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duan Calzaciilis OBRAS SIMGULARES DEL ARTS GH VENEZUELA F. COLECCIONES DE LIBROS DE ARTE CONTEMPORANEO PUBLICADOS POR LA GRAN ENCICLOPEDIA VASCA |, PINTORES Y ESCULTORES VASCOS DE AYER, HOY ¥ MARANA, 2. MAESTROS ACTUALES DE LA PIvTURA ESCULTURA CATALANAS 3. MAESTAOS DEL ARTE ESPANOL CONTEMPORANEO. 4. GRANDES MAESTAOS DEL ARTE MODERNO 5 MUSEOS EL PAIS VASCO. + Monografias publicadas dentro de Ia coleccién Pintores y Escultores Vasces de ayer, hoy y mafiana: MONOGRAFIAS MAS IMPORTANTES PUBLICADAS ‘A-continuaci6n del nombre y entre parintesis se inci- ea, siempre que sean més de uno, el nimero de {asciculos dedicados a coda artista ‘A. Acebal Idigoras (2), D. Regoyos (3), A. Martie: pa (3), A. Ibarra, Aurolio Arteta (3), Femando Améti cca (2), Alberto Arrie (2), Jose Bareelé, Francisca Ituri no (41, Manuel Losada (2), Benito Barrueta (3), Gustavo, ‘de Maeztu (2), N. Basterreches, Jess Apolléniz, Ramén de Vargas, José Salis, Eloy Erentxun (21, Juan Aranoa, Julién Tellasche (2), Juan da Echevarria (4), A. S, Lar. gacha (2), Adcifo Guiard, José Ante, V. Zubiaurre (2), Anselmo Guinea, Ignacio Zuloaga (2), Pelayo Oleorida, Ricardo Barojo (2), Bay Salo, G. Montes Hurrioz (2), Fi cardo IRurria, 8. Bernabé Artie, Ciriaco Parraga (3), An- 0 Larroque, Pabio Uranga, Ricardo arrie, M. F. Kape- totxipi, Eloy Goray (2), D. Vézquee Diaz (2), Federica Echavarria, Jacinto Olave, Ramiro Arroe (2), R. Zu- biaurre, Menchu Gal, Narkis Balenciega, Paco Durrio. 4. Lorenzo Solis, Nemesio Mogrobejo, 1. Diaz Olsno, Enrique Renteria, Jesas Olasagasti (2), Jesis Urufue- ia (2), Jenaro Urrutia (2), Leén Bonnat, E. Nieto Uliba- mri (2h, J, Ciga Echandi, N. Martiner Ortiz, Maria Paz Jiménez (2), Anselmo Guezota, José Maria Ucelay, San- tiago Uranga, te, OTRAS OBRAS PUBLICADAS: Greta, Orsamentaciin y Simbolagin Vascas. Juan de Eehvarvia, J. Carson Arn. Museo de San Telmo, Gonz. Manso de 2ifiga Museo de Bellas Artes de Bilbo, Bérjotch Diccionario de Autoridades dal Euskera 1 tomas) Obras Gompletas de Barandiorin (16 tomes! Diccionario Vasco-Espatol Francés, A. ML de Aahve (2 tomo. Cancionero Popolar vaso, BM. ds Askue (2 tomoa Enciclopedia a Diccionario Oneméaticn y Markidico wasco (8 taro). ‘Antropotogta Vases (Semanas internacionales 1 tomos!. Euskolerrlaren Alde, Rev. Estuchos Vaseos (21 tomo). Discursas Politicos ¥ Literarios, A. Campion Prineipias Constitucionales del Fuero. "Yakintza, Revista de Culture Vosca Wt tomes Euuskalerre (17 tomo, ‘del Pate Varco: Navarro (6 tomos) la, Murpula-Vceto (M4 tomes LA HISTORIA DEL PAIS VASCO “Tres mil viejas fotos para a Historia de Vicaya (4 tomo! Diccionario Histérice Geoprifice del Pals Vesco (3 tomosl, jenn (17 toms ela Noble Vila de Bilsaa, T, Guia (S tomo, fal Caraulado y Casa a Contratacién (3 tems (tomes) Historia de 1a Guerra de Euskadl (4 tomo) sBIOGRAFIA DE VASCOS CELEBRES® (6 tomow), Vida y Obra de Iparraquiee, shurepui eel gueriieran. Viday bra del Bactor Areiiza, Vide y Obra de Nicolés Achiecarro, Vida y Obre de! Doctor Urrutia LAS MEJORES NOVELAS VASCAS® (7 tomo, Blancos ¥ negros, Amaya, Ramuntso, Mirentxy. Choperens ‘tel contrabandistan, y La Qulebra (Z volimenes| COLECCION mCLASICOS DEL EUSKERAD Semiago Onsnini 2 tomar) rm (usta) 1 toms) be Kardaberaz (2 toro ‘Antonio M." Labaye 0 temod) Coleccion aMtinors (8 tomost. Ovmas Completas de Luis de Castresans (7 tomo) La Gocina Vase Los Pinceles de Vasconia Diccionario de tox cuatro dislect A Camoitin (2 tomes! Loa Vascongedos, do Miguel R. Farrer Pra informa suacrseiones EDITORIAL LA GRAN ENCICLOPEDIA VASCA La Colfenia Nowe; Avia, Budapest. Qui Any Telblono 22:8 30. Caraces Venerves) EU2KO AMERICANA DE EDICIONES S. A, - 1979 Urbonizacién Le California Norte, Avda. Budapest, Quinta Any Teltnos, 22 38 30 - 6135 53 CARACAS (Venezu EDITORIAL «LA GRAN ENCICLOPEDIA VASCA» ~ 1979 Colzadss de Mallona, 8. Apartado 1510 - BILBAO-6 Telfnos, 416-96 11 - 415 68.11 Director: José Marla Martin de Retana Textos: Juan Calzadilla Disefio y diagramacién: Jasé Antonia Sangrénic ¥ Miguel Ang Fotocomposicién: Printzen, S.A. Selaceionas color: Fotomecénica Scala Fotografia y coordinacion: Maria Luz Pérez Alvarez Impresién y encuadernacién: Edit, Elexpuru Hnos., S.A. Papel especial para esta edicién: Torras Domenech, S. A. | Diez Garcia Printed in Spain Impreso en Espaita ISBN. B4-243.0506-4 Depésito Legal: 81-2604-79 INDICE GENERAL folucién dal realismo durante el siglo xix t Los inicios do una tra i6n republicans: Juan Lovera Vv La ensefianze oficial y la evolucién del v Evolucién deta pintura popular dur ul El poisaje-en fa formacién dela pintura venezolana vi Caracas y le tradicién paisajistica vin La Exposicién del caté del Avila 1872 1x Eiperiodo de a tustracion x Inicios del grabado Ramén Bolet y la ‘ogratia xi Del retrato fem a (a gran epopeya: Tovar y Tovar xi Epiganos y continuadores xu Los dones mundanos de Herrera Tore xv shal Rojas VE fo Michelena xvi xix wk 6 Circulo de Bellas Artes xxi Etapas del C xxi Desarrollo moderna de la escultura en Venezuela XXXVI La ofensiva del reatisma socio La influencia det muralisma mexicano xt » evolucién del realismo social Continuidad de! movimionte realista an er de arte realista y el estilo paisajista de los pintores marginales Vanguardistas, absiractos y wish tes: Los primeros signos contemporineos XuIV La influencia de Cézanne en la Escuela de Artes Plésticas de Caracas a partir de 1936 XLV La huelga de 1945, XLV i Taller Libre de Arte La Exposicion francesa de 1948 Los disidentes El abstraccionismo geomético Degmatismo versus livismo La afternativa: La destruccién de los generos Evolucién de la escultura abstracta en la década dal 50 La Ciudad Universitaria y un ensayo de integracién de las artes en Venezuela Las corrienies figuratives.0 neofiqurativas. Los informatistas Informalismo y automatismo psiquico Informatismo y expresionisma Desarrollo del informalismo Elcinetismo en Venezuela La arquitectura grafica de Soto Elacontecimiento en la fisieromia Los nacidos desputs de 1840 Los pinteres ingenuos. Lonusve Laminas Indice biografice XLMII xvii xUX u ul um wi tv ux re uw vw uw Lxvit Levit Lax bow Lex bowitt boa 429 No son pocos jos ensayos que se han hecho para presentar una historia escrita del arta venezolsno, No tenemos mas que remitirnos @ los ejemplos ya cldsicos de los textos de Ramén de La Plaza, Enrique Planchart y Alfredo Boulton. Tener presente los trabajos de estes autores es lo menos que podria hacer quien, como nosotros, se proponga dar una vision de la continuidad histérica de los movimientos artisticos de! pais. Sus estudios, llanos de erudicidn, hon contribuido 8 cimentar las bases de una adicion del ensayo de arte én Venezuela. Y es evidente, por otro lado, que el arte mismo se ha enriquecide con el anélisis y la sistematizacién que, en orden a ia elaboracién de una historia pds ica coherente nos ofrecen losestudios de esos historiadores. No creemos, en principio, que tan e5te libro Se aparte considera: mente de la forma como setapas y en su des: ftallo, Pero hemos delimitade et campo de que. comprende eseasa: mente dos siglos de historia. Trataremos, hasta ravisar las principales real zaciones.plésticas que se escalonan, en lo que se retiere a Venezuela, al perlodo de vida republi cane, aun cuando tengamos que admitir que, desde ef punto de vista artistic, la emancipacién del imperio espafiol no representé para él pals una rupture tan marcada como la que se aprecia en al terreno de las ideas politicas. Hay que decir que, en el mejor de los. casos, |a tradicién técnica de los imagineros de la Colonia continud operando en muchos buenos artistas del siglo XIX que, por el estilo de Juan Lovers, comen: aron a encontrar inspiracion en temas civiles y patridticas. Es bien sabido que durante la domina- cidn espafigla el temario artistico stabs reducido orincipaimente al repertorio de imagenes religiosas que satisfacian la necesidad de prover figuras para el culto catélico, tanta privado como oficial Desde él punto de vista de la representacién espacial, este. arte se corresponde conceptualmente ‘con 198 estilos roménico y gético europeds -incluso hasta por su anonimismo, en el qua se mani figsta un esplritude realizacién colectiva. Ello lleva implicita ta nocién dé un enorme retraso histérico. Sin embargo, hay que teconocer en el siglo XVIII venezolano condiciones sociales part te proclives a a formacién de una culture plastica De Jos talleres del Gitimo tercio del siglo XVIII salen los primerps pintores republicanos. ¥ en cuan 10 a la pintura popular -tan ligads a la metamoriusis de les imagenes infinitamente reinterpretadas de un artista a otro: ésta se prolonga a través de todo el siglo XIX, conservando las caracteristicas ‘técniicas que ofecie durante la Colonia, uimos en nidestro libro Un desarreilo cronolSgico qué Se atiene al orden en que Id storieciores suelen estudiar la secuencia del arte de la centutia pasada. Se trata de une hist més conocids. Peto creemos que no $e puede pasar par alto, coma lo hacen algunos estudiosos, la etaps que va de 1850 a 1870, tal ver la menos conacida del sigio, debido a la carencia de testimonios, ¥ durante ta cual el artista Venezolano, desprovista de ambiciones y estimulas, se consagr6 prefe al dibujo y a la a para satisfacer propésites muy cirounstanciaies. Homos iden ‘ificado este periado 60 a ilustraci6n", rio sOlo por el contenido de les ideas positivistas que dominan én ese momento, sino también por la intencién puramente documental o descriptiva -ol arte se vuelve aliada de la cronica cientifica- que quid @ la mayoria de los crsadores de esta 6p0ca, Martin Tovar y Tovar supera ess contingencia que al artista le impone el prestigio de Ia ciencia en una época en-qua.s6lo podia pensarse en Ia pintura en términos de una dptica Fenacentista para lo cual los artistas venezolanos no estaban suficienterente capacitados, El éxito do Tovar y Tovar Se dabe, sobre todo, 8 las condiciones socio-paliticas que Io llavan a convertirse en el artista oficial, ¥ esto explica en qué medida el cieador es. Siempre resultado no tan s6lo de su ‘talento sino también de las Circunstancias que contribuyen @ que él encarne, con su obra, los idea- les de una época, Por esto, la obra de Tovar y Tovar es. uno de los productos més genuinos del guzmancismo, Cuando desfallecen las energias sociales, capaces de infundirle cardcter creativo a una éncea, él arte se empobrece ¥ cae en las mixtificaciones y el manietismo, tal como. sucade en Jos Gitimas afios del siglo XIX y cornienzos dal presente. Et estimulo-oficial ya noes capaz de encon- trar en la obra de los artistas otra. cosa que el reflejo del cansancio dé una &poca sin mitos, insen- sibiizada. Artistas como Herrera Toro no pueden menos que sucumbir a la apatla del momento hist6rico: Los tiempos modemos ofrecen logicamente menos problamas al estudiéso, y aqui debiéramos re- ferimos en primer luger al paisaje, que constituye, también en Venezuela, el gran crisol de los nuevos rumbos que toma la pintura. Con el palsaje Sparcoa en nuestro pals la moderna eenciencia artistica, y este hecho conlleva un alto grado de influencia de la pintura francesa, Pero-adn parece estar.en vigencia la opinién de Enrique Planchart Segtin la cual el paisajismo se inicia en Venezuela con los pintores del Circulo de Bellas Artes. Preterimos colocarnos en una perspectiva més alejada, ramonténdonos a los artistas que a fines de siglo estudiaban con Herrera Toro y Emilio Mauri en Ja Academia, De este centro surgen los primeros brotes de cirelibrismo, © incluso es necesario tener muy presente las obras de Tovar y Tover y Jess Marla de Las Casas. Estos nos sidan en la yla que conduce a Reverdn y sus nombres se tinen, an ef tiempa, a los de Abdén Pinto, Pedro Zerpa, J.J. tequierdo; Francisco Séncher y Francisco Valdés, entre los forjadores del paisaje. Se comprende qué en adelante, 8 partir del Circulo de Bellas Artes, optemos por hablar-de movi- miantos y Corrientes, antes que dé periodos cranalégicos. ¥ @8 que a lo largo del siglo XX dorina en nuestro arte la actitud do los grupos que asumen conciencia del hecho estbtico, propugnando su evolucin través de planteamientos. ¥ progiames de accién, El Circulo fue un primer paso en esta direccidn histérica. Pero ell grupo, en el cual preva- lecen los eonceptos, no invalida-a las individualidades, y se podria decir que éstas vienon a ser en Ghtima instancia \a justificacion Gltima de fos grupos. Rever6n, por ejemplo, sunara al Clrculo de Bellas Artes; Rafael Monasterios y Marcos Castillo -para dar das ejemplos tomados al azar- intere ana partir del momento en que no pueden ser aSaciedos mas qué a sus.obras misma. En lo sucesivo, no es posible afirmar algo sobre las corrientes artisticas sin que el juicio mismo, por tocara cosas actuales, no nos comprometa, La contemporaneidad es un procesa vive y dinamico, y Venezuela ofrece en materia de arte un panorama prolifice en manifestaciones que suministran na imagen demasiado compieia y cambiante para que una resafia, como la qué da 4! intantamos dar, pueda agotar su conocimiento. EVOLUCION DEL REALISMO DURANTE EL SIGLO XIX El siglo XIX aparejé cambids en fa cultura venezolana; la deciaracién de Independencia, formulada en 1817, fue seguida por una guerra de liberacion que sélo culminatia diez afios més tarde, Wr 0s de todo: primitivismo. Pero ellos se Sabon conscientes da la tarea de echar los bases de una tradicién nueva que, al nivel de las manifestaciones cultas, pretende destruir los valores dal pasado. LOS INIGIOS DE UNA TRADICION REPUBLIGANA: JUAN LOVERA Juan Lovera fue el mas notable de los pintores. que alcanzaron su madurez en los momentos iniciales de la guerra de Independencia. De-acuerdo con Alfredo Boulton, habla nacido on Caracas, donde llegé a ser aprendiz en el taller de los hermanos Landaeta, a fines det siglo XVill, Sus pri meras obras son, Ibgicamente, de tema religioso, y se mantienen dentro da los maderados conven: cionalismos aceptados por los imagineros para representar ef espacio y la figura. sin mucho Ingenio. La Gatarla de Arte Nacional conserva un cuadra de Lovera correspondiente a este primer perlodo; La. Divina Pastora, pero nada parece énticipar aqul al pintor de El 19.de abril, Es un cuadro desabrido y frlo, carente deimaginacién Pero el movimiento independentista encuentra en Lovera, hacia 1810, a uno de.sus mds fervientes partidarios. &! pintor habla sido testigo visual de los hechos ocurrides en la oportunidad en que cl ‘Congreso Constituyente de Venezuela prociamaba la Independencia. La escena debié quedar arabada ‘6n la'memoria dal pintor, quien ja plasmaria veinte afigs més tarde en el cuadro que con el titulo. de E15 de Julio de 1811 se conserva en el Capitolio: Federal. El otro acontecimiento importante lkevado ala pintura por Lavera, fueE! 19 de Abril de 1810, tal vez su obra mas signilicativa. Tomada le ciuded de Caracas por José Tomés Boves, el sanguinaria jefe espafil, de tan triste cuardo para la eausa patriética, nuestra aftista fue arrojado al exilio junto a los oficiales que debie ron huir ales Antillas, tras el episodio conacide coma la Emigracién 2 Oriente. Por espacio de 20 3 estuve Lovara ausente dol pals, § 8 se borran ¥y sus cusdros: se extravian. Conciuida ia guerra de Independencia retard a Caracas, guiado por la intencién, tal como 61 mismo-to exnresd, de poner sus conacimientas al servicio de le patria, Mientras se desempefiaba como protesor de pintura, en su escuela particulat, Lovera realiza enire 1825 y 1843 su obra més conocida: un Conjunto de retratos civiles y los dos lienzos histéricos, ya mencionados. Es en tanto que rettatista que. importa destacer Su obra do pintor; su estilo entronca, evidente- mente, con ef de los imagineros qué, a fines del siglo XVIII, lagran imprimir a los ditimos retratos segtar no tan varisia Como: of que puede apreciarse en la efigie del Obispo Juan Antonio Viana, atribuida 3 la escuela de los-Landaeta, y que se encuentra en Je coleccién de fa Catedral de Caracas. Para sus retratos, Lovera $6 apoya en un principio expositive de gran sencillaz, de modo que el personaje, abstraido de lo que'no €3 esencial, resulta elocuente, tanto por la eleccién del contexte ambiental como por la acusada exprési6n fisonémica que contrasta con la austeridad de la descripcion. La rigidez gética de las poses es compensada, en su primitivismo, por la agudeza con que Lovers describe la psicologia del modelo, que parece sér.Jo. que mis je interesa. El rostro se convierte as! en el principat centro del cuadro. En realidad, Lovere. trata sus figuras con un concepto escult6rico, casi se dirla que modeléndolas en un primet plano, plantandolas saveramente delante de una ambientacién escueta formada por libros, muebles, cortinas y objetos que cumplen una funcion simbolizadora para definir !a condicién social del personaje, como sino bastara el estudio fisond- mico que Jo lleva @ ensafiarse con el madelo. Escasamente manifiesta interés por la perspectiva atrea y el espacio en profundidad deviena plano. La iluminacién determina los efectos de espacia lidad y volumen en los panos alejatios. Al fondo ubica los simbols, entra los que destaca e! escudo familiar, que: indica la procedencia genealégica de! personajé a Su tango en la jerarquia social El traje y of mobiliario, dentro de una atmésfera severa, explican el rol det hombre en la sociedad la condicion es destacada por objetos que simbolizan ol oficio gracias al cual el personaje, aunque see de humilde cuna, se hace digno de ser retratado; ol mulato Lino Gallardo muestra el violin y la lv que desde 1832 mantenfa abierta Juan Lovera, no tuvo éxito y el local de la naciente institu- ibn dio sitio a un cuartel, Hubo que esperar a 1899, cuando por iniciativa de don Feliciano Monte- negro y Colén fue establecide en el Colegio Independencia, una cétedra de dibujo. Nuevamente este afio reabrid sus: puertas la escuela auspiciada por la Sociedad de Amigos del Pals, con ol nombre do Escuela Normal da Dibujo. ¥ dé cuya direcci6n seria encargado el pintor Joaquin Sosa, Susti- tuy6 a éste, en 1842, el javen Antonio. José Carranza, en momentos en que la escuela funcionabs adscrita a la Diputacién Provincial de Caracas. Elevada al rango de Academia de Bellas Artes en 1849, 1a escuela vio aumentar su prestigio con la creacién dé une cétedra de retrato. Carranza iba a desempefiarse como director de la Academia hasta el aflo de 1857, pero ya en 1852 sa le habla hecho un recenccimiento piblica, segin consta en una memoria del Conceja Municipal del Cant6n de Caracas, de 1850, donde se asienta que “mas de 60 alumncs asistan diarlamente a este establecimiento dirigido por el sefior Antonio José Carranza, que con la més eficaz asiduidad’ con- cure sin faltar un solo dia por cuatro 0 cinco horas y aun mas, segGn és necesario: debiéndose principslmente 2 sus desvelos y esperada contraccién, el progreso positive que se observa en los numerosos alumnos, cuyas abras més adelantadas presenta, constituyendo esta vez una exhibicién ‘més ibillanta y variada que en los afios anteriores. No poco han contribuide a este notable progres las recompansas que en calidad de premios acordé ia Horiorabie:Diputacién el afo préxime pasado. Toles estimulos producen siempre satisfactorios resultados EVOLUCION DELA PINTURA POPULAR DURANTE EL SIGLO XIX Camo podré verse en adelante, el retrato civil fue el género més cultivade durante el siglo XIX Desde 21 punto de vista técnico, puede decirse. que en un principio ia pintura siguié nuwriéndose, 8 lo largo de esta centuria, de Ios conceptos estilisticos heredados de la Colonia. Hemos. dicho que 1 pinfor mas notable del primer perfodo republicang fUe Juan Lovera, quien combina en su abra de etratista un concepto arcaizante en el tratamiento de la perspectiva y 1a Composicién con una inten= cidn marcattamente expresionista (y por lo tanto Vitalistal en la solucién de la figura humana y, par- ticulermente, del rostro. Estos. mismos conceptos encuentran en otros pintores del: mismo perfodo, ‘camo es el Caso de Emeterio EmazAbel activo en Caracas hacia 1830),,en quien hallamos de nuevo 1s tipica solucion arcatzante con que los pintores resoivieron el retrato sealat a fines del periodo colonial. Cuando se trata de pintar a un personaje importante, ste <5 visto en majestad, mentres recibe el