Professional Documents
Culture Documents
1
“Des-amor (antología literaria groenlandesa)”, varios autores.
©2010 Groenlandia
©2010 Sus respectivos autores
Córdoba, 2010
2
Toc, toc.
3
El amor no nos salvará del ocaso, pero sí nos hará más fuertes para afrontar el
agrio momento de la despedida final. Ambos somos conscientes del fatal
desenlace.
Por todo ello te pido un favor, te ruego que al menos durante el tiempo que se
necesita para leer las páginas de esta antología que versa sobre tus cenizas (las
tuyas o las mías, qué más da), te imploro cortésmente seamos amigos; firmemos
una tregua, un respiro, un descanso. Yo asumiré mi incapacidad real de vivir
sin tu presencia en mi asolada existencia, y tú, afronta que sin mí eres menos
que nadie; con mí ausencia, tú, mi mal llamado “desamor” (caprichoso destino
del amor) serías tan ínfimo como un leviatán sin su mar. Tal vez, tras leer estas
páginas que versan sobre ti y sobre mí, y sobre el transcurrir de tantos otros
enfermos, algo se quede dentro; y sólo tal vez, en algo nos ayude a tolerarnos
un poco más. Las páginas que siguen este peculiar y extraño prólogo con voz
propia no son retazos de un nosotros escritos por mí, No, tú y yo necesitamos
de la objetividad subjetiva que otros ojos y otras manos ajenas puedan
aportarnos con sus diferentes maneras de sentirte, de sentir ese virus que
llaman “Amor” y su inefable cara oculta que todos llamamos “Desamor”.
Por todo ello, querido lector, te advierto que lo que tienes en tus manos,
(mejor dicho, escrito), ante tu mirada en la pantalla de un ordenador, es la
compilación de escritos narrativos y poéticos más enfermizos que jamás hayas
podido imaginar; vas a tener el gusto y la oportunidad de sentir en tus carnes
cómo las letras de autores, expertos en unos casos, y en otros aún noveles,
taladran tus ojos haciéndote llorar, gozar o sufrir con momentos probablemente
vividos por ti mismo en millones de ocasiones; pero te aseguro que al leerlos
pensarás que fueron escritos desde muy distintas perspectivas, o tal vez,
escritos desde otro mundo.
4
¿Te crees capaz de sobrevivir al sabor de las cicatrices que el amor y su
incurable desamor causan en todos nosotros? ¿O acaso no te consideras un
mortal débil y hambriento?
Eva5 Márquez
No ser amados es una simple desventura,
la verdadera desgracia es no amar.
(Albert Camus)
6
Eva Márquez
Lucia Fraga
Antonio J. Sánchez
Ángel Muñoz
Manuel Guerrero
Miriam Palma
A n d r é s R a m ó n P é r e z B la n c o
A n t o n i o H ue r t a
Eva Cabo
Jesús Suárez
David González
Óscar Varona
S i l v i a R o d r íg u e z
Ulises Varsovia
Roberto Ferrer
Adriana Bañares
Luna Miguel
Luis Sevilla
Ana Patricia Moya
Daniel Rojas Pachas
Ana Pérez Cañamares
P e p e P e r e za
Silvia Loustau
Enrique Fuentes-Guerra
V e r ó n i c a Ga r c í a
Esperanza García Guerrero
Paz Hernández
C a r m e n R am o s
Elena Ortiz
Amarande Guzmán
Juankar Cardesín
F e l i p e Z a p ic o
F e l i p e S o l an o
Carmen Guillén
7
Groenlandia, 2010
8
ENTRE TU MIRADA Y MI MIRADA
9
AMOR DESTRAGADO
Ahora sí.
Ahora sí, ya puede la muerte llevarme.
10
MÁS ALLÁ DEL DESEO
11
Lucia Fraga
TU PIEL
12
ADIÓS
Antonio J. Sánchez 13
¿UN BESO?
Le había costado su mísera fortuna. Pero era una cosa, el dinero, que
ante tanto dolor, le parecía intrascendente.
Una guerra de por medio. Nadie llega a comprenderlas. Cómo algo que
da pie a tantas rupturas puede gustar a la humanidad.
Pero de eso hace tanto, tanto, tanto. Tanto como aquel amor. En ese
punto la cabeza se mantenía fresca.
Heike tenía los rasgos dulces, el pelo como algodón de azúcar. Eran
jóvenes, bellos y se amaban. Sobre todo se amaban, y de eso tuvo que
percatarse aquel pintor, un día, en los jardines del Volksgarten, cuando
entrelazaban sus dedos.
14
Jóvenes con juventud arrebatada.
Así había dilapidado sus míseros ahorros los últimos año s de su vida.
Los últimos quince años.
Ángel Muñoz R.
15
ENTONCES TE LLAMABA
Entonces te llamaba
solamente María.
Había un largo beso
de silencio al nombrarte.
Entonces te llamaba
solamente María,
hoy no encuentro frontera
de silencio al nombrar
tu nombre y apellidos…
16
LOS ÁRBOLES DEL INVIERNO
Tan solitarios
parecen que leyeran
El rayo que no cesa
y toman
sumisos las palabras
de la dedicatoria
como jamás
me imaginaba.
Cuando retoñen,
seguiré sin saber
del daño de tu abrazo
y de cómo evitar
recordarte en invierno.
Cuando retoñen,
de mi vida y mi cuerpo,
la promesa olvidada
y el sombrío jardín
seguirán separándote.
(Poema inédito)
18
Se aleja la luz roja de tu moto
detrás del viento hambriento de los signos,
y yo me quedo sola en esta acera
despojada de aletas.
19
Quizá nunca te has ido porque nunca viniste.
Quizá nunca has estado cuando estabas aquí porque estabas allí,
y yo me confundía, pobre inesita cursi,
y cama no era cama sino diván de amiga
y Henri James y Barthes nos miraban perplejos
sintiéndose citados entre risas y amagos de saxo, digo sexo.
Pobre inesita triste, cursi inesita tonta
boquiabierta delante de la tumba de ése que jamás existió.
Perdón porque perdón pendón, pero
sigo perpleja tonta y hasta tristona a veces.
Necesito otras gafas y hasta otro sonotone.
Quizá sólo era saxo.
O vamos, digo yo.
Miriam Palma
20
EN TUS OJOS…
21
lo tenía, estaba hastiado de vivir, no de soñar. Su trabajo es vender
sueños, es un editor de prestigio, edita poemas de poetas muertos
(y vivos en sus libros), que emocionan a los lectores y aumentan su
cuenta corriente (aunque esto es lo de menos).
En tus ojos…vivir.
Esos ojos serían mi cielo.
Insondable tu mirada que me abrasa.
En tus ojos… abismos.
y fuego y vida en tus ojos.
En tus ojos… mi mundo
y mis sueños.
En tus ojos… morir.
23
ESTA NOCHE LOS PERDEDORES HAN VENCIDO
24
UN CIGARRILLO ESPERA EN LA MESILLA DE NOCHE
25 Huerta
Antonio
ENTRE LOS RENGLONES
26
entre los renglones
a veces entre los versos
se escribe una vida paralela
al margen de los ojos de este mundo
que no siempre usa lentes y se peina
se pone un vestido de domingo
y sale a pasear por las orillas
el cruce no es cuestión de los caminos
buscando y rebuscando en las tinieblas
los ojos de esta noche que se estira
agarra dulcemente los acentos
hace con ellos la arena de los mares:
por favor, devuélveme el desierto
por eso
y porque desear es arder en una hoguera que aún no está encendida
esto es un poema de desamor
27 Cabo
Eva
QUINCE RENGLONES
La veo de espalda valija en mano cerrar la puerta sin mirar atrás, sobre la
mesa la enjundia de quince renglones en azul y blanco espera paciente
derramar su veneno.
28
CALENTAMIENTO GLOBAL
29
SILVIA LA DEL PELO ROJO
Si te he de ser sincero
quedé con ella
con la sana intención
de llevarla en el coche
a un descampado
a echarle un polvo.
