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SOLICITA

Víctor ABRAMOVICH (CPACF, tº 40, fº 45), y Alberto BOVINO


(CPACF, tº 54, fº 126), abogados del CENTRO DE ESTUDIOS
LEGALES Y SOCIALES (CELS), apoderados de las querellantes
María Nieves MARINO y María Mercedes ARENA, con domicilio
constituido en Rodríguez Peña 286, piso 1º, en la causa nº
22.080/01 (A-5622), “DE LA RÚA, Fernando – MESTRE, Ramón
y MATHOV, Enrique s/abuso de autoridad, violación de los
deberes de funcionario público y homicidio simple”, del
registro de la Secretaría Nº 1 del Juzgado en lo Criminal y
Correccional Federal Nº 1, a la Sra. Jueza decimos:

I. OBJETO

Solicitamos el apartamiento del Dr. Virgilio LOIÁCONO como


defensor técnico designado como abogado de confianza del
imputado Fernando DE LA RÚA. El fundamento de nuestra
solicitud consiste en la verificación concreta de un conflicto
de intereses entre los derechos del letrado defensor y el
imputado, que lesiona el derecho a la inviolabilidad de la
defensa en juicio (art. 18, CN), por los motivos de hecho y
de derecho que desarrollaremos a continuación.

II. ANTECEDENTES

I. Al contestar la vista en el “Incidente de


inconstitucionalidad deducido por el Ministerio Público Fiscal
contra el Decreto Presidencial nº 1678/01”, en nuestra
calidad de apoderados de la acusadora particular María
Mercedes ARENA, en el capítulo IV de nuestro escrito,
titulado “Las impugnaciones de la defensa”, punto IV. 3. de
dicho capítulo (“El derecho de defensa”), solicitamos
expresamente a este tribunal:

“III. Un problema serio vinculado con el derecho de defensa,


sin embargo, no ha sido planteado por el Dr. LOIÁCONO. No
sabemos con certeza hasta qué fecha el Dr. LOIÁCONO se
desempeñó como Secretario Legal y Técnico de la
Presidencia de la Nación. Tampoco sabemos si pudo tener o
tuvo alguna participación funcional en las discusiones, tomas
de decisiones o redacción de borradores relacionadas con el
decreto 1678/01.
En caso afirmativo, el tribunal debería analizar como
cuestión previa a cualquiera de las demás cuestiones
pendientes de resolución en este incidente o en este
procedimiento —en la medida en que se halle involucrado el
derecho de defensa técnica de Fernando DE LA RÚA—, la
posibilidad de que exista un eventual conflicto de intereses
para que el letrado se desempeñe como abogado defensor y,
en caso de ser así, apartar al letrado de su participación en
este proceso como defensor de confianza de Fernando DE LA
RÚA” (destacado agregado).

Consecuentemente, en el capítulo V (Petitorio) de la misma


presentación, solicitamos, en los dos primeros puntos:

“1) Se tenga por contestada la vista en tiempo y forma;


2) Como cuestión previa, se resuelva sobre el eventual
conflicto de intereses que podría provocar la intervención del
Dr. LOIÁCONO como defensor técnico del imputado Fernando
DE LA RÚA;” (destacado agregado).

II. El 12 de marzo de 2002, el Dr. Virgilio LOIÁCONO presentó


un escrito titulado “Contesta incidente. Solicita
ordenamiento del trámite. Excepciona. Responde en
subsidio”, que consta a fs. 64 y ss. del “Incidente de
inconstitucionalidad deducido por el Ministerio Público Fiscal
contra el Decreto Presidencial nº 1678/01”.

El 13 de marzo de 2002, la Sra. Jueza dictó resolución en el


principal (fs. 1214), en la cual tiene por nombrado como
defensor del confianza de Fernando DE LA RÚA al Dr. Virgilio
LOIÁCONO, y por aceptado el cargo (resolutivo II).