homenaje de sus acélitos 0 alumnos que. prostenéndose 0 en actitudes. reverentes, lo resantan pergeminos donde se puede leer el motivo del homensje, sea éste un recanacimiente pUblico, la presentacidn de una tesis de grado, o un titulo, La ordenacién jerarquica del arte ral gioso pasa al retrato civil y mantiene las mismas convenciones estilistices. Es 651 como Emeterio Emezébel ve al Arzobispo Coll y Prat y a su alumno Vicente de Aramburu, en un cuadro de 1834, que Pertenece a la colecci6n de la Catedral de Caracas. Si de algo se adolecié en los primeros cincuen- 16 afios dal siglo fue de un estilo. La Colonia, en cambio, lo poseyd'con créces, en la obra de los imagineros. Pero al producirse la ruptura con el orden colonial y entrar en erisis las valores que habian inspirado al artista criollo bajo 1a dominacién espafiola, la nueva estructura social surgida de los movimientos de Independencia no parecis autorizada axigit de los artistas lo que ellos no podien darle: un arte que exaltara valores civiles y militares y Cuyas imégenes ya no alcanzarlan a tener, \igi- camente, {a funci6n que ef sistema colonial le-hable atribuido a la obra de arte. Un cémbio como al que sa experimenté con la Independencia en el plano ideolégico planteaba al arte una situacion ‘similar a laique encontramos en Italia cuando ef antropocentrismo del Renacimiento sustituye at visio concept teookntrice de ia Edad Media. Légicamente, el naturalismo renacentista, como concep- ciGn formal, iba a convertirse en el ideal estético tepublicano, al consolidarse los intereses nacientes. vi sus contempordneos que vieron sélo sus defectos. S@ tenia nostalgia por el Renacimisnto, yo lo hemos dicho, y el ideal era la pintura de género, para cuye ejecucion no estaba debidamente capacitado el artista venezolano. Los aciertos, aquellas bésquedas que hubieran podido conducir al paisaje, incluso’ un paisaje costumbrista, eran ensayos marginales 0. se inscriblan en una tradicin Boce prestigiosa como la de! arte popular. Ramén Irazsbal, por ejemplo. que inicia el paissiismo caraquefto, permanece en el misterio y no hay indicia de que haya estudiado seriamente pintura. Se enduentra por primers vez figurendo en ja Expesicion de Praductos Naturales, orgenizada en 1844 por al Instituto Tovar, en Caracas. Con- servando cierto sabor ingenuo, que Tevela su procedencia técnica, hay un poisaje caraquenio pin- tado por. lraz4bal hacia 1840. Es una da las primeras vistas panordmicas de Caracas donde se pone de manifiesto, mas alla deo puramente documental, un sentimiento artistico, Los entecedantes de esta imagen se encuentran en al siglo XVill. Ya un pintor de la escuela do fos Landasta, al hacer una imagen advocativa, Nuestra Sefiora de Caracas, dibuja ef plano de Ce cas, tal como Ia ciudad se prestabe a ser divisada desde la colina del Calvario, Este plano panoré: mico $@ rapite en grabados del siglo XIX y entronca Gon Una rica tradici6n de ijustradores. GARACAS Y¥ LA TRADICION PAISAJISTICA La belleza pidstica de Caracas «y aun det jitorel gusitefio, qua constituye el paso obligado de, todo Viajero- atraio fa atencién de numerosos.visjeros, Humboldt en primer lugar. La ciudad habla sido crita por e! eronista de Indias Juan de Castellanos, como mas digna de ser plasmada por fos pintores que Ioada por los. poetas. Una topogratie ricemente accidentada y muy particular. que da forma a-un estrecho valle surcade par rias cristalinos y alrededor del cual se leventan pequefias clinas, offeca a la vista del visjero Una perspectiva cuya belleza compite con la bondad de su clims siempre primaveral. La serrania dal Avila era comparada por él posta Pérez Bonalde con ol sultan ‘ante cuya figura yace tendida la ciudad, como una adalisca, Pero para los artistas, sin necesidad de ir miry lejos 0 buscar imagenes exéticas, el valle de ‘Caracas, cefido por los verdes variadisimos de sus cuitivos, na fue més que una bella realidad inmediata, en 1a que e! ojo podie satisfacerse llana mente Es flcil comprender que la emocién con que describen a la’ ciudad of conde de Ségur en 1763 y Robert Temple an 1902 no era distinia a la que experimentaron los pri meres pintores y dibujantas de fa ciudad, entre éstos Sir Robert Kerr Porter, Consul de ta Gran Bretafa en nuestro pals, qué hha dejado del Valle de Caracas una serie de exctlentes dibujos. Si John Ruskin hubiese visto estos ‘otiejos sin duds hubiera elagiado en Kerr Porter no tanto # un naturalista atinado como a un dibu: jante elagante y minucioso en exiemo. Kerr Porter evoca las ruinas del terremoto de Caracas con ‘afin descriptive al qué’ ot dibujo camunica clora monumentalidad. Con Kerr Porter sé iniciaré una tradicién de ilustredores que, tomando come motive ia afquitectura y el valle de Caracas, desern- bpocarla més tarde en el magnifico paisejismo de fines de sigi. M45 notable fue, sin duda, la actuacién del inglés Lewis B. Adams (1808-1853), quien serd el retra- tista més notable que trabzj6 an Caracas, donde fallece. Puede decirse que realiza su principal obra en Venezuela, y Alfredo Boulton le reconoce muchos méritos. Su estilo robusta y desentadado. que se resiente de cierta dureza, satisfizo a aquella sociedad de comerciantes y militares qué le posa convencida de la importancia que tiene el retrato como manifestacion de poder Mientraa la pintura al deo permanece atada a las convenciones del retrato académico, ei ditujo sole al encuentro de la naturaleza para describirla. Y este mismo afén naturelista sa halla, también, fundendo las bases de nuestro paisje, en ese grupo de-pintores que a mediados del siglo XIX vilt visita nuestro pals. El bar6n Jean Baptiste Gros, diplomatico de carrera y pintor, a su paso por Cara cas, deja dos buenos palsajes delos alrededores de la ciudad, Pero quizés sea Ferdinand Bellermann, nativo de Erfdrt, Alemania, el més notable de los paisaiis: 125 que nos visitaron durante ef siglo XIX. Aunque no nueds dojarse de reconocer en su obra Ciertas:notas del romanticismo alan, cierta anipulosidad a la manera de Karl Rotimann, es evidente gue Belletrmannn se muestra como un excelente intérprete de nuestra luz, tal como lo reconoce Boul: ton. Su factura es sélida y su composiciOn arquitecténica bien construlda, mostrande ademés gran varieded de texturas en su empaste, en medio de cierta nota idflica que contrasta con el realismo de la descripcion humana, Las riscosas montafias envueltas por la nablina estén lejos de evocar aqui fas brumas wagnerianas. Por el contrario, estamos delante de un pintor que se esfuerza exito- samente én entonar cbn la luz, a la manera mederna Los artistas viajercs suelen sentir mayor emocién frente al paisaje que en fas ciudades donde sc recibidos. Y asi ocurriré con el joven Camille Pissarro, quien con al tiempo devendrfa famoso pintor impresionista, pero al que, en 1852, lo encontraremos haciendo sus primeras armas de dibujante en La Guaira y Caracas. Habla agado ol pals bajo la tutela de su joven instnictor, el pintor dans Fritz Melby habla nacido. Los jovenes artistas son festelados por la sociadad earaquefia lo que no priva a Ca- mille de realizar entre nosotros una obra variada y sumamente esclsrecedora para su porvenir de ran pintor, ni tampooo 8 nosotros mismos de: Un notable documento visual sobre la Caracas de mediados de siglo. Pues a diferencia de otros visjeros, Pissarro se Interesa por of aspecto humano de la ciudad, a la par que por las formas arquitecténicas, lo que nos permite seguir los pasos de la antigua Caracas, en ot punto en que la habia dejado a dibujante Kerr Porter. Su joven quia, Melbye, acta también como un cronista atento, que dibuja del natural, incluso cuando toma apuntes para hacer al 6160 finos paisajas del litoral. Hay algo de refinado @ intelectual en Melbye que no apreciamos en Belletmann, un toque més roméntico delicado que laf dod del trépico no sata de su presuncién nérdica. Pissarro nos deje gran cantidad de apuntes al lépir sobre nuestra vegetacién, follajes, hojas y bosques en donde, a tiempo que se muestra como un esmerado cbservador, s¢ comprende ya desde entonces su tendencis a captar los juegos de luces sobre 1as formas en movimiento. y ambos provienen de la pequefia isla de Saint Thomas, donde el primero de los dos Desde Humboldt hasta Anton Géering, los trabajos de nuestros dibujantes parecen dirigidos a sen tir admiracién por las ciencias, en virtud de considerarlas como objeto principal dol arte. Surge asi una expresién. que se pone.al servicio de la deseripcidn. EI dibujo y la acuarela devienen mayormen te los medios para Nlevar la naturaieza a la hoje del libro donde las imagenes rendidas de-esa manera Jugarin el rol que lena Ia reproducci6n fotogratica. El-artista se ha convertido en auxiliar del bot! nico para cubrir el aspecto visual del cometido cientifico registrado en bros y revistas, y més de tuna vez termina en un aficionado de la ciencia, Por esta via nos vamos aproximando al positivismo de los affos 70 y 80. Conscientes de quel medio. social es demasiado mezquino y limitado para permitir que a! artista vocacional desarrolle su talento, los creadores de la 6poca forman filas en lo que ellos mismos consideraban un arte menor, aplicado @ J9s requerimientos circunstanciales y referido.casi siempre a ejercicios costumbristes, muy en boas ar la #paca. Hubiera sido mucho menos fécil dedicarse 6 Ia pintura al éi60, ya que faltaban los ele. mentos académicos indispensables a una formacién como la que se le pedia a un artista, en el sentido renacentista, EI retrato continuaba siendo précticarnente el Unico género cultivado v los co- nacimientos de los pintores no daban para més. Ante el obstéculo representado por la carencia de una disciplina académica, el artista criollo preferia mantenersé en el tol de aficionado, y para @sto nada mejor que Consagrar Sus esfuerzos al dibujo del natural, a ta llustraciOn de escenas costumbristas y al apunte ligero, susceptible de ser llevado a las pginas de algén libro de viajero. La versatilidad Wenar una func de Carmelo Fernandez explica en qué medida la pintura no es capaz por si misma de Dibujante topografico, grabader, pintor y retratista miniaturista, Fernandez es x iguelmente un anista ublcuo, un humanista que entiende que su papel, slempte que se relacione Gon alguna roma cientifica, esté alll donde se requiete de sus servicios; ilustrador de expadiciones Gloniificas, profesor da dibujo, de igual manera se dedica @ la enseflanza de idiomas en Caracas qua cruza ol Atiéntico en mistanes diplomaticas, © emprende un largo viajo por los. Andes color. lanes, detrds de los pasos de Codazzi, pars hacer 1o que en nuestra épota le correspondia hacer ‘aun fotografo: documentar visuelmente Is realidad. Sus trabajos ocupan una vide larga @ infatigable, pero de ellos as poco lo que, desde el punto de vista ariistico, retendrd la posteridad. Come dibu- fante es acuciess y muestra sensibidad al expresar el caréeter del personaje, cuando le toca hacer {ne llustraciones para la Historia de Venezuela de Baralt y Diaz. Pero m0 dej6 obra suficiente para medit realmente su talento pictdrico. Sus acuarelas del dlbum de la Expedicion Corografica encargada de trazar jos limites de Colombia parecen responder & una mativacién episbdica, de un carécter mera: mente ilustrative. Hacia 1870, Feméndez vivid en maracaibo, durante le Ultima gestion de Venancio Pulgar, probablemente llamado por este cabernante para realizar trabajos da ingonierta, como la rere delacién de fa Plaze de la Concordia (Hoy Plaza Bolivar). Por encargo del gobierno estatal realiz6 Fernander varias pinturas a la tempera, donde desarrolié motives caracteristicas dal paisaje; la flora ¥ Ia fauna de las regiones. adyacentes al Lago de Maracaibo. De estas pinturés de técnica un tanto primitiva $2 conservan cuatro composiciones de gran tamafio en donde el tratamiento descriptive \ynaturalista de los temas pone en evidencia una intencién decorativa en el autor, tal como lo demues- tha cl hecho de que las obras no fueron fitmades. Del andlisis de los paisajes zulianos de Fernandez 50 han podido sacar los rasgos carecteristicas de Su estilo: composicién horizontal bala y ablerta; ‘Glos timpidios, amplios ¢ iluminados a contraluz, cruzados por celajes horizontales de tonos roman ticos. LA EXPOSICION DEL CAFE DEL AVILA 1872 En 1872 $8 presenté en Caracas Un aconteciriento insélita en aquellos tiempos: la exposicién del Café del Avile, Hamada asi por haberse colebredo en un famoso sitio de reunion, del miso nom- bre. El evento quedé registrado como una de las primeras exhibiciones dé are que se hicieron en Caracas, £1 feliz suceso offeci6, sin emborgo, un aspecto lamentable, y'fue que con asa muestra Venezuela se despedia de un importantisima legado de obras que el comerciante inglés James Mudie Spence, tras exnonetio, se levarfa consigo a ingleterra. ‘Gran parte de las obras reunidas pertenecia @ artistas de quienes no se tlene hoy dla 0170s trabajes. ¥, para colmo, jos ejemplares sacades ol exterior se extraviaran en su totalidad, con lo cual desope- tecid tada vestigio da la obra de esos artistas. Al referimos al catslogo de aquella exposicién, Santiago Key Ayala escribié en su ericulo titulado “Folleto iso" (Bolatin de la. Biblioweca Nacional, 4° de abril de 1926), lo siguiente: ‘'Sabido es que Spence caus una pequefia revolucién. Spence, ‘con el prestigio del nombre extranjero, con el espiritu de iniciativa propio de sociedades més avanza. das, fue centro de varias empresas de Cultura. Rodedronio personas prominentes de te 4no0a, poetas, escritores, artistas, hombres de ciencia y de la politics. HiciGronse excursiones: Se repitio fa ascension a ia Silla del. Avila, $e escalé. por primera vez el Pico de Naiguaté y se realizd la primera exposicién de arte venezolano de que se tenga memoria. Fue én este ramo donde mas 0 hizo sentir Ia influencia de Spence. El culto viajero pag6 con liberalidad tos trabajos de dibujo \ pinture do tos artistas caraquefios y abrio en verdad a via al estimulo del arte nacional" EL PERIODO DELA ILUSTRACION Hemos dado el nombre de flustracién a un perlodo de nuestra historia pidstica que abarce mas menos de 1865 8 1860. Es una etapa que permanece también un tanta al margen del desarrctla de la Academia y que 88 carscteriza por la tendencia cientiticista de que, contarme al ideal del nositi- vismo, hacen gala nuestros mejores artistes. Estos llegan a despreciar la vanidad de alcanzar ol thulo de artistes para adecuar sus posibilidades creatives a una realidad que, a falta de verdaderos estimules, s6lo puede inquistarlos desde el punto de vista del conocimienta de ella. Son artistas que dan origen a una especie de constumbrismo y que'se nos revelan, ante todo, como habiles ibt antes y, on todo ca80, como artistas aficionados, continuando ton ella una disposicién para la gré- fica y él trabajo de ilustrar libros que ya tenle entre nosotros una tradicién que viene de IrazAbal y Thoras. No creemos que los creadores de aquel momento hayan estado conscientes de esta situacién como para darse cuenta de que estaban definiendo un movimiento, pero en todo caso, se observa en todos ellos una identificacion con el objativo de poner el arte AY servicio de tes ideas progresistas de la sociedad. En el discurso de Juan Manuel Cajigal mencionado ya, y con el que este sabio dejaba inaugurada la primera clase de dibujo que funcioné en él pels, sé asentabs fo siguiente sobre la compatibilidad de arte y ciencia: “'Su incompetibilided esta en contradicin con las ver- daderas nociones del entendimiente, que por natureteza repuana toda especie de limites y cuyas producciones, por variadas qe sean, deben considerarse Como fames de un mismo tronco 1 frutos de un mismo érbol"’, Y afiadia: “De oqul se deduce que las ciencias y las artes {rutos del estudio. y dela inteligencia, no presentan més diferencia que Iq que existe entre el raciocinio y el sentimiento; ue ambas facultades son la base de todas las operaciones del espirit A esta disposicion naturalista cantribuy6 en aquella época el hecho de que gran parte de los cientifices y exploradores que recorrls latinoamérica estaba capacitada para él dibujo, tenla inclina: Ciones artisticas 0, como sucedia a menudo, se vela precisada a requerir para jlustrar sus obras del concurso de os artistas nativos. Carmelo Fernandez habla demosirado poder ser un éxcelente auxi- liar (como fo es hoy un fotdgrafo respecto a un arquitecto) del cartégrafo Agustin Codazzi, para quien ejecuté croquis, cibujos y disefios. Ramén Péez, hijodel General Péez y residemte en Nueva: York, donde publicé un libro de viajes, seré el lustrador dé su propia literatura INICIOS DEL GRABADO: LOS HERMANOS MARTINEZ Otros dos artistas importantes de aquel periade son los hermanos Colestino y Gerénimo Man ez. Las escasas obras que de ambos nos quedan no nos permiten formamos una idea cabol del valor de su arte, pero si hemos de dar crédito a los historiadores, se traté de dos pioneros del grabado en Venezuela; en efecto, Celestina Martinez, el-mayor de los das hermanos, habla estudiado foto- grafie y litogratia en Parls. A esta ditima actividad (ia litograffay se dedic6 a su regreso a Caraces, en 1839. Acerca de Colestino Martinez escribid Jos& Nucete Sardi: "En la primera litograffa que fun- ciono en Caracas -dlrigida por los alemanies Muller y Stapler. trabajéy eolabord Celestino Martinez en la primera obra con ilustraciones. que s@ edit6: Los Misterios de Paris, Grabador en piedra, era a la vez profesor de dibujo y cuando los teutones abandonaron la. empresa, los hermanos Martinez “nos dice Ramn de la Plaza- revivieron en Su taller el arte litogrético. En 1847 fue llamado Celestino Martine: a Bogots por el gobierno de Colombia para establecer una litografla. El hermano Io siguid, ¥ ambos ragentaron alli clases de dibujo. En el taller bogotano produjeron por. primera yez grabado en piedra, vifietas y rétulos, y los discipulos acudieron para conocer esta disciplina En cuanto @ Gerbnimo Martinez, se sabe que fue discipulo de su hermano. Se dedicd a la fotogra xl fla y después del viaje quis junto a Celestine hizo 4 Bogots para funder un taller itogrifico, traboid ena fotografia, tras abrir taller propio. Gerénimo Martinez fue un fino ecuarelista, técnica en la cual llegS a. adquirir fama como buen retratista. EI retreto de dama que se encuentra en ta coleccién de! Concejo Municipal del Distrito Federal revels, en afecto, que Martinez no estaba desprovisto de talento pict6rico. RAMON BOLET Y¥ LA LITOGRAFIA Ramén. Bolet es un caso sui generis. Dotado excepcionaimente para el dibujo, no parece haber asistido metédicamente @ uns escuela de arte. Se Jevanté en: un hogar adusto, bajo la tutela de su padre, un médico famoso y contumaz peridista que supo hacer de él el ilustrador de quijoteseas ‘empresas editoriales, Se inicié en’ Barcelona, donde su padre habla fundado la revista et Oasis. Luega ta familia Bolet se instal6 en Caracas y Remén pudo, asl, desarrollar aun mas su estilo ilustrativo, tal como pudo apreciarse en la més importante de sus series litograficas “Album do Caracas y de Venezuela". De esa formacién moralista que su padre le inculea, deriva en el talento de Ramon Bolet un vigor constructive y una discipline puritana para el trabajo que justfice une ‘obra extensa ¥ variada, a despecho de haber vivido él artista tan slo 40 afios. Bolet no pudo librarse, sin embargo, de las limitéciones. de fo jlustracién cientifica y fue lo bastante autodidacta para no ccelebrar en, su dibujo (que el impresar Henrique Neun llevd paciontomente 2 {a litogratia) un cierto ‘candor que procede de su Concepcion primitiva, como la de un poeta. si no es capaz de programar un trabajo mds ambicioso, esto no lo priva de aceptar et conséjo de James Mudie Spenco do tras: ladatse a Londtes para estudiar con John Ruskin; éste encuentra que las obras del joven venezolano “son positivamente buenes y llenas de sentimiento y poder; sus retratos son en verdad meravillosos'" Juicio un tanto lactnico con el que se oculta la verdad sobre la carencia de una tormacién més exigente que el pals no estaba en capacidad de poder proporcionar a sus jévenes artistas de mayor talento, Bolet regrasd al cabo de un aie para marir silenciasamente, victima de la tuberculosis, La 6poca venezolana le impuso marcos demasiado estrechos a su imaginacién encajonada en aque lias