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Universidad de Buenos Aires

Facultad de Ciencias Exactas y Naturales

Tesis de Maestría en Ciencias Ambientales

“Efectos ecológicos de la expansión urbana sobre


las tierras agrícolas de la Pampa Ondulada,
Buenos Aires, Argentina”

Lic. Mariana E. Silva

Directora: Silvia D. Matteucci


Co-director: Dr. José Dadon

2003
Resumen
Con el objetivo de evaluar las consecuencias del avance de la aglomeración aglomerado sobre las tierras
agrícolas y naturales, se eligió como área de estudio una transecta Este-Oeste sobre la pampa ondulada, que
incluye un gradiente de conversión de alto a bajo en esa dirección. Comprende siete partidos: Zárate,
Campana, Exaltación de la Cruz, Carmen de Areco, San Antonio de Areco, San Andrés de Giles y Chacabuco.
El trabajo intenta brindar un enfoque exploratorio a gran escala de la situación actual del área de estudio
para luego en trabajos posteriores estudiar el área a un nivel de detalle mayor.
El trabajo incluye una descripción del área de estudio sobre la base de variables ecológicas, sociales y
económicas seleccionadas; una base de datos cartográfica y alfanumérica, y el análisis de las interrelaciones
horizontales entre procesos ecológicos y sociales que producen los mosaicos de usos de la tierra.
En primer lugar se construyó un mapa de cobertura de la tierra mediante digitalización manual de las
imágenes satelitales impresas del Instituto Geográfico Militar. La cobertura se tipificó en 12 categorías que
surgieron del análisis de las imágenes. A partir de éste se obtuvieron, por reclasificación, capas temáticas de
uso de la tierra (natural y antrópico) y limitaciones (tierras altas, tierras bajas, tierras impermeabilizadas).
Se consideraron tres tipos de variables. Las variables ecológicas, representadas por los índices de estructura
del mosaico, las variables sociales que se obtuvieron de las bases de datos del INDEC y las variables de
producción que se calcularon a partir de las bases de datos del INDEC, la Bolsa de Cereales y de la FAO.
Los patrones del paisaje se describen para el mapa de cobertura, de usos y de limitacioes mediante los índices
del paisaje, los cuales se calcularon con el programa Fragstats. Las variables ecológicas o índices del paisaje, se
asocian mediante análisis de correlación no paramétrica a indicadores sociales y económicos. Se compararon
34 índices de estructura del paisaje con 13 variable sociales y con 3 variables económicas y 13 variable sociales
con 3 variables económicas de los cual resultaron 582 pruebas de correlación.
Se han encontrado asociaciones entre los tres tipos de variables que permiten sugerir hipótesis acerca de
posibles relaciones causales entre la actividad humana y las funciones ecológicas, y explicar las relaciones
patrón procesos.
Se concluye que las actividades que se llevan a cabo en cada partido y la manera en que se disponen en el
espacio producen cambios importantes en la estructura de los mosaicos analizados; que es necesario
profundizar el estudio en dos líneas: por un lado, ampliando el área de estudio para validar las asociaciones
halladas, y por otro, incrementando el nivel de detalle, para poder explicar las relaciones entre patrón y
procesos.
Introducción

Los cambios en el uso de la tierra pueden provocar la rápida transformación de grandes


extensiones de ecosistemas naturales y seminaturales. En la Argentina, la región
conformada originalmente por los pastizales pampeanos constituye sin lugar a dudas el
ecosistema más alterado por la actividad humana. Poblada en forma permanente y
paulatina desde el siglo XVI, la pampa se ha convertido en el ambiente natural mas
poblado del país (Chevez 1987). Son muy pocas las áreas que preservan la antigua
fisonomía del paisaje y más escasos aun los sitios que conservan expresiones de la
comunidad vegetal original y que han logrado mantenerse libres de la invasión de
especies exóticas (Bilenca 2000).
La transformación de ecosistemas naturales a agroecosistemas, lo que también se conoce
como avance de la frontera agrícola, es el principal factor en la pérdida de biodiversidad,
siendo los pastizales pampeanos el ecosistema con mayor pérdida de naturalidad, tanto en
especies como en territorios, del Cono Sur (Aguilera y Demaría 1999). Con una frontera
agrícola activa y extensiva avanzando sobre ecosistemas naturales, a una tasa de más de
1.000.000 ha/año, los conflictos rurales entre agroproducción y preservación de la
biodiversidad son de suma importancia. En el ecosistema pampeano, la agriculturización
ha generado aumentos en la producción pero al mismo tiempo produce consecuencias
negativas que han comenzado a manifestarse y a producir sus efectos sobre el sistema y su
entorno (Morello y Matteucci 1997). Entre los efectos locales más visibles se destacan: a)
extinciones regionales de fauna o riesgo de extinción, a partir del siglo XVIII, para todos
los grandes herbívoros, tanto caballos como vacunos asilvestrados, como los de fauna
silvestre; b) transnacionalización del sistema de malezas; c) formación de un piso de arado;
d) erosión hídrica y eólica; e) reducción de la superficie de los fragmentos de ecosistema
natural o seminatural; f) reducción o desaparición de funciones ecológicas, como las de
protección contra la erosión, control biológico de plagas, revegetación de suelos
abandonados a partir de áreas de contagio; g) introducción de especies vegetales
importadas de otras regiones, h) alteración de redes tróficas y de interacciones bióticas
entre poblaciones; y finalmente i) contaminación local por plaguicidas, entre otros.
Solbrig (1999) ha dejado planteado el dilema que confrontan actualmente las sociedades,
que se debaten entre la necesidad de alimentar a una población creciente y la necesidad de
conservar los recursos necesarios para el funcionamiento de los agroecosistemas, deseando
además mantener lo más intacto posible los vestigios de ecosistemas naturales. Por su
parte Morello y Matteucci (2001) han destacado que: la persistente tendencia a focalizar los
esfuerzos de la investigación en la frontera agrícola no ha permitido reconocer que en
América Latina, durante las últimas tres décadas, la economía metropolitana expansiva,
asociada a enormes cambios en la estructura agrícola, ha estimulado la conversión de
tierras fértiles a tierras urbanas y periurbanas, conocida también como avance de la
frontera urbana.
Por otra parte como producto de la urbanización la ocupación de tierras con buenas
condiciones para la agricultura en algunas zonas de la provincia es casi completa. En las
dos últimas décadas, la frontera urbana ha sido reconocida como “un vasto experimento
ecológico no planeado que afecta grandes áreas y se está expandiendo en varios bordes de
magaciudades en los países desarrollados y en desarrollo” (Morello y Matteucci 2001).
En nuestro país el tema no es asumido como la pérdida irreparable de un recurso valioso
sino como un beneficio impositivo sustantivo para el partido o para el departamento
correspondientes , proporcionado por el cambio de uso agrícola a no agrícola. (Morello y
Matteucci 2001). Cada año la frontera urbana desplaza las tierras con potencial
agropecuario hacia el interior (Morello et al. 2000). Se sabe que el crecimiento urbano trae
aparejado también una serie de consecuencias que afectan a su entorno de manera
irreversible. Las consecuencias ambientales de la conversión de tierra agrícola a usos
urbanos y periurbanos acentúan algunos de los cambios producidos en la etapa anterior
de conversión de tierras naturales a agrícolas: fragmentación y pérdida constante e
irreversible de valiosas tierras agrícolas y de producción ganadera, cambios en la
biodiversidad, se han transformado las condiciones de drenaje, la fertilidad del suelo y la
composición de los pastizales, (APN 1994). El impacto de las ciudades sobre sus
alrededores es preocupante, porque reduce notablemente la resiliencia de los ecosistemas
y la sostenibilidad del Ecosistema Humano Total (Egler 1964, citado en Naveh y
Lieberman 2001).
De acuerdo a estos antecedentes y debido a que es la sociedad quien ha modificado su
medio circundante y por lo tanto ha modificado y modifica actualmente la estructura del
paisaje, el objetivo de este trabajo es relacionar los cambios en la estructura del paisaje con
variables sociales y agroproductivas evidenciando de esta manera las consecuencias que
producen los cambios en los usos de la tierra que llevan a la conversión de tierras
naturales a agrícolas y de estas últimas a tierras urbanas pudiendo determinar los efectos
ecológicos a gran escala que produce la expansión urbana produce sobre los partidos
estudiados.
El trabajo desarrollado se justifica por dos cuestiones: la importancia de conservar los
fragmentos de ecosistemas natural o seminatural y la importancia de conservar el
agroecosistema. La importancia de la conservación de espacios naturales en general y del
pastizal pampeano en particular radica en los servicios ofrecidos por los pastizales
naturales y por la diversidad biológica que albergan en pos del funcionamiento del
agroecosistema (Bilenca 2000). Sala y Paruelo (1997, citado en Bilenca 2000) han señalado
el papel importante que tienen los pastizales como proveedores de servicios tales como: el
mantenimiento de la composición de gases en la atmósfera a través de la captación de
dióxido de carbono y de metano, la preservación del suelo y la protección contra la erosión
y el mejoramiento de condiciones meteorológicas, entre otros aspectos. Es importante
conservar las tierras agrícolas para mantener su potencial por distintas razones: para
asegurar la disponibilidad de alimentos y crear oportunidades económicas; como
generador de divisas, para proteger los recursos naturales (por ejemplo: un suelo
cultivado protege de la erosión hídrica, genera recarga en los acuíferos por absorción y
previene la escorrentía) y por último mantener la calidad de vida (las tierras de campos y
chacras brindan paisajes escénicos, culturales e históricos, ofrecen vistas agradables y la
oportunidad de manejo de espacios abiertos utilizados para actividades de recreación).
La atención tiene que centrarse en realizar un manejo adecuado utilizando herramientas
modernas y una gestión integrada, para preservar las tierras agrícolas del avance de la
urbe (Morello y Matteucci 1997)

Objetivos e Hipótesis
El objetivo general de este trabajo es realizar un análisis a gran escala de las estructuras y
procesos ecológicos que determinan las características del medio en la interfase urbano-
rural en siete partidos de la Pampa Ondulada, a fin de aportar criterios para introducir
modificaciones que ayuden a reorientar las modalidades de uso de la tierra en las franjas
de campo vecinas a la ciudad hacia formas de desarrollo sostenible.