El 2 de abril de 2002, la Sra. Jueza fijó para ese mismo día,


a las 15:00 horas, audiencia para recibir declaración
indagatoria al imputado Fernando DE LA RÚA (fs. 1371).

III. LAS MANIFESTACIONES DEL IMPUTADO

III. 1. El descargo por escrito

I. A fs. 1378 y ss., el imputado Fernando DE LA RÚA presentó


un escrito y solicitó expresamente que lo considere “parte
de [su] declaración” (fs. 1378). Al referirse a su resolución
de “establecer el estado de sitio” (fs. 1383), hizo una
mención directa al hecho de que en ese proceso
“[i]intervinieron los ministros del Interior y de Justicia y sus
asesores jurídicos así como la Secretaría Legal y Técnica de
la Presidencia” (fs. 1383, destacado agregado).

Algunos párrafos más adelantes agregó:

“Después de varias comunicaciones telefónicas con los


actores políticos de ese día, me concentré en la redacción de
la renuncia, tarea para mí personal e indelegable… Escribí el
texto a mano, lo firmé y lo entregué al Dr. Virgilio LOIÁCONO,
Secretario Legal y Técnico, para llevarlo al Congreso” (fs.
1387).

II. En relación al decreto 1682/01, el imputado Fernando DE

LA RÚA explicó claramente:

“En caso de estado de sitio, el Poder Ejecutivo puede


disponer la detención y traslado de personas si no prefieren
salir del país. La Ley de Habeas Corpus, de la que fui autor,
exige vincular las detenciones con sus motivos. Así se
procedió en este caso. El decreto 1682/01, relativo a 29
ciudadanos, se fundó estrictamente en ellos. Me fue elevado
por la vía correspondiente desde el Ministerio del Interior y
Jefatura de Gobierno, pasando por Secretaría Legal y
Técnica de la Presidencia, que son las áreas que deben
intervenir, en forma de proyecto de decreto que suscribí la
tarde del 20. Corresponde a una potestad propia del Poder
Ejecutivo” (fs. 1388, destacado agregado).

En la misma presentación escrita se agregó:

“Alrededor de las 19.00 hs. recibí un oficio de V.S. que hacía


saber la existencia de un sumario y órdenes impartidas y
requería información sobre autoridades y detenciones.
Dispuse que el Secretario Legal y Técnico lo respondiera de
inmediato prestando la máxima colaboración al tribunal. En
ese oficio se hacía referencia a los fallecimientos también en
base a la información televisiva” (fs. 1390 y s., destacado
agregado).

III. 2. La declaración indagatoria

I. A fs. 1393 y ss., consta la declaración indagatoria


prestada por el imputado Fernando DE LA RÚA. En esa
audiencia se hallaba presente, en calidad de defensor de
confianza del indagado, el Dr. LOIÁCONO, a quien aquél le
ratificó su mandato (fs. 1393).

En esta oportunidad, el imputado sólo fue indagado por los


hechos que le fueron definidos en los siguientes términos:
“… haber tomado conocimiento de 29 detenciones ilegales
de personas, producidas en la jornada del día 20 de
diciembre de 2001, en la zona de la Plaza de mayo, de esta
ciudad de Buenos Aires, con motivo de la manifestación
popular producida ese día, y haber omitido hacer cesar las
mismas; convalidando las privaciones de libertad referidas
con la firma del Decreto Presidencial nro. 1682/01, donde se
pone a disposición del Poder Ejecutivo Nacional a ese
número de personas” (fs. 1393 vta., destacado agregado).

