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Al da siguiente, don Gato-Glotn se mostr completamente displicente con cuanta golosina le presentaran, para gran
desesperacin de doa Tato. Y por la tarde se fue a colocar cerca de la alta mesa con bandeja y aro en que el PapagayoTornasol daba sus vueltas y ms vueltas. Y don Gato-Glotn, por ms que miraba en todas direcciones, no atinaba a
averiguar quin hablaba por esos lados.
Y sin saber cmo, pas el accidente. Don Gato-Glotn dio un salto y agarr al Papagayo-Tornasol de las plumas del cuello,
saliendo con l a la rastra como una flecha, parque adentro. El Papagayo-Tornasol se asust tremendamente al principio,
pero despus recobr el habla y empez a dar los ms terribles chillidos, diciendo en tropel todas sus palabras, que ya
sabes que eran muchas y algunas muy feas, de esas que no se deben decir.
Y resulta que don Gato-Glotn casi se muri de susto cuando sinti que el Papagayo-Tornasol hablaba, porque l crea
que eso slo lo podan hacer los Seores-Hombres. Y fue tal su espanto, que solt su presa y se qued mirndola,
erizados todos los pelos, que eran su orgullo, muy abiertos y redondos los ojos.
Y aqu cambi la escena, porque el Papagayo-Tornasol, enfurecido, se le fue encima y de cada picotazo que le daba eran
mechones de pelo pe le iba quitando. Esto, entreverado con palabras y palabrotas.
Para qu te digo cmo maullaba don Gato-Glotn!...
Hasta que lleg doa Tato y con su escoba, que tan bien manejaba, pudo separarlos y librar a don Gato-Glotn del ms
extraordinario de los peluqueros.
Y mientras esto pasaba, Gato-Sin-Nombre se rea silenciosamente de su pequea venganza.
BRUNET, Marta. La terrible aventura de don Gato-Glotn. Cuentos para Marisol. Obras Completas de Marta Brunet.
Santiago, Zig-Zag, 1962. Pp. 318-320.