visiones simétricas de la ciudad, en donde comprendemos hasta qué punto el guzmancismo se interesa por la arquitectura como en una estampa coloreada que complace el gusto de la gente. Expresan estes visitas tan minuciosas de Caracas asombro ante esas construcciones novedosas ‘que acaba de inaugurar Guzmén Blanco. Bolet, como buen provinciana (y ésta era una de sus cual: ades) presencia con ojos admirados la modemidad de una bella época importada... y salvada para la posteridad no por el contenido de la imagen que él récrea, sino por las formas de su hermoso dibujo de elegante lines. DEL RETRATO FAMILIAR ALA GRAN EPOPEYA: TOVAR Y TOVAR Gon fa figura. de Martin Tovar y Tover cambia el rumbo un tanto provineiano que la pintura venezolana habla séauido desde la muerte de Juan’ Lavera. Hijo del fervor patriético de un pals deslumbiedo por su propia historia e incapaz de répetir en el campo de fas conquistas civiles fo que habla hecho en el campo militar, este pintor carquefio hard de la guerra un espactacule digno de vivir en la memoria. Su obra es expresién del romanticismo venezolano del tltima tercio del siglo, xi Y encuentra peraieio en le crénics epasionada de un Juan Vicente Gonzélez 0 on las deseripeiones olimpicas de don Eduarda Blanco, en su “Venezuela Herbica’’. El héroe criallo es nresentado « la imaginacién como un personaje de Hemero, Pero, sobre todo, @l arta de Tovar es producto de una de las voluntades artistieas més claras e inteigentes que dio el arte venezolano en el siglo XIX 8s que un pintor Tovar fue un historiador que desplegé las paginas de las crdnicds en sus grandes lienzos. No se limit6 a ser of excolonte retratsta, que refldjara ‘en su obra una emotive blogralia de su tiempo, sino que, condicionado por el afén cientificista de su paca, tradujo a la pintura, con la coreccién de un cldsico, complejas acciones de fa vida real. EI Renacimianto peneia en la pintura venezolana @ través de sus obras. Primero que ningun otro, Tovar se ocups de nuestro Paisaj@, en un sentido puro, y se adelanté en la observaci6n de Ia naturoieza pintando al aire libre ia precision de su estilo es adecuada a cada uno de los fines quo se propane, y logra lo que quiere Ge |e realidad con los medios mAs justos y exactos. Su técrica le proparciona éxito en todes log {emss. incluso puede permitirse. con facilidad prodigiosa, innovar en Su propia época, al registcar en una misma composicién histérica episodios que ocurren an distintos lugares v hores, ‘como sucada, Bor sjempio en su célebre Batalla de Carabobo. Tovar es un estudioso de la psicologls humona 4 la pat que un investigador de la naturaleza. Su mérito no reside en la elocuencia, que sobra en Sus Personajes, sino en el fondo dia veracided con que los encarga, Naturalista: cuando. compone sus escenarios, en extremo fieles @ la obsetvacién, sabe imprimir a ls composicién y a las figuras él movimiento vertiginoso de un raméntico, nero planta a sus perso. ajes con la nitidez de contomos y la precisién de un neoclésico. Su estilo es al de un ecléctico, De sus studios en Espafia y en Francia ha conservado lo que justamente nacesitaba su tempera mento reposado para servir a su propéstio de trabajar én un estilo que fe permitiera expresar con Sequrided y sin sobresalto la emacién contenida y la imagen justa y oxacta, sin faltar a | verdad hist6rica’ni-caer en excesos rat6ricos. No es sentimental, Es elocuente sin'ser axtrovertido: narra, No cuenta: Su meta es la abjetivided y. por fo tanto, rechazando un naturalismo grosero que puciora twaicionar sus sentimientas, slcanza la serenidad dol elésica. No son los detalles los que le impor tan, sino los hechos centrales, sobre los que construya sus esoenas, procurendo destacar, eon pro: Pésito moralizador © pedagdgico, fo que dentro, de cada episodio tiena mayor reliave o significacién Ne sucumbe nunca a los arrebatos de ‘8 improvisacidn y, sinembarga, su imaginacién es fértil Su memoria, aguda: su temperamento, vivo, aunque no tuviera el don de exptesarse ni de halagar ‘con palabras, Dice todo lo qua tiene que decir en el cuadro. No ha dejado westimonios personales, ni cartas, manuscritos ni fotogratiss, Dirfase que su biografla la companen sus personajes: tiene de sto {o grandeza de sentimientos: puede recrear los hechos, reconstruir situaciones y lugares complo- 40s haciendo siempre de la pintura un espectaculo qué agrada alla vista, pero que impone respeto. Y no Necesita recurrir a la fantasia, o a una fantasia desmedida. Logra ser decorative y realista al mismo tiempo, porque impone moderacién a su propio ingenio. La exaltacin ¥ of comedimiento. permna. necen en su obra.en constante equilibrio. Tovar divide al sigio XIX;,pone fin a una época y comienza y llena la que seré el periode heroico de nuestra pintura, Nace cuando he llegado a su fin una concepeién de fa guerra: inicia sus estudios én al optimista ambiente que se ha creado, alrededor de la personalidad del brillanta matomatico Juan Man uel Cajigal, iniciador de tes bases de la pedagoaia artistice en Venezuela; se forma en Espana ¥ Francia, y en los aciagos momentos -ya de’ redteso en Venezuela: que rodean al episodio de la Guerra Federal; liege a su madurez durante él gobierno progresista de Guzman Blanco. En su obra se cumple, asf pues, un largo € intenso periplo, que es el mismo que abarca el nacimiento, auge y decadencia del estilo del cual Tovar es figura descollante. El solo hubiera.llenado una época, Durante medio siglo 6s la figura sefiera, el pintor oficial el maestro por antonomasia de la pinture vene- zolana. Es el gran retratista venezolano del siglo XIX. Su mérito. aqul estriba en haber encontrado ‘t secreto de la intimidad., El misterio de uns labios muds, la sonrisa en los ajes serenos qua avanzan tranquilamente desde fa muolle pose hacia todos los puntes donde se coloque ol observador. fiso. pomias ravestidas de une gracia sin complejidad, peripuestas damas en quienes se reconoce inmedia: famente él estuerzo de posar; reposo y comedida elegancia que desafla al tiempo. Tovar es el retra: tista de le burguesta venezolana. Pero también es el retratista de las figuras de los heroes do la ill Independencie. Es su primer trabajo histérico importante, y pata llevarlo 9 cabo Tovar se instala ‘en Parts, en 1874. El mérito de. estas obras reside, sin embargo, més que en su calidad pléstica ‘an el inganio de que echa mano Tovar para restituiren el lienzo, sobre una pobre iconograifa, la ima- gen de los personajes. Sucre, Urdenets, Pez, toman imaginarias actitudes, se sienten alll como.abs- tracciones. como modelos ideales, como ya lo eran en fas péginas da la crénica, son hérces deshu- meanizados qué van al encuentro de una humanidad nueva De La Firma del Acta de Independencia puede decirse que es, no sin razin, el cuadro més popular da Ia pintura venezolana. Prodigio de elocuencia renacantista, como no se habla visto antes en Venezuela, esta obra constituyé el gran atractiva da la Exposicién del Centenario de Bolivar, en 1883, cuando fuera expuests. En La Batalla de Csrabobo, a cuya redlizaciOn dedicé Tovar mayor estudio que a tadus sus otros trabajos, fa: presencia del paisaje es avasallante, como si se tratara de un personaje contra el que Jos hombres paracieran ibrar otra encarnizada batalla; es un paisaje dindmico. El lienzo se adapta a la concavidad de la elipsis de! Saidn Ellptico, donde se encuentra, para desplegar en dificil pers- pectiva los warios escenarios de la batalla; simultaneamente son expuestos todos los momentos deci sivos del episodio, sin dividir el espacio en cuadros y manteniendo ei misma punta de vista central, @tecto do simultaneidad muy inganioso, al que se presta la forma del espacio, para poder presentar os hechos eni varies secuencias agrupadas en cuatro episodios centrales, que dan idea del tiempo, ¥ que por lo mismo describen los accidentes de la lanura bajo diferentes grados de luminosi¢ad, desde la madrugada hasta el atardecer. No hay en este cuadro sombtias ni patéticas imAgenes ni el acento est& puesto, como en obras anteriores, en Una representacién ideal: el triunfo de las {uerzas patridticas. Ms alegdrico que realista, el lienza de Carababo 8.6! hinino a la victoria; todo esté en él idealizado, La realidad, por el contra rio, es cruel y cadtica. En apoyo del ritmo cinematogrdfica -por decirio asi- de la pintura viene el colorido vivo y contrastado, con-ef que inaugura Tovar una manera més clara y brillante, un colorido ‘que acentua alin mas el cardcter plano de la compesicién y su valor decorativo, mayor aqul que en otras obras, en desmedro de la profundidad y la perspectiva aérea, EPIGONOS Y CONTINUADORES La década de 1880 es la m&s prolifies dé Ia pintura venezoians en el siglo XIX. Los acontecimientos més importantes han sido: la Exposicién del Centenario de Bolivar, de 1883, donde se revelaton ‘con obras de caricter historico Antonio Herrera Toro, Cristébal Rojas. y Arturo Michelena. La rea lizeci6n de los arandes lienzos de Tovar para él gobierno do Guzman Blanco, entre 1681 y 1887. El triunfo.de Michelena'en é| Sal6n de los Artistas Franceses, en Patls, y su regres apotedsico a Venezuela en 1889, La trigica obra de Cristobal Rojas, vinlats entre 1885 y 1690. La remodelaci6n arquitecténica del centro de Caracas, emprendida por Guzmén Blanco; la construccién del Capitalio Federal, a Universidad, el Instituto Nacional de Bellas Artes, en 1887 y el nombramiento de Emilio Maui para dirigirio Como se ve, habla apsrecido, tras Tovar y Tovar, una segunda generacién de pintores que en cierto modo comnionze su obra én el punto donde Tavar y Tovar habla dejado a la pintura narrativa e hist6rica. Herrera Toro, por ejemplo, no sdlo habla sido alumno de aquél; sino también su ayudante y principal colaborador en tas pinturas de batallas. Sin embargo, la obra de Herrera Toro carece del aliento pico que posee la de Tovar, y es evidente que, » despecho de su buen oficio, no conte este pintor con el favor de un mecenas magnanimo como Guzmén Bianco. La muerte de Bolivar vel Ricaurte on San Mateo, sus pinturas més caracteristicas dentro del género histérico, revelan xiv una manera més anecddtica y un menor talento de narrador, quedando en deuda tales obras con él estilo de Tover. Menos relacionado con éste, Arturo Michelena se siente, al igual que Herrera Taro, ebmodo en los grandes formatos, y su maestria es tan prodigiosa coma su imaginaci6n; sus obras hist6ricas Ro tienen, sin embargo, la unidad de estilo de Tovar, ¥ la ejecucién es en ellas menos esmerada, Tal ecurre, por ejemplo, en cuadros camo Vuelvan Caras o El Pantoén de los Héroes. Hay mas Solemnidad en la obra de Tovar, pero su tono viene resultando més veridico, mientras que Michele- na, famoso por su facilidad de improvisacién, se apoya quizés exageradamente en Is anécdota o en un realismo cargado de acentos sombrfos, como'se observa en Miranda en la Carraca o en La muerte de Sucre en Berruecos. No fue Michelena un historiador de la estirpe de Tovar, ni parece habecle interesado, en especial, el tema de la epopeya nacional: como tampoco lo fue Cristébal, Rojas, mejor dotado para un estila intimista que para ef realismo de sus grandes lionzos potéticds, Rojas fue el autor de un retrato del Presidente Rojas Paul, que puede situarse en Ja tradicién de Tovar, fo mismo que del algo convencional Girardet en Bérbula, qua sa encuentra en el Museo Bolivariano de Caracas. Muertos Michelena y Rojas, et continuader'de Tovar no ser Herrera Toro, a quien falthbale entusiasmo an su Ultima épocs para empefiarse en compasiciones de gran formato; sino Tito Salas, se trata del pintor que esté mas cerca del titulo de historiador oficial, que ostenté Tovar y Tovar Pero los de ambos son estilos completamente diferentes, LOS DONES MUNDANOS DE HERRERA TORO El sombrio y mezauind panorama politico de los afios anteriores parece cambiar con el ascenso al poder del dictador progresista Antonio Guzman Blanco; el pas entra asi en una etapa de trans- formaciin social, de reformas administrativas y de cambios culturales que de mada imprevisto otor- gardn gran significacion hist6rica 2 la arquitectura y a la pintura, En Caracas se opera un répido cosmo- polftismo que era estimulado por el propio Guzmén Blanco y que llevard a la sociedad a adoptar las ltimas modas de Patis. La ciudad se transforma arquitecténicamente y se requiera, dentro de una polftica que apoya el surgimiento de artistas, de la presencia de pintor, of escultor y el decorador Capaces de ejecutar obras més ambiciosas. Los pintores van a beneficiarse de esta situacién La década de! 80 prepare el edvenimiento del mas brillante periodo artistico de nuestra historia Herrera Toro y. Cristébal Rojas Setén fos primeras pintores de talento en recibir la proteccién del Estado. En 1875 Herrera Toro, que hable: sido slumno de Tovar y Tovar en la Academia, parte becado hacia. Europa. Aunque en principio pensaba estudiar en Parls, se decide finalmente por Ita- lia. En Roma estudiard con los pintores Faustino Maccari y Santoro, Pacticip, ademSs, en las expo- siciones del Circulo Intemacional de Bellas Artes, del cual 65 miembro. y en 1878, de: paso por Paris Visita Ia Gran Exposicién Universal, en la que. estén exponiéndose dos obras suyas. Regresa a Caracas pata ocuparse de pinturas de encargo. ‘Quizés fueron fos primeros afios en Caracas, a su represo de Italia, entre 1880 y 1890, los mas afortunados en la trayectoris de Herrera, A sus obras de gran aliento como La carided y La Muerte de Bolivar siguié un lienzo cuya idea ha debido veniria de los triunfos de Tovar y Tovar y Miche- lena en el génera histérico. La batalla de Carabobo de Tovar fue concluida en 1887, Sin el entusios- mo de Ios afos anteriores, le cupo Sostener durante algunas afios més el prestigia del realismo. Y cuando en fa Academia de Bellas Artes -donde él-ensefiaba paisaje- entraron aires de renovacidn Iégicamente Herrera tomarla partido por la tradicién, ‘A fines de siglo lo encontramos ocupado en tareas muy ajenas a su yocacién: Director del Tesoro en el Ministerio de Hacienda, escritor humo- tistioo y Colaborador |iterario. da la revista El Cojo llustwado. Es evidente que su trabajo: pictérico xv se tesiente por falta de continuidad, y aunque se desempefia come solicitade retratista, esta ya ausen- te en é1 653 conviocibn que lo determind a ejecutar sus mejores obres en la década del 80. Fue su mejor momento y el més inspirado, pues cuando Herrera llegd 2 su madurez de artista, el arte se hizo de pronto demasiade joven y revolucionario. su vision, alojada de toda modernidad, es la de un académico {aun més cuando impone a sus alunos pesados modelos), ello nia.as 6bice para quitarle méritos. Coma paisaiista es mediocre y desi- gual, incapaz de renovarse para salit de una factura de grises y ocres, que pone entre la pintuta y la naturaloza la distancia del taller donde continiis trabajando como los pintores del siglo XIX. Sus paisajes, por otra parte, son escasos, si pedimos ver més que trozos de escenogratie como los que encontrames en cuadros como Le muerte de Rieaurte y La Batalla de Ayacucho; en todo caso, Herrata Toro sigue experimentando nostalgia por el Saldn delos artistas franceses. Su significacién hemas de buscarla, paraddjicamente, en aquella actividad donde {ue mas:combs tido: Ia de docerite, ya que fue el verdadero maestro de aquellos que, tomando la revancha, lo culestionaron en 1909, tras haber sido nombrado director dela Academia de Bellas Artes: Peto {qué disciplina auténtica no origen, en arte, la sujeci6n a una disciplina severa que debe ser experimentada antes de ser violada? Los integrontes del Clreulo de Bellas Artes al fin, la importancia de la lecci6n recibida de aquel maestro que continuaba usando que exigia que los pe fueran acatsados. en 4! taller, donde.no podian escapar of ‘corrective de Su ojo adusto. ‘Aquel estilo sombrio pero correcto, poco imaginativo, ausents de verdes, que pareciers regodearse solamente en las calidades terrosas de tapias y cerros erosionados, @s propiciado por ese método que, antes que la libertad, busca ser realista, Estilo crepuscular que lien lp Gltima década det siglo pasa doy los primaros afosdel nuevo, y del cual Herrera Tora es a todas luces su inspirador iene pot CRISTOBAL ROJAS st6bal Rojas el incomprendido; rafia y_ singular, sino que, con De la generacién de pintores romanticos de Venezuela fue © incomprensién que no sé mantigne sdlo en el plano de su obra signos todavla mas amargos, participa de toda su vida, ‘A los 22 afios, viviendo en Caracas, encuentra un maestro.én Herrera Taro, quien lo. emplea como ayudante pors tos trabajos que aquol reslizaba en In Catedral de Carecas. Poco después, cuando co. menzaba ya s desesperar, obtiens un triunfo en ta Exposicién del Centenario, en 1883. Su cuadro La muerte de Girardot le hace merecedor a un Segundo Premio, y recibe una beca de! Estado para estudiar an Europa. Lo que sigue es la mas conocido; él tormento en Paris, durante siete afios mas Gus invierte en pintar, Ha trabajado sin @) sosiege neceserio, en forma lenta (aunque pertinaz), raz6n por la cual su obra resulta breve, muy breve, Las indecisiones traban su evolucién. Progresa 4 bese de grandes tanteos; invierte hasta un afig en realizar Una obra; no posee ni la facilided ila imaginacién de Michelena Muy poces tienzos pertenecen a su pertodo de Carticas; cuando 16s pint6 ere atin un principiante, a.una edad en que un joven de la 6pocs actual ya podria estar de rogreso de Europa, si hublese Sido becatio: No habla sido como Michelena un niflo prodigho, pero en sus primeros trabajos, que datan de 1881 y. 1882, un fresco encanto se desprende de dos magnifices palsajes de 1881 y 1882, ‘Que fisnen por tema fas ruinas de Cua. Estes trabajos hablan hecho lamentarse a Enrique Planchart de que Rojas no: hubiese persistido en un género como el paisaje, para el cual revelaba “ingenio natoral”. Pero Rojas andabs por este tiempo a la caza de temas trascendentales: salvo su empefio de aprender en la leccién de Tovar, La Muerte de Girardot, dieo anecddtico con af que se iniciaba como pintor de Saldn, no mostraba nada original XVI Desputs, a partir de 1884, viene la lucha pata ser aceptado en el Salon de los Campos Eliteos. Eas constantes fugas al Musoo dal Louvre, tras las huellas de los clésicos; la impresiGn quo le causa Chardin, en cuyas: naturalezes muertas se ha detenido fo suficiente para extraer una lecci6n prop! édnse las dos obras de este género que de Rojas se conservan en la Galeria de Arte Nacional De La miseria a El Plazo wencido, Rojas $e detiene en una pintura donde lo que importa es el tema, una pintura Sentimental y anecdética en su pretensién de dar un mensaje. Vale la pena abser var detenidamenite su lienzo La Taberna, titulo inspirado en una navela de Emilio Zola; una répida gjeada al extreme izquierdo del cuadro nos descubre en primer término Ia bien modelada mano de la Santinera aproximéndose a la luz que juega entre las botellas y los objetos del estante. El detalle, lado del resto, es de una plasticidad que contrasta con el aspocto grotesce de la antedota del cuadro. Es lo més noble y. mejor concebide de a pintura. Porque et detalia cn Rojas est siempre lleno de una vivacidad tensa, espiritual, como si él hubiese puesto ms vida aqul que en la totalidad el cuadro; sus grandes lienzos realistas perdurarén gracias a esos toques singulares donde la luz Hega a penetrar la soledad misma de tos objetos conumicéndoles un aura recéndita, AGn: podria discutirss ta opinidn da que El Bautizo es la obra culminante de Rojes. De cualquier manera era una obra importante en su evolucién. No s6lo se trata de la pintura que pone fin a un Ciclo de Gleos naturalistes y monumentales, trabajadas con una tdcnica laboriosa, sino también la tela ‘donde fa transicién del estilo parecia abrirse hacia formas més actuales: 4 ese paso contribuyen los fracasados intontos que hace Rojas para interesar a los jurados.en sus composiciones. Rojas mismo no habia sabido explicar el cambio de su estilo ni mucho menos comprendido fa actitud del jurado: El Bautize ha gustade mucho menos que los cuadros que envid en los tres afies anteriores. El Entasis ésté puesto ahora en la atmésfera total, no en el modelado de las figuras; la luz comianza @ sentirse como algo vivo que cohesiona las formas dentra de una profundidad ates, que os