Esa maana de 1882 contempl cmo una brigada menor del glorioso ejrcito chileno haca su ingreso en la capital peruana. Mis colegas limeos, adivinando mis lgrimas, me preguntaron: - Por qu llora, seor Seplveda? Antes de voltear a verlos dirigiendo la vista firme en el azul, el rojo y la estrella solitaria, slo atin a decirles: - El inca traidor al fin ha pagado sus culpas Seplveda, Juan A. Cap. 2: Hic et Nunc en Memorias en Pe Major, 1902.
La otra vida, amarilla y feliz
Entre los constructores y destructores (como todo dios de oriente, que adems se diferencia del de estas tierras porque carece de barbas y no fuma habanos) Qin Shi Huang y Mao Tse Tung se encuentran el vejado traidor-hrore Chiang Kai Shek y, en l quiero detenerme, el padre de todos nosotros, que es como decir el padre de todos los hombres, Sun Yat Sen. ste alguna vez dijo que la estupidez del hombre termina con el fin de las luchas y los falsos idealismos. El genocida comunista nos ha hecho olvidar sus palabras y ahora andan diciendo que, me cuentan que por Shangai, las banderas, los smbolos y los cnticos abundan ms que en otros tiempos. Creo que Sun Yat Sen estara decepcionado de todos nosotros, hace un ao vi cmo lloraba por sus ojos de Hombre.
La Muerte de un nio Una noche soamos que la gente dejaba de comparar sus problemas con los nios muertos en el frica. Las noches angoleas son tristes pero se est tan bien a tu lado.