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rotundo hecho poltico. Los partidarios del SI haban dicho que lo que se
necesitaba para consolidar la paz era una amplia victoria, que no bastaba
simplemente con superar en votos a los partidarios del NO. Lo mismo cabe decir
de sus oponentes. Pero nadie logr ese objetivo, porque la diferencia de un 0.5 %
a favor del NO podra sociolgicamente ser considerada como un error estadstico
y que un nuevo recuento de votos podra eventualmente llegar a revertir.
Vale recordar que Eduardo Pizarro, el embajador de Colombia en La Haya sede
de la CPI hasta el ao pasado, estuvo muy cerca de esa corte cuando se discuta
el modelo de justicia que se aplicara tras la firma de la paz con las Farc, y expuso
all los aspectos centrales de ese acuerdo.
Parti de la base de que la paz es un valor supremo para el mundo y que la CPI
nunca se opondr a ella. Y esto finalmente ocurri.
El hecho de que la Fiscal de la CPI haya dicho que estar atenta a la
implementacin de la Jurisdiccin Especial para la Paz es la muestra de que la
Corte acoge la frmula de Colombia para compatibilizar el anhelo de la paz con la
expectativa de justicia.
Est claro que las sanciones establecidas en el acuerdo con las Farc para los
autores de delitos graves restriccin de libertad y trabajo en obras que beneficien
a las comunidades ms golpeadas por la guerra son aceptables para la CPI,
siempre y cuando las sentencias se cumplan.
Tan claro qued, que la Procuradura General, que ha criticado sistemticamente
el Acuerdo de Paz, reconoci el viernes en un comunicado el valor del
pronunciamiento de la CPI.