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La adoracin corporativa debe ser centrada en Dios y dirigida a Dios. Una metfora til
es la nocin de un dilogo que Dios ha iniciado con Su pueblo (cf. Ex 24., esp. v. 1) y Su
pueblo ha de responder a l en adoracin. Las Escrituras, especialmente los Salmos,
definen bien esta respuesta. Adoramos al Seor por quien l es (cf. Sal 136, 148) y por lo
que l hace (cf. Sal. 98:1, 18; 136; Rom 12:1). Debido a que la adoracin corporativa es
un paseo litrgico a travs de este dilogo, es oportuno que la iniciacin de Dios sea
representada en la audicin de la lectura de la Palabra, predicada y cantada. Al mismo
tiempo, nuestra respuesta a la iniciacin de Dios muestra la gama completa de
reacciones humanas, que pueden ser resumidas como un equilibrio de reverencia y
celebracin (vemos tal contraste en la primera y segunda mitad del Sal 95; Sal 2:11). As
que la adoracin corporativa debe, a veces, asumir la postura de reverencia, temor y
sumisin (Ap 4-5; cf la etimologa de la palabra griega y hebrea para adoracin). En
otras ocasiones, la adoracin corporativa es celebrativa, exultante y emocionante (2 Sam
6:14-16; Salmos 146-150). La adoracin corporativa no slo involucra toda la gama de
expresin humana, involucra cada faceta de la persona: cuerpo y alma (Deut 6:5; Mat
22:34-38; Rom 12:1-2), intelecto y emociones.
Una manera particular en que la Iglesia de Cristo, desde sus inicios, ha expresado su
adoracin corporativa es a travs de la msica, especialmente en el canto
congregacional. La msica es, histricamente y teolgicamente, una parte central de la
adoracin corporativa de la Iglesia. Respecto al estilo musical en la adoracin
corporativa, mientras que soy un objetivista esttico (i.e., existe criterio objetivo por el
cual podemos juzgar si una pieza de msica es ms o menos bella que otra), hay un lugar
en el entorno corporativo para una amplia gama de estilos musicales. Nuestro contexto
privilegiado en la Amrica del siglo 21 nos permite experimentar y ser expuestos a una
amplia gama de estilos culturales musicales, y si es del todo posible estos deben
reflejarse en la adoracin corporativa de la Iglesia (dentro de ciertos lmites de la razn y
la inteligibilidad). Una apropiada expresin, entonces, del culto de la Iglesia
metropolitana Estadounidense es unidad (Ef 4, Juan 17:20-26) en la diversidad. Esta
diversidad es de pueblos y culturas (Gal 3:28-29, Colosenses 3:11), instrumentos
musicales (Sal. 150:3-5), y tipos de cantos (Col 3:16).