a io ver Ia que da Unidad al cuadro. A la intluencia de Doumler sucede ahor e Degas: el col vivo anuncia (a palteta clara de sus ultimos trabajos. La note resaltante del ditimo perfodo de Rojas es su interés en dar preferencia al coloride por sobre uso puede decirse que en su obra final ya ne Ie interesa nada 6l tema; su actitud 65 experimental, timida, y dentro de esos intentos so queda, deja el lienzo de gran formato pata expla- tar la superficie pequefia, e! tema intima, muy personal, que pints en atmésferas de taller, aclara- des por una luz violenta, que aqudiza fos contrastes pero que hace vibrar el colar. Sin duda la com pala de Emilio Boggio, 8 quien Rojas encuentra en el taller de Jean Paul Laurens, ha sido mas provechosa que la de Maurice Denis y Serusier; el estilo “nabis’’ lo influye, es cierto en su inconcluse lienzo Dante y Beatriz, donde emplea sin éxito Jos colores puros, Pero la tela es demasiado grande, y-€l tema algo fantastico para su temperamento de realista; no puede haber nade. Fracass. Luego es fa preocupacion por la materia y la vibraci6n del color. sin llegar a emplear la {é¢mula impresionista de vyuxtapaner las pinceladas de color. {lgnorancia det impresionismo? Quizés no. Es que para Rojas atmbsfera de trabojo sigue siendo el taller, no ef aire libre; acaso por su formacién académica, Sigue siendo isla sf mismo; los cambios en él son lentos vse suceden desputs de pensarios mucho. En su apunte Los amantes, que representa una escena roméntica al pie de una escslere, | trata- mignto anuncia, sin embargo, un impresionismoen cieines. En el baloSn se puede apreciar la aplica- «id de 108 principios de la nueva teor'a del color: tas sombras dadas con tongs eélidos y la profi didad espacial dejada a la retina del espectador; en este estilo abocetada muestra mayar interés por ef color que en otra de sus mejores obras dé!" Citimo periada: La Naturaleza muerta del Faisén, donde Rojas'se esfuerza en analiza las formas a través de! tono, En Techos de Parls, el color del cielo esté dado Con Un empaste casi grueso, en tanto que los grises del paisaje hacen pensar nue- vamente en la escuele de Barbizén Establecer la contemporaneidad de Rojas én relackén con las ideas de su tiempo no es tan urgente coma indagar el mérita de sus cuadros tomande en cuenta los accidentes de su carrera, los obstd culos con que tropezé y la paca orientacién que, en un sentido modemo, pudo haber recibido. Rojas se hubiera expresado mejor en une pintura que reffejara su anhelo de serenidad: un equitieio mo e! conseguide en las naturalazas muertas, que pintd bajo la intuici6n de que era un gran pinto ero cuya significacion quizés no pude comprender. xvi ARTURO MICHELENA ‘Arturo Michalena fue el artista de mayor éxito en su tiempo, Su carrera se consume breverente, tres una obra precipitads, lena de altibajos, en fa que tan pronto reconocemos al cibujonte genial, 3 pintor de feciidad pradigiosa, eamo sentimos el emperia no skempre bien logrado de relizar obre Scodémica y ofectiste, cuya loboriosided resta impulso 3 la naturaleza esponténea de este artista ‘Aunque devde su adolescencia dio muestras de ingenio y de una obsesiva valuntad de estudio, fue stlo en 1883, aio en que ejecuta un gran cuadro de tema histérico (La entrega de la Bandera, Museo Bollyariano de Caracas), cuando Michelena logra atraer la atencién de su obra como para hacer: ‘se morecedor de la beca que dos afios mas tarde, en 1886, le concadio el Presidente Jequin Crespo. En Paris, Michelena supo encontrar en Jean Paul Laurens un maestra comprensiva y generoso; sus dxitos en &| Salon de Aristas Franceses no se hacen esperar. En 1887 recibe fa recompensa Fuere de Concurso, la més alta que se otorgaba a un artista extranjero, por su cuadro El Nini Enferma: y en $889 gend una Medslla de Oro en la. Gran Exposici6n Universal de Parfs. Estos reconocimientos. Unidos @ ottos Gxites, colman la expectativa de los venézolanos que hacen 3 Michelena en 1889) tn recibimiento de héroe nacional. Aclamado en Valencia y Caracas (camo antes s6lo lo fuese ef frismo Bolivar), se convierta en el hijo mimado dela’ sociedad, que quiere hacet de 6! su retratista ‘ficial, Michelana sucumbe, sin embargo, a los encargos, mientras realiza obras ambiciosas, de gran formato, da tema venezolano, en at género histérico. Por esa via Supefa fa influencia de Laurens cuyas recomendaciones se hacen patentes en su cuadro Carlote Corday (1830). até preparodo_ ast para entrat en la segunda etapa de su obra, que $6 inicia hacia 1891, cuando reinstalndo en Pals cree: poder encontrar nuevamente, en el Salén, el éxito conquistado dos ahos airés, El coadro Pentesiiea (1891) etree la atencién de la critica, pero es evidente que esta manera ofectista, de gran movilidad escénica, comienza a pasar de mods, y lamentablemente Micholena 0 to comprende sino cliondo ya ha.envieda, en 1892, su-un tanto truculanto cuadro Le Vera rota, el cual pone fin a su aventura dal Salén, Esta mismo affo, tras algunos intentos de pintar con la Tibertad de los impresionistas, sufre una crisis de hemotipsis y es obligado: por fos médicos a regre- ser 0 Venezuela, Los sols afios restantes de su vida constituyen un perlodo de intenso trebsic, pero fundamantaimente es aoechade por el encargo de retrates. Los aciertos de su obra 58 6sp5: ‘Clan entre las obligaciones oficiales y las crisis de le enfermedad (tuberculosis) que lo determinsn S combiar incesantemente de residencia; paralalamente experiment un santimiento mistico, estim> fade por la iglesia que le hace encergos, algunos de proporciones murales, coma los qua eleeute pars la Santa Capilla y la Catedral de Caraces. El gobietno 1o_utilza del misma mode en proyectos He decoration y en él fetrato oficial, desviando 8 Michelena de sus més. profundas intenciones: trabajar libremente en obras de Su gusto; éstes se salistacen someramente en ef boceto:y. sobre jade en la pequefia obra siempre inconclusa; los estudios y.apuntes 68 emontonan en ol taller, sin que la enfermedad el tiempo le petmitan concluiries, La obra de Micholana oftece diferentes facetas que responden a les tendencias del gusto dominante, que este artista més que ningdn otra en Venezuela, reflej6. Se deduce de lo dicho que la obra de Michelena se resiente de fos riesgos de la vorsatilidad, 8 veces complaciente y amanarada, de su gran talento. Durante su época realista de Paris, estudiande con Laurens, o ya eqresado de |a Acada fria Jualian, tealiza pinturas de espiitu audaz, en las que sabe Unit la correccién de la fectura y ta Hbertad, tales como El Nifio Enfermo (Museo. de Bellas Artes de Caracas) y of Retrato ecuestre de, Bolivar (Palacio Legislative de Valencia), La tendencia realista, demasiado marcada por las recommen: daciones de Laurens, resulta, sin embargo, exacetbada en-una obra. come Carlota Corday (Golerla de Arte Nacional de Caracas), donde el ensayo d@ reconstruction hist6rice desmerace ante una compo- sicién humana excesivamente testral en la obsasién por lograr la instantaneidad de la escena descrita En [os cuadros de género, donde los temas son episodios de ta historia universal 0 nacional, Michelena pone en juege una imaginacién viva ¥y sensibilidad para repraducir les eseenarios al aire fibre en @mbientes de movimiento. vertiginoso que producen asombro en el piblico de fos sslones, tal como pudo apreciarse en Pentesilea (Circulo Militar, Caracas). Sus escasos paisajes nos muestran., iqualmente, 2 un fino observador de la naturaleza, si bien no parece interesado en pintar al aire libre, En cuanto & otros géneros, dentro de una vasia produccion Irregular, es necesario reconocer e105 xvi retratos infantiles de Michelena los més bellos que haya pintado artista venezolano alguna. Un signo trégico se cieme sobre el destino del realismo académico. Rojas fallece en 1690. Miche- lena en 1898. Quedan vivos Emilio Mauri y Herrera Toro, que ensayan enderezar el perdido prestigia del realismo, a través de sus lécciones on la Academia, E! primero de ellos, Emilio Mauri des- Tacaré como un preceptor atinado y bondadoso, cuya paciencia se ha puasto a prueba en la actuacién que ha cumplide al frente de la Academia de Bellas Artes, desde 1887 Después de haber estudiado con Jean Leon Gérome, en Paris, Mauri esta de regreso a su patria sin dar muestras de aberse librado del refinamiento con que.la bella @peca ha marcado su espirty, Por mucho tiempo més seguir siendo en Venezuela un pintor francés, Contentandose con ello, NO ser capaz de acometer Un camino propio, como Rojas. y abandondndose a su funcién de maestro sabe confiarse a un papel discreto, con que la posterided le recampensa. Buen dibujante, Mauri no deja que desear en punto a corraccién académica, y sin embargo, {qué falta en estos retratos salu- dables bajo los cuales aparecen las figuras de nuestros heroes, peripuestos y alrosos, quo Mauri ha pintado, incluso, con gran esmero? Falta el brio y fa inspiracién, en una pelabra, el genio de los mejores momentos de Michelens EL FIN DEL SIGLO Carlos Rivera Sanabria habia sido compafero de Rojas y Michalona por breve tiempo en la Aca- ‘Gomis Julian. Habla estudiado. también en Alemania.con e| pintor Oehme, dedicando gran parte de su esfuerzo al estudio dé la figura humana. Incluso, siguiendo los pasos de Rojes, ensaya pintar-escenias de realismo social y en el Saidn de 1889, el mismo afio en que Rojas expone El Bautizo, le es aceptada su obra El porvenir roto, Su formacién de retratista, una vez instalado en Caracas, ‘desdice, sin embargo, de lo que se esperaba de un alumno de Jean Paul Laurens. £n vano Rivero Sanabria intenta corregir sus propies fallas. Sus rewatos adolecen casi siempre de primitivismo téc- nico, ausente de visa; sus defectos estén demasiado a la vista para que el artista no se dé cuenta de ellos. Una extrafia circunstancia lo lleva # fa invalidez. El artista postrado en la cama para al resto de su vida realizaré sv mejor obra en el Gnico género para et que su Sensibilidad se mostraba en adelante atenta: fa naturaleza muerte, el bodegén, ef tema de fiores. De este modo, en la tradicion de nuestros clasices, Rivero Sanabria parece ser el puente que une al intimismo de Rojas con nues- ‘tos grandes maestros de la pintura de interior en #! siglo XX: Federico Brandt y Marcos Castillo. Otro pintor que va ‘en su obra la marca de la decadencia del estilo realista es Antonio Esteban Frlas, antiguo alumno de Arturo Michelena que, al igual que éste, y siguiéndole los pasos # Rojas, ‘vigié a Parls para inscribirse en la Academia Julian. El borracho (Museo de Bellas Artes) es una obra ‘esmerada dentro del espfritu académico. Frias misma lo eomprende cuando decide concluir su ca rreta como profesor en la Academis de Bellas Artes de Caracas, de la cual 61 mismo habla salido egresado, LOS AVANCES DEL ARTE MODERNO Una coincidencia histérica darfa'a la generaci6n de pintores del Circulo de Bellas Artes ef rol de precursor del arte moderna en Venezuela, La juventud de esta generacién coincide con la 6poca en XIX qué'se difundon las proposiciones del imprasionismo y posimpresionismo, desde Francia y Europa al resto del mundo. No fue extrafio asi-que un venezolano -Emilia Boggio- que habla vivido continua monte en Francia desde su primera juventud se convittiese al impresianisma antre 1890 y 1900. Pero. el impresionismo no fue atioptado al pie de la letra por los- artistas que vivian en Venezuela; ni estaba planteado para ellos, en 1910. pintat como los vanguardistes franceses de fines de siglo La pintuta venezolana habla elaborado, paralelarnente a las corrientes francesas, su propia tradicién alsaiistica en fa cual encontrarian una base las nuevas generaciones. Esto fue una ventaja, ya que le declinacion del realismo académico en Caracas, con la muerte de Michelena, daria paso @ la large ‘a un movimiento que fue mucho mds: importante ¥ que, aunque negé ala escuela dal siglo XIX, no dejé de basarse, inicialmenie, en los ensayos. de paisaiisma intentados pat los realistas mismos, alestilo de Rojas, Michelena y Tovar Caracas, que desde ol siglo XVIII habla adquirido. supremacta coma centro de la actividad artis- tica del pais, habla inspirado a lo largo del siglo pasado a pintores, dibujantes y grabadores que vieron el paisaje-de fa ciudad hajo varios aspectos: desde el paisaje en. grande por el estilo del que fan 1840 harla el casi andnimo pintor Ramén lrazébal; 6 del que, téniendo como marco la imponenta serrania dol Avila, Tovar y Tovar ejecutaria a fines del siglo pasado, hasta el apunte de natursleza costumbrista como fos que realizaran en Venezueta Melbye y Camille Pissarro, El mas antiquo paisale de la ciudad se encuentra en un cuadro atribuido-a Ia escuela de los Landasta ¥ que muestra al plano de Caracas, sobre el cual se yergue |a ropresentacién de Nuestra Sefiora de Caracas. La fema de la ciudad correspondia a la belleza de su paissje. Los primeros peissjes de Caracas obedeclan a una intenci6n ilustrativa, por lo menos hasta 1870, cuando se dasarrolé en la ciudad un movimiento integrado por dibujentes y.cientificos aficionados. al dibujo, que vieron en éste un medio adecuado para reproducir variados aspectos de la ciudad, la arquitectura, la flora y la fauna, el habitante y sus Costumbres. Fue, como hemos explicado, una tendencia que tuvo repercusién en las ciencias. tal como puade apreciarse en los trabajos de Carmelo Femandez para el gedgrafo Agustin Codazzi, odie Anton Géering para sus observaciones de Venezucla. El paisaje come aénero artfstico aparece definido ya en algunas obras aislades de Michelena -Paisaje del Paraiso, coleccién Fundacion Soulton-, Cristébai Rojas -Paissje, coleccién Galeria de Arte Na ‘Gonal- y sobre todo en producci6n final del magstro Martin Tovar y Tovar. Peco ef palsaje fue tam- bién consecuencia de ta ensefianza impartida en la academia do Bellas Arias, on la que daban clases Emilio Mauri y Antonio Herrera Tora, & este ultimo pintor se debe, en particular, ef énfasis que desde fines de siglo se puso on el aprendizaje de la técnica del paisaje y en el cultivo de éste como {Qénéro independiante de la pintura narrativa. Sin embargo, el paisajismo de la Academia, como lo practicaba y ensefiabo Herrera Toro, aun cuando se aconsejase piintat al aire libre 0 que no dejaba de ser una mera-térmula- carecia de color y continuaba siendo una manifestacién del realismo. Las gamas grises de la paleta de taller y las armonlas tierres y pardas daban al paisaje asl visto timida ‘antonacién romantica, que ponie de relieve of cardcter literario de ta inspiraci6n. Hay mucho de romanticismo en los primeros atishos de la generacion que daria forma definitiva al paisajismo: Cabré, Monsanto, Reverdn, Vidal, Brandt; y en ello se traduce la infiuencia de los realistes que desde la aca- demia ocasionalmante iban 2 influir sobre el nuevo paisaje: Una excepcién entre los pimtores del sigio XIX fue Jestis Marla de las Casas, un contempordneo de Rojas y de Herrera Toro que, trabajando en Caracas, supa fra*teherse al margen del medio artistico pera realizar durante més de veinte afios Solitaria labor de paisaiista. De fas Casas obtuvo el titulo de ingeniero durante el Quinquenio de Guzman Blanco, pero disgustade con este mandatario, abendo- 61a carrera, dedicdndosé en los ratos libres, como aficionado, al cultivo dat paiseje. Porno haberse formado en la Academia, y sin.compromisos can ésta, pudo rachazar decididamente fa orientacién realista de la pintura oficial, Un Viajé dle estudios por lialia y Francia le habla puesta en contacto con la obra de Corot y, luego, con la de Renoir y de otros impresionistas. Se dedicé especialmente a la naturaleza muerta y a! paisaje, interesado menos en la realidad representada que én el resultado alo: bbal de'surexperiencia. A fines de la década del 90 comenz6.a pintar en el litoral de Macuto, cuva luz 8 ‘empeno ef captor, no sin éxito, en obras de pequefio formato, ejecutadas con un colorido tenue y empaste delicado. De las Casas murié completamente desconocido. Una exposicién llevada a cabo ‘en 1966 en fa Salo dé la Fundaci6n Mendoza, en Caracas, rescaté del olvido su abra. XX Emilio Beggio habla nacido en Caracas de padre italiano _y madre venezolana; sin embargo Vivid env Francia seguidamente desde los 17 afos hasta 1919, fecha en que retoind 8 Caracas or reves meses; su regreso constituye Un hecho bien conocido, por las implicactones que tuviera pa- ‘a los jvenes pintores de la 6poca: SU axposicién dé 53 dlecs realizada en la Academia de Bellas Ar tes. Por formacién y obra Boggio ¢s un pintor. francés; en su estilo pueden reconocerse las prinipa- les influencias qué, después de 1885 actuarlan en su carrera: Henti Martin, Monet ¥ Pissarro. No fue Sino después de 1900 que realiz6 su obra més trascendental, libratio de: las influencias. del romanticis- mo y del simbolismo que todavia se aprecian sn uno de sus primeros y grandes paisajes Labor, ex- puesto en el Saldn Oficial de Paris, en 1899). Boggio siguié la ruta de los impresianistas an la bus- queda de la luminosidad: el mediodia francés, Auvers-sur-Oise ¢ Htalis, en donde estuvo durante un aif muy significetivo pare su carrera en 1907. Las vistas de Paris, los paisajes d6 Nervi italia) y la Serie de cuadros pintados durante los afios de la Primera Guerra Mundial én los cercanles de su resi: ddencia en Auvers, se cueritan entre sus obras més notables. Como Monet, a quien siguié un cierto mo- ‘mento, Boggio se revela ante todo como un colorista epasionado por los problemas de la luz y que 's@ adentra en los misterios de la materia, llegando a trabajar con uni empaste eargado. de color en espesor, con el cual se propone simplificar la composicién hasta pianos muy abstractos en donde lo ra- ‘ya del horzonte llega a desaparecer. Y esto Gltime puede apreciarse, incluso en un sentido serial como en’ Monet, en marinas y paisajes que tienen par tema las-costas italianas y-el rlo Oise. La obra Je Boggio, en su totalided, reitera y.prolonga los planteamientos y motivos familiares a los improsio. nistas. Pero influida también por Van Gogh consigue @ partir de 1902’dramatizar la factura del cuadro de manera expresionista, determinando én su propio estilo una tendencia figurativa para la cual se ba- 86 préferentemente en af retrato y el cuadro de interior. Dé este modo, partiendo de Monet y Pisa ro, Boagio reinterpret6 el impresionismo y, a través de una obra numerosisima, aporté una vision Personal que, dentro de la tradicién francesa, estaba también impregnada de la fogosided del tempe- Tamante latincamericano y de la sensualidad un tanto exquisita de la tradici6n de Ja escuela francesa. La obra de Boggio mostrada en 1919 en Caracas influencié 9 las j6venes pintores’ que. vacilaben atin enire la orientacién heredada de la ensofianza de la Academia y la libertad sin reglas del autedi- dactismo, EL CIRCULO DE BELLAS ARTES Ei Circulo do: Bellas Artes asume la responsabilidad de relevar al tealismo que a comienzos de Siglo, sobre tede después de la muerte de Michelena, daba sefiales de decadencia. La pintura his- térica y literaria en la cual ponian énfasis todavia a comianzos del siglo los concursos dels Academia. iba a ser rechazada violentamente par los jSvenes més enterados de los recientes movimientos de pin tura europea. Manuel Cabré, A.E, Monsanto, Leoncio Martinez, Carlos Otero y otros jévenes pintores eneaberaron en 1909 una protesta contra el status docante, temando come pretexte la desionacién de que habla sido objeto Herrera Toro para dirigin-en-reemplazo de Emilia Mauri, la Academia de Bellas Artes. Ya por entonces Leo (Leoncio Martinez! y Jesis Semprum, asumiendo la defensa de los Peticionarios, sefalaban en articulos de peribdicos y revistas la mediocridad y falta de ambiciones en Gue transcurrian iss actividades de aquel centro de ensefianza. La huelga, que clovd un plan de refor mas hasta el Ministerio de Instruccién Publica, no condujo a nada, y los estudiantes, negndose a seguir asistiendo 2 los talleves, se conformaron con poner en la préctica las medidas tenovadoras que deseaban para la Academia, Asi fue como s@ gest6 el brote iniciel que el 2 de agosto de 1912 conduciria a la instalacién del Circulo do Bellas Artes, “organizecién fundada, segiin Femando Paz Castillo, para combatir la ensefianza extremadamente pobre de la Academia”. Tal vez los objetivas tenlan un mayor sleance, puesto