía regresar a mi puesto y esperar; así que me devolví a
hablar con más calma con mi mujer, ya estaba comenzándome a preocupar por la
reacción del dueño de la pistola, cuando vi que se bajaba del autobús. Me aparté para no
Ya adentro del autobús, volví a revisar la maleta mía y apenas metí la mano en ella,
conseguí la media con mi dinero, mi mujer estaba preocupada y creo que más de un
hablar con su mamá. Yo le pedí que fuera breve, porque estábamos en una emergencia;
pero como siempre, no me prestó atención, porque estaba haciendo algo muy importante
Jesusito aprovechó para desayunar y ahí fue, -viendo los bellos senos de mi mujer-,
Ya llevaba más de un año sin fumar, y me di cuenta de que podría mendigar por un
cigarro, había visto fumando al ayudante y hacia él iba cuando escuché dos tiros. Todo el
hijo.
blanco, preguntó a gritos que si había algún médico entre los pasajeros y volvió a bajarse.
Yo les pregunté por cigarros a todos los pasajeros que me quedaban antes de la puerta y
ninguno fumaba, así que me bajé y vi al chofer tirado boca abajo en el piso y al ayudante
El muy estúpido no me quiso dar, ni vender un cigarro; cuando le pregunté qué había
pasado, por lo que me dijo, deduje que el dueño de la pistola la había recuperado a
puñetazos y que en la pelea había resultado herido el chofer, también me dijo que lo
Yo le dije que se podía devolver armado, me pareció que no me había escuchado; pero me
cadáver del chofer y comenzó a hablar por él, seguramente con alguien de su empresa,
porque lo oí decir: Dígale que me diga qué tengo que decir y qué hace uno en estos casos.
que no, se quedó mirando el piso, mientras esperaba que lo llamaran de la línea de
autobuses.
Estuvimos esperando más de media hora a que algún carro se detuviera, a que pasara la
policía, o cualquier cosa del gobierno, o a que llamaran de la empresa, hasta que una grúa
teníamos el chofer muerto, pero el chofer de la grúa había perdido todo interés en
nosotros; nos dijo que hacía poco había trasladado a un pasajero de otro autobús
atracado que iba todo golpeado y nos advirtió que debíamos movernos rápido del sitio
Estábamos evaluando alternativas cuando mi mujer se asomó por la puerta del autobús y
me gritó, por primera vez, algo que he oído muchas veces después: Jesusito está inquieto,
no sé qué le pasa. Luego caminó hasta donde estábamos y me dijo muy seria: Tenemos
que irnos porque Jesusito se está impacientando. Lo había dejado solo en el asiento.
Otra vez me salió automática, la cachetada me dolió también a mí, porque tenía la mano
muy golpeada, le dije que se devolviera para su asiento y que se quedara sentada con
Jesusito.
De verdad, hacer el amor menos de diez veces en un año, me pone realmente mal.
El ayudante reaccionó y me pidió que lo ayudara, entre los dos subimos al autobús el
cadáver del chofer, que pesaba como si tuviera todos los bolsillos llenos de arena de una
mina de plomo. Noté que el ayudante trataba al cadáver con poco respeto, me di cuenta
Otra vez casi que nos mata a los dos, - dijo pensativo-, le dije que le disparara y el muy
sillita del ayudante, lo envolví con una manta que este me pasó y lo protegí de la
intemperie forrándolo con el plástico de una bolsa negra que conseguí, no fui mezquino
con la cinta adhesiva; quedó igualito a un bulto de la carga, solo le hacía falta la etiqueta.
A la primera oportunidad que tuve, me cambié la camisa porque la tenía toda rota y
manchada de sangre; me tuve que poner otra que estaba sucia y sudada.
Hablé un poco con mi mujer, que a pesar de la cachetada, continuaba detrás de esa
muralla que la aislaba del mundo mío, desde que un médico nos confirmó que Jesusito
Paramos en el peaje de entrada a nuestra ciudad de destino, para hacer llamadas y para
Un guardia, al que le contamos el caso sin muchos detalles, nos recomendó que nos
dirigiéramos directamente a un hospital; pero su capitán, que por supuesto era más
inteligente que él, -ya que por algo había llegado más alto, a pesar de medir una cuarta
menos que él y de pesar la mitad de lo que pesaba él-, decretó que el caso era para la
Un policía de tránsito que nos escuchó aburrido, nos informó que habíamos:
dejado.
cadáver.
De la línea nos dijeron que todavía no habían encontrado al encargado y que siguiéramos
hasta el terminal de autobuses que era nuestro destino original; así que continuamos el
viaje.