La encontré rara,
no sé,
no tenía chispa en los ojos,
estaba despeinada
Y el jersey,
el jersey azul cielo,
lo tenía todo lleno
de quemaduras de cigarrillos,
30
¿Y qué es de Carmen?
¿Y de Juanjo?
¿No te enteraste?
¿De qué?
La palmó.
Una sobredosis.
El día de Nochebuena.
Sí.
A mí nada. A él,
que era un hijoputa,
y un cerdo.
¿Qué te hacía?
De todo.
Me pegaba.
Se metía caballo
y luego llegaba a casa
y me pegaba,
me daba unas palizas de muerte,
y me forzaba sexualmente.
31
o me follaba a la fuerza. No.
Lo dijo así:
me forzaba sexualmente.
¡No me jodas!
Sí,
y hasta tuve que abortar.
No dijo nada.
Pero al levantarse
para salir del coche
se le subió un poco el jersey
y le dejó un trozo de espalda
al descubierto.
Ahí estaban las marcas.
Los renegrones.
Las cicatrices.
La historia
que me acababa de contar.
32
SALIVA
saliva.
morreábamos.
Escupir.
33
LÁGRIMAS
David 34
González
EL INCREÍBLE HOMBRE INGRÁVIDO
35
siguen transcurriendo en el más profundo de los grises y me señala n
con dedos temblorosos, tengo que aguantarme la risa, no quiero que m e
descubras y todo esto se convierta en un mal sueño, y aquí estoy
flotando disfrutando como un niño ante su primer desnudo, hasta qu e
te vas a la cama, con tu pelo mojado extendiéndose en la almohada, y
cuando apagas la luz, el cosquilleo desaparece de mi cuerpo y caigo al
suelo, golpeándome de forma brutal contra el césped que rodea tu casa,
me levanto como puedo, magullado pero vivo, atontado pero contento,
sonriendo ante la mirada atónita de los transeúntes, de los hombres y
mujeres de idénticos rostros y similares vidas que a estas horas de la
noche han interrumpido sus tediosas horas de descanso para ver alg o
insólito, sangrando por alguna que otra herida abierta que me he hech o
en tu honor y cuya cicatriz miraré en un futuro para acordarme de est a
noche, de tu rostro, de tus ojos, en cuyo interior si que me gustarí a
flotar, de tu cuerpo desnudo, me coloco el mostacho de nuevo, aunqu e
cuelgue por uno de los lados pues el pegamento se ha secado, y
comienzo a andar de vuelta a mi habitación silbando y notando un
dolor agudo en el pecho, creo que me he roto alguna que otra costilla,
pero qué más da.
Óscar Varona
36
SUIT OF ARMOUR
Visceral llego
al bar de madera
con ventanas góticas
ahí donde prendimos
el fuego de sexos.
Vengo rota
dolor sanguina
por tu abandono silente
sin ruido, sin cartas,
sin señales de humo ni telegramas…
Tras cabalgar certeros.
Tu voz enmudece
tu cuerpo es desidia
agoniza la posesión.
37
de mi espada parada con vaina,
de mi armadura de torneo…
38
Silvia Rodríguez
LA M ISM A TENSIÓN
39
tu hijo final esta noche siente latir minerales,
escucha tu fuerza prístina bullir desencadenada,
asume tus soledades milenarias congregadas.
40
Apagaré en el furor vandálico de la lluvia
la hoguera cruel de pasiones que llevo ardiendo,
de modo que desesperen mis existencias de angustia
y mueran en mí sus muertes mis seres dispersos.
EXISTIENDO
Ulises Varsovia 41
TIRANOSAURIUS DE MI ADENTRO
42
del rechazo de mis compañeros de clase. El profe habla y recorre los
pasillos formados entre las hileras de pupitres: “Como ustedes pueden
observar muchachos, los batracios sufren una metamorfosis muy interesante
desde que están en su huevo hasta convertirse en adultos”. Tardó ella en
hablarme, pero mi actitud decididamente militante la hizo ceder en sus
prejuicios. Al inicio de nuestra relación conversábamos mucho, ella tenía
todos los argumentos a su favor, no era yo quién para contradecirla, además
sus razonamientos en contra de las sociedades patriarcales eran
contundentes, en algunos casos verdaderamente lapidarios. El profesor de
biología camina con la cabeza agachada y los antebrazos trenzados atrás de
la espalda: “Miren muchachos, algunas teorías científicas sostienen que la
especie humana proviene de una prolongada metamorfosis de seres
acuáticos, quienes poco a poco evolucionaron hasta llegar a lo que hoy
somos”. Sinceramente creí que estaba perdidamente enamorado de su
inteligencia, de la esbeltez de su cerebro, esos conceptos vertidos
públicamente por mí aumentaron el repudio que me profesaban la mayoría
de los varones del colegio. El profe se detiene y levanta académicamente el
índice derecho: “Gracias a esa maravillosa evolución de miles de millones
de años, el ser humano es hoy la criatura más inteligente del planeta”. No
sé exactamente cuándo se me enquistó el demonio, o cuándo se comenzó a
despertar. De nada valieron las prolongadas conversaciones, ni los poemas y
escritos que hice yo a favor de las mujeres, ni los dibujitos para el periódico
femenino del colegio. El Tiranosaurius que llevaba adentro era mucho más
fuerte que yo y comenzó a manifestarse poco a poco. Sacaba sus garras por
mis costados sin rasgarme el pellejo; abría yo la boca y asomaba su jeta,
soez hasta el insulto degradante. “La inteligencia del hombre es la que nos
permite hoy vivir en un mundo altamente moderno, tecnificado. La
inteligencia del hombre ha inventado los aviones, nos ha llevado al espacio,
ha desarrollado las telecomunicaciones...”. Me sentía hastiado de su cuerpo,
de sus besos, de sus manías feministas, me harté de lavar ropa, de cocinar,
de limpiar la casa, de ser exhibido en sus congresos como el prototipo del
hombre rescatado del machismo. La bestia furibunda venía incontenible, yo
lo sabía, ella desconcertada comenzaba a sospecharlo. “No se ha encontrado
hasta ahora ningún ser viviente cuya inteligencia se pueda comparar
siquiera a la del hombre; nosotros somos privilegiados por Dios muchachos,
somos hechos a su santa imagen y semejanza”. De repente íbamos juntos
caminando por la calle, y el animal cetrino de mi adentro me hacía voltear
la cabeza mientras fijaba la vista en algún par de nalgas que acababan de
pasar; o me llenaba de saliva la boca ante la magnificencia de un tamal
voluminoso atravesando mi espacio visual.
43
- ¿Y desde cuándo te ha dado por mirarle el culo a las mujeres?
- ¡No me jodás, no te metás en mi vida!
- ¿Qué te está pasando, se te está saliendo el macho?
- ¡Bien sabés que no es machismo, es aburrimiento!
- ¿Y si estás tan aburrido, por qué no te largás?
- ¡No busqués, no busqueeeés!
para N y R
45
hasta que R se levantaba
y le volvía a colocar en la cesta.
Yo le escuchaba desde la soledad
de mi cuarto oscuro
y su aullido me desgarraba por dentro:
aquel sollozo infinito y lánguido y triste.
Tumbado en la cama,
incapaz de dormir,
fumaba un cigarro tras otro
y añoraba el norte perdido,
el calor y el rumbo perdido,
naufragando una y otra vez
en los mismos recuerdos.
Y me gustara o no,
tarde o temprano,
46 Álvarez
Vicente Muñoz
ETCÉTERA
47
ALCOHOL PARA LAS LLAGAS
Te propongo un brindis:
por ti
por mí
y por lo que ya no vamos a hacer esta noche.
En la linde de estos versos se haya un acantilado
mira las ruinas que acechan abajo;
un escalo frío recorre nuestro idilio
pensar en si tomáramos impulso
y mutar también en ruina.
48
Ya sólo entiendo el dialecto de los cristales rotos
que encuentro en mi camino
por eso te escribo con palabra de frío
con verso de hambre
como mañana de camino a un trabajo vacío
con el abrazo hueco de los armarios.
