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ESTIMULACIÓN VISUAL:

Niños con Deficiencia Visual

Por Hosnia Dahman


Introducción:

Cuando hablamos en general de ceguera o deficiencia visual nos


estamos refiriendo a condiciones caracterizadas por una limitación total o muy
seria de la función visual.
Más específicamente, hablamos de personas con ceguera para
referirnos a aquellas que no ven nada en absoluto o solamente tienen una
ligera percepción de luz (pueden ser capaces de distinguir entre luz y
oscuridad, pero no la forma de los objetos).
Por otra parte, cuando hablamos de personas con deficiencia visual queremos
señalar a aquellas personas que con la mejor corrección posible podrían ver o
distinguir, aunque con gran dificultad, algunos objetos a una distancia muy
corta. En la mejor de las condiciones, algunas de ellas pueden leer la letra
impresa cuando ésta es de suficiente tamaño y claridad, pero, generalmente,
de forma más lenta, con un considerable esfuerzo y utilizando ayudas
especiales. En otras circunstancias, es la capacidad para identificar los objetos
situados enfrente (pérdida de la visión central) o, por el contrario, para
detectarlos cuando se encuentran a un lado, encima o debajo de los ojos
(pérdida de visión periférica), la que se ve afectada en estas personas.
Por tanto, las personas con deficiencia visual, a diferencia de aquellas
con ceguera, conservan todavía un resto de visión útil para su vida diaria
(desplazamiento, tareas domésticas, lectura, etc.).
Durante muchos años se pensó que las personas con deficiencia visual
debían ser tratadas como ciegos totales, basándose en la leyenda de que la
visión debía ser ahorrada, ya que su uso podía ser perjudicial para la persona
ya que aceleraría el proceso de la enfermedad. Es decir, que los deficientes
visuales graves no podían utilizar ni potenciar su resto visual, comportándose
como ciegos totales. Esta actitud creaba en ellos una serie de consecuencias y
desajustes en la funcionalidad ocular, negativos.
La visión nunca puede ser ahorrada o gastada, sino todo lo contrario,
cuanto más se utilice y se motive al sujeto para que utilice su visión, mayor
probabilidad tendrá de obtener un mejor rendimiento visual.

Concepto:

La eficiencia visual puede definirse como el grado o nivel en que la


visión es aprovechable por la persona para obtener información.
En el niño con visión normal el desarrollo de la eficiencia visual se logra
normalmente de una forma natural y espontánea. El niño va mirando
paulatinamente con mayor sistematicidad, va perfeccionando la capacidad de
concentrar su atención ante un sinfín de oportunidades. Un niño con
alteraciones graves de la visión va a tener escasas o nulas posibilidades de
recoger información incidentalmente a través del sentido de la vista y precisa
de una secuencia ordenada de experiencias visuales.
Los programas de estimulación visual están diseñados para ayudar a
los niños con deficiencias visuales graves a encontrar sentido a lo que ven, a
saber interpretar las sensaciones que perciben.
Una adecuada estimulación, la experiencia previa, la motivación a ver, el
cultivo de la atención, las necesidades que le van a surgir y el aprendizaje
harán que las capacidades visuales innatas se realicen y se perfeccionen; para
que esto ocurra se necesitará de un guía y de una planificación.

Estimulación Visual:

La estimulación visual como un aspecto más del desarrollo del niño, y


paralelamente a esto, el niño funcionará visualmente mejor cuanto más
competente sea el resto de las demás áreas de desarrollo.

El proceso estimulador debe hacerse en los primeros años de la vida,


cuando aún el desarrollo de la percepción no se ha completado.
En el proceso de percepción hay que tener en cuenta todo el conjunto que
forma el sistema visual. El ojo es solo una parte de ese sistema. A este órgano
pueden faltarle estructuras, puede tener impedimentos en alguna parte de él o
quizás puede recoger mensajes muy débiles o distorsionados. A pesar de estos
factores negativos, cuando encuentra luz que estimule las células de la retina,
aunque sean en escaso número, algún tipo de información puede ser enviada
al cerebro

La estructura fisiológica del ojo facilita o impide que los rayos de la luz
lleguen a las células retinianas. La localización y la amplitud de las células
activadas ayudan a determinar la fuerza de la energía que es enviada por el
nervio óptico al cerebro, donde el sujeto interpreta las cargas eléctricas como
información visual y se relacionan con los mensajes recibidos de los otros
sentidos.
El niño deficiente visual grave que nunca ha sido estimulado, que no ha sido
puesto en la situación de “mirar “con el propósito de hacer discriminaciones,
posiblemente tenga percepciones visuales que son borrosas y los objetos
aparecerán como masas vagas. La constante investigación con el ojo permite
al niño enfocar sobre los detalles para que lo que mira comience a resaltar del
fondo y la “mancha” o “borrón “tome una forma o contorno específico. Cuando
se produce una interpretación cerebral de las imágenes visuales que nos llegan
es cuando podemos hablar de percepción visual. Este proceso no solo va a
favorecer el comportamiento visual sino también existe una mejoría a nivel
fisiológico.