Objetivos específicos:Generar un banco de datos numéricos y georreferenciados de las


distintas variables analizadas; definir indicadores predictivos acerca del estado del paisaje
mediante la integración de variables físico-bióticas con variables sociales; determinar los
tipos de usos del suelos en los partidos estudiados; detectar en cuáles de los partidos
estudiados la conversión de tierra es irreversible y cuáles de los partidos estudiados tienen
mayor posibilidad de mejorar sus condiciones ambientales.

Hipótesis

• Las actividades antrópicas que se llevan a cabo en cada partido y la manera


en que se disponen en el espacio producen cambios importantes en la
estructura de los mosaicos analizados.
• El porcentaje de urbanización se asocia a una reducción del número,
tamaño y forma de los parches con vegetación natural o seminatural.
• La irregularidad de bordes, evaluado por los índices de forma se reduce con
el incremento de la población urbana y periurbana.
• La densidad de riqueza de parches incrementa al incrementar la densidad
de población.
• En un mismo territorio algunas de las variables sociales deben asociarse
directa o indirectamente a las variables de estructura del paisaje.
• En un mismo territorio algunas de las variables sociales, económicas y de
estructura del paisaje se reflejaran en la capacidad productiva de cada
partido.

Área de estudio
El área de estudio abarca siete partidos de la Provincia de Buenos Aires: Zárate, Campana,
Exaltación de la Cruz, Carmen de Areco, San Antonio de Areco, San Andrés de Giles y
Chacabuco. Estos partidos se encuentran formando una transecta con dirección NE-SO
siguiendo un gradiente urbano-rural creciente hacia el NE debido principalmente a la
cercanía con el Periurbano Bonaerense y la Capital Federal. Los partidos estudiados se
encuentran ubicados en la Llanura Pampeana, más específicamente en la Pampa
Ondulada, formada por un paisaje ondulado que descansa en un bloque cristalino
ligeramente levantado la pampa ondulada es uno de los espacios argentinos donde la
combinación de suelos –con dominancia de argiudoles-, la cantidad y forma de
distribución de las lluvias – entre 1000 y 800 mm- y un potente acuífero a unos 30 m de
profundidad en las crestas y lomadas divisorias de agua, lo convierte como un área apta
para la producción de granos (Morello y Solbrig 1997). Los suelos son jóvenes y se
encuentran entre los más fértiles del mundo, lo que se refleja en la buena calidad nutritiva
de las pasturas naturales y seminaturales. El clima es subtropical húmedo o templado
oceánico, con precipitaciones durante todo el año. Las temperaturas medias oscilan en
invierno entre 10 y 12 °C, y en verano entre 23 y 25 °C.
El espacio antrópico está compuesto por tierras en distintas etapas del calendario agrícola
según el cultivo de que se trate, y en distintos estados de deterioro, según los tipos de
suelo, la topografía y la historia de uso (Morello y Solbrig, 1997). En el área de estudio
domina un modelo de producción agrícola nacional sumamente concentrado en unos
pocos cultivos y ganado, que produce el 52,1% del valor de la cosecha agrícola nacional ;
24,6 % corresponde a la soja, 11.5 % trigo, 8,9 % girasol y 7 % maíz) (Morello y Matteucci
2001). A partir de la década del 70´ se adoptó un nuevo modelo de producción basado
principalmente en cambios tecnológicos, cuyos componentes principales fueron; la
agriculturización (aumento de la superficie cultivada con granos en relación a la destinada
a la producción de forrajes), la agricultura continua (que conduce a la eliminación del
ganado en rotación de cultivos y pasturas) y la sustitución de cultivos. Este modelo
produjo cambios novedosos: introducción de agricultura de alta inversión, obtención de
varias cosechas anuales, semillas de mayor potencial genético, pesticidas más poderosos,
equipos de labranza especializados, deterioro del suelo, etc. En los últimos años,
especialmente a partir de la década del 90´ se ha incrementado considerablemente la
superficie manejada con siembra directa (labranza cero), aproximadamente 13 millones de
ha para el año en curso, cuyas consecuencias son el incremento del rendimiento a partir
del séptimo año, pero desconocidas a largo plazo.
El ecosistema natural comprende pastizales, esto es, un sistema de constitución herbácea
con neto predominio de gramíneas (Poaceae) y especies graminiformes y con pocas
dicotiledóneas (Maceira 1983). Comprende aproximadamente unas 1000 especies de
plantas vasculares (Leon 1991, citado en Krapovickas 1998), en su mayoría nativas. De las
230 especies herbáceas presentes en el pastizal 190 son nativas y 40 introducidas. El
pastizal original ha sido descripto como “flechillar” debido a la dominancia del genero
Stipa, Piptochaetium y Aristida.

Marco Conceptual y de Aplicación


Para poder comprender y predecir los cambios del subsistema natural en relación al
agroproductivo y de este último al urbano, se debe aplicar un enfoque de ecología del
paisaje considerando el desarrollo y dinámica de la heterogeneidad espacial, las
interacciones e intercambios a través del paisaje heterogéneo, los efectos de la
heterogeneidad del paisaje sobre los procesos bióticos y abióticos, culminando con el
manejo de la heterogeneidad ambiental. La ecología del paisaje se ocupa de estudiar el
patrón del paisaje, las interacciones entre los parches en un mosaico de paisaje y la forma
en que tanto el patrón como las interacciones cambian en el tiempo. La ecología del paisaje
enfoca tres propiedades:
La estructura: es la organización espacial de los elementos que componen el paisaje. Es
sinónimo de patrón y de configuración del paisaje.
La función comprende el conjunto de interacciones entre los elementos del paisaje, que se
manifiesta en flujos de materia, energía e información (especies) entre ellos.
El cambio es el conjunto de modificaciones que sufren la estructura y función del mosaico
de ecosistemas.
La ecología del paisaje se fundamenta en la premisa de que el patrón del paisaje influye
fuertemente en los procesos ecológicos y socioeconómicos, y que estos modifican el
patrón. La identificación y cuantificación de la estructura pueda ayudar a comprender las
relaciones dialécticas entre la complejidad espacial y los procesos subyacentes.
La cuantificación de la estructura es un requisito para estudiar la función y el cambio. Por
esta razón se ha puesto mucho énfasis en el desarrollo de técnicas que permiten describir
en forma sintética, por medio de índices, la configuración del paisaje.
Paisaje es un conjunto de formas de tierra en una región. Algunos autores lo definen
como porción del territorio ocupado por una mezcla de ecosistemas locales o de usos de la
tierra que se repiten y constituye un elemento básico de una región. La región, a su vez,
esta formada por un conjunto de paisajes, no recurrentes, de alto contraste y grano grueso
(Forman 1995). En la practica, la delimitación del paisaje es arbitraria y depende de los
criterios usados para su identificación y de los objetivos para los cuales se delimita.
Existen dos tipos de cambios de patrón por intervención humana a tener en cuenta en el
área de estudio: 1) aquellos que se producen por conversión de ecosistemas naturales a
tierras agrícolas y 2) aquellos que se producen por conversión de tierras agrícolas en
urbanas.
En el caso de conversión de ecosistemas naturales a agrícolas el tipo de cambio de patrón
más importante es la fragmentación de los ecosistemas naturales. Este fenómeno se ha
convertido en un problema ambiental de proporciones mundiales. Las consecuencias
ecológicas provienen del hecho de que desaparecen parches grandes relativamente
homogéneos y aparecen parches pequeños de contenidos exóticos en una matriz del
ecosistema natural. En el caso de conversión de tierras agrícolas a usos urbanos-
periurbanos las consecuencias ambientales suelen ser: fragmentación de tierra
agroproductiva, diversificación de usos de la tierra, desarrollo de un sistema de tierras
urbano-periurbanas vacantes o de destino incierto, cubiertas con vegetación secundaria
seminatural o de exóticas, pérdida constante e irreversible de valiosas tierras agrícolas y
de producción ganadera, entre otros (Morello y Matteucci 2001)
Materiales y Métodos

Elaboración de los mapas

A partir de imágenes satelitales Lansat TM en color visible impresa correspondientes al


área de estudio se realizó una regionalización visual de los siete partidos a analizar. En los
casos de Campana y Zárate se analizó la porción que queda hacia el oeste del Río Paraná
dejando fuera del estudio las tierras pertenecientes al delta del Río de la Plata. Sobre la
base de toda la información previa obtenida y teniendo en cuenta los elementos de
interpretación visual (diseño; tono/color; textura, etc), se procedió a delimitar unidades
homogéneas sobre acetato para cada una de las imágenes satelitales, que constituyeron
diferentes clases o categorías. Los parámetros utilizados como factores discriminantes
fueron: color (matices), textura, forma, continuidad geográfica de la clase y factores
fisiográficos. En total de utilizaron 25 imágenes satelitales impresas y 25 cartas
topográficas del IGM en escala 1:50.000, salvo para el extremo oeste donde se utilizaron a
escala 1:100.000 (Tabla Anexo 1, Mapa 1). Se prepararon cuatro tipos de capas temáticas,
dos de ellas por digitalización (división política y cobertura ) y las restantes por
reclasificación (usos de la tierra y limitaciones) .El mapa político se obtuvo digitalizando
los límites de los partidos a partir de las hojas topográficas del IGM, con el objetivo de
poder determinar diferencias dentro de una misma clase para los distintos partidos. Para
la capa temática de cobertura se identificaron 12 categorías: pajonal, agua, bañados,
agrícola, inundable, desborde, urbano, rural, periurbano, anegadizo, misceláneo y
bosques.

Mapa con la ubicación de las cartas imágenes y topográficas analizadas.


Mapa político obtenido a partir de la digitalización de cartas topográficas del IGM.

Una vez obtenido los mapas de cobertura y políticos en acetato para cada imagen se
procedió a digitalizarlos utilizando una tableta digitalizadora con el programa “Carta
Links” Versión 1.1 (Clark Labs 1998) obteniendo así un mapa general para todo el área de
estudio. El mapa político de cada partido se utilizó como mascara sobre el mapa de
cobertura para obtener el mapa de cobertura de cada partido(Mapa 2). Esto se realizó con
el modulo “geoprocesing” del ArcView (ESRI 1996) con la función de intersección de
temas.