49
Roberto Ferrer
LOBOTOMÍA
50
El sentimiento de culpa se irá. Volveré a tener corazón. Dejaré de ser
tan falsa, se irán mis mentiras como la sangre por el desagüe.
Correrán con el agua purificados todos mis errores y los recuerdos, y
las suposiciones, y el cariño que a pesar de todo te sigo teniendo.
Cierro los ojos y grito con todas mis fuerzas al tiempo que golpeo, y
entra, y enredo, y me pierdo, ya no sé qué estoy haciendo, pero todo
se está yendo. Lo noto. Noto que todo se está yendo, ya apenas te
recuerdo, todo se va desvaneciendo, y sólo queda un intenso dolor de
cabeza, y ceguera, y el olor a sangre. Sangre que se escapa y empapa
mi rostro y se diluye con el sudor y el miedo, pero también con la
tranquilidad que supone no volver a recordarte, y se va todo… se
va…
51
“[…] la tiranía de la estética
era el inmenso desierto que habríamos de
disponernos a cruzar
solos”
EDUARDO FRAILE
Adriana Bañares52Camacho
LA POETA Y EL NARRADOR (ESCENA DE CAMA)
tú
y tu mierda
tú
y tu narrativa
tú
y el odio
hacia la poesía.
Obvia.
Cursi.
Un poco antigua.
53
¿Qué quieres entonces?
porque me gustas,
Tú y tu
lengua.
Tú y tus
pleonasmos.
Tú y la puta
Real Academia
sabéis cómo hacerme rabiar.
Cómo deconstruirme.
54
Luna Miguel
DIME SI LA CASA HUELE A MÍ
55
a urgencias. Nos miramos. Eso no nos pasará, un paseo por el
centro alargando el regreso a casa. Me besas, no quiero que me
beses. Me gusta penetrarte sin nada, te susurro que me gusta
tener mi polla desnuda dentro de ti. Al correrme te digo que te
quiero. Llevo muchos años diciéndote que te quiero, a veces me
pregunto si eso significa algo ya. Me muevo despacio, sé
exactamente qué postura coger: las hemos ensayado tantas veces
que somos una coreografía exacta y muerta. El sexo tiene el aire
de las matemáticas, sólo que no compramos libros nuevos en
septiembre. Ya no me gusta tu cuerpo, tampoco es que me repela.
No le doy importancia, es agosto y hace tanto calor que mi
espalda está húmeda como tu sexo. Hacía tiempo que no lo
hacíamos, hace tiempo que no quiero. Compramos nuevas
películas, me masturbo una mañana de junio, leemos nuevos
libros, no pienso en ti, me voy a la cama cada día más tarde
esperando que te duermas para que no tengas que tocarme. Te
beso y te digo lo que todas las noches. Tu boca entreabierta, un
viaje a un café de París que no haremos nunca, el gato durmiendo
a tus pies, el sol de la mañana entrando por la ranura de la
persiana. Te llevas los cuadros, la colcha azul, los libros. Dejas las
cartas que nos escribimos. Me echas la culpa de no haber sido
capaz de retenerte, y no sé qué decir. ¿Por qué no hiciste nada
para que me quedara? Estaba anestesiado, el calor de agosto, te
dije, el sudor me caía cuando entraste a coger tus últimas cosas y
el tipo de la mudanza tenía la camisa sudada. No quiero que esto
acabe así. Nunca se quiere que las cosas se mueran, el arte es eso,
¿no?: cosas muertas que atraviesan el tiempo como el aire la
ventana. No das un portazo, ya no haces ruido al masticar, ya no
me molesta que quieras que esté pendiente de ti. Miro
escaparates, la calle mayor aún empedrada, olor a viejo, la
catedral, los puestos ambulantes. La librería, un día estará un
libro mío ahí, puede que uno cómico. Doy un paseo, la cama tiene
una colcha roja y negra con letras chinas. La copa está vacía, a
veces celebro demasiado las cosas y la cabeza me golpea a la
mañana siguiente, un cosquilleo que baja hasta las piernas, bebo
56
unos sorbos de este café que me dura toda la mañana. El whisky
tiene arena de mar que no sale de mis ojos. No pienso en ti
cuando me dice si quiero sentirla. Me quito el condón, y al
sentirla recuerdo lo que se sentía. Cierro los ojos, me muevo
despacio, no recuerdo cómo se llama y me sorprende lo poco que
me importa, y me voy lejos: huelo la menta, tus manos, la comida
de los sábados, la ausencia, un viaje de regreso, le gusta que me
corra encima de ella, gime, da un respingo cuando todo salta y el
mundo se centra en una mueca. El sabor de mi semen sobre su
cara, mi lengua sobre su piel que la limpia. Dice que le gusta
besarme, que todo le sepa tanto a mí. Me tumbo a su lado y
mientras hablamos y miento, me quedo dormido, me muevo
buscando algo en el fondo de las sábanas, respiro algo fresco,
como si saber que se marchará a la mañana siguiente me hiciera
sentir libre de un peso atroz. Me besa antes de subir al tren, no
nos preguntamos cuándo nos volveremos a ver porque no es
necesaria esa pregunta. Me siento en la terraza de un café a
escribir sobre ti, o sobre nosotros, puede que lo haga sólo sobre
mí aunque tú salgas descrita. Está fría esta cerveza, he perdido mi
letra, esa que te gustaba, porque escribo demasiado con el
teclado. No me queda ni mi letra, pienso un domingo por la
mañana cuando oigo en la radio algo acerca de la música europea,
suena algo desde la cocina, los fogones alimentando el guiso de
lentejas, alguien que se pierde calle abajo, los cuadernos vacíos, la
pluma seca, el cansancio, ella desnuda, tú.
Luis Sevilla 57
POETA
Julio llama a su musa por teléfono: necesita inspiración para escribir unos
poemas amorosos. Cuando llega Lucía, el poeta le invita a café y pastas, le
habla del compromiso que tiene con su editor, que le agobia con correos
electrónicos y llamadas insistentes para que empiece a preparar su próxima
obra. Lucía le escucha atenta, palabra por palabra, y se deja llevar cuando
Julio se le acerca y le desabrocha la blusa, y roza con sus labios los hombros;
le susurra el artista al oído que busca la belleza en su desnudez, y ella,
despacito, se deshace del sostén, la falda, y las bragas. Él se sienta en un
sillón, la contempla, embelesado: tez blanca… senos generosos… el vientre
perfecto… su pubis rasurado… Lucía coge una de sus robustas manos y la
coloca sobre un pecho, pero el hombre la retira, y le reclama que sólo desea
captar la belleza ideal. Lucía suspira, y al fin, se rompe su silencio: está harta
de repetir el ritual desde hacia meses, de la actitud de Julio a no tocar su
piel; le aclara que, si no le hacer el amor allí, en ese momento, lo deja. Julio
la rechaza de nuevo, le expresa que si su piel era ultrajada por los vulgares
fluidos de la pasión, dejaría de ser hermosa, pero Lucía le confirma la cruda
verdad: que no es consciente de que la poesía es la realidad. El hombre,
cabizbajo, no replica, y deja que Lucía, con semblante triste, se vista y se
despida definitivamente de él con un “espero que salgas pronto de tu
burbuja, por tu bien, mi amor”. La melancolía se apodera de Julio, el sensible
poeta que pasa toda la noche en vela delante de la pantalla del ordenador en
blanco junto a una botella medio llena de Whisky. El infeliz descubre que la
auténtica poesía nunca ha estado en sus manos.
58
PERRAS Y PERROS
Perra
Le meneas el rabo
a tu dueño;
a sus espaldas,
cobarde, me miras
con esos ojos de Husky Siberiano
y tu voluntad tamaño Chihuahua.
Buscas sus golosinas
para burlar la soledad
y rechazas el cariño
de manos honestas,
el que no te conviene.