Estimulación Multisensorial:

Los niños deficientes visuales graves y ciegos pasan en su desarrollo


por la misma progresión que los niños normales, aunque no alcanzan un
desarrollo normal en su proceso evolutivo sin que se le provoque antes una
situación satisfactoria para que se produzca.
El desarrollo de los sentidos, ver – oír- tocar, precisan de un aprendizaje
espontáneo o intencional a la edad más temprana posible. Esto es válido tanto
para todos los niños con o sin deficiencia sensorial.
Coordinar las características sensoriales de un objeto en lo referente a
calor, forma, textura, etc., motiva al niño para que posteriormente atienda y
tolere el estímulo. Una vez que lo tolera y se familiariza con él, se debe generar
suficiente interés para que actúe por sí solo.
De esta forma, podemos definir La estimulación multisensorial como
un amplio abanico de técnicas dirigidas a proporcionar todo un conjunto de
sensaciones y estímulos específicos. Es propiamente lo que conocemos como
la estimulación de los sentidos.

La importancia de la Familia:

Existe una opinión generalizada en la sociedad, compartida también por


los profesionales de la educación, sobre el papel relevante de la familia y su
influencia en la evolución y desarrollo de los miembros que la componen.
Aunque esto esté aceptado de manera global, se pone cada vez más de
manifiesto la necesidad de un nuevo replanteamiento en las propias familias de
esa función esencial e insustituible en la educación de los hijos.
La familia es el primer contexto socializador por excelencia, el primer
entorno natural en donde los miembros que la forman evolucionan y se
desarrollan a niveles afectivos, físicos, intelectuales y sociales, según modelos
vivenciados e interiorizados. Las experiencias que se adquieren en la primera
infancia, de cualquier tipo, y los vínculos de apego que se dan en ella van a
estar determinadas por el propio entorno familiar generador de las mismas. Es
la familia quien introduce a los hijos en el mundo de las personas y de los
objetos y las relaciones que se establecen entre sus miembros van a ser en
gran medida modelo de comportamiento con los demás, al igual que lo va a ser
la forma de afrontar los conflictos que se generan en el medio familiar.
La familia deberá ofrecer oportunidades suficientes para desarrollar aquellas
habilidades y competencias personales y sociales que permitan a sus
miembros crecer con seguridad y autonomía, siendo capaces de relacionarse y
de actuar satisfactoriamente en el ámbito social. De ello se desprende también
el decisivo papel que adquieren los adultos cercanos familiares en la educación
de los niños, aunque sin olvidar que otras instituciones y medios intervienen
igualmente en la educación de las personas.

