Professional Documents
Culture Documents
Fernando López-Alves
INTRODUCCIÓN:
Sociedad civil, partidos, y el estado: Los casos examinados en este libro apuntan al
peso de las fuerzas sociales. Aunque las instituciones no son un simple espejo de
esas fuerzas, el análisis sugiere que las fuerzas sociales forman fuertemente el
estado y eran agentes claves en consolidar diferentes tipos de regímenes.
El autor adopta aquí el término “formación política” para referirse al proceso por el
cual el estado, el ejército, movimientos y partidos políticos desarrollaron un cuerpo
ordenado de prácticas institucionales y regulaciones. El autor se enfoca en la
interacción entre partidos, movimientos, el estado y los militares.
Un rasgo distintivo de las Américas es que los partidos y movimientos se volvieron
fabricantes del estado hasta el punto de convertirse en sinónimos con el estado.
Mientras los casos examinados aquí confirman el rol crucial de los partidos como
fabricadores del estado, como sea, ello no apoya la teoría de Huntington que los
partidos políticos son un claro signo de modernidad.
Períodos y casos: El análisis en curso comienza con una coyuntura crítica marcada
por las guerras de independencia (hacia 1810), incluida sus secuelas confusas
(1830-1860) y termina con la consolidación de esos estados en 1880 y 1890. En
algunos casos, el análisis se extiende a las primeras décadas del siglo XX.
¿Por qué comparar Uruguay, Colombia y Argentina? La razón fundamental se anima
en la sugerencia de acercamiento comparativo de n-pequeño: en análisis profundos
de caso hace mejores resultados comparativos. El autor señala que un matrimonio
entre explicaciones comparativas e históricas ofrecen un camino más prometedor
para la investigación comparativa.
En la página 10 hay una tabla donde se representan las más sobresalientes
características de estos tres países y esboza sus diferencias institucionales y de
régimen, presentando un rompecabezas que este libro intenta resolver.
Básicamente, mientras las diferencias entre Argentina, Uruguay eran
institucionales, el hueco que separaba a Uruguay y Colombia era
fundamentalmente estructural y cultural. Así el autor ocupa un método de
diferencia y uno de acuerdo.
Uruguay, Colombia y Argentina proporcionan una oportunidad para aparear casos
siguiendo ambos métodos. Mientras que las similitudes globales entre Argentina y
Uruguay los hacen una comparación ideal en términos de una “analogía profunda”
de diseño de sistema, Uruguay y Colombia presentan características para aplicar el
diseño de sistema más diferente.
El autor dice que está apto para trazar conclusiones comparativas contrastandolos,
usando a Uruguay como un caso nexo, y haciendo a este país como una instancia
comparativa central.
El primer par, Uruguay y Argentina tienen similitudes en cuanto a la geografía,
estructural y culturas, que los hacen ser comparables como casos. Pero, la
geografía, la estructura y la cultura no bastan para explicar los diferentes caminos
que la fabricación del estado toma en esos dos países.
Seguramente habían diferencias en el tamaño y la velocidad del desarrollo que
podría proporcionar una explicación para las diferencias políticas que separan a
Argentina y Uruguay.
Mientras en términos de sus economías, patrones de comercio, cultura y geografía,
Argentina y Uruguay proporcionan una fuerte comparación de “analogía profunda”,
el par Colombia-Uruguay ofrece un ideal ejercicio de “sistemas muy diferentes”. La
tabla muestra que los dos países desarrollaron similares instituciones de gobierno
pero difieren virtualmente en casi todo. En estos dos países, el estado confrontó
serios obstáculos para la centralización de la autoridad y permaneció la mayor
parte del tiempo débil durante el período bajo consideración.
¿Cómo diferentes contextos eran en los cuales estas similares instituciones
crecieron y se desarrollaron? Uruguay y Colombia siguieron patrones similares de
construcción del estado en muy diferentes contextos geográficos, demográficos y
físicos. Pero eran países culturalmente muy distintos.
En términos de la velocidad de la centralización del poder en relación a la geografía,
cultura y tamaño del territorio, esos tres casos, llevado con Venezuela y Paraguay,
nos permite preguntar supuestos comúnmente aceptados.
El proceso de construcción de la nación en América proporciona una oportunidad
para entrar en detalle de la importancia de la industrialización y los grandes
mercados domésticos en la fabricación del estado. También sugiere las ventajas de
re direccionar la investigación para incluir comparación que involucren a todas las
Américas.