59
Perro
Te hacías el desorientado
en la última estación del amor:
tu propietaria se resistía a despedirse de ti
y tú, no te decidías,
60
Y que sigan ladrando:
(Poema inédito)
62
NUNCA SALÍ DEL HORROROSO…
(Poema inédito)
63
“[…] jamás una comunicación nunca un saludo de cumpleaños, ni la menor señal de vida en común, ni un
escupitajo en mi escudilla”
ENRIQUE LIHN
Sus bostezos
… Los viejos y sus palomas / las madres / las iglesias / los vendedores y las frases
El payaso de la tele / los ciegos / las avenidas / los niños corriendo sin mirar a ambos
64
Lados / el payaso de la radio / el tío del almacén/ los devoradores de chatarra / el payaso
Esquina / las pelotas y la suciedad en todas las esquinas y rincones del mund o en que
Colillas de humanidad.
(Poema inédito)
Hasta le conté el sueño: nos habíamos abrazado en medio del patio del
instituto, mientras nos confesábamos, con lágrimas en los ojos, que ahora
los dos estábamos casados cada uno por nuestra parte, y que ya nunca
podríamos estar juntos.
- Has vuelto a soñar con él, ¿a qué sí? ¡Claro! A él nunca le viste los
calzoncillos sucios, ¿a que no? No llegaba a casa después de que el jefe le
estuviera todo el día tocando los cojones, ¿a que no? No le oíste roncar,
ni vomitar en el baño, ni pegarse un calambrazo con un puto enchufe, ¡ni
siquiera le oliste un pedo!, ¿a que no, cielo, a que no? ¡No te jode!, ¡así
cualquiera!
66
Ha de sgranado las miserias de la cotidianeidad mientras se duchaba, se
prepar aba un café, se apretaba el nudo de la corbata hasta hacerme creer
que quería ahorcarse.
67
FUMANDO ESPERO
Lo primero que hacía cuando llegábamos a su casa era preparar un té. Dos
cucharadas para nosotros, una para la tetera. Primero la leche, luego el té.
Me contó que esta era una costumbre de cuando el té se tomaba en
porcelana tan fina que el líquido caliente podía quebrarla. Me gustaba
escucharle mientras volcaba el contenido de la tetera en las tazas.
Cuando me llamó para decirme que lo dejábamos, lo primero que hice fue
prepararme un té, una cucharada para mí, otra para la tetera. Las
costumbres más duraderas, pensé, son aquellas que se heredan de un amor
perdido.
68
El amor es a veces
a media tarde de un día que nos ha visto madrugar
que nos ha visto inmolarnos en aras de una nómina
a final de mes
el amor es a veces
este secuestro
un cansancio triste y apagado que me toma por rehén
un esperar que me liberes
sin haberte hecho una señal
sin que nadie haya puesto precio a mi rescate
sin que el zulo haya tomado rostro de agujero
sino la limpia y anodina cara de nuestro cuarto.
Me iré y lo haré,
no dudaré… ni lo intentes o me ofenderé.
No vendré y lo sé, donde llegue éste, estaré.
Solo. Estaré.
… si se fuese y no viese …
… que si dudase, lo viese y dijese: …
Me iré, y no sé donde
ni el cuando llegaré.
70
CAPRICHOS DEL DESTINO
La primera vez que sus caminos se cruzaron, él tenía siete años, estaba sentado en
un banco del parque esperando a que su mamá dejase la charla que mantenía con
una vecina. Una tercera se unió a ellas, empujaba un cochecito porta-bebes que
inmediatamente fue asediado con toda la atención común a esos casos. Al rato
dejaron de lado el cochecito y siguieron las tres con sus cosas y chismorreos. Fue
entonces cuando él, aburrido, se acercó a ver que había dentro de ese cochecito que
tanto alboroto había provocado poco antes. Se quedó mirando a aquella niña que le
devolvía la mirada sin dejar de apurar su chupete azul. Todos los bebés que había
visto hasta entonces le habían parecido feos y coloradotes, sin embargo éste era
hermoso y simpático, sus gestos eran dulces y eso le gustó. Alargó su dedo índice
hacia aquella diminuta manita, ésta se abrió y le cogió el dedo con fuerza, él sonrió
y miró hacia las mujeres para hacerlas participes de ése momento, pero ellas seguían
enfrascadas en sus cosas. Volvió la mirada al interior del cochecito, la niñita seguía
mirándole fijamente, con aquella carita que apenas sobresalía del amasijo de
colchas, edredones, y gorritos que la envolvían...
Él vivía desde hacía dos años en una destartalada buhardilla, donde pasaba las horas
encerrado a cal y canto, siempre delante del monitor de su ordenador. No tenía
amigos ni los necesitaba, su madre se acercaba una vez por semana y le dejaba la
compra del súper delante de la puerta. Esa tarde, esas cuatro paredes se le caían
71
encima, llevaba ni se sabe cuánto tiempo sin salir a la calle y decidió bajar a tomar
un poco de aire fresco.
Ella paseaba su mirada por las estanterías del video-club, para ser más exactos por
las filas de películas que hace tiempo dejaron de ser novedad, buscaba una en
especial: “Nos hacemos falta” de Juanjo Jiménez. Después de varios minutos de
intensa búsqueda la encontró en un rincón. Salió del establecimiento contenta por
su hallazgo y caminó deprisa hasta su casa. Justo un minuto y treinta y dos segundos
después, él entró en el mismo video-club, se dirigió a la dependienta y preguntó por
la misma película, la chica se disculpó y le explicó que sólo tenían una copia y que
ésta había sido alquilada hacía breves instantes por una chica joven...
Una semana después no coincidieron en una librería por veintidós segundos. Por
supuesto ambos compraron el mismo libro...
Tres años y medio más tarde, un fin de semana de un caluroso mes de agosto,
coincidieron a la misma hora en un Pub del casco antiguo de la ciudad, sólo que no
pudieron verse porque él estaba en el WC, vomitando el exceso de alcohol que
anegaba su estómago. Ella entró acompañada de un pijo con un traje
escandalosamente caro. No estuvieron ni un minuto, de hecho no llegaron ni a
pedir, la música demasiado alta y la conciencia de estar fuera de lugar precipitaron
su marcha. Cuando él salió, un poco más aliviado, del wáter, encontró sobre la barra
72
un mechero dorado y un paquete de Chester que ella olvidó en su acelerada partida.
A lo largo de su desastrada vida estuvo a punto, más de una vez, de vender o
empeñar aquel mechero, pero nunca lo hizo, ese mechero despertaba en él un cariño
y una fidelidad que nunca entendió...
Y pasaron quince años más. Ambos acudieron a una exposición de arte, cada uno por
separado. La sala estaba a rebosar de pijos, progres, artistas de tercera, gorrones y
demás faunas urbanas. Él iba dos cuadros por delante, se detuvo frente a un gran
lienzo de tonos grises y amarillos, se dejó llevar por la fuerza de los trazos y el
contraste de los colores. Estaba tan abstraído con el cuadro que no se fijó en la
morena que permanecía parada a su diestra, tan absorta como él en las pinceladas
del lienzo. Los dos fijaban sus pupilas sobre la misma pintura, seducidos ambos por
los mismos sentimientos. Al rato él siguió con el recorrido, ella contempló el cuadro
un poco más.
[FUTURO]
Pasaron treinta y tres años. La vida les ofreció dichas y desdichas, unas cosas
vinieron y otras se les fueron, lugares, personas, bautizos, bodas, entierros... Sus
vidas se encontraron por fin en aquella residencia donde ambos habían ido a parar
para acabar lo que les quedaba de sus vidas. En cuanto se vieron se enamoraron y
supieron que estaban hechos el uno para el otro.
73
DESPEDIDA
- ¿Cuándo vuelves?
- No lo sé.
- ¿Vendrás por Navidad?
- Ya te he dicho que no lo sé.
- ¿Y cómo me pongo en contacto contigo?
- En cuanto tenga el teléfono instalado yo te llamaré.
- ¿Puedo escribirte?
- Te mandaré la dirección cuando la tenga.
- Adiós.