que, rotos los nexos con la Academia, se trataba ahora de ori tar las actividades artlsticas -asuriendo la direccién de etlas- en dos sentidos: la croacién y la divul XI gacién, E] Clroulo egtablecié su sede en un local del abandonado Teatro Calcafio, cadido ganerose- mente por su duefio ef ingeniero Eduardo Galcafio Sanchez; alli se formé Un taller libra, sin profeso: res ni limitaciones estéticas, donda las miembros asistentes abonaban los costes ocasionados por los materiales y ol pago de la modelo. Para divulgar el trabajo realizado se crearon los Saiones del Cir- culo, que organizaban anualmente con gran libertad Monsanto y Cabré. Entre 1913 y 1916 se realizaron en total tres salones, “sin premios ni medallas”. En 1912 habla circulado una hoja impresa con ol programa del Circulo de Bellas Artes; puede deducirse de su lectura que éste no constitula una organizacién de grupo, que respondiese a determinados estatutos 9 normas, como suele suceder en la asociacién artistica. En efecto, s0 decia en el programa que “pueden pertenecer al Circulo de Belles Arias todos aquellos que por amar a la belleza eleven su espritu sobre el nivel comiin de Las gentes. Quienquiera, profesional, estudianta o aficionado, tendra franca acogida en el sono de la Asociacion sin que 58 16 impidan el estar inscrite en otro grupo, Academia, Atenso o Escuelas, ni las tendencias de sus ideas en materia de arte'’, Incluso se habla llamado a participar 4 los intelectuales més desta cados del momento, susceptibles de hacer causa comtin con los jévenes artistas, como Romulo Go: legos, Manuel Segundo Sanchez, José Rafeel Pocaterra, Julio Planchart, Jest's Semprum -orador de orden en el acte de inauguracién del Circulo. Més tarde ingresarlan Fernando Paz Castillo y Enrique Planchart. De estos tiempos data un fructifero acercamiento entre escritores y artistas que buscaban, mediante la comprensi6n mutua de sus actividades un apoyo para dafenderse de la inquebrantable ‘apatia en que el régimen despético de Juan Vicente Gémez habla sumido.a la vida cultural y politica del pats, ETAPAS DEL CIRCULO Pueden estudiaise en le obra del Clrculo de Bellas Artes dos etapas claramente definidas: la primera aberca de 1909 a 1918 ¥ se caracteriza por ser un perlodo de basquedas durante ol cus! sus pintores 58 libran de la influancia del realisma dele Academia y comierizan a indagar par propia cuenta, api cando algunos principios del imprasionismo y pintando al aire libre. Ciertos paisajistes como Brandt ensayan una aplicacién muy personal de la técnica puntilista. Entre 1918 y 1919, se encuentran de paso on Caracas dos impresionistas: Samys Mitzner y Emilio Boggio. Por otra parte, Reverén y Monasterios, que han estado en Espafia larga tiempo, treerén a Venezuela la infiuencia de Zuloaga, Sorolla y Regoyos. La segunda etapa corresponde a le efimacién y madurez y esti marcads, en un comienzo, por Ia huella que dejaron en la pintura venezolana Samys Matzner, Nicolas Ferdinandov y Emilio Boggio; cancluye a finales de la década det 20, Desde el punto de vista de su aportacion al arte venezolano fos afios comprendicios de! 20 al 20 fueron los més significativos en ta historta del Circulo de Bellas ‘Artes, Los siguientes se refieren més qué a la historia del Circulo, ale evolucion trazada por Is obra de sus principales representantes, en.un sentido personal Una de las premisas del Circulo de Bellas. Artes fue | rechazo de las técnicas y motivaciones que habian prevalecido en la pintura venezolana de fines de siglo. De acuerda con esto puede decirse ‘que 2! Ciroulo respondié: a un programa, si bien éste nunca fue tan bien definido en Ia teorls como en fa préctica, AGn mids: so carecié de una teorla, El énfasis fue puesto en la pintura al aire libre y.6n todo lo que se dertvé de la negacion det realismo y la tendencia dominante de utilizar una paleta de tonos oscuros ¥ grises, como la que se empleaba en él taller. Los jdvenes iban a valerse nds libremente del color, y se trat6 de estudiar su empleo més adecuado de acuerdo con la expe- flencta 2 que se fue llegando en la cbservacién. directa de [os tonds, luces, sombras y valores, tal ‘como estos elementos $9 offecen en la naturaleza, y en la madida en que se trabeje al aire libre. Eilo implicé, como habla sucadido en Francia, el desprecio de la literatura y la anécdata como fuentes 20 de inspiracion; tanto menos un artista se apoya en la anécdota cuanto més tiene que apelar a fos re- cursos do la pintura misma. Al inclinarse a preferir una temética literaria © hist6rice, el realismo del siglo XIX desvié a la pintura del cardctar profundamente visual que ella siempre tuvo, incluso en los tiempos en que los artistes se basaban en ta anécdota y en los temas literarios. La corrupcién de a lectura de un cuadro, ¥ por fo tanto la corrupcién del gusto artistica, en general, 2s un fendmeno que se acentud en el mundo en las Gltimas tres décadas del siglo XIX. Alge parecide ocurrié en Caracas en relacién con los cambios que tuvieron lugar en Francia y Europa con el impresionismo Habla que devolverle a la pintura su base sensorial, a costa de perder su elocuencia para cautivar al Pblico, 65 dacir, las razones mismas de &xito. Surgieron asl, entre los pintores de Caracas, los temas anénimos en los cuales se encontr6 ahora un pretexto pars hacer del cuadro nada més.que un cuadro éste no serla ent adelante una referencia topografica que enmarcaba un hecho extraide caprichosa mente de la: Biblia ode Ia historia; la pintura recobré su soberania, Y sn la misma medida, que. riendo que fuese solamente pintura, sin renunciar a la naturaleza que se observé ahora con mayor atencién que antes, con el cuidado extremo que nunca se habla puesto en ella, el pintor lentamente 86 apresté « modificar los datos de la realidad para llevarios a la pintura con el propdésito de ser més fiels las exigencias de su propia expresividad, El colorido se us a partir de Ia leccién de los impresionistes y posimpresionistas, sin acudirse 2 {érmulas ni recetas, sino volviéndolo obediente a 10 que cada pintor buscaba individuslmente a partic de ta ebservacion ditecta de te naturaleza, en la que con facilidad padian comprobarse ios problemas ya estudiados por los impresionistas: la coloracién de las sombras ¥ la impresién de aviva- fiento de los colores por efecto de la yuxtaposicién de los complementarios, la mezcia éptima que s2 obtenla’en la retina por divisién del color en la tela, preferibiemente a la mezcla de [os colores en la paleta, etc. El psisaje del trépico fue en definitiva al gran maestro Aunaué én un Comienzo algunos integrantes de! Circulo hablan dedicado sus estuerzos al zetrato ¥ la pintura de género, como M, Cabré y F, Brandt; aunque la naturaleza muerta sigulé siendo para pintores como MM. Castillo ¥ Brandt mismo un tema de incansables elaboraciones, hay que decir que fue el paisaje la temética que major dafini6 la orientaci6n principal dé los pintores del Circulo de Bellas, Artes, Dentro del paisaje podemos estudiar dos fases que correspanden cronolégicamente a las tapas lormacién ¥ madurez de los pintores del Circulo. En la primera fase Se advierte entre los poisa)is tas que trabajaban preferentemente sobre mativos del valle de Caracas une tendencia a hacer éntasis en el problema especifice del color por sobre la identidad del motivo, y en la forma cémo ta fuz actia sobre el paisaje. Este es Un planteamiento més caracteristico del expresionismo que del impresionismo, v gracias él puede decirse que el artista se express a si mismo efectivaments cuando alige un de terminado aspecto de la realidad para establecer a través de la pintura un vinculo sentimental con él Un ejemplo caracteristice de esta primera manera son los poisejes y figuras de la época azul de Reve- r6n, también los paisajes de Caracas pintados por Cabré antes de 1920; las pinturas sobre temas cara: quefios que Brandt realiz6 entre 1914 y 1920 bajo la influencia de MGtzner, ¢ incluso les que pint6 al final do su vida aproximandose al dramatismo dibujistica de Van Gogh, tipifican una tendencia gene- fal de los artistas de este perlodo a un expresionismo cromético que esté lejos de plantearse radi- calmente en los tétminos @n que lo hicieron los. grandes expresionistas del arte modern. Pero opo- hemos esta tendencia a la que se inicia entre los, pintores del Clreulo, llegades éstos a su madurez cabal, a partir de-los afios treinta, por ser esta Gluma (endencia mucho més fiol a La realidad tomada como motivo del cuadro y no como mero pretexto. Las obras de Manuel Cabré y Pedro Angel Gon: zélez, méximos exponentes del paisaje del Avila, son las que mejor coracterizan a la evolucion final de las basquedas del Circulo de Bellas Artes en favor de la representacién de la luz y de la at- mésfera exactas del motivo captado. El fin ¢s también aqu! no representar a la naturaleza tat como es, sino servirse de un tema, que puede ser reconocide en el cuadro, para realizar una pintura que responda a sus propios e intrinsecos valores. Es evidente que fue esta derivacién naturalista del paisajismo del Circulo de Bellas Ar Enrique Planchart quizo bautizar con el nombre de Escuela de Caracas. Por temperame {ores, cuyos nombres han sido asociados a «: ala que tO hubs pin- Escuela, que s8 avienen en su estilo a exigencias xl més espantdneas 6 expresionistas, como sucedi6, por ejemplo, con Rafael Monasterios, en favor Inocencia postica de la'visi6n lo lleva a interesarse més en ol colorida qué en la representa- ‘Gan, aunque se sirva de un motivo pintado“al natural, eon-acuerdo’a la manera cémo tas formas. del paisaje se organizan en profundidad, manteniendo en-el cuadro la identidad plena de! motivo v de {a luz que se manifiesta a través del color. También Marcos Castillo apunt6 en su estilo, sin renegar de ia pintura al natural, hacia un cromatismo expresionista en el que interesa mucho mas el tono atac- tivo comunicado a las formas y el color, que la Delleza o la identidad en sf del objeto representado. La obra de Federico Brandt fue una Oe las mas influyentes del perlodo que va de 1918 a 199) en lo pintura venezolana, Bila ofrecid resoluciones originales en las que encontrerlan apoyo para sus bus ‘quedas personales, artistas de temperamentos tan opuestos como Rafoel Monasterios. Césat Prieto + Marcos Castillo, Pintor culto, de gustas muy refinados y visi6n intimista de les coses, Brandt vivid gnartado, consagrado modestamente a une obra que apenas si fue conocid en su tempo por Jos cmigos rds corcanos del artista. Brandt, en ciorta forma como Monsanto, pero més dotedo de ta: jento pictérico que éste, se colocé frente a su obra como un crition demasiado ldcido para pretender mostrarse’a si misma como wn pintor profesional. Por esta tazdn decidié ganarse la vida eh una act Vided comercial qué la permitia dedicar las horas libres a su verdadera vocacién, fa pintura EI recorride crondlégico de Brandt ¢& el siguiente: 1898, alumno de Michelens, en Caracas. 1889, egresa de la Academia de Bellas Artes tras haber recibido el Premio de Pintura del concurso de fin de ‘afi, 1903, alumno de J.P. Laurens, en Paris; pinta en Brujas paisajes impresionistas; viaja hasta Holanda para ver la obra de Rembrandt. 1905, continGa asistiendo a la Academia de Caracas, donde encuentra a Monsanto, 1912-16: participa en las actividades de! Circulo de Bellas Artes, como uno do log miembros de éste. 1918-1932, realize su obra més significativa Federico Brandt hable sido estudiedo hasta ahora como un pintor moderno de obfa intumista en la ‘que se crela recanocer un parentesco con Vuilard y. Bonnard; sin embargo, se habla olvidade el oe segue que su estilo nos ofrece con el siglo'XIX y particularmenta con la pintura de Michelena y Ge Cristobal Rojas. Se puede ver ia influencie de estos dos maestras an sus primeros autorre trates y pinturas de género, abtas sjacutadas entre 1900 y 1810, que revelan la faze final del realismo de la Academia; con sus caracteristicas armonfas terrosas, ocres y marrones. Desde un eomienzo, Brandt se habia revela "0 pintor de naturalezas mubrtas, gbrero del cual constituys. junto a Marcos Castillo, el més importante exponente venezolano. En la naturaleza muetta, que tiene su gen en une traGicién local fueremente arraigeda en la Academia -Rivero. Sanabria, Rojas, J.J. le Guierdo, De las Cases, ete.-, Brandt alearzd hacia 1815 soluciones de tino personal que determina: flan la-evolucion general de su obra, a partir de este mi cuando realiz6 también, valiéndose a uno Yécnica de pinceladas menudes, sus primeros paisajes decididamente modemos. por el de los quo en la misma.époce ejecutaba Manuel Cabré. Brandt encontraria luego en Santys Matznet tin estimulo muy importante para continuat una obra eft Ia que, simulténeamente, asomaban varies direcciones, Fue hacia 1918 cuando su estilo aparece definido. en los. géneros en que. Brand a destacar en adelante y qué hacen de él una de los pintores venezolanos de temnética mas comple: je y variada.._En Sus paisajas siquid la inclinaci6n constructive d@ Su temperamento: compone por me- dio de planos definides, vallendose casi sieripre de una'smbientacion arquitectOnica, con preferencia or los motives coloniates; [os volmenes estén demarcados por tin cantare lineal y ol angulo de Vigion suele estar concentradd @f aspectos muy intimos. cofrales, puertas, patios, callajuclas, de- sechande el palsaje de perspectiva panorémica Qué-se hizo caracterfstico en la Escuela de Caracas, Ha- bia recibido la influencia de Van Gogh ¥ de Cézanne; ta de este pintor francés obré significative ments en la naturalaza muerta, obnero en el que Brandt trabelé intensamente 8 partir de 1922, al canzando entre 1927 y 1932 et rigor y la sintesis que le permitieron afirmar definitivamente su con Viceién de la pintura como una realidad en s{ misma, obediente 6 sus propias leyes. Esta misme comproBacién puede apreciarse en sus cuadros de interior, que le han valido, en. razén desu dad piéstica, fama de ser el més notable pintor intimista que produjo el siglo XX en Venezuela Samy Matzner naci6 en Rumania. Vivien Venezuela entre 1916 y 1918, Después de haber pintado en la ilo da Margarita, se radicé en Caracas, donde intim6 con los pintores del Circula de Bellas At *, en un momento propicia, pleno de iniciatives ambbiciosss, cuando la nueve generacién de artistas xxv ‘estaba a punto de dar obra definitiva © peracer tragada por la mediocridad del medio; de alll que un impresionista estimable, como Mitzner, podla can su obra y su presencia ayudar mucho en la crientacion de basquedes ¥ ensayos que, por €5¢350 conocimiento de la técnica impresionista, no lograban canalizarse, en algunos pintores que iban a recibir su infiuencia, hacia el estilo paissiistico ‘al que tendian todos los experimentos importantes de la época, Matzner expuso 87 obras en 2! Club Venezuela, en 1918, obteniendo con elo un éxito de ventas y pOblice sin precedentes hasta entonces, 'y que garantizaria pata los nuevos artistas la aoeptacion de las corrientes consideradas més atrevidas Majzner pinté numeroses aspectos de Vanezusia, antes de abandonar el pals, luego de una corta manencia en Maracaibo; su manera llamativa, de ejecucién libre y vivo colorido impresionista, poli ‘croma, cautivé @ los cataquefios. Cuidé combinar en su obra el interés. proplamente costumbrista de tas escenas tipicas que llevo @ sus pequefios cuadros, con la novedosa técnica que mangjaba ‘con gran maesiria, en provecho.de lo que en aquella época, al ver su obra, la critica juzg4 como “unastilo decorativo” Protagonista principal de la historia de! Circulo de Bellas Artes, AE. Monsanto, en opinién los que le conocieron, fue ademss de pintor ef crftico més oldo de su tiempo. Habla participado activamente: en la creacién del Circulo en la instalacién de éste en el Teatro Calcafio y enEl Ca. j6n de los Monos", en Pagilita. En 1804 habla ingresado ala Academia de Bellas Artes, donde encan. trarfa a Brandt y, mds tarde, a Reverdn y Monasterios. En 1909 intervino en fe huelga que se oponia 8 la designacién de Herteta Toro como Director de la Acadertia, en la cual poco antes (1907) hablo obtenido uno de los premios de pintura que se otorgaban en el concurso de fin de afio. El conacimiento de ls historia del arte lo atrajo vivamente ¥ a través del estudio de ésta en forma autodi dactica llegé 2 alcanzar una solida cultura en la que encontrarian apoyo principalmente sus compe: Aeros de generacién; porque, demasiado riquraso con su propia abia, sometida por é! mismo al and: lisis ¥ comparacién con ls de los modernos maestros europeos, Monsanto consideré que no debia sequir pintando. Esto oourrié en 1895, afio después del cual s6lo ocasionalmente volv'é at alguno que otro cuadro. Su obra, menos numerosa, por supuesto, que la de sus compafieres de generacién, fue mostrada en 1967 en la Sala de Exposiciones de ta Fundacién Mendoza. La signif caciGn de Monsanto puede medirse major en el campo de \a pedagogia y de las ideas estéticas, que en el de Su pono convinoente trabajo pictérico, al cual 6 comprendié que debla renunciar. La dindmica de la evolucion de los estilos, a través del tiempo, lo sedujo demasiado para poder escapar a la magia del andlisis plstico, del cual fue el primero en Venezuela en hacer uso para explicar el arte modemo. Monsanto llegé a conocer en sus profundas implicaciones estilfsticas e histéricas, la obra de Cézanne, al cual divulgé entre sus alumnos de la Escuela de Artes Pidsticas, cuya direcci6n desempend des de 1996 hasta el afio desu musrte. En of campo del andlisis de la pintura moderna, aplicado als ense: fianza en las. escuelas de arte para’la formacién de pintores, puede decirse sin equivocacién que la obra de Monsanto no solo no ha sido superada, sino qué tamporo encontré continuadores desu talento, Nacido'en Barcelona (Espafial en 1890, Manuel Cabré: vino dé pocos Bios al pals, traido por su padre, el escultor Angel Cabré y Magrif, quien estaba encargado, desde los tiempos de Joaquin Crespo, de la catedra de escutture on fa Academia dé Bellas Artes. En'este instituto fue inscrito a los 8 afios de edad. Desde un principio manifest6, Cabré, un instinto constructive que se tras luce: en Ia solidez de sus ratratos. de la primera época, realizados antes de 1915. A partir de este afio pinta sus primeros.patsajes del Avila, con und-visi6n de artista moderna imbuldo ya de los concep: tos del impresionismo y posimpresionismo. El Avila seria ala large el gran tera de la pintura de Cabi8, Ya lo habla anunciado Leoncio Martinez cuando escribi6, en 1915: “Desde hace unos dos o tres afios; el Avila es para Cabré sus emores, y ha llegado a poseerio”. Antes de liegat Boggio a Vene- zuala, en 1919, Manuel Cabré habia realizado obra importante dentro del paisaje ¥ Su concepci6n pléstica apuntaba hacis una sintesis arquitectinica del color y los volimenes definides en la distan ia y fuertemente caracterizados con plans audaces en los primeros términos, con tendecia a la indi cacién de edificaciones.