El mapa de Limitaciones se obtuvo a partir del mapa de cobertura de la tierra mediante


reclasificación de las categorías. El criterio seguido fue el agrupamiento de los parches de
acuerdo a las limitaciones para el crecimiento vegetal, en cuatro categorías: Tierras altas;
Tierras bajas; Impermeabilizado; Río. Las Tierras altas agrupan las clases de cobertura
Agrícola; Rural y Bosques, que son las de menores limitaciones y mayor cobertura vegetal.
Las Tierras Bajas presentan limitaciones por acumulación o erosión hídrica y agrupa las
categorías Bañados, Pajonales, Desborde, Anegadizo, Inundable. Las Tierras
Impermeabilizadas se encuentran convertidas irreversiblemente y tienen muy baja
cobertura vegetal; agrupan las categorías: Urbano, Periurbano y Miscelánea. Se incluye la
categoría de uso "Río" sólo para no introducir modificaciones en la extensión de los
mosaicos estudiados y facilitar las comparaciones. Se construyeron 8 capas de
limitaciones: una para cada Partido y una para el área de estudio (Mapa 3)

El Mapa de Usos divide el territorio en dos categorías: Natural y Antrópico. La categoría


de Uso "Natural" agrupa las clases de cobertura: Bañados, Desborde, Anegadizo,
Pajonales, Bosques, y Agua. El término "Natural" se entiende desde el punto de vista
funcional aplicado a las áreas en las cuáles el aporte de energía de combustible es muy
bajo o nulo al presente, aún cuando haya sido intervenida y modificada en el pasado. En el
caso de los bosques se ve claramente que no se trata de ecosistemas naturales, puesto que
la mayor parte de los parches boscosos han sido implantados o son neoecosistemas
originados en la actividad antrópica; sin embargo, ninguno de ellos es manejado en la
actualidad y funcionan como ecosistemas naturales en lo que se refiere a los flujos de
energía y ciclos biogeoquímicos. La categoría "Antrópico", por otro lado, incluye
ecosistemas seminaturales a artificiales cuyo funcionamiento se basa en el consumo de
energía combustible. Agrupan las clases de cobertura Agrícola, Rural, Periurbano, Urbano,
Inundable y Miscelánea. La clase Inundable se incluyó como Antrópico porque todavía se
pueden diferenciar las parcelas de cultivo y son tierras rescatables para la agricultura o
ganadería (Mapa 4).

Variables utilizadas
Se consideraron tres tipos de variables. Las variables ecológicas, representadas por los
índices de estructura del mosaico, fueron calculadas a partir de las capas temáticas
digitalizadas. Las variables sociales se obtuvieron de las bases de datos del INDEC. Las
variables de producción se calcularon a partir de las bases de datos del INDEC, la Bolsa de
Cereales y de la FAO.

Índices del paisaje


Los índices del paisaje son expresiones cuantitativas utilizadas para describir la estructura
o patrón de un espacio. Son variables derivadas que se calculan a partir de los datos del
mapa. Sintetizan la configuración del mosaico; esto es, la composición del mosaico en
cuanto a tipos de cobertura, formas y bordes de fragmentos, y disposición de los mismos
en el espacio.
Los mapas vectoriales de cada partido se transformaron a formato raster con el programa
ArcView 3.2 (ESRI 1996) con un tamaño de celda de 127,6 metros de lado. A partir de la
tabla de datos asociada a cada mapa raster se calcularon los índices de estructura del
paisaje para la transecta y para cada partido con el programa Fragstat (McGarical &
Marks. Versión 2.0 1994). Se calcularon los índices de estructura en tres niveles jerárquicos:
partido , categoría y fragmentos.

Definiciones de índices analizados


A nivel de paisaje el Índice de área total del paisaje (A) define la extensión total del
paisaje y es utilizado posteriormente en el cálculo de otros índices a nivel de clase. Se
calcula como el área total del paisaje (m2) dividido por 10.000 para expresarlo en hectáreas.
(McGarical y Marks 1994) ( Cuadro 3).
A nivel categoría interesa conocer la Cantidad de fragmentos (NP) de cada tipo (nj). A
nivel de mosaico interesa conocer en número total de fragmentos (N). Da una indicación
del grado de fragmentación, especialmente en una región que en su estado inicial era
relativamente homogénea en cuanto al tipo de hábitat o uso de la tierra. Cuanto mayor es
la cantidad de fragmentos, más fino es el grano del mosaico y la heterogeneidad se percibe
a escala espacial inferior (mayor detalle). (McGarical y Marks 1994; Matteucci et al. 2003).
La Densidad de los fragmentos (DF) tiene la misma utilidad indicadora que la cantidad
de fragmentos pero es un valor relativo que permite comparar territorios de tamaños
diferentes. Expresa el número de fragmentos por unidad de superficie y puede referirse al
mosaico o a la categoría. Un mosaico con mayor densidad de fragmentos es más
heterogéneo; una clase con mayor densidad de fragmentos esta más fragmentada
(McGarical y Marks 1994; Matteucci et al. 2003).
El Tamaño del fragmento (área) se define como su área, expresada en m2 o en hectáreas..
El tamaño del parche es probablemente la variable más útil en el estudio de un mosaico.
No sólo constituye la base de cálculo de otros índices, sino que por sí misma tiene
importancia en muchos procesos y estados ecológicos que dependen de la extensión del
ecosistema (McGarical y Marks 1994; Matteucci et al 2003).
En este trabajo la extensión de los partidos comparados es diferente; por esto se utilizó el
Índice de Porcentaje de Superficie (%SUP) ocupada por una clase de cobertura.
El Tamaño promedio de los fragmentos de un mosaico (TP) es la media aritmética de los
tamaños de todos los fragmentos del mosaico. La variable puede expresarse en m2 , km2 o
hectáreas (McGarical y Marks 1994; Matteucci et al. 2003).
El Coeficiente de variación del tamaño de fragmentos (CV) mide la variabilidad relativa
respecto de la media y se expresa como porcentaje. Se puede calcular tanto para el mosaico
como para la clase, como la desviación estándar del tamaño de los fragmentos del mosaico
o de la clase, respectivamente, multiplicado por 100. El coeficiente de variación es nulo
cuando todos los parches del paisaje son del mismo tamaño o cuando existe solo un
parche. (McGarical y Marks 1994; Matteucci et al. 2003).
El Índice de Fragmento Máximo (IFM) cuantifica el porcentaje de la superficie de una
clase o del área de estudio ocupada por el fragmento de mayor tamaño. Es un índice del
grado de fragmentación. Su valor varía entre 0 y 100; se aproxima a 0 cuando el parche
más grande es muy reducido y a 100 cuando la mayor parte del espacio está ocupado por
el parche más extenso. (McGarical & Marks 1994; Matteucci et al. 2003)
El Perímetro del fragmento (pi) se expresa en metros o en km y representa la cantidad de
borde del ecosistema. El borde es una zona ecotonal y su importancia estriba en que puede
funcionar como hábitat, corredor, filtro o barrera, según las características de los
organismos. La longitud y el ancho del borde, así como su configuración (grado de
sinuosidad) influyen en los flujos entre los fragmentos vecinos (Matteucci et al. 2003)
La cantidad de borde se puede calcular a nivel de clase de cobertura y de mosaico. A su
vez la cantidad de borde puede transformarse en una medida relativa expresándola por
unidad de superficie de terreno (densidad) para poder comparar mosaicos de distinta
extensión. La Densidad de borde (DB) al nivel de clase de cobertura es igual a la longitud
del borde de dicha clase expresada en metros dividida por el área total del mosaico
expresada en ha. (McGarical & Marks 1994; Matteucci et al. 2003)
Otro índice que describe el paisaje es el Índice de forma del paisaje (IFP) que cuantifica la
razón perímetro/área. Calcula la cantidad de borde presente en el paisaje y lo compara
con la cantidad que habría en un paisaje que ocupa la misma área con disposición
geométrica (cuadrado en formato raster) y sin bordes internos. El índice de Forma es igual
a la unidad cuando el paisaje consiste en un único parche de forma cuadrada (raster); IFP
aumenta a medida que la forma del paisaje se hace mas irregular y/o a medida que la
longitud de los bordes dentro del paisaje aumenta. (McGarical & Marks. 1994)
El Índice de forma promedio (PIF) puede aplicarse a nivel de mosaico completo y de la
clase de cobertura. El índice de forma promedio de una clase es la media aritmética de
todos los índices de forma (IF) de los fragmentos pertenecientes a esa clase. El índice de
forma promedio del mosaico es la media aritmética de los IF de todos los fragmentos que
conforman el mosaico. Varía entre 1 e infinito y es igual a la unidad cuando todos los
parches de una clase son cuadrados (raster), aumenta a medida que las formas de los
parches se hacen mas irregulares (McGarical y Marks 1994; Matteucci et al. 2003)
El Índice promedio de forma ponderado por el área (PIFAj) valora a todos los parches
por igual independientemente del tamaño de los mismos. El PIFA aumenta al aumentar la
irregularidad de los parches (McGarical y Marks 1994; Matteucci et al. 2003)
Otra forma de evaluar las relaciones perímetro superficie interior es mediante la
Dimensión fractal promedio ponderada por el área (DFPA) (Matteucci 1998). El concepto
de geometría fractal fue introducido por Maldelbort (1977), quien propuso un método de
cálculo que cuantifica el grado de complejidad de una forma plana mediante la dimensión
fractal DF. Un valor de la dimensión fractal mayor que 1 para un mosaico o clase
bidimensional indica una desviación en relación con la geometría euclidiana, esto es, un
incremento en la complejidad de las formas (McGarical y Marks 1994; Matteucci et al. 2003)
El Índice de Biodiversidad de Shannon (H´) es una variable compleja que consta de dos
componentes: la riqueza (cantidad de clases) y la equidad de la distribución de los
fragmentos en las clases. Se calcula como el valor negativo de la sumatoria del producto de
cada fracción del paisaje ocupado por un tipo de fragmento multiplicado por su logaritmo
en base 2. El Índice de equidad del paisaje (E´) de Shannon es una variable relativa que
expresa la relación entre H’ y su valor máximo; esto es E´ = H’ /H’ max. donde H´
representa el índice de diversidad de Shannon. Este valor varía entre 0 e infinito. Es 0
cuando el mosaico contiene un único fragmento e incrementa a medida que aumenta la
cantidad de tipos de fragmentos y la distribución de los fragmentos en las clases se hace
mas equitativa (McGarical y Marks 1994; Matteucci et al. 2003)
La Riqueza de tipos de parches (R) mide el número de tipos de parches presentes, no es
afectado por la abundancia relativa de cada tipo de parche o por el arreglo espacial de los
parches. Debido a que la riqueza no tiene en cuenta la abundancia relativa de cada tipo de
parche, los tipos raros y los tipos comunes de parches contribuyen igualmente en la
riqueza. De cualquier manera, la riqueza es importante en la estructura del paisaje debido
a que la variedad de elementos presentes en el paisaje puede tener influencia en diversos
procesos ecológicos (McGarical y Marks 1994; Matteucci et al. 2003). La riqueza varia en
función de la escala: áreas mas grandes presentan generalmente una mayor riqueza
porque presentan mayor heterogeneidad. Debido a esto la comparación entre áreas con
distintos tamaños puede ser problemática. La Densidad de riqueza de tipos de parches
(DR) estandariza la riqueza en función de la superficie, lo que facilita la comparación entre
espacios, áreas de estudio. Se calcula como el número de clases presentes dividido por el
área total multiplicado por 10.000 y por 100 para convertirlo en 100 hectáreas. (McGarical
y Marks 1994; Matteucci et al. 2003).
El Índice de Contagio (Contag) describe la fragmentación del paisaje, computando la
frecuencia de adyacencias entre pixeles de igual contenido. Para aquellos paisajes
formados por grandes parches poco fragmentados se observa un alto índice de contagio.
En cambio si el paisaje presenta gran cantidad de parches pequeños o parches muy
fragmentados el índice es muy bajo (McGarical y Marks 1994; Matteucci et al. 2003).
Cuadro 3: Índices de estructura en cada nivel jerárquico y sus unidades
Partidos/Clase
AT: superficie total (ha)
IFM: índice de fragmento máximo (%)
NP: número de parches (#)
DP: densidad de parches (# parches/100ha)
TP: tamaño medio de parches (ha)
CV: coeficiente de variación del tamaño de los fragmentos (%)
DB: densidad de bordes (m/ha)
IFP: índice de forma del paisaje
PIF: índice de forma promedio
PIFA: índice promedio de forma ponderado por el área
DFPA: dimensión fractal promedio ponderada por el área