- Adiós. Llámame, por favor.
74 Pereza
Pepe
LA PARTERA
Fue pa ra la Navidad del 99, me parece. En el 2000 no, porque había más
bochinche con lo del fin de siglo y me acordaría, me parece que fue para el
99, nomás. Ya habíamos sorteado las guardias y a mí, por primera vez en
años, me tocó Navidad. Siempre me toca Año Nuevo pero esta vez no,
Navidad. Qué sé yo, a mí Navidad me parece menos fiesta, más como una
cosa para adentro: nos saludamos, somos todos buenísimos, nos queremos,
pero, como cuando el nene toma la comunión, es entre nosotros nomás. En
cambio Año Nuevo es más para afuera, más de cañita voladora, de bocinazos
y caravanas por el centro. Si cuando yo era chica hasta serenatas había. Era
de lindo... Se juntaban cinco o seis locos, una guitarra o un acordeón y salían
por todo el pueblo a dar serenatas. Hasta si tenías suerte te tocaban dos o
tres al hilo. Eso sí, tenías que tener preparada la sidra para los musiqueros,
porque sí no, capaz que te bajaban la casa a piedrazos, con la curda que ya
traían de serenatas anteriores.
75
los meses, pero en el hospital te cae cualquiera que ni se ha enterado que
está embarazada, que no se ha hecho un examen de nada, que no tiene idea
de por dónde va a salir el muchachito, ganas de matarlas te dan. Sin contar
las condiciones en que vienen. Condiciones de salud, sí, pero de mugre
también. No tiene idea lo que es. A algunas habría que manguerearlas
primero, viven en cuevas y la única cama con sábanas que conocen es la del
hospital. Claro, si vienen a parir cada nueve meses. Y ni te avisan, habría
que marcar en el almanaque para saber cuándo van a venir la próxima vez,
yo siempre digo. Y que no me apuren, que van a ver cómo lo hago.
Y dicho y hecho. ¿Usted quiere creer que esa Navidad no había quedado
prácticamente nadie internado en el hospital? Les había agarrado a todos una
epidemia de salud; alta para todo el mundo dieron los médicos ese día. A la
tardecita empezaron los cohetes por el barrio y yo pensé que en cualquier
momento iban a caer con las quemaduras, pero no. Ni siquiera eso. Para la
noche habíamos armado una mesa que ni la de Mirtha Legrand. Carla, la de
terapia, había hecho un centro de mesa con las flores del jardín que era una
belleza. Marcelo, el médico de guardia, la cargaba porque había puesto los
adornos en los papagayos, pero quedaron hermosos.
Estaban mis tomates rellenos, un vitel thoné que hizo la mujer de Marcelo,
sandwichitos de miga, un poco de lechón frío, ensalada. Y de postre, los
pastelitos de la Piru.
76
Cuando le puse el chico sobre el pecho me di cuenta de lo que iba a pasar. Lo
había agarrado sosteniéndolo, solo sosteniéndolo, como para que no se
cayera al piso. Miraba para adelante, para arriba, para el costado, pero no al
nene. Marcelo le preguntó qué nombre le iba a poner y sólo se encogió de
hombros. “Jesús”, dije yo que me acordé de la de terapia. Jesús le quedó,
porque la flaquita se fue sola a la mañana temprano, antes de la primera
visita de sala, sin haber dicho nada más que su nombre.
Todos habíamos anticipado que eso iba a pasar, la misma noche del
nacimiento, cuando estábamos comiendo los pasteles de la Piru. Marcelo se
puso cargoso para que le cambiáramos el nombre. Lindo destino le eligieron
al pibe con ese bautizo, decía.
Volvió antes, por un aborto mal hecho, y se murió a los tres días. Pero esa
vez, menos mal, yo no estaba de guardia.
Silvia Loustau
77
CORAZÓN ROTO
Nunca permitiré
Que nadie llegue
Ni siquiera a sospechar
La manera
En que mi corazón roto
Me está matando
78
Acerca de mi muerte silenciosa
Pues sólo lloraré
Bajo la lluvia
Nunca nadie
Vislumbrará mi tristeza
Sólo yo sabré de ella
Y gemiré en soledad
79
Enrique Fuentes-Guerra
EL AMANTE
80
TIJERA
Verónica
81
García
SEMÁFORO EN ÁMBAR
Aún recordaba su última llamada, el móvil no tenía buena cobertura, sin embargo
eso no fue impedimento para que notara un hilo de preocupación en su voz.
Estaban terminando la decoración del piso, todos los pormenores de la boda se
encontraban resueltos, sólo quedaba por elegir la tonalidad exacta del salón para
colocar los muebles, pero no encontraban el momento oportuno, últimamente su
novio nunca tenía humor para tomar decisiones.
Aquel día la llamó más temprano de lo habitual, según él ya era hora de hablar en
serio, Luisa no dio importancia a tanto formalismo y dijo entre risas
Todo lo demás fue como la proyección de una película, su cuerpo caído sobre el
asfalto, las voces de los testigos, la estridente llegada de la ambulancia, la rápida
actuación de los sanitarios, la marcha entre aquellas intermitentes luces naranjas,
el ingreso en cuidados intensivos y el diagnóstico: Traumatismo Craneoencefálico
Grave.
82
lo llamaba una y otra vez. Sólo cuando su novia comenzó a llorar, dirigió la vista
hacia ella, cerró los párpados para no ver esa situación y no los volvió a abrir.
Cuando salieron las esperaban un grupo de amigos de la pareja, los habían llamado
para informarlos sobre la mejoría, y se presentaron para felicitarlas, con ellos se
encontraban dos jóvenes de rasgos sudamericanos, las había visto en contadas
ocasiones, aunque nunca les prestó atención, no sabía ni le interesaba saber
quienes eran, dio por hecho que se trataban de dos nuevas conquistas de los
chicos. En esta ocasión el tiempo de coincidencia se dilató algo más, habían
solicitado hablar con el médico de guardia y estaban esperando ser atendidas. Fue
entonces cuando Luisa se fijó detenidamente en una de ellas, la mulata de
ajustados vaqueros, le llamó la atención su extremada intranquilidad y como la
arropaban los amigos. Preocupada intentó acercarse al grupo con la intención de
explicarles la situación, pero la mano de la suegra agarrándola por el brazo lo
impidió.
No entendía nada, todo era tan ilógico, miró con espanto a su suegra, a los amigos,
y a esa desconocida mulata que se acercaba nerviosa al doctor.
Luisa no quiso ver más, un sudor frío cubrió su frente, necesitaba aire, necesitaba
abandonar ese sitio, dejar de ver aquella imagen. Salió rápidamente a la calle, se
apartó el flequillo con las palmas de las manos para retirar el desagradable sudor,
apoyó la espalda sobre la pared del edificio, lentamente se fue escurriendo hasta
quedar en cuclillas, y en esa postura casi fetal sintió resquebrajarse todo su
mundo.
83
- No quería que sufrieras… pensé que cuando se recuperara del accidente
recapacitaría, no anularía la boda, tú…
Se apartó bruscamente sin dejar que terminara la frase, en ese in stante comprendió
que todos sabían de la existencia de esa mujer, todos menos ell a, y se sintió
estúpida, vacía, como una muñeca hecha jirones a la que miran s in saber como
recomponer. Un extraño sentimiento mezcla de ira e impotencia la sacudió, le
hubiera gustado insultar, gritar, llorar, pero estaba exhausta… habían sido tantos
días… tantas horas de dolor.
Tenía una necesidad exigente de encontrar una respuesta a todo aquello, pero no
pudo, ante ella sólo apareció el semáforo en ámbar y el coche rojo , sin embargo
ahora era su propio cuerpo el que estaba estrellado contra la pared.
Esperanza
García 84
Guerrero
TRIBUTO A MIS AMANTES
¿Me ama s? Supongo que tan sólo puedes decir que me has amado alguna
vez, que a tu lado fui feliz, que ahora eres tan sólo una utopía, una más de
las que componen mi vida.