II. El descargo del imputado, respecto a la convalidación de


las detenciones presuntamente ilegales, fue el siguiente:

“… Niego el hecho que se me atribuye. Como Presidente de


la Nación y en uso de facultades constitucionales dicté el
decreto declarando el estado de sitio el día 19; y el día 20
un decreto de puesta a disposición del Poder Ejecutivo de 29
personas. La información y resolución del punto me llegó en
forma de proyecto de decreto suscripto por el Jefe de
Gabinete y el Ministro del Interior, y con intervención del
Secretario Legal y Técnico de la Presidencia. Informado que
la situación encuadraba en los motivos del estado de sitio,
dispuse la puesta a disposición del Poder Ejecutivo. Ignoro
las condiciones de la detención que los afectaba, si era legal
o no legal…” (fs. 1394 y 1394 vta., destacado agregado).
“… Que quien le trae a la firma ese decreto fue el Secretario
Legal y Técnico…” (fs. 1395, destacado agregado).

Es importante señalar, por lo demás, que frente a una


pregunta concreta formulada por el fiscal COMPARATORE —si
el imputado había dictado “alguna norma de seguridad para
el día 20/12/01 respecto de la Plaza de los Dos Congresos,
la Plaza de Mayo, y las inmediaciones de ambas” (fs. 1396
vta.)—, el Dr. LOIÁCONO, en su calidad de defensor, se opuso
a la pregunta.

IV. FUNDAMENTOS DE NUESTRA SOLICITUD

IV. 1. Los hechos


I. A esta altura de la narración, formulada por el propio
imputado, resulta evidente la intervención personal del Dr.
Virgilio L OIÁCONO —hoy designado como abogado de
confianza del imputado DE LA RÚA— en su calidad de
Secretario Legal y Técnico de la Presidencia al momento en
que el imputado ejercía la Presidencia de la Nación y,
además y especialmente, por los hechos objeto de la
declaración indagatoria que obra a fs. 1393 y siguientes.

El núcleo de la imputación objeto de la indagatoria


celebrada el 2 de abril en la cual se recibió la declaración de
Fernando DE LA RÚA consiste, precisamente, en haber
convalidado 29 detenciones ilegales a través del decreto nº
1682/01 (ver fs. 1393 vta.).

En su declaración, de manera expresa, DE LA RÚA admite sin


pudor alguno que firmó el decreto nº 1682/01 como
consecuencia de las siguientes circunstancias:

a) El proyecto de decreto le llegó como producto del


trabajo de diversos funcionarios, entre los cuales
mencionó específicamente la intervención personal de
su Secretario Legal y Técnico 1;

b) Él ignoraba personalmente si se trataba de


detenciones legales o ilegales 2; y

1
Ver fs. 1394 y 1394 vta.
2
Ver fs. 1394 vta.
c) El proyecto de decreto 1682/01 le fue presentado
para su firma personalmente por el Dr. Virgilio
LOIÁCONO 3.

En conclusión, resulta innegable que el Dr. Virgilio LOIÁCONO


tuvo una participación central en el hecho objeto de la
declaración indagatoria recibida al imputado Fernando DE LA

RÚA.

II. Por otra parte, tal como ya hemos señalado en el


“Incidente de inconstitucionalidad deducido por el Ministerio
Público Fiscal contra el Decreto Presidencial nº 1678/01”, y
luego de haber leído las manifestaciones de DE LA RÚA, es
innegable que el Dr. Virgilio LOIÁCONO también ha tenido
algún grado de protagonismo en otro de los hechos que se
le atribuyen a su defendido.

Nos referimos a la imputación por abuso de autoridad


relacionada con la decisión de dictar el estado de sitio
mientras el Congreso de la Nación no se hallaba en receso.
Si bien esta imputación no ha avanzado como el hecho
objeto de la declaración indagatoria del 2 de abril de 2002,
resulta indiscutible que es uno de los hechos objeto de esta
investigación.

IV. 2. Los fundamentos jurídicos

IV. 2. A. Defensa material y defensa técnica

3
Ver fs. 1395.
I. No existe ninguna regla expresa de rango legal que
contemple el conflicto de intereses que, según resulta
manifiesto, existe en esta causa entre el derecho de defensa
de Fernando DE LA RÚA y la designación del Dr. Virgilio
LOIÁCONO como abogado defensor en la causa penal en
contra de aquél.