Conflicto y formación del estado: Tilly reconoce tres rutas de formación del estado,
donde existe un continuum desde modos de coerción a capital-intenso.
El primer modo, el “coerción-intensa” permanece en gran parte ajeno en
Latinoamérica. Los estados estaban aptos para incrementar ingresos y agrandar su
burocracia forzando los impuestos de su población rural. Después de las guerras de
independencia, ningún estado de Latinoamérica estaba apto para aplicar impuestos
eficientemente.
El segundo modo definido por Europa: un camino de capital-intensivo, en el cual los
fabricantes de estados y capitalistas cambiaban recursos por protección.
Para Tilly, Latinoamérica cae más fácilmente en una tercera forma de “coerción
capitalizada”, en la cual los fabricantes del estado usan coerción y capital para
centralizar el poder.
Los caminos tomados por Europa pueden ser aplicados solo parcialmente a
Latinoamérica. Los límites están marcados por serias diferencias estructurales y
culturales. Al mismo tiempo, uno puede encontrar similitudes en el proceso de
construcción de la institución, y a pesar de los contextos diferentes, uno puede
ciertamente argumentar que ambos, los fabricantes de los estados europeos y
latinoamericanos dependieron fuertemente de la guerra y la coerción.
La pregunta crucial no es el número de guerras, sino el impacto de las guerras en
los períodos cruciales de la construcción de la nación. Latinoamérica luchó muchas
guerras, y ellas tuvieron un gran impacto en la construcción de instituciones como
las guerras en Europa. Pero el tipo de guerra y los estados resultados fueron
distintos. En Latinoamérica se dio la guerrilla, usualmente de vida más corta y
doméstica.
Bandidos y el Ejército
La autonomía del Estado se vincula directamente con aspectos del reclutamiento y
composición del ejército y la construcción de las líneas de autoridades entre
oficiales, partidos y estadistas. Los ejércitos más poderosos y centralizados no
siempre facilitan la autonomía del estado.
La construcción del ejército incluye la flexible absorción de generales disidentes
que frecuentemente recurren al bandolerismo para mantener sus milicias,
oponiéndose al poder central para defender sus derechos de propiedades y
seguridad de la población rural. Por lo tanto los sectores pobres rurales
permanecieron bajo control de caudillos locales rebelándose contra el estado. Solo
en el siglo XX los estados de AL fueron capaces de galvanizar 1 el soporte popular y
establecer un vinculo directo con las clases bajas, incluyendo Brasil, Argentina,
México, Uruguay y Venezuela.
En cuanto a los caudillos, la mayor parte de ellos provenía de elites militares o
clases mercantiles, lo cual facilitaba su acceso al poder central.
La centralización del poder toma lugar a través de la negociación e incorporación
del ejército.
Formación del Estad en América: Partidos y Ejército
Los partidos: la actividad militar en AL no permaneció conectada al estado o
bandas mercenarias, pero si a los partidos. Estos últimos se formaron junto al
estado y llegaron a organizar la resistencia regional del estado. Los partidos
construyeron el estado y proporcionaron un vínculo entre el estado, el ejército y la
sociedad civil.
El ejército: junto a los partidos, fue el más importante vehículo de incorporación.
Reclutó exclusivamente gente de los sectores rurales en un contexto de escasez
laboral.
1
Reactivar súbitamente cualquier actividad o sentimiento humanos.
Existieron ciertos privilegios controversiales hacia los oficiales que los eximían de
la justicia, hecho que se extendió hasta el periodo colonial, donde los partidos
garantizaban a sus generales leales pensiones estatales y otros beneficios , que
progresivamente los vincularon a la maquina de partidos y el funcionamiento civil
del estado. Al final del siglo, el sistema de concesiones de tierras había favorecido
a oficiales y caudillos militares.
El argumento
Mientras existe consenso en el periodo de 1810 a 1900 en lo que fue un desorden
político en AL, existe desacuerdo sobre la causa del conflicto. Frank Safford plantea
tres explicaciones de las causas, la construcción del estado y los resultados del
régimen: 1) las características de la cultura española americana 2) problemas
económicos estructurales 3) la importancia del conflicto ideológico y el miedo de las
clases bajas.