@ zonas urbanizadas. De modo que pudo expaner en Caracas sus obra siguiendo tos consojos de Boggio, ditigise inmadiatamente a Parls, an donde residio hasta La obra francesa de Cabré es la menos conocida en su camera, En ella se reafirma por un lado la inclinaci6n constructiva ya Sefialade én sus primeros trabojos de carScter realista, en 20, xv Desputs, a partir de 1884, viene la lucha para ser acaptade en el Salén de los Campos Ellseos. Las constantes fuges al Museo dél Louvie, tras las huellas de las clésicos; la impresién que le causa ‘Chardin, en cuyas naturelezas muertas se ha detenido fo suficiente para extraer una lecci6n propi ‘véansé las dos obres de este género que de Rojas se conservan en la Galeria de Arte Nacional, De La miseria 0 El Plazo vencido, Rojes Se -detieno-en una pintura donde Jo que importa es el tema, una pinture Sentimental y anecdética en sy pretensiOn de dar un mensaje, Vale la pena obser- var detenidamente su lien20 La Taberna, titulo inspirada en una novela de Emilio Zola; una répida ojeada al extremo izquiarde del cuadro nos descubre en primer término la bien modelada mano de la cantinera aproximéndosc a la luz que juega entre las botellas y los objetos del estante. €) detalle, aislado del resto, es de una plosticided que contrasta con el aspacto grotesco de la anécdota det euadro. Es lo més noble y mejor concebido de fa pintura. Parque e! detalle en Rojas est siempre lleno de una vivecidad tensa, espiritual, come si 4! hubiesé puesto mAs vida aqul que en la totalidad ‘del cuadro; sus grandes lienzos realistas perdurardn gracias a esos toques singulares donde la luz llega 2 penetrar la Soledad misma de 16s objétos conumicdndoles un aura recéndita Agn podria discutirse la opinion de qué El Bautizo €s la obra culminante de Rojas. De cusiquier manera era una obra importante en su évolucién. No s6lo se trata’ de la pintura que pone fin'a un ciclo de 6leas naturalistas y monumentales, trabajados con una técnica laboriosa, sino también fa tela donde fa transicién del estilo parecia abrirse hacia formas mas actuales; a:ese paso contribuyen los fracasados intentos que hace Rojas pata interesar a 168 jurados en Sus composiciones. Rojas mismo no habrla sabido explicar el cambio de su estilo ni, mucho menos comprendido ls actitud dal jurado: €1 Bautizo ha gustado mucho menos que los cuadros que envid en los tres afios anteriores. El énfasis esté puesto ahora en la atmésfera total, no en ol modelado de las figuras; la luz comienza a sentirse camo algo vivo que cohesiona las formas dentro de una profundidad aérea, que'esa la vez {a que da unidad al cuadro, A la influencia de Daumier sucade ahora le de Degas; el toque de color vivo anuneia fa paleta clara de sus Gltimos trabajos. La nota resattante del Gtimo perlado de Rojas es su interés en dar preferencia. al colorido por sobre 6! tema; incluse puede decirse que en su obra final ya no le interesa nada él tema; su actitud es experimental, timida, y dentro de esos intentos se queda; deja el tienzo de gran formato para explo: rar la superficie pequefia, ef (ema intimo, muy personal, que pinta en atmésteras de taller, aclara: das por una luz violents, que agudiza los contrestes pero que hace vibrar el color. Sin duda | com- afila de Emilio Boagio, @ quien: Rojas encuentra en ol taller de Jean Paul Laurens, ha sido mas rovechoss que la de Maurice Denis Serusier; el estilo “nabis” lo influye, es cierto en su ineoncluso lienzo Dante y Beatriz, donde emplea sin éxito los colores pures. Paro la tela es demasiado grande, y el tema algo fantéstico para su Temperamenta de realista; no puede haber nada. Fracasa. Luego es ‘a preocupacion por la materia y la vibracién del color, sin llegar a emplear la frmula impresionista de yuxtaponer las pinoeladas de calor. ZIgnorancia del impresionismo? Quizés no. Es que para Rojas Ja atméstera de trabajo sigue siendo el taller, no el aire libre; acaso por su tormacién académica, Sigue siendo fiel a st mismo; los cambios’ en él son lentos y.se sucaden después de pensarlos mucho. En su apunte Los amantes, que representa una escena romantica al pie de una escalera, el trata- mignte anuncia, sin embargo, Un imptesionismo en ciemes. En el balcbn se puede apreciar la apiica cidn de: los principios de la nueva teorfa del color: las sombras dadas con tonos.célidos y la profun: didad espacial dejada a la retina del espectadot, en este estilo abocetado muestra mayor interés por el color que en otra de sus mejores obras del uitimo perfodo: la Naturaleza muerta del Faisén donde Rojas se esfuerza en analizar las formas a través del tono, En Techos de Parls, el color del Gielo esta dada con un empaste cas! grueso, én tanto que los grises del paisaje hacen pensar nue- Vamenta en laescuele de Barbizon Establecer la contemporaneidad de Rojas en relacién con las ideas de su tiempo no es tan urgente como indagar af mérito de sus cusdros tomando en cuenta los accidentes de su carrera, los obst- culos con que tropez6 la poca orientacién que, en un sentido moderno, pudo haber recibido, Rojas Se hubiera expresado mejor en una pintura que reflejara suv anhelo de serenidad: un equilibrio como’el conseguido en las naturalezas muertas, que pint6 bajo la intuicion de que era un gran pintor, ero cuya significacién quiz4s no pudo comprander XVII ARTURO MICHELENA ‘Arturo Michetena fue el artista de mayor éxito en su tiempo. Su carrera se consume brevemeste, tras una obra peecipitada, llena de altibajos, en la que tan pronto reconacemes al dibujante genial, al pintor de facilidad prodigiosa, como sentimos ol empefio no siempre bien logrado de ralizar obra académica y efectista, cuya laboriosidad resta impulso a la naturaleza espontanea de este artista ‘Aunque desde su adolescencia dio muestras de ingonic y de Una obsesiva voluntad de estudio, fue solo on 1883, afio en que ejecuta un gran cuadro de tema histética (La entrega de la Bander Museo Bolivariana de Caraces), cuando Michelena logra atraer la atencién de su obra como para hacer- se merecedor dé Ie beca que das afios mas tarde, en 1885, le concedié al Presidente Jequin Crespo. En Parts, Michelens supo encontrar en Jean Paul Laurens un mapstro comprensivo y generoso; sus éxito on el Saln de Artistas Franceses no $6 hacén esperar. En 1887 racibe la recompensa Fuere de Concurso, {a mds alta que se otorgaba a un artista extranjero, por su cuadro El Nifo Enfermo; y en 1889 gana una Medalla de Oro en la Gran Exposicién Universal de Parfs, Estos reconocimientos. unidos @ otros éxitos, colman la expectative de los venezolanos que hacen a Michelena en 1689 un tecibimiento de héroe nacional. Aclamado en Valencia y Caracas (como: antes sblo lo’ fuese el misma Bolivar), se convierte en el hijo mimado de la sociedad, que quiere hacer de él su retratista oficial. Michelena sucumbe, sin embargo, a los encargos. mientras realize obras ambiciosas, de gran formato, de tema venezolano, en el género histérico. Por esa via supeta [a influencia de Laurens. Cuyas recomendaciones se haoen patentes en su-cuadira Carlote Carday (1889) Est4 preparado asi para entrar en le segunda etapa de su obta, que se inicia hacia 1891, cuando reinstalado en Parls cree poder encontrar nuevaments, en ol Saldn, el éxito conquistedo dos afics tras. E| cuadro Pontesiies (1891) atrae la atencién de la critica, pero es evidente que esta manera efectista, de gran movilidad esotnica, comienza a pasar de moda, y lamentablemente Michelena no lo comprende sino cuando ya ha nviedo, en 1892, su-un tanto truculento cuadro La Vora rote, fei cual pone fin 8 su aventura del Salén. Este mismo: afl, tras algunos intentos de pintar con la libertad de los impresionistas, sufre una crisis de hemotipsis y as obligedo por los. médicos = regre: sero Venezuela, Los seis aftos restantes. de su vide constituyen un periodo-de intenso trabajo; pero fundamentaimente es acechado por el encargo de retratos, Los aciertas de Su obra sé espa- clan entre las obligacianes oficiales y las crisis de la enfermedad (tuberculosis) que lo determinan ‘a.cambiar incesantemente de residencia; paralelamente experimenta un sentimiento mistico, estimu: lado por la-iglesia que le hace encargos, elgunes dé pronorciones murales, como los qua ejecuts para la Santa Capilla y la Catedral de Caracas. El gobierno 16 utiliza del: mismo modo en proyectos de decoracion y en el ratrato oficial, desviando # Michelena de sus més profundas intenciones: trabajar bibremente en obras de su gusto; éstas se satisfacen someramente en el boceto y, sobre todo en la pequefia abia siempre inoondlusa; los estudios y apuntes se zmontonan en el taller, sin que la enfermedad ol tiempo le petmitan concluitlos La obra de Michelena oface diferentes facetas que responden a las tendencias del gusto dominante, que este artista més que ninigdn otro en Venezuela, retlejd. Se deduce de lo dicho que la obra de Michelena se resiente de los riesgos do la versatilidad, ¢ veces complacionte y amanerada, de su gran talento, Durante su 4paca realista de Parls, estudiando con Laurens, 0 ya egresado de la Acade- ‘mia Juolian, realiza pinturas de espiritu audar, en tas que™sbe unit le correceién de la foctura y la libertad, tales como El Nilo Enfermo (Museo de Bellas Artes de Caracas) y el Retrato eouestre: de Bolivar (Palacio Legislative de Velencial. La tendencia realista, demasiado marcada por las recomer: daciones de Laurens, resulta, sin embargo, exacerbada en une obra como Carlota Corday (Galeria de Arte Nacional de Caracas), donde e! ensayo dé reconstruccién histérica desmetece ante una compo- sici¢n humana excesivamente teatral en la obsesi6n por lograr la instantaneidiad de la escena deserita, En las cuadros-de género, dende los temas son episodios de la historia universal 0 nacional, Michelena pone en juego una imaginacién viva y sensibilidad para reproducir los escenarios al aire fibre en-ambisntes dé movimianto vertiginosa que producen asombro en et public de los salones, tal como pudo apreciarse en Pentesilea (Circula Militar, Caracas?. Sus escases paisajas nos muestran, iqualmente, a un fino observedos de Ia naturaleza, si bien no paréoe interesado en pintar al aire libre. En cuanto a otros qéneros, dentro de una vasta produccién lregular, es necesario reconocer on los xv! retratos infantiles de Michelena los més bellos que haya pintado artista venazolano alguno. Un signo trégico Se cierne sobre el destino del realism académico. Rojas fallecs en 1800, Micha- lena en 1898. Quedan vivos Emilio Mauri y Herrera Toro, que ensayan enderezar el perdido prestigio del realisrio, a través de sus lecciones en la Academia. El primero de ellos, Emilio Mauri des- tacaré como un preceptor atinado y bondadoso, cuya ipaciencia se ha puesto a prueba en la actuacion que ha cumplide al frente de la Academia de Bellas Artes, desde 1887. Después de haber estudiade con Jean Leon Geérame, en Parls, Mauri esta de regreso a su patria sin dar muestras de haberse librado de! refinamiento con que la bella 6p0ca ha marcado su esplrity For mucho tiempo més saguité siendo en Venezuela un pintor francés. Contenténdose con ello, no sera capaz de acometer un camino propio, como Rojas, y abandondndose a su funcién de maestra sabe confiarse @ un papel discreto, con que la posteridad le recompensa. Buen dibujante, Mauri na deja que desear en punto a carreccidn académica, y sin embargo, ¢qué falta en estos retratos salu- Gables bajo los cuales aparecen las figuras de nuestros héroes, peripuestos y airosos, que Mauri ha Pintado, incluso, con gran esmero? Falta el bifo y la inspiracién, en una palabra, el genio de los ‘mejores momentos de Michelena, EL FIN DEL SIGLO Carlos Rivero Sanabria habla sido compafiera de Rojas y Michelena por breve tiempo en la Aca demia Julian. Habla estudiado también en Alemania.con el pintor Oehme, dedicande gran parte de su esfuerzo al estudio de la figura humana. incluso, siguionde fos pasos de Rojas, ensava Bitar escenas de realismo social y en el Saién de 1889, el misma afi en que Rojas 6xpons El Bautizo, le es acepteda su obra I porvenir rato, Su formacién de retratista, una vez instalado en Caracas, desdice, sin embargo, de lo que se esparaba de tin alumno de Jean Paul Laurens. En vano Rivero ‘Sanabria imtenta corregir sus. propias fallas. Sus retratos adolecen casi siempre de primitivismo tec- nico, ausente de visa; sus defectos estén demasiado a la vista para que el artista no se dé cucnta de ellos. Una extrafia circunstancia lo lleva a fa invalidez. El artista postrado en la cama para el resto de su vide realizaré su mejor obra en el nico génera para el que Su Sensibilidad se mostraba en adelante atenta: 1a naturaleza muerta, el bodegon, el tems de flores. De este modo, en la tradici6n de nuestas cldsicos, Rivero Sanabria parece ser ol puente que une al intimisma de Rojas con nues- tres grandes maestros de la pintura de interior en el siglo XX: Federico Brandt y Marcos Castillo, Oto pintor que ve an su abra la marca de la decadencia del estilo realista es Antonio Esteban Frias, antiguo alumno de Arturo Michelena que, al igual que éste, y siguiéndole las pasos a Aojss, vigi6 8 Parls para inscribirse en la Academia Julian, EI borracho (Museo de Bellas Artes) 6s una obra esmerada dentro del espiritu académica, Friss mismo lo comprende cuando decide concluir su ca- frera come profesor en la Academia de Bellas Artes de Caracas, de la cual é1 mismo habla salido egresado. LOS AVANCES DEL ARTE MODERNO Una coineidencia hist6rice darla a la generacién de pintores del Circulo de Bellas Artes el rol de Precursara del arte moderno en Venezuela, La juventud de esta generacién coincide con la época en xix, que se difunden Jas proposiciones del impresionismo y posimpresionismo, desde Francis y Europe 3) resto del mundo. No fue extrafia asi-que un venezolano -Emilio Boggio- que habla vivido continua: mente en Francia desde su primera juventud sa convirtiese al impresionismo entre 1800 y 1900, Pero e! impresionismo no fue edoptado al pie dé la letra por tos artistas que vivian en Venezu; ni estaba planteado para ellos, en 1910, pintat como los vanguardistas franceses de fines de siglo La pintura venezolana habla elaboredo, paralelamente a las corrientes francesas, su propia tradicibn palsaitstice en fo cual encontrarian unia base fas nuevas generaciones, Esto fue una ventaja, va que Ie Geclinacién del realismo académice en Caracas, con la muerte de Michelena, daria paso @ la large a un movimiento que fue mucho més importante ¥ que, aunque negé a la escuela del siglo XM. no dsi6 da basarse, inicialmente, en los ensayos de palsajismo intentados par Jos realistas rismos, al estilo de Rojas, Michelena y Tovar. Ceracas. que desde ef siglo XVIll habla adquiride supremacia como contro de la actividad artts, tica de! pals, habla inspirado a lo targo del siglo pasado a pintores, dibujantes y grabariores que vieron ol paisaje de la cludad bajo varios aspectos: desde ef paisaje en grande por él esulo det que jan 1840 haria el casi-anénimo pintor Ramén irszébal; © del que, teniendo como marco {a imponente serronia del Avila, Tovar y Tovar ejecutaria o fines del siglo pasado, hasta el. epunte de naturaleze costumbrista como los que realizaron en Venezuela Melbye y Camille Pissarro, El mas antiguo paisaje de ta cluded se encuentra en un cuadro atribuido 2 la escuela de los Landaeta y que muestra el plano de Caracas, sobre el cual se yerque la representacién de Nuestra Sefiora de Caracas. La fama de 1a Guded correspondie a la belleza de su paissje. Los primeros paisajes de Caracas obedectan 8 una imencién ilustrative, por lo menos hasta 1870, cuando se desarrolld en la ciudad un movimiento integrado por dibujantes y cientifices aficionados al dibujo, que vieron en éste un medio adecuado para Teproducir varlados aspectos de la ciudad, la arquitectura, [a flora y Is fauna, et habitante us Gostumbres, Fue, como hemos explicado, una tendencis qua tuvo repercusién en Iss ciencias, tol como (puede apreciarsa en los trabajos de Carmelo Femandez para el geégrafo Agustin Codazzi ode Anton Goering para sus abservaciones de Venezuela El palsaje como g6nero artistico aparece definido ya en algunas obras aisiadas de Michelens Paisaje Aste Ni del Paraiso, coleccidn Fundacion Boulton-, Cristobal Rojes -Paisaje, coleccién Galeria sonal, sobre todo en produccion final del maestro Martin Tovar y Tovar. Pero paleo Pr conenevencia de la ensefianza impartida n la academia de Bellas Artes, en la que daban ci Emilio Mauri y Anténio Harrera Toro. A este ultimo pintor se debe, en perticuler, el énfasis que desde fines de siglo $6 puso en-el aprendizaje de la técnica del paisaja.y en el cultivo de éste como enero independiente de la pintura narrativa, Sin embargo, el paisaysmo ds ts Academia, como fo Mracticaba y ensefiabs Herrera Toro, aun cuando se aconsejase pintar al aie libre: 40 que no dejaba Se ser una. mora: formule- carecia de color y continuaba siendo una manifestacién del realismo, Las gémas grisas de la paleta del taller y les armontas tiarras y pardas daban al paisaje ssl visto timide entonacién romantica, que ponia de relieve el cardcter ftersrio de la inspiracién. Hay mucho de oman ticigmo on lo8 ptimeros atisbos de fa generacién que'datia forma definitiva al paisalismo: Cabré, Monsanto, Raveron, Vidal, Brandt; y en ello se traducs ia influencia de los realistas que desde la ace demia ocasionalmente iban a influir sobre el nuevo paissle Una excepcién entra tos pintores del siglo XIX fue Jess Marta de fas: Casas, un contemporéneo de Rojas y de Herrera Toro que, trabojando an Caracas, sup ™mantenerse a] margen del medio artistico pora realizar durante més de veinte afos Solitaria labor de palssiista, De las Casas cbtuvo el tiulo de ingoniora durante! Quinquenio de Guzmén Blanca, pero disgustado con este mandaterio, abando: nd fs catrera, dedicandose en los ratos libres, como aficionado, al cultive del paisaje. Por no haberse formado en la Academia, ¥ sin compromisos con ésta, pudo rechazar decididamente fa orientacion ista de fo pintura oficial, Un viaje de estudios. por Italia y Francia le habje puesto en contacto con ia obra de Corot y, luego, can ta de Renoir v de otros impresionistas. Se dedicé especialmente a la naturaleza muerte ¥ al paissje, interesado menos en la realidad representada que en el resultado. ato- bal de surepeticncla. A fines de la déceda del 80 comenz6 a pintar en ol litoral de Macuto, cuya luz se ‘empefié en captar, no sin éxito, en obras de pequento formato, siacutadas con un colorido tenue ¥ ‘Gmpaste delicado. De las Casas murié completamente desconocido. Una expasicién llevads @ cabo ‘en 1906 en la Sela de la Fundacion Mendoza, en Caracas, rescat6 del olvido su obra. xx mani on Auvers, se eventan entre sus cbras ms notables, Como Money ¢ caeni®. Boggio se reveia ante todo como un colorista apasionado per los $6 edentra en los misterios de la materia, ledando a trabajar eon an empaste cargado de color en 2 dol Horee raul 8 Propone simpltficar la composicidn hasta planos muy absttencn ce dondella ra a dol horzonte llega a desaparecer. Y esto dltima puede ‘abreciarse, incluso en un sentido serial do Boncra One: en matings y paisoies que tienen por tema las costae italomes Yel rio Ge Boggio, en su totaldad, reitera v prolanga los planteamion tos ¥ motivos familiares a los impresio. Uistas: Pero intiuido también por Van Gogh consigue 2 partir de lade Sramatizar la factura del cuadro Aa Pisfetentemente en el retrato y el cuadro de interior. De este mode, artiendo de Monet y Pissa- fio, Boggio reinterpret6 ol impresionismo y, @ través de una obra hur ee ima, aport6 una visién Faasore| Que, dentra dé fe tradicién francesa, estaba también imprognads de i fogosidad del tempe. Le Obra Oe neticano ¥. de la sensualidad un tanto exquisita dela tradicion do escuela francesa ta obra de Boggio mostrada an 1919 en Caracas infldeneid o los idvenes pintores que vacilaban deceentte 1 oventacién heredada de la ensotanza de la Academia la hoevas sin reglas dol autadi actismn EL CIRCULO DE BELLAS ARTES ET Circulo de Bellas Artes asume 1a responsabilidad de relevar al teaismo Que a comienzos de Siglo, sobre toda después de la muerte de Michelena, daba safales de decadencia, La pintura his ‘éricay literaria en a cual ponisn énfasis todavia a comienzos del sigio los concursos de ls Academia, pee se" techazada violentamente por los j6venes més enterados de los rebente: movimientos de pin {ura europea. Manuel Cobré, A.E, Monsanto, Leoncio Martinez, Carlos Otern ‘yotros jévenas pintores encabezaron en 1908 una protesta contr tomando: como pretexto la designacién et Ministerio de’ Instruecién Publica, no conduje a nada, y los estudiantes, negdndose a seguir asistiendo a fos talieres, se Conformaron eon poner on la practica las medidas renovadoras ‘due deseaban para la Academia, Asf tue como se gest el brote inicial que el 2 de agosto de 1912 Conducira a la instalaci6n del Ctrculo de Bellas Artes, “organizacion fundada Seatin Fernando Paz Castillo, para combatir la ‘ensefianza extremadamente pobre de la Academia”. Tel vez los objetivas toner un Mayor alcence, puesto que, fotos los nexos con la Academia, se vetoes ares 8 orien tar las actividades artisticas -asumiendo ta direccién de ellas- an dos sentidos: fa ereacién y la divul. gacién. El Circulo establecié su sede en un focal del sbandonado Teatro Calcafio, oedido geneross mante por su duefio el ingeniero Eduarda Caleafio Sénchez; alll se forné un taller libre, sin profeso- res nilimitaciones estéticas, donde los miembros asistantes abonaban los egstos acasionados por los materiales y el pago de la modelo. Para divulgar él trabajo realizado se crearon los Salones det Cir- culo, que organizaban ariualmente con gran libertad Monsanto y