Sin embargo, la necesidad de brindar las mayores garantías


para que toda persona perseguida penalmente pueda gozar
del ejercicio efectivo de su legítimo derecho de defensa en
juicio —garantizado en diversas normas de jerarquía
constitucional: art. 18, CN; art. 8.2, Convención Americana
sobre Derechos Humanos; art. 14.3, Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos—, no puede ser ignorada por
este motivo.

Con las circunstancias de hecho hasta aquí descriptas


resulta indiscutible que el Dr. Virgilio L OIÁCONO ha
intervenido en actos jurídicos vinculados directamente al
objeto de esta investigación. Por este motivo, puede
afirmarse, al menos, que posee información útil para la
averiguación de la verdad, esto es, que podría resultar
indispensable que él sea citado como testigo.

Por otra parte, también es cierto que, según los propios


dichos de su representado, al describir la intervención del
Dr. Virgilio LOIÁCONO en el dictado del decreto 1682/01,
también podría ser considerado, eventualmente, imputado
como partícipe en ese hecho, que ya ha sido objeto de
declaración indagatoria respecto de su defendido en esta
causa penal.

II. La diferencia de fundamentos, contenido y alcance, entre


defensa material y defensa técnica en el procedimiento
penal4 se ve reflejada en diversas reglas vigentes de la
legislación procesal. Así, por ej., la obligación del imputado
de designar defensor de confianza o, en su defecto, la
posibilidad de que se le designe defensor oficial, aun en
contra de su voluntad expresa (art. 107, CPP Nación).

También se puede mencionar la facultad del tribunal de


imponer un defensor particular u oficial a quien pretenda
defenderse personalmente, si tal circunstancia, en sí misma,
perjudica la eficacia de su defensa (art. 104, párr. I, CPP
Nación).

Pero la regla más importante, en este caso concreto, es la


que contempla la incompatibilidad de intereses en casos de
un mismo defensor que representa a varios imputados (art.
109, CPP Nación).

Al explicar la incompatibilidad de intereses en este


supuesto, la doctrina ha señalado:

“Debe entenderse por incompatibilidad, tal como señala


VÉLEZ MARICONDE, ‘la colisión o el conflicto de intereses de los
imputados entre sí; es decir, cuando los intereses de uno
son opuestos a los del otro, de tal modo que al excluir o

4
Cf., sobre el punto, MAIER, Julio B. J., Derecho procesal penal, Ed. Del
Puerto, Buenos Aires, 1996, 2ª ed., t. I, ps. 549 y siguientes.
disminuir la culpabilidad de uno, se vaya a agravar la del
otro, y en este caso, si la defensa eficaz de uno conduce
necesariamente a la traición de otros, se da una asistencia
infiel que equivale a una ausencia de defensa’ [cita omitida],
lo que conllevaría a la nulidad de los actos cumplidos, y por
ser una nulidad de orden absoluto puede ser planteada por
cualquiera de las partes y resuelta aun de oficio” (DONNA,
Edgardo A., y MAIZA, María C., Código Procesal Penal, Ed.
Astrea, Buenos Aires, 1994, p. 130).

IV. 2. B. Conflicto entre posibles coimputados

I. En este sentido, la mejor doctrina afirma de manera


coincidente:

“… la ley no considera a la defensa como una cuestión


privada del imputado…” (ROXIN, Claus, Derecho procesal
penal, Ed. Del Puerto, Buenos Aires, 2001, p. 134).

El mismo autor, algunas páginas más adelante, menciona


los cinco supuestos en los cuales los tribunales alemanes
permiten excluir del procedimiento penal, actualmente, al
abogado de confianza designado por el imputado. Entre
estos supuestos, menciona expresamente:

“… cuando el procedimiento tuviera por objeto un hecho


punible… y determinados hechos fundasen la sospecha de
que [el defensor] ha cooperado con el mandante [imputado]
en forma punible con respecto al hecho de aquél…” (ROXIN,
Derecho procesal penal, cit., p. 148, destacado agregado).