Partidos
R: riqueza de parches (#)
DR: densidad de riqueza de parches (# clases/100ha)
E’ : índice de diversidad de Shannon
H’: índice de diversidad de Shannon
CONTAG: índice de contagio (%)

Clase
%SUP: porcentaje de superficie

Fragmentos
Superficie (ai) para i=1...N fragmentos
Perímetro (pi)
IF: índice de forma

Se calcularon inicialmente 79 índices de estructura del paisaje para:

• Mapa de cobertura de cada partido (7 mapas)


• Mapa del área de estudio ( 1 mapa)
• Mapa de usos por partidos (7 mapa)
• Mapa de usos del área de estudio (1 mapas )
• Mapa de limitaciones por partido (7 mapas )
• Mapa de limitaciones del área de estudio (1 mapa )

En todos los casos se calcularon:


• por mosaico (partidos)
• por categoría

Trabajos recientes demuestran que habitualmente muchos índices utilizados presentan


relaciones estrechas entre ellos y por lo tanto pueden considerarse como redundantes
(Riitters et al. 1995; Bolaños,F. 2002). Por ello, los 79 indices escogidos inicialmente fueron
sometidos a análisis de correlaciones. Posteriormente se realizó un análisis de clasificación
aglomerativa automática, generando su correspondiente diagrama de agrupamiento
(cluster). El método de agrupamiento de los datos crudos fue promedio ponderado
utilizando distancia euclidiana y el nivel de corte fue de 0,1. Mediante dicho dendrograma
se seleccionaron 37 índices de acuerdo con el siguiente criterio: de cada grupo de índices
con distancia < 0,1 solo se selecciona uno de los índices a excepción de algunos que si bien
correlacionados puedan brindar información valiosa para conocer el estado de usos del
suelo y el comportamiento de las diferentes categorías en área de estudio.

Variables sociales
Las variables utilizadas en este trabajo fueron extraídas del Censo de Población y Vivienda
del año 1991 y del Anuario de Estadística bonaerense del año 1999. Se analizaron en un
comienzo 50 variables de población y educación. Al igual que en el caso de los índices de
paisaje se realizó análisis de correlación para eliminar las variables redundantes.
Quedaron seleccionadas las siguientes 13 variables: DPOB (Densidad poblacional:
cantidad de habitantes por kilómetro cuadrado ); DPR ( densidad población rural); TASA
DE CRECIMIENTO MEDIO ANUAL (TIMAR) y (TIMAU) (Expresa el ritmo de crecimiento
de una población (rural o urbana), es decir cuánto aumenta o disminuye en promedio
anualmente por cada mil habitantes, durante un determinado período. Es la suma
algebraica de la tasa de crecimiento natural y la tasa de crecimiento migratorio
correspondientes a un determinado período. En nuestro caso se refiere al período 1980-
1991); %URB (Porcentaje de la población de un territorio radicada en las zonas urbanas);
VIVDEF (viviendas deficitarias (%)=casaB +rancho +no apta +móvil); %NBI (Se consideran
hogares con NBI aquellos en los cuales está presente al menos uno de los siguientes
indicadores de privación: Hogares que habitan viviendas con más de 3 personas por
cuarto (hacinamiento crítico) Hogares que habitan en una vivienda de tipo inconveniente
(pieza de inquilinato, vivienda precaria u otro tipo) Hogares que habitan en viviendas que
no tienen retrete o tienen retrete sin descarga de agua Hogares que tienen algún niño en
edad escolar que no asiste a la escuela Hogares que tienen 4 ó más personas por miembro
ocupado y en los cuales el jefe tiene bajo nivel de educación (sólo asistió dos años o menos
al nivel primario); %ANALF (porcentaje de analfabetismo); VEJEZ (índice de vejez :
Porcentaje de la población de 65 años o más); VIV-AGUA (Porcentaje de viviendas sin agua
por red pública); VIV-CLOACA (Porcentaje viviendas sin cloaca); DEPEND (índice de
dependencia potencial. Proporción de población potencialmente no económicamente
activa con respecto al total de la población potencialmente activa, expresa el número de
personas inactivas que sostiene cada individuo en edad activa); DMAT (cantidad de
individuos matriculados en los tres niveles de educación por km2.)

Variables económicas
Métodos de cálculo
El valor de la producción en dólares en cada partido se obtuvo multiplicando el total de la
producción por el precio unitario del producto exportado. Esto es una aproximación
puesto que no todos los productos agrícolas se exportan, ni todos se venden sin procesar.
Éste cálculo se hizo para los principales productos de la zona de estudio y los precios se
obtuvieron de diversas fuentes según la disponibilidad.
Los cálculos de producción agrícola se hicieron para las campañas 95/96; 96/97 y 97/98 y
para existencia de ganado bovino entre 1995 y 1998, por estar disponibles en el INDEC
(1999), y concordar con la fecha de las imágenes satelitales. Se promediaron los valores de
las tres campañas agrícolas y de los 4 años de datos de ganadería para obtener un
promedio anual de producción y de rendimiento(producción / sup.total). Se obtuvo el
precio promedio anual de los productos para el mismo período. Los resultados se
expresaron en dólares, suponiendo valor de exportación. Se usó como indicador de la
productividad del partido la cantidad de dólares por habitante, que se denominó Indice de
Productividad primaria IPP esto es, una medida de la capacidad del partido de sustentar a
su propia población.

Relación entre índices del paisaje , variables sociales y variables económicas


Esta situación de la capacidad de producción agropecuaria debería reflejarse tanto en los
indicadores sociales como en los índices ecológicos (estructura del paisaje). Para
comprobar esta hipótesis se realizó un análisis de correlación. Dado que no cumplen con
los supuestos de las pruebas paramétricas (normalidad), fue necesario emplear una
prueba no paramétrica para poner a prueba la existencia de asociaciones entre variables.
Se utilizó la prueba de rangos de Spearman. Los datos satisfacen los requisitos de esta
prueba no paramétrica: existe una relación lineal entre las variables, lo cual se comprobó
con gráficos de dispersión; los datos son independientes entre sí y se pueden ordenar en
una escala ordinal; la observaciones pareadas son 7, que es el límite inferior para la
aplicación de la prueba. Se compararon 34 índices de estructura del paisaje con 13 variable
sociales y con 3 variables económicas y 13 variable sociales con 3 variables económicas de
los cual resultaron 582 pruebas de correlación.
Resultados
Descripción y análisis del área de estudio

Mapa 3: Mapa de cobertura para el área de estudio

Se identificaron y digitalizaron 908 polígonos en toda el área de estudio. Cabe destacar que
debido la diferencia de resolución entre el mapa vectorial (1 ha) y el mapa raster (1.6 ha)
unos pocos polígonos menores de 1.6 ha se perdieron al transformar el mapa vectorial a
raster. El partido más afectado fue Carmen de Areco, donde se perdieron 5 polígonos.
El área de estudio se encuentra dominada por una matriz agrícola o agrícola-ganadera
ocupando aproximadamente el 60% del área total estudiada y que en cada partido ocupa
más del 48% de la superficie (Tabla 3). La matriz agrícola es internamente heterogénea, ya
que está conformada por parcelas de forma homogenea y de tamaño medio y grande, pero
heterogéneas en cuanto al color, dependiendo del estado fenológico del cultivo.
La categoría Inundable ocupa un porcentaje del 22% de la superficie de la transecta, pero
esta categoría se concentra en tres partidos principalmente: San Andrés de Giles (25%),
Carmen de Areco (30%) y Chacabuco (40.33%). La categoría desbordes ocupa el 9% de la
superficie total, estando presente en todos los partidos con el máximo ocupado en
Carmen de Areco (Tabla 3).
Las zonas periurbanas ocupan el 3% aproximadamente y alcanzan un alto porcentaje en
Chacabuco con un 6%, en este partido la categoría se encuentra agrupada formando un
parche de gran tamaño. Las zonas urbanas representan un mayor porcentaje en Campana
(5%)y Zárate.
Los ecosistemas naturales, (Pajonal, Bañados, Bosques y Anegadizo) ocupan el 2.4%. En
Campana esta categoría ocupa el 21,29% con un alto porcentaje de terreno ocupado por
pajonales.

Tabla 3. Porcentaje de cada categoría en relación a la superficie total del partido.