No creo que los demás pasajeros nos hubieran permitido devolvernos, al menos no sin
actos de violencia.
A la ciudad donde viven mis suegros se entra de bajada, pasando por un atasco de tránsito
que usualmente dura hora y media. Es como si de entrada la ciudad te dijera: Mira
campesino, aquí tú no eres nada, haz la cola y no fastidies mucho porque estoy muy
ocupada.
La mayor fuente de empleo en ella, es una burocracia espesa y pesada, que vive de
encontrar atajos entre los vericuetos de la inextricable normativa que rige cada uno de los
vendiendo el video del último escándalo. El ayudante, -que solo había visto al tipo de la
pistola con el rostro ensangrentado-, no le encontraba ningún parecido, pero yo sabía que
mirarnos. Le rogué al ayudante que no dejara subir a nadie, pero cuando me preguntó:
¿será de verdad ELLA?, ¡no creo!, !tiene que ser un montaje¡ Otra vez comencé a
preocuparme.
La primera mitad de mi primer día como padre estaba muy acelerada y violenta; tenía
sueño, resaca, cansancio, una mano magullada, poco dinero, el presentimiento de que
El gemelo del tipo de la pistola, se le acercó al ayudante y le gritó por la ventana: ¿Quién lo
Cruzando al frente, me hizo señas para que le abriera la puerta. Pasó al lado del bulto del
chofer muerto sin notarlo, le pasó un dvd al ayudante, corrió la cortina y gritó: Ante todo
un cordial saludo de bienvenida a nuestra bella ciudad: ¡Buenos días! Y a los dos o tres
buenos días que le llegaron de regreso y los gruñidos e insultos de los que había
despertado, los rebotó con otro ¡Buenos días!, más fuerte y comenzó entregarle dvds a
los pasajeros, mientras continuaba hablando: Porque lo cortés no quita lo valiente y aquí
estamos todos tratando de llevar la comida para la casa, yo tengo cinco muchachos míos y
tres adoptados y estoy desempleado, pero he conseguido este videíto que retrata la
madre de todos los pecados y en este video que me bajé de la internet, están todos
reflejados, yo no soy quien para meterme en asuntos privados de la otra gente, pero las
estrellas, las artistas que todos amamos y respetamos deberían ser más cuidadosas,
porque ahora con cualquier teléfono lo pueden grabar a uno cometiendo las peores
imprudencias; porque si vamos a ver, cada quien puede hacer con sus partes íntimas, en su
tiempo libre, lo que más le convenga; pero lo que no puede uno es salir después a
desde las leyes de tránsito hasta las de protección del medio ambiente. A las damas aquí
educado de buenas esposas y ciudadanas, con el de esta estrellita alocada que no apreció
el privilegio de estar casada con el galán millonario que todas ustedes alguna vez han
secretamente soñado. Porque está bien un desliz, todo el mundo sabe que eso es humano,
pero con otra mujer, ah... Eso si no lo toleramos quienes hemos decidido levantar nuestros
hogares en este país bien amado. Son muy baratos si tomamos en cuenta las lecciones que
enseñan; pasaré por sus asientos y a quienes de verdad no tengan el dinero para
comprarlo, se los voy a regalar; pero acuérdense de que tengo que mantener ocho
muchachos y a mi mujer que come más que todos ellos juntos y que nunca ha trabajado.
Durante el último mes había hecho este mismo viaje varias veces y sabía que el mismo
discurso, con muy pocas variaciones, servía para vender todo tipo de mercancías y apoyar
un montón de causas.
También sabía que algunos productores de televisión exigían a sus artistas pruebas de su
trabajar en sus programas. Para tener con que recordarles lo que sentían cuando no eran
memoria.
Yo iba un metro detrás de él vigilándolo, aproveché para echarle una miradita a mi mujer,
ella me miró preguntándome mentalmente si le daba dinero para comprar el DVD, pero
los billetes en su cartera, dio las gracias y se despidió de todos los pasajeros, me hizo
señas para que me apartase porque quería bajarse y como de pasada le dijo al ayudante:
Yo no me asusté porque estaba asustado hacía rato, el ayudante se puso pálido otra vez,
pero se repuso rápido y le contesto: Pregúntele que cuánto cuesta, para ver si le encargo
otro.
Y el hermano le contestó: Ya el me dijo que le pasara algo, pero no cuanto, ni me dijo que
le había regalado.
hermano de su dueño, diciéndole: Por el regalo no es nada, pero las balas las guardo de
El hermano le pasó unos billetes y le dijo: A la gente honrada siempre hay que darle algo,
para que no se desilusione; no se preocupe que yo arreglo eso con mi hermano y se bajó.
