El cristianismo, basndose en los preceptos de San Agustn de Hipona, quien
fuera doctor de la iglesia e ilustrado en el neoplatonismo, postula, apropindose de conceptos platnicos, del desprecio a la vida material y la existencia de un paraso idneo. De tal modo, se podra definir lo bueno o lo malo en trminos de aquello que nos acerca o nos aleja de Dios respectivamente. De alguna manera contraria al hedonismo, el cristianismo desde esta concepcin parece librar una lucha contra el placer y el goce mundano, proponiendo en su lugar, aceptar con resignacin el sufrimiento en vida, reconocindolo adems como producto del pecado y la desobediencia a Dios, y propone una recompensa a las buenas acciones en vida tras la muerte. Algunas religiones afirman que el sufrimiento es el medio que usa la Divinidad para probarnos, o para hacernos expiar un pecado o la ausencia de fe. Emil Cioran. El pecado y la concepcin de la maldad recaen en la enigmtica figura del Diablo, que cuenta en Gnesis, era un ngel que cegado por el orgullo se revel contra Dios y ste lo expuls del paraso, y as este se convirti en la encarnacin de mal que tienta a los hombres. Mas el pecado est ntimamente ligado a la voluntad propia del hombre y a libre albedro de ste. El cuestionamiento de las acciones y la interna examinacin de las mismas (exmenes de conciencia) que no solo afectan a los miembros de una religin. Desde tal punto de vista, vivimos en un mundo lleno de tentaciones ([] no nos dejes caer en la tentacin []), a las cuales habr que resistir. Habiendo segn las religiones judeocristianas diez mandamientos (la ley de Dios). Existen segn la tradicin cristiana siete pecados capitales Se habla de un infierno y de un paraso Ms hay en el pecado una connotacin de culpa, de arrepentimiento De qu sirvi que l sufriera entonces, si yo sufro ahora, dijo Borges en uno de sus poemas.