SanAntonio de San Andres Exaltación de Carmen de
Categoría Transecta Zárate Areco de Giles la Cruz Chacabuco Areco Campana
Agricola 59,10 77,58 86,36 64,20 81,22 43,70 45,18 48,72
Agua 1,09 3,04 0,22 0,35 0,10 1,60 0,33 3,03
Anegadizo 1,82 0,00 1,05 2,86 0,00 0,88 5,47 1,85
Bañados 0,45 0,19 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 7,90
Bosques 0,30 0,38 0,89 0,18 0,15 0,10 0,52 0,00
Desborde 9,17 15,14 9,11 4,77 10,79 4,27 18,00 15,48
Inundable 21,87 0,00 0,00 24,32 0,00 40,33 29,24 2,54
Misceláneo 0,09 0,17 0,00 0,19 0,40 0,01 0,00 0,07
Pajonal 1,64 0,00 0,06 0,05 0,00 2,67 0,01 13,39
Periurbano 2,65 0,81 1,62 0,35 2,17 5,96 0,32 1,77
Rural 0,69 0,07 0,01 2,17 2,27 0,00 0,80 0,00
Urbano 1,13 2,63 0,68 0,57 2,91 0,47 0,12 5,26
Ecosist. Nat 2,39 0,57 0,95 0,22 0,15 2,77 0,53 21,29

El índice de fragmento máximo (IFM), presenta el mayor valor en San Antonio de Areco
(Tabla 4) indicando que el 86 % de la superficie del partido forma un solo parche que
correspondería a la categoría agrícola. Este valor se observa también a través de los valores
obtenidos de la capa temática Limitaciones donde las Tierras altas presentan un
porcentaje de superficie ocupado del 87% (Tabla 5). El índice de contagio (CONTAG)
confirma los valores anteriores, ya que alcanza el valor más alto en este partido indicando
que el paisaje esta compuesto por grandes parches poco fragmentados (Tabla 4). San
Antonio de Areco presenta su matriz interrumpida casi exclusivamente por zonas de
desborde y lagunas temporarias, encontrándose las zonas urbanas y periurbanas cercanas
entre sí.
Zárate presenta una matriz agrícola-ganadera bordeada en casi todo su contorno por
zonas de desborde e interrumpida por unas pocas zonas urbanas y periurbanas. El valor
de IFM es también alto para Zárate, (Tabla 4) donde el mayor porcentaje de la superficie
del partido se encuentra ocupado por la categoría tierras agrícolas (TA). Este valor se
confirma a través de la capa temática Limitaciones donde el porcentaje de superficie
ocupado por la esta categoría es de 77% (Tabla 5, Mapa 3).
Carmen de Areco presenta una superficie importante ocupada por zonas de desborde que
se ramifican por todo el partido y que se encuentran a su vez rodeadas por zonas
anegadizas. Las zonas ágricolo-.ganaderas están fragmentadas. Se observa además que
una superficie importante presenta tierras con características inundables. Lo mismo
sucede en San Andrés de Giles; aquí, las zonas urbanas y periurbanas están concentradas
formando parches de mayor tamaño (Mapa 2). El IFM alcanza el valor mínimo en Carmen
de Areco (Tabla 4), indicando que el parche de mayor tamaño ocupa sólo el 28 % de la
superficie del partido. Esto se confirma con el tamaño promedio de los fragmentos que es
menor para San Andrés de Giles y Carmen de Areco, sugiriendo una mayor
fragmentación del espacio. Estos dos partidos presentan un comportamiento similar en
otros índices: la densidad de parches (DP), alcanza en ellos su valor más altos (Tabla 4).
Esto se debe principalmente a que en ambos partidos se observa la existencia de gran
cantidad de lagunas temporarias (Mapa 2)
La diversidad es mayor en Campana, (Tabla 4), con una mayor densidad de riqueza de
parches , y una alta equidad, lo que indicaría que la distribución de fragmentos en las
clases es equitativa. Se observan zonas de pajonales y bañados especialmente hacia el este.
El área urbana es amplia y en las zonas agrícolas se observan perforaciones que
corresponden a la categoría de periurbano (Mapa 2). Los demás partidos muestran una
riqueza variable pero una equidad menor, especialmente en San Antonio de Areco, lo que
indica que el paisaje está dominado por unas pocas categorías.
Con respecto a los valores del índice de forma del mosaico (IFP), que da idea de la
irregularidad de los parches, se observan los máximos valores en Carmen de Areco ,
Chacabuco y San Andrés de Giles (Tabla 4). Como se mencionó anteriormente, estos tres
partidos presentan características inundables (Mapa 5) y si bien los tres presentan gran
cantidad de lagunas, las de Chacabuco son de mayor tamaño y permanentes mientras que
las otras son más pequeñas y temporarias. Las zonas urbanas y periurbanas en Chacabuco
se encuentran concentradas formando un gran parche ubicado en el centro del partido
(Mapa 2)
El partido de Exaltación de la Cruz presenta una gran cantidad de perforaciones que
corresponden a áreas urbanas y periurbanas. Se observan también dos grandes zonas de
desborde, una hacia el límite con San Antonio de Areco y otra que divide al partido más
hacia el sur, justo en el centro (Mapa 2). Con respecto a los índices del paisaje no presenta
diferencias marcadas con los demás partidos, sino que toma valores intermedios.

Tabla 4: Índices del paisaje a nivel del partidos


índice Carmen de Exaltación de San Andrés San Antonio
paisaje Campana Areco Chacabuco la Cruz de Giles Zárate de Areco Transecta
AT (ha) 37692,27 104230,94 224937,39 63479,32 110051,67 55649,43 84858,90 680943,89
IFM (%) 30,52 28,20 39,62 49,19 58,52 75,33 85,62 36,41
NP (#) 48 186 271 74 221 56 105 871
DP (#/100ha) 0,13 0,18 0,12 0,12 0,20 0,10 0,12 0,13
TP (ha) 785,26 560,38 830,03 857,83 497,97 993,74 808,18 781,80
CV (%) 259,76 484,54 917,38 495,03 940,36 560,25 872,87 1257,55
DB (m/ha) 9,58 9,88 6,35 7,93 7,45 6,45 7,00 7,54
IFP 6,44 9,57 9,49 6,80 7,83 5,43 6,86 18,00
PIF 1,89 1,50 1,58 1,74 1,45 1,68 1,79 1,56
PIFA 3,28 4,52 5,41 4,51 5,12 3,64 5,57 7,56
DFPA 1,13 1,15 1,16 1,15 1,16 1,13 1,17 1,19
H’ 0,71 0,68 0,64 0,33 0,53 0,37 0,25 0,59
R (#) 10 10 10 8 11 9 9 12
DR (#/100ha) 0,03 0,01 0,00 0,01 0,01 0,02 0,01 0,00
E’ 0,70 0,57 0,55 0,35 0,44 0,35 0,25 0,52
CONTAG(%) 58,47 65,30 67,93 77,25 73,27 78,09 82,94 69,25
Referencias en Cuadro 3
En la capa temática de Limitaciones (Mapa 4) se observa que la categoría predominante es
Tierras altas (agrícola, rural y bosques). Esta categoría aparece interrumpida por
perforaciones correspondientes a Tierras impermeabilizadas. La matriz también se
encuentra interrumpida por zonas de Tierras bajas, con formas irregulares y diseño
dendrítico que adquieren mayor importancia en Chacabuco, donde forman un gran
parche de 8790 Km2. Las Tierras altas cubren casi el 90% de la superficie de San Antonio
de Areco y el 83% en San Andrés de Giles (Tabla 5). Ambos partidos difieren en la
densidad de parches de Tierras altas (0,04 y 0,02 frg/100ha respectivamente) lo que
indicaría que en San Andrés de Giles la matriz agrícola estaría menos fragmentada. (Tabla
5). En los siete partidos los fragmentos de mayor tamaño promedio (TP), pertenecen a esta
categoría. En Zárate de 10.600 ha esta categoría está muy poco fragmentada, ya que el 87%
de su superficie se encuentra en un solo parche (Tabla 5). Chacabuco presenta un tamaño
promedio de parche de tierras altas aún mayor que el de Zárate, (12.300 ha.) aunque la
categoría se encuentra más fragmentada y el parche de mayor tamaño sólo contiene 40%
de la superficie de la categoría (Tabla 5). De manera inversa sucede en San Antonio de
Areco, donde los fragmentos alcanzan un tamaño promedio menor pero la categoría se
encuentra menos fragmentada y el 75% de la superficie de la categoría se encuentra en
único parche.
La categoría que ocupa el segundo lugar en orden de porcentaje de territorio total ocupado
es el de Tierras impermeabilizadas. El mayor porcentaje de Tierras impermeabilizadas lo
presentan Campana y Chacabuco (Tabla 5). Las zonas urbanas están compuestas por
pequeños poblados y cabeceras de partidos, internamente homogéneos, con presencia de
amanzanado. Difieren entre sí básicamente en la extensión que ocupan, dependiendo de la
importancia del centro urbano. .Las zonas periurbanas no difieren mucho de las áreas
rurales y se encuentran en la cercanía a un centro urbano, mientras que la zona rural se
encuentra más alejada de éste. Así el periurbano resulta ser un ecotono entre el sistema
agrícola y el sistema urbano. La categoría Tierras impermeabilizadas, se encuentra
altamente fragmentada en Carmen de Areco, y aparece más conectada en Chacabuco,
donde además presenta el mayor tamaño promedio de fragmento (Tabla 5).
Mapa 4: Mapa de Limitaciones para el área de estudio

Tabla 5: Índices del paisaje por categorías de limitaciones para cada partido
índices/
categoría Campana Carmen Chacabuco Exaltación San Andrés Zárate San Antonio Transecta
AT (ha) 18357,6 48500,1 98457,4 53073,6 73178,3 43377,8 74016,8 408965,2
AT TI 2691,37 455,89 14528,21 3489,18 1219,50 2005,91 1955,44 26342,26
%SUP TA 48,70 46,53 43,77 83,61 66,49 77,95 87,22 60,11
% SUP TI 7,14 0,44 6,46 5,50 1,11 3,60 2,30 3,87
NP TA (#) 4 40 8 12 19 7 20 713
NP TI 13 2 5 14 13 5 8 726
DP TA (#/100
ha) 0,01 0,04 0,00 0,02 0,02 0,01 0,04 0,10
DP TI 0,03 0,00 0,00 0,02 0,01 0,01 0,01 0,11
IFM TA (%) 30,52 12,93 39,67 51,99 60,78 86,52 75,70 5,93
IFM TI 4,69 0,39 6,17 2,45 0,74 1,20 2,16 0,82
TP TA (ha) 4589,42 1212,50 12307,18 4422,80 3851,49 10573,8 2168,89 573,58
TP TI 207,03 227,94 2905,64 249,23 93,81 391,09 250,74 36,28
CV TA (%) 103,49 251,85 236,71 230,93 386,82 242,65 422,78 647,16
CV TI 219,82 76,43 188,99 164,50 226,08 107,04 145,54 791,85
TA: tierras altas, TI: tierras impermeabilizadas, BO: bosques. Referencias en Cuadro 3.