Han pasado muchos años, muchos meses, muchos días, desde que tus labios
dulces me besaban, han pasado tantos segundos y tantos amantes desde que
tus manos curiosas me acariciaban.
¿Qué ha pasado? Han pasado tantas cosas, hubo tantas decisiones que tomar,
tantas lágrimas por derramar, tantas sonrisas que esperaban a ser
descubiertas.
Amante, dícese de aquel que alguna vez amó mis sonrisas, aquel que alguna
vez sintió la necesidad de abrazarme, aquel que adoraba el tacto de mi
pálida piel; amante, aquel que saboreó mis besos dulces o amargos, mis
besos inocentes o encendidos...
Mi querido amante, aquel por quien todo lo arriesgué, aquel que todo me
hizo perder, mi amante, mi querido amante, aquel que hacía del tiempo una
variable relativa, ¿cuánto tiempo compartimos juntos? Años, minutos,
meses, días...
Amante, a ti que aún no has llegado a mi vida, aquel que tal vez nunca
llegue, aquel que quizás llegue un día y no se marche nunca más, aquel que
decida volver a arriesgar, aquel dolido por mis palabras, o aquel que me
hirió con las suyas.
A mi amante, en definitiva a ti, que algún día lo fuiste, o que algún día lo
serás.
85
SEMEJANTE
Subes la guardia
Observas mi escalera
Y te quedas lejano
Al otro lado
Semejante y olvidado
SIN TI
Sin ti
86
LAS HORAS ENVEJECEN
Podría susurrarte al oído desde el otro lado de este océano que nos
separa, y exhalar con solemnidad palabras como estas, amor, pero
el silencio me lo impide, anida en los labios agrietados, en esta
alma, erosionada de realidad.
Paz Hernández
87
LA DEPRESIÓN DE LA CLOROFILA
88
todo son paredes con cuadrados de vacío.
No puedo dormir hasta encontrar la perfecta forma
y quiero sufrir hasta tener santos en mis dedos.
Como admirador de la belleza no debería volver a tocarte;
no sé si quiero que beses mi alma en descomposición
y debería seguir simplemente enamorado
en este constante perderte.
Con la memoria calcinada me muevo en este entorno añil de confusión
pero no quiero dejar de montar los extremos del dragón que tú me das.
89
MINIDESCOMPOSICIÓN
José Ángel
90 Conde
UN BUEN NEGOCIO
Una vez centrada en lo que mi amiga me decía, le dije a todo que sí. No
tenía nada que perder. Acepté quedar con ella para mirar el anuncio, que
iba a salvarme de mi existencia abocada al fracaso. Desde mi divorcio todo
eran deudas, todo era triste y todo era una mierda. Sí, porque ya no me
quedaba ni la poca dignidad de la que presumía, delante de amor de mi
exvida.
Susana me conocía bien, era mi mejor/única amiga, sin dinero los amigos
no lo son tanto... Y además, tenía siempre razón. Nunca había mencionado
nada en contra de Álvaro, aunque yo notaba, que había cierta tirantez
entre ellos. El día que se enteró de que le había puesto las maletas en la
puerta, le dio un ataque muy raro, una risa floja, no sabía qué pensar.
Hasta que me confesó, que ése hijo de puta, el mismo día de la boda, en el
banquete, le dijo, que si ella quería se la tiraba en el baño, que sabía que
era una cachonda integral que calentaba todo tipo de pollas... Me quedé
estupefacta, y siguió:
- Cómo comprenderás no podía decirte una cosa así, y alucina, que hasta
he rezado para que abrieras los ojos cuanto antes, porque no aguantaba
más sin contártelo; he pasado un verdadero calvario de disimulos; sobre
todo, referido a mis amantes de diferentes colores, que le ponían como
una moto. Si te enseño los mensajes que me mandaba te mueres. Por
91
ofensivos, xenófobos y bueno... Repugnantes. Pero, que te quede cl aro,
que si los quieres utilizar en el juicio, por mi adelante, que tú er es mi
amiga con todas las consecuencias y por mi reputación no te preo cupes,
que yo sabré qué hacer con ella.
Me quedé un rato con la boca abierta e hice como que me enfadab a, por
no habérmelo contado, pero lo cierto es que no me importó, m e sentí
desconcertada, pero aliviada... Recuerdo que esa noche dormí como un
lirón y quise a Susana como creo que no he querido a nadie en m i vida.
Supe, que jamás haría nada irremediable que rompiera nuestra amis tad.
Hace casi dos años que vivimos juntas, el negocio va de maravi lla y
nuestra hija cumplirá tres meses mañana.
92
UN ADORNO MUTILADO SUSPENDIDO EN LA NADA
Ya no sabes llamarme,
se te llenó la boca de perfumes de otras
de canciones de otras
recetas que engullir.
Ya no sabes llamarme
enfermaste de chuches
de muñecas rabiosamente teñidas
envueltas en marcas podridas
de explotación amarilla...
No te vi
y tampoco te oiría
si supieras llamarme.
93
Begoña Leonardo
Atravesó mis
venas
con su sonrisa.
Me volvió
las venas
del revés y
– cuando era
una madeja
de sumisión –
me partió
94
de una bofetada
todas las
vértebras de
mi amor.
Y lloré…
Una mañana
salí de mi encierro
y,
al volver a
casa,
lo maté.
(Con un
cuchillo afilado
como su lengua).
Entonces descubrí
que no era
el príncipe
que había estado
esperando.
Su sangre
no
era
azul.
95 Tejada
Yolanda Sáenz de
INVISIBLE
Un día ella dejó de ser invisible a sus ojos. Ese día, y desde una hora
que no podía determinar, había comenzado a notar su presencia como
una niebla espesa que se extendía a su espalda y que amenazaba con
alcanzarle en algún lugar de la casa. Ella había sido para él la persona
que mantenía en perfecto orden su casa y su vida, que regañaba si
dejabas tirada la ropa en el suelo del baño y que había decidido donde
irían de vacaciones cada verano.
96
DUERME
E SCONDIDO
1B
Miramos,
miramos sin detenernos.
Si me detengo te declaro mi amor.
Jugamos,
nos jugamos la vida en cada gesto.
Carmen Ramos 97
EUTANASIA
Veo pasar los días en el calendario, uno detrás del otro, quisiera
que el tiempo se detuviera también para mí, ser tu acompañante en
ese espacio suspendido en donde no hay cabida para el pasado, el
presente o el futuro, simplemente permaneciendo, sin recuerdos,
anhelos o deseos. La frustración se apodera de mí entonces, casi sin
sentirlo, murmuro quedamente: "no nos dejes por favor".
98
De pronto, quisiera gritarte, ordenarte que reacciones, que
despiertes y vuelvas a nuestro lado. Pero me contengo, sé que no
puedes hacer nada, siento que las fuerzas se me han agotado, estoy
anestesiada igual que tú con la diferencia de que yo sí siento el
dolor sofocando mi pecho cada que intento respirar.
99
¿Existirá acaso la eternidad? En tu caso, no fue así. Te encuentras
suspendido entre la vida y la muerte sin retornar del todo y sin irte
de una vez. "No te mueras" me escucho nuevamente decir. Mi
suplica rebota en las paredes golpeándome el rostro con impiedad
mientras las lágrimas van dejando tras de si un sendero salado y
húmedo que me hacen conciente de mi cada vez más agria y banal
existencia .
100
Hoy ha llegado el momento de decirte adiós. Con las tijeras
invisibles de la resignación corto el lazo que te aprisiona en esa
zona intermedia entre la vida y la muerte. Eres libre... sé feliz.
Él y yo, nos miramos a los ojos con tristeza, las lágrimas delatan
nuestro fracaso. Abandono el lecho y comienzo a caminar
sintiendo su mirada en mi espalda mientras tus despojos se quedan
ahí. Me siento infeliz, pero liberada. Me despido de ti diciendo:
Elena
101 Ortiz
102
Eva Márquez (Madrid, 1977). Licenciada en Derecho. Escritora y poeta novel.