El ayudante mirando el cadáver del chofer dijo: Dios sabe lo que hace, si no es porque el
hermano del que se bajó, me hizo el trabajo, a mí me hubiera tocado hacerlo; ya hacía
tiempo lo estaba pensando. Era yo y un gentío, o él. Era un verdadero loco manejando. Me
dio un billete alto y me hizo señas para que comprara cigarros en un tarantín que ocupaba
tres metros de la isla del centro de la avenida y me dijo: Compra dos cajas de los caros.
Por aquí la gente dice que cada niño nace con un bollo de pan debajo del brazo, para
indicar que de alguna manera los recién nacidos propician la mejoría económica de sus
pasando.
Decidí darle el vuelto completo al ayudante sin que tuviera necesidad de reclamármelo,
porque necesitaba ganármelo para que me ayudara a conseguir el trabajito que el mismo
acababa de dejar, para ocupar el del muertico que estaba apoltronado a mi lado en el
autobús.
Un año se pasa rápido, un año antes de que Jesusito naciera, yo había salido de esa
ciudad siendo un galán citadino que se proponía conquistar a la pueblerina muchacha rica
su papá en la provincia, regresaba a mi ciudad natal, con el dinero justo para una semana;
con un hijo y con la misma mujer, que hacía apenas un año, me prestaba su teléfono
No es de extrañar que después de nueve meses de abstinencia sexual y un año sin fumar
Pero tenía que calmarme y encontrar la manera de cobrarle la otra parte de mi liquidación
a mi suegro, que me la había retenido en una especie de fondo de ahorro para imprevistos
y que por motivos de una misteriosa enfermedad que ningún médico había podido
mi extrañada ciudad.
El plan de de mi suegro, para encontrar la felicidad antes de irse al cielo, era muy sencillo:
había ayudado un candidato a yerno, que era jefe del departamento de créditos
trámites, habían sido muy fáciles y rápidos por la ayuda de candidatos a yerno bien
3. Había puesto al yerno que ganó la competencia por la mano de su hija, a mantener
afectaban el precio de sus motores. Según él, los motores eléctricos no son
cambiado.
4. No estaba muy interesado en vender rápido, sabía que obtener otros créditos y
permisos le iba a ser un poco complicado. Los precios de sus motores eran
casi imposible. Su negocio ideal era venderlos por partes como repuestos,
Por supuesto que en este esquema de negocios los sueldos altos están descartados de
antemano y los vendedores que solo ganen comisión, deben buscarse otro trabajo.
Cada vez que hablábamos terminaba la conversación con un concejo, sus favoritos
cualquier cosa y de repente me viene a la mente su rostro diciéndome: Pan para hoy
hambre para mañana, siembra hijo, siembra. Quienes me tratan se quejan de mis
impredecibles cambios de humor, creo que este párrafo les habrá explicado, a quienes lo
en el carro que le había tenido que vender muy barato hacía un año. No quise cargarla con
los efectos legales. Me alertó sobre: “El daño que una mala declaración de un testigo
puede ocasionar en el más sencillo de los litigios” y me invitó a: “Repasar con él, los hechos
para que estuviéramos preparados para narrarlos ante las autoridades, cuando nos fuera
solicitado”.
Ya mi anterior yo, -que había estudiado leyes, pero que había tenido que abandonar sus
Ese muchacho, que también vendía seguros, sabía cómo modificar cualquier fecha en un
registro de una base de datos y era uno de los pocos autores de ficciones que había
logrado que sus lectores las confundieran con la realidad. En sus obras literarias en línea,
el tiempo era flexible, casi un líquido que fluía en la dirección que él decidiera y ya se
estaba interesando en el problema que tenía esa línea de autobuses con los seguros de
Yo estaba contento porque el doctor González – González había llegado rápido, pero
como es malo para los negocios hacer las cosas muy rápido; le pedí que me disculpara un
minuto porque tenía que despedirme de mi mujer y de mi hijo recién nacido. Creo que el
doctor pensó que me podía fugar y dejarlo sin un testigo favorable y gratuito, porque
que me podía quedar haciendo lo que fuera necesario y que no me preocupara por ella,
había dado para el taxi, porque del agujero negro donde ella guarda el dinero que le
Cuando me despedí de ella noté que Jesusito estaba tranquilito, creo que se rió conmigo;
me gusta pensar que esa fue la primera vez que me reconoció. También recuerdo que
pensé en ese momento, que iría a pescar muchas veces con él.