Cabré. Entre 1913 y 1916 se realizaron fen total tres salones, “’sin premios ni medalias””. En 1912 habla circulado una hoja impresa con el programa dal Circulo de Bellas Artes; puede deducirse de su lectura que éste no constitula una organizacién de grupo, que respondiess a determinados estatutas narmas, come suele suceder en la asociaci6n artistica. En efecto, se decia en el programa que "pueden pertenacer ai Circulo de Bellas Artes todos aquellos que por amar a la belleza eleven su éspititu sobre el nivel comin de las gentes. Quienquiera, profesional, estudiante o aficionado, tendré franca acagida en el seno de la Asociacién sin que se lo impidan el estar inserito en otro grupo, Academia, Ateneo o Escuelas, ni las tendencies ‘de sus ideas en materia de arte”. Incluso se habla llamado a participar a los intolectuales més desta: cados del momento, susceptibles de hacer causa comin con los j6venes artistas, como Rémulo Ga. legos. Manuel Segundo Séncher, José Rafael Pocaterra, Julio Planchart, Jess Semprum -orader de orden en of acto de inauguracién del Circulo. Ms tarde ingresarian Ferrando Paz Castillo y Enrique Planchart. De estos tiempos data un fructifero acereamiento entre escritores y artistas que buscaban mediante la comprensi6n mutua de Sus actividades un apoyo para defenderse'de la inquebrantable apatla en que el régimen despético de Juan Vicente Gémez habla sumido a la vida cultural y politica del pals ETAPAS DEL CIRCULO eden estudiarse en Ia obra del Circulo de Bellas Aries dos etapas claramente definidas: la primera abarca de 1909.a 1918 y se caracteriza por ser un perlodo de bUsquedas durante el cual sus pintores se libran de la influencia del realism de la Academia y comienzan a indagar por propia cuenta, apli cando algunos principles de! impresionismo y pintando al aire libre. Ciertos paisajistas como Brandt ensayan una oplicaci6n rrury personel de la técnica puntilista. Entre 1918 y 1919, se encuentran de paso en Caracas dos impresionistas: Samys MOtznar y Emilio Boggio. Por otra parte, Reverén y Monasterios, que han estado en Espafia larga tiemipo, traerén a Venezuela ia influencia de Zuloaga, Sorolla y Regoyos. La segunda etapa corresponde a la afirmacion y madurez y esté marcada, en un comienzo, por I hhuella que dejacon en ls-pintura venazolana Samws Matznet, Nicolés Ferdinandov y Emilio Bogaio: ‘coneiuye a finales de la-década del 20. Desde e! punto de vista de su aportacién al arte venezolano Jos aes comprendidos del 20 a! 30 fueron los mds significativos en la historia del Circulo de Bellas ‘Artes. Los siguientes so refiereni mas que a la historia del Circulo, a la evolucién trazada por ls obra de sus principales representantes, en un sentido personal Una de las premisas del Circulo de Bellas Artes fus el rechazo de-tas técnices y motivaciones que hablan prevalecido en la pintura venezalana de fines de siglo. De acuerdo con esta puede decirse que @! Circulo respondié. a un programa, si bien &te nunca fue tan bien definido en la teorta como en la practica, Ain mds: so carecié de uns teoria. i énfasis fue puesto en la pintura al aire libre y en todo: lo que se deriva de la negacién del realismo y la tendencia dominante de utilizar una palate de tonos oscuros ¥y grises, como la que se empleabs en el taller. Los j6venes iban a velerse més librermente:del color, ¥ $8 trat6 de estudiar su ompiso més adecuado de acuerdo con la expe fiencia a que se fue llegando en la observacion directa dé los tonos, luces, sombras ¥ valores, tal como estos elementos se offecen en la naturaleza, y en fa medida en que se trabaja al aire libre. ilo impliod, como habla sucedido en Francia, el desprecio de Ia literatura y Is anécdota como fuentes XXII de inspiracién; tanto menos un artista se apoya en la anécdota cuanto més tiene que apelar a los re- cursos do la pintura misma, Al inclinarse a preferir una tematica Iiteraria © hist6rica, el realismo del siglo XIX desvi6 a la pintura del carécter prafundamente visual que ella siempre tuvo, incluso en los tiempos en que los ertistes se basaban en fa anécdota y en los temas literarios. La corrupcién de ia lectura de un cuadro. y por lo tanto la. conmupcién del gusto artistico, en general, es un fenémeno que se acentué en el mundo en las tiltimas tres décadas del siglo XIX. Algo parecide ocurtié en Caracas en relacién con los cambios que tuvieron lugar an Francia y Europa con el impresionismo. Habia que devolverle a Ia pintura su base sensorial, a costa de perder su elocuencia para cautivar al piiblico, 28 decir, las razones mismas de éxito. Surgieran asl, entre los pintores de Caracas, los temas ‘anénimos.en los cuales se encontré ahora un pretexto para hacer del cuadro nada més que un cuadro; éste no seria en adelante una referencia topogréfica que enmarcaba un hecho extralde caprichosa- mente de la Biblia o de 1a historia; fa pintura recobro su soberania, ¥ en ta misma medida, que- riendo que fuese solamente pintura, sin renunciar a la naturaleza que se observé ahora con mayor atencién que antes, con él cuidado extrema que nunca se habla puesto en ella, el pintor fentamente se apresté 0 modificar los datos de la realidad para levarlos a la pintura con el propésito de ser mas fiel a las exigencias de su propia expresividad. El colorido se usé a partir de la leocién de los impresionistas ¥ posimpresionistas, sin acudirse a férmulas ni recotas, sino volviéndolo obediente a lo que cada pintor buscabe individualmente a partir de la observacion directa de la naturaleza, en la que con facilidad podian comprobarse los problemas ya estudiades por los impresionistas: la colorecién de las sombras y la impresién de aviva- miento de los colores por efecto de la yuxtaposicién de los complementarios, la mezcla Optima que se obtenis en la retina por divisién del color en fa tela, preferiblemente a la mezcla de los colores ena paleta, atc, El paisaje del tropico {ue en definitiva el gran maestro. Aunque en un comienzo algunos integrantes del Circulo hablan dedicado sus esfuerzos al retrato v la pintura de género, como M. Cabré y F. Brandt; aunque la naturaleza muorta siguid siondo para pintores como M. Castillo y Brandt mismo un tera de incansables elaboraciones, hay que decir que fue el paisaje la temitica que mejor definié ta orientaci6n principal de los pintores del Circulo de Bellas Artes. Dentro del paisaje podemos estudiar dos fases que corresponden cronoldgicamente a las etapas de formacion y madurez de los pintores del Circulo. En la primera fase Se advierte entre los paisaiis- tas que trabajaban preferentemente sobre motives del valle de Caracas una tendencia a hacer éntasis, en el problema especifico del color por sobre la identidad del motivo, y en la forma oémo la luz acta sobre ef paisaje. Este es un planteamiento mAs caracterfstico del expresionismo que del impresionismo, y gracias a él puede decirse que el artista so expresa a si mismo efectivamente cuando alige un de. terminade aspecto de fa realidad para establece a través de la pintura un vinculo sentimental con él, Un ejemplo caracteristico de esta primera manera son los paisajes y figuras de la 6poca azul de Reve- ‘én, también fos paisajes de Caracas pintados por Cabré antes de 1920; las pinturas sobre temas cara quefios que Brandt realiz6 entre 1914 y 1820 bajo la influencia de Mdtzner, e incluso las que pinté at final de su vida aproximandose al dramatismo dibuiistico de Van Gogh, tipifican una tendencia gene. fal de los artistas. de este petfodo a un expresionismo cromatico que esté lejos de plantearse radi- calmente en los términos en que lo hicieron los gréndes expresionistas. del arte moderno. Pero opo: nemos esta tendencia a la que se inicia entre los-pintores del Circulo, llegados éstos a su madurez cabal, a partir de los afios treinta, por ser esta ditima tendencia mucho rmés fiel a la realidad tomada ‘como motivo del cuadro y ne como mero protexto. Las obras de Manuel Cabré y Pedro Angel Gon: z3lez, méximos exponentes del paisaje del Avila, son las que mejor caracterizan a la evolucion final de las busquedas: del Circulo de Bellas Artes. en favor de la representacion de la luz y dé la at- mésfera exactas del motivo captado: El fin es también aqui no representar a la naturalera tal como es, sino servirse de un tema, que puede ser reconocido en el cuadro, para realizar una pintura que responda a sus propios e intrinsecos valores, Es evidente que fue esta derivacién naturalista del paisajismo det Circulo de Bellas Artes a la que Enrique Planchart quizo bautizar con e! nombre de Escuela de Caracas. Por temperamento hubo pin: lores, cuyos nombres han sido asociados a esta Escusla, que se avienen en su estilo a exigencias XII TARE 68H estaba 2 punto de dar obra definitiva © perecer tragada por la mediocridad del medio; de alli que un imprasionista estimable, coma Matzner, podia con su obra y su presencia ayudar mucho en la orientacién de bUsquedas y ensayos qué, por escas0 conacimiento de la técnica impresionista, no lograben canalizarse, en algunos pintores que iban a recibir su influencia, hacia el estilo paisajistico al que tendian todos los experimentos importantes de la época, Matzner expuso 87 obras en el Club Venezuela, en 1918, obteniende con ello un éxito de ventas Vy pUblico sin precedentas hasta entonces, y que garantizaria para los nuevos artistas la aceptacion de las corrientes consideradas més atrevidas. Mataner pinté numerosos asnectos de Venezuela, antes de abandonar él pals, luego de una corta per manencia en Maraceibo: su manera llamativa, de ejecucién libre y vivo coloride impresionista, poh- cromo, cautivé a los carequefies. Cuidé combiner en su obra el interés propiamente ccstumbrista de las escenas tipicas que llové 2 sus pequoios cuadros, con la novedosa técnica que manejaba con gran maesiria, en provecho. de lo que en aquella época, al ver su obra, fa critica juzas como “un estilo decorative Protagonista principal de ta historia del Circulo de Bellas Artes, A.E. Monsanto, en opinin de las que le conocieron, fue ademés de pintor el critico més oldo de su tiempo. Habla participado activamente en la creacién del Circulo en la instalacién de éste en e! Teatro Caleafio y en “El Ca- in de les Manos", en Pagiita, En 1904 habia ingresado a la Academia de Bellas Artes, donde encon- trarla a Brandt y, mds tarde, a Reveron y Monasterios. En 1909 intervino en la huelga que se opo! 3 la designacién de Herrera Toro como Director de la Academia, en la cual poco antes (19071 habla obtenida uno de los premios de pintura que se otorgaban en el concurso de fin de afio. E! conocimiento de la historia del arte lo atrajo vivamente y a través del estudio de ésta en forma autod dactica llegé 9 aleanzar una sGlida cultura en la que encontrarian apoyo principalmente sus compa- eres de generacion; porque, demasiads riguroso can su propia obra, sometida por él mismo al and: lisis y comparaci6n con la de los modetnos maestros europeos, Monsanto considerd que no debia seguit pintando.. Esto ocurrié en 1925, aflo después del cual sélo ocasionalmente volvié a tra alguno que otro cuadro. Su obra, menos numerosa, por supvesto, que la de sus compafieros da yeneraci6n, fue mostrada en 1967 en la Sala de Exposiciones de la Fundacion Mendoza. La signif cacién de Monsanto puede medirse mejor en el campo de la pedagogia ¥ de las ideas estBticas, que en el de su pace convincente trabajo pictérica, al cual 61 comprendié que debla renunciar. Ladindmica de la evolucién de los estilos, a través del tiempo, lo sedujo demasiado para poder escapar a ta magia del andlisis plastico, del cual fue el primero en Venezuela en hacer uso para explicar e! arte modere, Monsanto lleg6 a conocer en sus.profundas implicaciones estilisticas @ historicas, la abra de Cézanne, al cual divulgé entre sus alunos de ta Escuela de Artes Plésticas, cuya direocién desempeé des- de 1996 hasta el afio de Su muerte. En sl campo det andlisis de la pintura moderna, aplicado a la enso- lanza en las escuelas de arte para la formacin de pintores, puede decirse sin equivocacién que la obra de Monsanto no solo no ha sido superada, sino que tampaco encontd continuadores de su talento, Nacido en Barcelona (Espafial en 1890, Manuel Cabré vino de pocos afios al pals, traldo por su padre, el escultor Angel Cabré y Magrifé, quien estaba encargado, desde fos tiempos de Joag. Crespo, de la cétedra de escultura en la Academia de Bellas Artes. En este instituto fue ins a los @ aflos de edad. Desde un principio manifesté, Cabré, un instinto constructive que se luce en Ia solidez de sus retratos de la primera 6poca, realizados antes de 1918. A partir d afio pinta sus primeros paisajes del Avila, con und &isi6n de artista modemo imbuldo ya de los concep: tos del impresionismo y posimpresionismo. El Avila serla a'la larga el gran tema de la pintura de Cabié., ‘Ya lo habla anunciado Leoncio Martinez cuando escribi6, en 1915: “‘Desde have unos dos 0 tras afos, el Avila es pare Cabré sus amores, y ha legade a poseerto”. Antes da llegar Boggio a Vene zuela, en 1919, Manus! Cabré habia realizado obra importante dentro del paisaje y su concepcién pléstica apuntaba hacia una sintesis arquitectonica del color y los voltimenes definidas en la distan Gia y {uertemente caracterizados con planos audaces en los primeros términos, con tendecia a la ind cacién de edificaciones o zonas urbanizadas. De mado que pudo exponer en Caracas sus obras pata, siguiendo tos consejos de Boggio, dirigitse inmediatamente a Paris, en donde residio hasta 1930. La obra francesa de Cabré es la menos conocida en su carrera, En ella se reafirma por un lado la inclinacién constructive ya Seffalada en sus primeres trabajos de cardcter realista, en fos que habla XV side inluido por Herrera Toro; existen en obras de este perfodo francés referencias a un cubisme ar- Quitecténico asociado, probablemente, a las ideas de André Lhote, quien propuanaba un nuevo rea tno a partir de las adquisiciones del cubismo. Pero también se encuentran obras de marcada rien: tacién impresionista en las que podria cbservarse el interés que despertaba entre los j6vanes artistas, las tikimas obras de Monet. su fegreso, Cabré expuso en e! Club Venezuela, en 1931. Al radicarse huevamente en Caracas, su pintura iba 8 conocer una neta definiciOn técnica y formal: el psisaje avilefio aparaci6 entonces en toda la monuméntalided que los ilustradores del siglo XIX se habian esforzado-en captar En un séntido técnica, es posible hallar, en el paisaje de Cabré, un parentesco con él método de Cézanne, en Io concemiente al papel atribuide al color en Ya construccin de las formas y en la solucidn de la estructure de a composicién, movids y quieta a la vez, en equiibrio tenso. Sin ember ‘90, [a misi6n de Cabré'es la de un naturalista cautivado por la prafundidad y la extension, eon les que sabe jugar, distribuyendo a! interés dal cuadro, con instinto barraco, en numerosos pianos, pllegues ¥ zonas de diferente intensidad y coloride y fuerte atractivo visual. Podria decirse con Cézanne, in viriendo la frase: Cabré es un ojo; pero un ojo que culda la apaniencia tanto como la estructura an funckén de una verdad topogedfica, testimonial antes que confesional, clésica por su sobrecogedo- ra serenidad, tlena de encanto egiogico en sus grandes paisajes del Avila, Con el tiempo, !a critica encontraré, en Manuel Cabré, al Onico paisajista que, por la majestuosidad de su visin, puede Ser comparade con el mexicano José Marla Velasco. Nicolas Ferdinandov llegé @ Venezuela en 1916, estableciéndose en Ia isla de Margarita, do donde paso a Caracas, una ciudad que para le épota, de scuarda con la descripcién de Fermando Paz Castillo, “est rodeada de haciendas de caté, de sembiades de cafia de azicar y de risticos det valle de Caracas, dentro de sus cuatro aloabalas, alegres y pintorescas; ere una pequefia villa de ambiente andaluz, muy acogedora en su sencillez ciudadana y un poco rural”. Aqul conocié Ferdinandov a Ra faet Monasterios, con quien trabaj6 en Margarita, y a Reverén sobre quien ejercerla decisiva intluen- cia, contribuyendo 3 ravelar el especto mAgico de su personalidad. Ferdinandoy murié en 1925, a los 39 afios de edad. Realizd su obra de pintor mientras 86 desempafiaba coma decorador, dise- Fador de musbles y de jovas y promotor de exposiciones. Puede ser considerada como él artista més caracteristico dal Art Nouveau qué haya trabajado en Venezuela, su tendencia Simbolista, con clet ta influencia de Steiner y Klimdt, lo inclinaba también a la busqueda del misterio tanto como a (as refinadas estilizaciones de sus cusdros invariablemente pintados con guache, vast lo vemos emperia: do.en captar los grados mis sutiles de jos azules. de la naturaleza, ta noche, el mar, el cielo, de todo lo cual dejé. muestra en una breve pero importante obra realizada en Un significative momento del arte venezolana Aunque se inicié algo tarde en el estudio de la pintura, Ratacl Monasterios lleg6 8 ser uno de los paissjistas mas caractortsticgs de la Escuela de Caracas; una especie de instinto pictérico, que solo poseen los primitives, lo llevarfa a encontrar un estilo poético ¥ personal sin necesidad de someterse a un estudio dernasiado rigquraso ni a formulaciones teéricas que conducian a la autooritica y én que facilmente se cafa en la época. Monasterios fue directamente a su obra, trabajando el paisaje de ma. era esponténea ¥ viajando incknsablemente por todo sl pals,.por pura necesidad fisica. Inscrito en la Academia de Bellas Artes en el curso de 1908, supo renuncar a.4sta dos afios después para dirigirse a’Espaiia ¢ inscribirse an la Escvele de Artes y Olicios de Barcelona: en Espafia permanecié hasta 1914 De regraso en Caracas, ingres6 al Clrculo de Bellas Artes, iniciando desde entonoes su vids trashuman- te, especialmente por los pueblos de Su region nativa, el Estado Lars; en 1978 pinté en ta isla de Margarita; en 1928 volvié a Espafia por breve tiempo; en 1937 fundé la Escuela de Artes Plésticas de Barquisimeto, emiprendiendo luego una larga gira por los astados andinos. Después de una primera @p0¢a en qué su obra $0 resintié de las influencias naturales que operaban en el medio, Monasterios orienté su bésqueds en al paisaje empleando una técnica de pinceladas divididas que hacls contrastar con amplios plands de color; técnica usual por ja époce entre los pintores de su generaci6n. Hocia 1930 trabajaba la naturaleze muerta e-intensificaba el colorido de sus paisajes bajo la influencia de Federico Brandt. Esta época fue decisive. para la depuracin a que llagé en su obra, Monasterios encontré una pestica en el encanto del medio rural y en los psisajes iluminades del valle de Caracas, XxXVI derivando en-su arte hacia una inooéncia de ta visi6n diferente de las preocupaciones luminosas (de gran abjetividad) que siguieron otros pintores como Cabré; su obra fue as{ uns de las de mayor tbelieza y calidad testimonial que sobre 6! paisaje venezolano, en el mas amplio sentido geografico ‘ypléstico, haya realizado pintor alguno. ‘Como Menasterios, César Prieto posele una rara sensibilided de primitivo que le hizo posible des- cubrir esponténeamente Jo que otros encontraban a través dé arduos estudios. Fue os! camo César Prieto, quien habla ayudado a Reverdn an sus primeros tiempos, descubrié en la técnica puntilista (posiblemente estudiada en ilustraciones de libros y revistas pues hasta 1960 no viaiéa Europa) un estilo. de exacta adecuacién a los valores y armonias que se observan en el paisaje luminoso. Como Brandt, que fo ayudé mucho a lograr su estilo, César Prieto revel6 en su madurez una inclina- cién constructiva que iba 2 encontrar cauce en él paisaje arauitecténico, resuelto: con pulatitud y solidez clara en'las mejores momentos dé su obra. Se anticiod a Reverén en el problema de la vibra- Ci6n luminosa de la materia aplicads 9 la composicién de cuadros de atmdsferas completamente blan- a5, en los que el color est4 fragmentado y potencialmente dado en estado puro “come el oxigeno naciente”. Lamentablemente Prieto se inclind @ una vida de silencio, de retiros y ocultamientos, de vvagar por sus tierras natives, lo que privé a su obra de mejor fartuna, El éxito de varios artistas se debié no sdlo a la perseverancia sino también al estimulo que hallarcn. En este sentido debemos convenir en que muchos pintores perseverantes que se hablan formado a partir dé 