Algunos de sus poemas han aparecido en diversas páginas Webs y Blogs, así como
en diversas publicaciones, digitales e impresas, de España e Hispanoamérica. Tiene
su espacio en las Afinidades Electivas y forma parte del REMES (Red Mundial de
Escritores en Español). Compiladora de la antología digital “Esnifando Letras”. Ha
publicado los libros “Cosas que nunca te diré” (Groenlandia, 2010) y “Retales de
Estrógenos” (Bohodón Ediciones, 2010). Forma parte de la antología “Póker de
Reinas”. Blog: http://cosasqnuncatedire.blogspot.com.
HU UH
Ángel Muñoz Rodríguez (Leganés, Madrid, 1977). Licenciado en Historia del Arte.
Fotógrafo, poeta, narrador novel. Ha participado, con sus poemas, relatos y
fotografías, en diversos recitales y exposiciones, y ha colaborado en distintas
publicaciones literarias. Tiene su espacio en las Afinidades Narrativas. Ha
publicado el poemario “Ya no leo tebeos de Wonderwoman” (Groenlandia, 2010).
En breve, publicará nuevas obras y aparecerá en distintas antologías poéticas. Blog:
http://angelrodriguezpoeta.blogspot.com.
HU UH
103
Manuel Guerrero Cabrera (Lucena, Córdoba, 1980). Licenciado en Filología
Hispánica, actualmente es profesor de lengua y literatura en secundaria. Director
de la revista literaria lucentina Saigón y miembro de la asociación cultural
Naufragio. Ha publicado el poemario “El desnudo y la Tormenta”, el ensayo
“Tango Bailando con la Literatura” (ambos en la editorial Moreno Mejías) y el
estudio “Estudios Críticos de Literatura del siglo de oro”. Su blog:
http://manuelgc.blogcindario.com.
HU UH
Andrés Ramón Pérez Blanco (Illescas, Toledo, 1982). Escritor de relatos, poeta –
en todos los sentidos - cocinero, entusiasta lector, organizador de recitales poéticos
y “terrorista” literario. Perpetrador del fanzine Creatura. Sus poemas y relatos han
aparecido en antologías, en distintas publicaciones literarias digitales e impresas,
así como en blogs. Ha publicado el libro “Satélite de Inhóspito Planeta” (primera
edición agotada, segunda disponible en formato digital) y ha participado en
diversas antologías literarias. Tiene su espacio en las Afinidades Electivas y
Narrativas, forma parte del REMES. En breve, aparecerá en una antología digital
de poesía chileno-española. Su blog: http://elkebrantaversos.blogspot.com.
HU UH
Antonio Huerta (Cádiz, 1984). Ha publicado los libros “Mi último verso” (2006),
“Tuyo y mío” (2007) y “Dichosa tarde de escala de grises” (2009). Colabora
asiduamente en diversas revistas literarias, de formato electrónico o papel
(“Groenlandia”, “El Margen”, “Ohjas Sueltas”, etc) así como en blogs. Mantiene la
Web personal y diario digital “Ahora que nadie nos ve” (www.antoniohuerta.es).
HU UH
Eva Cabo (Lugo, España, 1977). Comenzó sus estudios de Filología Hispánica en
Lugo. Ha obtenido distinciones y algún que otro premio en concursos locales de
cuentos y poesía. Asimismo ha participado en varias publicaciones electrónicas,
como “03 sin r”, “Ariadna”, “El viejo faro”, “Poesía Salvaje”, “Los Noveles”,
“Groenlandia”, “La Siega”, etc. Actualmente vive en México y compagina el oficio
de cuentacuentos con el de tirititera. Realiza también talleres y escribe guiones
para obras de títeres. Forma parte del grupo poético “Las poetas del megáfono”.
104
Mantiene dos blogs con sus poemas y actividades de su grupo poético:
http://elarbolrojo.zoomblog.com y http://el-arbol-rojo.blogspot.com.
HU UH HU UH
David González (San Andrés de los Tacones, Gijón, 1964). Ha publicado “En las
Tierras de Goliath”, “El diablo de coma las orejas”, “Loser”, “Reza lo que sepas”,
“Sembrando hogueras”, “El debut del chico tatuado”, “Algo que declarar”, etc. Sus
poemas han aparecido en diversas antologías literarias y han sido traducidos al
portugués, inglés, alemán, árabe y húngaro. Ha coordinado diversas antologías
poéticas.
105
Daniel Sergio Pulido Ortiz (Bogotá, Colombia, 1956). Ha publicado “Cro-nicas
para la Edad del Hombre” (2000), “Cuentos para leer en familia” (2002), “Asuntos
del Barrio” (2007) y “Las puertas del cielo” (2009). Como pintor ha participado en
numerosas exposiciones individuales y colectivas. Como muralista ha realizado
numerosos trabajos. Actualmente, vive en León (Nicaragua). Forma parte del
grupo que edita el fanzine \ panfleto literario Deshonoris Causa.
Vicente Muñoz Álvarez (León, 1966). (León, 1966). Poeta, narrador y editor. Ha
publicado diversos poemarios (“Estación del Frío”, “Privado”, “Parnaso en llamas”)
así como obras de narrativa (relatos y novelas como “Buscando la luz”, “Los que
vienen detrás”, “El merodeador”, “Marginales”, etc). Ha aparecido en multitud de
antologías (“Voces del Extremo”, “La venganza del Inca”, “Poesía para Bacterias”,
“Qué nos han hecho”, etc) y ha coordinado algunas, como “23 Pandoras” o “Hank
Over \ Resaca”. Mantiene el blog de literatura: http://mividaenlapenumbra-
HU
vinaliatrippers.blogspot.com. UH
Roberto Ferrer (Cádiz, 1985). Joven poeta andaluz, que comienza su rodaje lírico
con su primera obra “Grima y Escombros” (2010). Ejerce como educador en su
localidad natal, sirviéndose de la música como recurso pedagógico. Es licenciado
en Educación Social. Anteriormente ha publicado en periódicos de tirada estatal
como Diagonal y Rebelión. Actualmente publica su poesía en diversas revistas
H
106
Luis Sevilla (Madrid). Poeta, narrador, fotógrafo, crítico, misántropo. Ha aparecido
en diversas antologías. Mantiene el blog: www.lacasaenpenumbras.blogspot.com.
HU UH
Ana Pérez Cañamares (Santa Cruz de Tenerife, 1968). Algunos de sus cuentos y
poemas han aparecido en antologías como “Por favor sea breve” (Editorial Páginas
de Espuma), “Maldito amor mío” (Signo Tres, Lima), “23 Pandoras, poesía
alternativa española” (Baile del Sol), “Qué nos han hecho” (Isla Varia), “Poesía
capital” (Sial\Contrapunto), etc. En 2007 publicó su primer libro de poemas, “La
alambrada de mi boca” y “Alfabeto de cicatrices”; en el 2009, reeditó su libro de
cuentos “En días idénticos a nubes” (ambas editadas en Baile del Sol). Administra
el blog www.elalmadisponible.blogspotl.com.
HU UH
José Luis Gutiérrez (Madrid, 1971). Escritor. Comparte el vicio de escribir con un
grupo de música, “Astro-Pop”. Página: http://metamorfusis.blogspot.com.
HU UH
Pepe Pereza (Logroño, Pepe Pereza (Logroño). Ex – actor, guionista, poeta, escritor
y director. Sus relatos han aparecido en diversas revistas y fanzines como
“Narrativas”, “Lafanzine”, “Al otro lado del Espejo”, “Agitadoras”, “Cruce de
Caminos”, “Groenlandia”, así como en diversos blogs: “Crónicas para decorar un
vacío” (de Xen Rabanal), “Hank Over \ Resaca” (Vicente Muñoz Álvarez y Patxi
Irutzun), “Esto no es una película, amigo” (David González), etc. Ha publicado el
libro de relatos “Putas” (Ediciones Groenlandia). En breve, publicará: “Amores
Breves” (Editorial Baile del Sol) Publicó, hace tiempo, un poemario en una
editorial de provincias.
