You are on page 1of 12
EL VALOR SOCIAL DE LA CONFIANZA Criss de confianza En 2011 hubo en Espafia 9,5 millones de peitos, uno por cada cinco habtantes. En Francia, con 66 millones de habitantes, se pesentaron tan solo seis milones. Nuestro Gobierno se preocupa y anuncis medidas pare contener ese furor judicial (deereto ley anilitigis, nuevas tas). Elan por pleitear es indieador de ersis social. Cuando la confianza deja de prestir as relaciones sociales, intervienen abogados y juoces. El contrato de los profesores del sistema piblico de ensefianza media Ge Nueva York ‘ocupa 167 piginas, dedicadas en su mayoria ala defensa de privilegios d todo tipo. No hay que ser un line para relacionar la cultura de trabajo que se adivina en esa aetitud con el alarmante bajo nivel de la ensefanza publi neoyorking La confianza se convierte en un “tema de actualidad” justamente cuando falta, como ‘eure con el aire que respitamos. Paree evidente que este es nuestro eso, en Espala y fen Oceidente en general. La crisis financier y evondmies que sutimes es, en buena ‘medida, uns crisis de confianza, “Pérdida de confianza”: as labs el Frankfurter Allgemeine Zeitung a eénica sobre Ja conferencia de apertura del ltimo Foro Mundial de Davos (28 de enero de 2012, 11), La imervencion de Klaus Schwab, dediada a la crisis del eapitalismo, caus6 tanto Jmpacto como desconciero entre los representantes del mundo econdmizo. En cambio, singlealistasy politicos se mostraron més sensible, ‘Simén Peres, presidente de Israel, lo expres6 con sencillez: “Es la primera vez que tengo la sensacin de que ln gente no ha venido a Davos para llevarserespuestas a cas, sino para intentr averiguar cules son Ias preguntas que hay que plantarse". Una de ‘sae cuestiones fundamentales que se plantearon en el Fora era cémo los politicos y tempresarios del mundo capitalist podianrecuperar la confianza, ‘Segin manifestaban todos los estudios ¢ informes presentados al comienzo de las sesiones, se repistraen nuestro mundo une alarmante pérdida de confianza. La situacién es muy grave, si compartimos la apreciacién de The Economist ineligence Unit 2005: “The most valuable asset Inthe capitalist economy Is not cash, stock or bulldngs, bu trust” (9.4). “Una cumbre que genere conianza”, ere titulo del editorial de ABC G0 de enero de 2012, p. 4) ante Ia enésima cumbre de los lderescuropeos para abordar la crisis El problema no ex exclusvamenteoesiental Chile or cmp, no nos va a zaga en cuanto ambiente deprinido, A pesar de tatase de un pals eaivamente tranquil y bien gestionado, los chilenos no confian en los demas en mayor grado cue sus vecinos Intinoamercanes. CCrece el aleamiento 0 extrifamiento entre la ciudadani y la clase poltca, La gente sigue prefiriendo la democracia a cualquier otra forma de gobiemo, pero el desprestgio de los parties politicos y de las instituciones democrticas ~perlaments, senados, g2obiemos, judicatura- es alarmante. Y ese apoyo a la democracia, aunque sigasiendo Imayortario, se deblita en algunos paises -por ejemplo, en Latinoarérice-. Los “inereados financeros’ ya han nombrado a los jefes de Gobierno en Grecia e Talia € ‘mponen su agenda alos de Portugal y Espa Los bancos ¢ instituciones financieras, las grandes empresas y los sindcatos apenas superan a la clase politica en el aprecio por parte de a gente. No se tata sco de que la poblacién en general desconfie de los actores econémicos. El ambiente dentro de las empresas deja asimismo mucho que desear. Los datos proporeionados por ls mas variados estudio son alarmantes: algo mis del 60 ‘% de los empleados espafles no conta en su jefe; un tereio se queja de que nunca cscucha; la mitad de la poblacion activa sefale su jefe como la principal fuente de tensién, preocupacién y malesar deivada de su trabajo. El 60 % de fo asalariados ‘espaol revela que lo que is le incomoda de su empleo es el mal ambiexte que flota ‘entre sus propios companeros. Y que se debe a la falta de apoyo y comunicacin, sin dlesprecar las