II. De manera obvia, se comprende por qué razones el


derecho vigente en la legislación procesal penal nacional
excluye la posibilidad de que el mismo abogado defienda en
una causa penal a coimputados con intereses en conflicto
(art. 109, CPP Nación).
Mucho más obvio resulta, entonces, comprender por qué
razones una abogado designado como defensor de
confianza por el imputado en una causa penal, en la medida
en que su eventual carácter de imputado genere un
conflicto de intereses, debe ser apartado, aun de oficio.

IV. 2. C. El “defensor/testigo”

I. Aun en el supuesto de considerar que el Dr. Virgilio


LOIÁCONO no puede ser considerado imputado —a nuestro
juicio, ha sido su propio representado quien le ha asignado
tal calidad—, es evidente que ha sido un protagonista/
observador privilegiado de los hechos objeto de este
procedimiento penal.

Por tal motivo, él posee información esencial para lograr los


fines de esta etapa del procedimiento penal: la averiguación
de la verdad real. En consecuencia, puede ser convocado a
declarar como testigo (arts. 239 y 240, CPP Nación).

II. En este sentido, la doctrina ha interpretado el alcance del


derecho a designar el defensor de confianza en los
siguientes términos:

“El imputado tiene derecho a elegir su defensor de


confianza, y el tribunal está obligado a nombrarlo, siempre
que tenga las capacidades genérica y específicamente
requeridas. La primera, atinente a su condición de abogado
matriculado, y la segunda, relativa a no encontrarse
impedido en la causa por reunir, por ejemplo, la calidad de
testigo, situación que obsta a su admisión como
defensor” (DONNA y MAIZA, Código Procesal Penal, cit., p.
125).
Si así no fuera, cada vez que un abogado fuera testigo de
un delito podría ser designado defensor de confianza y
evadir la obligación legal de declarar.

En el mismo sentido, y de manera aun más contundente, se


pronuncia ÁBALOS:

“Puede ocurrir que el defensor elegido también revista la


calidad de testigo, en cuyo caso deberá prevalecer esta
última, y como consecuencia el Juez no lo nombrará
defensor, pues la calidad de defensor puede ser adquirida
por cualquier otro abogado, en cambio la calidad de testigo
pertenece al proceso y a los fines del esclarecimiento de la
verdad. Además la calidad de testigo se adquiere antes que
la de defensor” (ÁBALOS, Raúl W., Derecho procesal penal,
Ed. Jurídicas Cuyo, Mendoza, 1993, t. II, p. 140).

III. Esta parte pretende ejercer todos los derechos que el


ordenamiento jurídico prevé para acusar a las personas
imputadas por los terribles hechos que constituyen objeto
de esta investigación. Sin embargo, la única manera
legítima de ejercer esos derechos es reclamando, al mismo
tiempo, el respeto de los derechos fundamentales de todas
las partes.

Por lo demás, es un deber de los tribunales de justicia evitar


la tramitación de actividad procesal absolutamente nula. Por
este motivo, el Dr. Virgilio LOIÁCONO debe ser apartado como
defensor del imputado Fernando DE LA RÚA.

V. PETITORIO

Por las razones expuestas, solicitamos a la Sra. Jueza:


1) Disponga el apartamiento del Dr. Virgilio LOIÁCONO
como abogado defensor del imputado Fernando DE LA

RÚA por conflicto de intereses, o por su eventual


carácter de testigo;

2) Dicte la nulidad de la declaración indagatoria de


Fernando DE LA RÚA que obra a fs. 1393 y siguientes
del expediente principal.

Proveer de conformidad,
que es Derecho.

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