A partir del mapa de cobertura se analizó la situación de la categoría Bosques. Es la que


menor porcentaje del área de estudio ocupa (0,3%) con una superficie total de 2017.31 ha
(Tabla 6). Los bosques se encuentran dispersos en toda la transecta, formando pequeños
fragmentos. Se encuentran principalmente como relictos de plantaciones y como montes
implantados en estancias. También en las orillas de las zonas de desborde se observan
bosque ribereños que acompañan el curso de agua. La densidad de parches de bosque es
mayor en Carmen de Areco (0,04 frg/ha) seguido de San Antonio de Areco (0,03 frg/ha).
La categoría de bosques resulta la más fragmentada conteniendo además, los fragmentos
más pequeños (Tabla 6). La mayor fragmentación se registra en Chacabuco pero allí
también se registran los mayores tamaños promedios de parches, (74 ha) (Tabla 6). De
acuerdo al valor de IFM, la categoría aparece menos fragmentada en San Antonio de
Areco.

Tabla 6. Índices obtenidos para la categoría bosques para cada partido a partir del mapa
de cobertura.
índices/ Campana Carmen Chacabuco Exaltación San Andrés Zárate San Antonio Transecta
AT BO 0 566,61 221,43 110,72 187,24 203,52 771,76 2017,31
%SUP BO 0 0,54 0,1 0,17 0,17 0,37 0,91 0,3
NP BO 0 39 3 7 17 6 24 84
DP BO 0 0,04 0 0,01 0,02 0,01 0,03 0,01
IFM BO 0 0,1 0,04 0,05 0,05 0,21 0,24 0,03
TP BO 0 14,53 73,81 15,82 11,01 33,92 32,16 24,02
CV BO 0 132,97 39,68 66,88 126,71 114,98 152,87 152,07
Referencias en Cuadro 3.

A partir de la capa tematica “Uso” (Mapa 5) surge que la matriz es antrópica (formada
como se mencionó anteriormente por el agroecosistema). Las zonas naturales
correspondientes a zonas de desborde y zonas aledañas conforman largas extensiones que
llegan a atravesar varios partidos, aunque la mayoría de los parches se encuentran
aislados inmersos en la matriz y sin conexión entre ellos.
De los 908 parches delimitados en el área de estudio, 80% contienen ecosistemas naturales
o seminaturales, correspondiendo a sólo 15% de la superficie (Tabla 7). Esto demuestra
que los parches naturales son mucho más pequeños que los antrópicos (Mapa de Uso). Al
expresar el Indice de parche máximo como la relación porcentual entre el natural y el
antrópico, se ve que el parche natural de mayor tamaño tiene una extensión de apenas el
10% del parche antrópico de mayor tamaño. Esta relación entre parches antrópicos y
naturales se repite en la mayoría de los Partidos analizados (Tabla N°7), excepto en
Campana y Zárate, donde la distribución de parches naturales y antrópicos es
relativamente pareja, y en Exaltación de la Cruz, donde la proporción de parches
antrópicos es más alta que la de parches naturales. Sólo en Campana la distribución de las
categorías antrópico y natural es pareja, así como también los valores de la extensión del
parche de mayor tamaño.
Tabla 7: Relaciones entre las categorías Antrópico y Natural sobre la base de indices de paisaje
Cantidad de parches (%) Superficie total (%) Parche Máximo (%)
Mosaico Antrópico Natural Antrópico Natural Nat/Ant
Área de Estudio 20,48 79,52 85,50 14,50 9,56
Campana 43,59 56,41 58,37 41,63 43,36
Zárate 50,00 50,00 81,25 18,75 11,38
San Antonio de Areco 22,09 77,91 88,67 11,33 4,60
San Andrés de Giles 14,62 85,38 91,79 8,21 3,18
Exaltación de la Cruz 67,69 32,31 88,73 11,27 12,93
Chacabuco 7,42 92,58 90,48 9,52 3,67
Carmen de Areco 19,90 80,10 75,67 24,33 28,85

Mapa 5: Mapa de Usos para el área de estudio.

Análisis de las variables sociales por partido


Zárate y Campana son los partidos con mayor densidad poblacional (DPOB) y albergan
entre ambos aproximadamente el 50% de la población total del área de estudio (%POB).
También se registran en estos partidos los niveles más altos de porcentaje de urbanización
(%URB), porcentaje de la población con necesidades básicas insatisfechas (%NBI) y
densidad de matriculados (DMAT). Las mayores tasas de incremento del área urbana
(TIMAU) se presentan en Campana y en Exaltación de la Cruz. El mayor porcentaje de
población rural (%POBRU) en el área de estudio se concentra en Chacabuco, y el menor en
Campana.
Producción agropecuaria
Existen grandes diferencias entre los siete partidos en cuanto a los niveles de producción
total y a la distribución de los bienes entre los habitantes (Tabla N°9). Zárate y Campana
son los partidos con menos recursos primarios; si bien tienen producción agrícola, carecen
de ingresos por producción ganadera. Zárate está en tercer lugar en producción agrícola,
pero está en primer lugar en cantidad de habitantes (Tabla N°9), por lo cual los ingresos
por habitante son bajos. Los bajos ingresos agrícolas de Exaltación de la Cruz son
compensados con producción ganadera y debido a la baja cantidad de habitantes (Tabla
N°9) su producción per cápita es alta.

Tabla 9: Productividad de los partidos e índice de productividad primaria (IPP) por habitante
Cantidad de ProdVeg (U$/año) Prod Animal (U$/año) IPP
Partido
habitantes PPV PPA U$/habi-tante
Campana 71464 3691.87 0.00 0.05
Carmen de Areco 12581 23500.29 18696377.45 1487.95
Chacabuco 43650 94172.66 32038891.84 736.15
Exaltación de la Cruz 17072 6582.42 14157214.54 829.65
San Andrés de Giles 18302 31339.26 15837729.19 867.07
Zárate 91600 12759.55 0.00 0.14
San Antonio de Areco 18848 30788.35 9158439.74 487.54

Chacabuco es el partido con mayor producción primaria, tanto vegetal como animal, pero
por tener una cantidad de población muy alta, el índice de productividad es bajo. Carmen
de Areco es el partido con mayor índice de productividad aunque su nivel de producción
primaria es inferior al de Chacabuco (Figura N° 6). Los partidos con zonas inundables
como Carmen de Areco, Chacabuco y San Andrés de Giles presentan los mayores valores
en cabezas de ganado totales y los partidos con mayor porcentaje de urbanización no
realizan ganaderia.

Figura 6: Gráficos de producción y productividad para cada partido

Producción (dólares/año) y productividad (dólares/habitante)


2.5
Producción y Productividad (valores estandarizados)

2.0

1.5

1.0

0.5

0.0

-0.5

-1.0
PVEG
PANI
-1.5
Campana Carmen Chacabuco Exaltacion GIles Zarate SanAntonio
IPRO Producción vegetal (U$/año)
Producción animal (U$/año)
PARTIDOS
Productividad (U$/habitante)
Los partidos forman un gradiente de capacidad de producción primaria, medida con el
índice de productividad primaria, de modo que el que está en peores condiciones es
Campana y en orden creciente de productividad están Zárate, San Antonio de Areco,
Chacabuco, Exaltación de la Cruz, San Andrés de Giles y Carmen de Areco. La distancia
entre los dos primeros (Campana y Zárate) y el tercero (San Antonio de Areco) es muy
notable (Figura 7); esto se debe a la ausencia de producción ganadera en los dos primeros.
Entre el sexto (San Andrés de Giles) y el séptimo (Carmen de Areco) tambien la distancia
es importante, pero en este caso se debe al bajo número de habitantes presentes en este
partido. Si bien Zárate y Campana presentan bajos valores del índice de productividad,
éste es sólo para la zona estudiada (Eco-region Pampeana). En la zona de Delta, que no fue
analizada por conformar otra eco-region, la actividad forestal ha adquirido gran
importancia. Se encuentran plantaciones de Populus spp, Salix spp y Eucalyptus spp. No
dispongo de datos de producción forestal por partido para el Delta; por eso se hace un
cálculo muy optimista. La extensión aproximada del delta es 17500 km2. La parte deltaica
de Campana tiene 605 km2 y la de Zárate, 646, que representan el 3,5 y 3,7% del delta
respectivamente. Suponiendo que la distribución de las plantaciones es proporcional en
cada partido y que el rendimiento es homogéneo (ambos supuestos son aproximaciones
groseras), a Campana le corresponderían 15.000 dólares y a Zárate, 16.000 dólares. En el
caso de Campana, cuyos ingresos anuales son casi 3700 dólares, el ingreso se cuadriplica
con la producción forestal; en el caso de Zárate, se duplica. El cálculo es optimista porque
según se percibe en la imagen satelital, los lotes sembrados parecen ser muy pocos y la
extensión mucho menor que en otros partidos del Delta.
Para el Delta Bonaerense en su conjunto, la forestación para los años 95/98 fue en
promedio de 873 km2, representó un monto de $ 427.100 para ese período (Dirección de
Forestación, 1998).

Figura 7: Gradiente de Indice de Productividad en el área de estudio. Los valores del


Indice de productividad están estandarizados. La línea roja es la regresión lineal.