107
Silvia Loustau (Mar de Plata, Argentina). Escritora, poeta, traductora. Ha ganado
diversos premios por sus poemas y cuentos. Ha publicado “Mandala”, “El
metabolismo de la lágrima” y “Espejo de los días”. Ha aparecido en distintas
antologías literarias y ha escrito diversos ensayos. Sus poemas han sido traducidos
al catalán, rumano y sardo. Colabora en revistas literarias, nacionales e
internacionales, así como en distintos sitios Webs. Corresponsal y miembro de la
Secretaria de Redacción de la Revista Anual Artesanías Literarias (Israel).
Miembro de Poetas del Mundo. Su último poemario es “De Mar y Madres”. Su
blog: www.silvialoustau.blogspot.com.
HU UH
Verónica García (Las Palmas de Gran Canaria, 1967). Ha publicado los poemarios
“La mujer del Cubo verde”, “Sinestesia”, “Posibles Enunciados”, “El Universo de los
Náufragos”, “La Isla del Caimán”, “La fiesta innombrable”, “De Amor y Locura”,
etc.
Esperanza García Guerrero (Sevilla). Forma parte del proyecto Fahrenheit 451 (Las
Personas Libro). Sus poemas aparecen en diversas antologías: “Poemas para un
minuto” (Editorial Hipálage, 2007), “Girapoemas” (2009). Ha participado en
diversas revistas, como “Hoja de Papel”, “Groenlandia” y algunas páginas Web de
Literatura. Ha formado parte del ciclo “Versos Sumados”, dentro del Festival
Cosmopoética (Córdoba, 2009).
108
Begoña Leonardo (Zamora). Trabajadora de la palabra. Colabora en diferentes
medios como freelance y su voz puede encontrarse en formatos digitales, blogs y
revistas literarias. Su opinión y pensamiento aparece en artículos del Magazine de
la Vanguardia. Con el músico Juan Luis Santana ha colaborado aportando letra a
sus composiciones y en numerosos conciertos ha recitado sus acompañamientos
corales. Posee tres poemarios: “Respira y luego dime que estás vivo”, “Nadie dirige
las palabras” y “No frenes la lengua de los pájaros” (digitales). Dirección de blog
personal: http://aquinohaycerraduras.blogspot.com.
HU UH
109
gráfico y la serigrafía, trabajando como diseñadora para diversas empresas; al
diseño digital, desarrollo y gestionó el departamento de diseño e la empresa
Inforvisión.es. Con una importante presencia en la red, actualmente, coadministra
“ArtBabel”, “Apasionarte”, “Pinta Mi Amor No Pares”, entre otros. Bloguera
activista.
Juan Carlos Cardesín (Guipuzcoa, 1967). Pintor. Estudió Arte y Decoración en San
Sebastián; es graduado en Artes Aplicadas (Escuela de Artes y Oficios de Zaragoza)
y ha realizado talleres de pintura y acuarela. Ha participado en diversas
exposiciones (individuales y colectivas) y ha obtenido diversas menciones por sus
obras pictóricas. Mantiene los espacios artísticos: www.acuarelascardesin.com,
U U
www.mimoleskinenegro.blogspot.com y www.apuntadeplata.blogspot.com.
U U U
Ana Laguna Mateo (Barcelona, 1969). Comenzó sus estudios de Fotografía a los 19
años, realizó tres años en la Escola Industrial de Barcelona, dentro del
Departamento de Estudis Fotografics. Al trasladarse a Londres estudia la
Licenciatura en Photographic and Electronic Imaging Science (Universidad de
Westminster). Al regresar a su ciudad natal, en el 2001, completó la Licenciatura
de Bellas Artes (especialidad en Imagen). Durante años se ha dedicado al reportaje
social, a la fotografía publicitaria, retrato, galerías, etc. Ha trabajado para los
mayores músicos del Reino Unido.
Carmen Guillén (Huelva, 1984). Escritora, poeta, fotógrafa. Sus textos (poemas y
relatos) han aparecido en diversas publicaciones. Tiene un blog:
http://alasombradelciprés.blogspot.com.
HU UH
110
Todos los textos pertenecen a sus respectivos autores: el
prólogo, de Eva Márquez; los poemas, de Lucia Fraga,
Antonio J. Sánchez, Manuel Guerrero Cabrera, Miriam
Palma, Antonio Huerta, Eva Cabo, Jesús Suárez, David
González, Silvia Rodríguez, Ulises Varsovia, Vicente Muñoz
Álvarez, Roberto Ferrer, Adriana Bañares, Luna Miguel, Ana
Patricia Moya, Daniel Rojas Pachas, Ana Pérez Cañamares,
José Luís Gutiérrez, Enrique Fuentes-Guerra, Verónica
García, Paz Hernández, José Ángel Conde, Begoña
Leonardo, Yolanda Sáenz de Tejada y Carmen Ramos; los
relatos pertenecen a Ángel Muñoz Rodríguez, Andrés
Ramón Pérez Blanco, Mario Jorge Piro, Óscar Varona,
Daniel Sergio Pulido, Adriana Bañares, Ana Patricia Moya,
Luis Sevilla, Ana Pérez Cañamares, Pepe Pereza, Silvia
Loustau, Esperanza García Guerrero, Begoña Leonardo y
Elena Ortiz. Las imágenes - ilustraciones fotográficas,
pictóricas y de diseño gráfico – pertenecen, así mismo, a
sus correspondientes autores, que son, Ana Laguna
(portada y contraportada), Ángel Muñoz Rodríguez
(páginas 19, 26, 70, 76 y 86), Felipe Zapico (17, 33, 55, 74 y
88), Juan Carlos Cardesín (15, 40 y 47), Carmen Guillén (13,
46 y 97), Felipe Solano (6, 21, 36, 65, 67, 78, 81, 92, 101 y
115), Amarande Guzmán (5, 10, 25, 28, 29, 38, 44, 52, 54,
84 y 95) y Ana Patricia Moya (61).
111
ÍNDICE
Lucia Fraga
Entre tu mirada y mi mirada 9
Amor destragado 10
Más allá del deseo 11
Antonio J. Sánchez
Tu piel 12
Adiós 13
Miriam Palma
Tú, al inicio de mis torpes versos… 18
Se aleja la luz roja de tu moto… 19
Quizá nunca te has ido porque nunca te viniste… 20
Antonio Huerta
Sonrisa de Amèlie 23
Esta noche los perdedores han vencido 24
Un cigarrillo espera en la mesilla de noche 25
Eva Cabo
Entre los renglones 26
Jesús Suárez
Calentamiento global 29
David González
Silvia la del pelo rojo 30
Saliva 33
Lágrimas 34
112
Óscar Varona
El increíble hombre ingrávido 35
Silvia Rodríguez
Suit of armour 37
Ulises Varsovia
La misma tensión 39
Tal vez vivo existencias 40
Existiendo 41
Roberto Ferrer
Etcétera 47
Alcohol para las llagas 48
Ya sólo entiendo el dialecto… 49
Adriana Bañares
Lobotomía 50
Me quité mucha importancia a mí misma… 52
Luna Miguel
La poeta y el narrador (escena de cama) 53
Luis Sevilla
Dime si la casa huele a mí 55
Pepe Pereza
Caprichos del destino 71
Despedida 74
Silvia Loustau
La partera 75
Enrique Fuentes-Guerra
Corazón roto 78
Verónica García
El amante 80
Tijera 81
Paz Hernández
Tributo a mis amantes 85
Semejante 86
Sin ti 86
Las horas envejecen 87
Begoña Leonardo
Un buen negocio 91
Un adorno mutilado suspendido en la nada 93
Carmen Ramos
Invisible 96
Duerme 97
Escondido 97
Elena Ortiz
Eutanasia 98
(Friedrich Nietzsche)
115
“El amor no nos salvará del ocaso,
pero sí nos hará más fuertes para
afrontar el agrio momento de la
despedida final. Ambos somos
conscientes del fatal desenlace” (del
prólogo, por Eva Márquez).
116