enviiasy ivalidades, Ver en los compaferos a rivales y competidores es una eonsecuencta ratural de ta estructura jenirguiea que sigue predominando en ef mundo labral. Fl descontento no resulta exclusiva de los subordinados o no solo se extende entre los compatiros. Los jefe tambign se quejan de sus subordinados: nueve de cada diez directives espaioles cpinan que es diffel encontrar en el mercado laboral personas. responsables, competentes, motivadas y comprometidas con el proyecto que dirigen Solamente el 19 % de los empleados espaioles decara estar totalmente ecmprometido ‘con su organizacién, En un mao laborl tan enrarecido no sorprende que se generace cl mobbing. El ambiente que lo favorece viene determinado de mod decisivo por la ‘actitud de los jfes. Cuando lo drectivos nose limita a crear un elima de ens, sino {que se convierten en los mismos agresoes, se habla de hossing. Las vietmas de esta hostlidad pueden llegar a padecer patologias de entidad, Hsia y psiquiss, hata el ‘esis postraumitco, La elevada tasa de absentismo labora registrada en nvesto pals es tin dato que caractriza clocuentemente ese clima Iaboral. Con ese ambiente, no Sorprende que Espafa vaya a la cola de Europe en produetivided, dato todavia mas Sangrane si se tiene en cuenta que nuestos wabsjadores son los que més hera pasan en In oficina. El panorama que he desrito (emborronado, casi) de modo sumario no es zxclusivo de ruestro pals, aunque es verdad que agui se da con particular intensdad si nos ‘omparamos con el entorno dela Unién Europea o la OCDE, Pero el fantasma de la desconfianza que parece recorer nuestro mundo no se detiene en los mbitos politico y evonémico. Con el impetu imparable de un tsunami invade reductos que hasta hace poco nos parecin firmes bastiones dela confianza:la medieina, l-enseinza, la vida familar. Desde que se realizan encuestas para medir el prestigio social de las diversas profesiones, la de médica encabeza de modo invariable los rankings, en exalquer pats ‘el mundo, Pero la veneracin que despertaba en el publieo la bata blanca dl mésico es {yf un vestigio del pasado, Ha cambiado la manera en que los enfermos reaecionan ante J enfermedad y frente a los médicos, Ahora parecen clientes exigentes ¢ indignados, ispuestos a denunciar alos médicos por eualquier motivo, La relacin rédico-paciente s Judicaliza, con lo que todos pierden salvo los abogados-: medicina defensiva, que resulta mis cara; sobrecarga de trabajo, con listas de espera cada vez mis nutridas; ambiente enrrecido, que perjudica a todos. [Le ensefanza se ha convertdo en uno de los “puntos calientes” de nuestas sociedades. La confiada relacién entre maestro y alumno ha dado paso a un antagonismo de else [En esta confrontacién los alumnos ge encuentran con un inesperado aliado, los padres, ‘que ahora se alistan con sus hijos sobreprotegidos para denuncier al “sistema educative” Los docentes llevan las de perder, pues con frecuencia los érganos dvetivos de los colegio y los inttutos as mismas auloridades educativas hacen el juego a alumnos y padres. No es de extrafar que la de profesor se haya convertido dkimamente en una profesién de riesgo y que el burnout (el sindrome del quemado) adquisa caréter de cpidemia entre los docentes Homos celebrado hace unas semanas Ie fiesta de Sen Valentin, patrono de los cenamorados. Como el regalo es desde siempre una de ls expresionestpicas del afecto, eterminados sectores comerciales hacen caja en tomo a esa fechs: floristria, pastelerias, joyerias,tiendas de moda y complementos. Curiosamente, un tipo de negocio que no da abasio en esos dias, al menos en Estados Unidos, donde tenemos un amor incondicionad, {{Cémo recuperar la confianza en la vida socal, en ta economia. y en la politica? Las ‘ecoas son tn senillas de enunciar como difciles de evar ala prctica. ‘Avtenticidad, veracidad. Los actores dignos de confianza son autinticos, sin fingimiento. No mienten por conviecién, Io que no impide que en algutos eas0s no

You might also like