INDICE DE PRODUCTIVIDAD (U$/habitante)


y=-1.778+0.444*x+eps
2.2

1.6
IPRO (Valores estandarizados)

1.0

0.4

-0.2

-0.8

-1.4
Campana Zarate SanAntonio Chacabuco Exaltacion GIles Carmen

PARTIDOS
Relación entre las variables sociales, económicas e índices del paisaje
De las 582 pruebas de asociación entre variables sociales, económicas e índices del paisaje
(Vease Materiales y Métodos) sólo 61 mostraron diferencias significativas con un p<0,05, y
37 con 0,05<p<0,1. Otra condición impuesta para incorporar el par de variables
correlacionadas al análisis fue que los valores de cada una variaran de manera
relativamente uniforme en el intervalo de variación de la otra, lo cual se verificaba con un
gráfico de dispersión para cada uno de los pares.
Sólo algunas de las asociaciones pueden explicarse; mientras que la mayoría o bien son
casuales o surgen por efecto de algún factor o conjunto de factores no incluidos en los
cálculos. El hecho de que exista una correlación significativa entre un par de variables no
implica que exista una relación causa-efecto entre las mismas; la correlación indica que
hay covariación entre ellas, pero ésta puede deberse a la asociación de las variables
correlacionadas con una tercera variable simple o derivada no contemplada en el estudio.
Por ello, y dado que esta investigación es exploratoria, el análisis que sigue tiene valor sólo
como hipótesis a ser validadas con datos independientes; es decir, obtenidos en otras
investigaciones del mismo universo.
Se observa que ocho de las 13 variables sociales se asocian con las económicas. Existe una
tendencia al incremento de la producción primaria animal (PPA) y del índice de
producción primaria (IPP) al disminuir la densidad de población (DPOB) , que es
indicador del grado de ocupación del territorio. Esto podría atribuirse a que una mayor
densidad de población, implica un incremento de la proporción de parches rurales,
periurbanos y urbanos, en detrimento de la extensión y calidad de las tierras agrícolas.
Esto se verifica a nivel del mosaico (del partido) por la relación inversa entre el índice de
forma del mosaico (IFP) y la densidad de población; cuanto mayor es ésta (DPOB), más
regular es la estructura del mosaico, o menos bordes hay, ya que la regularidad en la
estructura es atributo de los paisajes humanizados, en los cuales los bordes rectos reducen
la relación borde/superficie. También existe una correlación positiva entre el índice de
forma (IFP) y las 3 variables económicas PPV; PPA e IPP; es decir, a mayor complejidad
de la forma mayores son la productividad primaria vegetal, la animal y el índice de
productividad primaria. Cabe recordar que este índice de forma se refiere al conjunto de
parches independientemente de su tipo de cobertura. Los parches más irregulares, que
producen mayor cantidad de borde, son los de "Desborde", en los que se concentra la
actividad ganadera en los partidos en que hay agricultura, lo que explicaría la relación
positiva entre IFP y PPV. Por otro lado, la presencia de bordes irregulares se asocia a bajo
grado de ocupación urbana y periurbana y por lo tanto, cabe esperar que exista una
tendencia paralela entre IFP y PPV. Dado que IPP se calcula a partir de PPV y PPA, cabe
esperar la respuesta positiva de IPP con IF.
Otros índices de forma, como el índice de forma promedio de los parches (PIF), el índice
de forma promedio ponderado por la superficie del parche (PIFA) y la dimensión fractal
promedio ponderada por la superficie del parche (DFPA), se correlacionan
significativamente con los indicadores económicos. La correlación negativa de PIF con la
producción primaria animal (PPA) y con el índice de productividad primaria (IPP)
muestran que la tendencia es a la reducción de la capacidad productiva con el incremento
de la complejidad de las formas de los parches. Este índice de forma no resulta útil para
las comparaciones porque representa un valor promedio general y, como ocurre en
nuestra área de estudio, el incremento de PIF se produce por la presencia de pocos parches
grandes con valores muy altos de índice de forma y muchos parches pequeños regulares.
Los valores ponderados por el área muestran este efecto; los valores promedios de los
índices se incrementan al ponderar por la superficie del parche, lo cual indica que al
incrementarse el área del parche se incrementa la complejidad de la forma; dicho de otra
manera, los parches pequeños son más regulares que los grandes. Esto se comprobó
analizando la regresión entre los valores de índice de forma del parche y su tamaño para el
conjunto de los parches del área de estudio. Esto indica que aquellos partidos que tienen
PIFA y DFPA altos tienen parches grandes muy irregulares, lo que corresponde a los
partidos de vocación agropecuaria. La relación inversa, (valores bajos de PIFA y DFPA
implican la presencia de parches pequeños regulares) indican partidos urbanizados. Esto
explica las correlaciones positivas entre el PIFA y el DFPA con la producción primaria
vegetal (PPV). Otro indicador del grado de ocupación humana es la cantidad de parches
boscosos, que se correlaciona positivamente con IPP. En el mapa de cobertura (Mapa 2)
puede observarse que los partidos menos urbanizados contienen mayor cantidad de
parches de bosque.
La DPOB se asocia positivamente con la densidad de riqueza de parches (DR). En un
territorio homogéneo en cuanto a su cobertura, como es el caso del pastizal pampeano o el
de las tierras agrícolas a la escala de este estudio, un incremento de la densidad de riqueza
de parches significa un incremento de la heterogeneidad de coberturas y por lo tanto la
fragmentación de la matriz original, cosa que se produce con la ocupación y conversión
del suelo. La DR también se asocia al porcentaje de urbanización (%URB). Se ha
comprobado que uno de los efectos más notables en todo proceso de urbanización es el
fenómeno de la huella del paisaje, o conjunto de improntas que genera el crecimiento de la
ciudad en su entorno (Morello et al. 2000). En el borde del amanzanado se produce la
fragmentación de la matriz agropecuaria y aparece una gran diversidad de contenidos en
los fragmentos: hasta el presente hay 26 tipos diferentes de cobertura (Matteucci et al,
1999). La correlación negativa entre la densidad de riqueza de parches (DR) y la
producción primaria vegetal (PPV) se corresponde con el efecto de la conversión de las
tierras agropecuarias a usos más intensos y puntuales como los urbanos y periurbanos. Se
descarta el efecto de la conversión a tierras rurales porque la correlación entre el
porcentaje de urbanización y el porcentaje de la superficie del partido ocupado por
parches rurales es negativa; es decir, la tendencia es a un incremento de la última con una
disminución del %URB.
Sin embargo, la densidad de población se asocia negativamente con la densidad de
parches (DP); esto es, la cantidad de parches por unidad de superficie tiende a disminuir
con el incremento de la densidad de población. Esto aparece como una contradicción, pero
en realidad no lo es ya que, dada la etapa de conversión de usos de la tierra, podría
pensarse que tiene lugar un proceso de aglutinación de parches antrópicos vecinos que
han ido creciendo. Una mayor variedad de tipos de cobertura por unidad de superficie no
implica necesariamente un mayor número de parches.
Otros índices de la estructura que indican el grado de ocupación urbana y periurbana son
el porcentaje de la superficie del partido ocupado por tierras impermeabilizadas (TI%), y
la densidad de parches de dicha categoría (DP-TI). El primero (TI%) se correlaciona
negativamente con el índice de productividad primaria (IPP). La asociación podría ser
inversa, porque la IPP depende de la proporción de tierras agropecuarias en producción y
este valor disminuye al incrementar la impermeabilización por urbanización. También
podría deberse simplemente al efecto de incremento poblacional, ya que un aumento de
las tierras impermeabilizadas podría estar acompañado por un incremento poblacional y
por lo tanto un mayor número de individuos entre quienes distribuir la producción
medida en dólares. El IPP disminuye al incrementar la DPOB, pero no se obtuvo una
correlación significativa entre TI% y DPOB, no pudiendo entonces dilucidarse las
relaciones entre ellas. Sí se puede decir que la impermeabilización de tierras, medida con
el TI%, tiende a incrementarse con la tasa de incremento medio anual de la urbanización
(TIMAU), que mide el crecimiento de la población urbana entre censos, aunque no se sepa
si este crecimiento es absoluto para cada partido o surge por migración interna del campo
a la ciudad. De la observación de los datos de cantidad de población surge que el efecto
debe ser complejo, abarcando varios procesos, ya que no existe una relación lineal entre
TIMAU ni TI% con la cantidad de población de los partidos.
La densidad de parches de tierras impermeabilizadas (DP-TI) se correlaciona
negativamente tanto con la producción primaria vegetal (PPV) como con la animal (PPA),
lo cual es de esperar por cuanto el incremento de densidad de parches urbanos y
periurbanos implica una mayor ocupación, y, probablemente, una degradación de la
capacidad productiva de las de tierras dedicadas a las actividades agropecuarias. La
primera afirmación se confirma con la correlación positiva entre DP-TI y la densidad de
población (DPOB). Por último, el porcentaje de urbanización (%URB), un indicador social
de la concentración de la población en las urbes, se correlaciona negativamente con el
índice de productividad primaria (IPP); es decir, hay una tendencia a la disminución del
IPP con el incremento del %URB, en concordancia con las demás relaciones planteadas
anteriormente. Esta asociación podría deberse a que la cantidad de población dedicada a
las actividades agropecuarias disminuye al producirse el éxodo a las ciudades; la
población urbana y periurbana se incrementan y la relación productor/consumidor
disminuye. También surge que la mayor densidad poblacional del partido se asocia a una
mayor proporción de la población urbana y de las tierras impermeabilizadas.
La correlación positiva entre la producción primaria animal (PPA) y del índice de
producción primaria (IPP) con el porcentaje de analfabetismo (%ANALF) es más difícil de
explicar, al igual que el de IPP con el índice de dependencia potencial (DEPEND).
Probablemente se relacionen con el índice de vejez (VEJEZ), ya que es de esperar que la
tasa de analfabetismo sea superior en los mayores de 65 años, y es este sector de la
población el que se dedica a la producción agropecuaria en las áreas cercanas a las zonas
urbanas. De hecho, esto se confirma porque también existe una correlación positiva entre
la producción primaria vegetal (PPV) y la producción primaria animal (PPA) y el
porcentaje de vejez. Tanto el índice de vejez como el porcentaje de analfabetismo se
correlacionan positivamente con el índice de forma del mosaico (IFP) que, como se vio
anteriormente, muestra un incremento de la complejidad de bordes al disminuir la
ocupación urbana, periurbana y rural. Por lo tanto, el analfabetismo y la vejez se
incrementan en los partidos con mayor proporción de tierras con actividad agropecuaria.
Otro par de variables de la estructura del paisaje, %TI y DR, corroboran las afirmaciones
anteriores. Ambos índices se correlacionan negativamente con el porcentaje de
analfabetismo y con el índice de vejez, respectivamente, mostrando que el %ANALF
disminuye con el incremento de la urbanización medida con TI% y que la variable VEJEZ
disminuye al incrementarse la densidad de riqueza de parches (DR). Esto también se
corrobora con la correlación negativa entre la densidad de parches de tierras
impermeabilizadas (DP-TI), indicador de ocupación del territorio, y la variable VEJEZ.
Otro indicador del grado de conversión de la tierra es la cantidad de parches boscosos
(NP-BO), el cual se correlaciona positivamente con el porcentaje de analfabetismo y con el
índice de dependencia potencial. Con este índice de paisaje también se demuestra que el
índice de dependencia potencial y el porcentaje de analfabetismo tienden a aumentar al
disminuir el grado de ocupación. Es de esperar que en las zonas agropecuarias, y más aún
en las rurales, haya mayor proporción de ancianos y niños, que son los grupos
dependientes, posiblemente por migración de jóvenes hacia la ciudad. Esto se confirma
con la correlación negativa entre la proporción de tierras impermeabilizadas y DEPEND,
mostrando que la mayor dependencia potencial se encuentra en la tierras menos
urbanizadas. También se muestra en la correlación positiva entre DEPEND y la
proporción de la superficie del mosaico ocupado por tierras rurales. Las correlaciones
positivas entre los valores ponderados por el área (PIFA y DFPA) con el índice de vejez,
corroboran lo dicho: la tendencia a la disminución del índice de vejez con el incremento de
la urbanización.
La correlación negativa entre el porcentaje de hogares con necesidades básicas
insatisfechas (%NBI), que es un indicador de bienestar, con los indicadores económicos de
producción primaria animal (PPA) y vegetal (PPV), indicaría que es correcto suponer que
una mayor producción contribuye al bienestar de la población local. Sin embargo, también
podría estar indicando que aquellos partidos que poseen mayor capacidad productiva son
los que tienen un entorno físico biótico menos deteriorado por ser inferior el grado de
ocupación. Esta afirmación se comprueba con las correlaciones negativas entre el índice de
forma (IFP) y el %NBI ya que, se dijo antes, la mayor complejidad de bordes en el mosaico
implica un entorno menos deteriorado por efecto de la urbanización y menor
concentración de la población en ambientes periurbanos, así como mayor actividad
agropecuaria. Otro índice que corrobora lo dicho es la densidad de riqueza de parches
(DR), indicador del grado de urbanización y que correlaciona postivamente con el %NBI.
La correlación negativa entre %NBI y la dimensión fractal promedio ponderada por el área
(DFPA) confirma las afirmaciones anteriores; es decir, la disminución del porcentaje de
hogares con necesidades básicas insatisfechas en partidos con baja proporción de tierras
impermeabilizadas.
La correlación positiva entre el porcentaje de viviendas sin acceso a agua corriente (VIV-
AGUA), que es otro indicador de bienestar, con el índice de productividad primaria (IPP),
parece confirmar que no existe una asociación directa y simple entre mayor riqueza
económica y bienestar, ya que en este caso la tendencia es al incremento del porcentaje de
viviendas sin agua al incrementar la cantidad de dólares por persona (IPP). La IPP es
mayor en los partidos con mayor extensión y calidad de los suelos con potencialidad
agropecuaria, que son los que tienen menor grado de urbanización y mayor proporción de
la población viviendo en casas o caseríos aislados en el campo. Las correlaciones de VIV-
AGUA con el porcentaje de la superficie del partido cubierta con tierras
impermeabilizadas (TI%), que es negativa y con el porcentaje de tierras rurales, que es
positiva, confirman esta suposición.
Una vez realizado el análisis de correlación entre los pares de variables se realizó un
análisis de agrupamiento para estudiar cómo se agrupan los diferentes partidos. Las
variables utilizadas fueron aquellas que mostraron una correlación significativa, p<0.05, en
la prueba de los rangos de Spearman: TP-TA, IFM-TI, TI%, %NBI, DPOB, DR, DP-TI, NP-
TI, TIMAU, PIF, VIV-DEF, TIMAR, RU%, DEPEND, VIV-AGUA, %ANALF, CV-BO, CV-
TA, DP-TA, DP-BO, NP- BO, NP-TA, IPP, PPA, IFP, PIFA, DFPA, CV, PPV VEJEZ y NP.
Del agrupamiento obtenido se observa que, con un nivel de corte de 7, los partidos forman
tres grupos (Figura 8) .