1887 en la Academia de Bellas Artes, destallecieron a la larga por haberles sido ©! madio las circunstancias histéricas demasiado hostiles, E! artista venezolano -con exeepcién del que vivio en los afios del Guzmancismo- no llegé a obtener verdadero reconocimienta y éxito econdmico sino espués de 1940, Todos ios tiempos anteriores, incluldos los que van de 1920 a 1930. especialmente, fusron:heroicos. Pero 6s obvio aue dentro de este gran abandono, de esta miseria, hubo periqdos relativamente ofortunadas eA que los artistas encontraron -si no reconocimiento de ta sociedad- est mulos en la solidaridad mutua engendrada por los grupos, en la similitud de las busquedas y en Ia emu- lacién de les mejores ejemplos; esta fue una de las lecciones de la obra del Circulo de Bellas Artes. Pero no todos los artistas que perticiparon en las actividades de este agrupacién tuvieron la misma suerte. Homos visto que entre los miembros de la secci6n de pintura y escultura se hallaban inscritos {05 nombres de muchos artistas que con frecuencia son citedos en fos recuentos de arte Venezolano, pero que no alcanzaron notoriedad ni dejaron obra numerosa o significativa, Nos ocuparemas, de pa- sada, de los mas importantas de ellos, J.J. lzquierdo fue alumno predilecto de Herrera Toro'y se consagré a la pintura de flores, no sin gra cla y buen oficio en el que revelatya una tendencia general de los artistas de fines de siglo a preferir este tipo de naturaleza muerta, Ocasionalmente pint6 escanas al aire libro, vistosas y de vivo colorido, Pedro Zerpa se habfa inscrito en la Academia al inauigurarse ésta en 1887, y en 1902 lo encontra- mos participando en la cteacién del Circulo de Bellas Artes. De escasa obra, Zerpa explotd el paisaje ‘con figura humana, de factura ambiciosa y esmerada, y empaste denso que recuerda a clerias obras de Boggio anteriores 2 1900; salido del taller de Herrera Toro, con-alguna influencia de Mauri, Zerpe es de fos primeros paisalistas en hacer sefalamientos de tipo impresionista en Venezuela, Compatiero de Federico Brandt en la Academia, Francisco Valder siguié en:un comienzo el estilo realista de la pintura de Cristébal Rojas, como puede apreciarse en su obra La Miseria (G.A.N.). Més tarde, con |e fundacién del Circulo de Bellas Artes, su nombre aparece como autor de varios paisajes en los que Enrique Planchart reconocié ciertas disposiciones. innatas, que revelaban talento pictorico, ‘truncadas sin embargo por la temprana musrie del artista Con més suerte, Francisco Sénchez hubiera podide legar.a ser magnifico pintor. Ejecuté en la épo- ca del Circulo algunos retrates y neisajes de buena factura ¥ solider formal, que demostraban que Enrique Planchart no se habla equivocado cuando, recordando las obras expuestas por Sénchez en los salones del Circulo de Bellas Artes, llamé la atencién sobre este pintor fallecido en plena juven- tud durante la epidemia de gripe espafiola. Con cierta tendencia al decorativismo, las obras de Victa- riano de Viesnte Gil, quien habla estudiado en la Academia de Bellas Artes, ponen de manifiesto un-coriocimiento de ta pintura impresionista que nos hace dispensar en ella su carécter un poco ilus- trative ¥ simbélico, con algo de Art Nouveau, Marcelo Videl habla sido compafiero de Reverin y XVI Monesterios en la Academia y narticipé en la creacidn del Circulo de Bellas Artes. En los_pri- meros tiempos, bajo la influencia dal realisma,, ejecutd una serio de paisajes sobre los: alrededo res de Caracas, en los que ravelaba inclincion at empleo de gamas grises, pero luego, por la misma via de sus compaferos del Circulo, comenzé a utilizar un color claro, 8 partir de 1920. Mids tarde abandonarla fe pintura para intentar, al final de su vida, un retomo, acerca del cual escribiera Enrique Planchart: “Vidal volvi6 a pintar con el mismo entusiasmo de fos afios juveniles y como si afa- nosemente quisiera recuperar él tiempo perdido, Sin embargo las obras de esta ultima etapa adolecen, naturalmente, de cierta insegurided de oficio, aunque traslucen su fina sensibildad ds paisajsta” Como Vidal, también Padra Castrelién y Pablo W. Heméndez incursionaron en el paisaje baja ia in: fluencia de sus maestros de la Academia, Alvarez Garcia, Mauri Herrera Toro, Fue muy corients un género de paisaje de armonias terrosas cuyos motivos.30n, con frecuencia, tejerlas, cabellerizas ¥ patios traseros de antiguas casas de tapia, obras frecuentemente reproducidas ‘como: ilustraciones €n la revista l Cojo lustrado, y entre otros autores figuraban los mencionadas y F. Brandt, Monsanto, Vidsl y otros. Las Chamiceras (recogadaras de ramas ¥ hojas secas para avivar fuego) eS un motivo muy caracteristico de la 6p0ce, que encontramos en uno de los cuadtas més conocidos de Pablo W. Hemandez. La ambientacién crepuscular Se prestaba en estos temas dé paisajes con figuras, 3 ‘un tratamiento de la fctura basedo en une gama de marrones y sienas,-con destellos amarillos y pla: teades para las sombras ligaramente iluminadas como se aprecia, por ejemplo, en el paisaje Sabana del Blanco, de Federico Brandt. Esta clase fe pintura fue-el testamento paisajistico de Herrera Toro. Préspero Martinez, alumno dela Academia de Bellas Artes én 1908, tuvo destacada actuacién an jos primeros tiempos del Circulo de Bellas Artes, en cuya creacién participd para desaparecer un poco mas tarde de la escena artistica, Pasé mucho tiempo antes de que Martinez diera a conocer nuevamente su obra. En 1960, vivigndo en un puablecite del Estado Miranda (Carrizates) se dedicaba a realizar pai sajes de [6 region del Tuy no dasprovistos de delicadeza poética y de un encanto muy subjetive en fa interpretacién de la naturaleza que ya Enrique Pianchart habia clogiado en la personalisima creacién de este maestro ‘Armando Reverén: Creador de la luz. La obra de Armando Reverdn es una de las més extraties apasicnantes realizades por pintor venezolano alguno, En ella ef paisaje naturalista desaparece des: talldo por el fuego solar que incendia las playas del litoral donde vivid el artista, y de este modo, tiansfiguredo ese paisaje lleno de colorido ¥ exactitud topoaréfica en ta pintura.de Manuel Cabré, alcanza la abstraccién, convertido en espiritu de la materia, en Raver6n mismo. Rever6n, nacié.en Caraces, en 1889. Su infencia transcurrié en Valencia (Venezuela); en 1908 fue inscrito en la Academia de Bellas Artes de ‘Caracas. Poco antes de egresar de ésta, en 1910, figuraba ‘como alumno de Herrera Toro en la clase de paisaje; en 1911 viajé.3 Espafia y se inscribié en la Escuela de Artes y Oficios de Barcelona. Al afio siquiente viaj6 por el resto de Espafia, tresladandoss luego 8 Madrid para inscribirse en la Academia San Fernando, dende estudié de 1912 2 1913. Regresé a Vene- Zuela al afio siguiente, Manifestaba’ entonces gran admiracién por la vida, la cultura y la pintura espafiolas. Velézquez, Goya y Zuloaga efan sus dioses. No debe sorprender que a toda Io largo de su produccién sea posible percibir, en cierta forma, la huella de estos artistas. ‘A su retorno a Caracas, Reverén particing efi las actividades del Circulo de Bellas Artes, donde encontré a sus compafieros de Academia: Cabré, Vidal y Monsanto, En 1918, trabajando en |o que se ha Wamado su “época azul”, trabé amistad con Nicolas Ferdinandov, quien ejerceria gran influencia personal en su carrera. En 1919, luego de haber visto la obra de Boggio expuesta ese mismo atio én Caracss. iicié una menera impresicnista mientras pintaba al lado desus compafieros en el itoral gual refi. En 1921 se fue a vivir a Macute, donde mas tarde construyd une casa de piedra, con forma: de fortificacién, en la cual residié por el resto de su vida, cada vez més sislado, a partir de 1930, de sus semejantes. Reverén expuso individualmente en el Ateneo de Caracas (1932), en el Centra Vene- 2olano Americano (1951) en el Taller Libre de Arte (1943), aunque no intervino personaimente en la organizacién de ningiina de esas mugstras, Obtuvo el Premio Nacional de Pintura de 1953, el mismo aio en qué fuera internado por segunda vez en la clinica psiquidtrica del Dr. José Béez Finol. E! 17 de septiembre de 1964 fallécié en esta misma clinica. Al afio siguiente se llev6 a. cabo en el Museo de Belias Artes una gran retrespectiva de su obra xXvill Para su estudio, los erlticos convienen en dividir la produccion de Reveron en cuatro periodos, atendiendo a los materiales y el colorido empleados en suabra, 1. Epoca azul, De influencia espafiola en un camienzo -1912-1918-, Iuego deja traducir rasgos de las maneras caracteristices de Ferdinandov y Boggio, combinadas de made muy personal en un grupo de Obras realizadas entre 1919 y 1921, E! colorido tiende a la monocromla, en base: @ une dominante azul que, junto con la estiizecion en arabescos de la vegetacién, le fue sugerida por el estilo de Ferdinandov. El comportamiento extravagante de este pintor 1uso, inclinado al humorismo y a ia sole- dad, obr6 decididamente en lé conducta que seguirfa Reverén a partir de 1922. 2. Epoca bianca. Se inicia mas 9 menos hacia 1923 y Se caracteriza por una transicién formal y por un cambio téenice trascendentales én su obra: le adopcidn del temple y las pinturas con base de Cols -pigmentos naturales y colorantes artificiales- que el pintor mismo preparaba para conseguir pla nos amplios, répidamente ejecutados. Motivos més luminosos y atmosférieas, con tendencia a la sim- Blificacién, manteniendo al interés en formas esquemsticas, casi reducidas a Signos, como una escri tura en el espacio, €! color tiende a ger sustituido por la materia y se destacan on el cuadro las notas violentas de blancos erudos que, a la postre, después de 1930, caracterizardn ala factura propiamente bblanea, con ausencia casi total de color, de la mencionada época: 3. Epoca sepia. Etapa de transicién, donde puede ubicarse une Serie de bras pintadas después de 1940, caracterizadas por un gradual retorno al color y sobre tode por el empleo de una entonacién terrosa. Si bien Reverén continéa trabajando del natural, se aprecia sin embargo, cierta tendencia 2 sugerir elementos fantésticos, bien sea en las ambientes con figuras para las cuales comienza.a usar 8 sus muflecas como modelos, 0 bien sea en la SugestiOn de atmbsferas extrafias, de gran espiri- alidad, en el paisaje. Entronca directamente con la época que sigue, que es una época fundamen. talmente figurativa 4. Periodo expresioniata. Retomo al colar, aunque manteniende la fragmentacién impresionista y | interés por la materia; empleo del pastel, carboncillo, lépices de color y pigmentos combinados ‘hare trabajar én el taller © al aire libre, tomando como modelos a su mujer (Juanita) o a las muiecas de trapo (que él mismo realizabs) en poses do bailarinas. Es el periodo de los autorretratos: las ‘marinas son muy escasas y llegan a desaparecer al final de esta etapa. Se intensificsn, en cambio, los rasgos expresionistas de Ia figuracién, a la vez que apareoan los contrastes acusados entre planos ‘scurose iluminades. La pasion por la vida se tradujo en Rever6n en una obra de rango universal. Su exploracién de! misterio de la luz esta arientada a mostrarnos el aspecto cambiante de la realidad, con las medios mas libres y una seguridad que comunica a su obra indiscutible actualidad (Reverén anuncia la pintura ges tual). Su concenciéin de que 6 hombre se debe destruir a si mismo.a tiempo que realiza su obra, para testituirse a los valores indestructibles de la materia, nos pone en la pista de su obta excepcional ¥ es que existencias como la de Reverdn necesitan para axpresarse, més que de la obra misma, del sa cificio de sus vidas. Son los grandes idealistas los que menos pueden escapar a la abrumante presen cia de sus propios dramas. He aqui por qué artistas como Van Gogh, Soutine 9 Reverdn, se consu- men en un ideal que implica mucho mas que el oficio de pintor, con el cual no se satisfacen. ‘También como los de Van Gegh, los paisajes de Reverén san parsonejes autobiogréficos. Raverdn @s con seguridad el nico artista” da! Circulo de Bellas Artes que ha conquistado la.adhesién incondicional de todo el medio artistico wenezolano, Desde luego, esta adhesion se produ jo paralelamente a un reconocimiento que s6lo se le otorgd después de muerto, Que sea asi, es I6gic0’ no porque su obra se haya conocido péstumaments, sino porque en Venezuela fa fama es un articulo de fa en el cual se cree, si la obra tiene catided, a partir del momento en que su creadar deja de exis tir. Desdefiada en vide del autor, la obra de Reverdn necesité ser incorporada al mas firme mercado de valores para que entonces se pudiera comenzar # descubrir que como hombre Reveron era digno, no de ldstima como antes lo fuera, sino de admiracion. En parte fa leyenda, si no refared el poder de Convicei6n de su obra, por lo manos sirvié de safiuelo para darla a conocer. He aqul al ‘nico pintor venezolano -si exceptuamos quizés a Crist6bal Rojas- cuya vida es tan intensa como su obra misma. Porque aqul la existencia, fica en lucidez y drama, encarna en la pintura y hace un todo indestructible xix can ella, da modo que ambas se complementan reciprocamente. Este hombre qua vivid lo més cerca posible da (a luz, a corta distancia de la furia det mar, persiguid la expresi6n del misterio ds las cosas como algo con lo cual, pintindolo. debfa consustanciarse plenamente, v termin6 & misma por enlo: quecer. Reverin es el artista cenesiésico'por excelencia; siente con sus visceras la realidad ambierive trastocada en el cusdro, convertids asi en una especie de piel, en un tacto uniforme en el que se ‘yen los golpes de la cleridad. que repercute con las pulsaciones de su corazon. Esta realidad que se compone. de una sola substancia, en donde lo fisico y lo espiritual se fusionan constitu- yendo una materia Gnica en la que todo, tanto los setes como las cosas més inanimedas, | paisaje vel hombre, son absorbidos; una estructura viva en la cual las formas muestran su vaga apariencia dotrés dele cual protanden ser etemas. La concencién del mundo come aigo animado, total ¢ indivisible le exige a Reverdn un método que consists en verse a sf mismo Como Un Ser andnimo, integrado 8 ese mundo y excluido de él para poder interpretarla mediante el desencadenamiento de un impulso teltrico, sutil y misterloso..La manera de pintar se reviste, por lo tanto, de un carécter magica, ritual. Ya no se trata de acatar €l dictado de una necesidad a 18 cual-el oficio aprendido o-1a maestria son capaces de responder para representar la realidad, sino de asumit un gesto omnimodo frente al acto de pintar; gracias a este gesto la pintura 88 reinventa a's misma. Una voluntad que quiere se ella misma, sin et concurso de la civilizacién, necesita no s6lo crear su propio mundo en téminos materiales, sino también que el artista pontador de ese mundo se oncierre doniro de ol para aduefiarse del feino de sus sombras, fantasmas y suefios. Es el mundo de la fébula creado por él pare que le sirviéra de escenario en ef cual hace mutis escapéndase dal pilblico y a la wee burléndose de éste. Mundo de ficcién en el {Que s6lo bastaba creer profundamente: con a conviecién irracional que Reverén mantuvo hasta su muerte, y creer en ese mundo para que en adelante no fuese ficcién, sino locura, Su accién pictérica corresponde @ esa actitud de asumir la pintura como. formando parte de ta nawraleza, en tna sola corriente de materia y luz.en la que el artista mismo estaba sumergido, Es una accién rente a todas las conocidas, porque ta gestualizaciin de Rever6n estA précedida de un ceremonial cuya capecidad de canjuro y-exarcismo queda demostrada por el clima misterioso alcanzado en la obra pintada; un ritual acompafiado de gestos, aproximacianes y alejamientos, que a despecho de su apa- rente teatralidad, tienen un valor absolutamente plastico, puesto que esos gestos constituyen, en su foialidad da rito, una técnica de pintar, la mas insOlita del mundo...Concebido asi, el cuadro se acerca en su desarrollo a esa pura percaptibilidad incesante de la cosa misma intemporal, que queria Cézanne, ya la-que Reverbn comunica un caraoter fiero, salvaje. Por esta via nos encontramos ante un artista contemporéneo, en contradiccidn con los temas de su pintura y con su formacién naturalista, gracias 2 esa técnica que es de Indole rewulsiva y que, por Tismo, constituye un acto de rebeldia. En cuanto a su técnica, consiste en una accién que, como Jo recanace Miguel G. Arroyo, anuncié la gestualizacién de la pintura informal, ¥ no solo esto: consi derando el efecte mismo de una pintura de Reverén, observando que en ella la materia revista igual importancia que su tratamiento en el cusdio, podemos hablar de un parentesca mucho més profunde con el informalismo, puesto que las figuras y el psisaje van a integrarse en las formas y éstas a desin tegrarse en esa materia aspera y terrosa que para Rever6n, utilizando su propia expresion, en “un al- ma’, La materia es principio ¥ fin de la realidad, incluida en ésta al hombre mismo y a Su creador. Nacido en Caracas en-1887, Carlos Otero fue compafero-de-estudios de Cabré y Monsanto en la ‘Academia, y tuvo un rol destacado en la huelga de 1908 contra Herrera Toro; sin embargo, de acuer- do.con L.A, Lépez Méndez, Otero ‘no pertenacié propiamente al Circulo"”. Habiendo ganado el con curso de ta Academia en 1907, viaié a Francia donde continué estudios y residié por fargo tempo, En Paris, Otero continué la tradicion de seguir la. cisciplina reolista impartida en las academias tra casas, a que se sometian voluntariamente casi todos los artistas venezolanos que legaban a Paris, como tal realiz6 para el Salén Oficial obras de género que como Barrio Latina (Coleccién Galeria de Arte Nacional) denotaban cierta intenciin de acercarse al mundo de los personajes de Toulouse Lauirec. Otero residid después en Bucnos Aires. Junto a aquella manera cultivé también el. paisaje, dentro dé las formulaciones de la Escusla de Caracas en la cual es considerado como uno de sus repre- sentantes Contemporéngos. ‘Aunque no formé parte del Circulo de Bellas Artes, Tito Salas pertenecié por edad a la Generacién XXX de Monsanto, Cabré, Reverén, Menasterios. Nacido en Caracas en 1887, estaria llamado a prolon- ‘er | tendencia épica que en nuestro pals iniciaran Lovera y Tovar y Tovar, Pero Salas {ue més que todo un realista, 8n cuyo estilo revivié la pintura de género aplicada a cuadros dé castumbres como os que ejecutara en Parfs entre 1907 y 1913 bajo la influencia de su maestro de la Academia Julian, Lucien Simon y de los llamados pintores de la “banda negra", que hablan logrado destacarse en el Sal6n. También como dstos Salas buscé sus temas entre las primitives costumbres de los campesi- Nos de Bratafia y Espafia, y las cuales refiejé en un grupo de grandes lienzas a que dio comienzo con Su obra premiada én el Salén Oficial con el titulo de La San Genaro, ¥ que data de 1907, obra en la ual A. Boulton reconoce al “primer testimonio, en nuestra pintuta, del tratamiento de la figura huma- na 8 partic de un nuevo concepto estillsticn”. Segin Boulton “Salas es el primer venezolano que visualiza la naturaleza de manera moderna’. La influencia espafiola también doj6 husllas en el periado. formativo de Salas, Es una influencia que sigue pesando alo largo de toda su obra, v que $8 menifiesta en la tendaneia del artista a apoyarse en soluciones costumbristas, de uni cardcter ilustrativo, y en un Solorido en el cual Enrique Planchart vela “'a un continuador del movimiento europeizante”. Mariano Picén Salas hizo la misma observacion cuando, en 1940, escribié sobre Salas: ‘cierto pintoresquismo espafol, su propia facilidad narrativa, su tendencia a considerar el arte mds como impresién que como. forma, no han permitido, sin duda, qué el prédigo talento deTito Salas se realice en la ms perdurable ‘calidad. Frente al arte de 108 antiguos pintores venezolanos, a la grave hanradez de un Tovar y Tovar, 8| clasicisme linean de Michelena, al patetismo atormentado de un Cristébal Rojas. ‘A partir de 1911, cuando dio término por encargo oficial at Triptico de Bolivar, Salas se inicis como Piptor histérico, y dos afios mds tarda empezé la decoracién de la Casa Natal del Libertador: a esta bra siguieron los murales del PanteGn Nacional, que habia sido reinaugurado en 1833 y cuya decora.

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