No podemos pasar por alto que cada familia puede vivir el problema de
la deficiencia visual de distintas formas, pero en todos los casos se debe
procurar no trasladar al niño la angustia o la ansiedad que provoca la presencia
de este déficit, por la repercusión que pueda tener para su desenvolvimiento
personal y social. Por otro lado, es importante tener presente que el niño que
padece perdida visual congénita, no es consciente de ella, ve lo que ve y no
sabe cuánto ni cómo debería ver, razón por la cual la familia debe procurar
mostrar un comportamiento lo más normalizado posible.
Es normal que la deficiencia visual no se manifieste en el momento del
nacimiento, y que tenga que pasar días, meses, e incluso años hasta que se
evidencie ante los padres. Una vez que surgen las primeras sospechas, y se
acude a las consultas pertinentes, se les informa sobre el daño que afecta a su
hijo, se suelen mostrar ciertas reacciones comunes:
1. Fase de shock o conmoción ante la noticia.
2. Fase de negación del problema. Reacción frecuente y consistente
en que la familia continúa su vida como siempre, fingiendo que no ha
pasado nada. Esta reacción, a la larga, llega a ser bastante
perjudicial tanto para la familia como para le propio niño.
3. Fase de reacción. La reacción o la toma de conciencia, en la que la
familia suele sentir desde enfado, sentimiento de culpa, hasta
depresión. Si pasa esta etapa, se sobrepone, entraríamos en la
siguiente fase.
4. Fase de aceptación y búsqueda de soluciones más apropiadas.
Es necesario que encuentren apoyo y tengan a su alcance medios
para superar estas etapas y enfrentarse a su educación. Es entonces
cuando estaremos en condiciones de orientar todos los esfuerzos de
manera que los padres y los diferentes profesionales asuman a su
propio rol.
Es obvio que estos niños necesitan más atención y cuidados que el
resto, con el fin de estimularles al máximo, lo que requiere una gran
implicación por parte de los padres. Usualmente la madre es la persona
que se ve más afectada por el problema, incluso más que el propio hijo,
de ahí su excesiva implicación. Además, los hermanos pueden aparecer:
a. Cargando con gran peso de la situación creada por la
discapacidad del hermano.
b. Ocupando un lugar periférico con cierto abandono y descuido
de ellos.
c. Sobreprotegidos, mantenidos al margen de la situación.
La mayor dedicación a la que se someten los padres, sumada a
toda la información que reciben con respecto al déficit, puede llevarles
fácilmente a sentirse desbordados por la situación y crear un ambiente
de ansiedad general que afecta a toda la familia.

Familia y escuela del alumno ciego:

La familia y la escuela son los dos contextos ambientales de aprendizaje


más significativos y con más peso decisivo en la orientación del futuro
profesional de los niños. Estos dos ambientes deben de complementarse y
superponerse de modo que el niño reciba por los dos lados una influencia
coherente que afecte positivamente a su conducta y autoestima.
Si estos dos contextos no actúan paralelamente se produce un conflicto,
que afecta directamente al niño. Por ello, es necesario, que en el caso de que
uno de los dos fallara, el otro actuara como amortiguador del conflicto
beneficiando al niño y ayudando a que lleve el problema de una forma mucho
más tolerable.

El Ordenador, un buen amigo:

“¿Para qué le va a servir el ordenador a un niño que no puede ver la


pantalla? ¿Qué beneficios le puede reportar?…”. Estas son algunas de las
preguntas que nos podemos plantear como maestros.
Para cualquier persona las tecnologías digitales no son hoy ya un lujo
sino una herramienta para el trabajo, el ocio y la comunicación. Cualquier
actividad está íntimamente relacionada con las tecnologías. El ordenador
supone para la sociedad de hoy lo que en su día supuso la luz eléctrica: ¿nos
podemos imaginar un mundo sin ella?

El uso de las TIC para los niños en la sociedad de hoy:

Los niños son pieza clave en esta sociedad. Para ellos la tecnología no
es algo nuevo que les llega después de haber aprendido las cosas de otra
manera. Ellos la llevan incorporada desde que nacen. Aprenden a manejar el
DVD antes que sus padres, han cambiado los álbumes de cromos por las
videoconsolas y los botones representan para ellos algo similar a lo que un
lápiz representaba para nosotros.
Esto, unido a que no tienen miedo a aprender, a hacerlo mal, al fracaso,
hace que utilicen las tecnologías con mayor habilidad que los adultos y que
para ellos no sean un misterio sino lo cotidiano.
Hoy en día es más fácil encontrar un niño que no haya visto nunca una gallina
que uno que no haya visto un ordenador.
Hasta ahora el manejo de las tecnologías en los centros educativos ha
estado limitado por cuestiones de equipamiento, formación del profesorado e
insuficiencia de software educativo. A todas estas trabas hay que añadirle una
para los niños con discapacidad y es la falta de accesibilidad de los programas.
Hoy día no podemos seguir planteándonos si las tecnologías son útiles
para los niños ciegos. Simplemente están presentes y no queda otro remedio
que hacérselas accesibles para poder respetar los principios de igualdad e
integración reflejados en la legislación.
Siendo esto así, no vamos a basarnos sólo en la ley para pensar en la
accesibilidad. Sigamos pensando en el sujeto y las ventajas que nos ofrecen
éstas para ellos.
Ventajas e Inconvenientes del uso de las TIC para el niño con
discapacidad visual:

Las personas sin visión, al igual que las personas sin movilidad son de
las que más se pueden beneficiar del uso de la tecnología. Hacer la compra sin
tener que llevar simultáneamente las bolsas y el bastón en las manos; hacer
consultas al ayuntamiento sin tener que aprenderse el camino hasta el mismo,
leer la factura de teléfono para la cual antes de existir el escáner y el revisor de
pantalla tenían que contar con una persona vidente que hiciera de lector son
meros ejemplos de los que supone la informática para una persona sin visión
en su vida cotidiana. Más allá, las tecnologías son utilizadas por las personas
con discapacidad visual en el trabajo e incluso la informática es una gran salida
profesional para muchos de ellos.
Pero, ¿cuál es la situación en la escuela?
Nos encontramos actualmente ante una grave controversia en cuanto al
beneficio de las TIC para los niños con discapacidad visual, ya que lo que
hasta ahora ha sido un elemento facilitador de la integración se está
convirtiendo en uno de los mayores obstáculos para la misma.
Hasta ahora el uso que niños videntes y ciegos hacían del ordenador en
la escuela era equiparable, y las tecnologías hacían más fácil la integración: los
alumnos toman notas con mayor facilidad en un braille hablado o en un
ordenador portátil que en la antigua máquina de escribir braille; los apuntes
pueden ser enviados por correo electrónico a los maestros itinerantes
(maestros de apoyo del equipo específico) para que los transcriban, las
impresoras permiten que lo que el niño escribe en braille lo imprima en tinta
para su maestro. Hay programas y páginas web como correos electrónicos que
son perfectamente manejables con revisores de pantallas, por lo que también
se les ha facilitado la comunicación. También los que tienen algo de visión
tienen diferentes posibilidades de configurar la pantalla de forma que los textos
y los iconos aumenten de tamaño, que los colores varían en función de sus
necesidades...
Además todo esto hace que su autoestima y sensación de competencia
suba a la par que aumenta sus posibilidades de integración, pues puede
comunicarse con sus compañeros, hablar de las mismas cosas, aprender de
ellos y enseñarles también a ellos, intercambiarse apuntes, correos
electrónicos...
No obstante, el conocer las posibilidades actuales de la accesibilidad en
contenidos educativos para niños ciegos no nos puede hacer perder de vista
las dificultades que tienen para el manejo de las TIC. Antes bien, teniéndolas
presentes será más fácil llegar a resolverlas aunque sea en parte.
Como ya hemos dicho, la visión globaliza todos los estímulos, por lo que la
presentación de estímulos auditivos aislados normalmente no aportará
información al niño sin visión.
Por otro lado, no todo lo visual es comprensible ni al tacto ni al oído. Los
estímulos que introduzcamos han de ser así sencillos, claros y no invasivos. La
intuición visual que se utiliza en los diferentes programas no es comprensible
sin visión, salvo que existan locuciones y efectos sonoros que ayuden a
comprender.
El ritmo de aprendizaje y de ejecución de tareas suele ser más lento en
los inicios que para la mayoría de los niños videntes. Además la imposibilidad
de imitación visual hace más difícil copiar el modelo que el maestro les da o
seguir sus indicaciones en la pantalla grande.
Por último, el lenguaje utilizado en el uso de las TIC es inicialmente
confuso para los niños que no ven, ya que se refieren a actividades para ellos
cotidianas que no tienen equiparación con lo que están haciendo. “Pincha”,
“coger”, “soltar”, “cortar”… tienen en el ordenador un significado muy visual que
es necesario explicar a los que no ven.

Conclusión:

Es importante tener una concepción clara y bien diferenciada sobre lo


que es la deficiencia visual y la ceguera. Una vez conseguida, es importante
considerar aspectos de gran importancia cómo lo son la estimulación temprana
y la estimulación multisensorial en estos niños, para favorecer su desarrollo y
ayudarles a ganar autonomía, que al fin y al cabo es el objetivo principal que
perseguimos todos los docentes. Para conseguirlo tenemos a nuestro alcance
un amplio abanico de posibilidades y de herramientas, estas son las Nuevas
Tecnologías, que a pesar de sus inconvenientes, son muchos los beneficios
que nos ofrecen.

Bibliografía:
- BUENO, M.; ESPEJO, B.; RODRÍGUEZ, F., y TORO, S. (1999): Niños y
niñas con baja visión. Recomendaciones para la familia y la escuela.
Archidona: Aljibe.
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Archidona: Aljibe.
- BUENO, M., y TORO, S. (Coords.) (1994): Deficiencia visual. Aspectos
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- MARTÍNEZ-SEGURA, M. J. (2001): La estimulación Basal en Atención
Temprana: Desarrollo Curricular. Revista de Atención Temprana.
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Madrid.

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