Figura 8: Análisis de agrupamiento de los partidos estudiados.

Tree Diagram for 7 Cases


Complete Linkage
Euclidean distances
11

10

9
Linkage Distance

4
CAMPANA ZARATE EXALTAC SANANTO GILES CARMEN CHACABU

Si se analiza la proporción de parches antrópicos por partido se observa que, del total de
parches en cada partido, Zárate, Campana y Exaltación presentan un 44-68%
correspondientes a la categoría antrópico; San Andrés de Giles, San Antonio de Areco y
Carmen de Areco presentan de un 15-22% y finalmente Chacabuco con un 7%. Los altos
valores de Campana y Zárate se deben al gran desarrollo urbano, industrial y portuario ya
conocido de la zona; Exaltación presenta gran cantidad de parches posiblemente debido a
que limita con estos partidos mencionados anteriormente y porque hacia el sur limita con
el partido de Pilar que adquirió durante los últimos años un desarrollo urbano debido al
auge inmobiliario. San Andrés de Giles limita con el partido de Luján lo que le brinda un
desarrollo urbano importante debido a la influencia de ese partido. Los partidos restantes
quedan más alejados de los centros urbanos y de las zonas portuarias y por lo tanto
presentan menor cantidad de parches antrópicos (Figura 9)
Figura 9: Gradiente en base a los datos de porcentaje de parches antrópicos por partido

Porcentaje de Parches antropicos por partido

80
70

% parches antropicos
60
50
40
30
20
10
0

s
en

co
na

io

ile
on

bu
m
pa

G
ar
nt

ca
am

C
A

ha
C

C
Sa

De manera similar ocurre si se analiza el Índice de Forma del Paisaje (IFP) que da idea de
la regularidad de formas. Aquellos partidos con mayor actividad agropecuaria presentan
mayores valores de IFP indicando un entorno menos intervenido, que aquellos con un
mayor porcentaje de territorio impermeabilizado, los cuales también presentan los valores
más bajos de PIFA, lo que indicaría la presencia de parches pequeños y regulares.

Figura 10: Gradiente en base a los valores de Índices de forma del paisaje por partido.

Valores de Indice de Forma del paisaje por partido

12

10

0
en
s
te

na

co
io

ile
ra

on

bu

m
pa

G
Za

ar
nt

ca
am

C
A

ha
C

C
Sa
Consideraciones finales

El presente trabajo intenta contribuir a la preservación de las tierras agrícolas y ganaderas,


mediante el aporte de nuevos conocimientos sobre el estado del sistema agroecológico de
la Pampa Ondulada, amplía la información agroecológica existente, especialmente en lo
que se refiere al patrón espacial de los usos y ecosistemas del área de estudio, considerada
representativa del avance de las tierras urbanas.
El método resulta promisorio ya que se han podido detectar asociaciones entre variables
que ayudan a explicar las relaciones patrón-procesos. Las explicaciones propuestas
constituyen hipótesis que deberán verificarse con nuevos datos.
De lo analizado se observa que los distintos partidos estudiados presentan diferentes
situaciones asociadas al aumento de la población y al crecimiento de la urbanización.
Dependiendo del desarrollo urbano interno y de la cercanía e influencia de otros partidos
vecinos altamente urbanizados e industrializados se modifican variables del paisaje, de
producción y sociales.
Las actividades que se llevan a cabo en cada partido y la manera en que se dispone del
espacio producen cambios importantes en la estructura de los mosaicos analizados. Los
partidos analizados pueden agruparse en dos categorías: aquellos donde todavía
predominan las actividades agropecuarias como San Antonio, San Andrés de Giles,
Carmen de Areco, Chacabuco y los más urbanizados como Campana, Zárate y Exaltación
de la Cruz. El primer grupo presenta un ambiente menos deteriorado y por lo tanto, en
base a las correlaciones encontradas un mayor Índice de productividad primaria y mejores
condiciones en la calidad de vida, se encontrarían en mejores condiciones en cuanto a
sustentabilidad ecológica. Los partidos más urbanizados, cercanos al área metropolitana
de Buenos Aires, a zonas portuarias y a otros partidos altamente urbanizados como Pilar o
Luján, presentan un ambiente más deteriorado, con parches antrópicos y con una
conversión irreversible de tierras agrícolas a impermeabilizadas. Cabe destacar que si bien
Exaltación de la Cruz fue incorporado en este último grupo, la posibilidad de recuperar o
mejorar su sustentabilidad ecológica es diferente a la de Zárate y Campana. Los
resultados obtenidos, en variables tales como el porcentaje de tierras agrícolas y el Índice
de productividad primaria, podrían alentar una planificación urbana que evite la
degradación de tierras agrícolas . Posiblemente allí todavía hay posibilidades de rescatar
paisajes naturales, aunque según Morello y Matteucci (1997) debería tratarse que estos
programas de recuperación no involucren la destrucción de patrimonio biológico y la
introducción de paisajes ajenos a la idiosincrasia de nuestra sociedad.
Con respecto a las áreas naturales dentro del área de estudio, el nivel de detalle no permite
evaluar algunos aspectos y fenómenos que operan a un nivel de percepción más detallada.
Si bien se han identificado parches de ecosistemas naturales y seminaturales, no puede
saberse a esta escala de trabajo el estado actual de los mismos, la composición de especies
presentes, la función actual que cumplen dentro del sistema, la capacidad que tienen como
probables reservorios o no, en el caso de que ya estén conformados por especies exóticas.
A una escala más detallada , el panorama general puede ser un poco más alentador, ya
que seguramente existen parches no detectables a esta escala de trabajo, tales como
parches relictuales de tamaño inferior a l hectárea, y fragmentos lineales debajo de los
alambrados, en las banquinas de caminos interiores, a lo largo de las vías de ferrocarril,
entre otros, que pueden ser importantes en la reposición de organismos nativos, y otras
funciones ecológicas.
Desde el punto de vista económico son los partidos más urbanizados, Zárate y Campana,
los que se encuentran en peores condiciones económicas en cuanto a capacidad de
producción primaria. En trabajos posteriores habría que considerar otras actividades
como la industrial o la forestal, que pueden jugar un rol importancia de estos partidos.
De lo planteado hasta aquí surge que todavía quedan varias preguntas por contestar.
Queda mucho por conocer sobre los efectos que producen los cambios en los usos del
suelo y más aún los cambios que se están produciendo en la Pampa Ondulada por el
crecimiento urbano a expensas de las tierras agrícolas más fértiles del país. Según Morello
y Matteucci (1997) la solución no esta en detener el crecimiento urbano, sino en lograr un
equilibrio entre desarrollo y conservación. El verdadero desafío esta en crear un modelo
propio, ajustado a las condiciones sociales y naturales de la región que armonice el
funcionamiento de las ciudades con la protección del patrimonio natural y los servicios
que él brinda, para beneficio del conjunto de la sociedad.
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